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Diccionario de Arquitectura en la Argentina

ESTILOS OBRAS BIOGRAFÍAS INSTITUCIONES CIUDADES


Diccionario de Arquitectura en la Argentina
estilos, obras, biografías, instituciones, ciudades
Buenos Aires: AGEA, 2004
v. 2, 224 p.; 22 x 27.5 cm.
ISBN 950-782-424-3
1. Arquitectura - Diccionario
CDD 720.3

ISBN DE LA COLECCIÓN : 950-782-422-7


ISBN DE ESTE TOMO: 950-782-424-3
Impreso en Artes Gráficas Rioplatenses S. A.,
mayo de 2004,
Buenos Aires, República Argentina.

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Por las imágenes incluidas en este tomo agradecemos a: Alberto de Paula,


Alejandro Crispiani, Archivio di Stato di Reggio Emilia, Archivo Clusellas, Ar-
chivo General de Indias, Archivo de la Asesoría Histórica del Ministerio de
Obras y Servicios Públicos de la Provincia de Bs. As., Archivo General de la
Nación Departamento de Documentos Graficos Argentina, Archivo Gómez,
Archivo del Museo de la Colonización Esperanza Santa Fe, Axel Alexander,
Carlos Sánchez Idiart, Catedra A. Díaz, FADU UBA, Cátedra J. Solsona, FADU
UBA, Fernando Gandolfi, Fundación Antorchas, Instituto de Arte Americano,
Jorge F. Liernur, Luis Príamo, Arturo Montagú, Museo de la Ciudad de Bue-
nos Aires, Patricio Randle, Ricardo González, Unidad n° 7 IDEHAB FAU UNLP.

Publicación opcional con Diario de Arquitectura de Clarín.


COMPILADORES

Jorge Francisco Liernur


Fernando Aliata

Diccionario de Arquitectura
en la Argentina
ESTILOS OBRAS BIOGRAFÍAS INSTITUCIONES CIUDADES

Editor: Berto González Montaner (Diario de Arquitectura)


Investigación y textos

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Fernando Aliata (UNLP/CONICET) y Urbanismo de la Universidad A. M. C. Adriana M. Collado
Coordinación académica Nacional de La Plata. A. N. Alicia Novick
y redacción Coordinador: Fernando Gandolfi. A. O. Ana Otavianelli
Alejandro Crispiani (PUCCH), Graciela Facultad de Arquitectura y Al. N. Alberto Nicolini
Silvestri (UNLP/CONICET). Urbanismo de la Universidad An. Ch Analía Chiarello
Secretario de redacción Nacional de Rosario. C. G. G. Carlos Gustavo Giménez
Eduardo Gentile (UNLP) Coordinador: María Eugenia Bielsa. C. S. Claudia Schmidt
Comité científico Facultad de Arquitectura y Cr. S. Cristina Sanguineti
Fernando Aliata (UNLP/CONICET), Urbanismo de la Universidad D. L. Diego Lecuona
Anahí Ballent (UNQ/CONICET), Nacional del Litoral (Sta. Fe). D. M. Daniela Moreno
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Jorge Francisco Liernur (UTDT/CONI- Facultad de Arquitectura de la E. I. Edgardo Ibáñez
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Graciela Silvestri (UNLP/CONICET). Coordinador: Diego Lecuona. F. A. Fernando Aliata
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institucional de Mar del Plata. G. F. Graciela Favelukes
Consejo Nacional de Coordinador: G. F. T. Graciela Fernández Troiano
Investigaciones Científicas Fernando Caccopardo. G. S. Graciela Silvestri
y Técnicas (CONICET), G. V. Gustavo Vallejo
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(FADU/UBA), Lombardi, Omar Loyola. R. F. Roberto Fernández
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boldt. Diego Capello, Daniel Gimelberg, L. M. Luis Müller
Ciro Najle, Serenella Perrecca, L. M. C. Luis María Calvo
Sede del proyecto Adrián Romero, Francisco Vilchez. M. B. Mónica Bartolucci
Instituto de Arte Americano M. L. Marta Levisman
e Investigaciones Organización del N. A. Noemí Adagio
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Leticia Mantz R. P. Roxana Pérez
S. B. Sonia Berjman
Secretaría de redacción S. C. Silvia Cirvini
Pablo Blitstein, Vera Blitstein, V. A. Vivian Acuña
Martín Marimón, Alejandra Marimón, V. O. Verónica Osso
Romina Paula. V. P. Verónica Paiva

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abreviaturas ed. edición || editorial
(Ed., cuando forma parte del nombre de una
p.°
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paseo
página (también p. y pg.)
editorial; también edit., Edit.); editor, ra. párr. párrafo
edit., Editorial pdo. pasado
EE.UU. Estados Unidos de Norteamérica PE Poder Ejecutivo
ej. ejemplo PEN Poder Ejecutivo Nacional
EPEC Empresa Provincial de Energía de Cordoba PEVE Plan de Erradicación
et ál. (lat.: ‘y otros’) de Villas de Emergencia
etc. Etcétera pg. página (también p. y pág.)
f. sustantivo, o construcción nominal Prof. (fem. Prof.°) profesor
sustantiva, de género femenino. pról. prólogo
F. C. ferrocarril prov. provincia
a. C. antes de Cristo. FADU Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo PUCCH Pontificia Universidad Católica de Chile
AA. VV. autores varios. fasc. fascículo r. p. m. revoluciones por minuto
ACA Automóvil Club Argentino FAU Facultad de Arquitectura y Urbanismo reg. registro
adj. adjetivo. fca. fábrica Rep. república
adv. adverbio FNA Fondo Nacional de las Artes RR. HH. recursos humanos
ANBA Academia Nacional de Bellas Artes FO Ferrocarril Oeste Rte. remitente
Arq. arquitecto, ta FONAVI Fondo Nacional de la Vivienda S. san (cf. Sto.)
Arqs. arquitectos, tas Gdor. (fem. Gdora.), gobernador s. siglo || siguiente (también sig.)
art. Artículo. Gral. general S. A. sociedad anónima
Av. Avenida. ha hectárea / hectáreas s. a., s/a sin año [de impresión o de edición]
B. Bco. banco (‘entidad financiera’) H.° A.° Hormigón armado (cf. s. d., s. e. y s. l.)
BHN Banco Hipotecario Nacional IAA Instituto de Arte Americano s. d. sine data (lat.: ‘sin fecha [de edición o
Bibl. biblioteca IAIHAU Instituto Argentino de Investigaciones de impresión]’ / sin información.
BID Banco Interamericano de Desarrollo de Historia de la Arquitectura y del Urbanismo s. e., s/e sin [indicación de] editorial
BMCBA Banco Municipal de la Ciudad de Buenos Aires ICOMOS Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (cf. s. a., s. d. y s. l.)
BN Banco de la Nación Argentina íd. ídem (lat.: ‘el mismo, lo mismo’) s. f., s/f sin fecha
Bo., B.° barrio IDEHAB Instituto de Estudios del Habitat S. L. sociedad limitada (cf. S. A.)
Bs. As. Buenos Aires igl.° iglesia s. l., s/l sin [indicación del] lugar [de edición]
c. calle Ing. ingeniero, ra (cf. s. a., s. d. y s. e.)
C. F. capital federal (también Cap. Fed.). Ings. ingenieros, ras s. n., s/n sin número
c/u cada uno Inst. instituto (en una vía pública)
Cap. capital INTA Instituto Nacional de Tecnología Agraria s. v., s/v sub voce (lat.: ‘bajo la palabra’, en
cap. capítulo intr. verbo intransitivo. diccionarios y enciclopedias)
Cap. Fed. Capital Federal km Kilómetro/s s/f Sin indicación de fecha de edición o escritura.
CCM Compañía de Construcciones Modernas l. c. loco citato (lat.: ‘en el lugar citado’; s/l Sin indicación de lugar de edición o escritura
Cdad. ciudad también loc. cit.) SCA Sociedad Central de Arquitectos
CEAMSE Coordinación Ecológica Área Metropolitana Lic. licenciado, da (también Lcdo. y Ldo.) Sdad. sociedad (también Soc.)
CEPA Centro de Estudios de Proyectación Ambiental loc. cit. loco citato (lat.: ‘en el lugar citado’; sig. siguiente (también s.)
CEVE Centro Experimental de la Vivienda Económica también l. c.) Soc. sociedad (también Sdad.)
cf. cónfer (lat.: ‘compárese, véase’) Ltda. Limitada Sr. (fem. Sra., Sr.°, S.°) señor
Cía. compañía Ltdo. (fem. Ltda.) limitado (cf. Ltd.) Sto. (fem. Sta.) santo (cf. S.)
CIAM Congresos Internacionales de Arq. Moderna m Metro/s t. tomo
CLACSO Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales m. n. moneda nacional TANAPO Talleres Nacionales y Populares
cm centímetro m. sustantivo, o construcción nominal tel. teléfono (también teléf. y tfno.)
CNCB Comisión Nacional de Casas Baratas sustantiva, de género masculino. tít. título
Co. Compañía. MALBA Museo de Arte Latinoamericano ton Tonelada/s
cód. código de Buenos Aires tr.: verbo transitivo.
col. colección MAMBA Museo de Arte Moderno de Buenos Aires trad. traducción || traductor, ra
CONICET Consejo Nacional de Investigaciones mimeo: mimeografiado UBA Universidad de Buenos Aires
Científicas y Tecnológicas MNBA Museo Nacional de Bellas Artes UNC Universidad Nacional de Córdoba
ctv. centavo (también c., cent. y ctvo.) MOP Ministerio de Obras Públicas Univ. Universidad
d. C. después de Cristo N. B. nota bene (lat.: ‘nótese bien’) UNL Universidad Nacional del Litoral
del. delegación N. del E. nota del editor UNLP Universidad Nacional de La Plata
DGV Dirección General de Vialidad N. del T. nota del traductor UNMdP Universidad Nacional de Mar del Plata
DiHA Diccionario del Habla de los Argentinos de n. nota UNQUI Universidad Nacional de Quilmes
la Academia Argentina de Letras (2003). N.° S.° Nuestra Señora (referido a la Virgen; UNT Universidad Nacional de Tucumán
Diag. diagonal (‘calle’) también Ntra. Sra.) UPCA Union Popular Católica Argentina
dicc. diccionario n.° número/s USA: United States of America
Dir. (fem. Dir.a) director || dirección NA Revista Nuestra Arquitectura UTDT Universidad Torcuato Di tella
DNA Dirección Nacional de Arquitectura NOA Noroeste Argentino v. gr. verbi gratia (lat.: ‘verbigracia,
DNT Departamento Nacional del Trabajo ORPBA Organización del Plan Regulador de Buenos Aires por ejemplo’; también v. g.; cf. p. ej.)
DNV Dirección Nacional de Vialidad OSN Obras Sanitarias de la Nación v. véase (cf. vid.) || verso
doc. documento p. página (también pg. y pág.) v. Véase
dpto. departamento P. D. posdata vol. volumen
Dr. (fem. Dra.), doctor p. ej. por ejemplo (cf. v. g. y v. gr.) vs. versus (lat.: ‘contra’)
DRAE Diccionario de la Real Academia P. S. post scríptum VV. AA. varios autores (cf. AA. VV.)
Española (2 vols. Madrid, Espasa, ed. 2001). (lat.: ‘después de lo escrito’) w. c. water closet (ingl: ‘servicio, retrete’)
Capilla Nuestra Señora de Fátima, de Claudio Caveri.
c
c

CABILDO. m. (Del latín capitulum, reunión de plazas mayores, que el propio municipio cons-
máximas autoridades). Institución proceden- truía, como en los casos de Madrid, Salaman-
te del mundo romano que más tarde, en el ca y Ocaña.
hoy territorio español, fue tanto eclesiástica Ninguna de estas dos variantes se desarro-
como civil; los primeros gobiernos municipa- lló en América, sino que hubo una tercera ti-
les —ayuntamiento y concejos— se constitu- pología que en España se implementaba solo
yeron allí entre los siglos X y XV. Traída por los en aquellas ciudades que no tenían relevancia,
españoles, en América la institución se des- a la que Lampera y Romea describe como “los
arrolló con variantes hasta ser suprimida en el que tienen en fachada un pórtico en planta ba-
siglo XIX por los gobiernos independientes. ja y galería abierta en la principal. […] el pór-
tico para ciudadanos, para reunirse a cubierto,
La conformación institucional de los con- leer edictos, esperar decisiones; y la galería co-
cejos municipales fue dictaminada por los Re- mo balcón concejil, donde el ayuntamiento se
yes Católicos en las Cortes de Toledo. Consi- muestra al pueblo […] o como miradero en las
derada por esto una institución castellana, tuvo fiestas públicas”.
su apogeo entre los siglos X y XII, durante la En América, los cabildos no tuvieron un des-
Reconquista. Inicialmente, sus miembros se arrollo uniforme, debido a los diferentes nive-
reunían en edificios ajenos a las autoridades, les de riqueza e importancia política de las dis-
como iglesias, mercados, torres, palacios rea- tintas regiones. Los había de mayor jerarquía
les o hasta en las gradas de las mezquitas, co- en México y Lima, mientras que los del Río
mo en el caso de Sevilla. de la Plata fueron los más precarios. Sin em-
Al desarrollarse el programa municipal fue bargo, el programa jurídico era similar, dado
tomando las funciones de ayuntamiento, que que estaba reglado por las Leyes de Indias (v.).
resolvía al mismo tiempo las necesidades del La legislación determinaba que en Améri-
ámbito militar, religioso y civil, a través de la ca debían localizarse en la Plaza Mayor (v.), y
policía de la ciudad y de su uso como cárcel, no solo cumplir las múltiples funciones que
u PLANTA Y VISTA DEL CABILDO DE BUENOS AIRES,
involucrando a todos los factores de poder. ya abarcaba en España, sino también las refe-
LUEGO DE QUE FUERAN DEMOLIDOS SUS EXTREMOS.
De la adecuación a las funciones capitula- rentes a la Conquista, como el poblamiento ter-
res surgen dos tipologías programáticas. La pri- ritorial y el reparto de tierras, solares urbanos,
mera, de carácter defensivo, deriva de la adap- franquicia para ganado, abastecimientos, sa-
tación de la torre dentro de las murallas, como La segunda tipología correspondió al pa- lubridad, escuelas, moralidad, etc.
es el caso del Arco de Santa María, en Burgos, lacio, en sus inicios simple “casa municipal”, Asimismo definían sus atribuciones y nú-
con fachada retablo. Este tipo se componía de similar a una vivienda acomodada. En algunos mero de componentes, que variaban de doce
un balcón concejil, una campana de convoca- casos, estas fueron adyacentes al cabildo ecle- a seis cabildantes para las ciudades metropo-
toria con torreta o espadaña, y de una capilla. siástico, o incorporadas simbólicamente a las litanas y las villas, respectivamente. Estos car-

8 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cab cab
de edificios compactos, cerrados, de tipo claus-
tral, pero a su vez con un fuerte carácter line-
al y frontal debido a la arquería sobre la fachada
principal y la Plaza Mayor, que en caso de je-
rarquía era reforzada por la conjunción del pór-
tico y la galería superior.
Esta doble percepción de masa y línea se
fue perdiendo, junto al carácter rural, al ir que-
dando inmersos en la construcción de la ciu-
dad. Así se resolvieron los cabildos de Córdo-
ba (1775), Santa Fe (1660), La Rioja (1807) y
Salta (1626), los dos primeros de mayor im-
portancia. En Córdoba no hubo torre, pero sí
un sistema frontal de quince pórticos. En Sal-
ta fue construido en dos plantas y torre central,
pero fue demolido en 1787, hasta que en 1813
se erigió el proyecto definitivo.
La torre con campana, de carácter rural y
eclesiástico, existió en Buenos Aires, Tucumán,
Salta y Santa Fe, y pudo ser reemplazada por
la espadaña, como en el caso de Luján. La ca-
pilla no era obligatoria.
El Cabildo de Buenos Aires refleja, en dos
intervenciones distintas, las dos características
representativas. Edificado en 1610 por los maes-
tros alarifes Juan Méndez, Hernando Álvarez
y Domingo Herrera, su primera versión fue
una casa de tejas, a dos aguas, con dos torres,
una a cada extremo de la fachada, y balcón fren-
te a la plaza, con la tipología claustral y habi-
u CABILDO DE SALTA. FUE EDIFICADO EN 1610 POR LOS ALARIFES MÉNDEZ, ÁLVAREZ Y HERRERA. ES MONUMENTO HISTÓRICO. taciones en U.
Este edificio fue demolido y reconstruido
gos se distribuían en alcaldes ordinarios (jue- ta Fe en 1577 y en Buenos Aires el 22 mayo de varias veces a lo largo del siglo XVII, hasta que
ces de primera instancia), alcaldes de la santa 1810; y más tarde en 1812, 1815 y 1820. en 1719 el arquitecto jesuita Prímoli (v.) pro-
hermandad (comisarios que dirigían cuadri- El programa arquitectónico debía resolver yectó los planos para una nueva construcción,
llas), regidores, procurador general (o fiscal de tanto las funciones públicas con pórticos, ga- que respetaba la tipología original y armaba en
la comunidad), mayordomo de los “propios” o lerías y torre, como las internas con salas ca- la fachada principal, sobre el eje, una recova
rentas, defensor de menores, alguacil mayor, pitulares para reunión de cabildantes, secre- de 13 arcos.
alférez real (representación del rey), sargento tarías, archivos y recepciones, un cuerpo de Lo contrario hizo el arquitecto jesuita An-
mayor y escribano. guardia y cárcel o celdas, y en algunos casos drés Blanqui (v.), su sucesor, quien en 1724 pro-
También se impusieron como forma de go- también capilla. Según la ciudad, las cárceles yectó un nuevo edificio compacto, de carácter
bierno en las comunidades indígenas, como variaban su complejidad, desde el calabozo y lineal y frontal, de 60 m, con recova y galería
por ejemplo en las reducciones jesuíticas, don- “corralón” con galerías para los presidiarios, en las plantas inferior y superior, respectiva-
de mantenían la misma estructuración legis- hasta los casos con divisiones por sexo o gra- mente. Sobre el eje jerarquizaba la fachada
lativa que entre españoles y criollos, pero re- vedad de delito, que contaban con la celda “in- principal con una torre y dos arcos centrales.
emplazando a los ciudadanos por los caciques fiernillo” para los encepados, como el Cabildo Blanqui fue sucedido desde 1728 por el inge-
indígenas. Por Real Cédula del año 1554, los de la Villa de Luján. niero militar Cardoso y del Espino, hasta ha-
ciudadanos tenían que reunir ciertos requisi- En nuestro país tuvieron carácter más ru- bilitarse en sucesivas etapas: 1734 y 1751.
tos para ser cabildantes: debían ser vecinos, te- ral que urbano, y funcionaban en casas de ve- Durante el siglo XIX el edificio fue modi-
ner casa poblada, aunque no tuviesen enco- cinos del hasta que fueron construyéndose muy ficado por las nuevas tendencias académicas
mienda de indios, y para ser alcalde no podían precariamente, dadas las condiciones locales, según el proyecto de Pedro Benoit (v.), para fi-
postularse eclesiásticos, deudores de la real ha- carentes de materiales de construcción y de re- nalmente ser demolidos ambos extremos, cuan-
cienda, ni oficiales reales, pero sí militares que cursos humanos. Por estas razones, tuvieron do se realizaron la Avenida de Mayo y la Dia-
tuviesen casa poblada. Estas funciones se con- que ser demolidos total o parcialmente a lo lar- gonal Sur. El edificio existente fue declarado
sideraban carga pública. A su vez, los cabildos go del siglo XVIII. monumento histórico en 1933 y restaurado en
estaban facultados para asumir el gobierno po- Las tipologías variaron en las nuevas cons- 1938 a partir de los trabajos de investigación
lítico en caso de acefalía, como ocurrió en San- trucciones, siendo generalizada la tendencia del arquitecto M. Buschiazzo (v.).

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Hubo otras resoluciones, por ejemplo los de demarcación de límites entre los dominios gunas calles de la ciudad.
edificios de la Villa de Luján y de San Luis, que españoles y portugueses, estipulada por el Tra- En el Archivo Zucchi se conservan varios
fueron los más atípicos. El primero se estruc- tado de San Ildefonso. Por espacio de veinte proyectos de Cabrer y Suñer, realizados en Es-
turó como una L, con patio lateral, y el de San años Cabrer se dedicó a levantar el plano de la paña y Buenos Aires, que la viuda de su hijo
Luis se construyó como un edificio cerrado, de laguna de Merim, punto de arranque de la fron- vendió a Pedro de Angelis. Entre ellos, cabe ci-
proporciones en planta casi cuadradas, con una tera entre los dominios portugueses y espa- tar un cuerpo de cuarteles con sus pabellones,
breve arquería y un pequeño patio central, que ñoles, y reconoció los ríos Paraná y Uruguay. un puente levadizo, un hospital de 560 camas
no se conformaba como claustro. A su vez, el Fue el autor del diario de la segunda subdivi- para el sitio de La Residencia, en Buenos Ai-
edificio de Salta sorprende por la falta de si- sión de límites españoles entre los dominios res, una puerta marítima en Cádiz y el portal
metría en toda su composición. Hubo edificios de España y Portugal en la América Meridio- de la ciudadela de Barcelona. F. A.
capitulares también en Jujuy, Mercedes, Tu- nal, con abundantes datos históricos de sin-
cumán, Corrientes, Humahuaca (Jujuy), y San- gular valor. En 1802 construyó una carta esfé- Bibliografía: V. Cútolo. Nuevo diccionario biográfi-
tiago del Estero. V. A. rica, que recién fue dada a conocer por Martín co argentino. Bs. As., 1968.
de Moussy en 1853. Tuvo destacada actuación
Bibliografía: M. Buschiazzo. Cabildos del Virreinato durante las Invasiones Inglesas.
del Río de la Plata. Bs. As., 1946; C. Bayle. Los ca- Después de 1810 se retiró del servicio ac- CABRERA, MIGUEL. Nacido en Buenos Aires y
bildos seculares en América española. Madrid:, 1952; tivo por no coincidir sus ideas monárquicas fallecido en España. Maestro Mayor de Alba-
R. Gutiérrez - G. Pérez Ferrando. Cabildos y Ayun- con el nuevo gobierno. En 1824, en ocasión de ñilería. Actuó como proyectista, constructor y
tamientos en América. México: Universidad Autó- la guerra con el Brasil, Cabrer solicitó su rein- director de obras. Desarrolló tareas de cier-
noma Metropolitana Azcapotzalco, 1990; A. De Pau- greso, que fue concedido con el grado de co- ta relevancia en Buenos Aires, durante el pe-
la. “Cabildo de Buenos Aires”. En: summa, n.° 177, ronel de ingenieros, con destino en el Depar- ríodo de la Federación.
agosto de 1982. tamento Topográfico (v.), desde donde prestó
el valioso aporte de su conocimiento directo
del teatro de operaciones y de la cartografía ne-
CABRÉ MORÉ, ENRIQUE. Barcelona (España), cesaria. Luego de terminada la guerra, Cabrer
1903 - Buenos Aires, 1985. Arquitecto. Ac- siguió prestando servicios en dicha institución
tivo en Bahía Blanca en la primera mitad del hasta su deceso. F. A.
siglo XX.
Bibliografía: V. Cútolo. Diccionario biográfico ar-
Radicado en Bahía Blanca a principios del gentino. Bs. As., 1968.
siglo XX, realizó estudios de arquitectura en la
UBA. Posteriormente, de regreso en esa ciu-
dad, organizó su estudio profesional y realizó CABRER Y SUÑER, CARLOS. S/d, 1722 - s/d,
una serie de obras de carácter neocolonial (v.), 1802. Español. Ingeniero militar. Realizó ac-
como las casas Olaciregui, Cabré, Farmacia Es- tividades profesionales en el Río de la Plata u CASERÓN DE ROSAS EN EL BARRIO PALERMO, CAPITAL.

pañola, etc. Asociado con el arquitecto Manuel en los últimos decenios del siglo XVIII.
Mayer Méndez (v.), ejecutó la terminación de La primera noticia que se tiene de su ac-
la fachada de la Catedral y la ampliación de los De larga carrera en el Real Cuerpo de In- tuación profesional es de 1837, cuando se lo re-
colegios María Auxiliadora e Inmaculada. Tu- genieros Militares (v.), fue profesor de las aca- gistra como Maestro en Albañilería, con ofici-
vo destacada actuación gremial y cultural. Fue demias de Barcelona y de Madrid a partir de na en la calle Garantías (hoy Rodríguez Peña)
un especialista en la historia de la evolución de 1750. En 1781 fue destinado a Buenos Aires con de la ciudad de Buenos Aires. Gran parte de
Bahía Blanca. el cargo de Ingeniero en Jefe de dicha plaza; su labor profesional, en obra pública y priva-
en 1787 regresó a España, donde alcanzó el gra- da, la desarrolló al servicio del gobernador Juan
Bibliografía: G. Viñuales y J. M. Zingoni. Patrimonio do de Mariscal de Campo. Manuel de Rosas, para quien trabajó hasta su
urbano y arquitectónico de Bahía Blanca. Bahía Vinculado al virrey Vértiz, con quien re- derrocamiento, en 1852.
Blanca: IADIHAU, 1990. corrió la banda sur del Río de la Plata, desarrolló En la década del treinta, dirigió las obras de
una labor muy intensa. En Montevideo reali- remodelación y ampliación de la casa de Ro-
zó un informe sobre el estado de las fortifica- sas, en la esquina de Bolívar y Moreno, según
CABRER, JOSÉ MARÍA. Barcelona (España), ciones. También ejecutó un proyecto del hos- planos del ingeniero italiano Nicolás Descalzi.
1761 - Buenos Aires, 1836. Militar y geó- pital y del cuartel, un plano de la Isla de las En 1839 trabajó como colaborador de José
grafo. Activo en el Río de la Plata entre las úl- Ratas y sus defensas, y otro plano de la Bahía Santos Sartorio (v.), cuando este era arquitecto
timas décadas del siglo XVIII y las primeras y de la ciudad. Durante su estadía en la capital del Gobierno y Maestro Mayor de la Ciudad.
del XIX. virreinal, realizó varios proyectos: algunas re- Entre otras obras, Sartorio había realizado la
formas en el edificio del Fuerte (1785), baterí- remodelación del Caserón de Rosas en Paler-
Hijo de Carlos Cabrer y Suñer (v.), cumplió as en Ensenada (1782), un grupo de casas en mo (1836-1838). En 1843 Rosas encarga la se-
funciones como miembro del Real Cuerpo de la plaza de Nuestra Señora de la Piedad, un edi- gunda etapa de esta obra a Miguel Cabrera
Ingenieros (v.). Formó parte de las comisiones ficio para la Audiencia y el empedrado de al- (MC), quien agrega tres alas que, unidas a la

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cab cac
construcción anterior, encierran un gran pa- tanto provinciano” (M. J. Buschiazzo, 1966). Bibliografía: R. Trostiné. La enseñanza del dibujo en
tio; completan el conjunto cuatro “bastiones” Por su parte, B. Vicuña Mackenna (1855) criti- Buenos Aires. Desde sus orígenes hasta 1850. Bs. As.:
de esquina. El edificio, de formas austeras, caba su “desnudez” y su aspecto “más triste que Instituto de Didáctica “San José de Calasanz” (FFyL,
cuenta con portales blancos en todo su perí- el de un cementerio”. UBA), 1950.
metro, a la manera española, y una planta si- Con respecto al citado proyecto de MC para
métrica de connotación clasicista, modalidad el Cuartel del Retiro, existe un informe lapida-
propia de la arquitectura oficial de la Federa- rio del Consejo de Obras Públicas (1854), en el CACYA, Revista. Órgano del Centro de Arquitec-
ción. Concluyó esta, su principal obra, en 1848. que se dice que “el plano presentado carece de tos, Constructores de Obras y Anexos, edita-
Desde 1843 fue encargado y administrador todas las reglas arquitectónicas”. No se hallaron da a partir de junio de 1927. Su publicación
de la quinta “Palermo de San Benito”, donde datos del biografiado a partir de 1864. J. R. continúa hasta fines de la década del cua-
se ocupó de dirigir las construcciones auxilia- renta, pero va perdiendo importancia en la
res. Simultáneamente se desempeñó como ase- medida en que la institución, fundada en pa-
sor en trabajos de albañilería de otro estable- CACCIANIGA, PABLO. S/d. Italiano. Arquitecto ralelo a la SCA (v.) por muchos de los que no
cimiento de Rosas en la Provincia de Buenos y profesor de dibujo. Activo en Buenos Aires tenían acceso directo a esta, pierde repre-
Aires. Se trata de la Hacienda San Martín en en la primera mitad del siglo XIX. sentatividad entre los arquitectos. Tal situa-
la Estancia del Pino. ción coincide con el período en el que la en-
Tras la caída de Rosas, se le otorga patente Formado en Roma, profesor de dibujo y pin- señanza y la habilitación profesional se
oficial de Maestro Mayor de Albañilería. tura egresado de la Real Universidad de Paler- homogeneizan alrededor de las carreras de
Creado el Estado de Buenos Aires (1853- mo, llegó a Buenos Aires aproximadamente en arquitectura creadas en las universidades na-
1862), inicia un segundo período de su carre- 1826. En 1828 asumió por concurso como pro- cionales (v. Enseñanza de la arquitectura).
ra, actuando como contratista de nuevas obras fesor titular de la cátedra de Dibujo de la UBA
públicas y como miembro de comisiones de y propuso una reforma de la misma. La revista prosigue con la tendencia ini-
mejoras edilicias. De dicha propuesta, lo que más interesó al ciada algunos años antes por El Arquitecto: es-
En 1854 realizó el primer proyecto de re- entonces rector Valentín Gómez —por consi- tá dirigida a un público amplio y cuenta con
modelación del cuartel para el Batallón San derarlo urgente— fue la creación del Curso de una serie de colaboradores ajenos al grupo,
Martín en la Plaza del Retiro, que no se cons- Topografía, al que vinculó con el Departamento que publican en la contemporánea Revista de
truyó; para el segundo, que lo haría el inge- Topográfico (v.). De todos modos, por primera Arquitectura (v.) de la SCA. Sus páginas pre-
niero inglés Eduardo Taylor (v.), se propuso co- vez en la Universidad, Caccianiga pudo in- sentan obras y proyectos realizados en Buenos
mo constructor a MC. A su vez, sería el Director troducir la enseñanza de pintura al óleo, la acua- Aires y otras ciudades del país, como Córdoba
de Obra del Asilo de Mendigos de la Recoleta, rela y la miniatura. Su cátedra de Dibujo con- y Bahía Blanca, además de problemas urba-
inaugurado en 1858. tinuó hasta 1835; desde entonces quedó acéfala nísticos, técnicas de construcción y regla-
El mismo año fue nombrado miembro de hasta 1855, cuando lo sucedió Martín Boneo. mentación edilicia.
la Comisión del Asilo y, a partir de entonces, Dentro del ámbito privado, en 1828 abrió Su orientación dentro del campo profesio-
tuvo activa participación en otras comisiones. junto al arquitecto italiano Carlos Zucchi (v.) nal es ecléctica e incluye obras de arquitectos
En 1860 figuraba como miembro de la Co- una Escuela de Dibujo. C. S. tales como: J. García Núñez (v.), J. Kalnay (v.),
misión de Remodelación de la Plaza del Par- V. Sulcic (v.) o M. Palanti (v.). Realizaciones es-
que y de la Comisión Artística para mejorar el tas que corresponden a tendencias que van des-
Paseo de Marte; en ambas, junto a Carlos E. de el Academicismo al Neocolonial (v.) o el Pin-
Pellegrini (v.) y Agustín Rodríguez. El mismo toresquismo (v.).
año lo nombraron Presidente de la Sociedad La publicación de obras locales está acom-
Bonaerense de Artes y Oficios. pañada por una sección internacional que re-
MC parece haber tenido una formación pre- fleja la evolución del debate europeo a partir
dominantemente técnica, con algunos cono- de la difusión de obras de W. Gropius (v.) y su
cimientos de estilística y proyectación arqui- socio local F. Moller, o de F. Hogart y otros ex-
tectónica. Exceptuando el Caserón de Rosas, ponentes del Modernismo alemán. A esta ten-
la mayoría de sus trabajos se orientaron a la dencia debe sumársele la traducción de Hacia
contratación y construcción de obras, y a la ad- una arquitectura, de Le Corbusier (v.), que co-
ministración de propiedades. mienza a aparecer por entregas a partir de 1930.
La crítica historiográfica se ha ocupado fun- La revista también propagandiza la postu-
damentalmente de la quinta de Palermo, debi- ra del Centro en relación a las incumbencias y
do a la controvertida figura de su propietario. la habilitación profesional. El Centro defiende
Se le cuestionó su aspecto “primitivo”, de cu- una posición amplia en cuanto a la considera-
ño colonial, desornamentada y de proporciones ción del título de arquitecto, que excede la pre-
toscas, con reminiscencias de estancia en el bor- misa de contar con un diploma nacional otor-
de urbano (D. F. Sarmiento, 1852); su “falta de gado por las escuelas universitarias. Posición
gusto, utilidad y diseño arquitectónico” (W. esta última que defiende cerradamente la SCA.
Hadfield, 1854), o bien su “neoclasicismo un u LÁMINA USADA EN EL CURSO DE CACCIANIGA Y ZUCCHI. Una amplia encuesta sobre el tema, realizada

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 11


en los primeros años de la década del treinta, bía sido su socio en Roma, editó Urbanismo
da cuenta de la importancia que la cuestión con legislación (1950) y Estadística para el ur-
asume para la revista y detalla con precisión el banismo; en 1951, junto a Bermejo Godoy, tra-
estado del campo profesional. dujo al castellano Saber ver la arquitectura de
A partir de 1934, CACYA cambia notoria- Bruno Zevi, obra que tuvo una notable in-
mente y comienza a publicar una amplia ga- fluencia durante lás décadas del 50 y el 60.
lería de ilustraciones en detrimento de los ar- También ese mismo año publicó Urbanismo y
tículos firmados. Dentro de esta nueva planificación.
modalidad, puede encontrarse la tendencia a
publicar proyectos modernos, provenientes del Bibliografía: E. Radovanovic y R. Gutiérrez, s. v.: “Cal-
campo internacional, y a mostrar obras ecléc- caprina, Cino”. En: L. Patetta (comp.). Architetti e
ticas o pintorescas, realizadas en el ámbito ingenieri italiani in Argentina, Uruguay e Para-
local. Estas últimas tienden a ser cada vez me- guay. Roma: Pellicani, 2002.
nos representativas de la evolución de la dis- u VEREDA ANGOSTA, EN UNA CALLE DE CAPITAL FEDERAL.

ciplina. A fines de la década del cuarenta, la


publicación se ha transformado en un boletín CALLE. f. (Del latín callis, senda, camino). Vía Ya en el siglo V a. C., la retícula ortogonal
técnico y profesional cada vez más alejado del pública de comunicación y lugar que no pue- se convirtió en norma para la planificación de
debate arquitectónico. F. A. de separarse de las edificaciones que la bor- la ciudad, hecho que se atribuye a Hippodamo
dean. Entre las numerosas definiciones del de Mileto, considerado el primer urbanista co-
vocablo, las más frecuentes en los dicciona- nocido con criterio científico. En esta planifi-
CALCAPRINA, CINO. Génova (Italia), 1911 - rios de la lengua española son aquellas que cación, el elemento estructurador son las ca-
San Miguel de Tucumán, 1989. Urbanista de lo definen como ‘vía en poblado’ o ‘camino lles rectas cortadas en ángulos de 90°.
importante trayectoria como docente y pro- público entre dos filas de casas’ (Dicciona- La calle fue entonces un instrumento prác-
fesional en el NOA. rio de la RAE, 2001): “En una población, vía tico para facilitar la planificación y la cons-
entre edificios o solares. // 2. Exterior urbano trucción de nuevas colonias. La concepción de
Laureado en Roma en 1940, estuvo ligado de los edificios. // 3. Camino entre dos hile- una trama neutra sin ejes dominantes resul-
en Italia al grupo organicista de Bruno Zevi (v.), ras de árboles o de otras plantas”. Como pue- taba de una visión de “ciudad estado” demo-
que propuso en la postguerra una renovación de verse, todas ellas señalan su naturaleza crática, común a todos sus habitantes.
radical de la arquitectura y el urbanismo ita- múltiple y peculiar: elemento generador de la Tuvieron origen en las ciudades helenísti-
lianos. Realizó en ese país importantes estu- morfología y estructura urbanas, que es, jun- cas dos características que posteriormente iden-
dios de reorganización urbana antes y después to con la plaza (v.), el soporte sociabilizador tificarían a las calles romanas: los pórticos y
de la Segunda Guerra Mundial. Entre ellos ca- principal de las ciudades occidentales. las perspectivas monumentales. Los romanos
be citar: la sistematización de la ribera Ligure buscaron trazados regulares geométricos y
(1935), la construcción del barrio Génova Te- cuando estos no eran posibles incluían en las
glie (1939), la urbanización de la plaza Fonta- ciudades organizaciones urbanístico-arquitec-
ne Marose, también en Génova (1939), el ba- tónicas rigurosamente geométricas. En tales
rrio jardín en Santa Marianella, en Roma (1945). casos, las calles resultaban simples espacios
Realizó también la sistematización de las pla- residuales, que solo cumplían la función de
yas de Pescara y el barrio de Via Cassia en Ro- circulación, como en Roma.
ma (1946). En 1947 proyectó la unidad resi- La calle tuvo en la política territorial del Im-
dencial Sette Chiese en Roma. perio un rol fundamental. La frase: “Todos los
En 1948 viajó a la Argentina y se radicó en caminos conducen a Roma” expresa claramente
la región del NOA. Tuvo relación directa con este concepto. La red de caminos representa la
la experiencia del Instituto de Arquitectura y propiedad básica del espacio existencial ro-
Urbanística de la Universidad Nacional de Tu- mano, donde los nodos eran particularmente
cumán (v.), del cual fue profesor titular. Fren- importantes, y los romanos los destacaron me-
te a la corriente liderada por Vivanco (v.), que diante puertas y arcos triunfales. En la defini-
se basaba en los grandes gestos de diseño ur- u UNA CALLE DE BUENOS AIRES EN LA DÉCADA DE 1870. ción de esta red se evidencia una marcada je-
bano para estructurar el territorio, Calcapri- rarquización, materializada por dos grandes
na defendió la idea de un urbanismo científi- LA CALLE EN LA CIUDAD OCCIDENTAL. ejes o calles principales —Cardo y Decuma-
co. Se encargó del plan regulador de la ciudad La Antigüedad clásica. En la Grecia antigua, no— que, cruzándose en ángulo recto, divi-
de San Miguel de Tucumán (1956-1986) y de los primitivos centros habitados fueron pe- dían la ciudad. Estas calles, presentes en todas
una serie de proyectos urbanísticos y arqui- queños núcleos que con el paso del tiempo las ciudades coloniales, conducían a sus cua-
tectónicos para Jujuy y Santiago del Estero. se densificaron en forma espontánea. El teji- tro puertas y eran generalmente aporticadas.
Como docente de la Universidad de Tucu- do se definía con la distribución aparentemente Uno de los aportes más interesante y eficaces
mán realizó una serie importante de publica- irregular y casual de cuerpos aislados, con in- fue la separación de vehículos y peatones den-
ciones: junto a Enrico Tedeschi (v.), quien ha- dependencia de toda idea de conjunto. tro de la vía pública.

12 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cac cal
bientes medievales y particularmente en sus es-
trechas y tortuosas calles. Sobre el complejo e
irregular trazado de la ciudad medieval se su-
perpusieron nuevos planteos regulares, con-
sistentes fundamentalmente en la apertura de
calles rectilíneas con edificación monumental;
se inicia así una empresa que tomaría mayor
impulso durante el período Barroco.
Algunos de los conceptos modernos de ‘ca-
lle’ fueron anticipados por los tratadistas del
Renacimiento, particularmente en lo que res-
pecta a la jerarquización de vías, con calles prin-
cipales amplias y rectas, y calles secundarias
curvas. Alberti, el primero en plantear solucio-
nes estéticas al tratamiento de una calle urba-
na, consideraba que la presencia de calles rec-
tas y anchas contribuía a la grandeza y majestad
de la ciudad, a lo que agregaba la necesaria uni-
dad proporcionada por edificios de igual altura
u CORTE DE UNA CALLE EN UN DIBUJO ELABORADO POR LA COMISION DE ESTÉTICA EDILICIA DE BUENOS AIRES. y la presencia de arcadas o arcos de triunfo en
los cruces, y pórticos para proteger las calles
LA EDAD MEDIA. de una trama de calles regulares que se inter- principales y las intersecciones. Nuevas consi-
En las ciudades medievales, las calles fue- ceptan ortogonalmente; ciudades en espina de deraciones de tipo defensivo fueron funda-
ron muchas veces irregulares y tortuosas, de- pez, a partir de una calle principal de la que sa- mentales en el diseño de las ciudades ideales,
bido a su emplazamiento en sitios de difícil ac- len otras secundarias paralelas entre sí, pero y en este contexto el rol de la calle también cam-
cesibilidad. En general, las principales partían oblicuas a la primera, y ciudades radiocon- bió. Debía servir al rápido movimiento de tro-
del centro, mientras otras secundarias unían céntricas, ya definidas. pas, artillerías y otros elementos cuando se pro-
estas radiales, formando círculos en torno del Una de sus principales características fue ducía un ataque. Las calles más eficientes para
centro; este tipo radioconcéntrico fue uno de la especialización funcional, que recuerda de esta función eran las rectas, aun cuando mu-
los que más se repitió. Pero la variedad de es- algún modo al Bazar musulmán. Con el paso chos les atribuían mayores virtudes defensivas
quemas planimétricos de las ciudades medie- del tiempo, la mayor parte de ellas adoptó el a las calles onduladas. Otros elementos toma-
vales es inagotable, ya que no existieron ide- nombre de un tipo de comercio o actividad. dos en cuenta para su trazado eran el clima y
as previas, y la mayor parte de ellas crecieron Morfológicamente, las principales diferencias los vientos. Palladio recomendó calles angos-
en forma espontánea. El trazado de las calles se evidenciaban entre las ciudades de desarrollo tas con edificios altos en regiones calientes, y
tuvo tal incidencia en la forma urbana que cual- orgánico y las ciudades planificadas. Una de- calles amplias y anchas en las regiones frías o
quier clasificación de ciudades que se intente finición más general caracterizaría la calle me- templadas.
estará intrínsecamente relacionado con ellas. dieval como una vía de perspectiva limitada. En Roma fueron trazadas por primera vez
Siguiendo la clasificación de Luigi Piccinato las líneas de la red fundamental del tránsito de
(v.), se encuentran los siguientes tipos funda- LOS SIGLOS XV Y XVI. una ciudad moderna. Las largas calles rectas
mentales: ciudades lineales, formadas a lo lar- La actividad urbanística durante los siglos del plan de Sixto V, medios de comunicación
go de caminos; ciudades cruciales, generadas XV y XVI se centró en la reforma de antiguas entre edificios significativos, se convirtieron
a partir de dos calles básicas que se cortan or- ciudades y en el diseño de ciudades ideales. La en canales circulatorios. Los acentos en los ex-
togonalmente; ciudades en escuadra, a partir vida urbana se desenvolvía en los viejos am- tremos debían guiar y enfocar el espacio de

u CORTE PERSPECTIVADO DE UNA AVENIDA EN FORMA DE BULEVAR, REALIZADO POR LA COMISIÓN DE ESTÉTICA EDILICIA DE BUENOS AIRES.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 13


la calle sin obstruir o cortar su curso, para lo bano monótono en muchas ciudades ameri-
cual se recurrió al uso de obeliscos. Algunas canas, a las calles de las ciudades irregulares
fueron concebidas como anchas avenidas. A que presentan un sinfín de “anécdotas” en
partir de las nuevas y muy concurridas vías se su recorrido. Entre estas últimas se pueden
construían tiendas y casas en gran número. La mencionar a las estrechas calles de la Habana,
calle se convirtió en un elemento de control y la Guaira, Potosí, Guanajuato o el Cuzco; ca-
regulación, además de ser un medio para el lles cerradas por edificios (Morelia); calles que
embellecimiento y repoblación de zonas antes pasan bajo arcos y templos (Quito); calles es-
deshabitadas de la ciudad. caleras (Cuzco).
Una característica típicamente americana
LA EXPERIENCIA AMERICANA. fue la de su sección muy ancha y de poca al-
Cuando se produjo la expansión urbana en tura para las medidas europeas. Esta relación
América, la ocupación del territorio se hizo si- fue la que se mantuvo constante hasta me-
guiendo una multiplicidad de soluciones que diados del siglo XIX.
incorporaban tanto las experiencias previas de
los conquistadores, los modelos teóricos del LOS SIGLOS XVII Y XVIII.
Renacimiento, las antiguas tradiciones roma- La ciudad barroca, heredera de los estudios
nas, los principios de la ciudad cristiana (San- renacentistas, llevó a la práctica, en el campo
to Tomás, Eximenic) y la propia práctica fun- de la ciudad, el conjunto de principios del ur-
dacional, condicionada por las particularidades banismo clásico, la línea recta, la perspectiva
del asiento. monumental y la uniformidad. El carácter di-
La concepción del espacio público estuvo námico y abierto de la “ciudad capital” se ex-
signada por el grado de planificación de las ciu- presa en el diseño de sus calles: rectas y an-
dades. En ocasiones, la calle era y es la orde- chas, permiten el intenso tránsito de personas
nadora del espacio urbano y el centro de las ac- y vehículos de acuerdo con las nuevas necesi-
tividades sociales de la ciudad, y en otras, dades de participación, y hacen evidente el de-
solamente el espacio resultante del agrupa- seo barroco de sistematización. La unificación
miento de las viviendas. de fachadas conformaba espacios coheren-
La calle como un trazado regulador previo tes, definidos por superficies edificadas conti-
que vertebra el espacio urbano también estu- nuas, donde los edificios perdían su indivi-
vo presente, desde muy temprana época, en dualidad plástica para formar parte de un
las fundaciones americanas. La traza de San- sistema superior. De modo que este espacio
to Domingo, replanteada por Nicolás de Ovan- entre edificios, calle o plaza, cobró importan-
do a inicios del siglo XVI, presentaba tal re- cia como elemento constitutivo de una totali-
gularidad en sus calles que sorprendía a los dad urbana planificada. Las fachadas se con-
mismos viajeros españoles. Otros casos, como virtieron en las superficies límite de un espacio
las calles de Asunción del Paraguay, adopta- abierto, formando perspectivas que pueden ex-
ban una estructura lineal fuertemente influi- tenderse ilimitadamente. La vida privada del
da por la traza del camino real. ciudadano medio se pone en directa relación
Cuando en 1573 Felipe II aprobó las Orde- con la calle, lugar de la vida pública.
nanzas de Poblaciones —que ratificaron las ex- Nuevas ideas provenientes de la arquitec-
periencias urbanas españolas y americanas, y tura de jardines orientaron en París la apertu-
definían la planificación para las nuevas ciu- ra de un sistema de ejes radiales centrífugos,
dades—, se especificaban los siguientes cri- avenidas, unidos a un anillo de bulevares que
terios para dimensionar las calles: crearon una nueva relación abierta con el en-
“En lugares fríos sean las calles anchas, y torno. La incorporación del árbol proporcionó
en los calientes angostas; y donde hubiere ca- otro carácter a las avenidas pensadas para el
ballos convendrá que para defenderse en las paseo y el descanso, para el ir y venir, para el
ocasiones sean anchas, y se dilaten en la forma ver y ser visto.
susodicha, procurando que no lleguen a dar en Las calles sirvieron posteriormente al or-
algún inconveniente, que sea causa de afear den ilustrado; divisiones y subdivisiones de la
lo reedificado, y perjudique a su defensa y co- trama viaria convertían cada parte de la ciudad
modidad” (Cf.: Ley X, Libro IV, Tít. VII, v. Leyes de Indias). en una unidad de mayor o menor tamaño den-
En este contexto, las calles de las ciudades tro de un todo. La geometría estaba destinada
hispanoamericanas presentaban aspectos muy a traer regularidad e igualdad. Las calles adop-
diferentes. Desde las rectilíneas tipo canal, tra- taron, a partir de los planteos utópicos, una
u PLANTA DE LA AVENIDA DE MAYO, EN BUENOS AIRES. zadas a cordel, que caracterizan un paisaje ur- imagen basada en las rectas avenidas del par-

14 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cal cal
a una gran avenida que comunicaría la Plaza de
Mayo con el monumental Palacio del Congre-
so, posteriormente se abrirían las diagonales y
la extensa avenida Norte - Sur (hoy 9 de Julio).
Estas nuevas calles, de anchos excepcionales, y
la introducción de la arquitectura decimonó-
nica monumental, rompían definitivamente la
antigua escala colonial (v. Avenida).

EL SIGLO XX.
Durante la primera mitad el siglo XX, la
práctica urbanística basada en las teorías fun-
cionales del CIAM (v.) fomentó la organización
del espacio público a partir de los problemas de
la vivienda. La ciudad fue así concebida como
la sumatoria de partes inconexas en las que las
calles perdían gran parte de su sentido vital.
Estos conceptos partían de una severa crí-
tica a los sistemas de comunicación existentes,
los que habían sido concebidos para el tránsi-
u EN EL SIGLO XX SURGIERON LAS AUTOPISTAS CON LAS QUE SE BUSCÓ DIFERENCIAR LOS DISTINTOS TIPOS DE TRÁNSITO. to de peatones o de carruajes, sin responder
a los nuevos medios mecánicos de transporte.
que clásico, dentro de un concepto de plan de calles, entre los cuales el bulevar, como pro- El problema quedaba planteado por la impo-
ciudad (v. Cuadrícula). ducto carácterístico del siglo XIX, fue una he- sibilidad de conciliar las distintas velocidades
Paralelamente, las calles de los barrios ba- rramienta de progreso y un monumento al ide- naturales del peatón con las velocidades me-
jos sufrían un proceso inverso. En virtud del al de ciudad. cánicas de los automóviles, autobuses y tran-
crecimiento y el consiguiente hacinamiento Se abriría en canal la maraña de calles, ha- vías, cuyo encuentro fue fuente de numerosos
que en ellas se operaba, eran más callejones ciéndolas accesibles a la circulación de vehí- conflictos. La propuesta CIAM se basaba en
que canales para circular. De modo que la pa- culos, superponiendo al cuerpo de las antiguas tres consideraciones básicas: en primer lugar,
tología de la calle se concibió como el preludio ciudades una nueva red de calles anchas y rec- separar el camino de los peatones de los ve-
de su desaparición: abolir el malestar de la ciu- tilíneas, que a la vez que facilitaban las co- hículos mecánicos; la segunda, dar a los trans-
dad implicaba abolir la calle. municaciones transformarían la imagen ur- portes pesados un cauce circulatorio particu-
Durante el siglo XVIII se produjo en Amé- bana al regularizar las nuevas construcciones lar, y la tercera, proyectar para la gran
rica la expansión de los antiguos núcleos ur- con una normativa más detallada que en el pa- circulación vías de tránsito independientes.
banos como consecuencia de los cambios eco- sado y que, como en el caso del París de Hauss- Otro punto importante es el concepto de so-
nómicos y sociales, una mayor densidad de mann, regulaban el alto de las construcciones lucionar los cruces de caminos con cambios
población y la jerarquización político-admi- en relación con el ancho de las calles. Esta trans- de nivel. Completaba la propuesta una dife-
nistrativa. Ello causó modificaciones en la es- formación fue acompañada por novedosos con- renciación funcional de las calles según su des-
tructura urbana, que implicaron una rese- ceptos de higiene, que dotarían a los nuevos tino: calles de viviendas, calles de paseo, calles
mantización de las formas y usos renacentistas, barrios de espacio, aire, luz y verde. de tránsito y arterias principales.
con la introducción de nuevos elementos. El Numerosas ciudades latinoamericanas re- No obstante lo extremo de su planteo, las
uso social de la calle fue producto de esta nue- novaron su fisonomía a partir de las últimas soluciones derivaron frecuentemente en la des-
va dinámica urbana, para la que se crearon tam- décadas del siglo. Una influencia decisiva la aparición de la calles como ámbito de encuen-
bién áreas verdes de esparcimiento y recrea- ejerció el modelo de la transformación de Pa- tro, dando lugar a meros conectores entre zo-
ción, como las “alamedas” (v.), construidas en rís, del cual el ensanche de las calles, las gran- nas funcionales, edificios y distintos núcleos
Lima, Buenos Aires y México. des avenidas, los bulevares y las calles en dia- residenciales. Allí radica el fracaso de esta pro-
gonal (v.) fueron los elementos urbanos más puesta, pese a la cual las calles no han perdido
EL SIGLO XIX. frecuentemente utilizados para lograr la an- su esencia como lugar de contacto humano, de
El siglo XIX, con sus grandes avenidas ra- siada imagen de modernidad. Estos elemen- intercambio, de comunicación. D. M. / AN. CH.
diales y uniformadas, transforma radicalmen- tos definieron el paisaje urbano típico de los
te la imagen de la calle en muchas ciudades ensanches que se practicaron en la mayor par- Bibliografía: F. Chueca Goitía. Breve historia del ur-
viejas y en sus ensanches. te de las ciudades como respuesta al creci- banismo. Madrid: Alianza Editorial, 1968; J. L. Ro-
El impensable crecimiento de la ciudad lle- miento poblacional. mero. Latinoamérica: las ciudades y las ideas. Bs. As.:
va al nacimiento de la urbanística moderna, Buenos Aires se introdujo hacia 1880 en el Siglo XXI, 1979; L. Benévolo. Historia de la arqui-
caracterizada por un cambio cuantitativo que campo de estas cirugías urbanas. M. Torcuato tectura moderna. Barcelona: Edit. Gustavo Gilli,
hace imposible los antiguos sistemas de con- de Alvear inició la demolición de la Recova Vie- 1980; R. Gutiérrez. Arquitectura y urbanismo en
trol. En este marco se abrieron kilómetros de ja y parte del antiguo Cabildo para dejar paso Iberoamérica. Madrid: Ediciones Cátedra, 1983.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 15


CALVO, JACOBS Y GIMÉNEZ. (CALVO, Héctor: Entre las numerosas obras realizadas en las
s/d, 1890 - s/d, 1936; JACOBS, Arnoldo: s/d, décadas del veinte y del treinta, se encuentran:
1892 - s/d, 1974; GIMÉNEZ, Rafael: s/d, el edificio de renta y cine teatro en Santa Fe
1891 - s/d, 1947). Arquitectos. En la déca- 2450 (1931), un chalé en Belgrano (Pino y Ave-
da del veinte conformaron un estudio profe- nida Forest, 1927), el Hotel Privado pertene-
sional cuya amplia producción se desarrolló ciente a Landivar (1927), Juncal esquina Callao
principalmente en Buenos Aires, donde rea- (1931), Bartolomé Mitre y Esmeralda, y varias
lizaron numerosos edificios comerciales, vi- residencias en los alrededores de Capital Fe-
viendas individuales y casas de renta. Su obra deral, Bariloche y Rosario, también el Banco
abarca un amplio espectro estilístico que va Provincial de Santa Fe (1927). En el edificio de
del Eclecticismo (v.) al Pintoresquismo (v.) de Shell Mex (1936), ubicado en Diagonal Norte
raíz británica para finalmente incursionar tam- y Esmeralda, muestran una tendencia renova-
bién en el Art- Déco (v.). dora, enrolada en la corriente Art Déco que do-
mina el período, lo que también se verifica en
Se graduaron en la Escuela de Arquitectu- la propiedad de renta y oficinas de la Compa-
ra alrededor de 1915. En 1921 su proyecto pa- ñía Inmobiliaria de Buenos Aires S. A., en Av.
ra el Golf Club de Mar del Plata resultó favo- Presidente Roque Sáenz Peña 933 (1935).
recido en el concurso privado organizado por Con la muerte de Héctor Calvo en 1936, el
dicha institución. La obra, que se emplaza en arquitecto A. J. Falomir se incorpora a la fir-
un predio frente al puerto, pertenece a la co- ma. Arnoldo Jacobs desarrolló también otras
rriente pintoresquista en su vertiente Tudor. actividades en el ámbito profesional: ocupó
Resulta un ejemplo representativo del estilo la vicepresidencia de la SCA (v.) durante los pe-
que utilizaban entonces los más destacados ríodos 1943-1945 y 1946-1947, y llegó a ser pre-
clubes sociales y deportivos, concebidos como sidente durante los años 1951-1953. Durante
variantes de gran dimensión de la residencia su gestión debió superar la difícil situación por
particular. la que atravesó la Revista de Arquitectura (v.), ór-
Otras obras iniciales, los hoteles privados gano oficial de la entidad. R. P.
de Canning —hoy Scalabrini Ortiz— 2770 y
Libertad 1375 (1923), en Capital Federal, se dis- Bibliografía: Colección Revista de Arquitectura (1922-
tinguen por su imponente presencia. El pri- 1936); Colección Revista El Arquitecto (1922-1945).
mero, más elaborado, se adscribe a la corrien- Anuario de Arquitectura e Ingeniería de la Repú-
te neogótica Tudor. El de la calle Libertad es blica Argentina, 1923. R. Gutiérrez (comp.). SCA: 100
más severo en su ornamentación. años de compromiso con el país 1886-1986. Bs. As.:
El Sanatorio Podestá (1923), en la esquina 1993; R. Gomez Crespo y R. Cova. Arquitectura mar-
de Viamonte y Uruguay, inaugura cierta ten- platense: El Pintoresquismo. Tucumán: 1982.
dencia a la verticalidad en la producción del
estudio. Se destacan tres volúmenes articu-
lados desarrollados en un basamento que abar- CAMINOS, HORACIO. Buenos Aires, 1914 –
ca tres niveles, una parte central de cuatro y Boston (EE.UU.), 1990. Arquitecto, urbanis-
la culminación en mansarda. Con un lengua- ta y pintor. Destacado por su actuación pro-
je estilístico tomado del Eclecticismo, en su fesional en la Argentina y en los Estados Uni-
parte central se eleva una torre de cuatro ni- dos, como por su tarea como docente en
veles que termina en una cúpula con aguja. varias universidades de prestigio internacio-
Esta tendencia vertical se continúa en el edi- nal. Su interés profesional estuvo centrado en
ficio para la Compañía Unión Telefónica, en el diseño urbano y arquitectónico en los paí-
Defensa 143 (1929), y culmina en la casas de ses periféricos.
renta de Arroyo 845 (1928), el edificio Miha-
novich, inspirado en realizaciones estadouni- Graduado en la UBA en 1939, realizó al año
denses de la misma época, pero que, a dife- siguiente estudios de posgrado en EE.UU. Pos-
rencia de los ejemplos de aquel país, no teriormente volvió a la Argentina y fue, durante
contiene un programa terciario sino vivien- diez años, profesor del Instituto de Arquitec-
das, (v. Rascacielo). tura de la Universidad de Tucumán (v.), donde
En 1926 obtienen el tercer premio en el desarrolló una innovadora e importante tarea
concurso de anteproyectos para la Bolsa de Co- junto con H. Sacriste (v.), E. Catalano (v.), H.
u EL EDIFICIO DE VIVIENDAS MIHANOVICH, EN BS. AS., mercio de Rosario y, en 1931, el segundo pre- Zalba (v.) y otros. A partir de 1951, luego de la
DE LOS ARQUITECTOS CALVO, JACOBS Y GIMÉNEZ. mio en el concurso de anteproyectos para el finalización de la experiencia en Tucumán, via-
edificio del Centro Gallego. jó a Londres invitado como profesor en la Ar-

16 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cal cam
Por su profunda preparación técnica y por
la manera en que ejerció la profesión, NC re-
presenta la figura moderna del arquitecto-in-
geniero del siglo XIX.
Se formó en las ideas del Neoclasicismo ita-
liano, difundidas entre fines del siglo XVIII y
principios del XIX por los hermanos Cantoni,
descendientes de una familia del Ticino, de lar-
ga tradición constructiva. Simone (1739-1818),
alumno de Vanvitelli en Roma y diplomado en
la Accademia di Parma, introdujo en Génova
el “nuevo” estilo. Su hermano Gaetano (1743-
1827), director de los trabajos en el Palazzo Du-
cal y maestro en la escuela de arquitectura de
la Accademia Ligustica —donde Nicolás Ca-
nale fue admitido en 1821—, desarrolló el pro-
yecto del nuevo duomo de Porto Maurizio (cir-
ca 1781-1845), donde NC desarrolló una
experiencia profesional clave. Después de co-
u EL PARADOR ARISTON, EN LA CIUDAD DE MAR DEL PLATA, UNA OBRA DE LOS ARQUITECTOS CAMINOS, CATALANO Y BREUER. laborar durante cinco años, fue alumno tam-
bién del maestro Nicolo Laverneda (circa 1795-
chitectural Association. A partir de 1952 resi- San Juan, después del terremoto. En Tucumán 1830). A la muerte de estos, Canale recibió la
dió y enseñó en los EE.UU., primero como do- realizó con Sacriste la escuela primaria de Ba- dirección de los trabajos, aunque su título pa-
cente de la Universidad de Carolina del Nor- rrio Jardín (1947) y el Hospital del Niño Jesús ra el ejercicio legal lo obtendría en 1833, año
te y luego, a partir de 1961, en la Facultad de (1947), este último producto de un concurso. de su casamiento.
Arquitectura del MIT, de la cual se retiró co- Formó parte del equipo que desarrolló el com-
mo profesor honorario en 1984. plejo del cerro San Javier en Tucumán. Tam-
Realizó numerosos proyectos en nuestro bién fue coautor del proyecto para la Ciudad
país. Es autor, con E. Catalano y M. Breuer, del Universitaria de Buenos Aires y la de Los An-
parador Ariston en Mar del Plata. Con Sacris- des en Mérida, Venezuela. En EE.UU. inves-
te, con quien estuvo asociado entre 1943 y 1951, tigó en el campo de la vivienda de interés so-
proyectó la Escuela Rural de Suipacha (1943). cial, y realizó proyectos para Colombia, Puerto
En 1944, con Sacriste y Zalba, presentó una Rico, Kenia, Líbano, Guatemala y El Salvador.
propuesta, sin éxito, para la reconstrucción de A partir de su interés por ese problema, en
1965 creó en el MIT un programa de planea-
miento y diseño urbano, para países en vías de
desarrollo. Publicó los resultados de su expe-
riencia profesional en un libro realizado en co-
autoría con Reinhard Goethert. Posteriormente u IGLESIA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN EN BELGRANO.

editó en nuestro país Educación o catástrofe, un


ensayo que pone de manifiesto su creencia de Entre sus primeras ofertas de trabajo en
que la educación es una de las pocas solucio- Génova, se encuentra la elaboración en 1838
nes confiables y posibles para enfrentar los pro- de seis proyectos (ninguno realizado) para la
blemas globales. fachada de la Ss. Annunziata del Vastato, igle-
Caminos también se dedicó a la pintura y sia franciscana en la cual, dos años antes, NC
realizó experiencias dentro del campo de la abs- ya había dirigido las obras de la sacristía nue-
tracción, interesado en la superposición del co- va (destruida en la Segunda Guerra Mundial).
lor y la transparencia. F. A. El proyecto más significativo para Génova,
que Canale propone a la Municipalidad en 1850
(el mismo año en que es nominado Acadé-
CANALE, NICOLÁS. Génova (Italia), 1807 – Adro- mico de Mérito en la Academia Ligustica), y
gué (Prov. de Buenos Aires), 1874. Arquitec- para el que trabaja intensamente hasta 1857,
to. Fue ingeniero municipal en Buenos Aires es un gran establecimiento terapéutico bal-
y destacado profesional; llegó a la ciudad en neario que debía realizarse sobre la península
1858 junto con su hijo José Lodovico (Géno- del Molo, con teatro y locales de descanso. NC
va, 1833 - Buenos Aires, 1883), arquitecto. estudió también una intervención urbanística,
u LA PLANTA DEL PARADOR ARISTON, DE FORMA ORGÁNICA. En la Argentina, trabajan asociados. previendo una nueva avenida. La idea se vio re-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 17


alizada por la Municipalidad varios años más El plano para la nueva ciudad de Almiran-
tarde y es actualmente eje esencial de la co- te Brown (Adrogué), de 1872, obtuvo el primer
municación y viabilidad de la ciudad. Duran- premio en la Exposición Continental de Bue-
te el largo emprendimiento proyectual surgió nos Aires. Aplicaron allí un orden geométrico
su vocación empresaria: crea la sociedad por de calles ortogonales y diagonales, alternado
acciones Terme Genovesi en 1853. Por sus co- con plazas. El hijo, Giovanni, también elegido
nocimientos científicos en higiene e hidráu- en 1870 Académico de Mérito en la Ligusti-
lica, fue contratado desde Buenos Aires, ciu- ca, elaboró en clave pintoresca su propia resi-
dad a la que arribó con su esposa y su hijo dencia, llamada Castelforte, con un esquema
Giuseppe, laureado arquitecto en la Regia Uni- de ciudadela fortificada, con parque, recorri-
versità degli Studi di Genova en 1858. Los pro- dos, capilla privada y belvedere, a los que ad-
yectos para Buenos Aires fueron: saneamien- judicó nombres a la memoria de numerosas
to de la zona sur de la ciudad y canalización ciudades y plazas italianas. CR. S. / C. S.
del Arroyo Primero (1863); distribución del
agua potable, según planos realizados en las
plazas Lorea, Monserrat y Concepción (1867), CANEPA, AGOSTINO. Piamonte (Italia), 1849
publicados en 1868 como “Estudios prelimi- - s/d, 1900. Ingeniero industrial y agrónomo.
nares para proveer varios modos de aguas co- Uno de los introductores en el NOA del Neo-
rrientes a esta ciudad de Buenos Aires”. La gran rrenacimiento italiano (v.) en la segunda mi-
envergadura del proyecto y las dificultades pa- tad del siglo XIX.
ra financiarlo impidieron la realización.
Su primera encomienda privada, en 1858, A su llegada al país se estableció, junto a su
fue la villa suburbana Los Leones para Esteban hermano Nicolás, en Córdoba. En esa ciudad
Adrogué, quien sería su principal cliente. En trabajaron en la remodelación de la iglesia y
1860, NC gana el concurso para la sistemati- del convento de Santo Domingo. En 1868 fue-
zación del Paseo de Marte —actual Plaza San ron invitados por el gobernador Taboada a re-
Martín, modificada luego por Carlos Thays u IGLESIA NUESTRA SEÑORA DE LA PIEDAD, EN BS. AS. alizar en Santiago del Estero un conjunto de
(v.)— y es nombrado Ingeniero Municipal, car- obras públicas: la catedral de Nuestra Señora
go que ocupa hasta fines de 1864, realizando su hijo Giuseppe, un nuevo proyecto para la cú- del Carmen y el palacio municipal. En 1878 re-
múltiples tareas: empedrado de calles; siste- pula de la iglesia de la Inmaculada Concepción, gresó a Córdoba y concluyó, junto a su her-
matización de plazas; terminación de la fachada en Juramento y Arcos, Buenos Aires. En un fo- mano, los trabajos del convento; al mismo tiem-
lateral de la Catedral; dirección de trabajos lleto donde explica el cálculo: “Observaciones po construyó la iglesia de la Virgen de la
en mercados, hospitales, cementerios; pro- sobre las condiciones estéticas (sic) de la gran Merced. En 1871 se transfirió a la Provincia de
yectos para puentes; arquitectura efímera pa- cúpula del nuevo proyecto para la Iglesia de la Salta, donde edificó un establecimiento agrí-
ra los festejos del 25 de Mayo. Por la realiza- Concepción”, 1863, examina el repertorio des- cola-industrial. Con su hermano proyectó tam-
ción de estas obras, la Municipalidad de Buenos de Palladio a Rondelet, y señala a Sainte Gen- bién la iglesia de Santo Domingo en Tucumán.
Aires le asignó una medalla de oro y diploma viève como la mejor solución respecto de la fir-
de Ingeniero Honorario. mitas y de la economía, y entre esta y la forma Bibliografía: E. Radovanovic y R. Gutiérrez, s. v.: “Ca-
De la experiencia que había adquirido en armónica de los espacios en planta. nepa, Agostino”. En: Luciano Patetta (comp.). Ar-
Puerto Maurizio, derivaron muchos de los mo- Abre un estudio con su hijo, al que se in- chitetti e ingenieri italiani in Argentina, Uruguay
tivos que serían elaborados por Canale en los corpora el joven Juan A. Buschiazzo (v.), quien e Paraguay. Roma: Pellicani, 2002.
proyectos de iglesias en Buenos Aires. Para los finalizaría, a la muerte de ambos, muchas de
exteriores de Nuestra Sra. de la Paz —hoy ca- las obras iniciadas por los Canale. Los encar-
tedral de Lomas de Zamora (1860-1900)— y de gos fueron numerosos: palacios en Buenos Ai- CANEPA, NICOLÁS. Piamonte (Italia), s/d. Cons-
Nuestra Sra. de La Piedad (1866-1895), en Bar- res (Miró, Fusoni; Gorostiaga; Atucha; Euz- tructor. Realiza obras de importancia en Cór-
tolomé Mitre y Paraná, Buenos Aires, retomó quiza; Lagos García, todos demolidos); casas doba y Santiago del Estero en el último cuar-
la fachada “a capanna” entre dos torres, inspi- de renta; hoteles (Grand Hotel Buenos Aires, to del siglo XIX.
rada en las lecciones cinquecentescas de Gale- 1869, Hotel La Delicia, en Adrogué, 1872) e
azzo Alessi para la iglesia Sta. Maria Assunta di iglesias. Entre las ya citadas, se destaca la Ro- Autor, junto a su hermano Agostino, del
Carignano en Génova. De los interiores del duo- tonda de la Inmaculada Concepción de Bel- edificio conocido como Cabildo de Santiago
mo de Puerto Maurizio, Canale retomaría para grano (1864-1878), experimentación que se ins- del Estero (1868) y de la Catedral de la misma
la iglesia de La Piedad la inspiración palladia- cribe en la tipología del Pantheon. Entre los ciudad (1878). En 1881 realiza el Colegio de Es-
na, usando sabiamente la columna para la de- proyectos elaborados en el estudio y no reali- tudios de Río IV y la Fábrica de Pólvora San-
finición de los espacios y la riqueza de las vi- zados, están el Palacio Municipal de Lomas de ta Catalina, también en Río IV (Córdoba). Es-
suales. La confrontación con los problemas de Zamora (1871-1872), el Banco de Italia y Río de tuvo vinculado con las obras de remodelación
estática de la cúpula —la de Porto Maurizio co- la Plata en Buenos Aires (1880) y la Catedral de la iglesia de Santo Domingo en la ciudad de
lapsó en 1821— le permitió proponer, junto a de Paraná (Entre Ríos, 1882). Córdoba.

18 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cam car
Bibliografía: F. Ortiz, R. Gutiérrez, A. de Paula, G. Vi- tradicionales ventanas de arco escarzano y las Caravatti, junto con otros artesanos y técnicos
ñuales y otros. La arquitectura del liberalismo en verjas voladas. italianos, modificó en esos años la fisonomía
la Argentina. Bs. As.: Sudamericana, 1968. En 1808, otra vez por indicación de Tori- colonial de la ciudad, generalizando el uso del
bio, quien lo consideraba el maestro más com- Neorrenacimiento. Asimismo, promovió la for-
petente de la ciudad, dirige la construcción del mación de artesanos, a quienes transmitió su
CAÑETE, FRANCISCO. S/d. Maestro alarife. Ac- proyecto de este último para la fachada del tem- amplia experiencia práctica. Fue también Agri-
tivo en Buenos Aires entre fines del siglo XVIII plo de San Francisco. mensor Municipal y formó parte de diversas
y las primeras décadas del siglo XIX. Repre- En 1817 prepara un proyecto de fachada pa- comisiones encargadas de reformas urbanas.
sentante, dentro del ambiente de los maes- ra la recova nueva por erigirse en el lado sur En el interior de la provincia, se destaca el pro-
tros locales, del gusto neoclásico. Autor de la de la Plaza de Mayo, en reemplazo de un pri- yecto y la ejecución de una serie de iglesias, la
pirámide de Mayo. mer diseño que Pillado atribuye a Segismun- de San Pablo en Capayán, de planta circular
do (v.). Su dibujo, conservado en el AGN, de- (1866), la de San Isidro Labrador en el valle
Según Pillado, Cañete era el más meritorio muestra conocimientos bastante acabados de (1869) y la de San Roque.
de los alarifes porteños en la época de la Re- los órdenes y sus dimensiones.
volución. En 1799 lo encontramos junto a su Su obra principal, la Pirámide de Mayo, fue Bibliografía: R. Gutiérrez, s. v.: “Caravatti, Luigi”. En:
hermano José protestando por el nombra- erigida por la Junta en el primer aniversario de L.Patetta (comp.). Architetti e ingenieri italiani in
miento, sin oposición, de Juan Antonio Gas- la Revolución. En realidad, se trata de un pe- Argentina, Uruguay e Paraguay. Roma: Pellicani,
par Hernández como director de la Escuela de queño obelisco y no de una pirámide. Según 2002.
Dibujo del Consulado. En 1800 es nombrado R. Zabala, había sido copiada de los laterales
para dirigir dicha escuela, aunque debido a su de la puerta de Saint Denis en París y sugeri-
supresión no se hace cargo de la misma. da a Cañete, como modelo, por los propios CARLI, CÉSAR LUIS.
En 1804 realiza un escudo de gran tamaño miembros del gobierno. F. A.
para la casa de la Real Audiencia; en 1805 lo Santa Fe, 1935. Arquitecto,
propuso T. Toribio (v.) para dirigir las obras de Bibliografía: A. Pillado. Buenos Aires colonial. Bs. As.: egresado de la Facultad de
la casa de comedias, proyectada por el Maes- 1943; Rómulo Zabala. La Pirámide de Mayo de Bue- Ciencias Matemáticas, Físico
tro Mayor de Madrid, Antonio López de Agua- nos Aires. Bs. As.: Academia Nacional de Historia, Químicas y Naturales Aplica-
do (v.). También en 1805 proyecta y construye 1962. V. O. Cútolo. Nuevo diccionario biográfico das a la Industria, de Rosario, dependiente
la sede del Consulado, realizado sobre una ca- argentino. Bs. As., 1969. de la Universidad Nacional del Litoral. Impor-
sa existente. Esta obra muestra un tímido in- tante representante del regionalismo arqui-
tento de Clasicismo con portal de frontis y pi- tectónico en las últimas décadas del siglo XX.
lastras cajeadas, que contrastan con las más CARAVATTI, LUIS. Milán (Italia), 1831 - s/d. Ar-
quitecto Realizó una serie de importantes pro- Realizó estudios en Francia durante los años
yectos oficiales en Catamarca dentro de la 1967-1968 sobre el tema Techniques de L’Ur-
corriente estilística del Neorrenacimiento ita- banisme, y continuó el ciclo arquitectural en
liano (v.). el Ministerie de Logement. En la ciudad de San-
ta Fe, desarrolla una intensa actividad, tanto
Estudió en la Academia de Brera. Al finali- desde el proyecto privado y la obra pública, co-
zar su formación, en 1857, se trasladó a la Ar- mo en la labor intelectual. Es autor de nume-
gentina con su hermano Guillermo. Se esta- rosos libros y artículos periodísticos, en los que
bleció en Catamarca, donde por pedido del expone sus particulares modos de entender la
gobernador Navarro realizó una fuente, un pe- arquitectura y la cuestión urbana.
queño templete para la banda de música y una Sus publicaciones más representativas son:
alameda (v.) que se inauguró en 1859. A partir Inserción de la arquitectura en la pedagogía in-
de allí, se transformó en arquitecto encargado fantil; El lenguaje de las cubiertas livianas; La po-
de los proyectos de renovación estatal en dicha livalencia: sus normas y su aplicación en la ar-
ciudad y localidades vecinas. Entre ellos reali- quitectura escolar; 8 grados al Sur del Trópico
zó la Casa de Gobierno (1857-1859), la termi-
nación de la Catedral (1859-1878), el Club Ca-
sino (1873), el Colegio Nacional (1876), la Escuela
Normal de Varones (1883), la Escuela Normal
de Mujeres (1875-1877), el Seminario Conciliar
(1882-1890), la Escuela Nuestra Señora del
Huerto (1874) y la fachada del cementerio mu-
nicipal (1884). También construyó viviendas
particulares en el centro de la ciudad, como la
casa de Octaviano Navarro y la del ingeniero
u DIBUJO DE LA PIRAMIDE DE MAYO DECORADA POR ZUCCHI. San Román. La cantidad de obras realizadas por u PROLÍFICO ESCRITOR. UNA DE LAS OBRAS DE CARLI.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 19


de Capricornio; Ciudad, vecindario y hogar. Car-
li asume su posición situándose como regio-
nalista, y explora su ámbito de acción por me-
dio del concepto que denomina “cadenas
tipológicas”, consistente en evaluar diacróni-
camente sucesivas tipologías con el objetivo de
comprobar su consistencia histórica y verificar
su afianzamiento en la estructura social. Estas
ideas motivaron gran cantidad de proyectos y
realizaciones. Como funcionario de la Direc-
ción General de Arquitectura de la Provincia
de Santa Fe, realizó numerosos proyectos de
escuelas, hospitales y construcciones civiles
entre los años 1965-1966; posteriormente, co-
mo asesor de diversas reparticiones públicas,
coordinó acciones de proyecto y planificación
en Santa Fe, zona de influencia y Rosario. En
el período 1973-1976, ocupó el cargo de Di-
rector Organizador de la Dirección de Cons-
trucciones Escolares, organismo que tuvo a su
cargo proyectar, remodelar y habilitar los es-
tablecimientos escolares de la Provincia de San-
ta Fe. Fue contratado por la Facultad Regional u UNA PLANTA DEL ROSEDAL DE PALERMO, EN BUENOS AIRES, CREADO POR EL INGENIERO AGRÓNOMO BENITO CARRASCO.

de la Universidad Tecnológica Nacional para


efectuar estudios que desembocarían en un mo proyectista, publicista y funcionario, se mer artículo en la revista Caras y Caretas, en
proyecto para la Facultad de Ingeniería. De su dedicó a los temas de los espacios verdes y el que ya se destacan algunos principios que
estudio particular surgieron cuantiosos pro- el urbanismo. En el primero de ellos se des- serían permanentes a lo largo de toda su obra
yectos para viviendas, instituciones deportivas tacó, por una parte, como primer teórico, pe- como teórico y publicista: “La ciudad del por-
y de ayuda a la comunidad, planes de vivien- ro además por una cantidad de realizaciones, venir” (así se titula el artículo) no deberá cons-
da, etc., lo que le llevó a profundizar en la bús- como la creación de la Costanera Sur (que tituir más esa Buenos Aires nucleada en el
queda de un lenguaje arquitectónico caracte- hoy lleva su nombre) y del Rosedal de Paler- centro, sino que los afanes deben volcarse ha-
rístico. En esta etapa establece una fecunda mo; sobre las cuestiones de urbanismo rea- cia las zonas libres donde son posibles las nue-
relación con el ingeniero Carlos Escandell lizó numerosos proyectos y publicaciones e vas urbanizaciones, más allá del eje Callao-
Blanch, hasta el temprano fallecimiento de es- intervino de modo destacado en los principa- Entre Ríos, donde se deberá construir la ver-
te, en el año 1985. Sus inquietudes lo llevan a les debates y congresos, desde las polémicas dadera ciudad. Desde esta consideración pro-
diseñar y patentar un sistema prefabricado en torno de la acción del urbanista francés pone la planificación de cuatro grandes par-
de vivienda que aplicaría en no pocas oportu- Bouvard en Buenos Aires (1907) hasta el Pri- ques distribuidos en la gran superficie federal,
nidades. Carli ha sido docente de diversas uni- mer Congreso Argentino de Urbanismo de la construcción de una red de avenidas si-
dades académicas, aunque su principal tarea 1935. Se instaló así como una de las prin- guiendo las vías existentes, la compra por par-
la desarrolló en la Facultad de Arquitectura y cipales figuras en los años de desarrollo de la te de la Municipalidad de amplias extensiones
Urbanismo de la Universidad Nacional del Li- urbanística en la Argentina (v. Urbanismo). de terreno sin fraccionar para reserva de es-
toral, de la que fue el primer Director Decano pacios verdes, el respeto por la topografía de
desde su fundación, en el año 1985, hasta 1990. Benito Carrasco estudió en la Facultad de las zonas aún vírgenes y la realización de “ba-
En reconocimiento a su trayectoria, ha recibi- Agronomía y Veterinaria de la Provincia de rrios parque” para vivienda popular. Con es-
do distinciones e invitaciones para integrar ju- Buenos Aires, donde se graduó en el año 1900 tas propuestas, Carrasco desarrolló una po-
rados, dictar cursos y conferencias en otras uni- de Ingeniero agrónomo con una tesis sobre fi- lémica contra el Plan encargado unos meses
versidades del país y del extranjero. L. M. togeografía de varios árboles indígenas culti- atrás por el intendente Carlos de Alvear al ur-
vados en el Jardín Botánico Municipal, de la banista francés Joseph Bouvard (v.).
que fue padrino Charles Thays. Junto a este, En 1914 asumió como Director de Paseos,
CARRASCO, BENITO JAVIER. Buenos Aires, comenzó la defensa y revalorización de la flo- cargo que en 1918 debió abandonar por pre-
1877 - íd., 1958. Ingeniero agrónomo, su- ra autóctona. Desde su graduación ingresó a siones políticas de la Intendencia, basadas en
cedió a Charles Thays (v.) en la Dirección de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Ai- la filiación demócrata progresista de Carrasco
Paseos de la Municipalidad de Buenos Aires, res, en la que realizó una carrera que culminó y su íntima amistad con Lisandro de la Torre.
cargo que ocupó entre 1914 y 1918, cuan- con su cargo al frente de la Dirección de Pa- Fue reemplazado por su hermano Eugenio, lo
do por divergencias políticas se vio obligado seos en 1914. que provocó un distanciamiento entre ambos.
a renunciar; fue sucedido por su hermano me- En febrero de 1908, y a la vuelta de un via- Parte de esa gestión ha quedado reflejada en la
nor (v. Carrasco, Eugenio). Durante su carrera co- je de estudios por el extranjero, publicó su pri- Memoria de los trabajos realizados en los Par-

20 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


car car
ques y Paseos Públicos de la Ciudad de Buenos Carrasco emprendió una polémica sobre el mar-
Aires (1914-1916). En ella, Carrasco realiza un co institucional que debía cobijar a la especifi-
detallado estudio de comparación de los espa- cidad de los Parques y Jardines, entendidos co-
cios verdes de Buenos Aires con los de ciuda- mo parte integradora del urbanismo. En un
des europeas y norteamericanas. Plantea la ne- folleto de su autoría, de 1938, resume su visión:
cesidad de que la tarea de la Dirección de Paseos el proyectista y constructor de parques y jardi-
“no debe limitarse a la creación de parques y nes no es el jardinero ni el horticultor (que so-
jardines [sino] que tiene una misión social que lo preparan el material vegetal), ni tampoco el
llenar”; y en función de esa convicción es que arquitecto (que trabaja con materiales inertes),
construyó instalaciones deportivas en los pa- ya que el estudio de parques y jardines debe
seos públicos donde se organizaban compe- unir las cuestiones técnicas (preparación agro-
tencias para trabajadores y estudiantes. Tam- nómica) con las artísticas; por eso creó la cáte-
bién fue central en su obra la preocupación por dra de Parques y Jardines (1918) en Agronomía
la relación de los espacios verdes con la niñez: y no en Arquitectura. Su propuesta más inte-
organizó el Teatro Infantil, los Juegos Infanti- gral fue la creación de una rama autónoma, co- u CARRASCO USÓ EL AGUA EN SUS PROPUESTAS.

les, promoviendo nuevos hábitos que combi- mo existían en los Estados Unidos los Lands-
naban el esparcimiento con la cultura. Asi- cape Studies, que comprendían estudios de jo titulado Studies of Landscape Engineering, y
mismo, centró su accionar en el desarrollo de paisajismo, urbanismo y planificación regio- el mismo año fue premiado por la Municipa-
actividades productivas en los terrenos muni- nal. En esta dirección había propuesto, en el lidad de Mendoza por su “Proyecto de am-
cipales, enlazándose con buena parte de las pre- Primer Congreso Argentino de Urbanismo de pliación y rectificación del trazado actual” de
ocupaciones de Clemente Onelli, el Director 1935, la creación del Instituto de Altos Estudios dicha ciudad. En 1921 presentó al Segundo
del Jardín Zoológico; por entonces se instala- Urbanos y Administración Municipal, cuya or- Congreso Nacional de Ingeniería, realizado en
ron huertas y tambos en los que se elaboraba y ganización, programa y funcionamiento se- Buenos Aires, la ponencia “Conveniencia de
vendía aceite de oliva, miel de abejas, lana de guiría el del Instituto de Urbanismo de París. estudiar técnicamente la transformación de
La defensa de la ciudad, por último, en- nuestras ciudades”, verdadero plan de acción
tendida como una acción científica y social, ba- para Buenos Aires, en el que proponía la in-
sada en los principios del urbanismo moder- troducción del concepto de zonning en la pla-
no adecuado a nuestra realidad, ocupó los nificación de paseos, elevar la superficie ver-
mayores afanes de Carrasco, y adquirió dife- de, tomar a la Avenida General Paz como un
rentes modalidades. Una de ellas fue la fun- gran cinturón verde, y un estudio legal-finan-
dación, en junio de 1925, junto con otros pro- ciero para realizar el plan. Este plan fue toma-
fesionales, de la asociación Los Amigos de la do por el bloque Demócrata Progresista del
Ciudad (v.); esta entidad le editó en 1927 un fo- Concejo Deliberante como propuesta para la
lleto que reunía una serie de artículos publi- ciudad. En 1923 publicó su libro más conoci-
cados entre 1923 y 1926 en el diario La Nación, do, Parques y Jardines, y en él aparece un “Pro-
relacionados con la formación de la Comisión yecto de ciudad moderna”, su máxima elabo-
de Estética Edilicia por el intendente Noel y ración urbanística. El año anterior, en el Primer
con la publicación en 1925 del Proyecto Or- Congreso General de Vialidad, formula su pro-
gánico para la Urbanización del Municipio. Ca- yecto costanero para unir la Capital con el Ti-
rrasco se opuso con vehemencia al Plan, pero gre, propuesta que venía desarrollando desde
u PUENTE QUE COMUNICA CON EL ROSEDAL PORTEÑO. no tanto por sus contenidos principales, que 1914. En 1935 realizó varias propuestas para el
en buena medida coinciden con sus postula- Primer Congreso Argentino de Urbanismo, y
oveja, leche vacuna y caprina, cuyos exceden- dos, sino fundamentalmente por razones de en 1939 se presenta en el Primer Congreso
tes se distribuían entre las instituciones asis- incumbencia profesional: su rivalidad con el Panamericano de la Vivienda Popular con una
tenciales. Como labor técnico-científica, en es- campo arquitectónico y, sobre todo, su com- ponencia titulada “El Urbanismo y la Vivien-
tos años llevó adelante la formación del Rosedal petencia con el paisajista francés contratado da Popular”. En los años cuarenta publicó va-
y una serie de obras en el Jardín Botánico: la por la Comisión, J. C. Forestier (v.), cuyo re- rios artículos, folletos y libros, pero su rol de
creación de la Escuela de Jardineros (hoy “Cris- emplazo por Carrasco fue reclamado reitera- animador de los principales debates urbanís-
tóbal M. Hicken”), el Museo, la Biblioteca, el das veces en el Concejo Deliberante. Además ticos se fue apagando hasta su muerte, acae-
Taller de Fotografía, herbarios y semilleros. de los artículos, Carrasco replicó al Plan or- cida en 1958. S. B.
Una vez alejado de la Municipalidad, des- ganizando con Los Amigos de la Ciudad la vi-
arrolló su actividad en tres frentes: la activi- sita del urbanista francés León Jaussely. Bibliografía: S. Berjman. Plazas y Parques de Buenos
dad privada, la docencia y la defensa de la ciu- Realizó innumerables trabajos de divulga- Aires: la obra de los paisajistas franceses 1860-1930,
dad. En la actividad privada formó, con sus ción y proyectos urbanos, muchos de ellos pre- Fondo de Cultura Económico de Argentina, 1998.
antiguos colaboradores municipales, una em- sentados en congresos de diferentes especia- “El pensamiento de Benito Carrasco: hacia una te-
presa que se denominó Oficina Técnica de Par- lidades. Ya en 1915 había ganado la medalla de oría paisajística argentina”. En: DANA. Bs. As., n.°
ques y Jardines. En la docencia universitaria, oro en la Exposición de Panamá con un traba- 30, 1991 pp. 22-30.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 21


CARRASCO, EUGENIO. Buenos Aires, 1885 - archivos dirigidos a sistematizar su conoci- más adelante las relaciones entre ambas ramas
íd., 1963. Ingeniero agrónomo. Administra- miento. El estudio de ese material desde nue- son comprobables) desarrollaron métodos de
dor General del Parque Tres de Febrero en vas perspectivas culturales está recién en sus medición y graficación adecuados a las cre-
1915, durante la gestión como Director de comienzos en nuestro país. cientes necesidades de intervención y control
Paseos de su hermano mayor, Benito Carrasco urbano y territorial. Medios intelectuales, téc-
(v.), a quien sucedió en esa repartición desde ANTECEDENTES EUROPEOS Y AMERICANOS. nicos, artísticos y también militares contribu-
1918. S. B. Los comienzos de las formas de represen- yeron a la gestación de instrumentos aptos pa-
tar gráficamente las ciudades son tan antiguos ra el conocimiento y para la representación
Bibliografía: S. Berjman. Plazas y Parques de Buenos como las ciudades mismas. El canon básico de racional del espacio.
Aires.: la obra de los paisajistas franceses 1860-1930, esas representaciones, desarrollado por la cul- La cartografía urbana nació entonces den-
Fondo de Cultura Económico de Argentina, 1998. tura romana antigua, perduró solo parcialmente tro de un movimiento mayor de creación de
durante la etapa medieval, en una cultura en imágenes que, a la vez que descripciones de ti-
la que el conocimiento adquiría una forma po naturalista, combinaron durante un perío-
CARTOGRAFÍA URBANA. f. Especialidad que esencialmente escrita y verbal, y las imágenes do importante otras modalidades de repre-
se dedica al levantamiento y la confección de perdían valor descriptivo en favor de su valor sentación, entre las cuales fue decisiva la
planos y mapas. // En urbanismo e historia ur- simbólico. En los inicios de la modernidad, producción de figuraciones alusivas a los dis-
bana, conjunto de piezas gráficas que docu- la recuperación del tratado de Geografía de tintos poderes desplegados y constituidos en
mentan la materialidad de la ciudad y el terri- Claudio Ptolomeo (siglo II a.C.) proveyó un el espacio material. Poderes locales, poder cen-
torio. Es común en estas disciplinas referirse modelo teórico de conocimiento y representa- tral; monarquía, corporaciones e instituciones:
a la cartografía de una ciudad determinada co- ción del mundo, dentro del cual la corografía las técnicas de relevamiento y dibujo de planos
mo la serie de planos parciales y totales exis- se ocupaba de las ciudades y otras porciones se combinaron, o estuvieron al servicio de los
tentes en archivos y fondos documentales. de territorio. El arte de la corografía era el arte procesos de conformación del poder estatal
de retratarlas: las imágenes urbanas de los si- moderno. Proceso que requirió e impulsó a la
La cartografía produce y ha producido grá- glos XV a XVII responden al modelo de la vis- cuantificación progresiva de los modelos de co-
ficos de diversos tipos, de los cuales la carto- ta urbana, en un desarrollo cuyo punto de vis- nocimiento de realidades de todo tipo, desde
grafía urbana es solo una parte que, al mismo ta se fue elevando progresivamente, llegando la demografía y la economía hasta el territorio.
tiempo que responde a los presupuestos y mé- a la imagen “a vuelo de pájaro”. A lo largo del siglo XVIII se fueron conso-
todos comunes a todas las cartografías, presenta El carácter pictórico de la corografía entró lidando técnicas e instituciones, proceso del
aspectos específicos que justifican su aborda- en combinación con otros desarrollos técnicos, cual resulta ilustrativo el caso francés. En el
je en forma separada. Esto debido al rol que en el que artistas y científicos (la separación marco del fortalecimiento de la monarquía y
la cartografía urbana desempeñó dentro de las entre arte y ciencia moderna no puede consi- de la centralización estatal, el control y la or-
formas de conocimiento, control y prefigura- derarse establecida hasta el siglo XVIII, y aun ganización del territorio y las ciudades fueron
ción de las ciudades, en múltiples aspectos: su
forma material, las formas de tenencia de la tie-
rra, delimitaciones o segmentaciones internas,
o incluso la influencia (difícil de determinar,
pero a la vez imposible de ignorar) que los mo-
dos de cartografiar la ciudad y las imágenes re-
sultantes de esa actividad pudieron haber te-
nido en las modalidades en que actuaron
autoridades y habitantes sobre la ciudad, y en
cómo la imaginaron.
Dado que la cartografía no ha sido una dis-
ciplina autónoma, sino que se desarrolló como
una técnica auxiliar para el conocimiento e in-
tervención sobre el territorio, pocos estudios
históricos la tomaron como objeto específico.
A su vez, la cartografía histórica urbana ha
sido habitualmente considerada como un ins-
trumento para el conocimiento del desarrollo
de la forma material de la ciudad. Es habitual
su utilización para mostrar y examinar el des-
arrollo urbanístico, y por ello la mayoría de los
estudios de esa cartografía han tenido por ob-
jeto determinar su exactitud metodológica e
instrumental; estudios que han nacido por lo
general de las recopilaciones e inventarios de u EL PLANO MUESTRA LA DIVISIÓN DE SOLARES DE BUENOS AIRES REALIZADA POR JUAN DE GARAY EN 1583.

22 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


car car
confluyendo en cuerpos de ingenieros milita- diestro en el manejo de instrumentos, tanto glo XVIII: abandono casi total de la tercera di-
res y civiles, como el Corps des Ponts et Chaus- para la determinación de posiciones en el mar mensión y de los rasgos naturalistas, en be-
sées. Dentro de estos cuerpos, y de sus escue- como en la medición de terrenos. Esta figura neficio de una representación progresivamente
las, se discutieron y sistematizaron las técnicas se combinaba con la del alarife, formado en las abstracta y convencional.
geodésicas y los métodos gráficos, en un ale- técnicas de construcción y agrimensura. Estas nuevas modalidades recibieron im-
jamiento sostenido de la representación natu- Más tarde, en el marco del ascenso del po- pulso en el Río de la Plata con la creación del
ralista. A comienzos del siglo XIX, y a tono con derío francés por sobre el español durante el Virreinato en 1776, al punto de que el primer
otros procesos de normalización, se adoptó una siglo XVIII, España adoptó gradualmente los plano de Buenos Aires del tipo topográfico (v.
Norma Topográfica que culminó los desarro- desarrollos técnicos y los modelos educativos Plano topográfico) fue realizado por el capitán Mar-
llos de convencionalización y abstracción en la y profesionales franceses. Al mismo tiempo tín Boneo (v.), miembro de la expedición en la
confección de mapas y planos que había co- que se eclipsaba la importancia de las estruc- que actuó Félix de Azara. El clima de ideas de
menzado unos siglos atrás. Esta norma con- turas gremiales, creció la preponderancia de la Ilustración, junto a la presencia de oficiales
vencional fue adoptada en numerosos países, nuevas estructuras de formación y actuación, y profesionales españoles, contribuyó a los pri-
y también en la Argentina, junto a los mode- en la forma de academias y escuelas. De ellas meros ensayos de instituciones de formación
los profesionales que la utilizaban. surgió sobre todo la figura del ingeniero mi- sistemática en las disciplinas relacionadas con
litar, que pasó también a América, sobre todo la cartografía, de las que sobresalieron la Es-
DESARROLLO DE LA CARTOGRAFÍA URBANA cuela de Dibujo y la de Náutica (v. Enseñanza de la
EN LA ARGENTINA. arquitectura). Aunque estas no prosperaron, sir-
La producción de cartas náuticas y terres- vieron como ensayo para las etapas siguientes.
tres fue un aspecto fundamental de la expan- Con la emancipación de los territorios ame-
sión europea a partir del siglo XV. Portugal pri- ricanos, se abrió el proceso de definición de las
mero, y sobre todo España después, formas de Estado, soberanía y representación
protagonizaron los primeros desarrollos de una política, que atravesó instancias diversas y con-
estructura burocrática que centralizó la pro- flictivas durante varias décadas. En ese marco,
ducción de conocimientos sobre los nuevos te- los incipientes estados nacionales o locales de-
rritorios y su administración a través de la Ca- bieron generar, dentro de su estructura admi-
sa de Contratación (1503) y del Consejo de nistrativa, oficinas que regularan y adminis-
Indias (1524). Desde esta última institución se traran el territorio. En la medida en que, con
desarrolló la primera encuesta sistemática de la supresión de los cabildos, se liquidaba la es-
relevamiento del Nuevo Mundo, que se cono- tructura administrativa hispánica, se formaron
ció más tarde como las Relaciones Geográfi- instituciones con las que se buscaba resolver
cas de Felipe II, realizadas en las décadas fi- el control y la organización territorial.
nales del siglo XVI, encuesta que implicó la u MANZANA DE BS. AS. DEL CATASTRO BEARE, EN 1860. En Buenos Aires se dieron los primeros pa-
realización de numerosos planos de ciudades. sos en ese sentido durante la década de 1820,
Los planos de las Relaciones, especialmente a las áreas más conflictivas, una de las cuales con la formación del Departamento Topográ-
los del área mexicana, son demostrativos de era el territorio de la cuenca del Plata, some- fico (v.), institución que, con altibajos, atravesó
un “estado del arte” cartográfico en esos fina- tida a permanentes tensiones entre España y décadas de inestabilidad hasta la definitiva or-
les del siglo XVI, en el que coexistían variados Portugal. Esto implicó el arribo de diversas ex- ganización del Estado en los años de 1880. Co-
niveles de idoneidad técnica y aun de “cáno- pediciones militares, en las que se desempe- mo se indica en la voz de referencia, las técni-
nes” de la representación, esto visible en la ñaban profesionales que relevaron y dibujaron cas de relevamiento y control fueron puestas
abundancia de planos y mapas realizados por numerosos mapas y planos. Entre ellas fue im- al servicio de un proyecto urbano signado por
indígenas, según códigos y convenciones dis- portante aquella en la que intervino Félix de la búsqueda de una regularidad que los pro-
tintos de los europeos. Antes de la sistemati- Azara, que en su larga estadía en la región le- cesos de crecimiento espontáneo o escasamente
zación gráfica del siglo XVIII, la representa- vantó y dibujó desde mapas regionales hasta regulados ponían en cuestión, y por la inten-
ción de las ciudades abarcó entonces planos un plano de Buenos Aires. ción de delimitar la propiedad pública y la pri-
bidimensionales (especialmente utilizados pa- Los motivos militares y geopolíticos de es- vada (v. Delineación).
ra producir planos de fundaciones, más cer- te impulso cartográfico se combinaron con la Desde el Departamento Topográfico (v.),
canos a documentos jurídico-legales que a tra- otra vertiente de la cartografía americana del la ingeniería, y la agrimensura como técnica
bajos cartográficos, y muchas veces realizados período, aquella del interés científico, cuyo ma- auxiliar, determinaron los modos de releva-
por escribanos) y otros gráficos que en gene- yor exponente fue la expedición comandada miento, organización y control de los tejidos
ral eran tributarios del modelo corográfico. En por Alejandro Malaspina, y que produjo im- urbanos, tanto de las grandes ciudades como
la Argentina, un ejemplo de este tipo de vista portantes piezas cartográficas de las ciudades de los pueblos existentes y de nueva fundación,
pictural es la de la ciudad de Córdoba, realiza- del litoral pacífico americano. En todos los ca- en los que la cartografía, el plano fundacional,
da por un jesuita en el siglo XVII. sos se utilizaban los instrumentos y métodos operaba como un verdadero plan. El Departa-
El profesional típico de este período, tanto desarrollados para la medición y el dibujo de mento regulaba el ejercicio profesional de los
en España como en América, fue el piloto, un ciudades y territorios, y los planos resultan- agrimensores y funcionaba también como cen-
técnico formado en la navegación, y por ello tes muestran el estado del arte a finales del si- tro de formación, y la progresiva centralización

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 23


de la autoridad estatal se observa en la carto- critos, de los que el más antiguo es el inglés wer. Maps and civilization. Cartography in cultu-
grafía del período, en la que la homogeneidad Domesday Book. La dispersión de la soberanía re and society. Chicago - London, The University
de los códigos y convenciones contrasta con la en esos siglos y la inexistencia de estados cen- of Chicago Press, 1996; G. Favelukes. "Mirar, di-
dispersión de la cartografía de los períodos an- tralizados impidieron la formación de catas- bujar y pensar la ciudad a través de la cartografía.
teriores (v. Plano topográfico). Esta homogeneiza- tros generales en toda Europa. En Francia se El plano de Buenos Aires de 1867". En: Crítica, n.°
ción creciente fue aún más acentuada en las produjeron intentos desde el siglo XIV, pero 102. Bs. As: IAA-UBA, 1999; C. Lois. “La invención de
cartografías regionales y territoriales, que a fi- los catastros modernos solo pudieron empe- la tradición cartográfica argentina: de las carto-
nales del siglo XIX pasaron a concentrarse zar a concretarse desde el siglo XVIII, en re- grafías de autor a la cartografía institucional del
en manos del Instituto Geográfico Militar, ins- lación directa con el fortalecimiento de las mo- Estado”. En: mímeo, 2002.
titución dentro de la que se desarrolló duran- narquías y sus aparatos administrativos. El
te el siglo XX la mayor parte de la cartografía ejemplo del catastro napoleónico fue adopta-
nacional. do por muchas administraciones nacionales CASA CAJÓN. (CC) f. Tipo de vivienda individual
Este modelo o canon técnico de raíz topo- durante el siglo XIX, y el primer catastro de popular suburbana, cuya difusión en todo el
gráfica o geodésica caracterizó la cartografía Buenos Aires data de la década de 1860, reali- territorio del país tuvo lugar en la segunda mi-
urbana de todo el siglo XIX, especialmente la zado a pedido de la Municipalidad por el in- tad del siglo veinte. La CC reemplazó a la ca-
de aquellas producciones realizadas dentro de geniero Pedro Beare (v). sa de patio lateral o casa chorizo como tipo
la esfera estatal o en relación con ella. La geodesia, topografía y agrimensura fue- autoconstruido, adoptado por los sectores po-
Sin embargo, esa cartografía de topógrafos ron las disciplinas que confluyeron en las ad- pulares. Puede decirse por distintos motivos
no agota la producción de imágenes técnicas ministraciones locales para la producción de que el tipo de la CC caracteriza la vivienda po-
de la ciudad, ya que a ellas se sumaron, espe- una cartografía urbana, regional y territorial pular moderna. Son sus rasgos principales:
cialmente en la segunda mitad del siglo XIX, que contribuyó a la consolidación estatal. En
otras representaciones cartográficas de las ciu- el siglo XX estas tradiciones técnicas incor- 1) La introversión: el funcionamiento de la
dades, en las que no se aprecia una triplicación poraron la fotografía aérea, primero, y la sa- CC puede resolverse exclusivamente en su in-
tan acentuada y parecen recoger la venerable telital después, para la producción de cuer- terior, sin requerir de las circulaciones exter-
tradición de la vista urbana. Aun cuando en pos documentales cada vez más detallados. nas que caracterizan a todas las tipologías pre-
muchos casos fueron realizados por ingenie- Pero al mismo tiempo, y desde finales del si- viamente empleadas. Las funciones “sucias” o
ros y agrimensores, estos otros planos urba- glo XIX, la cartografía urbana no se limitó a la “húmedas” se han incorporado a la casa.
nos eran portadores de una propaganda orien- descripción de los aspectos visibles o materia- 2) La compacidad: a diferencia de los tipos
tada a la inmigración y a la inversión extranjera. les de la ciudad. Con el higienismo como cien- anteriores, cada ambiente de la CC tiene las di-
Así, los planos comerciales combinaron gráfi- cia aplicada al control y desarrollo del hábitat, mensiones estrictamente necesarias.
cos bidimensionales y altamente convencio- y con el crecimiento y desarrollo posteriores 3) La diferenciación funcional: en la CC las
nalizados con imágenes figurativas de secto- de las técnicas estadísticas e informáticas, el habitaciones se diferencian en su orientación,
res urbanos considerados notables. Estas lenguaje técnico de administradores, sociólo- localización y dimensiones, de acuerdo con las
imágenes tridimensionales rodean y acom- gos o urbanistas ha gestado el verbo “carto- funciones principales para las que están des-
pañan la silueta de la traza, e incluso pueden grafiar”, como acción cognitiva aplicable vir- tinadas.
estar acompañadas por información estadísti- tualmente a cualquier aspecto cuantificable o 4) La implantación: la CC se construye en
ca acerca de la población, el intercambio co- aun registrable de las ciudades: desde las ju- el centro del lote y ocupa casi todo su ancho.
mercial o la producción. risdicciones hasta variables demográficas, eco- De esta manera, se separan y diferencian en
La cartografía urbana, orientada a fines di- nómicas, de preferencias electorales, entre mu- sus funciones los espacios libres remanentes
versos del control estatal, produjo imágenes chísimas otras. G. F. en el frente y el fondo del solar.
más complejas de la ciudad, en las que podría 5) Costo mínimo: los puntos 1) y 2) permi-
verse la intención de reunir una información Bibliografía: A. Taullard. Los planos más antiguos de ten una máxima reducción de las superficies
“total”, unificada en la pieza gráfica, pero a la Buenos Aires: 1580-1880. Bs. As.: Peuser, 1940; F. Es-
vez segmentada analíticamente y combinando teban. El Departamento Topográfico de la Provin-
criterios diversos de representación: extensión cia de Buenos Aires. Su creación y desarrollo. Bs.
y forma general de la ciudad, ilustración de As., 1962; G. Furlong Cardiff. Cartografía históri-
puntos notables, cuantificación de existencias ca argentina; mapas, planos y diseños que se con-
y flujos de diversos tipos. servan en el Archivo General de la Nación. Bs. As.,
El corpus de la cartografía urbana se com- 1963; R. Martínez Sierra. El mapa de las pampas. T. I-
pleta con el género del catastro (v.). Los catas- II. Bs. As.: AGN, 1975; J. E. Hardoy. Cartografía ur-
tros tienen su origen remoto en la adminis- bana colonial de América Latina y el Caribe. Bs. As:
tración romana, en la que se estableció el Instituto Internacional de Medio Ambiente y Des-
capitum registrum, un registro de propietarios arrollo IIED-América Latina, 1991; A. Collado y M.
y de unidades territoriales (rurales y urbanas) L. Bertuzzi. Santa Fe: 1880-1940. Cartografía his-
sujetas a tributo. Aunque en la antigua Roma tórica y expansión del trazado. Santa Fe: UNL, 1995;
este registro se volcaba en forma gráfica, en la M. Escolar. "Exploración, cartografía y moderni-
Edad Media se produjeron solo catastros es- zación del poder estatal". En: mímeo, 1996; N. Thro- u UN RASGO TÍPICO DE LA CASA CAJÓN: LA COMPACIDAD.

24 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cbe cac
zación produjo la estabilización de algunos
sectores productivos, y las políticas oficiales
tendieron asimismo a estabilizar a la pobla-
ción inmigrante. Por otra parte, la sociedad
fue creando un conjunto de instituciones que
paulatinamente absorbieron funciones (sa-
nitarias, geriátricas, educativas) que en los co-
mienzos se cumplían en el interior de la uni-
dad doméstica. Un importante conjunto de
medidas y acciones oficiales y eclesiásticas im-
pulsaron la constitución de una familia esta-
ble mononuclear.

El rol de la mujer. Como instrumento de la uni-


dad doméstica popular de los comienzos de la
modernización, la casa era un organismo com-
plejo que para ser atendido requería de la par-
ticipación de mujeres de distintas generacio-
nes. En ella se llevaba a cabo una cantidad de
funciones: las mujeres debían cumplir com-
plicadas tareas de limpieza de ámbitos, ense-
u LA CONSOLIDACIÓN DE LA CASA CAJÓN, QUE REEMPLAZÓ A LA CASA CHORIZO, FUE CONSIDERADA UN FENÓMENO MODERNO. res y utensilios; alimentar animales domésti-
cos; cultivar el huerto; asistir a los enfermos
de la casa y de los perímetros, hecho que a su Los principales factores que contribuyeron y ancianos; coser y reparar los vestidos; lavar y
vez redunda en una disminución de los costos. a la transformación pueden dividirse en so- planchar; adquirir, conservar y preparar los ali-
El modelo que se hizo más frecuente cons- ciológicos, técnicos y económicos. mentos; y, con frecuencia, realizar trabajos a
taba de dos dormitorios, y de una superficie de domicilio para terceros.
unos 60 m2, con un perímetro de unos 35 m. FACTORES SOCIOLÓGICOS. La paulatina modificación de los hábitos
La transformación de la familia. Fenómeno in- de consumo, combinada con la reducción y
FACTORES DE SU DEFINICIÓN Y CONSOLIDACIÓN. suficientemente estudiado, puede afirmarse estabilización de la familia, determinó la mo-
La adopción masiva de la CC en reempla- que esa unidad doméstica tenía algunas carac- dificación de la casa, a los efectos de trans-
zo de la casa de patio lateral (v. Casa Chorizo) con- terísticas que variaron con el avance del proce- formarla en un instrumento mucho más pe-
figura un fenómeno complejo. Se trata de un so de modernización. La primera es la de la fle- queño y sencillo, factible de ser atendido por
proceso muy breve de instalación de un tipo in- xibilidad de sus límites de parentesco o relación. una única mujer.
dividual autoconstruido, lo que no constituye La unidad doméstica que podía habitar las ca-
un fenómeno frecuente en las tipologías de vi- sas de patio lateral integraba con frecuencia tres La casa como ancla social. La vida en los con-
vienda individual, que se asientan y transfor- generaciones, en las que se contaban además ventillos del centro de la ciudad suponía una
man lentamente a lo largo de extensos perío- familias de hermanos, o parientes solteros de complementación de funciones entre estos y
dos históricos. Por este motivo, el de la CC debe cualquiera de las generaciones adultas. Tam- otros organismos urbanos. Como expansión
ser considerado ante todo como un fenómeno bién podía estar integrada por otro tipo de per- del cuarto del conventillo funcionaban los des-
moderno, por el cual la definición del tipo no sonas relacionadas entre sí por amistad o por pachos de bebidas, los comités, los clubes obre-
se produce como consecuencia de un proceso pertenecer a una misma comunidad de pro- ros, las asociaciones de etnias, los prostíbulos.
anónimo y espontáneo, sino como parte de po- veniencia. Un tercer tipo de integrantes lo cons- Todos los estudios sobre las políticas de dis-
líticas y medidas que, aunque protagonizadas tituyen grupos familiares o individuos sin re- ciplinamiento en los comienzos de la moder-
por diversos actores, estuvieron destinadas a lación de parentesco o amistad que habitaban nización muestran la preocupación de las au-
criticar y superar la tipología precedente. sectores de la casa cedidos en alquiler transito- toridades por las “malsanas” influencias de
La casa de patio lateral fue un producto de rio. Era conveniente que la casa fuera flexible esos ámbitos en la salud física y moral de los
los sectores que constituyeron las primeras pe- en sus ambientes y en su funcionamiento, pues- sectores populares. Aunque la construcción de
riferias urbanas, favorecidos por los precios re- to que esto brindaba la posibilidad de arrendar viviendas individuales en el suburbio distan-
lativamente bajos de los terrenos y por la ex- sus partes. La necesidad debió ser altamente ciaba a sus integrantes de ellas, el tipo de la ca-
pansión de redes de transporte. Su asentamiento variable, si se tiene en cuenta la inestabilidad sa popular de patio lateral, abierto, flexible y
y difusión tiene una larga historia que puede de la estructura económica y con ello la inesta- de funciones indiferenciadas no constituía un
ser trazada desde los últimos años del siglo bilidad del empleo. Por otra parte, una pobla- instrumento capaz de retener a sus integran-
XVIII. Con el proceso de modernización des- ción de inmigrantes móvil, no consolidada co- tes en su seno: carecía de centro.
encadenado en las últimas décadas del siglo mo residente permanente, constituía un grupo Esta carencia fue señalada por sus princi-
XIX, esta tipología comenzó a mostrar incon- de demanda que estimulaba esa solución. pales críticos. En su reemplazo, la CC debía
gruencias de distinto tipo. La consolidación del proceso de moderni- constituirse a partir de la sala central, lugar

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 25


u EL BARRIO CAFFERATA FUE CONSTRUIDO POR LA COMISIÓN NACIONAL DE CASAS BARATAS EN 1921. LOS AMBIENTES DE LAS CASAS SE DISTRIBUYERON EN DOS PLANTAS.

que, capaz de reunir y retener a los miembros das. Por motivos diversos, el retrete se ubicaba de los suelos, sumada en muchos casos a la i-
de la familia, evitaba que esta se disolviera al en los fondos del predio; la cocina (v.), en el ex- nundabilidad de los terrenos, determinaba que
acudir al llamado de los estímulos externos. tremo más alejado de la construcción, margi- se dejara un hueco por debajo de los pisos. Un
nada por su suciedad y sus calores. ajuste en esas nociones y las presiones para
Privatización y aislamiento. En los comienzos Con el avance de las redes cloacales, del gas, obtener un mayor rendimiento de los terrenos
de la modernización, las casas de patio late- la electricidad y la provisión de aguas corrien- impulsaron cambios en las reglamentaciones,
ral que iban constituyendo poco a poco los ve- tes, el alejamiento de retretes y cocinas respec- que permitieron una menor altura entre cie-
cindarios funcionaban como mojones inter- to del frente de la casa no solo dejaba de tener lorrasos y pisos, y el apoyo de estos directa-
cambiables de un tejido de solidaridad, garante una finalidad higiénica, sino que aumentaba la mente sobre el suelo. Ambos factores variaron
de la supervivencia en medios en los que se ca- extensión de los conductos de provisión y sali- el corte de las casas, favoreciendo su compac-
recía por completo de las infraestructuras y ser- da. Así, cocina y baño pudieron colocarse en tación y bajando sus costos.
vicios urbanos. Con el avance de la moderni- medio de los restantes ámbitos de la casa.
zación, el aumento de la densidad de población, Artefactos. La creación y producción in- FACTORES ECONÓMICOS.
el crecimiento de los servicios, los cambios de dustrial de artefactos sanitarios, como piletas, Ya hemos aludido a la economía de recur-
las costumbres y la expansión de las comuni- bidés, inodoros y bañeras, pero también de co- sos que caracteriza la CC respecto de la casa
caciones (cine, radio, teléfonos), esos lazos cinas y calefones, condujo a la normalización de patio lateral.
de solidaridad fueron relajándose, junto con de sus medidas y con ello a la definición de di- Pero además de esta reducción en los cos-
las manifestaciones de vida colectiva. La casa mensiones mínimas que favorecieron la com- tos, en la definición de la CC también intervi-
de patio lateral, con su fácil penetrabilidad y pactación, especialmente de los baños (v.). no el sistema de financiamiento. Aunque en
sus interrelaciones fluidas entre interior y ex- Losetas y viguetas. Desde principios del si- muchos casos fueron construidas y vendidas
terior, era funcional en el primer período, pe- glo XX, pero especialmente en torno de los por pequeñas empresas, las casas de patio la-
ro deja de serlo en el segundo, no solo porque años cuarenta, se desarrollaron sistemas de vi- teral eran las más de las veces construidas por
se acrecentaron las funciones privadas y dis- guetas de hormigón armado premoldeadas y sus propios habitantes en un largo proceso que
minuyeron las comunitarias, sino porque au- ladrillos cerámicos huecos para la construc- comenzaba con un pequeño cuarto hecho con
mentó simultáneamente la inseguridad. ción normalizada de losas, las que de emple- madera y chapas, al que poco a poco se le iban
arse permitían imaginar un futuro crecimien- agregando otros en sucesión, de acuerdo con
FACTORES TÉCNICOS. to de las casas en vertical. los fondos disponibles.
Instalaciones. La casa de patio lateral era en cier- Aire e higiene. La reglamentación y las cos- Construida de manera compacta e intro-
to modo autosuficiente. Las fuentes de energía tumbres basadas en conceptos higiénicos ha- vertida, la CC fue, en cambio, determinada en
(carbón, querosén, leña) se proveian periódi- bían instalado por encima de los cuatro metros la mayor parte de los casos por un sistema de
camente y se almacenaban hasta su consumo, las alturas recomendables de los locales para financiación mediante el cual el Estado otor-
el agua se extraía de pozos, los excrementos se tener un adecuado volumen de aire y favore- gaba la totalidad del monto necesario para su
enviaban a cámaras y las basuras eran reutili- cer su circulación. La idea de que las enfer- construcción, y se eliminaba así el crecimien-
zadas (huerta, animales domésticos) o quema- medades contagiosas se propagaban a través to por sucesión de cuartos.

26 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cas cas
u PLANTA DE CONJUNTO

DEL BARRIO CAFFERATA


EN AV. JOSÉ MARÍA
MORENO Y ASAMBLEA,
PARQUE CHACABUCO,
BUENOS AIRES.

u PLANTA Y VISTA.

AMBIENTES COMPACTOS
Y MÁXIMA UTILIZACIÓN
DE LOS ESPACIOS. UNA
TIPOLOGÍA QUE FUE
IMPLANTADA EN PREDIOS
ANGOSTOS.

