Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ARGUMENTOS
-Las mujeres son violentadas, son discriminadas, son vulneradas, pero para
defender a las mujeres no hay que atacar a los hombres porque se entiende
como un argumento demasiado pobre (y los feminicidios son un tema mucho
más profundo).
- Hoy día la violencia es por igual, tanto para hombres, como para las
mujeres, pero en el caso femenino, se observa cómo algunas mujeres
perdieron sus valores, están involucradas en todas las ramas de la
delincuencia y esto pues las lleva a sufrir cualquier tipo de violencia.
POSTURA FRENTE A LA TEMÁTICA
Así, las cosas, las mujeres y feministas no pueden por ninguna razón aceptar
que el patriarcado, como todo sistema de poder, no tiene una estructura
discursiva, ya que de otra forma no podría operar. Y esa estructura, por
supuesto, se encuentra en el lenguaje, habita allí. Como terrible
comprobación, los debates referidos arriba apuntan a que el patriarcado
además de tener técnicas o dispositivos de poder materiales como el acto del
feminicidio, también los tiene discursivos “ella se buscó su muerte”. El error
aquí es el de quien piensa lo contrario; es decir, pensar que la estructura de
la lengua se encuentra limpia de machismo. ¿Escuchaste Héctor Abad?
Entonces, usurpar los medios de producción, hacer nuestro el lenguaje,
transformar la gramática, derruirla, es un acto obligado de sobrevivencia al
cual no se va a renunciar, sin importar el grito del censor, ni las patrañas del
público en masculino. La escritura, la palabra y la alquimia.
Esta anécdota expone las dificultades que implica llevar una lucha feminista
día tras día, no sólo en el sentido de hacerle entender a las personas que los
conocimientos de las mujeres son válidos, relevantes y necesarios; que ser
mujer no garantiza posicionamientos feministas –muchas mujeres
usufructúan de una lucha de siglos sin tener un compromiso real con la lucha
y un conocimiento serio sobre los estudios feministas– y que muchas de
nuestras estrategias son de reconocimiento y afirmación y que no se vale
banalizar la lucha creyendo que éstas pueden ser marcadas como
“discriminación”, “violencia” o “racismo intelectual”