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LA NOCHE DE LA BESTIA
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( Obra Teatral )

De: Edilio Peña.

Para Ana Rita Tiberi, amorosamente, siempre.


PERSONAJES
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LA ACTRIZ
PIE GRANDE
LUBA
UNA NIÑA TERRIBLE
SOLDADOS Y CIVILES

LUGAR
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(Un espacio extraño e indefinido. Progresivamente, mientras se desenvuelve el
relato teatral en la noche tensa, comenzarán a aparecer objetos y elementos
reales. Así como, alguna “especie” demasiado familiar.)

( La actriz, se viste con un traje negro y rojo de lentejuelas, largo y ajustado.


Una cabellera rubia cae sobre sus hombros. Se mueve con propiedad y
elegancia. Habla con el tono afectado de una diva trasnochada. ) No lo pude
creer. Fue todo un acontecimiento. ¿ Cómo hizo esa estrella para caer en esta
laguna donde se reflejaba la luna toda? ... El infinito no respondió a mi
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pregunta, y me quedé muda mirando hacia arriba. Boba. No fue un ángel. Ni


siquiera Dios. ¡ Fue él quien la hizo caer desde los cielos!... ( Grita. ) ¿ Por
qué lo hiciste?... ¿ Ah?... La vida debería ser un derecho sólo para los
elegidos por el autor glorioso de la creación. Nadie más debería disponer de
ella. ¿ A esta hora que estará haciendo? ¿ Durmiendo? ¿ Soñando? ¿ O
estará viendo la televisión?... Eso nunca se sabe. Es un misterio. Nunca
puedo saber lo que hace o piensa allí adentro. Si realmente puede pensar
entre esa masa de pelos Ah, no debería hacer concesiones con la
conmiseración. Sentir lástima es un sentimiento impuro. Pero ya es
demasiado tarde para que el creador corrija los sentimientos humanos.
Siempre me sorprende. ( Sintiendo un estremecimiento espacial. ) ¿ Estará
temblando?... ¿ Se irá a repetir otra desgracia?...¡ Dios mío! ( Mirando hacia
la oscuridad. Otea. Se oye una ronca respiración, acezante.) ¿ Qué haces ?...
¿ Qué estás haciendo?... ¿Qué haces con esa mano?... ¿ Escupes... escupes
también?... ¡ Asqueroso! ( Se dirige a un extremo. Vuelve con un látigo. Lo
sacude golpeando los barrotes de una jaula, apenas visible entre la
penumbra.)... ¡ Dame! ¡ Dame ese video! ¡ Dámelo desgraciado!... ( Se oye
un aullido orgásmico, luego se hace un silencio. Una música electrónica crea
una densa expectativa. Un haz de luz, ilumina una mano oscura y peluda que
sale por entre los barrotes, con el cassette del video. La actriz se lo arrebata.
De inmediato, la mano se oculta. ) ¡ Asqueroso!... ¿ Quién te habrá enseñado
hacer eso?... No pudo haber sido él. Sería el colmo. ¿ De dónde sacaste este
video?... ¿ Lo sacaste de su cuarto?... ¿ Cómo hiciste para forzar la puerta?...
¿ Ah?... ¿ Cuándo irás a responder a mis preguntas?...( Deteniéndose en el
cassette.) Un video casero. A lo mejor lo grabó él. Con mi cámara. Un día
cuando yo no estaba. En mi propia cama y con ella, su amante. ¡ Maldita, me
persigues hasta en el olvido!.(Tira el cassette sobre el sofá. ) A partir de
ahora, no te dejaré salir de la jaula sin mi permiso... ¿ Estás oyendo?... Te
castigaré. Pagarás penitencia. No te dejaré suelto por la habitación como
antes. Esta noche me llevaré el televisor a otro lugar. No permitiré que me lo
sigas secuestrando. La televisión no es tuya. ¡ No verás más telenovela!...
Debes aprender a no curiosear con lo ajeno, con lo que no es tuyo. Debes
aprender a no meterte con mis cosas, menos con las de él. No debes usar mi
cepillo dental, ni el plato donde como. No puedes intentar actuar como un
ser normal, no puedes intentar ser como un hombre, menos como el
presidente. ¡ Eres un animal, no un humano ¡ Tu sitio es la jaula!... A partir
de ahora te prohibo ver las cadenas. ( Se oye la melodía seductora de un
silbido. La actriz se perturba.) Ese silbido... otra vez su silbido... ( Tapándose
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los oídos.) ¡ No! ¡ No!... ¡ Deja de silbar, Luba!... (Cediendo.) Su inolvidable