1) Historia. La de la CC es la historia de la aún era accesible desde el exterior, el conjun- En 1911, la SCA organizó su 5° Concurso
definición de un tipo mínimo y de las políticas to de los ambientes se estructuraba de modo Estímulo como una reflexión en torno de los
que en la primera mitad del siglo XX los sec- compacto a ambos lados de un pasillo vestí- tipos mínimos. Así el tema adquirió legitimi-
tores dirigentes juzgaron más convenientes bulo (v. Vivienda ferroviaria). En el mismo año, y co- dad dentro de la disciplina arquitectónica. In-
para favorecer la habitación popular (v. Vivienda mo en el caso anterior por una fuerte influen- tegrado por Nordmann (v.), Olivari (v.), Folkers
de interés social) en la Argentina. cia de tipos europeos, también se optó por una (v.) y Aloisi (v.), el jurado tuvo especial cuidado
Hasta 1915, año de la creación de la Comi- configuración compacta en las casas construi- en destacar las condiciones higiénicas, la bue-
sión Nacional de Casas Baratas (v.), el debate y das para el personal jerárquico de la Cervece- na distribución, la compactibilidad y la econo-
las propuestas tuvieron un curso irregular y ría Quilmes (Prov. de Buenos Aires). mía en las soluciones.
disperso. Desde entonces la CNCB funcionó En su estudio Les logements ouvriers a Bue- Las realizaciones de la segunda década del
como un contenedor para sintetizar y encau- nos Aires (1900), Samuel Gache presentó un siglo, sin embargo, no acompañaron estas re-
zar las distintas alternativas. proyecto de Charles Doynel para viviendas po- flexiones, y las construcciones individuales des-
Muchos proyectos y construcciones de vi- pulares individuales en los suburbios, intro- tinadas a los sectores populares por parte de
vienda popular anteriores a esa fecha emple- vertidas y de reducida y apretada planta, aun- empresas, cooperativas o entidades oficiales
aban el tipo de patio lateral (ej: Barrio de las que desarrolladas en dos niveles. Medhurst continuaron reiterando el tipo de patio lateral.
Mil Casas en Tolosa, construido por Ema de la Thomas (v.) propuso asimismo un modelo com- Las conveniencias detectadas en los pro-
Barra, 1884). En otras oportunidades, el tipo pacto para la construcción de casas económi- yectos y debates citados fueron incorporadas a
no es aplicado en una configuración tan evi- cas en 1902, y de este modo fueron concebidos la praxis en casi todas las intervenciones pro-
dente; porque es utilizado de manera trans- también varios de los trabajos presentados en movidas en la tercera década del siglo XX. Así,
versal (Barrio San Vicente de Paul en Buenos el concurso “casas para obreros” organizado como producto de la Gran Colecta Nacional de
Aires, 1909) o plegado (viviendas del ingenio por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos 1919, en 1920 la Unión Popular Católica cons-
San Pablo, 1896). En todos los casos, las uni- Aires (1905-1906). truyó en Barracas un barrio de viviendas que
dades tienen en común el sucederse de sus El principal antecedente en el que se plan- empleaba el tipo compacto. Y lo mismo ocu-
cuartos, las conexiones entre ellos a través de teó programáticamente la necesidad de que el rrió al año siguiente, en la segunda acción pro-
una galería lateral, aperturas orientadas a uno tipo mínimo de vivienda popular se estructura- movida por la Comisión Nacional de Casas Ba-
de sus lados y ubicación de la cocina en un ex- ra de modo compacto en torno de un ambiente ratas, el barrio Cafferata; en 1923, en las casas
tremo de la construcción. ancla interior fue el proyecto de los ingenieros del barrio Marcelo T. de Alvear, también de la
Junto con estas propuestas se desarrollaron Fernández Poblet y Ortúzar (v.) para la cons- Comisión; y más tarde con las unidades cons-
paralelamente intentos de compactación. Las trucción de un “barrio obrero” para 30.000 ha- truidas para la Municipalidad de Buenos Aires
viviendas para operarios de los Talleres del Fe- bitantes en el bajo de Flores (1907). Más tarde, por la Compañía de Construcciones Modernas
rrocarril Sur por Chambers y Newbery Tho- pequeñas casas de este tipo fueron propuestas (v.) (1926), y con las del barrio Rawson de la
mas (v.) en Remedios de Escalada (Prov. de Bue- por Domingo Selva (v.) en “La edificación obre- CNCB (1928). Cabe observar que en casi todos
nos Aires, 1895) constituyeron uno de los ra” (1910); y por Carlos Thays (v.) para un “ba- los casos mencionados se trata de construc-
primeros intentos en donde, si bien la cocina rrio jardín” a orillas del Riachuelo (1910). ciones de dos plantas destinadas a ser im-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 27


plantadas en predios angostos dentro de ur- relación con las CC. Desde los primeros nú- expresan en la diversidad de códigos lingüís-
banizaciones ad hoc. Ninguna de ellas abor- meros del Boletín de la CNCB, la tipología de ticos empleados, desde un elementarismo mo-
daba aún la solución más apta para los terre- patio lateral queda descartada y se publican dernista, hasta la casa vasca o el “chalé” cali-
nos de 10 varas de frente, característicos del ejemplos de CC. forniano. Puede registrarse un verdadero cruce
damero de las ciudades argentinas. En 1936 la Cooperativa El Hogar Obrero de tendencias, en el que se encuentran las má-
En 1924 se produjo en la Revista de Arqui- (v.), impulsada por el Partido Socialista, resol- ximas aspiraciones que algunos propugnan pa-
tectura un debate acerca de los conceptos con vió no otorgar más préstamos a las unidades ra los sectores populares, con las necesidades
que debía abordarse la casa popular. Del Valle planeadas según el tipo de patio lateral y esti- de los sectores medios y de los profesionales
ponía en cuestión la designación de “casa ba- mular la conformación compacta. La Coope- emergentes.
rata” con que hasta entonces se refería al tema, rativa había comenzado sus críticas a la solu- La CC individual con lenguaje “california-
y proponía reemplazarla por el concepto de “ca- ción de patio lateral en 1933, cuando Pedro no” se consagra por primera vez como unidad
sa económica”, en tanto no se trataba simple- Palacín publicó en la Revista Socialista una eva- mínima en oportunidad de un concurso de “ca-
mente de reducir costos sino de transformar luación similar a la realizada por Bereterbi- sas para suboficiales del Ministerio de Gue-
las tipologías y modos de implantación y agru- de. En 1934, la confrontación entre los dos ti- rra”, en 1936. El jurado otorgó el primer pre-
pamiento para alcanzar las soluciones mínimas pos se hizo pública mediante una exposición mio al trabajo del arquitecto Horacio Rodríguez
más convenientes sin perder cualidad. El autor organizada por la Cooperativa y dedicada a “La Beltrán y el segundo al de los arquitectos Bal-
realizaba un riguroso estudio comparativo de vivienda ideal”. dini Garay y Genovese. En ambos casos se tra-
los tipos de patio lateral y compacto en una so- ta de soluciones compactas, y ambos proyec-
la planta, y demostraba las ventajas ofrecidas tos cuentan con un elemento, el porche, que
por el segundo. Medhurst Thomas interviene estará luego presente en la difusión masiva del
en la discusión, acuerda con las observacio- tipo. El primer premio se caracteriza por la ex-
nes de Del Valle, promueve la construcción con trema compacidad de la solución, resuelta en
materiales de stock, y propone modificar las al- una configuración modernista, con techos pla-
turas reglamentarias al mínimo de 2,40 m. nos, ventanas corridas y de ángulo, y ojos de
En los primeros años de la década del trein- buey. Sorprende como condición del progra-
ta, los conceptos de Standard mínimum elabo- ma la superposición del segundo dormitorio
rados en Alemania, ampliamente difundidos con la sala y como consecuencia de esto la im-
a partir del CIAM reunido en Frankfurt en 1929 portante superficie concedida a la cocina co-
dedicado al tema, fueron desarrollados por va- medor. Conducida por el General de Brigada
rios arquitectos argentinos. Juan Pistarini, quien asumiría mas adelante
Ese mismo año, Alejandro Virasoro (v.) cons- un rol decisivo de difusión masiva de la tipo-
truyó en Banfield un conjunto de pequeñas vi- logía, la Dirección General de Ingenieros del
viendas de planta baja que respondían a esta Ejército puso en marcha el primer ejemplo de
tipología. un barrio construido en el que el tipo mínimo
Wladimiro Acosta (v.) propuso en 1931 una u VIVIENDA TIPO CHALÉ EN BARRIO SARGENTO CABRAL. compacto, la CC con lenguaje californiano, asu-
solución cercana a la CC para Luján, aunque mía un rol protagónico. El emprendimiento,
en ese caso contaba con un terreno de mayo- Esos primeros años de la década del trein- el barrio de suboficiales “Sargento Cabral”
res dimensiones que las habituales en los lo- ta fueron decisivos en el viraje hacia la nueva en Campo de Mayo, fue inaugurado en las pri-
tes suburbanos. Pero en sus proyectos A y B tipología. En los concursos de arquitectura or- meras semanas de 1937. El modelo C2 de es-
de ese mismo año arribó a una solución tipo ganizados por la Municipalidad de Buenos Ai- te conjunto posee todas las características de
para predios de 10 varas, con cuatro ambien- res se incluye un ítem C dedicado a “viviendas la CC: una sola planta, aproximadamente 8,5
tes distribuidos en dos grupos a ambos lados económicas”, y en la edición de 1933 obtiene m de ancho, ninguna superficie cubierta des-
del eje longitudinal del terreno, desplazados el primer premio un trabajo de H. Mazzonci- tinada a circulaciones, cocina y baño internos
uno hacia el fondo y el opuesto hacia el frente, ni, en el que la planta obtiene el máximo de y apareados, dos dormitorios y living comedor,
con servicios en la zona central. concentración. A partir de este año la Revista porche de acceso, accesibilidad al fondo del lo-
Otras propuestas para los tipos mínimos de la SCA, dirigida por el ex integrante de la te desde la cocina.
fueron efectuadas por Alejo Martínez (v.) y Er- CNCB Alberto Prebisch (v.), inicia una serie de Una de las últimas intervenciones promo-
nesto Vautier (v.). En el ámbito de la CNCB, las publicaciones de “casa económica”, en la que vidas por la CNCB fue un barrio de viviendas
Juntas Honorarias de Casas Baratas creadas se hace hincapié en la distribución de la plan- en Parque Saavedra, Buenos Aires, cuyos mo-
en las provincias arribaron ese año a un “pro- ta y en respetar costos que oscilan entre los $ delos apareados también fueron realizados em-
yecto ejemplar” todavía concebido en dos plan- 18.000 y los $ 5.500. Esta importante diferencia pleando la tipología de la CC.
tas, sin incorporar los estrictos criterios di- expresa la indefinición relativa del tema de la En 1943, la Comisión Asesora de Vivienda
mensionales y distributivos ya ensayados por “casa económica” individual, entendiéndose Popular (CAVP) que sucedió a la CNCB em-
los defensores del Standard mínimum. Fermín como tales desde una pequeña vivienda su- prendió la construcción del conjunto “Villa
Bereterbide (v.) desarrolló en el Boletín de la Co- burbana de tres dormitorios para un profesio- Concepción”, compuesto por viviendas indi-
misión una dura y precisa crítica a las casas de nal, hasta una vivienda mínima tipo de dor- viduales de este tipo, proyectado en el MOP (v.)
patio lateral, comparando sus desventajas en mitorio único. Las mismas ambigüedades se por Carlos Chapeaurouge (v.).

28 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cas cas
Entre 1943 y 1946, el MOP impulsó esta ti- mediante una galería externa y una enfilade de mensiones que disminuyen con el tiempo.
pología en sus intervenciones en todo el país. puertas internas. Estas aberturas generan una Este género, de amplia difusión en el te-
Con las modificaciones operadas en el Banco circulación que comunica a todos los locales rritorio nacional, se adapta mejor a los climas
Hipotecario Nacional, el MOP prosiguió en independientemente de sus usos. El espacio cálidos y se vuelve menos confortable en la par-
gran escala construyendo este tipo de barrios abierto se define a partir de patios cerrados en- te sur de la región pampeana u otras zonas con
y viviendas, y alcanzó sus momentos de ma- tre una medianera y la serie de habitaciones inviernos más rigurosos.
yor impacto en los Barrios Ciudad Evita (1948) con galería. El primero sirve como núcleo pa- Como característica distintiva de esta ti-
y General Perón. ra el desarrollo de las actividades sociales. De pología puede decirse también que se presen-
Pero la expansión masiva del tipo se alcanzó existir un segundo patio, está dedicado a los ta en diversos estadios intermedios sin llegar
a partir de 1952, cuando en el marco del Se- servicios. En él confluyen el baño (v.) y la coci- a completarse en el modo “ideal” que hemos
gundo Plan Quinquenal se lanzó el Plan Eva na (v.), segregados de la parte central de la vi- descripto, generando una serie de “subpro-
Perón (PEP) (v.). Este consistía en créditos que vienda. El resto del terreno puede servir como ductos”. Esta flexibilidad entre el estadio de-
se otorgaban rápidamente junto con carpetas tendedero, para albergar aves u otros anima- finitivo e inicial permite identificar alternati-
técnicas que, elaboradas por la Dirección Téc- les de corral, o como huerta familiar. vas como: grupos de dos o tres habitaciones
nica del BHN (v.), contenían los planos de la ca- Las habitaciones sobre la calle son, la ma- con galería sobre línea municipal o retirada,
sa y los detalles necesarios para construirla. yoría de las veces, exclusivamente de recepción; grupo de habitaciones en tira formando una L
Las unidades, que en 27 esquemas respondí- las que dan al primer patio, dormitorios, se- con sala sobre la fachada y, finalmente, es-
an a las formas “modernista” o “california- guidas por una habitación que avanza, el co- tructura completa en forma de U o doble U,
na” de la CC, oscilaban entre los 40 y los 90 medor, separado del segundo patio de servicios con cocina y comedor posterior, y algunas ve-
m2, a un costo de $ 900 cada uno, un 40% por sin cerrarlo totalmente, ya que existe un corre- ces con habitaciones en el patio trasero.
debajo de los costos de viviendas convencio- dor que posibilita la continuidad de la circula- Esta versatilidad y posibilidad de creci-
nales. Los préstamos del BHN para la cons- ción hasta el fondo de la casa. Esta zonificación miento, acordes con la movilidad social carac-
trucción de viviendas individuales pasaron está relacionada también con la altura, la pro- terística de la Argentina moderna, son proba-
de 76 millones de pesos en 1942 a 1.500 mi- fundidad y el tamaño de las habitaciones, que blemente los hechos que determinan su
llones en 1951. Como resultado, las cerca de varían según el tipo de uso y su jerarquía. La popularidad como el modelo de hábitat urba-
500.000 unidades edificadas mediante el PEP sala y el comedor son los espacios más amplios no más generalizado entre mediados del siglo
marcaron la fisonomía de los suburbios de to- y, junto con los dormitorios, tienen un alto que XIX y las primeras décadas del siglo XX.
das las ciudades del país y terminaron insta- varía entre los 4 y 4,5 m. Dicho tamaño dis-
lando a la CC como el tipo que desde entonces minuye en los locales de servicios (baño, coci- ESTRUCTURA SOCIAL Y CRECIMIENTO URBANO.
sería adoptado “espontáneamente” en la auto- na, cuarto de servicio, entre 3 y 3,50 m), di- El origen de esta tipología puede rastrear-
construcción de la vivienda popular. J. F. L. se hasta la segunda mitad del siglo XVIII, mo-
mento en el cual la estructura social de las ciu-
Bibliografía: Casas y Jardines. La construcción del dis- dades comienza a cambiar lentamente.
positivo doméstico moderno (1870-1930). en: F. De- Tomando el caso de Buenos Aires, y anali-
voto y M. Madero. Historia de la vida privada en la zando los permisos de edificación que se con-
Argentina. Tomo ii, Taurus, 1999. servan en el AGN, es posible verificar la exis-
tencia de tipologías habitacionales distintas de
la clásica planta de casa colonial con patios. Es-
CASA CHORIZO. f. Vivienda de amplia utiliza- ta diferenciación ha sido observada por Torre
ción en la Argentina desde mediados del si- Revello, quien justifica la aparición de otras
glo XVIII hasta las primeras décadas del XX. formas de construcción doméstica en función
Se trata de una modalidad de casa de patios, del constante aumento y especialización de
generada a partir de un esquema tripartito: la población urbana (v. Colonial, arquitectura).
una hilera de habitaciones seguida de una cir- Estas aseveraciones se ven confirmadas por
culación en galería y un espacio abierto. En los datos censales de 1810, que transcribe y co-
general, ocupa un lote angosto y alargado, menta García Belsunce. El padrón de ese año
característico de la subdivisión de la tierra en habla de casas, cuartos, ranchos y conventillos.
las ciudades argentinas, de allí su denomi- El término “casa” le cabe al tipo de vivienda
nación de “chorizo”. descripta por memorialistas y viajeros como
casa de patios o colonial. El término “cuarto”
Descripción. Su organización espacial se no se identifica con el concepto de habitación
define a partir de un volumen techado conti- de alquiler, sino con el de departamento (una
nuo con distintas variaciones formales que unidad mínima con una pieza a la calle que
se articulan con un espacio abierto. El área muchas veces se utilizaba como negocio). Los
techada está compuesta por una sucesión de otros tipos de vivienda que encontramos en los
habitaciones que se recuestan sobre uno de los registros censales son los que servían de mo-
lados mayores del lote, relacionadas entre sí u UNA CASA CHORIZO EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES. rada a los sectores populares que no formaban

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 29


parte del servicio: el rancho (v.) y el conventillo veces se dijo, de la simple y mecánica subdi- de espacios más reducidos para desarrollar su
(v.). En este contexto, también aparece la de- visión por el eje central de la antigua casa co- vida doméstica. Por el otro, por la mayor dis-
nominada “casa chorizo”, que ya conformaba lonial (v. Colonial, arquitectura). ponibilidad de terrenos libres en razón de la
un importante número de las viviendas dedi- A partir de las primeras décadas del siglo creciente expansión urbana de las ciudades ar-
cadas al alquiler. XIX, la situación cambia. La expansión de la gentinas. A ello debe sumársele el crecimien-
El análisis de la estructura del núcleo fami- mancha urbana permite disponer de lotes más to vegetativo, producto del aumento de la ta-
liar que se desprende de los datos censales co- reducidos, accesibles a pequeños propietarios sa de natalidad y, fundamentalmente, de la
rrobora esta complejidad inicial en la organi- o locatarios de casas que pueden solo ser cons- llegada masiva de inmigrantes luego de 1870.
zación del hábitat urbano a comienzos del siglo truidas en esta tipología, cuya principal ca- De todos modos, la cuestión de la inmi-
XIX. Solo un 18,6% de la población censada en racterística es la reducción del tamaño de las gración y del cambio del perfil social del país
1810 podría considerarse como conformado por partes, sin que estas pierdan ciertos atributos implica nuevos problemas en la historia de la
el tradicional núcleo patriarcal amplio, que ocu- comunes con la familia de las casas de patio. tipología. Una de las características de la in-
pa la vivienda típica de patio, incluyendo pa- De allí que la denominada casa chorizo se cons- migración que llega al Río de la Plata es su in-
rientes no directos del grupo central y una im- tituya como la opción más viable, utilizada estabilidad laboral y por ende el convencimiento
portante cantidad de esclavos o servidores en fracciones cada vez más minúsculas e in- de que se trata de una migración temporal y
integrados a la casa. El resto, probablemente, dependientes que ya no resultan de la subdi- no permanente. Frente a este problema, la po-
habitaba en otros géneros de viviendas que in- visión de un lote mayor. Surge así un tipo de lítica de los diferentes gobiernos será la de otor-
cluyen los tipos antes definidos. hábitat, al menos para Buenos Aires, que irá gar ventajas para el asentamiento permanen-
Solo algunos de estos géneros edilicios so- caracterizando los sectores aledaños a la anti- te; entre ellas el acceso a la vivienda propia
brevivirían a esta primera etapa de expansión gua planta de la ciudad. en la periferia. Esta política se ve potenciada
del tejido urbano. Es posible conjeturar al res- En el caso porteño esta modificación se ve- por el caótico y extraordinario crecimiento del
pecto que las tipologías de pequeños departa- rifica si observamos el catastro (v.) Beare (v.). A sistema de transporte ferroviario y tranviario,
mentos erigidas en la zona central a fines del diferencia de las manzanas de los barrios cen- favorecido por el loteo a bajo precio de amplias
siglo XVIII, cuando no se había producido la trales, que contienen grandes casas de patios y zonas suburbanas que quedan así incluidas en
gran expansión, fueron eliminadas como al- complejas subdivisiones de los loteos origina- la red circulatoria.
ternativas en función de una cada vez mayor les de la ciudad, los barrios de Montserrat y Bal- A estas alternativas debemos sumar tam-
cantidad de terrenos aptos para la construcción. vanera, cuya expansión y consolidación co- bién la crisis del conventillo (v.), el modo ma-
Las primeras casas chorizo parecen surgir mienza en la década del 1820 pero culmina sivo de hábitat popular en la segunda mitad del
de la posibilidad del propietario de subdividir mucho después, presentan manzanas subdivi- siglo XIX. La obsolescencia de este género ha-
los grandes lotes de las aréas céntricas de las didas en lotes de 8 varas desde el inicio con bitativo se debe a que el aumento de la pro-
ciudades, densificando la ocupación con la cons- construcciones características de esta tipología. piedad de la tierra vuelve caro el alojamiento
trucción de nuevas viviendas para generar una Pasado el momento inicial, la pervivencia en el centro de la ciudad y a que el conventillo
renta inmobiliaria que aprovechara el rápido del tipo obedece a diversas causas. Por un la- puede convertirse en un gheto o un foco de re-
crecimiento poblacional de algunas zonas. Por do, por la consolidación de una tendencia: la belión. También el hacinamiento de este tipo
lo tanto, parece improbable que el origen de aparición de un mayor número de familias de de hábitat favorece el surgimiento de epide-
esta tipología haya sido producto, como tantas características mononucleares, con necesidad mias físicas y morales, según entienden mé-
dicos y reformadores (v. Higienismo). Su promis-
cuidad y mezquindad edilicia tampoco
concuerda con el trabajo domiciliario, propio
del incipiente proceso de industrialización
en curso a fines del siglo XIX.
De allí que a partir de todas estas variables
se constituya un nuevo modelo: localización
periférica, carácter unifamiliar y propiedad pri-
vada del terreno en que debe asentarse la vi-
vienda de los sectores populares, en concor-
dancia con la expansión del proceso de
especulación de la tierra. Por otra parte, la adap-
tabilidad a los fraccionamientos de lotes rec-
tangulares largos y angostos, y la posibilidad
que brinda, a partir de su rígido esquema, pa-
ra ser construida por etapas, la transforman en
el modo de hábitat característico de los nuevos
sectores inmigratorios que, salvo algunas ex-
cepciones, no intentarán recrear pautas de há-
bitat propias de su cultura.
u VERSÁTIL Y CON CAPACIDAD DE CRECIMIENTO, LA CASA CHORIZO COMENZÓ A CONSTRUIRSE A MEDIADOS DEL SIGLO XVIII. En resumen, podría decirse que la idea de

30 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cas cas
te: un cerco sobre la línea municipal y un reti-
ro del frente por ausencia de la sala.
También el tipo difiere en magnitud y es-
plendor; puede llegar a dimensiones colosales,
asimilándose a la tradicional casa de patios co-
lonial, como la vivienda de la familia Ayerza
(1870) en San Telmo, o a la ínfima dimensión
de 8,66 m, como tantas casas edificadas en los
barrios y suburbios de las ciudades argentinas.
El mayor auge en la utilización de esta ti-
pología se produce durante el período 1870-
1930. En 1891 un corresponsal local de La Cons-
u UNA SUCESIÓN DE HABITACIONES QUE SE RELACIONAN ENTRE SÍ A PARTIR DE UNA GALERÍA EXTERNA Y PUERTAS INTERNAS. truction Moderne manifiesta su total
desaprobación por el uso masivo de la tipolo-
hacer de cada obrero un propietario es alenta- las actividades de la casa, estableciendo una re- gía: “ya que resulta bien difícil que un pro-
da por el Estado y las diversas instituciones que, lación más indirecta con el patio y sirviendo de pietario se anime a hacer otra cosa que estas
a fines del siglo XIX, conforman un dispositi- protección contra los rigores del clima. viviendas que parecen salir todas de un mis-
vo de control sobre la formación de los hábitos El cierre de la vivienda hacia la calle, a par- mo molde”. Una de sus características más no-
de los sectores populares. tir de la construcción de la sala, define la fa- tables en el momento de su apogeo es su uti-
El modo de construcción de la casa se re- chada sobre línea municipal, fachada que, se- lización para componer unidades de mayor
laciona con el progreso del inmigrante, que co- gún el nivel social del propietario o la época de magnitud: apilada en altura para configurar ca-
mienza por la edificación de una de las piezas su construcción, adquiere diferentes ropajes, sas de renta (v.), desarrollada en horizontal pa-
interiores de alrededor de 20 m2, a veces una desde el Neorrenacimiento (v.) de las décadas ra constituir grupos de modestas casas de al-
cocina precaria construida en madera o pare- finales del siglo XIX, al Art Déco (v.) de me- quiler o repetida infinitas veces conformando
des de ladrillos asentados en barro de manera diados de los años veinte, sin afectar los con- manzanas que componen un barrio de vi-
provisoria y un retrete en los fondos ligado a tenidos intrínsecos del tipo. viendas, como en el barrio obrero de Las Mil
un pozo (v.) para absorber los líquidos cloaca- Este esquema de completamiento de la ti- Casas de Tolosa, La Plata (1884).
les. Las dimensiones de esa primera habita- pología no se da en todos los casos. Paradóji-
ción o habitaciones, la modulación y los es- camente, el rígido planteo ofrece al propietario DESAPARICIÓN DE LA TIPOLOGÍA.
pacios libres intersticiales, semejantes en todos la posibilidad de definir, a partir de esta moda- La casa chorizo no conforma a las institu-
los casos, demuestran la existencia de una ima- lidad de organización aditiva, su cierre en U, ciones civiles y al Estado en su lucha por re-
gen previa totalizadora del resultado final de en L o determinar la construcción como una formar los modos de vida de los sectores po-
la operación por parte del constructor (muchas serie de habitaciones relacionadas por una ga- pulares. Aunque plantee una situación más
veces el propio usuario), que coincide con la lería sin límites precisos sobre la calle o los fon- tolerable que el conventillo, no llega a los es-
descripción que se esbozó en el inicio del ar- dos, generando una presencia urbana diferen- tándares planteados por los higienistas y los re-
tículo. En la primera etapa, la relación con la formadores sociales, tampoco se adapta bien al
calle se establece a partir de un simple muro proceso de contracción de la planta y la habita-
de cerco. Una segunda etapa está signada por ción promovido por la especulación inmobi-
la construcción de una habitación principal so- liaria (v. Casa cajón). Por lo tanto, puede precisar-
bre el frente: la sala de estar, la construcción se que el final del ciclo está relacionado con el
de una galería externa a las habitaciones y la inicio de la Modernidad arquitectónica y la crí-
cocina comedor cerrando el patio principal y tica a este tipo de espacio con el argumento
dividiéndolo del fondo. La tercera etapa se ca- de que su conformación abierta parece favo-
racterizó muchas veces por la edificación de- recer la promiscuidad y la ausencia de privaci-
finitiva del baño (v.) y la cocina (v.) en la parte dad. La formación de la idea de familia nucle-
final de la casa. Estos últimos ofician de lími- ar moderna implica un cambio drástico en las
te con la zona de servicios, corral de aves, quin- formas del habitar. La necesidad de contar con
ta y árboles frutales, que se generaba en la par- un control y unidad mayor de la vida familiar
te posterior del lote. será el punto inicial para que desde partidos po-
La sala asume el carácter de espacio repre- líticos, prensa, organismos estatales y asocia-
sentativo, en el cual se coloca la decoración más ciones civiles, comience una campaña tendiente
cuidada, ya que se convierte en lugar de reci- a desacreditar este tipo de hábitat, en conside-
bo de visitas. Con la sala aparece el zaguán (v.), ración de la función disgregadora de este gé-
un lugar intermedio que canaliza el acceso des- nero de vivienda, su ausencia de unidad, su im-
de el exterior y sirve como filtro hacia las zo- posibilidad de adaptarse a los nuevos enseres
nas más privadas y hacia la sala. La galería se domésticos que la revolución técnica permite
jerarquiza como circulación que unifica todas u MODELO PARA EL BARRIO “LAS MIL CASAS”, EN LA PLATA. incorporar a la casa.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 31


RENACIMIENTO Y RECICLAJE. experiencias de recreación de esta tipología en vida en sociedad. La presencia de “los otros”
A fines de la década de 1970, con la difu- algunos de los concursos FONAVI (v.) de co- podía funcionar como una forma de control de
sión de la idea de tipología a través de las lec- mienzos de la década del ochenta. F. A. las conductas individuales; la vida en común
turas de Aldo Rossi (v.) y Gulio Carlo Argan, operaba como contención, y apelaba a la pues-
una nueva mirada hacia la historia local colo- Bibliografía: M. A. Domínguez. “Genealogia de la vi- ta en marcha de una serie de “virtudes” de la
ca otra vez la casa chorizo en el centro del de- vienda colonial porteña”. Bs. As.: Edit. Olimpo, 1984; vida en sociedad que planteaba límites a las de-
bate arquitectónico. Esta vez no se trata de de- J. Liernur. “La estrategia de la casa autoconstrui- cisiones individuales: respeto, colaboración,
nostarla, sino de recuperar su coherencia da”. En: Cuadernos del IAA, n.° 6. Bs. As.: 1987; F. Or- solidaridad, etc.
tipológica y constructiva, su aporte a la defini- tiz. “Arquitectura 1890-1930”. En: Academia Nacio- Debe tenerse en cuenta que hasta la san-
ción de una poética del suburbio. Esta lectura, nal de Bellas Artes, Historia general del arte en la ción de la Ley de Propiedad Horizontal, la ca-
que parte de la exaltación de ciertos valores de Argentina. Bs. As.: ANBA, 1988; R. Giunta y A. No- sa colectiva era sinónimo de alquiler, ya que el
resistencia que deben oponerse necesariamente vick. “Acerca del urbanismo borbónico y la casona Código Civil no contemplaba la división de la
a la modernización, encuentra en la valoriza- colonial” (inédito). Bs. As., 1992; J. F. Liernur. “Ca- propiedad. En este sentido, sectores como el
ción nostálgica de la casa chorizo un símbolo sas y jardines. La construcción del dispositivo do- socialista consideraron que la casa colectiva en
emblemático. La redefinición valorativa coin- méstico moderno (1870-1930)”. En: F. Devoto y M. alquiler era una solución más conveniente pa-
cide con la entrada en obsolescencia de buena Madero. Historia de la vida privada en la Argenti- ra los sectores populares inmersos en un mer-
parte del parque habitacional correspondien- na. Tomo II. Bs. As.: Taurus, 1999. cado de trabajo inestable, que exigía cambios
te a esta tipología, y la necesidad de renovar o de empleo y de residencia.
reciclar amplias zonas urbanas constituidas a Los grupos católicos, en cambio, fueron tra-
partir de un tejido donde la casa chorizo y sus CASA COLECTIVA. f. Edificio cuyo destino era dicionales defensores de la vivienda en pro-
derivaciones son mayoritarias. la habitación de varias familias. Desde este piedad. Sin embargo, cuando construyeron su
La respuesta de los arquitectos apunta ha- punto de vista, fue un sinónimo de casa de
cia el reciclaje de viejas unidades en zonas de- renta (v.) o de casa de departamentos. Su em-
gradadas de las ciudades que se constituyen en pleo se extendió entre fines del siglo XIX y
punta de lanza de una renovación que mira ha- 1948, momento en que se sancionó la Ley
cia el pasado: San Telmo, Palermo Viejo, en el de Propiedad Horizontal (v.). En un sentido es-
caso de Buenos Aires, se transforman en ba- tricto, el término quedaba restringido al ám-
rrios a la moda repletos de obradores de reci- bito de la vivienda dirigida a sectores popula-
claje de antiguas viviendas que, poco a poco, res, contraponiéndose como alternativa
van generando una estética compartida. Mo- higiénica y moral al conventillo (v. Vivienda de
dernización de los servicios, apertura de vanos interés social; conventillo). La casa colectiva de-
de luz en casas sombrías, ampliaciones en ver- bía garantizar ciertas condiciones de ventila-
tical sin perder el elemento estructurante del ción, iluminación y diferenciación funcional
patio, patchwork de materiales de demolición, de los ámbitos privados y de los espacios co- u FACHADA DE LA CASA COLECTIVA VALENTÍN ALSINA.

paredes desnudas de sus antiguos revoques, munes, estableciéndose una neta división en-
definen todo un período de la arquitectura lo- tre ambos. Como propuesta reformadora de serie de “mansiones populares” en 1919, se in-
cal, en la cual la casa chorizo vuelve a ser pro- los modos populares de habitar planteaba una clinaron por el alquiler, posiblemente consi-
tagonista. Fundamentalmente para una clase alternativa a la casa individual, ya que per- derando las dificultades económicas y el alto
media que, a contrapelo de sus padres o abue- mitía la introducción de equipamiento co- costo para la venta que implicaban sus cons-
los que abandonaron esta tipología por los mo- lectivo y, con él, la posibilidad de racionalizar trucciones. No menos desdeñable era el rol
dernos departamentos, realiza el camino de re- y agilizar el trabajo doméstico. educador que atribuían a sus mansiones.
torno al barrio, con nostalgia de un pasado Pero estos elementos que tornaban atrac-
irremediablemente perdido. Caracterizando de esta forma el programa tiva la idea del habitar colectivo tenían su con-
De la larga lista de remodelaciones y reci- de la casa colectiva, se observa que él fue des- tracara, ya que él seguía ligándose a la imagen
clajes realizados durante este período se des- arrollado fundamentalmente por instituciones del conventillo, condensador de “los grandes
tacan ejemplos como la obra del estudio Gies- que asociaban la reforma del habitar con la re- males” del habitar popular: hacinamiento, mez-
so en San Telmo, la casa García Blaya en J. forma social (Comisión Nacional de Casas Ba- cla, promiscuidad, ausencia de higiene, agua
Álvarez 4448, de I. Joselevich (1979), la casa ratas (v.), Cooperativa El Hogar Obrero (v.), la y sol, presencia de enfermedades y vicios. A es-
en la calle 1 entre 46 y 47 (1972), de R. Pesci Unión Popular Católica Argentina; organis- tos problemas se agregaban los lazos de soli-
(v.), en La Plata, la casa ganadora de un con- mos estatales, como la Municipalidad de Bue- daridad que se forjaban entre los habitantes,
curso organizado por la revista Japan Archi- nos Aires). favorecidos por el hecho de compartir espacios
tects, de A. Corona Martínez y su equipo, etc. Para estas instituciones, la casa colectiva te- comunes en la vivienda. La existencia de ta-
Un uso más estrictamente rossiano, que nía un significado ambiguo. Por un lado, pa- les lazos había sido demostrada por episodios
asume una reconsideración poética del tipo en recía la construcción privilegiada de una “má- como la huelga de inquilinos de 1907, incor-
un contexto ajeno, puede encontrarse en el pro- quina de educar” en el habitar, ya que el habitar porados al imaginario de la casa colectiva co-
yecto que Tony Díaz (v.) realiza para la bienal colectivo exigía a sus habitantes el repensar las mo símbolos de los peligros de la concentra-
de Venecia de 1985. También pueden hallarse condiciones y las conductas que permitían la ción en el habitar.

32 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cas cas
Así, la casa colectiva se construía y ensaya- excepción la constituyen los pabellones Acoy-
ba entre la fascinación y el temor. Las distin- te y Ambrosetti, proyectados al final del perío-
tas tipologías utilizadas refieren a sus trans- do de vigencia de la casa colectiva (1948): en
formaciones a lo largo del tiempo y se un lote entre medianeras con frente a dos ca-
relacionan con esta observación contradictoria lles se ubican dos pabellones sobre las líneas
del habitar colectivo: municipales, generando un amplio patio.
1) Bloque con patio central (modelo claus- 3) Combinaciones de basamento perime-
tral). A este tipo respondieron los primeras pro- tral sobre línea municipal y pabellones: casa
puestas de la Comisión Nacional de Casas Ba- Flores (Unión Popular Católica Argentina, 1919-
ratas para lotes en esquina (casa colectiva 1923, 91 dptos.), conjunto Los Andes (Muni-
Valentín Alsina 1919, 70 dptos.); primer pro- cipalidad de Buenos Aires, 1925-1928, 154
yecto para el terreno de Av. San Juan y Balcarce dptos.), casa colectiva de Rivadavia y Riglos (El
(1920); luego se construyó en el predio la casa Hogar Obrero, 1941-1955). Esta solución se
América. La construcción se organizaba alre- adaptaba a terrenos de tres o cuatro lados li-
dedor de un patio, con un diseño simétrico. Es- bres. Permitían mantener en planta baja la con-
te modelo planteaba varios problemas, como tinuidad de la línea municipal (en general, de-
el de ofrecer cuatro frentes de ventilación e ilu- dicados a comercios) y luego orientar los
minación, forzando la inclusión de patios de pabellones de vivienda en forma más libre.
aire y luz en dos de sus lados, y la multiplica- Dentro de este tipo se destacan los proyectos
ción de núcleos de circulación vertical. u PLANTA BAJA DE LA CASA COLECTIVA VALENTÍN ALSINA. de Fermín Bereterbide (v.), quien proyectó así
2) Pabellones paralelos a la línea munici- una serie de conjuntos (Flores, Los Andes, otros
pal en lotes entre medianeras. Este tipo se uti- trata de una solución para lotes entre media- dos concursados en 1925 para los barrios de
lizó en los siguientes ejemplos: casa colectiva neras, que invertía la ocupación tradicional del Palermo y Flores, y otro frente a Parque Patri-
Bernardino Rivadavia (CNCB, 1921, 41 dptos.); suelo de las antiguas casas colectivas, que ten- cios, de 1929). Se basaban en modelos italia-
casa de Cangallo 2070 (El Hogar Obrero, 1925- dían a recostar la edificación contra uno de los nos, como los difundidos por la revista Le case
1927, 24 dptos.); casa Álvarez Thomas 1326 (El lados mayores del lote, configurando un patio popolari, ensayados sobre todo en el norte de
Hogar Obrero, 1930-1933, 38 dptos.); casa de lateral. La eficacia de esta nueva tipología re- Italia. Estos modelos eran bien conocidos en
Álvarez Thomas y Giribone (El Hogar Obrero, sidía en la relación entre el alto de los bloques el medio local, como lo demuestran otros pro-
1939); pabellones Acoyte y Ambrosetti (Direc- y el ancho de los patios que los separaban. Se yectos presentados al concurso de la casa co-
ción de la Vivienda de la Municipalidad de Bue- utilizaba en lotes profundos, y se construían lectiva en Flores de la UPCA. La historiografía
nos Aires, 1948-1951, 92 departamentos). Se tres pabellones sobre el largo del predio. Una ha planteado que este tipo de construcción tra-

u CONSTRUIDA EN 1919, LA CASA COLECTIVA VALENTÍN ALSINA TIENE 70 DEPARTAMENTOS. SU CONSTRUCCIÓN SE ORGANIZÓ A PARTIR DEL PATIO CENTRAL CON UN DISEÑO SIMÉTRICO.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 33


taba de recuperar la manzana tradicional por-
teña; sin embargo, los textos de la época (me-
morias descriptivas, exposiciones públicas, etc.)
indicaban lo contrario: la incorporación del pa-
bellón, de orientación variable e independien-
te de los frentes que indicaban las líneas mu-
nicipales, era considerada una forma de ruptura
con ella. En tal sentido, debe tenerse en cuen-
ta que, al menos desde los años de 1910, se re-
gistran fuertes críticas a la idea de damero, re-
alizadas desde tres puntos de vista: el higiénico,
el estético y el del aprovechamiento de la tie-
rra urbana. La referencia de las casas colecti-
vas producidas por el municipio de Viena du-
rante la gestión socialista (“Viena la Roja”,
1920-1933) ha sido indicada en algunos casos
como posible modelo de las casas colectivas
del tipo del barrio “Los Andes”. El dato no es
exacto, ya que las referencias de Bereterbide
provenían de conjuntos italianos desarrollados
al menos una década antes de los Höfe vie-
neses. Desde el punto de vista tipológico, ade-
más, los Höfe continuaban el tipo bloque o
claustral, mientras que los porteños introdu-
cían pabellones, dos opciones de disposición
y diseño claramente distintas. De todas formas,
u LA CASA COLECTIVA u PROYECTADO POR EL
las casas colectivas vienesas eran conocidas en
AMÉRICA TIENE UNA PLANTA ARQUITECTO E. PIROVANO,
el medio local y operaban como referencia pa-
ABIERTA EN FORMA DE U. ESTA CASA, CONSIDERADA
ra el habitar colectivo de una manera más di-
MODELO, FUE MOSTRADA
fusa. Tal es el caso de los socialistas que, des-
u FUE CONSTRUIDA EN EN EL PRIMER CONGRESO
de el Concejo Deliberante porteño entre 1919
1937 POR LA CNCB Y PANAMERICANO DE
y 1930, proponían “una ciudad de inquilinos”,
TIENE 95 DEPARTAMENTOS. VIVIENDA POPULAR EN
construyendo “grandes casas colectivas bara-
EN ESTE TIPO DE VIVIENDA 1939. LOS DEPARTAMENTOS
tas y cómodas”, a partir de la gestión munici-
COLECTIVA DESAPARECE EL MIRAN HACIA UN PATIO
pal, con la acción de la ciudad de Viena como
BASAMENTO Y LOS PATIOS INTERNO Y CUENTAN CON
implícita referencia.
SE ABREN HACIA LA CALLE. EQUIPAMIENTO COLECTIVO.
Otro caso destacable dentro de estas bús-
quedas lo constituye la casa colectiva de Riva-
davia y Riglos de El Hogar Obrero, de Bereter-
bide y Acosta (v.) (primer proyecto 1941, inau-
guración 1955). Allí, un pabellón alto se com-
binaba con un basamento encargado de inte-
grar al tejido existente este elemento ajeno a él.
En estos proyectos se propició un equipa-
miento colectivo importante: comercios (Flo-
res, Los Andes, El Hogar Obrero), salas co-
munes o teatro (ídem), guardería (El Hogar
Obrero), lavaderos (Flores, Los Andes, proyecto
de Parque Patricios, El Hogar Obrero), cocinas
comunes (proyecto de Parque Patricios, El Ho-
gar Obrero, proyectada y no ejecutada).
4) Planta abierta en E o en U: Segundo con-
curso para la casa colectiva de San Juan y Bal-
carce (CNCB, 1929, no construidos), casa co-
lectiva América (CNCB, 1937, proyecto
construido, 95 dptos.); 24 de Noviembre
(CNCB, 1939, 77 dptos.); casa colectiva Güe-

34 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cas cas
mes (CNCB, 1941-1943). Este tipo es una va- convencionales. En este caso, la denominación ficios colectivos se concentraran en los espa-
riación del anterior, en el que desaparece el ba- de “casa colectiva” se aplicaba a cada una de cios vendibles (departamentos), reduciendo las
samento y los patios se abren hacia la calle. Se las unidades que componían el conjunto (lla- partes comunes a los servicios y circulaciones
destacan los proyectos del arquitecto E. Piro- mado “barrio” o “conjunto de viviendas” o “ur- indispensables. A. B.
vano (v.), realizados para la CNCB en lengua- banización”). De esta forma el término perdía
je moderno. En la casa “24 de Noviembre” apa- el carácter de conjunto que había adquirido Bibliografía: J. Molina y Vedia. “Realidad y utopía en
rece la circulación horizontal semicubierta, que cuando resolvía, a través de un único edifi- la Arquitectura Moderna Argentina. El caso del
volvería a utilizarse en los pabellones del con- cio, las problemáticas de los lotes urbanos. conjunto Los Andes del arquitecto Fermín Bere-
junto Los Perales y que anteriormente había La casa colectiva en lotes urbanos tenía una re- terbide”. En: Dos Puntos, septiembre de 1982; J. F.
ensayado Jorge Kalnay (v.). Este elemento re- lación directa con la estructura urbana, mien- Liernur. “Buenos Aires, la estrategia de la casa au-
fiere al problema planteado por las circulacio- tras que los otros tipos de agrupamiento de toconstruida”. En: D. Armus (comp.), Sectores po-
nes en este tipo de edificios, que podía resol- unidades que la suceden en el desarrollo del pulares y vida urbana. Bs. As.: CLACSO, 1984; A. Ba-
verse de dos formas: paliers de acceso para dos habitar colectivo (barrio, conjunto, núcleo sa- llent. “La casa colectiva en las propuestas de reforma
departamentos con un núcleo vertical, o cir- télite, etc.), planteaban una nueva estructura social 1880-1940”. Inédito, 1985; AA.VV. “Historia
culación horizontal, que posibilita accesos a to- urbana, alternativa de la existente. Esta es la argentina de la vivienda de interés social. Período
das las unidades de una planta con uno o dos gran diferencia que separa la casa colectiva de 1916-1943, 1943-1955”. Arquitectura y Comunidad Na-
núcleos verticales. La segunda resultaba más los barrios o conjuntos de pabellones, en cuan- cional. s/l, s/f; A. Ballent, J. F. Liernur y G. Silves-
económica, pero aumentaba las superficies co- to a su rol de constructores de tejido urbano. tri. “Realidad y utopía en la crítica de la Arqui-
A diferencia de los tipos indicados, en este tectura Moderna”. En: Revista de Arquitectura, n.°
caso el equipamiento colectivo —no siempre 139. Bs. As.: SCA, 1987. J. Sorín. “La vivienda argen-
presente— se resolvía fuera de los bloques, en tina en la década del 50”. Trama, n.° 17, 1987; R. Gu-
edificios especiales. tiérrez y M. Gutman. Vivienda: Ideas y contradic-
Las variaciones tipológicas indican un pa- ciones (1916-1955) de las Casas Baratas a la
so del bloque (patio central) a los pabellones Erradicación de Villas de Emergencia. Bs. As.: Edi-
exentos, que es el resultado con el que se llega torial del IAIHAU, 1988; J. F. Liernur. “El debate pú-
a los años cuarenta. Entre ellos, media un am- blico sobre la forma de la habitación popular”. In-
plio desarrollo del edificio pabellonal (tipos édito, 1989; A. Ballent. Vivienda y sectores populares:
2, 3 y 4), que trata de introducir las caracte- las propuestas del Estado durante los gobiernos pe-
rísticas de este tipo de habitar en los lotes ur- ronistas. Buenos Aires.(1946-1955). Inédito, 1992.
banos de dimensiones corrientes.
u PABELLÓN DEL BARRIO LOS PERALES, EN BUENOS AIRES. Entre los motivos de transformación tipo-
lógica cabe mencionar la búsqueda de apertu- CASA DE BAÑO. f. Programa creado para pro-
munes, consideradas espacios del “desorden” ra de la casa, de visibilidad de aquello que ha- porcionar una masiva limpieza corporal a tra-
y de la “peligrosidad” social. bía significado el terror de higienistas y vés del contacto con el agua. Su difuso ori-
Estas casas no contaron con equipamien- políticos: el patio. Debe tenerse en cuenta, en gen en la cultura occidental —ligado a las
to colectivo, con excepción de la América, que tal sentido, que las aplicaciones rígidas de los famosas termas romanas, a los estableci-
se consideraba modelo destinado a ser mos- conceptos modernos de iluminación y venti- mientos creados en base a ellas durante la
trado en el Primer Congreso Panamericano lación forzaban la apertura de las plantas e im- Edad Media, a rituales higiénicos introduci-
de Vivienda Popular de 1939, realizado en Bue- pulsaban la organización pabellonal. El pabe- dos por el mundo islámico y, fundamental-
nos Aires, como la experiencia más importante llón se imponía como el modelo de vida mente, a la consolidación de la Higiene Pú-
ensayada en el país en la materia. La ausencia “higiénica”, con toda la ambigüedad del tér- blica en el siglo XIX como disciplina científica
de equipamiento se debe a que en estas pro- mino en la época, aplicable tanto a lo físico co- por demás influyente en la sociedad— tiene
puestas se trató de reducir al mínimo los cos- mo a lo moral. en cambio, en la arquitectura de nuestro pa-
tos de construcción. Se planteaba una dis- En segundo lugar, los cambios en las ide- ís, un inicio precisable con menos dificultad.
yuntiva entre inversiones en espacios públicos as disciplinarias, donde se articulaban críticas Las primeras propuestas surgieron en Buenos
o en privados que caracteriza buena parte de a la manzana tradicional, consolidaban la edi- Aires durante la década de 1820. A partir de
los desarrollos de este tipo de arquitectura, ficación de tipo pabellonal. entonces, su pervivencia se relaciona con la
lo que imposibilitaba su incorporación al mer- Finalmente, debe tenerse en cuenta el des- especialización del servicio proporcionado,
cado inmobiliario. plazamiento de este tipo de construcciones de luego que sus funciones higiénicas quedaron
5) Pabellones exentos (v. Pabellón). Se obser- los lotes urbanos hacia predios periféricos y de incorporadas a la arquitectura doméstica y
van tres variantes: pabellones de altura media, grandes dimensiones. Este hecho fue en par- sus funciones recreativas fueron absorbidas
(barrio Rawson, barrio Alvear II, conjunto Los te una consecuencia de los dos indicados an- por el auge de las localidades balnearias y
Perales, conjunto “17 de Octubre”), pabellones teriormente, y también de la Ley de Propiedad la proliferación de clubes deportivos.
altos (Alvear III, Banco Hipotecario, 1947-1954) Horizontal de 1948.
y superbloques (proyecto de urbanización del Los efectos de la ley fueron varios: por un La introducción de estas ideas en nuestro
Bajo Belgrano). Solución aplicable a barrios lado, produjo una democratización del acceso país, con un propósito civilizatorio —orde-
parque, fuera de los lotes o manzanas urbanas a la propiedad, pero, por otro, hizo que los edi- nando las abluciones y constriñéndolas a ha-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 35


bitáculos con bañeras de asiento para el uso El arquitecto sueco Aberg elige en 1879 co- rizar los alcances de las casas de baño.
individual— se anticipa a la generalización de mo tema de su tesis de reválida una propues- En Buenos Aires, la construcción del Puer-
las demandas locales, reflejándose en pro- ta de casa de baño, con especiales alusiones a to Madero representó un importante obstácu-
puestas para un establecimiento de baños en los baños turcos y a las Termas menores de lo para el baño popular en el río, precisamen-
la Buenos Aires posrevolucionaria, que reali- Pompeya. A la difusión del tema contribuyó te en el momento álgido de reclamos higienistas
zó el arquitecto italiano Carlo Zucchi (v.) para también la instalación de sistemas de agua co- para que el poder público subsanara el esta-
Ramón Larrea en la calle de la Paz. También rriente que favorecieron la instalación de ca- do sanitario de los pobres. La intervención del
hizo contemporáneas propuestas Carlos Pe- sas de baño en localidades como Belgrano y La Estado en otros países ya había generado di-
llegrini (v.), quien en 1829 describía las ablu- Plata, que promediando la década de 1880 con- versas iniciativas en Francia, EE.UU. y Ale-
ciones como una rara práctica que en el me- taban con ese servicio. La casi ilimitada dis- mania. En la Argentina, los baños populares
jor de los casos se circunscribía a la utilización ponibilidad de agua hizo que estas casas de ba- formaron parte de un conjunto de reformas
de medio tonel lleno con agua del pozo, que ño modernas, más que atender a demandas asistenciales estatales. En 1889 un amplio pro-
no se recambiaba, pues solo se cubría con un estrictamente higiénicas, instalaran nuevas for- yecto no realizado de canalización del arroyo
paño y permanecía durante días para el uso mas de recreación que emulaban el carácter Medrano preveía que, además de servir de ac-
sucesivo de toda la familia. que habían tenido en Londres los primeros clu- ceso fluvial a lo que sería el nuevo Hotel de In-
Otra alternativa para el aseo en Buenos Ai- bes privados de baños de la década de 1870. migrantes, dispusiera de baños populares pa-
res era el baño en el río, cuya preeminencia Aunque generalmente resueltas de manera uti- ra los recién llegados (v. Hotel de Inmigrantes). En
motivó que el Consejo de Higiene desestima- 1897, en la Escuela de Artes y Oficios de La Pla-
ra en 1855 un proyecto para la realización de ta (Avenida 1 entre calles 57 y 60), fueron adi-
dos lavaderos y baños públicos —Paseo Colón cionados baños populares, al tiempo que el
entre Parque (actual Lavalle) y Tucumán; y en- Gimnasio escolar de Tucumán incorporó con
tre Santo Domingo (Venezuela) y México—, ese fin una piscina de 30 por 40 m, de libre ac-
debido a que no consideraba que el empren- ceso, que Emilio Coni consideró en 1900 co-
dimiento ofreciera ventajas sobre las prácticas mo el mejor ejemplo de su tipo en nuestro pa-
que se realizaban en el río. ís. En 1901, en La Plata también se instalaron
Si hasta aquí los inversores privados en- barracones portátiles de baño —de 8 por 12 m
contraban una aceptación para la concreción y 12 cabinas con duchas— en los sitios más
de casas de baño y las autoridades se mostra- concurridos. Luego se inauguraron en Buenos
ban cuanto menos indiferentes, la situación u UNA TÍPICA CASA DE BAÑOS PORTEÑA. Aires tres baños públicos, anexados a lavade-
fue revirtiéndose en las décadas siguientes. Pa- ros municipales. La Intendencia de Buenos Ai-
ra entonces comenzó a ceder la influencia en litaria y ajena a la injerencia del campo arqui- res también proyectó en 1909 un gran balne-
la sociedad de moralistas prevenciones reli- tectónico, las casas de baño representaron un ario popular a orillas del Río de la Plata, a la
giosas que desaconsejaban expresamente el ámbito exclusivo donde, además de las ablu- altura de Recoleta, que jamás se realizó. En
baño, reemplazadas por racionales pautas pro- ciones en las bañeras de asiento, existían du- cambio sí pudo inaugurar en 1916 baños po-
cedentes de un discurso científico que reco- chas y piscinas. pulares sobre el río a la altura de la calle Bel-
mendaba lo contrario, como lo hacía en 1868 Sin embargo, consolidada la convicción de grano y Brasil, compuestos de cien casillas
José Antonio Wilde en su Tratado de Higiene, lo beneficiosas que eran las abluciones totales de madera sobre una rambla que daba a la pla-
en el que promovía la apertura de nuevas Ca- —en gran medida debido a la difusión de la te- ya y a un amplio parque con espacios para la
sas de Baño para que se sumaran a las ya exis- oría microbiana— por sobre la habitual prácti- práctica de deportes al aire libre, y un gimna-
tentes en Buenos Aires. El primer estableci- ca del tub, consistente en el lavado por partes sio, cuyo reemplazo por 320 casillas de hor-
miento lo habían creado Domingo Capdevilla con aguamaniles, y evidenciadas las alternati- migón armado llegó a preverse.
y el Químico Miguel Puiggari en la calle Bel- vas que solo los sectores más altos encontraban Dentro del campo disciplinar, el programa
grano, a los que se agregaron otros en las ca- en la introducción de nuevos artefactos en el fue objeto de experimentaciones bastante ale-
lles Piedad, San Martín y 25 de Mayo. interior de su vivienda, se propendió a popula- jadas del carácter utilitario que siguieron te-
niendo sus materializaciones: en 1915, el No-
veno Concurso para alumnos de la Escuela de
Arquitectura, organizado por la SCA (v.), tuvo
como tema “Una Casa de Baños” y se impuso
Alfredo Villalonga, con una solución estre-
chamente ligada a ejercicios realizados en la
École des Beaux Arts, donde al abordar la cues-
tión, bañeras, piscinas y duchas convivían con
ámbitos sociales, culturales y deportivos, den-
tro de una lógica compositiva recreadora de las
termas romanas.
Después del auge que alcanzaron estas ins-
u PLANTA DE LA CASA DE BAÑO QUE EL ARQUITECTO ZUCCHI PROYECTÓ PARA RAMÓN LARREA, EN LA CALLE PAZ, BS. AS. talaciones como baños populares, desde la se-

36 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cas cas
gunda década del siglo XX fueron resignan- CASA DE RENTA. f. Edificio de departamentos ción del ascensor y la construcción de servi-
do buena parte de su razón de ser, a manos de con destino al alquiler, que se produjo en la cios sanitarios (cloacas, depósitos de agua ele-
la popularización del cuarto de baño en la vi- Argentina hasta 1948, dada la inexistencia de vados). A diferencia de lo que había ocurrido
vienda, que reemplazó, o bien se adicionó, a una legislación para la división en propiedad en Europa, la casa de renta no se había di-
los tradicionales water closed (v. Baño), y de la pro- horizontal. La inserción de las casas de renta fundido antes de ese momento. Dicha au-
gresiva democratización del ocio moderno, que en la estructura parcelaria las ha sometido a sencia favoreció la adopción de modelos de
permitió que un mayor número de individuos los factores determinantes de la misma (di- organización compleja desde el inicio. En el
dispusiera de tiempo libre para dirigirse a las mensiones, proporciones, posición, contorno, Código Civil se impedía expresamente la sub-
localidades balnearias o a piscinas públicas. En orientación), tensionando la organización edi- división de la propiedad en forma horizontal,
Buenos Aires, fuera de la Costanera Sur, estas licia. Estos factores y los derivados de los mo- lo cual determinaba que la producción edilicia
funciones las condensaron las piscinas insta- dos de habitar, de la modernización de las tec- para la vivienda fuera encarada para la ren-
ladas en Plaza de los Ingleses y Parque Cha- nologías constructivas y de las técnicas de ta. A partir de la sanción en 1948 de la Ley
cabuco, en tanto que, además de los fines re- confort, de la inserción en las leyes del mer- de Propiedad Horizontal, se hizo posible la pro-
creativos de la Costa Atlántica, los baños cado, del marco jurídico y de las respuestas ducción de unidades para la venta, lo cual ace-
termales de Río Hondo reinstalaron los fines que el campo disciplinar da a los mismos se leró el ciclo económico y profundizó aún más
terapéuticos del contacto con el agua. han ido cristalizando a lo largo del tiempo en la perdida de calidad que en parte se venía
Pero este proceso, que parecía extenderse algunas tipologías que permanecieron duran- operando desde antes.
rápidamente a toda la sociedad, demoró lo su- te determinados períodos como característi-
ficiente como para justificar la continuidad de cas del programa. Entre estos factores, el téc- El primer antecedente tipológico que se pro-
aquel programa arquitectónico por algunos años nico constructivo y el jurídico resultaron duce consiste en la repetición en altura de la
más: tres establecimientos de baños populares decisivos para provocar rupturas en los dife- casa chorizo (v.). La variedad está limitada al es-
siguieron funcionando en Buenos Aires rentes esquemas utilizados. En el ámbito téc- pejamiento de la planta y su resolución en es-
Para muchos sectores sociales, la posibili- nico, la introducción del esqueleto de acero quina o entre medianeras. Este tipo no cuen-
dad de acceder a una ablución total solo resi- hacia 1885 en la edilicia doméstica permitió ta con espacios comunes de acceso a las casas,
día en los ámbitos creados especialmente por el desarrollo de la edificación en altura a cos- pues dispone de una puerta por unidad en el
el Estado. Esto hizo que en La Plata siguieran to razonable, sin comprometer con macizos frente, con sus respectivos zaguanes o escale-
encarándose planes de realización de baños pies derechos las plantas inferiores. Este des- ras. Aparece después de 1850 y se mantiene
populares en barrios periféricos y las vecinas arrollo fue posible, además, por la introduc- modificando los lenguajes y la organización
localidades de Ensenada y Berisso hasta la dé-
cada de 1940.
Si la tendencia general apuntaba hacia la
concentración en el espacio privado de las fun-
ciones ligadas a la higiene personal, la limpieza
corporal solo abandonó por completo el espa-
cio público o semipúblico en el momento en
que la estandarización acercó los artefactos sa-
nitarios a la capacidad económica de los dis-
tintos sectores sociales.
Con la popularización de las funciones hi-
giénicas y recreativas del baño, la continuidad
en el tiempo de este programa se asoció al gra-
do de especialización del servicio proporcio-
nado: baños turcos, termales y, en la década de
1990, el surgimiento de un nuevo encuadre del
programa, bajo la denominación de spa. G. V.

Bibliografía: L. Mumford. La cultura de las ciudades.


Bs. As.: Emecé Editores, 1959. S. Giedion. La meca-
nización toma el mando. Barcelona: Gustavo Gili,
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n.° 3, 1986. R. Del Caz y M. Saravia. “De las entrañas
de la tierra. Contribución al estudio de los balne-
arios decimonónicos”. En: Historia Urbana, n.° 3,
Valencia, 1993. G. Vallejo. “Higienismo y sectores
populares en La Plata: 1882-1910”. En: Estudios del
Hábitat, n.° 5, UNLP, 1997. uEL EDIFICIO DE RENTA ESTRUGAMOU, EN JUNCAL Y ARROYO, BUENOS AIRES. FUE CONSTRUIDO CON UN GRAN PATIO INTERNO.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 37


interna de la unidad. Se pasa lentamente de la a centros como Rosario.
casa chorizo a la planta compacta. En ciertos Hacia 1887, con el inicio de las obras de
Variante tipológica de casas casos también se suplanta la vivienda de la plan- la Avenida de Mayo, comienzan a erigirse en
de renta en altura y en esquina. ta baja por locales de negocio. ella edificios de renta en altura que se extien-
El paso siguiente está dado por la aparición den a otros puntos del área central.
En el armado de la planta, desde de espacios comunes, de los cuales da cuenta Hasta 1910 están enmarcados en un Re-
la tipología “chorizo en altura” al el Reglamento de Construcciones de Buenos glamento de Construcciones (1887) que fija
departamento moderno, los patios, Aires, de 1909, donde las casas de departa- una altura máxima de fachada sobre la línea
los núcleos juegan un rol preponderante. mentos se definen como las formadas por cua- municipal que oscila entre 16 y 20 m (unos
tro o más unidades con acceso directo a pa- cuatro a cinco pisos), de acuerdo con el an-
saje o a caja de escalera. Además de la variedad cho de la calle, por lo que permite colocar pi-
en altura, aparecen dos alternativas desarro- sos retranqueados dentro de un perfil a 45°.
lladas en horizontal: una, en la cual se repiten Si en 1887 en Buenos Aires solo 36 casas
las casas chorizo a lo largo del lote, accesibles alcanzan los tres pisos altos, al fin del período
a través de un corredor lateral, modalidad que se registran 40 de cinco y 38 de seis.
con ciertas variaciones se prolonga hasta el Las condiciones de habitabilidad que ofre-
presente, excepto en los casos en los cuales los cen estos edificios varían según se trate de lo-
reglamentos de construcciones impusieron cales que dan al frente o a los reducidos patios
restricciones a la ocupación de toda la longi- de aire y luz que se dejan donde sea necesario.
tud del terreno. La segunda es el pasaje, que La distribución de la planta incluye por lo
agrega a los espacios comunes desarrollados general dos departamentos accesibles desde ca-
en horizontal cajas de escaleras, circulaciones ja de escalera y ascensor; de estos, uno queda
y palieres de acceso a las unidades. Esta for- siempre en desfavorables condiciones, ya sea
ma de organización abarca un período com- por que se ubica hacia el fondo del terreno o en
prendido entre 1880 y 1930. El espacio común los diedros ciegos de los edificios en esquina.
de los mismos adquiere connotaciones urba- La planta de los departamentos repite el es-
nas, ya sea a través del tratamiento de las fa- quema de la casa chorizo: un hall de acceso
chadas interiores o mediante la exhibición de desde el cual parten los locales principales de
galerías y escaleras. Los restantes tipos que la vivienda y una galería semicubierta; esta dis-
comprenden casas de renta han sido deno- posición se completa con la cocina invaria-
minados casa colectiva (v.), monoblock y con- blemente situada al fondo, junto a dependen-
junto habitacional (v.). Presentan ciertas es- cias de servicio. Asimismo se desarrolló un tipo
pecificidades en cuanto a su proceso de gestión, de distribución lineal con corredor trasero que
producción y consumo, posibilidades de ex- si bien ocasionaba largos recorridos, posibili-
perimentación tipológica, clase de hábitat pro- taba en cambio la iluminación y la ventilación
puesto, implantación, etc., que los alejan de directa de las habitaciones.
los casos descritos. La planta baja estaba ocupada por locales
de negocios, consecuente a la ubicación del edi-
LA CASA DE RENTA EN ALTURA. ficio en el área comercial.
En su desarrollo pueden distinguirse tres La adopción del tipo derivó de varios facto-
etapas: la primera se ubica aproximadamente res convergentes: en primer lugar, el aval mu-
entre 1885 y 1905, cuando se produce una pro- nicipal, manifestado en la alta ocupación que
gresiva mutación desde la planta de casa cho- permitía el Reglamento de Construcciones y
rizo al departamento compacto; un segundo pe- que se orientaba hacia una ciudad densa en la
ríodo entre 1905 y 1930, en el que esta tipología cual fuera redituable la inversión de la comu-
se desarrolla dentro de las leyes académicas y na en infraestructuras. En segundo lugar se
con el departamento ya totalmente articulado; convertía en un complemento y una alternati-
un tercer período entre 1930 y 1948 cuando a va a la inversión en conventillos. El campo dis-
la par de la representación moderna se produ- ciplinar en incipiente formación veía de buen
ce un proceso de contracción de la planta que grado la posibilidad de no tener que compe-
lleva a una creciente pérdida de calidad bajo tir con los constructores, quienes no podían
el régimen de Propiedad Horizontal. afrontar los complejos requerimientos técni-
cos y organizativos que el tipo demandaba. Es-
PRIMER PERÍODO: 1885-1905. tos edificios eran bien vistos por la industria
El desarrollo comprendido entre estos años de la construcción y la banca. El programa or-
se da casi con exclusividad en Buenos Aires y ganizativo le abría al inquilino la posibilidad
alcanza solo en los primeros años del siglo xx de vivir en el centro sin ser propietario, lo que

38 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cas cas
tualmente, un local para costura), y locales de vista de Arquitectura publica durante el perío-
servicio (cocina, office, lavadero, habitaciones do más de cuarenta ejemplos locales y algunos
de servicio con su baño). Esta división se com- extranjeros de este programa.
plementa con un preciso tipo de relación entre Como obras destacadas de la transforma-
locales, acceso y disposición en la planta. Apa- ción operada pueden citarse en Buenos Aires:
rece diferenciada la “gran entrada” del acceso Talcahuano y Lavalle (1910), de Lanús y Hary;
de servicio, modalidad que implica escaleras y Uruguay y Juncal (1925), de Christophersen;
ascensores separados. Mientras que el conjun- Pueyrredón y Las Heras (1927), de Acevedo,
to de escalera y ascensor principal llega al co- Becú y Moreno (v.); Charcas 829 (1931), de Ayer-
razón de la casa, es decir el hall, previo palier, za (v.); Florida y Charcas (1933), de Bustillo (v.),
el acceso de servicio desemboca en el office, co- y como ejemplo tardío el de Av. Alvear y Li-
cina o hall especial, según la situación. bertad (1940), de Pater y Morea (v.).
Otros vínculos establecidos son el de la co- Estilísticamente se consolida el Luis XVI,
cina-office comedor, en una secuencia que evi- por la austeridad que la élite reclamó frente a
taba cruzar otros circuitos, y el de los dormi- los excesos eclécticos del período anterior; es-
torios con el baño, sin atravesar ningún te convive con ejemplos Art Déco, como los de
elemento de la recepción. También en los plan- Virasoro, Gelly Cantilo y Mol (v.), entre otros.
teos de ese período puede observarse cómo los
locales toman formas diversas según su desti- TERCER PERÍODO. 1930-1948.
no, a diferencia de la homogeneidad del de- Estos años van manifestando en el campo
u LA CASA DE RENTA SE DIFUNDE A PRINCIPIOS DE 1900. partamento basado en la casa chorizo. del hábitat las consecuencias del proceso de
Las condiciones de habitabilidad no mejo- modernización local en la tipología tratada: la
le posibilitó el acceso a sectores de clase me- ran con el reglamento de construcciones que extensión relativa de su alcance a capas me-
dia. Los protagonistas del campo cultural tam- se sanciona para Buenos Aires en 1909, antes dias, que conlleva la necesidad de reducir su-
bién veían en el tipo una contribución al pro- bien, el aumento de la densidad que propone perficies; las transformaciones técnicas (refe-
greso material, entendido como superación de las empeora. Permitiendo una altura máxi- ridas a lo constructivo y al nivel de confort); la
“la Gran Aldea” y embarcado en las conse- ma sobre la línea municipal oscilante entre 21 neutralidad lingüística; la destrucción gradual
cuencias del proceso de modernización. y 40 m, patios entre el 8 y el 15% de la super- de la planta clásica, con la consecuente pérdi-
Hacia fines del período, la aparición de pro- ficie del lote y con un mínimo de 4 m2, 1 m. da de unicidad en la definición formal y en el
fesionales extranjeros de formación en Be- de lado mínimo, no hace otra cosa que siste- uso de los locales.
aux Arts (Christophersen (v.), Dubois (v.), Pater matizar una tendencia existente. Legitima tam-
(v.), Dormal (v.), etc.), junto a diplomados en bién la posibilidad ilimitada de sobreelevar la
la Argentina que prolongan sus estudios en edificación dentro del perfil dado y origina
Europa (Lanús, Hary,(v.), Agote, (v.), etc.), trae en consecuencia los primeros rascacielos.
como resultado la modificación en la planta, Si bien la solución habitual es el bloque
lo que lleva a adoptar en el segundo período el compacto, perforado por los reglamentarios
tipo compacto de departamento, aunque per- patios de aire y luz, aparecen ejemplos aisla-
sista como rémora la casa chorizo en altura. dos de distinto tipo, como los bloques sucesi-
De esta primera etapa se pueden citar los vos dispuestos a lo largo del lote —Avenida Las
edificios situados en Avenida de Mayo 568/78 Heras 1679, de Alejandro Virasoro (v.)—, cour
(1890), 1281 (1902), de Luis Dubois, 758/64, d’honneur —Edificio Mihanovich, de Calvo, Ja-
de Carlos Nordmann (v.) (l911), 1413/27 (1915), cobs y Giménez (v.)—, edificio a patio interno
de Luis Broggi (v.), entre otros. (Estrugamou, de Sauze y Huguier) o semie-
xento (Posadas 1669, de Sánchez, Lagos y De
SEGUNDO PERÍODO. 1905-1930. la Torre (v.)). Este segundo período está liga-
Durante estos años se produce la difusión do a la actuación de las primeras promociones
del tipo en el país, ligado a las mismas carac- de arquitectos egresados después de 1904. Den-
terísticas estructurales que presenta en Bue- tro de la Escuela de Arquitectura, quien teori-
nos Aires. La planta se va transformando y, al za sistemáticamente sobre este tipo de arqui-
asimilarse al inmueble parisino de ese mo- tectura es Pablo Hary, que cita en sus lecciones
mento, incorpora el tipo de vínculos entre par- ejemplos franceses, norteamericanos y los su-
tes característico del hotel privado. Este su- yos propios.
ponía la división de la planta en locales de El edificio de renta como programa ocupa,
recepción (hall o vestíbulo, sala comedor, es- sin embargo, un discretísimo lugar entre los
critorio) locales privados (apartamento prin- trabajos que se editan de la Escuela. Solo apa-
cipal con baño individual y cuarto de vestir, recen en 1927 y posteriormente, en una se-
dormitorio para los hijos con baño y, even- gunda edición en 1938. De todos modos, la Re- u SÍNTESIS EN UNA CASA DE RENTA MODERNA.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 39


La transformación de la planta se orienta a CASARES, ALFREDO. Buenos Aires, 1918. Ar- ya sea en la forma de una reelaboración es-
la “contracción” de la misma, que consiste en quitecto. Importante referente en el campo tilística aplicada generalmente al diseño de
eliminar de su organización toda traba que el de la enseñanza de la arquitectura. Ha sido viviendas unifamiliares en casi todo el país,
saber profesional puede ofrecer para producir maestro y formador de la segunda generación ya sea como una tendencia didáctica, expre-
masivamente la vivienda. Dentro del campo de arquitectos modernos argentinos. sada en talleres de proyecto, como los de
profesional se asume esta situación, pero a la A. Casares (v.), E. Ellis y H. Berretta en Bue-
vez se intenta proponer nuevos valores. En- Presidente de la Academia Nacional de Be- nos Aires, o de Casares u O. Moro en La Pla-
tre estos se cuentan la transparencia interior / llas Artes, en 1957 fue electo decano de la Fa- ta, que aseguraron una compleja y diversifi-
exterior con terrazas (como en el edificio de Li- cultad de Arquitectura de la UBA, hasta en- cada reproducción de las ideas fundantes.
bertador y Lafinur, de Sánchez, Lagos y De la tonces parte de la Facultad de Ciencias Exactas.
Torre); el perfeccionamiento técnico de los ser- Su gestión estuvo marcada por una apertura y La exposición fue promovida por Samuel
vicios; el cuidado en la calidad del diseño téc- transformación de la enseñanza en el marco Oliver, arquitecto y director del MAMBA, y fue
nico y en las terminaciones; el aumento en el de renovación que caracterizó a la UBA en los la primera de una serie dedicada a “La arqui-
confort; o el mejoramiento del asoleamiento años posteriores al gobierno de Perón. tectura argentina de hoy”. A la postre, fue la
(visible inclusive en trabajos de los “profesio- Como proyectista fue autor del nuevo edi- única muestra que se concretó de esa serie. Las
nalistas” De Lorenzi, Otaola y Rocca (v.), como ficio de la Curia Metropolitana en Plaza de Ma- casas expuestas —en lo que sería, si cabe, el
puede verse en Agüero 1549 (1936). yo, edificio anexo a la Catedral de Buenos Ai- corpus ortodoxo de este fenómeno— fueron
Sin embargo, más allá de una buena pro- res, y varios edificios de la UADE (Universidad las siguientes: Galtos (P. Amette, Dolores); Fer-
ducción media, Acosta (v.) cuestionó la casa de Argentina de la Empresa). Tuvo una tarea des- nández (Grupo Onda (v.): M. Asencio, C. Frac-
renta por la falta de posibilidades que ofrecía a tacada como docente en las universidades de chia, J. Garat, L. Gigli y R. Iglesia (v.), San Isi-
la experimentación y solo realizó un inmueble Buenos Aires y La Plata. dro); Demaría (Grupo Onda, San Fernando);
excepcional como el de Figueroa Alcorta y Ta- Caro (J. Ballester y H. Caro, Belgrano en Bue-
gle (1943). Vilar (v.), en cambio, abordó el edi- nos Aires); Lapacó ( O. Bidinost (v.), Martínez);
ficio de renta como posibilidad de aplicar la es- De la Canal (J. Bonomi, Monte Grande); Ur-
tandarización a la producción. Kalnay (v.) lo tizberea (C. Caveri y E. Ellis, San Isidro); Le-
estudió con relación a una deseable transfor- pre (J. Chute, Olivos); Camusso (Pelli (v.), y J.
mación de la trama a través de las tipologías de Di Boscio, Castelar); Lanfranco (C. Doratti y J.
tira, torre y patio, que estos edificios pueden C. Lanfranco, Mercedes); Wright (J. Erbin, M.
asumir y que él experimentó con su propia obra. Goldman y H. Ramos, Olivos); Soldati ( J. Mo-
Por su parte, Moyano Navarro (v.), desde la en- linos y SEPRA (v.), Martínez ); Requena (R. Re-
señanza teórica, sólo lo consideró como “una quena, Mar del Plata) y Ruiz (F. Ruiz Martínez
forma más de la inversión de dinero”. y R. Saucedo, San Isidro). Todas estas obras
En este período, las casas de renta apare- están sitas en la Provincia de Buenos Aires, ex-
cen reguladas en Buenos Aires por el Regla- cepto una en el barrio de Belgrano, en la Ca-
mento de Construcciones de 1928, que redu- u EDIFICIO DE LA CURIA METROPOLITANA EN BUENOS AIRES. pital: hay tres en ciudades del interior de la pro-
ce la permisividad en lo referente a superficies vincia –Mercedes, Dolores y Mar del Plata– y
mínimas de patios, alturas máximas, escalo- el resto se sitúa en los suburbios jardín des-
namientos, pero que no resuelve los proble- CASAS BLANCAS. f. pl. Corriente estética cuyo arrollados desde los años cincuenta, especial-
mas de habitabilidad. nombre procede del título de una exposición mente al norte del área metropolitana de Bue-
En ese momento, las discusiones sobre la llamada: “La arquitectura argentina de hoy: nos Aires.
ineficiencia de esta legislación se apoyan en 14 casas blancas”, inaugurada en el Museo La serie de la revista NA publicó solamen-
varios argumentos relacionados con la casa de de Arte Moderno de Buenos Aires el 7 de te las casas Demaría (403), Lepre (407) y Sol-
renta: ocupación del lote, ineficacia de los pa- agosto de 1964. Contemporáneamente, la dati (409). A tales referencias adicionó las ca-
tios de aire y luz, y necesidad de remplazar- revista porteña Nuestra Arquitectura (v.) des- sas en Altos del Talar ( E. Ellis, 404), en Ramos
los por un contrafrente libre, disminución de arrolló una serie de notas sobre el tema, en Mejía (H. Berretta, 408) y en Cerro Las Rosas,
la renta frente a la caída de los niveles de ha- las que se presentaron obras y textos referi- Córdoba (Arias & Taranto, 410 ), y las capi-
bitabilidad, riesgo de difusión de enfermeda- dos al fenómeno de las casas blancas, serie llas del Sagrado Corazón en el Barrio Gene-
des por la falta de asoleamiento, fealdad esté- de la que se encargó Rafael Iglesia, arqui- ral Paz ( Llauró & Urgell (v.), 405) y del Cole-
tica de las medianeras, imposibilidad de tecto, crítico e historiador, mentor principal gio Episcopal de San Isidro (H. Ezcurra, 406).
alcanzar la densidad tope que permite el Có- de este fenómeno. Esos episodios de difusión Parece claro que cierto inclusivismo presente
digo en toda la ciudad, etc. Vautier (v.), Bere- de la actividad teórico-práctica de Iglesia jun- en la muestra de Oliver difiere de un mayor ri-
terbide (v.), Morixe (v.), Kalnay y Della Paolera to a otros arquitectos como Claudio Caveri (v.), gor ideologista presente en la selección y, so-
(v.) son algunos de los protagonistas del deba- Eduardo Ellis (v.) y Horacio Berretta (v.), en- bre todo, en las fundamentaciones en las no-
te que lleva a la redacción del Código de Edifi- tre otros, dieron lugar al nacimiento de una tas de la revista NA, atribuibles a Iglesia, quien
cación de 1944 y que condiciona particular- suerte de movimiento o escuela de pensa- en su texto “Un resumen”, inserto en NA 411,
mente la edificación de Propiedad Horizontal miento proyectual que tuvo una considerable cierra aparentemente la serie y anuncia ex-
hasta 1977. E. G. fortuna en la década que va de 1965 a 1975, presiones concurrentes.

40 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


w Iglesia Nuestra Señora de Fátima cas cas

u INTERIOR DE LA IGLESIA DE FÁTIMA EN MARTÍNEZ, BS. AS. LAS RAJAS DE VIDRIO PRODUCEN LUCES RASANTES SOBRE LOS MUROS.

u LOS MUROS ENCALADOS

Y RÚSTICOS, LOS ALEROS Y


GOTERONES EN HORMIGÓN
Y VARIAS PIRÁMIDES ROJAS
DE DIVERSAS DIMENSIONES
DAN FUERTE IDENTIDAD A
ESTA OBRA.

u A LA IZQUIERDA: LA

PLANTA PRINCIPAL. EL ES-


PACIO ESTÁ DEFINIDO POR
MUROS BLANCOS DE GRAN
ESPESOR Y POR LOSAS DE
HORMIGÓN VISTO CON FOR-
MA DE PIRÁMIDE.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 41


Estas serían editadas en una segunda serie Un segundo grupo, que podríamos tipifi- sición en el campo intelectual –el personalis-
de la revista NA que va del número 412 (mar- car como prorracionalista, en el que predomi- mo manierista– y en el mapa de la arquitec-
zo de 1964) al 429 (febrero de 1966), y que na –si bien comparte criterios lingüísticos del tura mundial de entonces, respecto del cual se
respectivamente serán las casas Somoza (On- grupo anterior– cierta búsqueda racional de distinguirá un segundo grupo menos ortodo-
da, 412); en Córdoba (Díaz & Yadarola, 413); plantas compactas o referencias al Corbusier xo —Berretta, Molinos, Chute, Arias, Taranto,
Caro (Ballester & Caro, 419); Wright (Erbin, más racionalista (casa Caro; las casas de Re- etc.—, de cuyas obras se efectúa una crítica de
Goldman y Ramos, 421); De la Canal ( Bono- quena y Chute, esta última alusiva de las vi- las divergencias a la precedente ortodoxia, in-
mi, 422); Camusso (Di Boscio & Pelli, 424); viendas corbusieranas hindúes). vitando a la exploración de ajustes que darían
Requena (Requena, 425); Moore (Caveri, 426); Un tercer grupo, denominable como neo- más homogeneidad a las experiencias, sin per-
Cuello (Rusiñol, Serra, Álvarez y D’Alesandro, rracionalista brutalista (v. Brutalismo), podría ilus- der de vista cierto pluralismo ideológico. Lo
428) y Galtos (Amette, 429). En esa serie se in- trarse con la casa Wright, la más cosmopolita que también explicaría la diversidad de la pa-
cluyeron además dos obras ligeramente di- del conjunto, que recibiría críticas cuando se noplia de compañeros de ruta, la mayoría ten-
vergentes del programa unifamiliar: la Unidad publicó en NA por sus heterodoxias tipológi- sados a confrontaciones que promovieron la
Vecinal en San Antonio de Areco (proyecto del cas y de lenguaje (casi enteramente carente de disolución de esta experiencia luego del golpe
Taller regenteado por E. Ellis, 416) y el pabe- rusticidad), y las casas de Molinos y Bidinost, militar de 1966, una clara divisoria de aguas.
llón de estudios en los fondos de una casa en cercanas a la obra brutalista doméstica cor- En el tercer conjunto de obras fuera de se-
Córdoba (Maldonado, Capelli y Bravo, 417). Es- busierana y de una factura tecnológica delibe- rie, además de cerrar las divergencias entre
ta serie complementaria termina por unificar radamente distante de la ortodoxia casablan- el primer grupo de obras editadas en NA y la
los dos corpus básicos generadores de la ex- quista basada en recursos artesanales, a exposición 14 casas blancas, presenta dos obras
presión casas blancas: la muestra del MAMBA menudo arcaizantes. nuevas: la casa Somoza, en Bernal (Onda: NA
de 1964 y las publicaciones de NA que corrie- 412, marzo 1964 ) y la casa Moore ( Caveri: NA
ron entre junio de 1963 y febrero de 1966. Des- 426, julio de 1965). Estas casas parecen abrir
pués de esta última fecha, NA siguió publi- dos cauces de desarrollos posibles, incluso por
cando obras asimilables, programática y la forma en que se presenta su publicación. La
estilísticamente, al fenómeno casablanquis- casa Somoza, con un texto anónimo que la co-
ta, acompañados con escuetos resúmenes de loca como un ejercicio no revolucionario en lo
descripción técnica. estético, una natural y tranquila respuesta a las
Analizando las dos series precedentes, de- necesidades de una familia de clase media en
be decirse que si la muestra de las 14 casas es un suburbio metropolitano —emblemática-
ecléctica y acogedora de varias posturas, la se- mente, no es el norte tradicional, sino el sur—
gunda, por su intención de desempeñar una , respondidas con la doble intención de adap-
función propagandística a modo de manifies- tación al tejido continuo circundante y de crear
to, es, a pesar de incluir dos edificios religio- un espacio interior trabajado con las tradicio-
sos, un tanto más homogénea. Tanto las obras nales plegaduras de las cubiertas o con inci-
como los artículos de la primera serie de NA, dentes de luz que tematizan una secuencia de
y parte de la segunda secuencia, intenta orga- espacios amables y una adaptación al lote su-
nizar la figura movimientística, como iba a que- u INTERIOR DE LA CASA ELLIS, EN PACHECO (1958). burbano angosto, retomando el tema de los pa-
dar más explícitamente enunciado en el artí- tios coloniales. A medio camino de la propuesta
culo de Iglesia para la revista italiana Zodiac, Un cuarto y último grupo, tipificable como más audaz de la casa Wright, comparte con es-
entonces subsidiada por el grupo Olivetti e im- propendiente a un contextualismo tipologista ta cierta discreción y adaptación a la forma ur-
buida del socialcristianismo de época. urbano o barrial, heterogéneo, incluiría las pro- bana, y reserva el interior para el desarrollo de
Desmenuzando la serie del MAMBA, po- puestas de Ruiz Martínez, Bonomi y Pelli: la ciertas innovaciones.
dría advertirse, dentro de su inclusivismo, cua- primera asimilada a las tipologías residen- Frente a la casa Somoza, la casa Moore,
tro grupos de expresiones: ciales de San Isidro; la segunda cercana a la acusada de flagrante arcaísmo en el artículo
Un primer grupo, que llamaríamos orto- suburbanidad propia del estereotipo del cha- con que la presenta Iglesia en NA, tiene ya
doxo, integrado por las obras de Onda, Cave- lé; la tercera ligada a la proposición de una ca- el provocador destino de desestabilización de
ri - Ellis, Amette y Lanfranco - Doratti, en un sa suburbana en tejidos compactos. En este las ortodoxias profesionalistas en que se en-
conjunto de 5 trabajos que exhiben algunas grupo de propuestas parece ser más relevan- cuentra definitivamente embarcado su autor,
ideas proyectuales recurrentes: cierta com- te el análisis de las preexistencias barriales an- Claudio Caveri.
plejidad de las plantas y las volumetrías, cier- tes que la utilización militante de gestos bru- Afín a los experimentos utópico-artesana-
ta deseconomía circulatoria, amparada en una talistas y artesanales. listas de la Comunidad Tierra –el asentamiento
exaltación de los recorridos complejos y los ac- Si analizamos ahora la primera serie de las imbuido de la filosofía cristiana primitiva que
cesos más o menos retorcidos, y una fuerte publicaciones de NA (números 402-410), se Caveri abre en el suburbio del oeste metro-
texturalidad en las superficies de muros — divide en un primer grupo que explora ejerci- politano de Moreno en 1958–, lo paradójico de
principalmente exteriores— y pisos (se suele cios canónicos –las obras de Onda y Ellis, y los la casa (hecha para Walter Moore, un ejecuti-
usar ladrillo o piezas cerámicas de factura rús- dos edificios religiosos– en los que se fijan cier- vo de la empresa metalúrgica Siam) es su in-
tica e irregular). tas categorías de estilo, planteando cierta po- sólita recurrencia a una especie de retiro co-

42 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cas cas
munitario, un bastión familiar turbadoramente Rivarola (v.), no solo abre el lenguaje de inspi- zaniga, y el casco de estancia mencionado—,
presentado en su emplazamiento semirrural ración neobrutalista a vigorosos exponentes de avanzan en la apropiación profesionalista de
como un desafiante e irrepetible o no genera- una modernidad cosmopolita y nada telúrica, las propuestas corbusieranas, buscando dife-
lizable gesto de huida de la ciudad y su urba- sino que también permite disponer esa estéti- renciarse sobre todo por la pulcritud cons-
nidad. La confrontación virtual de las casas So- ca no tanto para una crítica romántica a la vi- tructiva y de los acabados de las beligerantes
moza y Moore –o si se quiere, de las ideas da urbana, cuanto para su disponibilidad en posturas de la ortodoxia casablanquista: en cual-
subyacentes de Iglesia y Caveri– sirve para pre- programas más ligados con el ocio o el espar- quier caso, el interés de este tema reelaborado
sentar, al fin del período fundacional de esta cimiento, casi un preanuncio del auge del Ca- por parte de la vanguardia emergente (Bor-
experiencia, las vertientes con que algunos de sablanquismo o la evocación de mediterranei- thagaray, Solsona, Soto, Rivarola, etc.) no de-
sus protagonistas intentaban prefigurar el des- dad que se difundiría en la década del setenta ja de traslucir cierto éxito del posicionamien-
tino de sus proposiciones. en countries y boatings (por ejemplo, en pro- to proyectual instalado por los promotores
Por otra parte, publicaciones que comple- yectos de S. Flores o E. Kocourek, o en el con- iniciales de estas conductas (Iglesia, Caveri,
mentan el corpus de las antes anotadas, gene- junto Solana del Mar, de J. Solsona, este por Ellis, Berretta, etc.).
ralizan las propuestas de las CB, sobre todo en los dispositivos compositivos antes que por las Esta circunstancia se consagra en el trata-
su apropiación para realizar pequeñas vivien- referencias de material y color). El nuevo uso miento historiográfico dispensado por F. Bull-
das unifamiliares construidas con créditos pú- táctico del lenguaje neobrutalista, despojado rich (v.) al seleccionar como representativas de
blicos, como la casa Cuello –de apenas me- ya del aura ideológica socialcristiana de la or- las viviendas individuales de los años sesenta
dio centenar de metros cuadrados– o el todoxia casablanquista, queda elocuentemen- un conjunto que incluye las casas Demaría,
pabellón anexo a la casa cordobesa. Varias de te expresado por Borthagaray al comentar su Fernández y Ellis junto a La Peregrina, una ca-
las casas blancas mencionadas se inscribieron casa Pérez: “La casa deriva su fuerza estilísti- sa en Chapadmalal del propio Bullrich y la ca-
en operatorias crediticias habituales en los años sa Michel-Robirosa, de Testa. Es decir, un con-
sesenta: así se indica en las publicaciones de junto profesionalizado capaz de exhibir cierta
las casas Somoza, Fernández y Camusso, lo generalización de los rasgos del Casablan-
que induce a preguntarse cómo estos proyec- quismo dentro del cuerpo hegemónico de las
tos debieron resultar de las estipulaciones de vanguardias de esa época, en una misma bús-
estas operatorias o bien, en sentido contrario, queda de individualidad que no siempre es si-
en cuánto influyeron en el diseño de dichas nónimo de sobreelaboración o artificiosidad.
normativas. También ocurrió que este sistema Para Bullrich resulta sugestiva la predomi-
proyectual –si cabe la generalización– sirvió nancia del Neobrutalismo corbusierano que
no solo para desarrollar ampliaciones o agre- ejemplifica con la selección de casas del n.° 14
gados y/o remozamientos a construcciones de Summa de otras tres obras de más enver-
existentes, sino incluso para montar estrate- gadura: la Gobernación de La Pampa, la Es-
gias de decoración, como el caso de la enton- cuela Alem y la Iglesia de Fátima. Alinear es-
ces connotada discoteca Mau-Mau, en la calle tas experiencias como partes de un mismo
Arroyo, de Buenos Aires, en lo que venía a su- tronco referencial –la influencia del último Cor-
poner un reconocimiento sofisticado o elitista busier– supone la voluntad de presentarlas co-
del gusto suscitado por la estética casablan- u LA ESTÉTICA CASABLANQUISTA LLEGÓ A LAS DISCOTECAS mo oferta disponible y coyuntural dentro del
quista, que en un principio había perteneci- cambiante espectro de las transculturaciones.
do más bien a la austera franja socialcristiana. ca de dos fuentes fundamentales: una, la efi- En alguna medida, este aserto implica relati-
El debate acerca de la importancia de esta cacia secularmente comprobada de la tradición vizar el esfuerzo de diferencialidad implícito
producción, en tanto hegemónica del discur- mediterránea, con sus aportes de contunden- en el Casablanquismo ortodoxo, que prefe-
so profesionalista, y ligado a la apropiación del cia, claridad y alegría; la otra, el enriquecimiento ría, un tanto forzadamente, referenciar su es-
discurso neobrutalista, lo va a proponer un nú- constantemente recreado de una compleja am- tética proyectual en las capillas coloniales del
mero especial de la revista Summa (v.), enro- bivalencia manierista dado por el abandono de NOA argentino antes que en la influencia de
lada en otro segmento del campo intelectual, la búsqueda de una pureza clásica, en aras de la mediterraneidad que llegaba interpretada
aquel vinculado a la tradición laicista de iz- un eclecticismo contradictorio, oportunista, por Le Corbusier.
quierda liberal (si bien esta edición es relati- que quiere integrarse en la ca- suís tica de Aunque, según Bullrich, Fátima suponga,
vamente tardía respecto del fenómeno que ve- la vida”. El párrafo es interesante porque re- citando parcialmente a Ellis, uno de sus auto-
nimos analizando, la producción proyectual vela tanto el reconocimiento de la última y fi- res, una búsqueda neocolonial más que una
presentada es casi contemporánea). La publi- nal fase de la evolución proyectual corbusie- recreación del legado neobrutalista del maes-
cación, en dicho número, de la casa Pérez – J. rana cuanto el acogimiento del fin de rigorismo tro suizo, sin que ello la despojara de su enti-
M. Borthagaray (v.), Punta del Este–, dos pe- racionalista-clasicista y hasta ecos venturianos dad de ejercicio de investigación compleja: so-
queñas casas de veraneo en Santa Teresita, de y fenomenologistas. bre el lenguaje, sobre la tecnología, sobre la
J. Solsona (v. MSGSS) y, en Las Toninas, de S. Tanto esta obra, como otra publicada en relación arquitectura / ciudad, sobre la reela-
Oliver, el antes citado promotor de la muestra el mismo número de Summa —la casa Wain- boración de la relación forma / función y la re-
del MAMBA, y el casco de la estancia La Pere- berg, en el arrabal del barrio de Belgrano, he- creación del programa.
grina, en Entre Ríos, del grupo Soto, Traine y cha para el prestigioso historiador por A. Caz- Estas búsquedas de características extra o

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 43


suburbanas –como, por otra parte, ocurría con
el Empirismo aaltiano de Saynatsalo o el más
cercano episodio de la Hostería de San Javier,
en Misiones, del grupo Soto - Rivarola– esta-
ban marcando interesantes caminos de reela-
boración regionalista de las duras ortodoxias
racionalistas y funcionalistas, definiendo cier-
tos límites en la comprensión y operación de
problemáticas de corte metropolitano. Por eso
Caveri, en un registro arcaizante, tanto en su
desarrollo de la Comunidad Tierra cuanto en
su proyecto de la casa Moore o de su propia ca-
sa sin planos en Moreno, puede recaer en una
cierta incomprensión de la fenomenología ur-
bano-metropolitana, en su utopizante proyec- u CASASCO ESTUDIÓ CON MIES VAN DER ROHE. ESTA FORMACIÓN RESULTÓ DETERMINANTE EN SU OBRA.

to para el concurso de la Biblioteca Nacional,


una especie de conquista desesperada del cen- cas. Apuntes sobre una tentativa de arquitectura dentro de un sistema de organización suma-
tro urbano y de sus programas complejos me- nacional. Ficha 6, Instituto de Arte Americano e mente despojado.
diante el expediente de un diseño aditivo so- Investigaciones Estéticas “M. J. Buschiazzo”, Bs. As.: En 1947 proyecta para la Municipalidad de
bre la base de espacios abovedados. En cierto FADU-UBA, 1988; R. Fernández. La ilusión proyec- Buenos Aires una unidad vecinal con centro
modo, pareciera que el modo de producción tual. Una historia de la arquitectura argentina mo- comercial en San Justo. En 1948 trabaja en la
de los proyectos casablanquistas, basados en derna. 1950-1990. Mar del Plata: Edición de la FAUD oficina del Plan Regulador de la Ciudad de Bue-
una artesanía técnica, pero además en un tra- de la UNMdP, 1998. nos Aires y proyecta una vivienda en La Luci-
bajo extremadamente personalizado, estable- la. Esta refleja el modelo de la casa Citrohan,
ció los términos de una dificultad casi insal- tal como había sido desarrollado por Prebisch
vable para transferir estas propuestas a un CASASCO, JUAN ÁNGEL. Turín (Italia), s/d - An- (v.) en la vivienda de Vicente López (1937), pe-
alcance urbano-funcional mayor y también a napolis (Maryland, EEUU), 1989. Arquitecto. ro Casasco va más allá, dado que incorpora el
un modo de organización profesional que por Su obra está entre las más representativas del equipamiento fijo para realizar las divisiones
lo antedicho excedía la dimensión de la prác- vocabulario miesiano, introducido en la Ar- entre locales. Al igual que Prebisch y Acosta
tica artesanal, casi manufacturada. gentina durante la década del cincuenta. (v.), utiliza pragmáticamente el esqueleto de
Esta segunda cuestión resultaba dificulto- hormigón armado, sin recurrir al juego formal
sa en cuanto la tradición casablanquista debía Egresado en 1946 de la Escuela de Arqui- de la planta libre.
enfrentarse a la modalidad profesional típica tectura de la Universidad de Buenos Aires, per- En 1949 participa en el 7° Congreso CIAM,
de la época, los concursos de arquitectura. In- tenece a la última de las promociones forma- celebrado en Bérgamo, y en los años siguien-
cluso cuando protagonistas del movimiento das en el taller de René Karman (v.), dentro tes, 1950-1952, estudia en el Instituto Tecno-
CB ganaban concursos –por ejemplo, el Hotel de los lineamientos Beaux Arts que este había lógico de Illinois con Mies van der Rohe, Hil-
de Olavarría ganado por el grupo Ellis, Berretta, consolidado. berseimer y Peterhans (arquitectura,
Bustillo y Boullón, o el Hotel de Turismo de Antes de graduarse, colaboró con Mario planeamiento y filosofía, respectivamente). La
Mercedes, en Corrientes, del grupo Onda jun- Roberto Álvarez (v.) en el proyecto del Asilo de formación junto a Mies resulta crucial en el
to a Salas y Billoch–, los trabajos resultantes, Ancianos de Avellaneda y, en 1947, con Tulio desenvolvimiento de la carrera de Casasco. En
si bien mantenían cierta militancia antirra- Martini en un proyecto de vivienda en Hur- efecto, los trabajos que desarrolló en el curso
cionalista, ya tenían muy poco que ver con el lingham. En ambos casos se trata de obras muestran el manejo del vocabulario miesiano
modo habitual de proyecto típico de las casas donde el discurso técnico adquiere relevancia volcado a una composición similar a las vi-
blancas, y la necesaria economía proyectual del viendas con patio de Mies en la década del trein-
concepto de partida inhibía el paisajismo epi- ta, aunque también se advierten rasgos de la
sódico del fenomenologismo perceptualista articulación del espacio tal como fuera des-
implícito en los espacios domésticos fuerte- arrollado por Mies en la casa Farnsworth.
mente personalizados. R. F. Tras esta estadía en el IIT y habiendo tra-
bajado profesionalmente para firmas de arqui-
Bibliografía: Nuestra Arquitectura, n.° 403 (junio de tectura e ingeniería de Chicago, regresa a la Ar-
1963) al 411 (febrero de 1964); R. Iglesia. La reacción gentina en 1952. Ese mismo año es convocado
antirracionalista en Argentina. En: Zodiac 14, Mi- por el arquitecto Jorge Sabaté (v.), entonces in-
lán, abril de 1965; summa n.° 14, diciembre de 1968; tendente de Buenos Aires, para trabajar en la
F. Bullrich. Arquitectura argentina 1960-1970. En: Dirección General de Arquitectura de la Mu-
Summa n.° 19, octubre de 1969; R. Iglesia. La reac- nicipalidad. Esta le encomienda la planificación
ción antirracionalista de las casas blancas. Bs. As.: y el diseño de edificios para abastecimiento y
Espacio Editora, 1978; R. Fernández. Las Casas Blan- u UNA “FERIA INTERNADA”, DISEÑO DE CASASCO. control alimenticio. Sabaté impulsó durante su

44 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cbe cac
gestión (1952-1954), al igual que Siri, su ante- las estaciones del Automóvil Club Argentino también fue utilizado por Testa, Rossi (v.), Gai-
cesor, la introducción a nivel municipal de las o a los Correos, no obstante la rápida obso- do y Davinovic para la terminal de ómnibus de
prácticas arquitectónicas y urbanísticas mo- lescencia que sufrieron y de la que el autor fue La Pampa (1957-1962).
dernas (pueden citarse el Auditorio, el Merca- el principal crítico. Simultáneamente a estos trabajos, Casas-
do San Cristóbal, el Velódromo, el Teatro Ge- Las otras obras en gran escala que realizó co realizó algunas viviendas individuales, don-
neral San Martín o el Mercado del Plata). Casasco fueron dos barrios jardín, uno de ellos de la influencia de Mies no es siempre explí-
Sabaté creía necesario planificar el desarrollo para la empresa Mercedes Benz, ubicado jun- cita: casas en Villa Devoto, Don Torcuato,
del abastecimiento en la ciudad, y la experien- to a la planta fabril, proyectados a fines de la Acasusso, etc. Este conjunto de 6 obras mues-
cia de Casasco junto a Hilberseimer lo faculta- década del cincuenta. Ambos fueron encara- tra la preocupación de origen miesiano por el
ba para encararla. Bloqueado en la gestión po- dos a partir de la estandarización de elemen- refinamiento del diseño técnico-constructivo
lítica, Sabaté debió renunciar; esto no impidió tos que posibilitaran una repetición masiva y su expresión, sin descuidar otros tópicos in-
que Casasco realizara varias “ferias modelo” (en (unas 1.500 unidades en cada uno), constru- corporados, como la transparencia, la conti-
Constitución, Once, Belgrano, Liniers, Parque yendo un prototipo experimental y centrando nuidad espacial o la distribución interior.
Patricios, Plaza Lavalle, entre otras) y dos tipos la atención tanto en su diseño como en la or- En 1957 gana un concurso junto a Mauri-
de estaciones sanitarias para control de car- ganización de la producción. cio Repossini para los almacenes y talleres de
nes ubicadas en 6 puntos de acceso a la ciudad. Constituyen un ejemplo destacado de ra- la Flota Mercante en Puerto Nuevo, obra que
Las “ferias modelo”, como se las designó en- cionalización de la construcción tradicional, se emparenta con algunos trabajos de Mies re-
tonces, fueron concebidas como una serie ti- que permitió la repetición de viviendas indivi- alizados en hormigón armado como los Pro-
pológica, formada por un conjunto de bloques duales abaratando costos productivos sin des- montory apartments.
cubiertos, recintos descubiertos y galerías. La En la década del sesenta, consecuentemen-
organización de estas partes consta de un re- te con la reacción antimiesiana que opuso el
cinto con jardines en su interior, rodeado por Casablanquismo (v. Casas Blancas) junto a otras
los puestos con estructura fija. Uno de los la- actitudes neoexpresionistas presentes en el cam-
dos del recinto está limitado por un supermer- po disciplinar, se tiende a desdibujar la obra de
cado que forma el bloque cerrado. El conjun- Casasco. Una casa resuelta con medios niveles
to aparece abastecido en forma perimetral por y cubiertas quebradas (1963) muestra los re-
medio de una calle pasante, la cual da acceso sultados en su obra de esta etapa de transición.
a los servicios. Esta disposición se adaptó a los Paralelamente a su trabajo proyectual, ejer-
distintos lugares con notable flexibilidad. ce la docencia en la Facultad de Arquitectura
Casasco resolvió todas las alternativas a tra- y Urbanismo a partir de 1956 y actúa como con-
vés de la composición planivolumétrica que u VOCABULARIO MIESIANO EN UNA VIVIENDA DE CASASCO. sejero de redacción de Nuestra Arquitectura.
Mies había desarrollado en proyectos tales co- En 1964 se radica definitivamente en los
mo las casas Lange y Hubbe, antes que en los medro de la calidad técnica, que por el con- EE.UU donde trabaja como consultor en las
bloques cerrados y estereométricamente sim- trario se incrementó por las cualidades de Naciones Unidas, el Banco Mundial, la OEA y
ples de las obras proyectadas por Mies tras diseño agregadas. Dichas cualidades consis- el Departamento de Estado y Transporte, tras
su radicación en EE.UU. Esta elección crítica tieron en la provisión de todos los elementos obtener el Master en Planificación Regional y
del repertorio miesiano ya se había manifes- internos y externos en sus aspectos de pro- Urbana en Harvard. Asimismo, realiza tare-
tado en los comentarios de la obra de Mies que ducción, adquisición, montaje, uso y mante- as docentes en Washington y es profesor invi-
envió a Nuestra Arquitectura (v.), y constituye nimiento. tado en varias universidades. E. G.
una constante de su producción. Así pues, las Hay que señalar cierta confianza excesiva
Estaciones Sanitarias están concebidas como en el funcionamiento de las cubiertas planas
prismas simples de una planta con esqueleto de hormigón armado, desmesurada para las CASIRAGHI, CASSINA, FRANGELLA. (CASI-
de acero y cerramiento retranqueado de vidrio, condiciones técnicas de las aislaciones de la RAGHI, Félix: Alghero-Sassari, Italia, 1932;
y un volumen ciego para los servicios, de mo- época. También encaradas para su repetición CASSINA, Ricardo: Buenos Aires, 1940; FRAN-
do tal de permitir un control visual sin inter- —en este caso por parte de una empresa de GELLA, Roberto: Buenos Aires, 1942). Estu-
ferencias de las mercaderías que circulan. Por combustibles— fueron las estaciones de ser- dio de arquitectura activo entre 1970 y la dé-
oposición, las ferias presentan un cerramien- vicio. Estas se diseñaron a partir de un agru- cada de 1980. Su trayectoria se caracteriza
to murario que oculta parcialmente de la vi- pamiento de cuatro tetraedros invertidos de por una exitosa participación en concursos
sión urbana las actividades interiores. Jardines hormigón que trabajan estructuralmente co- nacionales, en los cuales obtuvo varios pri-
y murales fueron encomendados a C. Testa (v.), mo láminas plegadas tomadas de su vértice in- meros premios.
en una voluntad de incorporar las nuevas ten- ferior, bajo las cuales se disponen planos exen-
dencias en las Artes Visuales al paisaje ciuda- tos. Dichos planos se ubican sobre una grilla Formados dentro de una matriz corbusie-
dano, semejante a la de Álvarez en el Teatro modular en forma dinámica, a la manera de rana, los integrantes del estudio evolucionan
General San Martín. los planos del Pabellón de Barcelona. El pro- desde la ortodoxia moderna inicial hacia la adop-
Tanto las ferias como las estaciones sani- yecto lo emparenta al que contemporáneamente ción, a mediados de los setenta, de los linea-
tarias son una de las series tipológicas más in- realiza Amancio Williams (v.) para el mismo mientos de la llamada Arquitectura Sistémi-
teresantes producidas en la Argentina, junto a programa. Este principio estructural y espacial ca (v.). Posteriormente, de la misma manera

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 45


detalles, en un planteo que parte del respeto
del conjunto existente.
Esta serie de obras define el carácter de la
producción de la última etapa del estudio, que
tiende hacia una radicalización basada en la ne-
cesidad de construir una poética que refleje la
particularidad local. La atención a las tipologí-
as de la tradición argentina, a los factores cli-
máticos, a la atmósfera barrial, se refleja en la
serie de dibujos que Frangella publica en la re-
vista Trama (v.). Estas imágenes del mundo su-
burbano dan cuenta del clima en que se des-
arrolla la producción del grupo en los años en
que parece descubrirse un universo descono-
cido por el idealismo militante de la arquitec-
tura de los setenta, ahora fuertemente cuestio-
nado. Esta adscripción a la línea nacional y
u MAQUETA DEL PRIMER PREMIO PARA CONSTRUIR LA CIUDAD JUDICIAL EN EL BARRIO PORTEÑO DE PARQUE PATRICIOS. popular, que implica el cuestionamiento críti-
co de las premisas “modernas”, es acompaña-
que otros grupos de la generación intermedia, tudio se ve afectada por la crisis de los para- do por una fervorosa adhesión a la autocons-
adhieren a una arquitectura contextualista mar- digmas de la Arquitectura Moderna. Una nue- trucción y una reducción de la tarea del
cada por la búsqueda de un carácter nacional va etapa se abre con la reconsideración de las arquitecto a gestor o coordinador de la cons-
que tiene como fuente la edilicia popular. doctrinas del Neorracionalismo rossiano en trucción del hábitat popular. Tarea en la cual el
La primera obra del estudio, la escuela J. F. clave local. Ejemplo característico de este cam- profesional no pierde su condición de demiur-
Kennedy, es un ejercicio planteado desde los bio de modalidad estilística es otro de los con- go, ya que con su prédica revela a los usuarios
postulados del Le Corbusier brutalista. Esta cursos ganados por el estudio, el Teatro (v.) los elementos que permitirían generar una sín-
orientación evoluciona hacia un lenguaje de de Salta (1982), que tiene como antecedente tesis poética del suburbio. Un ejemplo de las
simplificación cada vez mayor de la idea de par- inmediato al anteproyecto para el concurso de realizaciones de CCF durante ese período es el
tida, que implica una marcada expresión de los la sede del Banco de Formosa (1979). Esta nue- conjunto de viviendas FONAVI en Corrientes
materiales y la tecnología, actitud propia de va manera se plantea abiertamente también en (1988), en el cual, sin abandonar criterios de
la Arquitectura de Sistemas (v.). En esa clave otros concursos como: el del Palacio Munici- racionalidad, se avanza hacia la definición de
pueden leerse el Hospital de la Matanza (1971), pal y Centro Cultural de Rufino (1982) y el un lenguaje que imita la espontaneidad del há-
uno de los pocos planteos de hospital (v.) ho- de los Tribunales de General Pico (1980), y se bitat popular.
rizontal, construido como resultado de los pro- manifiesta con claridad en una serie de casas Desde 1983 Frangella formó su propio es-
gramas de renovación del sistema de salud lan- que, sin perder la simplicidad funcional, en- tudio junto a Guillermo Dergarabedian (Bue-
zados en los inicios de la década del setenta, a fatiza la complejidad volumétrica: casa Mon- nos Aires, 1930) (FyD). A mediados de los años
lo que puede sumársele el Banco Central del tellano (1979), Pirotzky (1980) y Casiraghi noventa, el estudio ganó el primer premio del
Paraguay, otro concurso ganado en 1977. Co- (1982). El acercamiento a un código más con- concurso de la Ciudad Judicial en el barrio por-
mo productos de esta etapa también deben se- textual se prolonga en el edificio de Lotería, teño de Parque Patricios junto a los arquitectos
ñalarse: la iglesia y el centro comunitario de otro concurso ganado, donde el lenguaje de la V. del Puerto, G. Parodi, H. Sardín, A. Ferrari
San Pantaleón, en la Prov. de Buenos Aires torre de oficinas es leído en clave de la tradi- y R. Frangella. Como la obra más reciente de F
(1972), la escuela municipal de Maza y Salce- ción moderna de Buenos Aires y las relaciones yD, puede citarse la casa Zaharya en Bariloche,
do, en Capital Federal (1982), y una serie de posibles con el entorno. Otra importante obra en la que se destacan el uso de los materiales
casas realizadas a partir del uso de una simple de esta etapa es la ampliación de la Escuela Ar- vernáculos y la sensibilidad por el paisaje. F. A.
volumetría: casa Rodgers (1971), Frangella menia (1986), en la cual puede verse una sín-
(1974) y Anganuzzi (1976). tesis del período sistémico que se conjuga con Bibliografía: summa n.° 176, julio de 1982; “Diálogo con
A fines de los setenta, la producción del es- la preocupación por lo constructivo y por los Roberto Frangella”. En: Revista Trama n.° 7, 1983.

u EN 1971 EL ESTUDIO CASIRAGHI, CASSINA, FRANGELLA CONSTRUYE EL HOSPITAL DE LA MATANZA, UNO DE LOS POCOS PLANTEOS DE HOSPITAL HORIZONTAL REALIZADOS.

46 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cas cat
CATALANO, EDUARDO.

Buenos Aires, 1917. Arquitec-


to. Docente e investigador de
las formas estructurales, ha
desarrollado la mayor parte de
su labor en EE.UU. Su obra está marcada por
una permanente preocupación por la evolu-
ción de la ingeniería estructural y las posibili-
dades estéticas que de ella derivan. Sus ob-
jetivos se centran en la construcción de una
constante relación entre arte y geometría. Sus
trabajos no se limitan al objeto arquitectóni-
co, se orientan hacia la creación de nuevos
sistemas constructivos y nuevos materiales
que se vuelcan en la urbanística, y en la ar-
quitectura industrial y naval.

Graduado en 1940 en la UBA, gana una be-


ca de estudios del Institute of International
Education para las Universidades de Pennsyl-
vania y Harvard, donde, entre 1944 y 1945, con-
sigue dos lauros en arquitectura. De ese mo-
do se vinculó con el universo de ideas de W.
Gropius (v.), M. Breuer y K. Wacksmann, lo que
determina la preocupación por la organización
sistémica de la construcción y el proyecto. En
ese año retorna a la Argentina y en 1947 pro-
yecta para la Ciudad de Buenos Aires, junto a
un equipo interdisciplinario, un auditorio (v.)
para 20.000 espectadores, donde la investiga-
ción estructural y la necesidad de conformar
una solución totalizadora se transforman en
los elementos fundamentales del planteo. Tam-
bién colabora con M. Breuer en el curso que
este dicta en Buenos Aires ese mismo año. Du-
rante esa estadía Breuer proyecta, en sociedad
con Coire y Catalano, un pequeño restaurante
en Mar del Plata. A fines de la década es invi-
tado a formar parte del equipo del Instituto de
Arquitectura de la Universidad Nacional de Tu-
cumán. Realiza, junto a Caminos, Vivanco (v.)
y otros, el proyecto de ciudad universitaria (v.)
en el cerro San Javier.
A partir de 1951 enseña en la Architectural
Association de Londres. Al año siguiente, de
regreso en EE.UU., es nombrado profesor de
Arquitectura en la Escuela de Diseño de Ra-
leigh, en la Universidad de North Carolina.
Posteriormente es invitado a enseñar en la Es-
cuela de Arquitectura del Massachusetts Ins-
titute of Technology: allí enseñará en el pro-
grama de graduados hasta 1977, año en el cual
deja la carrera docente para dedicarse a la in-
vestigación y la actividad proyectual.
Sus proyectos realizados durante el primer
período pasado en los EE.UU. encuentran una

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 47


común sintonía con las investigaciones que, Gubernamental de North Carolina y el cen-
por esos años, intentan lograr una mayor ex- tro cívico de Springfield (1969). A partir de es-
presividad formal para la Arquitectura Mo- ta experiencia con H.° A.° realiza el diseño de
derna, y adopta los principios de la nueva in- un sistema rectilíneo de prefabricación para la
geniería estructural. Pero de la misma forma universidad del Estado de New York, en el que
que Nervi o Candela, y a diferencia de muchos aparece el interés por la generación de siste-
cultores de esta tendencia, los trabajos de Ca- mas estructurales modulares y estandarizados.
talano están marcados por el rigor y el estudio Esta preocupación había sido también des-
minucioso de las posibilidades de adaptación arrollada en la construcción de los pabello-
de estas nuevas geometrías estructurales a los nes de la inconclusa Ciudad Universitaria de
espacios habitables. Prueba límite de esta vo- Buenos Aires. Este proyecto, realizado junto
cación es su propia casa en North Carolina, lla- con H. Caminos y E. Sacriste (v.), repite los bo-
mada Raleigh House (1954), realizada a partir xes que los autores habían ensayado en Tu-
de un paraboloide de doble curvatura de 28 m u HORMIGÓN EN LOS PABELLONES DE LA CIUDAD. cumán, pero sin la tensión creativa del proyecto
de luz. También el estadio de Santa María, original. Posteriormente, entre 1971 y 1973,
de North Carolina, construido como una su- proyecta la embajada de EE.UU en Buenos Ai-
perficie cóncava prefabricada, apoyada en una res y el centro cívico de Portland.
sutil base que permite, además, sostener un En 1978 participa en el concurso para el Te-
techo liviano de doble curvatura. En conso- atro Argentino de La Plata. Su proyecto es se-
nancia con estas obras, Catalano plantea, en- leccionado para la segunda vuelta y finalmen-
tre 1952 y 1957, una serie de investigaciones te obtiene el tercer premio.
sobre las posibilidades formales de los para- En el año 2002 donó a la ciudad de Buenos
boloides hiperbólicos, tratando de generar una Aires la Floralis, una gigantesca escultura me-
amplia serie de formas que luego puedan ser tálica de su autoría que representa una flor y
utilizadas para diferentes necesidades proyec- que fue ubicada en la Av. Figueroa Alcorta. A
tuales. Estos estudios se vuelcan en un ensa- u LA PLANTA DE LA CIUDAD UNIVERSITARIA, DE LA UBA. fines del 2003 fue nombrado profesor hono-
yo titulado: Structures of Warped Surfaces. rario de la UBA. F. A.
Una segunda etapa de su obra se abre en
los primeros años de 1960, a partir del traba- proyecto de Tucumán—, el centro de estu- Bibliografía: J. Gazzaneo y M. Scarone. Eduardo Cata-
jo con estructuras casetonadas de H.° A.° Ejem- diantes “Julius Statton” del MIT en Cambrid- lano. Bs. As.: IAA-UBA, 1956; C. Gubitosi y A. Izzo.
plo de ello son una serie de edificios relacio- ge (1962), una torre de treinta pisos para ese Eduardo Catalano. buildings and projects. Roma:
nados generalmente con la enseñanza terciaria: mismo instituto, la Escuela de Música Juillard Officina Ed., 1978; J. F. Liernur. Arquitectura de la
la ciudad universitaria de Buenos Aires —que en Nueva York, el Comedor Estudiantil del MIT Argentina del Siglo XX: la construcción de la Mo-
retoma algunas búsquedas planteadas en el y la Biblioteca Charlestown (1968), el centro dernidad. Bs. As.: Fondo Nacional de las Artes, 2001.

u LA CASA DE CATALANO EN NORTH CAROLINA, EE.UU., FUE CONSTRUIDA A PARTIR DE UN PARABOLOIDE DE DOBLE CURVATURA.

48 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cat cat
CATAMARCA, SAN FERNANDO DEL VALLE DE.
Ciudad capital de la Provincia de Catamarca,
ubicada en el valle del mismo nombre, junto
al río del Valle y al pie de la sierra de Amba-
to. En la margen este del río se encuentra un
conjunto de poblados agrícolas que confor-
man hoy un rico entorno urbano. Fundada a
fines del siglo XVI, alberga, sumando locali-
dades aledañas y según el censo de 2001,
171.447 habitantes. La voz catamarca signi-
fica en lengua indígena ‘pueblo de la falda’
(kata, ladera o falda, y marca, pueblo).

La fundación de la ciudad fue el corona-


miento de la ocupación efectiva del territorio
catamarqueño, iniciada un siglo antes de la cre-
ación de la capital. Previamente hubo una se-
rie de asentamientos fallidos, los más impor-
tantes fueron las ciudades Cañete y Londres.
Esta última fue erigida sin éxito en cinco opor-
tunidades. La última de estas fundaciones se
trasladó a la zona de Valle Viejo, donde existía
el santuario de la luego denominada “Virgen
del Valle”. Su existencia fue el argumento uti-
lizado ante el rey para que permitiese el des-
plazamiento, que fue efectivizado por Fernando
de Mendoza y Mate de Luna. En principio, la
población se estableció en el caserío de Valle u LA CASA DE GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA, CONSTRUIDA ENTRE 1857 Y 1859 POR EL ITALIANO LUIS CARAVATTI.

