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Universidad Nacional de Asunción

Facultad de Derecho y Ciencias Sociales

DERECHO
AGRARIO
Y
AMBIENTAL

ACTIVIDAD AGRARIA
Prof. Abg. Juan Enrique Sánchez González

Alumna:

Nathalia Elizabeth González Candia C.I. N° 4.208.525

12°DUODECIMO SEMESTRE

SEGUNDA CÁTEDRA

TURNO NOCHE

Año: 2017
INTRODUCCION

Desde la antigüedad la agricultura ha ocupado un lugar central en el desarrollo


económico de los países, y las actuaciones sobre la tierra trataban de favorecer la
capacidad económica de este sector productivo. La tierra es fundamental en la
estructura de las relaciones sociales y políticas del mundo rural. Dado el gran peso
de este último en la vida política y social de los países, las intervenciones sobre la
tierra es relevantes tanto para reforzar las relaciones de fuerza políticas y sociales
existentes como para modificarlas y disminuir las desigualdades sociales.

La distribución de la tierra se sigue agravando por nuevos procesos de


concentración ineficiente, ya que son producto de sistemas de inversión
especulativa, que tienen como consecuencia final la sustracción de este
importante factor del proceso productivo, al tiempo que la atomización del
minifundio sigue actuando como un determinante de extremas condiciones de
pobreza y sobreexplotación del suelo.

Igual ocurre con otros factores productivos como el capital, que se encuentra
sometido a una estructura de acceso restringido para el grueso de los productores,
por razones de ineficiencia institucional y por costos excesivamente altos del
dinero.

La tecnología que sigue presentando una oferta limitada, orientada a pocos


usuarios, con graves problemas de transferencia y masificación y con poca
capacidad de liderar los procesos de reconversión que exige nuevas opciones en
áreas promisorias.

Si bien se ha producido una importante integración de la economía rural, aún


persisten condiciones de mercados incompletos y segmentados que restan
potencialidad a la dinámica de crecimiento.
ACTIVIDAD AGRARIA

La actividad agraria constituye una forma de la actividad humana tendiente a


hacer producir a la naturaleza orgánica, cierto tipo de vegetales y de animales con
el fin de lograr el aprovechamiento de sus frutos. Dicha actividad genera
relaciones entre el hombre y el suelo y entre los mismos hombres que actúan en el
quehacer agropecuario. El primer tipo de relación implica el trabajo de la tierra
(LATU sensu); el segundo supone la coparticipación activa de quiénes actúan en
trabajos vinculados con la producción agropecuaria, en cualesquiera de sus
formas o modalidades.

El trabajo rural impone una cierta forma de vida tiene peculiar característica. Debe
tenerse en cuenta la importancia de la estabilidad del hombre rural en la tierra que
trabaja, como así también la protección que merece por razón de las
contingencias propias de la actividad productiva que desarrolla. De ahí que se
reconozca en las relaciones agrarias, las de orden económico y las de índole
social. Las primeras responden a la finalidad productiva agraria; las segunda; a Ia
crasia del hombre que se dedica en el medio rural a la actividad agraria. Lo rural
es lo opuesto a lo urbano, O sea a la ciudad y a la vida ciudadana, donde las
relaciones humanas son de tipos diferentes, ya que las interrelaciones se
desarrollan de modo más intenso que los hechos sociales asumen un aspecto
distinto a los que caracterizan a la vida de la comunidad rural.

El individualismo acentuado por la soledad, el conocimiento directo de hombres y


cosas debido al contacto permanente por la razón del trabajo y de la vecindad; el
tradicionalismo originado en el aislamiento y la independencia propia de una
actividad condicionada por las existencias de la naturaleza y sólo en forma
limitada por las relaciones humanas, imprimen a la vida rural y al hombre y la
familia rural un estilo de vida y de trabajo que presenta diferencias notables con la
vida y el trabajo de las ciudades o de los centros industriales y comerciales. Por
eso es comprensible que las relaciones sociales o económicas rurales que
originan vínculos cuyo fundamento se halla en derecho, como realización de valor,
asuman caracteres muy definidos por razón de una intencionalidad que les es
propia.

Características
La actividad agraria es dinámica, esto se debe a que la misma debe ser
constantemente revisada para poder adecuarla a las necesidades y proyecciones
que se presenten no solo en lo referente a la actividad agraria propiamente dicha,
sino también en lo relacionado a la defensa y preservación del medio ambiente
(Estructura Agraria: “Conjunto de relaciones económicas, sociales y jurídicas que
hacen a la actividad Agraria). De acuerdo al Estatuto Agrario Art. 2 y la
Constitución Nacional Art. 109,114, 115 y 116, el bienestar rural consiste en la
transformación de la estructura agraria del país, obtenida con la incorporación
efectiva de la población campesina al desarrollo económico y social de la Nación,
mediante un sistema justo de distribución de la tierra, asistencia técnica y social,
adecuada organización del crédito, de la producción y su colocación, de modo tal
que permitan al productor rural lograr su estabilidad económica, como garantía de
su libertad y dignidad y fundamento del bienestar social.

Criterio para su determinación

Existen varios criterios propuestos para establecer los límites entre la actividad
agrícola y la industrial y comercial:

a) El criterio de la necesidad: parte del supuesto que todo aquello que es


indispensable para el cultivo del fundo pertenece a la actividad agrícola. De ahí
que pueda incluirse la transformación y venta de la producción cuando tales
actividades son necesarias para su desempeño;

b) El criterio de la prevalencia: se funda en el hecho que en todos aquellos casos


en que la transformación o venta asume un carácter prevalente con relación al
cultivo del fundo y de la producción del mismo, la actividad entra en la categoría
de la actividad industrial o comercial;

c) El criterio de la autonomía: delimita el ámbito diferente de la actividad agraria, la


industrial y comercial, según puedan o no realizarse la transformación o la venta
de los productos agropecuarios con plena autonomía en relación a la actividad
productiva rural;

d) El criterio de la accesoriedad: sustenta el principio que en todos aquellos casos


en que la actividad de transformación y venta de los productos agropecuarios es
complementaria de la actividad productiva rural y el fundo no asume el papel de
medio para lograr el fin esencial consistente en la transformación y venta de los
productos agropecuarios, la transformación y la venta pasan a integrar la industrial
y comercial. Es decir, cuando la actividad transformadora o comercial deja de ser
un simple accesorio de lo productivo;

e) El criterio de la normalidad: define a la actividad agraria como aquélla que


consiste en cultivar la tierra, explotar el bosque, criar animales y realizar las
actividades conexas que son normales en la actividad agrícola;

f) El criterio de la ruralidad: supone que la actividad agraria es lo que se refiere al


cultivo de tierra y a lo que forma parte de la vida y del trabajo agrícola, con lo cual
queda en principio delimitado el criterio distintivo en razón a un contenido espacial
y funcional; vivir en el campo y cultivar la tierra. En realidad, con este criterio se
identifica lo agrario con lo productivo.

Para definir con precisión el límite entre la actividad agraria y la actividad industrial
y comercial, es preciso adoptar alguno de los criterios enumerados. El más claro y
concluyente resulta el de la accesoriedad. En efecto, la actividad agraria
productiva debe ser la que desempeña el papel principal dentro del ámbito rural,
mientras que las actividades transformadoras y comerciales constituyen el
accesorio o complemento de aquélla. Cuando dejan de serlo y pasan a de
empeñar el papel fundamental, dejan de ser agrarias, para transformarse en
industriales o comerciales.

La actividad agraria es productiva por excelencia; pero comprende no solo el


cultivo de la tierra, sino también su conservación, la cría de ganado, la explotación
del bosque y toda otra actividad conexa con la producción o sea la transformación
y venta de los productos.