silbido. ( Pausa. ) Alelado, le gustaba mirar hacia el cielo infinito. No el mío,
sino el de allá afuera. El del otro mundo. Cuando lo veía ensimismado,
parado allí frente a la ventana, nunca me atrevía a llamarlo porque sabía que
no podía responderme. Además, jamás hubiera podido hacerlo. Sólo me
sentía. Entonces, lo sacaba de su embeleso con una infusión de jazmín. El
olor lo envolvía y lo estremecía. Yo veía cómo el humo sinuoso de la bebida
salía de la taza, y al igual que una serpiente, lo rodeaba y lo remontaba por
el torso desnudo de su cuerpo. Entonces, dejaba de mirar el cielo y volvía sus
ojos hacia mí. Se acercaba silbando y me tomaba por los hombros. Sonreía.
Qué dulce sonreía. Los dientes más hermosos y perfectos que he tenido frente
a mí. ( Cierra los ojos. Subyugada por el recuerdo. El torso desnudo de un
hombre, sin cabeza, se acerca por entre una espesa neblina. La bordea y
automáticamente, la imagen varonil desaparece.) Ninguno de los que me besó
tuvo unos dientes como los suyos. Pero cuando me acuerdo de él, dudo de ser
dichosa. Quien perdona es libre. Yo en cambio, no tengo esa capacidad. Me
resulta amargo reconocerlo, es así. Uno no debería recordar. ¡ Bah! Más
años tengo, más recuerdo. Ahora, al oír su silbido, un río de imágenes me
desborda. Los recuerdos me asaltan, embotan mi mente. No me dejan vivir.
Por eso transformé esta casa donde he vivido. Con la idea de escapar del
pasado, de su silbido. Nada de lo que hay aquí es real. ( Mira entorno. )
Huyo de la memoria. Mi tarea es vencerla, domesticarla. Ojalá pudiera
arrancarla de mí. ¿ Podré?... ¿ cómo?... Su rostro me persigue... ¡ Está
anclado a mi alma!. ( Vuelve a cerrar los ojos, se estremece como ensayando
un desprendimiento interior. Se arranca la cabellera y se coloca una peluca
de cabellos azules.) Me condené a vivir en esta escenografía. Los restos de la
última telenovela que protagonicé. Soy como esa estrella de escarcha que
ayer se deshizo en la laguna de mi mano. Terminé siendo como un objeto de
utilería. Un triste y ridículo deshecho. Me hubiera gustado ser una actriz de
teatro. Para actuar sólo en monólogos. ( Pausa. ) Me cansé de la gente. Viví y
conviví con tanta gente que me obstiné de todos. Sólo tengo la compañía de
ese animal, que aunque a veces me molesta, soy yo quien termina por
controlarlo. Me hastié de la mala ficción. A estas alturas de mi vida, todo lo
referente a lo humano me resulta aborrecible. Hace tiempo dejé de beber, de
fumar, y hasta de comer. Me alimento de pastillas o de migajas. Me he ido
trasparentando en el encierro. En el silencio y en el olvido, he torturado y
despreciado mi cuerpo. Creo que ya no me reflejo en los espejos. Yo, que
ostenté las medidas que enloquecieron las pasarelas: Yo, que cultive la fama
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y el poder, la competencia y la envidia, la belleza y el glamour, me he


sumergido en la nada y en la indiferencia. Ya no formo parte de los chismes.
No. Mi imagen no ha vuelto a aparecer en ninguna revista. Menos, en la
pantalla chica de la televisión. Las nuevas generaciones no saben de mí
leyenda. Cuando salgo de mi escondite, lo hago de noche y bajo la lluvia. En
la ventana, dejo asomado a ese animal disfrazado de mí. Una figura que me
representa en la distancia. Al verla algunos se preguntarán: “¿ Se habrá
hecho la cirugía?”.( Ríe amargamente.) En fin, mi mayor anhelo, es no formar
parte de la vida ni de la muerte. ( Se pone un sombrero con velo y unos largos
guantes.) Sin embargo, me encanta cambiar de vestido. Es como cambiar de
época. De esa manera busco estar fuera del tiempo. Es una rutina que me
divierte. En la mañana, puedo elegir vestirme como en los años veinte,
después del mediodía como en los años treinta, en la noche los cincuenta son
mi predilección. Y así, hasta sentirme como una extraviada diva del siglo
pasado. (Descendiendo sus manos por el talle de su cuerpo.) Este vestido es
para esta noche. No sé por qué tengo la intuición de que en esta noche habrá
de ocurrir lo que nunca ha ocurrido. Lo que tanto he esperado. Pero siento
que a este lugar le falta algo. Ya sé. El perfume de la inolvidable presencia de
Luba. ( Toma un frasquito con spray y rocía el ambiente. Se detiene y aspira
hondamente.) Quizás por eso me enamoré de Luba. El último sentimiento que
tuve hacia un hombre. Porque creo que él no era humano. De lo contrario, no
lo hubiera soportado como soportó a ese animal. Luba no parecía una
persona, más bien, un personaje de película. Nuestra relación fue como una
historia escrita por alguien muy especial. ¿ Tendrá nombre ese escritor?
Quién sabe. ¿ O fue mi propia mano la que escribió el guión sin que yo
misma me percatara? De todas maneras, me intriga el contenido de esa
página que encuentro al amanecer. Una página distinta cada día. Escrita con
tinta china. ( Se acerca al sol de utilería y lo enciende. Un rayo de luz ilumina
mucho más la escena.Recoge una hoja de papel. Mutilada. Se coloca unos
lentes y se detiene en su escrito.) La caligrafía se parece tanto a la de Luba.
Una letra menudita como la suya. Lo malo es que ya el animal ha devorado la
mitad de mi historia. Soy una mujer dividida. La mitad que está aquí, y la
otra, en el estómago de esa bestia. Por eso nunca sé lo que me habrá de
ocurrir. (Mirando hacia la jaula. Sentenciosa.) Ahora vivirás eternamente
aislado. El control se quedará en mi poder y la reja de esa jaula no se abrirá.
El espacio de tu soledad será más pequeño que el mío.( Saca el control
remoto de un bolsillo y lo coloca en el piso.) Lo desearás pero no podrás
tomarlo. Será como la libertad: un imposible. ( El silbido comienza a oírse.
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La actriz se tapa los oídos. Sacude su cabeza. Busca su origen por el interior
del lugar.No lo encuentra.) ¡ Deja de silbar, Luba ¡... ¿ No me oyes? ¡ No
silbes más ¡... ( Truenos y relámpagos sacuden la escena. Se escucha un
fuerte aguacero que se desata. La actriz busca un paraguas y lo abre sobre su
cabeza. Se entrevén imágenes de cerros poblados de ranchos. El aguacero
inclemente los derrumba.)Todo comenzó cuando vi aquel noticiero de
televisión. La naturaleza había desatado su venganza.Lo que había perdido
comenzó a conquistarlo de nuevo. Los ríos y los mares se desbordaron. No
quedó casa, ni edificio en pie. Los pulmones se inundaron de agua hasta la
asfixia. Los sobrevivientes, apenas lograron alcanzar tierra firme. Dolidos,
algunos llegaron a los centros de acopio. En esas imágenes del horror, un
rostro me conmovió : Luba. El único rostro donde la tragedia no se había
hecho presente. Un rostro sereno e imperturbable, inmerso en la masa de
damnificados. Cuando la cámara lo enfocó, sentí que su mirada me
alcanzaba con una frase : “ Ven a buscarme”. Aunque él no dijo nada al
micrófono del periodista que lo abrumaba de preguntas. Avasallada por la
aprehensión telepática, yo decidí ir en su búsqueda. Me vestí, como estoy
ahora, y con mis lentes negros, saqué el automóvil del estacionamiento.
Manejé directo hasta ese sitio. ( Se pone los lentes negros. ) Entonces, hablé
con el encargado del centro. Un guardia aindiado y de mal humor. Le dije
que yo estaba dispuesta a darle albergue a alguien que lo necesitara. El
guardia trató de escoger por mí. Entonces, yo le señalé la fotografía de Luba
pegada en una cartelera. Me lo buscaron. Mi sorpresa mayor fue enterarme
de que era un sordomudo. Sólo emitía un extraño silbido para aprobar o
desaprobar. Al principio, dudé de mi elección, después no me importó. Llené
una planilla con mis datos y me lo entregaron formalmente: “ Lléveselo “.
Cuando ya me iba con él, se detuvo y emitió una especie de bramido. Se
devolvió, y de nuevo, se perdió entre la multitud de damnificados.Pensé que
se había arrepentido. Espectante, interrogué al guardia : “ ¿ Qué pasa? ¿ Qué
pasa?” Pero éste, con el gesto de un dedo vendado, me pidió paciencia. Me
comí las uñas de la espera. Al rato, regresó Luba con esa sonrisa que me
derretía. Entre sus manos, traía la que habría de convertirse en mi perpetua
compañía: Pie Grande. Ese animal que está en la jaula. Entonces, yo me
quedé viendo al guardia y demudada, le demandé una explicación en voz
baja : “Mire, señor, yo sólo le puedo dar albergue a una persona”. El
guardia me respondió con su natural desfachatez. : “ Señora, este mudito
vino con mono incorporado. Lo toma o lo deja.” Cuando me disponía a
protestar, alguien de la prensa me reconoció y me abordó con una pregunta.
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“ Disculpe, ¿ usted no es la actriz que salía en televisión?” Rápidamente,