Viejo; luego se trasladó a la explanada donde


hoy se encuentra. Sin embargo, diez años des- la ciudad con una paralización de su creci- catamarqueño”, quien condujo una política ur-
pués de fundada no existía en el lugar ningu- miento: las luchas intestinas de la élite, el exi- bana que intentó seguir, treinta años después,
na casa, y recién comenzó a poblarse en 1694. lio de los sostenedores del bando perdedor, los lineamientos planteados por el grupo libe-
En esa fecha se delineó la ciudad, un simple la ruina del comercio, la merma de la pobla- ral porteño de la década del veinte. Su accionar
cuadrado de 9 por 9 manzanas con una pla- ción permanentemente militarizada, fueron se caracterizó por la construcción de edificios
za central, se abrieron acequias y se fomentó las causas generales de esa retracción. Para el públicos —entre ellos la casa de gobierno (1857-
la edificación. Se construyeron en adobe (v.) año 1850 la ciudad todavía no había alcanzado 1859) del italiano Luis Caravatti (v.)—, la ins-
la iglesia matriz, el cabildo (v.), el convento y la los modestos límites propuestos por su fun- tauración de medidas de higiene urbana y sa-
iglesia de San Francisco. Pese a estas funda- dador y apenas estaba contenida en un rec- lubridad, la organización de un parque público
ciones y su impulso inicial, para 1721 la ciudad tángulo de 5 por 6 manzanas. (hoy paseo Navarro), la edificación del hospital
se caracterizaba por su aspecto suburbano, Debemos esperar al período posterior a Ca- de la Concepción, el traslado de los tres ce-
ya que la mayoría de la población se ubicaba seros para encontrar una firme reactivación ur- menterios existentes fuera de la ciudad y la cre-
en las chacras (v.) aledañas y no en la zona cen- bana. Entre 1856 y 1859 gobernó la provincia el ación del cargo de agrimensor público. A ello
tral. El problema de este lento poblamiento se Gral. Octaviano Navarro, llamado “el Rivadavia debemos sumar otras iniciativas como: la cre-
relaciona con la lejanía de la ciudad de las ru- ación del cuerpo de serenos, la organización de
tas comerciales que unían a Lima con Córdo- una nueva nomenclatura para las calles y el ini-
ba y Buenos Aires. No obstante, a fines del cio de la construcción de la iglesia catedral. La
siglo XVIII, se generó un circuito comercial al- obra fue continuada por su sucesor, Manuel
ternativo que unió a Catamarca con Salta, Cu- Molina, quien hizo trazar un plano de la ciu-
yo, Chile y Bolivia. dad. Luego de estos años de prosperidad, las lu-
Luego de la Independencia, los cambios chas entre la Confederación y Buenos Aires su-
edilicios fueron escasos, debido a las convul- mieron a la ciudad en un nuevo período de
siones políticas y bélicas que padeció la región. inestabilidad y estancamiento urbano. Solo a
Tal vez el único signo de cambio fue la cons- partir de 1869 puede hablarse de una reactiva-
trucción de una pirámide, rémora de la de Bue- ción que produce cambios en la estructura de
nos Aires, que el gobierno provincial mandó a la ciudad. Se transforma la antigua Plaza Ma-
erigir en conmemoración de la batalla de la Ta- u CASCO ORIGINAL Y CIUDAD ACTUAL. TENÍA 9 POR 9 MANZA- yor (hoy 25 de Mayo) en plaza verde con ilu-
blada. El período de las guerras civiles afectó a NAS EN SU FUNDACIÓN, EN EL SIGLO XVI. minación, se funda el Club Social, se inaugura

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 49


la vivienda y la ciudad desde una dimensión
histórica. Estas líneas de reflexión fueron reto-
madas y transformadas en Italia (Aldo Rossi (v.)
y Carlo Aymonino); en Francia (Christian De-
villers, Philippe Panerai, Henri Raymond) y en
España (Rafael Moneo), contribuyendo a con-
cebir la parcelaria y los catastros como objeto
de estudio urbanístico y arquitectónico.
Catastros en Buenos Aires. La confección
de planos catastrales, al igual que la elabora-
ción de planes urbanísticos, proyectos y regu-
laciones normativas, se produce cuando se po-
nen en marcha políticas de transformación de
la ciudad o procesos de racionalización admi-
nistrativa. Se movilizan los recursos para su
realización cuando necesidades impositivas y
requerimientos técnicos se unen con las es-
trategias políticas.
En Buenos Aires, ciudad a la que tomamos
como ejemplo para verificar la evolución del
u VISTA DE LA CIUDAD SAN FERNANDO DEL VALLE DE CATAMARCA. LA CAPITAL CONSERVA SU IMAGEN COLONIAL. sistema, el primer plano catastral urbano —si
soslayamos el plano de fundación y la carto-
la catedral, obra también del arquitecto Cara- madamente. Durante el siglo XX la ciudad con- grafía histórica del siglo XIX, que daba cuen-
vatti, quien para ese entonces se convierte en tinuó ampliándose y resulta notable en los úl- ta de la parcelaria y los propietarios— se ela-
el hacedor fundamental de las iniciativas pú- timos años el creciente desarrollo urbano, am- bora entre 1860 y 1870 (Catastro Beare). El
blicas, con un criterio de homogeneidad fo- parado en el crecimiento de la minería y la segundo documento es elaborado por la Ofi-
mentado por el uso casi exclusivo del Neorre- actividad industrial, favorecida por los regíme- cina de Ingenieros Municipal, en las vísperas
nacimiento italiano (v.), que caracteriza el nes de promoción del sector. La mancha urba- del Centenario, en tanto el Catastro Goyene-
desarrollo de la ciudad durante esta etapa. Es- na se ha desarrollado dentro de los límites que che, publicado en 1940, fue diseñado durante
ta acción progresista se continúa durante la go- permiten los ríos El Tala y del Valle. La regula- la intendencia de Mariano de Vedia y Mitre.
bernación de José Daza, quien prosigue con ridad de la cuadrícula original fue remplazada En 1992 se inician los trabajos de informati-
el equipamiento de la ciudad, finalizando las por una retícula que se ajusta a la topografía e zación del Catastro.
obras del hospital y auspiciando la construcción incorpora barrios de viviendas construidos por
del mercado y el teatro. Funda, además, el ba- el Estado y el amplio parque Adán Quiroga. EL CATASTRO BEARE (1860-1870).
rrio obrero Gobernador Cubas (1866) e inau- El Ministerio de Hacienda de la Provincia
gura la primera línea de tranvías. En esos años Bibliografía: AA.VV. Diccionario histórico argenti- encarga al agrimensor Pedro Beare (v.) la con-
continúa la construcción de edificios institu- no. Bs. As.: Ediciones Históricas Argentinas, 1953; fección de un catastro que registre la totalidad
cionales; Caravatti proyecta y construye la fa- P. Randle. Atlas del desarrollo territorial argen- del espacio de la ciudad, según los límites es-
chada del colegio Nuestra Señora del Huerto tino. Bs. As.: Oikos, 1981. tablecidos en 1857. El Consejo de Obras Pú-
(1870), el Departamento de Minería (1871), el blicas es el ente que fiscaliza los trabajos. En
Consejo Federal de Educación (1883), el semi- ese momento, había una experiencia técnica
nario Conciliar (1882-1890), a los que se suma CATASTRO. m. Plano parcelario que indica las acumulada, que se había iniciado con los De-
el Colegio Nacional (1889), obra del arquitecto fronteras de una propiedad urbana o rural. Su partamentos Técnicos de Rivadavia (v. Departa-
Domigo Offredi (v.), edificios que constituyen objetivo primordial es el relevamiento de las mento Topográfico).
un conjunto de instituciones educativas que situaciones existentes, con finalidades impo- Beare emplea métodos de relevamiento pre-
prestigiaron la ciudad a fines del siglo XIX. sitivas y de control del territorio. carios y el documento está imbuido de ras-
El otro acontecimiento que en esos años gos naturalistas que no condicen con el esta-
marca la historia física de Catamarca es la lle- El análisis de la parcelaria fue tradicional- do de las técnicas de ese momento, tal como
gada del ferrocarril (1889). Posteriormente, en mente patrimonio de los geógrafos, en tanto la lo manifiestan los técnicos en el seno de la So-
1897, se establece el alumbrado eléctrico y se historia social y económica lo recupera como ciedad Científica en 1878. Sin embargo, las pre-
ensancha el servicio de aguas corrientes. fuente documental complementaria. Su incor- siones y litigios de todo tipo que se suscitan
Hacia 1911 la ciudad se había ampliado al- poración a las investigaciones en arquitectura con el creciente valor del suelo urbano obliga-
rededor de un tercio con respecto a su tamaño urbana se debe en gran medida a las investi- ban a obtener con urgencia esa documenta-
inicial, generando un núcleo alrededor de una gaciones sobre Venecia, que efectúa Saverio ción, aun con errores. Era preciso deslindar la
nueva plaza. Para 1934 contaba con cuatro pla- Muratori durante la década de 1950, adjudi- propiedad pública de la privada, las privadas
zas y el rectángulo de la mancha urbana, ya mul- cándole a la parcelaria —reflejada en el catas- entre ellas y tener una base para planificar los
tiforme, abarcaba 12 por 14 manzanas aproxi- tro— un rol de mediación entre los sistemas de alineamientos y el tendido de las infraestruc-

50 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cat cat
turas y sobre todo, existía la necesidad de or- internos de las viviendas. En ese momento, el nes de poligonación, triangulación y nivelación
ganizar la percepción impositiva. Municipio ya cuenta con informaciones sobre de la ciudad permiten el relevamiento de sus
Pedro Beare trabaja en el relevamiento en- la obra privada. 12.000 manzanas y 300.000 parcelas. La trans-
tre 1860 y 1868, y el documento es finaliza- Las estadísticas, los censos, reglamentos cripción gráfica se acompaña de fichas deta-
do por el agrimensor Médici, nombrado por proscriptivos, etc., se incluyen en el rigor cien- lladas de las propiedades urbanas.
Pellegrini (v.). Una primera lectura de los pla- tífico, que será uno de los ingredientes del “es- En esa década se confecciona el Censo Mu-
nos ofrece la imagen de una ciudad ideal — píritu del Centenario” que describe José Luis nicipal de 1936, y se van elaborando las pau-
donde terrenos y baldíos se representan co- Romero. Con la introducción de las distintas tas para la edición del Código de la Edificación,
mo jardines a la francesa— en las manzanas disciplinas en la Administración, se inicia un que se aprueba definitivamente en 1944 (v. Có-
pintadas artísticamente a la acuarela. Pero a camino de racionalización que presiona por la digos). Los empréstitos para las obras públicas
pesar de la confusión que se plantea entre es- presencia del Estado como ente regulador. que emprende la Intendencia requieren tam-
pacios proyectados y espacios reales, en el do- El sector urbano catastrado aparece en el bién de una actualización impositiva.
cumento están presentes los elementos pro- Censo Municipal de 1904 y abarca toda el área
pios de un catastro. céntrica de la ciudad, pero su confección es EL CATASTRO INFORMÁTICO (1990- ).
Se indican las viviendas, comercios, in- El Catastro que edita la Intendencia de Go-
dustrias y edificios públicos. Los materiales uti- yeneche se utiliza hasta 1990 en las dependen-
lizados remiten a códigos cromáticos y son pre- cias municipales de Buenos Aires. Fichas y par-
cisadas particularmente las trazas de puertas celarias fueron actualizadas fragmentariamente
y ventanas destinadas a la valuación fiscal de a lo largo de 50 años. Los métodos informáticos
los inmuebles. En los cuadros complementa- recién son introducidos en 1990, en el contex-
rios, se inscriben los nombres de los propie- to de las políticas de privatización. Las empre-
tarios, las dimensiones del lote, la cantidad de sas concesionarias introducen transformacio-
habitaciones, su destino, el estado del espa- nes en la Administración de la Comuna, cuyos
cio público (iluminación, veredas, pavimenta- alcances no pueden ser aún evaluados. Sus ob-
ción) y su valuación en pesos. jetivos, además de articular datos gráficos con
Junto a la confección del relevamiento, se informaciones patrimoniales, tienden a actua-
elabora una primera serie de ordenanzas hi- lizar los valores impositivos de los terrenos e in-
giénicas, de comisiones parroquiales, de con- muebles en el contexto de la reactivación de la
trol sanitario, etc., paralelamente a la organi- dinámica del mercado inmobiliario.
zación de la Oficina de Ingenieros Municipales, Las políticas balbucientes del Estado de Bue-
que va adquiriendo autonomía respecto de la nos Aires, los intentos modernizadores del
provincia. En general, se trata de un control Centenario, la reorganización del treinta así
creciente en la producción del espacio público como las crisis recientes, son los escenarios
y privado (v. Reglamentos). u PLANCHETA REALIZADAS POR EL ING. PEDRO BEARE. donde se elaboran los catastros porteños. A. N.

EL CATASTRO DE FIN DE SIGLO (1892-1904). abandonada en 1906. Otro plano parcelario se Bibliografía: Anales de la Sociedad Científica Ar-
La velocidad de los cambios demográficos plantea entre los proyectos de la Oficina de In- gentina (1878,1898); Digestos Municipales (1872,
y espaciales de la ciudad, así como un instru- genieros en 1918 y es también requerido por 1884, 1890, 1893, 1898, 1904, 1918, 1923, 1929, 1938);
mental técnico renovado, quitaron vigencia tan- los integrantes de la Comisión de Urbanis- Colecciones de la Revista de Administración Mu-
to al de Beare como al resto de la cartografía ela- mo que participan en el Primer Congreso de nicipal; Revista La Ingeniería; C. Morales. “Algunos
borada con anterioridad a la capitalización. En la Habitación. Durante los años veinte, en el datos referidos al trazado General del Municipio”.
1891, la Dirección de Parques y Paseos —a car- contexto de las discusiones acerca del Plan Re- En: Congreso Científico de Montevideo, 1898; A.
go del parquista francés Charles Thays— (v.) so- gulador, se solicita un nuevo plano. Pero el Re- Novick. “Apuntes sobre los catastros de Buenos Ai-
licitaba el levantamiento de un nuevo plano, se- glamento de Construcciones de 1926, tributa- res”. En: Jornadas de Investigación de los Museos,
gún las reglas del “arte” al Departamento de rio del Plan del 25, no se acompaña por planos mayo de 1992; A. Novick, y R. Piccioni. “Della Pao-
Ingenieros. Este nuevo registro se confecciona catastrales (v. Plan). lera y la Oficina del Plan de Urbanización”. En: Sec-
en condiciones bien distintas al anterior. ción de Maestros de la Arquitectura y el Urbanis-
El Departamento de Ingenieros Municipa- EL CATASTRO GOYENECHE (1940). mo de la Revista del Consejo Profesional de
les, reglamentado desde 1890, cuenta con una En el contexto de la racionalización admi- Arquitectura y Urbanismo, n.° 1, año 1992;
sección específica para Delineaciones y Catas- nistrativa y de las grandes obras públicas em-
tro. Su director, Carlos María Morales (v.), pre- prendidas por la Intendencia de Mariano de
senta en el Congreso Científico de Montevi- Vedia y Mitre, se deciden los relevamientos aé- CATELÍN, PRÓSPERO. S/d - Buenos Aires,
deo, Uruguay, un informe técnico acerca del reos y terrestres que permiten confeccionar el 1870. Francés. Ingeniero y arquitecto. Cum-
método utilizado para el relevamiento y el pe- minucioso documento editado en 1940. plió relevantes tareas durante la administra-
dido de sanción de una Ley de Catastro. La El capitán de fragata Gregorio Portillo, Di- ción rivadaviana; fue en una de las figuras
legislación específica tendría como objetivo rector General del Catastro Municipal, delimita más importantes de la renovación arquitec-
obligar a los propietarios a relevar los espacios el parcelario del Municipio Federal. Operacio- tónica neoclásica en el Río de la Plata.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 51


Llegado al país en 1817, Catelín —cuyas ción estatal, una vez desaparecida la figura
procedencia y formación en su país de origen de Rivadavia del gobierno. F. A.
se desconocen— es nombrado por el gobier-
no de Martín Rodríguez, en 1821, arquitecto
ingeniero de la Ciudad, y nominado meses CAVALLO, F. S/d. Ingeniero. Autor de numero-
más tarde como jefe del departamento ho- sas obras en la ciudad de Paraná.
mónimo (v.). Su obra pública, realizada en un
corto pero intenso período, está centrada en Entre sus edificios más importantes pueden
la materialización de los dos edificios más sig- señalarse los de Rivadavia 656 y 662, San Mar-
nificativos de la época: La Sala de Represen- tín 661 y 692, y otros varios con el ingeniero
tantes y el Pórtico de la Catedral. El primero, Giandana, como el Palacio Barbagelata o los de
ejecutado en 1821, tiene especiales connota- 25 de Mayo y Belgrano, San Martín 614, etc.
ciones. Edificado en la Manzana de las Luces,
en el mismo sitio donde se hallaba antigua- Bibliografía: F. Ortiz, R. Gutiérrez, A. de Paula, G. Vi-
mente el llamado “calabozo de Oruro”, cons- ñuales y otros. La arquitectura del liberalismo en
tituye uno de los monumentos más intere- uPLANO DEL PÓRTICO DE LA CATEDRAL DE BS. AS. la Argentina. Bs. As.: Sudamericana, 1968.
santes de la Revolución, ya que a la simbólica
implantación debe sumársele que fue pro- Benoit (v.) y Bernardino Rivadavia. De todos mo-
yectado teniendo como referencia directa el dos, el pórtico dodecástilo, construido con un CAVERI, CLAUDIO VÍCTOR.
Tratado de las Asambleas Legislativas, de Ben- orden corintio gigante, cumplió con su posición
tham, por lo que representa uno de los ejem- programática de ruptura frente a la arquitectu- Buenos Aires, 1928. Arquitec-
plos más claros de la aspiración a una “for- ra precedente y necesitó para su materialización to. Principal representante de
malización espacial” de los nuevos ideales del auxilio de operarios italianos y materiales la corriente denominada de las
políticos que intentaba materializar la elite di- importados, en un contexto dificultado por la casas blancas. Autor de nu-
rigente. Desde el punto de vista estilístico, la rápida sucesión de diferentes administraciones merosos proyectos y escritos que proponen
obra, recluida dentro de construcciones exis- y la penuria económica, factores que entorpe- una concepción de la arquitectura contras-
tentes, constituye un antecedente del severo cieron y complicaron su finalización. tante con los resultados del proceso de mo-
Neoclasicismo que inspiró los trabajos públi- Más allá de estas obras paradigmáticas, Ca- dernización y el modo de vida metropolitano.
cos de las décadas siguientes. telín realizó, al frente del Departamento, im-
El segundo edificio, comenzado en 1821 y portantes tareas que tienen que ver con la ges- En el inicio profesional de Caveri influyen
terminado varias décadas más tarde, es sin du- tión y el diseño urbanos. Entre ellos cabe citar las ideas de Mies van der Rohe. Sus primeros
da su obra más famosa, aun cuando no se sabe en primer término el Mercado del Centro (1822- proyectos muestran un conocimiento acaba-
a ciencia cierta si se trató de una producción 1824) (v. Mercado), el primer trazado para el Ce- do de los elementos del lenguaje miesiano. Una
propia o si también intervinieron en ella Pierre menterio de la Recoleta (1822) y el paseo ad- obra característica de esta etapa es su propia ca-
junto a este (1826), además de innumerables sa en Beccar, realizada en 1951.
trabajos menores de reformas en propiedades Posteriormente, la adscripción a los grupos
del Estado y de realineaciones de la traza ur- católicos que durante la década del cincuenta
bana. Exonerado de su empleo durante el go- propugnan un cambio profundo del pensa-
bierno de Las Heras, retornó en 1826 como Je- miento religioso frente al mundo moderno, la
fe del Departamento Nacional de Ingenieros lectura de los escritos de Teilhard de Chardin
Arquitectos durante la corta presidencia de Ri- y la reinterpretación del Existencialismo sar-
vadavia. Posteriormente, si bien continuó tra- treano son las premisas que lo llevan a una re-
bajando en Buenos Aires dedicado a la activi- conversión radical de su poética inicial. Esta
dad privada —construyó entre otras la casa de evoluciona hacia el campo de lo que localmente
M. Gutiérrez (1834)—, no volvió a realizar obras fue denominado como Casablanquismo (v. Ca-
de relevancia. sas blancas). Esta nueva posición implica el re-
De la lectura de sus informes oficiales, se chazo de la vida metropolitana y una reacción
desprende la figura de un profesional de for- antirracionalista que sintetiza diversas direc-
mación académica con conocimientos acaba- trices arquitectónicas.
dos de las últimas innovaciones en la técnica La primera obra que marca esta transfor-
del proyecto. Su carácter polémico y su defen- mación es la casa Urtizberea (1954) de Caveri
sa a ultranza de la primacía del arquitecto so- y Eduardo Ellis (v.). Ambos proyectistas cons-
bre los otros roles en que la disciplina comen- truyen luego la iglesia de Fátima en Martínez
zaba a dividirse, le provocaron la antipatía del (1956), que se erige luego como paradigma de
Departamento Topográfico (v.), con el cual man- la nueva tendencia. La obra es una síntesis
tuvo una constante disputa de incumbencias de múltiples influencias: el Brutalismo cor-
u UN RELEVAMIENTO DE LA CATEDRAL DE BUENOS AIRES. que facilitó su alejamiento de la administra- busierano, la tradición de la sencilla edilicia co-

52 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cat cav
lonial, la espacialidad organicista y los nuevos
modos de entender el culto religioso de los gru-
pos renovadores del catolicismo. A partir de
esta polivalencia de significados, Fátima se
constituye rápidamente no solo en el referen-
te central dentro del programa de edificios
religiosos, sino en manifiesto abierto de las po-
sibilidades de esta nueva tendencia (v. Iglesia).
A fines de la década de los cincuenta, Ca-
veri funda la Cooperativa Tierra en Trujui, Mo-
reno, Prov. de Buenos Aires. Se trata de una re-
tirada de la vida urbana, con el propósito, no
exento de resonancias utópicas, de constituir
un mundo autónomo que pudiese producir lo
necesario para vivir de manera autosuficiente.
Una organización cooperativa aislada, que pro-
pone el gobierno colectivo de su destino. Sin
embargo, la Comunidad Tierra se fue modifi-
cando con el tiempo y evolucionó hacia un con-
tacto más directo con el entorno metropolita-
no, absorbiendo sus conflictos y politizándose
en el marco del movimiento peronista hasta ha-
cer confluir sus propósitos con la concepción
justicialista de “comunidad organizada”.
El planteo urbano arquitectónico de la pe-
queña comunidad tiende a romper la cuadrí-
cula tradicional e inserta viviendas y equipa-
miento cuya materialización parece alejarse
del Casablanquismo original para acercarse
a un Neoexpresionismo orgánico que se di-
suelve en los métodos de la autoconstrucción
y las posibilidades expresivas de la labor ar-
tesanal popular.
La automarginación pone límites concre-
tos a la experiencia de Caveri. En ese sentido,
su proyecto para el concurso de la Biblioteca
Nacional (1962), un cavernoso zigurat que con-
tinúa a escala monumental con las experien-
cias de Moreno, demuestra la imposibilidad de
retorno a los programas metropolitanos desde
la voluntaria domesticidad que se ha fijado co-
mo consigna el Casablanquismo.
Durante la década del ochenta, Caveri apa-
rece como referente de lo que ha sido denomi- u LUZ INTERIOR. EL LUCERNARIO DE LA CAPILLA NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA EN ESCOBAR.

nado línea “nacional y popular”. Su descon-


fianza en la razón y el progreso de la respuesta local a las modas internacionales, lo quitectura y propagar sus doctrinas cada vez
Arquitectura Moderna se ve plasmada en sus colocan en una deliberada posición extrema. más identificadas con el nacional populismo
escritos y obras con los que es profundamen- Esta voluntad militante encuentra en la corriente que, a partir de 1983, encuentra mayores cana-
te consecuente a lo largo de toda su carrera. de reivindicación de una arquitectura “apro- les de expresión en el campo cultural. En 1976
El alejamiento de la práctica profesional libe- piada” su tardío reconocimiento plasmado en publica Los sistemas sociales a través de la arqui-
ral, la dedicación a la Comunidad Tierra en Mo- el número de la revista Summa dedicada a las tectura y Organización popular y arquitectura la-
reno, la utilización de tecnologías artesanales casas blancas, en el cual se propone una revi- tinoamericana, en un mismo volumen. En 1986
en rechazo de la industrialización de la cons- sión de esta corriente en función de su carác- publica Ficción y Realismo Mágico en Arquitec-
trucción, el modo de construcción comunitario ter fundante de una tendencia nacional. tura. En todos ellos intenta construir un diag-
como respuesta a las relaciones de intercam- Desde mediados de los años setenta, la pré- nóstico que permita replantear la condición de
bio, corrientes de la producción urbana, la uti- dica de Caveri es acompañada por la publica- la arquitectura y el hábitat popular en Améri-
lización de un lenguaje blanco, surgido como ción de ensayos que intentan justificar su ar- ca Latina. Construido a partir de las metodolo-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 53


Roque, para la doctrina de naturales, fue el sex-
to templo que tuvo Santa Fe la Vieja.
Las primeras construcciones correspon-
dieron al período en que se desarrolló una ar-
quitectura precaria, urgida por la emergencia
de la situación. A medida que la ciudad se con-
solidó como punto de enlace de comunica-
ciones entre el Paraguay, la salida al Río de la
Plata y el Tucumán, se generó una producción
arquitectónica basada fundamentalmente en
la aplicación de la tapia (v.) para los muros y te-
ja o paja para las cubiertas. La madera se cons-
tituyó en el otro material preponderante, lo que
dio protagonismo a los artesanos carpinteros
en la construcción.
A partir de 1949, después de tres siglos
de abandono, los restos arqueológicos de San-
ta Fe la Vieja fueron exhumados por el Dr.
Agustín Zapata Gollán (v.). Los vestigios de
cimientos y muros, acompañados de otros tes-
timonios arqueológicos y antropológicos, ofre-
cen un documento único sobre la ciudad es-
u PLANTA DEL SEMINARIO, LAS RESIDENCIAS Y EL AUDITORIO DEL CENTRO DE RECUPERACIÓN DE LA PERSONA, EN ESCOBAR. pañola en América durante el siglo XVII. El
avance de la erosión de la barranca por acción
gías del revisionismo histórico y las modalida- ante las dificultades que el sitio original ofre- del río ha provocado, sin embargo, la pérdida
des del ensayismo de los años treinta, los libros cía (entorno anegadizo, avances indígenas, de una tercera parte de la traza fundacional.
de Caveri son instrumentos operativos que le erosión de la costa, etc.). Luego de su aban- Las tres iglesias (San Francisco, Santo Do-
permiten justificar sus realizaciones y el pro- dono, recibió el nombre de Santa Fe la Vieja, mingo y La Merced), hoy en ruinas, eran de
grama político de construcción de un hábitat para diferenciarla de la nueva ciudad (v. Santa una sola nave, con gruesos muros de tierra api-
popular, en el cual la Comunidad Tierra de Mo- Fe), emplazada en el pago de la Vera Cruz, sonada y planta profunda en relación con su
reno se erige como experiencia primigenia. ochenta km hacia el sur. El topónimo de Ca- ancho. Se conserva también el convento fran-
En 1984 Caveri actúa como Secretario de yastá, con que hoy se conoce el yacimiento ciscano con su claustro, que define un patio
Obras Públicas de la Municipalidad de More- arqueológico, data de fines del siglo XVIII. cuadrangular, recostado sobre el templo. Los
no, donde intenta llevar adelante planes de au- restos óseos de los vecinos que recibieron se-
toconstrucción asistida en el Conurbano bo- La planta de la ciudad fue la primera traza pultura en esos recintos constituyen un con-
naerense, aunque renuncia luego por urbanizada del litoral argentino; corresponde junto singular para estudios bioantropológicos
desavenencias políticas. al clásico modelo hispanoamericano a mane- de los primeros años de la conquista.
De sus últimos proyectos realizados, se des- ra de cuadrícula. A una cuadra del río se dejó El Cabildo (v.) responde a una construcción
taca el Centro de Recuperación Integral de la una manzana vacía para Plaza Mayor. modesta en el lado sur de la Plaza, cuya sin-
Persona, en Escobar, Prov. de Buenos Aires, Las manzanas enteras (cuadras) más aleja- gularidad está dada por su implantación atípi-
realizado junto a los arquitectos A. Faillace y das de la Plaza fueron destinadas al cultivo ca en el contexto, orientado de este a oeste y
E. Caveri, que retoma las propuestas arquitec- de viñas, y quedaron desiertas cuando se hi- con una galería desaparecida, sobre la calle.
tónicas de la iglesia de Fátima. F. A. zo innecesario continuar produciendo vino pa- Los vestigios de las viviendas más impor-
ra el abastecimiento de la ciudad. tantes de la ciudad tienen su correlato en las
Bibliografía: R. Fernández. La ilusión proyectual. Una Inmediatas al ejido, en los “Pagos de Arri- fuentes documentales de la época, y permiten
historia de la arquitectura argentina. Mar del Pla- ba y de Abajo”, se ubicaban las tierras de labor identificar un tipo caracterizado por tiras de
ta: Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño- o chacras, donde se produjo trigo y maíz. En el habitaciones dispuestas de norte a sur, con una
UNMdP, 1996; Revista summa, n.° 231. “Las casas blan- resto del territorio se adjudicaron tierras para o dos galerías a sus lados, y ubicadas en forma
cas. El tiempo reencontrado”, 1986. estancias, dedicadas a la cría de ganado vacuno exenta en medio de amplios solares; de esta
y mular. En el acto fundacional, Garay repartió manera se definen y califican los espacios li-
los solares para que los vecinos construyesen bres como patios de diversa jerarquía, corrales
CAYASTÁ (SANTA FE LA VIEJA). Primer asen- sus viviendas. Desde un comienzo, frente a la y huertas pobladas con árboles frutales.
tamiento de la ciudad de Santa Fe en el sitio Plaza, reservó terrenos para el Cabildo y la Igle- Las ruinas de Santa Fe la Vieja, expropiadas
elegido por Juan de Garay para su fundación, sia Matriz; y a los pocos años comenzaron a ins- por el Gobierno de la Provincia, fueron decla-
el 15 de noviembre de 1573, a orillas del ac- talarse otras órdenes religiosas (franciscanos, radas Lugar Histórico Nacional (Decreto N.°
tual río San Javier. De allí fue trasladada a su mercedarios y jesuitas) que edificaron sus igle- 112.765/42) y, más tarde, Monumento Histó-
actual emplazamiento, entre 1651 y 1660, sias y conventos. La Iglesia Parroquial de San rico Nacional (Decreto del 25.03.1957). L. M. C.

54 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cay cem
CEMENTERIO. m. Terreno, generalmente cerca- ron un tema más de los definidos como Ar- Para la época, la implantación no ofrecía di-
do, destinado a enterrar cadáveres. La voz pro- quitectura de Servicios (v.). ficultad alguna porque la ciudad era pequeña,
cede del latín clásico caementerium, y este a La administración de Rivadavia había es- tenía en sus alrededores grandes extensiones
su vez del griego koimentérion, de koimao, que tudiado un proyecto de tres cementerios pú- de quintas, y la cantidad de gente que moría
significa dormir el sueño de la muerte. Durante blicos para la ciudad de Buenos Aires. Basados anualmente no hacía del lapso de cinco años
la Edad Media este vocablo solo era usado por en las corrientes higienistas europeas y en el para renovación de las sepulturas un proble-
los clérigos, quienes le daban un sentido opues- Academicismo del siglo XVIII, los médicos y ma, hasta que mucho después el cólera y la fie-
to al de la Antigüedad. La interpretación ac- los ingenieros-arquitectos elaboraron los pro- bre amarilla desequilibraron la situación.
tual difiere semánticamente respecto de los gramas acordes con la tipología de la necró-
períodos precedentes. Según Philippe Aries, polis monumental.
es un concepto que surge con la modernidad, Las necesidades técnicas determinaron la
cuando se produce un importante cambio de infraestructura sanitaria referida a las napas de
actitud frente a la muerte. agua, que debían estar lejos de la red de agua
de la ciudad; la pendiente del terreno no de-
A fines del siglo XVIII, en Occidente se pre- bía llevar el agua servida proveniente de la des-
senta el problema de los enterramientos como composición de los cadáveres en tierra, ni tam-
tema de salud pública, y de allí deriva un pro- poco los desagües cloacales, hacia la fuente
grama de arquitectura, que define al cemente- primaria de agua de la ciudad, como el Río de
rio como un espacio público y abierto. Fue tra- la Plata; las calles debían tener desagües plu-
tado primeramente en Francia, Italia, Inglaterra, viales; las fosas comunes, ciertas medidas y pro-
y se extiende luego por el resto de Europa, pa- fundidades para garantizar que los gases no sa- u CEMENTERIO DE SANTA CRUZ, EN CORRIENTES.

ra ya entrado el siglo XIX imponerse en EE.UU. lieran de la tierra; la composición orgánica del
e Iberoamérica. Las tipologías evolucionan des- suelo debía ser la necesaria para que el proce- El decreto 109 dictado en 1821 establece que
de los campos santos al cementerio público, y so de putrefacción fuese rápido y se pudiesen la Iglesia ya no es la suministradora de sepul-
variarán de acuerdo con posturas filosóficas y reemplazar las sepulturas más brevemente; pa- tura y, con la eliminación de los campos san-
religiosas, como los cementerios jardín y ce- ra balancear el oxígeno del aire contaminado tos, se constituye el primer cementerio públi-
menterios parque protestantes, o la tradicional por los gases tóxicos, eran fundamentales los co llamado del Norte, laicizándose uso y función
necrópolis monumental católica; influyen tam- vientos y la orientación de la gran puerta de ac- social. El ingeniero Próspero Catelín (v.) fue
bién los comitentes, el Estado en los siglos XIX ceso que permitía la entrada libre del “aire nue- contratado para elaborar el plano general y la
y XX o, como sucede actualmente en nuestro vo” (por eso era de herrería) como también la dirección de las obras, que finalmente no fue-
país, sociedades comerciales. ubicación de los árboles. Los cementerios de- ron llevadas a cabo. El Cementerio del Norte
bían ser extra urbem. El proyecto de Rivada- se estableció en lo que fue el Convento de los
LOS CEMENTERIOS EN LA ARGENTINA. via, tres cementerios públicos, uno al norte, otro Recoletos, no sin quejas por parte de la Iglesia
En nuestro país se ha seguido esta misma al sur y el tercero al oeste de la ciudad, para los que, aludiendo a la experiencia previa del cam-
evolución. Inicialmente la Iglesia Católica fue que debían expropiarse terrenos de quintas, po santo que existía en esa quinta, persuadía
la responsable de los enterramientos. La ins- cumplía con todos estos requerimientos. a Rivadavia para permanecer con tal respon-
titución cobraba por estos servicios, y muchas
veces los habitantes poco solventes no recibí-
an sepultura. Eran excluidos del ámbito sa-
grado del campo santo tanto los criminales y
marginados como quienes no pertenecían a la
religión. Este sistema se mantuvo durante to-
do el período colonial, a pesar de que existie-
ron cédulas reales prohibiendo el entierro den-
tro de las iglesias, nunca acatadas. En la etapa
final de la administración borbónica comenzó
a pensarse en crear cementerios extramuros
en las ciudades de la América española.
Lentamente, durante el siglo XIX, el Estado
asume la responsabilidad de la salud publica.
Mediante gestiones municipales, implemen-
tó estrategias como decretos, ordenanzas y ex-
propiaciones, que produjeron una nueva defi-
nición del espacio urbano. Asimismo, los
cementerios debían ser nuevos paseos públi-
cos de la ciudad, complementados con plazas
adyacentes. Para el Estado los cementerios fue- u CEMENTERIO DE LA RECOLETA, INAUGURADO EN 1822. BUSCHIAZZO TUVO A SU CARGO LAS OBRAS DE REMODELACIÓN.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 55


sabilidad. El programa proponía laicizarlo, ex- comunidad científica lamenta de esta regla-
tenderlo y adaptarlo a las nuevas medidas hi- mentación es que no se hubiesen dispuesto los
giénicas, manteniendo un lugar para la iglesia cementerios extra urbem, en clara referencia al
y el capellán. Así, el primer cementerio pú- Cementerio de los Disidentes.
blico fue inaugurado en 1822. En 1874, el higienista Guillermo Rawson
Paralelamente, en 1821, se habilita el Ce- declara en una conferencia pública que “la
menterio de los Disidentes, clausurado en 1829. muerte es causa de la muerte”, haciendo refe-
El segundo enterratorio para las comunidades rencia a las medidas adoptadas en París y Lon-
protestantes inglesa, alemana y norteamerica- dres, con el traslado de los cementerios lejos
na se establece en el terreno de las calles Pas- de las ciudades. Criticaba como “atrasado” el
co y Victoria, inter urbis. También es clausu- proyecto de Haussmann sobre una gran ne-
rado en 1892 y el definitivo se ubica, después crópolis en París, cuestionaba el uso de árbo-
de mucha polémica, en una fracción del Ce- les elevados porque sus raíces profundas en-
menterio del Oeste, en 1919. En el pueblo de contrarían a los cadáveres, abrirían las tumbas
Flores hubo un campo santo desde 1807, que y dejarían escapar los gases, aprobaba la plan-
fue secularizado, como la Recoleta, en 1832, tación de alfalfa porque reconstituía la capaci-
y funcionó hasta 1865. El cementerio público dad orgánica de la tierra. Asimismo reiteraba
definitivo se inaugura en 1867. la preocupación respecto de la ubicación de los
En 1835 se funda un nuevo cementerio pa- cementerios del Norte y de los Disidentes por
ra la ciudad de San Juan, apartado de la pobla- ser inter urbis y aprobaba el del Oeste por su
ción, dado que el anterior, campo santo de la ubicación contraria, pero criticando la forma
iglesia Santa Ana, había sido inundado por un u CEMENTERIO DE LAPRIDA, EN BUENOS AIRES. en que se ejecutaban los enterramientos. Res-
desborde del río. En 1855, durante la gestión de pecto del tratamiento del cadáver, recomienda
Nicasio Oroño, se inicia en la ciudad de Rosa- que el contacto con el aire de solo 24 horas ace- “envolver el cadáver en un simple sudario, no
rio la construcción del cementerio San Salva- leraba el proceso de descomposición en un año, en ropas de lona u otra tela difícilmente ata-
dor, si bien la primera legislación para el en- lo cual favorecía a la renovación de las sepul- cable por la tierra; encerrarlo en un cajón de
terratorio databa de 1814. En 1909-1910 se turas. La reglamentación prohibía los cemen- pino de paredes poco espesas”.
prohíben en esta ciudad las fosas comunes. Du- terios particulares. Ya para los años ochenta, el higienista Ro-
rante los años 1852-1854 la ubicación de un nue- Otros puntos relevantes expuestos por Ta- binet presenta innovadoras concepciones que
vo cementerio para el pueblo de San Isidro pro- mini son la creación de nichos perimetrales discutían las tradicionales posturas científicas
voca una gran discusión entre la Municipalidad sobre los bordes de la necrópolis, de un má- respecto de la ubicación de los cementerios en
y los ciudadanos, que concluye en 1858 con un ximo de 3 m de altura, sellados con ladrillo bien las ciudades: “ni el agua ni el suelo se conta-
decreto que determina que los cementerios “en cocido y buena mezcla, con el afán de evitar al minan por la presencia de los cadáveres”. En
los pueblos de campaña se establezcan siem- máximo las sepulturas en tierra. Estas se acep- el diario La Nación el higienista E. Wilde, si
pre a la distancia de 1/2 legua o más fuera de taban solo para pobres, bajando los cadáveres bien admite reconocer que Robinet está en lo
sus suburbios”. También en este año la Mu- por medio de sogas, evitando a los sepulture- cierto, declara: “[…] yo no soy de los más ti-
nicipalidad de Buenos Aires autoriza la cons- ros el contacto con gases tóxicos, tirando cal moratos, pero creo que los cementerios deben
trucción del Cementerio del Sud. Los planos sobre los cuerpos envueltos en sudarios, y per- ser extra urbanos; que la misma naturaleza,
son trazados por el ingeniero Prilidiano Puey- mitiendo solo un cadáver por fosa. En los ca- que separa los muertos de los vivos para siem-
rredón (v.), y se inaugura en 1867, hasta que jones de madera se prohibían las clavaduras. pre, está indicando que los cuerpos deben ser
es clausurado en 1871 por superpoblación, a Las bóvedas o panteones de particulares de- también para siempre apartados”. Por otra par-
causa de las epidemias. Otros cementerios de bían ser autorizadas por el Consejo de Gobierno te, sugiere que a las murallas de los cemente-
pueblos y ciudades pequeñas se basan en la ex- y en su interior debían tener nichos subterrá- rios, que proyecta hacer el intendente Alvear,
periencia (Lobos, 1866; Bragado, 1868). neos. Tanto nichos como bóvedas podían ven- se les abran ventanas para garantizar la cir-
Los higienistas consideraban que las pes- derse a perpetuidad, pero los propietarios no culación continua.
tes y epidemias se debían a problemas sani- ejercían el derecho de propiedad pleno, como Este fue el marco de discusión científica
tarios de las ciudades, como las calles angos- en el modelo europeo: la entidad reguladora que dominaba el campo intelectual durante la
tas, la falta de sol y ventilación, pautas que estatal se reservaba la administración de estos intendencia de Alvear. La gestión lleva a cabo
fueron consideradas en los cementerios. En derechos. Se establecía que los cadáveres po- las obras de los cementerios definitivos de la
1868, se atribuye en la Revista médico quirúr- dían ser exhumados en un lapso de 2 a 5 años, ciudad de Buenos Aires, a través del trabajo del
gica al Dr. Luis Tamini la reglamentación sa- cuando los restos podían ir al osario general, arquitecto-ingeniero Buschiazzo (v.). Para en-
nitaria de los cementerios, considerando el mo- aunque recién transcurridos los 10 años el ce- tonces el cementerio del Norte requería im-
do de entierro para evitar el mefitismo menterio estaba habilitado a renovar la sepul- prescindibles reformas, debido a que los pro-
cadavérico, la creación de casas mortuorias (hoy tura con otro cadáver. Acerca de la vegetación, yectos de Catelín no se habían llevado a cabo
velatorios) que obligaban por ley a la exposi- los árboles debían estar plantados según la di- y a las dificultades de mantenimiento bajo las
ción del cadáver durante 24 a 30 horas, para rección de los vientos más frecuentes, eligiendo cuales había funcionado. Por el crecimiento de
evitar que se enterraran personas vivas y por- los derechos y elevados. El único punto que la la ciudad, el Cementerio del Norte había que-

56 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cem cem
dado ubicado en el centro urbano. Siendo fo- proyecto de los cementerios públicos, quedó extensa viga de hormigón incorporada a las ho-
co de discusión en el seno de la sociedad la con- prohibido cualquier otro cementerio particu- rizontales paisajísticas, eludiendo la escala do-
veniencia de los cementerios inter urbis, Bus- lar en la ciudad de Buenos Aires. méstica. Los senderos curvos permiten la visual
chiazzo persuadió al intendente Alvear, apoyado Entre los años 1936 y 1940 se construyen, desde distintos escorzos.
en las ideas de Robinet, de mantener el Ce- como alternativa de la tipología tradicional, ce- En el proyecto original no había símbolos
menterio del Norte. Así se rehabilita este ce- menterios en Saldungaray, Laprida, Azul y Bal- que indicaran religión alguna. Esta es una no-
menterio y se construyen los nuevos del Oes- carce, en la Provincia de Buenos Aires. Fran- table diferencia no solo con respecto del de As-
te y Belgrano, todos bajo su dirección. cisco Salamone (v.) elabora los proyectos y plund sino con el resto de los cementerios lai-
Buschiazzo desarrolla la tipología de la ne- también las importantes cruces que domina- cos en nuestro país. Técnicamente estaba
crópolis tradicional para los tres proyectos. En ban cada recinto. Durante 1948 se dicta una preparado para una renovación de las sepul-
el cementerio del Oeste, Alvear describe la mu- ordenanza que modifica el funcionamiento téc- turas de máximo de 2 años, con lo cual reque-
ralla “de un ladrillo y medio de espesor y 2,60 nico de los cementerios, exigiendo doble caja ría la mitad de superficie que la necrópolis tra-
m de altura, coronado por una cornisa alme- metálica dentro de los ataúdes. dicional, porque los enterramientos iban a ser
nada. Cada tres metros y medio hay un pilar cu- naturales, bajo tierra, aceptando el proceso na-
yo capitel sobrepasa la altura de la pared en for- tural de descomposición de los cuerpos, pero
ma piramidal”. Ella era interrumpida por nunca se realizaron de este modo porque las
construcciones perimetrales destinadas a los autoridades municipales anularon el crema-
pabellones de nichos, pero se mantenía la con- torio e instalaron en su edificio una capilla.
tinuidad del cerramiento. El trazado es regular, En el año 1978, la Provincia de Buenos Ai-
jerarquizando el centro y restando importancia res dicta la Ley 9.094 que habilita la ejecución
a los bordes y extremos de la trama. Las sepul- de cementerios privados. A partir de aquí sur-
turas en tierra preexistentes fueron cerradas gen una serie de establecimientos, en las afue-
por cercos de hierro artesanal, dándoles forma ras de las principales ciudades del país: los ce-
para ser sumadas a la composición regular. menterios parque. Es fácil advertir que siguen
La vegetación en la Recoleta fue resuelta por el la tipología de la necrópolis tradicional y los
jardinero municipal Courtois (v.), considerada u PABELLÓN ISRAELÍ EN EL CEMENTERIO DE MAR DEL PLATA. jardines pintoresquistas.
como un jardín paisajista, superpuesta al tra- Consideremos como ejemplo algunos de
zado. Las escalas siguen las pautas académicas La proyección del Modernismo, como len- ellos: el cementerio en Malagueño, Córdoba,
y el funcionamiento se compone a partir del eje guaje estilístico, propone otras soluciones. En 1985, proyectado por el estudio Miguens y La-
central: acceso, administración y homenajes, los años sesenta, por llamado a Concurso de la croze; Colinas de Paz, en las afueras de la ciu-
servicios, calle principal de distribución hacia Municipalidad de la ciudad de Mar del Plata se dad de Mar del Plata, López del Hoyo y Man-
las sepulturas focalizando el centro visual (al proyecta, a pedido de las bases, el primer ce- tero, 1981-1983; el Jardín de Paz, en General
alejamiento del acceso y del centro correspon- menterio parque. El proyecto premiado co- Sarmiento, Prov. de Buenos Aires, 1978, SE-
de menor jerarquía social). rresponde a la arquitecta Córdova y el arqui- PRA (v.); el Memorial, en Pilar, de Aslan y Ez-
Con pocas diferencias, los cementerios Nor- tecto Baliero (v.), que realizaron un trabajo curra (v.), 1979-1981; cementerio Gloriam, 1987-
te y Oeste fueron resueltos bajo la misma con- paisajístico con precedentes parciales en el Ce- 1991, en Burzaco, de Marolda, Rodino y Iulita;
cepción tipológica y estilística. Tanto la gestión menterio del Bosque de Asplund. El proyecto Los Cipreses, en San Isidro, de Soler, Pasina-
de Rivadavia como la de Torcuato de Alvear re- se caracteriza por los horizontes paisajísticos to, Viarenghi, que responde al régimen de pro-
cabaron meticulosamente datos en la legisla- que definen el espacio abierto. Los edificios es- piedad horizontal; también el semirrural en
ción internacional para el uso y disponibilidad cultóricos, plásticamente libres, se conciben co- Pilar, de Tarsitano, 1989.
de los terrenos en los cementerios destina- mo paisaje, siendo parte del terreno por medio La mayoría responde a los parcelamientos,
dos para nichos y bóvedas, siguiendo el mo- de taludes de verde, aprovechando las pen- con trazados regulares de calles y manzanas, o
delo europeo. Siempre se mantendrían de pro- dientes naturales. Los servicios se agruparon concéntricos y radiales respecto de un eje y cen-
piedad pública. Habiéndose concretado el en un solo edificio que forma visualmente una tro. Todos delimitan el recinto, ya sea por me-

u PERSPECTIVA GENERAL DEL PROYECTO PARA EL CEMENTERIO DE MAR DEL PLATA, OBRA GANADA POR HORACIO BALIERO Y CARMEN CÓRDOVA.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 57


CEMENTO PÓRTLAND (Cemento de Portland).
Denominación genérica de los cementos arti-
ficiales que por sus cualidades de plasticidad,
dureza y resistencia jugaron un papel funda-
mental en el desarrollo de la construcción mo-
derna. Si bien distintas mezclas fueron des-
arrolladas en Inglaterra en el siglo XVIII, el
descubrimiento del cemento Pórtland se de-
be a Joseph Aspdin, albañil inglés que hacia
principios del siglo XIX logró calcinar yeso y ar-
cilla a temperaturas suficientes para aglutinar
las partículas sin fundirlas. La consistencia y
solidez del producto obtenido llevó a Aspdin a
denominarlo cemento Pórtland, en referencia
a una famosa piedra inglesa de la zona de Por-
tland, de importancia en la construcción, a
la que podía sustituir. Para la Real Academia,
el nombre de cemento Pórtland o Pórtland se
debe a su color, semejante al de la piedra
u LA PLANTA DE UN CEMENTERIO PRIVADO EN PILAR, PROVINCIA DE BUENOS AIRES. de las canteras inglesas de Portland.

dio de la forestación o por la construcción pe- mitente y la obra se modifica. Mientras el Es- Historia. La primitiva industria del cemen-
rimetral de nichos o estacionamientos. La or- tado, por intermedio de sus instituciones, lla- to en nuestro país está lógicamente asociada a
ganización funcional se verifica a partir de un ma a concursos abiertos, y selecciona lo mejor la de las cales en general. Ya desde el año 1850
eje sobre el cual se van ubicando los pequeños de lo propuesto, el comitente privado contrata Pellegrini llama la atención sobre la importan-
edificios, de escala doméstica, en forma simé- por su cuenta, del mismo modo en que opera cia de ciertas cales muy hidráulicas locales pa-
trica o dispersos y cercanos al acceso. Es im- con cualquier otro tema. Los resultados en el ra la conformación de hormigones resistentes.
portante destacar que, en su mayoría, los ente- primer caso son respuestas intelectuales pro- Diversos yacimientos eran explotados en pe-
rramientos son simulados bajo el césped, con fundas; para el segundo variará según las pau- queña escala desde el siglo XVII, y a mediados
nichos subterráneos construidos en hormigón tas del mercado comercial, y ya no es la mejor del XIX aparece con frecuencia la mención de
armado, de variados niveles de profundidad, y forma de resolver arquitectónica y simbólica- la “tierra romana” o “tierra hidráulica” junto
que no pueden ser renovados naturalmente. mente el tema de la muerte y los muertos, si- con la producción de cal en pequeños hornos.
El cementerio Gloriam, con características no la forma de satisfacer a un cliente deter- El esfuerzo en las últimas décadas del siglo
del cementerio jardín, no responde a ningún minado, resolviendo un problema rentable. En XIX estaba puesto en la obtención de cemen-
trazado regular e incorpora elementos como lo que concierne al futuro de estos cemente- tos naturales que pudieran competir frente a
glorieta, lago, plaza seca, similar al Auburn Ce- rios privados, que no están regulados por me- la demanda cada vez mayor del pórtland, que
metery de 1831. El Jardín de Paz es el único que canismos públicos, sino por los propietarios, debía importarse. En la década de 1860 ya apa-
tiene un crematorio, no explotado como tema existe el riesgo de que el mantenimiento res- recen intentos de cierta envergadura. Sabemos
formal. También es notable la analogía pro- ponda a valores económicos inmobiliarios que que Santa Fe presentó entre sus productos, en
yectual del acceso en el Memorial de Pilar, res- puedan modificarse a lo largo de los años, y la Exposición Nacional de la Industria en 1897,
pecto de las necrópolis de Buschiazzo, utili- podría un tema como este ser descuidado con una variedad de cemento “tipo Portland”. Al
zando pórtico y planta simétrica para la los perjuicios de deterioro urbano o suburba- año siguiente, Nicolás Fuhr instala la primera
organización de la capilla y la administración. no para la sociedad en su conjunto. V. A. fábrica en Rosario, y emplea como materia pri-
En un principio, cuando el Estado comitente ma calcáreo de las barrancas del Paraná. Esta-
resolvía los enterramientos para la ciudadanía, Bibliografía: Ph. Aries. La muerte en Occidente. Bar- nislao Zeballos y Adolfo Doering describen dis-
se producía un debate profundo por la defini- celona: Argos Vergara, 1983. Colección revista sum- tintas canteras en el territorio argentino, como
ción de las pautas de regulación que configu- ma 1963 –1990. las de Hinojo y Olavarría. Varias fábricas de
raban el programa. Esto garantizaba los mejo- “cimiento higrófugo” (sic) aparecen mencio-
res resultados que reflejaban el pensamiento nadas a principios de 1880 en la Capital; des-
de cada época. Tales son los casos de Buschiazzo CEMENTO. m. Cal muy hidráulica. Mezcla ho- de 1876 un pequeño establecimiento funcio-
en 1880 y de Baliero y Córdova en 1961. mogénea de carbonato cálcico, silicato de alu- naba en la zona de Barracas. De esta década
A partir de una ley dictada durante la últi- minio y una pequeña cantidad de hierro y mag- deben mencionarse los dos intentos más se-
ma dictadura, el Estado o sus municipalidades nesio. Esta mezcla, pulverizada, se cuece a rios por producir cemento local: el de la Pri-
no convocan a resolver un problema social, si- altas temperaturas, para luego ser pulveri- mera Argentina, de Bialet Massé, fundada en
no que se autorizan cementerios privados que zada nuevamente. Con agua, se obtiene una 1886 cerca de Cosquín, y los ensayos del in-
solo resuelven el tema para pequeños sectores pasta que fragua con rapidez y se endurece geniero italiano Nicolás Derossi, en Tandil. La
adinerados. En estos la relación entre el co- formando un material compacto. fábrica de Bialet Massé se relacionaba estre-

58 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cem cem
chamente con el sistema de riego y canaliza- La producción se mantiene estable durante los
ciones de la Nueva Córdoba, cuya culminación años que van del 1943 al 1953, fecha a partir de
fue la primera gran obra hidráulica de la Na- la cual comienza a aumentar sistemáticamen-
ción: el dique de San Roque y el de Mal Paso. te, hasta alcanzar los picos de capacidad ins-
Derossi identifica uno de los problemas talada a principios de 1970; en poco más de
principales en la fabricación del cemento: el diez años se duplica tanto la producción como
del horno. Diversas patentes para el mejora- el consumo de cemento. Las cifras se man-
miento de los hornos continuos se suceden en tienen inalterables hasta los años ochenta. La
esta década. Derossi logra resolver los proble- obra privada adquiere un papel cada vez más
mas técnicos, y un informe de la Sociedad Cien- relevante desde fines de los cuarenta en cuan-
tífica de 1886 asegura la calidad de su “cemento to al consumo de cemento pórtland. G. S.
argentino” en relación con los dos mejores ce- u SILO QUE SE USÓ EN OBRAS DE SANEAMIENTO DE BS. AS.

mentos tipo pórtland que por entonces se im- Bibliografía: R. Piccirilli. Diccionario histórico ar-
portaban en el país: el de Drysdale y el de Me- corporaciones cementeras del país. En 1919, gentino. Bs. As.: Ediciones Históricas Argentinas,
lara y Martín. La competencia extranjera y la inversores norteamericanos posibilitaron la 1938; M. Garlot. “La industria del cemento”. En: La
composición variable de los cementos natura- instalación de la primera fábrica de enverga- Ingeniería. Bs. As., 1941; J. A. Valle. “El problema del
les impidieron el éxito económico de estos dos dura en el país, en Sierras Bayas (Olavarría). cemento pórtland en Argentina”. En: Boletín del
emprendimientos. Con ella se inicia realmente la producción de Cemento Pórtland. Bs. As., 1958; C. Duvoy. “La evo-
El consumo de cemento pórtland aumen- cemento nacional. Hacia fines del veinte se lución de la industria argentina del cemento pór-
taba cada año en relación con la urbanización. crea la Compañía Loma Negra en la propiedad tland”. En: Boletín del cemento portland. Bs. As.,
Para 1895, ya había 159 fábricas de “cal y tie- de Fortabat, San Jacinto (Olavarría); en Cór- 1976; P. A. Luchini. Historia de la ingeniería ar-
rra romana”; la mayoría de las cuales estaba en doba, Juan Minetti funda en Dumesnil su Com- gentina. Bs. As.: CAI, 1981; G. Silvestri. “Transfor-
manos de extranjeros, concentradas en la Ca- pañía Sudamericana de Cemento Pórtland, que maciones de la tecnología edilicia en la Argenti-
pital y Córdoba. Pero habrá que esperar hasta proveerá a las zonas a las que no llegue fácil- na”. 1930-1947. Bs. As.: IAA, 1988. En: mímeo.
1907 para la instalación de la primera fábrica mente el cemento de Olavarría; y la Calera Ave-
de cemento pórtland del país con cierta per- llaneda extiende su producción en este rubro
manencia en el tiempo: la Fábrica Nacional de en 1935. Las cifras son elocuentes de la trans- CENSI, FELIPE. S/d. Italiano. Arquitecto. Activo
Cemento Pórtland que los ingenieros Gavier formación de la industria por estos años. El en Rosario entre fines del siglo XIX y comien-
y Senestri ubicaron en Rodríguez del Busto, censo de 1913 indica la existencia de 29 pe- zos del XX.
Córdoba. Era, para la época, “la planta mejor queños establecimientos, de los cuales el úni-
instalada del mundo”. Ambos profesores ha- co de importancia es el de Córdoba, que con- Graduado en la Universidad de Turín en
bían consultado con los expertos franceses Can- sume casi toda la energía indicada en el censo 1885, llegó a la Argentina al año siguiente. Se
dot y Lechatellier y contratado la maquinaria para estas industrias. Se producen 2.900 to- estableció en Rosario en 1889. En esta ciudad
con Gabriel Auker, de París. Sus hornos rota- neladas anuales y se importan 453.200; no hay realizó una vasta obra entre la que cabe seña-
tivos se contaban entre los más grandes de la exportación. En 1930, la producción nacional lar la Bolsa de Comercio, en San Lorenzo 1067
época. La falta de reinversión y la dificultad de supera por primera vez a la importación (1907), el Colegio del Sagrado Corazón, el Obis-
encontrar operarios especializados llevaron a (412.171 y 343.100 toeladas, respectivamen- pado de Rosario, el Hospital Español, el Banco
su fracaso luego de unos años. En 1917, con te). En 1937, cuando el consumo del material Español y los edificios de San Lorenzo 1232,
“calderas viejas, ejes remolcadores, elásticos y sobrepasa el millón de toneladas, solo se im- Santa Fe y Entre Ríos, Santa Fe 1076, etc.
piezas de automóviles Ford”, Garlot y Venzini portan 99.078. La importación cesa en 1943.
montaron una pequeña fábrica en el km 7 (Cór- Al tiempo que la producción se ha concentra- Bibliografía: F. Ortiz, R. Gutiérrez, A. de Paula,
doba), que sirvió de base para la fundación, en do en pocas manos, el cemento pórtland, es- G. Viñuales y otros, La arquitectura del liberalis-
1931, de Corcemar, una de las cinco grandes pecialmente utilizado en la preparación de hor- mo en la Argentina. Bs. As.: Sudamericana, 1968.
migones para la red vial y de H.° A.° para los
requerimientos estructurales, se ha difundido
hasta reemplazar definitivamente otros mate- CENTRO CÍVICO. m. Conjunto de edificios ins-
riales de construcción. La consecuencia fun- titucionales y administrativos, concebido se-
damental para la edificación consistió en el re- gún un proyecto arquitectónico unitario, con
emplazo de las estructuras de hierro (v.) por las el objeto de formar un marco edilicio signifi-
de H.° A.° Desde 1938 la Argentina se encon- cativo, destinado a jerarquizar tanto las acti-
tró entre los primeros cinco países del mundo vidades albergadas como el centro urbano en
en la producción de cemento pórtland. Recién que se sitúa.
hacia 1953 su producción es superada por Bra-
sil y México en Latinoamérica. Las formulaciones más conocidas comien-
El precio del cemento bajó notablemente zan con los intentos del Estado durante el si-
desde 1934, cuando paralelamente se imponen glo XIX para compatibilizar la representación
u UNA DE LAS FÁBRICAS ARGENTINAS DE CEMENTO. altos derechos aduaneros para su importación. del poder con necesidades administrativas.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 59


vertirse en casos de ciudades ex novo, como el
pueblo de Almirante Brown (1872), La Plata
(1882) o en las intervenciones realizadas en la
ciudad de Buenos Aires. El primer caso, pro-
yectado por Nicolás Canale (v.), comprende una
plaza central rodeada por tres edificios neo-
clásicos, la Escuela, la Iglesia y la Municipali-
dad. El marco urbano está concebido de mo-
do de crear un ámbito espacial proporcionado
y focalizado, diferente por lo tanto de una po-
sición del edificio en la trama. Las calles dia-
gonales, además de aportar dinamismo a la
compleja estructura urbana, convergen en los
edificios, diferenciando el sistema circulato-
rio “funcional” del “simbólico”. No obstante la
heterogeneidad de las piezas, la despreocupa-
ción por la arquitectura urbana, no reglamen-
tada ni sugerida en los grabados principales,
muestra un laissez faire paradigmático de esta
primera etapa de intervenciones que se clau-
suraron con el Proyecto Orgánico. La Plata (v.)
tuvo ya en su proyecto originario un centro cí-
vico multipolar que distribuye sobre el llama-
do “eje monumental” y, frente a otras dos ave-
u LA COMISIÓN DE ESTÉTICA EDILICIA DE BUENOS AIRES PROYECTÓ UNA APERTURA DE LA PLAZA HACIA EL RÍO DE LA PLATA. nidas perpendiculares al mismo, los principales
edificios de la administración. Sin embargo, la
La complejidad programática requería mo- cios y en el poder expansivo de una naciente dispersión, la ausencia de un proyecto públi-
delos articulados de edificios del tipo de los que potencia mundial, reconociendo como ante- co de tejido conectivo que ligue los edificios mo-
integraban el conjunto que Here de Corny pro- cedente el proyecto de L’Enfant para Was- numentales, anularon el efecto monumental
yectó en Nancy durante la administración bor- hington. El propósito central era ofrecer un or- esperado. En Buenos Aires (v.), la concentración
bónica, con una mesura clásica comparable a den artístico frente a las anodinas extensiones de actividades gubernamentales reunidas has-
la de los foros imperiales. Como señalaron He- celulares que la parrilla estimulaba, o dicho en ta entonces alrededor de la Plaza de Mayo co-
gemann (v.) y Peets en 1922: “el moderno ar- palabras de Hegemann (v.) y Peets: “contra el mienza a debilitarse a comienzos del siglo XX.
te cívico tiene mucho que aprender de fina- caos y la anarquía hay que poner el énfasis A la par que esta se consolidaba como centro
les del siglo XVII y XVIII, períodos que a su en el ideal de un arte cívico y de una ciudad ci- económico, fueron desplazándose gradualmente
vez estuvieron muy influidos por la Antigüe- vilizada”. Por otra parte, el rasgo más signifi- las sedes del Poder Legislativo y del Judicial. El
dad clásica”. De este modo, la administración cativo de la versión norteamericana fue la fuer- crecimiento burocrático requirió además sedes
liberal en Austria construye a partir de su as- te impronta técnica y modernista de sus autónomas para ministerios y dependencias,
censo en 1860 el Ring, integrado por los edi- propuestas, que compatibilizaban necesidades desgajándose de su anterior convivencia con la
ficios cívicos representativos que articulan en representativas con requerimientos de orde- Casa Rosada. Para estos nuevos enclaves (mu-
una nueva centralidad el casco medieval con namiento de la circulación motorizada y los nicipales y nacionales) se dispuso una doble es-
los distritos de desarrollo posterior. En esta lí- servicios públicos de transporte. En esta fusión trategia: por un lado contar en lo posible con
nea, varias de las monarquías continentales entre eficiencia y representatividad, el rasca- sedes propias construidas para tal fin, y por el
durante el siglo XIX realizaron conjuntos mo- cielos pasó a integrar cómodamente proyectos otro la compra o el alquiler de inmuebles pri-
numentales de carácter cívico burgués (Ate- de centros de gobierno. vados. En un primer momento estas sedes, con-
nas, Munich, San Petersburgo, etc.). Funcio- cebidas como “palacios”, fueron distribuidos
nal a la expresión de la máxima concentración LAS PRIMERAS FORMULACIONES DEL dispersamente en el casco urbano y, a excep-
de poder imperial, el centro cívico leído en es- TEMA EN LA ARGENTINA. ción del Congreso Nacional y del Correo —pro-
ta clave se resemantizó al vertebrar propues- La llegada del tema a la Argentina se pro- yectos finalmente realizados—, no formaban
tas urbanas que van de la Nueva Delhi de Lut- duce en 1925 con el Proyecto Orgánico para la parte de conjunto alguno. Esta dispersión obe-
yens al Berlín de Speer. urbanización del Municipio de Buenos Aires, dece, como ha señalado Liernur, a la necesidad
En los Estados Unidos, el interés por la cre- realizado por la Comisión de Estética Edilicia. de constituir “avanzadas capaces de generar en
ación de centros cívicos se manifiesta a co- Ingresa por la vía americana, antes que por la torno de sí nuevos barrios, funcionando así co-
mienzos del siglo XX, como parte de la llama- previsible influencia francesa. De este modo, mo un mecanismo de expansión de la ciudad
da City Beautiful, en numerosas propuestas se redefinen los modus operandi que llevaron y valorización de las tierras”.
para las principales ciudades de la Unión, que anteriormente a la realización de los edificios Existió por cierto un debate entre quie-
señalaban la confianza en los grandes nego- cívicos y áreas de gobierno, tal como puede ad- nes sostenían o no las bondades de concen-

60 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cen cen
trar edificios cívicos, pero hasta 1925, la idea el trabajo de J. .B. Hardoy de ese mismo año,
dominante era descentralizarlos, “distribu- donde propone la ubicación de tres grandes
yéndolos armónicamente por la ciudad, dán- edificios en los jardines adyacentes a Plaza Co-
doles carácter y estilo apropiado a cada uno, lón, completando con el Correo “una impo-
con lo que ganará la estética edilicia”, como nente y grandiosa composición, a la par que
comentaba El Nacional frente a las propues- una incomparable facade de ville, digna de la
ta de Schiaffino de nuclear en torno del Con- que en viejas ciudades de Europa nos legara el
greso, la Biblioteca Nacional, el Museo de His- pasado”. Como contrapartida, deja a la Plaza
toria Natural y el de Bellas Artes. Asimismo, de Mayo liberada a las fuerzas especulativas,
se señalaba que los edificios sobre la Avenida sin asignarle significado cívico alguno. En un
de Mayo —constituyendo algo que embrio- terreno neutro ubica dos “rascacielos”, verda-
nariamente se podría identificar con un cen- dero tour de force lingüístico y programático,
tro cívico— “tendrían el doble inconveniente u IMAGEN HISTÓRICA DE LA PLAZA DE MAYO. que a modo de puerta y con una recova que re-
de entristecer la Avenida con su mole silen- emplaza la demolida casa de gobierno, ocultan
ciosa y sin vida, e impedir el conjunto armó- ración implicaba la tabula rasa del total de los el desordenado crecimiento metropolitano que
nico de las mejoras proyectadas”. edificios perimetrales existentes. la propuesta renuncia a controlar.
El Proyecto Orgánico, desarrollado duran- El tema del centro cívico continuó deba-
te la intendencia de Carlos Noel por un equi- tiéndose en los años inmediatamente próxi- CENTROS CÍVICOS ENTRE 1932 Y 1943.
po integrado por René Karman (v.), Carlos Mo- mos y se centró sobre la conveniencia de ubi- EL ZONING FUNCIONAL.
rra (v.), Sebastián Ghigliazza (v.) y Martín Noel car la sede del gobierno en Plaza de Mayo. Así, Entre estas fechas se despliegan con inusual
(v.), muestra un giro decisivo en la concepción mientras Della Paolera (v.) afirmaba en 1926 intensidad un elevado número de propuestas
del tema, al considerar prioritario “el agrupa- que la Plaza de Mayo “ha sido y es el corazón surgidas desde sectores independientes, enti-
miento de los edificios administrativos para de la ciudad y deberá continuar siéndolo por dades interesadas en el desarrollo urbanísti-
formar centros monumentales”, que serían va- los siglos de los siglos”, los Amigos de la Ciu- co de la ciudad, legisladores municipales y na-
rios y de diferente carácter, dado que “se ha dad, a través de su presidente Jerónimo Rocca, cionales y el Estado Nacional, y el equipo técnico
provocado la reunión por grupos de determi- señalaban en 1927 la necesidad de estudiar “si de urbanismo de la Municipalidad porteña.
nados edificios públicos en cada uno de estos conviene continuar la construcción de edificios Si bien como testimonio físico quedó una
grandes centros, clasificándolos según su tra- públicos en la Plaza de Mayo y sus alrededo- desarticulada intervención sobre Plaza de Ma-
dición o destino particular, y buscando luego res, o si deberían distribuirse en la zona den- yo y los jardines de Paseo Colón, seguir el des-
las perspectivas encargadas de comunicarles samente edificada, o si, en cambio, podría con- arrollo de los debates y propuestas alternativas
la nobleza, relieve e interés que deben asumir venir construirlos en terrenos ganados al río o muestra el interés del tema en diversos regis-
dentro del plan general. [...] Entendemos tam- en otro punto de la ciudad”, donde una adqui- tros, donde se manifiestan las principales co-
bién haber reservado en cada uno de ellos: un sición de tierra de gran extensión ofreciera me- ordenadas del pensamiento sobre la ciudad.
centro cívico destinado a reunir los anexos de jores perspectivas económicas y posibilidades La posibilidad de alejar el centro de gobier-
los servicios nacionales y municipales necesa- de crecimiento. Que el tema estaba instalado no de Plaza de Mayo, sugerida por Amigos de
rios a cada sección [...] otros núcleos más pe- como preocupación, lo muestran entre otros la Ciudad, alimenta el ambicioso y pragmático
queños que podrán ser el centro de otros ser-
vicios públicos, como ser escuelas normales,
colegios nacionales, dispensarios, comisarías
etc., pues cada una de estas actividades exigen
determinadas condiciones y deberán a su vez
ser clasificadas o distribuidas lógicamente en
los diversos sectores de la Capital”. Estas am-
biciones, por cierto desmedidas, encontraban
francos opositores.
En el Proyecto Orgánico se advierte la vo-
luntad de concentrar actividades guberna-
mentales en torno de Plaza de Mayo, dado que
se opone al desplazamiento motivado por la
expansión de la City; fundamenta esta estrate-
gia en la conveniencia de que las actividades
de gobierno se ubiquen próximas al puerto.
Frente al manejo aislado de edificios monu-
mentales, se propone una estructura más ho-
mogénea, en la cual aquellos integren una suer-
te de continuum arquitectónico con el tejido, al
modo del Plan de Chicago de 1905. Esta ope- u LA PLAZA DE MAYO HOY, CON LA CASA DE GOBIERNO AL FONDO, Y RODEADA POR EDIFICIOS MODERNOS E HISTÓRICOS.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 61


u PLANTA DEL CENTRO CÍVICO DE BARILOCHE. u PIEDRA, MADERA Y PIZARRA CARACTERIZAN LA ARQUITECTURA DE ESTE HITO DE LA CIUDAD DE BARILOCHE.

plan de obras públicas que pone en marcha el nicipal a través de la articulación de dos plazas tro de gobierno el que se desplace.
Poder Ejecutivo Nacional en 1932, cuando el “donde pueda reunirse una inmensa multitud”, El traslado, coincidente con el proyecto que
presidente Justo encarga al Ministerio de Obras dominadas por ambas sedes y una explanada impulsaba entonces el Poder Ejecutivo, buscó
Públicas la confección de un “Plan de localiza- enmarcada por los edificios ministeriales. en este caso el centro geométrico de la ciudad,
ción de edificios”. La Dirección General de Ar- Si la iconografía se refiere a contemporá- fundamentado en motivos de accesibilidad,
quitectura a cargo de José Hortal (v.) elige el eje neas experiencias norteamericanas —la línea costo del terreno y superficies disponibles. Son
de la futura avenida Norte - Sur para empla- que va del proyecto de Saarinen al Rockefeller significativos los argumentos antihistóricos
zar el centro de gobierno. Esta, por Ley N.° 8.855 Center de Nueva York, de Raymond Hood—, que esgrime para fundamentar el proyecto: “pa-
estaba prevista de un ancho de 33 m, debién- la relación ideológica se planteó con el pasado ra la realización del zoning hemos visto que
dose expropiar las manzanas afectadas de mo- europeo, dado que “este conjunto de grandes únicamente razones de orden funcional son
do similar a lo que había acontecido con la Ave- edificios de arquitectura severa y uniforme, se- las que deben tenerse en cuenta, haciendo ex-
nida de Mayo. En la zona sur ya habían sido rá la primera aplicación en esta ciudad de uno clusión de las de cualquier otro orden, sean
enajenados varios terrenos y el bajo costo de los de los principios del urbanismo estético que ellas estéticas, históricas o simplemente sen-
mismos hacía viable la operación. De este pro- han regido las grandes composiciones que ha- timentales... ni aun razones de orden históri-
yecto solo se construyó el edificio del MOP (v.), cen la monumentalidad de algunos centros co o tradicional pueden invocarse para soste-
proyectado por Alberto Belgrano Blanco (v.), de Europa”. Como contrapartida, la City finan- ner la tesis del mantenimiento de los edificios
quien junto a Hortal había elaborado el plan ge- ciera debía ser remodelada mediante una cor- públicos en su ubicación actual”. Desplazar el
neral. En un sitio libre de preexistencias, los au- busierana cité des affaires. centro cívico de la City permitiría al gobierno
tores recurren a una imagen de rascacielos de En 1933, el arquitecto Julio V. Otaola pre- hacer “con un costo razonable...lo que en el
un lenguaje muy contenido hacia el frente y senta en Amigos de la Ciudad un proyecto muy centro estaría fuera de las posibilidades de la
más libre hacia el patio trasero. fundamentado sobre el traslado del Centro Cí- comunidad”. El traslado a los parques Rivada-
Al plan del Poder Ejecutivo se le suma el vico nacional y municipal. Su rasgo novedo- via y Centenario permitiría contar con los es-
mismo año la propuesta de Fermín Bereterbi- so es la consideración del centro cívico desde pacios libres y la posibilidad de disponer de
de (v.). En un libro escrito junto con Ernesto una comprensión global de la zonificación de áreas de crecimiento.
Vautier (v.), señalaba la imposibilidad de tras- la ciudad. Agrupamiento y distribución racio- Desde otro marco de ideas, pero que con-
ladar el centro comercial y financiero, “por ser nal de funciones son piezas claves de la pro- vergen en la necesidad de trasladar el centro de
una de las porciones más valiosas de un país puesta de Otaola, que intenta trasladar a la ur- gobierno de la Plaza de Mayo, Federico Laas y
y debido a los formidables intereses creados en banística los criterios “científicos y razonados” Alberto Belgrano Blanco presentan un trabajo
nuestras actuales condiciones sociales”. La pro- que rigen la organización industrial, sin des- al Primer Congreso Argentino de Urbanismo,
puesta reúne varios elementos, en particular el cartar la influencia explícita de modelos for- celebrado en Buenos Aires en 1935. Si bien sus
problema circulatorio y el del estacionamiento. males: Washington, Nueva Delhi, los edificios autores consideran el tema de modo que tenga
La coordinación del tránsito por debajo de los de Perret y Le Corbusier. La zonificación na- un alcance general a las ciudades capitales del
edificios y el estacionamiento subterráneo son tural de las actividades es valorada negativa- país, realizan una propuesta para Buenos Ai-
ideas que el autor indudablemente toma del mente y sus defectos de necesaria corrección, res, partiendo de un diagnóstico que recorre to-
proyecto de Saarinen, del Lake Front de Chi- tal como la presencia del gobierno dentro de das las deficiencias funcionales, de emplaza-
cago. El centro reúne gobierno nacional y mu- la City financiera. En este caso debe ser el cen- miento, económicas, estéticas e higiénicas que

62 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cen cen
presentaban los edificios administrativos. Fren- manera, la marcha del peatón desde los edifi- ción del Plan de Urbanización de la MCBA.
te a la idea que manejaban tanto Bereterbide cios cercanos a la Av. Cabildo hasta la Av. Vér- En agosto de 1934, Amigos de la Ciudad
para la Avenida Norte-Sur como Otaola, de ar- tiz, se haría entre palacios y jardines, cruzan- convocó a Enrique Larreta a que pronunciara
ticular un centro con las dos funciones, Laas y do terrazas y descendiendo escalinatas, sin una conferencia sobre el futuro de la Plaza
Belgrano Blanco desarrollan la creación de tres ninguna obligada detención ni interrupción de Mayo. La repercusión que tuvo dio origen
centros, idea que, como se verá, estaba plante- del efecto visual”. Superar la tradición local “ca- a la formación de una comisión presidida por
ándose en otras sedes. Sugieren emplaza- rente de atractivo monumental” con un pro- el propio Larreta e integrada por Marcelino del
mientos que en general estaban siendo apun- grama clasicista a gran escala, parece ser el Mazo, Juan Manuel Acevedo, Jorge Kalnay (v.),
tados: los Jardines Botánico, Zoológico y la contenido moderno de esta propuesta, donde Ángel Pascual, Rómulo Ruiz Moreno y Beni-
Sociedad Rural, la zona del Hipódromo de Pa- “la antesala debe ser sobria, correcta; la rique- to Carrasco (v.), socios de la entidad. Las su-
lermo y la de los Parques Rivadavia y Centena- za, el color, la variedad deben sucederla y al- gerencias de Larreta referidas a la remodela-
rio. La ubicación del centro de gobierno en la canzar la culminación máxima en la suntuo- ción de la Plaza eran precisas. Reitera las
primera de las localizaciones citadas volvió a re- sidad de los salones que miran a las terrazas y habituales críticas al Eclecticismo cosmopoli-
proponer, como se hizo con la Plaza de Mayo, en la zona sucesiva de los jardines”. ta, señalando la necesidad de crear en su rem-
la vista al río. Otra ubicación que tenía varios Muy diferentes fueron las opiniones de otro plazo un conjunto armonioso, una ciudad que
adherentes era la del Centro Municipal que des- sector de Amigos de la Ciudad y de la Direc- hubiese sido “el desarrollo grandioso de la al-
de Clemente Zamora en 1929 estaba propues- dea de antaño”. Y articula una representación
ta en la zona oeste de la Capital. Otaola, Ángel de la Plaza donde han desaparecido todos los
Ibarra García, Della Paolera (v.) y el concejal Jo- testimonios del pasado hispano, se ha rectifi-
sé M. Moreira impulsaban la propuesta, y se cado su perímetro, se ha trasladado al lado nor-
llegó a que la Municipalidad presentara un pro- te la casa de Gobierno, ha desaparecido la ac-
yecto de expropiación al Congreso. tual, y han sido borradas las instalaciones del
Los argumentos de Laas y Belgrano Blan- Puerto Madero. Clasicismo como programa
co se sistematizan en un informe publicado estético y esperanza en un gobierno autocráti-
en 1936 por una comisión designada por el Po- co para que lo concreten complementan el mo-
der Ejecutivo para estudiar la ubicación de los delo del relato literario. Paradójicamente ni
edificios públicos de la ciudad de Buenos Ai- el Cabildo ni la Catedral aparecen presentes en
res, creada por iniciativa de Amigos de la Ciu- este conspicuo predicador del hispanismo.
dad e integrada por Fermín Bereterbide, Er- En 1934 este discurso tomó forma en dos
nesto Vautier, Jerónimo Rocca y Pascual propuestas. La sugerencia de Amigos de la Ciu-
Palazzo. El equipo de trabajo destinado a los u CENTRO CÍVICO DE SANTA ROSA, LA PAMPA. dad fue enviada al Ministerio de Obras Públi-
edificios públicos dedicó su atención al agru- cas para que elaborase un anteproyecto, pu-
pamiento de actividades y su ubicación dentro blicado antes de fin de año. La Dirección
de la ciudad, favoreciendo la localización, de General de Arquitectura a cargo de Hortal re-
acuerdo con la afluencia diferenciada de pú- alizó un viraje notable respecto del proyecto
blico que presentan, en diferentes sectores de para centro de gobierno en la Avenida Norte
la ciudad de mayor o menor accesibilidad. Pre- - Sur, de reciente archivo, motivado por el cum-
viendo un futuro Plan Regulador, desarrolla- plimiento del programa explicitado por Larre-
ron un conjunto de centros universitario, cien- ta, que por su parte no iba más allá de indi-
tífico y artístico, de cultura física y de alcance car “sendos frontispicios simétricos”, “sendas
vecinal. Por expresa decisión del Poder Ejecu- portadas suntuosas”, “dos edificios iguales,
tivo, debía solo abocarse a la ubicación de los tranquilos, como que han sido hechos para du-
edificios nacionales, y se inclinába para ello rar indefinidamente”. De estas sugerencias se
por una zona adyacente al Bosque de Palermo, derivó una imagen basada en la Plaza de la
en una superficie algo superior a las 85 hectá- Concordia o bien en el centro que Daniel Bur-
reas. La relación con el parque y el río les pre- ham ideó para su plan de Chicago de 1909. La
ocupaba tanto como a Laas y Belgrano Blanco, crítica fue inmediata y se formuló desde el nú-
pero en este caso primaron consideraciones cleo tradicional de la disciplina: Alejandro Bus-
estéticas que expresaban un deseo de dotar al tillo (v.), en La Nación, esgrime consideracio-
centro de gobierno de un poussiniano ambiente nes patrimoniales y estéticas a un tiempo que
de luxe, calme et volupté. Las avenidas de in- sugieren frenar el grado de transformación que
tenso tráfico quedarían cubiertas por debajo se manifestaba en el proyecto Hortal.
de terrazas “con el objeto de no interrumpir Mientras el MOP elaboraba esta propues-
su necesaria continuidad, ni perturbar con su ta, la Comisión presidida por Larreta desarro-
rápido tráfico de pasaje la unidad y serenidad lló un programa para la Plaza de Mayo.
de la composición, así como la seguridad y tran- u PLANTA DE LA OBRA PROYECTADA POR CLORINDO TESTA. Dentro de estas sugerencias, Jorge Kalnay
quilidad de las manifestaciones cívicas. De tal elaboró un proyecto que presentó en 1935 al

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 63


que entre 1932 y 1943 fue el organismo oficial
encargado de los estudios urbanos, presidido
por el ingeniero Carlos Maria Della Paolera.
Este señalaba en 1933 que “los proyectos de
necesaria descentralización están bien inspi-
rados; pero si un centro municipal puede lle-
varse por razones funcionales hacia el cen-
tro geográfico de la ciudad, desarraigar de la
Plaza de Mayo las actividades totales de la ad-
ministración nacional sería olvidar la gravita-
u CENTRO CÍVICO DE SAN JUAN. UN CONCURSO NACIONAL GANADO POR ANTONINI, SCHÖN, ZEMBORAIN, LLAURÓ Y URGELL. ción de factores y hechos de todo orden que
hicieron de la Plaza Mayor de Buenos Aires el
Primer Congreso Argentino de Urbanismo ce- nismo, el arquitecto Enrique Chanourdié (v.) puesto de comando de toda nuestra vida polí-
lebrado en Buenos Aires. En él sintetiza al- expresó su parecer sobre los dos trabajos ori- tica e institucional”.
gunas varias preocupaciones del momento: a) ginados en la Comisión Larreta. Chanourdié, El debate que enfrenta en sede europea evo-
la modificación de la trama, a través de un plan- quien desde comienzos de siglo había realiza- lución urbana y Funcionalismo ahistórico se
teo de renovación tipológica dentro de las con- do una defensa tenaz de la arquitectura colo- reproduce en nuestro medio.
diciones que posibilita el tejido, reformando nial, sostuvo la necesidad de que “a la Plaza de En un intento de síntesis grandiosa de todo
consecuentemente el Reglamento de Cons- Mayo se la estilice en una composición que, cuanto se estaba debatiendo, Della Paolera plan-
trucciones vigente desde 1928. Para el perí- inspirada en la antigua arquitectura local, con- tea el centro de gobierno en un alcance de 200
metro de la plaza, Kalnay adopta una de las tres tribuya a restablecer el ambiente colonial evo- hectáreas desde la Plaza del Congreso a la de
tipologías de manzana desarrolladas: el siste- cador de una época de nuestra historia”. Mayo en una dirección, formando una cruz con
ma de patios, reforzando la tradición morfo- La crítica de Ángel Guido (v.) al proyecto de el eje de la Av. 9 de Julio en la otra, desde Co-
lógica sin maquillajes estilísticos; b) el uso del Kalnay muestra, en cambio, una convergen- rrientes hasta Belgrano. Frente a la interven-
subsuelo para el transporte automotor y esta- cia de ideas, marcando respecto de la revalori- ción pragmática que desarrollaba el Poder Eje-
cionamiento que había sido adelantado en la zación de lo hispano una sensible distancia con cutivo, Della Paolera hace valer la teoría de la
propuesta de Bereterbide; c) la tendencia a for- la generación anterior. En esa buscada síntesis evolución urbana. Los jardines de Paseo Colón
mar un continuo entre arquitectura pública y de modernidad y tradición, los méritos del pro- no eran para Della Paolera una zona adecua-
privada aparecía entonces en la propuesta de yecto son para Guido “un ejemplo acabado de da para ubicar los edificios públicos porque “el
Reglamentación edilicia de la Avenida 9 de Ju- (la) posibilidad de emplazar, de acuerdo con los desarrollo natural de la ciudad tiende a alejar-
lio, realizada por Della Paolera (se trataba en principios urbano lógicos, el gran Centro Cívi- los de donde la ciudad huye”. El enclave en cruz
rigor de la que se sancionó en 1912 para las co Nacional en el mismo lugar consagrado por sugerido por su autor se fundamenta en razo-
Diagonales y la Avenida Norte Sur). la tradición”. Lo considera (junto con el jurado nes exclusivamente estéticas: “ubicarlos en pun-
En el proyecto de Kalnay aparece plantea- del cual es miembro) como una buena realiza- tos estratégicos de ese gran ambiente (para) pro-
da, por último, la recuperación selectiva de tes- ción, dado que “conserva, jerarquizando, nues- porcionar nobleza y grandiosidad a 200
timonios del pasado. El Cabildo había sido de- tros monumentos históricos, resolviendo, por hectáreas del corazón de la urbe”.
clarado en 1933 Monumento Histórico Nacional otra parte, los problemas cívicos, administrati- La tradición edilicia porteña no constituye
y por tanto debía ser conservado. Las discu- vos y de tránsito, consiguiendo además, am- para él, a diferencia de su actitud reverencial
siones giraron desde entonces en torno de có- plitud, monumentalidad y horizonte”. por el enclave de Plaza de Mayo, motivo algu-
mo se lo debía restaurar y con qué marco edi- Tanto funcionalistas adherentes a un zoning no de interés. Buenos Aires permite así una
licio se lo debía rodear. Pasado hispánico y racional como historicistas exponen sus tra- gran transformación.
modernismo conviven en un renovado espa- bajos en el Primer Congreso Argentino de Ur- A partir del abandono en 1936 del proyec-
cio donde ha desaparecido todo testimonio in- banismo, donde las apaciguadoras conclusio- to de centro de gobierno sobre la Avenida Nor-
termedio, dado que solo aquellos monumen- nes recomiendan la creación de “varios centros te - Sur, el Poder Ejecutivo desarrolló una prag-
tos pertenecientes al primero —entendidos diferenciados de acuerdo con la importancia y mática estrategia para obtener los edificios
como obras aisladas— merecían preservarse funciones que han de desempeñar”, ubicados de gobierno que necesitaba. Dando la espal-
insertos por Kalnay en la trama renovada a tra- según los dictados de un plan regulador. da a los resultados del estudio que encomien-
vés de la creación en algún caso de una plaza Estas posiciones se repetirían más adelan- da el mismo Ejecutivo a la Comisión de ubi-
de pequeña escala. Esta vocación neosittesca te con la reconstrucción de San Juan (v.) tras el cación de edificios, adquiere los edificios para
aleja a esta operación de la que promovió en terremoto de 1944, al debatirse como alter- el Ministerio de Agricultura y el de Relaciones
1933 el IV CIAM con la Carta de Atenas; sin nativas el traslado de la ciudad a un sitio con Exteriores; propone una intensa ocupación edi-
embargo la propuesta guarda, en lo relativo a mejores condiciones, la reconstrucción en el licia del sector libre de Puerto Nuevo y, final-
la conservación de monumentos, cierta simi- mismo lugar renovando el tejido o la recons- mente, dentro de las actitudes convergentes en
litud con sus principios. trucción sin renovación alguna. consolidar la Plaza de Mayo como centro de
Frente a este trabajo, la “vieja guardia” no Dentro de estas discusiones se deben si- gobierno, realiza parcialmente una interven-
dejó de oponer resistencias. En ocasión del cie- tuar las propuestas realizadas por la Dirección ción que termina de darle al sector la fisono-
rre del Primer Congreso Argentino de Urba- del Plan de Urbanización, oficina municipal mía actual. El proyecto de Plaza de Mayo y jar-

64 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cen cen
dines de Plaza Colón (Carlos Pibernat para la homogeneidad estética al que nadie estaba dis- mental de La Plata, sin las cualidades espacia-
Dirección General de Arquitectura del MOP) puesto a renunciar. les que se esperaban de un centro cívico, fue en
comprendía la ubicación de los ministerios de Para 1943 el tema pierde rápidamente in- 1948 motivo de atención por parte de Della Pao-
Hacienda, Guerra y Marina, en tanto que en terés. Della Paolera es desplazado de la Direc- lera, señalando que, expropiando y demolien-
Puerto Nuevo aparecen delegaciones y direc- ción del Plan de Urbanización y la oficina se do el tejido intersticial que perjudicaba una
ciones descentralizadas. El Poder Ejecutivo, disuelve. Simultáneamente, se opera un ago- visión de conjunto, podrían alcanzarse resul-
que en 1935 había tomado la decisión de de- tamiento del tema a partir del cierre de posi- tados análogos a los tan esperados en Buenos
moler la casa de Gobierno, permitió al autor bilidades concretas de intervención. El nuevo Aires, y finalmente frustrados.
del proyecto rectificar el perímetro de la pla- gobierno ubica sus dependencias en edificios La relación entre centros cívicos y plan re-
za sin agrandar su tamaño; se ocupan inten- prestigiosos, como lo hizo la Secretaría de Tra- gulador quedó manifestada en el caso de Men-
samente los jardines del Paseo Colón. La rea- bajo y Previsión en el edificio del Concejo De- doza (v.). Justamente, la decisión oficial (1937)
lización parcial de estos emprendimientos liberante. La propuesta para Buenos Aires de de emplazar la nueva sede del gobierno pro-
puede considerarse como el único saldo cons- Le Corbusier (v.), Ferrari Hardoy (v.) y Kurchan vincial en el parque Independencia aceleró la
truido al que dio lugar en Buenos Aires la ide- (v.), de 1938, si bien destaca claramente los cen- contrapropuesta que llevó a la realización del
ología de los centros cívicos. Producida esta tros de gobierno, recreación, educación, etc., concurso para el Plan Regulador al año si-
consolidación fragmentaria de la Plaza de Ma- no participa en el debate antes citado. Cuando guiente. Dentro de las recomendaciones del
yo, y operada simultáneamente la concreción se pretende implementar en 1948 el tema de proyecto ganador (Bereterbide, Belgrano Blan-
de una gran parte de los edificios proyectados, los centros de Gobierno, no está en el horizonte co, Cravotto y Scasso), estaba el Centro Cívi-
el interés teórico de los profesionales se orien- de preocupaciones del Estado, que propone por co para el que se había reservado como sitio,
tó nuevamente hacia la Av. 9 de Julio, en tan- su lado masas monumentales antes que con- tras varias alternativas, la llamada Quinta Agro-
to campo posible de experiencias de transfor- juntos espaciales y edilicios. nómica. Del conjunto previsto sólo se reali-
mar el rostro monumental de la ciudad. En este Fuera de la ciudad de Buenos Aires, el te- zaron las sedes de los poderes ejecutivo y ju-
sentido, el proyecto de Ángel Guido (1943) no ma también pierde densidad teórica. Mientras dicial, de acuerdo con el proyecto de Belgrano
tiene otro fin práctico que no sea la pura con- que el único centro cívico concretado en estos Blanco (v.), dentro de la línea del tardío Neo-
templación estética de quien realiza la prome- años es el que como parte de la transformación clasicismo. Para dejar extensas superficies de
nade. Roberto Giusti saludaba al obelisco rea- de San Carlos de Bariloche proyecta en 1938 Er- parque a su alrededor, los edificios se des-
lizado por Prebisch como la “estela de una nesto de Estrada (v.), las propuestas arquitec- arrollan con plantas compactas en nueve ni-
nueva ágora” en tanto que la Pirámide de Ma- tónicas para los edificios cívicos y de gobierno veles sobre un alto basamento y resultan por
yo era “el símbolo de la ciudad que fue”. Si es- de la ciudad de San Juan tras el terremoto de lo tanto poco convincentes para el código esti-
ta última bloqueó los impulsos moderniza- 1944 fueron concebidos en el modo previo a la lístico elegido. Los trabajos fueron emprendi-
dores, la nueva ágora que había abierto Della irrupción de la ideología de los centros cívicos, dos durante el gobierno peronista en 1948, res-
Paolera permitía a Guido desplegar el ideal de es decir, como una serie aislada. El eje monu- catando la propuesta realizada siete años antes.
Los CIAM, ajenos al principio a los pro-
blemas del equipamiento cívico de las ciuda-
des, revisan esa posición en el encuentro de
Hoddesdon, Inglaterra, Reino Unido, en 1952.
Allí, Giedion señalaba en las conclusiones que
“el problema no consistía en proyectar es-
pléndidos y sólidos centros cívicos, sino en cre-
ar lugares que fuesen frecuentados continua-
mente y en los que los ciudadanos,
ocasionalmente, pudiesen dar forma y expre-
sión espontánea a sus más íntimos senti-
mientos”. Esto sugería un cierto grado de in-
determinación o al menos de despojamiento
de la retórica formal que manejaban las prin-
cipales propuestas hasta entonces.
El campo disciplinar se renovó con figuras
adherentes a la Arquitectura Moderna en el
concurso para el Centro Cívico de Santa Rosa,
(1955), ganado por Testa (v.), Davinovic, Gaido
y Rossi (v.), y construido entre 1958 y 1963,
cuando el tema se inscribe claramente en el
ideario moderno tout court. Este nuevo cami-
no significa el cierre definitivo del ideario City
Beautiful burhamiano y la orientación hacia la
u EL CENTRO GUBERNAMENTAL DE LA PLATA, DE 1970-1987, DEL ESTUDIO ANTONINI, SCHÖN, ZEMBORAIN, LLAURÓ Y URGELL. Ville radieuse corbusierana.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 65


Dentro de esta línea se pueden destacar los En el caso de San Juan (v.), la propuesta venía a ciados, CEPA encarna una visión ambiental
concursos realizados en la década del sesenta resolver la irrealización de los programas edi- del mundo que se apoya en el propósito de tras-
para Olavarría, Firmat, San Juan, General San licios estatales que habían sido concursados en ladar a la arquitectura un enfoque propio de
Martín, Berisso y 3 de Febrero. Entre fines de los años de la reconstrucción de la ciudad. En las corrientes ambientalistas. Sus pautas asu-
la década del ochenta y mediados de la siguiente, este caso se encaró de modo conjunto, en cua- mieron posturas inicialmente cercanas al or-
y en el contexto de la renacida democracia, se tro manzanas céntricas, la sede de los tres po- ganicismo y el empirismo nórdico, en tanto
concursaron dos centros cívicos para Las Va- deres y los ministerios, y su realización se di- que los modos de representación de sus tra-
rillas (Provincia de Córdoba) y San Miguel de vidió en dos etapas. La densidad de ocupación bajos denotan el uso de métodos sistémicos,
Tucumán. Concentrar equipamiento descen- acerca este complejo a una propuesta megaes- relacionados con ideas de Christopher Jones,
tralizado y disperso, brindar a la ciudad un es- tructural (la primera etapa está resuelta me- precursores en nuestro país de las técnicas de
pacio comunitario o, más explícitamente, un diante un articulado bloque de 230 por 80 m y diseño asistido por computación.
“corazón de la ciudad”, renovar el entorno ur- 8 plantas), tecnocrática y profesionalista, que CEPA realizó propuestas para organismos
bano mediante un enclave de alto impacto, or- difícilmente pueda ser leída del modo que su- estatales, entre ellas el Plan de Desarrollo y Me-
denar el tránsito en la zona del equipamiento gieren sus proyectistas como “espacio comu- joramiento Ambiental de Magdalena (1978),
cívico, son las preocupaciones reiteradas de las nitario que el habitante de San Juan reconozca que prosiguió con el Plan Director, Código de
diferentes propuestas, que no han avanzado sig- como propio y constituya la característica re- Zonificación y Código de Edificación. Su in-
nificativamente en relación con las conclusio- ferencial de su estructura urbana”. E. G. tervención en esa localidad continuó con la re-
nes del VIII CIAM. Tales son los casos de los alización del “Parque Costero Sur”, declara-
llamados centros cívicos o administrativo - gu- Bibliografía: A. Gorelik. La grilla y el parque. Bs. As.: do como “Reserva de Biósfera” por UNESCO,
bernamentales proyectados por el equipo de UNQUI, 1999. institución que otorgó para su concreción un
Antonini, Schön, Zemborain (v.), Llauró y Ur- subsidio del programa MaB (Man and Bios-
gell (v.) a comienzos de la década del setenta, phere) entre 1980 y 1983.
para La Plata y San Juan, siendo ambos pro- CEPA (CENTRO DE ESTUDIOS Y PROYECTOS En 1982 impulsó en La Plata el “Eje del Cen-
ducto de concursos nacionales. El primer caso, DEL AMBIENTE). Fundación creada en la ciu- tenario”, propuesta de ordenamiento de trán-
inaugurado en 1987, se configuró en torno del dad de La Plata en el año 1975. Desde en- sito y revalorización del eje conformado por la
eje monumental, flanqueando el Palacio Mu- tonces realiza estudios y propuestas basados sucesión de sus principales edificios públicos
nicipal y resolviendo el metraje solicitado pa- en un enfoque ecológico. Sus directores son a través de la continuidad del movimiento pe-
ra programas intederminados —tendientes a los arquitectos Rubén Pesci —coordinador ge- atonal. En 1991, CEPA realizó el proyecto de
paliar crónicos problemas de espacio para ofi- neral—, Omar Accáttoli, Antonio Rossi, Iván “Nordelta”, ciudad náutica para 135.000 ha-
cinas de atención al público— en dos estrechos Reimondi, Alberto Acerbi y Jorge Pérez. bitantes —actualmente en construcción—, ubi-
lotes que determinaron su disposición en sen- cada entre brazos del río Luján, en Tigre, Prov.
das torres de 15 plantas de polémico impacto. Creada sobre la base del estudio Pesci y aso- de Buenos Aires, anticipándose con esta ini-
ciativa a una estrategia desurbanizadora que
en los últimos años pobló las rutas de acceso
a Buenos Aires de soluciones privadas (coun-
tries, chacras y barrios cerrados).
CEPA también elaboró sistemas construc-
tivos industrializados, como el “M3” —creado
por Pesci—, “HAGA”, “DYCSA” y “La vivien-
da contenedor”.
A estos trabajos se suman además aquellos
surgidos para satisfacer las necesidades cre-
cientes de su propio funcionamiento. Las dos
sedes, en las que consecutivamente desarrolló
sus actividades, pueden entenderse como el re-
flejo de las principales preocupaciones evi-
denciadas por CEPA en distintos momentos,
asumiendo cada una de ellas el rol de “obra
proclama” de la “arquitectura ambiental”.
Para difundir sus ideas y actividades, fue
lanzada la revista Espacios CEPA y más tarde
la revista A/mbiente (v.). Asimismo la labor do-
cente de CEPA se vio intensificada a partir de
la creación de la FLACAM (Facultad Latinoa-
mericana de Ciencias Ambientales), confor-
mada por una red de organizaciones no gu-
u EL CEPA PROYECTÓ LA CIUDAD NÁUTICA NORDELTA, AÚN EN CONSTRUCCIÓN. PODRÁ ALBERGAR A 135.000 PERSONAS. bernamentales de 7 países. G. V.

66 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cen cha
CERVIÑO, PEDRO ANTONIO. Santa María de dirigió la Academia de Matemáticas, creada bitacional, realizó experiencias de prototipos
Baños (Pontevedra, España), 1757 - Buenos por el Triunvirato. F. A. de viviendas en diversas técnicas constructi-
Aires, 1816. Ingeniero militar, geógrafo. Per- vas: ferrocemento, chapa galvanizada y placas
tenece a la generación de técnicos ilustrados Bibliografía: G. Furlong. Arquitectos argentinos du- de ladrillo armado.
que, debido a las reformas borbónicas y la rante la dominación hispánica. Bs. As.: Huarpes, El Centro ha construido, a lo largo de su
creación del Virreinato, arribaron en la se- 1946, M. H. Martín, S. J. A. De Paula y R. Gutiérrez, historia, 2.800 unidades situadas en 36 dife-
gunda mitad del siglo XVIII a la región riopla- Los Ingenieros militares y sus precursores en el des- rentes barrios y continúa desarrollando una
tense, donde cumplieron múltiples tareas pro- arrollo argentino (hasta 1930). Bs. As.: Fabricacio- importante actividad tecnológica y de transfe-
fesionales. nes Militares, 1976. rencia en el ámbito nacional e internacional

En los inicios de su carrera, Cerviño escri- Bibliografía: summa, n.° 83, octubre de 1984.
bió un tratado matemático: Problemas astronó- CESTARI, VIRGILIO. Ferrara (Italia), 1861 - s/d.
micos para cálculos de latitud y longitud a bordo. Arquitecto. Autor de obras de carácter ecléc-
Su traslado al Río de la Plata fue producto de tico y pintoresco en Buenos Aires entre las úl- CHALÉ (CHALET). m. Vivienda individual pin-
una gestión de Azara, quien conocía el trata- tima década del siglo XIX y la primera del XX. toresca, de cubierta inclinada, en general de
do, para que tomara parte en la demarcación planta compacta —cuadrada o alargada—,
de límites con el Brasil. Dedicado a ese que- Realizó estudios de arquitectura en Floren- que se desarrolla en uno o varios niveles. Fue
hacer a partir de 1781, cumplió una vasta labor cia. Obtuvo un primer premio en la Academia considerado un tipo de residencia suburba-
cartográfica que se alternó con otras misiones de Brera y frecuentó la Academia de San Luca. na, o casa de veraneo, aunque en la Argen-
especiales, como la fortificación de Villa Rica En 1899, luego de ejecutar trabajos en su país, tina, a partir de fines de los años treinta, su
en el Paraguay, la expedición científica al Cha- se trasladó al Uruguay y luego al Brasil, don- uso se extendió en muchos casos a las ciu-
co (1783), el examen del Cerro de Potosí y el de se dedicó al ejercicio de la arquitectura. Fi- dades. En nuestro país, el término, cuyo uso
proyecto de un nuevo socavón. En 1793 solici- nalmente viajó a Buenos Aires, ciudad en la que se extiende hasta el presente, comenzó a
tó su ingreso al Real Cuerpo de Ingenieros Mi- lo nombraron arquitecto municipal. Fue autor emplearse alrededor de 1880 (v. Pintoresca,
litares, pero en calidad de ingeniero volunta- de varios de los pabellones historicistas del Zo- Arquitectura).
rio por carecer de graduación y carrera en las ológico de Palermo y de los trabajos de deco-
armas. En 1796 participó junto a F. de Azara ración urbana para la visita del presidente Cam- El término es de origen francés (châlet). En
en la expedición para el reconocimiento de la pos Salles, del Brasil (1900). Trabajó también Alemania, Italia, Inglaterra y los Estados Uni-
frontera pampeana. A esta y otras importantes en el proyecto del Hipódromo Argentino y en dos solo fue utilizado tardíamente (no antes de
tareas cartográficas que realizó Cerviño, de- la ampliación del edificio municipal. 1930). El uso tan extendido que se observa en
bemos adjuntarles sus realizaciones de arqui- Argentina da cuenta de la importancia de las
tectura civil y diseño urbano: proyecto de mue- Bibliografía: E. Radovanovic, R. Gutiérrez, s. v.: “Ces- referencias francesas para el desarrollo de las
lle para el puerto de Buenos Aires en el bajo tari, Virgilio”. En: L. Patetta (comp.). Architetti e arquitecturas pintorescas en el medio local. Se-
de las Catalinas (1796), reparación del muelle ingenieri italiani in Argentina, Uruguay e Para- gún algunos autores, como Louis Cloquet (Trai-
de Barracas (1798), construcción del faro del guay. Roma: Pellicani, 2002.
Cerro de Montevideo (1797-1802), delineación
del pueblo de Ensenada de Barragán (1801),
camino de Buenos Aires al puerto de Las Con- CEVE. (CENTRO EXPERIMENTAL DE LA VI-
chas (1805), estudio de un plan para el avance VIENDA ECONÓMICA). Instituto de investi-
de la línea de la frontera patagónico-pampea- gación dedicado al estudio del problema del
na (1804-1806). Luego de los sucesos de Ma- hábitat de los sectores populares.
yo, colaboró con el gobierno revolucionario re-
alizando un relevamiento y un plano Fundado en 1967 en la Universidad Cató-
topográfico de la ciudad de Buenos Aires (1814), lica de Córdoba por Horacio Berreta (v.), se ha
de gran valor testimonial por su grado de ve- especializado en el desarrollo de tecnologías de
rosimilitud frente a otros testimonios gráficos construcción, prototipos experimentales, me-
de la época. joramiento de los sistemas tradicionales, etc.
Cerviño tomó parte importante en otras ac- En la primera mitad de los años setenta, el
tividades de carácter cultural: participó en el Centro desarrolló una interesante experiencia
Semanario de Agricultura, Industria y Comercio en relación con la conformación de un hábitat
y desarrolló, paralelamente, una destacada la- para los sectores populares carenciados de la
bor docente. En 1802 fue nombrado director Provincia de Córdoba denominado BENO, que
de la Academia de Náutica creada por el Con- intentaba combinar la tradición tipológica de
sulado (1799), a la cual prestó múltiples servi- la vivienda de patio, la prefabricación, la au-
cios, encargándose de varios de los cursos que toconstrucción y la flexibilidad. También, du-
allí se dictaban (geometría elemental y prácti- rante este período, de rica producción en el
ca, trigonometría, hidrografía y dibujo). En 1812 campo de las iniciativas sobre el problema ha- u CHALÉ PINTORESCO DE PRINCIPIOS DE SIGLO XX.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 67


té d’Architecture. Lieja: 1900), la voz derivaría lles et cottages des bords de la mer y Planat, P. L’Ar-
del diminutivo chatelet ‘pequeño castillo’, pro- chitecture du Litoral. Picardie, Flandre, Norman-
cedente del latín castellum. die, Bretagne, además de publicaciones periódi-
Distintos diccionarios y enciclopedias de si- cas como: L’Architecture usuelle; Monographies
glo XIX, por ej.: P. Chabat. Dictionnaire des ter- de batiments modernes; La construction moder-
mes employés dans la construction (1875); Ernest ne.
Bosc. Dictionnaire raisonné d’architecture (c. Chalé anglonormando. Emparentado con
1880), coinciden en definirlo como una habi- el anterior, refería a las tradiciones normandas
tación simple y campestre, donde predomina empleadas en los cottages ingleses, que se ca-
la construcción en madera. En particular, apli- racterizaban por cubiertas de menores pen-
can la denominación a la arquitectura de los dientes, por la combinación del pan de bois con
Alpes suizos y tiroleses. ladrillo visto y por la incorporación de elemen-
También en los tratados sobre parques y jar- tos característicos de la arquitectura inglesa, co-
dines, como el de L. E. Audot (Traité de la com- mo los bow-windows. El efecto producido por es-
position et de l’ornement des jardins, de 1818), el ta arquitectura era de horizontalidad. Se utilizó
chalé suizo era aconsejado como un tipo apto sobre todo entre 1910 y 1930. En vivienda de
para pequeñas construcciones (pabellones, re- interés social (v.) se empleó en algunos ejem-
fugios, etc.), acordes con jardines pintorescos plos, como el Barrio Rawson de la Comisión
(aquellos donde no predominaba la simetría, si- Nacional de Casas Baratas (v.). Su referencia
no que trataban de imitar la variedad y diferen- eran los cottages ingleses, ya adaptados en In-
ciación presente en las obras de la naturaleza).
Dentro del chalé de madera, los tratados y
enciclopedias del siglo XIX observaban dos ca-
tegorías: los blockhaus (construcción de tron-
cos superpuestos) y las construcciones en pan
de bois (combinaciones de soportes verticales
y horizontales, rellenadas con planchas verti-
cales de madera).
Autores como Chabat, Bosc y Cloquet indi-
caban ampliaciones de tal definición, para las
casas de veraneo del norte de Francia, donde
observaban que contemporáneamente a ellos
se acostumbraba reemplazar las planchas de
madera del pan de bois por mampostería.
Es posible que este pasaje de la madera a la
mampostería, y la influencia de la arquitectura u CHALÉ SUBURBANO DE MEDHURST THOMAS.

del litoral del Norte francés en el medio local


entre 1880 y 1920, fuera el hecho que permi- glaterra a la vivienda popular, que se desarro-
tió en la Argentina la extensión del término cha- llaban en tiras o apareados, y en dos plantas,
lé a toda construcción pintoresca, con excep- con pequeños jardines en el frente y en el fon-
ción de las viviendas muy suntuosas, las que do del lote. Como obras de referencia pueden
eran en general denominadas “villas”. citarse: Massin, Ch. Villas normandes et anglai-
Algunos ejemplos típicos de la arquitectu- ses; Elder-Duncan, J. H. Country cottages and we-
ra de chalés utilizados en Argentina fueron los ek-end homes (London, 1912); The Book of the Ex-
siguientes: hibition of Houses and Cottages (London, 1911)
Chalé normando. Tomado de modelos de la o estudios históricos sobre la arquitectura in-
arquitectura de los balnearios del norte de Fran- glesa como: Garner, Th. & Stratton, A. The do-
cia, se caracterizaba principalmente por la pre- mestic Architecture of England during the Tudor
sencia de pans de bois (a veces aparentes), su Period (London, 1911).
planta asimétrica, en general alargada y cubierta Chalé vasco. Se caracterizaba por la planta
El chalé fue desarrollado en Mar del Plata de tejas normanda muy quebradas, de fuerte compacta en tres niveles, cubierta por un techo
desde las diversas variantes del pintores- inclinación. El conjunto resultante tenía un mar- único a dos aguas, en general de alas desigua-
quismo. La imagen muestra la pequeña vi- cado efecto vertical. Se utilizó en la Argentina les. Según variantes regionales podía incluir
vienda del casero de la residencia de los fundamentalmente entre 1880 y 1910. Las si- piedra en la planta baja e incorporar porches u
Ocampo en la ciudad balnearia. guientes son algunas de las obras que circula- otros ámbitos semicubiertos. En los dos nive-
ban en el medio local como referencias para el les superiores se solía simular pans de bois. La
diseño de este tipo de chalés: Schmid, Ch. Vi- disposición y tamaños de los aventanamientos

68 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cha cha
nientes del californiano, que consiste en un ti- rosas obras, entre las que se cuentan el en-
po particular de chalé de dimensiones mode- sanche de la estación Constitución, los talleres
radas, con partes de piedra y partes de revoque de Remedios de Escalada —en su momento
blanqueado, techado con tejas coloniales y un los más grandes de Latinoamérica—, las es-
pequeño jardín al frente. En la conformación taciones de La Plata, Barracas, Ingeniero Whi-
de este desarrollo particular resultó de gran in- te, etc. En las terminales y edificios para pasa-
fluencia la obra en Mar del Plata del ingenie- jeros recurrió a un lenguaje ecléctico —en su
ro Alula Baldassarini (v.), quien reintrodujo el faz monumental—, combinando elementos
uso de la piedra aproximadamente en 1925. La académicos con otros libres de carácter orna-
identificación de este tipo de chalé se produ- mental. Para depósitos, talleres, estaciones in-
u CHALÉ ESTILO CALIFORNIANO. jo en la década del treinta y su desarrollo con- termedias y obras de ingeniería, utilizó el di-
tinúa hasta el presente. A. B. seño tipológico transferido por Gran Bretaña
eran sumamente libres. Fue utilizado funda- y emparentado con la denominada “tradición
mentalmente entre 1920 y 1940. Las siguien- Bibliografía: R. O. Cova y R. A. Gómez Crespo. Arqui- funcional inglesa”.
tes pueden considerarse referencias para este tectura marplatense. El Pintoresquismo. Resisten- Entre su producción también se destacan el
tipo de arquitectura: Colas, Louis. L’Habitation cia: Editorial del IAIHAU, 1982; J. Sáez. “El estilo Banco Anglo - Americano (Buenos Aires y Ba-
Basque (Paris, 1927); De Zabalo, John. Arqui- Mar del Plata: la obscenidad doméstica”. En: Ar- hía Blanca), el Banco del Comercio, la North
tectura popular y grafía vasca (Bs. As., 1947.) quitectura Sur, n.° 3, 1990. British and Mercantil Insurance Co., la Casa
Chalé suizo. De características similares al Harrods, el Sanatorio Buenos Aires, el Colegio
anterior en cuanto a planta y cubiertas, pero de y Sanatorio San Jorge de Quilmes y la Cerve-
construcción maderera, que se combinaba en CHAMBERS, PAUL. Bell Bowdon (Inglaterra), ceria Pilsen de Llavallol. Fue secretario de la
algunos casos con piedra en la planta baja. Se 1868 - Londres (Inglaterra), 1930. Arquitecto. SCA y presidente durante los períodos 1908-
utilizaba sobre todo en regiones de clima frío, Tuvo actividad destacada en nuestro medio co- 1910 y 1913-1914. Durante su primera presi-
aunque excepcionalmente también se utilizó en mo arquitecto de varias compañías inglesas en dencia fue vicepresidente de la Comisión Or-
ciudades balnearias como Mar del Plata. Refe- las primeras décadas del presente siglo. ganizadora de la Exposición Artística del
rencias: Baudin, Henry. Villas et maisons de cam- Centenario, representante en los concursos pa-
pagne en Suisse (Genevre, 1909) y Dana, William Se graduó en la School of Architectural Mu- ra la Universidad, el Colegio Nacional y la Ca-
S.B. The Swiss Chalet Book (New York, 1913). seum de Londres, donde estudió con E. Tom- ja Internacional Mutua de Pensiones. También
Chalé californiano. Sus formas se inspira- kins (1887). Trabajó en Inglaterra desde 1888 representó a la SCA en los premios munici-
ban en la arquitectura de las misiones espa- hasta 1895; realizó obras como el Agricultural pales de fachadas y redactó las bases para el con-
ñolas de California de los siglos XVII y XVIII, College en Kent, el Constitutional Club en East curso del monumento levantado por la comu-
que entre fines del siglo XIX y las primeras Grinstead y el Jubile Institute de Brighton nidad británica en ocasión del Centenario. Dictó
décadas del XX fue recuperada y actualizada Llegó en diciembre de 1896 a la Argentina, cátedra de Arquitectura en la Facultad de Cien-
en los Estados Unidos como Mission Style. Se donde trabajó para la empresa británica del Fe- cias Exactas, Físicas y Naturales y, a partir de
trataba de un conjunto de formas de aplica- rrocarril Sud. En ella, junto con el arquitecto 1926, se radicó en Londres. J. T.
ción muy laxa, que a grandes rasgos se carac- inglés L. Newbery Thomas (v.), realizó nume-
terizaba por las cubiertas de teja española de
poca pendiente y los muros de revoque blan- CHAPEAUROUGE, CARLOS. Buenos Aires,
co. Se utilizó en las décadas de 1930 y 1940, 1846 - íd., 1922). Ingeniero, agrimensor. Fue
en programas de vivienda suburbana, de ve- autor de diversos trazados urbanos, entre ellos
raneo y también en vivienda de interés so- el de Mar del Plata.
cial (v.), como los barrios construidos durante
la gestión del peronismo. Las más importan- Una vez graduado en la Universidad de Bue-
tes referencias para esta arquitectura fueron nos Aires, realizó algunos trabajos de su es-
las obras del historiador Rexford Newcomb, pecialidad en la Prov. de Bs. As., como el eji-
como The Spanish House for America. Its De- do de Tandil. Posteriormente se trasladó a Santa
sign; Furnishing and Garden (1927) o revistas Fe, donde se ocupó del trazado catastral de las
como California Southland. primeras colonias agrícolas (v.) fundadas en ese
Chalé Mar del Plata. Recibieron este nom- Estado. Publicó en 1872 el plano catastral de la
bre ciertos desarrollos de la vivienda pintores- ciudad de Santa Fe. En 1880 regresó a Buenos
ca procedentes de tal localidad, caracterizados Aires y trabajó intensamente en el delinea-
por el uso de la piedra que lleva el mismo nom- miento de Mar del Plata, Marcos Paz, Arreci-
bre en revestimientos exteriores. Puede ser de- fes y Campana. En 1889 publicó un plano to-
finido como un producto híbrido, combinación pográfico de Buenos Aires. Posteriormente, en
de elementos de los distintos desarrollos del 1896, hizo imprimir el primer plano catas-
Pintoresquismo en la ciudad de Mar del Plata, tral de la República.
con predominancia de los elementos prove- u LA CASA HARRODS, EN EL CENTRO PORTEÑO.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 69


CHIOCCI, ICILIO. Florencia (Italia), 1875 - s/d. bardo, estilo que la empresa adoptó oficialmente
Agrimensor e ingeniero. Proyectista de obras como marca distintiva de su origen. Cabe con-
eclécticas a comienzos del siglo XX. signar que el Románico y el Gótico lombar-
dos fueron considerados, a fines del siglo XIX,
Llegó al país en 1882 y, en Buenos Aires, como estilos nacionales, a partir de la prédica
cursó estudios de agrimensura e ingeniería, de Camilo Boito. Varios arquitectos oriundos
laureándose en 1900. Su producción puede del norte de Italia, como Virginio Colombo (v.),
identificarse como perteneciente a la del gru- lo utilizaron en nuestro medio.
po de arquitectos italianos que trabajaron en La principal obra de Chiogna para la CIAE
la capital argentina para su colectividad de ori- es la usina de Pedro de Mendoza (1916), en la
gen en las dos primeras décadas del siglo (Gia- Boca, que reproduce elementos estilísticos pro-
notti (v.), Broggi (v.), Colombo (v.), Palanti (v.), pios de los municipios medievales italianos pa-
etc.), realizando obras de inspiración ecléctica ra enmascarar la gran fábrica (v. Servicios, arqui-
o modernista (v. Arte Nuevo). tectura de). El gran edificio esta acompañado por
Entre sus proyectos pueden citarse: Hotel otras cuatro estaciones intermedias, ubicadas
y Palacio Municipal de Necochea, edificio en dentro de la ciudad: Moreno 1808, Balcarce 547,
u CLUB REGATAS EN CONCORDIA. Bermejo y Rivadavia (de inspiración Floreale) Montevideo 919 y Tres Sargentos 320. A es-
y una serie de Petit Hôtels para F. Noceti, A. tas se les suman pequeños edificios barriales,
CHIAPPORI, OCHOA, VINENT. (CHIAPPORI, Is- Noceti, A. de Casambon y Caviglia. las denominadas subestaciones estáticas, rea-
mael: s/d; OCHOA, Arturo: s/d; VINENT, Pe- lizadas en pequeños lotes, que siguen los li-
dro: s/d). Estudio de arquitectura de amplia neamientos del conjunto. (v. Electrificación). F. A.
actuación a mediados del siglo XX. CHIOGNA, JUAN. J. S/d. Italiano. Arquitecto. Ac-
tivo en Buenos Aires a principios del siglo XX. Bibliografía: “Usina Pedro de Mendoza en Bs. As.”. sum-
Cultores de un Eclecticismo profesionalis- ma, n.° 276.
ta, realizaron obras como la Facultad de Dere- Su principal labor fue la realización, como
cho y Ciencias Sociales de la UBA (1939-1949) arquitecto, de la Compañía Ítalo Argentina de
en Monumentalismo neoclásico. Algunos años Electricidad, de un conjunto de usinas, esta- CHORIZO. m. Sistema constructivo de muros,
antes habían proyectado, dentro de la moda- ciones y subestaciones en la ciudad de Buenos realizados mediante una combinación de ma-
lidad racionalista, el Club de Regatas de Con- Aires. La serie de proyectos fue ejecutada si- dera, paja y barro. Utilizado fundamentalmente
cordia, Entre Ríos. guiendo los lineamientos del Románico lom- en zonas rurales hasta fines del siglo XIX. Per-
tenece al tipo de prácticas de arquitectura en
tierra cruda, denominado “tierra con entra-
mado”, del cual existen en nuestro país otras
variantes, como la quincha o estanteo y la tor-
ta (v. Colonial, arquitectura).