El asunto asume una gran importancia, cuando se observa que la comercialización


y su regulación jurídica (pública o privada) ejercen una influencia notable en la
actividad productiva. De modo análogo sucede con la actividad transformadora.
Ello se debe a que el productor cultiva los vegetales o cría los animales cuyos
frutos le aseguran una ganancia en el mercado, de manera que cuando por algún
motivo, se perturba la comercialización, los efectos se dejan sentir de inmediato en
la órbita productiva. Si un producto agropecuario deja de interesar a las industrias
transformadoras, la demanda del producto decrece y su precio baja. Ello
desalienta al agricultor o al ganadero. Es por ese motivo, que la regulación jurídica
de la actividad agraria, debe incluir en su contenido a las actividades conexas con
el cultivo de tierra, a fin de lograr una regular una armónica y coordinada según
principios propios y aplicables a todo el proceso agropecuario (productivo,
transformador y comercial).
Para evitar el inconveniente que puede surgir, si las normas jurídicas agrarias se
aplican en el ámbito industrial y comercial, deben fijarse ciertos límites a la
competencia agraria. De ahí que siguiendo el criterio expuesto, deben aceptarse
como principios fundamentales los siguientes:

a) Toda actividad agraria implica una actividad estricta o productiva (cultivo del
suelo y cría de animales) una actividad transformadora (procesamiento) y otra
comercializadora (venta). Estas últimas deben constituir el complemento accesorio
de la función para no perder su naturaleza agraria;

b) Si la actividad transformadora o comercial de los productos agropecuarios no es


ni accesoria ni complementaria de la productiva, sólo puede ser regulada
jurídicamente por normas agrarias, en razón de la defensa de los intereses
productivos o sea en aquellos casos en que dichas actividades pueden afectar el
interés de los productores rurales y el Estado debe intervenir para evitar
inconvenientes a la producción, que es de indiscutible interés público;

c) Las demás actividades relacionadas directamente con la producción y el cultivo


de la tierra deben ser incluidas como parte de la actividad agraria. Así por ejemplo
el manejo y utilización de los recursos naturales, lucha contra las plagas, etc.

La actividad agraria consiste esencialmente en la acción humana (privada o


pública), intencionalmente dirigida a producir con la participación activa de la
naturaleza, y a conservar las fuentes productivas naturales. En principio, lo
fundamental en ella, radica en que la actividad humana no se cumple
aisladamente sino con participación de la actividad natural.

La fabricación o manufactura se distingue de la producción agraria en el hecho de


que, mientras en la primera el hombre sólo necesita de la materia prima natural,
como elemento material para elaborar (en zonas rurales o urbanas) un artículo o
producto manufacturado; en la segunda, la actividad del hombre se limita a
promover la acción de la naturaleza, a fin de obtener un producto natural
determinado.

En aquella, la manufactura es directamente lograda por el trabajo humano, que la


construye y le da forma, o la configura, aprovechando el material que obtiene
directamente de la naturaleza, ya sea en bruto, o bien transformado o modificado,
por combinación o mezcla con otros productos naturales o sintéticos. Ella se
realiza en su mayor parte en centros urbanos.

Existen dos tipos fundamentales de actividades: uno de ellos consiste en la


extracción de productos naturales inertes de materia inorgánica, o bien de materia
orgánica; el otro cambio, consiste en la participación del hombre en el proceso
orgánico de la producción natural. El hombre actúa para promover la acción
natural, para encausarla, cuidarla, protegerla, acelerarla; pero sin excluir a la
naturaleza viviente, cuya acción esencialmente consiste en producir frutos de las
más variadas clases.

En la actividad agraria se incluye a la extracción de productos naturales orgánicos


(animados o inanimados), y además la producción con la participación decisiva de
la naturaleza. En esta última, la acción del hombre se concentra en hacer producir
al suelo vegetales de cualquier tipo o especie domesticada o en domesticación; o
bien en cuidar y promover la cría de animales domésticos y obtener de ellos,
productos; mientras viven, y también, después de sacrificados.

Clasificación de la Actividad Agraria

Conservación: regulación del uso y manejo de los recursos naturales renovables.

Preservación: preservación y defensa de los recursos, productos o frutos


agropecuarios.

Extractiva: a) Productos inorgánicos: sólidos, líquidos, gaseosos. b) De seres


orgánicos: vegetales (talaje), plantas (forestales), animales (apicultura).

Capturativa: de seres orgánicos tales como la caza en la tierra v el aire. La pesca


en el agua.

Transportiva: con vehículos terrestres, fluviales, marítimos o aéreos.

Productiva: a) Con elementos orgánicos e inorgánicos (cultivos), agricultura


(incluida la reforestación); b) Con seres orgánicos animados (crías), ganadería.

Procesativa: conservación, transformación, almacenado, secado, molienda,


tipificado, etc. Industria.

Lucrativa: tráfico por venta, compra, etc. Comercio.

Consumativa: consumo directo o con destino al consumo.

Con la clasificación efectuada, se puede lograr una mayor claridad conceptual,


para delimitar el ámbito de la actividad agraria, a fin de determinar en forma
precisa, el contenido y alcance de la misma.
La actividad agraria por excelencia es la productividad, o sea la que se realiza o
cumple por acción del hombre con la participación activa de la naturaleza. Su
manifestación concreta es el cultivo, o sea la agricultura (incluida la forestal). A ella
le sigue, la cría de animales domésticos, para obtener de ellos productos, mientras
viven y después de muertos.

Reseñada la materia esencial de la actividad agraria, corresponde analizar las


actividades accesorias. Ellas son las extractivas de productos vegetales o
animales; y la capturativa como la caza y la pesca.

La primera, es una actividad accesoria en razón de que por medio de ella, se logra
combatir y a veces agregar o extirpar especies animales dañinas que por su
acción perjudicial, afectan a la producción agrícola y ganadera.

La segunda, de por si discutible como actividad accesoria de la actividad agraria,


sólo se la incluye por algunos autores, en razón de que en ciertos casos, los
agricultores siembran huevos de peces, para obtener espejos de agua, que se
hallan ubicados dentro de sus propios predios. Pero esto es excepcional, no lo
consideramos de importancia, y además a nuestro parecer, debe ser separada
directamente de la actividad agraria. La pesca de mar, debe quedar excluida en
todos los casos.

En cuanto a la actividad manufactiva, transportiva, procesativa y lucrativa deben


ser consideradas conexas a la actividad agraria. La conexión implica la relación
existente entre la actividad productiva y las mencionadas precedentemente
cuando son realizadas o cumplidas en las zonas rurales, por los propios
agricultores y como un necesario complemento de su actividad productiva agraria.
En todos los demás casos dichas actividades pasan a ser actividades comerciales
o industriales.

Pero si bien el criterio expuesto es razonable y práctico no responde sin embargo,


a los principios fundamentales de la disciplina jurídica agraria, ya que de admitir la
exclusión de dichas actividades, cuando dejan de ser complementarias, se corre el
grave riesgo de desconectar a la actividad productiva de la traslativa o lucrativa,
dentro del proceso agrario general. Esto trae serios inconvenientes, tal como se
expresa al analizar los principios generales de Derecho Agrario. En efecto, con
ello se dejaría de lado, un aspecto tan importante en esta materia, como es el de
la interconexión entre las actividades agrarias y la falta de regulación jurídica
coordinada del proceso agropecuario en desmedro los fines perseguidos por la
política agraria científica.
Pensamos que las actividades mencionadas deben conectarse con la actividad
agraria, pero de manera limitada, ya que no se trata de “agra rizar" el complejo
industrial o comercial, sino evitar que por medio de tales actividades, o más por
razón de una legislación parcial y ajena a los principios del Derecho Agrario, se
perjudique a la actividad agraria.

Las actividades no productivas citadas, se hallan "vinculadas” a la actividad


agraria, no precisamente porque participen de ella o con ella, en la producción,
sino por el hecho importante, de que según sea la regulación que se les aplique
cuando el contenido esencial de las mismas sea "lo agrario", así será también, el
grado de protección que se ejerza con relación a la producción agropecuaria. De
ahí que sea indispensable de un modo u otro, relacionarlas con la actividad agraria
sobre todo desde el punto de vista jurídico.

Denominaremos; a estas actividades vinculadas y de acuerdo con uno de los


principios fundamentales de Derecho Agrario, serán pasibles de ser calificadas
como agrarias y sometidas a su régimen en función a la protección de la actividad
social y económica agraria. En efecto todos los casos en que la industria y el
transporte, y aún el comercio de productos agropecuarios o de elementos
agropecuarios como los animales, máquinas o cualesquier otro, o la actividad
laboral, incidan en forma positiva o negativa, con relación a la actividad agraria,
deberán ser calificadas de agrarias, y reguladas jurídicamente en función de tales.

Desde el punto de vista institucional agrario, estas actividades deberán ser


reguladas por vía la policía agraria, a fin de cumplir con los principios
fundamentales de Derecho Agrario. De manera que si el comercio de granos es
una actividad comercial, también será agraria, en razón de la protección que
requiere y reclama la actividad productiva agraria. En tal sentido, la venta de
cereal será un acto jurídico agrario, por todo lo que afecte dicho acto, a la
economía agrícola. Más aún, la tipificación por ejemplo, que representa un acto
ínsito en el comercio de granos, será siempre agraria porque ello 'complica" la
actividad comercial de los granos, con la de mejorar cualitativamente su
producción (calidad y rendimiento).