tomé de la mano a Luba y me dispuse a regresar. El guardia estampó un sello
en la frente del recién adquirido damnificado: un obsequio de tu querido
presidente. No entendí cómo podía obsequiarse la desgracia. Llegué a la
casa. Porque esto antes era una casa. Mucho antes de que Luba apareciera.
No esta cosa extraña y como ajena en la que ha terminado. En la que se ha
convertido y en la que he sucumbido. A veces creo que me he refugiado en un
sueño. Un sueño extraño. Hecho de retazos. De retazos conocidos y
desconocidos. Sin embargo, a Luba le encantó este lugar. El primer día yo lo
atendí y lo ubiqué en una de las habitaciones. El mono lo seguía a todas
partes como un lazarillo. Era cómico. Estuvo horas en el baño. Le di de
comer y se quedó dormido con el tenedor en la mano. El mono terminó por
comerse sus sobras. Un hueso del pollo que estuvo toda la noche royendo.
Recuerdo de Luba, su desamparo, pero también, su especie de lejanía.
Miraba siempre hacia el infinito. Hacia el hueco de la nada. Yo estaba
parada frente a él, como ahora, y me miraba como si no me viera. Me
atravesaba con sus ojos, mirando más allá de mí . Siempre tuve la impresión
de que miraba a alguien o a algo que no podía nombrar. Mirar a otro era un
pretexto para mirar el fondo. Sin embargo, su forma de mirar me gustaba.
Esa manera de mirar lo hacia diferente, encantador. Cuando Luba llegó a
esta casa, tendría unos quince años. Quizás más. Creo que también había
perdido su edad. Un pelo lacio y negro caía sobre sus hombros, Lo
adornaban. Era un varón apuesto. Semejante a un actor. Nadie sabe cómo
sobrevivió a la desgracia. Lo habían encontrado sepultado en las entrañas de
ese infierno. Cuando lo desenterraron, lo primero que hizo fue abrir los ojos
y sonreírle a la luz de una linterna. Pensaron que estaba loco. Entonces, se
percataron de que era sordomudo. Trajeron un especialista, y con el lenguaje
de las señas, lo interrogaron. ¿ Cómo hizo para sobrevivir entre los
escombros de un edificio de siete pisos ?... Enigma. La verdad la supe
después. Fue una hazaña. El mono había excavado un pequeño túnel hasta la
superficie, por donde pudo llegar el oxígeno que los salvó a los dos. Gracias
a Dios el agua y el barro no llegaron hasta donde él estaba. Cuando el grupo
de rescate se enteró de que Luba podía escribir, quiso saber de su origen y
familia. Luba escribió en la hoja de papel que le extendieron: “ Soy solo.”.
Lo insólito fue que cuando le pidieron redactar su nombre, lo escribió al
revés. Uno de los miembros del grupo de rescate, creyó que era un
extranjero, un judío. Luba lo desalentó dibujando en el papel una paloma
negra. En el pico del ave, colgó su verdadero nombre : “ Luba”. “ Tiene
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humor el mudito.” Murmuró el guardia. Entonces, el grupo de rescate río a