Se construía formando un esqueleto de pa-


los de espesor mediano enterrados en el sue-
lo; a dichos palos se les ataban con lonjas de
cuero cañas hasta formar un entramado; se co-
locaban “chorizos” o fajos entrelazados de pa-
ja rellenando el armazón. Luego esto se cubría
con un revoque grueso de barro mezclado con
estiércol, posteriormente un enlucido, también
de barro, y sobre el mismo un “encalado” que
servía como protección final.
Este tipo de paredes se utilizó en las pri-
meras construcciones de Santa Fe la Vieja (v.
Cayastá) y otras fundaciones urbanas de las pri-
meras etapas de la Colonización. Fue también
el método más empleado en la construcción
de ranchos (v.) en la zona rural. A fines del si-
glo XIX, el alambre reemplazó el entramado
original de cañas y cuero.

Bibliografía: C. Moreno. “De las viejas tapias y ladri-


u ESTACIÓN DE LA COMPAÑÍA ÍTALO ARGENTINA DE ELECTRICIDAD, EN LA BOCA, BUENOS AIRES. llos”. Bs. As.: ICOMOS Argentina, 1995.

70 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


chi chr
CHRISTOPHERSEN,
ALEJANDRO.

Cádiz (España), 1866 - Bue-


nos Aires, 1946. Noruego (por
ser hijo de diplomáticos de esa
nacionalidad, que estaban acreditados en Es-
paña). Arquitecto. Discípulo de J. L. Pascal y
alumno de J. Guadet, es uno de los protago-
nistas más activos, tanto por su obra arqui-
tectónica como por su producción teórica, de
la corriente Beaux-Arts, dominante en la ar-
quitectura argentina finisecular. Su actuación
profesional se desarrolla en forma ininterrum-
pida durante las tres primeras décadas de
nuestro siglo y comprende varias de las obras
más prestigiosas de la citada corriente, tales
como el Palacio Anchorena, el edificio de la
Bolsa de Comercio de Buenos Aires o el Pa-
bellón Argentino para la Exposición Interna-
cional de Río de Janeiro de 1922, que recibió
u LA RESIDENCIA ANCHO-
el Gran Premio de Honor. Fundador de la Es-
RENA, ACTUALMENTE
cuela de Arquitectura de la Facultad de Cien-
CANCILLERÍA, DELIMITA
cias Exactas, Físicas y Naturales de la UBA, y
UNO DE LOS FRENTES
cofundador de la segunda Sociedad de Arqui-
DE LA PLAZA SAN MARTÍN,
tectos, su actividad se orientó en gran medi-
EN BUENOS AIRES.
da a lograr un reconocimiento del estatus pro-
fesional, tanto dentro del ámbito de la actividad
u PORTAL DE ACCESO
privada como de la arquitectura de Estado.
AL COUR D’ HONNEUR
ENTORNO DEL CUAL SE
Alejandro Christophersen (AC) nació en
DESARROLLAN LOS
España en 1866; fue hijo de Fanny Younger
DISTINTOS PABELLONES
y de Torvaldo Christophersen, cónsul de No-
DEL EDIFICIO.
ruega en Cádiz y descendiente de una fami-
lia de nobles escandinavos. Durante su infan- u EL FRENTE ESTÁ
cia estuvo bajo la tutela artística del pintor y
DISEÑADO CON LOS
acuarelista Anders Zorn. En 1877 fue envia-
CRITERIOS DE LA ÉCOLE
do a Noruega, donde cursó sus estudios de ba-
DE BEAUX ARTS.
chillerato. Finalizados estos, se incorporó a la
Real Academia de Bellas Artes de Amberes, en
la que continuó sus estudios de pintura. Pos-
teriormente los abandonó para iniciar la ca-
rrera de Arquitectura y Escenografía en la Re-
al Academia de Bruselas, donde obtuvo en 1885
su titulo con medalla de oro.
Su formación arquitectónica se completa
en la École de Beaux Arts de París. Dentro de
ella, se incorpora al taller del maestro Jean Louis
Pascal, ex colaborador de Charles Garnier y
Grand Prix de Roma de 1866. Como miembro
destacado, junto a Víctor Laloux y Charles Gi-
rauet, de la corriente post-Garnier —dominante
en la cultura arquitectónica francesa—, J. L.
Pascal preconizaba un retorno a la ortodoxia
compositiva clasicista, en especial aquella ins-
pirada en la época de los Luises, tratando de li-
mitar el proceso de apertura formal iniciado

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 71


por Garnier. Esta orientación, signada por un de su formación y su grado de compromiso con tica de AC resulta de la incorporación a este es-
acatamiento más estrecho de los cánones aca- la tradición francesa decimonónica. quema de un repertorio formal y decorativo
démicos y por la voluntad de armonizarlos con Parte de esta tradición es la idea albertiana que combina elementos tomados tanto de la
los nuevos programas y tecnologías, marca- del arquitecto entendido como un técnico, así escuela garneriana, como de la arquitectura de
ría toda la obra posterior de AC. como un manipulador de formas que han de Bernini y del Barroco romano. Aunque sólo en
La estadía en París, que se prolonga por ser dotadas de cualidad artística, según ciertos contados ejemplos, también la producción de
más de dos años, constituye la ultima etapa de criterios aprehensibles de belleza que rigen pa- hierro con resabios Art Nouveau se hallan en-
la formación artística y académica de AC, quien ra todas las artes. Esta idea de profesional es tre las fuentes de su arquitectura. Del vastísi-
se traslada en 1887 a la República Oriental del la que encarna acabadamente el arquitecto mo número de obras ejecutadas por esos años,
Uruguay. Su carrera profesional se inicia en noruego en el medio cultural argentino de prin- son las más destacadas la residencia Ancho-
dicho país, donde recibe un encargo de Tho- cipios de siglo. No casualmente es comisiona- rena (1909, hoy Palacio San Martín, sede del
mas Howard para el estudio de un proyecto de do por el decano de la Facultad de Ciencias Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto) y
Casino y Hotel en Playa Pocitos y de una ca- Exactas, Físicas y Naturales, ingeniero Luis A. la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
sa en Montevideo. Huergo, para la creación de una Escuela de Ar- Se trata aquí de dos ejemplos claramente
Llegado a Buenos Aires, ingresa en el es- quitectura como organismo independiente de distintos, tanto por su destino, su ubicación y
tudio de Ernesto Bunge (v.), presidente en ese el carácter arquitectónico que guía el diseño de
momento de la primera SCA de la República cada uno. La residencia Anchorena se presen-
Argentina, a la que se incorpora ocupando el ta casi como un ejercicio de la École de Be-
cargo de tesorero. Poco tiempo después, esta- aux Arts: Grand-hôtel particular para tres fa-
blece su propio estudio profesional, en el que milias en un amplio solar frente a una plaza.
realiza diversos proyectos, como por ejemplo Este programa le permite efectuar un armo-
la casa de Nicolás Bouwer en Belgrano; obtie- nioso despliegue de recursos artísticos y téc-
ne el segundo premio en el concurso para el nicos, imbricados en un sencillo planteo ge-
Jockey Club de Buenos Aires. A raíz de la cri- neral que reproduce la clásica solución del cour
sis económica y política desatada en el país en d’honneur o patio de acceso en torno del cual
1890, que provocó la disolución de la SCA y el se ordenan los distintos pabellones del edifi-
retorno a Europa de muchos profesionales de cio. Este partido ha sido relacionado por Fe-
la arquitectura, se ve forzado a abandonar su derico Ortiz con el proyecto para la residencia
estudio de Buenos Aires para radicarse en la de un banquero en París con el que J. L. Pas-
Provincia de Santa Fe, donde se dedica a la cal ganó el Grand Prix de Roma en 1866. Re-
mensura de campos para las nuevas colonias sulta de especial interés la solución de la fa-
agrícolas hasta 1892. chada sobre la calle Basavilbaso, en la que un
En ese año recomienza su carrera profe- cuerpo ovalado, construido en hierro y vidrio,
sional y artística en Buenos Aires, y se con- se calza entre dos pares de grandes colum-
vierte en uno de los principales protagonistas, nas que sostienen un frontis partido, el cual
en el ámbito de la arquitectura y de la plástica, u DETALLE DEL EDIFICIO DE CANCILLERÍA. irrumpe a su vez por sobre la línea de corni-
de la poderosa corriente modernizadora que samento. También el diseño del cour d’honneur
tiene lugar en la Argentina, una vez superada los cursos de Ingeniería Civil. Es también quien es objeto de una cuidadosa elaboración formal.
la crisis del noventa. elabora el primer plan de estudios, tomando a Su planta oval permite articular con naturali-
Inscripta dentro del denominado “Eclecti- su cargo la cátedra de Arquitectura de los cur- dad los tres cuerpos del edificio, que vuelcan
cismo histórico”, la producción de AC cobra im- sos superiores e incorporando como profeso- sobre él las escaleras de acceso, y el punto de
portancia con varios proyectos realizados a fi- res a los arquitectos P. Hary y E. Lanús (v.), y unión entre estos se marca por medio de pe-
nales de siglo, en especial la Capilla del Hospital a los plásticos Ernesto de la Cárcova y Torcua- queñas cúpulas que emergen entre los faldo-
Español (1897-1901) y el Panteón de la Socie- to Tasso, entre otras personalidades. nes curvos de la mansarda que los rodea. Una
dad Española de Socorros Mutuos en el Ce- Además de su actuación en el campo de la gran serliana en mampostería completa el fren-
menterio de la Chacarita (1895). En ambos ca- docencia, es uno de los principales propulsores te sobre plaza San Martín, conformando una
sos se recurre a una estricta aplicación de los de la reformulación del estatus profesional del estructura permeable que permite extender la
modelos clásicos de iglesias de planta centrali- arquitecto. En 1910 impulsa junto a Juan B. fachada principal hacia el interior del palacio.
zada, reservándose una singular libertad en el Buschiazzo (v.) la reconstitución de la antigua El edificio de la Bolsa de Comercio de la
uso y la elección de los motivos decorativos que, SCA (v.), de la cual fue vicepresidente ese año y ciudad de Buenos Aires se inscribe en la de-
como en el último de los ejemplos, combinan ejerció la presidencia en 1917 y 1918. nominada arquitectura utilitaria, campo en
elementos clásicos con otros tomados de la tra- Durante las primeras décadas del siglo XX el que registra AC varios antecedentes, como
dición del Barroco americano. Participa tam- su producción arquitectónica tiende a fijarse la sede para la Compañía Argentina de Gas
bién en 1895 en el Concurso para el Palacio del en los patrones estilísticos de la arquitectura (1906) y el edificio para la Sociedad Hipote-
Congreso Nacional, oportunidad en la cual se borbónica francesa. Tomando como base el sis- caria Belga-Americana, que tanto por sus re-
presenta con un proyecto de clara inspiración tema compositivo y proporcional desarrollado quisitos funcionales como por las característi-
garneriana. Esta propuesta muestra la solidez por ella, la práctica proyectual más caracterís- cas de su ubicación (Av. Alem y Bartolomé

72 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


chr chr
Mitre) plantea muchos de los problemas com- mete en parte la unidad formal exterior de to-
positivos que habrán de ser retomados por AC do el edificio. Tal efecto se habría salvado en
en su proyecto para la Bolsa de 1918. gran medida de haberse construido la totali-
Contrariamente al encargo de los Ancho- dad del proyecto, que contemplaba la existencia
rena, donde se habían dado todos los requisi- de un puente sobre Av. Alem, como conti-
tos para hacer del mismo un verdadero ejerci- nuación de calle Sarmiento, conectando la Bol-
cio de estilo, el proyecto para la Bolsa de sa con una explanada sobreelevada situada
Comercio nace en gran medida de ciertos con- frente al edificio de Correos.
dicionantes relativos a la magnitud del pro- De acuerdo con las características del es-
grama y a las dimensiones y localización ur- tilo adoptado, el austero tratamiento de los mu-
bana del lote disponible, que obligan a tensar ros exteriores debía actuar como fondo sobre
los principios compositivos clásicos. el que se destacaban varios grupos escultóri-
En primer término, se debía dar respues- cos en los que residía la carga simbólica de la
ta en un lote de dimensiones relativamente Institución. Estas esculturas ejecutadas por E.
reducidas a un ambicioso programa que in- Riganti, hoy inexistentes, estaban situadas
cluía, además de los locales propios para el en las dos ochavas y a los lados del frontis prin-
funcionamiento de la Bolsa, un total de nue- cipal representando el Comercio, la Ganade-
ve mil metros cuadrados destinados a oficinas ría y la Industria.
para renta. Se optó así por una configuración El período entre 1910 y 1930 es el más fe-
tipológica singular: un cuerpo en forma de cundo y también el más polémico. La mayor
anillo que toma todo el perímetro del lote y producción se registra en el campo de la vi-
que, sin generar en su interior un espacio vienda individual y colectiva para la alta y me-
abierto, abraza un volumen interno en cuya dia burguesía porteña, campo en el que la obra
planta baja se ubica el gran hall en doble al- de AC representa uno de los momentos más
tura de la Bolsa. Sobre este se apilan seis pi- logrados, pero también más irreductible a las
sos de oficinas, apenas despegados lo sufi- profundas transformaciones de finales de los
ciente del cuerpo anular como para permitir años veinte. La mayoría de sus casas indivi-
su iluminación y ventilación. El resultado es duales forman parte del núcleo más significa-
un edificio compacto, horadado interiormen- tivo de una corriente de particular importan-
te por corredores en altura que hacen las ve- cia en la arquitectura doméstica argentina de
ces de estrechos patios de aire y luz, produ- principios de siglo: la que toma como mode-
ciéndose una total ocupación del suelo en los lo al petit-hôtel francés tanto en sus aspectos
primeros niveles (v. Bolsa de Comercio). distributivos como morfológicos. Las múlti-
Si bien hacia 1920 existían los medios téc- ples variaciones efectuadas sobre este tipo com-
nicos como para lograr una planta más desa- prenden desde los primeros tanteos de prin-
hogada elevando el número de pisos, es in- cipios de siglo, entre los que se cuentan la
dudable que tal opción, implícita en cierta residencia de Tomás Devoto (Av. Callao y Char-
forma en el programa, no fue contemplada cas) y la de Ángel Braceras (Av. Belgrano 2852),
por el proyectista, ya que hubiera dado lugar hasta los ejemplos más depurados de los años
a la destrucción del sistema de relaciones pro- diez y veinte de los que pueden citarse los ho-
porcionales propio del estilo Luis XVI que teles particulares Unzué de Cobo (Suipacha y
rige el edificio. Juncal), Leloir (Libertad 1270 y Av. Córdoba
Este método proyectual presenta en la prác- 624), Dellepiane (Viamonte 1465), Martínez
tica ciertas limitaciones, de las cuales el ejem- de Hoz (Av. Santa Fe 1026), Claro Dassen (Al-
plo de la Bolsa es ilustrativo. Debido a exi- sina 1762), Castro ( Ayacucho 1526), Ceballos
gencias urbanísticas era necesario dotar a la (Cerrito 1314), Estrugamou (Av. Callao y Are-
fachada sobre Av. Alem de una recova que cu- nales). En el marco de la vivienda colectiva, el
briera la vereda. En el proyecto de AC, esta programa de la casa de renta (v.) no resulta siem-
aparece constituyendo un primer basamento pre afín con las normas estilísticas académi-
de arquerías que desaparece sobre calle 25 de cas. En ejemplos como los de Tucumán y Av.
Mayo, aprovechando el desnivel existente en- Callao, Juncal y Uruguay, Montevideo 1545 o
tre ambas arterias. El recurso, sumado a la su- Av. de Mayo 916, entre otros, se pone de ma-
presión del techo en mansarda sobre 25 de nifiesto una clara intención de adecuar a edi-
Mayo y al hecho de que el acceso principal ficios en altura el sistema compositivo tradi-
se ubica en la ochava que forma esta última cional que establecía un tratamiento de la
con calle Sarmiento, da como resultado una fachada según tres estratos claramente identi-
notable distorsión dimensional que compro- ficables: basamento, fuste o cuerpo y remate. u IGLESIA SANTA ROSA DE LIMA, EN BUENOS AIRES.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 73


Este tratamiento estaba basado en ciertas re- como mero “triunfo de la estabilidad”, desti- y bizantinos, inspirada en ejemplos france-
laciones de armonía proporcional entre cada nado a destruir las aspiraciones de unidad es- ses como Saint-Front de Périgueux. La aplica-
una de estas partes y sus elementos constitu- tética de la ciudad. ción de este modelo no deja de ser genérica,
yentes, muy difíciles de conciliar con las con- Se destacan también sus obras de arqui- pues se limita casi exclusivamente a la elección
diciones urbanas de alta densidad que deter- tectura religiosa y bancaria. En relación con las y disposición de las partes constitutivas del tem-
minan el crecimiento en altura. En muchos primeras, es quizás cuando con más propie- plo, pero se reserva una singular libertad en el
casos, como en el ejemplo de calle Junín, se dad se pueda hablar de AC como arquitecto uso de los materiales y la conformación de los
intenta resolver esta situación apelando a un ecléctico, debido a la diversidad de modelos espacios internos. La referencia al románico-
doble ático y a la extensión del basamento más históricos que guían el diseño de sus varias bizantino es también común a otros templos
allá del primer nivel, a efectos de paliar el sen- iglesias y capillas. Este obedece a una utiliza- de su autoría: la iglesia Santa Magdalena So-
tido de verticalidad de todo el conjunto. Por ción erudita, aunque no siempre incontami- fía Barat (Villa Devoto), la Capilla del Hogar
otra parte, la modalidad de ocupación del te- nada de los referentes escogidos. Tres ejem- Sacerdotal y la Iglesia de los Sagrados Cora-
rreno da como resultado una fachada cuya mar- plos resultan ilustrativos: la capilla para la zones de Caballito.
cada frontalidad se trató de contrarrestar me- Legación Imperial de Rusia (Brasil 323), cuyo En lo que hace a la arquitectura bancaria,
diante el uso de balcones y cuerpos salientes proyecto es una adaptación de un modelo ru- construyó hacia principios de siglo XX la sede
que, como fragmentos suspendidos de “fa- so-bizantino preestablecido; la Iglesia para Ma- del Banco Escandinavo Argentino y distintas
chadas a columna”, se insertan en el primer rineros Noruegos (Av. Huergo 1267), cons- sucursales del Banco Nación Argentina, entre
ático. Detrás de estas cuestiones compositivas truida en 1918 para la colonia noruega en las que se cuentan las pertenecientes a las ciu-
se encuentra una actitud de resistencia fren- Buenos Aires sobre la base de distintos tipos dades de Pehuajó, Dolores, Chacabuco, Bahía
te a las nuevas condiciones urbanas y también escandinavos de iglesia parroquial; y el San- Blanca, Corrientes, Santa Rosa y la de Plaza
a su producto más espectacular: el rascacielos. tuario Nacional de Santa Rosa de Lima en Bue- Once de Setiembre de Capital Federal. Este úl-
A este respecto, la posición de AC permane- nos Aires (Av. Belgrano y Pasco), producto timo edificio, de 1923, se concibe, siguiendo
ce inconmovible, definiendo a esta tipología de una combinación de elementos románicos las teorías de Guadet, como un gran espacio

u LA BOLSA DE COMERCIO EN EL BAJO PORTEÑO.

A LA IZQUIERDA, EL CORTE CON LOS DOS NIVELES DE


ACCESO; ABAJO, LA PLANTA PRINCIPAL.

74 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


chr chr
único equipado sólo con divisiones removibles. radas por la tradición y base de todas sus nor- cias se hace evidente en su pensamiento y en
El área de trabajo de los empleados se ubica en mas estéticas, y la definición de los distintos sus escritos, aunque solo tardíamente alcanza
el sector central que duplica en altura a los es- elementos decorativos y ornamentales, como un correlato directo con su obra construida.
pacios laterales destinados al público. La di- partes constitutivas insustituibles de la ar- El ejemplo más claro es el edificio para oficinas
ferencia de altura entre estos últimos y la na- quitectura como manifestación artística. Tan- Transradio Internacional (Av. Corrientes y San
ve central, permite la incorporación de dos to el Art Nouveau como la “arquitectura de Martin), construcción en altura ejecutada en
hileras de ventanas semicirculares a cada lado hierro y hormigón armado” son vistos como hormigón armado hacia 1940, dotada de una
de la misma, constituyendo la única fuente de vías muertas o experimentos desnaturaliza- fachada lisa y despojada en la que apenas pue-
ventilación e iluminación del gran salón del dos del proceso de recambio estilístico que den distinguirse rasgos Art Déco.
banco. Un gran entablamento recto, sosteni- constituye, a su juicio, la manifestación de las En desmedro de aquellos elementos que ha-
do por dos pares de columnas y semicolum- distintas circunstancias históricas a que ha de cen a la unidad de su obra arquitectónica y a la
nas, conforma el motivo central de la fachada. adecuarse la arquitectura. coherencia de su pensamiento, la crítica histo-
La composición general de la misma, dada por Dentro de este contexto de ideas, no es sor- riográfica ha insistido en considerar la figura
el uso de un gran vano rectangular donde se prendente el interés de AC por la arquitectura de AC como arquitecto ecléctico. Dejando de
ubica el acceso principal rodeado de aberturas colonial argentina, considerada más en su re- lado los trabajos en gran medida apologéticos
menores, constituye un antecedente de otros lación con el clima y las posibilidades técnico- de Eggers-Lecour, Alfredo Williams o Ismo Ai-
ejemplos posteriores de arquitectura bancaria, constructivas que como hecho de valor artísti- mi, los estudios más extensos sobre su obra son
ligados al Art Déco. co. La residencia para la estancia El Portazgo los realizados por F. Ortiz y J. M. Bedoya. A. C.
Paralelamente a su labor como arquitec- y la casa de verano Buen Retiro en Playa Ca-
to, AC mantuvo una actividad pictórica casi rrasco, retoman este último estilo en un in- Bibliografía: E. Eggers-Lecour. Christophersen, un
ininterrumpida desde el momento de su arri- tento explícito de reproducir en nuestro país maestro del arte argentino. Bs. As., 1946; Nota ne-
bo a la Argentina. Las características de su pin- las ventajas del Mission style californiano. crológica y homenaje a un año de su muerte. En: Re-
tura quedaron fijadas muy tempranamente, Desde los inicios de los años veinte, mo- vista de Arquitectura, junio de 1947; J. Bedoya. “Ale-
sin que se registren variaciones significativas mento de la publicación de su libro Ideas sobre jandro Christophersen, arquitecto”. En: Boletín
en su abundante producción, si bien un estu- arte, es AC uno de los personajes de la cultura del Instituto bonaerense de numismática; F. Or-
dio crítico está aún por realizarse. En su faz argentina más críticos en relación con las va- tiz. “Alejandro Christophersen y la cultura arqui-
técnica, la pintura de AC evidencia su deuda rias tendencias no figurativas y vanguardis- tectónica de su tiempo. Un Homenaje”. En: Revista
con ciertos pintores impresionistas, como So- tas que, bajo distintas formas, comienzan a ga- de la SCA, junio de 1983.
rolla, Monet o Pizarro, especialmente por la nar espacio en el ámbito de las artes plásticas
aplicación del llamado “toque a la prima” o pin- y la arquitectura argentinas.
celada rápida y neta que constituye un rasgo Su oposición a las ideas funcionalistas, que CIAM, EQUIPOS ARGENTINOS. Los CIAM (Con-
invariable de sus acuarelas y óleos. La temáti- tienen en E. Vautier (v.) y en Alberto Prebisch gres Internacionaux d’Architecture Moderne)
ca por excelencia de sus cuadros es el retrato (v.) a sus principales adeptos durante la segun- fueron creados en 1928 en La Sarraz, Suiza,
femenino, aunque también incursionó en la da mitad de la década, parte de calificar a la por una serie de figuras claves de la Arqui-
pintura religiosa, especialmente en sus fres- arquitectura resultante de tales ideas como “me- tectura Moderna (Giedion, Le Corbusier (v.),
cos para la iglesia de la comunidad noruega, y ra materialidad” que se niega a sí misma los Gropius (v.), entre otros), con el objeto de com-
en temas de inspiración andaluza. Participó en medios para dotarse de cualidad artística. Más parar e intercambiar experiencias realizadas
varias oportunidades del Salón Nacional de Be- allá de la particular disputa con Prebisch, ori- en distintos países y difundir las propuestas
llas Artes, y obtuvo en 1923 el Premio Único ginada en el artículo “Un rato de charla con un de la nueva arquitectura. Han sido conside-
para Artistas Extranjeros. Fue delegado de No- futurista”, publicado en la Revista de Arquitec- rados como uno de los momentos más al-
ruega a la Exposición Internacional de Bellas tura, que tiene su réplica en las páginas de Mar- tos del desarrollo del urbanismo “racionalis-
Artes y participó en los salones de Burdeos de tin Fierro, la recusación de la estética de lo útil ta” o “funcionalista”, sobre todo a partir de la
1909, de Artistas Franceses, París, de 1909 y por parte de AC repite los argumentos con- “Carta de Atenas” que, como producto del IV
1910, y también en el Salón de Otoño de la mis- vencionales, de los que posteriormente toma Congreso de 1933 se transformó en un sím-
ma ciudad. Fue presidente y fundador de la So- distancia. Partidario de una renovación estéti- bolo de la asociación.
ciedad de Acuarelistas, Pastelistas y Grabado- ca de la disciplina que no destruyera la pre-
res de la ciudad de Buenos Aires. ceptiva académica, sus ideas con respecto al sur- Fueron delegados CIAM por la Argenti-
Su posición teórica, dada a conocer en in- gimiento de un “arte nuevo” deben mucho más na: Wladimiro Acosta (1934-1939) (v.); Jorge Fe-
numerables artículos publicados en su mayo- al Art Déco que a la Arquitectura Moderna. El rrari Hardoy (1947-1951) (v.); Amancio Williams
ría en la Revista de Arquitectura de la SCA, par- edificio para los depósitos Dupont de 1930 es (1947-1951) (v.) y Antonio Bone. (v.) Este, sien-
te de la reivindicación de un cierto principio una muestra elocuente de este cambio. do residente en la Argentina, se ocupó de la
de racionalidad, inherente a toda la práctica También su posición teórica en relación con formación de un grupo CIAM en el Uruguay.
académica. Apelando a la secular comparación las nuevas tecnologías en desarrollo y con la Aunque la participación de arquitectos ar-
entre cuerpo humano y arquitectura, insiste desvirtuación que estas habrían de introducir gentinos no fue destacada en las reuniones, es
en sus textos sobre dos puntos fundamenta- en la arquitectura-arte, sufre una notoria mu- importante considerar que la asociación no se
les de la teoría clasicista: la preservación del tación desde mediados de los años veinte. Una limitó a los congresos, ya que creó una red de
sistema de relaciones dimensionales, depu- paulatina flexibilidad hacia las nuevas tenden- relaciones personales, de intercambios y re-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 75


canas, estas eran consideradas como ejemplo
de los cambios operados en el debate arquitec-
tónico, que señalaban una nueva dirección: la
Arquitectura Moderna intentaba articularse con
las tradiciones y particularidades locales. Este
proceso culminó en la década del cincuenta con
lo que Giedion llamó el “nuevo racionalismo”,
una refundación de lo moderno y del interna-
cionalismo sobre nuevas bases, más ligadas a
la diferencia que a la homogeneidad. Este cam-
bio, al que se agregó la valorización de los as-
pectos estéticos y culturales de la arquitectura
y el urbanismo, es indisociable de las figuras
que dominan los CIAM durante la posguerra:
Sert, Giedion y Le Corbusier. El primero y el
último, además, eran los líderes CIAM más vin-
culados con Latinoamérica, y los defensores de
u PLANTA GENERAL DEL CONJUNTO BAJO BELGRANO EN BUENOS AIRES. una política de ampliación de los CIAM incor-
porando nuevos países y grupos. El congreso
flexiones, donde la arquitectura latinoameri- tir de los consejos de Le Corbusier (v.), quien de Bridgwater propiciaba una “bienvenida a los
cana (y dentro de ella la argentina) tuvo una había viajado al Brasil y a la Argentina en 1929. jóvenes” como símbolo de esta nueva política;
presencia activa, sobre todo en el realinea- En 1935, Acosta, apoyado por Neutra, propuso política que terminaría llevando la organización
miento de posiciones y en el viraje ideológico a los CIAM la formación de un equipo argen- a su disolución entre 1956 y 1959.
que se produce en la posguerra. tino, desestimando de esta forma la idea de un Si estas eran las condiciones culturales y
En cuanto al interés despertado por los grupo latinoamericano. Ya en 1933 el estudio estratégicas del debate interior de los CIAM
CIAM en la Argentina, se limitó a ciertas fi- Stok y Stok (v.) había manifestado su interés por que posibilitaban la inserción de América La-
guras “de punta” del debate arquitectónico. En vincularse con la asociación. tina, también existían aquí circunstancias que
tal sentido baste señalar que las revistas de ar- Acosta intentó constituir la delegación ar- auguraban una vinculación exitosa. Durante
quitectura no siguieron sistemáticamente sus gentina sobre la base del estudio citado e invi- la década del cuarenta, en la mayor parte de los
actividades y propuestas; difundieron noticias tando también a Fermín Bereterbide (v.), León países de la región, la ideología de la planifi-
esporádicas y se ocuparon de sus miembros Dourge (v.), Alberto Prebisch (v.) y Ernesto Vau- cación física penetró en el Estado con éxito y
individualmente. Para contribuir a explicar es- tier (v.). Pero como en otros casos latinoameri- orientaciones diversos.
ta situación, pueden señalarse las siguientes canos, durante la década del treinta las rela- En el caso de Buenos Aires, durante la in-
cuestiones características del campo discipli- ciones no parecen muy fluidas ni conducen a tendencia peronista de Siri, se constituyó en
nar argentino: resultados destacables. 1947 el Estudio para el Plan de Buenos Aires,
-La existencia de otras organizaciones in- Esta situación comenzó a cambiar cuando bajo la dirección de J. Ferrari Hardoy, con el
ternacionales competidoras con los CIAM, so- Jorge Ferrari Hardoy y Juan Kurchan colabo- objeto de llevar a la práctica el Plan elaborado
bre todo los Congresos Panamericanos de Ar- raron con Le Corbusier en el proyecto para el junto a Le Corbusier en 1938. Se contrató a Er-
quitectos, iniciados en 1919, que proponían Plan de Buenos Aires (París, 1938), y se vin- nesto Natan Rogers (v.) como asesor y se rea-
el panamericanismo en oposición al interna- cularon con el catalán Antonio Bonet, forma- lizó el intento de incorporar a Le Corbusier.
cionalismo. do junto a José Luis Sert y colaborador de Le También el grupo de Tucumán, nucleado
-El profundo arraigo que tenían en nuestro Corbusier. En 1939 fundaron el grupo Austral alrededor de Jorge Vivanco y del Instituto de
medio otro tipo de formaciones en el urbanis- (v.), con claras referencias a su interés en vin- Arquitectura y Urbanismo de la Universidad
mo, como la francesa tradicional en el caso de cularse con los CIAM, cuya actividad estaba de Tucumán (v.), a partir de 1946 intentó cons-
Carlos Della Paolera (v.), o la del urbanismo an- paralizada por la guerra. tituir un equipo CIAM, aunque la relación con
glosajón, como en el caso de José M. Pastor (v.). Al iniciarse los congresos de la posguerra la asociación fue menos sistemática que la del
Los CIAM, en cambio, nucleaban a arquitec- (1947, Bridgwater, Inglaterra, Reino Unido, VI grupo porteño, posiblemente por la influencia
tos sin formación específica en urbanismo o CIAM), se encontraban presentes Ferrari Har- que ejercieron allí los italianos de la revista Me-
planeamiento, hecho que no siempre estaba doy (v.) y Jorge Vivanco (v.), a la vez que se acep- tron, miembros de la Asociación por la Arqui-
bien considerado en sectores que defendían la tó a Williams como delegado. Como corolario tectura Orgánica, cuyas relaciones con los
especificidad de tal disciplina. de este congreso se editó la obra A Decade of CIAM eran tensas.
Los CIAM se formaron en 1928 sin partici- New Architecture, que intentaba ofrecer un pa- Pero este momento, de aparente consoli-
pación de miembros latinoamericanos; solo norama de los desarrollos arquitectónicos de dación de la vinculación entre los CIAM y los
Neutra figuró como representante de los EE.UU. sus miembros durante el período signado por equipos argentinos, fue breve. A partir de 1951,
Pero ya en 1930, el secretario Giedion propuso la guerra. Allí se reproducen obras de los ar- el equipo argentino fue considerado por la aso-
a Gregori Warchavchik (radicado en Brasil) la quitectos citados y otros, como Eduardo Cata- ciación como “grupo en reorganización”, ca-
formación de un grupo latinoamericano, a par- lano (v.). Al igual que otras obras latinoameri- tegoría aplicada a los integrantes que no tení-

76 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cia cia
an una participación activa o no cumplían con Sin embargo, las teorías CIAM a través de fue presentado en el VII CIAM de Bérgamo,
los requisitos de forma exigidos. la propia asociación o de las obras de sus lí- Italia, en 1949 y publicado en A Decade of New
-Los motivos de la disolución del vínculo deres, marcaron buena parte de las ideas so- Architecture. Además, debe destacarse el Plan
involucran tanto las particulares condiciones bre la arquitectura y la ciudad de figuras cla- Regulador de Mendoza de 1940, ganador de
del equipo argentino, como las situaciones ves de la Arquitectura Moderna en la Argentina. un concurso de anteproyectos donde el equi-
de otros grupos latinoamericanos y también el En el caso de Acosta, la influencia CIAM po se presentó con el aval de Le Corbusier, aun-
propio desarrollo de la asociación, que en la puede leerse en sus investigaciones sobre vi- que este no participó en su elaboración.
posguerra parecía no encontrar un rumbo co- vienda masiva, en relación con las reflexiones A partir de la formación del EPBA, se pu-
herente como el de sus primeros años de exis- del II CIAM, referidas a la vivienda del Exis- blicó en forma fragmentaria la Carta de Atenas
tencia. Teniendo en cuenta estos tres núcleos tenzminimun (Frankfurt, Alemania, 1929). Tam- en la Revista de la Municipalidad de Buenos Ai-
de problemas, pueden puntualizarse las si- bién puede observarse en sus utopías urbanas res (diciembre de 1947), cuya publicación com-
guientes cuestiones: de alta densidad, como en los ensayos sobre pleta se realizó recién en 1957 a cargo de Aman-
a) Por un lado, la disolución del EPBA por el city-block (1928-1936) (v.), cuyos referentes cio Williams y traducida por Delfina Gálvez de
parte de la nueva gestión política municipal y son Hilberseimer y Le Corbusier. Su ciudad li- Williams para la Editorial Contemporánea.
el languidecimiento del proyecto Tucumán a neal, en cambio, parece inspirarse en otro líder Con respecto a los proyectos específicos re-
partir de 1952, que dejaron los equipos sin sus- CIAM: Richard Neutra y su rush city reformed alizados por el EPBA, es importante el caso del
tento dentro del Estado y deterioraron la rela- (1923-1933). A la intervención de Acosta en Nues- Barrio Bajo Belgrano de 1949, presentado tam-
ción con los líderes del CIAM. tra Arquitectura durante la década del treinta se bién al CIAM de Bérgamo, y publicado aquí
b) Por otro, la situación crítica que comienza debe también la difusión de algunos textos clá- tardíamente por la Revista de Arquitectura en
a vivir América Latina desde el punto de vista sicos CIAM como el de Gropius “¿Conviene la 1953 (N.° 329). Se trataba de una urbanización
económico en los años cincuenta, una vez fi- edificación baja, mediana o alta?”, en 1934; co- para 500.00 habitantes, basada en unidades
nalizado el período de bonanza que había ge- mentarios al IV CIAM, traducidos de la revista de habitación cuya referencia es la obra de Le
nerado la guerra. Así, la región dejó de des- Batir en 1935; la conferencia de Le Corbusier Corbusier (sobre todo Nemours, 1934), pero
pertar el interés de los arquitectos de los países en Atenas “Aire, sonido y luz” (1934), entre también las reflexiones CIAM referidas a las
centrales como un posible campo de proyec- otros. En 1936 Walter Hylton Scott saludaba neighbours-units, tema introducido en el CIAM
tación; interés del que quedan como testigos desde un editorial de la revista la formación del de Bridgwater, que trataba de modificar las pro-
múltiples proyectos no realizados de Le Cor- “CIRPAC en Argentina”, invitando a los inte- puestas de los años treinta, buscando la crea-
busier, Sert o Breuer. resados a integrarse al grupo liderado por Acos- ción de unidades urbanas con equipamiento
c) Por último, puede hablarse de desinte- ta (v. Nuestra Arquitectura). colectivo de dimensiones adecuadas, evitando
ligencias más amplias entre los líderes y los ar- En el caso de Austral, ya se ha citado su ma- la vivienda aislada sin relación con otras fun-
quitectos de los países periféricos. Estos últi- nifiesto y el Plan de Buenos Aires de 1938, que ciones urbanas.
mos manifestaban un interés en las propuestas
urbanísticas de los CIAM previas a la guerra y
dudaban sobre el valor y la pertinencia de los
virajes producidos posteriormente; para ellos,
los CIAM estaban representados por la Carta
de Atenas, como símbolo de los intentos de
control global de la ciudad, más que por los te-
mas de la posguerra como “el corazón de la ciu-
dad” (VIII CIAM, Hoodesdon, Inglaterra, Rei-
no Unido, 1951), ligados a la cultura o a la
estética. Los problemas cuantitativos, las gran-
des cuestiones del crecimiento urbano, la in-
dustrialización de la construcción —temas eu-
ropeos de preguerra— seguían teniendo
actualidad en América. La propia idea de in-
ternacionalismo en arquitectura, aun en las for-
mas abiertas en que estaba planteada por los
CIAM en la posguerra, aparecía así una vez
más cuestionada. La ampliación del número
de sus miembros, una forma de llevar el “in-
ternacionalismo” hasta sus últimas conse-
cuencias, también mostraba sus límites, ya que
terminaba albergando tal cantidad de diferen-
cias y expectativas que imposibilitaban el diá-
logo y la confrontación sobre bases comunes,
objetivo central de estos congresos de trabajo. u PLAN LE CORBUSIER PARA BS. AS., REALIZADO POR EL EQUIPO DE JORGE FERRARI HARDOY Y JUAN KURCHAN, 1937-1948.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 77


También Catalano proyectó un superblo- CIRCULACIÓN HORIZONTAL. f. Serie de co- X. La tercera, que sitúa a la circulación hori-
que para la Dirección Municipal de la Vivien- rredores y galerías (v.) en edificios en tira, a zontal dentro de la Arquitectura de Sistemas
da, el “Río de la Plata”, en ese mismo momento, partir de la aparición y consolidación en la Ar- (v.), formando parte de tramas jerarquizadas.
junto a otras propuestas similares encaradas gentina de la Arquitectura Moderna. La expresión funcionalista se liga en gene-
por la repartición. ral a programas de vivienda colectiva y hospi-
En el caso de Antonio Bonet, debe desta- Si bien el término circulación aparece en tales, desarrollados a partir del tipo monoblock
carse la creación del movimiento OVRA (Or- la teoría arquitectónica clásica del 1800, como mediante esquemas en U o en peine. En las vi-
ganización de la Vivienda Integral en la Re- medio de generalizar corredores y galerías al viendas colectivas, la racionalidad de su em-
pública Argentina), en 1943, donde también describir el parti, es en el S. XX cuando el ma- pleo se basa en el ancho mínimo de la célula y
colaboran A. Williams y E. Sacriste, propug- yor grado de abstracción del sustantivo des- en la posibilidad de utilizar dúplex (v.), elimi-
nando la introducción en el Estado de criterios plaza las connotaciones de lugar concreto que nando por consiguiente la mitad de los nive-
urbanísticos y habitacionales modernos y pre- acompañaban a los anteriores y es adoptado les de circulación. Dicha racionalidad se vin-
sentando un proyecto de viviendas pabello- por la ideología funcionalista, a partir de la ob- cula a la posición de los núcleos de circulación
nales en Casa Amarilla. Estos tres últimos pro- via referencia que hace el término respecto de vertical dentro de criterios de máxima eficien-
yectos parecen resultar en gran medida de la función designada. cia y rendimiento.
lecturas bastante estrictas de los maestros — El uso dentro de las nuevas modalidades Si en las viviendas la circulación horizon-
en especial Le Corbusier—, y de los postula- proyectuales de organización en tira de una o tal se ubicaba en uno de los frentes, en los hos-
dos de la Carta de Atenas, aun bajo los mati- más plantas, y particularmente del monoblock pitales, en cambio, aparece frecuentemente en
ces indicados para el caso del Bajo Belgrano. (v.), definen el carácter rectilíneo de la circula- el interior del bloque, permitiendo el acceso
En cambio proyectos posteriores de Bonet pre- ción horizontal que se articula, no en función a locales en ambos lados. Puede observarse por
sentan actitudes más libres y flexibles, sensi- de sus proporciones, sino de la presencia de ejemplo el Hospital Churruca Clínica (1938)
bles a valores diferentes de los requerimientos núcleos de circulación vertical o requerimien- de A. Vilar (v.).
de la construcción masiva, como la urbaniza- tos funcionales de las actividades de la planta. Dentro de la vivienda colectiva es posible
ción para Punta Ballena (Uruguay, 1945), pu- A partir del cambio que comienza a operar registrar como ejemplos el proyecto “Helios”
blicado en A Decade of New Architecture. en la Argentina desde los años treinta, pueden de Wladimiro Acosta (v.) (1934), el edificio pa-
También puede observarse en este sentido distinguirse tres expresiones de este tipo de es- ra el Hogar Obrero de Acosta, Bereterbide (v.)
el Plan de Remodelación del Barrio Sur que pacio a lo largo del tiempo: y Felici (1941), la Perú House de Jorge Kal-
Bonet realizó para el Banco Hipotecario (v.), en La primera, que se extiende entre 1930 y nay (v.) (1934) y el barrio Los Perales (1950). En
1957. Allí se evidencia la influencia de las pro- 1960, caracterizada por la relación directa es- estos ejemplos aparece la circulación horizontal
puestas de Sert para América Latina, en es- tablecida con la doctrina Funcionalista. La se- situada hacia el frente desfavorablemente orien-
pecial el Plan de Chimbote que Sert presentó gunda, que se manifiesta en los años sesenta, tado y se trata en general de espacios semicu-
en el CIAM de Bérgamo. La idea de “tapiz ur- a partir de la incorporación de algunos con- biertos. El edificio de departamentos que pro-
bano” de Chimbote y las altas densidades in- ceptos desarrollados por miembros del Team yectan Luis y Alberto Morea (v.) (1951), ubicado
tentaban recrear a partir de elementos mo-
dernos un clima urbano mediterráneo, a la vez
que a través del diseño de las supermanza-
nas se trataba de lograr una articulación del
sector con el resto de la ciudad. Estas proble-
máticas fueron características de las propues-
tas y reflexiones CIAM de la posguerra, en las
que los trabajos de Sert fueron centrales. A. B.

Bibliografía: F. Ortiz y M. Baldellou. La obra de An-


tonio Bonet. Bs. As.: Summa 1978; J.F. Liernur y P.
Pschepiurca. “Precisiones sobre los proyectos de Le
Corbusier en la Argentina 1929-1949”. En: Revista
summa n.° 243, 1987. Sobre CIAM pueden consultarse:
S. Giedion. A Decade of New Architecture. Zurich,
1951; R. Banham. “CIAM”. En: Thames and Hudson,
Encyclopaedia of 20th. Century Architecture. Lon-
don, 1963; G. Ciucci. “Il mito Movimiento Moderno
e le vicende dei CIAM”. En: Casabella, n.° 463/64,
nov.-dic. de 1980; Auke van der Woud y otros. Het
Nieuwe Bouwen Internationaal. Delft University
Press, 1981. A Ballent. El diálogo de las antípodas:
los CIAM y América Latina. Bs. As.: SCyT – FADU -
UBA, 1995. u EL HOSPITAL CHURRUCA (BS. AS.), DE ANTONIO VILAR, ESTÁ ORGANIZADO POR EXTENSOS PASILLOS.

78 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cia cir
de Clorindo Testa (v.). de expresiones que no pertenecen a la Arqui-
A comienzos de los años setenta, la llama- tectura Académica.
da Arquitectura de Sistemas repropone un re- Desde entonces el conjunto escalera / as-
novado Funcionalismo basado en el creci- censor se dispuso de dos maneras: una en la
miento, la flexibilidad y la eficiencia. Aplicada cual el desarrollo de la escalera rodea al as-
a edificios hospitalarios, la circulación hori- censor, encerrado en un enrejado, y la otra,
zontal, articulada jerárquicamente, pasó a in- donde el ascensor está separado en un com-
tegrar redes complejas, a través de las cuales partimento rodeado por muros. Esta modali-
se diferenciaba público, pacientes y servicios. dad resultaba preferida por los arquitectos en
Con estos criterios se construyen algunos hos- tanto se preservaba cierta dignidad clásica pa-
pitales (v.), entre los cuales el de Pediatría, con- ra la escalera, al tiempo que se ocultaban los
cursado en 1971, se convierte en paradigma. mecanismos del ascensor. Como se trataba de
u TERMINAL DE ÓMNIBUS DE RETIRO, BUENOS AIRES. Dentro del mismo sustento teórico se ela- uno solo y la altura entre niveles era por lo ge-
en Marcelo T. de Alvear y Talcahuano, Buenos boran propuestas para escuelas (la ya citada neral de 4 a 5 m, el desarrollo de la escalera ro-
Aires, es el único caso en que aparece la cir- Goethe Schule), facultades (la de Ciencias Exac- deaba racionalmente al ascensor.
culación horizontal en viviendas de lujo, me- tas de La Plata, ya mencionada) y conjuntos de A partir de los años treinta, cuando se pro-
diante la resolución de accesos hacia células vivienda (Ciudadela de STAFF (v.) y Piedra- duce la renovación de la Arquitectura Moder-
ubicadas por abajo y por encima de la circu- buena, de Manteola, Sánchez Gómez, Santos, na (v.), la circulación vertical fue reformulada.
lación, que permiten disponer conexiones cir- Solsona y Aslán-Ezcurra (v.)). Mientras en las casas de renta (v.) —y luego en
culatorias cada tres niveles. La crítica reciente al conjunto de ideas de los edificios en propiedad horizontal— se man-
Como ejemplos de la aplicación de la cir- la Arquitectura Moderna se extendió a las pro- tiene el esquema descripto durante largo tiem-
culación horizontal en edificios de tira corres- puestas de edificios en tira con circulaciones
pondientes a otros programas, pueden seña- horizontales, a partir de un cuestionamiento
larse: el edificio de oficinas de la calle Uruguay, socio-antropológico. Desde este momento des-
Buenos Aires, de Birabén y Lacalle Alonso (v.) aparece el recurso de los programas de vivienda
(1935), y los laboratorios de YPF en Florencio colectiva concursados en los ochenta, prefi-
Varela (1941), de Jorge de la María Prins y el riéndose el armado de Palieres de acceso en
equipo de proyectistas de YPF (v.). pocas unidades (por lo general de 2 a 4). E. G.
En los años sesenta, la crítica al Funcio-
nalismo realizada por el Team X provoca con-
secuencias en lo referente a las circulaciones CIRCULACIÓN VERTICAL. f. Conjunto de esca-
horizontales. Se trata de incorporar articula- leras, ascensores y montacargas que permi-
ciones de modo de definir un sentido de lu- ten el movimiento de objetos o personas en-
gar, asociable a cierta complejidad espacial, tre los distintos pisos de un edificio. Si bien
que buscaba sus referencias en el ambiente el término ya aparece en el tratado de Gua- u LOS NÚCLEOS DEL CONJUNTO PIEDRABUENA.

urbano europeo. det (1902), su uso en la Argentina aparece


A nivel local comienzan a difundirse rápi- ligado al desarrollo de edificios en altura. po, es en los tipos en tira y torre, así como en
damente estas expresiones, como en el con- las casas colectivas, donde se replanteó la con-
junto Juan XXIII de Oscar Molinos, en Bue- Hasta la década del treinta la circulación figuración de la circulación vertical.
nos Aires (1963). Esto se manifiesta asimismo vertical no aparecía destacada entre los ele- En efecto, mientras en los edificios de de-
en otros programas, donde la organización del mentos compositivos debido, por lo menos, a partamentos de categoría se mantiene hasta el
edificio gira a partir de la definición de una “ca- dos cuestiones: por un lado, su expresión era presente una localización dispersa de las cir-
lle” de la que se pretende la generación de una contraria al sistema académico y, por otro, la culaciones verticales, en los departamentos po-
fuerte interacción entre distintas actividades, planta de los edificios en altura —destinados pulares se tiende a tipificar soluciones que la
designándosela con la frase nivel de asociación. casi exclusivamente a casas de departamen- ubican en el centro de la planta. Esto ya se ad-
Ejemplo de esta tendencia puede considerar- tos— presentaban una organización que pri- vierte en edificios de renta, como el de la calle
se la calle de la Terminal de Ómnibus de Bue- vilegiaba la disposición de áreas públicas y pri- Tucumán 675 (1940), de Prebisch (v.) o el de
nos Aires, de Serra y Valera (v.) (1978); el pro- vadas hacia los frentes útiles del edificio. Canning, hoy Scalabrini Ortiz, 2910 (1940),
yecto para la Facultad de Ciencias Exactas de Como excepciones a este criterio, pueden de Sabaté (v.), ambos con cuatro departamen-
la Universidad Nacional de La Plata, de Erbin, citarse en la primera década del siglo XX los tos por planta.
Lestard, Traine y Varas (v.) (1968); el segundo edificios de Cabello y Malabia, de Pigeon, y el Los edificios en tira o torre tienden a con-
proyecto para la Goethe Schule, de Manteola, de Chacabuco 78, de García Núñez (v.), ambos centrar la circulación vertical en puntos es-
Sánchez Gómez, Santos y Solsona (v.) (1972). en Buenos Aires, donde la circulación vertical tratégicos de la planta, para servir con racio-
También en los años sesenta se difunde aparece dispuesta en un vacío de múltiples al- nalidad y economía de medios a la disposición
la idea de “circulación equipada”, es decir la turas que recuerda la resolución similar en el de la misma.
que da acceso de un lado a actividades y del edificio Bradbury de Wyman (1889-1893), ubi- Por otro lado, se produce una reformula-
otro a locales de apoyo, por ej.: Hospital Naval cado en Los Ángeles. En ambos casos se trata ción de la organización del núcleo al apare-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 79


cer mayor tráfico en los edificios (dada la ma- ralegui, y el edificio de YPF en Florencio Va- tonini, Schön, Zemborain (v.), Llauró y Urgell
yor densidad de ocupación). Así aparecen los rela (1941) de De la María Prins. Edificios con (v.). Otra posibilidad para edificios en tira apa-
ascensores colocados en batería y se les da pri- núcleo exterior son el proyecto para el conjunto rece al quebrar la tira articulándola mediante
macía respecto de la escalera, la que tiende a Helios (1934) de Acosta (v.), el de Barrio Par- el núcleo: primer premio del concurso para la
convertirse en complemento de los ascenso- que (1933) de Stok (v.) y Olezza, el Hogar Obre- sede de SEGBA (1975), Conjunto Piedrabue-
res, sin rodearlos. ro (1941) de Bereterbide y Acosta, el edificio de na (1975), etc.
En la Argentina no estaba reglamentada la oficinas Uruguay (1935) de Birabén y Lacalle Por su parte, en el Banco de Londres de SE-
obligación de proveer escaleras de incendio Alonso (v.), el de departamentos en Charcas y PRA (v.) y Testa (1959-1966), aparecen los ele-
presurizadas y encerradas en cajas murarias Talcahuano (1959) de Morea (v.). De este mo- mentos de circulación vertical expresados den-
especiales, lo cual hizo que la escalera apare- do podía conseguirse un mejor rendimiento tro de un espacio totalizante (v. Doble altura)
ciera abierta por lo general hacia el hall de es- para la planta en cuanto al uso del frente útil. —caracterizado por la presencia de platafor-
pera de los ascensores, supliendo el eventual En los años sesenta se modifican los re- mas en voladizo tomadas desde pilares, vacíos
mal funcionamiento de los ascensores. cursos expresivos y compositivos para los edi- de múltiples alturas, transparencias con el ex-
En los tipos en torre que aparecen desde la ficios en tira y torre. Derivados de planteos de terior, etc.—, donde el recorrido vertical ad-
Stirling y Kevin Roche, se ensayaron varias al- quiere gran importancia.
ternativas destinadas a oficinas que parten de Hacia fines de los años setenta, al produ-
identificar la circulación vertical como volu- cirse la crisis generalizada de la Arquitectura
men “ciego”, “duro” y “sirviente”, según la Moderna, se puso en cuestión la expresión ar-
conceptualización teórica de Khan. La circu- quitectónica como resultado de elementos fun-
lación vertical, que ya desde el proyecto de edi- cionales del edificio, tendiéndose como res-
ficio de oficinas de Amancio Williams (v.) puesta a neutralizar lingüísticamente la imagen
(1943) y durante los años cincuenta se identi- del núcleo de circulación vertical. E. G.
fica con los sistemas estructurales de contra-
viento, aparece contrastada de modos diver-
sos con el bloque del edificio. El núcleo aparece CIUDAD JARDÍN. f. Expresión que es calco se-
compuesto junto a los offices y sanitarios ge- mántico del inglés garden city, usada por pri-
u LOS NÚCLEOS SE EXPRESAN EN LA BIBLIOTECA NACIONAL. nerales de cada planta. mera vez en los Estados Unidos para referir-
Dentro de las posibilidades planteadas en se a un suburbio de New York (Long Island),
década del treinta hasta el sesenta, el núcleo se la relación núcleo edificio, se distinguen cla- constituido por casas con jardín en un área
sitúa hacia el centro de gravedad o desplazado ramente tres tipos: uno en el cual aparecen planificada por A. Steward en 1869. Más tar-
hacia un borde, salvo contados casos en que se simplemente adosados, por ejemplo en la se- de logró cierta difusión en los Estados Unidos
ubica en el exterior. Se trata de tipos que res- de de la Unión Industrial Argentina (1968) de para aludir a algunos pueblos o como atribu-
ponden en los treinta al esquema en set-back Manteola, Petchersky, Sánchez Gómez, San- to de algunas ciudades, por la naturaleza de
norteamericano o al conjunto de La Muette tos, Solsona y Viñoly. Otra posibilidad en don- sus suburbios. Pero el uso correcto de la fra-
de Beaudoin y Lods —como la Maison Garay de la circulación vertical es a la vez estructura se se refiere al modelo de ciudad descripto
de Kalnay (v.)—, que desde los cincuenta en ade- portante del edificio, expresada al exterior: Bi- por E. Howard en su libro Garden Cities of To-
lante se vinculan con los prototipos miesianos. blioteca Nacional (1962) de Bullrich (v.), Caz- morrow (London, 1902). La primera edición
Los edificios en tira realizados o proyecta- zaniga y Testa (v.); edificio para la sede de Ae- de la obra se realizó en 1898 bajo el título de
dos entre el treinta y el sesenta desarrollan dos rolíneas Argentinas (1975) —tanto el primero Tomorrow: a Peaceful Path to Real Reform. El
alternativas referidas a la posición del núcleo: como el segundo premio—, Banco Comercial Garden City Mouvement se había desarrolla-
la que lo incorpora al cuerpo principal del edi- de la Plata (1975) de Azpiazu, Casellas y Ga- do en Inglaterra, liderado por William Morris,
ficio, en el centro de la planta, y la disposición larregui. Y una tercera modalidad en la cual el desde 1875, y alcanzó su consolidación a par-
exterior del núcleo con la circulación horizon- núcleo se separa del volumen del edificio al tir de las obras de Howard. Su idea era la de
tal situada hacia el borde. Dentro del primer cual se vincula mediante puentes: Banco de un organismo social y económico coherente.
caso se pueden citar el Hospital Churruca Corrientes (1970), de Manteola y otros, y Cen- La urbanización se basaba en la distribución
(1938) de Vilar (v.), Noel (v.), Escasani y F. Sa- tro Gubernamental de La Plata (1971), de An- territorial de un sistema de núcleos urbanos
(ciudades jardín) relacionados entre sí y reu-
nidos alrededor de una ciudad madre. Se tra-
u TRES ESQUEMAS DE OR-
taba de recuperar una relación equilibrada en-
GANIZACIÓN BASADOS EN
tre la ciudad y el campo, que se consideraba
LA UBICACIÓN DE NÚCLEO
perdida en la época moderna a partir del cre-
VERTICAL: BANCO DE CO-
cimiento de las grandes ciudades y de la ex-
RRIENTES, AEROLÍNEAS AR-
pansión industrial. El suelo no se encontraba
GENTINAS Y UNIÓN INDUS-
fraccionado en propiedades individuales, si-
TRIAL ARGENTINA.
no que era propiedad común del consorcio de
habitantes. La comunidad recibía así el plus-
valor generado por la urbanización, que era

80 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cir ciu
utilizado para la realización de obras colecti- tina, la expresión no siempre fue usada con
vas. La expansión de la ciudad estaba limita- precisión, si se compara su uso con el mode-
da por una cintura agrícola y la población óp- lo de Howard. Salvando algunas excepciones,
tima se calculaba en 30.000 habitantes. Las la idea de ciudad jardín fue aplicada a con-
diversas actividades económicas estaban in- juntos exclusivamente residenciales (barrios
tegradas entre sí y relacionadas con la capa- jardines o barrios parque), abandonando la re-
cidad residencial y de los servicios sociales. lación entre vivienda y trabajo tanto como la
La ciudad jardín nació de una concepción so- propuesta de utilización colectiva de la tierra
cial nueva, sobrepuesta a un diseño urbano urbana que habían nutrido las reflexiones ini-
precedente, por ejemplo, en conjuntos de vi- ciales sobre el tema.
viendas obreras, como en el caso de la in-
dustria Krupp en Essen (Alemania) o de Cad- CIUDAD JARDÍN Y VIVIENDA POPULAR.
bury en Bournville (Inglaterra, Reino Unido). Desde principios de siglo se teorizaba en la
Letchworth (Unwin y Parker, 1903) fue la pri- Argentina sobre la aplicación de ciertos prin-
mera ciudad construida siguiendo las ideas cipios de la ciudad jardín a la habitación po- u BARRIO DE SUBOFICIALES SGTO. CABRAL (1934-1937).

de Howard. La construcción de este tipo de pular, considerando las ventajas de la vivien-


comunidades tropezaba con un sinnúmero de da individual situada en espacios verdes y conformaban el imaginario socialista de prin-
dificultades prácticas. En cambio, la teoría ge- periféricos, que asegurara condiciones de hi- cipios de siglo, donde la utopía urbana se liga-
neró dos modelos de intervención urbana que giene e independencia de los distintos grupos ba a una utopía social (por ej., Notice from Now-
encontraron mayores posibilidades de gene- familiares. Se oponían a esta tendencia los de- here, de William Morris).
ralización: el suburbio jardín (o barrio jardín) fensores de la vivienda colectiva en barrios den- La Comisión Nacional de Casas Baratas (v.)
y la ciudad satélite. Así, la ciudad jardín se iría sos y céntricos (v. Vivienda de interés social). ensayó algunos principios de la ciudad jardín
transformado en un instrumento de extensión Un caso particular dentro de los primeros en su inflexión higiénico moralizadora en los
urbana, perdiendo su carácter de alternativa lo constituye la obra de la Cooperativa El Ho- barrios Alvear (proyectado en 1917), Caffera-
a la gran ciudad y abandonando también las gar Obrero (v.) que, entre 1907 y 1914, constru- ta (proyectado en 1918) y Rawson (íd., 1928).
bases de transformación social que habían yó pequeños conjuntos suburbanos de vivien- Los trazados pintorescos de la ciudad jardín
nutrido las propuestas de Howard. das individuales, en parte bajo la influencia del operaban como una crítica al amanzanamien-
ideal social de la ciudad jardín entre los movi- to porteño, permitiendo un mayor aprovecha-
El primer suburbio jardín fue Hampstead Gar- mientos cooperativistas europeos y americanos. miento de la tierra urbana e introduciendo va-
den Suburb (Londres, Unwin y Parker, 1905) Sin embargo, por la escasa magnitud de la obra riaciones de trazado en un esquema que se
y la primera ciudad satélite fue Welwyn (1920, realizada, no puede hablarse más que de un in- juzgaba monótono. Los trazados y principios
De Soissons y Kenyon). Raymond Unwin fue flujo vago y de una serie de obras literarias que de diseño de estos conjuntos eran simples:
una figura clave para la introducción de la ciu-
dad jardín en el planeamiento urbano y su
obra Town Planning in Practice. An introduc-
tion to the art of designing cities and suburbs
(London, 1909) se transformó en un manual
de diseño urbano en Europa y América, que
mantuvo su vigencia por décadas. Unwin fu-
sionaba ideas sobre el funcionamiento de la
ciudad ya desarrolladas en Alemania por J.
Stüben (Der Städtebau, 1890) y las pro-
puestas de diseño urbano y arquitectónico
pintoresquista de C. Sitte (Der Städtebau nach
seinen künstlerischen Grundsätzen, 1890)
con elementos tomados de la jardinería y pai-
sajística inglesas y con el ideal popular de vi-
da en el campo (V. Urbanismo).

La ciudad jardín derivó en un instrumento


del planeamiento descentralizador regional,
teorizado sobre todo en Inglaterra, Reino Uni-
do (P. Abercrombie, por ej.) y en los Estados
Unidos (L. Mumford), que intentaba descon-
gestionar las metrópolis creando nuevos nú-
cleos controlados en la periferia regional.
Desarrollo en la Argentina. En la Argen- u VISTA AÉREA DEL BARRIO PARQUE SAAVEDRA DE BUENOS AIRES.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 81


u EL BARRIO RAWSON FUE PROYECTADO EN 1928 POR LA COMISIÓN NACIONAL DE CASAS BARATAS.

combinación de calles vehiculares rectas y cur- separación auto / peatón y las calles en cul de ropuerto (v.). En Ciudad Evita (10.000 vivien-
vas como generadoras del conjunto, “manza- sac. Este conjunto sirvió de modelo a obras en- das proyectadas; 5.000 construidas), las vías
nas” pequeñas e irregulares, previsión de es- caradas en la década siguiente como “Villa Con- de circulación principales (ferrocarril y calles
pacios centrales para equipamiento colectivo, cepción” (Partido de General San Martín, Prov. principales internas) organizan 5 sectores de
lotes individuales, retiros de frente con jardi- de Buenos Aires, proyectado en 1944), que con- vivienda, con su propio equipamiento, según
nes, viviendas individuales (apareadas o en tinuaban los lineamientos indicados por las el esquema aconsejado por las unidades veci-
tiras) de una o dos plantas y alzados pintores- “unidades vecinales” norteamericanas. nales; calles de comunicación local conectan
cos (v. Pintoresca, arquitectura). Si se comparan es- En otros ejemplos, estas innovaciones no entre sí los distintos sectores de vivienda. El
fueron incorporadas. Tal es el caso del “barrio conjunto se encuentra organizado morfológi-
parque en La Tablada” (Partido de Matanza, camente por las viviendas individuales, tipo-
Prov. de Buenos Aires, 1937), proyectado por logía a la que pertenece la mayor parte de las
A. Bilbao la Vieja (v.) para el Ministerio de Obras unidades construidas. En el proyecto original,
Públicas provincial, de trazado simétrico y po- las colectivas se ubicaban en general en los cen-
co articulado, y calles rectilíneas, que no pro- tros de los sectores de vivienda, rodeados por
ponía cambios conceptuales con respecto a las los sectores afectados a unidades individuales.
realizaciones de la CNCB. Otro ejemplo de ciudad jardín construido
Otro conjunto que merece destacarse es la
ciudad jardín Lomas del Palomar (1943, pro-
yectado con anterioridad). Se trató de una ini-
ciativa privada (Empresa FINCA), que com-
binaba una empresa económica con cierta
u CASAS TIPO CHALÉ EN UN BARRIO PORTEÑO. ideología de vida comunitarista y alejada de la
metrópoli, que sus promotores, inmigrantes
tos ejemplos con trazados ingleses, se obser- alemanes, traían de su país de origen.
van diferencias notables: en los casos argentinos En cuanto a los desarrollos de estos prin-
predominaban las calles rectas, el equipamiento cipios en la década del cuarenta, la gestión del
colectivo era reducido o nulo y el trabajo no se peronismo en vivienda apoyó en gran medida
desarrollaba dentro de ellos. En tal sentido, los trazados de barrios jardín de viviendas in-
guardan mayor afinidad con referencias ale- dividuales, aunque no fueron las únicas tipo-
manas, que aplicaban ciertos principios gene- logías ensayadas en el período. El ejemplo más
ralizados por la ciudad jardín a la extensión de importante del momento fue Ciudad Evita (pro- u VIVIENDAS APAREADAS EN EL BARRIO PORTEÑO ALVEAR II.

la ciudad. yectada en 1947, Ezeiza, Prov. de Buenos Ai-


En la década del treinta estos trazados se res). Formaba parte de una operación territo- durante el peronismo fue el pueblo de Las Cue-
fueron complejizando y sofisticando, siguien- rial más amplia, que se inició con la instalación vas (Prov. de Mendoza). Se trató de una in-
do los desarrollos internacionales del tema. En del aeropuerto Ministro Pistarini y su vincu- tervención completa y de un diseño ex-novo;
tal momento comenzaron a observarse refe- lación con la Capital a través de la autopista sin embargo, su escasa complejidad indica que
rencias norteamericanas. El barrio de Subofi- Ricchieri, y que proponía una combinación de la idea de ciudad jardín fue adoptada más por
ciales Sargento Cabral (1934-1937, Dirección sectores de producción o servicios, con vivienda, su asociación con el Pintoresquismo arquitec-
de Ingenieros Militares del Ministerio de Gue- esparcimiento y deportes. Dentro de la misma tónico que por su carácter de instrumento de
rra) introdujo una serie de innovaciones, co- operación se incluía el barrio jardín Autopista planificación territorial.
mo la provisión de equipamiento colectivo, la (o Barrio n.° 1), destinado a trabajadores del ae-

82 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ciu ciu
CIUDAD JARDÍN Y PLANEAMIENTO URBANO. teaba como una parte del planeamiento regio- se otros modelos, como la legislación sobre pla-
Una de las primeras aplicaciones en pla- nal de la Patagonia, una vasta operación de con- nificación territorial inglesa o el Plan de Lon-
neamiento urbano de las teorías de la ciudad trol territorial realizada a la manera de la Ten- dres de 1943. En este caso, ya no puede ha-
jardín se encuentra en el Plan de la Comisión nessee Valley Authority, obra del New Deal blarse de influencia o empleo de la ciudad
de Estética Edilicia (v.) (1925), que proponía es- norteamericano. Otras proyectos de Pastor plan- jardín, sino de la incorporación de una tradi-
te tipo de conformación para los barrios peri- teados sobre bases similares fueron los si- ción urbanística (la anglosajona), una de cuyas
féricos (v. Urbanismo). El Plan introducía una ne- guientes: Villa Jardín de Reyes, en Jujuy (2.045 bases estaría constituida por los modelos de
ta diferenciación entre el centro de la ciudad, habitantes) (c. 1949); Villa turística en Neco- ciudades jardín. En rigor, la idea más difun-
cuya reforma se produciría a través de los prin- chea (c. 1952), proyectada con Bonet, Cuen- dida y banalizada de ciudad jardín, entendida
cipios de la city beautiful norteamericana, y la ca, Lima, Martínez (h.) Rébora, Lange, Etche- como una periferia de baja densidad organi-
periferia, modelada a través de la “ciudad jar- verry y Bonilla. zada sobre la base de viviendas individuales
dín”. La última se ligaba al problema de la ex- Otro ejemplo importante del período fue- con lote propio, fue criticada por las corrientes
pansión urbana. ron los diversos proyectos para la reconstruc- urbanísticas que proponían un hábitat de alta
Estas ideas recibieron un nuevo impulso a ción de la ciudad de San Juan (v.). El proyecto densidad, por la alta ocupación del suelo que
fines de los años treinta, cuando comenzó a de Bereterbide (v.), Vautier (v.), Muzio y Lima exigía y el alto costo en infraestructura que de-
imponerse el llamado planeamiento regional, utilizaba el concepto de “aldeas jardín” como mandaba. A. B.
que sobre todo a través de referencias nortea- organizador del territorio sanjuanino, en rela-
mericanas, tematizaba el equilibrio entre la ción directa con la producción vitivinícola. Tam- Bibliografía: J. M.F. Pastor. San Juan, Piedra de toque
ciudad y su región. La operación de Ezeiza fue bién planteaba la constitución de unidades ve- del planeamiento nacional. Bs. As., 1945. J. M. F. Pas-
producto de este clima de ideas tanto como del cinales, hecho que también se observa en otros tor. Curso básico de planeamiento urbano y rural.
avance de las referencias norteamericanas en proyectos, como el de Pastor y el del equipo di- La Plata, 1950; AA.VV. “Historia argentina de la vi-
el campo local. rigido por Mendióroz. La ciudad ya no se pen- vienda de interés social. Período 1916-1943, Perío-
Uno de los mayores difusores de tal núcleo saba a partir de la vivienda como unidad bá- do 1943-1955”. En: Arquitectura y Comunidad Na-
de ideas fue J. M. F. Pastor (v.). En sus proyec- sica, sino de unidades urbanas autosuficientes cional.
tos, el concepto de ciudad jardín se tomaba en en varios aspectos de la vida cotidiana.
forma integral, ya que no solo involucraba la En los años cuarenta, ciertos principios
residencia, sino que incorporaba áreas rurales, de la ciudad jardín se combinan con otras tra- CIUDAD UNIVERSITARIA (CU). f. Conjunto edi-
industriales, de esparcimiento y vida cívica, etc. diciones urbanísticas. El urbanismo de los licio destinado a reunir facultades, institutos,
La idea de zonificación, tema central del ur- CIAM (v.) recogía influencias anglosajonas, co- departamentos, servicios comunes y todas las
banismo en los años treinta en la Argentina, mo el concepto de “unidad de habitación”. Es- dependencias de una universidad, de tal ma-
se combinaba con trazados pintorescos y con te no era un hecho completamente nuevo, ya nera que su proximidad posibilite una fuerte
la propuesta de “unidades vecinales”. En al- que en los años veinte, arquitectos alemanes interacción entre las partes de la misma. Por
gunos casos se presentaba como una propuesta como Taut, May o Gropius habían articulado la superficie de terreno demandada, los con-
descentralizadora de la metrópoli (obras en las ideas de la ciudad jardín con la arquitec- juntos requieren áreas urbanas de reserva —
el Gran Buenos Aires) y en otros, como un ins- tura de la Neue Bauten, en las Siedlungen de generalmente situadas en los bordes del cre-
trumento de desarrollo territorial, siguiendo el Berlín o Frankfurt, pero a partir de los años cimiento— o enclaves extraurbanos. Estos
modelo del New Deal estadounidense (obras cuarenta resulta prácticamente imposible dis- planteos constituyeron una ideología y un pro-
para el interior del país). tinguir tradiciones urbanísticas “puras”. En la grama que se extendieron en la Argentina en-
Con respecto a la primera opción, puede Argentina, este hecho se observa en el Estudio tre fines de la década del treinta y fines de la
citarse la ciudad jardín El Libertador (San Mar- para el Plan de Buenos Aires (1947-1949), cre- del cincuenta. Por caminos separados, al-
tín, Prov. de Buenos Aires, c. 1950), proyecto ado sobre la base de las propuestas de Plan Di- gunos de sus cultores pretendían que la CU
que desarrollaba una parte del Plan regulador rector elaboradas por Le Corbusier (v.), Kurchan fuera un modelo de laboratorio de la reforma
de Gral. San Martín. Este a su vez era un en- y Ferrari Hardoy en 1938. Al intentar llevarlo urbana que la “ciudad real” dificultaba im-
sayo sobre la forma en que podía organizarse a la práctica, el tema del Gran Buenos Aires, plementar; otros buscaban materializar los
el territorio del Gran Buenos Aires. no contemplado en el plan original, apareció ideales de la Reforma Universitaria y, final-
Con respecto a la segunda opción, el pro- en primer plano. Para la resolución de los pro- mente, algunos esperaban que la integración
yecto de la Ciudad del Nahuel Huapi se plan- blemas regionales comenzaron a incorporar- de partes anulara la dispersión del saber en

u DORMITORIOS ESTUDIANTILES DE LA CIUDAD UNIVERSITARIA, EN CERRO SAN JAVIER, SAN MIGUEL DE TUCUMÁN, PROYECTADA POR VIVANCO, CAMINOS, SACRISTE, ZALBA, ONETTO Y CATALANO.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 83


especialidades de carácter acentuadamente Nacional comprendía un Colegio Nacional Mo-
profesionalista. La ideología no pudo sopor- delo programado y construido entre 1905 y
tar los embates del pensamiento contesta- 1907, el primer caso de espacio universitario
rio de los años sesenta, que demandaba una planificado en América Latina. Su modelo obe-
universidad dispersa en la ciudad y compro- dece más a la idea de College anglosajón que al
metida con las luchas populares; perdió su posterior de ciudad universitaria, ya que se tra-
atractivo utópico, quedando reducida a mero ta de una primera etapa dedicada a dotar de
instrumento técnico de organización del es- equipamiento edilicio a los estudiantes preu-
pacio universitario. De las propuestas gene- niversitarios. En esta pequeña comunidad au-
radas, muy pocas pudieron materializarse y tónoma podían restituirse ejemplarmente los
en general de modo incompleto. Ejemplo de lazos sociales que la cultura metropolitana es-
esto es la Ciudad Universitaria de Buenos Ai- taba rápidamente disgregando; el propio es-
res (cuya culminación a pesar de las reitera- pacio, una reserva verde donde los edificios u LA UADE SOBRE LA AV. 9 DE JULIO.

das promesas oficiales no figura como priori- aparecen disueltos, constituía un punto cen-
dad política), y el ambicioso proyecto para tral de ese programa educador. La conjunción Dentro del primer registro se sitúa el pro-
Tucumán, del cual se concretaron únicamente entre naturaleza, organicidad y clasicismo, esa yecto oficial de Ciudad Universitaria para Bue-
alojamientos individuales y parte del esque- mezcla de ideales precapitalistas con convic- nos Aires impulsado en 1939 por el Dr. Ber-
leto estructural de uno de los bloques de alo- ciones republicanas, tiñen la organización del nardo Houssay, quien consideraba que, de
jamiento colectivo. conjunto que no volvió a hallar en el futuro un concretarse, podría revertir un negativo diag-
planteo de similar contundencia. nóstico donde la Universidad estaba domina-
Hasta fines de la década del treinta se sos- da por el pragmatismo, la exclusiva búsque-
tenía la vigencia de este modelo de universi- da de diplomas, el consiguiente encierro de los
dad inserta en la ciudad, a la que cualificaba estudiantes y profesores en sus áreas específi-
dándole el carácter global de Ciudad Univer- cas y la ineficiencia de las prestaciones des-
sitaria, y en este registro Ricardo Levene se- centralizadas. Esta prédica se produce en un
ñalaba en 1931 que “la ciudad universitaria no momento de particular agitación en el seno de
es precisamente la ciudad monumental. [...] La las facultades de Medicina y Derecho, deriva-
Universidad es hija de la juventud de la ciu- da de un estado de corrupción en el acceso a
dad. La identificación ha sido tan entrañable los cargos académicos y aun en la admisión de
u CAMPUS DEL COLEGIO NACIONAL DE LA PLATA. que la vida de la ciudad tiene resonancia dia- alumnos, mientras desde el Poder Ejecutivo se
ria en la universitaria pero las inquietudes e denunciaba “la falta de espíritu universita-
La fundación de la Universidad Nacional ideales de la Universidad son las grandes pre- rio” de autoridades y profesores. Ante este es-
de La Plata en 1905 por parte de Joaquín V. ocupaciones de la ciudad. La ciudad universi- tado de cosas la Ciudad Universitaria parecía
González permitió exponer posiciones teóri- taria es La Plata”. cobrar un valor redentor.
cas claras ante el problema de dotar de una se- La Ciudad Universitaria entendida como Generadas por inquietudes propias del cam-
de física a una institución de educación supe- núcleo autónomo y ejemplar frente a la ciudad po disciplinar, se pueden leer las respuestas
rior y, dada la magnitud del emprendimiento, comienza a manifestarse a fines de la década alternativas que rápidamente presentan tanto
es posible separarlo del pragmatismo y la dis- del treinta a través de tres registros: uno que la oficina técnica municipal como la SCA (v.).
paridad de criterios con que las más antiguas aspira a elevar a través del nuevo tipo arqui- La primera, de la que era responsable el inge-
universidades del país, Córdoba y Buenos Ai- tectónico el nivel intelectual de la institución, niero Carlos M. Della Paolera (v.), había reci-
res (fundadas en 1622 y 1821, respectivamen- el segundo que proviene de las discusiones del bido el encargo a través del proyecto de ley de
te), encaraban la realización del marco edilicio campo arquitectónico de la época y que aspira presupuesto para 1939, donde se señalaba ex-
para la expansión de las mismas. a una ciudad zonificada con centros para las plícitamente la creación de un centro urbano
Para González, la nueva ciudad de La Pla- diversas actividades de carácter, y el tercero sos- especial. La Dirección del Plan de Urbaniza-
ta (v.) se convertiría en una “ciudad universita- tenido por los sectores reformistas que evalú- ción realiza una rutinaria respuesta técnica pa-
ria” por la presencia de la institución sumer- an positivamente estos modos de agrupación ra un problema planteado unilateralmente, cu-
gida en el medio urbano. El proyecto por considerarlos potenciadores de su plata- yo enclave en Palermo anticipó la sede definitiva
fundacional de González para la Universidad forma ideológica. de la actual Ciudad Universitaria. La SCA ela-
boró un ambicioso proyecto propio en 1940
con la firma de su presidente Jorge Sabaté (v.).
El Poder Ejecutivo, desconociendo estos an-
tecedentes, decidió llamar a concurso para la
nueva Facultad de Derecho en Recoleta y de-
terminó como emplazamiento de la nueva Fa-
cultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales
el área de Puerto Nuevo, sitio desaconsejado
u REDIBUJO DE LA CIUDAD UNIVERSITARIA PORTEÑA TERMINADA. recurrentemente.

84 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


w Ciudad Universitaria de Córdoba ciu ciu

u ARRIBA: ESCUELA DE CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN. ABAJO: ESCUELA DE CIENCIAS MÉDICAS, ESCUELA DE ARTES Y FACULTAD DE ODONTOLOGÍA.

u A LA DERECHA: MASTER

PLAN PARA LA CIUDAD


UNIVERSITARIA DE
CÓRDOBA, DE MIGUEL
ÁNGEL ROCA. UN CÍRCULO
CON LAPACHOS BLANCOS,
ROSAS Y AMARILLOS
CIRCUNSCRIBE GRAN PARTE
DE LOS EDIFICIOS NUEVOS
Y VIEJOS. DOS EJES
ORTOGONALES, A LA
MANERA DE “CARDO” Y
“DECUMANO” ORGANIZAN
LA CIRCULACIÓN.

u A LA IZQUIERDA,

DETALLES INTERIORES.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 85


universidades nacionales en el intento de al- cados arquitectos italianos, contratados ade-
canzar por la fuerza un estado de armonía que más como profesores, parte de la vanguardia
rozaba la paz de los sepulcros. En el marco de arquitectónica de la Italia posterior a 1945: Gi-
este cambio político, la ambiciosa Ciudad Uni- no Calcaprina (v.), Enrico Tedeschi (v.), Luigi Pi-
versitaria de Tucumán se benefició inicialmente cinato (v.), Guido Oberti, Ernesto Rogers, Car-
por la generosa afluencia financiera que des- lo Barbieri y Lázaro Devoto.
plegó el gobierno peronista. Al entrar este en Se eligió un enclave favorable desde el pun-
severo proceso de crisis económica debió aban- to de vista climático y visual, que permitía re-
donar las obras que quedaron definitivamen- alizar una contestación a la ciudad existente ale-
te inconclusas. jándose radicalmente de la misma a la vez que
La Universidad de Tucumán había sido cre- se buscaba una idílica armonía con la natura-
u CAMPUS DE LA UCA, EN PUERTO MADERO. ada en 1912 con carácter provincial y adquirió leza, separación que no solo entrañaba la de
el estatus de nacional en 1921. En la década del la propia Tucumán sino por elevación la del ca-
Un gran corpus internacional acerca de es- cuarenta se había concentrado un destacado os de Buenos Aires, ciudad en la que habían
tas ciudades universitarias informaba acerca grupo de académicos de la derecha católica, fa- iniciado su experiencia profesional varios de
de coordenadas ciertamente no homogéneas vorable en esos años al experimento peronista. sus autores y a la cual referían la experiencia de
en espíritu ni en la apariencia física espera- Al asumir la nueva intervención de 1946, se de- la Ciudad Universitaria, en tanto el área desti-
da. Houssay apoyaba sus argumentaciones en signó como rector al Dr. Horacio Déscole, quien nada a la misma era prácticamente idéntica a
ejemplos italianos, suizos, norteamericanos, puso el acento en la creación del Instituto Su- la de la Capital. Este propósito programático
ingleses y canadienses; Bereterbide y Vautier perior de Arquitectura y Urbanismo (v.). Den- tornaba a la ciudad universitaria “ejemplo de
elogiaban en 1933 la vida en común y la dedi- tro de este surgió el proyecto para la sede de solución urbana, de experiencia para la plani-
cación exclusiva del profesorado de los casos la Universidad, ubicada en lo alto del cerro San ficación y remodelación de nuestros pueblos”.
alemanes y norteamericanos frente a la situa- Javier, que ocupaba una extensión de 18.000 La organización de la ciudad se presenta-
ción local y, en tal sentido, un año más tarde hectáreas compradas a tal fin. ba como un conjunto organicista al que Ban-
reiteran estas ideas dentro de la Comisión cre- El proyecto correspondió a un equipo de ar- ham compara con el de Pedregulho de Reidy:
ada por el Poder Ejecutivo para la ubicación de quitectos modernos, relacionado directamen- gran dimensión, desafío lecorbusierano a los
los edificios públicos, abogando por “un gran te con Austral (v.), que encontraron en Tucu- problemas topográficos del enclave mediante
Centro Universitario”. Pero la versión más acep- mán el protagonismo y las posibilidades que la técnica (en este caso el funicular de ascen-
tada era el modelo norteamericano de campus no se les habían brindado en Buenos Aires. so, el acueducto de 26 km y las audaces es-
universitario, que constituyó un influjo im- Los miembros del grupo inicial fueron Jorge tructuras espaciales de hormigón armado),
portante en esta línea de pensamiento, dado Vivanco (v.), Eduardo Sacriste (v.) y Horacio Ca- que posibilitaría desarrollar una prístina geo-
que “la vida de la Universidad norteamericana minos (v.). Posteriormente se agregaron Hila- metría. A las grandes construcciones que “co-
está sintetizada en el campus, o sea, el recinto rio Zalba (v.), Onetto y Eduardo Catalano (v.). A ordinarían el territorio” se les agregaban pe-
donde se halla emplazada”, como señalaba un ellos se sumaron después, en la última fase de queños edificios que quedarían sumergidos
profesor platense tras su regreso en 1939 de elaboración del proyecto, un grupo de desta- en la naturaleza.
los EE.UU. Un reciente caso latinoamericano,
la Ciudad Universitaria de Bogotá, concretada
hacia 1938 en su mayor parte, probaba la efec-
tiva adecuación del modelo norteamericano a
otras realidades.
Pero sería la Ciudad Universitaria de Tu-
cumán el caso más significativo del intento de
anudar las coordenadas conservadoras del pro-
yecto de Houssay con la aspiración de los ar-
quitectos modernos de convertirla en un la-
boratorio urbanístico para experimentar las
teorías “de punta”. En esta modernización sin
conflicto se puede leer como antecedente la
conferencia que Horacio Moyano Navarro (v.)
dio en la Universidad de Córdoba en octubre
de 1941, donde plantea la Ciudad Universita-
ria como crisol de una nueva universidad ar-
mónica que virtualmente haya eliminado el de-
bate reformista-antirreformista, autopreservada
del caos metropolitano.
Tras la revolución de junio de 1943, el go-
bierno del presidente Ramírez intervino las u PROYECTO GANADOR DEL CONCURSO PARA COMPLETAR LA CIUDAD UNIVERSITARIA DE LA UBA.

86 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ciu ciu
Este enorme proyecto solo pudo ser mate- Perez Aznar consiguió que la legislatura pro-
rializado en una mínima parte. La crisis inter- vincial aprobara un proyecto de ley en 1947 que
na de 1952 se sumó al retiro compulsivo, por declaraba al Paseo del Bosque de La Plata zona Campus Universidad siglo XXI
presiones políticas, de casi todos sus impulso- de reserva para la realización de una CU. Si bien
res iniciales, y se detuvo la construcción de las se aprobó y sancionó el proyecto, las autorida-
obras ya comenzadas. Algunos trabajos de in- des de la Universidad de La Plata estaban aguar-
fraestructura se completaron, pero otros, como dando ese mismo año que la ley universitaria
el ferrocarril funicular que debía unir la ciudad legitimara las intervenciones, y poco hicieron
tradicional con la universitaria que se erigía en por la concreción de la CU. Las autoridades sur-
la cumbre del cerro, quedaron como modernas gidas de la normalización universitaria poste-
ruinas en la densa selva de la ladera. rior a 1955 intentaron su concreción a partir de
La visión reformista de la formulación de las posibilidades que brindaba la ley de 1947,
la CU comenzó erráticamente en 1927 cuan- pero su formulación se fue desvaneciendo mu-
do el Centro de Estudiantes de la UBA llamó cho antes de la intervención de 1966. Dada
CU a un club, cuyo emplazamiento se propo- su proximidad con la parte habitada, evita “el
nía en el Tigre, donde “la vida al aire libre, la aislamiento del estudiante, que generalmente
belleza del panorama, el alejamiento de la at- resulta nocivo, aun cuando para ello se le otor-
mósfera nociva de la ciudad y del tráfico urba- guen posibilidades de desenvolverse en luga-
no, y la práctica de los deportes fueran simila- res apacibles o agrestes”. Evidentemente se es-
res a la vida que llevan los estudiantes de las tán marcando matices diferenciales entre la
universidades de Baltimore, Oxford, Califor- propuesta local y el modelo norteamericano tout
nia y Cambridge”. Del mismo modo errático, court al que se adhería de modo explícito en el
la reivindicaba en 1938 el Centro de Estudian- sistema elegido para los internados, que de-
tes de Ingeniería de la Universidad de La Pla- bía ser abierto y con un régimen de “libertad
ta —bastión reformista—, confundiéndola con responsable” para el alumno.
un Hogar Estudiantil que “congregará en su El rechazo del aislamiento lo formuló nue-
seno como en un inmenso crisol, a las juven- vamente, en 1955, Gabriel del Mazo cuando,
tudes estudiosas de todas las latitudes de nues- consultado respecto a la erección de la Ciudad
tro territorio que llevarán al hogar común sus Universitaria de Caracas, advertía sobre los pe-
problemas e inquietudes, para retornar con su ligros que este tipo de estructuras arquitectó-
espíritu más solidario y más argentino”. nicas generaban en relación a la integración
Contemporáneamente a las formulaciones del estudiantado con las realidades políticas y
de Houssay para la UBA, los sectores refor- sociales. A pesar de que fue una figura pro-
mistas elaboraron un proyecto de ley redacta- pia del reformismo quien planteó los resulta-
do por Juan José Alsina, Juan I. Cooke y Mar- dos negativos de este tipo de agrupaciones, su
uARRIBA, LOS PRIMEROS u ABAJO, EL MASTER PLAN
tín Noel para la UNLP. Comunidad de espíritus, voz no se hizo oír en el faraónico proyecto de
EDIFICIOS CONSTRUIDOS PARA LA UNIVERSIDAD EM-
organicidad, juvenilismo, democracia, ameri- Ciudad Universitaria para Buenos Aires —pro-
EN EL EL NUEVO CAMPUS PRESARIAL SIGLO XXI PRO-
canismo, fueron los tópicos que de modo sis- yecto de Eduardo Catalano (v.) y Horacio Ca-
SON DE UNA ARTQUITECTU- YECTADO POR CESAR PELLI
temático se instalarían en concomitancia con minos (v.)—, desarrollado durante los traumá-
RA AUSTERA, SENCILLA. Y DESARROLLADO POR EL
la Ciudad Universitaria, formando las bases de ticos años de la autonomía previa a la
BUSCAN RECREAR UN AM- ESTUDIO GGMPU ARQUITEC-
los sucesivos proyectos desarrollados en esta intervención de 1966 y percibido en la actua-
BIENTE SUBURBANO, APTO TOS. EL PAISAJISMO PERTE-
línea. Un año más tarde, en 1941, Alfredo Pa- lidad como un eslabón más de la tecnocracia,
PARA EL ENCUENTRO. NECE A DIANA BALMORI.
lacios, desde la presidencia de la UNLP, llevó antes que como una Jerusalén Celestial de la
como programa político el “propósito de pla- Reforma. Cuando en 1960 el entonces rector
near en forma definitiva la CU”. de la UBA Risieri Frondizi planteaba los obje-
Inmediatamente estos propósitos fueron tivos de la Ciudad, hablaba en rigor en térmi-
prefigurados por una comisión ad hoc en la que nos que se situaban en un punto equidistante
actuaban los ingenieros Juan Sábato y Gabriel entre Houssay y los reformistas que actuaron
del Mazo, que elaboraron una propuesta para en La Plata en los cuarenta: “Dejando de lado
ser desarrollada en el paseo del Bosque de La aspectos políticos, hay que recordar que no he-
Plata y sus inmediaciones. redamos una Universidad sino un conjunto de
Tras las interferencias provocadas por la vir- escuelas profesionales, algunas con un cerra-
tual intervención del PEN a las universidades do espíritu provinciano, encubierto retórica-
en 1943 y la desaparición de los estatutos re- mente por grandes principios: autonomía de
formistas con la Ley Universitaria 13.131/47, es- las facultades, gloriosa tradición […]. La sepa-
tos antecedentes recuperaron vigencia. El di- ración física de las facultades favorecía la rup-
putado radical de militancia reformista Ataúlfo tura de la unidad [...]. La proximidad física fa-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 87


cilitará el proceso de integración cultural. De UNLP, realizada unos años antes por el mis- mericanas y marca un punto de inflexión en la
ahí la importancia de la Ciudad Universitaria”. mo estudio, inserta la universidad en la ciudad realización de este tipo de programas. E. G.
Risieri Frondizi fue atacado desde la derecha, y manifiesta en sus representaciones el espe-
que señaló a la CU como instrumento de agi- rado conflicto. Bibliografía: B. Houssay. Concepto de Universidad. Bs.
tación y rebeldía. Esta posición fue decisiva en En los últimos años, un cambio en la utili- As., 1939; G. Del Mazo. Reforma universitaria y cul-
la propuesta de alejar de la Universidad la fu- zación de este programa parece surgir del ám- tura nacional. Bs. As.: Raigal, 1955; A. Ciria, A. y H.
tura sede de la Biblioteca Nacional , cercanía bito de las universidades privadas. Hasta los Sanguinetti. Los reformistas. Bs. As.: Editorial Jor-
que estuvo formulada en 1940, cuando se la comienzos de la década menemista sus desa- ge Álvarez, 1968; Revista summa, n.° 43, nov. de 1971
propuso junto a la Facultad de Derecho. rrollos edilicios no habían sido significativos y n.° 104, sept. de 1976; R. Banham. Megaestructuras.
Un caso importante de este tipo de em- pero, amparadas en la crisis del Estado y su po- Futuro urbano del pasado reciente. Barcelona: Gus-
prendimientos, que se desarrolla en paralelo a lítica educativa, las universidades privadas co- tavo Gili, 1978.
los de Buenos Aires y La Plata, es el de Cór- menzaron a tener mayor participación en la
doba. Este complejo ocupa 109 hectáreas en el educación terciaria y a realizar inversiones edi-
sudoeste de la ciudad y constituye uno de los licias que están comenzando a dar los prime- CIVIT, MANUEL Y ARTURO. (C. MANUEL: Men-
espacios verdes públicos más amplios de la ur- ros resultados significativos en el campo ar- doza, 1901 - íd., 1978; C. ARTURO: Mendo-
be. Actualmente, alberga el mayor número de quitectónico. Ejemplo de todo esto son: la za, 1903 - íd, 1975). Arquitectos. Desde
facultades que se emplazan en una serie de pa- UADE sobre la Av. 9 de Julio en Capital Fe- 1932 desarrollaron en Mendoza una inten-
bellones, reestructurados y remodelados a par- deral, de J. Galarregui y C. A. Buzzo; la remo- sa labor profesional, particularmente desde
tir de 1957, año en que la Nación otorgó defi- delación de un sector de los depósitos de Puer- la función pública, en la cual puede advertir-
nitivamente los terrenos y edificios primitivos to Madero por J. Altuna para la UCA; los se cierto vanguardismo en su concepción del
al sector universitario. Como en el caso de La recientes proyectos de C. Testa para la nueva producto arquitectónico.
Plata, la idea inicial de un campus planificado sede de la Universidad Di Tella en el barrio de
fue superado por un caótico sucederse de ini- Belgrano y para el campus de la Universidad Cultores del Movimiento Moderno, sus
ciativas construídas a lo largo del tiempo. En del Salvador en Pilar. obras se encuadraron en un planteo social de
el master plan diseñado por M. A. Roca en 1998 Tal vez el emprendimiento reciente que más avanzada. Promovieron y realizaron el primer
se construyen o remodelan 8 edificios sobre apuesta a reinstalar la idea de campus univer- barrio obrero de la provincia —las Casas Co-
dos ejes perpendiculares, tratando de ordenar sitario es el proyecto de la Universidad Siglo lectivas (1937)—, el Hospital Central (de co-
el conjunto. Del mismo año es el 1° primer pre- XXI de Córdoba. El nuevo conjunto, proyecta- bertura regional) y numerosas construcciones
mio del concurso para el Parque Público Ciu- do por el estudio César Pelli & Associates, con sanitarias, hospitalarias, educativas y asisten-
dad Universitaria (UBA), de Baudizone, Les- diseño de paisaje a cargo del estudio Diana Bal- ciales. En vivienda, son los autores de la única
tard, Varas junto con Becker - Ferrari. mori, y asociado al estudio local GGMPU (Gra- producción racionalista de la década del trein-
El ocaso de la CU surgió de la crítica acé- mática / Morini / Pisani / Urtubey arquitectos), ta en la región cuyana.
rrima que recibió de las izquierdas radicali- se sitúa en un terreno cuadrangular de 36 ha. Graduados en la Escuela de Arquitectura
zadas de los sesenta. Dando la espalda al ais- El complejo, más que plantear una alternativa de la UBA (Manuel en 1926 y Arturo en 1928),
lamiento en una esfera interuniversitaria, como de ciudad a la manera de los emprendimientos trabajaron hasta 1932 en esta ciudad para ocu-
planteaba el gobierno universitario que surge derivados del ideal reformista, se parece a los par, a partir de entonces y por diez años, los
tras la intervención de 1966, o a la matizada clásicos campus de las universidades nortea- cargos de director y vicedirector de la Direc-
formulación reformista, se proponía la in-
mersión de la universidad en la ciudad, para
que en su seno asumiera las luchas y mani-
festaciones callejeras, y que el edificio se con-
virtiera en un enorme foro público de discu-
sión. El nuevo contexto es el de la universidad
de masas, a la cual ha accedido un gran por-
centaje de estudiantes y docentes provenien-
tes de sectores populares, hasta entonces mi-
noritarios en la vida académica. La política
oficial surgida del gobierno elegido en 1973 in-
corporó estos presupuestos en su accionar y,
dentro de los trabajos realizados en esta línea,
se encuentra la Universidad de Río Cuarto —
arquitectos Baudizzone, Erbin, Díaz, Lestard,
Varas (v.)—, en la que pueden advertirse in-
fluencias de la Universidad Libre de Berlín de
Candilis, Josic y Woods. Contra la idea aisla-
cionista de campus, esta propuesta, junto a la
inconclusa Facultad de Ciencias Exactas de la u MAQUETA DEL BARRIO GUILLERMO CANO, DE MANUEL Y ANTONIO CIVIT, EN MENDOZA.

88 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ciu clu
ción de Arquitectura del Ministerio de Indus- de su producción moderna: las Casas Colec- en 1898. Por otra parte, el proceso de trans-
trias y Obras Públicas de Mendoza. tivas y el Hospital Central. Este último esta- formación urbana y el progreso de nuevos ba-
En Mendoza, la clientela posible de una vi- blecimiento fue dotado de equipamiento dise- rrios en las ciudades argentinas genera la apa-
vienda racionalista estaba limitada a una élite ñado de acuerdo con los preceptos más rición de clubes populares que nuclean a sus
intelectual reducida. Durante su trayectoria pro- avanzados de la arquitectura hospitalaria. El asociados en torno de un deporte popular.
fesional, los Civit pasaron así de la postura ra- alejamiento de la función pública los recluye Club alude tanto a la entidad de ingreso se-
cionalista más ortodoxa a un Pintoresquismo en la actividad privada. S. C. lectivo, y a sus diferencias con el ejemplo eu-
doméstico (generalmente californiano, al que ropeo, como a sus traducciones locales.
se le incorporaron elementos coloniales y vas- Organizados en general alrededor de una
cos). Después de analizar la trayectoria de los CLERICI, EDUARDO E. Buenos Aires, 1856 - actividad singular y selectiva (golf, caza, ca-
hermanos Civit se puede afirmar que su obra íd., 1928. Ingeniero. ballo, vela), los clubes elegantes se diferencian
estuvo enmarcada en un planteamiento ideo- de los especializados, cuyos miembros se de-
lógico más amplio, y que durante más de una Se graduó en la UBA en 1881. Fue Jefe de finen por la posesión de una propiedad co-
década insistieron en la postura racionalista, Sección e Ingeniero de Obras Sanitarias, y Di- mún, en que se tiene en cuenta la definición
pero fueron vencidos por la incomprensión del rector de Tierras de la Provincia de Buenos Ai- de sus integrantes de acuerdo con su ‘perso-
medio local. Los Civit restringieron cada vez res. Tuvo actuación en la fundación de La Pla- na social’, esto es, lo referente a toda la capa-
más el campo de aplicación de la nueva arqui- ta. Asociado con el arquitecto Felipe Duncan, cidad social (relaciones, redes, etc.) de la que
tectura. Esto definió tres períodos en su obra. realizó diversas obras, como las del Banco El ese individuo es portador.
La primera producción es exclusivamente Hogar Argentino, en Avenida de Mayo 880,
racionalista, con marcada influencia del Yatch las residencias de Alcobendas en Uruguay 1229
Style o arquitectura náutica. Esta trasciende la y 1175 (1906), la de Serro en Juncal 1651 (1906),
mera utilización de elementos —ojos de buey, la de RíoBamba 1081, la de Libertad 1275, etc.
aleros curvos, carpinterías metálicas, colores—
para abarcar la composición volumétrica exte- Bibliografía: F. Ortiz, R. Gutiérrez, A. de Paula, G. Vi-
rior y el espacio interior. ñuales y otros. La arquitectura del liberalismo en
Realizaron varias viviendas, entre las que la Argentina. Bs. As.: Sudamericana, 1968.
se destacan la de Berta Baeza de Ortiz Lobos
(San Lorenzo y Chile), la de Benjamin Ugalde
(Montevideo 72) y la de Lorenzo Roppollo (Mi- CLUB. m. (Préstamo del inglés). Asociación o
tre 1242), todas en la ciudad de Mendoza. Des- junta de individuos que se reúnen periódica-
de la Dirección de Arquitectura concretaron: mente con un fin común. Suelen poseer una
el Hogar de la Madre Obrera, en Chile 845 entidad donde desarrollan prácticas de tipo
(1935), edificio prototipo en un planteo social deportivo, político o intelectual. Se caracteri-
de avanzada (hogar diurno para hijos de ma- zan por ser círculos cerrados en los que se fo-
dres obreras); las escuelas Daniel Videla Co- menta la sociabilidad y el recreo de sus aso-
rrea, en Paso de los Andes y Manuel Sáez, ciu- ciados. El antecedente más lejano se u PILETAS CUBIERTAS EN EL ACTUAL “CLUB DE AMIGOS”.

dad de Mendoza, y Justo José de Urquiza, en encuentra en los clubes literarios de la Ingla-
Maipú (Prov. de Mendoza), edificios urbanos terra del siglo XV. A partir de la Revolución de Un aspecto central, enfatizado por Pierre
tipo para terrenos en esquina; escuelas en San 1789, los clubes se extendieron por toda Fran- Bourdieu al aludir a la lógica de funcionamien-
Rafael, Guaymallén y Palmira (Prov. de Men- cia, funcionando como grupos de presión y to de dichos clubes, es su capacidad de transpa-
doza), y gran número de las denominadas ru- como plataforma política para los líderes de rentar la lucha por la inclusión que se desarrolla
rales; Playas Serranas (1937), edificio balnea- la época. en el seno de las clases, donde no se contra-
rio ubicado en el extremo sur del lago del ponen solamente intereses profesionales, si-
Parque San Martín, en la ciudad. En nuestro país, los modelos de clubes han no que tiene mayor relevancia el capital social
A partir de 1938 comienza a aparecer en su variado según los objetivos de los miembros de del individuo. La acelerada transformación ur-
obra la producción pintoresquista. Pueden men- la institución. Originariamente esta práctica bana que se dio en el país desde el último cuar-
cionarse el arco y el edificio existentes en De- fue llevada a cabo por los miembros de secto- to de siglo XIX provocó cambios profundos en
saguadero, en el límite entre Mendoza y San res acomodados de la sociedad, quienes for- la estructura social. Entre ellos, los sobresa-
Luis, y el Hotel Potrerillos, en Mendoza (1939- maban centros con ingreso restringido. Sin em- lientes fueron la conformación de las clases
1940). Resulta curiosa la solución pintores- bargo, a principios del siglo XX, esta experiencia medias y las jóvenes burguesías, que intenta-
quista en algunos edificios públicos en entor- comienza a ser traducida en distintos niveles ron justificarse como tales a partir no solo de
nos urbanos (Cajas de Jubilaciones y de sociales. A partir de la llegada masiva de ex- la ostentación de la riqueza, sino de las cos-
Ancianidad, en la ciudad, y Municipalidad de tranjeros al país, se crean los clubes étnicos, los tumbres que ellas mismas fijaron. En este mar-
la Ciudad de San Martín, en la provincia). Más que ofrecían la oportunidad de vincular entre co, en la ciudad de Buenos Aires comenzaron
sorprendente puede resultar este hecho si con- sí a los socios, mediante fiestas campestres y a surgir centros sociales inspirados en los de
sideramos que, al mismo tiempo, estaban en eventos socioculturales. Un ejemplo de este ti- Viena, París y Londres, entre los que se desta-
construcción las obras que indican el cenit po se encuentra en el “Club Italiano”, fundado caron el “Club del Progreso”, fundado en 1852,

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 89


y el “Club del Plata”, en 1860. Estas institu- En un estudio sobre la composición social
ciones convocaban en su seno a los sectores de los fundadores integrantes del Jockey Club,
distinguidos de la sociedad y tenían como fin Francis Korn encuentra que no era un círculo
“reunir a los caballeros más respetables, na- tan cerrado como el de otros clubes “elegan-
cionales y extranjeros, para mantener las rela- tes” europeos: si bien la mayoría estaba com-
ciones personales y uniformar en lo posible las puesto por hacendados, era un conjunto hete-
opiniones por medio de una discusión delibe- rogéneo donde más de la mitad de sus
rada y de acuerdo a cuyo nombre adopta por miembros eran extranjeros. Para emparejar las
bandera”. La función manifiesta de estos cír- diferencias, se enfatizaban los rasgos de refi-
culos era recreativa y generadora de contactos namiento, lujo y alcurnia. Para Miguel Cané,
informales entre los “contertulios”, entre quie- por ejemplo, el Jockey Club no era un club aris-
nes se fomentaba el espíritu de camaradería. tocrático de cuna ni una camarilla de casta: la
Era el lugar ideal para asistir a conciertos y ba- selección social era vasta y comprendía a todos
zares. Allí se leían y se comentaban las nove- los hombres cultos y honorables.
dades económicas y políticas del país y del mun- u SEDE GENERAL SAN MARTÍN, CLUB GIMNASIA Y ESGRIMA. Siguiendo esta caracterización, es impor-
do, y —como dice J. L. Romero— “se iniciaban tante señalar como ejemplo algunos clubes ele-
conversaciones informales que no hubieran Arquitectónicamente se caracterizaban por gantes desarrollados en Mar del Plata en su
estado bien en los despachos oficiales o en las sus salones de estar, salas de lectura y biblio- primera etapa de villa balnearia, cuando hacia
oficinas financieras”. Lucio. V. López, en re- teca, comedores exclusivos y lujosos, salones fines del XIX es levantada para servir de so-
ferencia a los aspectos físicos del Club del Pro- para fiestas donde se realizaban los tradicio- lar veraniego de las clases altas.
greso, describe que la entrada no era por cier- nales bailes de la sociedad, la gran atracción de Los clubes Mar del Plata, Pueyrredón, Oce-
to la entrada del palacio del Elíseo y la escalera, la season porteña, en la que hombres y muje- an y Golf se distinguieron por concentrar los
tampoco una maravilla de arquitectura. res lucían sus mejores galas. rasgos aludidos. Ellos fueron —junto al Bris-
Sin embargo, para el viejo porteño que no La mayoría de los clubmen pertenecían a la tol Hotel y la Rambla Bristol— los principales
había salido nunca de Buenos Aires o para el clase dirigente. Así, estas sociedades fueron centros de sociabilidad del balneario hasta la
joven provinciano que recién llegaba a la Ca- constituyéndose como reductos del grupo do- década del treinta, cuando el sesgo de alcurnia
pital, el club era una mansión soñada, donde minante, desde donde informalmente se to- y lujo jugaba como elemento diferenciador an-
no es dado penetrar a todos los mortales y cu- maban decisiones de importancia para la vida te el continuo desafío que la “invasión” de una
ya crónica está llena de prestigiosos romances. política o económica del país. sociedad abierta planteaba.

uTIGRE CLUB, EN EL DELTA, REALIZADO POR PABLO PATER SEGÚN LOS PRINCIPIOS DE LA ÉCOLE DE BEAUX ARTS.

90 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


clu clu
El más importante fue el Club Mar del Pla-
ta, fundado en 1908. Tuvo como mayor im-
pulsor al senador riojano y director del diario
La Prensa, Dr. Adolfo Dávila, quien, junto a un
grupo de los llamados “veraneantes ilustres”,
coincidió en la iniciativa de organizar una ins-
titución que brindara mejores posibilidades de
recreación.
Los objetivos del Club, además de consti-
tuir un gran centro social, estuvieron ligados
al progreso turístico del balneario. Se fijaron
como objetivos procurar la instalación de pis-
tas de juegos, lawn-tennis, push-ball, un teatro,
un parque, la construcción de una rambla “de
material” —las anteriores habían sido de ma-
dera—, que se tradujo en la Rambla Bristol
(1913). También atendieron a la pavimentación
del Bulevar Pedro Luro y del Bulevar Colón,
como al entubamiento del arroyo Las Chacras.
En 1910 el Club construye su propio edifi-
cio, el cual formó parte de la fisonomía de la
“Mar del Plata aristocrática”. La obra, de ca-
rácter académico, diseñada por el arquitecto u YACHT CLUB ARGENTINO, PROYECTADO POR LE MONNIER EN LA DÁRSENA NORTE PORTEÑA.