Finalmente, la actividad conservativa debe incluirse como parte integrante de la


actividad agraria por ser indispensable para el desarrollo de dicha actividad, ya
que la fuente de producción agropecuaria por excelencia o sea el recurso natural
debe ser conservado, a fin de mantener intangible a la propia producción.
Asimismo la preservativa o conservativa sanitaria.
En síntesis, la actividad agraria implica las siguientes actividad implica las
siguientes actividades; las propias:

1) Actividad productiva

2) Actividad conservativa;

3) Actividad preservativa

Además de las mencionadas, deben incluirse las accesorias:

1) Actividad extractiva;

2) Actividad capturativa.

Luego deben mencionarse las actividades conexas:

1) Actividad manufactiva;

2) Actividad transportiva;

3) Actividad procesativa

4) Actividad lucrativa, siempre que se realicen por el productor en forma


complementaria a su actividad productiva agraria.

Finalmente, deben considerarse las actividades vinculadas, son las mencionadas


en último término, pero cuando se ejercen relación complementaria a la actividad
productiva agraria.

Estructura Agraria

La estructura agraria es el conjunto de relaciones sociales. Económicas y jurídicas


por la actividad agrícola y que tienen por objeto los bienes, servicios y obras que
por su naturaleza o destino son indispensables para el desenvolvimiento de la
actividad agraria.

En la estructura agraria se destacan tres elementos fundamentales que son: el


natural (recursos naturales renovables) y el humano (recursos humanos). El tercer
elemento es el resultado de la participación funcional de los dos recursos ya
mencionados, el humano y el natural. En efecto, ambos participan conjuntamente
en el proceso productivo - esencial dentro de la actividad rural mediante las
relaciones funcionales que surgen con motivo de la finalidad intencional que se
propone el hombre al ponerse en contacto con la naturaleza.
La naturaleza deja de formar el contorno ambiental del hombre, para convertirse
en el instrumento adecuado para realizar un fin concreto, cuyo resultado es la
producción agropecuaria. No se trata de domeñar la naturaleza, sino de
comprenderla para lograr que la misma participe activamente, en función
productiva, para lograr un fin económico o social. El nexum funcional más
importante desde el punto de vista económico y social es el trabajo y la técnica,
pues gracias a ellos, se consigue hacer producir a la naturaleza.

Debe entenderse claramente que en la estructura agraria, tanto el elemento


natural como el humano, cumplen una función analógica y conjunta. El hombre
vive y trabaja en el mismo lugar-esta se entiende en principio y para ciertas zonas-
pero es que sea así. De manera que el trabajo agrícola es un modo de vida.
Producir en el ámbito agrario equivale a vivir y trabajar en él, lo cual hace resaltar
claramente la íntima implicancia que tiene el contenido social y económico de la
estructura agraria. El trabajo agrícola es un modus vivendi, o sea una modalidad
de vida a la que se llega por tradición y con la cual el hombre se identifica, porque
la vida y trabajo rural le imprimen una idiosincrasia particular que difícilmente se
pierde.

Elementos

Los elementos fundamentales son:

1. el hombre: es el elemento humano, (recurso humano)

2. la naturaleza: es el elemento natural; recursos naturales renovables.

3. A interacción constante entre el hombre y la tierra, la relación dinámica de estos


elementos, durante su participación conjunta en el proceso productivo. En
palabras más sencillas la actividad constante del hombre sobre la naturaleza con
sentido de producción.

Mediante esta relación, la naturaleza abandona la categoría de simple entorno


ambiental para convertirse en instrumento de producción de riquezas. No se trata
de un simple dominio del hombre sobre la naturaleza, sino de estudiarla,
compararla y aprovecharla mediante técnicas más adecuadas para lograr que la
misma participe activamente, en la función productiva, y lograr así un fin
económico social.

El nexo funcional más importante desde el punto de vista económico y social; es el


trabajo y la técnica, pues gracias a ellos, se consigue hacer producir la naturaleza.
Ello está dado en los artículos 1, 2, 3, del Estatuto Agrario y los artículos 109,114,
115 y demás concordantes de la Constitución Nacional.

Las Relaciones Estructurales

Por medio del trabajo, como ya se ha dicho, el hombre dirige la actividad natural
para lograr un fin predeterminado. En materia agraria, la producción es el
resultado de esa síntesis de actividad natural y de trabajo humano. El ámbito
donde tales sucesos acontecen es el agrario distingue del urbano, porque
mientras en el primero, el suelo desempeña un papel estático, en éste la situación
cambia, para llegar a una dinámica intregrativa. Lo urbano se opone a lo rural en
sentido ambiental, mientras que lo agrario. Además de diferenciarse en sentido
espacial, se distingue de él en sentido funcional.

En el primer caso, porque el campo termina donde comienza la ciudad (LATU


sensu); y en el segundo, porque en la ciudad el suelo es un elemento inerte, cuya
función esencial es la de servir como también en el ámbito rural de sustentáculo al
hombre y a sus obras. Pero en el campo, o sea en el ámbito rural, el suelo es un
factor productivo que requiere siempre un control y una coyuntura laboral. Por
medio de esta coyuntura el hombre promueve la actividad agraria natural y la
controla. El valor del control descansa precisamente en el grado de
perfeccionamiento técnico alcanzado.

De ahí, que la denominada tecnificación, mecanización, y motorización de la


agricultura, haya dado tan asombrosos resultados, pero sin que en ningún caso se
haya prescindido de la acción decisiva de elemento natural.

La actividad humana pública y privada que se desarrolla en el ámbito rural, supone


la realización y ejecución de hechos y actos que engendran relaciones directas y
materiales de hombres y cosas, como entre hombres, por razón de servicios. Así
también pueden existir relaciones humanas referidas a bienes y servicios y obras
agrarias y que se entablan entre personas privadas con funcionarios o empleados
de la administración, o entre sí. No es necesario enunciar detalladamente este
cúmulo de relaciones que se perciben y se comprenden fácilmente. Lo que
interesa señalar que estas relaciones provocadas u originadas por determinados
hechos o actos, se regulan normativamente y con carácter coercitivo, a fin de
conservar el orden y la seguridad en toda la actividad agraria y además con el
propósito definido que la misma pueda cumplir acabadamente los fines propios de
toda política agraria, o sea la conservación de los recursos, el incremento racional
de la producción y la mejores condiciones de vida y de trabajo de la comunidad
rural.

La política agraria orienta y ordena a la actividad agraria, por cuanto la política


agraria tiende a conseguir el bienestar de la comunidad rural, por la elección de
medios e instrumentos adecuados, que permitan asegurar y garantizar el
cumplimiento de los fines propuestos. Las relaciones sociales, económicas o
técnicas, son reguladas por normas que suponen la existencia de vínculos que
dan formas a esas relaciones desde el punto de vista jurídico o sea que las
conforman a fin de asegurar sus resultados positivos.

Las relaciones materiales, que surgen el sembrar o cosechar, apacentar animales,


combatir las plagas, contratar trabajo agrícola, o pagar impuestos, implican
relaciones, no sólo materiales por ser de índole económica o técnica o social
( según se produzcan entre el hombre y las cosas o entre los hombres mismos),
sino también formales, (vínculos jurídicos), porque llevan implícitos la aceptación
de un valor jurídico, formulado en normas jurídicas que se ordenan
jerárquicamente, condicionándose unas a otras, hasta llegar al conjunto de
normas incondicionadas, dentro del derecho positivo vigente de cada Estado: la
Constitución.

La actividad agraria y la estructura agraria. Sus analogías y


diferencias

Es preciso tener en cuenta las analogías y diferencias que existen entre la


actividad agraria y la estructura agraria en atención a la íntima vinculación que
existe entre ambas.

La actividad origina a la estructura, la pone en acción, la moviliza, le da impulso.


Los elementos de la estructura, son anteriores a la actividad, la cual surge por
acción de ellos. Tal como se ha expresa en su parte pertinente, la estructura está
constituida por relaciones que se originan o surgen gracias a la participación
conjunta de esos elementos.

La palabra relación está tomada en sentido muy amplio, de manera que pueda
apreciarse la importancia que tienen esos elementos que se hallan representados
por el hombre y la naturaleza. Hemos dicho también que surgen relaciones
funcionales o sea que se trata de actos que ponen en relación a un elemento con
el otro, y en esta relación va implícita la actividad agraria.
La actividad es dinámica. Por medio de ella se trata de hacer o no hacer algo, de
dar, de prestar, de conservar, de cultivar, de producir de transportar, de
transformar, de comerciar. La actividad agraria supone siempre la realización de
algo concreto, el hacer algo vinculado con lo agrario. En esto se asemeja a la
estructura por cuanto en ella se hallan elementos materiales y muy concretos
como pueden ser los naturales en general los humanos y las mismas relaciones
de trabajo que se traducen en hechos y actos físicos o materiales.