carcajadas quitándole el barro al extraño sobreviviente. ( Pausa.) El final de
aquella tarde llegó con un cielo encendido, como acostumbran a llegar las
tardes de anunciación. De regreso, en plena autopista, comenzó a seguirnos
una patrulla del ejército. No entendimos la persecución y la frase de un
altavoz nos conminó a detenernos. Orillé el carro. De la patrulla, se bajó el
guardia aindiado. Caminó hacia nosotros. “ Bájese Usted”. Yo cumplí sus
órdenes y descendí del auto con los ojos encandilados. “ ¿ Qué se le ofrece?”.
“ Mire, señora. Usted no puede llevarse al mudito... así como así.” “ Pero
señor...” “ Oficial... Yo soy oficial”... “ Disculpe usted, oficial. Ustedes
accedieron a que me lo llevara. Ahora, no entiendo. Mi casa será un albergue
ideal. Después pensaré en adoptarlo.” “ No señora, no se lo puede llevar
gratis. Me comprende. Este mudito vale mucho.” “ Entonces, ¡ no!. Yo no
trafico con la desgracia humana.”... “ Entonces, usted y el mudito se van para
el otro mundo.” “ No entiendo. ¿No es un obsequio del presidente?”. “ A ver
si entiende...”. Y sacó una pistola de alta potencia y me apuntó en la cabeza.
“ Ahora entiende. ¿ Verdad ? ” Un coro de risa se oyó desde la patrulla
estacionada. En ese momento, oí una voz profunda. La misma voz que me
penetró cuando veía el noticiero. La voz oculta de Luba. “ No tengas miedo.
No tengas miedo.” ( La actriz se dirige a la jaula. Reaccionando
histéricamente le grita a todo pulmón al animal. ) ¡ Los mataste, los mataste a
todos ! Saliste por la ventanilla del carro, y con toda tu furia de animal
salvaje, saltaste sobre el guardia, le quitaste la pistola y disparaste sobre él.
Después, entre gritos y chillidos, disparaste sobre los que estaban en la
patrulla. Disparaste una y otra vez. Con saña y placer.¡ Horror! La noche se
llenó de sangre, de su color espeso, de ese olor que produce vértigo. La
mirada se manchó para siempre. ¡Horror! Nada volvió a ser igual. Todavía
no salgo de mi asombro. ¿ Cómo el mono de un circo pudo convertirse en un
asesino?. Es más, ¿ cómo puedo vivir yo con un animal que es capaz de
matar?... Luba fue quien te ordenó ejecutar ese número. Al igual que en el
circo. Lo distinto es que el rifle que usabas para matar a los elefantes sólo
tenía balas de salva. Lo diferente es que nadie moría en la arena, sino que
simulaban morir entre los aplausos de
los espectadores. Ahora me doy cuenta de todo. Ahora puedo desgranar las
mentiras del ayer. ( Sujetándose de los barrotes de la Jaula.) ¡ Luba también
me engañó contigo!. ... No eras lo que al principio creí. Una indefensa
mascota. Aunque en el trayecto hacia la casa, tu amo, me convenció de lo
contrario... ¿ Cómo pudo convencerme de un hecho tan abominable?... ¿ Qué
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poder tuvo sobre mí?... ¿ Qué poder todavía tiene?... No lo sé, aún no lo sé. Es
un misterio. No encuentro explicación. A veces pienso que jamás debí haber
visto ese noticiero. Luba, así como amaestraste al mono así mismo lo hiciste
con mi mente. Soy tu esclava. ( Cierra los ojos y se arrellana exhausta sobre el
sofá. La oscuridad la arropa hasta que, progresivamente, desaparece. Sólo su
voz retumba, cansada. ) Debo tener la cara echa un desastre. El maquillaje se
me corrió. Lo malo de recordar en el trópico, es que uno termina convertido
en una máscara. Irreconocible. Menos mal que aquí los espejos ya no existen.
Cuando no hay reflejos, no hay nada que ver. ( La música electrónica invade
el espacio. La mano peluda se asoma por entre los barrotes de la jaula. Se
extiende con dificultad y logra tomar el control remoto. La reja de la jaula se
abre. De su interior, sale un mono, con las caracteristicas de un simio nunca
antes vistas. Su mirada pareciera delatar a un ser humano oculto entre su
pelambre. Erguido, se mueve simiescamente por la habitación. Un sexo
inmenso cuelga por entre sus piernas. Del perchero, toma un sombrero y se lo
pone. Luego, un chaleco y un pantalón. Se calza unos zapatos. Por último, se
coloca al cuello un lacito rojo. De la mesa, toma una jarra de agua y llena un
vaso. Lo pone sobre una bandeja. Se lo lleva a la actriz sumergida en la
oscuridad. Un rayo de luz, que proviene del sol utiería, lentamente la ilumina.
La actriz ha cambiado de vestido . Ostenta una peluca negra.)... ¿ Por qué
tomaste el control sin mi permiso?... Dámelo... ( El mono le devuelve el
control.)... ¿ No te dije que no debías salir de la jaula?... ( Como respuesta, la
actriz sólo recibe el silencio del animal. Toma el vaso de agua. Bebe sedienta.
Mira fijamente a la bestia.) Sabes, Pie Grande, lo único que te hace falta es
hablar. Claro, no me gustaría que lo hicieras como nuestro presidente. Lo
haces casi todo. Un día podrías formar parte del gobierno. Para gobernar se
necesitan tipos como tú. Por ahora, te has convertido en mi Valet. Te imaginas
si llegas a ser presidente. Todos los damnificados te adorarían. Eso sí, tendrías
que ponerles un sueldo cada vez que quieras reelegirte. Mírate, te pareces a
nuestro actual estadista. Todos los días se pone un traje nuevo. El complejo
típico de los pobres. Cuando por azar, llegan a tener poder o fortuna, lo
primero que hacen es cambiar de facha. Pero adentro, muy adentro, siguen
siendo iguales como la miseria que los vio nacer. Bestias. Quizás por eso, tu
primer dueño siempre soñó con enseñarte hablar. El no podía. Estaba
imposibilitado como tú. Siempre le inquietó la idea de lo que podría contar un
animal. Del mundo que lo habita. De sus sentimientos. Más allá de sus
chillidos y gemidos ¿qué hay?...¿ Una selva de silencios o de ruidos?... No sé
si te enseñó el lenguaje de las señas. Yo aprendí algunas cosas con Luba. Lo
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fundamental. Claro, pasaba más tiempo contigo. Eso me producía celos. ¿ Lo