Carlos Agote (v.), era un edificio de mampos-


tería con muros de gran espesor que com- En general, las colectividades realizarán sus preferencia por el Racionalismo o la arqui-
prendía siete niveles. Constaba con un gran clubes en el estilo más moderno de sus res- tectura blanca de evocación náutica. Ejemplos
hemiciclo respetado en todos los pisos, una es- pectivos países de origen, que coinciden so- claros de este cambio son las sedes balnearias
calera arriñonada, pileta de natación y grandes bre todo con el Art Nouveau y sus diferentes del Jockey Club en Punta Lara (La Plata, Pro-
salones para bailes, tertulias y juego de ruleta. variantes regionales. De ese modo, el club es- vincia de Buenos Aires), de L. Pico Estrada; el
La caracterización arquitectónica de los clu- pañol de Buenos Aires, del arquitecto belga balneario de Mendoza de los hermanos Cívit
bes variaba en función de su programa o de los Folkers (v.), y el de Rosario, de Roca y Simó (v.), (v.), el Hindú Club de A. Vilar (v.) o el Ocean
gustos del grupo social que le daba vida. Aque- responden al Modernismo catalán o a una mez- Club de Mar del Plata.
llos cuya función era la de estrechar vínculos cla ecléctica de diversos modernismos. Con el triunfo definitivo de la Arquitectu-
entre los miembros de las clases más acomo- Un cambio notable en la caracterización ra Moderna (v.), la caracterización de este tipo
dadas se ubicaban en la zona central de las ciu- de este tipo de edificios se produce a partir de de programas irá perdiendo su especificidad.
dades y se erigían como verdaderos palacios la década del veinte. Con la masificación del Solo algunas exigencias de carácter técnico im-
urbanos. Así el Club del Progreso no era otra deporte y la cultura al aire libre, se crean nue- plicarán algún cuidado especial que algunas
cosa que el palacio de la familia Muñoa, re- vos clubes, pero también sedes deportivas de veces servirá para producir una morfología di-
modelado para cumplir nuevos fines. Carac- antiguos clubes en la cercanía de ríos y arro- ferente. Las piletas de natación, diversos tipos
terísticas de arquitectura académica francesa, yos; una modalidad anticipada desde princi- de canchas cubiertas, ciertos servicios, han da-
propias de los gustos de la elite de fin de siglo, pios de siglo por los clubes de remo, todos en do lugar a estudios de interés, como en el ca-
tuvieron este tipo de clubes en diversas ciuda- estilo pintoresquista trastocado ahora por una so del Centro Recreativo de Palermo de Eduar-
des (cf. Jockey Club de Bs. As., de La Plata y de do Leston (1980). M. B. / E. P.
Rosario, este último obra de E. Le Monnier (v.)).
Distinto era el caso cuando los clubes convo- Bibliografía: E. Aldao de Díaz. “Veraneos Marplaten-
caban a la recreación o a la realización de al- ses”. Bs. As., 1923; E. Alió. Historia de una hermosa
guna práctica deportiva: el mismo Le Monnier ciudad balnearia. Bs. As.: TGA, 1924; AA.VV. Dic-
acude al Arte Nuevo (v.) cuando proyecta el cionario histórico argentino. T II. Bs. As.: Edicio-
Yatch Club Argentino en el puerto de Bue- nes Históricas Argentinas, 1953; F. Korn. “La gen-
nos Aires. El Pintoresquismo es el indicado pa- te distinguida”. En: José L. Romero y Luis A. Romero.
ra los diferentes Golf Club o para la sede de- Buenos Aires, historia de cuatro siglos. Bs. As., Abril,
portiva del Club Gimnasia y Esgrima en Buenos 1986; J. L. Romero. Latinoamérica, las ciudades y las
Aires, o las derivaciones festivas del Beaux Art ideas. Bs. As.: Siglo XXI, 1986; P. Bourdieu. Cosas di-
para el “Tigre Club” de P. Pater (v.). chas. Bs. As.: Gedisa, 1988 y La distinción. Criterio
Otra es la situación cuando aparecen los y bases sociales del gusto. Madrid: Taurus, 1988; E.
clubes que responden a las diversas naciona- Weber. Francia, fin de siglo. Madrid: Editorial De-
lidades, producto del fenómeno inmigratorio. u OCEAN CLUB EN MAR DEL PLATA. bate, 1989.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 91


CLUSELLAS, GERARDO. Santa Fe, 1929 - Bue- seño de objetos. Produjo diferentes sistemas El término de coadjutor tiene un alcance de
nos Aires, 1973. Profesional de importancia de equipamiento para viviendas y oficinas, y competencia estrictamente religiosa, pero en
clave en los inicios del diseño industrial en la aplicó sus invenciones en proyectos notables, el campo de la historia de la arquitectura en la
Argentina. como el del interior del Teatro Gral. San Mar- Argentina aparece con frecuencia distorsiona-
tín y las oficinas de los Astilleros Alianza. En do en su significado. Se confunde la categori-
Estudió arquitectura en la Facultad de Ar- 1963 ingresó en la Sociedad Ergonómica In- zación religiosa, identificándola con una de
quitectura y Urbanismo (UBA) entre los años ternacional, donde realizó trabajos interdisci- sentido profesional.
1948 y 1952, sin llegar a laurease. Allí, se vin- plinarios con antropólogos suecos e ingleses. Por lo general, se da por sobreentendida la
culó con un grupo de jóvenes interesados en Sus trabajos fueron publicados en las princi- identidad o coincidencia entre hermano coad-
la Arquitectura Moderna, que aún no consti- pales revistas nacionales (Casas y Jardines, Nues- jutor y profesional, iniciado en el saber arqui-
tuía el lenguaje oficial. Junto con ellos fundó tra Arquitectura, Obrador) e internacionales (Ar- tectónico; cuestión inexacta, ya que los coad-
la Organización de Arquitectura Moderna chitectural Design, Architecture d’Aujourd’hui, jutores podían ejercer diversos oficios o
(OAM, (v.)) y realizó el Auditorio de Radio Splen- Bauen + Wohnen, revista de la Ergonomic Rese- profesiones.
did, la Feria de Mendoza, la Fábrica Emsi, la arch Society). G. S / M. L. Además, se identifica erróneamente al tér-
galería Kryd y la casa de departamentos de Al- mino coadjutor, como un grado dentro de la
vear y Ayacucho. En 1951-1952, participó en el escala posible de la práctica profesional. En
equipo dirigido por César Jannello (v.) para el COADJUTOR. m. En el derecho eclesiástico, sa- muchos escritos se cita a los coadjutores en el
proyecto de la feria de Mendoza. En esta ex- cerdote nombrado por una autoridad ecle- sentido de profesionales subordinados a la
periencia desarrolló el gran techo de la confi- siástica que ayuda a un obispo o a un pá- jerarquía de un superior arquitecto. Esta ca-
tería y dos pabellones de la exposición, e in- rroco. Por la duración del cargo, pueden ser tegorización es inexacta también, ya que la
coadjutores temporales —si cesan al cesar la jerarquía eclesiástica es independiente del gra-
causa— o coadjutores perpetuos —si conti- do de conocimientos profesionales alcanzados
núan hasta la muerte del propietario—. La voz por el religioso, por lo que los hermanos co-
se emplea también como adjetivo. adjutores eran en algunos casos arquitectos re-
conocidos como tales y, en otros, simplemen-
En la Compañía de Jesús se denomina co- te iniciados que se dedicaron a la construcción
adjutores a aquellos religiosos que, sin hacer la de edificios, urgidos por las circunstancias
profesión solemne de los cuatro votos propios de la colonización americana y echando mano
de la Orden, realizan solo tres votos simples, a conocimientos adquiridos de diferentes ma-
aunque públicos. Después de algunos años de neras. C. G. G.
prueba son incorporados definitivamente a la
Orden, donde cooperan en sus ministerios. Los Bibliografía: J. Gracia S.J. Los jesuitas en Córdoba. Bs.
que son destinados a los trabajos domésticos, As.: Espasa-Calpe Argentina, 1940; A. Woodrow. Los
por no poseer estudios o formación especial, jesuitas. historia de un dramático conflicto. Bs. As:
u PABELLÓN DE LA FERIA DE MENDOZA. son llamados coadjutores temporales. Otros to- Ed. Sudamericana-Planeta, 1985. D. H. Sobrón S.J.
man parte en los ministerios y empresas de la “Contribución Jesuítica a la Arquitectura Colonial
trodujo la madera laminada en la construcción Orden, y se los llama coadjutores espirituales. Argentina”. En: Documentos para una historia de
de los stands. El tema de ferias y exposiciones Anteriormente, solo se admitían dos cate- la arquitectura argentina. Bs. As.: Ediciones Sum-
fue recurrente en su producción, ya que pos- gorías de componentes: novicios y profesos, ma S.A., 1988.
teriormente realizó la exposición Rosario In- pero al aumentar el número de religiosos de
dustrial y Artesana; el stand del INTA en la So- la Compañía, se decidió que no todos podían
ciedad Rural Argentina (1962); la primera llegar a cumplimentar la formación ascética COCINA. f. Espacio o sitio de un edificio en el
exposición de Diseño INTI en el Teatro Gral. que Ignacio de Loyola requería para el ideal de que se elabora la comida. Como lugar por ex-
San Martín (1969) y un sistema de camiones profeso. Para no excluir de la Compañía a aque- celencia del trabajo doméstico, la evolución
para exposiciones ambulantes. Como arqui- llos potenciales colaboradores, Ignacio de Lo- de la cocina y sus ambientes anexos mues-
tecto, proyectó también diversos locales co- yola introdujo esta innovación. En 1546, Pau- tra un particular punto de contacto entre las
merciales en ciudades argentinas y latinoa- lo III, en su Exponi Nobis, aprobó esta reforma, distintas alternativas por las que atraviesa el
mericanas, oficinas y casas unifamiliares. dándole a la Compañía la facultad de aceptar desarrollo de la técnica y los cambios en la
Su aporte fundamental se produjo en el di- sacerdotes y personas legas. Limitó en el nú- estructura familiar.
seño industrial, cuyos inicios se confunden con mero de veinte la cantidad de coadjutores es-
su biografía. Clusellas había trabajado como pirituales, suprimiéndolo poco tiempo después. El tipo más antiguo en nuestro país es la
dibujante en la empresa Comte, dedicada al di- Quedó así definida la composición de la cocina con fogón de la casa patriarcal de la Co-
seño de muebles. En 1950, junto con el fotó- Compañía con tres categorías de miembros: lonia, dotada de uno o varios cuartos de al-
grafo Horacio Cóppola, utilizó la novedosa téc- los padres profesos, los padres coadjutores macenamiento en relación con un espacio a
nica de la fotografía estroboscópica como —o coadjutores espirituales—, para los sacer- cielo abierto, que suele ser en la mayoría de los
herramienta para investigar las diversas posi- dotes y hermanos coadjutores —o coadjutores casos el patio posterior dedicado a la produc-
ciones del cuerpo humano en función del di- temporales—, para los legos. ción y a las labores domésticas. El tipo de co-

92 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


clu coc
cina vigente en las viviendas de la alta burguesía Como estas, la casa colonial dispone de un una sola habitación con alcoba, destinadas al
de finales de siglo XIX modifica fundamen- terreno para la producción doméstica de ali- arrendamiento, que a finales de este siglo se
talmente las características de este espacio. En mentos (animales, huertas, frutales, etc.), lu- hacen frecuentes en el centro de Buenos Ai-
primer lugar, se diversifican y se especializan gar donde se realizan a cielo abierto muchas res. En estas, cocina y baño, también denomi-
los distintos espacios anexos al lugar de coci- de las operaciones de cocción y preparación de nados “comunes”, se agrupan constituyendo
nado, tales como bodegas, antecocinas, fres- los mismos; se sitúan allí hornos y fogones y el par obligado de habitaciones de servicio que,
queras, etc., consecuentemente con la mayor también el sumidero y el pozo de agua de la desvinculadas en gran medida de las restan-
importancia que se concede a las comidas co- casa. Los almacenes o piezas de depósito para tes, imprimen su carácter al patio único del
mo evento familiar y social. En segundo lugar, combustible, alimentos y agua juegan en cier- que suelen estar dotadas este tipo de viviendas.
se introduce la necesidad de un mayor control tos casos, como en la llamada vivienda de Pru- La “cocina grande con fogón de campana”,
higiénico que se hace posible a partir de los dencio Burgos, un papel relevante en la orga- como la describe Lucio V. Mansilla en sus me-
avances técnicos, como la provisión de agua nización funcional de la morada, superando morias, es quizás uno de los ambientes más
corriente, el uso de la cocina económica, la dis- en mucho las dimensiones del cuarto de co- característicos de las viviendas señoriales en la
ponibilidad de nuevos tipos de material com- cina y situándose en más estrecha relación con primera mitad del siglo XIX. Al reducirse el
bustible, etc. Un nuevo momento de ruptura el acceso y las áreas de recibo. número de tareas domésticas destinadas a la
tiene lugar alrededor de 1930, cuando la apa- producción, este local y sus dependencias se
rición de la cocina eléctrica permite prescindir desprenden de los fondos de la casa y pasan
de la combustión directa y de sus múltiples re- a formar parte del segundo patio. De esta for-
querimientos. Por otra parte, los nuevos arte- ma, comienza a adquirir características pro-
factos electrodomésticos, a los que se suma pias que lo constituyen en un ambiguo terre-
otro concepto de ordenamiento de las tareas no habitado tanto por la servidumbre como por
culinarias, hacen posible la desaparición de los dueños de casa, como puede observarse en
muchos de los locales anexos y la reducción di- las casas proyectadas por C. Zucchi a partir de
mensional de la cocina propiamente dicha. Es- 1828. En ejemplos posteriores a 1850, que con-
te modelo de “cocina moderna” se correspon- servan aún la estructura de la casa de patios,
de con la consolidación en nuestro medio de como en la residencia Guerrero (arquitecto
la familia nuclear. E. Bunge (v.), 1869), la cocina y sus cuartos ane-
En el plano teórico, las investigaciones más xos conforman ya una sucesión de espacios ne-
importantes respecto del local cocina y sus re- tamente diferenciados del resto de los servi-
quisitos técnico-funcionales tienen lugar des- cios, despegándose del plano tierra y ubicándose
de mediados de 1960, especialmente en rela- en el primer piso junto con las habitaciones
ción con programas de vivienda masiva. En la principales. En este ejemplo, las diversas ta-
mayoría de los casos, se trata de una reformu- reas relacionadas con la alimentación familiar
lación de los principios de diseño desarrolla- tienden a dotarse de lugares específicos de tra-
dos en Alemania y los Estados Unidos en las bajo (despensas, antecomedores y antecocinas
primeras décadas del siglo, adaptándolos a los u COCINA Y BAÑO EN UNA CASA DE 1828. que hacen posible una reducción de la cocina
usos domésticos de nuestro medio e insertán- propiamente dicha).
dolos dentro del marco teórico de las “condi- Es posible que la cocina y los distintos usos Hacia finales del siglo, la rápida ascensión
ciones de habitabilidad”. Entre los estudios y espacios accesorios que condicionan el am- de una nueva burguesía, que extiende sus re-
más relevantes, pueden citarse los desarrolla- biente mantengan puntos en común con al- quisitos de modernización tanto al habitar do-
dos en el ámbito de Bowcentrum Argentina y gunos tipos rurales existentes aún hoy en nues- méstico como urbano, trae aparejado un brus-
en el Centro de Investigaciones de la Vivienda tro país: mesadas de madera, cocina de leña co abandono de los modelos tipológicos en
de la FAU-UBA. construida en mampostería, incorporación de desarrollo hasta el momento. La adopción de
Dentro del esquema de la “casa de patios”, horno del mismo material, etc. nuevos referentes ligados a la tradición resi-
tipología doméstica urbana dominante durante Durante la segunda mitad del siglo XVIII, dencial francesa del grand-hôtel es correlativa
la época virreinal en la Argentina, la cocina, se inicia en Buenos Aires un lento proceso de importantes cambios que afectan la estruc-
considerada como un cuarto más, no muy dis- de densificación urbana que determina, mer- tura de servicios de la casa en general.
tinto por sus dimensiones, ubicación y carac- ced a la subdivisión y reducción de las dimen- En primer término, comienzan a extenderse
terísticas constructivas de las estancias desti- siones de las parcelas urbanas, la paulatina des- paulatinamente desde 1860 el suministro de
nadas al alojamiento de la servidumbre, se aparición de estas modalidades de habitar, que agua corriente y la conexión domiciliaria de
localiza en general en el área de trabajo que en otras ciudades argentinas se mantienen vi- cloacas. Si bien en 1887 solo el 14% de las vi-
constituía el patio posterior de la vivienda. Es- gentes hasta bien entrado el siglo XIX. Al dis- viendas censadas en la ciudad de Buenos Ai-
ta relativa indiferenciación y su vinculación a minuir la superficie de terreno disponible, la res contaba con el primero de estos servicios,
una zona de trabajo al aire libre, en desmedro casa colonial (v.) tiende a ordenarse y a crecer ya en 1910 este porcentaje se eleva al 53 %. En
de su cercanía a los cuartos principales de la en altura, por lo que se destina un área cada segundo lugar, cabe señalar la aparición y el
casa, son características comunes del local con vez menor del lote a la producción casera. Pro- uso generalizado, durante este mismo perío-
las organizaciones domésticas de tipo rural. ducto de esta densificación son las casas de do, de la cocina económica de carbón o de le-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 93


ña, que posibilita un aprovechamiento más in- culinarios”, como define P. Hary (v.), parodiando
tensivo y una mayor higiene en el uso domés- un tanto la terminología higienista, los humos
La cocina en el tiempo tico del combustible. y vapores producidos en la cocina.
Dentro del esquema clásico que rige la or- Contados son los casos que verifican esta
Esquemas de la ubicación de la cocina ganización en altura de estos nuevos tipos de organización en su totalidad, siendo ejemplos
y el comedor en la vivienda. vivienda, el plano tierra es donde invariable- notorios el Palacio Paz o la residencia Ancho-
mente se ubica la cocina. Este primer nivel rena en Buenos Aires.
constituye el basamento de servicios sobre el Sin grandes variaciones, aunque simplifi-
que se apoya la zona noble de la casa, dando cada, esta ordenación se repite en el tipo petit-
cabida a todas aquellas dependencias involu- hôtel, modelo de vivienda frecuente en los es-
cradas en el abastecimiento y mantenimien- tratos altos y medios de nuestra sociedad
to de la misma, y dotándosela por lo general durante las primeras décadas del siglo XX. Igual
de un acceso independiente. que el palais del que deriva, el petit-hôtel man-
Junto con las nuevas normas de compor- tiene su organización en vertical, contando por
tamiento adoptadas por las élites, que hacen lo general con una primera planta semiente-
del servicio de la mesa y de las comidas un mo- rrada, en la que conviven servicios y locales
mento de gran significado social, se establece destinados al ocio personal, como billares, sa-
una mayor especialización en los espacios ac- las de lectura, etc.
cesorios a la cocina propiamente dicha. Esta, La casa de renta (v.) es también deudora de
destinada solo a la preparación y cocción de ali- la configuración espacial y ambiental del hotel
mentos, suele hallarse en relación directa con privado, tratando de reproducir en una sola
una antecocina, donde se efectúa el guardado planta muchas de las situaciones típicas de
y limpieza de la vajilla, y con un comedor de aquel. Las dependencias de servicio, que casi
servicio. A su vez, giran también en torno de sin excepción forman el contrafrente de estas
ella distintas dependencias destinadas al al- edificaciones, se contraen en un solo sector do-
u ARRIBA: CASA DE PA- u ABAJO: PETIT HOTEL macenamiento, tanto de material combustible tado de un acceso propio. La cocina pasa a ju-
TIO, DE FLORENCIO BUR- DE LANÚS Y HARY DE (carboneras, depósitos de leña) como alimen- gar un papel más destacado ya que, a falta de
GOS, DEL PERÍODO CO- PRINCIPIOS DE SIGLO XX tos y enseres (despensas para granos, frutas, un hall de servicio, es común encontrar en re-
LONIAL Y LA RESIDENCIA Y CASA SALLOVITZ DE bodegas, habitaciones conservadoras o fres- lación directa con ella uno o más dormitorios
GUERRERO, DE 1869. MEDIADOS DE SIGLO. queras, coffres-for, etc.). Su vinculación con el destinados al personal doméstico. En lo que
comedor principal, ubicado invariablemente respecta a su vinculación con el comedor y el
en el primer piso, se da por lo general mediante resto de los lugares de recibo, prevalece una
la inserción de un office entre las habitacio- tendencia a tratar de alargar los recorridos in-
nes principales. Este suele ser un local de re- tercalando entre ambos sectores offices, come-
gulares dimensiones, anexo al comedor y do- dores íntimos, antecomedores, etc. Tales luga-
tado de un montaplatos en relación con la res funcionan de filtros con el objeto de
cocina. En él se completa la preparación de los interceptar olores, imágenes visuales y cual-
alimentos, sirviendo también como lugar de quier otro tipo de relaciones. Cuando las posi-
almacenamiento y lavado de la vajilla más cos- bilidades de lote no permiten la ventilación a
tosa. Este recurso arquitectónico reviste un par- contrafrente, suele recurrirse a patios de aire y
ticular interés por todo lo que revela respecto luz, aceptados por casi todos los Reglamentos
de la ordenación general de la vivienda de la de Construcción de la década de 1910. Estos
alta burguesía argentina de fines de siglo. Con principios enunciados pueden constatarse en
él se resuelve la contradictoria necesidad de innumerables ejemplos de la vasta producción
cercanía y alejamiento de las dependencias de de casas de renta de principios de siglo; mues-
servicio en relación a los cuartos nobles de la tra tardía pero paradigmática de los mismos es
casa. Si bien era imperioso que los alimentos el edificio de Montevideo 1600, de Buenos Ai-
llegaran a la mesa en óptimas condiciones de res, proyectado y construido por C. Caveri.
presentación y consumo, acordes con el pro- En la denominada “casa chorizo” (v.), tipo
ceso de estetización de todo aquello que rodea habitacional común entre 1860 y 1930 en los
las comidas, seguía siendo necesario aislar de sectores medios y bajos de nuestra sociedad,
las habitaciones donde estas tenían lugar a los y frecuente en las áreas urbanas de baja densi-
locales de cocina y sus habitantes. dad, cocina, baño y water closets conforman, si-
La separación obedecía no solo a la inten- guiendo la tradición de la casa de patios pre y
ción de controlar los contactos entre servi- poscolonial, un bloque desvinculado en alto gra-
dumbre y señores, sino también a la de con- do de las circulaciones principales y en estre-
finar en un solo sector de la vivienda los “gases cha relación con los fondos del terreno. No es

94 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


coc coc
inusual que la cocina se conecte solo exterior- un papel importante en estas transformacio- vivienda específicamente destinados a ellos da-
mente con las habitaciones para servir por me- nes que permiten hacer de la cocina un lugar ta ya de mediados del siglo XIX. Durante las
dio de la galería principal. Esta segregación y con mejores condiciones para ser habitado. primeras décadas del XX, los trabajos e in-
agrupación de los servicios responde a varios A su vez, los esquemas de distribución de las vestigaciones de Christine Frederick y de Li-
motivos: menor extensión de las cañerías pri- tipologías citadas tienden a hacerse menos llian Gilbreth posibilitan la formación de un
marias que desembocan en el pozo ciego ex- rígidos, especialmente en el caso del petit-hô- modelo teórico y práctico de cocina laborato-
cavado en el terreno natural de los fondos del tel y otros tipos de vivienda unifamiliar de ca- rio que sienta las bases para el diseño de este
lote, aislación de los cuartos cuya atmósfera po- tegoría media, en los que paulatinamente se espacio en las décadas siguientes. Arquitectos
día llegar a ser contaminante, tradiciones de ubican los servicios, formando una sola plan- y diseñadores europeos, como J. J. P. Oud, Gre-
comportamiento doméstico no siempre de ori- ta con las habitaciones de recibo. te Schute - Lihotzky, Walter Gropius (v.) y otros
gen local. De esta forma, conviven en este tipo La idea de cocina pensada como espacio hi- profesionales de la Bauhaus, introducen este
algunos rasgos premodernos con un criterio de giénico da paso al modelo de “cocina moder- modelo en el marco de la vivienda moderna y
concentración de servicios que por razones dis- na” que desde los inicios de la década del trein- sus teorías. De acuerdo con una definición ya
tintas tenderá a hacerse general posteriormente. ta comienza a difundirse en nuestro país y que clásica de Sigfried Gideon, el concepto de co-
Cualquiera sea la tipología en considera- hace de tal lugar un verdadero “espacio efi- cina laboratorio obedece a tres principios bá-
ción, los Reglamentos de Construcción de las ciente”, prototípico de las cualidades que de- sicos de diseño: división en centros de trabajo
ciudades argentinas, vigentes en las prime- ben regir la casa moderna. Esta noción tiene (almacenaje y conservación; limpieza y prepa-
ras décadas del siglo XX, dividen la casa en dos su origen en las experiencias desarrolladas en ración; cocinado y servicio); superficies de tra-
ámbitos netamente definidos: “locales habita- diferentes ámbitos de los Estados Unidos y Ale- bajo continuas, sin variaciones de altura en su
bles” y “locales no habitables”. Incluida den- mania durante los años veinte. En EE.UU., la plano, y unión de los utensilios y enseres con
tro de estos últimos, la cocina y sus depen- preocupación en torno de la racionalización de su lugar de utilización. La cocina es caracteri-
dencias, al igual que los otros espacios los trabajos domésticos y los espacios de la zada como un espacio de máxima eficiencia
destinados al trabajo doméstico como cuar-
tos de planchado o costura, no constituyen pa-
ra la época habitaciones en sentido estricto. Las
nociones de habitar y trabajar se muestran
en esta clasificación como incompatibles, dan-
do por supuesta una separación en las activi-
dades que tales nociones involucran, aun cuan-
do en la mayoría de los casos tal separación no
se haga efectiva.
Durante la segunda y tercera décadas de
1900, la reducción del personal de servicio y
las nuevas disponibilidades técnicas tienden a
hacer más “habitable” el trabajo doméstico. La
cocina, ya como centro de dicho trabajo, se con-
vierte en un tema específico de diseño condi-
cionado por ciertos requisitos técnicos. Usan-
do una expresión que en los años treinta se
convertirá en todo un programa, ya en 1917 P.
Hary (v.) se refiere a la cocina como un “labo-
ratorio químico”, regido por principios propios
de ventilación, iluminación e higiene. Si bien
los inconvenientes derivados del uso de la com-
bustión directa de carbón, petróleo o leña re-
sultan insalvables, el perfeccionamiento de las
técnicas de ventilación por medio de conduc-
tos o chimeneas hace posible una extracción
más eficiente de los gases desprendidos. Asi-
mismo, se preconiza la adopción de ciertos aca-
bados que garanticen la impermeabilidad y fá-
cil limpieza de todas las superficies: mayólicas
y estucos para las paredes, mármol para las
mesas de trabajo, mosaicos para los pisos. La
prédica higienista (v. Higienismo) y el peso de los
modelos hospitalarios, con su preocupación
por la asepsia del aire y de los objetos, juegan u COCINA MODERNA DE UNA CASA EN OLIVOS, PROYECTADA POR MARINO E. INGA, 1938.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 95


regido por una triple exigencia: economía de na moderna se estructura sobre la base de los ra ser utilizada rodeando todo su perímetro. El
espacio, economía de tiempo y economía de artefactos ya imprescindibles: cocina eléctrica modelo de cocina moderna tiende a excluir to-
movimientos. La sucesión de cada una de las y frigidaire. A partir de este momento es posi- do elemento mueble. En los primeros ejemplos
operaciones por realizar para la preparación de ble diferenciar dos líneas de desarrollo que afec- se recurre, siguiendo un procedimiento larga-
alimentos y el cuidado de la vajilla, la ubica- tan al ambiente en cuestión. La primera de ellas mente preconizado por la Arquitectura Mo-
ción de enseres y elementos de trabajo, y la dis- es la referida a los objetos artefacto, que sufren derna, a empotrar en mampostería bajomesa-
tribución de gabinetes y artefactos son objeto durante la década del treinta un continuo pro- das y placares para almacenamiento de enseres,
de un pormenorizado estudio que tiende a ha- ceso de perfeccionamiento y adecuación al res- práctica usual que alcanza también a la frigi-
cer cada vez más de la cocina un momento de to del mobiliario culinario. Este proceso, da- daire, cuyos primeros modelos fueron diseña-
diseño privilegiado dentro de la vivienda. do por la adopción de los distintos modelos dos para ser embutidos en los muros. Poste-
Nociones tomadas del trabajo en la cadena introducidos por las compañías estadouni- riormente el uso de tabiques y paños de
de montaje, como la continuidad de la super- denses, alemanas y francesas que inician la pro- mampostería se limita, dando lugar a la fijación
ficie de trabajo y la racionalización de los mo- ducción masiva de electrodomésticos en nues- de piezas completas de mobiliario. Paralela-
vimientos, son introducidas en el ámbito de la tro país, se desenvuelve con relativa autonomía mente, los diseños de la cocina eléctrica y de la
vida hogareña y de las tareas del “ama de ca- de las también cambiantes condiciones espa- heladera se perfeccionan rápidamente hasta lo-
sa”, figura recurrente, tanto en el campo de ciales del local cocina. Sus modificaciones, tan- grar una completa adecuación funcional y pla-
la arquitectura como en el de la publicidad, que to desde el punto de vista dimensional como nimétrica con bajomesadas, alacenas y demás
comienza a ser considerada como el principal partes fijas del amoblamiento.
operador del confort doméstico y exclusivo des- Para dar cuenta de este proceso, cuyas mu-
tinatario de la “cocina moderna”. chas alternativas se prolongan hasta nuestros
Este modelo, teórico en principio, se in- días, bastaría con observar la evolución del ar-
corpora en nuestro medio y pasa a formar par- tefacto cocina, desde los primeros modelos de
te del conjunto más general de ideas y postu- finales de los años veinte, similares a una pe-
lados que definieron en los años treinta la queña mesa sobre la que se apoya un anafe, y
Arquitectura Moderna. Su primer mentor en el volumen cúbico del horno, hasta los ejem-
la Argentina fue quizás Wladimiro Acosta (v.), plos más sofisticados de los últimos años del
quien en su libro Vivienda y ciudad (1934) pu- treinta que respetan en un todo los planos que
blica la llamada “cocina de Frankfurt”, para- marcan las mesadas, ubicando hornos, parri-
digma de espacio funcional doméstico. En las llas y berlinesas bajo la batería de discos de ca-
teorías de Acosta, la cocina constituye una ins- lentamiento.
tancia más en la reformulación del hábitat del Por otra parte, los requisitos higienistas de
hombre contemporáneo, desde la escala do- impermeabilidad de las terminaciones man-
méstica hasta la urbana. Sin exclusión de este tienen su vigencia al extenderse sobre todo al
tipo de posturas, en general se tiende a ver mobiliario e incorporar nuevos materiales, en
en nuestro medio a este nuevo modelo como especial metales como el acero inoxidable o
una manifestación más de la estética van- chapa enlozada. Innumerables ejemplos ilus-
guardista basada en el principio de lo útil. Sur tran esta profunda renovación de uno de los
publica, entre otras imágenes de la nueva ar- espacios más representativos de lo doméstico
quitectura, el diseño de una cocina realizado y que abarca por igual a la alta arquitectura y a
por W. Gropius. u COCINA Y COMEDOR DIARIO DE LA DÉCADA DE 1950. la producción media. Aunque las variadas op-
El paso fundamental que permite hacer po- ciones vigentes parecen casi no haber inter-
sible este modelo es la introducción de la elec- de su inserción dentro de la vivienda, consti- ferido en la difusión de la cocina moderna,
tricidad en los hogares argentinos desde fina- tuyen la segunda de las líneas de cambio ya se- es en las obras del Racionalismo donde se ha-
les de los años veinte. Todas las posibilidades ñaladas. Resultan determinantes las nuevas te- cen más ostensibles todas sus posibilidades
del confort moderno pasan por este hecho, que orías de la casa moderna, que conviven con funcionales y estéticas. En aquellos casos en
tiende a generalizarse en los años 1930-1940, persistencias relativas a la organización espa- que la disponibilidad de espacio resulta redu-
como lo demuestra la proliferación de escritos cial, heredadas de los tipos predominantes a cida quizás se encarnen las características de
y exposiciones (por ej. la muestra sobre la “Ca- principios del siglo XX. la cocina laboratorio. Ejemplos de particular
sa Eléctrica” de 1936), tendientes a difundir las Previo a la adopción de los tipos modernos calidad de diseño son los que se encuentran
nuevas posibilidades abiertas por el electro- de cocina, el equipamiento de la misma estaba en la casa de departamentos en Buenos Aires
confort en nuestro país. La adopción de la elec- constituido por muebles tales como aparado- (Callao y Quintana), de D. Duggan (v.), que ilus-
tricidad (v.) hizo posible la desaparición de la res, alacenas, etc., cuya naturaleza en nada di- tran las variadas fórmulas de aprovechamien-
cocina económica y, con ella, la erradicación fería de los restantes de la casa, componiendo to de un espacio mínimo.
del ámbito de la casa de la combustión direc- en general un cuadro más o menos heterogé- Esta transformación, que implica la des-
ta y sus muchos requerimientos, tanto en lo neo y discontinuo de objetos, ordenado por la aparición de muchos de los locales anterior-
que respecta a almacenaje de material como ubicación central de una mesa o, en no pocos mente anexos a la cocina, trastorna el orde-
aislación del lugar donde se producía. La coci- casos, de una cocina económica diseñada pa- namiento de todos los espacios de servicio de

96 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


coc coc
la vivienda convirtiéndose en una pieza clave
para el surgimiento de nuevos tipos. En lo que
respecta a la casa de renta (v.), ya desde los dis-
cursos de la publicidad se entiende que la co-
cina eléctrica constituye un dispositivo técni-
co fundamental en la constitución de la misma.
Aun así, en muchos ejemplos de los años que
van de 1930 a 1940, la disposición de las de-
pendencias de servicio debe bastante a ejem-
plos de décadas anteriores, manteniéndose,
aunque con importantes cambios, la secuen-
cia cocina - antecocina - office - comedor prin-
cipal. A finales de los años treinta, el segun-
do de estos lugares rara vez aparece, siendo
usual dotar a la cocina de un pequeño espacio
externo que sirve de lavadero y que la vincula
con un dormitorio de servicio. La exigencia de
mayor eficiencia conduce al redimensiona-
miento de todos estos locales, operación en
cierta medida sancionada por el Código de Edi-
ficación del año 1942, que permite una altu- u LÍNEAS PURAS Y FUNCIONALES EN EL DISEÑO DE LA COCINA CONTEMPORÁNEA.

ra y un lado mínimo mucho menores para los


locales de segunda categoría, entre los que se se produce principalmente en los Estados Uni- los locales restantes.
encuentra la cocina. dos y que adquiere difusión en nuestro país, Pocas son las modificaciones técnicas de
Aun siendo la vivienda unifamiliar de las comienza a ser frecuente un desdoblamiento importancia que afectan el diseño de la cocina
clases media y alta un campo dúctil y ávido pa- del lugar de comer, dando cabida a un come- desde los años sesenta. El modelo consolida-
ra desarrollar las posibilidades del confort mo- dor diario, que pasa a reemplazar a los otros do, rígido y flexible a la vez, admite con facili-
derno, estas se reflejan más en la adopción de anexos de la cocina. Con estos cambios, des- dad los cambios de las modalidades estilísticas
las nuevas técnicas y en el diseño particulari- aparecen los últimos vestigios de las modali- de su mobiliario o la proliferación de los arte-
zado de los distintos elementos y ambientes dades domésticas de principios del siglo XX. factos para el equipamiento doméstico, que se
que en la organización de las distintas estan- Las variaciones que a partir de ese momento registran durante esta década y las siguientes.
cias de servicio. En aquellas donde tienen lu- se presentan quedan siempre referidas a la po- A su vez, el temprano proceso de reemplazo
gar las tareas de alimentación, el principio de sibilidad de unión o compartimentación de de la energía eléctrica por el gas de red o en-
la compartimentación espacial usual en las pri- la secuencia cocina - comedor diario - come- vasado para todas las operaciones de cocción
meras décadas del siglo sigue vigente. En uno dor - living. La tendencia a hacer de estos am- se completa ya durante los años setenta, cuan-
de los primeros ejemplos de vivienda raciona- bientes un continuum espacial está presente en do el 89% de las viviendas del país queda do-
lista en Argentina, como es la casa de Belgra- las obras más vanguardistas de los años cin- tado de este servicio. A. C.
no (Buenos Aires) de Alberto Prebisch (v.), 1932, cuenta y en casi toda la producción media de
se observa que la vinculación entre la cocina y los sesenta. Entre las primeras, podría men- Bibliografía: E. Hary. “Curso de Teoría de la Arqui-
sus anexos, ubicados en planta baja, con las ha- cionarse la casa B de las cuatro viviendas en tectura”. En: Revista de Arquitectura, octubre de
bitaciones principales ubicadas en el primer Martínez (Prov. de Buenos Aires), proyectadas 1916; N. Muzio. La cocina. Bs. As., 1957; L. Morea. Con-
piso, responde a una modalidad de ordena- en 1943 por Vivanco (v.), Bonet (v.) y Peluffo (v.), diciones de habitabilidad de la vivienda en función
miento bastante corriente a principios de si- donde los límites de los ambientes de la se- de las necesidades ecológicas humanas. Bs. As.: FAU-
glo. Se trata, no obstante, de un caso excep- cuencia mencionada son solo virtuales. UBA, 1965; H. Pando. “El desarrollo de la vivienda
cional, ya que el desarrollo en una misma planta Innumerables razones, tanto técnicas co- en Argentina”. En: summa, agosto de 1967; M.
de los locales de recibo y de los distintos am- mo relativas a los usos y comportamientos do- Schteingart y D. Fernández. Equipamiento de in-
bientes involucrados en el proceso de alimen- mésticos locales, hacen sin embargo de la co- terés social. La cocina. Bs. As.: Bowcentrum Argen-
tación (comedores, cocina, antecocina, etc.) cina el local más resistente al principio de tina, 1974; D. Lecuona. “Hacia una teoría de la vi-
tiende a convertirse en un rasgo de moderni- compenetración espacial. Soluciones más cer- vienda a través de los usos familiares”. En: summarios
dad y funcionalidad rara vez contradicho. canas a estos usos, pero no menos compro- n.° 8, 1977; J. M. Peña. “Las viviendas virreinales”. En:
Desde finales de los años cuarenta, la coci- metidas desde el punto de vista arquitectóni- summa, febrero 1978; D. Lecuona. La vivienda de crio-
na moderna se consolida, y todas las opera- co, son las ensayadas en muchas de sus llos y extranjeros en el siglo XIX. San Miguel de Tu-
ciones se concenran en un solo local para la viviendas por E. Sacriste (v.). En la casa Schuj- cumán: IDAIHAU, 1984; R. Iglesia. “La vivienda opu-
preparación de comidas, aunque en algunos man, por ejemplo, se apela a una neta sepa- lenta en Buenos Aires: 1880-1990, hechos y
casos el office permanece como resabio de la ración entre estar-comedor y cocina comedor, testimonios”. En: summa n.° 211, abril de 1985, y en
antigua disposición. Coincidentemente con la preservando este último par del juego espacial Primeras Jornadas de Historia de la Vivienda en
revisión del concepto de cocina laboratorio, que de la triple altura en que participan casi todos Buenos Aires. Bs. As., 1985.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 97


CÓDIGO. m. Cuerpo de leyes dispuesto según un cer limitaciones a la propiedad privada. tecto, un ingeniero y un abogado—, cuyo ob-
plan metódico y sistemático. En este caso, se El Decreto N.° 9434/44 del Poder Ejecuti- jetivo es el seguimiento permanente de los pro-
trata de una recopilación de leyes o estatutos vo Nacional, estableciendo restricciones al do- blemas derivados de su aplicación, y una Co-
relativos a la edificación. Una ampliación de la minio privado, permite la sanción del Código misión de Arquitectura, cuyo rol es el
definición, alcances y antecedentes de los có- de la Edificación el 15 de septiembre de 1944. asesoramiento en lo referente al cumplimien-
digos puede verse en la voz Reglamentos. En la Comisión del Código, constituida ini- to de la normativa edilicia (S2, art. 2.2).
cialmente en 1939 y presidida por la máxima El Código se organiza en ocho capítulos prin-
Analizamos en particular el Código de Bue- autoridad comunal, estaban representados las cipales, con una lógica de estructuración que
nos Aires por su carácter de modelo para el res- asociaciones de profesionales SCA (v.), CAI (v.) estaba ausente en los documentos anteriores (v.
to de las ciudades del país. y Centro Argentino de Constructores, Obras y Reglamentos): Generalidades (Sección 1), Gestión
Códigos en Buenos Aires. El Código de Edi- anexos; las reparticiones nacionales (Ministe- administrativa (Sección 2), Zonificación (Sec-
ficación de Buenos Aires fue sancionado en rio de Obras Públicas, (v.)) y Municipales (De- ción 3), Proyecto (Sección 4), Ejecución (Sec-
1944; en tanto el Código de Planeamiento Ur- partamento Ejecutivo, Concejo Deliberante y ción 5), Disposiciones (Sección 6), Prescrip-
bano data de 1977. Este último se centra en te- Obras Públicas), relacionadas con el tema. ciones particularizadas para cada uso (Sección
máticas urbanísticas (zonificación, tejido, via- En la Comisión definitiva, nombrada en 7) y Reglamentaciones técnicas (Sección 8).
ria, densidades, requerimientos ambientales, 1944, se incluyen sugestivamente delegados 1. Entre los fundamentos explícitos del Có-
etc.). El Código de Edificación, que en sus orí- de la Cámara Argentina de la Construcción y digo se incluyen problemáticas clásicas —hi-
genes incluía todos los temas, desde 1977 se de la Unión Industrial, además de un miem- giene, estética urbana, seguridad— y otras de
limita a lo edilicio (tramitaciones, especifica- bro de la Dirección de la Defensa Nacional. interés reciente, como el fomento de las rela-
ciones constructivas y técnicas, etc.). Entre los profesionales reconocidos de la ciones vecinales, tributaria de las tendencias
Código de Edificación (1944). Los estudios primera comisión puede mencionarse a Fer- culturalistas. También se mencionan la previ-
preliminares se realizaron en el contexto de las mín Bereterbide (v.) y Luis Migone (v.). Este úl- sión y el crecimiento, la circulación vehicular,
discusiones y realizaciones urbanísticas de la timo es autor de uno de los trabajos prepara- la diferenciación funcional, características del
década del treinta (v. Urbanismo). torios del Código (Las ciudades en Estados urbanismo moderno, así como los problemas
La Comisión Interventora de Vecinos del Unidos. Bs. As., 1940). Se trata de un exhaus- de defensa antiaérea, relacionados con el cli-
Concejo Deliberante, mediante Ordenanza tivo análisis acerca de la normativa edilicia nor- ma motivado por el estallido de la Segunda
13.094 y 13.418 del 26.11.1942, presenta su pri- teamericana, que el ingeniero Carrasco (v.) ha- Guerra Mundial.
mera versión del documento que, entre otros bía examinado en relación con el zoning. En el contenido puede leerse cómo las gran-
motivos, no fue aprobada por la carencia de Junto con la sanción del Código se crea una des líneas conceptuales de las doctrinas urba-
una ley que permitiera a la Municipalidad ejer- Comisión Asesora —integrada por un arqui- nísticas (v. Urbanismo) inciden en las prescrip-
ciones. Por un lado, la organización de la ciudad
se piensa a partir de criterios de zonificación,
con un esquema radioconcéntrico que dismi-
nuye hacia la periferia.
Por otro, las modalidades previstas de im-
plantación en la manzana, reflejan —aunque
atenuadas— las morfologías que preconiza
el Movimiento Moderno. Las formas geomé-
tricas en U, T, C, etc., también justificadas por
necesidades de defensa antiaérea, son los mo-
delos subyacentes en las disposiciones nor-
mativas acerca de retiros, patios, etc.
2. Respecto de las tramitaciones, se inclu-
ye una serie de procedimientos para la gestión
de los permisos. Se reglamentan los permi-
sos de uso y habilitaciones, para usos públicos,
los avisos de obra, planos conformes, etc., que
corresponden a una compleja administración
municipal que termina de organizarse en la dé-
cada anterior. Se incluye también un registro
de edificios de interés histórico, que respon-
de a las inquietudes que habían motivado la
creación de la Comisión de Edificios y Monu-
mentos históricos.
Las empresas constructoras e instalado-
ras son reconocidas como agentes que pueden
u PLANCHETA DE UN SECTOR DE BUENOS AIRES EN EL CÓDIGO DE PLANEAMIENTO URBANO. efectuar trámites, lo cual se relaciona con mo-

98 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cod cod
dos de producción de la vivienda que tras- respecto a la seguridad, se regulan los méto- mayor densidad (Suárez, 1986).
cienden las operaciones de pequeña escala. dos constructivos y las resoluciones técnicas. El Código de 1977 se aprueba por las orde-
3. Se establecen distritos de zonificación: Sin embargo, se recuperan muchas de las nanzas 33.387 y 15.512. Su confección es con-
áreas edificables, materiales utilizados, alturas modalidades edilicias habituales —construc- temporánea al Plan de Autopistas Urbanas, ini-
y usos permitidos. Estos criterios se superpo- ción por parcela, conservación de patios inte- ciado en la intendencia del brigadier Cacciatore,
nen en la delimitación, procurando conciliar riores— y se instaura un criterio de zonifica- en el ámbito del Consejo de Planificación Ur-
lo existente con lo deseable. ción que permite numerosos usos mixtos. bana, dirigido por C. Della Paolera. Si bien re-
Se indican por primera vez distritos espe- Código de Planificación Urbana (1977). El cupera los lineamientos generales ya esboza-
ciales, como los barrios Nazca, Segurola, Par- Código de Planeamiento de 1977 reconoce co- dos, los autores del Código de 1973 le reconocen
que Chacabuco, Varela, Ramón Falcón; las ur- mo antecedentes los estudios realizados por múltiples diferencias (Suárez, 1986).
banizaciones de casas de interés social; los los equipos técnicos de la Municipalidad, en El documento se organiza en ocho capítu-
barrios jardín; espacios singulares como Puer- el ámbito del Plan Director —aprobado en los: Generalidades (Sección 1); Gestión (Sec-
to Madero (C5), etc. 1962— (v. Plan). En 1973 se eleva la primera ción 2); Viaria y parcelamiento (Sección 3); Nor-
En cuanto a los predios, por primera vez se propuesta de Código de Planeamiento, que no mas generales de tejido (Sección 4);
abunda en precisiones sobre subdivisión, me- es aprobada. Zonificación (Sección 5); Sistema y seguri-
didas mínimas y modalidades de fracciona- En esa ocasión, se constituye un Consejo dad vial (Sección 6); Condiciones ambientales
miento. Conceptualmente, se tiende a la ho- Asesor Honorario, donde estaban represen- (Sección 7) y Renovación urbana (Sección 8).
mogeneización de la trama edilicia existente. tados funcionarios y representantes de las Aso- 1. En cuanto a las tramitaciones, se incor-
Se dan precisiones sobre edificios de altu- ciaciones Profesionales. A la SCA y al CAI se pora el rol de la oficina de planificación co-
ra sobreelevada: el tema de los rascacielos ha- mo ente de referencia en la gestión del espa-
bía concentrado las excepciones al reglamen- cio urbano y los usos. Para ello, se introducen
to durante la década anterior. los Certificado de Usos, Conforme y la Cons-
Se incorpora un Cuadro de Usos y se cla- tancia de Zonificación.
sifican los distritos en residenciales (7 subdis- 2. El edificio de perímetro y planta libre es
tritos), comerciales (5 subdistritos) e indus- consagrado como tipo edilicio. Se incentiva
triales (3 subdistritos). su construcción a partir de la asignación de FOT
4. Respecto del espacio público, se conser- superiores a los permitidos en las construccio-
van las normativas presentes en los Regla- nes entre medianeras. Se establecen para ello
mentos para regular el diseño de las diagona- disposiciones particulares, diferenciales para
les, avenidas y espacios particulares (S.4, art. edificios entre medianeras y de perímetro libre
4.4). Se precisan entre otras las fachadas que (cf. S.4 yS.5). Además, se otorgan incentivos,
lindan directamente con parques, plazas o pa- por vía de normas particulares, a los terrenos
seos públicos (art. 4.4; 4.4.5), los sectores con de más de 5.000 m2 de superficie.
pórticos obligatorios (art. 4.4; 4.4.6.1), etc. u PROPUESTA DE ORGANIZACIÓN DE LA MANZANA, EN 1930. Cambian también los criterios para la aper-
5. A diferencia de los reglamentos edilicios tura de vías públicas y parcelamientos. Se exi-
anteriores, que centraban su intención regu- agregó la Sociedad Argentina de Planificado- ge un área mínima de 900 m2 para un lote.
latoria en los espacios públicos y semipúbli- res, en vías de organización. 3. En una estricta zonificación, se define ca-
cos, el Código de 1944 se caracteriza por re- La propuesta de 1973 tuvo como protago- da una de las áreas a partir de su carácter, de-
glamentar con precisión todos los espacios nistas a Odilia Suárez (v.) y Daniel Batalla, y fue limitación, tipos permitidos, FOT y usos per-
internos de la vivienda, las modalidades de concebida como el instrumento del Plan Di- mitidos. En total se delimitan 18 distritos, cuatro
construir y de diseñar las instalaciones. rector. Los estudios previos y los modelos de áreas residenciales, cuatro de equipamiento
Se adjudican dimensiones mínimas a las referencia (v. Planes) impulsaron la adopción de general, tres comerciales, uno industrial y uno
habitaciones (3m por 2m), y la MCBA se atri- nuevas pautas urbanísticas. destinado al puerto. La creación de los distri-
buye el derecho de controlar la pertinencia El criterio de zonificación adoptado fue el tos restantes reconoce la singularidad de cier-
de los destinos declarados en los planos. Están de distrito cerrado (concurren normas de te- tas áreas o la necesidad de posponer decisio-
sujetas a control la totalidad de las fachadas in- jido y usos en su caracterización). nes, vinculando su destino a las tareas de
teriores, los patios (S.4, art. 4.5) y las circula- Se utiliza el concepto de FOT, como índi- planificación. Se trata de los distritos: U (Ur-
ciones (S.4, art. 4.7) ce básico para regular la densificación edilicia, banización determinada), UF (Urbanización
Puede afirmarse que las prescripciones de la población y los volúmenes edificables. Con futura), UP (Urbanización parque) y AE (Ar-
este Código, prefiguradas parcialmente en el respecto a la manzana, el Código intenta am- quitectura especial).
Reglamento de 1928, definen configuraciones pliar y regularizar la conformación en esta del 4. El Código de Planeamiento introduce por
edilicias, en su implantación parcelaria, dis- espacio libre con la eliminación de la existen- vez primera pautas en condiciones ambienta-
tribución interior y organización de la facha- cia de los “pozos de aire y luz” para los locales les, con severas sanciones para el mal manejo
da. Se limitan los volúmenes construidos den- principales, y evitar la proliferación de media- de efluentes líquidos, fuentes contaminantes,
tro del lote (fondos libres) y dentro de la neras a la vista tanto en los distritos interme- ruidos molestos, etc. (Suárez, 1986). También
manzana, y se establecen modalidades de ven- dios como en las zonas intermedias destina- connota una preocupación por la estructura
tilación para la salubridad de los locales. Con das a recibir el “salpicado” de los edificios de vial y la seguridad, que justifica el monumen-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 99


tal Plan de Autopistas, que se incluye en el Có- Arribó a la Argentina en 1857, como in- COIRE, CARLOS.
digo. Este Plan implica una serie de expro- geniero director del Ferrocarril Oeste. Fue de-
piaciones y ensanches, no previsto en el Pro- signado en 1858 asesor técnico de Obras Pú- Buenos Aires, 1914. Arqui-
yecto de Código de 1973. blicas por el Gobierno de Buenos Aires, por tecto. Egresado de la Escuela
5. Respecto de la renovación urbana, in- un período de dos años. En 1859 presentó un de Arquitectura de la UBA y de
tenta fomentar planes y proyectos de renova- proyecto de aguas corrientes para la ciudad. la Escuela Superior de Bellas
ción, creando en particular la zona de in- En este proyecto, Coghlan argumentaba a fa- Artes “Ernesto de la Cárcova”. Ha tenido des-
fluencia del eje vial Autopista 25 de Mayo - vor de la toma de agua desde el Río de la Pla- tacada labor como proyectista y docente.
Subterráneo línea B (S.8, art. 8.2). En 1973 se ta (en lugar de pozos profundos), y de la ges-
incluían el Plan de Remodelación del Barrio tión pública de las obras en lugar de Autor de obras como el barrio General San
Sur y el Plan Piloto. concesiones privadas. En tanto continuó sien- Martín en la ciudad de Buenos Aires (1948) y
Las críticas a este Código aducen que sus do miembro de la plana mayor del Ferrocarril del Complejo industrial de la Empresa Mer-
prescripciones, que explícitamente intentaban Oeste, le preocupó especialmente la obtención cedes Benz en Florencio Varela, Provincia de
delimitar el abusivo aprovechamiento del sue- de agua potable para el buen funcionamiento Buenos Aires (1953).
lo urbano, fueron inspiradas en modelos ide- de las maquinarias. Los primeros trabajos de Trabajó con profesionales como Antonio
ales, y sus consecuencias no fueron benéfi- aguas corrientes en Buenos Aires se efectua- Bonet (v.), Juan Kurchan (v.), Jorge Vivanco (v.),
cas para la ciudad. Al fomentar el ron sobre el proyecto de Coghlan, quien en Marcel Breuer, Eduardo Catalano (v.), Horacio
englobamiento parcelario, los retiros de la lí- 1868, cuando estos se iniciaron, fue nombra- Caminos (v.), Enrique Rotzait (v.), Oscar Cri-
nea municipal y los edificios en altura, se im- do miembro de una comisión especial formada velli (v.), entre otros. Autodefinido como “re-
pulsó la construcción de torres, que rompen ad hoc, junto con el director del Ferrocarril formista”, fue uno de los exponentes más or-
las configuraciones edilicias “tradicionales”. Oeste, Emilio Castro: se trataba del núcleo de todoxos del Movimiento Moderno en Argentina.
Sin embargo, la emergencia de estas pres- lo que varias décadas después sería Obras Sa- Desarrolla una actividad profesional priva-
cripciones, ligadas a las doctrinas de un “ur- nitarias de la Nación (v. Saneamiento, obras de). da muy prolífica como proyectista y empresa-
banismo progresista”, deben vincularse tam- El Gobierno comisionó también a Cogh- rio de la construcción, y se destacan sus traba-
bién al momento político de su elaboración y lan, sobre la base de una ley provincial de agos- jos en el campo de las viviendas (multifamiliares,
a los requerimientos y presiones de una in- to de 1858, para preparar y dirigir las obras de unifamiliares, de interés social y emprendi-
dustria de la construcción a gran escala, ya con- un puerto para Buenos Aires. Coghlan pre- mientos privados) y de las industrias. Trabajó
solidada. A. N / AN. C. sentó el proyecto a fines de junio de 18s que en una gran cantidad de obras en la Patagonia,
corresponden a su asociación con Emilio Hu- especialmente en la zona costera de la Provin-
Bibliografía: B. Carrasco. “Cómo se estudia el zonning gé (v.) (1910-1912) y Roberto Thipaine (1912). cia del Chubut.
en Estados Unidos”. En: Primer Congreso Argen- Con Hugé, en un corto pero intenso período Decano de la Facultad de Arquitectura de
tino de Urbanismo, octubre de 1935; Municipalidad de labor profesional, Cteriza por reglamentar la UBA en el período 1958-1962, cargo al que
de Buenos Aires, Código de la Edificación, 1944; con precisión todos los espacios internos de accede por elección democrática de los claus-
“Código de Planeamiento Urbano”. En: Digesto Mu- la vivienda, las modalidón gradual hacia el Es- tros, y profesor titular de la asignatura Com-
nicipal de la Ciudad de Buenos Aires. BS. AS., 1978; te”. Se completaba con la “formación de una posición Arquitectónica. En 1986 se nombra-
F. Diez. “Los Códigos y el Tejido Urbano”. En: Ide- línea de costa conveniente” para construir un do profesor consulto. Desde 1976 es profesor
as en ciencias y tecnología, n.° 1. Bs. As.: Universi- banco a la manera de muelle, desde la fábrica titular de Diseño Arquitectónico en la Univer-
dad de Belgrano (UB), 1983; A.. Novick. “Tipos de há- de gas a la boca del Riachuelo, sitio de futu- sidad de Morón, donde se desempeñó como
bitat y formas de estructuración Urbana”. En: ros diques, almacenes y ferrocarriles. El prin- vicedecano, y desde 1992 se lo designó profe-
Cuadernos de Historia n.° 3. Bs. As.: IAA FADU-UBA, cipal interés del proyecto radicaba en su pro- sor emérito.
1987; O. Suárez. Códigos y Planes para Buenos Aires pósito de utilizar la corriente del Paraná para En la SCA ocupó el cargo de vicepresiden-
1925-1985. Bs. As.: Ediciones Previas, FADU-UBA, trazar el canal entre los dos bancos frente a te y más tarde dirigió la revista.
1986; Municipalidad de Buenos Aires. Publicación Buenos Aires. La idea de conducir el Paraná Reconocido por su actividad en el ámbito de
oficial. “Criterios para la reformulación del Có- de las Palmas al canal proyectado fue repro- las artes, junto a su mujer Ana Beitía, por la cre-
digo de Planeamiento Urbano”. En: Revista de Ar- ducida por Wheeler y Cia en 1888. El proyec- ación del taller de cerámica “La gotera”. J.G.C.
quitectura n.° 144. Bs. As., 1989; to, enviado a la Legislatura, no obtuvo resolu-
ción definitiva (v. Puertos).
Posteriormente, Coghlan fue director de COL, JUAN. Turín (Italia), 1847 - Buenos Aires,
COGHLAN, JOHN. Irlanda, 1824 - s/d, 1890. In- la Oficina de Puentes y Caminos de la Pro- 1902. Ingeniero. Tuvo destacada actuación en
geniero. Graduado en la Escuela de Artes y Ma- vincia de Buenos Aires desde la fundación de Corrientes, donde realizó, en las últimas dé-
nufacturas de París en 1844. En 1846 inició la repartición. En 1871 estudió el tramo del fe- cadas del siglo XIX, prácticamente la totalidad
su carrera como ayudante en la oficina de Obras rrocarril de Campana a Rosario; en 1885 di- de las obras públicas de importancia.
Públicas, especializándose en la cuestión fe- rigió la construcción de un muelle en la bo-
rroviaria. Dirigió obras en España, Alemania y ca del arroyo Ramallo. Fue luego a Inglaterra Estudió en la Escuela Politécnica y en la Re-
Suecia. Participó en diversos trabajos en la ciu- en calidad de miembro del Directorio del Fe- al Academia de Aplicación de Ingenieros. Se
dad de Buenos Aires, y es de su autoría el pri- rrocarril Sur en Londres, del que llegó a ser laureó a los 22 años, y en 1871 obtuvo también
mer proyecto de provisión de aguas corrientes. presidente. G. S. el doctorado en Ciencias Matemáticas.

100 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cod col

u CASA DE GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE CORRIENTES, DEL INGENIERO ITALIANO JUAN COL, 1886.

Llegó a la Argentina para hacer el trazado COLLIVADINO Y BENEDETTI. (COLLIVADINO, las residencias Pereyra Iraola, en Suipacha y
de un ferrocarril en Santa Fe. En 1879 reali- Federico: s/d. Italiano. Arquitecto; BENEDET- Santa Fe; Ocampo, en Santa Fe y Esmeralda;
zó el trazado de la Colonia Resistencia. Pro- TI, Ítalo: s/d. Italiano. Arquitecto). Estudio Casenave, en Libertad y Cangallo (actual P. Pe-
yectó y llevó a cabo en esa región la iglesia de de arquitectura, activo en Buenos Aires y Ro- rón), y Onagoity, en Montes de Oca y Califor-
Formosa, la escuela y la iglesia de Timbó. Par- sario, Prov. de Santa Fe, en la primera déca- nia. También varios edificios de renta, como:
ticipó de la expedición de Fontana, que abrió da del siglo XX. B. Mitre 350, Cangallo 350, Rivadavia 2677.
el primer camino entre el Chaco y Salta en En el interior del país, ambos arquitectos
1880. Posteriormente se trasladó a Corrientes Realizaron en Buenos Aires el proyecto pre- ejecutaron algunas obras significativas, como
(v.). Allí fue nombrado en diversos cargos pú- miado en el Concurso de la Caja Internacional las sucursales del Banco Francés del Río de
blicos, entre ellos el de presidente del Depar- Mutua de Pensiones, en Avenida de Mayo 1371 la Plata, de Rosario y Bahía Blanca. En esta úl-
tamento Topográfico. Fue autor de la Casa de (1904). En Rosario proyectaron el edificio de tima ciudad debe agregarse la compañía de se-
Gobierno (1886), la Casa de Cabral, hoy Mi- “La Agrícola” en Córdoba y Corrientes. guros La Bahía Blanca.
nisterio de Gobierno, la Iglesia de La Cruz De este período, su obra más destacable es
(1888), el Hospital e Iglesia de Santa Rita (1884), Bibliografía: E. Radovanovic, R. Gutiérrez, s. v.: “Be- la Casa Moussion, en Callao y Sarmiento (1910),
las escuelas Sarmiento y Belgrano, la Asocia- nedetti, Italo”. En: L. Patetta (comp.). Architetti e uno de los magazins más sofisticados del Bue-
ción Italiana, la Penitenciaría, el asilo de huér- ingenieri italiani in Argentina, Uruguay e Para- nos Aires de principios de siglo. Su planta ba-
fanos y el hospicio de mendigos, el Tiro Fede- guay. Roma: Pellicani, 2002. ja se estructura sobre un eje de simetría en dia-
ral, la actual Biblioteca Popular, etc. Entre las gonal, que delimita el acceso del frente y la
numerosas residencias particulares, cabe se- escalera del fondo. Este esquema de grandes
ñalar el castillo de Roberts y la casa Gómez en COLMEGNA, VICENTE. Buenos Aires, 1877 - salones se repite en los tres primeros pisos y
la calle Mayo. Es autor de gran número de es- La Plata, 1945. Arquitecto. Su obra puede se refleja en el exterior a través de un aventa-
cuelas y hospitales en el interior de la Provin- encuadrarse dentro del Eclecticismo impe- namiento que rompe el plano vertical mediante
cia de Corrientes y realizó también trabajos en rante a comienzos del siglo y se caracteriza la utilización de la continuidad de los vanos y
Formosa y Resistencia, donde colaboró con por un entrecruzamiento de estructuras for- el recurso de las formas redondeadas y sobre-
el trazado de la ciudad. También es autor de la males de origen italiano, decoración a la fran- salientes del plano de la fachada típica del Art
casa de gobierno de Misiones en Posadas (1882- cesa y utilización de detalles modernistas. Nouveau. La decoración floreal, que acentúa el
1883), en ese entonces territorio nacional. Si carácter modernista del edificio, se prolonga
bien la mayoría de sus trabajos los realizó den- Graduado en 1905, su trabajo puede divi- en la marquesina del acceso principal y las
tro de la corriente del Neorrenacimiento ita- dirse en etapas que corresponden a su aso- vidrieras. Todo hace suponer que el prototipo
liano, hizo otras en Románico lombardo y gó- ciación con Emilio Hugé (v.) (1910-1912) y Ro- generativo de esta tienda es Aux Printemps, de
tico, según el carácter de los edificios. berto Thipaine (1912- ?). París (1890), de Paul Sedille, aunque la casa
Con Hugé, en un corto pero intenso perí- Moussion la supera en ligereza y elegancia.
Bibliografía: E. Radovanovic y R. Gutiérrez. “Col, Gia- odo de labor profesional, Colmegna realizó en En su posterior asociación con Tiphaine,
vanni”. En: L. Patetta (comp.). Architetti e ingenieri Buenos Aires el edificio de La Franco Argen- Colmegna realiza los edificios de Lavalle 1771,
italiani in Argentina, Uruguay e Paraguay. Roma: tina, en Callao y B. Mitre, la sucursal del Ban- Alsina 1475, Larrea 1460 y Santa Fe 3567; sien-
Pellicani, 2002. co Nación, en Montes de Oca y California, y do el más importante de la serie el edificio de

Diccionario de Arquitectura y Hábitat en la Argentina 101


la Cía. Franco Inglesa Argentina, de Callao y finalmente derivará hacia el ejercicio de un en 1927. Durante ese lapso diseña y ejecuta más
Avenida Santa Fe. Este, a diferencia de la ex- libre Eclecticismo (v.) o hacia la conformación de 50 obras, cuyos comitentes son sectores de
periencia de la casa Moussion, parece retor- del estilo Floreale como derivación regional del la burguesía media, ubicados en los próspe-
nar a un Eclecticismo más convencional que Art Nouveau europeo. ros barrios cercanos al centro, producto de la
reitera una constante en la producción de es- En 1906 Colombo es contratado por el Mi- reciente expansión de la ciudad.
tos arquitectos: el uso del torreón esquinero y nisterio de Obras Públicas, junto con Aquiles Como la mayoría de los arquitectos italia-
su cúpula como elemento central de la tra- de Lázzari (v.) y Mario Baroffio Covati, para re- nos de esa generación: Palanti (v.), Gianotti (v.),
ma urbana, donde se concentra la máxima ten- alizar las decoraciones del nuevo Palacio de Milli, etc., Colombo no forma parte de la SCA
sión ornamental y la ruptura del orden tri- Justicia que se estaba construyendo en Buenos (v.), ligada directamente a los círculos profe-
partito de la fachada, que tiende a equilibrarse Aires. En ese momento, la capital argentina se sionales más prestigiosos y a la burguesía lo-
a partir del austero desarrollo de los aventa- había convertido en foco de atracción para una cal. A diferencia de la generación anterior de
namientos laterales. importante cantidad de arquitectos lombardos arquitectos italianos, figuras muy importantes
De la obra personal de Colmegna, puede des- (su maestro Sommaruga había participado al- en la construcción de las obras estatales, esta
tacarse su proyecto para el concurso del Cole- gunos años antes en el concurso para el Pala- generación trabaja solo para una clientela de
gio Nacional y la Universidad de Buenos Aires cio del Congreso). Estos encontraban en el me- origen italiano que encuentra en el Eclecti-
(tercer premio), así como la sede del Banco de dio rioplatense amplias posibilidades de cismo y el Floreale sus formas de expresión en
Galicia y Buenos Aires, realizada a partir del re- desenvolvimiento profesional en coincidencia un complejo contexto donde los estilos histó-
torno a un Academicismo más tradicional. V. O. con la expansión económica y el desarrollo edi- ricos significan la materialización de profun-
licio bonaerense, y el rol que en ese desarrollo dos intereses de diferenciación dentro de una
Bibliografía: AAVV. La arquitectura del liberalismo sociedad aluvional (v. Eclecticismo).
en la Argentina. Bs. As.: Sudamericana, 1968. La característica particular de la obra de
Colombo es entonces su reducción, desde el
punto de vista programático, a las necesida-
COLOMBO, VIRGINIO. Milán (Italia), 1888 - des de un grupo social determinado, lo que
Buenos Aires, 1927. Arquitecto. Alumno de implica una posición marginal con respecto a
Giuseppe Sommaruga y condiscípulo de An- las grandes emprendimientos y encargos es-
tonio Sant’ Elía. Uno de los protagonistas más tatales o privados.
activos y originales de la Arquitectura Ecléc- Colombo se distingue como uno de los eje-
tico-modernista en el Buenos Aires de co- cutores —probablemente el más dotado téc-
mienzos del siglo XX. Su trabajo proyectual nicamente— del modo de expansión urbana
adquiere desde el principio un carácter sin- que era resultado de esta estructura sociocul-
gular, que lo sitúa dentro de un campo de ex- tural. De allí que sea posible identificar, para
perimentación que está más allá de una uti- caracterizar su obra, una serie de tipologías de
lización repetitiva de los estilos históricos. Su u DETALLE DEL CIRCOLO OPERARI ITALIANI. arquitectura privada, restringidas a las necesi-
Eclecticismo puede calificarse como méto- dades de este grupo y condicionadas fuerte-
do crítico de selección de estilemas figurati- asumían, ya para comienzos de siglo, sus con- mente por la estructura urbana: la casa de ren-
vos y se ubica dentro de una franja que va de nacionales dedicados al comercio, la industria ta (v.) en altura, que engloba más de un lote y
la tradición medieval lombarda al Tardo Ba- y la especulación inmobiliaria. se desarrolla tomando toda la profundidad del
rroco italiano. La obra realizada, aunque pue- No resulta difícil la inserción de Colombo mismo, la casa de renta en esquina con entra-
de diferenciarse en dos etapas, demuestra en el ambiente local; al poco tiempo de llegado da lateral y local negocio en el ángulo, la fábrica
extrema coherencia, producto de una bús- actúa como director del estudio de los ingenie- urbana de proporciones medianas en zonas
queda poética que trasciende las diversida- ros Maupas y Jáuregui, y obtiene una medalla densamente edificadas, la villa suburbana y el
des estilísticas y expresa valores personales de oro en la exposición del Centenario de la Re- petit hôtel (v.).
que la distinguen de la producción de otros volución. No es sorprendente este primer éxi- Si bien el trabajo con estas tipologías se
cultores locales del Eclecticismo. to si se tiene en cuenta que el género pabello- mantiene constante a lo largo de toda la pro-
nal resulta particularmente atractivo para la ducción del arquitecto, pueden diferenciarse
Se formó en un momento de particular efer- arquitectura que Colombo intentará promover, dos períodos que la caracterizan desde el pun-
vescencia del debate académico en el norte de acorde con el carácter de novedad que la expo- to de vista estilístico.
Italia. Un debate que tiene como principal pro- sición conlleva. Libres de condicionamientos, u Una primera etapa donde coexisten dos

tagonista a Camilo Boito y su lucha —deriva- sus dos obras —el pabellón de festejos y actos corrientes distintas: por un lado, las experien-
da de las doctrinas de Violet-le-Duc y compar- públicos, y el de correos— expresan con elo- cias del Art Nouveau europeo en su variante
tida por los jóvenes arquitectos— por la cuencia el carácter escultórico de su arquitec- italiana, que tiene en este caso una inflexión
instauración de un estilo nuevo de carácter na- tura, que en este caso alcanza una exuberancia particular en el uso de la estatuaria en la or-
cional, que toma como base inspirativa a la ar- formal que no volverá a repetirse. Mucho más ganización de la fachada; por otro, una perso-
quitectura medieval y fundamentalmente al atada a las convenciones será su prolífica etapa nalización de la matriz original de la arquitec-
Románico lombardo. Se trata de un momen- de proyectos y realizaciones ejecutadas en la tura medieval italiana que había servido como
to de tensión en la enseñanza académica que ciudad, que se cierra con su temprana muerte base a la producción de G. Sommaruga y de-

102 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


col col
rivaba de las enseñanzas de C. Boito.
u Una segunda etapa, que coincide con el

ocaso de los movimientos artísticos surgidos


durante la Belle Époque y el creciente desmo-
ronamiento del Eclecticismo, período en el cual
los trabajos de Colombo, como los de tantos
otros vanguardistas de las primeras décadas
del siglo, se acercan hacia una rígida matriz
clásica cercana a los estilos borbónicos fran-
ceses. Este segundo período coincide con el
desplazamiento de sus obras y comitentes ha-
cia la zona norte de la ciudad.

PRIMERA ETAPA.
Esta se caracteriza por la coexistencia de las
dos matrices estilísticas antes enunciadas —
Modernismo y Neomedievalismo— que se su-
perponen cronológicamente, pero manteniendo
sus invariantes, recursos y métodos sin sola-
parse. Puede pensarse en investigaciones pa-
ralelas a partir de matrices diferentes y no en
un camino estilístico evolutivo. En el caso de
la utilización del repertorio modernista, se tra-
ta de una particular inflexión en la cual, sin
abandonarse la taxis académica, se incorporan
motivos decorativos propios de esta modalidad
artística. Motivos que provocan una alteración
en la rígida matriz geométrica, a partir del uso
de diferentes texturas y policromías que no
siempre guardan relación con los materiales
empleados. Las obras de Colombo se caracte-
rizan por la utilización de una serie de revo-
ques “símil piedra” que intentan enmascarar
la inexistencia de texturas originales. En un
contexto como el de Buenos Aires, donde no
existen canteras de piedra cercanas, la dispo-
nibilidad de revestimientos se reduce a dis-
tintos tipos de revoques y ladrillo; de allí que
la preocupación inicial de Sommaruga por
laÂP6 llo y se caracteriza por un entrecruza-
miento de estructuras formales de origen ita-
liano, decoración a la francesa y utilización de
detalles modernistas.
Graduado en 1905, su trabajo puede divi-
dirse en etapaión con los postulados de una
“arquitectura moral” que derivaba de sus maes-
tros. A ello debe agregarse una característica
particular del arquitecto italiano: la prolifera-
ción de la estatuaria que, como anticipaban los
pabellones de 1910, compite con la decoración
original de los órdenes de arquitectura, y mu-
chas veces la sobrepasa, organizando a partir
de su distribución la construcción arquitectó-
nica de la fachada.
Primer ejemplo de esta modalidad es su
propia casa, “Villa Raquel” (1909), realizada
encolaboración con su suegro, el escultor Cé- u UNO DE LOS BALCONES DE LA CASA DE RENTA UBICADA EN AVENIDA RIVADAVIA 2677, BUENOS AIRES.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 103


sar Giovanola, en la cual las rejas del jardín so- una elaboración más cercana al modo moder- los balcones, son los elementos que intentan
bre la calle adquieren especial relevancia de- nista que el edificio de la calle Sarmiento. Otra caracterizar este ejercicio experimental que nun-
bido a sus audaces diseños modernistas que vez las texturas, la estatuaria que recarga las ca más volverá a repetirse con el grado de in-
contrastan con una organización más tradi- aberturas, el ritmo de alternancias de la fachada, tensidad con el cual se hace aquí presente. Den-
cional del resto de la construcción. Pero la obra la libre utilización del hierro, caracterizan la tro de esta modalidad, aunque en un tono más
de este período donde tal vez se evidencia con composición, pero han desaparecido de la es- modesto, podemos encontrar la casa de renta
mayor nitidez la mezcla entre el lenguaje cla- cena los recursos que apelaban a cierta tradi- de Moreno y San José, y la farmacia Podestá en
sicista, los estilemas modernistas y la prolife- ción histórica: capiteles, cornisas y estatuaria Estados Unidos y Santiago del Estero. En esta
ración de texturas es la Sede Social de la Unio- son también motivo de invención. De allí que última, vuelve a aparecer el recurso de la tex-
ne Operari Italiani en Sarmiento 1374 (1913). desaparezca la tensión irresuelta que observa- tura de ladrillo visto y la bífora con arcos en un
La fachada responde en su composición a los mos en otras fachadas anteriores y aparezca primer nivel que se transforma en recta en el
cánones de la tradición clásica. Una planta ba- un meditado equilibrio que se prolonga en la segundo. Pero todo se hace aquí más tenue, y
ja de accesos, dos plantas centrales, un ático decoración interior de los departamentos, hall las apelaciones al Modernismo se concentran
y la cornisa superior con mansarda organizan y palier. A este momento de acercamiento más en la carpintería de hierro.
su estructura. La diferencia con los ejemplos experimental al Modernismo internacional, A este período corresponden también sus
académicos está en la ornamentación decidi- podríamos agregar obras como la residencia residencias suburbanas más importantes: la ya
damente fantasiosa: alternancia de un balcón de Tucumán 1961, La Farmacia del Capito- demolida casa Carú, en Rivadavia y Añasco
en el primer nivel y una serliana en el segun- lio, en Córdoba 2554, el garaje o fábrica, de H. (1917), y la casa Garbesi en Rivadavia 4787
do, cariátides, grupos estatuarios que rodean Yrigoyen 2459 (1914). Sin embargo, a dife- (1918). Una lectura de la correspondencia en-
las principales aberturas, puertas con orna- rencia de otras arquitecturas modernistas, no tre planta y fachada, en el caso de la casa Gar-
mentación modernista en hierro, etc. En dicha es la línea ondulante el elemento fundamen- besi, nos hace ver el carácter transgresor y es-
obra aparece también algo que será una cons- tal que estructura el conjunto, sino la relación cenográfico de este edificio: el acceso enmarcado
tante en la producción bonaerense del arqui- volumétrica entre texturas y estatuaria. en dos columnas no remata en un hall con es-
tecto: la excrecencia del cuerpo central y la des- La segunda de las casas de renta inaugura calera, sino en el nacimiento de un pequeño
materialización de los ángulos que esta produce, el uso del modo medieval italiano en la pro- pasillo. Se trata de un conjunto de recursos pro-
a partir del cambio de textura (ladrillo visto) y ducción de Colombo. La ausencia de un eje cen- pios de la estética pintoresca, utilizados con una
el uso de superficies redondeadas. tral jerárquico al cual debe subordinarse el res- amplia libertad formal en estos terrenos en-
En los primeros años de la década de 1910, to de la composición, derivado del particular tonces suburbanos.
Colombo produce dos de sus obras funda- sistema de composición especulativo que exi- Un par de obras que demuestran particu-
mentales de esta etapa. Se trata de las casas de ge ingresos diferenciados para cada grupo de larmente el tipo de programa y committenza pa-
renta con comercios de H. Yrigoyen 2568 (1911) departamentos, la policromía y la textura del la- ra la cual trabajaba Colombo son: la casa y la fá-
y Rivadavia 3222 (1912). La primera de ellas es drillo, la utilización de bíforas para organizar brica del industrial del calzado Leandro Anda.
La fabrica (1913), ubicada en Humberto Primo
2048, está compuesta por dos locales contiguos,
que contienen depósitos, y planta industrial con
administración. Su morfología externa conju-
ga elementos clásicos con estructura de hor-
migón armado y carpintería metálica de gran-
des luces. Para caracterizar este edificio,
Colombo crea un orden estilizado con remi-
niscencias dóricas que se apoyan en fuertes ba-
ses salientes. La casa del propietario, ubicada a
pocas cuadras de la fábrica, en Entre Ríos 1079,
tiene una fachada cargada de una ornamenta-
ción ecléctica que alude a estilemas románicos.
No existe un código referencial que relacione
ambas obras. Se trata de experiencias paralelas
e independientes que demuestran la inexis-
tencia en la clientela industrial de una estruc-
tura de representación cultural elaborada.
Pero su obra más madura de este período
es, sin duda, la casa de renta y los locales de co-
mercio construidos para el industrial Grimol-
di en Corrientes 2558 (1918). Su fachada es tal
vez una de las más logradas dentro de su pro-
ducción ecléctico-modernista. Se trata de una
u FACHADA DEL EDIFICIO SOBRE LA AVENIDA RIVADAVIA EN BUENOS AIRES. modalidad decorativa mucho más geometri-

104 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


col col
SEGUNDA ETAPA. En el caso de sus residencias, en cambio,
Durante la década del veinte, la producción hay una evolución desde el tipo de planta tra-
de Colombo abandona la alternancia entre Me- dicional hacia las más modernas condiciones
dieval Italiano y Modernismo para adquirir co- de confort (compacidad, agrupamiento de ser-
mo única expresión artística un moderado Aca- vicios, circulaciones diferenciadas, etc.). Ejem-
demicismo. El arquitecto italiano imprime a plos claros de esa evolución, por su carácter hí-
esta modalidad su sello personal y no desapa- brido, son las casas de Entre Ríos 1079 (Anda)
recen de las nuevas fachadas la preocupación y Tucumán 1961.
por las texturas, la desmaterialización de los En la segunda etapa de la producción de
ángulos y la carga expresiva de la ornamenta- Colombo, la disposición de los locales se adap-
ción en hierro que caracterizaba su anterior ex- ta más a la evolución del confort y va abando-
periencia. De esta serie de trabajos, que res- nando poco a poco los modelos tradicionales.
ponden a un nuevo grupo de comitentes y que Pueden verse en sus trabajos de la década del
se ubican en el sector norte de la ciudad, se veinte plantas de casa de renta compacta que,
destaca la casa de renta de Agüero 1369 (1920). como en el caso de Agüero 1369, ofrecen ya
Su fachada es tal vez una de las que tiene ma- dos departamentos de categoría por planta.
yores reminiscencias formales con el ordena-
miento tradicional y mayor grado de despoja-
miento ornamental.
Otras obras de características similares son
las residencias ubicadas en Azcuénaga 1075 y
1129, y en Perú 1050.

u DEPARTAMENTOS Y FARMACIA PODESTÁ. TIPOLOGÍA Y ESPECULACIÓN.


Si bien la arquitectura de Colombo presen-
zante, donde la estatuaria ha sido reducida a ta una alta elaboración formal en lo que se re-
una serie de bajorrelieves. Estos actúan como fiere a las fachadas y a los elementos decorati-
una textura que compite con el resto de las su- vos, desde el punto de vista tipológico y espacial
perficies que definen una tenue policromía. no se diferencia de los modos usuales de cons-
Otra vez la simetría organiza la composición trucción en el Buenos Aires de principios de si-
estructurada a través de los accesos diferencia- glo. En algunas de sus casas de renta, como las
dos a los diversos sectores de la extensa planta. de H. Yrigoyen 2568 o Corrientes 2558, puede
El tradicional orden tripartito ha desaparecido; observarse el trabajo al límite en el aprovecha-
un doble nivel de balcones salientes, sostenido miento del suelo. El rendimiento abusivo de la
a partir de pares de columnas que emergen del planta, la división en zonas de departamentos
almohadillado del basamento, son los elemen- de diversa categoría de acuerdo con la cercanía
tos destacados de esta composición que finali- de la calle, las dimensiones mínimas de los u CASA DE RENTA EN AVENIDA CORRIENTES 2558, BS. AS.

za en un ático de mayor libertad formal. locales configuran esta característica funda-


Abundan las transgresiones: el capitel de mental de buena parte de su producción. HISTORIA CRÍTICA.
reminiscencias jónicas recibe no uno sino dos Lo que la historiografía italiana ha señala- La obra de Colombo ha recibido hasta aho-
fustes de columnas; el almohadillado carece de do para la obra de Sommaruga —su interés ra escasa consideración; algo obvio si tomamos
la típica gradación clásica y se reparte como tex- por la volumetría y la ornamentación exterior, en cuenta el insuficiente interés que provoca
tura diferenciadora en toda la superficie de la y su desatención hacia el espacio interior que hasta la fecha la producción ecléctica argenti-
fachada; la carpintería y el antepecho de balcón permanece inalterado— vale aquí plenamen- na. La visión negativa de la historiografía tra-
se superponen en una misma superficie. te. Esto parece explicar el éxito local de esta ar- dicional para toda otra forma de Modernis-
Los departamentos y depósitos ubicados en quitectura que no modifica el uso tradicional mo arquitectónico que esté fuera de los cánones
Hipólito Yrigoyen 3447/59 (1920) pueden con- de los lotes urbanos y las más antiguas es- del Movimiento Moderno es la causa funda-
siderarse como un punto de inflexión entre tructuras tipológicas. A diferencia de Palanti mental que ha evitado una diferenciación ex-
ambas etapas. Se trata de dos edificios conti- (v.), quien se preocupa por la modificación de plícita entre el Eclecticismo tradicional y otras
guos pertenecientes a un mismo propietario. los códigos de la construcción y por la lenta formas resultantes de la voluntad de genera-
El de viviendas ofrece menor densidad de edi- transformación del loteo típico de las ciudades ción de un estilo acorde con la época.
ficación y menor estratificación que el de Co- argentinas, Colombo se adapta sin ningún ti- Más allá de los artículos de J. Guzmán, pu-
rrientes 2558. Salvo el bloque sobre la calle, po de críticas a las condiciones locales y pro- blicados a comienzos de la década de 1980, que
el resto de los departamentos tiene la misma duce una arquitectura que es innovadora so- permiten por primera vez conocer en detalle
configuración. La fachada muestra un grado lo en las fachadas, en los halls y en los espacios las obras de Colombo, no existen específicos
menor de decoración y ya no se distingue casi colectivos poco generosos que le permite la rí- análisis en profundidad de su obra. Solo po-
ningún tipo de estilema modernista. gida especulación del suelo. demos constatar la atención que ha recibido

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 105


su trabajo en bibliografía de referencia sobre
el tema, como en los casos de: F. Ortiz y R. Gu-
tiérrez (1968), M. Waisman (1974), etc., y la
posterior atención al problema del Eclecticis-
mo en los trabajos de J. Goldemberg y R. Fer-
nández (1985). F. A.

Bibliografía: Álbum de la Construcción Moderna. ;


Arquitectura Bonaerense. Milán, Leonardo Preiss;
F. Ortiz, J. Montero, R Gutiérrez y otros. La arqui-
tectura del liberalismo en la Argentina. Bs. As.: Sud-
americana, 1968; C. De Seta, La cultura architet-
tonica in Italia tra le due guerre. Laterza Bari, 1983;
J. Guzmán. “Virginio Colombo”. En: DANA, n.° 21; Íd.
“Virginio Colombo (1885-1928)”. En: J. Goldemberg
(comp.). Eclecticismo y Modernidad en Buenos Ai-
res. Bs. As.: FADU-UBA, 1985; “Edificio Calise. Bue-
nos Aires”. En: summa n.° 271-272.

COLONIA AGRÍCOLA. f. Núcleo planificado de


producción primaria, surgido a mediados del
siglo pasado en la región de la Pampa Hú-
meda, con ocupación de mano de obra apor-
tada por la inmigración europea. Estas colo-
nias significaron la apertura de la explotación
agrícola en el país.

El epicentro del proceso de fundación de


colonias agrícolas se puede localizar en la zo-
na central de la Provincia de Santa Fe, con ma-
nifestaciones similares en Entre Ríos y el su-
reste de Córdoba, como respuesta a la necesidad
de activar las precarias economías regionales
ante el protagonismo que adquirió el interior
durante el Período Confederal, necesidad que
fue asumida por los gobiernos provinciales que
establecieron políticas de colonización. La li-
bre navegación de los ríos, el libre comercio
desde los puertos de la Confederación, la exis-
tencia de vastas extensiones inexplotadas de u PLANO ORIGINAL DE LA COLONIA AGRÍCOLA ESPERANZA, SANTA FE.

tierras fiscales aptas para el cultivo y práctica-


mente despobladas, la creciente estabilidad po- los colonos —se les entregaba terreno, rancho piedad de las tierras más ventajosas. Con es-
lítica del país y la integración de un mercado (v.), semillas, ganado, y se los exceptuaba de to- te sistema se establecieron alrededor de trein-
internacional en constante ampliación para los do tipo de impuesto— y para el contratista, ta colonias, en la zona más próxima a la ciu-
productos agrícolas, conformaron un cuadro quien además del cobro del tercio de lo pro- dad capital y sobre la costa del río San Javier.
de situación propicio para el desarrollo de es- ducido, recibía en propiedad grandes exten- Hacia mediados de la década de 1870, la mo-
tas iniciativas económicas. siones de tierra; lo gravoso que resultó para el dalidad colonizadora sufrió una importante
Para la Pprovincia de Santa Fe, los inicios fisco este tipo de emprendimiento originó el transformación al incrementarse la autonomía
de este plan se remontan a 1853, con la firma fracaso de las otras cuatro colonias previstas. de los empresarios que dispusieron de tierras
de un “Contrato de Colonización” entre el go- Una segunda etapa se abrió en 1857 con en propiedad adquiridas a bajo costo al Go-
bierno provincial y el empresario Aarón Cas- la firma del contrato con la empresa suiza Beck bierno. En muchos casos se disoció el proce-
tellanos, el que dio origen a la primera colonia y Herzog para la fundación de la Colonia de so, ya que las compañías de inmigración tras-
agrícola del país, Esperanza, fundada en 1856 San Carlos; el Estado provincial se compro- ladaban a los colonos desde Europa, y la
con 150 familias de inmigrantes franceses y metió entregando el terreno, en tanto que la empresa colonizadora les vendía las tierras; se
alemanes. El contrato propiciaba una impor- empresa cobraba mediante la retención del eliminaba el sistema del “tercio” y se estable-
tante intervención estatal con garantías para “tercio” a los colonos y con la reserva en pro- cían cuotas anuales para el pago de las mis-

106 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


col col
mas; con este tipo de operatoria se colonizó la Para evaluar la incidencia de este proceso El rápido desarrollo de las colonias fue cau-
mayor parte de la zona central de la provincia: en el desarrollo de la Provincia de Santa Fe en sa de admiración por parte de los cronistas y
hacia fines del siglo XIX se verifica la exis- la segunda mitad del siglo pasado, resultan elo- viajeros de la época, quienes dieron cuenta de
tencia de más de un centenar de colonias. cuentes algunas cifras referidas al crecimien- ello en numerosos relatos, en los que quedaron
El planteo en cuadrícula fue el modo de or- to poblacional de ese período; en el Censo Con- plasmadas las grandes transformaciones sufri-
ganización reiterada para todas las colonias, federal realizado en la provincia en 1858, recién das por la región, que en pocos años se cubrió
hecho que generó un orden ortogonal a esca- iniciado el plan colonizador, la población ape- de cultivos que modificaron sustancialmente
la territorial, por cuanto la retícula se extendió nas alcanzaba los 41.000 habitantes, número su paisaje, así como de las duras condiciones
sobre la llanura cubriéndola sin solución de que se multiplicaría por diez en menos de cua- de vida de los inmigrantes, que merced a su es-
continuidad. Las colonias eran de muy diver- renta años, ya que en el Segundo Censo Na- fuerzo y laboriosidad protagonizaron uno de
sas extensiones, pero las concesiones fueron cional de 1895, la provincia contaba con casi los fenómenos más trascendentes del creci-
relativamente homogéneas en sus dimensio- 400.000 habitantes, de los cuales en una muy miento económico y social del país. A. M. C.
nes: en un principio se adoptó la medida de 20 alta proporción eran extranjeros (42% del to-
“cuadras cuadradas”, equivalente aproxima- tal y 51% de la población rural). Igualmente de- Bibliografía: A. Peyret. Una visita a las Colonias de la
damente a 20 ha para cada concesión, pero mostrativas resultan las cifras de superficie cul- República Argentina. Bs. As., 1889; E. Gallo. “San-
más tarde la dimensión creció, y hacia 1880 lo tivada para la agricultura, que aumentaron ta Fe en la segunda mitad del siglo XIX”. En: Anua-
habitual eran las concesiones de 33 ha; se ad- explosivamente de las escasas 8.500 ha pro- rio del Inst. de Inv. Históricas. Rosario, 1964; O. En-
judicaban en número variable, aunque nun- ductivas en 1863 a las 1.650.000 ha de 1895. sinck. Historia de la inmigración y la colonización
ca menor de cuatro, de acuerdo con la canti- Desde muy temprano existió por parte de en la Prov. de Santa Fe. Bs. As., 1979.
dad de integrantes de una familia o del poder las empresas colonizadoras la idea de incen-
económico del colono. El plan colonizador, una tivar un crecimiento ordenado de las colonias,
vez cumplida su primera etapa, encontró un y la preocupación por las condiciones de acce- COLONIAL (ARQUITECTURA). adj. Se aplica a
grave obstáculo en las dificultades para el tras- sibilidad, ocupación y configuración del asen- la actividad proyectual y edificadora llevada
lado de la producción a los puertos de la región, tamiento; esto se pone de manifiesto a través adelante durante el período de dominación
dada la precariedad de la red de caminos; re- de ciertas disposiciones que se establecían ya hispánica. Abarca un variado registro de cons-
sultó evidente la necesidad de asociar el inci- en el convenio de adjudicación o en los bole- trucciones que se clasifican según la función
piente desarrollo agrícola con las redes ferro- tos de venta. Se exigía, por ejemplo, la obliga- cumplida. Fue particularmente relevante, de-
viarias para facilitar los desplazamientos desde toriedad a los poseedores de concesiones lin- bido a la importancia social de la Iglesia en el
y hacia las colonias. El gobierno provincial deras a caminos principales que ligaran entre mundo colonial, la arquitectura religiosa en
tuvo decisivo papel en este aspecto al iniciar ya sí centros de colonias, de plantar árboles en los sus modalidades catedralicia, conventual, pa-
en 1867 las gestiones para la construcción de márgenes de los mismos en un tiempo pru- rroquial y rural, que muestran algunos de los
un ferrocarril estatal que vinculara la colonias dencial, de dejar diez varas de terreno y, al em- ejemplos más elaborados de la etapa. La ar-
del centro - norte con el puerto de Santa Fe; presario, la inmediata ocupación estable de los quitectura civil tuvo una escala de desarrollo
distintos factores retrasaron su concreción has- predios, por lo que el derecho de propiedad de- más modesta, ligada a instituciones oficiales
ta 1885, pero, a partir de esta fecha, la situación finitivo solo se adquiría una vez ocupado este
mejoró notablemente y la red se extendió por efectivamente y construidos edificios sólidos
toda el área productiva. La organización de los poblados seguía el
Una modalidad particular de colonización trazado ortogonal de las colonias, centrados
fue la de la Compañía de Tierras del Central respecto del área total de las mismas, con lo
Argentino, iniciada en paralelo al trazado de la que la plaza —casi siempre de cuatro manza-
línea Rosario - Córdoba en 1863, dado que la nas— quedaba ubicada en la intersección de
Compañía recibió del gobierno nacional en los ejes principales; en torno de ella se dispo-
propiedad una legua de terreno a cada lado de nía una primera franja de una manzana de an-
la línea del trazado en toda su extensión, to- cho, con el resultado de un núcleo inicial de
talizando 346.000 ha de las tierras más férti- 16 manzanas.
les del país. Sobre esa franja se fueron asen- También existieron, al igual que para el te-
tando, siguiendo un desarrollo lineal, rritorio rural, disposiciones tendientes a con-
sucesivamente: Roldán (1870), Carcarañá, Ca- solidar su desarrollo; una ley provincial de San-
ñada de Gómez, etc., presentando cada colo- ta Fe de 1887 disponía la obligatoriedad, por
nia una disposición en cuadrícula con conce- parte de la empresa, de donar al gobierno un
siones de similares características que las del área en la zona delimitada para el pueblo, con
norte; la Compañía de Tierras ejercía un con- el fin de ubicar los servicios urbanos esencia-
trol estricto sobre los colonos “del Central Ar- les. Por su parte, la misma empresa regalaba
gentino”, con un sistema de arrendamiento solares a los principales compradores de tierra
por plazos de cinco años y cláusulas contrac- rural que se comprometieran a construir en el
tuales que aseguraban grandes beneficios eco- pueblo una casa de ladrillos cocidos y techos
nómicos para la Compañía. de azotea. u PUERTA DEL MONASTERIO DE LAS TERESAS, CÓRDOBA.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 107


de gobierno; instituciones educativas y asis- reció igualmente una disposición flexible a medio. Tal condicionamiento no tocaba sólo a
tenciales; establecimientos y sitios de espar- la influencia de los modelos y los profesiona- la existencia de recursos materiales y huma-
cimiento; obras públicas e hidráulicas; vi- les actuantes en cada región. El siglo XVIII, nos sino también, especialmente en contextos
vienda, tanto en su forma urbana como rural; con más recursos materiales y humanos, ten- indígenas y mestizos, a los aspectos simbóli-
y establecimientos productivos agropecuarios. dió a aproximarse a los modelos europeos, cos y valorativos. Desde un criterio de eficien-
La arquitectura militar tuvo expresión en los aunque mantuvo en muchos casos los as- cia y con el fin de alcanzar los objetivos bási-
fuertes, el principal de los cuales fue el de pectos técnicos y los materiales regionales. cos de la Conquista, como la evangelización de
Buenos Aires, que constituía también el re- los indios y el mantenimiento de una estruc-
cinto residencial de la gobernación y luego del El análisis de la Arquitectura Colonial ar- tura habitacional controlable y disponible pa-
virrey. A fines del siglo XVIII, la expansión de gentina no suele, contrariamente a lo que ocu- ra su utilización como mano de obra, la con-
las fronteras generó interesantes ejemplos de rre en gran parte del resto de Iberoamérica, sideración de las particularidades culturales y
asentamientos militares poblacionales, es- apoyarse en la periodización estilística euro- materiales del entorno americano fue impres-
pecialmente en el sur del país. Los aspectos pea, debido a la limitada existencia de edificios cindible para garantizar la viabilidad y la per-
de regulación edilicia y planeamiento urba- que representen cabalmente los rasgos de es- sistencia de los establecimientos. Las tradicio-
no son comprendidos bajo el rótulo de urba- tilo correspondientes. En cambio, es común nes indígenas siguieron operando en América
nismo colonial, cuyo estudio suele comple- dividir el estudio de las producciones de los si- a lo largo del período colonial, ligadas a aspectos
mentar o anteceder a los de la arquitectura glos XVII y XVIII, que ofrecen características estéticos, a patrones temáticos iconográficos y
propiamente dicha. La Arquitectura Colonial técnicas, de materiales, tipológicas, de escala a criterios funcionales y simbólicos. Igualmente,
argentina se encuadra, particularmente en los y también elementos estilísticos diferenciados, las características de las técnicas y los mate-
siglos XVI y XVII, y salvo excepciones que lue- proceso este que se relaciona con los cambios riales propios de cada región dieron carácter a
go veremos, en un modo de producción po- operados en el actual territorio argentino y par- los edificios, y en este sentido se siguió un do-
pular que, sobre la base de tipologías impor- ticularmente en la ciudad de Buenos Aires, que ble criterio utilitario de familiaridad cultural
tadas de la metrópoli, desarrolló formas y se acrecentaron luego de la creación del Vi- con los procedimientos y los resultados que es-
técnicas simples, adecuadas a los limitados rreinato del Río de la Plata en 1776. tos permitían, y de disponibilidad tanto de ma-
recursos materiales, técnicos y humanos dis- teriales como de técnicos capaces de trabajar-
ponibles. Esta actitud pragmática facilitó la CONDICIONES GENERALES. los adecuadamente. Finalmente, la arquitectura
adaptación de los planteos genéricos a for- La Arquitectura Colonial americana debe producida durante el período colonial se vio
mas de realización local, y abrió el campo pa- enmarcarse en el proceso de dominación ge- parcialmente signada por el acceso de mano
ra cierta regionalización de la producción ar- neral e imposición de normas y de formas in- de obra, artesanos y arquitectos de formación
quitectónica (Noroeste, Noreste y Litoral, herentes a la estructura social y cultural del y capacidad desiguales que dejaron su impronta
Centro, Cuyo, Río de la Plata) con caracterís- mundo iberoamericano bajo control de la Co- sobre los resultados del proceso constructivo,
ticas peculiares de técnicas y de materiales, rona española. Esta condición subsidiaria de- haciendo que las obras no fueran exclusiva-
y aun ciertas continuidades de concepciones bió articularse con la realidad americana, tan- mente un producto proyectual sino también la
generales de raíz precolombina, especialmente to en lo que hace a las concepciones como a sumatoria de proyectos, participaciones oca-
en el noroeste y en la zona guaranítica; favo- los problemas prácticos y las peculiaridades del sionales y condiciones de realización capaces
de modificar sustancialmente las ideas origi-
nales. Estas tendencias generales actuaron so-
bre la construcción de edificios destinados a
diferentes situaciones, funciones prácticas y
simbólicas. Del cruce de las peculiaridades pro-
ductivas apuntadas y de estas diversas situa-
ciones y objetivos, surge una variada gama
de obras a menudo signadas por la adecuación
peculiar de técnicas y efectos plásticos, hibri-
daciones o anacronismos estilísticos o super-
posición de tipologías tradicionales europeas
con conceptos espaciales y elaboraciones lo-
cales: una cierta heterodoxia en la que subya-
ce su rasgo propio. Esto se hace aún más evi-
dente al pasar de la esfera culta y urbana a la
popular, en la que los caracteres de la arqui-
tectura académica y los modelos europeos son
manejados con independencia de criterio y ade-
cuación a los recursos disponibles.
En el ámbito de la actual República Ar-
gentina, estas líneas generales operaron en el
u PLANTA DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, PUBLICADA POR PIERRE F. X. DE CHARLEVOIX EN 1756 . DIBUJO DEL SIGLO XVII. marco de la estructuración poblacional y pro-

108 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


col col
ductiva, de las características étnicas, las tra- La configuración de las ciudades siguió el
diciones culturales y los circuitos de influen- patrón de asentamiento basado en la grilla or-
cia propios de cada región del territorio. togonal con plaza central en situación medi-
Una primera distinción cabe entre las re- terránea o desplazada a uno de los lados fren-
alizaciones propias de contextos socio-cultu- te a las costas (Buenos Aires). El ejido
ralmente europeos, como es el caso de la ciu- circundaba la traza y servía como banda de cre-
dad de Buenos Aires, y de contextos sujetos a cimiento de la cuadrícula. Esta disposición, que
la influencia de las tradiciones indígenas. Den- concordaba con las estipulaciones de las Or-
tro de estos, el noroeste presenta el complejo denanzas de Población dadas en 1573 por Fe-
cultural más consistente y sujeto al vínculo con lipe II (v. Leyes de Indias), se caracterizaba por un
las zonas nucleares andinas, pero también en plan elemental que permitía el crecimiento ili-
el noreste la supervivencia de aspectos de la mitado sobre las mismas bases estructurales:
tradición guaraní producirá una síntesis que plaza (v.) / grilla / ejido (v.), planteado como un
tal vez sea la más compleja del período colo- trazado bidimensional, sin necesidad cons-
nial. A estos núcleos tradicionales se sumarán tructiva inminente (un damero uniforme), pro-
los promovidos por la dinámica de la propia visional. Experiencias históricas, como las bas-
sociedad colonial, con la influencia de los mo- tides francesas y los pueblos nuevos españoles
delos peruanos y altoperuanos sobre el no- u PLANIMETRÍA DE SAN JUAN BAUTISTA DE LA RIVERA. surgidos de la reconquista de la Península, apa-
roeste, y la participación de arquitectos italia- recen ligadas a conceptos de regularidad, si-
nos, alemanes, suizos y portugueses en el cen- al Altoperú de ganado, mulas y alimentos, al metría y geometría retomados por el Renaci-
tro del país y en las misiones jesuíticas. Las ca- que concurrían las estancias y haciendas del miento y a las condiciones del medio, que
racterísticas impuestas por estas condiciones centro de la llanura. El tráfico de mercancías ofrecía la posibilidad de una serie de funda-
a menudo llevaron a la superposición estilísti- provenientes del puerto, el contrabando y el ciones sin conocimiento edilicio previo. La pla-
ca, debida tanto a los cambios de gusto como tráfico de esclavos completaban el circuito de za mayor (v.) concentraba la representación ins-
a las diversas formaciones, modelos y fuentes comercio con el norte a cambio de la plata al- titucional de los dos ejes medulares del mundo
propias de los sucesivos diseñadores. Este he- toperuana. Desde el punto de vista político se colonial: la Iglesia y la Corona, a las que se agre-
cho hace estéril el empleo de la periodización distinguían según su rol funcional y el tipo de gaba la sede del gobierno local, el cabildo y la
europea corriente, a menos que se tome en tér- autoridades civiles y religiosas que en ella te- morada de los vecinos prominentes, que com-
minos de rasgos de época, tan generales que, nían asiento. ponían un delicado equilibrio político, social y
como la participación barroca, muy poco dicen La fundación de las ciudades coloniales en visual entre elementos laicos y religiosos, cen-
de las obras. Establecer en cada caso las fuen- el territorio argentino se desarrolla a lo largo trales y locales, particulares e institucionales.
tes y modelos de los elementos estilísticos par- de la segunda mitad del siglo XVI, desde Chi- Era también la escena procesional y el ámbito
ticulares parece más acorde con los hechos. le: Mendoza (v.) (1661, Pedro del Castillo), San comercial, el punto de encuentro, paseo, ce-
Juan (v.) (1562, Juan Jufré), Santiago del Este- lebraciones y entretenimientos públicos. Solo
1. LOS SIGLOS XVI Y XVII. ro (v.) (1553, Francisco de Aguirre); desde el ve- con el crecimiento y el cambio de costumbres,
1.1. Ciudades y edilicia. Las ciudades constitu- cino Altiplano: Tucumán (v.) (1565, Diego de estas funciones adoptarían significantes espe-
yeron la forma que tomó el asentamiento es- Villaroel), Córdoba (v.) (1573, Jerónimo Luis de cíficos en el siglo XVIII.
pañol, así como el núcleo de la organización Cabrera), Salta (v.) (1582, Hernando de Lerma), Los contextos rurales, reduccionales, mi-
social y productiva zonal mediante la regula- a más de algunas desaparecidas luego. Las úl- sionales y de encomienda tuvieron un princi-
ción de la entrega de tierras y la supervisión de timas fundaciones del siglo XVI en el NOA y pio generador que no siguió usualmente el mo-
las encomiendas de su jurisdicción. La ciudad Cuyo fueron las ciudades de La Rioja (v.) (1591, delo de la traza en damero, pues estaba sujeto,
se ordenaba según la jerarquía social vigente, Juan Ramírez de Velazco), Jujuy (v.) (1593, Fran- bien a una mayor espontaneidad, bien a una
de modo que asignaba los solares situados en cisco de Argañaraz) y San Luis (v.) (1596, Luis planificación global más dirigida. El primer ca-
torno de la plaza a las instituciones y vecinos Jofré de Loaiza). Desde el eje fluvial que une so se verifica en los procesos de aldeanización
más destacados entre los fundadores. Se es- Asunción del Paraguay con el estuario del Pla- rural que se desarrollaron en las comarcas de
tructuraba a partir de esta definición espacial ta se fundaron: Buenos Aires (v.) (1536, Pedro las ciudades, en concomitancia con algún em-
la forma de usufructo de las tierras comarca- de Mendoza), Santa Fe (v.) (1537, Juan de Ga- prendimiento particular: ejes viales, centro de
nas en término de recursos físicos y humanos, ray, Cayastá (v.), trasladada en 1651), nueva- culto (Luján, Merlo, San Isidro), proyectos re-
generando un ordenamiento zonal fundado en mente Buenos Aires (1580, Juan de Garay) y duccionales (Baradero, Quilmes), hitos defen-
un núcleo rector que, a manera de centro de Corrientes (v.) (1588, Alonso de Vera). Desde sivos, fuertes, baterías o atalayas (Ensenada,
un círculo, integraba una red de haciendas, es- esta red básica de núcleos urbanos se extendió Mercedes), donde la migración terminó con-
tancias (v.) y asientos mineros, encomiendas, la trama fina constituida por hitos militares, figurando un núcleo poblacional e impulsan-
reducciones (v.) o pueblos de doctrina. Glo- aldeas comarcanas, reducciones, haciendas y do un loteo de la tierra privada. Este tipo de po-
balmente, las ciudades constituían hitos de una encomiendas. A partir de 1609 se fundan las blados de formación espontánea usualmente
red de comunicaciones políticas, defensivas y misiones jesuíticas (v.), quizás las más signi- no presentaba una traza regular, pero muchos
comerciales. En nuestro caso, la estructura bá- ficativas como conjunto y las que tuvieron un de ellos fueron posteriormente reordenados
sica del comercio estuvo dada por la provisión crecimiento poblacional más intenso. según el amanzanamiento en damero. Igual-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 109


mente irregulares fueron algunas de las po- dispuestas alrededor de un espacio central rá- XVII su carácter de villorrio. En 1607 la traza
blaciones surgidas de asentamientos mineros, pidamente adscripto al concepto de plaza. Aquí presentaba muchos vacíos y en esos años se
como Santa Catalina en la puna de Jujuy o de no solo la disposición de la traza y sus posibi- impulsó la construcción de casas en los sola-
los agrupamientos de encomienda, en los que lidades de crecimiento estaban prefijadas sino res asignados bajo apercibimiento de reasig-
las viviendas se extendían en torno del núcleo también la ubicación relativa y la escala de los narlos si sus dueños no los ocupaban efecti-
constituido por el conjunto iglesia – atrio – pla- edificios particulares, fueran estos de vivienda vamente. Córdoba produjo avances urbanísticos
za (Casabindo y Cochinoca). También las ha- o de uso comunitario (v. Misiones jesuíticas). y arquitectónicos más rápidos. Entrado el si-
ciendas generaron asentamientos poblaciona- El urbanismo colonial desarrolló diferen- glo, la más populosa ciudad de estas provin-
les a partir de la estructura de servicio y tes modelos en nuestro territorio, según las cias tenía 400 casas, reunía las cabezas de las
producción que concentraban. En Yavi, cabe- condiciones y valores actuantes en cada con- órdenes y contaba además con el Colegio de la
za administrativa y residencia de los enco- texto. La presencia de un centro ordenador es Compañía de Jesús, con Universidad de Gra-
menderos de Casabindo y Cochinoca, las de- quizás el rasgo común, pero este estaba con- mática, Artes y Teología (primera universidad
claraciones y los censos tributarios dan formado por estructuras diferentes en cada ca- argentina) y obras hidráulicas que la distin-
testimonio del empleo de los mismos enco- so, que representaban espacialmente la pro- guían del elemental carácter del resto de nues-
mendados para el servicio de la hacienda (lo yección de las instituciones actuantes. tras ciudades. Santa Fe estaba próxima a ser
que no estaba permitido) y así de su constitu- Reduciéndolo a sus elementos más simples, trasladada y en Buenos Aires solo años des-
aparece casi siempre un componente monu- pués, en 1689, se ampliaría el ejido debido al
mental institucional visualmente dominante crecimiento. La evolución más regular y sos-
y un componente público, la plaza, que fun- tenida durante el siglo XVII corresponde a las
ciona como extensión del centro institucio- misiones jesuíticas, que reunían en total
nal y escena de la participación popular. Esta 62.000 almas en 1680 (para una población de
doble pertenencia se manifiesta en las expre- 100.000 en todo el territorio argentino). Fur-
siones públicas de las actividades institucio- long calcula que en 1702 había 46.476 habi-
nales, cívicas, políticas o religiosas, que la te- tantes en los pueblos emplazados en territorio
nían como escena. Por otra, parte el tipo de argentino (sobre un total de 85.000). Estas ci-
relación establecida entre los edificios nuclea- fras dejan a la vista la importancia de las mi-
res y el resto de la construcción urbana cons- siones como elemento poblacional, tendencia
tituye una representación del vínculo social e que se incrementará durante las tres primeras
ideológico operante entre los factores institu- décadas del siglo XVIII para luego decaer.
cionales y la comunidad. En primer lugar, en Los aspectos edilicios de las ciudades colo-
lo estrictamente arquitectónico, en la relación niales estuvieron tempranamente reglamenta-
de escala, calidad, complejidad técnica y ela- dos, aunque sin cumplimiento eficaz. Desde el
boración plástica entre ambas producciones. siglo XVI se implementaron algunas medidas
En segundo lugar, en el espacio conceptual y normativas y los cabildos dispusieron de ala-
u RECONSTRUCCIÓN DE LA FACHADA DE LA CATEDRAL DE físico concedido para la realización de proyec-
BUENOS AIRES DURANTE EL PERÍODO DE AZCONA IMBERTO. tos particulares. Mientras que en la ciudad es-
pañola el factor privado cuenta con libertad de
ción en el aporte poblacional más importante acción en la determinación de las edificacio-
para la transformación de la misma en pueblo. nes domésticas, en los contextos misionales
También las doctrinas o reducciones de indios esta libertad se disuelve en el proyecto urbano
sujetos a curatos evolucionaron en muchos ca- común que jerarquiza más marcadamente el
sos, convirtiéndose en poblados. Otro ejemplo complejo institucional. El control de la escala
prominente de núcleos urbanos originados en urbana se suma a esta configuración jerárqui-
haciendas lo constituye el conjunto de estan- ca estructural, fijando el vínculo y poniéndolo
cias jesuíticas (v.) de Córdoba, como Jesús Ma- al margen del crecimiento ilimitado.
ría o Alta Gracia. En el caso de los pueblos de encomienda o
Contrariamente, las misiones jesuíticas pre- en las haciendas, este papel lo cumple la iglesia
sentan, pasada la primera etapa del estableci- o la casa de la hacienda y, si bien no opera aquí
miento, un planteo urbanístico definido a prio- una planificación general, subsiste la diferen-
ri que genera un esquema homogéneo, ciación en la posición, la escala y el equipamiento
aplicable como solución tipificada. Los pueblos interior. A la dirección jerárquica expresada en
contaban con tierras comunitarias (tupá-mbaé) una planificación central racional se opone la
y parcelas particulares (aba-mbaé), pero la dis- simple preeminencia de poder que opera li-
posición no seguía la secuencia común en las mitativamente, pero deja la resolución final li-
ciudades americanas: traza, ejido, chacras y es- brada a la acción individual o comunitaria.
tancias. Los primeros asentamientos deben ha- La evolución de estas primeras ciudades fue
ber seguido la tradición local de tiras alargadas lenta. Buenos Aires no abandonó en el siglo u IGLESIA DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS, EN CÓRDOBA.

110 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


col col
rifes oficiales o veedores encargados de super-
visar su cumplimiento. Los loteos originales
crearon amplias particiones del amanzana-
miento, corrientemente en cuatro, con terre-
nos de 70 por 70 varas (vara = 0,86 cm.), que
luego se fueron subdividiendo. Uno de los pri-
meros cuidados de los cabildos fue el mante-
ner los lindes legítimos. En Buenos Aires se
implementaron también medidas para evitar
daños o incomodidades públicas (límites al lar-
go de las tijeras de los techos, prohibición de
extraer tierra de las calles para las tapias, las
aguas de lluvia debían caer en los lindes pro-
pios, recomendaciones higiénicas para las edi-
ficaciones relativas al asoleamiento, ventilación
de los dormitorios y desvío de aguas servidas).
Se ordenó reiteradamente la construcción de
veredas, empedrado de las calles y la colocación
de postes en las veredas como defensa contra
carretas y jinetes. En 1664 y 1704 se promul-
garon Ordenanzas Reales para la Edificación,
relativas a paredes medianeras, piso alto y ba-
jo, perjuicio que causaban los hornos, puertas
cocheras, ventanas medianeras, construcción
de pozos, norias y estanques, conductos de al-
bañales y precios de los materiales. Pese a la u IGLESIA Y CONVENTO FRANCISCANO DE SANTA FE EN UNA ANTIGUA FOTOGRAFÍA.

multiplicidad de normas vigentes, tanto los con-


flictos conocidos como las órdenes emanadas tradiciones precolombinas. En el NO se com- o representatividad institucional. Las constan-
de los bandos de gobernadores, todavía en la binaba frecuentemente con basamentos y zó- tes reedificaciones evidencian la precariedad
segunda mitad del siglo XVIII, dejan entrever calos de piedra. Este tipo de construcciones lle- técnica de la construcción. En el Litoral, la te-
que tenían escaso cumplimiento. Reglamenta- vaban comúnmente cubierta de tirantes, cañizo ja se usaba en el mismo rango, mientras que el
ciones similares se aplicaron en todo el país. y torta de barro, y excepcionalmente de tejas ladrillo parece haber sido excepcional. En Cór-
con entablonado de cardón. Una tercera téc- doba, el temprano descubrimiento de una can-
1.2. Técnicas y materiales. La técnica y los ma- nica a base de tierra fue la quincha, en la que tera en 1586, la existencia de piedra (principal-
teriales empleados en los siglos XVI y XVII el barro se combina con una trama interior de mente la piedra bola, que se encuentra en lechos
eran, salvo excepciones, muy simples. Para la ramas o cañas. Por su escaso peso, este siste- de ríos), y el establecimiento de un horno de te-
marcación de los lindes se usaban setos vivos ma antisísmico, que tuvo su gran ejemplo en jas en 1601 permitieron, si no reemplazar el
o tapia (v.), pared construida con tierra ama- iglesias limeñas, fue empleado para levantar adobe en el uso corriente, disponer de mate-
sada y compactada sin agregado de paja u otras bóvedas y cúpulas (Cuyo), y en el NO se em- riales más elaborados para las construcciones
fibras vegetales (Santa Fe y Buenos Aires). En pleó como tabique interior o en construccio- relevantes. En Mendoza, de las 32 casas que ha-
1606, los templos y casas de vivienda eran de nes rudimentarias o provisorias. La llamada ta- bía en la ciudad en 1610 solamente una o dos
tapia y tierra, cubiertos con paja por no haber pia francesa estaba formada por postes clavados estaban cubiertas de teja. El resto de las ciu-
materiales perpetuos. Constituía una técnica en la tierra sobre el eje de los muros, a los que dades presentaba un perfil igualmente modes-
que no requería recursos, herramientas ni ope- se agregaban dos caras de entramado de ma- to. Quizás Córdoba fuera la excepción: Vázquez
rarios especializados, y que utilizaba el único dera o caña, formando una retícula sobre la de Espinosa, que la visitó en 1612, afirmó exa-
elemento de fácil acceso en las primitivas ciu- que se aplicaba barro con fibras vegetales por geradamente que toda la casería era de mara-
dades argentinas, la tierra, que zarandeada y las dos caras. Los postes quedaban así embu- villosa fábrica de piedra. Se dispuso de cal en
mezclada con estiércol era apisonada en capas tidos en la paredes que se terminaban con en- Buenos Aires, como en Córdoba y Santa Fe en
de unos diez cm, hasta que adquiría consis- lucido de estiércol. Este tipo de muro se usó el siglo XVII. La cal de conchilla y la de Mag-
tencia dura. Esta forma fue empleada en el Li- particularmente en el Litoral. dalena eran inferiores y más baratas que la de
toral según el método que ha ilustrado Florian El uso extendido de la tierra en sus diversas Córdoba. Se traía también de la otra banda del
Paucke, basado en un encofrado o tapial don- técnicas dio a las ciudades del primer siglo y Río de la Plata y de Martín García. También se
de se apisonaba la tierra. Para el enlucido de medio de establecimiento español su carácter importaban de la Banda Oriental piedras que a
terminación de los paramentos se usaba bo- peculiar. Sin embargo, tejas y ladrillos se pro- partir de 1620 comenzaron a usarse en Buenos
ñiga. La tierra en forma de adobe (v.) (ladrillo- ducían y empleaban desde comienzos del siglo Aires para dar más solidez a los cimientos. Las
nes compactados con fibras vegetales) fue usa- XVII, aunque fue un recurso de acceso limi- maderas, cuando no existían en la zona o se
da en diversas regiones, siguiendo a veces las tado a las edificaciones de mayor envergadura pretendían calidades o medidas especiales, se

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 111


redes, que debían ser de cal, piedra y ladrillo,
estaban terminadas en 1601, pero el final se
demoró, y recién la continuó en la década de
1620 el portugués Gonzalo Carvalho. Funcio-
nó, seguramente con reformas, hasta 1677,
cuando se desplomó el techo. En 1684 el Ca-
bildo pide al gobernador la realización de una
iglesia de tres naves. La iglesia se comenzó esa
década, pero solo se consiguió continuidad en
las obras a partir de 1687. A fines del siglo tra-
bajaron Andrés Jiménez Lorca y luego Pedro
de Torres. Torres presentó un diseño con dos
torres en los lados de afuera, para constituir
un pórtico, que comenzó a ejecutarse. El plan
contemplaba que pudieran abrirse para tres
naves, quedando hechos los arcos. En 1699 se
hizo cargo el arquitecto granadino José Gon-
zález Merguete. La planta del siglo XVII era de
una nave en forma de cruz latina, con el pres-
biterio muy profundo y testero recto. A esta na-
ve alargada, Merguete adicionó las capillas y
u IGLESIA DE FIAMBALÁ, PROVINCIA DE CATAMARCA. las naves laterales. El esquema se completa con
sacristía y contrasacristía a los lados del pres-
traían del Paraná y de las zonas madereras mi- por una iglesia pequeña de tapia y con el techo biterio, y dos capillas profundas que abren a
sioneras, mientras que para usos corrientes se enmaderado, a la que siguieron varias cons- los brazos del crucero. Merguete levantó las
empleaban maderas locales, como el sauce. El trucciones de poca monta, hasta el edificio le- paredes sin llegar a cerrar las bóvedas (mue-
NO tuvo provisión propia y aun las zonas ári- vantado con cal y ladrillo por el obispo Cristó- re en 1710). La primera etapa de las construc-
das, como la Puna, contaron con el cardón que bal de la Mancha y Velasco, con colaboración ciones catedralicias en territorio argentino nos
se empleaba para entablonados y muebles. del gobernador Martínez de Salazar entre 1667 muestra el paso del establecimiento de llega-
Este conjunto de materiales conformó un y 1671. Era de tres naves, de 66 por 24 varas, da a las primeras iglesias provisorias. La de
sistema constructivo de caja muraria portante techado con cubierta de tejas y estructura de Córdoba, de piedra, cal y ladrillo, parece haber
de tapia, adobe o ladrillo cubierta de tirantes o madera sobre pilares y arquerías, y tenía una
par y nudillo (sucesión de dos tijeras o pares capilla abierta al estilo europeo. Este edificio
cruzados en la cumbrera, formando la estruc- marca un cambio cualitativo. La torre debió de-
tura de los faldones del techo y tomados por molerse en 1682. El obispo Azcona Imberto la
otro tirante horizontal que los une o nudillo), reedificó sobre la base del edificio anterior, del
con cañas o entablonado y cubierta de torta, pa- que usó algunas partes. En 1693 el cabildo ecle-
ja o tejas, según los medios y la región. Permi- siástico afirma que está acabado el cañón de
te volúmenes sencillos y de poca modulación tres naves, al que dividen dos órdenes con ar-
espacial, normalmente longitudinal. Por su sim- querías, aunque por otros testimonios sabemos
plicidad, domina la producción de los siglos que las naves laterales se cubrían con azotea de
XVI y XVII, en gran parte espontánea, y tiene dos ladrillos sobre vigas (que en 1722 amena-
aplicación en la tipología eclesiástica de una na- zaban ruina), por lo que el cañón afectaría so-
ve sin cúpula ni crucero en su forma más sim- lo la nave central. La planta tenía 10 tramos, tes-
ple, y en la de cruz latina (en este caso el cru- tero plano, un marcado sentido longitudinal
cero se arma en sentido transversal y en el cortado por dos puertas laterales, y un asiste-
espacio central se genera una cúpula de made- mático enlace de capillas y locales que abrían a
ra). Se usó en la vivienda, desarrollada por ar- las naves laterales. El pórtico era de arcos se-
ticulación de locales, a menudo en torno de un parados por pilastras pareadas y las torres, de
patio, y en la arquitectura civil y militar. dos cuerpos con cúpula y linterna, y un resalte
central que moría suspendido en la clave de los
1.3. La arquitectura religiosa. Las catedrales. La arcos inferiores de los extremos. Las obras no
erección de iglesias matrices fue casi parte del se concluyeron y fue modificado el diseño en
acto fundacional de cada una de las ciudades, la década del 1720 por la fachada más clásica
aunque se tratara de simples ramadas. En Bue- atribuida a Andrés Blanqui (v.).
nos Aires se levantó un primer edificio orde- En Córdoba, la primera Iglesia Mayor se re-
nado por el obispo Guerra, reemplazado en 1593 hizo en los últimos años del siglo XVI. Las pa- u RUINAS DE SAN IGNACIO, MISIONES.