Puede existir una estructura material que permite el desenvolvimiento de la


actividad agraria sin que ello excluya la existencia de una estructura jurídica,
sociológica o económica que trasciende la materialidad de las relaciones
apuntadas.

La actividad origina a la estructura, puesto que no existiendo aquella, ésta no


puede desarrollarse. Sin actividad no puede admitirse el desenvolvimiento de la
estructura. En efecto, la estructura supone relaciones y las relaciones surgen por
razón de la propia actividad.

De manera que, si bien la estructura llega a ser tal, por la existencia de los dos
elementos que la integran, es bueno reconocer que ambos elementos, entran en
contacto por medio de hechos y de actos humanos que constituye la actividad
misma.

En cierta medida no se puede hacer una separación tajante y definitiva entre la


actividad y la estructura. Sin embargo, existen diferencias importantes que
deberán enumerarse a fin de evitar equívocos.

La actividad supone movimiento y acción, y para ello debe existir lo que hace que
ella pueda producirse o sea el hombre, el cual como ya se ha dicho constituye uno
de los elementos de la estructura. Pero mientras en la estructura el hombre se
relaciona con otros hombres y cosas, esto lo consigue única y exclusivamente por
razón de la actividad que desarrolla.

La estructura es el conjunto de relaciones o sea es un esquema, una trama, una


urdimbre. Pero nada más. Si se quiere verla como un conjunto armónico y
coordinado, debe considerársela como algo hecho, como algo dado. La estructura
es estática, salvo en lo que tiene de funcional, y esto no es más que la actividad.

No puede existir estructura sin actividad, por cuanto las relaciones entre los
elementos de la estructura surgen por razón de la actividad misma. Tampoco
puede existir actividad sin estructura ya que la presencia de los elementos de la
estructura únicamente, no constituyen de por sí, la estructura; pero es indudable
que la acción que desarrolla el elemento humano se identifica con la actividad, la
cual constituye el impulso creador de las relaciones materiales.

Finalmente, es necesario advertir que la estructura puede ser material o ideal (en
el sentido de ideas). La estructura jurídica no es una estructura material salvo en
la manifestación concreta o instrumental de los actos jurídicos que supone. De
modo que la estructura jurídica agraria se va esquematizando en una serie de
actos e instituciones, que tienen una naturaleza ideal o puramente racional. Más
aún, las relaciones materiales conforman relaciones que una vez vacías de su
contenido, dejan el contorno, la figura, la forma que pasa a ser una institución o
relación jurídica determinada. De ese modo la estructura jurídica aparece como el
substractum de la estructura material; pero su vigencia trasciende la existencia
misma de la estructura material. Por ese motivo, se ha señalado que la estructura
jurídica se origina en la estructura material; pero su fundamento es otro. No
pertenece a la estructura material o a las relaciones que le dan origen.

La estructura jurídica surge por la actividad jurídica. La actividad jurídica va


conformando a la estructura jurídica y en cierta medida la va creando. Así sucede
con la económica, la técnica o la social.

La diferencia entre la estructura y la actividad jurídica consiste pues, en que


mientras la primera se halla constituida por el conjunto de relaciones jurídicas
objetivamente consideradas, la actividad jurídica conlleva la existencia de un
derecho objetivo y de un derecho subjetivo. Ella pone en relación al derecho dado,
o sea a la norma vigente, y al derecho del sujeto que acciona o sea que reclama,
que el que peticiona haciendo referencia a una ley o norma. Y en esto
precisamente radica la actividad jurídica.

La estructura está constituida por relaciones. Estas relaciones surgen por razón de
la actividad. Sin actividad, no hay relaciones. Y la actividad surge de la voluntad
humana insita en el elemento humano que íntegra a la estructura.

De manera que debe tenerse en claro, que una no puede existir sin la otra. Son
correlativas. Lo que sí debe existir antes que ambas son los elementos
fundamentales: el hombre y la naturaleza.

El conjunto de relaciones origina la estructura. El movimiento o funcionamiento


que suponen esas relaciones, a la actividad agraria. Existe una estructura jurídica,
económica o social, de la misma manera que una actividad jurídica, económica o
social. Lo que sucede que la separación sólo puede valerse desde el punto de
vista cognoscitivo.
La infraestructura agraria

La infraestructura agraria se halla íntimamente vinculada con la estructura agraria


y con la actividad agraria.

En efecto, la infraestructura constituye el soporte material de la estructura agraria.


La actividad agraria puede originar o contribuir a la construcción de la
infraestructura; pero en otros casos la infraestructura permite que se cumpla la
actividad agraria. Puede haber actividad agraria sin infraestructura, y a la vez
puede existir infraestructura sin actividad agraria. Este último caso es el menos
frecuente, pero puede darse.

La infraestructura consiste en el conjunto de obras materiales de diversa índole


que constituyen el medio adecuado para la prestación de los servicios agrarios
públicos o privados. En la infraestructura se halla el soporte básico para la
prestación de servicios. Pero puede ampliarse el concepto en el sentido de que las
relaciones entre el elemento humano y el natural se facilitan por medio de la
infraestructura; pero sin que ello implique negar que, gracias a esas relaciones, se
pueda llegar a crear dicha infraestructura.

La infraestructura es física y material. Ella se halla representada en el ámbito rural


de los caminos. De ahí que sin infraestructura, las relaciones sean incipientes y la
estructura apenas si puede afirmarse por cuanto la actividad agraria se desarrolla
con dificultad.

Lo interesante es señalar la íntima interconexión que se presenta entre la


estructura agraria, la actividad agraria y la infraestructura. Ello permite aclarar el
contenido y alcance de estos conceptos que son fundamentales para la
aprehensión de la sistemática jurídica agraria en toda su profundidad.

La infraestructura, constituye la base material. Por ejemplo el camino de fomento


agrícola. La estructura, la relación entre el camionero y dueño del cereal que
necesita se lo transporten. La actividad agraria en el transporte, o sea el
transportar, y más precisamente el acto de transportar.

De lo dicho resulta que, entre la infraestructura y la estructura y la propia actividad


agraria, existen relaciones tan íntimas que a veces resulta en la práctica, un tanto
difícil deslindadas.
La infraestructura desempeña un papel muy importante para la realización del
desarrollo agrícola en cualquiera de sus formas, y ello contribuye a que en el
transcurso del tiempo, se haya acentuado el valor asignado a la infraestructura
agraria.

En toda planificación la infraestructura desempeña una función primordial que se


traduce en el punto de apoyo para la realización de toda actividad agraria. Sin
infraestructura el desarrollo queda limitado a su mínima expresión. Más aún,
podría decirse que uno de los síntomas del subdesarrollo está representado por la
ausencia de infraestructura.

La infraestructura agraria está constituida por el conjunto de obras que por su


naturaleza o destino, sirven para la realización de la actividad agraria. Pero ello no
debe servir como límite para la comprensión del término infraestructura, y sobre
todo en lo concerniente a la actividad agraria. En efecto, si bien es cierto que es
factible admitir la existencia de una infraestructura agraria, sin actividad, también
es necesario reconocer que la infraestructura en general, es necesaria para que
se entablen relaciones agrarias y para que la estructura agraria adquiera la
importancia que debe tener. La estructura requiere la presencia de la
infraestructura, por cuanto gracias a ella, las relaciones pueden realizarse en
forma normal y la expansión de la actividad agrícola, desarrollarse de manera
conveniente.

Ello queda demostrado de conformidad al Nuevo Estatuto Ley No. 1.863/02 en su


Artículo 2 DE LA REFORMA AGRARIA Y EL DESARROLLO RURAL.

"... Esta reforma promoverá la adecuación de la estructura agraria,


conducente al arraigo, el fortalecimiento, y la incorporación armónica de
agricultura familiar campesina al Desarrollo Nacional, para contribuir a
superar la pobreza rural y sus consecuencias, a través de una estrategia
general que integre productividad, sostenibilidad ambiental, participación y
equidad distributiva.

El desarrollo Rural como producto de la Reforma Agraria comporta


asimismo.

g) Promover acuerdos interinstitucionales para el mejoramiento de la


infraestructura vial, de viviendas; de educación y de salud..."