sabías?... ¿ Qué hacían encerrados todo el día en el cuarto? ¿ Ensayando algún
nuevo número para el circo? Revivir la gloria de un circo que se había
ahogado, siempre me pareció una idea absurda de Luba. Nadie más
sobrevivió. Ni la carpa ni sus animales. Ni la mujer barbuda ni el mago. Ni el
padre de Luba, ese adivino que tenía poder sobre la mente de los demás.
Nadie. ¿ O es que tú pretendías reclutar a tu amo para un futuro ejército de
monos? ( Le hace algunas señas con el lenguaje de los sordomudos. Espera.
No recibe respuesta . ) ¿ Será cierto lo que dicen en Taylandia? “ Los monos
saben hablar pero no lo hacen delante de las gentes.” ¿ Por qué?... ¿ Temen
que los conviertan en esclavos?... ¿ Sabes lo que compré ayer?... ( Se levanta
del sofá y se dirige a un estante. Abre una gaveta y saca un libro.) ... Un libro.
Este es un abecedario. Con ilustraciones de la selva. A todo color. ¿ Quieres
verlas? Te van a encantar. Tiene paisajes inolvidables para ti. A ti te gusta ver.
Fisgonear. Espiar la vida de la gente. Sabes, he decidido enseñarte a leer.
Después a escribir. ¿ Crees que puedas?... ¿ O no eres tan inteligente como
pareces?... ( Vuelve al sofá y se sienta. ) Ven, ven acá. Siéntate. Siéntate a mi
lado. Al lado de tu primera maestra. Las maestras somos más comprensivas
que los maestros. Más tolerantes. Quizás porque somos mujeres. No usamos el
látigo como en el circo. Luba fue cruel contigo. Lo sé. Te castigaba hasta el
dolor. Chillabas como si pidieras piedad. Yo te digo: No esperes piedad nunca
de esta especie. ( Pausa.) ¿ Tú la tendrías si llegas al poder?... Acércate.
Vamos...( El mono se acerca temeroso. Camina rectamente hacia la actriz,
tambaleándose.)... Já, parece que estuvieras caminando sobre la cuerda floja.
No temas, este número no va a ser un acto mortal. A menos que también hayas
sido trapecista.( El mono se detiene frente a ella. La actriz lo observa.) Eres
raro. Cuando estás cerca de mí te vuelves tímido como un adolescente. Con tu
tamaño pareces más bien el hijo de un mandril... ( Una repentina erección,
comienza a desgarrar la bragueta del pantalón del mono. Anonada, la actriz
mira aparecer el descomunal sexo.)... ¿ Qué es eso?... Qué cosa tan horrible...
Yo nunca había visto una cosa así... No parece de verdad... ¿ Qué estás
pensando?... ¿ Crees que todas las mujeres pueden ser tuyas?... ¿ Crees que yo
puedo ser una más?... ( la actriz toma el palo de una escoba y descarga un
golpe sobre el sexo del mono. Este emite un aullido de dolor y guarda su sexo
nuevamente.)... ¡ Asqueroso!... ¿ No puedes reprimir tus instintos?... ( El
mono sigue gimiendo.) Sé que a ti no te gusta cazar en manadas, sino solo.
No crees en los grupos. Aunque los usas. Después, los traicionas. Es tu estilo.
Te comes la carne congelada de la nevera, y de vez en cuando, tienes arrebatos
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de violencia. ¿ Te vuelves loco?... ¿ Un mono puede volverse loco?... ¿ Fue un


acto de locura lo que te ocurrió cuando mataste a los guardias?.... ¿ O estabas
marcando tu territorio como lo hacías en la jungla?... Con el olfato. No me
veas así, pareces otro. Cuando me ves así no te reconozco. Me quedo sin
aliento. ( El mono mira a la actriz inquisitivamente. Erguido la olfatea.
Imponente. La actriz se recoge, temerosa. La escenografía de la telenovela es
invadida por la selva tropical. La vegetación entra por la ventana, desciende
por el techo. El mono salta y se guinda de una liana, se balancea alrededor de
la actriz. Esta trastabillea acorralada. EL mono abandona la liana y avanza
hacia la mujer sin quitarle la mirada de encima.)... ¿ Qué pasa?... ¿ Qué estás
maquinando?...( El mono la vuelve a olfatear. Se escupe las manos y se las
frota. Con un puño golpea la palma de la otra mano.)... ¿ Por qué me hueles?...
( Repentinamente, la actriz saca una pistola de entre uno de los cojines del
sofá. Nervioso, el mono retrocede abandonando su altivez; mueve los ojos
desorbitados y se rasca la cabeza. Un hilo de orín baja por entre sus
pantalones. )...Vaya, te estás orinando.¿ Te estás orinando de miedo? Los
pantalones de Luba. Si regresa no le gustará. Muchas veces te guindó por la
cola por ponerte su ropa. El orín de una bestia siempre apesta. Es mi culpa, lo
sé. Te permito que te vistas como él. Me gusta. ( La actriz toma el frasquito
del perfume y rocía al mono. Luego es ella quien lo olfatea. El mono
retrocede. ) Ahora hueles mejor. No te preocupes, soy incapaz de matar a una
mosca. Menos a un mono. Ya veo, estás entrenado sólo para actuar, como tu
amo. Inesperadamente. Pero vamos a averiguar lo qué pasa con tu cerebro.
Con esa masa gris de misterio. Porque tengo la intuición de que eres como una
tumba sepultada de palabras. Cuántas historias podrías contarme si hablaras.
Detalles de tu pasado. ¿ Te imaginas?... ¿ Los monos tendrán traumas como
nosotros?... Siéntate.( El mono se sienta en el sofá.).... ¿ Me oyes o actúas por
reflejo?... Bueno, ya me responderás. ( Abre el libro. Señala con un dedo una
de las letras.) A ver, di conmigo... A... Vamos, A... A de amigo, A de amante,
A de arma... ( No hay respuesta. El mono ve el libro y después a la actriz.
Divaga hurgando su pelambre. Excarva entre los pelos. Logra sacar un piojo y
se lo lleva a la boca. Lo mastica. La actriz lo observa impávida.)... Te lo haré
más fácil. Vamos a comenzar por la última letra.. la Z.... esta es una Z....
¿ Puedes pronunciarla?... Tienes boca para hacerlo. Dientes y boca como yo.
Claro, yo no tengo una cola como la tuya. La mía la perdí hace mucho tiempo.
Vamos, aprende... Z... Z de zoquete, Z de Zángano, Z de Zarpazo... (Furiosa,
al no ver una reacción de correspondencia del mono le descarga un manotazo
en la cabeza. ) ¡ Bruto! ¿ Tú crees que con devorarte mi historia vas a aprender
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a leer y a escribir?.... ¿ Ah?... ( El mono gime como un niño.)... Pero mi madre