112 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


col col
sido la mejor de la primera mitad del siglo XVII, en el Escorial abajo, de Francisco de Mora, pe- los apoyos en grandes ménsulas de perfiles
aunque recién con el edificio de Buenos Aires ro es aun más despojada, con el único acento curvos empotradas en las paredes realzan el
se pasará a una construcción más elaborada de de las cornisas de las torres, con chapiteles his- ámbito contrastando con los muros despoja-
arquerías y se construirá la primera bóveda de pano-flamencos. En Santa Fe los jesuitas co- dos. La bóveda deprimida del crucero está for-
mampuestos. La catedral cordobesa estaba en- menzaron una nueva sede (1660-1708). Tenía mada por 20 gajos de tablas sobre costillas, con
tonces recién comenzada. una nave (en 1925 le agregaron naves latera- un elaborado pinjante central y un anillo mol-
La arquitectura de las órdenes es despare- les) y techo de par y nudillo reemplazado a me- durado y tallado en su base; no se acusa al ex-
ja; desde los primeros años hubo edificios e diados del siglo XVIII por una bóveda de al- terior. El coro descansa también sobre mén-
iglesias conventuales, pero la mayor parte fue- garrobo similar a la cordobesa, con cúpula de sulas y tiene un pretil de balaústres torneados.
ron provisorios. En Córdoba y en Santa Fe apa- base poligonal, también inmersa en un cim- Es la obra más importante de tapia y cubierta
recen en la segunda mitad del siglo XVII dos borrio cubierto a cuatro aguas. mudéjar del país.
obras dignas de consideración, pertenecientes La iglesia del convento franciscano de San- Estos dos ejemplos muestran algunas ca-
a tradiciones y sistemas constructivos diver- ta Fe (comenzada en 1680) es de una nave en racterísticas de la producción arquitectónica lo-
sos, pero que alcanzan un grado de realización cruz, proporciones alargadas y testero recto, cal. En primer lugar, el uso de materiales dis-
destacado para el contexto en el que surgen. La coro a los pies y solado enladrillado. La ante- ponibles en la zona: piedra, ladrillo y cal en un
iglesia de la Compañía de Jesús de Córdoba se cede el porche formado por la continuación de caso y tierra en el otro. Luego, el empleo de téc-
construyó a partir de la donación de Manuel la cubierta a dos aguas y la torre está avanza- nicas adaptadas a esos materiales, el muro de
de Cabrera. Se trajo la madera en 1643, y en da. El conjunto de la fachada es sencillo, con calicanto de piedra o mampuesto de ladrillo y
1671 solo restaban las torres que se acabaron una portada (rehecha), que enmarca la puerta, la tapia. En tercer lugar, la vigencia de la utili-
poco después. La planta es de cruz latina, con ventana en el coro, y torre de prismas aventa- zación de la madera, siguiendo la técnica tra-
capillas poco profundas; Furlong la supone di- nados, y rematada en una pequeña cúpula con dicional en Santa Fe y en una innovadora va-
seño del hermano Bartolomé Cardeñosa, aun- perillones. A la izquierda de la iglesia se dis- riante naval en el edificio de la Compañía. En
que investigadores actuales, como Carlos Pa- pone el patio conventual y a la derecha el de la cuarto lugar, en la diversidad de resoluciones
ge, la creen obra de Philippe Lemaire (v.). Mide escuela, al que se accede por una galería con plásticas y técnicas, en dos edificios construi-
10,42 por 29,25 m, 9,34 m (presbiterio) y 7,40 columnas y zapatas de madera adosada a la na- dos casi contemporáneamente, a corta distan-
m (crucero). La famosa bóveda de madera cons- ve. Los muros son de tapia, sumamente grue- cia y ambos sobre un diseño de planta en cruz.
truida por el hermano Lemaire, según diseño sos (hasta 1,50 m), con columnas embutidas. Mientras la iglesia de Santa Fe adapta la cruz
sacado del libro de Philibert Delorme (Nouve- Quizás el elemento más interesante es el ar- latina a la resolución mudéjar, la de la Compa-
lles inventions. Paris, 1561), pieza excepcional tesonado, que si bien es modesto en la talla, ñía busca un resultado más clásico, con el des-
en nuestra producción colonial, vino a resol- conforma un gran plano en el que la calidad arrollo de pilastras, entablamento y cornisas a
ver el problema del cerramiento de la nave, cu- y el color de la madera (cedro), la extensión y lo largo de la nave y la cubierta de cañón con
ya luz de 11 m requería un cañón que quizás
tuviera demasiado empuje para el espesor de
los muros sin estribos, aunque también pa-
rece posible que la falta de experiencia en la
construcción de bóvedas haya motivado la de-
cisión. Lemaire, belga y con práctica en cons-
trucciones navales, hizo la bóveda siguiendo
la estructura de cuadernas, además de la cú-
pula semiesférica, con maderas traídas desde
el Paraguay. Se comenzó hacia 1659. Los ar-
cos son de tablas apareadas sobre cada uno de
los cuales se disponen dos cabios que apoyan
en el muro de carga y conforman el armazón
de la cubierta de tejas a dos aguas. Tablas de
cedro conforman el cañón, cubierto con rica
policromía que contrasta con la austeridad de
la fachada. La cúpula tiene 30 nervaduras y una
base poligonal que forma el esqueleto asenta-
do en pechinas de madera que apoyan en los
cuatro arcos de mampostería del crucero. Ex-
teriormente está absorbida por un cimborrio
casi cúbico. La fachada, que nunca se terminó,
resulta, debido a este hecho fortuito, excep-
cional por su limpieza y claridad volumétri-
ca; ha sido atribuida al hermano Cardeñosa.
Recuerda en su sequedad a la de San Bernabé, u LAS VIVIENDAS SE ORGANIZAN ALREDEDOR DE LA PLAZA. JUNTO A ELLA, LAS INSTALACIONES DE LOS PADRES JESUITAS.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 113


cúpula de media naranja. El sistema de pro- conocida explicación de Cardiel: primero se ha- recogidas y el cabildo se ubicaban en la es-
porciones ilustra lo dicho: la planta francisca- ce el tejado y después las paredes. Se clavan en quina de la primera tira de viviendas sobre la
na tiene una elongada relación 1: 6 para la na- la tierra grandes troncos de madera, labrados plaza. El complejo religioso volcado sobre la
ve (sin el porche), la jesuítica se maneja en un a azuela. Encima de ellos se ponen los tirantes plaza cerraba uno de los lados del pueblo y
clásico 1:4. Finalmente, el templo cordobés po- y las soleras, y encima de estas las tijeras, lla- constituía el núcleo de la escena cotidiana ha-
ne de manifiesto otro rasgo americano: la ten- ves, latas y tejado, y después se ponen los ci- cia la que se volcaba el conjunto de viviendas.
sión entre los prototipos y la realidad. La igle- mientos de piedra. Las iglesias del siglo XVII, Uno de los aspectos más interesantes de estos
sia de una nave en cruz latina, de proporciones cuyos principales responsables fueron los her- templos es la fusión de la tradición construc-
regulares, con capillas laterales ritmadas por pi- manos Cardeñosa y Domingo Torres, en la pri- tiva guaraní, enraizada en los materiales brin-
lastras, abovedada y con cúpula en el crucero mera y segunda mitad del siglo respectiva- dados por el medio natural, con las tipologías
es un prototipo muy usado en América (que mente, fueron construidas siguiendo esta europeas. El rasgo más peculiar lo da la sín-
guarda similitud con el tipo Gesú), cuyo mejor técnica, que se completaba con muros de ado- tesis producida entre ambas vertientes, que no
exponente es la iglesia de la Compañía de Cuz- be sobre cimientos y zócalo de piedra. Los mis- debe reducirse a la suma de tipología europea
co, contemporánea de la cordobesa. La inno- mos jesuitas afirman que las iglesias fueron y técnica guaraní, ya que estaban presentes tan-
vadora solución dada y la providencial presen- amplias y hermosas desde el principio. La cu- to elementos de la técnica española en la cons-
cia de Lemaire no deben ocultar la motivación bierta era a dos aguas, de par y nudillo, y ter- trucción como aspectos expresivos y simbóli-
subyacente: hacer, contra lo más sencillo, un minada con palmas o tejas; algunas tenían cú- cos indígenas en la resolución del diseño,
edificio abovedado con cúpula semiesférica en pula en el crucero. Eran de tres naves acusadas siendo el más importante de ellos la concep-
el crucero. Notablemente, esta voluntad de for- en la fachada mediante puertas, de aproxima- ción espacial, que tanto en la unificación pro-
ma ligada a una tipología prestigiosa, fomentó damente 60 por 24 m de planta, con pórtico, ducida por la relativa ligereza visual de los hor-
un acto creativo como fue la búsqueda de una y en algunos casos galería perimetral parcial cones y el empleo de solo dos planos uniformes
tecnología alternativa que permitiese similar (ya que estaban adosadas al claustro y las otras de cubierta para las tres naves, como en el es-
efecto, superando la dificultad y alcanzando el dependencias). Tenían campanario exento de tablecimiento de un vínculo exterior / interior
objetivo de un modo heterodoxo. madera, situado corrientemente en el claustro más fluido a través de aventanamientos bajos
Las misiones jesuíticas. Ruiz Montoya se- adyacente, y en ciertos casos torres (la de Con- y puertas laterales, modificaban sustancial-
ñala que el templo guaraní, og-guasú, era “bien cepción fue derribada en 1725). Estaban gene- mente la tradición basilical europea de la igle-
capaz y bien aderezado”, lo que indica la exis- rosamente ornamentadas con las columnas sia de tres naves.
tencia de una tradición constructiva desarro- horcones talladas al igual que los confesiona- Capillas de hacienda y encomienda. El si-
llada; la misma debe haber estado ligada a la rios y púlpitos. Una idea de la configuración glo XVII presenta un amplio panorama de igle-
característica estructura lígnea soterrada, que general de estas iglesias la dan los templos sias y capillas de hacienda, encomienda o sim-
consta se usó ya en San Nicolás en 1633, cuyo jesuíticos, por ej.: Chiquitos (Bolivia) y la igle- plemente de devoción popular, que se extiende
templo se levantaba todo sobre estos pilares sia franciscana de Yaguarón (Paraguay). A un a lo largo de las diferentes regiones con ca-
que cargaban la techumbre restando función lado de la iglesia estaba el claustro con las ca- racterísticas particulares. El conjunto más im-
portante a los muros. Este ordenamiento es- sas de los padres y el colegio, cubierto con ga- portante, debido al peso que la cercanía con el
tructural es el descripto un siglo después en la lería o alero, y al otro el cementerio. La casa de rico Altoperú tuvo sobre el desarrollo de la zo-
na, fue el NO, tanto en la Puna como en los va-
lles y quebradas que se extienden desde Jujuy
hasta la Rioja. El marco en el que se produce
esta arquitectura es variado, pero en el siglo
XVII se trata básicamente de la reelaboración
popular de los prototipos utilizados en los cen-
tros altoperuanos. Las de Jujuy se agrupan a lo
largo de los dos caminos históricos: el de la Pu-
na o del Inca y el de la Quebrada. Sin docu-
mentos conocidos, la capilla de Susques, ubi-
cada en el primero, ha sido fechada a fines del
siglo XVI. La fecha es improbable, pero la ex-
trema rudeza de su arquitectura y algunos de-
talles, como las toscas columnas que soportan
el coro, el sobredimensionamiento de los mu-
ros y la pequeña capilla lateral sin iluminación
alguna, podrían abonar una datación tempra-
na. Susques es un prototipo de estas iglesias
en varios aspectos. En primer lugar, el uso del
material tradicional, el adobe, y de la técnica
de cubierta de tijeras con cañizo, torta y paja.
u VISTA LATERAL DE LA IGLESIA DE CASABINDO, PROVINCIA DE JUJUY. En segundo lugar, la planta, un sencillo rec-

114 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


col col
tángulo longitudinal con porche, producto di-
recto de la técnica de cubrimiento de la nave.
Los agregados, como la sacristía, la capilla la-
teral y la torre a un lado de la fachada (puede
ser exenta o tener dos torres) son comunes. En
algunos casos, como Yavi, Cochinoca y Casa-
bindo (en sus versiones del siglo XVII) había
una capilla profunda de ánimas normal a la na-
ve. En cambio, la existencia en un atrio amplio
con posas en los ángulos, al típico modo de los
contextos indígenas peruanos y altoperuanos,
no fue común aquí. La barda y el arco de in-
greso al atrio, así como las entradas laterales,
pertenecen también al tipo clásico de conjun-
to atrial. Fuera del pueblo, en las montañas ad-
yacentes, ermitas con cruces marcan las di-
recciones cardinales y vinculan el espacio
sagrado del templo con el entorno, caracterís-
tica proyección sacral a la naturaleza propia del
mundo indígena. Esta tipología se reitera, con
cambios y aditamentos, en las capillas de la zo- u PEQUEÑA CASA URBANA, BUENOS AIRES, FINES DEL SIGLO XVIII. VISTA Y PLANTA.

na, como ocurre en Coranzulí, Yavi (poco an-


tes de 1650, refaccionada en 1690), Huma- jesuítico-guaraníes, que tiene expresión en su y trascorral, y en las casas de mayor escala, una
huaca (1631, modificada), Uquía (1691), estatus institucional, su prosperidad económi- cochera. Las viviendas sencillas estaban com-
Cochinoca y Casabindo (para ambas 1631, 1655, ca y su evolución demográfica. Hacia 1700 el puestas por un aposento, una sala, cocina y co-
1682-1693), Tilcara (antes de 1702, rehecha en actual territorio argentino se encuentra en vís- rral cercado (Manuel de Ávila, 1612, Manuel
1853), Purmamarca (1648), Tumbaya (1672, re- peras de salir de la situación marginal en que Antonio, 1620, tenía también un patio y una
hecha en 1863), y se continúa en los valles rio- estuvo hasta entonces. Las misiones tendrán tahona, Pedro de Rojas, 1632). El patio a veces
janos y catamarqueños, y aun en capillas ur- su pico de expansión poblacional en las déca- falta en estos primeros casos en los que solo se
banas como la de Santa Bárbara en la ciudad das siguientes, y en el sur de Buenos Aires se- dispone de unos pocos cuartos, pero parece pro-
de Jujuy. El origen es variado: capillas domés- guirá creciendo sostenidamente a la espera de bable que la construcción paulatina los fuera
ticas de hacienda (Yavi), encomiendas (Cochi- su hora, en el último tercio del siglo XVIII. configurando en las casas de las familias en as-
noca, Casabindo), curatos (Uquía, Tumbaya, censo. Las casas grandes solían tener incor-
Purmamarca), parroquias fundadas en pobla- 1.4. La vivienda. La vivienda estuvo durante las porada a la construcción tiendas para alqui-
ción mayoritaria de encomienda (Humahua- primeras décadas sujeta a las limitaciones pro- ler. Estos locales daban a la calle y a menudo se
ca) o misiones evolucionadas a encomiendas pias de la pobreza general, tanto de recursos componían de dos ámbitos: el interno, que fun-
y hacienda (San Carlos de Calchaquí). La tipo- materiales como humanos. Conocemos algu- cionaba como depósito y eventualmente como
logía de estas iglesias representa una adapta- nas descripciones de las primeras casas por- vivienda; así ocurría en la casa de Francisco
ción a los materiales, técnicas y construcciones teñas del siglo XVII, las más antiguas de las Jijón o en la de Inés Álvarez (1638), donde a
propias del medio (caña, torta, paja), de las igle- cuales consignan el uso de la tapia pisada cu- la vivienda se anexaba una tienda, trastienda
sias con cubierta de madera, de características bierta con techo de cañas y paja amarrada con y cocinilla, o en la de Francisco González Pa-
mudéjares, simplificando la nave al eliminar tientos (casa de Rodríguez de Valdéz, 1607). checo, un cuarto con diferente puerta a la ca-
el crucero y la cúpula o cimborrio que suele cu- Los techos de tijeras eran comunes. Menos co- lle, donde había un billar. El planteo no difería
brirlo. Estas tipologías sencillas fueron em- munes aun eran las tejas y los ladrillos, que mucho del que sería común el siglo próximo:
pleadas en todo el territorio. A modo de ejem- se empleaban solo en residencias de fuste, co- locales o departamentos a la calle y los aposentos
plo, en la llanura bonaerense la reducción de mo la de la casa del adelantado Vera y Zárate, y salas de la familia abiertos al patio interior, al
Santiago de Baradero (Baradero) tenía en 1619 de 1619, o la del general Pedro de Rojas y Ace- que se accedía por un zaguán. Podían tener dos
una iglesia grande con muros de tapia y te- vedo y su mujer María de la Vega, quienes po- o más patios, de los que el primero era ocupa-
cho de madera de sauce. seían un gran caserón de catorce habitaciones, do por la familia, el segundo dedicado a servi-
Estos edificios asumen una representativi- techado mayormente con tejas. Durante el si- cios y vivienda de la servidumbre y el tercero,
dad acorde con el desarrollo de las ciudades en glo XVII no hubo en la arquitectura doméstica si lo había, a depósitos y caballeriza. A veces
el Río de la Plata. No es casual que el edificio diversificación funcional; el aumento de esca- aparecen algunos cuartos accesorios, particu-
más interesante del período, la iglesia de la Com- la no implicaba el agregado de funciones sino larmente tahonas —molinos destinados a la fa-
pañía de Córdoba, se haya erigido en la ciudad la extensión de las mismas a más locales. Los bricación de harina para pan— y, curiosamen-
con mayor dinamismo de la región. En el siglo espacios interiores básicos y multifunciona- te, torrecillas en las esquinas, como resabio
XVII las iglesias de las misiones se enmarcan les eran la sala y el aposento, a los que se agre- anacrónico de las fortificaciones medievales. El
en el proceso de consolidación de los pueblos gaban la cocina (v.), el baño (v.) y un patio, corral detalle parece apuntar a una mentalidad se-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 115


ñorial desfasada de la modesta realidad del em- el desigual acceso a la riqueza y la convivencia configuración global el carácter del edificio úni-
plazamiento. La casa de zaguán y patio rodea- de marcos culturales diversos en un contexto co, lo cortaba interiormente obligando a la vi-
do de habitaciones y salas de uso familiar, y de urbano en el que sobre la estructura general del da íntima y al abandono de la poligamia, pero
una escala significativa, versión local de la ca- loteo y el reparto original de tierras, la actividad permitiendo la continuidad del sistema de fa-
sa noble española, existió tempranamente en particular fue la rectora del quehacer arquitec- milia extensa guaraní en las actividades des-
las ciudades argentinas. Para tomar un ejem- tónico doméstico, sujeto a una reglamentación arrolladas en las galerías, donde las mujeres hi-
plo en el norte del territorio, el alarife Alonso poco sistemática y no muy observada. laban, cocinaban y pasaban parte del día,
de la Plaza construyó casas solariegas en los Las misiones jesuíticas. Las misiones de los recuperando así aspectos de la antigua vida co-
primeros años de la fundación de Jujuy. Al- jesuitas, en cambio, representaban la sujeción munitaria. Se usaban en parte las técnicas y
gunas familias tenían casas de recreo en las del conjunto a principios rectores implemen- materiales locales, y fueron los indios los en-
afueras de la traza urbana. Un caso excepcio- tados eficazmente. El espíritu de la organiza- cargados de llevar adelante la tarea edificatoria
nal en Buenos Aires fue la quinta (v.) que, con- ción urbanística y la regularidad de las vivien- desde el comienzo (v. Misiones jesuíticas).
tra las disposiciones, edificó en el Retiro el go- das nos habla de una comunidad pensada como Los ámbitos rurales. En las zonas más ricas
bernador Robles a fines del siglo XVII y que un todo homogéneo y de una acción social cen- del país, como el NO, la vivienda en contextos
luego quedó a nombre de Miguel de Riglos. Te- tralmente dirigida. La ductilidad con que se for- rurales se desarrolla entre dos extremos: las ca-
nía 39 habitaciones, 3 salas, 12 escaleras con jó el tránsito de un sistema a otro habla de la sas de hacienda y las viviendas de peones, es-
balaústres, 51 puertas y ventanas con rejas de concepción con que la Compañía manejó las clavos o indios encomendados. La primera con-
hierro, además de alacenas, sótano y depen- distancias culturales, como lo prueba el he- sistía en complejos que abarcaban las mismas
dencias, y un suntuoso equipamiento de mue- cho de que todavía en el siglo XVIII subsistían viviendas, capilla doméstica y construcciones
bles y obras de arte. casas multifamiliares. La vivienda guaraní con- de servicio o galpones. La vivienda más impor-
Estas casonas, construidas para uso de las sistía en cuatro o seis casas solas o chozas, dis- tante del NO fue la del Marqués de Tojo, Juan
élites locales, constituyen uno de los prototi- persas en montes, sierras y valles, algunas de José Campero. Estaba organizada en torno de
pos arquitectónicos de la vivienda colonial. Tan- hasta 200 pies de largo (66 m), por lo que de- varios patios. Al primero se accedía a través
to sus características formales, como el nucle- be relativizarse el concepto empleado por los de la puerta principal, que tenía a su lado un
amiento familiar-servil al que servían de escena aposento con puerta independiente a la calle.
y las ideas implícitas ligadas a un tipo de or- Daban a él una sala, una cuadra y un aposen-
denamiento social estamentario y nobiliario, to de vivienda con puertas. La vivienda del Mar-
han fundado una visión arquetípica que se ex- qués tenía una sala principal con dos alcobas,
presa en la denominación de “casa solariega” una cuadra con una alcoba, un aposento con un
con que se las designa y que alude no a carac- alto aventanado con una sala contigua y dos des-
terísticas arquitectónicas sino al concepto de pensas. En el segundo patio había dos cuartos
solum, soporte o fundamento ligado a la idea para criados, cocina, amasijo y corrales con dos
de linaje. Sin embargo, sería incorrecto pen- cuartos. En los patios interiores, un cuarto con
sar que este tipo de casas constituyó el con- puerta en arco, que era la biblioteca, y varios al-
junto de la arquitectura doméstica urbana co- macenes de trigo, maíz y charqui, más dos co-
lonial. Estas mansiones de muros de tierra u HACIENDA DE TUMBAYA, EN JUJUY. rrales grandes cercados de pircas. La vivienda
convivían con casas sencillas que sin duda con- principal hacía plazuela alrededor y espaldas de
formaron un porcentaje amplio de la edilicia misioneros ante un tipo de construcción ver- la iglesia, y afuera había una acera de casas y al-
colonial. Por otra parte, la casona aparece ya nácula, pero no necesariamente elemental. Una macenes que hacían cuadro. En esta acera se
en el siglo XVII, y también en el siguiente, com- descripción de 1620 informa que estaban ar- disponía una serie de cuartos donde vivían fa-
binada con partidos multifuncionales que im- madas encima de buenos horcones cubiertos miliares, empleados y el capellán, había depó-
plican una hibridación en el concepto mismo, de paja; la casa no tenía división alguna. Cada sitos, una cochera y un almacén con puerta a la
aunque común en la tradición americana. Fi- horcón constituía una unidad habitada por dos calle que se incluía en la casa principal. Desde
nalmente, las ciudades coloniales presentan familias, una de cada lado, con el fogón en me- el punto de vista tipológico, este complejo ha-
irregularidades en el cubrimiento de la traza y dio, y dormían en hamacas. Las instrucciones bitacional-laboral se vincula con los cortijos es-
terrenos con viviendas provisorias, ranchos (v.) originales de Diego de Torres de 1609 para or- pañoles, con su ordenamiento funcional aná-
e incluso tiendas de cueros con funciones de denar los pueblos a la española, con sus calles logo y formalmente estructurado en un enlace
vivienda, además de las casillas que aparecen y cuadras, dando una cuadra a cuatro indios, más o menos asistemático de tiras de locales y
consignadas en documentos de Buenos Ai- un solar a cada uno con su correspondiente hor- patios. El enlace descripto no coincide con el
res a metros de la plaza mayor todavía en la se- tezuela, con sus límites determinados y su cer- sencillo partido de patio central actual, que se-
gunda mitad del siglo XVIII. Sin duda la visión ca, debieron ser abandonadas, adoptando en guramente es posterior. En oposición a la ca-
romántica de la casona espaciosa con su patio cambio el partido indígena de la og jekutu, o ca- sa del marqués, se hallaba la ranchería de la gen-
florecido y la huerta con frutales, que dejó en- sa común, aunque dividida con tabiques en bús- te. En los pueblos de la encomienda, las
tre otros Acarete de Biscay, debe entenderse queda de un balance entre la tradición comu- viviendas de los indios mantuvieron la tradición
como una visión parcial de una ciudad donde nitaria guaraní y la vida unifamiliar europea. del adobe y el techo de torta. Según las pocas
también abundaban las taperas, los ranchos, El paso de la vivienda colectiva a la tira seg- descripciones, se trataba de simples cuartos con
las casillas. Esta heterogeneidad manifiesta mentada, al mismo tiempo que mantenía en la fogón externo, usualmente vinculados por una

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especie de patio abierto que funcionaba como Santa Fe la Vieja (1590), y el de Córdoba se fermos. En Salta, se construyó en 1582-1583 la
espacio integrador, cercado con pircas, muro comenzó a construir desde la fundación de la Ermita de San Bernardo y en 1586 el Cabildo
de piedras de la zona, característicos en la deli- ciudad. Tenía dos pisos de calicanto y ladrillos, resolvió edificar a su lado un hospital, si bien
mitación de los terrenos y canchas de origen sala de sesiones que daba a la plaza con arcos no estuvo concluido hasta el siglo XVIII. Igual-
precolombino. El cuadro general presenta un sobre pilares, balcones, enladrillado y tejas. El mente en Jujuy en 1640 el capitán Buenrostro
abanico variado de propuestas, desde la gran ca- cabildo y cárcel de Buenos Aires recién se ha- donó dinero “para edificar pegadas a la ermita
sa de hacienda a la ranchería y a las humildes bía comenzado a edificar. En la década del trein- del señor San Roque casas y aposentos para ha-
viviendas de los encomendados, pasando por ta se empezó otro edificio con portales de ar- cer un hospital con su cerca y corral y sitio, puer-
haciendas más sencillas, casas medianas para cadas y una torre en cada extremo. Estos tas y cerraduras [...] y edifiqué un cuarto [...] arri-
empleados medios y habitaciones. Los mate- primeros edificios sientan ya la tipología con- mado a la pared de la dicha ermita y abrí puerta
riales y las técnicas, el adobe, la pirca, la torta sistente en una sala capitular y otros aposentos, en el dicho cuarto en derecho al altar mayor pa-
de barro y el tumbadillo, uniforman el conjun- pórtico provisto de arcadas y balcones desde los ra que los enfermos oigan misa, que todo lo
to. La diferencia estribaba en la escala, en la dis- que el cuerpo podía manifestarse a la plaza. Es- uno y lo otro está cubierto con teja”. Esta des-
posición sistematizada por los patios y en el te tipo de construcción de arquerías rústicas cripción nos da una idea de la escala de estos
equipamiento interior, que variaba entre el mun- formando un pórtico subsiste en el cabildo de hospitales de provincia, más bien algunos cuar-
do casi sin objetos del indio y el lujo de las te- Rinconada, en la puna de Jujuy, primer asen- tos con una capilla a la vista. El criterio de te-
las, obras de arte y alhajas que expresaban la ca- tamiento español en la provincia. El edificio, re- ner el altar accesible desde las camas plantea
lidad social en los ámbitos españoles ricos. En edificado parcialmente, pero manteniendo la en versión modesta la función buscada en gran
el centro y el sur del país, las casas de estancia estructura tipológica, muestra arcos de medio escala en el partido en cruz con capilla central,
o de chacra fueron construcciones más senci- punto sobre gruesos pilares con imposta que característica de los hospitales españoles. Sin
llas. En la campaña de Buenos Aires tenían sa- forman un pórtico al que dan las salas, cubier- embargo, ni en estas pequeñas enfermerías ni
la y uno o dos aposentos hechos de tapia o ado- tas por el techo a dos aguas (ahora de tejas) que en la más compleja y vasta edificación porte-
bes, cañas y cueros, y estaban techadas con paja. se proyecta sobre el mismo (v. Cabildo). ña parece haber existido un partido específico,
Algunas tenían puertas y ventanas, lo que se Los hospitales. El Teniente General Loren- sino un simple eslabonamiento de locales de
consignaba explícitamente en los inventarios zo Suárez de Figueroa fundó el 8 de febrero de bloques longitudinales con cubierta de made-
testamentales. A veces los aposentos se usaban 1576 el primer hospital de Córdoba (Santa Eu- ra intercomunicados por patios y pasadizos.
como galpones y pocas tenían pozo de agua y lalia). En 1638, bajo el patronazgo del Cabil- Obras públicas. Desde las fundaciones y a
corrales. En algunas se mencionan viviendas do, funcionaba en la esquina de las calles En- lo largo del siglo XVII se inician también en va-
para esclavos y servidumbre. Las sementeras tre Ríos y Obispo Salguero y dejó de prestar rias ciudades algunas obras de servicio dirigi-
estaban protegidas por tapias de caña o palos servicios en 1646. En la ciudad de Buenos Ai- das a proveer de sitio adecuado a la tarea del
unidos por cueros o directamente por cueros res, Ruy Gómez de Ávila recibió en 1605 el en- abasto (Buenos Aires, matadero municipal, Lá-
con una zanja al lado. La vivienda de campo en cargo del Cabildo para hacer las casas del hos- zaro Quinteros y Diego López, 1615), al mane-
la zona bonaerense distó de ser lujosa, limi- pital. Era una ermita de la advocación de jo hidráulico o el cruce de los ríos (Mendoza,
tándose a construcciones capaces de servir pa- Copacabana (1611), la cual tenía anexo un pe- puente, Marcos Hernández, 1602). Fue en Cór-
ra las necesidades elementales. En general la queño hospital que se mantenía con las limos- doba donde las obras públicas tuvieron mayor
vivienda rural siguió un curso ligado a los ma- nas de los portugueses. Tenía entonces unos desarrollo. En 1589, el Cabildo pretende formar
teriales disponibles y al desarrollo de técnicas pocos aposentos que habían caído en el aban- una Alameda (v.). Siguiendo el modelo sevilla-
locales. Mientras que en el Litoral y la llanura dono cuando se suspendió el comercio con los no, los paseos habían aparecido en las capita-
predominó la construcción de tapia o quincha portugueses (1640). Martínez de Salazar fue les virreinales, pero la idea de implantar un
con uso de madera, tierra y techo de cañas y pa- también su reconstructor. Levantó un conjun- sitio de recreación en nuestros modestos villo-
ja, en el Noroeste las casas continuaron em- to complejo estructurado en torno de tres pa- rrios a fines del siglo XVI resulta llamativa pa-
pleando adobes, pircas y techos de torta, y en tios: el primero en el acceso, el segundo con ra la época. El calicanto o murallón se inició en
las misiones jesuíticas se usaron los horcones la cocina, el refectorio, la oficina, dos pozos con 1629 con el fin de detener las inundaciones y
de la tradición guaraní como soporte estructu- dos pilas de agua y tres lados de galería, y el ter- en 1646 el Cabildo planeó construir un dique
ral básico de la casa, que se cubría con palmas. cero lindante con la iglesia, luego del cual se con un canal capaz de abastecer la ciudad de
A partir de 1610, y durante todo el siglo XVII, disponían huerta, cementerio y una galería so- agua potable, obra que se realizó con esclavos
se escalonan en Córdoba las fundaciones de es- bre columnas de madera. El complejo, forma- aportados por las estancias de la Compañía de
tancias jesuíticas, pero poco o nada ha subsis- do por locales alargados (entre 10 y 25 varas de Jesús. En Alta Gracia se conserva quizás el úni-
tido de ese período. largo por 5 a 8 de ancho) sugiere falta de re- co dique del período colonial de la Argentina,
gularidad en las medidas y la disposición, pero construido por los jesuitas, como parte de un
1.5. Arquitectura oficial y militar. Los cabildos. era una construcción de cierta escala, techada sistema hidráulico para riego que culmina con
Como organización política de la ciudad for- con tejas y en buen estado. Pese el esfuerzo de el tajamar y el molino.
maron parte consustancial de las fundaciones esta edificación, no tuvo réditos prácticos, ya Los colegios. La fundación de institutos de
y tuvieron sede en los edificios homónimos. que nunca se consiguieron los fondos para fi- enseñanza fue común y estuvo a cargo de los
Generalmente incluían también la cárcel, que nanciar el funcionamiento ni el personal mé- regulares, particularmente la Compañía de Je-
no pasaba de un calabozo medianamente ce- dico. Convertido en Beaterio en 1692, en 1702 sús, que erigió en Córdoba el Colegio Máximo
rrado. Un cabildo se edificó tempranamente en se mandó desocupar y trasladar de allí a los en- (hoy rectorado de la Universidad y Colegio de

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Montserrat), fundado en 1610, mientras que nos y silo para alojamientos y víveres. Todos
el Seminario se fundó en 1613, pero al poco los locales, salas y galerías estaban conforma-
tiempo este último desapareció. El edificio de dos por tapias y cubierta de par y nudillo. Las
la Universidad fue ampliado y modificado en- paredes, enlucidas y blanqueadas, y los sola-
tre 1684 y 1689, derribando algo de lo hecho. dos eran de ladrillos. Sobre la puerta principal
Era un complejo desarrollado a lo largo de dos se dispusieron las armas reales traídas de la
manzanas, que comprendía además ranchería ciudad de Córdoba y una imagen del arcángel
y talleres. Existía también desde 1687 el Co- San Miguel, tallada por el portugués Manuel
legio Convictorio de Monserrat (sobre la calle Coyto. Simultáneamente se mejoraron algu-
Caseros, ahora Museo San Alberto), traslada- nos baluartes y se renovaron los del río, em-
do en 1772 a su actual emplazamiento. El Co- parejando la barranca.
legio Máximo, modificado, presenta la estruc- u CASA GAONA, BUENOS AIRES, SIGLO XVIII. En Buenos Aires, la arquitectura evolucio-
tura claustral típica, en la que algunas de las na durante el gobierno de Martínez de Salazar.
habitaciones están destinadas a aulas y la gran emplazamiento en 1577, se abandonó, aunque La catedral, el hospital y el fuerte, contempo-
mayoría a aposentos o cuartos para colegiales sus construcciones permanecieron por algu- ráneos con el establecimiento de la transitoria
y maestros. Por otra parte, estos colegios je- nos años. Pero el punto fundamental del asen- Audiencia de Buenos Aires, cambian el carác-
suíticos estaban sostenidos por una estructu- tamiento español en la región era el que ocu- ter elemental de las obras anteriores. La cate-
ra comercial-productiva que aseguraba el fi- paría la ciudad de Buenos Aires, en la boca del dral no será definitiva, el hospital no se usará
nanciamiento y la independencia, asentada en estuario, fundada con propósitos defensivos. hasta 1702 y el fuerte estará sujeto a muchas
un conjunto de estancias que comenzaron a La Real Fortaleza de San Juan (Antonio To- transformaciones, pero son un prolegómeno
organizarse a lo largo del siglo XVII y que en más, Hernandarias, 1607) no pasó de un re- del desarrollo futuro de la ciudad en el siglo
el XVIII constituyeron verdaderos enclaves cinto cuadrado rodeado de tapias con un fo- XVIII. Poco a poco Buenos Aires parece dejar
agropecuarios con esclavos negros e indios con- so que se inundaba. El gobernador Dávila atrás la ciudad de tierra y encaminarse hacia la
chabados como trabajadores, en los que se ge- encaró una segunda construcción en la déca- ciudad capital. Lo mismo sucede en el interior.
neraron complejos arquitectónicos de interés. da de 1630. Tenía planta cuadrada, de 112 pies Las obras públicas cordobesas, la iglesia y los
Las obras militares fueron escasas en el si- de frente, rodeada por un foso de 40 pies de colegios de la Compañía de Córdoba, y el tem-
glo XVII. La primera fortificación se debe a la ancho y cuatro baluartes dispuestos en los án- plo franciscano de Santa Fe, son ejemplos de
entrada de Sebastián Gaboto en 1527, quien a gulos. Martínez de Salazar levantó un nuevo la transformación, pero también en la arqui-
orillas del Carcarañá construyó sobre la ba- edificio durante su gobierno (1663-1674), apro- tectura rural muchas de las sencillas iglesias de
rranca el fuerte de Sancti Spiritus con dos to- vechando elementos de la construcción de Dá- encomienda alcanzan, sin abandonar su patrón
rreones y una edificación de tapia y paja que vila. La obra se inició en 1667 y tuvo un cos- tipológico, un rango diferente. La iglesia del Ro-
servía de cuartel, circundado por un foso con to total de $ 54.123. Se construyó una sala de sario de Cochinoca, enmaderada con cedro o la
empalizada. También Córdoba tuvo fuerte ape- armas, la Real Contaduría, cuarteles, almace- de Yavi, con sus retablos elaborados coloca-
nas se fundó. Cuando se decidió trasladar su nes, tahona, herrería, cárcel, caballeriza, hor- dos en 1690, constituyen ejemplos de este cam-
bio. En las misiones se pasa a la concreción de
tipologías constructivas y estructuras de asen-
tamiento que implican una experiencia social
y cultural novedosa.

2. EL SIGLO XVIII.
2.1. Las nuevas condiciones edilicias y el es-
pacio urbano. El siglo XVIII presenta un pa-
norama cambiante, con crecimiento demo-
gráfico sostenido en Buenos Aires, Córdoba,
Salta y Mendoza. En Buenos Aires, el humil-
de poblado de bohíos o chozas fue avanzando
en lo relativo al aspecto constructivo. De la ca-
lle insegura y polvorienta para el transeúnte
pasó a la acera de ladrillo; de la línea de las
construcciones hechas caprichosamente, al-
canzó la regulación de las mismas; de los mu-
ros de adobe a los de ladrillo; y de la techum-
bre pajiza a la vistosa teja. A su tiempo, llegaron
la azotea, la casa de dos plantas, la reja volada
y los balcones. El progreso edilicio avanzó pa-
rejo con el crecimiento demográfico, el des-
u FACHADA DE LA CASA DE JUAN VIDELA, BUENOS AIRES, SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVIII. arrollo de la riqueza y la reforma política. En

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cuanto a los materiales, el ladrillo y la teja van
ganando protagonismo en una situación eco-
nómica más próspera. El ladrillo permite la
construcción de cubiertas planas, las célebres
azoteas características de la segunda mitad del
siglo. En 1729 había en Buenos Aires sesenta
hornos de tejas y ladrillo, el empleo de cal era
frecuente tanto para morteros y revoques co-
mo para asiento de vigas, con lo que mejoró
la durabilidad de los sistemas constructivos.
Las bóvedas y las cúpulas de ladrillo se ha-
cen comunes en la arquitectura eclesiástica,
aunque algunas muestren aún la inseguridad
del comienzo, y en la segunda mitad del siglo
los pisos de baldosas en los interiores y las lo-
sas en las veredas reemplazan al enladrillado.
Los revoques pueden ser ahora de cal, pero el
embostado tradicional se sigue usando. En
la vivienda, tanto el equipamiento (pianos, cla-
ves, relojes, muebles traídos de Brasil o de ori-
gen inglés) como la variedad de los locales lle-
van a un concepto de funcionalidad más u FACHADA PRINCIPAL DE LA ESTANCIA DE ALTA GRACIA EN CÓRDOBA: UN EJEMPLO DE LA ARQUITECTURA BARROCA.

elaborado, en el que un confort creciente ocu-


pa el antiguo sentido del lujo. En las últimas de perjuicios en que se había mantenido la re- providencia eficaz respecto de sus edificios, por
décadas de la Colonia, las paredes se empa- gulación edilicia en el siglo anterior, para sen- ser ejecutados estos hasta el presente sin aque-
pelan, y la mesa y los sillones reemplazan al tar requerimientos ligados a la regularidad y el llas reglas que enseña la Arquitectura Civil, pues
estrado tradicional, prefigurando la escena de orden clásicos. El primer antecedente fue la Re- se ve que ni la proporción de sus partes res-
lo que será en el siglo XIX la nueva urbani- presentación hecha al virrey Juan José de Vér- pectivas, ni la Simetría, de sus Prospectos, han
tas republicana de las élites criollas. Las azo- tiz y Salcedo, el 6 de febrero 1780, por el bri- merecido la menor atención para hermosear-
teas y las rejas voladas son el símbolo de esta gadier e ingeniero portugués Custodio de Sa la”. Las recomendaciones de erigir edificios con
nueva concepción de la casa, ya no introver- y Faría (v.), arribado como prisionero de Ceva- “planos y prospectos” presentados a la Secre-
tida, sin ventanas a la calle, sino abierta al diá- llos y afincado en la ciudad. En ella se consig- taría de Cámara del Virrey tienen antecedentes
logo con la calle, en un paralelo a lo que ocu- na: “el celo del bien público y el decoro y ador- en la Carta Circular Real que ordenaba a los
rría con los paseos y los cafés, donde aparece no de esta Capital. Necesita en ella de una obispos y arzobispos de la Península la pre-
la tendencia en el espacio público a formas de sentación de planos, alzados y perfiles en la Re-
sociabilidad más espontáneas. al Academia de San Fernando. Vértiz dicta en
Hay también mayor cantidad de profesio- esta perspectiva una Ordenanza (23.11.1784).
nales actuando en la ciudad, algunos de ellos Ese año el intendente de Paula Sanz manda-
calificados. Esto es particularmente evidente en ba que se pusieran las ordenanzas en vigen-
las obras públicas y en la arquitectura religio- cia y se nombraran alarifes oficiales del Cabil-
sa, donde operan los arquitectos jesuitas, los in- do, a cuya inspección quedaron sujetas las obras
genieros militares y también particulares con por realizarse (Juan Bautista Masella (v.) y Pe-
buena formación, como Antonio Masella (v.). dro Preciado (v.)). Ninguna obra podía iniciar-
Un tercer aspecto que modifica la producción se sin expresa licencia del Gobierno; y debía pe-
arquitectónica a fines del siglo son los cambios dirse por un Memorial, a nombre del mismo
prescriptos en la normatividad edilicia, en la dueño de la posesión y acompañado de un pla-
que se introducen dos modificaciones sustan- no y perspectiva de la obra por realizarse. Una
ciales: la adopción de una perspectiva acadé- nueva relación entre el espacio público y el pri-
mica ligada del Neoclasicismo (v.) en relación vado, tanto en lo físico como en lo conceptual,
con el desarrollo de la política borbónica y la vo- se ponía en marcha en el Río de la Plata, diri-
luntad de que las reglamentaciones tuvieran gida a revaluar el bien público ante la iniciati-
cumplimiento efectivo, debida a la asunción de va privada y a dotar a la ciudad de determina-
un rol activo del Estado a través del estableci- das características formales. La mención de la
miento de las intendencias. El primer aspecto hermosura y grandiosidad correspondientes a
tuvo una incidencia cualitativa, en tanto las exi- una ciudad en contexto implica la definición
gencias salieron de la esfera puramente prag- del espacio urbano en relación con valores sim-
mática de la verificación de mensura y control uIGLESIA E INSTALACIONES DE LA ESTANCIA DE ALTA GRACIA. bólicos y plásticos (ornamento, lustre y aspec-

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elementos en los cuerpos superiores de las to-
rres de la fachada cordobesa y la austeridad de
la portada del jesuita, ilustra el particular mo-
do de integración de estos elementos disími-
les en la diacronía de la Arquitectura Colo-
nial americana. El proceso comprende además
las reedificaciones de las iglesias conventuales
de la ciudad de Buenos Aires, el conjunto je-
suítico misionero, las estancias jesuíticas cor-
dobesas, iglesias conventuales y catedrales
en las ciudades del interior y, aun en el terre-
no rural y de encomienda, iglesias que impli-
can nuevos conceptos y técnicas.
La fachada de la Catedral de Buenos Aires
se había comenzado acompañando la reedifi-
cación de Ascona Imberto en el siglo XVII.
El proyecto inconcluso (ver siglo XVII) con sus
arcos subsumidos entre las pilastras, las mol-
duras del entablamento formando el capitel y
la decoración suspendida sobre ménsulas en
la clave de los arcos de las torres presentaba un
lenguaje coherente pero poco académico, a to-
u LA FACHADA PRINCIPAL DE LA IGLESIA DE CASABINDO EN LA PROVINCIA DE JUJUY. no con la planta que debía anteceder. La re-
factura del siglo XVIII, que tomó en general
to de la ciudad, así en las obras públicas como pueblo al centro monumental, pasando por la los elementos del planteo anterior, con el que
en las privadas), representativos de la magnifi- plaza y dividiendo simétricamente las tiras de coincide en disposición y número de arcos
cencia del Estado, al tiempo que se fomentaban vivienda, mientras que otro eje transversal se- en el cuerpo bajo, aunque no en sus medidas,
nuevas prácticas sociales. para el espacio sagrado de la zona secular (pla- implica la aparición de un discurso canónico.
Las misiones jesuíticas evolucionaron en el za y viviendas). La iglesia era el único acento Pertenece al arquitecto jesuita Andrés Blanqui,
siglo XVIII hacia un modelo más sistemático. monumental y vertical, y contrastaba con la ho- quien al pórtico de arquería de pilastras so-
No podemos afirmar que haya sido el esquema rizontalidad y la homogeneidad de las casas, re- bre pedestales unificado superpuso un ático
rector, pues criterios de ordenamiento simila- presentando la estructura de valores que tiene renacentista con pares de resaltes, arco en-
res existían ya en algunas de las misiones, co- en el conjunto religioso el marco de la escena cuadrado y frontón recto que recuerda la so-
mo las de Yapeyú y San Miguel, pero el plan- cotidiana desarrollada en la plaza, hacia la que lución empleada por Alberti en Santa María
teo del padre Antonio Sepp (v.) para San Juan miraban las casas, como en anfiteatro. Novella, que será común en el discurso reco-
Bautista, de 1697, coincide con el urbanismo gido por Serlio. En lugar de volutas, Blanqui
misionero desarrollado en la reestructuración 2.2. La Arquitectura Religiosa. Las catedrales. vincula los dos cuerpos con curvas amplias (las
de los pueblos: “mi primera atención fue esco- La arquitectura religiosa en el siglo XVIII tie- naves laterales eran de cubierta plana y por lo
ger terreno para la fábrica de la iglesia y para la ne un despegue muy importante respecto de tanto no había que enmascarar la caída de sus
casa del misionero. Desde allí tiré algunas lí- la producción del XVII. Si en él había solo al-
neas paralelas que habían de ser otras tantas gunos ejemplos destacables, ahora hay una
calles, sobre las cuales se habían de edificar las gran variedad de obras de calidad en diferen-
casas para las diversas familias, de manera que tes contextos; los tres elementos más intere-
la iglesia fuese como el centro de todo el pue- santes de las catedrales del siglo anterior, las
blo o el término de todas las calles”. Sepp ima- fachadas de Buenos Aires y Córdoba, y la cú-
gina que la plaza sería el centro de donde par- pula de esta última, se levantan entonces. En
tirían “calles paralelas igualmente dispuestas ambos casos es representativa de la marcha de
de un lado y otro [...], cercada como en anfite- la sociedad y de la cultura rioplatense, la dis-
atro por las casas de los indígenas, separadas tancia entre las plantas, ligadas a la concepción
unas de otras en buen orden”. Los resultados mudéjar en sus proporciones y a cierta falta de
de la programación urbana misionera en el proyectación general o de sistematicidad en la
siglo XVIII coinciden con la descripción de articulación de sus partes y las fachadas, ela-
Sepp. La disposición con un lado invariante, boradas desde un horizonte académico en sus
que opera como núcleo generador del pueblo a elementos compositivos. La participación de
través del espacio de la plaza, es característica Blanqui (v.) en ambas parece aportar un aire
de los pueblos jesuíticos reordenados en el pe- áulico a las pragmáticas realizaciones del siglo
ríodo. Un eje procesional lleva de la entrada del anterior, y aun la tensión entre la profusión de u CATEDRAL DE BUENOS AIRES, PROYECTO DE A. BLANQUI

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techos). Las torres son llevadas a tres cuerpos pilastras corintias por toscanas; el orden me- tá dominada por la figura del arquitecto Anto-
pero mantienen, más estilizadas, algo del ca- nor ha desaparecido y en lugar de su entabla- nio Masella, saboyano (piamontés), llamado
rácter original, particularmente los resaltes, mento hay una imposta, los frisos han perdi- por el obispo Marcellano y Agramont el único
mientras que en el remate las cúpulas se- do su decoración y la rosca del arco el perfecto en esta ciudad. Sus condiciones como
miesféricas son reemplazadas por chapiteles moldurado, a más del cambio de escala. En Ju- director de obra parecen haber dejado que de-
corbelados. El cuerpo central de esta fachada, juy, la Catedral tenía una fachada única que se- sear, pero su proyecto para la reedificación
terminada poco antes de 1730 y demolida en guía el modelo de las iglesias altoperuanas con de la Catedral, luego del derrumbe de 1752,
1778, señala la irrupción del discurso rena- cubierta de madera proyectada hacia el porche, lo señala como el arquitecto más capaz del pe-
centista italiano, adaptado a la sencillez de los como la de la Merced de Potosí. La nave única ríodo colonial en Buenos Aires. El diseño con-
materiales y artífices disponibles, pero alejado es alargada, siguiendo la tipología. La portada, templa tres naves de cinco tramos con capillas
del pragmatismo y de la estricta funcionalidad demolida en 1885, mostraba un arco de medio laterales, crucero más ancho y tres tramos que
que caracterizó la arquitectura de la centuria punto recuadrado con rosca moldurada sobre forman un presbiterio profundo (en total 43
anterior. La fachada de Blanqui confirma el pilastras cajeadas, flanqueado por columnas por 82 m, sin el pórtico). Están cubiertas con
cambio de modelo hacia el que será común en sobre pedestales y una especie de cenefa trilo- cañón y con lunetos que iluminan la nave cen-
las iglesias conventuales. Su obra en Córdo- bulada muy heterodoxa en su perfil (cf. puer- tral y las laterales, con alternancia de bóvedas
ba se desarrolló en el complejo jesuítico y en ta principal de San Francisco de La Paz), que de arista y baídas. El testero de las naves late-
la Catedral. En 1729, los pilares se habían re- le daba aspecto mudéjar, al igual que la pro- rales es recto, mientras que el de la principal
hecho, seguramente con la colaboración de Pri- fusa decoración en el friso y el cuerpo alto. Te- es ligeramente ochavado. Las naves están se-
moli (v.), cuyos contrafuertes en la iglesia de nía torre a un lado, también reemplazada por paradas por pilares de planta cuadrada, deco-
Trinidad son idénticos a los de la obra cordo- la axial actual. Se estrenó hacia 1765 y era el rados con un par de pilastras corintias entre
besa. Blanqui se hace cargo de las obras des- ejemplo más importante de la influencia mes- los que corren arcos de medio punto. En el cru-
pués de esa fecha, trabajando en el pórtico, las tiza altoperuana en nuestro territorio. cero se implanta la cúpula (fue preciso demo-
bóvedas del presbiterio y el crucero y la sacristía. Si Blanqui es el artífice de las obras más lerla y rehacerla hacia 1770, apenas termina-
Pero su sello es sin duda la fachada del primer importantes de la primera mitad del siglo XVIII da) con linterna y tambor aventanado. La
cuerpo. Un pórtico con gran arco flanqueado en la ciudad de Buenos Aires, la segunda es- fachada que había hecho Blanqui para la igle-
por pilastras toscanas con nichos superpues- sia anterior no se cayó cuando se derrumbó el
tos y frontón recto, su esquema característico edificio y siguió en funciones hasta 1778, en
de raíz albertiana tratado aquí del modo más que se la demolió por su poca concordancia
próximo al modelo, ya que el retiro del coro y con las naves. El proyecto de hacer otra, que
de su ventana permite a Blanqui desplegar un engendró el interesante diseño de Sa y Faría,
arco gigante y seguir fielmente el esquema de no se llevó a cabo, por lo que la iglesia quedó
San Andrés de Mantua. Pese a la sencillez de sin fachada hasta que se levantó el pórtico ne-
la versión cordobesa, el pórtico, que se com- oclásico de Catelín (v.) en tiempos de Rivada-
pleta con otros dos arcos menores en la base via. El efecto espacial es majestuoso y la nota-
de las torres, presenta una fachada clásica dig- ble longitud de la planta armoniza con la amplia
na y novedosa en su medio. El desarrollo de secuencia transversal de naves y capillas, y la
los dos cuerpos de las torres terminadas en marcha del cañón en altura, así como por la
1770 por el alarife José Rodríguez con decora- ubicación del crucero, que parte la nave con la
ción profusa contrasta con la despojada auste- fuga vertical de la cúpula. Las proporciones de
ridad del pórtico. La cúpula, el elemento más las crujías y de los miembros arquitectónicos
significativo del conjunto, fue construida por son consistentes, y solo el exceso de estucos y
Vicente Muñoz (v.) con colaboración de Juan ornamentación agregada les resta carácter.
Bautista Pardo poco después de 1750, luego de La arquitectura de las órdenes. La iglesia de
la muerte de Blanqui. La catedral de Córdoba los jesuitas, comenzada en 1712 y concluida al-
ejemplifica varias de las características comu- rededor de 1733, según la planta confeccionada
nes en los procesos edificatorios americanos: por el arquitecto Juan Kraus (v.), de Bohemia,
la continuidad de la construcción en el tiem- es atípica en el conjunto porteño anterior a 1750.
po, que termina configurando una obra hecha Sigue el tipo de planta basilical de tres naves
de fragmentos unificados; los cambios de pla- con crucero: la principal está cubierta con ca-
nes en los proyectos con la incómoda adapta- ñón y las laterales, con tramos de arista y bó-
ción de lo ya hecho a los nuevos objetivos; el vedas vaídas, como las tribunas. La cúpula del
uso de modelos prestigiosos en contextos de crucero es extraña, con un tramo cilíndrico a
escasos recursos. En este sentido, la relación modo de dubitativo tambor aventanado, incluida
con la fachada de San Andrés es paradigmá- parcialmente en el exterior en una caja pris-
tica del proceso de apropiación: se repite en mática, al modo de la de San Francisco de La
1738 una composición de 1460, reemplazan- Paz. Las naves laterales tienen tribuna, hecho
do los pedestales por un banco unificado y las u PLANTA DE LA IGLESIA DEL PILAR EN BUENOS AIRES. excepcional en Buenos Aires. La fachada, que

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tiene parentesco con algunas iglesias de Ba- giosas durante la primera mitad del siglo en franciscanos o del Pilar (circa 1724-1730), la
viera, presenta tres arcos formando un pórtico, Buenos Aires está dada por un conjunto de Merced (1721-1733, 1739 - circa 1750), la iglesia
grandes volutas esviadas junto al vano central, obras que, con excepción de los conventos de del convento de Santa Catalina (1737-1745) y la
quiebres mixtilíneos en la cornisa y un hastial los dominicos y capuchinos, dan cuenta de to- de San Francisco (1730-1754), sin contar la del
y torres elevados. Los entablamentos de la fa- das las iglesias conventuales de la ciudad. Re- colegio de Belén o de San Telmo, proyectada
chada, las torres y el cuerpo exterior de la na- presentan la actualización de la arquitectura por Blanqui y comenzada en 1735, pero termi-
ve no coinciden, lo que ha hecho suponer que de las órdenes a las nuevas condiciones de Bue- nada en el siglo XIX. Establecen el tipo de tem-
torre y portada son anteriores a la nave. Las nos Aires, anticipada por la iglesia de los je- plo dominante en la ciudad: nave única con ca-
obras estuvieron a cargo de varios arquitectos, suitas, e implican un cambio de escala, factu- pillas laterales de poca profundidad, coro a los
una vez muerto Kraus en 1714: Wolff (v.), Blan- ra, materiales y concepción arquitectónica. pies, crucero sin resalte con cúpula y cañón co-
qui, Primoli y Weger (v.), lo que explica las in- Fueron diseñadas, o al menos parcialmente rrido en la nave. La participación de Blanqui
coherencias. La iglesia de los jesuitas es parti- construidas, por Andrés Blanqui, a quien ya en ellas ha sido variada, ya que permaneció en
cular en la producción arquitectónica colonial presentamos actuando en la fachada de la Ca- Córdoba entre 1728 y 1738, cuando se edifica-
porteña. Fue la primera entre las existentes en tedral, y trabajó también en ellas su compa- ron en parte. La paternidad de la planta está
concluirse y marca la escala que seguirán las ñero de patria y orden Juan Bautista Primoli, demostrada documentalmente en las Catali-
otras iglesias de la ciudad. quien alternó con Blanqui su residencia en nas y San Francisco. En el Pilar y las Catalinas,
La segunda etapa de construcciones reli- Buenos Aires. Son: la iglesia de los Recoletos las más parecidas entre sí, consta que trabajó,
y el resultado atestigua su presencia directa o
a través de sus planos en aspectos de la edifi-
cación. En la Merced y San Francisco, el pro-
ceso parece menos lineal, a lo que se agregan
cambios posteriores que modificaron sensi-
blemente estos edificios, aunque la fachada de
la iglesia mercedaria es —modificada— sin
duda de Blanqui. En todo caso este conjunto,
que adscribe a una tipología común en teoría,
es en realidad bastante diverso en carácter y en
diseño, y los agregados de los siglos XIX y XX
contribuyen a acentuar esta diversidad. La com-
paración de las plantas y de los espacios dilu-
ye la homogeneidad tipológica, y solo la igle-
sia de la Merced parece comparable al Gesú,
modelo del tipo. La iglesia del Pilar y la de San-
ta Catalina tenían planta de cruz egipcia (T),
con capilla mayor en el crucero (el presbite-
rio del Pilar es agregado), nave de tres tramos
de capillas separadas por pilares con pilastras,
bóveda de cañón con lunetos y crucero con bó-
veda transversal cubierto por una cúpula re-
bajada sobre pechinas. El nártex del Pilar, abo-
vedado al través, se usó para montar el altar de
las reliquias donado por Carlos III (1779) y se
hizo entonces el porche actual. El coro bajo de
Santa Catalina, perpendicular a la nave, co-
rresponde al carácter de la clausura. Las fa-
chadas de estas iglesias son quizás el elemen-
to más unitario. Tanto en la iglesia de los
recoletos como en Santa Catalina (modifica-
da), la fachada estaba compuesta con un cuer-
po formado por una calle central en la que se
superponen los vanos de la puerta y la venta-
na del coro flanqueado por pares de pilastras
toscanas que enmarcan dos nichos super-
puestos. Un frontón recto remata en ambos
casos la composición con la particularidad de
que en las Catalinas el entablamento se inte-
u FACHADA PRINCIPAL DE LA CATEDRAL DE CÓRDOBA. SU IMAGEN FINAL ES LA SUPERPOSICIÓN DE VARIAS INTERVENCIONES. rrumpía en la calle central, quedando el tím-

122 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


col col
pano, con una hornacina, integrado a ella. El
conjunto es austero y bien proporcionado, pe-
ro sin características singulares. La Merced tie-
ne nave de cuatro tramos, crucero ancho y co-
ro a los pies. El presbiterio es poco profundo y
está antecedido por un tramo que aquí da a
la sacristía. También, como en el Gesú, los pi-
lares que separan las capillas están modulados
con pilastras sobre la nave, pero la separación
interior entre las capillas está dada por muros
más angostos y no por contrafuertes macizos,
como en el Pilar y Santa Catalina, lo que pro-
duce un efecto más plástico. Finalmente, el ca-
ñón corrido, rematado por una cúpula se-
miesférica sobre tambor (primera en Buenos
Aires), produce un acento vertical en el des-
arrollo longitudinal de la nave. La iglesia de la
Merced es la elaboración más cercana al tipo
italiano de una nave, y si reconocemos en San-
ta Catalina y el Pilar el estilo de Blanqui, pa-
rece difícil adscribirle el diseño del templo mer- u PLANTA DE LA CATEDRAL DE BUENOS AIRES, DE ANTONIO MASELLA, SEGÚN UN RELEVAMIENTO DE MEDIADOS DEL SIGLO XVII.

cedario. Su fachada sí es sin duda del jesuita,


de dos órdenes y menos programática; presenta Antonio Masella diseñó también la iglesia de Masella agregan en la segunda la del poder,
dos pares de pilastras con nichos superpues- de Santo Domingo. El 29 de enero de 1751 los a tono con la ciudad en crecimiento.
tos a cada lado, de los cuales el inmediato al dominicos sellaron un contrato con el arqui- En Córdoba tiene interés la iglesia del mo-
vano principal, levemente avanzado, se conti- tecto para hacer la planta de dicha iglesia. La nasterio de Santa Teresa, terminada poco des-
nuaba con similar esquema en el ático, donde construcción tuvo innumerables contratiem- pués de mediados de siglo, que ha sido atri-
la ventana del coro ocupa la calle central, to- pos, y fue terminada recién en 1789, median- buida a Blanqui. Es de una nave de planta en
do rematado por un frontón curvo con una hor- do la participación del patrón Juan de Lezica y cruz egipcia, en la que las capillas del crucero
nacina, al igual que en las Catalinas. Como allí, de los alarifes Francisco Álvarez y Manuel Álva- son profundas, bóveda de medio punto con ar-
el entablamento (en este caso del ático) se in- rez de Rocha (v.). Estos percances, como los su- cos fajones dobles sobre pilastras, lunetos, mo-
terrumpe para resaltar la unidad de la calle cen- denatura fuerte y sin cúpula. Tiene coro a los
tral con sus tres vanos superpuestos. San Fran- pies con una pequeña tribuna a la izquierda de
cisco tiene una nave muy alargada, formada la entrada y otro bajo que da al crucero para las
por capillas separadas por tramos de pilares monjas. La fachada es similar a las de las obras
con pilastras. La nave es alta y está cubierta con del jesuita, particularmente a Santa Catalina
bóveda de cañón sobre muros sin contrafuer- de Buenos Aires El desarrollo superior, in-
tes (solución que no funcionó y obligó a poner cluyendo el tímpano del frontis, de remate mix-
refuerzos) y la cúpula fue rehecha. tilíneo y el hastial, presenta una heterodoxa or-
Exceptuando San Francisco, cuya fachada namentación. El convento tiene varios patios,
se derrumbó a principios del siglo XIX, las otras con distintas características. En algunos se re-
tres tienen un lenguaje común que proviene conocen los motivos de la casa del virrey y qui-
de Alberti y de la sistematización clásica del si- u CORTE LONGITUDINAL DE LA CATEDRAL DE BS. AS. zás correspondan a José Rodríguez. Otros, in-
glo XVI. Los materiales han dejado atrás el te- cluyendo la portada con peinetón, fechada en
lurismo y la madera. La iglesia de la Compa- fridos en la Catedral, parecen dejar en claro la 1770 y semejante a la de la desaparecida casa
ñía es un caso particular que se aproxima más incapacidad práctica de Masella para la con- de Allende y a algunas de Buenos Aires, qui-
a un auténtico sentido barroco de jerarquía y ducción de los trabajos, sin desmedro de su ca- zás pertenezcan a un alarife portugués.
movimiento que las obras adjudicadas a Blan- pacidad como proyectista. En Salta, la iglesia de la Compañía se cons-
qui no tienen, tal vez exceptuando la Merced. Las iglesias de Masella descriptas participan truyó a mediados del siglo (fue demolida en
En su sencillez, su sentido de la proporción y de una escala nueva. Si Blanqui había intro- 1910). Tenía fachada compuesta por dos cuer-
en la correcta adaptación de las reglas clásicas ducido las reglas del arte en una ciudad con edi- pos reticulados por pilastras y cornisas rema-
a medios modestos, radica su virtud, pero es- ficios hechos por alarifes, el piamontés incor- tadas por una gran espadaña modulada con
ta discreción no debe hacernos perder de vis- pora un sentido imponente del espacio y de los curvas, que delataba el carácter religioso del
ta el cambio cualitativo ocurrido y la aparición términos arquitectónicos, que alcanza su pun- edificio. La fachada constituía un telón esce-
en la ciudad de barro de una arquitectura de to más alto en la Catedral, un edificio diseña- nográfico: servía de fondo a la plaza y tabicaba
escala mayor, quizás desproporcionada toda- do para una ciudad capital. A la incorporación la organización interior. Tenía una bóveda de
vía para su propio desarrollo. del saber en la primera mitad del siglo, las obras madera, construida siguiendo el modelo de la

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 123


cordobesa. Entre 1759 y 1796 se levantó el tem- tructivo en marcha, y la posterior administra-
plo de San Francisco, diseñado por el herma- ción oficial de las misiones produjo la paula-
no Vicente Muñoz (v.). Tiene una nave larga tina decadencia y el despoblamiento de los pue-
sin crucero y con cañón en el que se inserta la blos y, en algunos casos, como ocurrió en
cúpula que, si bien remeda la cordobesa, está Trinidad, el derrumbe de los templos y el sa-
muy lejos de ella en escala, proporciones, ca- queo de su patrimonio.
lidad de diseño y realización. La fachada y la Ámbitos rurales. En Córdoba los jesuitas
torre son posteriores. producen un conjunto arquitectónico relevan-
Las misiones jesuíticas. Las misiones gua- te con la evolución de las estancias. El partido
raníes alcanzaron en el siglo XVIII su forma característico constaba de una capilla o iglesia
definitiva. La primera etapa de este proceso de a la que se adosaba un claustro de diversa can-
renovación, apoyado en el auge de las misio- tidad de paños que comprendía las habitacio-
nes, fue llevada a cabo por arquitectos de bue- nes, cocinas, oficinas administrativas, etc. A es-
na formación llegados en 1691: José Brasane- te núcleo se agregaba una ranchería para los
lli, también tallista y escultor, Ángel Pietragrassa esclavos y los indios, y eventualmente un obra-
y Juan Kraus quien, llegado en 1697, desde je separado, como ocurría en Alta Gracia. Las
1700 trabajó en las misiones durante cuatro más importantes, Santa Catalina, Alta Gracia y
años. Brasanelli (v.) participó entre 1690 y 1727 Jesús María, tienen iglesias de una nave, la pri-
en la edificación de las iglesias de Santa Ana, mera con crucero formado por un ensanche
Loreto, Concepción y San Ignacio Miní, en te- curvo de la nave, y las últimas, de cruz latina,
rritorio argentino (Itapúa en Paraguay y San todas carecen de capillas laterales y tienen cú-
Borja en Brasil). Eran de tres naves, de unas pula en el crucero. La de Alta Gracia, encamo-
80 por 30 varas de planta, con crucero y cu- nada y sobre tambor bajo, ofrece un ejemplo
biertas de madera y tejas. En Loreto, el interior u PLANTA DE LA CASA HISTÓRICA DE TUCUMÁN. poco común aquí. Se construyeron en etapas.
estaba forrado de tablas de medio punto, es de- Las iglesias mencionadas se trabajaban a me-
cir, de una bóveda de madera, tal como se ve pañía. Excepcional es la portada de la sacristía, diados de la centuria y estaban por acabarse ha-
en el presbiterio de Yaguarón, y otras veces se con semicolumnas acanaladas sobre planos ta- cia 1760. En Alta Gracia, el muro se curva en
consigna que había bóvedas (Itapúa y San Bor- llados ricamente en la piedra con motivos fi- dos alas laterales flanqueadas por pirámides cu-
ja), arcos moldurados y, en casi todas, media tomorfos, acaso locales, y pedestales bulbi- yo movimiento se continúa en el remate onde-
naranja de madera, todo dorado y policroma- formes modelados con variantes de acanto. La ado que corona las severas pilastras apareadas
do. En San Ignacio, las columnas lígneas sos- residencia adyacente tenía galería sobre pila- que forman la portada. Es una composición sen-
tenían las dos aguas del techo, pero en los mu- res de piedra y otra portada sencilla en la puer- cilla, pero con carácter propio. La fachada de
ros el adobe había sido reemplazado por piedra ta del refectorio. San Ignacio y el grupo de igle- Santa Catalina, atribuida al hermano alemán
asperón y tenían empotradas columnas de ma- sias que tratamos constituyen un estadio Antonio Harls (v.), es también atípica en el con-
dera en canaletas, en una fórmula transicional intermedio entre la síntesis tipológica-tecno- texto local, ya que incorpora, contra el rígido
entre la construcción del siglo anterior, soste- lógica de las iglesias de madera del siglo XVII academicismo de Blanqui, un esquema de mo-
nida íntegramente por columnas, y la de mu- y las iglesias a la europea de la etapa final. Es- vidas curvas y remates rococó. Especialmente
ros portantes. Las columnas interiores estaban ta fachada y la decoración de piedra tallada no la portada, que funciona como una incrusta-
normalmente labradas, doradas, jaspeadas y corresponden a la tradición local, aunque dis- ción contra el austero marco rectangular del
pintadas. En Loreto, el pórtico tenía columnas tan mucho de la europea tanto en temas como conjunto, compuesta con juego de pilastras y
y una gradería de piedra. Había buen número en tratamiento. Desde el punto de vista espa- columnas en esviaje y con un recortado enta-
de ventanas bajas y puertas laterales, lo que cial, estas iglesias, en las que aparece la cú- blamento mixtilíneo que se eleva y se curva so-
creaba un fluido tránsito exterior / interior; pula y el crucero aparentemente armado en bre la ventana del coro, es uno de los fragmentos
además había púlpitos, balaustradas, retablos, sentido transversal a las naves, han roto la uni- más logrados de nuestra arquitectura colonial.
esculturas y pinturas abundantes. Algunas te- dad que proporcionaban los sencillos faldones Estas fachadas tienen, como se ha señalado, un
nían una o dos torres en la fachada. La facha- de las dos aguas, incorporando una segmen- aire germánico, que la presencia de arquitectos
da de San Ignacio ha llegado a nosotros. Se or- tación y una jerarquización europeas. Estamos alemanes y suizos en las estancias parece ex-
denaba con semicolumnas de capiteles en una etapa de cambios, en donde el desarrollo plicar y que contrasta con el resto de la edifica-
fitomorfos sobre pilastras apoyadas en pedes- de sistemas constructivos más monumenta- ción, sencilla en su concepción (prismas, bó-
tales tallados. Sobre el entablamento, un tím- les, la ornamentación en piedra y el acerca- vedas, galerías) y tradicionales en su acabado
pano curvo que sirve de base a pequeñas pi- miento a tipologías espaciales europeas se es- (muros encalados y tejas). Este carácter se re-
lastras, también sobre pedestales, que boza todavía a horcajadas de la síntesis de la pite en detalles particulares, como el acceso a
seguramente flanquearían la ventana del coro producción anterior. No hay en nuestro país los patios, así como en algunas de las escaleras
o un nicho desaparecido. A su lado dos ánge- ejemplos de la última serie de edificios, los más y atrios de planta curvilínea, particularmente el
les, muy probablemente de Brasanelli. En los importantes del conjunto misionero (San Mi- de Alta Gracia y en la planta de esta última igle-
entrepaños de las puertas, dos grandes piedras guel, en el Brasil, y Trinidad y Jesús, en el Pa- sia. Es interesante el claustro de esta estancia,
con los monogramas de la Virgen y de la Com- raguay). La expulsión detuvo el proceso cons- con dos paños sobreelevados con galería cu-

124 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


col col
bierta con bóveda de arista, a la que se accede veda de cañón como cubierta. En lo formal, la Tucumán; San Pedro de Fiambalá (1770) y
por una escalera renacentista. Reviste final- aparición de ondulaciones barrocas y luego de Hualfin (1770), en Catamarca; Anillaco (1712)
mente cierto interés la capilla de la estancia adornos, molduras y remates mixtilíneos de y Los Sarmientos (1764), en La Rioja (1764);
de la Candelaria, la más alejada de Córdoba y gusto rococó, así como el desarrollo de varian- Seclantás (1835) y Molinos, en Salta. Un caso
que ha sido descripta como un edificio inter- tes compositivas en la configuración y ubica- excepcional, en varios sentidos, dentro de esta
medio entre fortín y santuario. Es pequeña y ción de las espadañas y en los diseños de los corriente popular en la arquitectura religiosa,
rústica; su mayor interés consiste en la porta- porches, ofrecen un panorama más interesan- es el de la iglesia de Casabindo en la puna de
da posterior, con un arco cobijo apeado muy te y diverso que las reiteradas dos aguas con to- Jujuy, reedificada por cuarta vez en la segunda
bajo, poco profundo y flanqueado por pilastras rre, características de las capillas precedentes. mitad del siglo XVIII. El comitente fue el ca-
cajeadas a lo largo de todo el cuerpo; con un En el centro del país abundan ejemplos, sien- cique de los indios de Casabindo, Pedro Qui-
frontón triangular alzado, cuyo vértice toca la do uno de los mejores el de la Capilla del Ro- pildor. Este rol por parte de las autoridades
cornisa desde donde nace una espadaña gran- sario de Santa Gertrudis o de Candonga, ca- étnicas era común en la zona andina, pero no
de para el edificio, de tres ojos con una voluta pilla doméstica de la estancia de José Moyano en nuestro territorio. Quipildor murió fulmi-
a cada lado; es un conjunto pintoresco que fu- Oscaris, quien la edificó entre 1720 y 1765. En nado por un rayo en 1779, y por lo tanto el co-
siona en un uso libre y fuera de toda propor- tono popular, su bóveda de cañón proyectada mienzo de la iglesia debe situarse antes de esa
ción elementos del repertorio clásico y de la ar- sobre el porche forma un arco cobijo en con- fecha. Las obras se detuvieron con la muerte
quitectura americana. trapunto con la verticalidad de la espadaña que del cacique y recién se concluyó en los últimos
Además de estas obras dependientes de ins- la flanquea, mientras la puerta presenta una años del siglo con la participación del cura Be-
tituciones, se levantaron y reedificaron en to- sencilla decoración mixtilínea. El conjunto tie- nito Arias y la comunidad indígena. La tipolo-
das las regiones del país capillas domésticas, ne una gracia nueva para el género. Otros ejem- gía de la planta, de cruz latina, implica una evo-
de hacienda, de encomiendas y de culto popu- plos cordobeses son: la capilla de Ischillín (1739); lución de las plantas primitivas de la zona,
lar. Desde el punto de vista constructivo, el cam- la de Pocho (entre 1741 y 1774); la de San Ig- tendientes al uso de la nave única sin crucero
bio más significativo es la aparición de la bó- nacio, Graneros (1746) y Chicligasta (1797), en o con una capilla de ánimas transversal al eje
de la nave (Casabindo, versión anterior, Co-
chinoca y Yavi). Se adopta aquí un plan esta-
blecido tipológicamente y vinculado con las
iglesias cuzqueñas y collavinas. Esta sistema-
tización se manifiesta también en el uso de una
modulación del diseño de la planta en cinco
cuadrados, y de la fachada, desarrollada sobre
la relación entre el cuadrado y su diagonal. El
uso de una bóveda de piedra, única en la zona,
y la probada participación de arquitectos indí-
genas en la obra (Martín Patagua, cerró las bó-
vedas en 1791 y Julián Puca Puca, trabajaba en
1800) hacen de Casabindo un caso original. Fi-
nalmente, son particulares su implantación y
la relación del templo con el espacio exterior,
tanto por la existencia de un amplio atrio con
barda, que se continúa en la plaza, en la que se
disponen cuatro toscas posas, como por la ali-
neación del templo con el cerro Liriste, que en-
frenta la portada. La tradición oral dice que la
bóveda fue construida tomando el perfil del ce-
rro como guía y hay exacta coincidencia entre
las dos aguas del tejado y las faldas del cerro.
Si esto fue así, la iglesia de Casabindo es un
ejemplo único en nuestro territorio de la adap-
tación de la implantación de edificios religio-
sos cristianos a elementos naturales represen-
tativos de dioses indígenas. La iglesia sigue sin
rigor la tipología cuzqueña extendida al Callao
y el Altiplano en obras populares, cuyo mode-
lo más próximo es la iglesia de Tomave: plan-
ta de cruz latina cubierta con cañón, testero rec-
to con sacristía y contrasacristía a los lados del
u GALERÍA CON COLUMNAS DE MADERA Y TECHO DE TEJAS CERÁMICAS EN UNA CASA DE PATIOS EN JUJUY. presbiterio y portada acusando la bóveda flan-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 125


queada por dos torres. El templo de Casabin- elegante de la época: se levantaban con cal los Pese a su corriente consideración como casa
do ejemplifica el cruce de modelos, concep- cimientos y 1/2 vara sobre ellos, y la pared de típica del Buenos Aires colonial la casa seño-
ciones, posibilidades y necesidades, propios de la calle hasta 2 1/2 varas de alto, el resto con rial sola ocupa apenas el 5,6% del total de vi-
la arquitectura americana, y el ajuste de las ti- asiento de barro, las maderas asentadas en cal viendas, cuyos planos se presentaron a partir
pologías a los contextos: el adobe en los muros y azotea con vertederas y pretiles. El revoque de 1784. En las ciudades del interior este tipo
reemplaza a la piedra cuzqueña y, como re- de las piezas era de embostado, los de la calle de casas fue relativamente común. En Córdo-
fuerzo, columnas de cardón embutidas en los de cal, blanqueados y con cornisas. Las ven- ba, la casa de Sobremonte o la casa de la fa-
ángulos dan rigidez al conjunto; la carencia de tanas llevaban guardapolvos y entre ellas un milia Arias Rangel, en Salta, pertenecen a es-
cúpula tiene que ver con los recursos mate- pilar. El zaguán empedrado con losas, escalón te tipo, con un diseño menos sistemático, patio
riales y humanos disponibles, mientras que la de piedra en la puerta y pisos de baldosa sobre más pequeño y dependencias en el piso alto.
de capillas laterales parece explicarse además cal. La portada principal rematada a la altura La casa cordobesa, construida por el alarife Jo-
por el carácter comunitario de esta iglesia de de los pretiles de la azotea, un arco en el za- sé Rodríguez en el tercer cuarto del siglo, se
encomienda, que no requiere de espacios par- guán interior y arcos en ventanas y puertas con desenvuelve en dos plantas en torno del pri-
ticulares para el culto. El atrio y las posas re- tablas embutidas en la pared como asiento. La mer patio, hacia el que se abre la galería de bó-
cogen el carácter externo del ritual indígena, calzada a la calle de piedra y la esquina con un veda de arista y arcos con intradós decorado.
y la orientación del eje de la iglesia hacia el ce- pilar de madera. Este tipo de casa mantuvo el La salteña se desarrolla también en un piso al-
rro, la supervivencia de la fe en los antiguos patio central, con habitaciones alrededor y un to; en Tucumán sirve de ejemplo la casa de la
dioses comarcanos. Este tipo abovedado tuvo segundo patio de servicio. La cubierta se re- Independencia, de una sola planta (ha sido re-
en la región otros dos ejemplos: la iglesia de la suelve a menudo en azotea con pretil y las aber- hecha siguiendo el diseño original). Sobre es-
hacienda de Molinos y la de Seclantás, ya del turas apuntan a la regularidad derivada de los ta base de la casa de patio central se introdu-
período independiente. cambios del gusto y de las exigencias edilicias. jeron modificaciones dependientes de la
Reseñando las modificaciones introduci- Solían tener una cochera contigua. Si tenían creciente valorización de la tierra. Una variante
das a lo largo del siglo en la arquitectura reli- escalera para acceder a la azotea raramente es- fue la partición del partido longitudinal gene-
giosa, hay dos rasgos comunes a todos los con- taba alineada con el acceso principal. Otro ejem- rando una casa cuyo patio estaba edificado por
textos: una mayor sistematización de los plo fue la casa de Domingo Basavilbaso, con tres de sus lados y el cuarto tapiado (v. Casa cho-
diseños, mediante la selección de tipologías es- su vistoso peinetón coronando la portada y una rizo). Se hizo también común el agregado a la
tablecidas y un desarrollo de técnicas más ela- galería de arcos en uno de los patios. Un plan- estructura de la casa de locales de comercio o
boradas y materiales más resistentes. Una ob- teo semejante se usó a veces para cumplir fun- departamentos compuestos de entrada inde-
servación debe ser hecha: no siempre esta ciones de administración pública, como ocu- pendiente, sala, aposento, cocina, baño y un
evolución técnica implicó un avance desde el rrió con la casa que Isidro Lorea vendió para pequeño patio o corredor, generando así una
punto de vista de la originalidad del resulta- la Dirección de Tabacos. Algunas, como la de tipología mixta que formalizaba la práctica del
do o de la calidad genuina de la síntesis. Azcuénaga, frente a la plaza de toros con su siglo anterior. La casa de Andrés Cajaraville,
2.3. La vivienda. Respecto de la población de gran balconada (v.) a la calle, o las de Riglos y de 1787, en el Alto de San Pedro, representa
Buenos Aires en 1772, Millau afirma que “no Urioste, en la Plaza Mayor, tenían dos plantas. ambos casos, ya que a la partición del esque-
se reconocen grandes caudales, pero es crecido ma simétrico suma el agregado de cuartos de
el número de los medianos”. En 1780 Juan Fran- renta. El 32% de los planos presentados en vir-
cisco Aguirre reitera esta idea en relación con tud de los memoriales exigidos describe si-
la edilicia de Buenos Aires: “Ningún edificio tuaciones mixtas donde la casa principal in-
hay en Buenos Aires que merezca el nombre cluye cuartos para renta.
de magnífico”, pero asegura que si un viajero A fines de siglo, y en contextos de alto cre-
de España viera la ciudad, se daría por satisfe- cimiento demográfico como Buenos Aires, la
cho de examinar la medianía general que se ob- necesidad de vivienda y la renta que brindaba,
serva. No se ve lo magnífico, pero tampoco lo generó complejos edilicios destinados al al-
miserable. “Las casas de Buenos Aires com- quiler. El más famoso de ellos fue el de José
prenden en lo general una superficie cuadrilá- de Escalada (1785) frente a la Plaza Mayor, que
tera; las principales dan, por zaguán, entrada se componía de dos plantas con 16 departa-
a un patio al que caen las viviendas, que es cir- mentos en la planta baja y quizás otros tan-
cunstancia apreciable y muy ventajosa. Miran tos en la planta alta. Eran unidades mínimas
puertas y ventanas al norte. Son buenas casas y de un ambiente único, y dos pequeños com-
capaces, la mayor no ocupará media cuadra. Las partimientos destinados a cocina y baño. Es-
de segundo orden siguen el mismo estilo, y tam- tas unidades se disponían en una larga tira que-
bién el de comunicar a las calles, sin zaguán, si- brada en grupos de dos, tres o cinco, separados
no inmediatamente por las salas y cuarto”. por pasillos de acceso al interior del lote don-
El contrato para edificar la casa de Pedro de se ubicaría la escalera que llevaba al primer
Medrano (Pedro Preciado (v.), 1778), en la que piso que reproducía la planta baja. También
viviría el virrey del Pino, nos muestra la técni- eran comunes las viviendas individuales mí-
ca empleada en la construcción de una casa u CASA DE MARTINA CÉSPEDES, BUENOS AIRES. nimas, modestas y de escala reducida. Estaban

126 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


col col
ficó la escala y ajustó su diseño. El de Buenos
Aires (mutilado y reconstruido en parte en es-
te siglo), representa bien la versión dieciochesca
de estos edificios: una tira de locales en dos pi-
sos con arquerías porticadas en ambos, balcón
concejil en el superior, patio trasero y a veces
una torre en el eje. Contaba con muchos cuar-
tos que tienen alquilados debajo del corredor
y arriba, calabozos en el patio, capilla y, en la
planta alta, la sala capitular y dependencias. El
edificio está rematado por una torre, al modo
de los palacios de gobierno civil en España e
Italia. La planta, atribuida a Blanqui, se des-
arrolla en un bloque longitudinal de locales
precedida por el pórtico y con un ingreso cen-
tral marcado en altura por la torre. Tiene mu-
ros de ladrillo bóveda de arista y tejado. La por-
tada repite la fórmula característica de Blanqui:
pilastras apareadas en este caso con dos ar-
cos iguales superpuestos y con la variación del
remate ondeado que recuerda en hechura tos-
ca el barroco movimiento de la portada del san-
u CASA QUE PERTENECIÓ AL VIRREY JOAQUÍN DEL PINO, CONOCIDA COMO CASA DE LA VIRREINA. tuario de Ghirli en su pueblo natal. Se inau-
guró en 1740 la parte principal; la torre, con su
formadas por una sala que daba al frente de la desarrollaba un partido más complejo, con pa- reloj donado por el comerciante Jerónimo Ma-
casa y donde se situaba el acceso, que comu- tio, galerías y un mirador de tres pisos que do- torras, se terminó en 1763, y a fines de la dé-
nicaba con un aposento o dormitorio y con un minaba la llanura; o la chacra de Gaspar San- cada faltaba solo concluir la capilla y algunos
pequeño patio o corredor que llevaba a la co- ta Coloma, en Quilmes, con un partido en L calabozos. El edificio, que fue desde el co-
cina y a un retrete situado al fondo del mismo. alrededor de un amplio terreno dedicado a quin- mienzo pensado en escala importante, vino a
Este tipo de vivienda mínima constituye el 20% ta con galería al frente. representar en el paisaje de la ciudad en trans-
del total. Tenían una resolución de fachada sen- Las misiones jesuíticas. Las casas de los in- formación la nueva dimensión que sus habi-
cilla, pero con algún acento en el moldurado dios misioneros evolucionaron desde los mo- tantes le otorgaban. En la década de 1770 se co-
de los guardapolvos y la cornisa. delos del siglo XVII hacia una forma más sis- menzaron los cabildos de Luján y de Córdoba,
La casa rural. En el NOA, y particularmen- tematizada. De barro, cañas y paja se pasó a edificios sencillos ambos. El cordobés recibió
te en Salta, tienen interés las fincas rurales, co- formas de construcción en adobe, piedra y te- su aspecto final y actual cuando el marqués de
múnmente planteadas como una tira de habi- jas, agrupadas en tiras de unas seis unidades Sobremonte fue gobernador intendente; in-
taciones de uno o dos pisos, antecedidas por rodeadas de pórticos. Estas viviendas tenían en tervino en el proyecto el “Ingeniero Volunta-
una galería sobre pilares de madera y escalera promedio unas 7 por 7 varas, divididas con rio” Juan Manuel López (v.) y fue terminado en
exterior. En la campaña de Buenos Aires, la vi- mamparas y algunas parecen haber tenido chi- el período independiente. El de Salta fue ree-
vienda adoptó modalidades diversas, pero ba- meneas. Había alacenas embutidas y estaban dificado por el gobernador Mestre en la última
sadas en resoluciones técnicas sencillas, co- rodeadas por una galería de 2,5 m, formada por década del siglo XVIII, en concordancia con el
múnmente tiras de habitaciones de dos aguas la prolongación de los faldones de la cubierta rol de capital de la Intendencia asignado a la
resueltas con par y nudillo. Contra la visión de que se usaba para dormir y como lugar de per- ciudad en 1783. Fue construido por el coro-
la casa de estancia del siglo XIX, la vivienda del manencia durante el día. Cada tira de casas te- nel de milicias y alarife Antonio de Figueroa
estanciero colonial bonaerense era modesta: nía un baño común en el extremo. Esta tipo- con recova de arcadas, tres patios y calabo-
construcciones de adobe y paja, algunas con te- logía continúa la tradición indígena, en el zos, además naturalmente de la sala capitu-
cho de tejas y a veces con la cocina separada de mantenimiento del módulo alargado que al- lar y oficinas. Como nota curiosa y demostra-
las habitaciones (v. Estancias). Algunas tenían po- berga varias viviendas y en la creación de es- tiva del pragmatismo del diseño, las arquerías
zo de balde y horno de pan. Eran comunes los pacios comunes. superiores están desfasadas de las inferiores.
nichos con imágenes, pero pocas tenían ora- 2.4. Arquitectura civil y militar. Los cabil- El resto de las casas consistoriales, como la de
torio independiente. La hacienda de Figueroa, dos. Como consecuencia directa del creci- Santa Fe, fueron demolidas.
en el pago de Areco (1750), Prov. de Buenos Ai- miento, la mayor importancia política de las Los colegios del siglo XVIII formaban, co-
res, tenía dos habitaciones alineadas, cons- ciudades y el aumento de sus recursos mate- mo los del XVII, parte de los conventos de re-
truidas con ladrillos asentados en tierra y so- riales y humanos, los edificios destinados a al- gulares. Se destacan dos obras, ambas jesuíti-
bre la cabriada de madera tejas musleras. Las bergar a los cuerpos representativos locales fue- cas: la de Buenos Aires y la de Córdoba. Esta
casas de las chacras tenían mayor escala, como ron objeto a lo largo del siglo de una renovación última continúa lo iniciado en el siglo anterior.
la de Diego Caseros en las Conchas (1788), que que, si no cambió el patrón tipológico, modi- A comienzos de siglo, Juan Kraus había co-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 127


sada la mitad de la centuria, un funcionamiento
creciente. De las 18 camas de que disponía
en 1748 se pasó a 84 en 1784, y la atención
de enfermos trepó de 69 en 1761 a 659 en 1768.
En 1799 pasó a funcionar en el Colegio de Be-
lén, junto a la iglesia de San Pedro Telmo. La
nueva sede estuvo destinada a hospital de con-
valecientes, incurables, locos y contagiosos,
mientras que el de Santa Catalina siguió fun-
cionando como hospital general de curaciones.
El de mujeres no tuvo sede propia hasta la épo-
ca de Bucareli, en que este edificó, y José Gon-
zález terminó una sede que funcionó a partir
de 1774 en el Colegio de Huérfanas, a cargo de
la Hermandad de la Santa Caridad. Estaba jun-
to al templo de San Miguel en una casilla vie-
ja a la que se agregó una ampliación que se es-
taba edificando en 1782 por cuenta de Manuel
Basavilbaso. Constaba de tres salas principa-
les, una más pequeña y una botica. En Salta,
el hospital adjunto a la ermita de San Bernar-
u PLANTA DEL ANTIGUO HOSPITAL E IGLESIA DE LA RESIDENCIA EN SAN TELMO, BUENOS AIRES. do fue reedificado en 1723 por el gobernador
Urízar. Tenía 34,66 por 7,5 varas. En la déca-
menzado a construir el Noviciado (actual Re- tectónicos, lo que señala diferentes etapas cons- da de 1780 se comenzaron a construir locales
sidencia) y a partir de 1730 se amplió el Colegio tructivas y directores de obra. para el Hospital de San Andrés. El ala de hom-
Máximo y se hizo una biblioteca. Entre 1735 y Los hospitales. El hospital de Buenos Ai- bres tenía una sala de enfermos de 24 por 7 va-
1742 Blanqui construyó los corredores del piso res, que había pasado a ser en 1692 beaterio, ras compartimentada por tabiques que daban
superior con bóvedas con lunetos. Se hicieron retornó a su función en 1702. Desde 1726, y lugar a 13 camas separadas, más tres cuartos
las bóvedas de los aposentos, se prolongó el co- luego de las epidemias de 1718 y 1729, se in- de 4, 5, y 6 varas, que estaban a fines de siglo
rredor inferior al este y se levantaron los arcos tensificaron los trámites para traer a la orden sin techo. La de mujeres disponía de una sala
del claustro hasta la altura de un piso, rehaciendo betlemita y darle un funcionamiento más efi- de igual medida que la de hombres, sin techar,
también las escaleras. El edificio anexo del Co- caz. En 1748, cuando pasó a control de la mis- y de tres cuartos viejos. Funcionó por tempo-
legio Convictorio fue totalmente reedificado a ma, era todavía el antiguo edificio cuya iglesia radas y a partir de 1805 estuvo atendido por los
partir de 1720. En 1735 estaba medio concluido de tierra apisonada y techo entablado estaba betlemitas. En 1846 se convirtió en monaste-
y dos años más tarde se inauguró la capilla de por derrumbarse. La sala de enfermos tenía 36 rio de la orden del Carmelo. El Hospital de San
muros de cal y canto (actualmente rehecha en por 7 varas y el resto de las dependencias lo Roque, junto a la iglesia contigua de Córdoba,
estilo neogótico). El Colegio de Buenos Aires, ocupaban oficinas y las habitaciones de los re- fue fundación del Obispo Diego Salguero y Ca-
demolido para edificar el actual Colegio Nacio- ligiosos. Domingo Basavilbaso lo reconstru- brera, en 1762. Su primer asentamiento se re-
nal, se levantó mientras se construía la iglesia, yó y pasó a llamarse de Santa Catalina. Cons- gistra en una casa de la primera cuadra de la
a partir de 1712, seguramente proyectado y di- taba de una sala grande y algunas pequeñas calle Entre Ríos. Posteriormente, en 1771, se
rigido por el mismo Kraus. Estaba terminado, celdas, seguramente de tapia. Este hospital, co- trasladó al Noviciado Viejo de los Jesuitas, don-
al menos en lo fundamental, en 1733. El Cole- mo el precedente, era de hombres y tuvo, pa- de se encuentra la Cripta. Ante la insuficien-
gio Grande, como se lo llamaba, estaba adosa- cia y precariedad del lugar, el padre Fray Do-
do a la iglesia (sobre la calle Bolívar) y se com- mingo del Sacramento, director del hospital,
ponía de un gran patio con locales en torno. Una decidió cavar por sus propios medios los ci-
porción de terreno similar a la que ocupaba su mientos de un nuevo edificio, junto a la igle-
frente formaba una plazuela en la esquina de sia de San Roque. Ante esta actitud, el obispo
Bolívar y Moreno. La parte opuesta de la man- Moscoso encomendó al ingeniero voluntario
zana la componían la Procuraduría de Misio- Juan Manuel López y al maestro mayor del gre-
nes, alineada con el cuerpo de la iglesia, la Es- mio de alarifes, D. Carlos Cáceres, para pro-
cuela, donde funcionó en la década del treinta yectar el edificio. Los planos de López fueron
la Casa de Ejercicios para hombres y la Resi- remitidos al Virrey, quien los hizo revisar por
dencia, en el ángulo opuesto al que ocupa la igle- el comandante de ingenieros José Martínez de
sia, estos dos últimos con patios y distribucio- Cáceres. En 1799 tuvo la aprobación de la Jun-
nes irregulares (parte de este sector se conserva ta de Temporalidades y fue inaugurado el edi-
modificado). Tienen distinto grado de cohe- ficio en 1800. Del hospital, que estuvo también
rencia en el diseño y los componentes arqui- u PLANO DE LA CIUDAD DE MONTE, PROVINCIA DE BS. AS. atendido por los betlemitas, no han quedado

128 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


col col
más restos que una pequeña sala que quizás Recova (Agustín Conde), levantada a comien- planos de la ciudad de 1708 y 1713, con el Fuer-
haya sido la portería; sí está en pie la iglesia, zos del siglo XIX y demolida en 1883, que par- te en escala aumentada. Faltando los recursos,
consagrada en 1765 por el mismo donante y tía la plaza de norte a sur con una arquería se pensó repararlo. El proyecto de 1708 alar-
modificada a fines de siglo por el ingeniero de medio punto con un gran arco en el medio gaba los laterales y ponía una punta de diamante
Juan Manuel López. La arquitectura hospita- y otros laterales en dos cuerpos, realizado por en el centro sobre el río, en situación simétri-
laria tuvo durante el período colonial un ca- el alarife Juan Bautista Seguismundo (v.). Es- ca a la que presentaba hacia la plaza, al tiempo
rácter esencialmente funcional. tas obras, civiles y destinadas a la recreación o que se podían ampliar las instalaciones. El plan
Los paseos. El siglo XVIII trajo también al intercambio, comunes en las últimas déca- de refacción de Bermúdez, retomado por Bru-
cambios en las costumbres. En Buenos Aires das del período colonial, parecen indicar cier- no Zavala en 1719, fue ejecutado luego de su
el gobernador Bucareli impulsó entre 1768 y to cambio en las costumbres y una creciente muerte en 1721 por el segundo ingeniero aquí
1770 la creación de una alameda (v. Alameda), pa- apertura a una cultura más informal y menos llegado, Domingo Petrarca (v.), arribado con el
ra lo que allanó la bajada de la calle que salía hegemonizada por la práctica religiosa. gobernador en 1717. Se terminó de rectificar la
del Fuerte hacia el norte (actual 25 de Mayo), Obras militares. Casi todas las obras de ca- muralla, se renovaron los baluartes y se levan-
proyecto que, además de motivar el primer de- rácter militar en el Río de la Plata estuvieron tó un almacén para la pólvora. El fuerte tomó
bate acerca del valor simbólico de los monu- en el siglo XVIII a cargo de ingenieros milita- así su configuración definitiva. En 1722 Petrarca
mentos y obras públicas de la ciudad, quedó res. Esta profesionalización de la arquitectura reedificó el cuerpo de guardia y en 1729 dirigió
inconcluso, hasta que fue retomado por Vér- militar fue debida al establecimiento en Espa- la construcción de las Cajas Reales, termina-
tiz, quien la puso en obra sobre la barranca del ña, en 1694, de la Real y Militar Academia de das en 1733. El diseño tenía 31 por 9 varas de
río en la década del ochenta. Caída nuevamente Barcelona, inspirada en su par flamenca (cre- planta, entrada central que daba a un recibidor
en el abandono, fue rehecha e inaugurada por ada en 1675), a la que siguió el establecimien- en planta baja, secretaría a un lado y depósito
el virrey Sobremonte en 1804 con una entra- to del Real Cuerpo de Ingenieros (v.). Estos ins- y cuarto para la plata en el otro. En el piso alto
da flanqueada por cuatro pilares con leones de titutos dotaron a la metrópoli y a sus colonias se disponía la Sala de Armas. Era un paralele-
barro cocido pintados al óleo y jarras, 31 ban- de especialistas en planificación defensiva, has- pípedo alargado, cerrado con cañón y un fren-
cos de ladrillo a los lados, 20 faroles, 110 sau- ta ese momento ejecutada en nuestro territo- te desornamentado con una sencilla portada
ces y 110 naranjos intercalados en el paseo. Pos- rio por funcionarios y alarifes. En Buenos Ai- con pilastras, rematada por un frontón curvo;
teriormente se le agregó una fuente en la res, la actividad de los ingenieros militares construcción que manifestaba el carácter aus-
entrada con un delfín de terracota y un risco comienza con la llegada de José Bermúdez de tero y utilitario propio de la arquitectura mili-
de piedra. En 1786 el mismo Sobremonte ha- Castro (v.) en 1702. Se habían comenzado las tar, que avanzado el siglo, fluiría con la so-
bía construido en Córdoba un paseo cuadrado obras de un nuevo fuerte en el alto de San Se- briedad neoclásica. A mediados de la centuria,
con sauces, ombúes y un lago artificial, del que bastián (Plaza San Martín), pero Bermúdez opi- la residencia del gobernador, que se hallaba
se llevaba a través de una cañería subterrá- nó que era preferible el alto de San Pedro (Par- dentro del recinto del Fuerte, fue reedificada
nea agua corriente a las principales institucio- que Lezama) que cubría el Riachuelo. Su por el ingeniero militar Diego Cardoso. La nue-
nes y a dos fuentes, una de ellas ubicada en proyecto no se llevó a cabo, pero dejó sus dos va casa estaba formada por una galería de dos
la Plaza Mayor. A poco de concluido el perío-
do colonial, en 1814, el intendente San Martín
dio forma a un paseo de álamos en Mendoza,
mientras preparaba su ejército. Estos paseos
fueron los significantes en la traza urbana de
la nueva sociabilidad, reemplazando el aris-
tocrático galanteo de los antiguos paseos por
un ámbito abierto a la participación de toda cla-
se de gente. Manifiestan los nuevos conceptos
de espacio público, ligados a la cambiante si-
tuación social en la que la aparición de bur-
guesías urbanas vinculadas al auge del comercio
generaron nuevas necesidades de representa-
tividad. La diversificación de la vida social y cul-
tural se manifiesta también en la construcción
del Teatro de la Ranchería y de la Plaza de To-
ros de Montserrat (Sa y Faría, 1783 y 1780). En
1801, la plaza de toros fue reemplazada por la
que construyó en el Retiro Martín Boneo (v.),
demolida en 1819. El mismo Boneo construyó
el Teatro de Comedias frente a la Merced. El
desarrollo de la vida pública y el comercio se
extendió también a la provisión de un ámbito
estable para los feriantes en la plaza mayor: la u PLANTA DEL FUERTE DE BUENOS AIRES EN EL SITIO QUE ACTUALMENTE OCUPA LA CASA ROSADA.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 129


plantas abierta por el fronteras de indios rebeldes: La Pampa y el torre de madera incorruptible en uno de los
sur al patio de armas y Chaco. Martínez de Salazar estableció en el si- dos extremos libres. Tenía provisión de agua
aventanada al norte. Las glo XVII guardias en el río de Luján, en el río natural y un pozo de emergencia.
oficinas se disponían en de las Conchas y en el pago de la Magdalena, La precariedad de estas fortificaciones de
la planta baja y las ha- seguidas de otras en la segunda mitad del si- frontera del siglo XVIII indican las desigual-
bitaciones en la supe- glo siguiente (Samborombón, Luján, Salto, la dades que la ocupación del terreno presentó en
rior. El “palacio viejo” Matanza) y de un plan dirigido a la extensión el Río de la Plata y Tucumán. Consolidada la
del siglo XVII, en torno de la línea de fronteras mediante el avance ruta troncal interurbana desde el Altoperú has-
de un patio, pasó a al- de las guardias (Ranchos, Lobos, Navarro, Mer- ta Buenos Aires, una vez derrotada la revuelta
u REVISTA ARQUITECTURA bergar los talleres de la cedes, Cabeza de Tigre y Melincué). Estos fuer- calchaquí a mediados del siglo XVII, el esta-
EN LA DÉCADA DEL 40. Real Maestranza en tes tenían estacadas de ñandubay, anchos y pro- blecimiento de las ciudades españolas en te-
1772. Luego de la erec- fundos fosos, rastrillo y puente levadizo con rritorio argentino halló un área controlada en
ción de la fortificación de Montevideo, el valor baluartes para colocar artillería y mayor capa- la llanura central y la zonas antiguamente ocu-
defensivo del fuerte perdió importancia, pro- cidad en sus habitaciones y oficinas, a las que padas por culturas agroalfareras, rodeadas por
ceso que se acentuó con el establecimiento de se agregaba también un pequeño almacén de una extensa frontera insumisa nucleada en el
defensas menores al norte (Las Conchas, Ba- pólvora y otro para depósito de armas y muni- norte en torno del Cha-
radero y San Pedro) y al sur de la ciudad (bate- ciones con terreno en toda la circunferencia co Gualamba, que lle-
ría en el Alto de San Pedro, fortificaciones de para depositar caballada entre el foso y la es- gaba hasta la cuenca del
Quilmes y el conjunto de Ensenada), y con el tacada, quedando los lugares cubiertos por los Paraná, y en el sur por
traslado de algunos de los regimientos. El bri- fuertes y su artillería colocada sobre los ba- los bordes fluctuantes
gadier Sa y Faría diseñó (1782-1787) los Alma- luartes que enfilan las calles del pueblo para de las incursiones indí-
cenes y Cuarteles de Artillería de Retiro con su que en caso de alarma, retirándose las familias genas pampeanas.
amplia galería de arcos carpaneles. de los pobladores a la fortificación, pudiese la Mientras en Buenos
Fuera del Fuerte de Buenos Aires, el com- artillería jugar con libertad. Esta descripción Aires o en Córdoba se
plejo de fortificaciones más relevante fue el de pinta bien el carácter a un tiempo poblacional construían obras de
la Ensenada de Barragán. Por iniciativa del go- y militar de estos enclaves (v. Fortin). En la zo- considerable escala y u REVISTA DANA DE LA
bernador Zavala y con el asesoramiento de Do- na del Chaco, la actividad desplegada en el si- lenguaje académico, y DÉCADA DEL 70.
mingo Petrarca, se establecieron en 1736 tres glo XVII por algunos gobernadores como Le- la vivienda particular se
baterías, la principal de ellas en la punta de la desma Valderrama en la primera mitad y renovaba con azoteas y portadas elaboradas,
embocadura con diez cañones. En las últimas Mercado y Villacorta en la segunda, no habían los gobernadores de Tucumán levantaban sus
décadas del siglo se elaboraron planes dirigi- logrado consolidar una estructura defensiva modestos fuertes de tapia y Vértiz impulsaba
dos al control estratégico de áreas hasta ese estable. El gobernador Urízar de Arespacochaga la erección de fortines para extender la ocupa-
momento marginales. Uno de ellos fue el des- inició en 1710 una campaña destinada a avan- ción de la llanura bonaerense.
tinado al control de la costa patagónica, deri- zar sobre la región en varios frentes. Produc- Pero estos esfuerzos por extender el con-
vado de la ocupación de las islas Malvinas por to de la misma se fundaron algunos fuertes trol, al mismo tiempo que ponen de manifiesto
franceses e ingleses (1764 y 1765), y materia- que son un interesante ejemplo de obras rea- los límites de la ocupación, demuestran tam-
lizado en la expedición de Francisco de Vied- lizadas en campaña. Un testimonio del Ca- bién la definitiva consolidación de la estructu-
ma, quien fundó en 1779, en el golfo de San bildo de Jujuy de 1710 describe uno de estos ra establecida. Ahora se puede pensar en pla-
Matías, el puerto de San José y el fuerte de fuertes levantados en el Chaco, formado por nes más vastos que ya no son las corredurías
Nuestra Señora de la Candelaria; en el esta- almacenes, cuarto para resguardar las bocas del siglo anterior (entradas de escarmiento),
blecimiento sobre el Río Negro, el año siguiente de fuego y pertrechos de guerra, enfermería, sino campañas de ocupación efectiva. En las
comenzó a edificar el fuerte de Nuestra Se- capilla y cuarteles para el descanso de la mili- últimas décadas del siglo, y especialmente a
ñora del Carmen, junto al que luego se orga- cia. El fuerte de Ledesma o Nuestra señora del partir de la fundación del Virreinato, la arqui-
nizó el pueblo de Nueva Murcia (hoy Carmen Rosario tenía planta cuadrada rodeada por una tectura refleja el nuevo estatus con la adopción
de Patagones), diseñado por el ingeniero San- muralla de tapias y adobe, y en las dos esqui- del discurso italiano para las iglesias, la actua-
tiago José Pérez Brito (v.). Estaba formado por nas dos baluartes terra- lización constructiva, la nueva escala, las obras
una serie de dependencias dispuestas en cons- plenados con dos pie- públicas y paseos, y la adopción de un discur-
trucciones longitudinales en torno de una pla- zas de artillería cada so de normatividad académica para regir el or-
za de armas, cuadrada central. Tenía capilla, uno. La guardia se dis- denamiento del espacio público. El Neoclasi-
casa para el comandante, almacén de víveres, ponía junto a la puerta cismo, tardía y pobremente representado aquí
contaduría, cuartel para las tropas de infante- central y la capilla en el durante el período colonial, será el indicador
ría y de artillería. Lo rodeaba un grueso muro contrafrente, con las ha- estilístico de los nuevos tiempos, el preám-
defensivo cuadrado, con camino de ronda, cua- bitaciones del coman- bulo arquitectónico de la era republicana en la
tro baluartes angulares y una estacada exterior dante y el capellán a su que, como dirá Jacobo Boudier (v.) en 1817, los
que circundaba el conjunto formando una es- lado. Sobre los costados edificios públicos deben manifestar otro esti-
pecie de foso. En el frente interno las campa- se ubicaban las vivien- u PUBLICACIÓN SOBRE EL PA- lo que el de los godos porque han de llevar el
ñas militares estaban concentradas en las dos das, y se construyó una TRIMONIO DE SALTA Y JUJUY. tipo de ánimo público donde son edificados.

130 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


col col
LA HISTORIOGRAFÍA.
Los estudios de arquitectura colonial ar-
gentina tienen ya en la segunda mitad del si-
glo XIX algunos autores de interés. El más im-
portante es Vicente Quesada, quien en su
trabajo sobre la fundación del Hospital de Bue-
nos Aires, de 1864, consigna su credo positi-
vista: “hemos cuidado de prescindir de tradi-
ciones y consejos para observar una estrictez
histórica que, aunque puede hacer más áridos
nuestros escritos, les da interés de verdad”. Sus
“Estudios Históricos”, aparecidos en la Revis-
ta de Buenos Aires entre 1864 y 1870, brindan
cantidad de datos acerca de la construcción de
algunos de los templos, hospitales y otras ins-
tituciones públicas de Buenos Aires. También
cronistas de las órdenes, como Abraham Ar-
gañaraz (1889), incluyen, al historiar la insti-
tución, datos relativos a su arquitectura. En es-
ta línea aparecen a comienzos de siglo algunas
colecciones de documentos relativos a la ciu-
dad de Buenos Aires, entre las que merece
mención especial la de Enrique Peña (“Docu-
mentos y planos relativos al período edilicio
colonial de la ciudad de Buenos Aires”, 1910)
o bien hechas sobre documentación, como el
trabajo de José Antonio Pillado (“Buenos Ai-
res colonial. Edificios y costumbres”, 1910). A
este conjunto de autores, que continúa la es-
trictez histórica que proponía Quesada, suce-
de, a partir de la segunda década del siglo XX,
una generación para la que el acento estará
puesto en la voluntad de una valoración cul-
tural de la arquitectura colonial dirigida a de-
finir una identidad estética nacional. En el mar-
co de ideas nacionalistas de la época, expuestas
por Ricardo Rojas en La restauración naciona-
lista (1909) y Eurindia (1922), esta corriente
apuntará a una reivindicación de lo hispáni-
co y de lo indígena (elemento diferenciador de
la cultura inmigratoria) como constitutivos del
lenguaje arquitectónico vernáculo, aunque sin
descartar la base del discurso clásico. Quizás
el elemento más novedoso del movimiento sea
el haber puesto por primera vez la mira en la
cuestión específica del quehacer arquitectóni-
co, abriendo el debate a un amplio rubro de te- u IGLESIA SAN IGNACIO

mas para el que sus respuestas eran limitadas, EN BALCARCE Y ALSINA ES-
pero que aparecen ahora planteados: funda- TA EN LA MANZANA DE LAS
mentalmente la cuestión de la tradición ar- LUCES, BS. AS. ES UNO DE
quitectónica y de su papel en la conformación LOS EJEMPLOS MÁS IMPOR-
de una arquitectura nacional. Exceptuando a TANTES DE ARQUITECTURA
Kronfuss (v.), su actitud fue revisar tradiciones BARROCA. EN SU INTERIOR,
y modelos ajenos a la producción perteneciente LA AUSTERIDAD DE SUS
al territorio nacional, particularmente la ar- MUROS CONTRASTAN CON
quitectura precolombina y la española. Este ca- LA PROFUSA DECORACIÓN
rácter retrospectivo hizo que no pudieran de- DEL RETABLO.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 131


jar de considerar la cuestión de la identidad DU - UBA) son los nombres más importantes tura americana”. En: Anales IAA n.° 25, 1987)
tradicional como una entidad acabada, limi- de esta tercera etapa historiográfica. Sus apor- proponía buscar las claves de comprensión de
tando así sus posibilidades de desarrollo y de tes documentales resultan fundamentales pa- la arquitectura barroca americana en sus pro-
cambio en el nuevo contexto estético y tecno- ra el desarrollo sistemático de la historia de pias condiciones contextuales. Esta postura im-
lógico. Juan Kronfuss llegó a la Argentina en la arquitectura colonial y, en el caso de Bus- plica, por una parte, una actitud valorativa au-
la primera década del siglo XX y, radicado en chiazzo, se incorpora también una visión ana- tónoma del vanguardismo dirigido desde las
Córdoba, desarrolló investigaciones que que lítica de las obras desde un punto de vista dis- metrópolis (y el correlativo anacronismo o pro-
recogió en su Arquitectura colonial en la Ar- ciplinar específico. Su trabajo ha dejado además vincialismo americanos) que, dejando de lado
gentina (1920), y que utilizó como fuente de de un avance valioso en el conocimiento de las la comparación cualitativa, propone un marco
sus proyectos, en concordancia con el movi- obras, su génesis y autores; particularmente sociocultural de explicación y validación de los
miento Neocolonial (v.) que surgía en el resto en Buschiazzo, un ordenamiento panorámico productos y, por otra, una reivindicación del
del país. Sus estudios se ubican en el inicio del de la producción colonial, expuesto sintética- pragmatismo como actitud de resolución de
movimiento. Escribió: “la Argentina moderna mente en su capítulo en la “Historia general los problemas de la arquitectura colonial. Es-
ha perdido el sentido de las formas arquitec- del arte en la Argentina de la Academia de Be- te marco conceptual ha orientado la tendencia
tónicas antiguas y con ellos esa cierta indivi- llas Artes” (1982), así como un balance de la de la historiografía de las últimas décadas (las
dualidad que caracteriza a toda nación y a ca- situación de la arquitectura local en relación obras del propio Gutiérrez, Ricardo Jesse Ale-
da época”. Desde la década de 1910 a la de 1930 con la producción hispanoamericana y euro- xander y Marina Waisman (v.), entre otros), y
aparecen los trabajos fundamentales de esta pea. Hacia 1970 (año de la muerte de Mario forma parte de una búsqueda teórica que aún
corriente: Héctor Greslebin (v.) —artículos pu- Buschiazzo) un nuevo grupo de arquitectos e no está cerrada. R. G.
blicados en la Revista de Arquitectura (v.)—, historiadores que publican en los Anales del
Ángel Guido (Fusión hispano-indígena en la ar- Instituto de Arte Americano de la FADU-UBA Bibliografía básica: V. Quesada. “Estudios Históricos”.
quitectura colonial, 1925; Eurindia en la arqui- intenta despegar el análisis y la valoración de En: Revista de Buenos Aires. Bs. As.: 1864; E. Peña. Do-
tectura americana, 1930; El estilo mestizo o crio- la producción arquitectónica americana de pa- cumentos y planos relativos al período edilicio co-
llo en el arte de la Colonia; 1938), Martín Noel rámetros externos a su propio proceso. lonial de la ciudad de Buenos Aires. 5vols. Bs. As.:
(v.) (Contribución a la historia de la arquitectura En una frase de Damián Bayón (v.) de ese J. Peuser, 1910; L. M. Torres. Cuestiones de adminis-
hispanoamericana, 1921; Fundamentos para un año (“Hacia un nuevo enfoque del arte colo- tración edilicia de la ciudad de Buenos Aires. T. IX
estética nacional. Contribución a la historia de la nial sudamericano”. En: Anales IAA, n.° 23, de la serie Documentos para la Historia Argentina,
arquitectura americana, 1925; Estudios y docu- 1970): “cuando entramos en otra cultura hay Bs. As.: F.F.y L. (UBA), 1918; E. Udaondo: Reseña his-
mentos para la historia del arte colonial, 1934, que cambiar también de sistema de referen- tórica del templo de San Ignacio. Bs. As.: Ed. Del Au-
con José Torre Revello (v.)) y Vicente Nadal Mo- cia”. La actualización proponía la necesidad de tor, 1922; Síntesis histórica del templo de Nra. Sra.
ra (v.) (Manual de arte ornamental autóctono, definir un modelo teórico apto para explicar la del Pilar. Bs. As.: 1936; J. Kronfus. Arquitectura co-
1935), orientados a encontrar la nueva eurit- arquitectura colonial argentina; para com- lonial en la Argentina. Córdoba: Biffi, s/f.; Acade-
mia americana (Guido (v.)), ya que considera- prenderla como un todo estructurado y no co- mia Nacional de Bellas Artes. Documentos de Arte
ban el americanismo como una verdadera re- mo una suma de pormenores estilísticos o fun- argentino. Bs. As.: 1939-1966; D. Angulo Iñiguez; E.
ligión científica para el universo entero (Noel). cionales (Xavier Martini, “Notas para una crítica Marco Dorta y M. Buschiazzo. Historia del arte his-
Unos años antes de 1940 un nuevo grupo de de la arquitectura colonial argentina”. En: Ana- panoamericano. 3 vols. Barcelona: 1945-56; G. Fur-
historiadores revaloriza el perfil científico de les IAA, n.° 24, 1971). Esta premisa, que im- long S. J. Arquitectos argentinos durante la domi-
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Buenos Aires colonial, 1945, entre otros), Gui- ración de una perspectiva endógena capaz de tcolonial argentina. Bs. As.: El Ateneo, 1946; M. Bus-
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Buschiazzo (v.) (Argentina. Monumentos histó- ces de las manifestaciones cultas, las creacio- doba. Bs. As.: Filmediciones, 1969; G. Furlong S.J.
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en la Argentina, 1942; Cabildos del Virreinato del cionalidad y significación social, Ramón Gu- Gutiérrez: Los Ingenieros militares y sus precurso-
Río de la Plata, 1946, a más de innumerables tiérrez (v.), en un artículo publicado en 1982 res en el desarrollo argentino (hasta 1930). Bs. As.:
artículos y trabajos monográficos publicados (“Reflexiones para una metodología de análi- Fabricaciones Militares, 1976; M. Buschiazzo. “Ar-
como parte de la colección de Documentos de sis del barroco americano”. En: Exposición Ba- quitectura”. En: Panorama General del Arte en la
Arte Argentino de la Academia Nacional de Be- rroco Latinoamericano, algunas de cuyas ide- Argentina. T. I. Bs. As.: Academia Nacional de Bellas
llas Artes en la década del cuarenta y en los as centrales fueron desarrolladas en Artes (ANBA), 1982; R. Gutiérrez. Arquitectura y ur-
Anales del Instituto de Arte Americano de la FA- “Reflexiones para una historia de la Arquitec- banismo en Iberoamérica. Madrid: Cátedra, 1983; L.

132 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


col com

u BARRIO CAFFERATA EN CABALLITO, BUENOS AIRES. FUE PROYECTADO POR LA COMISIÓN NACIONAL DE CASA BARATAS.