Es imposible lograr una reforma agraria sin contar con la infraestructura adecuada,
que este motivada en los acuerdos mencionados más arriba, a través de cada uno
de los organismos del Estado, vale decir la reforma agraria, debe velar por el
constante estudio que implica la estructura agraria debido a su dinámica y esto
mismo sea acompañado de una estructura agraria en forma seria. Que nos
comprometa a todos con el objetivo de ver un país en crecimiento. Que la
incorporación de la población campesina al desarrollo económico y social de la
Nación, sea una realidad y no una quimera, por ello vuelvo a repetir deben actuar
todos los Ministerios u organismos sin mirar tendencias políticas partidarias, ni
religiosas o cualquier modo que implique impedimento en el crecimiento de la
Nación, ello no significa en ningún caso que no podamos pensar diferente, sino
que él vivir con dignidad debe ser el objetivo final para todos los habitantes.

Así también la Ley No. 2.419/04 QUE CREA EL INSTITUTO NACIONAL DE


DESARROLLO RURAL Y DE LA TIERRA I.N.D.E.R.T.

En el artículo 5°. DEL ARRAIGO. “Se considera que un asentamiento ha logrado


la condición de arraigo cuando las familias han obtenido su título de propiedad, se
encuentren organizadas para participar efectivamente en el esfuerzo del desarrollo
institucional, accedan a los servicios de educación y salud, cuenten con la
infraestructura económica básica, produzcan alimentos de auto consumo
suficiente y por lo menos dos rubros de renta, en forma continua”

La ejemplificación de los conceptos aquí vertidos es sencilla. Existen


indudablemente casos en que la apreciación puede lograrse con mayor evidencia.

Así por ejemplo, en la colonización es patente que la infraestructura constituye un


paso decisivo y muchas veces el punto de partida de la misma.

Si se consigue hacer la infraestructura, se logrará la existencia de caminos,


puentes, acueductos, presas, molinos, bombas, tanques, maquinaria, etc., y de
ese modo iniciar el acceso a las zonas más despobladas, comenzar por el
desmonte en plena selva, lograr la desecación de pantanos, etc.

Una vez creada la infraestructura comienza a formarse la estructura que se basa


en la presentación de servicios y en el conjunto relaciones económicas, sociales o
técnicas y jurídicas entre interviniente entre la personas y entre los propios grupos
de personas que se dedican a esa actividad.

La base es la infraestructura, la estructura representa a las relaciones que se


entablan por la presencia de los elementos naturales y humanos en un ámbito
determinado. La actividad es el impulso que surge de la voluntad humana
encaminada a lograr satisfacer necesidades de carácter económico y vital.

Ejemplos
En nuestra legislación positiva encontramos numerosos artículos que nos indican
el enfoque que debe darse a la infraestructura agraria. Y hasta podría decirse que
la ley de tan clara que es, permite traslucir ejemplos de lo que espera que sea la
infraestructura.

El Art. 6 de la Constitución Nacional versa lo siguiente: DE LA CALIDAD DE VIDA.


"La calidad de vida será promovida por el Estado mediante planes y políticas que
reconozcan factores condicionantes, tales como la extrema pobreza y los
impedimentos de la discapacidad o de la edad.

El Estado también fomentará la investigación de los factores de población y sus


vinculaciones con el desarrollo económico-social, con la preservación del medio
ambiente y con la calidad de vida de los habitantes.

SUJETO AGRARIO

Concepto

Se entiende por sujeto agrario, a la persona que ejerce o participa en el


desempeño de la actividad agraria productiva en forma habitual, con aptitudes
para ser titular de derechos y para contraer obligaciones agrarias y el que la
controla o protege con fines de interés público El sujeto agrario es la persona que
se ocupa o protege las tareas rurales y que hace de la actividad agraria su
profesión habitual o su competencia especifica. Se trata de una actividad que al
desempeñarse de manera continua y habitual permite adquirir determinados
derechos y contraer ciertas obligaciones que son específicas a los sujetos
agrarios. Se tiende a proteger la actividad agropecuaria y por ende a los sujetos
que se dedican a ella de manera habitual, por eso la ley agraria les otorga
derechos y preferencias, en razón de que su desempeño en tal actividad
constituye un asunto de interés para el estado ya que la actividad agropecuaria
posibilita la producción de materias primas necesarias para la subsistencia y el
intercambio comercial en cualquier país.
El sujeto agrario se desdobla en el sujeto físico o sea en el agricultor o en el
ganadero, que cultiva la tierra o que cría y cuida el ganado y el conjunto de
agricultores agrupados o no en una persona jurídica con personería propia.

Por otra parte se halla el sujeto agrario que controla, dirige o protege a los demás
sujetos agrarios. Es un sujeto agrario por razón de la ley. Esta le otorga
competencia y jurisdicción en materia agraria; se trata del Estado que actúa por
uno de sus órganos específicos, que puede ser el ministerio de agricultura y
ganadería o por cualquier otro órgano descentralizado, pero que al asignarle el
contralor y la tutela y el ejercicio de la actividad agraria constituye un sujeto agrario
público.

Conviene tener presente que solo consideramos al Estado como sujeto agrario en
la medida que actúa frente a la actividad agraria con competencia especifica
otorgada por la ley agraria.

a) Criterio de la personalidad profesional

Para esta teoría el sujeto agrario es el ejerce la actividad agraria personalmente o


con intervención de familiares o asalariados, pero bajo su exclusiva
responsabilidad. En este supuesto el sujeto agrario no reviste carácter definitivo y
estático; sino dinámico y puramente profesional.

El estatus agricultor surge cuando la persona hace de la agricultura su profesión


habitual. Mientras la ejerce es agricultor, y por ende sujeto agrario. Cuando cesa
de ejercerla pierde el estatus y deja de ser sujeto agrario. No se insiste aquí sobre
el contenido y alcance de la actividad agraria, porque ya ha sido motivo de análisis
en su parte pertinente. Solo resta aclarar que esta teoría puede a nuestro juicio
desdoblarse en dos según el alcance que se de al concepto de actividad agraria.

De tal modo que puede hablarse de una teoría de la personalidad profesional


restringida a de la personalidad profesional ampliada.

La primera admite que es agricultor el que realiza la actividad y las conexas o sea
las que implican transformar o vender lo que se produce en predio en que se
trabaja.

La segunda en cambio partiendo del supuesto de que la actividad agraria es un


proceso integrado considera que el sujeto agrario debe serlo no solo el productor
sino toda la persona que ejerce una actividad productiva conexa o vinculada con la
actividad agraria en general, o sea con el proceso agrario. Esta calificación admite
una subdivisión de los sujetos agrarios en principales y auxiliares.
b) Criterio de la institución o titularidad vinculatoria

Esta teoría parte del supuesto de la relación del hombre con la tierra desde un
punto de vista institucional o vinculante.

Es sujeto agrario toda persona que detenta un título por razón de su vinculación
jurídica con referencia a la tierra. Ya se trate de propietario, de arrendatario, de
aparcero o mediero, o de usufructuario, cualquier sujeto titular de un derecho
agrario para a ser sujeto de Derecho Agrario.

Esta teoría desvincula en cierta medida o por lo menos para ciertos casos la
titularidad con la actividad. De ahí que se presenten inconvenientes cuando se
otorgan derechos u obligaciones a personas que solo se vinculan a la actividad
agraria por razón de sus derechos a la tierra.

Sin embargo es bueno reconocer que dicha teoría puede ser interesante si se
relaciona la titularidad con la inactividad agraria. En efecto, por medio de ella se
logra que el propietario que no cumple con determinados supuestos esenciales
para coadyuvar en la producción agropecuaria pueda ser sancionado por esa
inactividad, en razón de ser sujeto agrario.

c) Criterio ecléctico

Con este criterio se logra salvar los inconvenientes que pueden observarse en las
teorías anteriores, ya que se incluyen como sujetos agrarios tanto en los que
hacen de la agricultura su profesión habitual, como los que detentan un título
determinado con relación a la tierra.

Con tal criterio pueden incluirse entre los sujetos agrarios, los que trabajan en la
agricultura, y también quienes solo intervienen en ella por el hecho de ser
propietarios de la tierra.

Esta teoría permite armonizar los dos casos analizados preceden posibilidad de
sancionar o aplicar normas agrarias a quien por sus derechos a la tierra ya sean
propietarios, usufructuarios, etc.; pueden ejercer una acción positiva o negativa
frente a la actividad agraria. El único inconveniente que puede notarse en el hecho
de identificar personas que en muchos casos no tienen ninguna finalidad en
común

EL ESTATUTO AGRARIO LEY No. 1.863/02 Titulo II Capitulo Único


BENEFICIARIOS DEL ESTATUTO AGRARIO. En el artículo 16 establece.
BENEFICIARIOS DE LA LEY. "Se consideran beneficiarios de esta ley, a los
efectos de la adjudicación de tierras los siguientes requisitos:

- tener ciudadanía paraguaya sin distinción de sexo, mayoría de edad


acreditada con la respectiva Cédula de Identidad Policial y observar buena
conducta;
- dedicarse directa y habitualmente a la agricultura, como actividad
económica principal;
- no ser propietario de inmuebles, salvo la de un lote urbano o suburbano, o
no ser propietario de un inmueble rural con superficie menor a una UBEF; y,
- no haber sido adjudicado anteriormente con tierra por parte del Instituto de
Bienestar Rural, salvo la excepción del inciso (c) de este artículo.