decía que la letra entra con sangre. A ver, dame la cola. ( Lo hala por la cola y
el mono chilla.) ¡ Cállate que no te estoy matando! ¡ Cállate! ( De improviso,
la actriz le muerde la punta de la cola. El mono chilla más fuerte. Logra
zafarse y saltando, se oculta otra vez dentro de la jaula. La reja se cierra y tira
el control fuera. La actriz ríe a carcajadas. Delirante.)... ¡ Ja, ja, ja!... Ay, Pie
Grande, eres una figura patética. Tan patética como ella. Porque Luba no era
así hasta que apareció ella. Mi rival. La que había dicho que era mi amiga,
derrumbó el tiempo de felicidad que viví con Luba. La bicha apareció con una
excusa en esta casa.
( En ese momento emerge de la oscuridad, una niña de rasgos temibles, lleva
los labios pintados de rojo y viste como una mujer, sensual o fatal. Se mueve
por toda la escena nerviosamente. Abre y cierra su cartera, sacando y
guardando un espejito donde se mira obsesivamente para retocar el maquillaje
de su cara. Su imagen la hace parecer a un ser fugado de una pesadilla. )
LA NIÑA.-
Hola...
LA ACTRIZ.-
Hola..
LA NIÑA.-
Vengo de Palacio. El presidente está a punto de convertirse en una bestia...
LA ACTRIZ.-
¿ Sí?
LA NIÑA.-
Pobrecito, no todo le sale bien. Por cierto, alguien de la prensa te vio en el
centro de acopio. Se comenta que le diste albergue a un sordomudo. Con su
mascota. ¿ Es así?... También se comenta que esa noche murieron varios
guardias... asesinados. ¿ Es así?... La policía está investigando... ¿ No ha
venido por aquí?...
LA ACTRIZ.-
No Mimosa, no ha venido.
LA NIÑA.-
Entonces, ¿ es cierto?...
LA ACTRIZ.-
¿ Es cierto qué?...
LA NIÑA.-
¿ Lo de la adopción?. Se comenta que vas a adoptar al dignificado.
LA ACTRIZ.-
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( Corrigiéndola.) El damnificado.
LA NIÑA.-
¡ Qué maravilla! ¿ Puedo conocerlo?...
LA ACTRIZ.-
Ahora no. Está ocupado. Se está cepillando los dientes.
LA NIÑA.-
¿ Puedo esperar? .
LA ACTRIZ.-
Bueno, sí.
LA NIÑA.-
Sabes, me gusta tu casa. Es tan original que no parece una casa. Ay amiga,
cómo lamento que te hayas retirado de la actuación. Eras una estrella. Lo
lamento mucho. Tenías tanto futuro. Pero claro, es tu decisión. Y eso hay que
respetarlo. Yo también lo haré cuando cumpla los cuarenta años. Porque a los
cuarenta hay que retirarse. Si una actriz a los cuarenta no ha logrado un
nombre universal, es mejor que se retire. Mi idea es hacer la próxima
telenovela y después irme a Hollywood. Por eso estoy aquí. Vine a pedirte una
ayuda. No te pongas así. Es muy fácil. En la novela se necesita una contra
figura. ¿ Me entiendes.
LA ACTRIZ.-
No, no puedo.
LA NIÑA.-
Claro que puedes. Podemos hacer un cambio.
LA ACTRIZ.-
¿ Un cambio de qué? .
LA NIÑA.-
Tu me prestas a Luba y yo no te delato. Un dignificado dentro de la
telenovela sería un exitaso. ¿ No entiendes?. Voy hacértelo fáciL.. .
( Repentinamente toma la pistola. ) ¡ Esta es la pistola! ( La apunta. ) Con esta
pistola el animal que tienes en la jaula mató a los guardias.
LA ACTRIZ.-
( Retrocediendo. )¿ Cómo lo sabes?.
LA NIÑA.-
( Acorralándola. ) En la farándula todo se sabe.

