Está en la página 1de 3

Esclavitud contemporánea en el Perú: ¿qué hay detrás del incendio en Las Malvinas?

“Por favor, cuiden a mi hija, no la dejen. Que mi mamita no llore” (Jovi Herrera, 20 años)
“Papá, papá sácame; los dueños me han dejado encerrado en el container” (L.G, 15 años)

Jorge Luis Huamán de 19 años, Jovi Herrera de 20, y un menor de 15 años, son 3 jóvenes que
fallecieron en la Galeria Nicolini durante el incendio suscitado en Las Malvinas. Este trágico
desenlace pone en evidencia una realidad lamentable pero no reciente en el Perú: las condiciones
inhumanas de trabajo que muchos peruanos enfrentan a propósito de la informalidad laboral.

Resulta inconcebible que en pleno siglo XXI, trabajadores e incluso menores de edad sean
encerrados para cumplir sus labores, sin acceso a condiciones elementales para garantizar su
bienestar, y peor aún sin un plan de evacuación frente a una catástrofe como la que ocurrió. Jorge
Huamán y Jovi Herrera, así como el 70% de peruanos trabajaban de manera informal, es decir, sin
contrato de trabajo, laborando más de 12 horas sin remuneración justa (tan solo veinte soles
diarios), sin seguro social, pero sobre todo sin condiciones mínimas e indispensables que
garanticen su seguridad frente a acontecimientos como estos. Esta realidad interpela de manera
contundente a dos actores: al empleador, quien por abaratar costos termina, en ocasiones,
deshumanizando al trabajador; y al Estado, quien a través de sus instituciones ejerce un rol
fiscalizador.

Como ha señalado la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un reciente comunicado, esta
situación “nos aproxima a formas modernas de esclavitud como el trabajo forzoso”. Al respecto, la
Constitución prohíbe expresamente en su artículo 2.24.b la esclavitud, la servidumbre y la trata
de seres humanos en cualquiera de sus formas[1].

A nivel legal, en el Perú la Ley y el Reglamento de Seguridad y salud en el trabajo exige a los


empresarios implementar condiciones mínimas “para la prevención de los riesgos laborales”; junto
con este bloque normativo, se establecen dos principios que deben destacarse. Por un lado el de
prevención, que exige al empleador garantizar el establecimiento de los medios y condiciones que
protejan la vida, la salud y el bienestar de los trabajadores, y de aquellos que, no teniendo vínculo
laboral, prestan servicios o se encuentran dentro del ámbito del centro de labores”. De otro lado,
el principio de responsabilidad, mediante el cual “el empleador asume las implicancias
económicas, legales y de cualquier otra índole a consecuencia de un accidente o enfermedad que
sufra el trabajador en el desempeño de sus funciones o a consecuencia de él”. Queda claro,
entonces, que los empleadores de la fábrica Nicolini no solo debían de implementar las medidas
necesarias para evitar contingencias y fatalidades como estas, sino también erradicar todo tipo de
prácticas que menoscaben los derechos de los trabajadores.

Estas obligaciones están en estrecha relación con las que tiene el Estado peruano en materia de
inspección y supervisión del cumplimiento de estándares elementales. Frente a esta
problemática, se debe fortalecer el rol fiscalizador de la Superintendencia Nacional de
Fiscalización Laboral (SUNAFIL), que es la entidad responsable de supervisar y fiscalizar el
cumplimiento del ordenamiento jurídico laboral y el de seguridad y salud en el trabajo, a fin de
garantizar que se respeten los mínimos laborales.

Sumado a ello, existen otras obligaciones emanadas de distintos tratados de los que el Estado
peruano es parte, que exigen erradicar todas las formas de esclavitud contemporánea, a la vez
que garantizar condiciones de trabajo digno. Aquellos que contienen obligaciones generales son
la Declaración Universal de los Derechos Humanos[2], el Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos[3], la Convención Americana sobre Derechos Humanos[4]; y de manera específica, la
Convención de 1926 sobre esclavitud, los Convenios N° 29 “sobre el trabajo forzoso” y el N° 105
“sobre la abolición del trabajo forzoso”, ambos de la OIT, y el Protocolo para prevenir, reprimir y
sancionar la trata de personas (Protocolo de Palermo), entre otros. Sin embargo, pese a este
amplio marco jurídico nacional e internacional, los avances del Estado en materia de
implementación de la normativa por parte de los empleadores resultan insuficientes.