García de Lloydi. La catedral de Buenos Aires. Bs. COMISIÓN DE ESTÉTICA EDILICIA. (v. Buenos tanto desde el ámbito del Estado como por la
As.: Manrique Zago, 1986; R. Gutiérrez y G. Viñua- Aires; Centro Cívico Plan). iniciativa privada (v. Interés social, vivienda de).
les. Arquitectura de los Valles Calchaquíes. Bs. As.: El debate sobre la Ley 9.677 tuvo lugar en
MacGaul, 1979; C. Onetto. Santa Casa de Ejercicios 1915. Con anterioridad la acción estatal en apo-
Espirituales. Bs. As.: s/e, 1986; M. Waisman y otros. yo de la vivienda popular había sido conside-
Arquitectura colonial argentina. Bs. As.: Ed. Sum- COMISIÓN NACIONAL DE CASAS BARATAS. rada en la Legislatura de Córdoba por inicia-
ma, 1987; Inventario de bienes muebles. Provincia de (CNCB) Organismo creado por el Estado Na- tiva del diputado Félix Garzón Maceda, y en el
Corrientes. Bs. As.: 1989; Inventario de bienes mue- cional con el propósito de contribuir a la re- Congreso Nacional a raíz de las propuestas de
bles. Provincia de Salta. Bs. As.: 1990; Inventario de solución del problema de la escasez de vi- varios diputados.
bienes muebles. Provincia de Jujuy. Bs. As.: 1991; R. viendas para los sectores populares. Funcionó
Giunta. En: “Bs. As., capital virreinal”. Serie Críti- entre 1916 y 1944, y su existencia fue resul- 1) Antecedentes legislativos. El primer proyecto
ca, n.° 24, IAA, FADU-UBA, 1991; R. Giunta y A. No- tado de la Ley 9.677 de 1915, impulsada por fue presentado por el diputado Ignacio Yri-
vik: “Acerca del Urbanismo Borbónico y la casona el Diputado Nacional por la Provincia de Cór- goyen en julio de 1904. Autorizaba a la Mu-
colonial”. Serie Crítica, n.° 26, IAA, FADU-UBA, 1992; doba, Dr. Juan Cafferatta. Capacitada para nicipalidad a emitir hasta 20 millones de pe-
A. De Paula. “La comarca bonaerense y su proceso ur- construir exclusivamente en la Capital Fede- sos en títulos que serían administrados por un
bano (1580-1779)”. En: Serie crítica, n.° 43, IAA, FA- ral, su reglamentación fue posteriormente mo- Directorio, para construir en la Capital grupos
DU-UBA, 1993; E. Maeder y R. Gutiérrez. Atlas his- dificada para permitirle actuar en otras zo- de casas para ser vendidas a los trabajadores.
tórico y urbano del nordeste argentino. Resistencia: nas del país. La CNCB construyó 972 unidades, La propuesta fue aprobada en la Cámara baja
s/e, 1994; A. De Paula. “La arquitectura de las mi- situadas en su totalidad en la Capital Federal. en setiembre del año siguiente con dos mo-
siones del Guayrá”. En: Las misiones jesuíticas del dificaciones: su tratamiento como ensayo y,
Guayrá; J. Gazaneo y Manrique Zago. Bs. As.: 1995; 1. LA FORMACIÓN DE LA CNCB. por ende, la reducción del monto a 2 millones
Historia de la arquitectura y el urbanismo de Cór- La Ley 9.677 fue precedida por una consi- de pesos, y una mayor flexibilidad en cuanto a
doba. Córdoba, Bibliografía General, Instituto de derable cantidad de actuaciones y debates en los “tipos” más apropiados para las construc-
Investigación en Conservación del patrimonio Ar- torno de las formas más convenientes para so- ciones, los que se dejaron a criterio de la Mu-
quitectónico y Urbano, FAUD-UNC, 1996; ANBA y lucionar el problema de la escasez de vivienda nicipalidad. La ley fue promulgada con el nú-
FNA. Patrimonio artístico nacional. Inventario de de los sectores populares. Los antecedentes so- mero 4.824.
bienes muebles. Ciudad de Buenos Aires. Bs. As.: 1998; bre los que se apoyó su sanción se hallan refe- Entretanto, en 1905 el diputado Emilio Gou-
R. Gutiérrez y C. Page. La Catedral de Córdoba. Cór- ridos a estudios particulares sobre el tema, que chon presentó un proyecto alternativo que se
doba: Centro, 1999; C. Page. La manzana jesuítica de tanto en relación al conventillo como a la cues- completó mediante un segundo proyecto. Gou-
la ciudad de Córdoba. Córdoba, UNC y Municipali- tión de la “vivienda obrera” se venían produ- chon proponía que el Poder Ejecutivo desti-
dad de Córdoba, 1999; D. Sustersic. Templos jesuí- ciendo en nuestro país ya desde 1870 y a di- nara 2 millones de pesos para construir casas
tico-guaraníes. Bs. As.: Fil. y Letras-UBA, 1999. versos proyectos y emprendimientos promovidos de una y dos habitaciones destinadas a ser al-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 133


quiladas especialmente a empleados del Es- Capital de la República”, la formación de una Comisión debía dedicarse a la construcción de
tado y de la Administración Nacional. En sus Comisión ad honórem para administrarla y la viviendas para su venta, que costarían unos
fundamentos se hacía un expreso ataque al la- preferencia por “construcciones aisladas o en 4.600 pesos (incluyendo el terreno), previén-
tifundio urbano y rural, sosteniendo la nece- pequeños grupos con jardines”, las que se en- dose la realización de aproximadamente 500
sidad de liberar la expansión de la ciudad, y tregarían en propiedad. unidades en 10 años.
la conveniencia de estimular la formación de Por mayoría, la Comisión de Legislación de Este proyecto fue nuevamente tratado por
pequeños propietarios como la mejor base pa- la Cámara hizo suyo ese proyecto, al que vin- la Comisión de Legislación. Según el despa-
ra una mayor democracia. culó a la ley 7.102, elevándolo el 13 de no- cho presentado en setiembre de 1915, la CNCB
Cuatro años más tarde, Julio A. Roca (hijo) viembre del año siguiente. En esa oportunidad estaría integrada por 5 miembros designados
y Adolfo Mugica presentaron un nuevo pro- se manifestó la oposición socialista a través de por el Poder Ejecutivo, entre sus funciones no
yecto. En 1910 vencía la ordenanza municipal la intervención del diputado Bravo, quien cues- se descartaba, pero tampoco se subrayaba, la
que habilitaba los hipódromos, lo que hacía ur- tionó el sesgo estatista de la ley, reivindicando de construir viviendas, su alcance se preveía
gente una reformulación legal de su régimen. la iniciativa privada. para la Capital y Territorios Nacionales, y se
Además de reducir el número de carreras el También en 1913 Manuel Gonnet presen- admitía la posibilidad de encarar o estimular
proyecto de Roca, proponía en su artículo 7° tó un proyecto en el polo opuesto a Bravo (par- las “casas de habitación colectivas”.
destinar fondos de este origen para erigir es- tidario de una masiva intervención estatal). Es- Junto con este despacho se consideró la pre-
tablecimientos de enseñanza en la Capital; el te consistía en la creación de un “Hogar sentación realizada por el Poder Ejecutivo, ca-
artículo 4° permitía las carreras en los días jue- Nacional del Obrero”, destinado a frenar la “ca- racterizada por destinar los fondos de la ley 7.102
ves destinando un 25% del producido a la Mu- restía de la vida” estimulada por los altos pre- a la construcción de habitaciones colectivas y
nicipalidad y el resto a la “formación de un fon- cios de la vivienda obrera. privadas en la Capital Federal, administradas
do para la construcción de casas para obreros”. El 29 de mayo de 1914 Cafferata presentó por el Municipio, limitando la acción a los 5
En julio de 1910, un grupo de diputados un nuevo proyecto para cuya financiación se años que restaban según esa ley, y sin hacer alu-
vinculados a Roque Sáenz Peña y miembros empleaban los fondos de la ley 7.102, junto con sión a otros fondos o propósitos generales.
del Jockey Club, encabezado por Carlos Estra- los aportes del Gobierno Nacional, así como Las posiciones más significativas en el de-
da, propuso una alternativa mucho más am- legados y donaciones. La administración que- bate fueron asumidas por el diputado Nogués,
biciosa. Por ella se autorizaba al Poder Ejecu- daría en manos de una Comisión de 5 miem- conservador por Tucumán que fue miembro
tivo a contratar un empréstito de 20 millones bros, entre los que deberían figurar el Inten- informante de la Comisión, Alvear por el ra-
de pesos para ser pagados con un impuesto al dente de Buenos Aires y el presidente del dicalismo, y Dickman y Repetto por los socia-
Jockey. De este dinero se destinarían 2,5 mi- Departamento Nacional del Trabajo. Caffera- listas. Frente al proyecto claramente interven-
llones para construir un hospicio y el resto a ta determinaba que además de otros fines la cionista de Cafferata, Nogués defendió el
casas para obreros en terrenos de la Munici- proyecto de la Comisión, y especialmente el ca-
palidad de Buenos Aires o de territorios na- rácter ambiguo de la Ley, en la medida en que
cionales. Lo más significativo del proyecto era otorgaba a la CNCB misma la posibilidad de
que se proponía agrupar las viviendas en ba- determinar cuáles serían las soluciones más
rrios vinculados a centros fabriles mediante ví- convenientes para el problema de la vivienda
as férreas, previéndose la necesidad de trazar popular, tanto en lo referido al conflicto alquiler
plazas y construir distintos servicios comuni- / propiedad o habitación colectiva / casa indi-
tarios. La administración de los fondos estaría vidual, como en el alcance de las acciones en-
a cargo de una “Sociedad de Providencia del tre construcción y estímulo, o en el origen de
Obrero”, integrada por 30 señoras elegidas por los fondos. Alvear defendió las características
el Poder Ejecutivo. de la Ley propuesta, aunque argumentó a fa-
También en 1910 Pedro Luro presentó un vor de las “casas colectivas”, apelando a sus
proyecto que abordaba el tema en lo referido a menores costos y a la necesidad de que los be-
empleados del Estado y desde su aspecto fi- neficios de la ley alcanzaran a los sectores de
nanciero (preveía el otorgamiento de présta- menores recursos. Convencidos de la posibi-
mos no mayores de $ 6.000 para agentes con lidad de demostrar la superioridad de las or-
sueldos menores de $ 150). ganizaciones cooperativas frente a las empre-
El proyecto, finalmente aprobado ese año sas capitalistas, y preocupados por no contribuir
como Ley 7.102, permitió simplemente que se a la formación de un instrumento clientelís-
dispusiera del 75% de las carreras de los jue- tico en manos del Estado nacional manejado
ves para la construcción de casas para obreros. por los conservadores, los socialistas se opu-
sieron frontalmente. Argumentaron que el pro-
2) El debate de la Ley 9.677. Cafferata presen- blema de la vivienda era de alcance global, que
tó su primer proyecto de ley en 1912, y sus prin- debía ser resuelto por un adecuado funciona-
cipales características eran el establecimiento miento del sistema mediante la iniciativa in-
de una suma fija de un millón de pesos para dividual y fomentando el cooperativismo, eli-
la “construcción de casas para obreros en la u BARRIO ALVEAR (CNCB), EN BUENOS AIRES. minando cargas impositivas a los materiales y

134 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


com com
a los terrenos, estimulando el englobamiento cionado, que al comienzo se manifestó como
de estos últimos y promulgando un nuevo có- una tensión en favor de la vivienda colectiva
digo de edificación que no contribuyera a au- —lo que significaba una opción a favor del
mentar los altos valores de la renta en las zo- alquiler— y del rol del Estado como adminis-
nas centrales, permitiendo la edificación trador. En los años siguientes, cuando las “po-
concentrada y en altura. líticas de vivienda” de Yrigoyen tomaron otros
Por mayoría, la ley fue finalmente sancio- rumbos, esa tensión se atenuó y comenzó a
nada el 15 de setiembre de 1915. considerarse la alternativa del barrio jardín de
viviendas individuales en propiedad.
2. ETAPAS EN EL FUNCIONAMIENTO DE LA CNCB. Alvear presidió la CNCB antes de que asu-
Resultado mediador de una de las últimas miera el Dr. Yrigoyen la Presidencia de la Re-
reformas inspiradas por la elite modernista, pública: por su rol en el debate sobre la Ley y
mediadora ella misma entre empresas, pro- por sus antecedentes en la conducción del Joc-
pietarios de tierras, organismos de beneficen- key Club, fue designado en el cargo el 21 de oc-
cia y caridad, y entidades científicas, la CNCB tubre de 1915, y permaneció en él hasta que fue
fue impactada por el triunfo yrigoyenista de enviado como embajador a Francia en no-
1916. Así, a pocos meses de constituida, la ins- viembre del año siguiente. Hasta 1919 los res-
titución debió adaptarse a una orientación de tantes miembros fueron técnicos de distintas
la política nacional que no coincidía con los cri- profesiones (abogados, médicos, ingenieros,
terios que la habían originado y que, en líneas arquitectos, empresarios), de variados oríge-
generales, la orientaría durante 21 de sus 28 nes políticos con exclusión del socialismo, vin-
años de existencia. culados estrechamente al tema de la vivienda
De hecho, los precios especulativos de las popular, lo que señala una voluntad mediado-
cuotas de los loteos suburbanos resultaban ba- ra, abierta y experimental.
jos en relación con lo que debía pagarse por las Pese a haber sido promulgada en 1915, la
miserables habitaciones de los conventillos en Ley fue reglamentada recién el 21 de abril de
las áreas centrales de la ciudad. Eso permitió 1917. Entretanto se adquirieron varios terrenos:
que el “problema de la vivienda” fuera resol- en Alberdi, Lacarra, Directorio y Olivera (182.132
viéndose mediante el éxodo de la población ha- m2 por valor de $ 734.400), Asamblea y José
cia los cinturones periféricos. Era imposible María Moreno (53.182 m2 por $ 265.907), y
comparar el costo de una vivienda construida Avenida San Martín (frente a la Facultad e Agro-
de manera precaria a lo largo de varios años, nomía) (46.488 m2 por $ 241.800). En 1916
sin instalaciones cloacales, ni pavimentos, ni fue designado como técnico el arquitecto Ra-
servicios de aguas corrientes y energía, em- úl Pasman (v.), autor de los planos de la casa Va-
pleando la mano de obra de los propios ocu- lentín Alsina en Parque Patricios. En 1917, a
pantes, con el más económico y concentrado poco de reglamentarse la Ley, se abrió el pri- u PLANTA DE LA CASA RIVADAVIA, CON 41 DEPARTAMENTOS.

de los sistemas industrializados que utilizaba mer concurso para el barrio Alvear; en 1918, el
cualquier iniciativa pública (v. Casa chorizo). De de planos y tipos para el barrio Cafferata. En el
manera que la “política de vivienda” real du- segundo, el de planimetría fue ganado por Med-
rante estos años consistió en estimular ese éxo- hurst Thomas —autor de las viviendas obreras
do, bloquear los alquileres, tratar de aumentar para los Talleres del Ferrocarril Sud—, mien-
la oferta de crédito hipotecario, dispersar en lo tras que Raúl Álvarez y Raúl Rivera triunfa-
posible servicios educativos y sanitarios, y pro- ron con sus prototipos.
curar mantener relativamente bajos los costos En este período la discusión entre el mo-
de los transportes. Los distintos conjuntos cons- delo de vivienda individual en propiedad y la
truidos por el Estado fueron actos políticos en vivienda colectiva en alquiler se resolvió a fa-
respuesta a necesidades contingentes, o bien vor de esta última en los primeros años, bajo
producto de la presión, todavía incipiente en la influencia de Alvear y Aráoz Alfaro. Lanús,
este período, de las pocas grandes empresas Ochoa y Coll impusieron luego su preferencia
constructoras con capacidad de incidencia so- por la vivienda individual.
bre el poder público. Dentro de este cuadro ge- Los barrios Alvear y Rawson se proyectaron
neral, diferentes motivos permiten distinguir en 1918, y se planeó además la construcción
en la acción de la CNCB 6 etapas. de dos casas ensayo en el barrio Cafferata.
Claramente, el propósito de la Comisión
1° etapa: 1915-1919. Durante estos primeros era de orden pedagógico. Se pretendía demos-
cuatro años no se construyó ninguna obra. trar a los gobiernos, empresarios y organiza-
La CNCB debió enfrentar el cambio ya men- ciones de trabajadores que era posible, además u EL BARRIO ALVEAR SE PROYECTÓ EN 1918.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 135


de conveniente, construir viviendas populares. La CNCB aceleró en estos años los procesos de albañilería sumaban el 62% del costo uni-
Según los principios liberales, la acción del Es- de construcción y llevó a cabo sus primeros edi- tario; aproximadamente la mitad de los mate-
tado no debía suplantar sino estimular u orien- ficios. Así, se inauguraron en 1920 la casa de riales empleados eran importados.
tar a la acción privada, para lo cual la Ley debía Valentín Alsina con 67 departamentos de 2 y 3
tener una función ejemplar y promover legis- habitaciones; en 1921 el barrio Cafferata, com- 3° etapa: 1924-1929. El gobierno de Marcelo
laciones y acciones similares en otros territo- puesto por 97 unidades de 3 dormitorios y 63 Torcuato de Alvear no favoreció la construcción
rios del país. Con este último propósito se pro- de 4 dormitorios, más sala y servicios en am- de nuevas unidades por parte de la CNCB, ni
movió la formación de Juntas Honorarias de bos casos; en 1922, la casa Rivadavia con 41 de- de las mansiones colectivas que el nuevo pre-
Casas Baratas integradas por vecinos, las que partamentos de 2 y tres habitaciones, y en 1923, sidente había promovido en la década anterior.
se constituyeron en Catamarca, Jujuy, Córdo- 50 casas en el Barrio Alvear. Las características De hecho, la alternativa a los conventillos
ba, Posadas, Formosa, Las Conchas, Pehuajó diversas de las acciones de este período mues- se fue produciendo mediante el proceso de au-
y Chivilcoy, con el fin de estimular la cons- tran que se trataba de verdaderos experimen- toconstrucción de pequeñas viviendas en lotes
trucción de viviendas rurales. Los miembros tos: dos mansiones colectivas —una en el cen- comprados a plazos en la periferia de Buenos
de la CNCB entendían que el alto costo de las tro y otra en un barrio obrero—, dos conjuntos Aires, Rosario, Córdoba y casi todas las ciuda-
viviendas en la Capital Federal se originaba no individuales en barrios periféricos de la ciudad. des. A estos actores anónimos se suman aho-
solo en la baja oferta de unidades sino también La eficacia técnica de la CNCB fue puesta ra importantes iniciativas institucionales: en
en la excesiva demanda provocada por el esta- en cuestión como consecuencia de las obras Córdoba se concluye la primera etapa (77 vi-
blecimiento de los inmigrantes en la ciudad. realizadas, en la medida en que estas no le per- viendas) del barrio San Vicente (Ley Garzón
Este motivo los impulsaba a estimular la cons- Maceda), en Rosario “La vivienda del trabaja-
trucción de viviendas en el interior del país, y dor” inicia la construcción de 594 unidades,
reforzaba su resistencia a edificar nuevos ba- en la Capital Federal la Compañía de Cons-
rrios que —pensaban— contribuirían aún más trucciones Modernas (v.) (CCM) lleva adelante
a retener el flujo migratorio. un contrato de 10.000 viviendas para el Mu-
nicipio, el Hogar Policial construye un con-
2° etapa: 1919-1923. La poca acción visible o la junto de 24 departamentos en Independencia
relativa lentitud de la CNCB durante los pri- 31, el Concejo Deliberante pone en marcha la
meros tres años de su existencia fue sacudi- realización del Barrio Los Andes y de otro pro-
da por distintos acontecimientos sociales a par- yecto similar, también de Fermín Bereterbide
tir de 1918. En el plano interno, las dificultades (v.), en Parque Patricios.
económicas originadas en la Primera Guerra Nuevos acontecimientos apresuran la crisis
Mundial en el marco de la relativa libertad po- del proyecto inicial de la CNCB. Por un lado se
lítica garantizada por el gobierno democrático comprueba el fracaso de los conjuntos como
dieron lugar a un vertiginoso aumento de la instrumentos educativos, capaces de formar
agitación popular. A esto se agregó, en el pla- u CASA AMÉRICA, EN AV. SAN JUAN, BUENOS AIRES. una sociedad popular integrada y pacífica, y de
no externo, la rápida extensión de los movi- consolidar una unidad familiar: los ocupantes
mientos revolucionarios europeos, hecho que mitieron cumplir con su propósito demostra- no pagan sus cuotas, organizan movimientos
se combinó con la acción estudiantil a escala tivo de la posibilidad de incluir las viviendas de resistencia, abandonan las viviendas y dan
nacional y continental, centrada en la Reforma populares en el ciclo capitalista. Esto se debió lugar a numerosos conflictos jurídicos. Por otro,
Universitaria, los levantamientos patagónicos en parte al proceso inflacionario desencade- las carreras de los jueves del Jockey Club deja-
y la Semana Trágica. nado por la guerra mundial, pero también fue ron de realizarse. Uno y otro factor disminu-
Tan rápidamente como lo haría la Comi- producto del propio carácter no repetible de las yeron de manera sustantiva los ya reducidos
sión, los sectores católicos lanzaron en 1919 unidades construidas con técnicas tradiciona- fondos de la Comisión.
una campaña de Gran Colecta Nacional con el les y, en el caso de los barrios jardín de baja Las debilidades del proyecto original habí-
objeto de obtener fondos para llevar a cabo, en- densidad, de la alta incidencia de las redes en an comenzado a ser reconocidas ya en 1923. En
tre otras acciones, la construcción de vivien- los costos finales. En el barrio Alvear, por ejem- octubre de ese año el diputado Leopoldo Bard
das populares. Sus criterios diferían de la ac- plo, los costos estimados treparon de $ 60/m2 presentó en la Cámara de Diputados un pro-
ción estatal, pues si bien se promovían las calculados en 1917 a $ 108/m2 ya en 1919, as- yecto de resolución de creación de una Comi-
viviendas individuales, estas no se acordaban cendiendo a $ 140/m2 al considerarse los ado- sión Especial de Estudio de la Vivienda. La Co-
en propiedad sino en alquiler, reservándose quinados. De esta forma las viviendas presu- misión fue creada en julio de 1924, presidida
para las organizaciones catequistas la admi- puestadas en alrededor de $ 7.000 en 1917 por Bard y con la Secretaría del socialista Di To-
nistración y orientación espiritual de las nue- costaron finalmente $ 15.000; un precio tres masso. Su propósito era el de identificar la to-
vas comunidades. veces superior a los $ 5.000 por unidad que talidad de las componentes del “problema de
En relación con la etapa anterior puede ob- permitían una cuota de alrededor de $ 30 men- la vivienda”. Puede decirse que en esta etapa
servarse en la CNCB una composición estable, suales, accesible a los trabajadores de meno- las visiones rígidamente higienistas, filantró-
con predominio de los sectores conservadores, res recursos, cuyo ingreso aproximado era de picas o ideológicas que caracterizaron el deba-
la que se mantendría aproximadamente a lo $ 120. Un 30% de los costos totales corres- te sobre la vivienda en períodos anteriores co-
largo de toda la década. pondían a las obras complementarias; las obras menzaron a ser sustituidas, al verse la necesidad

136 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


com com
de comprender la pluralidad y complejidad de Comisión es relativamente homogénea a lo lar- Con vistas a preparar el Congreso en ese
sus orígenes y, sobre todo, de sus derivaciones, go de esta última etapa de su existencia. A los año, la CNCB comenzó a publicar una revista,
desde las condiciones y políticas de inserción integrantes que habían actuada en etapas an- La habitación popular, en la que intervino un
del flujo inmigratorio, el desarrollo de las in- teriores se agregaron nuevos miembros, como variado grupo de especialistas y políticos de di-
dustrias locales, el manejo del crédito y los ne- el Dr. Juan Pedro Magnin, un médico de ten- versas corrientes.
gocios financieros, el estatuto jurídico de la pro- dencias conservadoras, y el ingeniero Iribar- De todas formas, en la primera parte de es-
piedad privada, o las estrategias de ocupación ne, especialista en vialidad y vinculado al Mu- ta etapa dominó en la Comisión el criterio de
del territorio urbano. seo Social Argentino (v.). Se destaca también la no construcción masiva por parte del Estado.
Las principales actuaciones de la CNCB du- presencia en la presidencia por segunda vez En 1933 se completó la segunda parte del ba-
rante este período fueron la habilitación de una de Nazar Anchorena, acompañando la gestión rrio Rawson, con 9 pabellones colectivos y 74
segunda etapa de 77 viviendas del barrio Al- del Dr. Ortiz, al que en un primer momento casas individuales; en 1934 se reformuló un
vear (1926), de las primeras 30 casas del ba- secunda Clodomiro Zavalía, presidente del di- proyecto para un edificio de 66 departamen-
rrio Rawson (1928) y el llamado a concurso rectorio del Instituto de la Vivienda Obrera de tos —en su mayor parte de dos dormitorios y
(1929) para la realización de un conjunto en la Provincia de Buenos Aires. sala—, en el terreno de San Juan y Balcarce, al
San Juan y Balcarce, del que resultó premiado La etapa puede subdividirse en dos perío- que se lo bautizó significativamente con el nom-
el proyecto presentado por los arquitectos Le- dos, cuya característica común es la recupe- bre de “América”.
vingston y Rodríguez Etcheto. ración de la iniciativa en la organización de un Una característica relevante de la Comisión
debate nacional sobre el tema de la vivienda. durante los primeros años de esta etapa fue la
4° etapa: 1930-1933. Esta breve etapa estuvo de- Luego de una década de creer que el problema disposición a prestar mayor atención al pro-
terminada por las consecuencias de la inte- se iría resolviendo mediante el accionar es- blema de la vivienda en el interior del país y en
rrupción institucional de 1930. pontáneo de sus distintos actores, a partir de especial de las zonas rurales. En 1934 se reflotó
Aunque la reinstalación de los sectores con- 1933 comenzó a considerarse la necesidad de la vieja iniciativa de las Juntas Honorarias en
servadores en el poder trajo consigo la liqui- redefinir el rol del Estado. el interior, esta vez como Comisiones Provin-
dación del grupo que se había consolidado du- Ese año se reunió en Montevideo la VII ciales, las que fueron designadas en Santiago
rante los años de la gestión radical, las Conferencia Internacional Americana en la del Estero, Tucumán, Salta, Catamarca y Ju-
concepciones de la CNCB no parecen haber que Cafferata —miembro de la representación juy, completándose en 1935 la formación de
variado en igual medida. argentina encabezada por el canciller Saavedra las mismas en todas las provincias. Las polí-
Ninguna acción constructiva o de propa- Lamas— propuso la realización de un Con- ticas encarnaron en distintas acciones: proto-
ganda se registra durante estos tres años en los greso Panamericano para tratar el tema de la tipos de viviendas rurales fueron realizados por
que la CNCB parece haber estado dedicada ex- Habitación Popular. La propuesta fue acepta- la Dirección de Arquitectura del Ministerio de
clusivamente a la administración de los con- da y la recomendación de la Conferencia fue Obras Públicas de Mendoza en 1935; en el mis-
juntos ejecutados con anterioridad. asumida por la Unión Panamericana desig- mo año se desarrollaron prototipos de vivien-
5° etapa: 1933-1942. La composición de la nando a Buenos Aires como sede. das granja para los territorios nacionales de

u CASA COLECTIVA

MARTÍN RODRÍGUEZ EN LA
AV. MARTÍN RODRÍGUEZ Y
AV. PEDRO DE MENDOZA,
LA BOCA, BUENOS AIRES.
FUE PROYECTADA POR LA
COMISIÓN NACIONAL DE
CASAS BARATAS PARA
OBREROS Y EMPLEADOS.

uTIENE 10.920 M2 CONS-

TRUIDOS Y UNA DENSIDAD


DE 712 HABITANTES POR
HECTÁREA. CONSTA DE
63 UNIDADES DE UN
DORMITORIO, 50 DE DOS Y
28 DE TRES.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 137


Formosa, Misiones y Chaco, y se presentó al única alternativa real. cretaría de Trabajo y Previsión bajo la direc-
Poder Ejecutivo un proyecto de ley modifica- Las construcciones que la Comisión llevó ción del Coronel Juan Domingo Perón. Bajo
torio de la 9.677 y de las 10.479 y 11.393 a ella a cabo en estos años fueron de dos tipos: por su jurisdicción quedaron organismos como la
vinculadas, dirigido a favorecer las construc- un lado continuó promoviéndose la vivienda Comisión de Alquileres, la citada CAVP y la
ciones en el interior, fomentar la construcción rural y los pequeños conjuntos en el interior; propia CNCB (Decreto 15.074/43).
cooperativa y permitir más sencillos mecanis- por otro, en la Capital Federal, se optó por in- La concepción abstencionista y simple-
mos de desalojos; en 1936 Cafferata presentó tervenciones de alta densidad. A la primera al- mente orientadora de la CNCB había hecho
ante la Cámara de Diputados un proyecto de ternativa corresponden las 32 viviendas licita- crisis definitivamente. Bajo la dirección del na-
ley para extender la acción de la CNCB a los te- das en Viedma en 1941 y la adjudicación de 52 cionalista Pedro Tilli, para la CAVP debían se-
rritorios nacionales con el fin de realizar es- casas por parte de la Comisión de la Vivienda guirse los lineamientos de la ley norteameri-
pecialmente estas “granjas familiares”; en 1937 de la Provincia de Santa Fe. Las Comisiones cana de 1937, lo que suponía “la incorporación
el Instituto de Colonización de la Provincia de provinciales dieron lugar a unas leyes especí- de la actividad privada al plan, la adjudicación
Buenos Aires planeó sus propios prototipos de ficas locales: la 2.607/38 en Santa Fe, la 872/42 de viviendas y su organización comunal de
viviendas rurales; y en 1938 el Banco Nación en San Juan, la 905/42 en La Rioja y la acuerdo con principios sociales, la aplicación
abrió un concurso nacional con el mismo fin. 4.022/42 en Córdoba. de conceptos urbanísticos a los barrios cons-
Otra característica de esta primera parte de En la Capital Federal se inauguró la casa truidos y el otorgamiento de poderes de ex-
la etapa fue la certeza de la idea de que el pro- América con 95 departamentos en 1937, en propiación a las autoridades locales”. Por De-
blema de la vivienda era inseparable de la ges- 1938 se planeó una nueva casa colectiva de 75 creto 10.102/44 la CNCB fue disuelta, y se
tión y planeamiento urbanos, tema que tuvo departamentos en Parque Patricios (detrás crearon en su reemplazo el Consejo de la Vi-
su momento culminante en el Primer Con- de la casa Valentín Alsina), y en 1940 se pro- vienda en 1944 y la Administración Nacional
greso Nacional de Urbanismo de 1935. Esta re- yecta el conjunto de La Boca. de la Vivienda en 1945. J. F. L.
lación, esbozada ya en los análisis de costos a La necesidad de estructurar nuevos instru-
que se ha hecho referencia más arriba, fue plan- mentos jurídicos e institucionales se registra
teada por Cafferata, quien en 1933 reunió en en nuevas iniciativas: en 1939 el senador cor- COMISIÓN NACIONAL DE LA VIVIENDA. Or-
Buenos Aires la sección “Urbanismo social” dobés José H. Martínez propone la creación de ganismo creado por Decreto 6.404/55 por el
de la “Primera Conferencia Nacional de Asis- un Instituto de la Vivienda Popular que reem- gobierno militar llamado de la “Revolución Li-
tencia Social”, en la que tomaron parte casi to- place a la CNCB; a partir del trabajo de Von der bertadora”, cuya función era la de establecer
dos los actores vinculados al tema de la vivienda Heyde Garrigós, en 1936, comienza a consi- un “Plan de emergencia” en vivienda, basa-
popular, y de la que la cuestión urbana —plan- derarse la necesidad de una reforma del códi- do en medidas inmediatas, y un “Plan inte-
teada especialmente por Ernesto Vautier y Be- go que permita la propiedad horizontal; en 1940, gral”, de mayor alcance. Presidida por el in-
nito Carrasco— adquirió un rol central. Federico Pinedo propuso un Plan Económico geniero Luis V. Migone (v.), estuvo integrada
El Congreso Panamericano de la Habita- en el que la construcción masiva de viviendas por representantes de reparticiones estata-
ción Popular había sido planeado inicialmen- populares fuera utilizada como una forma de les, centros de profesionales, delegaciones
te para 1937, y en la Argentina se había deci- reactivar la industria de la construcción y con de cámaras empresarias y del sector obrero
dido llamar a una Primera Conferencia ella el conjunto de la economía nacional; en la de la construcción; funcionó en dependencias
Nacional de la Vivienda Popular en 1936, no Cámara de Diputados, los socialistas presenta- del Ministerio de Trabajo y Previsión.
realizada. La presidencia del Dr. Ortiz y el acer- ron en 1939 un proyecto de ley para la creación
camiento de las fechas determinaron los cam- de una Oficina Nacional de la Vivienda; y en Los resultados obtenidos por este organis-
bios de 1938, y con ellos las características de 1942 se creó en la Capital Federal una “Comi- mo fueron presentados al Poder Ejecutivo en
la última parte de esta etapa. De estas la prin- sión especial para el estudio de la vivienda po- abril de 1956, bajo el nombre de Plan de Emer-
cipal fue el viraje de la Comisión de las posi- pular”, la que luego del derrocamiento del pre- gencia (v.), cuyo principal interés se centró en
ciones “pedagógicas” de la fase anterior a un sidente Castillo, siguió funcionando integrada la eliminación de las villas de emergencia, que
decidido partido a favor de las construccio- por los miembros de la CAC (Carlos Mendió- en esos años comenzaban a verse como pro-
nes colectivas y la alta densidad. Aun admi- roz, Julio Otaola y Jorge J. de Mattos), y presi- blema social (v. Vivienda de interés social).
tiendo que no se trataba de la mejor solución dida por Monseñor De Andrea. Otros temas tratados por la Comisión fue-
en términos de “pedagogía social”, en este pe- El gobierno militar extendió por decreto los ron propuestas de tipo organizativo sobre la
ríodo se reconoció que el proyecto inicial de la beneficios de la Ley 9.677 a todo el país, y en forma de abordar la cuestión de la vivienda des-
CNCB como institución que podía activar y 1943 integró con el objeto de producir un plan de el ámbito del Estado. En tales cuestiones,
orientar a la acción privada había fracasado. La de vivienda popular una Comisión Asesora de la Comisión no logró una opinión unívoca.
casa individual en propiedad seguía constitu- la Vivienda Popular (CAVP) bajo la presiden- Mientras que algunos miembros proponían la
yendo para los miembros de la Comisión la al- cia del Ministro de Hacienda, en la que se sub- continuidad del Banco Hipotecario como ór-
ternativa deseable, pero la realidad demostra- sumía la CNCB con el agregado de represen- gano clave de la política habitacional —posi-
ba que se trataba de una solución incapaz de tantes de ese Ministerio, de los bancos Central, ción mantenida por el gobierno militar—, la
obtenerse en costos accesibles para los secto- Nación e Hipotecario, del CAI, de la SCA, y del mayoría hizo una propuesta diferente. Esta
res que la necesitaban: la concentración del MOP. En reemplazo del Departamento Na- consistía en crear la Comisión Nacional de Vi-
proceso de producción determinada por un au- cional del Trabajo, en noviembre de ese mis- vienda y Planeamiento, como órgano máximo
mento de la densidad se presentaba como la mo año se creó, con rango de Ministerio, la Se- de planificación y coordinación, destinar la ac-

138 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


com com

u CASAS BAJAS, TECHOS DE CHAPA Y CALLES DE TIERRA, EN UNA IMAGEN DE COMODORO RIVADAVIA, A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX.

tividad del Banco Hipotecario a sectores con COMODORO RIVADAVIA. Ciudad cabecera del existentes, se comienza a estudiar la posibili-
recursos y transformar la existente Dirección departamento Escalante, provincia del Chu- dad de contar con un fondeadero en el Golfo
de Préstamos Personales y con Garantía Real, but, ubicada sobre el Golfo San Jorge a 1810 de San Jorge. El sitio escogido, cercano a Pun-
en un instituto que, dependiente del Minis- km de Buenos Aires. Por su población, que en ta Borja, estaba dominado por una alta loma
terio de Trabajo, se ocupara de la vivienda de 2001 llegó a 135.813 habitantes, y por ha- conocida como “Cerro Chenque”. Francisco
interés social, destinada a la población de me- ber sido cuna de la explotación petrolera en la Pietrobelli, un comerciante italiano, decide le-
nores recursos. La propuesta no fue aceptada Argentina, Comodoro Rivadavia es una de las vantar su negocio junto al naciente puerto y, a
por el gobierno. La acción de la Comisión, en ciudades más importantes de la Patagonia. comienzos de 1900, recibe por barco los ma-
este último aspecto, es demostrativa del deba- teriales para la construcción de un galpón de-
te sobre la estructura estatal generado a partir En 1897 comenzó el poblamiento de la Co- pósito que se convierte en el primer edificio
de la caída del peronismo. lonia Sarmiento en el centro sur del territo- del pueblo. Al mismo tiempo, los colonos de
La idea de creación de un organismo úni- rio del Chubut. Planteada la necesidad de una Sarmiento comienzan a construir el camino
co de planificación, tal como proponía la Co- salida al mar para los productos de esta colo- hasta el Golfo San Jorge, distante a 160 km.
misión, fue retomada más tarde, en 1961, cuan- nia, y dada la excesiva distancia a los puertos Comienza de esta manera el poblamiento de
do se creó la Administración Federal de la un sitio que es fundado oficialmente en 1901
Vivienda (v.). A. B. con el nombre de Comodoro Rivadavia.
Un grupo de colonos boers llegados de Sud-
Bibliografía: Comisión Nacional de la Vivienda. Plan áfrica a partir de 1902 comenzaron a formar,
de emergencia. Bs. As.: Ministerio de Trabajo y Pre- junto con inmigrantes de otros orígenes, una
visión, 1956; W. Hylton Scott. “Conclusiones sobre población que para 1904 rondaba los 200 ha-
la Comisión Nacional de la Vivienda”. En: Nuestra bitantes. Las sesenta viviendas existentes, en
Arquitectura, n.° 321, abril de 1956; O. Yunovsky. su mayoría de chapas, se asentaban al sur del
Claves políticas del problema habitacional argen- Cerro Chenque, en un terreno que había si-
tino 1955-1981. Bs. As.: CEAL, 1984. do subdividido en forma de cuadrícula y cuya
orientación a rumbo lleno resultó poco apro-
piada debido a la frecuencia de los vientos del
COMISIÓN NACIONAL DE MUSEOS, MONU- cuadrante oeste.
MENTOS Y LUGARES HISTÓRICOS. (v. Pa- La escasez de agua, que era traída desde ma-
trimonio) nantiales distantes, se convirtió en un serio obs-
u VISTA DE LA CIUDAD A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX. táculo. En 1905 llegan los primeros equipos per-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 139


lo que respecta a infraestructura vial y provi-
sión de servicios. Uno de los períodos más im-
portantes en cuanto al desarrollo de este tipo
de obras fue el comenzado en 1945 con la cre-
ación de la Gobernación Militar de Comodoro
Rivadavia, que comprendía el sur de la pro-
vincia del Chubut y el norte de la Provincia de
Santa Cruz. Este período llegó a su fin con la
provincialización de los territorios nacionales
en 1955, año en el cual la ciudad pasó a ser par-
te de la Provincia del Chubut. Una de las obras
más importantes realizadas entonces fue la del
acueducto con el que se aseguró en 1966 la
provisión definitiva de agua, transportándola
desde los lagos cercanos a la colonia Sarmiento.
Junto con el departamento Escalante como
área próxima de influencia la población de Co-
modoro Rivadavia alcanzó en 1991 los 129.229
habitantes. Ello es el resultado de un crecimiento
sostenido durante las últimas décadas, en las
que la ciudad experimentó un gran desarrollo
hacia el sur y el sudoeste, ubicándose allí nu-
u PLANO ACTUAL DE LA CIUDAD. FUE FUNDADA A COMIENZOS DE 1900 PARA DARLE SALIDA MARÍTIMA A COLONIA SARMIENTO . merosos conjuntos de viviendas de interés so-
cial y villas de emergencia. Los cañadones y
foradores. En 1907 las tareas de perforación en tos campamentos que se fueron ubicando a la otros desniveles de las mesetas se han conver-
busca de agua llevan al descubrimiento de pe- vera de los rieles, como el de Diadema Argen- tido en serios obstáculos para la expansión del
tróleo. A partir de este hallazgo, se produce un tina. La apertura de bancos como el Nación y el trazado cuadricular, cortado diagonalmente por
explosivo crecimiento y en solo tres años la po- de Londres confirmó el rol de centro comuni- el borde marítimo. Los espacios residuales re-
blación aumenta de 800 a 3.500. cador y de servicios de Comodoro Rivadavia, sultantes de esta intersección han sido aprove-
El campamento petrolero se ubicó al norte que en cuestión de décadas se convirtió en el chados durante las últimas dos décadas para la
del cerro Chenque, distante a 3 km de la ciudad centro urbano más populoso de la Patagonia, localización de equipamiento y edificios públi-
y el puerto. Esta disgregación señala el comienzo circunstancia que atrajo un gran número de in- cos, como los de la Universidad Nacional de
de un proceso de fragmentación urbana que ca- migrantes del sur de Chile y del NOA. la Patagonia o la terminal de ómnibus. Estas lo-
racterizó la historia de Comodoro Rivadavia y Desde la construcción del depósito de Pie- calizaciones se ven beneficiadas por el fácil ac-
que se acentuaría con la presencia de numero- trobelli, y por espacio de varias décadas, el pa- ceso que brinda la ruta nacional N.° 3 que, si-
sas compañías extranjeras, con sus respectivos norama arquitectónico de la ciudad estuvo do- guiendo el contorno costero, constituyó desde
campamentos ubicados al norte del Chenque. minado por edificios prefabricados que un principio una red vial de primer orden en la
Además de la pertenencia a distintas empresas, agilizaban y simplificaban la construcción en estructura urbana de la ciudad. El sector más
la irregular topografía y el diverso origen de los un medio caracterizado por la casi inexistencia antiguo, ubicado próximo al puerto, se ha con-
habitantes fueron también factores que contri- de materiales aptos para construir. Se trataba vertido en un centro comercial y de servicios en
buyeron a dicha fragmentación. de edificios con estructura de madera y reves- el que es común la construcción en altura. Uno
Los distintos campamentos conformaron timiento de chapas, característicos del litoral de los primeros ejemplos de este tipo de cons-
progresivamente entidades autónomas, donde patagónico. En este primer período la labor trucción fue el edificio erigido como parte de la
la provisión de viviendas y servicios, así como de los arquitectos se limitó a edificios institu- nueva sucursal del Banco de la Nación Argen-
la administración del espacio, estaba bajo con- cionales, como el Banco de la Nación o el Co- tina, cuya construcción se llevó a cabo entre
trol de cada una de las empresas. El poder del rreo que cuentan con la particularidad de tener 1973 y 1976. La renovación edilicia encarada
municipio, que funcionaba desde 1911, se li- techumbres de chapa que los asimila, de algu- por este banco significó la demolición del edi-
mitaba al núcleo existente junto al puerto. De na manera, al ambiente construido existente. ficio original construido en 1920, que en su mo-
todas maneras, este primer núcleo se fue con- El carácter no renovable de los recursos pe- mento sirvió como prototipo para las sucursa-
solidando, gravitando sobre una zona cada vez trolíferos y la transitoriedad de políticas y em- les de Trelew, San Julián, Santa Cruz y Río
mayor del sur del territorio del Chubut, espe- prendimientos hicieron que varias empresas Gallegos, todas ellas proyectadas por el arqui-
cialmente a partir de la construcción del fe- abandonaran el control de sus campamentos, tecto Juan Ochoa (v.).
rrocarril a Colonia Sarmiento, iniciado en 1910 los que se fueron convirtiendo en barrios con Comodoro Rivadavia cuenta actualmente
y finalizado cuatro años después. El ferrocarril serias dificultades de servicios e infraestruc- con escasos edificios que hayan sido objeto de
sirvió para proveer a Comodoro de los produc- tura. En las últimas décadas la ciudad ha ido medidas de protección por su valor patrimonial.
tos agropecuarios de la colonia y para trans- integrando en forma paulatina estos núcleos Entre ellos se destaca la vieja estación del fe-
portar el petróleo hacia el puerto desde distin- poblacionales disgregados, a un alto costo en rrocarril, que alberga hoy a la Dirección Muni-

140 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


com com
cipal de Cultura. Dicho edificio estaba desafec- la Patagonia Todavía somos pioneros”. En: Revista
tado desde 1978, año en que se produjo la clau- summa n.° 245 / 246, 1988; O. de Massi, A. de Paula y
sura definitiva del ramal ferroviario. En 1987 otros. Banco de la Nación Argentina. Acción, pre-
fue refuncionalizado el sitio donde estuvo em- sencia y testimonio en la construcción del país. Bs.
plazado el primer pozo petrolero, a 3 km al nor- As.: Fundación Banco de la Nación Argentina, 1983;
te del centro de la ciudad, construyéndose allí “Museo del Petróleo, Comodoro Rivadavia”. En: Re-
el Museo del Petróleo. El proyecto se organiza vista summa Temática, n.° 30, 1989; M. P. L. Strasser.
a partir de una serie de edificios que retoman Chubut, ensueño y realidad. Comodoro Rivadavia:
la idea del galpón con techo de chapa acanala- 1962; “Sucursal Comodoro Rivadavia del Banco de
da, estructura que ocupa un lugar central en la Nación Argentina”. En: Revista Nuestra Arqui-
la historia de la ciudad y la región. tectura, n.° 499, 1977.
El reemplazo de los sistemas prefabricados
de construcción por la mampostería y el hor-
migón armado ha llevado a revisar la relación COMPAÑÍA DE CONSTRUCCIONES MODERNAS.
de la arquitectura con un medio de caracterís- Empresa privada formada en nuestro país con
ticas topográficas y ambientales extremas. En el fin expreso de construir casas económi-
efecto, un ambiente de mesetas desérticas de cas en la ciudad de Buenos Aires. El resulta- u FACHADA DEL PROTOTIPO BÁSICO.

irregular relieve, expuestas a fuertes vientos do de su labor fue la inauguración, durante la


y con grandes amplitudes térmicas, ha plan- década de 1920, de más de 4.000 viviendas de configuración compacta y dos niveles de des-
teado para la arquitectura la solución de pro- en barrios suburbanos, a través de una acción arrollo, que reducía la superficie de terreno ne-
blemas bien concretos. La arcilla expansiva de que, a pesar de contar con importantes pre- cesaria y permitía sectorizar las habitaciones.
las mesetas, por ejemplo, requiere tipos es- rrogativas del Estado, no alcanzó los objetivos Con esta solución se buscaba asegurar la ren-
peciales de fundación. Los fuertes vientos, por previstos y, por los propios incumplimientos tabilidad de la inversión, por medio de una
otro lado, ponen a dura prueba todos los sis- de la empresa, fue drásticamente interrum- organización que resolvía funcionalmente to-
temas de aberturas y cerramientos, exigiendo pida en 1929. das las necesidades de una familia y al mis-
tener en cuenta el efecto de succión en techos mo tiempo, en su compartimentación, posibi-
así como efectos de aceleración provocados por La Compañía de Construcciones Modernas litaba subalquilar una o más de las habitaciones.
la mala orientación de los edificios. En defini- se constituyó en 1913 bajo la dirección de cons- En la adjudicación de las viviendas, tendrían
tiva, el asentamiento humano en la zona de picuos miembros de la oligarquía angloargen- preferencia empleados y obreros argentinos,
Comodoro Rivadavia ha obligado a sus habi- tina, consolidada por el comercio internacional los que pagarían por ello cuotas mensuales has-
tantes a enfrentar condiciones de habitabilidad y el tendido de vías férreas, con el objeto de ocu- ta cancelar el préstamo hipotecario mediante
extremas, hecho que ha incidido fuertemente parse de la construcción de viviendas de bajo su amortización acumulativa y el saldo corres-
en su cultura. F. W. costo. Con ese propósito, la empresa elevó una pondiente a la Compañía.
primera propuesta concreta al intendente An- A pesar del acuerdo de las partes intervi-
Bibliografía: A. Aguado. Aventuras sobre rieles pata- chorena, solicitando de la Municipalidad faci- nientes, las dificultades surgidas luego del es-
gónicos: Historia del ramal Comodoro Rivadavia lidades para el desarrollo del emprendimiento. tallido de la guerra europea, que trajo apare-
– Sarmiento. Rawson: 1996; C. Dumrauf. Historia Con las pequeñas modificaciones introducidas jados escasez y encarecimiento de los materiales
de Chubut. Bs. As.: 1996; L. Carlos Madueño. “En por una Comisión especialmente creada por el importados para la construcción, resultaron de-
Intendente, el proyecto fue aprobado en octu- terminantes para impedir el inicio de la ope-
bre de 1913 por una Ordenanza que fijaba las ración, aun cuando en 1915 la Ley 9.677 de Ca-
pautas para la realización de un contrato entre sas Baratas introdujo en el artículo 10 su
la Municipalidad de Buenos Aires y la Com- exención de los derechos aduaneros para aque-
pañía. Por dicho contrato, la Compañía se com- llos casos en que se los utilizara en la realiza-
prometía a construir 10.000 viviendas de no ción de viviendas económicas. En un momen-
menos de 5 piezas, a razón de 2.000 por año, to en el que los metros cuadrados construidos
en terrenos de su propiedad que debían situarse en Buenos Aires durante el quinqueño de 1915
a menos de cuatro cuadras del paso de líneas a 1919 se redujeron casi seis veces con respecto
del ferrocarril o de tranvías. Como contrapar- al anterior de 1910 a 1914, tanto el Estado a tra-
tida, la Municipalidad crearía títulos de deuda vés de la Comisión Nacional de Casas Bara-
pública interna, con el nombre de Bonos Hi- tas (v.), como la Unión Popular Católica Ar-
potecarios de Construcciones Económicas, que gentina (v. Vivienda de interés social), se vieron
serían entregados a la Compañía en calidad de imposibilitados de llevar a cabo iniciativa al-
préstamo por 2/3 el valor de cada casa, consti- guna hasta después de superado el conflicto
tuyéndose, después de finalizada su construc- internacional. Una vez alcanzada una mayor
ción, una hipoteca de primer grado a favor del estabilidad económica, la propuesta de la com-
Estado. La tipología promovida comprendía ex- pañía fue retomada y, en vistas de la falta de
u VISTA ACTUAL DE LA CIUDAD. clusivamente un modelo de vivienda individual, resultados concretos del contrato firmado en

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 141


1913, se estudiaron algunas modificaciones a viendas espejadas en los dos sentidos, que, al
través de una Ordenanza de 1922, que fijó las repetirse unas 6 veces sobre un eje longitudi-
condiciones para la realización de un segundo nal, configura cada una de las tiras.
contrato más ventajoso para la compañía. Di- La estrechez de los pasajes se veía acentuada
cho contrato dio por resultado la inauguración por la altura de las viviendas, compuestas por
de cinco conjuntos: el primero de 623 vivien- dos niveles de habitaciones de características
das ubicadas frente al Parque Chacabuco (ave- tradicionales, sobre la línea municipal, aun
nida Asamblea y calles Emilio Mitre, Del Bar- cuando las más pequeñas habitaciones de ser-
co Centenera y Zuviría); el segundo de 650 vicios, apiladas en un sector diferenciado y re-
viviendas (avenida Segurola y calles César Dí- trasado, ofrecían alguna variante en la organi-
az, San Blas, Sanabria y Magariños Cervantes); zación de la fachada, que ampliaba el espacio
el tercero de 1.680 viviendas (calle Lisandro de exterior. Con esta diferenciación volumétrica
la Torre, Boquerón, José León Suárez y Coro- y jerarquización de las habitaciones principa-
nel Falcón); el cuarto de 384 viviendas (calle les, quedaba configurada una tira articulada
Nazca, Álvarez Jonte, Cuenca y Juan García); por movimientos que producen pequeñas in-
y el último de 902 viviendas (avenidas Varela terrupciones en las tiras continuas.
y Bilbao y calles Bonorino y Santander). La monotonía de los conjuntos se vio ape-
Todos estos barrios, carentes de espacios de nas disimulada por esos pequeños movimientos
uso público o de alguna forma de equipamiento u EL SISTEMA TIENE VIVIENDAS APAREADAS. de fachada y los remates que, siguiendo las su-
—social, comercial o cultural—, se conforma- gerencias del Concejo Deliberante, incorpora-
ron a partir de una especulativa repetición de ralelos establece su conexión con el exterior. ron ornamentos de gran diversidad estilítica a
viviendas iguales contenidas en manzanas “ta- Las parcelas resultantes comúnmente poseen efectos de generar elementos identitarios en
llarín”, resultado de la partición de la manzana 75 m2 cuadrados (8,66 por 8,66 m) y llegan a cada unidad de vivienda. Aun con estos ínfi-
tradicional en cuatro tiras paralelas, a efectos 95 m2 solo en las esquinas (8,66 por 11 m), mos detalles diferenciadores, su aspecto ge-
de obtener el máximo aprovechamiento de la manteniéndose en todos los casos la tipología neral y la desmedida densidad con la que se re-
tierra para la disposición de las viviendas. En- prevista en el contrato de 1913 y el agrupamiento cortaban en zonas semirurales, motivaron
tre ellas, una sucesión de pequeños pasajes pa- básico consistente en la disposición de 4 vi- fuertes críticas del urbanista alemán Hege-
mann (v.), quien vio en esas largas y austeras
calles, más que a un barrio, un cementerio.
En su distribución funcional, las viviendas
presentaban una organización más compacta y
racional que las contemporáneas Casas Bara-
tas, por conformarse a partir de una circulación
central que abastecía los dos sectores básicos de
la casa: a un lado las habitaciones principales,
que en planta baja se sucedían facilitando una
relación que se acerca a la moderna concepción
de único espacio de estar-comedor; y al otro las
de servicio, que concentran todas las funciones
sanitarias en un único cuarto de baño.
Luego de que la insatisfacción por los re-
sultados inmediatos del emprendimiento mo-
tivó la incursión de la Municipalidad de Bue-
nos Aires en forma directa en el tema de la
vivienda económica, el Concejo Deliberante
creó una Comisión Asesora para estudiar el
avance de las obras de la Compañía. La falta de
colaboración de funcionarios municipales no
le permitió a aquella Comisión cumplir con
sus objetivos y poco después fue disuelta. Sin
embargo, en 1928, a raíz de la alteración de los
precios fijados y comprobándose que no habí-
an sido construidas las unidades estipuladas
(en 6 años se realizaron 4.239 y no las 6.000
previstas), se creó una nueva Comisión Inves-
tigadora y, finalmente, a partir de la propues-
u LA COMPAÑÍA DE CONSTRUCCIONES MODERNAS IMPUSO SUS PROTOTIPOS EN MCUHOS BARRIOS PORTEÑOS. ta del Concejal socialista Américo Ghioldi,

142 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


com con
en 1929 se rescindió el contrato, pasando las Graduado en la Royal Academy de Londres, zalde 2819. Proyectó también el Club Argen-
viviendas construidas a poder de la Municipa- llegó al país en 1888. Se radicó en Rosario, don- tino de Bahía Blanca. Fue presidente de la SCA
lidad de Buenos Aires. de realizó el trazado del pueblo de Fisherton. entre 1918 y 1927.
Los incumplimientos de la CCM hicieron En 1898 se trasladó a Buenos Aires con el car-
que este emprendimiento alcanzara solo una go de Arquitecto del Ferrocarril Central Ar- Bibliografía: F. Ortiz, R. Gutiérrez, A. de Paula, G. Vi-
parcial materialización, con deficiencias cons- gentino. Allí cumplió una intensa labor, reali- ñuales y otros, La arquitectura del liberalismo en
tructivas en las viviendas realizadas y otorga- zando más de cuarenta estaciones para dicha la Argentina. Bs. As.: Sudamericana, 1968.
miento a un valor creciente, superior al de las empresa, entre las cuales se encuentra la es-
Casas Baratas, que terminó siendo inalcanza- tación Retiro de Buenos Aires y la sede del Fe-
ble para los sectores más bajos de la sociedad. rrocarril en 25 de Mayo y Alem (1900), así co- CONI, PEDRO J. Buenos Aires, 1856 - íd., 1935.
Las características formales resultantes de la mo el edificio de ajustes juntamente con Ingeniero.
organización especulativa funcional de las uni- Chambers (v.) y Thomas en Paseo Colón y Al-
dades y los conjuntos provocaron enclaves de sina (1907). Trabajó en el Ferrocarril Oeste desde 1880.
exagerada densidad y pasajes de conexión con Realizó un importante número de obras de Dirigió las obras que, desde La Plata, partían ha-
limitadas condiciones de iluminación y ven- variado tipo como el Hospital Alemán de Ro- cia el Sur y el Oeste. Proyectó además el Semi-
tilación. A pesar de estos desaciertos y del es- sario, el Hospital Británico de Buenos Aires, nario Eclesiástico de Villa Devoto (1896) y, en
candaloso final, el emprendimiento resulta sig- el frigorífico Smithfield de Zárate, el edificio colaboración con Christophersen (v.), realizó un
nificativo por representar la primera incursión de Resguardo y Capitanía de Tigre, la cervece- proyecto para Facultad de Ciencias Exactas.
masiva de una empresa privada que, parcial- ría Río Segundo, las sedes del Banco de Lon-
mente subsidiada por el Estado, encaró la rea- dres y América del Sur de Buenos Aires y Ro- Bibliografía: F. Ortiz, R. Gutiérrez, A. de Paula, G. Vi-
lización de viviendas económicas a través de sario, y la Nothern Assurance. ñuales y otros, La arquitectura del liberalismo en
una avanzada de la urbanización sobre zonas Con los arquitectos Follet (v.) y Farmer pro- la Argentina. Bs. As.: Sudamericana, 1968.
periféricas de la ciudad de Buenos Aires. G. V. yectó en Buenos Aires el edificio de la mue-
blería Thompson en Florida al 800 (1914), los
edificios Harrod’s en Florida 821 y 877, en los CONJUNTO HABITACIONAL. m. Vivienda agru-
CONDE, AGUSTÍN. S/d (España), 1756 - Bue- años 1914 y 1918 respectivamente. También la pada que combina distintas tipologías. El tér-
nos Aires, 1822. Maestro de Reales Obras. serie de tiendas Gath y Chaves en Buenos Ai- mino comenzó a usarse a principios de 1960
Activo en Buenos Aires entre fines del siglo res, Cangallo (hoy Perón) y Florida (1925), en (anteriormente se empleaba “barrio de vi-
XVIII y comienzos del siglo XIX. Rosario (1928), en Paraná, Santa Fe y Con- vienda”). Su adopción es indicativa de la am-
cordia. En Quilmes, la sección primaria del Co- pliación de un léxico técnico relacionado con
En 1796 diseñó la Oficina de Resguardo, legio San Jorge. los emprendimientos de vivienda masiva, en
de madera sobre pilotes, en la Boca del Ria- Conder practicó una arquitectura de carác- su mayor parte construidos o financiados por
chuelo. Diseñó en 1802 los dos cuerpos bajos, ter ecléctico, realizando obras con motivos de- el Estado. Estos se iniciaron en 1946; la ar-
en medio de la Plaza Mayor (v.), que luego cons- rivados del Clasicismo en las áreas centrales quitectura y el planeamiento urbanos fueron
tituirían la Recova Vieja. Este proyecto fue mo- de las ciudades, y de carácter pintoresco en las adoptándolos como campo específico de es-
dificado y construido luego por J. B. Segis- zonas suburbanas; ejemplo de esto último son tudio y proyecto. El diseño y la reflexión so-
mundo. También se encargó de las obras de la las estaciones suburbanas de Ferrocarril. Sus bre los conjuntos habitacionales ha estado
Catedral en los años previos a las invasiones in- edificios más interesantes son los construidos condicionado por tres cuestiones: 1) las po-
glesas. Entre 1815 y 1821 trabajó en la repara- para las grandes tiendas como Harrod’s o Gath líticas de vivienda del Estado, ya que el en-
ción y reforma de la cárcel del Cabildo. Según y Chaves, donde intenta adaptar la ornamen- cuadre de las operatorias tendían a favorecer
de Paula, aunque poco se sabe de su produc- tación de tradición clasicista a la estructura de o limitar el desarrollo de tendencias arqui-
ción, puede ubicárselo en la corriente de tran- hierro de grandes luces propia de este nuevo tectónicas y urbanísticas; 2) el debate sobre
sición entre el Barroco bonaerense del siglo tipo de programas. la ciudad, ya que se ha considerado a los con-
XVIII y un incipiente Neoclasicismo popular. juntos como modelos de una ciudad posible;
3) las representaciones de la sociedad elabo-
Bibliografía: A. de Paula. “La recova de la Plaza Ma- CONI MOLINA, ALBERTO. Buenos Aires, 1883 radas por la disciplina, provenientes tanto del
yor de Buenos Aires”. En: Anales del IAA. N.º 30, – íd., 1962. Arquitecto. Activo en Buenos Ai- debate político como de la reflexión socioló-
1994-1995. res en las primeras décadas del siglo XX. gica (las imágenes de la “comunidad”, como
grupo social integrado, han guiado reflexiones
Tuvo originalmente su estudio con el ar- y proyectos) (v. Vivienda de interés social).
CONDER, EUSTAQUIO LAURRISTON. S/d, quitecto J. Durand (v.). Realizó un proyecto pa-
1863 - s/d, 1935. Arquitecto. Junto con los ra el edificio del Jockey Club. Construyó la clí- Hasta mediados de la década del cincuen-
arquitectos Follet y Farmer conformó un es- nica de Pedro Escudero en Paraguay 970 y el ta, los “barrios de vivienda” consistían en agru-
tudio de amplia producción en el período de panteón de Roberto Quirno en la Recoleta pamientos de viviendas individuales (v. Ciudad
expansión y crecimiento económico que se (1910). Realizó diversas residencias particula- jardín) o pabellonales (v. Pabellón). En los primeros
cierra en 1930. Fue uno de los autores de la res, entre ellas cabe mencionar, Sgo. del Es- existía una mayor diversidad tipológica, mien-
estación Retiro en Buenos Aires. tero 1139 (1910), Juncal 2123, y Rufino de Eli- tras que los segundos solían resolver el con-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 143


junto a través de la repetición de una misma
unidad de agrupamiento colectiva (bloque o pa-
bellón); la célula, en cambio, no se identificaba
desde el punto de vista morfológico. Una ca-
racterística que se mantendría a lo largo de la
historia de los conjuntos hasta alrededor de
1980 es su ubicación en sectores de baja ocu-
pación o consolidación urbana, ya que se ele-
gían predios de dimensiones importantes, ca-
paces de eludir los fuertes condicionantes de
los lotes convencionales. En muchos casos, los
conjuntos formaron el elemento central de ope-
raciones de renovación y saneamiento de sec-
tores urbanos degradados o poco consolidados
(Bajo Belgrano, 1949; Bajo Flores, 1946, etc.).

PERÍODO 1955-1965:
A partir de 1955 comenzaron a privilegiar-
se los conjuntos de alta densidad, mientras que
las viviendas individuales quedaban dentro de
la órbita de los créditos individuales. Los gran-
des conjuntos de este momento corresponden
en su mayor parte a la acción directa o a la fi-
nanciación del BHN (v.) a través de sus distin- u ALTA DENSIDAD. VISTA DEL CONJUNTO HABITACIONAL LUGANO I Y II EN BUENOS AIRES.

tas operatorias. En los conjuntos de alta den-


sidad se comenzó a ampliar el campo de formación menos condicionada de los espacios situaciones urbanas. Estas preocupaciones se
soluciones utilizadas. Por un lado, continuaron libres (Catalinas Sur). Otros ejemplos: bloques desarrollaron con peso dentro del campo dis-
los desarrollos pabellonales, impuestos desde de vivienda en Tucumán (1962, IPST); bloques ciplinario hasta mediados de la década del se-
principios de la década del treinta y asociados de vivienda en Segurola y Vergara (Vicente Ló- tenta.
con el urbanismo CIAM (v.). Un ejemplo es el pez, 1965, Aslán y Ezcurra (v.)); bloques de vi- Ellas proponían el ingreso al debate de cues-
conjunto del BHN, de Onetto, Ugarte y Ballvé vienda en Lascano y Emilio Lamarca (1965, Sa- tiones consideradas ausentes en el urbanismo
Cañás (1960), donde tres bloques paralelos to- las y Billoch); bloques de unidades dúplex en moderno: la ciudad existente, el espacio y la
man el ancho del terreno, con amplios jardines Salta (Larrán, Guzmán, González, 1966). cultura urbanos. Estas temáticas se transfor-
intermedios; otro, las viviendas en Isla Maciel man en presencias permanentes en el debate
(1962) (v. W. Acosta). Por otro lado, se introduje- PERÍODO 1965-1976-1978: sobre el habitar masivo; sin embargo, la rup-
ron como innovación los bloques de perímetro A fines de los cincuenta, se inició un pro- tura inicial se caracteriza por sus particulares
libre, con servicios centrales, como en el caso ceso de revisión de las arquitecturas que habí- interpretaciones. El “mundo real” era obser-
de las “torres en la Boca” (BHN, 1954, Peani, an caracterizado los primeros planes masivos. vado en clave moderna, proponiendo una mi-
Katzenstein (v.), Santos, Solsona (v.), o el con- Una crítica de contenido político y social sobre rada que lo consideraba, pero que se negaba a
junto Catalinas Sur (BHN, 1962, Kocourek (v.), las experiencias realizadas se articulaba con el repetirlo. Se buscaba crear a partir de lo exis-
Susta, Garrone). Esta disposición se generali- viraje en el debate arquitectónico internacional. tente, aunque poniendo el acento en la crea-
zaría a partir de su incorporación a la regla- La ruptura que los jóvenes miembros del Te- ción de una realidad nueva. De esta forma se
mentación de propiedad horizontal. Pero, a di- am X producían con los líderes del urbanismo mantenía la voluntad modernista por reelabo-
ferencia de los edificios en propiedad horizontal, moderno en el CIAM, realizado en Otterlo rar lo existente y el placer por lo nuevo: las pro-
condicionados por los lotes urbanos conven- (1959), Holanda, fue un hecho emblemático. puestas de los sesenta se presentan dilatando
cionales, los conjuntos permitieron una amplia Los grandes conjuntos construidos a par- el campo de visibilidad de la Arquitectura Mo-
experimentación sobre las formas de plantas tir de tal momento (que en la Argentina co- derna, sin renunciar a sus principios.
en torre. En general, los conjuntos de este mo- mienza a observarse a mediados de la década Como ejemplos pueden citarse una serie
mento continuaban basándose en la repetición del sesenta) compartieron con las propuestas de conjuntos proyectados por el estudio Man-
de un mismo elemento. Las direcciones en que anteriores la alta densidad, la gran dimensión, teola, Sánchez Gómez, Santos, Solsona, Viñoly
se organizaban respetaban las mejores orien- el uso de grandes áreas urbanas sin fracciona- (v. MSGSS), entre 1966 y 1969 —Acoyte, Barra-
taciones para los bloques, en general oblicuas miento, y el alto costo. Pero se diferenciaban cas, Las Heras y Rioja—, donde experimenta-
con respecto al trazado del damero urbano. Por de ellos al explotar al máximo las posibilidades ban recursos de integración urbana para con-
la configuración geométrica de sus plantas y de variación tipológica de los elementos com- juntos de alta densidad ubicados en sectores
sus condiciones de iluminación y ventilación, ponentes, introducir espacios intermedios en- consolidados, sintomáticos de las nuevas acti-
los bloques de perímetro libre permitieron una tre ciudad y vivienda, reflexionar sobre lo pú- tudes frente a la ciudad. Desarrollando plan-
ocupación del suelo que posibilitaba una con- blico y lo privado en la ciudad, recreando teos de Alison y Peter Smithson en el edificio

144 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


con con
“Economist” (Londres, 1960-1964), los pro- sobre las calles. La misma alteridad con res-
yectos discutían la idea de conjunto producido pecto a la ciudad tradicional se observa en la
por adición de elementos exentos —caracte- ausencia de resoluciones de borde.
rístico de la Arquitectura Moderna— y recu- Las ideas de trama (primer premio) y raci-
rrían al vacío —plaza— para articular lo nue- mo (tercer premio: Manteola, Sánchez Gómez,
vo con el medio existente. También se evidencia Santos, Solsona, Viñoly) discutían formas de
la incorporación del “usuario”, en la atención articulación de los conjuntos a partir de sus
prestada por los proyectistas a los espacios pú- elementos constitutivos; las leyes de genera-
blicos o semipúblicos, entendidos como espa- ción de un nuevo habitar eran puestas de ma-
cios de uso. Se perseguía la “vitalidad urbana”: nifiesto en los proyectos. La tendencia de la Ar-
la lección que se extraía de la ciudad tradicio- quitectura de Sistemas (v.), dominante en el
nal no era su forma concreta sino su riqueza momento, prestaba especial atención al pro-
vital, la relación entre la arquitectura y la gen- ceso de diseño entre la unidad y la totalidad.
te, olvidada por el urbanismo moderno, crea- El énfasis en el reconocimiento de la uni-
dor de “ciudades disecadas”. dad dentro del conjunto se debía también a
Otro ejemplo central del período fue Lu- una consideración del individuo. La “identi-
gano I y II que, a la inversa de los anteriores, dad” era un problema del momento, que apun-
se localizaba en un sector sin ocupación (10.700 taba a la creación de espacios y formas com-
viviendas proyectadas, 1965). Allí la construc- prensibles e identificables por el individuo
ción de conjuntos sobre la base de bloques pa- sobre la base de sus características visivas an-
ralelos fue abandonada, siguiendo también re- tes que a partir de valores culturales. En tal con-
ferencias inglesas, como Sheffield, en favor de cepto se justifica la obsesión por la variedad
láminas articuladas que adoptaban distintas formal, la expresión individual de las células, u CONJUNTO SOLDATI EN BS. AS., DE STAFF.

direcciones conformando los espacios abier- la introducción de situaciones novedosas, la


tos. El proyecto comprendía también la cons- incorporación del color y las macrográficas.
trucción de torres cruciformes y circulaciones Este tipo de conjuntos siguió desarrollán-
en altura, como comunicación de las partes del dose hasta fines de la década del setenta, en al-
conjunto. Lugano, en el Parque Almirante gunos casos dentro de la normativa FONAVI
Brown, rodeado por sectores urbanos de esca- (v.), en Capital Federal. Un ejemplo lo consti-
sa densidad y baja ocupación, creaba imáge- tuye el conjunto Piedrabuena (1974-1979, 2.100
nes de fuerte densidad urbana donde ella no viviendas, Manteola, Sánchez Gómez, Solso-
existía. Antes que en una adaptación al entor- na (v.) Viñoly; Sallaberry, Tarsitano; Aslán y Ez-
no, la propuesta consistía en “crear ciudad”. curra), donde, en un sistema más elaborado
Esta situación fue más frecuente que la in- que el de Lugano, láminas de gran altura arti-
serción urbana del conjunto Rioja. culadas por columnas de servicios, conforma-
En 1968 se implementaron los PEVE (v.) ban espacios abiertos controlables y servían de
que, a partir de la población a la cual iban di- fondo visual a las tiras bajas.
rigidos, introducían el tema de la vivienda de Algunas propuestas innovaron principal-
bajo costo, a la vez que enfatizaban otros pre- mente en la forma de gestión y construcción.
sentes en proyectos anteriores. Por tratarse de La radicación de Villa 7 (Barrio Justo Suárez,
planes de erradicación de grupos humanos ya 1971, Comisión Municipal de la Vivienda, 122
consolidados, los problemas de los espacios de viviendas), por ejemplo, incorporaba la parti-
asociación identitarios pasaron a primer pla- cipación de los usuarios en la elección de ti- u BARRIO CENTENARIO EN SANTA FE.

no. En un momento de intensa politización de pologías y diseños tanto como la autocons-


la vida nacional, estos temas adquirían una trucción. El sistema UNNE-UNO (Universidad
fuerte carga ideológica. del Nordeste (v.), Pelli (v.) y equipo, 1973) pro-
El PEVE de 1.300 viviendas para Florencio ponía la ejecución de un módulo estructural
Varela (1973) puede considerarse emblemáti- repetitivo, que admitía diversas combinacio-
co de las preocupaciones dominantes. El pri- nes en cuanto a agrupamiento, quedando los
mer premio —Goldemberg, Bielus y Wains- cerramientos a cargo de los usuarios. Este ti-
tein-Krasuk (v. Staff)— proponía una trama po de desarrollo fue limitado por varios moti-
donde tiras bajas de vivienda generaban pla- vos. Por un lado, las experiencias de partici-
zas o “espacios de asociación”. Intentando cre- pación directa solo eran aplicables a conjuntos
ar una nueva estructura urbana que emulara pequeños. El peso de las grandes empresas
la riqueza y vitalidad de la ciudad tradicional; constructoras fue determinante de los proyec-
el proyecto no vacilaba en acudir a recursos in- tos y formas de gestión. Por otro, las accio-
existentes en ella, como las viviendas puente nes sobre vivienda estaban inspiradas desde u CONJUNTO ARROYITO EN CÓRDOBA, DE GGRUP.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 145


PERÍODO 1976-1978 EN ADELANTE:
los planes PEVE se interrumpieron a par-
tir del golpe militar. También, en un cambio
gradual, su arquitectura y sus modalidades de-
jaron de ser modelos para la vivienda agrupa-
da. Los nuevos modelos se desarrollarían en
este período dentro del marco de los planes
FONAVI (v.). Estos, destinados a ser desarro-
llados en todo el país y priorizando la cons-
trucción en el interior, impusieron conjuntos
más pequeños, y de densidades baja y media.
La primera respuesta a los FONAVI consistió
en aplicar a pequeños conjuntos conceptos y
tipologías elaborados en el período anterior.
Este cambio de contexto implicó desplaza-
mientos, sobre todo en cuanto a integración
a tramas urbanas existentes, aunque sin que
se abandonara el carácter de “creación nueva”
que había caracterizado a la década anterior
(Conjunto en San Pedro, Jujuy, 240 viviendas,
M. A. Roca (v.), 1978; conjunto en Junín (250
u LA VARIEDAD DE COLOR INTENTA DAR IDENTIDAD A LOS DISTINTOS SECTORES DEL CONJUNTO SOLDATI, DE STAFF. viviendas, Morea, G. Mérega, R. Mérega, Ur-
sini, Monaldi, 1978-1981).
sus orígenes en la provisión de viviendas nue- mo una fuerte apuesta a las posibilidades de En 1978, el conjunto para 1.289 viviendas
vas y completas. Solo en años recientes, con la transformación de la ciudad y la sociedad exis- en Santa Fe (Barrio Centenario, Baudizzone,
declinación de la acción estatal, se comenzó a tentes, que, aunque desmentidas por la his- Díaz, Erbin, Lestard, Varas (v.)), daba un paso
pensar en soluciones alternativas (provisión de toria posterior, eran un dato insoslayable en el más allá proponiendo casas colectivas con pa-
lotes y servicios, autoconstrucción, viviendas momento de proyecto de estas obras. tio central que siguiendo la línea municipal,
semiterminadas, etc.). El conjunto Nazca (1981-1982, Baudizzo- recuperaban la volumetría tradicional de la
Los grandes conjuntos de las décadas del ne, Erbin, Varas, Lestard), uno de los últimos manzana. El proyecto marcaba el ingreso de
sesenta y setenta han recibido fuertes críticas proyectos de grandes conjuntos (emprendi- nuevas tipologías y formas de relación con la
de distinto tipo: 1) urbanístico: autosegrega- miento privado), marca ya grandes diferencias ciudad, retomando las reflexiones de Aldo Ros-
ción, falta de integración al medio urbano; 2) con los anteriores. Se trata de un basamento si (v.) y, en general, las corrientes “contextua-
arquitectónico: ausencia de control del con- bajo sobre la línea municipal, que conforma listas” del debate internacional, que se articu-
junto, indeterminación formal, obsolescencia, una plaza en el centro de manzana, donde se laban con una fuerte crítica a las propuestas
grandes exigencias de mantenimiento; 3) so- alzan cuatro torres de vivienda de planta cir- urbanísticas de la Arquitectura Moderna.
ciológico: ausencia de participación del usua- cular. La simetría, la estricta definición volu- La década del ochenta sería el momento de
rio (con excepciones), inobservancia de tradi- métrica del conjunto y las nuevas tipologías difusión y generalización de estas nuevas ten-
ciones culturales. Sin embargo, la producción utilizadas indican la búsqueda de un nuevo or- dencias, tomadas también por el Estado, al in-
del período merece ser rescatada como uno de den para este tipo de obras. corporarlas a la normativa de sus emprendi-
los momentos más ricos de experimentación mientos habitacionales. La revitalización de la
en vivienda masiva, y como el intento de pro- operatoria FONAVI en 1983 dio origen a una
ducción de obras habitacionales más comple- serie de concursos de anteproyectos bajo nue-
jas que registre la historia de los conjuntos ha- vas directivas de los Institutos Provinciales de
bitacionales en la Argentina. Los problemas de Vivienda, que transformaron definitivamente
mantenimiento que presentan los conjuntos las características de los conjuntos: 1) eran em-
se deben en gran parte a situaciones políticas prendimientos de pequeña escala (100 o 200
que se tradujeron en la merma de la asisten- viviendas), a ejecutarse principalmente en el in-
cia económica y social del Estado para los con- terior, en ciudades de menor rango que las ca-
juntos, habitados por una población de esca- pitales provinciales; 2) privilegiaban la vivien-
sos recursos, cuya situación económica no hizo da individual, o la colectiva de altura baja o
sino empeorar a partir de la dictadura militar media (2 a 4 niveles); 3) requerían respeto por
de 1976. El momento de construcción de es- las condiciones ambientales y técnico cons-
tos conjuntos contaba con un horizonte opti- tructivas locales, así como de las necesidades
mista en cuanto a la intervención estatal. El psicofísicas de los usuarios; 4) debían exigir un
problema de la alteridad con respecto a la ciu- u TORRES EN LA BOCA, DE PEANI, KATZENSTEIN, SANTOS Y mínimo costo de mantenimiento, evitando su
dad tradicional puede ser visto también co- SOLSONA (BHN, 1954). prematura obsolescencia, física, cultural y tec-

146 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


con con
nológica. Estas nuevas condiciones de los pro- nes de las dos tipologías.
gramas llevaban implícita una crítica a los gran- El condicionamiento de los conjuntos a las
des conjuntos de los años sesenta y setenta, que características urbanas existentes no se limitó
era un tema común del debate arquitectónico a los emplazados en el interior del país, sino
desde fines de la década del setenta. que también se observa en ciudades de alto ni-
A través de estas condiciones, los nuevos vel de urbanización. Tal es el caso de los pro-
conjuntos guardan relaciones de semejanza yectos de Comisión Municipal de la Vivienda
con los realizados entre principios de siglo y en Capital Federal. Para el Parque Almirante
los años cuarenta, ya que se observa un pre- Brown (Sector E, 1.232 viviendas, 1984) se pro-
dominio de las construcciones bajas, una ade- yectaban conjuntos pabellonales de planta en
cuación a las manzanas urbanas convencio- “L” (10 niveles), de alta densidad, recreando
nales y una aceptación de las preferencias de manzanas, al prolongar las calles existentes y
los usuarios. El mayor problema ya no consis- proponer un uso perimetral del suelo en las
tiría en la creación de nuevas situaciones ur- mismas. En otros sectores de la capital, donde
banas, sino en la integración a lo existente, que se rehabilitaban construcciones existentes, la
en no pocos casos fue sinónimo de mímesis. Comisión proponía conjuntos de baja densi-
En el conjunto de 200 viviendas en Arroyito dad: Barrio Presidente Rivadavia (Nueva Pom-
(1983, primer premio: Gramática, Guerrero, J. peya, 1984); Barrio Presidente Illia (1984). En
G. Pisani, Rampulla, Urtubey y J. R. Pisani (v.)), este último, además de reelaborarse las man-
los autores van más allá en esta relación y uti- zanas tradicionales, se emplea una imagen de
lizan formas que sugieren una relación con la “chalé”, reconocible para público y usuarios.
historia de los conjuntos de vivienda, por su La utilización del término “barrio” en estos ca-
semejanza con las viviendas proyectadas por sos es sintomática de la consolidación de un
Juan Kronfuss en el Barrio San Vicente (1920- cambio de actitud sobre los diseños de con-
1924), uno de los primeros barrios obreros de juntos habitacionales (del lenguaje técnico al
Córdoba. En el conjunto de 200 viviendas en lenguaje popular sobre la ciudad). u AXONOMETRÍA DEL CONJUNTO LUGANO I Y II.

Argüello (primer premio, Moscato y Schere (v.), Aunque este es un tema abierto, algunos
1983), se recuperan las tradicionales tipologí- proyectos realizan críticas a estas formas de re-
as de “casa chorizo”. Un tema de los años se- solución que comportaban un rechazo a las ex-
senta, la “identidad”, era aquí retomado con periencias de la vivienda masiva entre 1940 y
una nueva inflexión: el de la identidad cultu- 1980. En el conjunto de 200 viviendas para
ral del usuario, distinta del reconocimiento vi- el Bajo Flores (1987, primer premio Erbin y
sivo del individuo planteado anteriormente. Rozanwasser), frente a otras propuestas que
En cuanto a la casa colectiva en estos con- reiteraban el tema de los patios, los autores vol-
juntos, se impone el modelo de casa con patio vían a un esquema de tiras o pabellones para-
central, siguiendo la experiencia de Antonio lelos de 3 niveles. Planteaban que en los años
Díaz (v.) en el conjunto Centenario. El tipo re- sesenta se había indeterminado la forma de los
toma también una experiencia histórica, la conjuntos, provocando su autosegregación. En
de ciertas casas colectivas (v.) renovadoras de la los ochenta se había predeterminado su forma,
década del veinte, por ejemplo, Los Andes de hecho que provocó una extensión irreflexiva
F. Bereterbide (v.). Pero el sentido con que se del tejido urbano. El proyecto pretendía reco-
retomaba en los años ochenta contradecía al ger el legado de ambas tendencias, alejándose
original: la propuesta de Bereterbide no trata- de la autonomización y del sometimiento a las
ba de enfatizar la manzana tradicional, sino de características urbanas que habrían caracteri-
disolverla, a través de la introducción de pa- zado los dos momentos anteriores. A. B.
bellones. Otro ejemplo de la generalización de
esta tipología es el conjunto de 200 viviendas Bibliografía: summa, n.° 9, agosto de 1967; summa, n.°
en San Fernando del Valle de Catamarca (pri- 10, septiembre de 1967. “FONAVI: conjuntos habi-
mer premio: Camarda, Crivos, Risso, 1988). tacionales”. En: summa, n.° 136, mayo de 1979. “Vi-
En el conjunto de 200 viviendas para Rosario viendas en la Argentina, punto y seguido”. En: sum-
(primer premio: L.E. Ibarlucía), se resumen ma, n.° 192, octubre de 1983. “Vivienda en la
dos formas de resolución típicas de los con- Argentina: diagnóstico y perspectivas”. En: sum-
juntos del momento: viviendas individuales en ma, n.° 208/9, enero-febrero de 1985.
tira y colectivas en patio, vinculadas solamen-
te por el trazado urbano. A diferencia de los
conjuntos de las décadas anteriores, no se en- CONSERVACIÓN (v. Patrimonio) u CORTE DEL EDIFICIO EN TIRA PARA EL CONJUNTO URBANÍS-

sayan vinculaciones plásticas ni combinacio- TICO CASA AMARILLA EN BUENOS AIRES, 1943 DE A. BONET.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 147


CONTEMPORÁNEA (ARQUITECTURA). adj. Se tinacionales al amparo de una fuerte interven- tectura Moderna y el abandono, e incluso el
dice de la arquitectura que se corresponde con ción estatal, mientras que en el plano discipli- repudio, de las formas académicas aún vigentes
nuestro tiempo. Más aun: se califica como nar, la arquitectura continuó la búsqueda de sa- a mediados de la década de 1950. En todo el
“contemporánea” a la producida durante un lidas a la crisis generadas por la ilusión de país, pero especialmente en las principales
período en que el uso del adjetivo “moder- homogeneidad del International Style y del Fun- ciudades, las facultades de arquitectura vivie-
na” resulta innecesario, por cuanto la arqui- cionalismo, exasperando las fórmulas ya seña- ron en la siguiente década un período dorado
tectura ya no puede ser concebida de otro mo- ladas en el período anterior. Por pura coinci- que en la mayor parte de los casos se inte-
do. Es necesario advertir que al finalizar el siglo dencia, el desengaño acerca de la solidez de los rrumpió bruscamente con la intervención a
XX se atravesó un nuevo límite que quizás re- dogmas modernistas coincidió con la debacle las universidades decretada por el general On-
quiera en el futuro una nueva designación, por del último gobierno militar del siglo XX. ganía en 1966.
cuanto en las últimas dos décadas el impera- Articulándose con los cambios de la socie-
tivo de la Modernidad para la arquitectura fue dad de los distintos modos que analizaremos NUEVOS PROGRAMAS.
puesto nuevamente en cuestión (Postmoder- enseguida, a diferencia de los años preceden- Durante la primera parte de este período,
nismo, Deconstructivismo, etc.). Por este mo- tes, un factor que caracterizó a esta primera el debate arquitectónico giró en torno de temas
tivo, por razones de organización de este dic- etapa fue la puesta en crisis de las tentativas hasta entonces inusuales. La promulgación de
cionario y a pesar de que el concepto incluye, de síntesis entre Forma y Reforma que por dis- una ley de radicación de capitales impulsó un
como es obvio, lo producido en nuestros días, tintas vías eran intentadas en la primera mi- gigantesco proceso de transformación por el
desarrollaremos la “arquitectura contemporá- tad del siglo. que, luego de un largo tiempo de relativa in-
nea” de manera convencional y a falta de otro En una dirección se desarrollarían durante trospección, el país abrió sus puertas a la en-
modo de designarla, como aquella que se co- este período corrientes que apuntaban a los cam- trada de grandes empresas de origen multi-
rresponde con el período de maduración de bios en la sociedad como condición previa a to- nacional.
los modernismos arquitectónicos, entre 1960 da definición formal; en dirección opuesta co- Junto a la radicación del gran capital pri-
y 1980. Trataremos el período que va de 1980 menzó a admitirse la posibilidad de trabajar en vado, parte de la misma política fue la promo-
a la fecha de edición de esta obra en la voz un universo interior de problemas de la arqui- ción de empréstitos o financiamiento por par-
“arquitectura reciente”. tectura y desentendido, en cierto modo, de los te de los organismos internacionales de crédito;
problemas generales del mundo externo. el resultado de todo lo cual fue el comienzo de
ARQUITECTURA Y ESTADO MODERNIZADOR. Se registrarán entonces dos paradojas. Una, un progresivo y acelerado proceso de concen-
Puede decirse que en torno de 1960 ha- que los grupos que surgieron como renovación tración del capital.
bía concluido el período de instalación y ex- radical al principio del período se congelaron De estos, los principales cambios que afec-
pansión de las condiciones de la Modernidad, como establishment al final, mientras las ge- taron a nuestra arquitectura fueron:
lo que en términos de normativas significaba neraciones que los seguían eran literalmente 1. La instalación de nuevas plantas indus-
un generalizado reconocimiento de la liqui- masacradas, silenciadas o enviadas al exilio. La triales, especialmente del ámbito automotriz,
dación de los fundamentos, las instituciones y otra, que el poder autoritario que se organizó petroquímico y siderúrgico.
las formas heredadas de la tradición. De es- como máxima expresión de las políticas con- 2. Como consecuencia de lo anterior, la
tas últimas quedaron por supuesto jirones, pe- trarias al Estado Benefactor, actuó en los he- construcción de las sedes administrativas de
ro es innegable que el conglomerado de com- chos como la última expresión del Modernis- esas empresas.
portamientos, discursos, mitos, fórmulas y mo reaccionario y protagonizó el canto del cisne 3. El impacto urbano de ambos factores,
formas que venimos identificando como la Ar- de esa misma tradición que presuntamente ve- que puede resumirse en: a) la creación del cuar-
quitectura Moderna alcanzó con el comienzo nía a tronchar. to cordón industrial en las principales ciuda-
de la séptima década del siglo el pleno reco- El empuje modernizador hacia la meta del des; b) la reterciarización de sus áreas centra-
nocimiento y adopción por parte del Estado. “desarrollo” determinó en las universidades les; c) la definitiva declinación del sistema
Con la dictactura militar de 1976-1983 cul- la apertura y los avances en la aceptación de ferroviario a favor del automotriz; d) la am-
minó y colapsó un modelo modernizador ba- todos los factores críticos culturales que cons- pliación de la presencia del automóvil en las
sado en la instalación de grandes empresas mul- tituían las múltiples expresiones de la Arqui- áreas urbanas y suburbanas.

u SEDE PARA LA EMPRESA IGGAM EN CÓRDOBA, DE AMANCIO WILLIAMS (1961).

148 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


con con
4. Las transformaciones en la industria de
la construcción, como producto de la nueva
composición y dimensión del capital.
5. El redimensionamiento de las unidades
de intervención pública, como consecuencia
del punto anterior y de la disponibilidad de
nuevos créditos internacionales.
6. Como producto de esto último, el im-
pulso a la renovación de programas estatales,
como el de la sanidad.
Las instalaciones industriales readquirie-
ron importancia como “imagen de empresa”,
un valor significativo que había sido perdido o
al menos relegado en las décadas anteriores.
Construidas en la periferia de las grandes ciu-
dades, estas industrias pudieron en general
ocupar grandes predios destinados, en parte,
a futuros crecimientos, y tratados paisajística-
mente como parte del conjunto. En algunos
casos, la construcción de esas instalaciones per-
mitió la introducción de nuevas técnicas de or-
ganización y la fabricación de elementos apor-
tados por empresas constructoras, muchas
veces vinculadas a las firmas promotoras.
Algunas oficinas, como SEPRA o Aslan y
Ezcurra, se identificaron con una cierta espe-
cialización en el tema. De este modo, se des-
tacaron los casos de Siam Di Tella (1960); Par-
ke Davis y General Motors Argentina (1961),
de SEPRA (v.); la Planta industrial Otis, en San
Fernando (1970); los laboratorios Upjohn (1971)
y Saab Scania, en Tucumán (1973), de Aslan y
Ezcurra (v.); y la planta de Coca Cola (1961), de
M. R. Álvarez (v.).
Con una actitud más arriesgada, también
se exploraron los estrechos márgenes expresi-
vos de estas arquitecturas para la industria. A.
Williams (v.) concibió en 1961 una de sus más
depuradas invenciones para la sede de la em-
presa IGGAM, en la provincia de Córdoba. Un
ejemplo notable de una estrategia formalista
alternativa fue el de las instalaciones para la
empresa Olivetti, construidas por Marco Sa-
nuzzo (1964), en las que se empleaban las vi-
gas como conductos. Pocos años después
(1968), Baudizzone, Díaz, Erbin, Lestard, Trai-
ne y Varas (v.), construyeron un edificio para la
papelera Koch Polito, aplicando un sistema de
prefabricación liviana (Elcora).
Los programas complementarios a los gran-
des establecimientos fabriles fueron las se-
des de esas mismas empresas en los centros
urbanos. La novedad respecto de lo ocurrido
hasta entonces consistió en la aparición de un
nuevo tipo, el del edificio en torre (v.), y su adop-
ción como emblema empresario, por ej. los ca-
sos de Peugeot (1962), FIAT (1957), Olivetti u LA APARICIÓN DE UN NUEVO TIPO ARQUITECTÓNICO: EL EDIFICIO EN TORRE Y SU ADOPCIÓN COMO EMBLEMA EMPRESARIO.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 149


(1961), Bank of America (1965) o la Compañía al propio edificio en signo publicitario, no cons-
Air France. tituyó la única respuesta al proceso de des-
Uno de los más claros ejemplos de “repre- acralización de los edificios bancarios. Las obras
sentación tecnológica” lo constituye el edificio de este tipo construidas por M. R. Álvarez die-
para la metalúrgica estatal SOMISA, proyec- ron una respuesta de signo opuesto. Es inne-
tado (1966-1977) por Mario Roberto Álvarez. gable que la sede del Bank of America (1965)
El predio de Catalinas Norte se convirtió en y del Banco Popular Argentino (1960), en Bue-
un campo de ensayo para estas grandes cons- nos Aires, o las del Banco Popular Argenti-
trucciones. La idea reproducía la experiencia no, en Pergamino (1958), del Banco del Inte-
norteamericana de revitalización de los viejos rior, en Córdoba (1959), del Nuevo Banco
centros urbanos mediante concentración de Italiano, en San Justo (1959), fueron concebi-
grandes inversiones en funciones terciarias su- das con extremo cuidado y excelentemente
periores, y continuaba las intuiciones de Le Cor- u BANCO DE BRASIL, DE RAÑA, VELOSO Y FORSTER. construidas. Pero esa excelencia y ese cuidado
busier (v.). El proyecto, orientado por Eduardo eran el resultado de una extrema reducción de
Sarrailh (v.) en relación con el Plan Regulador, rio Roberto Álvarez; y la Caja de Subsidios Fa- los procedimientos, criterios y recursos técni-
se inició en 1956. Compleja y articulada con la miliares para el Personal de la Industria (CAS- cos y expresivos de la arquitectura a un juego
ciudad en las propuestas de los urbanistas, la FPI, 1974-1981), de Manteola, Sánchez Gómez, de piezas intercambiables. En relación con la
iniciativa se redujo a un conjunto de torres en Santos, Solsona, Viñoly (v. MSGSS). tendencia que venimos examinando, el edifi-
1967. De sus construcciones cabe destacar el Desde sus comienzos, el signo de la época cio del Banco de Tokio, de Raña Veloso, Álva-
edificio Conurban (1968), el de la Unión In- fue el crecimiento del poder del capital finan- rez, Foster (1981), constituye una paradójica
dustrial Argentina (1968) y el de IBM (1979). ciero, hasta su culminación en la carrera casi regresión (v. Banco).
La Ley de Entidades Financieras implanta- exclusivamente especulativa promovida por la En la primera parte del período, había co-
da durante la segunda dictadura militar de es- dictadura del general Videla. De manera que menzado el proceso de construcción de la Ciu-
ta etapa impulsó el crecimiento de las activi- durante esta “larga década” los bancos consti- dad Universitaria en Buenos Aires, uno de los
dades terciarias superiores en el área central tuyeron uno de los temas más frecuentados por más ambiciosos emprendimientos universita-
norte de la ciudad de Buenos Aires y con ello las oficinas consagradas. Sin embargo, la prin- rios de estas dos décadas en las que se asistió
la construcción de numerosas oficinas en esa cipal transformación que puede observarse pa- a la expansión del programa (Mendoza, Ro-
zona. En ese contexto surgieron la ampliación rece tener un signo inverso, puesto que con- sario, Venado Tuerto, Comahue, La Pampa,
de la Bolsa de Comercio (1972-1977), de Ma- sistió en el paulatino abandono del paradigma Lomas de Zamora). El proyecto de Eduardo Ca-
monumental y su reemplazo por imágenes des- talano (v.), Horacio Caminos (v.) y Eduardo Sa-
pojadas de toda vocación trascendente. criste (v.) repetía en el caso porteño los bloques
El período se abrió precisamente con una que los autores habían ensayado en Tucumán,
obra de este tipo. Apostaba a una imagen “de aunque aquí las tensiones que dieron densi-
futuro” y se trataba de la sede central del Ban- dad a aquel proyecto se habían aplacado y que-
co de Londres y América del Sur, creada por la dó solamente una unidimesional fe en la fir-
conjunción de la larga experiencia de SEPRA mitas (v. Ciudad universitaria).
con el talento de C. Testa, y probablemente la Hemos sostenido antes que con la dicta-
mejor pieza arquitectónica de la totalidad del dura (1976-1983) culminó el ciclo del Moder-
ciclo que estamos estudiando. (Apelando a una nismo como representación del nuevo des-
reiteración manierista de trazos de esta obra, arrollo técnico. Equiparables solo con las
SEPRA produjo luego otros proyectos y cons- campañas de modernización edilicia encara-
trucciones, también procurando imagen em- das por las élites de principios de siglo, en-
presaria, como es el caso del complejo Kaiser, tre los programas de gran envergadura des-
en Buenos Aires, la sede del diario La Nación arrollados por los regímenes militares para
y el hotel Sheraton en Buenos Aires.) difundir una imagen de eficiencia y progreso
Las sedes del Banco Municipal de la Ciu- se destacan edificios de infraestructuras de
dad de Buenos Aires (BMCBA, 1969) fueron servicio, como el Mercado Central de Buenos
los ejemplos más exitosos de la eliminación de Aires (1971-1981), la Estación Terminal de
la firmitas como demanda principal de los “tem- Ómnibus (1977), la Estación de Pasajeros en
plos” del dinero. El Banco de la Provincia de el Aeroparque de Buenos Aires, el predio fe-
Córdoba (1972) apeló a un criterio similar y fue rial de la Ciudad de Córdoba (1978); cons-
M. Á. Roca (v.) quien se encargó de proyectar trucciones para la educación y la cultura, co-
los edificios, como representaciones progre- mo la serie de escuelas primarias edificadas
sistas del nuevo protagonismo industrial asu- por la Municipalidad de Buenos Aires (1980-
mido por la provincia en la que se habían asen- 1985), los estudios de televisión del canal es-
tado las grandes fábricas automotrices. tatal, el Teatro Argentino en La Plata (1979,
u EDIFICIO IBM, DE MARIO ROBERTO ÁLVAREZ. Pero la actitud pop, orientada a transformar EC), el Centro Cultural Recoleta, en Buenos

150 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


w Fábrica Otis Elevators S.A.. con con

uPLANTA INDUSTRIAL EN SAN FERNANDO, BUENOS AIRES, PROYECTADA POR EL ESTUDIO ASLAN Y EZCURRA, 1969 - 1970.

uARRIBA, DIVERSOS DETA-

LLES: EL MURO LATERAL DE


LA PLANTA, LA CARPINTERÍA
Y UNA VISTA DESDE EL AC-
CESO HACIA LAS OFICINAS.

u LA PLANTA TIENE

21.000 M2. EL SECTOR DE


FABRICACIÓN TIENE 6
NAVES EL CERRAMIENTO
ES DE PANELES DE HORMI-
GÓN; LA CUBIERTA ES DE
VIGAS Z PREMOLDEADAS.
EL SECTOR ADMINISTRATIVO
TIENE ESTRUCTURA DE
HORMIGÓN CON PÓRTICOS
u ARRIBA, LA
Y LOSAS NERVURADAS.
AXONOMÉTRICA MUESTRA
LA GRAN NAVE Y
UN CUERPO CON FORMA
DE T, DONDE ESTÁN
LAS OFICINAS.
BAJO EL PUENTE ESTÁ
EL ACCESO.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 151


Aires (1979-1982), los centros culturales edi- últimos CIAM habían postulado como “cora-
ficados por Miguel Ángel Roca en Córdoba zones” de la ciudad, motores del encuentro y
(1979-1982); instalaciones deportivas como de la vida urbana; y al Centro Cívico de La Pam-
los estadios de fútbol de Mendoza, Córdoba, pa se agregaron los de los municipios de 3 de
Mar del Plata, River Plate y Rosario Central, Febrero, Firmat y Olavarría, en la Provincia de
o los centros deportivos Jorge Newbery y Par- Buenos Aires, y el de San Juan.
que Sarmiento en Buenos Aires; y, por últi- De una transparencia organizativa ejem-
mo, las nuevas plazas construidas en las ciu- plar, los concursos abrieron paso a la renova-
dades de Córdoba y Buenos Aires. ción y la experimentación; también consolida-
ron una cierta irreflexividad, estimularon una
NUEVOS ACTORES. actitud despreocupada hacia la gestión y el ma-
Una paradoja. Por un lado, el Estado aparecía nejo de los aspectos comerciales y políticos de
como el Príncipe que había comprendido la ver- la profesión, y consagraron como natural e ine-
dad modernista. Por otro, frustrados en todo el vitable a la vieja idea académica del parti.
mundo los intentos de hacer de la Arquitectu- Es difícil de evaluar el considerable derro-
ra Moderna un medio de representación del Es- che de energías movilizado por la convocato-
tado fuerte (autoritario), la actuación de los ria a centenares de profesionales, demasiado
arquitectos como servidores públicos pasó a ser cercana las más de las veces a un acto de con-
considerada como una forma de degradación solación colectiva que a positivas modificacio-
burocrática de la disciplina. nes de la realidad. Entre las otras de mayor im-
En contraste con este tipo de relación de de- pacto, vale decir entre aquellas que produjeron
pendencia directa, pero también con el encar- soluciones técnicas, lingüísticas, compositivas
go discrecional de obras públicas entre los o funcionales inesperadas, se destacan las de
miembros de una élite, el mecanismo más im- u BANCO MUNICIPAL DE BUENOS AIRES. la Escuela Ítalo Argentina Carlos Della Penna,
portante utilizado con ese fin en esta etapa fue en Buenos Aires (1960), la Escuela Nacional
el de los Concursos Nacionales y Regionales 5.900 m2 anuales entre 1926 y 1960 a 28.000 de Educación Técnica de Lanús John F. Ken-
de Anteproyectos. De este modo, mientras que m2 por año entre 1960 y 1980. Entre los en- nedy (1963), el Colegio Mayor Argentino, en
en treinta y cuatro años —desde 1926 hasta cargos —el 93% de los cuales fue realizado por Madrid (1964), la Unión Industrial Argentina
1960— la SCA había participado en la orga- organismos del Estado—, fueron frecuentes (1968), el Auditórium de la Ciudad de Buenos
nización de diecinueve eventos de este tipo, los planes urbanos, las instalaciones educati- Aires (1972), Aerolíneas Argentinas (1974), la
fueron sesenta y uno los realizados en los vein- vas o culturales, deportivas y bancarias, las se- sede del Colegio de Graduados de Ciencias Eco-
te años que pasaron entre 1960 y 1980. des administrativas y los tribunales de justicia. nómicas (1978) y la ampliación del Centro Cí-
La superficie proyectada por este sistema Un programa característico de este período fue- vico de La Pampa (1980).
pasó de un promedio de aproximadamente ron los Centros Cívicos (v.), organismos que los Las nuevas características de programas,
comitentes y modalidad de encargos incidie-
ron sobre la organización de la disciplina y de-
terminaron cambios en la constitución de sus
actores protagónicos. El rasgo general más
destacable fue el reemplazo de los protago-
nistas individuales por equipos. Si en el pe-
ríodo anterior —en el que sobresalían crea-
dores como Amancio Williams, Antonio Bonet
(v.) o Eduardo Catalano— la actuación de gru-
pos consolidados, como los de Sánchez Elía,
Peralta Ramos y Agostini o Aslan y Ezcurra,
fue infrecuente, en la etapa que ahora exami-
namos ocurrió lo contrario.
En relación con su efectividad, los equipos
tendieron a constituirse como unidades estables
o, en algunos casos, como empresas. Manteo-
la, Petchersky, Sánchez Gómez, Santos, Solso-
na, Viñoly; Goldenberg, Bielus, Wainstein-Kra-
suk (v. STAFF ); Antonini, Schon, Zemborain (v.);
Llauró, Urgell (v.); Aftalión, Bischof, Egozcue,
Vidal (v.); Baudizzone, Díaz, Erbin, Lestard, Va-
ras (v.), en Buenos Aires; Gramática, Guerrero,
u EX SEDE CENTRAL DEL BANCO DE LONDRES Y AMÉRICA DEL SUR, DE SEPRA Y CLORINDO TESTA. Morini, Pisani, Rampulla, Urtubey, en Córdo-

152 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


con con
ba (v.); Estudio H (v.), en Rosario; Bares, Gar- cional de Energía Atómica, el Consejo Fede- turales con hormigón armado constituyeron
cía, Germani, Rubio, Sbarra, Ucar (v.), en La Pla- ral de Inversiones, el Instituto Nacional de Tec- una característica de los primeros sesenta. He-
ta, son algunas de las más importantes oficinas nología Agropecuaria (INTA), el Instituto Na- mos citado ya el uso de las cubiertas en cás-
que emergieron de este proceso. cional de Tecnología Industrial (INTI) y, más cara en las fábricas, pero los ensayos con pa-
No equiparable con el modelo clásico de los adelante, en 1963, el Consejo Nacional de Des- raboloides o tensados se produjeron en casi
“maestros” de davinciana memoria, la solución arrollo. Dentro del INTI se instaló el Centro de todos los programas y pocos resistieron a su
argentina tampoco se constituyó a la manera Investigación de Diseño Industrial (CIDI) que, embrujo. Piénsese en la larga lista de trabajos
de las oficinas norteamericanas surgidas de junto a otras instituciones como el Bowcen- en los que este tipo de estructuras fue emple-
modo similar, en la tradición de McKim, Me- trum, dio impulso a las búsquedas en este ám- ado: los edificios de la Cooperativa Tierra, de
ad & White o de Skidmore, Owings & Merril bito. No es este el lugar para una historia del Claudio Caveri (v.); los proyectos para la Igle-
(SOM). En la Argentina, las “grandes oficinas” diseño en la Argentina, pero en relación con el sia de Venado Tuerto y para la Biblioteca Na-
podían considerarse de envergadura con vein- contenido de este parágrafo es importante des- cional, del estudio de Solsona; los talleres Ber-
te personas empleadas y, en los picos máximos tacar que, en las condiciones que acabamos de ta, de Jaime y M. Á. Roca (1969); el comedor
y excepcionales de actividad, se llegó alguna mencionar, un numeroso grupo de arquitectos de Siam Di Tella, en San Justo, de SEPRA
vez a superar el centenar de colaboradores. se desplazó hacia estas actividades, en algunos
Si bien contribuyó a la creatividad y a la de- casos sin abandonar del todo la profesión en
finición de un perfil profesional que conjuga- que se habían formado. Se crearon de este mo-
ba características de ambos modelos, la preca- do grupos o marcas como Harpa (Hardoy, Au-
riedad del desarrollo industrial en la Argentina bone, Rey Pastor, Aizenberg), Six (Bacigalupo,
fue determinante de costosas distorsiones y, Riopedre, Kurchan (v.), Guidali, Ugarte) y Buró
en particular, el trabajo con imágenes presun- (Leiro (v.)), las más exitosas en el diseño y co-
tamente avanzadas o innovadoras que al no mercialización de muebles, mientras que fi-
contar con un respaldo organizativo y de in- guras como Silvio Grichener o Mario Mariño
fraestructura adecuado se debía recurrir a pro- se destacaban en el diseño de otros produc-
cedimientos artesanales para su concreción, tos. Por otra parte, la modernización de la eco-
las más de las veces con resultados concretos nomía y de las instituciones requirió de las nue-
en buena medida decepcionantes. vas técnicas de mercadeo que atrajeron a
La meta del “desarrollo” introdujo otros cam- numerosos arquitectos. La agencia Cícero, ba- u TORRE DE VIVIENDA, EN CATALINAS SUR, BUENOS AIRES.

bios institucionales que a su vez incidieron jo la dirección de Carlos Méndez Mosquera (v.),
en las transformaciones de la profesión. Des- o la de Ortiz Scopessi se destacaron en el ám- (1965); el hall central de la Washington Scho-
de el comienzo del período; en el plano insti- bito de la publicidad, mientras que emergieron ol, de Ricardo Ambrosini (1969); la estación
tucional se crearon nuevas entidades dedicadas en la gráfica otros creadores provenientes de la de ómnibus de Villa Giardino, de Depetris y
al fomento de la investigación científica y de la arquitectura, como Guillermo González Ruiz Depetris (Córdoba); la iglesia de Villa Bosch,
innovación tecnológica, como la Comisión Na- o Gustavo Pedroza. de Eilets (arquitecto) y Bramante (ingeniero);
los pabellones de la Sociedad Rural, de Ama-
UNA INDUSTRIA MODERNA. ya, Devoto, Lanusse, Martín y Pieres (v.); los
Uno de los más influyentes representantes edificios del Cementerio de Mar del Plata, de
de la industria de la construcción, el ingenie- Baliero (v.), Córdova, Casares; el Banco de Lon-
ro Ernesto García Olano estimaba que si a me- dres, de Clorindo Testa y SEPRA, para recor-
diados de los años cuarenta la mano de obra dar solo a algunos de los más destacados. Es-
absorbía el 30% de los costos de la vivienda, tos experimentos no hubieran sido posibles sin
cuando se iniciaba la década del sesenta esta la estrecha colaboración de los arquitectos con
incidencia había trepado a un 50%, a lo que ingenieros imaginativos y dispuestos a acom-
debía agregarse una creciente ineficiencia. A pañar la aventura creativa, como Fernández
su juicio, si se quería crecer se hacía impres- Long y Reggini, Pedregal y Peral, Gallo, Bra-
cindible aumentar el rendimiento de los tra- mante, Bignoly. En el cruce entre esta volun-
bajadores introduciendo sistemas de prefabri- tad de experimentación, confianza en la téc-
cación parcial o total, la modulación y la nica y realidad del desarrollo distorsionado del
estandarización. Así, siguiendo el modelo de país, varias aventuras estructurales termina-
la flamante producción automovilística local ron en colapsos, con el derrumbe liso y llano
(Siam Di Tella, Kaiser), el criterio de la indus- (escenario de la Expo Sesquicentenario, pro-
trialización de la edilicia determinó buena par- yectada por Vidal, Saladrigas y Carreras), o en
te de las experiencias que se realizaron. apresurados apuntalamientos (Corrientes, Uru-
En línea con los debates de comienzos de guay, Buenos Aires).
la década del cincuenta, y fuertemente esti- El creciente desarrollo de la industria del
mulados por el éxito internacional de la ar- acero estimuló el empleo de este material co-
u BANCO DE LA PROV. DE CÓRDOBA, DE M. A. ROCA. quitectura brasileña, los experimentos estruc- mo protagonista principal de las estructuras.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 153


tución, Sarandí y Pavón). Coignet fue repre- mera etapa, mediante la importación, que pa-
sentado por Vialsa S.A. a partir de 1964. Hu- só de 1.134 toneladas en 1940, a 14.767 en 1954,
bo otros intentos algo ingenuos de inventar sis- trepando a 36.400 en 1964; y con la instalación
temas completos de prefabricación en de la planta de laminación de Kaiser, Camea y
hormigón, como la vivienda propuesta por Alcoa, a mediados de la década del sesenta, y
Bruzzone, Calandrelli, Pérez Molet y Rossi diez años más tarde con la creación de ALUAR,
(1971) o el Diseño Canopus de módulos, que la primera productora nacional de este metal.
fue ensayado en una estación de servicio. Pe- En el ámbito de los cerramientos y vincu-
ro huérfanos de planes generales de equilibrio lada a la difusión del muro cortina, se produ-
territorial avalados por una segura voluntad jo también una importante renovación en los
política, sujetos a los vaivenes de una deman- vidrios, puesto que comenzaron a emplearse
da estatal demasiado condicionada por la ines- cristales templados a partir de la introducción
tabilidad política y apurados por sus propias de tecnologías de origen francobritánico (VA-
rigideces, estos sistemas de prefabricación se- SA; Blindex, Pilkington, Saint Gobin). El uso
mipesada fracasaron. Los de prefabricación li- de estos vidrios de alta resistencia replanteó
u CONJUNTO FLORENCIO VARELA, DE STAFF (1974). viana —de vigas, columnas o placas de hor- las características de las carpinterías, llegando
migón— se asentaron en casos como el de a eliminarlas casi totalmente y produciendo
Hemos mencionado ya el caso del edificio de SCAC, originario de Alemania (1970). con ello importantes transformaciones en la
Somisa, de M. R. Álvarez, un ejemplo único En 1962 se produjo el lanzamiento co- concepción misma de los espacios. La renova-
por su naturaleza propagandística. Más fre- mercial de la Hormigonera Argentina (pro- ción de estas tecnologías afectó también a otros
cuente fue el uso de “estereoestructuras”, las piedad de Lone Star Co.), primera planta de aspectos de la edilicia cuando comenzaron a
que permitían cubrir grandes luces y podían a hormigón elaborado de resultado exitoso. Otras fabricarse en el país fibras de vidrio (VASA,
la vez funcionar como continuum, eliminando modificaciones destacables en la tecnología del 1962; Termac, 1967), que mejoraron las posi-
la diferencia entre cubiertas y pies derechos. hormigón armado fueron aportadas por los bilidades aislantes y de rigidez de las chapas
Solo en excepciones, como en los casos de aceros de alta resistencia, los agregados livia- acanaladas traslúcidas.
los sistemas Elcora o Juvelo (Glanzer), se avan- nos y las juntas plásticas. Los primeros se ex- Un espectro inédito de posibilidades fue
zó más allá de los modelos de ensayo, de ma- pandieron gracias a la instalación de las plan- abierto por la introducción de los materiales
nera que las estereoestructuras argentinas fue- tas de producción de Aceros Sima y Aceros plásticos, y no hubo aspecto del proceso edili-
ron, las mayor parte de las veces, productos Santa Rosa; los agregados livianos artificiales cio sobre el que no se intentara su aplicación.
artesanales fabricados con barras seccionadas, (arcillas expandidas) comenzaron a fabricarse En 1966 se realizó la Primera Exposición so-
unidas por soldaduras. Dos ejemplos destaca- en 1966 (Arcillex), mientras que el hormigón bre el “Uso de los materiales plásticos en la
bles del uso de reticulados son los de la Ter- celular se disponía desde fines de la década an- construcción”, y en 1970 la segunda. El con-
minal de Ómnibus de Córdoba, proyectada por terior; las juntas de neopreno comenzaron a sumo por habitante-año fue de 3,5 kg en 1970
la Dirección General de Arquitectura de la Pro- aplicarse habitualmente a partir de 1971. (Francia: 16 kg), y la producción alcanzó
vincia (Fontan, Fandino, Egea, Meriles, Valle Además de transformaciones en la inge- 66.000 toneladas en 1966 y 78.000 en 1968.
Luca, 1972), y los Centros del CEAMSE, en niería estructural, como las que hemos des- Con licencias de origen alemán (BASF) y nor-
Buenos Aires. cripto, durante el período se experimentó una teamericano (Ipako), entre 1959 y 1962 co-
En atención a la línea indicada por García espectacular renovación de otros materiales de menzó a fabricarse en el país poliestireno ex-
Olano, la iniciativa más importante y que ma- instalaciones, cerramientos y revestimientos. pandido. Los artículos de PVC —caños,
yores expectativas despertó fue la radicación En las carpinterías metálicas fue decisiva la ventilaciones, accesorios, carpinterías— ya ha-
de dos firmas de origen francés, Outinord y masiva introducción del aluminio. En una pri- bían comenzado a producirse a fines de los cin-
Coignet, de prefabricación semipesada. En el cuenta, y en la década siguiente se dispuso tam-
caso de Outinord, se trataba de un sistema de bién de espuma rígida de poliuretano, la que
túneles metálicos, que constituían el encofra- se aplicó en paneles, aislaciones y muchos otros
do de muros portantes y losas planas con que usos. A comienzos de los sesenta, se expandió
se armaba el edificio. Aunque permitía un gran también el uso de pisos de baldosas plásticas
ahorro de mano de obra y velocidad de mon- (Flexiplast) y de laminados plásticos decorati-
taje, el sistema era rígido en sus dimensiones, vos (Formica), y se introdujo el polipropileno
posibilidades distributivas y estéticas; no per- (sillas Hille). El acrílico se presentó como al-
mitía transformaciones y condicionaba de una ternativa al vidrio y fue el material que con ma-
vez y para siempre las instalaciones que debí- yor eficacia “representó” en la imaginería del
an embutirse antes del colado del hormigón. período la “revolución del plástico”, emble-
Introducido por Pueyrredón Construcciones mática de la estética pop. La librería González
en 1961, el primer ensayo se realizó en un con- Porto fue una de las obras que emplearon de
junto de 508 unidades financiadas por la Mu- manera más elocuente estos materiales, y Ele-
nicipalidad de Buenos Aires en el barrio de na Acquarone construyó con similares fana-
Constitución (Combate de los Pozos, Consti- u CONJUNTO PIEDRABUENA (1974 - 1979), BUENOS AIRES. tismos el desborde kitsch de la sede de la casa

154 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


w Instituto de Investigaciones Científicas de la UNLP con con

u PLANTA BAJA, PLANTA DE AUDITORIOS Y PLANTA DE AULAS RESPECTIVAMENTE, PROYECTADAS EN 1970 POR EL EQUIPO DE BAUDIZZONE, ERBIN, LESTARD, TRAINE, VARAS Y BALLESTER PEÑA.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 155


mismo método debía ser capaz de resolver des-
de un barrio hasta un ventilador. Las obras se
configuraron como metáforas de objetos, y fue-
ron entonces tubos, platos, paraguas, cajas, bo-
tes, tabletas, bandejas, vagones, serruchos, car-
pas, mesas o globos.
Como es obvio, estas formulaciones no eran
indiferentes a las sugestiones del Arte Pop. La
rebelión antiinstitucional por el absurdo afec-
tó al tratamiento formal, pero también indu-
jo un replanteo de las funciones y determinó
una nueva manera de emplear los materiales
constructivos. Por ejemplo, si se observa la obra
de Clorindo Testa, puede advertirse que lo pri-
mero que en ella se pone en cuestión es la or-
ganización tradicional de las funciones, y tam-
bién estas convulsiones en las tradiciones
funcionales fueron parte de la estrategia con
la que conformó y obtuvo sus éxitos más re-
sonantes en numerosos concursos el estudio
de Manteola, Petchersky, Sánchez Gómez, San-
tos, Solsona y Viñoly.
Otro claro ejemplo de la rebelión estética
u DETALLE AXONOMÉTRICO DEL MERCADO CENTRAL PROYECTADO POR LLAURÓ, URGEL, BIGNOLI Y CAMBA (1971-1981). es el de la citada Editorial González Porto
(1969) —de Erbin, Baudizzone, Varas y Les-
de baños Colmegna (1969). dimensiones y formas inéditas, las que fueron tard—, un pequeño comercio tratado como un
La introducción de los nuevos productos exhibidas en expresiones de calidad en el pa- tubo de un único material, acrílico, que resol-
afectó también, por medio de la química, a las bellón de la industria, en el de administración vía pisos, cielorrasos, paredes y exhibidores.
formas de aprovechamiento y posibilidades de (Janello (v.), Gómez Arias) y en el de la Comi- Aquí, la condición funcional se relegaba y pri-
uso de materiales tradicionales, como la ma- sión Nacional de Cultura (Fraile y Gómez Arias). maba un principio del proyecto basado en el
dera. En el período se introdujeron por pri- Con sus becas, exposiciones, ediciones y Realismo pop: si el lugar —un hueco alargado
mera vez dos nuevos elementos que, poten- cursos, el Centro de Investigaciones e Infor- y angosto— era un “tubo”, la obra debía con-
ciando las técnicas constructivas, aportaron mación para la Construcción y la Vivienda, el sistir literalmente en un tubo. Con el mismo
modificaciones a la arquitectura: los aglome- ya citado Bowcentrum Argentina —depen- criterio, el estudio liderado por Solsona gene-
rados y las maderas laminadas. El uso de aglo- diente del INTI y vinculado al Bowcentrum de ró el anteproyecto del Auditorio de la Ciudad
merados y laminados plásticos determinó im- Rotterdam— fue una de las instituciones más de Buenos Aires (1971). A finales del período
portantes cambios en la construcción de las representativas de esta etapa de cambios y es- (1982), la oficina de Gramática, Morini, Ram-
panelerías livianas y, con ello (gracias a los sis- peranzas en las posibilidades transformadoras pulla, Urtubey y Pisani produjo una de las pro-
temas de parantes articulados de aluminio), en de la tecnología. puestas más interesantes en esta línea de bús-
la masiva extensión del action office en los nue- queda, en ocasión del concurso para la sede de
vos espacios comerciales y de oficinas. La in- LA REBELIÓN ESTÉTICA. la Empresa Provincial de Energía de Córdoba
dustria de láminas y terciados estaba protegida Intencionalmente apolítica, mezcla de Su- (EPEC), con un edificio que consistía en una
desde 1946 y así pudo desarrollarse hasta al- rrealismo, Dadaísmo y Arte Povera, la “rebe- suerte de aparato calentador construido a par-
canzar los 50.000 m3 en 1956, con un consu- lión estética” como contestación de la nacien- tir de pantallas colectoras de energía solar.
mo de 1,8 m3 cada mil habitantes (EE.UU., 20 te sociedad de consumo por la vía de la El espíritu de rebelión estética, la concep-
m3). A partir de entonces, la producción co- presentación de sus productos reagrupados de ción objetual y la inspiración pop transforma-
menzó a descender reflejando el crecimiento forma inesperada fue practicada también en la ron también el modo de empleo de los mate-
de nuevos productos alternativos como el hard- arquitectura. Pero en este campo, la concep- riales de construcción: se abandonó el criterio
board, fabricado en la localidad de Ramallo des- ción de proyectos y obras de “protesta estéti- modernista de una aplicación de acuerdo con
de 1951. Gracias al empleo de resina sintética ca” requirió además de otros factores y estí- su naturaleza para usárselos en posiciones, si-
(fenol-formol) nacional, la primera planta de mulos. En primer lugar, de la adopción de los tuaciones o combinaciones inesperadas.
madera aglomerada se instaló en Jáuregui (Lu- criterios compositivos que se aplicaban en la Los edificios de los bancos municipales, por
ján, provincia de Buenos Aires) y al poco tiem- naciente disciplina del diseño industrial. Este ejemplo, unificaron su imagen mediante el uso
po la siguieron otras tres (San Fernando y Ti- traslado de un sistema a otro hizo que las obras de un material, el ladrillo de vidrio, que se apli-
gre, 1962; Escobar, 1966), con lo que también se convirtieran en “objetos” de diseño que po- caba indistintamente en pisos, paredes y cielo-
se llegó a los 50000 m3. Asimismo, los nuevos dían resolverse con prescindencia de las espe- rrasos. Con sus “descuidos” y con su brillo, los
adhesivos dieron lugar a piezas de madera de cificidades de la disciplina arquitectónica: el bancos eran una manifestación perfectamente

156 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


con con
genuina no solo de la condición efímera de su res (1980), de Serra y Valera, también se ad-
programa, sino también de las condiciones que vierte la fascinación por la kahniana voluntad
les daban origen: de la cosmopolita, continua- de forma en la reconocible presencia de los nú-
mente cambiante, ligera y desenraizada cultu- cleos verticales que sostienen las áreas de cir-
ra argentina contemporánea. culación.
El desenfado y la necesidad de impactar se Concebido en 1979 e inaugurado veinte
originaban en parte en el agotamiento del In- años después, el Teatro Argentino de La Plata,
ternational Style, pero estaban, además, espe- de Bares, García, Germani, Rubio, Sbarra y
cialmente estimulados por el fracaso de los pla- Ucar, se vincula con la línea que estamos ana-
nes de armonización y control urbanos. La crisis lizando, pero para comprenderlo debemos alu-
de la Oficina del Plan Regulador, en 1957, que dir a otros núcleos de ideas; en particular a los
derivó en la renuncia de Francisco García Váz- metabolistas japoneses.
quez (v.), dejó claramente establecido que nin- u LADRILLO Y HORMIGÓN EN EL PLAN DE ESCUELAS. Si estas estrategias partían a la búsqueda de
guna regla de juego sería aceptada y cumplida la síntesis confiando en la unidad que sería da-
por todos los operadores. El “sálvese quien pue- dición se vinculaba un aspecto de la enseñan- da de forma inefable por la personalidad crea-
da” fue la consigna resultante, y de aquí en más za corbusierana que, no por azar, tuvo parti- dora, por fuerza de la prefiguración analógica
la propia identidad de la obra en el medio de cular incidencia en la Argentina: la importan- o por la disciplina geométrica, otras aceptaban
la metrópoli solo pareció garantizada por la in- cia del “Plan”, la planta, por sobre las restantes lisa y llanamente, si no la falta de unidad, al me-
tensidad del grito que cada uno estuviera dis- representaciones del proyecto. Más allá del lé- nos la construcción ecléctica de un conjunto a
puesto a proferir. xico adoptado, el interés por una geometría ní- partir de la reedición de una suerte de Archi-
El cuestionamiento al International Style se tida de la planta constituyó un rasgo de conti- tecture Parlante que cedía la palabra a las par-
apoyó especialmente en las ideas de Louis Kahn nuidad en la Arquitectura Moderna del país. tes. Por eso, para estas últimas fue un referen-
y en cierta vanguardia británica. Pero mientras Es natural entonces que en su ecléctica bús- te decisivo la producción del primer Stirling.
el maestro estadounidense procuraba una ar- queda de originalidad el estudio de Solsona ha- Buenos ejemplos de una mirada creativa a
ticulada relación entre programas, técnicas, ya trabajado también en esa cantera. La sede las sugerentes líneas de búsqueda abiertas por
significados, sociedad e historia, en nuestro central del Banco de Corrientes (1970) —pero el arquitecto británico fueron el INIFTA de la
país su propuesta fue asumida como una re- también otras obras, como la Unión Indus- Universidad Nacional de La Plata (1970), de
lativamente sencilla vía de escape de los aho- trial— constituye un buen ejemplo de lo que Baudizzone, Erbin, Lestard, Traine, Varas, Ba-
gos modernistas, lo que obturó su profundi- estamos afirmando. llester Peña; la Escuela del Conjunto Habita-
zación y condujo a que las transformaciones En la Provincia de Córdoba, en sus co- cional Ciudadela (1971) y las viviendas en Us-
solo quedaran en superficie. mienzos, y más tarde en otras zonas del país huaia de Molinos (1970).
Así, a través del norteamericano se conti- y del mundo, M. Á. Roca ensayó su propia in- El descubrimiento de la figura de Stirling
nuaban paradójicamente procedimientos y no- terpretación de las enseñanzas recogidas en no fue un acontecimiento aislado. Se produjo
ciones que provenían de la influencia Beaux directo contacto con el maestro, con quien es- en el marco de una fuerte corriente de atracción
Arts, y se habían prolongado en el profesio- tudió en la ciudad de Filadelfia. por el conjunto de la producción británica y por
nalismo de las décadas posteriores. A esta tra- En la Terminal de Ómnibus de Buenos Ai- el importante papel asumido por los represen-

u TERMINAL DE ÓMNIBUS DE BUENOS AIRES, EN RETIRO, DEL ESTUDIO SERRA Y VALERA (1980).