LA ACTRIZ.-
Bueno, de ser cierto ¿ por qué la policía no me ha investigado?. No me ha
detenido. No han venido hasta acá.
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LA NIÑA.-
La ley es así. Lenta pero segura. Te lo pondré más claro. He venido en nombre
del canal del gobierno. Ellos están dispuestos a liberarte de cualquier
problema con la justicia si les das en calidad de alquiler al mudito. El
guionista tiene listo el guión. Es la historia de una actriz retirada con un
sordomudo. ¿ Qué te parece?...
LA ACTRIZ.-
Muy familiar.( Pausa. ) ¿ Y cómo se llamará la telenovela?...
LA NIÑA.-
( Vibrante.) “ ¡ El Dignificado! “
LA ACTRIZ.-
¡ Que horror ¡. ¿ No pueden pensar en otro nombre?...
LA NIÑA.-
Lo lamento amiga, es una decisión de alto nivel. Un obsequio de tu querido
presidente para la teleaudiencia nacional. (La niña acciona la pistola y un
chorro de agua cae sobre la cara de la actriz.
LA ACTRIZ.-
¡ No me jodas ¡... ( La niña vuelve a la oscuridad riendo a carcajadas. ) Y así,
perdí a Luba. Tuve que aceptar lo que me impusieron. Ya no lo podía tener
como antes. Ya no podíamos desayunar juntos. Una patrulla del ejército lo
venía a buscar a las cinco de la mañana para llevarlo a la grabación de la
telenovela. Me lo devolvían después de la medianoche. Cansado y sin fuerzas.
Ya no podía enseñarle hacer el amor como le enseñaba, como le estaba
enseñando. Le gustaba tanto que me dejaba sin fuerzas. Extenuada. Ah, lo que
no tenía en palabras lo tenía en ganas. Después, no me lo trajeron más. Yo me
desesperé, grité. Pero nadie me respondió. No volví a oír su voz profunda.
Entonces, lloré. Lloré como llora una mujer cuando es abandonada por un
hombre.( Estalla en un llanto desgarrado. Poco a poco se va calmando.
Respira hondo, se enjuga las lágrimas y continúa.Su semblante se vuelve
dulce. )Yo lo estaba cultivando. Le enseñé el amor a los libros. Le encantaban
las biografías. . La vida de aquellos que llegaron al poder. Napoleón
Bonaparte, Adolfo Hitler, Stalin, Pinochet, Fidel Castro... Siempre me llamó
la atención ese interés suyo por el protagonismo. ¿ Sería porque todos tenían
una carencia como él?... No sé, la verdad es que no lo sé. Lo que más me
llamó la atención fue la curiosidad del mono. Se embebía con las fotografías
de esos personajes históricos.Los observaba con una detallada atención, como
si en el fondo quisiera imitarlos.(De repente, la Jaula se estremece con la
música electrónica, se abre y sale de nuevo el mono. Esta vez vestido de
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militar de campaña, Sus botas negras y una boina. Toma el látigo y lo sacude,
acercándose amenazante hacia la actriz. Esta retrocede aterrorizada,
estremeciéndose ante el restallar del látigo. ) Pero, ¿ qué es esto?... ¿ El
planeta de los simios?... Pero, ¿ qué pasa?... ¿ Te has vuelto loco otra vez?... ¿
Y ese traje?... ¿ Quién te lo dio?... ¿ De dónde lo sacaste?... Ah, ahora quieres
ser comandante. Comandante en jefe. ¿ O el padre de la patria?... Vamos,
dame ese látigo... Ten cuidado... ¡ Dámelo!... Cuidado, me vas a pegar... ( El
mono se abalanza sobre ella. )¡ Ay!... ¡ Me estás pegando, desgraciado ¡...
¡ Ay! Me duele... ¡ Auxilio!... ¡ Auxilio!... ¡ No me pegues!... ¡ Alguien tiene
que detenerte!... ¡ Alguien tiene que ayudarme!... Mira, animal, la que manda
aquí soy yo. ¿ oíste?... ¡ Auxiliooo ¡... ( La actriz corre hacia el sofá.Intenta
tomar la pistola. El mono le descarga un latigazo en la mano ) ¡ Ayyy!...( Sin
embargo, la actriz logra tomar el arma. El mono la hace retroceder hasta la
entrada de la jaula. Con un seco latigazo, hace que se introduzca en su interior.
De inmediato, cierra la reja. El mono va hacia otro extremo, toma una cuerda
y eleva por los aires a la jaula. La balancea mientras salta chillando de
contento. ) ¡ No, por favor! ¡ No!... ¡ Auxilio ¡... ¡ Detengan a esta bestia ¡.... ¿
Así me pagas?.. Yo que te terminé de criar... hasta no hace mucho me ocupé
de limpiar tus excrementos.. cuando los dejabas por todos lados.... Me pagas
así... Lo aprendido conmigo nadie te lo pudo enseñar en el circo... ¡ Ni
siquiera Luba ¡... ¡ Mal agradecido ¡ No agradeces que te di cobijo... Yo te dí
de comer... te alimenté... Ahora veo... Ahora me doy cuenta... tienes una
mirada de resentido... ¿ Quién sería tu madre?... Si tuviste madre... ¿ Quién
sería tu padre?... Si tuviste padre... Por eso actúas como un cobarde.... Todos
tus actos son un acto de cobardía... te repites... como un traidor... como
alguien que no le es fiel a nadie... ¡ Animal! ¡ Tenías que ser un animal¡...
¡ Bájame, y sácame de aquí!... ¡ No quiero estar encerrada en esta
inmundicia!... ¡ Hazlo o disparo!... Cuento hasta tres!... ¡Uno, dos, tres!...
( Indiferente, el mono continúa balanceando la jaula. La actriz dispara sobre
él. Este se estremece sujetándose un brazo. Deja caer el látigo, pero no suelta
la cuerda que sostiene a la jaula. ) Te lo dije. Yo te lo advertí. No te ibas a salir
con la tuya. ¿ Quién te crees que eres?... ( Se oye el silbido. El mono mira
entorno. La actriz lo observa espectante. El mono hace descender la jaula. La
actriz sale de ella. El mono, dolido y apesadumbrado, lame la sangre que mana
de su brazo. No se queja. Luego, se introduce en la jaula y se encierra en ella.
Deja afuera el control remoto. EL silbido se oye, esta vez más cercano,
penetrante. )El silbido de Luba... el silbido de Luba me salvó. Gracias, mi
amor. Lo siento tan cerca de mí. ( Dirigiéndose a la jaula. A su paso, toma el
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control remoto. ) Te quedarás dentro de la jaula. No saldrás más de allí. Ahora