Para asentamientos ganaderos en la Región Occidental:

- tener ciudadanía paraguaya sin distinción de sexo, mayoría de edad


acreditada con la respectiva Cédula de Identidad Policial y observar buena
conducta;
- dedicarse habitualmente a la producción ganadera o manifestar su
intención formal de hacerlo;
- no haber sido adjudicado anteriormente con tierras por parte del Instituto de
Bienestar Rural, salvo la excepción del inciso ( e) del párrafo precedente;
- poseer registro de marca de ganado;
- garantizar, de acuerdo con el reglamento que dictará el Instituto de
Bienestar Rural, la realización de inversiones para la ocupación efectiva y el
desarrollo productivo ambientalmente sostenible del inmueble solicitado.

Artículo 17. OTROS BENEFICIARIOS DE ESTA LEY

Bajo término a ser reglamentado por el Organismo de Aplicación podrán adquirir la


calidad de beneficiarios del Estatuto Agrario, con las limitaciones que para cada
caso se establezcan:

- los ciudadanos extranjeros, con radicación permanente y no menos de


cinco años de residencia en el país, que a la fecha de vigencia de la
presente le y; por el periodo mencionado, se encontraron residiendo,
ocupando y utilizando directamente lotes o fracciones de patrimonio del
Organismo de Aplicación;
- las personas físicas o jurídicas, que tengan como actividad económica
principal, el beneficiamiento, la transformación y comercialización de la
producción agraria, y hubieren de realizar las inversiones necesarias para el
efecto, principalmente en el respectivo asentamiento colonial;
- las cooperativas de producción agropecuaria, forestal y agroindustrial y
otras organizaciones de productores o productoras rurales, formalmente
constituidas;
- las Comunidades Indígenas, que constituyen hábitat sobre tierras del
patrimonio del Organismo de Aplicación;
- las organizaciones civiles no gubernamentales de bien público, sin fines de
lucro, cuyos objetivos resultaren congruentes con las finalidades de esta
ley;
- los excombatientes de la Guerra del Chaco, conforme a lo que establece la
Ley No. 431/73".

Con la aplicación del Estatuto Agrario lo que hace nuestra ley es demostrar que el
criterio aplicado es el Ecléctico. En la Actividad Agraria.

d) El Sujeto Agrario

Los sujetos agrarios son las personas físicas o jurídicas que ejercen o participan
en la actividad agraria productiva de manera habitual o quienes controlan,
protegen o fomentan a la actividad agraria en general por razones de interés
público y bienestar social.

Los sujetos agrarios ejercen la actividad agraria productiva. Este requisito es


esencial para que se los califique de sujeto agrario si no ejercen la actividad
productiva no son sujetos agrarios. Pero por la razón de la naturaleza de la
producción del lugar donde se la obtiene el destino ulterior que se le da, en
muchos casos el sujeto agrario ejerce actividades agrarias conexas, además de
las productivas.

Puede el sujeto ejercer una actividad agraria vinculada pero lo único que le da el
carácter de sujeto agrario es la actividad agraria productiva. Lo que interesa a la
regulación jurídica en particular es el productor y quienes participan de una
manera u otra en la producción. De ahí que para el derecho agrario la importancia
económica es pareja a la importancia social de la actividad agraria.

La actividad agraria ejercida por el sujeto se fija por su actuación o participación


en la producción. Los demás aspectos de la actividad agraria deben considerarse
siempre como accesorios o complementarios de la actividad fundamental que es
la productiva. Existen algunos que pueden calificarse de preparatorios y que en
ciertos casos van íntimamente ligados a la actividad agraria productiva al extremo
que se los puede incluir entre ellos.

Sin embargo debe mencionarse a la actividad agraria conservativa como ejemplo


cuya importancia es fundamental, por cuanto permite asegurar la conservación de
los recursos naturales renovables, la salubridad de los vegetales, animales y la
protección de la actividad agraria en general.

El sujeto que desempeña la actividad agraria de conservación y preservación


puede ser público o privado por cuanto en ambos casos el fin esencial es
conservar el recurso o mantener la sanidad vegetal o animal en un nivel normal.
Lo que diferencia a la actividad desarrollada con estos fines es la clase de sujeto
que la realiza; de manera que si existe un sujeto público por ejemplo el Ministerio
de la Agricultura y Ganadería que realiza una desinfección de galpones o
establecimientos para asegurar su estado sanitario es indudable que tal acto,
como el ejercido por el propio arrendatario de una fracción de tierra o su
propietario con el fin de asegurar la sanidad en su establecimiento, es el mismo.
La diferencia radica en que mientras en el primer caso el sujeto agrario público
actúa por motivos de interés público, en el segundo el sujeto privado que hace lo
mismo, actúa en salvaguarda de interés privado o particular. De manera que la
actividad agraria no productiva puede ser ejercida por personas diversas según los
casos.

A fin de que no queden dudas al respecto conviene destacar en qué casos y bajo
qué condiciones es factible que suceda esto.

La actividad agraria productiva la ejercen siempre los sujetos agrarios ya se trate


de sujetos privados o públicos. Unos por razones obvias ya que la actividad
agraria responde fundamentalmente al propósito de producir. El sujeto agrario
público también puede actuar en la tarea productiva. Lo puede hacer ya sea por
medio de empleados o funcionarios o bien con la participación de sujetos agrarios
privados.

No se trata de una actividad agraria específica del Estado, pero lo importante es


reconocer que el Estado como sujeto agrario puede ejercerla. Nada puede
impedírselo ya que no se opone ello a ningún principio fundamental del derecho
agrario. Lo que si interesa reconocer, es que tal actividad agraria productiva, el
Estado puede desarrollarla a título experimental o bien como una forma habitual
de participar a la producción agropecuaria. Este es un asunto que depende de la
legislación agraria positiva; por eso no es posible deslindarlo aquí puede afirmar
que dentro de la sistemática jurídica agraria general y según sus principios
fundamentales nada se opone a ello.

EI sujeto agrario público puede además desempeñar una actividad agraria no


productiva. En este aspecto su calificación de sujeto agrario es excepcional. Pero
en razón de que tal como se expresó en párrafos anteriores, el Estado recibe el
nombre de sujeto agrario, en tanto en cuanto se procede a la sistematización
jurídica y al ordenamiento jurídico agrario, puede afirmarse que en su carácter de
tal debe realizar no solo una actividad agraria productiva, sino también de otro
tipo; conservativa, preservativa, de policía, etc.

Este tipo de actividad agraria no productiva es fundamental cuando se trata del


Estado, por cuanto es el encargado por intermedio de sus órganos (Ministerio de
Agricultura y Ganadería, I.N.D.E.R.T, etc.) competentes de proteger, estimular y
fomentar en toda forma a la actividad agraria productiva.

Es necesario insistir que el sujeto privado puede desarrollar cualquier tipo de


actividad agraria; pero llegara a ser sujeto agrario únicamente cuando su actividad
fundamental o principal sea la productiva o sea cuándo cultive la tierra, crie o
cuide los animales o plante árboles. Dichas actividades podrán ejercerlas por si o
con otros pero su actividad debe ser siempre de dirección o participación en la
actividad agraria productiva. Si no realizara ninguna otra actividad agraria seria
siempre sujeto agrario; pero en cambio sí realizara cualquier actividad agraria
menos la productiva no sería sujeto agrario.

Lo fundamental para la calificación del sujeto agrario es tener presente la actividad


agraria productiva. A partir de este concepto se puede afirmar que quien la ejerce
es sujeto agrario.

En cambio en la actividad agraria no productiva, el Estado o los organismos


estatales pueden ejercerla en razón que si lo hacen es por razones de control,
vigilancia o fomento de las condiciones que facilitan o permiten desarrollarse a la
actividad productiva agraria. En este caso el sujeto que realiza la actividad agraria
en cualquiera de sus formas en razón de la finalidad de sus funciones. De manera
que si el sujeto público realiza actividades agrarias diversas pero no las
productivas no pierden su carácter de sujeto agrario por razón de la competencia
que las leyes agrarias le asignan.