Ahora bien, esta problemática no es reciente en el Perú o en el mundo. De acuerdo a lo señalado


por la OIT en el año 2012, aproximadamente 21 millones de personas realizan trabajo esclavo en
el mundo. Un incidente similar a lo ocurrido en Las Malvinas se dio en el año 2012, en una fábrica
de textiles en Dhaka, Bangladesh, luego de que un incendio dejara como saldo al menos 117
personas fallecidas, y otras 200 heridas, ¿el origen de este incendio? condiciones laborales
precarias.

Con dichos antecedentes, qué duda cabe que lo evidenciado en los locales de la fábrica Nicolini
es una forma contemporánea de esclavitud e inclusive podría configurar el delito de trata de
personas con fines de explotación laboral. Es por ello que el Ministerio Público ha decidido iniciar
una investigación por trata de personas con fines de explotación laboral. De acuerdo al Protocolo
de Palermo, para que se configure este delito deben concurrir los siguientes elementos.

1. Conducta: se refiere a la captación transporte, traslado, la acogida o la recepción de la víctima.

2. Medio: amenaza o uso de la fuerza u otras formas de coacción, por ejemplo, rapto, fraude,
engaño, al abuso de poder frente a una situación de vulnerabilidad, o a la concesión o recepción
de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona.

3. Finalidad: explotación que incluye la explotación sexual o laboral, la esclavitud o las prácticas
análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.

Esta definición ha sido ampliada por el artículo 153 del Código penal, el cual añade a estas
modalidades típicas una nueva: la «retención», esto es, el mantenimiento de la persona en una
situación de peligro de explotación”[5].

MEDIOS CONDUCTA FINALIDAD

 Violencia, amenaza u otras formas de  Captación  Venta de niñas, niñ


coacción. adolescentes.
 Transporte
 Privación de la libertad  Explotación sexual
 Traslado
 Fraude  Esclavitud y práctic
 Acogida
 Engaño  Explotación labora
 Recepción
forzados.
 Abuso de poder
 Retención
 Mendicidad.
 Abuso de situación de vulnerabilidad
 Extracción o tráfico
 Concesión o recepción de pagos o
beneficios para obtener el
tejidos somáticos o
consentimiento de una persona que
componentes hum
tenga autoridad sobre otra.
Fuente: Código Penal peruano, art. 153. Elementos de la trata de personas. Fuente: Manual de
Capacitación para Operadores de Justicia Durante la Investigación y el Proceso Penal en Casos de
Trata de Personas.

En ese orden de ideas, resulta igualmente importante que las instancias judiciales peruanas que
determinen las responsabilidades consideren otros estándares en la materia, especialmente
aquellos señalados en el ámbito del sistema interamericano de derechos humanos, del cual Perú
forma parte. Así, en la sentencia recaída en el caso de los trabajadores de la Hacienda Brasil
verde vs. Brasil[6], la Corte determinó la existencia del delito de trata de personas en una
hacienda en Brasil, debido a que decenas de trabajadores que ahí laboraban estaban sometidos
a condiciones precarias como el impedimento de salir libremente, la falta de salario o la
existencia de un salario ínfimo, servidumbre por deudas, la falta de condiciones mínimas para
garantizar su salud, entre otros. En consecuencia, determinó la responsabilidad internacional de
Brasil por no garantizar la protección de dichas personas.

Los lamentables hechos ocurridos en el edificio Nicolini han suscitado gran controversia sobre las
condiciones de trabajo en Perú, reabriendo el debate en torno a la formalización laboral. Esto
demanda del sector empresarial implementar de manera inmediata las condiciones necesarias
para garantizar que el trabajador pueda desempeñarse de forma segura, en respeto de
condiciones mínimas que derivan del reconocimiento de la dignidad del ser humano. De otro lado,
esto encuentra un correlato en las obligaciones del Estado peruano, el cual debe actuar con mayor
rigurosidad en la supervisión y fiscalización de las condiciones de seguridad y salud en los locales,
principalmente en aquellos en donde se llevan a cabo labores que demandan mayor protección
para el trabajador.

* Escribe: Alessandra Enrico, investigadora del IDEHPUCP, y Melisa Demir, pasante de la


Universidad de McGill (Canadá).

[1] Véase más sobre trata de personas: artículo 25.18 del Reglamento de la Ley General de
Inspección del Trabajo, que califica como infracción muy grave el trabajo forzoso y la trata de
personas. Asimismo, la Ley 28950 y su Reglamento prohíben la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito
de Migrantes.

[2] Ver artículo 4

[3] Ver artículo 8

[4] Ver artículo 6

También podría gustarte