serás un preso que no podrá salir ni comunicarse con nadie. No te daré un
celular como tienen algunos insurrectos en prisión. La jaula ahora será tu
cárcel. Tu condena será perpetua.Nadie te podrá liberar. Quien lo podía hacer
no está.(EL silbido se hace más intenso, embriagador. Toda una melodía
triste.) ¿ Será que el mono aprendió a silbar?... ¿ Eres tú quién silba?... ¡ Oh
Dios ¡ ¿ Qué he hecho?... ( De repente, una hoja de papel se desliza por debajo
de la reja de la jaula. La actriz se estremece. Se inclina y recoge la hoja. La
lee.) Me escribes. Eres tú quien me escribes, quien me ha escrito todo este
tiempo. Eres tú quien lleva el diario de mi atropellada vida. Entonces, sabías
escribir. ¿ Por qué no me lo habías dicho? Porque si sabes hacerlo, debes
también saber hablar. Háblame.Vamos,háblame. Estoy dispuesta a oírte. ( Se
produce un silencio. La actriz activa el control remoto. La reja de la jaula se
abre. ) Sal de allí y dime algo. No temas, no voy hacerte daño. Te lo prometo.
No volveré hacerte daño. Te curaré esa herida. Eres lo único que me queda.
He aprendido a quererte. ( Lentamente, por entre la neblina, la apuesta figura
de un hombre joven, sale de la jaula. La actriz es invadida por el temblor. ) Un
milagro, todavía ocurren los milagros. Yo lo presentí. Por eso me vestí así.
Para ti. Esta noche tenía que ser una noche especial. Inolvidable. Luba, eres tú.
Eres tú Luba. ¡ No lo puedo creer ¡
LUBA.-
( Con una voz grabada.) Sí, soy yo.
LA ACTRIZ.-
¿ Puedes hablar?... Ahora, ¿ puedes hablar?
LUBA.-
No, esta es una voz grabada. La de mi pensamiento. ( Le muestra una
grabadora que lleva en la mano.) Pero te oigo como siempre, a través del
movimiento de tus labios.
LA ACTRIZ.-
Es increíble... ( Lo abraza. ) Luba, Luba... Qué bueno que hayas vuelto.
LUBA.-
Vine a buscar mis cosas. Me llevaré a Pie Grande.
LA ACTRIZ.-
¿ No regresaste de verdad?
LUBA.-
No, es una idea tuya.
LA ACTRIZ.-
¿ No existes?
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LUBA.-
En tu mente. No dejas de pensar en mi. Vives aferrada a mi recuerdo.
LA ACTRIZ.-
Luba, por favor... dime que es verdad.
LUBA.-
( Complaciéndola.) Es verdad. ¿ Dónde está Pie Grande?
LA ACTRIZ.-
En la jaula.
LUBA.-
( Toma la linterna y la enciende.) ¿ Y este rastro de sangre?
LA ACTRIZ.-
Se hirió. Se hirió accidentalmente. Intentó hacer un número del circo. Sabes,
Luba, Pie Grande ha pasado todos estos años viendo la telenovela que
protagonizaste. Se siente orgulloso de ti. Su mirada te lo dice.
LUBA.-
( Dirigiéndose a la jaula. Ilumina su interior. ) Pie Grande... Pie Grande...
LA ACTRIZ.-
Déjalo, a esta hora ya debe de estar dormido. ¿ Te quedarás esta noche
conmigo?
LUBA.-
No puedo.
LA ACTRIZ.-
¿ Por qué?
LUBA.-
¿ Dónde está la pistola?
LA ACTRIZ.-
Aquí está.
LUBA.-
( Tomando la pistola. ) Debo llevármela también. No debo dejar ningún
indicio de nada.
LA ACTRIZ.-
Pero, ¿ qué pasa?
LUBA.-
Dejé la telenovela.
LA ACTRIZ.-
Qué bueno.
LUBA.-
Estoy huyendo.
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LA ACTRIZ.-
¿ De quién?
LUBA.-
No te lo puedo decir. ( Mirando hacia la jaula.) Hay espías por todos lados.
LA ACTRIZ.-
Yo te esconderé.

LUBA.-
No, este lugar es peligroso.
LA ACTRIZ.-
¿ Por qué?
LUBA.-
Es igual que una telenovela.
LA ACTRIZ.-
Yo voy a donde tu vayas.
LUBA.-
No hay sitio seguro. Pero hay que huir. Es mejor irse lejos de aquí.
( Llamando hacia el interior de la jaula.) Pie Grande, soy yo. He regresado.
Vámonos... ¿ Lo curaste bien?
LA ACTRIZ.-
Sí. Se recuperará pronto. Es muy fuerte.( Rogando enternecida.) Luba,
Llévame contigo.
LUBA.-
No puedo.
LA ACTRIZ.-
¿ Por qué?
LUBA.-
Porque no te amo.
LA ACTRIZ.-
( Cayendo de rodillas y abrazándose a sus piernas.) ¡ Mentira! ¡ Mentira! ¡ Tú
me amas!... ¡ Siempre me has amado!
LUBA.-
No como antes.
LA ACTRIZ.-
Tú no la amas a ella.
LUBA.-
Como nunca la amé en la telenovela.
LA ACTRIZ.-
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¿ Qué pasó con ella?


LUBA.-
Me abandonó... Le dieron una emabajada en la Meca del cine.
LA ACTRIZ.-
Te lo dije. Es una arribista. No sólo me desplazó a mí...
( Se oyen unas voces, entrecruzándose órdenes y respuestas de sumisión.
Luego una estruendosa marcha militar, la cual, allana peligrosamente la
escena. )
LA ACTRIZ.-
¿ Quienes serán?
LUBA.-
Son ellos. Vienen a buscarnos.
LA ACTRIZ.-
¿ Quiénes son ellos?
( Ahora la música electrónica es progresiva y retumbante. La reja de la jaula
se abre. Sale el mono con un uniforme militar, pero esta vez no es verde sino
beige, de gala, con charreteras y condecoraciones doradas. Una banda tricolor
le cruza el pecho. Su mirada es temible. Toma el látigo y lo sacude dos veces.
De inmediato, irrumpe un ejército de monos disfrazados de soldados con su
atuendo verde oliva. En sus cabezas, ostentan boinas. Dos se dirigen a la
pareja. Los esposan. Inmediatamente, entra un grupo de civiles con los ojos
vendados y palos en las manos. El mono sacude el látigo de nuevo, y a
empujones, los soldados sacan arrastras a la actriz y a Luba, mientras los
civiles los golpean salvajemente.)
LA ACTRIZ.-
No, no por favor. ¡ Nosotros no fuimos los asesinos ¡... ¡ No fuimos nosotros
¡ ¡ Fue él ¡...
LUBA.-
¡ Pie Grande, habla por mí ¡ ¡ Defiéndeme!... ¡ Fuiste tú quien decidió
matarlos, no yo ¡... ¡ Yo nunca te ordené matar ¡ ¡ Ayúdanos!... ¡ Tú eres el
autor de esta desgracia!...
( Un soldado le arrebata el grabador. Las palabras de Luba no se vuelven a oír.
Sólo quedan los gestos mudos de sus labios. )
LA ACTRIZ.-
Por favor, Pie Grande. Ten piedad de nosotros... ¡ Auxilio, alguien tiene y
debe ayudarnos¡... ¡ Ayúdennos!... ¡ Nosotros somos inocentes!
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( El mono permanece imperturbable. Sacude el látigo y emite un chillido


ensordecedor. Oscuro total. )

¿ Fin?

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