Esto en lo que respecta a lo fundamental y sistemático; pero ello no puede en


manera alguna excluir la posibilidad de que el legislador pueda calificar como
sujeto agrario a la persona física o jurídica que se comporte en la forma indicada,
o sea que ejerza otro tipo de actividades que no sea precisamente la productiva.
Lo importante para comprender el criterio adoptado aquí es tener presente que la
producción agropecuaria es una meta fundamental de la política agraria y que la
importancia de la misma trasciende a la persona y hasta el interés del mismo
productor, de manera que si el estado defiende o protege a los productores no lo
hace por ellos mismos sino por el interés público que representa la producción
agropecuaria.

Los sujetos ejercen la actividad agraria en cualquiera de sus formas. Los sujetos
agrarios privados la ejercen también, pero serán sujetos agrarios mientras realicen
como principal actividad la productividad en cualquiera de sus especializaciones

Los sujetos agrarios públicos pueden ejercer indistintamente la actividad agraria


en sus diversas formas, por razones de interés público que protegen o por la
necesidad de que actúen en la actividad agraria ya sea privada o pública.

La actividad es la aptitud o facultad de obrar que permite crear o realizar actos. Es


decir, que la persona que ejerce la actividad agraria ejecuta actos agrarios o los
realiza. Si es sujeto agrario privado realizara actos productivos como finalidad
esencial de su actividad y también podrá realizar otros que no sea productivo pero
que se hallaran relacionados con ellos por conexión.

Lo importante es señalar que el sujeto agrario puede ser público o privado. Si es


público ejerce la actividad agraria en cualquiera de sus formas. Si el sujeto agrario
es privado debe realizar como actividad principal a la productividad. Si lo hace es
libre de ejercer todas las demás actividades pero su carácter de sujeto agrario lo
tendrá según realice o no la actividad productiva agropecuaria.

Es necesario insistir que el sujeto privado puede desarrollar cualquier tipo de


actividad agraria, pero llegará a ser sujeto agrario únicamente cuando su actividad
fundamental o principal sea la productiva o sea cuando cultive la tierra, crie o
cuide los animales o plante árboles. Dichas actividades podrá ejercerlas por sí o
con los otros pero su actividad debe ser siempre de dirección o participación en la
actividad agraria productiva. Si no realizara ninguna otra actividad agraria sería
siempre sujeto agrario; pero en cambio sí realizara cualquier actividad agraria
menos la productiva no sería sujeto agrario.

Lo fundamental de la calificación del sujeto agrario es tener presente a la actividad


agraria productiva. A partir de esta concepción se puede afirmar que quien la
ejerce es sujeto agrario.

CLASIFICACIÓN
A) según su naturaleza.

Sujeto agrario físico: los que realiza tarea de manera habitual

Sujeto agrario jurídico: Son las personas artificiales capaces de adquirir derechos
o contraer obligaciones agrarias y que tiene por finalidad desarrollar

B) según el tipo de actividad que realizan

Productores: las que desempeñan la actividad agraria productiva o que la dirigen


personalmente, ya se trate del cultivo del sueldo, la cría y cuidado de los animales.

No productores: Son aquellos que realizan funciones de protección, controlar y


fomento de la actividad agraria.

OBJETO AGRARIO

Concepto.

El objeto agrario constituye la cosa o servicio que por su naturaleza o destino


pertenece a la actividad agraria o sirve para la relación de sus fines.

De acuerdo con lo expresado el objeto agrario se halla integrado o por cosa o


bienes, o por servicios que desde el punto vista estrictamente jurídico son las
prestaciones de dar, hacer o de no hacer, a que se someten los sujetos agrarios
de acuerdo a los deberes u obligaciones que imponen a los mismos las normas
jurídicas agrarias.

El objeto agrario constituye una de las categorías jurídicas agrarias de contenido


variable. En efecto como ya se ha dicho el objeto puede manifestarse como una
cosa o como un servicio, y en muchos casos pueden presentarse ambos a la vez.
En toda relación jurídica agraria debe existir un objeto por cuanto la relación
jurídica agraria constituye la unidad sintética de las categorías jurídicas agrarias
de contenido variable.

De la misma manera con relación al sujeto agrario, es factible distinguir el


contenido variable. En efecto el objeto puede ser cosa o bien agrario o servicio
agrario. Pero a la vez las cosas pueden ser naturales o artificiales; las naturales
pueden ser de suelo, agua o bosques, etc. A su vez las artificiales pueden ser
máquinas agrícolas, galpones, molinos, etc.

Contenido
Para estudiar un objeto agrario es necesario partir del distingo primordial que
surge de su propio contenido o sea las cosas y los servicios.

Las cosas representan el aspecto de mayor relevancia en el análisis del objeto


agrario ya que por medio de ellas se realizan las actividades agrarias
fundamentales y más aún, con la coparticipación de las cosas naturales se logra
desarrollar el proceso agropecuario en todas sus formas y especializaciones.

Las cosas agrarias susceptibles de valor o sea los bienes agrarios admiten
diversas clasificaciones según el método que se adopte para hacerlas. En este
caso se ha partido de la aplicación de los principios generales del Derecho
Agrario, a fin de conseguir por ese medio una clasificación más adecuada a las
necesidades y requerimientos de índole jurídica agraria.

Al estudiar aquí el contenido del objeto agrario lo que interesa es determinar un


aspecto fundamental del mismo y que consiste en distinguir el objeto simple, del
objeto complejo.

Este distingo en el objeto agrario permite aclarar una aparente confusión en sus
análisis. En efecto el objeto comprende o puede comprender cosas y servicios o
sea cualquier objeto agrario puede manifestarse concretamente como una cosa o
como un servicio agrario. Es decir que en una relación jurídica agraria el objeto o
materia de la relación jurídica puede concretarse ya sea por una cosa o un servicio
o un complejo de cosas o servicios.

El objeto puede mantener su carácter de simple mientras su contenido sean cosas


o servicios o cosas y servicios. La diferencia surge porque su contenido mismo es
un complejo de cosas y servicios en se aparece con ribetes especiales cuando se
trata de un objeto complejo de cosas y servicios en sentido de una universalidad
de bienes y servicios organizados coyunturalmente en sentido productivo.

Con lo dicho se puede apreciar el hallazgo de una distinción fundamental en


materia jurídica agraria. Es decir que el análisis del objeto nos permite distinguir el
sinnúmero de cosas y servicios que pueden servir de contenido a una relación
jurídica agraria y el conjunto de bienes y servicios que afectados de una
organización específica y con un fin productivo constituyen o integran a un objeto
complejo que recibe el nombre de "patrimonio agrícola".

El patrimonio agrícola sobre el cual se asentará el fundo agropecuario es un objeto


complejo porque se halla constituido por una universalidad de bienes y servicios
organizados con un fin productivo. Se trata de cosas constituidas, plantadas o
enclavadas para que sirvan a un fin determinado y que exista una organización de
servicios que ponga en funcionamiento las cosas para conseguir un fin productivo
determinado.

Clasificación del objeto agrario.

El objeto agrario puede ser clasificado en simple y complejo. El objeto es simple


cuando su contenido se halla integrado únicamente por cosas o servicios agrarios.
En ciertas circunstancias el objeto simple puede también componerse de varias
cosas y servicios, sin que ella haga perder de modo alguno su naturaleza simple.

El objeto agrario es complejo cuando además de hallarse constituido por cosas y


servicios, ellas forman una universalidad de bienes y servicios en sentido integral y
su complejidad se halla reglada por una idea de organización en coyuntura
productiva. En síntesis cuando la intencionalidad organizativa responde a la
productividad agropecuaria en general en cualquiera de sus formas y
especializaciones, el objeto complejo.

La complejidad del objeto reside en la presencia de objetos físicos o materiales y


en la existencia de objetos ideales o intelectuales como pueden ser la idea
organizativa plasmada en la universalidad de bines y servicios como la unidad
sintética que los une y les da sentido.

De lo dicho resulta que el objeto agrario complejo se define además de tener un


contenido universal de las cosas y servicio también una compleja naturaleza
material e intelectual o ideal (da organización).

El objeto complejo sin la organización que lo convierta en un ente destinado a un


fin productivo no existe como tal. De ahí que sea necesario insistir que en ciertos
casos se da esta situación y en otros no. Por eso el derecho agrario no estudia
únicamente a los objetos agrarios complejos porque de admitirse dejaría de lado
muchos otros que constituyen objetos agrarios que no son complejos

Dentro del objeto agrario, como parte de él, debemos distinguirá las cosas y los
servicios.

Las cosas se clasifican por su calidad en:

Naturales o artificiales: las cosas naturales están representadas por los recursos
naturales renovables (suelo, agua, bosque, fauna) y los artificiales son las
constituidas o fabricadas por el hombre (casas, galpones, bretes, arados).

Móviles o inertes: las cosas móviles son aquellas naturales o artificiales que se
mueven por acción física o mecánica; en cambio las inmóviles o inertes son las
que permanecen estáticas y no pueden desplazarse. Las cosas inmóviles pueden
ser susceptibles de ser movidas por acción del hombre y a la vez las cosas
móviles pueden ser susceptibles de inmovilizarse por acción humana.

Perecederas o imperecederas: las cosas pueden ser perecederas si se pierden o


desnaturalizar por acción del tiempo y de agentes externos ya sea frío, calor,
insectos, bacterias, etc. Existen por el contrario otras cosas que no son
perecederas sino únicamente por muerte natural o por desgaste o uso común, o
sea que su duración es en principio prolongada mientras que las otras pueden
despreciarse rápidamente.

Este distingo que como podrá notarse es relativo tiene importancia en materia
agraria por cuanto los frutos y productos en muchos casos presentan caracteres
tales que la actividad conservadora para protegerlos asume una importancia
fundamental al extremo de afectar el tráfico jurídico.

Productivas y no productivas: las cosas productivas o fructíferas son las que


producen frutos o productos. Las fructíferas son las que producen frutos sin
agotarse - por lo menos dentro de un lapso determinado- en cambio las
productivas, son las que producen pero se agotan por efectos del acto productivo.

Existen también cosas que no son productivas, porque no producen; pero pueden
llegar a ser productivas por acción de la naturaleza del hombre. Ellas se
denominan improductivas y no pertenecen de manera excluyente a ninguna de las
categorías cuyas modalidades pueden llegar a tener. Es importante señalar que lo
improductivo es lo que ha dejado de ser productivo, mientras que lo no productivo
es lo que no puede producir.

Divisibles e indivisibles: la divisibilidad o indivisibilidad de las cosas agrarias puede


ser física o jurídica. Se dice de una cosa que es divisible físicamente cuando
admite la división sin alterar la sustancia. Se dice que es indivisible si por la
división se altera.

Las cosas divisibles pueden ser divididas en porciones reales sin destruirse, y en
formar cada una de esas porciones un todo homogéneo y análogo a las otras
partes como a la cosa misma. Pero esta división puede no afectar a la sustancia,
pero si a su capacidad de rendimiento económico (parvifundio).

Una cosa es divisible jurídicamente cuando las normas legales lo autorizan e


indivisible cuando lo prohíben. Una cosa puede ser divisible desde el punto de
vista jurídico y no desde el punto de vista físico. Por el contrario una cosa puede
ser jurídicamente indivisible y ser susceptible de división física.
Genéricas o específicas: Esta clasificación que interesa en particular en materia
agraria está fundada sobre la antítesis existente entre el individuo, la especie y el
género.

Se entiende por cosa determinada o específica a la que se distingue por sus


caracteres propios que la diferencian de todas las demás de su especie o género.
Cosa genérica es la determinada por los caracteres comunes a todos los
individuos de su especie o género.

Presentes y futuras: son cosas presentes las que tienen existencia in actu o sea
en el momento de ser tenidas en cuenta. Son futuras aquellas cuyas existencia no
es actual, pero puede racionalmente esperarse con más o menos probabilidad. .

LA PERSONALIDAD AGRARIA

La capacidad: se entiende per capacidad agraria, la actitud jurídica para celebrar


actos jurídicos agrarios, lo que equivale a decir que es la aptitud para adquirir
derechos o contraer obligaciones agrarias. La capacidad constituye une
emanación de la personalidad jurídica agraria, con la cual se halla íntimamente
vinculadas.

Puede considerársela como algo potencial, en otras palabras como una propiedad
o condición para adquirir derechos o contraer obligaciones agrarias,
independientemente de la mayor o menor extensión que esa calidad virtual pueda
implicar en las diversas personas y ante los distintos actos propios de la actividad
jurídica agraria.

La expresión adquirir derechos o contraer obligaciones comprende de la


adquisición del derecho considerada en sí mismo, su ejercicio, su conservación y
defensa, y su pérdida total.

La capacidad o incapacidad de los sujetos agrarios depende exclusivamente de la


ley agraria positiva.

La capacidad agraria puede ser: capacidad de derecho o de hecho.

La capacidad agraria de Derecho

La capacidad agraria de Derecho se relaciona con los requisitos que la ley


impone, para poder ser titular de determinados derechos.

La capacidad agraria de derecho, consiste en la aptitud de ciertos sujetos agrarios


para gozar de derechos agrarios, o sea que implica la facultad que reconoce la ley
para poder ser titular de derechos. Ellos se hallan establecidos en la legislación
agraria y tienen carácter general, ya que el reconocimiento legal para gozar de
ellos, sólo es limitado por prohibiciones excepcionales.

La capacidad de derecho ha sufrido variantes considerables en la legislación


agraria más reciente, pues se prohíbe a determinadas personas o instituciones de
disfrutar de esta capacidad por motivos de índole económica y social, a fin de
posibilitar el cambio de las estructuras agrarias.

La capacidad de derecho por lo general, aparece legislada en forma distinta, pues


los derechos agrarios se hallan especificados en cada una de las leyes agrarias, y
sólo en contados casos en una ley agraria común. Ello origina dos inconvenientes:
uno que consiste en la variabilidad de criterio para determinar la capacidad agraria
de derecho; y el otro debido a que las condiciones requeridas para disfrutar de
ellas se presentan con mayor estrictez en algunos casos que en otros.

Son capacidades de derecho en la legislación agraria, las que las leyes otorgan
para adquirir tierras, para explotar bosques, para utilizar aguas públicas, para
acogerse a prórrogas legales en los contratos agrarios o a los beneficios de
inembargabilidad en ciertos bienes, etc. (Ley No. 1.s63/02 Art. 16 y 17
BENEFICIARIOS DE LA LEY Y OTROS BENEFICLARIOS DE ESTA LEY).

Capacidad agraria de hecho

La capacidad de hecho presupone la posibilidad de ejercer el derecho. Ejercer un


derecho, significa ponerlo en ejecución. La persona que tiene el ejercicio de sus
derechos agrarios puede disponer libremente de ellos, enajenarlos, gravarlos,
cederlos, etc.

En las leyes agrarias se halla legislada la capacidad agraria de hecho, como el


conjunto de normas que regulan la forma de ejercer esos derechos, de manera tal
que si bien todos o un grupo de sujetos agrarios son titulares de esos derechos,
sólo los que reúnen determinadas condiciones pueden ejercerlos.

Así podrá notarse como en la mayor parte de las leyes de reforma agraria y
colonización al establecer el régimen de adjudicación de predios a productores en
general o profesionales de la agricultura" establece en esta expresión las
condiciones fundamentales para gozar de determinados derechos (capacidad
agraria de derecho), y fijar los requisitos para poder ejercerlos (capacidad agraria
de hecho).
Las capacidades de hecho que generalmente se establecen son: Mayoría de
edad, paraguayo o extranjero con radicación permanentemente no menos de
cinco años de residencia en el país, etc.; según los países.

CONCLUSION

En términos sociales, la pobreza sigue siendo el principal obstáculo a un


desarrollo pleno y justo.
Los resultados de las diferentes estrategias aplicadas en las últimas décadas para
combatir la pobreza tienen resultados muy desalentadores.

Pero más grave que las precarias condiciones de ingreso de la población es el


pobre avance en la creación de capacidades para lograr soluciones estructurales y
autosostenibles de solución a la pobreza.

Las oportunidades de los pobres del campo están limitadas por una muy baja
formación para la producción y para la vida y por restricciones institucionales y
políticas para el acceso a activos productivos.

El modelo de capital humano que prima en el sector rural sigue basado en


patrones que favorecen el criterio de que el sector rural es el gran proveedor de
mano de obra no calificada para la economía urbana. Modelo que ha sustentado el
profundo cambio demográfico de Paraguay en las últimas décadas. La calidad de
la educación es escandalosamente baja y el logro educativo pobre.

No hay duda de la existencia un grave problema de capital social en el sector rural


Paraguayo que se refleja en baja capacidad técnica y empresarial, dificultad para
asimilar flexiblemente los cambios del entorno económico y responder a las
exigencias del desarrollo.

BIBLIOGRAFIA
 Sánchez González, Juan Enrique. El Derecho Agrario en el Paraguay
Concordado y Comentado; Editorial Ediciones y Arte S.A., Asunción,
Paraguay 2013.

 Constitución Nacional de la República del Paraguay, Editorial El Foro S.A.

 Código Civil Paraguayo, Editorial El Foro S.A.

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