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 157


de los hermanos Roberto y Affonso Reidy. En
todos los casos, la obra procuraba surgir, or-
gánicamente, de las determinaciones del pai-
saje —natural o urbano— y no menos orgá-
nicamente buscaba resolver usos y materiales
por fuera de fórmulas abstractas.
Esta corriente contó con el impulso inicial
de obras, como las de la escuela Carlos Della
Penna de Juan Manuel Borthagaray (v.).
Otros trabajos igualmente valiosos que se
identifican con principios similares fueron la
Municipalidad de Villa Hernandarias (1963),
de Arnoldo Gaite, o el edificio de departamentos
en la calle Austria, de SEPRA. En Rosario, en
una línea más personal, Jorge Scrimaglio (v.)
(casas Yapeyú, 1957; Garibay, 1964; Alorda,
1968; Capilla del Espíritu Santo, 1962) co-
menzó su actividad en esos años influido por
las ideas de Eduardo Sacriste. Pero fue en una
u FRENTE DE LA SEDE DE ATC, EL CANAL ESTATAL DE TELEVISIÓN, FINALIZADO EN BUENOS AIRES EN 1978. obra de cualidad sobresaliente, el Colegio Ma-
yor Argentino en la Ciudad Universitaria de
tantes de ese origen en el Team X. En muchos momento podían formular a la arquitectura y Madrid (1969), de Horacio Baliero (v.) en aso-
de los trabajos mencionados en esta reseña se al urbanismo del International Style, consa- ciación con Carmen Córdova y Alberto Casa-
manifiesta el interés que recorre el período, des- grados en el período anterior, apuntaba a su res, donde se corporizaron estas premisas en
de la escuela Padre Ansaldo, en Mercedes, o articulación con las grandes corporaciones, a su nivel más elevado, en continuación con la
la Municipalidad de Ayacucho del estudio An- su excesivo distanciamiento retórico, a su cons- experiencia del Cementerio de Mar del Plata.
tonini, Schön, Zemborain, de principio de los titución como una nueva Academia, a su des- En la segunda mitad de los setenta, la obra
sesenta, hasta el centro Santo Domingo, de Jai- preocupación —por perseguir, en el mejor de Baliero inició una nueva etapa al articularse
me y Miguel Ángel Roca (1972), o el conjunto de los casos, grandes objetivos inalcanzables— con la de Ernesto Katzenstein (v.), quien había
Solaris, de Carlos Levinton, de finales de la dé- por el hombre concreto de todos los días. El formado parte del Grupo de Arquitectura y Pla-
cada siguiente. En los profesionales “compro- compromiso con la vida, los fenómenos y las neamiento (GAP), con Peani, Santos y Solso-
metidos” a los que nos referiremos bajo el pró- necesidades humanas concretas y contingen- na, uno de cuyos aportes más notables fueron
ximo subtítulo, el atractivo británico se tes, con la naturaleza y con los materiales, com- los proyectos con que ganaron el concurso de
incrementaba por el appeal ideológico y políti- ponían un cuestionamiento a las predetermi- urbanización de Villa Caraza y las torres de la
co que, en el marco de gobiernos laboristas, naciones abstractas del International Style, pero Boca. Más tarde, Katzenstein había integrado
emanaba del ambiente progresista, “socialde- no resignaba las tradiciones de la disciplina. el Estudio Kocourek, con quien había realiza-
mócrata”, del London County Council. La influencia del Existencialismo “compro- do el Club de Campo Los Lagartos (1973) y el
El “compromiso”. Con el ascenso y la caí- metido” contribuyó a la superación del elitis- edificio Conurban (1968). Asociados con Ca-
da del peronismo, buena parte de los intelec- mo, en el que se habían confinado grupos co- sares y Córdova, Baliero y Katzenstein cons-
tuales habían experimentado una angustiante mo OAM (v.), y acercó las preocupaciones de truyeron juntos una serie de bancos de infre-
escisión con la política que, expresada en la fa- algunos de sus integrantes a las arquitectu- cuente sensatez funcional, sensibilidad
tídica consigna “alpargatas sí, libros no”, pa- ras citadas y, en el caso del Brasil, a la cálida compositiva y calidad constructiva. Pero, entre
recía retrotraerlos a la condición elitista que pero simultáneamente elaborada producción todas las obras de este período de colaboración,
venían de repudiar durante la “década infame”. se destaca especialmente el edificio de admi-
La modernización y expansión universitarias, nistración del Parque Industrial Oks (1977).
a caballo de los primeros sesenta, multiplicó Tal como lo estaban haciendo sus colegas
en número a los actores. En los primeros años europeos del Team X, los jóvenes que se in-
del “desarrollo” (de los que precisamente era trodujeron en el apretado campo profesional
un emblema la figura del “intelectual” Artu- a comienzos de la década del sesenta rechaza-
ro Frondizi, aceptando navegar en las aguas ban el Funcionalismo “alienante” de sus an-
agitadas de la Historia) y bajo la fuerte in- tecesores y se planteaban la construcción de
fluencia de los grupos Existencialistas que pos- un nuevo humanismo. Pero las condiciones
tulaban la posibilidad y necesidad de una obra en que debían trabajar eran, en algunos as-
que surgiera de la inmersión directa de su au- pectos, muy diferentes de las que determina-
tor en la “realidad”, el “compromiso” se asu- ban las posiciones de Alison y Peter Smithson
mía como una suerte de intermediación. o Aldo Van Eyck.
La crítica que los jóvenes graduados de ese u ESTADIO DE RIVER, DE ASLAN & EZCURRA. Por empezar, porque cuando estos propo-

158 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


con con
hi y Frangella (v.), la Escuela Nacional Nor- tada por Jorge Goldenberg, Rodolfo Hasse y
mal de Lenguas Vivas John F. Kennedy, en Eduardo Polledo. Financiado con los modestos
Buenos Aires (1973). A pesar de las diferencias recursos de una cooperativa, el proyecto fue uno
de calidad plástica y de matices, en la adhesión de los primeros en que se debía considerar la
a los principios corbusierianos, estos ejemplos posibilidad de un desarrollo en etapas. La res-
dejaban una extraña sensación: ¿no se revela- puesta no apeló a la sumatoria de unidades re-
ban excesivamente similares a los modelos lativamente autónomas funcional, estructural
construidos por el maestro? Y, si esto ocurría, y formalmente o a la prefiguración de una for-
¿no se estaba repitiendo el mismo “drama aca- ma que era habitual usar hasta entonces e in-
démico” cuya negación era la quintaesencia de trodujo, en cambio, la idea de un “sistema”, en
esas ideas? cuyo corazón se instalaba el topos y que sería
Críticos del “aburguesamiento” y el “em- un protagonista fundamental de la arquitec-
pobrecimiento vital” al que, a su juicio, había tura del período: la calle. La referencia a un “sis-
conducido la aplicación de los postulados de la tema” se vinculaba a la difusión del estructu-
Carta de Atenas, en su recuperación de los fac- ralismo. El “sistema”, todavía elemental y
tores que estimulaban la particularización y embrionario, de la escuela se desarrollaba a lo
el encuentro, los rebeldes de los CIAM llama- largo de tres franjas, a cuya espina central se
ron la atención sobre las formas tramadas, fun- adosaban, en planta baja y en los tres niveles
cional y formalmente complejas, en las que mu- superiores, las unidades de aulas y talleres.
u PEATONAL DE CÓRDOBA, DE MIGUEL ANGEL ROCA. chas comunidades del “Tercer Mundo” La productividad y eficiencia de la propuesta
habitaban, con un muy fuerte énfasis en la vi- vislumbrada en la escuela Kennedy tuvo mu-
nían las nuevas formas de tratamiento de los da pública, vale decir en la plaza y la calle. Pe- chas expresiones ulteriores como el campus
materiales, procurando extraer de ellos las má- ro, si para avanzar en este sentido, Georges de la Fundación Bariloche, de Bullrich, Caz-
ximas potencialidades expresivas, enfrentaban Candilis o Giancarlo De Carlo debían dirigir su zaniga y Testa, o la Facultad de Ciencias Exac-
un nuevo universo tecnológico en expansión mirada hacia los pueblos mediterráneos o afri- tas de La Plata. Baudizzone, Díaz, Erbin, Les-
que, por su propia dinámica, conducía a la ho- canos, las villas miseria (v.) ofrecerían a los ar- tard y Varas obtuvieron el primer premio en el
mogeneización y a la indiferencia frente al “fac- gentinos un modelo propio que, con este nue- concurso del Centro Cultural de Mendoza, apli-
tor humano”. En la Argentina, esta determi- vo aparato de lectura, comenzó a ser valorizado. cando estos conceptos a un programa cultural
nación era más aparente que real. Como hemos Con una superficie cubierta de 12.500 m2, urbano complejo: el esquema de tres franjas
visto, si bien en el período se introdujeron im- la escuela John F. Kennedy (1963) fue proyec- se verificaba allí destinando una al movimiento
portantes transformaciones técnicas y se avan-
zó considerablemente en la modernización de
la industria, en muchos casos las experiencias
fracasaron porque se revelaron saltos hacia ade-
lante que la estructura económica y social del
país no estaba en condiciones de admitir y, en
términos generales, el “factor humano” siguió
siendo protagonista fundamental de un siste-
ma que conservaba muchos de sus rasgos ar-
caicos. De este modo, el Nuevo Brutalismo (es-
pecialmente en su versión corbusierana) fue
aceptado en nuestro país mucho más en su jus-
tificación de lo “brutal” que en su valoración
de lo “nuevo” (v. Brutalismo).
Ya hemos analizado algunos ejemplos vin-
culados a este tramo de su obra. Luego de la
Gobernación de La Pampa, el ejemplo de Chan-
digarh incidió también en arquitecturas de So-
to y Rivarola (v.), como la escuela de Leandro
Alem (1957-1963), la Gobernación (1963) y el
Instituto de Previsión Social (1967) de Misio-
nes. Con el mismo repertorio y principios, Bi-
dinost (v.), Chute, Gassó, Lapacó y Meyer cons-
truyeron la Escuela Superior de Comercio
Manuel Belgrano en Córdoba (1967); Horacio
Pesce el Pabellón de Maíz del INTA en Perga-
mino (1968); y los muy jóvenes Kell, Casirag- u ESTADIO DE MENDOZA DISEÑADO PARA EL MUNDIAL DE FÚTBOL DE 1978 POR MANTEOLA, S. GÓMEZ, SANTOS, SOLSONA Y VIÑOLY.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 159


de público, otra a las salas y la tercera a los ser- res, con el apoyo de los representantes de los Estudiantes en cuya presidencia honoraria se
vicios. Aplicando esta fórmula, el juvenil es- países socialistas y del Tercer Mundo. De ma- colocó la figura de Guevara —muerto recien-
tudio de Jorge Moscato y Rolando Schere (v.) nera que en las resoluciones finales el progre- temente en Bolivia— y “todos los presos polí-
obtuvo éxitos celebrados, como la Estación de so de la arquitectura quedó vinculado a la pla- ticos de la Dictadura”. Buena parte de los ar-
Ómnibus de Venado Tuerto, e hizo de ella una nificación económica, la reforma agraria, los quitectos visitantes —entre los que se contaban
suerte de doctrina. cambios en la estructura económico-social, el Aldo Van Eyck, Ricardo Bofils, Denis Cromp-
Una de las obras en las que más claramen- protagonismo popular, la posesión y el control ton, Ricardo Dos Santos, Jakob Bakema y Ro-
te se lee el interés despertado por la relación en- de los medios de producción y la superación berto Segre— adhirieron a la protesta.
tre sistemas, geometría y vitalidad urbana pro- de la “dependencia”. En los años siguientes, la estructura tradi-
pugnada por algunos protagonistas del Team Las resoluciones de La Habana marcaron cional de las principales facultades de arqui-
X, fue la ampliación de dormitorios de la Es- el debate de los años que siguieron, y la in- tectura colapsó. En Córdoba se inició una ex-
cuela de Mecánica de la Armada de L. Lanari tervención del Che Guevara —que había pro- periencia llamada Taller Total, en la que se
y Asoc. con la colaboración de Oscar Pulice: un clamado la neutralidad política e ideológica de esperaba unificar disciplinas y niveles de ense-
estudiado ensamble de volúmenes construido la arquitectura como pura Técnica— permi- ñanza en torno de ejes únicos de objetivos ge-
con piezas prefabricadas y estructura de acero. tió dejar los conflictos de la disciplina en ma- nerales. En Buenos Aires, durante varios me-
Pero la apoteosis de la arquitectura de sis- nos de los “especialistas”, en la suposición de ses de 1971, las aulas fueron ocupadas por los
temas se produjo como consecuencia de una que la tarea principal, la “verdadera” asigna- estudiantes, quienes trataron en vano de en-
tendencia a la hipertecnificación de la arqui- tura pendiente, consistía en contribuir a las contrar nuevas síntesis que superaran las for-
tectura de la salud. Se realizaron numerosos grandes transformaciones de la sociedad. Se mas y objetivos vigentes hasta entonces. En to-
concursos para instalaciones hospitalarias, aun- descubría así que la opción entre Arquitec- dos los casos, las tradiciones de la arquitectura
que solo contadas veces fueron construidos. tura o Revolución formulada por Le Corbusier eran vistas como exclusivo producto del com-
Entre estos últimos se destacó el Hospital Na- había sido correcta; solo que él había preferi- promiso con las “clases dominantes” y, en sus
cional de Pediatría (1973), un gigantesco com- do el polo “burgués”. versiones más recientes, con el “imperialismo”.
plejo de 110.000 m2 de superficie cubierta. El Congreso de la UIA de 1969, sensible La tajante separación entre Técnica y Cultura o,
Entre los arquitectos, la noción estructura- a los ecos del Mayo Francés del año anterior, dicho de otro modo, la obliteración de los vín-
lista de “sistema” se articulaba con las reivin- se realizó en Buenos Aires, Mar del Plata y Ba- culos entre Arquitectura y Valores condujo a
dicaciones de participación o protagonismo so- riloche, al calor de las cenizas no apagadas de imaginar la praxis como una alianza entre ele-
cial. Las referencias más fuertes provenían de los levantamientos populares que habían cul- mentos autónomos, cuyos resultados —pro-
los estudios y propuestas de Christopher Ale- minado en el Cordobazo. gresistas / buenos o reaccionarios / malos— de-
xander, Yona Frydman, Archigram, en las que Fue la apoteosis de la contestación. Los pendían exclusivamente de su contenido social.
la arquitectura podía y debía resolverse res- eventos centrales fueron desbordados por los A partir de 1973, las facultades acogieron el
pondiendo a tramas subyacentes que deriva- jóvenes rebeldes y, en paralelo con el oficial, ascendente movimiento de fusión del progre-
ban en formas abiertas y perpetuamente trans- se desarrolló un Encuentro Internacional de sismo con el tercermundismo que se expresa-
formables. ba en la Juventud Universitaria Peronista. En
Aunque tuvieron similares puntos de par- estas condiciones, la fórmula de “Técnica + Po-
tida, Juan Manuel Llauró y José Antonio Ur- lítica” asumió la forma de los Talleres Nacio-
gell lograron en una obra de gran calidad, co- nales y Populares (TANAPO), en los que los
mo lo fue el Hospital Regional San Vicente de profesionales de más prestigio aportaban sus
Paul, en Orán (Salta, 1963-1977), en el que un experiencias bajo la dirección de la mirada vi-
muy sobrio tratamiento del sector “flexible” de gilante de los “cuadros”.
la obra acompaña a la excelente propuesta de Pero, ¿cómo adoptar esa fórmula fuera de
la sobrecubierta, una de microclimatización, las aulas? Para quienes consideraban que la ar-
que a la vez, desde un punto de vista plástico, quitectura tenía apenas el interés de una me-
permitía la unidad del conjunto. ra Técnica, vale decir para los que más corbu-
sieranamente interpretaban la fórmula, la
“TODO ES POLÍTICA”. respuesta consistía en dejar a otros esa ocupa-
La influencia del marxismo y, en general, ción secundaria y ofrendarse por completo a la
la vigencia de los topos retóricos, los métodos, Revolución. Muchos dejaron en ello la vida. Pe-
los estilos, las ideas y utopías de la “izquierda” ro hubo también quienes buscaron instancias
habían comenzado a hacerse especialmente intermedias, formas posibles para esa alianza
notables a partir de 1963, cuando tuvo lugar en la praxis social: para eso ellos encarnarían
en La Habana el VII Congreso Internacional en su persona a la Técnica, mientras que la po-
de Arquitectos. A pesar de los esfuerzos por lítica —y con ella la Cultura, los Valores— ven-
presentarlo como “apolítico”, el Congreso, y dría del directo protagonismo del “pueblo”.
especialmente el Encuentro Internacional de El antecedente más notorio sobre el que se
Estudiantes, no escaparon a la fuerte atracción apoyaba esta actitud era la experiencia que ha-
ejercida por la reciente Revolución y sus líde- u AXONOMÉTRICA DEL BUENOS AIRES DESIGN CENTER. bía sido conducida por W. Acosta (v.) en la is-

160 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


con con

u VISTA DE LA BIBLIOTECA NACIONAL, PROYECTADA POR CLORINDO TESTA, EN BUENOS AIRES.

la Maciel (1960), en el marco de la política de bajo de los arquitectos prefirió el silencio de profesional proponía como sujeto a la socie-
Extensión Universitaria de la Universidad de sencillos mecanismos constructivos y organi- dad en su conjunto y conducía a la autodiso-
Buenos Aires. Pero se contaba con muchos zativos que favorecieran la multiplicación de lución, en este caso se buscaba exactamente lo
otros intentos de hacer una arquitectura po- estas edificaciones y la participación de los contrario, vale decir el encontrar raíces, ancla-
pular vinculada y, en los casos extremos, fu- usuarios en su construcción. jes para la supervivencia disciplinar, aun a cos-
sionada con sus futuros usuarios. Estaban los La experiencia más completa y significati- ta de innumerables renuncias.
planes de MEAUX, bajo la dirección del padre va de este tipo de acciones fue llevada a cabo
Balista, las escuelas que con los sistemas ER por un equipo de la Municipalidad de Buenos LA AUTONOMÍA.
65 y 66 habían sido promovidas por el Con- Aires —integrado por Brinder, Compagnucci, En el concurso para el Auditórium de la ciu-
sejo Nacional de Educación, los intentos del Azzarri y Navarro— en la primera mitad de los dad de Buenos Aires, en 1972, los autores de-
Ministerio de Obras Públicas de Córdoba (1965- setenta. Se trató de un emprendimiento com- cidieron romper con el planteo sistémico de
1966), el sistema UNNE UNO, creado en la plejo de gestión, organización y construcción las franjas funcionales que ellos mismos ha-
Universidad del Nordeste, y las investigacio- de un conjunto de 122 viviendas destinadas a bían usado en el proyecto del Instituto de Vi-
nes del CEVE (v.) en Córdoba. los habitantes de una villa miseria, la N.° 7 se- tivinicultura en Mendoza y al que criticaban
Sobre estas bases y articulándose con ellas gún la nomenclatura oficial, en el barrio de Ma- como excesivamente mecanicista.
y con las propuestas de una “arquitectura de taderos (1971), para el que la oficina de pro- Asi, luego de muchos años de haber sido
sistemas”, un ejemplo de rigurosa búsqueda yecto llegó a instalarse en la propia “villa”. abandonado, el problema del carácter, o en tér-
en esta orientación fue la tarea realizada por el En estas búsquedas de consagración del minos modernos, del dominio de la capacidad
grupo IRA —integrado por Cangiano, Estrella protagonismo popular y social que ponían en comunicativa de la arquitectura, emergió nue-
(v.), Padawer, Pajoni e Ibáñez— en el campo cuestión el papel tradicional del arquitecto y vamente. La decisión principal de los proyec-
de la arquitectura escolar (v. Escuela). En una las leyes de la arquitectura misma, confluye- tistas, de dar a las salas el papel protagónico
gran cantidad de ejemplos —entre los que se ron también las líneas de investigación que, del proyecto, determinó un punto de quiebre
destacan las escuelas para la Provincia del Río con inspiración en el cristianismo de base, im- a partir del cual la cuestión de la forma en-
Negro—, construidos en la Argentina para la pulsaron algunos de los protagonistas del Ca- contró un nuevo lugar en el debate.
DINAE, para el Programa Federal de Cons- sablanquismo (v. Casas blancas) del período an- Aunque el esquema de las tres franjas to-
trucciones Escolares en México, a cuya larga terior, como en el caso de la Cooperativa Tierra, davía sirvió de base para el proyecto de la sede
experiencia se vinculan estas propuestas, y pa- impulsada por Claudio Caveri (v.). Pero mien- del canal estatal de televisión (ATC, 1978;
ra el Ministerio de Educación en el Perú; el tra- tras que la politización extrema de la actividad MSGSS (v.)), a diferencia del Auditórium, los

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 161


grandes volúmenes de sus estudios de TV no Cívico de Santa Rosa, obtenido por C. Testa, Fluvial Industrial (EFI), que se extiende hasta
tenían una vocación semántica basada en la F. Rossi y H. Lacarra. Con formas retorcidas, la población de Ensenada, el suburbio portua-
función que albergaban o en la tecnología que convulsas, inquietantes como expresiones de rio de la ciudad de La Plata, donde se instala-
empleaban en su construcción y proclamaron, una “civilidad” que el régimen militar había ron a su vez las destilerías de YPF y la Petro-
por primera vez en nuestro país, la posibilidad hecho añicos, en este proyecto, que ampliaba química General Mosconi. El área involucrada
de una forma que no anclaba en programas la obra iniciada por los mismos proyectistas en el EFI ocupa una superficie de 64.000 m2,
tecnológicos, políticos o sociales sino en la pro- dos décadas atrás, la ruptura con los “sistemas” que equivale al 2% del territorio nacional y lle-
pia disciplina arquitectónica. se hizo absoluta y el descreimiento en las se- gó a concentrar el 72% del empleo industrial y
El corte de vínculos con el mundo “externo” guridades corbusieranas y racionalistas se ex- más del 50% de la población del país.
a la arquitectura fue ciertamente influenciado presó con toda evidencia con una ácida ironía. Asimismo, y aunque en menor escala, es-
por el debate internacional orientado hacia la tos nuevos grandes asentamientos transfor-
“autonomía”, pero teniendo en cuenta que se CIUDAD CIENTÍFICA, CIUDAD POPULAR, maron otras áreas del país. Los alrededores de
atravesaban los años negros de la más sangrienta CIUDAD AUTORITARIA. Córdoba concentraron las industrias mecáni-
dictadura militar que engendró y padeció la so- El proceso de desarrollo basado en la en- cas vinculadas al transporte, incrementándo-
ciedad argentina, es difícil determinar en qué trada de grandes empresas y capitales exter- se una tendencia iniciada en el período ante-
medida este volver la mirada hacia el interior nos, especialmente norteamericanos, introdujo rior con la radicación de firmas francesas
de la disciplina no fue también una estrategia cambios a escala regional. En primer lugar, (Renault, Peugeot), italianas (FIAT) y estatales
de supervivencia y un gesto frente al horror. produciendo sobre las ciudades más grandes (Fábrica Militar de Aviones) que llegaron a em-
En la última mitad de los años setenta, por tres efectos principales, a los que en parte nos plear 150.000 personas. En Bahía Blanca se
fuera de las Instituciones oficiales militariza- hemos referido en parágrafos anteriores. Es- instaló un polo Petroquímico (Petroquímica
das, surgieron numerosos grupos que procu- tos fueron: 1) la tercerización (especialmente Argentina, 1961); Puerto Madryn albergó la
raron resistir la devastación autoritaria y re- mayor planta de producción de aluminio del
componer algunos tramos del tejido cultural país (Aluar, 1972); Tandil, las mayores insta-
que, por sus propias aporías, por la influencia laciones metalúrgicas (Metalúrgica de Tandil);
del debate internacional y por la acción de la Sierra Grande (1961), las actividades del yaci-
Dictadura, había colapsado. miento de hierro; San Pedro, la fábrica de Pa-
La más consistente contribución en este sen- pel Prensa (1975); Misiones, la de Papel Kraft
tido provino de los cursos de arquitectura que, (1970). Junto con el crecimiento de nuevos po-
a partir de 1977, organizaron Díaz, Katzenstein, los de actividad, el proceso se completó con
Solsona y Viñoly. Conocida luego como “La Es- la construcción de grandes obras de infraes-
cuelita”, la experiencia permitió aglutinar a un tructura en el campo de la energía, el trans-
numeroso grupo de jóvenes dispuestos a hacer porte y las comunicaciones. Los ejemplos más
sus cuentas con el pasado reciente, y se consti- relevantes fueron, entre las primeras, las cen-
tuyó como una alternativa protagónica del giro trales hidroeléctricas de El Chocón-Cerros Co-
que se operó desde entonces. lorados, Yaciretá-Apipé y Salto Grande, y las
En un Laboratorio de Arquitectura que im- u TEATRO ARGENTINO DE LA PLATA. centrales nucleares de Atucha y Río Tercero,
pulsó durante dos años, también a finales de el túnel subfluvial Santa Fe-Paraná y el com-
los setenta, Alberto Varas condujo experien- en el sector administrativo y financiero priva- plejo ferrovial Zarate-Brazo Largo, que incor-
cias similares, vinculado a las acciones que en do) de los tejidos centrales; 2) la radicación de poraron la zona sur de la Mesopotamia al EFI;
relación con la arquitectura comenzó a orga- las nuevas industrias en áreas relativamente y la estación satelital de Balcarce, que actuali-
nizar el Centro de Arte y Comunicación alejadas, situadas en el cinturón externo de las zó el desarrollo de las telecomunicaciones.
(CAYC). Esta entidad tuvo una de sus expre- ciudades y vinculadas con las principales vías Estas transformaciones tuvieron además
siones más impactantes en la Conferencia del de penetración vehicular, y la aceleración de la dos efectos a escala urbana: uno fue la creación
Comité Internacional de Críticos en 1980. urbanización, y 3) en relación con esto último, de nuevos asentamientos y el otro, la liquida-
La Sociedad Central de Arquitectos pro- el surgimiento de nuevos barrios formales en ción de poblaciones ya establecidas. La cons-
movió la formación de un Centro de Estudios el tercer cinturón, entre los que crecieron en trucción de El Chocón fue acompañada por
cuyo propósito era recuperar valencias socia- forma acelerada las poblaciones llamadas “mar- la creación de una nueva villa para los trabaja-
les y políticas de la disciplina que juzgaban rá- ginales” o villas miseria. dores, la de Yaciretá demandó la erradicación
pidamente canceladas en los casos anteriores. Como consecuencia de la instalacion de po- de la ciudad de Federación y la creación de una
En Rosario, La Plata y otras ciudades, los co- los industriales y de la construcción de infra- Nueva Federación (Llauró, Urgell, Facio con
legios de arquitectos fueron desempeñando un estructuras territoriales, se produjo el creci- Moscato y Schere y Pasinato, Soler Viarenghi).
papel activo en la misma dirección, en la me- miento acelerado de poblaciones intermedias. El nuevo modelo determinó a su vez la cri-
dida en que las condiciones posibilitaban una Tal fue el caso de Zárate, San Nicolás o Cam- sis de la estructura productiva agroexportado-
relativa apertura. pana, en las que se asentaron grandes acerías, ra que el crecimiento de la industria sustitu-
En 1980 puede advertirse la culminación como Acindar, Propulsora Siderúrgica y Somisa tiva en las décadas anteriores no había afectado.
de la reflexión iniciada en el Auditórium, con (1960). De este modo se formó una franja con- El principal efecto de esta crisis se verificó en
el primer premio de la ampliación del Centro tinua de actividades interrelacionadas, el Eje la industria frigorífica y tuvo su momento cul-

162 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


con con
minante en 1967, con el cierre del mercado una importante influencia norteamericana, en
británico a las importaciones argentinas. De el marco de la actividad de organismos inter-
este modo decayeron los grandes frigoríficos nacionales como la ONU, la CEPAL y la UNES-
en torno de los que había comenzado el desa- CO. En la Argentina, se vincularon especial-
rrollo de los barrios industriales en Buenos Ai- mente a esas actividades los estudios de Gino
res, La Plata, Bahía Blanca, Entre Ríos. En al- Germani y J. E. Hardoy (v.), fundador del Cen-
gunas regiones como Tucumán, la crisis del tro de Estudios Urbanos y Regionales (1965),
monocultivo, que decretó la caducidad de los que actuó al principio en la Universidad de
viejos ingenios, se articuló con el cierre de Buenos Aires y luego en el Instituto Torcuato
los grandes talleres de Tafí Viejo, como pro- Di Tella. El período vio nacer y desarrollarse
ducto del desmantelamiento ferroviario con nuevas instituciones y métodos, hacia las que
que se aseguró a las automotrices su primacía los arquitectos concurrieron para encontrar re-
en el transporte. Esto último se reprodujo en puestas que la disciplina no parecía estar en
otros sitios, afectó a incontables pueblos, que u ESCUELA NACIONAL NORMAL DE LENGUAS VIVAS JOHN F. condiciones de dar. “Hacer ciudad” fue el im-
decayeron como consecuencia de la cancela- KENNEDY (BS. AS., 1973) DE KELL, CASIRAGHI Y FRANGELLA. perativo que al calor de las formulaciones del
ción de buena parte de la red, y también a las Team X se instaló en los debates.
áreas urbanas circundantes y dependientes de otros, un Plan Quinquenal para el período 1965- En los primeros años del “desarrollo”, los
los grandes playones ferroviarios inmersos en 1969 y el Plan Nacional de desarrollo y segu- problemas relevados en las ciudades, y en par-
el corazón de las principales ciudades. ridad de 1968-1977. De este y otros organis- ticular el crecimiento de los asentamientos
La tercerización de las zonas centrales tra- mos, como el Consejo Federal de Inversiones, marginales, eran observados como “errores”
dicionales fue acompañada por un aumento de se desprendieron planes regionales que, aho- cometidos por las administraciones por falta
la densidad en otros sectores del centro urba- ra sí, a la manera de la vieja intervención ro- de adecuada previsión e insuficiente conoci-
no, y ambas transformaciones fueron estimu- osveltiana en el valle del Tennessee, procura- miento de los datos. Cuando comenzó a ad-
ladas por nuevas reglamentaciones que tendí- ban encarar el desarrollo unitario de cuencas vertirse que, a pesar de la creación de orga-
an a englobar parcelas y a favorecer la edificación enteras, como ocurrió con los planes para los nismos y la redacción de planes, el relativo
en torre y con mayor altura, tal como ocurrió ríos Negro y Santa Cruz en la Patagonia, o con crecimiento de la “marginalidad” no solo no
en Buenos Aires y en Mendoza, con el Regla- los de los ríos Bermejo y Paraná Medio. Den- había disminuido sino que se había agiganta-
mento de 1970. Pero al especializar el tejido, la tro de la región del EFI se produjo por prime- do, comenzó una crisis de confianza. Para mu-
tercerización suponía asimismo un desplaza- ra vez un Plan Regional a escala metropolita- chos, el enfoque técnico-científico de los pro-
miento de la población estable y con ello un des- na que abarcaba la totalidad del territorio blemas estaba en cuestión; el punto débil, se
censo en la calidad urbana media. circundante de la Capital Federal (v. Plan). argumentaba, estaba en la incapacidad de las
De este modo, la puesta en crisis de las an- En la escala latinoamericana, y en lo refe- clases dirigentes para llevar adelante las me-
tiguas áreas industriales y los nuevos procesos rido específicamente a los fenómenos urba- didas necesarias. Se trataba, entonces, de en-
en las áreas centrales, en consonancia con el nos, los estudios sobre la ciudad contaron con contrar otros sectores, otras clases capaces de
debate internacional en el que enfoques como
el de Kevin Lynch aconsejaban la revisión de
los rígidos criterios difundidos por la Carta de
Atenas, comenzaron a poner en cuestión la ad-
hesión incondicional al zonning que había pre-
sidido la administración del territorio urbano.
En las ciudades más grandes se advirtió la
necesidad de tomar medidas de revalorización
del casco céntrico y una de las recetas a las que
se acudió fue la peatonalización de áreas, ca-
lles o circuitos; medida que se repitió luego
en innumerables ciudades medianas en to-
do el país.
El proceso de profesionalización y especia-
lización técnica de la planificación, que se ha-
bía iniciado en el período anterior, continuó
profundizándose y abarcando una mayor es-
cala, nacional y continental. En 1961 se creó el
Consejo Nacional de Desarrollo, un equipo in-
terdisciplinario (en el que también trabaja-
ron arquitectos como Edgardo Poyard), que
continuó sus funciones a lo largo de las dis-
tintas administraciones produciendo, entre u UNO DE LOS CENTROS DE PARTICIPACIÓN COMUNAL DISEÑADOS POR M. Á. ROCA PARA LA CIUDAD DE CÓRDOBA.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 163


En los casos extremos, el gobernador de Tu-
cumán Domingo Bussi cargó en camiones a
los mendigos enviándolos fuera del limite de
su provincia, mientras que el brigadier Os-
valdo Cacciatore, intendente de la ciudad de
Buenos Aires, destruía las villas con bulldozers
y enviaba a los habitantes fuera del límite de
la Capital Federal, deportándolos a sus países
de origen si se trataba de extranjeros. En el mis-
mo período, en la ciudad de Córdoba, las nue-
vas obras fueron dirigidas por Miguel Ángel
Roca, quien completó la peatonalización de
áreas centrales y recicló viejos edificios como
centros culturales.
Aceleradas en algunos casos con motivo del
acto propagandístico que se gestó en torno del
Campeonato Mundial de Fútbol que debía dis-
putarse en 1978 en el país, estas grandes ope-
raciones fueron facilitadas por la disponibili-
dad de las enormes masas de dinero generadas
por la crisis del petróleo de 1973, y constituye-
ron una importante contribución al crecimiento
de la deuda externa que el país soporta desde
entonces.

EMPRESARIOS E INTELECTUALES.
Aunque mucho se había realizado en el pe-
ríodo anterior, en los primeros años de la dé-
cada del sesenta el déficit habitacional seguía
presentando dimensiones alarmantes. En 1963
u LA TORRE PARA LA UNIÓN INDUSTRIAL ARGENTINA, EN EL BARRIO PORTEÑO DE CATALINAS. era estimado en 1.350.000 unidades, carencia
que afectaba al 23% de las familias del país. En
consagrar la “racionalidad”. Desde esta óptica, ra el Centro de Santiago de Chile, de sus jóve- vez de crecer, los recursos destinados a cubrir
el Plan solo podía encarnar realmente si era nes discípulos platenses, que obtuvo el primer esta necesidad se habían reducido, pasando del
parte de una elaboración dinámica y producto premio de otro concurso internacional. 6,4% del PBI en 1950 al 4% en 1964, eviden-
de una acción popular. Asi, los asentamientos También en La Plata, en 1974, comenzó a ciando la deserción del Estado. En 1955 el BHN
marginales constituían una amplia base des- funcionar el Centro de Estudios y Proyectación y otros organismos previsionales cubrían el 39%
de la que podía y debía pensarse la ciudad. del Ambiente (CEPA) (v.), liderado por Ruben y el 3%, respectivamente, de la financiación de
Claro que al mismo tiempo otros conti- Pesci, un activo grupo que ha llevado adelante estas construcciones, mientras que el 50% de
nuaban fieles a los criterios señalados en el ca- una gran cantidad de iniciativas, procurando los fondos tenía origen privado; en 1965, en
pítulo anterior. El ejemplo más importante de integrar arquitectura, ciudad y territorio me- cambio, la participación pública había descen-
la continuidad de esta creencia fueron el plan diante criterios ecológicos. Algunas de sus pro- dido al 6% y 2%, respectivamente, y se había
del barrio Sur, desarrollado por el grupo UR- puestas más difundidas han sido el Plan de Des- elevado al 77% el segmento financiado por pri-
BIS, cuya figura orientadora era Juan Kurchan. arrollo y Mejoramiento Ambiental de Magdalena vados. Si se tiene en cuenta que en relación con
Junto con Julio Ladisewsky y Bares, García, (1977), el Parque Costero del Sud (1980), el Plan sus ingresos más del 60% de las familias no
Germani, Rubio, Sbarra, Ucar, activos en la de Preservación Ambiental de La Plata (1980). agropecuarias del país no podía pagar el servi-
ciudad de La Plata, Winograd (v.) jugó un im- La Dictadura militar instalada en 1976 arra- cio de los créditos estándar a 25 años, habi-
portante rol docente y ordenador de una teo- só con las corrientes más radicales, pero adop- tuales para cubrir los costos de estos bienes,
ría de lo urbano que procuraba distinguirse tó muchas de las banderas de los modernistas, puede advertirse que el tipo de viviendas cons-
tanto de la visión tecnocrática como de la li- e incluso del naciente “conservacionismo”. La truidas en esas condiciones estaba destinado
quidación absoluta de todo residuo específi- suya fue una estrategia de “ciudad blanca”: en su mayoría a sectores medios y altos, lo que
co que se demandaba desde las posiciones más frente a la “contaminación” de la ciudad por explica el crecimiento más acelerado del défi-
radicalizadas. El resultado fueron las excelen- parte de los sectores marginales y más pobres cit en los sectores más pobres.
tes propuestas premiadas para los concursos a través del crecimiento de las villas de emer- A partir de la reunión panamericana en
internacionales de los planes de Barna y As- gencia o la tugurización de los sectores más Punta del Este (1961), la “Alianza para el Pro-
hdod (1965-1966), generados por equipos di- antiguos, la solución autoritaria fue la de “blan- greso” (APP), promovida desde los EE.UU. por
rigidos por el propio Winograd; o el plan pa- quear” (en todo sentido) o limpiar la ciudad. el Presidente Kennedy, luego de los sucesos

164 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


con con
caribeños, se establecieron políticas de orga- popular. Por añadidura, como respuesta a una Pero, como dijimos, el principal intento de
nización y financiación de alcance continental política de tierras que relegaba los grandes con- superación de los principios derivados de los
que promovían acciones de gran escala. juntos a terrenos periféricos, generalmente CIAM se efectivizó en el Bajo de Flores, don-
En este contexto en la Argentina se creó en desvinculados de los centros urbanos, los pro- de la Comisión Municipal de la Vivienda dis-
1961 el Fondo Federal para la Vivienda (v.) y en yectos debían hacerse cargo de una “nueva ur- puso de créditos del BID para la construcción
1962 comenzó el Plan Federal de la Vivienda; banidad”, que fue buscada en algunos casos de dos grandes conjuntos: Lugano I-II y Sol-
la Caja Federal de Ahorro y Préstamo para la mediante geometrías contundentes y elevadas dati (1972-1978). La concentración de habi-
vivienda, en 1963; la Secretaría de Estado de densidades o mediante la recreación de un “ca- tantes se reveló excesiva y los conjuntos tam-
Planeamiento y Vivienda, en 1965; los planes os” ambiental que la falencia de los instru- poco lograron definir adecuadamente unidades
PEVE (v.), en 1967; el Plan de Viviendas Ar- mentos de planificación y la realidad de los pro- menores capaces de permitir la organización
gentinas (VEA) (v.), en 1968; a estos planes cesos hacían intuir como incontrolable. del mantenimiento. Acentuado por el bajísi-
siguieron más adelante los planes 17 de Oc- Como consecuencia de la acción de la Or- mo nivel de ingresos de los habitantes, este
tubre (v.) y Eva Perón (v.) entre 1973 y 1976, y ganización del Plan Regulador (OPRBA), bajo problema se hizo más complejo a escala de los
su continuación en los planes 25 de Mayo (v.) la dirección de Eduardo Sarrailh, se registra en servicios comunes, sobre todo en las plantas
e Islas Malvinas (v.), durante el proceso militar. Buenos Aires el paso de la creencia en los prin- bajas, sin claras delimitaciones de propiedad
El principal instrumento de financiación, el cipios de los CIAM a sus cuestionamientos, en y jurisdicción. Así, la anomia de las agrupa-
Fondo Nacional de la Vivienda (FONAVI), fue las acciones que se llevaron a cabo, en las dos ciones de criterios CIAM fue sustituida por
creado en 1970 por la Ley N.° 19.929. grandes reservas de terreno disponibles den- la confusión.
Los nuevos sistemas favorecieron las ope- tro del perímetro de la Capital: Catalinas Sur El estudio Manteola, Sánchez Gómez, San-
raciones de economía de escala en las grandes y el Bajo de Flores. En el primero, en 1962 se tos, Solsona exploró mayores posibilidades de
intervenciones en que el Estado participaba, realizó el primer concurso por el sistema de variación y complejidad de configuración en
gracias a las masas de crédito provenientes de proyecto y precio dentro del Plan Municipal de el conjunto Rioja, en Buenos Aires. Pero fue‚
organismos internacionales como el Banco Viviendas, que preveía la construcción de 17.500 sin dudas, el estudio STAFF, de Bielus, Gol-
Mundial o el Banco Interamericano de Desa- unidades en cinco años, junto con sus equi- denberg, Krasuk, quien ensayó las posibilida-
rrollo, y más tarde con los fondos del FONA- pamientos. De la primera etapa de 4.400 uni- des de estos conglomerados habitacionales en
VI. Así, el proceso de concentración favore- dades, se destaca el núcleo de 400 departa- Ciudadela I (1970), La Matanza (1970), Flo-
ció el aumento de inversión pública, la que pasó mentos en Catalinas Sur, realizados según el rencio Varela (1974), Formosa (1980), Ovidio
de absorber el 11% de la inversión total en 1960 proyecto de los arquitectos N. Susta y E. Ko- Lagos y Rueda en Rosario (1979), además del
al 32% en 1970, para descender en los prime- kourek y el ingeniero M. Garrone. Con crite- mencionado de Villa Soldati.
ros años del Proceso, y volver a recuperar ni- rios similares, aunque en escalas más reduci- En el diseño de las tipologías de las uni-
veles similares hacia finales de nuestro perí- das, fueron desarrollados otros conjuntos, como dades fue determinante el impacto de esos or-
odo. El monto total en relación con el PBI el proyectado por el Instituto de Previsión So- ganismos protagónicos de la sociedad y la ciu-
mantuvo a lo largo de estos años una tenden- cial de Tucumán en la ciudad capital de esa dad, que eran las villas miseria. Desde
cia al crecimiento, pese a sufrir una depresión provincia; el barrio Comahue, de 495 unida- comienzos del período se trabajó criticando la
también en los primeros años de la Dictadura: des, en Bahía Blanca, o el que la Dirección Pro- concepción abstracta –indiferente a las nece-
de su nivel más bajo, el 0,29% del PBI en 1962 vincial de Vivienda y Urbanismo de Santa Fe sidades de los futuros protagonistas reales–
creció en forma sostenida hasta alcanzar un construyó en 1965 en Rosario, en las calles Pe- que, salvo excepciones, había inspirado los pro-
pico de 2,8% en 1975 y el 1,9% en 1980. Sin llegrini e Iriondo. yectos más importantes del período anterior.
embargo, no pudiendo absorber las necesida- En procesos en los que se elaboraron progra-
des determinadas por el crecimiento pobla- mas y modelos en estrecha colaboración con
cional y el deterioro, el déficit continuó tre- la nueva sociología que se expandía desde ins-
pando y en 1980 era de 2.870.000 unidades. titutos y universidades, se reconocieron mo-
Con este impulso, especialmente a partir dos de convivencia y habitar que la arquitec-
en la segunda mitad de los años sesenta, la pre- tura de la vivienda, se pensaba, debía procurar
fabricación semipesada y pesada y las estrate- facilitar y expresar.
gias de alta densidad ocuparon el centro del Si mediante las transformaciones tipológi-
debate y, al calor de la discusión encabezada cas concentradas en la planta se procuraba res-
por el Team X, fueron incorporándose nuevos ponder a las nuevas necesidades sociales, el
principios que tuvieron oportunidad de expe- corte de las unidades fue el registro más habi-
rimentarse en las construcciones llevadas a ca- tual para explorar respuestas a las variables
bo en la década del setenta por sistemas de condiciones de clima y geografía que caracte-
“proyecto y precio”. rizan a nuestro país.
Estas nuevas condiciones permitieron que, En Ushuaia, Aftalión, Bischof, Egozcue y
inspirada en los objetivos e inquietudes socia- Vidal (v.) construyeron (1974-1980) un com-
les que hemos analizado, una parte de la ma- plejo de doscientas viviendas. Crearon para eso
trícula experimentara en los grandes conjun- u LA GALERÍA JARDÍN, DE MARIO ROBERTO ÁLVAREZ, SOBRE un edificio caracterizado por el estudio cui-
tos nuevas soluciones al problema de la vivienda LA PEATONAL FLORIDA EN BUENOS AIRES. dadoso de los sistemas de conservación de la

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 165


energía, las zonas comunes, las articulaciones rrios de baja densidad con espacios interiores concurso de PEVE en la Provincia de Buenos
con la topografía y las posibilidades de ejecu- frescos y sombreados. Aires (1973) fue uno de los primeros en que se
ción en el largo invierno de la región. La ta- La cantidad, la escala y la intensidad expe- proponía volver nuevamente la mirada a la
rea de Enrique Lagarrigue en la Provincia de rimental de las realizaciones de la primera par- manzana tradicional.
Santa Cruz se caracterizó por su intento de res- te del período determinaron frecuentes situa- Pero fue en el conjunto Centenario que
ponder a esas particularidades y, pese a los es- ciones críticas. Muchas premisas tecnológicas Baudizzone, Díaz, Erbin, Lestard y Varas cons-
trechos márgenes del sistema de financia- revelaron su ilusoriedad en las condiciones re- truyeron en Santa Fe (1978-1982, 840 uni-
miento, consiguió resultados apreciables en ales de desarrollo del país; la inercia de los há- dades, 80.000 m2) donde la calle corredor,
Pico Truncado (240 unidades, 1979), tanto por bitos de la población demostró ser casi siem- la manzana, la ochava, el tratamiento homo-
sus cualidades distributivas como por la com- pre más fuerte que las propuestas de nuevos géneo de las orientaciones fueron ensayados
pacta resolución de las manzanas y la atenta modos de vida y sociabilidad, y la avidez de ga- en mayor magnitud y con efectos más signi-
solución constructiva basada en el uso de la- nancias o efectos políticos determinó con fre- ficativos, utilizando un sistema de prefabri-
drillos de cemento. cuencia densidades por encima de lo conve- cación semipesado. Para la cultura arquitec-
Manteola, Sánchez Gómez, Santos, Sol- niente. Asi, en el último tramo del período tónica argentina, el proyecto representó los
sona y Viñoly construyeron en Puerto Madryn esta mentalidad comenzó a ser responsabili- tópicos más sobresalientes del nuevo estado
(1974, 750 unidades) uno de sus más logra- zada como gestadora de desorden por pre- de las ideas en un debate internacional que
das arquitecturas de vivienda. En Entre Ríos, tender inventar unas leyes que, se decía, en la las propias circunstancias habían estado ob-
con una condición de clima húmedo y calu- Argentina nunca hubieran debido ignorar tra- turando en los años recientes y permitió a
roso, opuesto al patagónico, es destacable el diciones hispánicas, como la casa de patios y muchos mantener la esperanza de que, pro-
trabajo de Bourdín y Grand, quienes —en ca- el damero. nunciada en un registro inaudible para la ma-
sos como los conjuntos de Concepción del Aunque integrado por unidades que dista- yoría, la palabra de la sociedad aún podía en-
Uruguay (1979, 144 unidades) y Paraná (1971, ban de aludir a modelos históricos, el proyec- contrar refugio en el mágico círculo de la
245 unidades)— consiguieron organizar ba- to de Testa, Lacarra, Roca y Genoud para un tradición disciplinar. J. F. L.

u LADRILLO HACIA LA CIUDAD, VIDRIO HACIA EL RÍO, EN LA TORRE CONURBAN, DE KOCOUREK Y KATZENSTEIN.

166 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


con coo
Bibliografía: F. Bullrich. Arquitectura argentina con-
temporánea. Panorama de la arquitectura argen-
tina 1950 – 1963. Bs. As.: Nueva Visión, 1963; R. Gu-
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quitectura en la Argentina del siglo XX. La cons-
trucción de la modernidad. Bs. As.: Fondo Nacional
de las Artes, 2001.

u IMAGEN INTERIOR DE UN TÍPICO CONVENTILLO PORTEÑO.

CONVENTILLO. m. Vivienda popular colectiva,


que se caracterizó por alojar un elevado nú- Pero esta forma de vivienda tiene muchos pun- en los centros urbanos, con la urgencia con
mero de familias, en unidades constituidas tos de contacto con los slums ingleses; con los que se planteaba dicha necesidad. Por último,
por un local único, sin servicio adicional indi- cortizos brasileños; las cuarterías cubanas; las el fracaso del proyecto original de colonizar
vidual. Tuvieron su mayor apogeo en los años vecindades y los cuartos redondos mexicanos. vastas áreas rurales con campesinos venidos
de aumento masivo de población urbana, vin- Pueden rastrearse sus antecedentes en los co- con la inmigración.
culados a los procesos de inmigración —tan- rrales sevillanos que, desde el Renacimiento La carencia de unidades de vivienda sufi-
to externa como interna— y de industrializa- urbano posterior a los períodos visigodo y mu- cientes para atender la demanda de alojamiento
ción del país. sulmán, se habían afirmado como un tipo ca- que se produjo en la transición de los siglos IX
racterístico de vivienda popular. De la Espa- y XX favoreció el auge de viviendas aceptadas
En su origen, surgieron como adaptaciones ña metropolitana el modelo pasó a las ciudades como provisorias, pero que, para muchos, se
de antiguas residencias, del tipo de casas de pa- coloniales y, en muchos casos, pueden en- convirtieron en alojamientos definitivos.
tio o “chorizo” (v.). En vista del auge que tuvo contrarse documentaciones referidas a con- Desde la perspectiva de alojamiento de ca-
en las preferencias de los grupos obreros, mu- juntos de pequeñas viviendas agrupadas bajo rácter no permanente, el conventillo ofrecía a
chos capitalistas vinculados a la actividad in- la denominación genérica de cuartos de alquiler sus usuarios varias ventajas. En primer lu-
mobiliaria iniciaron la construcción de edifi- que respondían al tipo original sevillano. gar, la mayor parte de ellos estaban ubicados
cios específicos para dicho fin, acentuándose el El proceso inmigratorio produjo una ne- en la zona céntrica de las ciudades, de mane-
carácter especulativo de este tipo de alojamiento. cesidad creciente de viviendas a partir del úl- ra que sus habitantes no tenían necesidad del
Los alquileres proporcionalmente elevados timo cuarto del siglo XIX. Varias circunstan- transporte público para llegar a sus trabajos.
y la carencia de servicios los convirtieron en los cias fueron acumulándose para que el déficit En segundo lugar, aunque precaria, suponía
prototipos de alojamientos de mala calidad re- habitacional fuera cada vez mayor. En primer la posibilidad de una instalación familiar en
servados a quienes no tenían otras alternativas. lugar, los grupos de inmigrantes que, año tras medios sociales afines, como los que ofrecí-
Desde una perspectiva social, constituye- año, sumaban sus aportes siempre crecientes an los grupos de connacionales que constitu-
ron el ámbito más representativo de los espa- de recién llegados al país. En segundo lugar, ían formas de apoyo social. En tercer lugar, sus
cios en los que se produjo la integración de la los criterios liberales con los que se trataban precios, caros en relación con los servicios que
inmigración extranjera y de los grupos rurales asuntos como el alojamiento familiar, como ofrecía, seguían siendo los más bajos de plaza
con los sectores de población con mayor tra- problemas individuales alejados de la órbita para tener una cama donde dormir. La menor
dición urbana. de preocupaciones gubernamentales. En ter- incidencia en los presupuestos familiares per-
Los conventillos constituyen un tipo de vi- cer lugar, ni el gobierno, ni las empresas par- mitía una capacidad de ahorro que habilitaba
vienda popular que puede rastrearse en diver- ticulares conocían técnicas de planificación para encarar luego la construcción o compra
sos países y momentos históricos, respondiendo adecuadas como para plantearse la totalidad de la casa propia y/o el envío de ayuda econó-
a distintas denominaciones. En la Argentina, de problemas que suponía resolver el aloja- mica a familias en los países de origen.
son conocidos también como “inquilinatos”. miento de los inmigrantes que permanecían La contrapartida de estas circunstancias era

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 167


el bajo nivel de calidad de vida a que obligaba negativa de las viviendas. La separación pasó a ble analizar las formas de vida que generaron
la existencia en el conventillo. Como esquema ser una aspiración crecientemente difundida. sin hacer referencia a los aspectos laborales con-
de diseño, este estaba constituido por tiras de Otro aspecto que comprometió seriamen- comitantes. Sus habitantes eran obreros y ar-
habitaciones que se comunicaban con un pa- te la calidad de vida que ofrecían los conven- tesanos. En muchos casos, estos últimos pu-
tio a través de la puerta de acceso de cada una. tillos fue la deficiente y escasa provisión de sieron sus talleres en las piezas que alquilaban.
La disposición era la causa de que en la mayor servicios sanitarios y aun de agua potable. En Pero mucho más frecuente fue el caso de los
parte de los casos las habitaciones no tuvieran este sentido conviene recordar que los pri- familiares —esposa e hijas— que colaboraban
ni ventilación ni iluminación adecuadas. No meros conventillos que aparecieron en la ciu- con el salario masculino mediante el trabajo a
es fácil establecer medidas tipo, ya que las ha- dad de Buenos Aires estuvieron vinculados a domicilio. Costura, camisería, confecciones de
bitaciones comunes tenían gran margen de va- la reutilización, como cuartos de alquiler, de lencería, lavado, planchado y muchas otras ac-
riación. Sin embargo, los datos provenientes las antiguas residencias de barrio sur, aban- tividades similares se cumplían en la habita-
de algunos estudios estadísticos realizados en donadas por sus propietarios debido al páni- ción alquilada para vivir. El uso intensivo del
Buenos Aires a comienzos del siglo XX per- co originado por la fiebre amarilla. Epidemias espacio, durante la noche para dormir, duran-
miten establecer que las superficies más co- como la que se produjo en 1871 en Buenos Ai- te el día para trabajar, cocinar, comer, etc., ha-
munes oscilaban entre 4 por 4 m y 5 por 5 m. res, ponen de manifiesto el escaso nivel de cía que la defectuosa ventilación e iluminación
Si a ello se le agrega que la tradición cons- de las piezas se convirtiera en un problema sus-
tructiva de esa época conservaba alturas ma- tancial para la vida cotidiana. El uso de brase-
yores a los 3,50 m, se puede comprender que ros, tanto para la calefacción de las habitacio-
los espacios disponibles eran de medidas ge- nes como para la preparación de las comidas,
nerosas, si se los compara con las habituales suponía un consumo intensivo del oxígeno ne-
hoy en día para una habitación única. En el es- cesario para una existencia adecuada.
tudio antes mencionado, el cubaje de aire por Los patios de los conventillos eran los es-
persona oscilaba entre 1,33 m3/persona entre pacios abiertos y comunitarios por excelencia.
los muy bajos y los 30 m3/persona como valor Sus dimensiones fueron variadas; desde las
promedio (Dep. Nacional del Trabajo, 1912). amplias extensiones en las viejas casas de tra-
Estos valores obligaban a replantear las afir- dición colonial, rodeadas por construcciones
maciones sobre el hacinamiento en los con- de una sola planta, hasta los reducidos a su
ventillos. Concepto que ya había sido relativi- u EL PATIO, LUGAR DE ENCUENTRO. mínima expresión —una circulación—, cuyos
zado por otros autores, entre ellos Samuel laterales lo constituían las habitaciones, a ve-
Gache (1900), quien afirmaba que aproxima- protección sanitaria con que contaban los sec- ces superpuestas en planta baja y dos pisos.
damente un 87,58% de las casas obreras no so- tores urbanos frente a este tipo de flagelo. El En ellos se realizaban cuantas actividades pu-
brepasan las 3 personas por cuarto. nivel de desprotección se vio acentuado cuan- dieran cumplirse al aire libre; pero funda-
Si bien estos datos mejoran la imagen de do el aumento de población generado por la mentalmente fue el ámbito en el que se pro-
los conventillos respecto del hacinamiento, no inmigración incrementó las carencias y de- ducía la integración social de los habitantes
ocurre lo mismo en cuanto a la promiscuidad. fectos en la provisión de servicios. De tal ma- del inquilinato. Inmigrantes extranjeros, com-
A partir de los estudios de los higienistas (v. Hi- nera, la ignorancia, la imprevisión, la falta de padritos nacidos de la aclimatación urbana de
gienismo) de mediados del siglo pasado, este con- controles sanitarios se convirtieran en los au- los gauchos, gringos y “nacionales”, fueron
cepto —que designaba tradicionalmente la mez- xiliares naturales de un descenso en la calidad mezclándose hasta dar lugar a una nueva ge-
cla de alimentos durante los períodos de de vida que incrementaba los riesgos en pro- neración nacida en el país. El patio facilitaba
abstinencia preceptuados por la Iglesia— co- gresión geométrica respecto del mero aumento el conocimiento, la conversación, el esparci-
menzó a relacionarse con la coexistencia de se- poblacional. miento, los juegos infantiles y aun la defen-
xos y generaciones distintas en un mismo lo- Aun cuando los inquilinatos son, funda- sa común, en caso de peligro de alguno de los
cal y, en tal sentido, fue aplicado a la valoración mentalmente, viviendas colectivas, no es posi- habitantes de la casa.

u PLANTA DE UN CONVENTILLO PORTEÑO DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX. LA CONSTRUCCIÓN ACOMPAÑA LA FORMA DE DIVISIÓN DE LOTES DE LA MANZANA.

168 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


con con
Los alquileres que se pagaban por la habi- gar los arriendos hasta tanto no se obtuviera de 1945, su actuación tiene menor significa-
tación podían mostrar diferencias según el ba- un 30% de descuento en los montos a pagar, ción, en función de la importancia adquirida
rrio en que estuviera ubicada. En el año 1904, la supresión de los depósitos de garantía, ma- por la producción estatal y la progresiva des-
el Departamento Nacional del Trabajo consig- yor flexibilidad en los pagos y mejoras sanita- valorización de las instituciones públicas no
naba las siguientes variaciones de precio, se- rias importantes. estatales, que se manifiesta durante las ges-
gún fueran las comodidades pretendidas y la El movimiento en sí mismo no fue exitoso tiones de gobiernos peronistas.
ubicación urbana preferida. Una habitación al- y prácticamente ninguna de aquellas aspira- En términos políticos, y desde el momen-
quilada en una casa particular, sin cocina ni ba- ciones logró concretarse en forma duradera, to de su fundación, la cooperación se entendía
ño privados, oscilaba entre los $ 12 mensua- pero mostró una capacidad de acción conjun- como una forma de lucha popular en el cam-
les en el barrio Las Heras y los $ 25 mensuales, ta entre los habitantes de los inquilinatos no po económico, mientras que los sindicatos y
si la casa estaba en la parroquia de San Miguel; sospechada por la sociedad, porque era una po- el partido se orientaban hacia los terrenos de
entendiendo en ambos casos que se trataba de blación de diversos orígenes que no había te- las reivindicaciones gremiales y a la acción po-
una habitación común de aproximadamente 4 nido oportunidad de hacer ver, hasta ese mo- lítica, respectivamente. De esta forma, la coo-
por 4 m. Esos costos podían reducirse a $10 en mento, los niveles de integración social que peración era una organización libre —inde-
el primer caso y $ 20 en el segundo, si la ha- habían alcanzado. D. L. pendiente de toda ideología o creencia
bitación pertenecía a un inquilinato. religiosa— y, aunque vinculada al partido, au-
La incidencia de estos montos en los pre- Bibliografía: O.Bunge. Anuario estadístico en Boletín tónoma del mismo en cuanto a objetivos, pro-
supuestos era distinta según la categoría labo- del Departamento Nacional del Trabajo. T. 9. Bs. As., gramas y desarrollo financiero.
ral y el oficio que se desempeñara. En térmi- 1915; BHN. El Banco Hipotecario Nacional en su cin- Tenía también funciones educativas, ya que
nos generales, hacia 1904 los oficiales y cuentenario 1886-1936. Bs. As., 1936; Colección del tendía a inculcar en los sectores populares há-
maestros, en casi todos los oficios, sobrepa- Boletín del Departamento Nacional de Trabajo. 1908- bitos de ahorro, autogestión y capacidad orga-
saban los $ 100 de sueldo. De manera que en 1912; Vázquez Presedo. Estadísticas históricas ar- nizativa, y a transformar los hábitos alimenta-
estos casos la renta del conventillo oscilaba en- gentinas. Bs. As., 1971; A. Pérez Amuchástegui. Men- rios y las condiciones de vida de los trabajadores.
tre el 10% y el 20% del ingreso. Pero los sala- talidades argentinas 1860-1930. Bs. As., 1972; D. Fue fundada como cooperativa de edifica-
rios eran menores y mostraban mayores va- Lecuona. Orígenes del problema de la vivienda. Bs. ción y crédito, como sociedad por acciones que
riaciones, si se considera la situación de peones As., 1993; M. A Scenna. Cuando murió Buenos Aires: captaba ahorro popular y lo aplicaba a la cons-
medio oficiales. Mientras un peón de litogra- 1871. Bs. As.: Ediciones de la Bastilla, 1974; D. Vélez trucción de viviendas o a la adjudicación de cré-
fía no alcanzaba los $ 40 por mes, un apren- Sarsfield. Código Civil. Bs. As., 1989; J. Sábato. La cla- ditos individuales a sus asociados. Su modelo
diz de talabartería obtenía $ 75 por mes. Para se dominante en la Argentina moderna. Bs. As., 1991. eran las building societies americanas, y, en tan-
los medio oficiales, las diferencias según la ac- to se planteaba como una empresa económica,
tividad también eran significativas; esta cate- se diferenciaba claramente de las cooperativas
goría cobraba $ 62,50 entre los herreros y los COOPERATIVA EL HOGAR OBRERO. Sociedad de autoconstrucción y de ayuda mutua.
carpinteros, pero en el rubro mueblería po- de edificación, crédito y consumo, fundada Los antecedentes en el país de cooperativas
día llegar casi a los $ 90 por mes. Así resulta- en 1905 por figuras vinculadas al Partido So- de edificación, anteriores a El Hogar Obrero,
ba que para los peones, la renta absorbía entre cialista (v.). El inspirador del proyecto y primer son escasos. Fue fundada en un momento en
el 30% y el 40% del ingreso. director de la cooperativa fue Juan B. Justo. que el problema de la vivienda era pública-
Aun frente a esa situación, los alquileres mente notorio, a causa del clima de ‘penuria
aumentaron considerablemente entre 1904 y Su importancia para la historia de la ar- de la habitación’ que culmina con la ‘huelga
1907, llegando en promedio a incrementos del quitectura radica en varios aspectos. En primer de inquilinos’ de 1907.
45% sobre los valores iniciales de dicho lapso. lugar, el cooperativismo plantea una alternati- El primer período de actuación de la Coo-
Asimismo, los ingresos tuvieron aumentos en va a las formas tradicionales de construcción perativa, que se extiende entre 1907 y 1914,
esos años, pero los montos otorgados por ofi- y ejecución de viviendas. En segundo lugar, se centra en el otorgamiento de créditos y en la
cio y por categoría fueron variables porque tam- fue una de las primeras instituciones que tra- construcción de pequeños conjuntos suburba-
bién se modificó la duración de las jornadas bajaron en favor de la vivienda popular, en un nos: Floresta (cuatro viviendas, 1907), Ramos
laborables. El aumento medio concedido fue período en que las iniciativas en el tema fue- Mejía (cinco viviendas, 1909, y veintiuna vi-
de un 49,1% sobre el sueldo de 1904, pero al ron escasas. Finalmente, el tipo de gestión re- viendas, 1911), Turdera (ocho viviendas, 1911-
mismo tiempo podían computarse aumentos alizada como las ideas políticas que la susten- 1914). La localización suburbana de los con-
del 100% (peones litógrafos) y en casos lími- taban atrajeron la atención y la colaboración juntos se debía a la búsqueda de terrenos de
tes, como el de los oficiales fundidores, su- de importantes figuras de la disciplina arqui- bajo costo que estuvieran servidos por trans-
frieron una merma del 1,8% en sus ingresos. tectónica, como Walter Hylton Scott o Wladi- porte (ferrocarril). Además, estas obras se pro-
En ese contexto social, los habitantes de los miro Acosta (v.). ducen en un momento de expansión y de es-
inquilinatos, por instancia de la FORA (Fede- El período más importante para la historia peculación sobre el suelo urbano que incorpora
ración Obrera de la República Argentina), co- de la arquitectura se encuentra entre 1905 y permanentemente nuevas tierras a la urbani-
menzaron a nombrar delegados por conventi- 1945, cuando la Cooperativa muestra un gran zación. También la difusión de las ideologías
llo para integrar la Liga de Huelga Contra los interés en la reforma de los modos tradicio- de la ciudad jardín entre los movimientos co-
Altos Alquileres. A partir de ese momento se nales del habitar popular y actúa en la difusión operativistas europeos y americanos influía en
produjo un movimiento que propiciaba no pa- de tipologías y lenguajes modernos. A partir la consideración de la periferia como lugar de

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 169


la salud, donde fuera posible construir condi- tensa campaña de difusión de las tipologías de bispal y aduana seca en 1622; esta impor-
ciones de vida populares, alternativas a las de vivienda compacta. Parte de tal campaña es la tancia se mantiene en los siglos posteriores,
las grandes ciudades. exposición La Vivienda Ideal, que Walter Hyl- originando las distintas transformaciones ur-
Desde el punto de vista tipológico, se trata ton Scott organiza en 1934, y los artículos y pla- banas, cuando la ciudad crece y supera los lí-
de variantes de casas individuales agrupadas. nos publicados por la revista La Cooperación Li- mites originales.
A partir del primer grupo de cuatro casas cho- bre y por los Almanaques de la Cooperación.
rizo (v.), de características tradicionales, la obra En 1941, la Cooperativa llama a concurso Buscando una salida marítima para la pro-
de la Cooperativa ensaya otros tipos alternati- para el proyecto de una casa colectiva ubica- vincia del Tucumán, la ciudad fue fundada en
vos, como casa compactas apareadas (Turde- da en la Avenida Rivadavia y Riglos (hoy Ángel 1573, sobre la margen izquierda del Río Suquía,
ra), cottages o viviendas en tira de dos plantas Giménez). El concurso es ganado por Wladi- por Jerónimo Luis de Cabrera, quien tenía ór-
(Ramos Mejía). miro Acosta (v.) y Fermín Bereterbide (v.). Tan- denes de fundarla en la actual localización de
Su diseño está guiado por consideraciones to el proyecto original como el edificio cons- Salta. Debido a la ubicación central de la ciudad
de tipo higiénico, ya que asegura iluminación truido (terminado en 1955) son paradigmas en respecto del vasto territorio del Río de la Plata,
directa y ventilación cruzada para todas las uni- la historia de la vivienda colectiva, ya que re- y por ser paso en las importantes rutas entre el
dades y trata de garantizar la independencia suelven dos problemas claves en este tipo de Alto Perú y Buenos Aires y la Capitanía Gene-
de cada una de las familias. En este primer pe- edilicia. El primero es la incorporación de equi- ral de Chile, funcionó como Aduana Seca y fue
ríodo, las viviendas se vendían a los asociados. pamiento común: el edificio contiene un salón nombrada sede arzobispal, por lo cual se afin-
Estas consideraciones iniciales se modifi- de ventas, guarderías, comedor, lavaderos, con- caron las varias órdenes religiosas que com-
can alrededor de 1912, cuando la crisis que an- sultorios médicos y auditorio. El segundo es el pletaban el proceso de conquista y acompaña-
tecede a la guerra europea produce un cambio de la inserción de las formas pabellonales de ban el desarrollo colonial en América.
en las condiciones económicas del país. Por habitación en predios urbanos, cuestión que Entre todas ellas, la Orden Jesuita colaboró
un lado, se frena el proceso de expansión ur- en las alternativas del momento se resolvía a para que fuera Córdoba uno de los epicentros
bana, por otro, los bajos salarios, la desocu- través de barrios parque (por ejemplo el barrio culturales más importantes de Sudamérica, es-
pación y el alto costo del transporte para el pre- parque Alvear, Comisión Nacional de Casas tableciendo el Colegio Máximo en 1610, la pri-
supuesto familiar persuaden a los directivos Baratas, 1940) o edificios pabellonales de plan- mera Universidad en 1622, el primer colegio
de la Cooperativa de que la localización peri- ta en E (casa colectiva Martín Güemes, Co- de mujeres y más tarde la primera imprenta en
férica de viviendas individuales no era el pro- misión Nacional de Casas Baratas, 1939-1943). el siglo XVIII, aunque bajo un estricto uso re-
grama más adecuado para las necesidades de El proyecto resume también experimentacio- ligioso. La importancia cultural que deviene de
los trabajadores. Así se transforman en de- nes realizadas por sus autores, como el City estos establecimientos le dio a la ciudad tem-
fensores de la casa colectiva para alquilar co- Block de Acosta y los edificios de altura esca- pranamente el apelativo de “la docta”. Estas
mo la solución más conveniente. lonada de Bereterbide. A fines de la década del rígidas estructuras académicas se mantienen a
También la incorporación del sector con- treinta, el interés por la vivienda individual lo largo del siglo XIX y su persistencia será uno
sumo en la Cooperativa (1910), que exigía lo- se desplaza hacia el estudio de tipologías aptas de los factores que provoquen en esta ciudad la
cales de venta céntricos, impulsa un cambio para el medio rural. De estas preocupaciones Reforma Universitaria de 1918, que modifica
en las localizaciones urbanas adoptadas. Entre resultan conjuntos de vivienda pintorescos, co- el sistema universitario en la Argentina y se pro-
1915 y 1930, la Cooperativa suspende los cré- mo el proyectado para Turdera en 1940. A. B. yecta en Iberoamérica.
ditos individuales y construye dos casas colec- En su origen fundacional, la implantación
tivas: la primera en las calles Martín García y Bibliografía: N. Repetto. Cómo nace y se desarrolla una de la ciudad estaba reglada por las Leyes de In-
Bolívar (cincuenta y cuatro departamentos, cooperativa. 4º edición. Bs. As.: Intercoop, 1976; A. dias (v.), constituyendo un damero organizado
1911-1913) y la segunda en Perón 2070 (vein- Ballent. “Acosta en la ciudad. Del City Block a Fi- en setenta manzanas de 134 m de lado y sepa-
ticuatro departamentos, 1925-1927). Esta adop- gueroa Alcorta: El edificio para El Hogar Obrero”. radas por calles de 13 m de ancho, rodeando a
ta una disposición que más tarde se repite en En: Anales del IAA. n.° 25, 1988; A. Ballent. La for- la Plaza Mayor; y dentro de los límites natura-
otras casas colectivas realizadas por la Coope- mación y los primeros años de El Hogar Obrero. Bs. les de las barrancas y el río. En la plaza, y según
rativa, ubicadas en Álvarez Thomas y Giribo- As.: IAA, 1988. la ordenanza 113 del Consejo de Indias de 1573,
ne (1930-1933). Se trata de bloques de cuatro
pisos (en las dos últimas se aumenta la altu-
ra), en forma transversal a la dirección mayor CÓRDOBA. Ciudad capital de la provincia ho-
del lote, separados por patios. Esta tipología ya mónima, situada a 440 m de altura y a orillas
había sido ensayada por la Comisión Nacional del río Primero; es centro comercial, agrícola,
de Casas Baratas en la colectiva Bernardino Ri- ganadero y de industrias alimentaria, textil,
vadavia de 1922 y planteaba una alternativa a del cuero, mecánica, química y del cemento.
la organización tradicional de las casas de ren- Según el censo 2001 tiene, contando al “Gran
ta, desarrolladas sobre la mayor dimensión del Córdoba”, 1.368.109 habitantes, lo que la
lote (v. Casa de renta). ubica como segundo centro urbano del país
A partir de 1930, la Cooperativa retoma los después de Buenos Aires. Su situación geo-
créditos individuales y, a la vez que continúa política es gravitatoria desde su fundación en
construyendo casas colectivas, realiza una in- el siglo XVI, cuando es nombrada sede arzo- u EL ANTIGUO CABILDO. ATRÁS, LA CATEDRAL.

170 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


coo cor
se ubica la Catedral y el Cabildo (v.), cerrando
uno de los lados. En las cercanías se situaban
los demás edificios de las órdenes religiosas,
autoridades civiles y ciudadanos ilustres.
Un primer período que abarca el siglo XVII
y parte del XVIII se caracteriza por los edifi-
cios religiosos. Como se ha dicho, los inte-
grantes de la Orden Jesuita, llegada en 1599,
asumen un rol protagónico tanto desde el pun-
to de vista proyectual y de dirección de obras
diversas, como en la producción de materiales
para la construcción, como la cal y el ladrillo
de barro cocido. Así, su influencia no se de-
tiene en los propios edificios de la institución,
ni tampoco se limita a la ciudad, sino que se
extiende al resto de la provincia.
La elemental organización de la traza en
cardo y decumanus se enriquece con el carác-
ter plástico, efectista, propio de la arquitectu-
ra religiosa del período de la Contrarreforma.
El ingeniero Sosa Gallardo afirma que el pro-
totipo jesuítico es tomado por las otras órde-
nes religiosas, universalizándose como un fe-
nómeno histórico de variadas raíces religiosas, u IMAGEN DEL FRENTE DE LA CATEDRAL DE CÓRDOBA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX.

estéticas y sociales, siendo en esta ciudad las


iglesias no jesuíticas, como la Catedral, San- y una fuente pública, el paseo de la Alameda la importancia de Córdoba decae con la crea-
to Domingo y La Merced, las que siguen los (v.),
hoy Paseo Sobremonte, y la pequeña ciu- ción del Virreinato del Río de la Plata, esta ciu-
prototipos del Gesú y San Ignacio de Roma, dad se organiza en seis barrios o cuarteles. En dad mantiene siempre su lugar político. Du-
compuestas de una sola nave, y sin galería su- el ámbito doméstico se construyen las casas de rante las invasiones inglesas es Capital provisoria
perior (v. Colonial, arquitectura). los Allende, del Obispo Mercadillo y de Ladrón del Virreinato, y más adelante participa com-
Así entonces, ocupando una manzana alar- de Guevara (marqués de Sobremonte). En 1795 prometidamente en las luchas independentis-
gada, se conforma el centro jesuítico: la iglesia se edifican las iglesias de San Francisco, San tas y en las de unitarios y federales; fue ocu-
de la Compañía de Jesús, en la cual trabaja el Roque y San Sebastián del Hospital de la Ca- pada por Rosas en 1840 y por Mitre en 1863.
hermano Lemer (v.) desde 1645 hasta 1671, el ridad (1798). El carácter homogéneo de la ciu- A partir del siglo XIX la población crece ace-
Colegio Máximo y la Universidad (1711-1742), dad se logra por una continua línea de cons- leradamente un 22% respecto del XVIII, lo que
para los que trabaja el arquitecto jesuita Blan- trucción de bajos techos de tejas a dos aguas, obliga a extender y alterar el trazado del da-
qui (v.), y la Residencia. También forma parte de la cual solo sobresalen las torres y cúpulas mero original hacia las zonas rurales, exten-
del mismo conjunto el Colegio Real Convicto- del conjunto de edificios religiosos. diéndose el casco céntrico a la planta original
rio de Ntra. Sra. de Montserrat, cuya obra se La población progresa lentamente durante de 70 manzanas, y a partir de allí se reprodu-
inicia en 1689, y para el cual trabajan los her- el período colonial. En 1619 contaba con 4.060 cen las casas y rancheríos. Al ser sobrepasados
manos Kraus (v.) entre 1700 y 1714, y Blanqui habitantes y recién en 1815 asciende a 9.496, los ríos, se construyen puentes sobre La Ca-
desde 1720 en adelante. Este edificio pertene- crecimiento vinculado al desarrollo económi- ñada, para comunicar los barrios Alto Alberdi
ce, a partir de la expulsión de la orden en 1767, co de la región, considerando por una parte la al oeste, y General Paz y San Vicente al este.
a las Carmelitas de Santa Teresa. intensa actividad comercial, pero también la Entre los años 1853 y 1870 se conforman
La Catedral, de planta con crucero y cúpula, importancia cada vez mayor de las actividades las bases jurídicas y organizativas para el go-
nave principal y dos capillas laterales, una para agrícolas-ganaderas y de los viñedos, dadas las bierno municipal de la ciudad, que posibilitan
indios y otra para españoles, tuvo un proceso óptimas condiciones de clima y calidad de las obras de infraestructura, como el alumbrado
de edificación discontinuo, dado que dependía tierras, y el inicio de la actividad industrial con público a querosén, la forestación de la Plaza
de las finanzas públicas. En su proyecto y cons- los molinos y la primera fábrica de pólvora en Mayor, la obligatoriedad de la enseñanza pú-
trucción trabaja nuevamente Andrés Blanqui, 1811, para la cual se utilizan edificios de la ex- blica y las disposiciones que regulan la activi-
quien realiza la mayor parte del abovedamien- pulsada Orden Jesuita, como la estancia Ca- dad privada en la ciudad. También continúa la
to del templo y proyecta y dirige las obras del roya, por sus pisos altos y torre de observación. construcción de obras religiosas relevantes, co-
pórtico, aunque no alcanza a cerrar la cúpula, Paralelamente, se establecen otras pobla- mo la iglesia y convento de Santa Catalina, y
trabajo continuado por fray Vicente Muñoz (v.). ciones en la provincia y se definen las fronte- la basílica y el convento de Santo Domingo
Hacia fines del siglo XVIII, durante el go- ras, creando mayores condiciones de seguri- (1857-1861). En 1855 la Sociedad de Benefi-
bierno colonial de Sobremonte (1783-1797), se dad. En este período se construye la primera cencia, instituida por el gobierno de Roque Fe-
realizan obras públicas de alumbrado, acequias casa de Correos y Postas de la ciudad. Si bien rreyra, funda las escuelas de primeras letras

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 171


Casa de Gobierno, los Mercados de Alto Al-
berdi, San Vicente, Alta Córdoba; el Teatro Ri-
vera Indarte, la escuela Alberdi; el Hospital de
Clínicas, la Cárcel y el Banco de Córdoba, es-
tos últimos proyectados por Francisco Tam-
burini (v.); obras en su conjunto realizadas con
un carácter monumental, que expresa el valor
del poder civil, a través de los parámetros de la
Academia francesa. En el ámbito privado se si-
guen también estas tendencias, como puede
notarse en la construcción del palacio Ferrey-
ra, que ocupa una manzana completa frente a
la plaza España; y el Palacio Garzón, petit hô-
tel localizado en el barrio Nueva Córdoba, rea-
lizado por la firma Lanús y Hary (v.). En la ar-
quitectura doméstica, el repertorio colonial es
reemplazado por las nuevas casas de techos
planos y azoteas.
Las primeras obras de ingeniería, como el
dique San Roque de 1890, resultan funciona-
les no solo a las cuestiones industriales y de
infraestructura, sino también al interés turís-
tico que despiertan tanto la ciudad como la Pro-
vincia de Córdoba. Los servicios urbanos de-
ben responder a las exigencias del crecimiento
u PLANTA DE LA CIUDAD DE CÓRDOBA A MEDIADOS DEL SIGLO XX. EN NEGRO, EL NÚCLEO FUNDACIONAL. poblacional que asciende en 1890 a 65.687 ha-
bitantes. Así se resuelve el nuevo alumbrado
(1857-1861). En 1855 la Sociedad de Benefi- público a gas y, pocos años más tarde, el eléc-
cencia, instituida por el gobierno de Roque Fe- trico, el agua corriente, el servicio de telefonía,
rreyra, funda las escuelas de primeras letras etc. A partir de 1879 se cuenta con tranvías a
3 de Febrero, 9 de Julio y 25 de Mayo, esta úl- caballo, razón por la cual se ochavan las es-
tima con gran pórtico de columnas dóricas so- quinas (en 1909 es reemplazado por el tran-
bre un zócalo, con el fin de destacar la impor- vía eléctrico). También se instalan curtiembres,
tancia de la enseñanza pública. bodegas cerveceras, los Molinos Harineros Du-
Propulsado el desarrollo por la ideología del casse y Tillar en el barrio de San Martín, Ga-
progreso y la integración del país, la ciudad es ner y Carreras en Alta Córdoba.
sede de la Gran Exposición Nacional de 1871, Los inicios del siglo XX están signados por
año en que se construye el Banco Provincial de el crecimiento demográfico. La ciudad crece
Córdoba. Los ferrocarriles —pilar del progre- de 72.000 habitantes en 1900 a 134.935 en
so, ya que también facilitarán la actividad tu- 1914, para llegar en la década del veinte a
rística en toda la provincia—, unen el puerto de 157.000, como resultado de los movimientos
la Buenos Aires federalizada, con el resto del migratorios en la Argentina. En esta época se
territorio, quedando Córdoba como un centro verifica una nueva expansión, pero sin plani-
urbano de referencia para el interior del país. ficación ni estrategia urbanas. Las calles y puen-
A partir de los cambios de la década del tes se amplían para el uso del automóvil, y se
ochenta, la trama urbana se modifica también crean parques como el Sarmiento. Así se con-
en la arquitectura y los trazados de embelle- solida la actual zona intermedia de la ciudad,
cimiento, marcados por las tendencias acadé- que sigue un crecimiento concéntrico sobre
micas. Con el proyecto de Miguel Crisol se tra- las vías de conexión urbana e interbarrial.
za la nueva avenida diagonal hacia el barrio En cuanto al desarrollo edilicio, se constru-
que lleva su nombre, el bulevar hacia el barrio yen los grandes establecimientos escolares, co-
General Paz, y el Parque Sarmiento. Debido al mo la Escuela Superior de Comercio, el Nor-
desarrollo de las instituciones, en oposición al mal Nacional (1907), proyecto de Carlos Massini;
carácter religioso de los primeros siglos de fun- la Escuela Graduada de Varones, proyecto del
dación, que dominaba las fuerzas políticas de ingeniero Elías Serestrari; todos ellos siguen
la ciudad, se encaran nuevos temas y progra- las tipologías de la época para edificios educa-
u SECTOR DEL CASCO HISTÓRICO DE CÓRDOBA. mas arquitectónicos, como los Tribunales, la tivos: fachadas con ejes de simetría, grandes es-

172 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cor cor
calinatas de acceso, superposición de órdenes miento y actividad social, surgiendo temas edi- tá perjudicando la economía general de la ciu-
clásicos, celebrativas de la enseñanza gratuita licios como el Gimnasio Provincial (1928), y dad”. Uno delimitaba el área central y el se-
y extendida a niveles populares. Al mismo tiem- los estadios de los clubes de fútbol Talleres y gundo constituía la actual avenida de circun-
po se realizan: la sucursal del Banco Nación Belgrano. Diversas propuestas estéticas “mo- valación. Se proponía así una zonificación
(1911), por el arquitecto Salvador Mirate (v.); el dernas” (Art Déco, Racionalismo) acompañan general que determina al sur la zona industrial,
mercado del Barrio General Paz, por el inge- al uso de nuevas tecnologías, como el hormi- para luego concentrar las actividades de la Uni-
niero Baltasar Ferrer (1911) y más adelante el gón armado, el ladrillo de vidrio, el hierro cro- versidad Nacional de Córdoba en los terrenos
Mercado Norte (1927), en la Plaza España, pro- mado; lo que puede ser apreciado en obras co- de la ex Escuela de Agricultura, actual Ciudad
yecto de los arquitectos José Hortal y Salvador mo las del arquitecto Jaime Roca, (v.) en edificios Universitaria (v.). Para las zonas residenciales
Godoy; el Hospital Rawson para enfermos in- como La Sudamericana, Minetti, Moata Rey- se proponía descentralización orgánica y con-
fecciosos (1918); el Pabellón de las Industrias na, o en la sucursal del ACA (Automóvil Club centración funcional, zonas verdes de protec-
en el Parque Sarmiento (1916), proyectado por Argentino) de Antonio Vilar (v.). Paralelamen- ción, un sistema de parques y una eficaz red de
el arquitecto Luis Palau. En materia de vivien- te, también se desarrolla el Pintoresquismo, intercomunicaciones, es decir unidades auto-
das, el legislador Dr. Félix Garzón Macedo san- tan vinculado a Córdoba por el carácter turís- suficientes para las zonas periféricas, de carácter
ciona la Ley N.° 1.951 de 1907 para la cons- tico de la provincia; con este lenguaje se re- extensivo con predominio de verde, y carácter
trucción de casas obreras, a partir de la que se suelven edificios como la Caja de Jubilaciones, compacto para la zona residencial, ya confor-
hacen conjuntos habitacionales como el de San el Jockey Club, proyecto de Jaime Roca; el cha- mada por el área central de edificación.
Vicente, proyecto del arquitecto Juan Kronfuss lé de los Galindez, el Palacio Arzobispal, por Este plan regulador también considera, co-
(v.). Dado este cambio en la edilicia de la ciudad, mo parte de una visión paisajística de la ciu-
y la consolidación de la arquitectura institucio- dad, la sistematización de La Cañada y el cau-
nal, se comienzan a adjudicar los premios de ce del Río Primero, el ensanche de puentes
arquitectura local que estimulan y afianzan el existentes, un proyecto de puente sobre la ca-
ámbito de la profesión. lle Sarmiento, el inicio de la avenida de cir-
Pero sin duda el acontecimiento más sig- cunvalación, con nueva terminal de ómnibus,
nificativo para la ciudad durante este período y finalmente el ordenamiento y valorización
es la radicación de la Fábrica Militar de Avio- del centro histórico. Sin embargo, poco pudo
nes en 1927. Esto inaugura lo que a lo largo de resolverse ya que solo son tomadas algunas
las décadas siguientes constituye la actividad medidas parciales de este plan en 1962.
industrial de la provincia, que modifica pro- A partir del período más fructífero en con-
fundamente el carácter de la ciudad, trans- cursos nacionales y provinciales de las déca-
formándola de centro comercial, agrícola y ga- das de 1960 y 1970, diversos estudios de ar-
nadero, en centro de industrias de avanzada: u EL CENTRO CORDOBÉS A MEDIADOS DEL SIGLO XX. quitectos construyen obras importantes en la
textil, química, del cemento, alimentaria, del ciudad: Unión Tranviarios Automotor Sucur-
cuero y mecánica. En este marco, son los in- el arquitecto Pibernat; el Instituto Berman pa- sal Córdoba (1960), Ciudad Universitaria de
genieros civiles quienes adoptan un rol pre- ra enfermos mentales en el barrio Las Rosas; Córdoba (1961), Sucursal Córdoba Banco Hi-
ponderante en el ámbito profesional, como es y el Córdoba Atlhetic Club. potecario y Central de Policía de Córdoba
el caso de F. Sánchez Sarmiento, E. Olmos, E. La situación en la década del cincuenta re- (1979); todos proyectados por el estudio Ta-
Risler y R. Gross. sulta acuciante por las demandas de la pobla- ranto, Hobbs, Revol, Díaz y Arias.
La primera consecuencia de este desarro- ción masiva en un área estrecha. En efecto, El edificio para la Escuela Superior de Co-
llo es la migración de la población rural a la 356.828 habitantes ocupan una extensión de mercio Manuel Belgrano, dependiente de la
ciudad, para ocuparse como mano de obra de 576 km2, del cual un elevado porcentaje se en- Universidad Nacional de Córdoba, es particu-
la progresiva actividad industrial. Esto produ- cuentra sin infraestructura, con extensas áre- larmente destacable por sus fuertes connota-
ce un crecimiento descontrolado que acaba con as vacías produciendo un elevado costo eco- ciones estéticas, que al mismo tiempo res-
la óptima relación entre áreas verdes y núme- nómico de los servicios urbanos per cápita; ponden a la idea de que el nuevo colegio cree
ro de habitantes. El primitivo y simple dame- además de las prácticas especulativas sobre “una forma de vida”, según se indica en sus
ro deviene en una mancha amorfa, la actual el suelo y la concentración de cada nivel eco- bases. El primer premio del concurso lo ob-
zona periférica, con deficiente infraestructura nómico diferenciado en distintos sectores de tiene el estudio de los arquitectos Osvaldo Bi-
urbana de servicios y comunicación, rodean- la ciudad, como los niveles medio y alto al no- dinost (v.), Jorge Chute, José Gassó, Mabel La-
do un denso centro urbano en donde se veri- roeste. Córdoba requiere entonces para su me- pacó y Martín Meyer, en 1960. Otras obras
fica la concentración económica. joramiento un plan, que será elaborado por mencionables de la época: el Hospital Priva-
Resulta necesario entonces acompañar la el arquitecto Ernesto La Padula (v.) en la déca- do, el Palacio Municipal, las sucursales del First
legislación de viviendas obreras con progra- da del sesenta. National City Bank y Banco Río, realizadas por
mas efectivos de habitación, que se resuelven Basado en la Carta de Atenas, este plan se el estudio SEPRA (v.); el Banco del Interior, del
con la nueva tipología de monoblock, confor- estructura sobre la idea rectora de rutas de ac- arquitecto Mario R. Álvarez (v.); las obras del
mando nuevos barrios obreros y de sectores ceso con dos anillos concéntricos, a modo de arquitecto Antonio Bonet (v.), asociado al es-
populares en general. A estos asentamientos “cintas verdes [...], el elemento destinado a opo- tudio local Morchio y Souberán, que obtienen
se les ofrecen formas particulares de esparci- nerse a la desmedida expansión urbana que es- el primer premio en el concurso para el Con-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 173


Al mismo tiempo empiezan a verse obras
de los primeros profesionales egresados de la
Facultad de Arquitectura de UNC, cuyo pro-
grama es rediseñado por el arquitecto Ernesto
La Padula. Así se encuentra la obra del arqui-
tecto Osvaldo Pons, con la Fábrica de Cara-
melos Arcor, en la provincia; los arquitectos
Abel Ramírez y Alfredo Troilo, quienes reali-
zan con hormigón visto el edificio de la Com-
pañía Nobleza de Tabacos; los arquitectos Eu-
genio Díaz, Manuel A. Revol y Hubert Hobbs,
quienes, además de los concursos menciona-
dos, realizan las casas particulares Sabadin,
Werner Hobbs, Palmero, los edificios Liber-
tad, Carmela, Ayacucho, Horizonte (1977), la
Torre San Juan (1978) y Comeco I y II; el Hos-
pital Materno Infantil y el Policlínico Policial,
la Fábrica Minetti y la Central de la EPEC.
Dedicado particularmente a la proyectación
de viviendas, el arquitecto José Ignacio Díaz
(v.) contribuye con su obra a la arquitectura
u JUEGO DE VOLÚMENES PUROS Y COLORES ATREVIDOS EN UNO DE LOS CENTROS DE PARTICIPACIÓN COMUNAL. de la ciudad, explotando las cualidades estéti-
cas del ladrillo. Entre sus obras se destacan los
las Av. Olmos y San Martín. También se am- senta. En sus resoluciones abundan mate- edificios Aurora, Federico, Rivera, Kollon, Pa-
plía el Aeropuerto Internacional de Córdoba, riales suntuosos, cúpulas, patios, etc.; entre seo I y II, Torre I y II, Progreso I, Panorama
cuyo proyecto inicial pertenece a los arqui- ellas se destacan: la Galería Paseo Santa Ca- I y II, Güemes I, II y III, Florida VI y VII; el
tectos Revuelta, Carrara y Bottaro. Asimismo, talina (1975), que articula las iglesias Catedral, grupo de casas Villa Allende y numerosas vi-
se edifica la Terminal de Ómnibus (1970), re- Santa Catalina y Santo Domingo a cielo abier- viendas de particulares.
suelta con una estéreo estructura que abarca to, y continúa con la Galería Paseo del Fun- Bajo el régimen de la dictadura militar de
7520 m2 de superficie. También se concursa dador (1977) que enlaza la Plaza Mayor (hoy 1976-1983, se desempeña como Secretario de
el Hospital Escuela, en el sur de la ciudad, y plaza San Martín) y las plazoletas del Cabildo Obras Públicas de la Ciudad, entre 1979 y 1981,
obtiene el primer premio el arquitecto J.M. y la Catedral. el arquitecto Miguel Ángel Roca (v.), quien re-
Borthagaray (v.). No fue construido. suelve el programa urbano. Sus alcances se
Paralelamente, en los años setenta surge proyectan principalmente al predio Ferial de
la tipología de galería comercial. En general, la Ciudad de Córdoba (1978), a la reconver-
en Córdoba se proyectan sobre las manza- sión de los antiguos Mercados de General Paz,
nas enfocadas como unidad, proponiendo la Alta Córdoba y San Vicente, en Centros Cul-
peatonalización de la zona histórica y trans- turales de escala monumental; y a la cons-
formando la percepción perspectívica del área trucción de las nuevas plazas Italia y España,
urbana con mayor densidad simbólica. Fru- junto a la extensión de la peatonalización del
to de la alta especulación del suelo en el cen- área histórica central. Este conjunto de obras
tro histórico del área central, estos pasajes con- suscitan polémicas respecto a la estética de la
centran una actividad comercial destinada a ciudad, no solo entre profesionales sino tam-
los sectores de altos recursos, a la vez que cons- bién entre los propios ciudadanos, que que-
tituyen una importante área de recreación, que dan expresadas en las editoriales de los pe-
responde tanto a las necesidades del mercado riódicos locales y en los medios gráficos del
como a la configuración del núcleo lúdico y ámbito profesional. Estas intervenciones ur-
representativo del centro urbano. La volume- banas proponen homenajes y simulaciones
tría de los pasajes comerciales se reglamenta simbólicas para los cuales, argumentando li-
por medio de ordenanzas que protegen el pa- terales interpretaciones identitarias, se recu-
trimonio histórico, que siguen el plan del ar- rre al uso de elementos históricos y geomé-
quitecto La Padula, el que admite en un área tricos en las obras de M. Á. Roca se combinan
de 27 manzanas alrededor de 20 galerías de propíleos, espejos de agua, fachadas refleja-
paso. La primera de ellas es la galería Mu- das en solados, columnas, pilares, arcos, trián-
ñoz (1945); luego se construyen otras tres du- gulos, plataformas y círculos como parte de
rante la década del cincuenta, mientras que el un repertorio diverso que adquiere un carác-
resto se extendió a lo largo de la década del se- u EL PARQUE DE LA VIDA, DE MIGUEL ÁNGEL ROCA. ter fragmentario y efectista.

174 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cor cor
En el desarrollo histórico de la ciudad de Cór- Polideportivo Municipal del barrio San Martín; En una segunda etapa de este plan, se lle-
doba, el avance y la profundización de su es- en el área de salud, el Hospital Infantil Alta Cór- va a cabo el programa de desconcentración y
quema central comprometieron cada vez más doba y el Nuevo Mercado de Abasto, armado descentralización de Córdoba, desde 1994 a la
la calidad de la vida urbana. Iniciado el período con unidades de plantas octogonales. Estos edi- actualidad, con la construcción de Centros de
democrático en 1983, se comienzan los estu- ficios institucionales reflejan otro lenguaje es- Participación Comunal, en el área periférica
dios para la elaboración de un Plan General tético y distintas pautas proyectuales que los re- como Barrio Empalme y Villa Urquiza, varios
de Desarrollo Urbano, que se propone regular alizados durante la dictadura: el empleo de de ellos realizados por M. Á. Roca, que cons-
y otorgar al conjunto de la ciudad la infraes- formas puras en la solución volumétrica, com- tituyen nuevas sedes municipales, desarro-
tructura indispensable. En esta nueva legisla- posición geométrica de las fachadas sin ele- llando actividades culturales, educativas y de
ción, compuesta por ordenanzas que estable- mentos escenográficos, con materiales nobles capacitación, y generando mini centros de ser-
cen zonificaciones precisas y normas para el y a su vez económicos, estructurándose a par- vicios y actividad urbana, que evitan la necesi-
desarrollo urbano y edilicio, se han tomado co- tir de lugares de uso comunitario, como el ca- dad del traslado hacia el área central.
mo referente teórico particular las propuestas so de las galerías en las escuelas. Desde el punto de vista del patrimonio his-
de Aldo Rossi (v.), que considera la ciudad co- La Recuperación del Río Suquía, que reco- tórico, como parte de este programa se con-
mo una construcción social y colectiva, revalo- rre la ciudad diagonalmente, es un proyecto de tratan trabajos de investigación para la restau-
rizando la manzana como unidad de diseño, la revalorización paisajístico: considera un nue- ración de la Cripta del Noviciado Viejo, con
calle y la preservación del patrimonio histórico. vo sistema vial y costanero peatonal sobre am- la intención de convertirlo en centro de expo-
Asumiendo las exigencias de las zonas más bas márgenes, en toda su extensión —alrede- siciones y otras actividades culturales; asimis-
carenciadas del espectro urbano, e incorporando dor de 15 km—, un parque lineal para paseos mo, se recupera el Salón De Profundis, tam-
la participación de los habitantes en un 71% de y juegos al este, y el existente Gral. San Mar- bién perteneciente a la manzana jesuítica;
los emprendimientos, se tienden 2.000.000 tín al oeste. A su vez revierte el estado de de- además el Cabildo municipal es objeto de tra-
de m lineales de cañerías de gas entre 1984 y gradación de la ciudad que fue dando las es- bajos de restauración.
1990, y se moderniza también el sistema cloa- paldas al río. Un proyecto similar se encuentra El programa se propone la máxima densi-
cal y el de alumbrado público. Otros programas, en estudio para la recuperación del arroyo La ficación del área central, a la vez que se in-
como el “semilla” para realojar las villas de emer- Cañada, que hasta el momento se ha mejora- corporan los temas de arquitectura predomi-
gencia, consisten en una vivienda básica con do y extendido hasta el encuentro con el Su- nantes en la actualidad. En este caso es
núcleo sanitario y una habitación, con creci- quía; contemplando su extensión hacia el sur principalmente la obra del estudio de los ar-
miento libre por habitante; una primera etapa de la ciudad. Estos proyectos también impli- quitectos Gramática, Morini, Rampulla, Ur-
finaliza con la construcción de 38 edificios es- caron la creación de dos grandes parques ur- tubey, Guerrero, Pisani (v.), quienes se ocu-
colares, de uso comunitario, en el anillo peri- banos: el Parque de la Vida, en el extremo sud- pan, ya en los años noventa, de edificios
metral de la ciudad. En referencia al equipa- oeste de la ciudad; y el Parque de las Naciones, representativos de la ciudad, como el Palacio
miento recreativo, se edifica el Estadio ubicado en el Cerro de las Rosas. de Justicia II y, en materia comercial, el Nue-
vo Centro Shopping y el Hotel Sheraton Cór-
doba, que se convirtieron en los nuevos hitos
de la ciudad. V. A.

Bibliografía: R. Colomé. Construcción y vivienda de


la ciudad de Córdoba 1947-1965. Córdoba: UNC, 1967;
R. Caillet Bois. Cuarto Centenario fundación de
Córdoba y Santa Fe. Bs. As.: Academia Nacional de
la Historia, 1974; “La ciudad de Córdoba en remo-
delación: renovación urbana”. En: summa n.° 151, ju-
lio de 1980; Nuestra Arquitectura, n.° 517, año 51,
octubre de 1983; n.° 519, año 52, diciembre de 1983-
enero de 1984; Sosa Gallardo. “Arquitectura colo-
nial” y “Fábricas empleadas en la arquitectura co-
lonial”. En: Revista Facultad de Ciencias. Exactas,
n.° 38, UNC; summarios n.° 62, enero de 1983; M. Wais-
man. “Intervención urbana en la ciudad de Córdo-
ba”. En: summa n.° 86, abril de 1983; C. Page. La ar-
quitectura que quedó en proyecto: Córdoba
1880-1910. Córdoba: Facultad de Arquitectura
(UNC), 1989; G. M. Iros. Desarrollo Urbano: refle-
xiones y acciones. Córdoba: Editorial Municipali-
dad de la Ciudad de Córdoba, 1991; C. Page. Arqui-
tectura oficial en Córdoba 1850-1930. Bs. As.:
u HOTEL SHERATON PROYECTADO POR EL ESTUDIO GRAMÁTICA, MORINI, RAMPULLA, URTUBEY, GUERRERO, PISANI. Ministerio de Cultura y Educación, 1994.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 175


COREA, MARIO. En esa ciudad formó con el arquitecto ar- Bibliografía: F. Ortiz, R. Gutiérrez, A. de Paula, G. Vi-
gentino Edgardo Mannino (Rosario, 1944) y el ñuales y otros. La arquitectura del liberalismo en
Rosario, 1939. Arquitecto. Ra- español Francisco Gallardo (Ceuta, 1950) un la Argentina. Bs. As.: Sudamericana, 1968.
dicado en Barcelona, ha reali- estudio que ha logrado un importante lugar en
zado importantes proyectos y la arquitectura europea. Tomando como base,
obras en España desde 1980. en un principio, la arquitectura de la tendenza CORREDOR. m. En edificios, local destinado a
italiana (Aymonino y Rossi), sobre todo en sus la circulación pública, que indirectamente vin-
Graduado en 1962 en la Facultad de Ar- primeros trabajos, como el Colegio Rafael Al- cula otros locales.
quitectura de la UNL, realizó estudios de pos- berti en Badalona (1983) y la piscina cubierta
grado en al Universidad de Harvard, donde ob- de Sistrells (1984), la labor del estudio ha ido Los orígenes del corredor pueden rastrear-
tuvo el Master of Architecture in Urban Design. evolucionando dentro de los patrones de reno- se en el ámbito europeo en dos vertientes: una
Entre 1962 y 1967 trabajó para José Luis Sert vación que planteó la arquitectura española y se encuentra en residencias inglesas del siglo
y Paul Rudolph. En 1970 obtuvo el diploma en en particular catalana, durante los años ochen- XVI y otra en las transformaciones de la plan-
Estudios Urbanos de la Architectural Associa- ta y noventa. Dentro de esta matriz se destacan ta clásica que tuvieron lugar en Francia, indu-
tion de Londres. A partir de 1967, y hasta 1976, proyectos del estudio, como el paseo marítimo cidas por Blondel y Laugier desde el concep-
realizó una intensa tarea docente y profesional de Badalona (1985-1987) y la estación de auto- to de distribución y concretadas en 1786 en
en Rosario. buses Méndez Navarro de Madrid (1987). forma sistemática con el proyecto de Percier
Formado dentro de la tradición moderna, Trabajó también en programas sanitarios: para una Academia, que fue utilizado por Du-
sus estudios en el exterior le permitieron re- remodelación del Hospital Provincial de Lleida rand como base de posibles desarrollos com-
plantear su trabajo y su actividad como profe- (1984); Centros de Urgencia en Llefiú (1988 y positivos. Dicho proceso, relacionado directa-
sor universitario. Entre 1967 y 1970 adhirió a 1993), Residencia de Príncipes de España (1996). mente con la demarcación creciente entre el
la línea que apostaba a una transformación ra- En 1997 realizó el proyecto para el plan de re- espacio público y privado, llevó a modificar la
dical del hábitat en clave moderna, fundado en modelación de la Porta Catalana (La Jonquera). estructura compositiva de la planta, basada has-
el diseño urbano y la apertura hacia la inno- En la década del noventa realizó dos obras ta entonces en la vinculación de locales ex-
vación tecnológica. Después de su paso por en Rosario: el Centro Municipal del Distrito clusivamente a través de la enfilade. Dentro de
Londres, se asoció a las tendencias que inten- Oeste y el Hospital de Emergencias. este proceso se sistematizan asimismo las ga-
taban diluir la arquitectura en la actividad in- lerías semicubiertas, cuyo rol de nexo entre es-
terdisciplinaria y en la política, ideas que ca- pacios era el antecedente más próximo al co-
racterizaron el hacer local en los primeros años CORNEJO, PEDRO F. S/d. Arquitecto. Tuvo ac- rredor, como puede verse en el Hospital de
de 1970. Con posterioridad al golpe de 1976, tuación en Salta a fines del siglo XIX y co- Greenwich, de Chistopher Wren.
emigró a España, comenzando a trabajar para mienzos del XX. De este modo, los nuevos programas ins-
José Luis Sert en los proyectos europeos de es- titucionales y la transformación de los exis-
te. En Barcelona, donde se radicó definitiva- Realizó el edificio del Círculo, en Caseros tentes, en particular el doméstico, estuvieron
mente, comenzó a enseñar, a partir de 1976, 720 (1880). En colaboración con el arquitec- acompañados en adelante de partidos basados
en la Escuela Técnica Superior del Vallés. to Correa (v.) proyecta y construye la Facultad en la primacía de la circulación.
de Ciencias Naturales, el Palacio Doy en Mi- La transformación de la planta derivada de
tre 37 y las residencias de Buenos Aires 177, la organización circulatoria se manifestó du-
Alvarado 620, etc. También construyó el Club rante el siglo XIX, y culmina con las propues-
Social en Mitre 23, actual Casa de Gobierno tas del tratado de Guadet, en el cual los corre-
Provincial, cuyo proyecto realiza el arquitecto dores son considerados medios necesarios para
Prins (v.). penetrar en todas las partes del edificio.
Hospitales, asilos, prisiones, hoteles, edi-
Bibliografía: F. Ortiz, R. Gutiérrez, A. de Paula, G. Vi- ficios educacionales y administrativos, son
ñuales y otros. La arquitectura del liberalismo en algunos de los programas edilicios reorgani-
la Argentina. Bs. As.: Sudamericana, 1968. zados sobre la base de la nueva definición del
esquema circulatorio, cuya claridad se convierte
en elemento fundamental para juzgar el valor
CORREA, C. A. S/d. Arquitecto. Activo en Salta de un proyecto.
a fines del siglo XIX y comienzos del XX. En programas domésticos, la articulación
de locales surgida del cambio operado se rea-
Realiza obras de jerarquía en colaboración liza principalmente a partir del hall (v.), dada la
con el arquitecto Cornejo (v.). Entre ellas, la Ca- compatibilidad que presenta con la planta com-
sa de Gobierno de Jujuy (1927). Construye ade- pacta de la vivienda.
más el Palacio Goetling en Mitre 2920 (1912), Para la distribución de los distintos locales
el Asilo de Huérfanos San Antonio (1916), la dentro de la zona privada se recurre a zonas de
residencia de Balcarce 443, Mitre 498, Balcarce características más íntimas que el corredor, de-
u PASEO MARÍTIMO DE BADALONA (1983), ESPAÑA. y Leguizamón, etc. signadas como pasillos (v.).

176 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cor cor
pondía a la necesidad de contar con un puer-
to con fondeaderos naturales como escala in-
termedia entre las ciudades de Buenos Aires y
Asunción del Paraguay.
El primer asentamiento estaba ubicado en
la llamada Punta Arazatí, lugar donde se ha-
bía erigido un pequeño fuerte y donde se cons-
truyó posteriormente la Ermita de la Cruz. De-
bido a los frecuentes ataques indígenas, el
asentamiento fue trasladado a su actual ubi-
cación que, por tratarse de terrenos altos ro-
deados por un recodo del río, era más venta-
josa desde el punto de vista defensivo.
El primer trazado se componía de un cen-
tro urbano rodeado de zonas para pastoreo y
cultivo, tal como lo establecían las Leyes de In-
dias (v.) de 1573. Sin embargo, la ubicación de
la Plaza Mayor retirada de la costa no observa
los criterios indianos y responde más a un asen-
tamiento mediterráneo que a uno costero.
En un principio, el poblamiento y la edifi-
cación se consolidaron en tres núcleos dife-
rentes: la Plaza Mayor (v.), la mencionada Er-
u LOS EJES COMPOSITIVOS, LA SIMETRÍA Y LOS PASILLOS CARACTERIZAN EL EDIFICIO DE LA MUNICIPALIDAD DE LA PLATA. mita de la Cruz, que debido a los ataques
indígenas había sido trasladada más cerca de la
En la Argentina puede detectarse como an- CORRIENTES. Capital de la provincia homóni- Plaza hacia 1720, y la punta San Sebastián, en
tecedente del uso del corredor, entre otros ejem- ma, en la actualidad ubicada a 1.025 km al la costa del Paraná, que cobró importancia a
plos, el Colegio de la Compañía de Jesús en norte de Buenos Aires. Fundada en 1588, Co- partir del asentamiento de los jesuitas. Gracias
Córdoba. rrientes es una de las primeras ciudades de a su rol de puerto, la ciudad se integra en el
Sin embargo, las transformaciones apun- la Argentina y cumplió un rol protagónico en siglo XVII al circuito económico de las misio-
tadas para el caso europeo se introducen casi el proceso de poblamiento de gran parte del nes jesuíticas. Durante el siglo XVIII, Corrientes,
a fines del siglo XIX, acompañando el cambio NE del país. Un puente la comunica con la que va transformándose en un centro de irra-
en la definición de los ámbitos público y pri- ciudad de Resistencia, con la que forma un diación de nuevos poblados, determina un área
vado, y la complejización de los requerimien- conglomerado urbano que supera el medio de influencia que termina convirtiéndose en la
tos programáticos que esto conlleva. millón de habitantes. Provincia de Corrientes. El estatus de provin-
Es en este sentido en que pueden leerse cia es reconocido oficialmente en 1824, fecha
obras tales como la Casa de Gobierno de Tu- que marca el comienzo de un lento pero deci-
cumán (1908), de Domingo Selva (v.), el Pala- dido proceso de ordenamiento y control del es-
cio Municipal (1882) y los edificios para el Mi- pacio urbano. A partir de ese año la ciudad asu-
nisterio de Hacienda (1882-1935), en La Plata, me el rol de capital, por lo que su presencia se
los Tribunales de Córdoba, de Salvador Godoy advierte en el resto de la provincia a través de
y José Hortal (1927), o los de Tucumán de Fran- la administración y de la fundación de pueblos.
cisco Squirru (1936). En este momento se le encomienda al francés
Si bien la teoría académica designa gené- Narciso Parchappe (v.) una delineación del tra-
ricamente a los corredores, galerías y pasillos zado de la ciudad con el fin de remarcar su des-
como circulaciones, es recién en los años cua- dibujada cuadrícula.
renta, al consolidarse la Arquitectura Moder- Si bien modesta, la arquitectura de estos pri-
na en forma hegemónica, que se sustituye el meros siglos posee un claro sello regional. En
término “corredor” por el de “circulación ho- materia de arquitectura religiosa, la tipología
rizontal” (v.), más fuertemente ligado a conno- períptera, característica del Paraguay y su zona
taciones funcionalistas. E. G. u ANTIGUA CASA DE GALERÍA EN CORRIENTES. de influencia, tuvo gran difusión en Corrientes
(v. Colonial, arquitectura). Estas iglesias rodeadas de
Bibliografía: J. Guadet. Elements et Thèorie de l’Ar- Con el nombre de San Juan de la Vera de galerías se emplazaban a menudo en el cen-
chitecture. Paris: Weissenbruch, Bruselas, 1908; las Siete Corrientes, la capital correntina fue tro de las plazas, tal el caso de la Iglesia de la
R. Evans. “Figures, doors and passages”. En: Archi- fundada el 3 de abril de 1588 por el cuarto ade- Cruz. Hasta la construcción de la Iglesia Ma-
tectural Design. n.° 4, 1978; A. Corona Martínez. En- lantado del Río de la Plata, don Juan Torres de triz, a principios del siglo XVIII, el papel de igle-
sayo sobre el proyecto. Bs. As.: Editorial CP67, 1990. Vera y Aragón. La fundación de Corrientes res- sia parroquial fue desempeñado por la capilla

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 177


uLOS TRES PLANOS MUESTRAN SUCESIVAMENTE CÓMO EVOLUCIONÓ EL EJIDO DE LA CIUDAD DE CORRIENTES.

de San Sebastián, erigida en 1593. teriores son reemplazados por importantes fa- como parques, plazas y clubes. El Parque Mi-
Debido a la mencionada existencia de nú- chadas que dan cuenta de un repertorio italia- tre, sobre la costa del Paraná, es el mejor ejem-
cleos separados, la ciudad no consigue tener nizante (v. Neorrenacimiento italiano). En el aspecto plo del equipamiento urbano que caracteriza
una conformación edilicia uniforme hasta bien constructivo, estas viviendas inauguran una al fin de siglo. Los nuevos espacios del ocio in-
entrado el siglo XVIII. Incluso la plaza ma- etapa caracterizada por el uso de las bovedillas cluyen un gran número de casas quintas que,
yor, elemento central del espacio urbano de las en las cubiertas y del hierro en rejas, balcones construidas en su mayoría en las cercanías del
ciudades fundadas por los españoles, no logra y pretiles. Declarada hoy Monumento Histó- camino a San Luis del Palmar, muestran tam-
consolidarse a partir de los edificios que la ro- rico Nacional, la llamada Casa Lagraña (1860), bién un lenguaje italianizante.
dean sino hasta la segunda mitad del siglo XIX, con su patio espacioso con aljibe, su puerta Este conjunto de transformaciones formó
momento en que los estilos arquitectónicos im- cancel de hierro y su altillo mirador, es un buen parte de un profundo cambio del paisaje ur-
perantes darán a la plaza un carácter que guar- ejemplo de este nuevo tipo. La Casa Nalda es bano iniciado en tiempos de la Confederación
dará poca relación con los antecedentes his- representativa de la “casa de altos”, tipología Argentina, que tuvo como protagonista la apa-
panos. Hasta entonces la arquitectura de menos frecuente cuya aparición corresponde rición de nuevos programas arquitectónicos,
Corrientes posee una escala doméstica y se de- también a este período. Con lenguaje y mate- como escuelas, hospitales, mercados, estacio-
sarrolla mayormente en una planta. Las vi- riales muy similares, las casas construidas en nes de ferrocarril y edificios de gobierno, con
viendas se organizaban a partir de patios, con años posteriores se adaptan a lotes más estre- una gran inspiración neoclásica, siendo la ma-
la particularidad de contar con una galería ex- chos, asimilándose al tipo de vivienda cono- yoría de sus constructores de origen italiano.
terior que protegía a los habitantes del clima cido como “casa chorizo” (v.). Al mismo tiempo se propició la construcción
tórrido y lluvioso. Los aleros de las galerías pro- Este recambio edilicio fue propiciado des- de monumentos como la Columna de la Cons-
tegían, a su vez, a las paredes de adobe de los de la administración municipal con medidas titución, erigida en la plaza principal en 1853.
efectos destructivos de la lluvia. Los pisos de es- como la del Intendente Ramayón, quien entre Dentro de este panorama se destaca la obra
tas viviendas eran de ladrillones, las columnas 1890 y 1891 ordenó la destrucción de todas las del ingeniero italiano Juan Col (v.), autor de las
y la estructura de la cubierta, de madera, los cie- galerías exteriores del centro de la ciudad, de obras más significativas de este período de re-
lorrasos eran armados con caña de tacuara y so- las que se demolieron más de 200. La desa- novación edilicia. Col es autor de la neoclási-
bre ellos se apoyaban las tejas que podían ser parición de las galerías produjo un vacío en los ca Casa de Gobierno, comenzada en 1881, que
cerámicas o de palma. Desde el punto de vis- ámbitos de sociabilidad urbanos que sería gra- se destaca por sus frontis curvos, por las ar-
ta constructivo, los edificios religiosos no se di- dualmente reemplazado por nuevos espacios querías de su patio central y por la loggia sobre
ferenciaban de la arquitectura doméstica. el frente, que es utilizada como palco duran-
La amplia difusión de esta tipología de vi- te festejos cívicos. En la misma cuadra, fren-
vienda hizo que muchas de las manzanas es- te a la plaza principal, Col construye la vivien-
tuvieran rodeadas por galerías, generando así da de Antonio Cabral, que hoy alberga al
una calle semicubierta continua. Este tipo de ministerio de gobierno provincial. Las dos pri-
vivienda, característica de toda el área “guara- meras escuelas públicas de la ciudad, ambas
nítica” desde Santa Cruz de la Sierra en Boli- finalizadas en 1895, también fueron proyecta-
via hasta el sur de Corrientes, en la segunda das por este Ingeniero, quien, como en los edi-
mitad del siglo XIX comienza a ser reempla- ficios anteriores, da cuenta de su hábil mane-
zada por otro que, si bien sigue organizándo- jo de los elementos arquitectónicos que definen
se a partir de una planta de patios, muestra ha- al estilo neoclásico. Sin embargo, en otro gru-
cia la calle un concepto arquitectónico bien po de obras Col da muestras de un Clasicismo
diferente, en el que los frentes con galerías ex- u TEATRO JUAN DE VERA, SIGLO XIX. que se vuelve cada vez menos ortodoxo. Este

178 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cor cor
espíritu ecléctico se manifiesta en el decorati- En 1869 y 1877 es ampliado y mejorado el el (v.), donde funciona actualmente el museo
vismo de la Sociedad Italiana de Socorros Mu- muelle que había sido construido junto con la histórico provincial.
tuos, en el Neorrománico lombardo de la Igle- muralla de defensa en 1844. La ribera cambia Al promediar el siglo se llevan a cabo otras
sia de la Cruz, en el Neogótico de la Iglesia definitivamente su fisonomía con la creación obras importantes, como la ampliación de la
de Santa Rita o en el Pintoresquismo Neome- de la Plaza de Marte (hoy Parque Mitre) y de la avenida costanera, la modernización del puer-
dioeval de la Penitenciaría. Como en Buenos avenida costanera de más de un kilómetro y to y la construcción del ministerio de Justicia
Aires, con el creciente eclecticismo se impo- medio de longitud, cuyas obras se iniciaron en y de la sucursal del Banco Nación. A pocos
nen, hacia el siglo XX, los estilos afrancesados, 1929. El Ingeniero Col es autor de estos dos kilómetros de la ciudad de Corrientes se cons-
siendo la jefatura de Policía, proyectada por Ni- emprendimientos que aún hoy definen la re- truye, en 1950, la monumental Basílica de Ita-
colás Heyerdhall, un buen ejemplo. Por su gran lación del área central de Corrientes con el río. tí, con una cúpula de 83 m de altura.
despliegue de recursos estilísticos hay que men- La infraestructura de servicios se extiende En 1973 se inaugura el puente general Bel-
cionar aquí también al edificio del actual Te- con la creación de la empresa de energía eléc- grano que, con sus más de 1.600 m de longi-
atro Vera. Construida en 1910, esta sala es una trica, la instalación del servicio de aguas co- tud, conecta a Corrientes con la ciudad de Re-
de las más importantes del interior del país. rrientes en 1905 y la construcción, en 1910, de sistencia. El puente empalma con la mencionada
En este período se destruyó la mayoría de los edificios de Obras Sanitarias en las cerca- Avenida 3 de Abril, que junto con las avenidas
los edificios de la época colonial. Este es el nías del Parque Mitre. Con estas mejoras la Costanera y Juan Pujol constituyen un anillo
caso del Cabildo, demolido en 1905, en cuya ciudad avanza hacia el sur y hacia el este, su- circulatorio que define los límites de la actual
ubicación, frente a la plaza principal (25 de Ma- perando los límites del viejo ejido: la llamada área central. La conexión vial con Resistencia
yo), fue construida la jefatura de policía ya men- ha beneficiado económicamente a la ciudad que
cionada. También es el caso de la Iglesia Ma- se ha expandido en varias direcciones: hacia
triz, edificio de torre exenta, ubicado frente a el este a lo largo de la Avenida Independen-
la misma plaza, demolida para construir la ac- cia, continuación del eje conformado por las
tual Casa de Gobierno. En 1873 se resuelve tras- avenidas 3 de Abril y Gobernador Ferré, que sir-
ladar la Iglesia Matriz a la Iglesia Nuestra Se- ve de acceso desde Posadas y hacia el sudeste a
ñora de la Merced, frente a la periférica plaza lo largo de la Avenida Maipú que, empalman-
Cabral. Esta había sido finalizada en 1864 por do con la ruta nacional 12, sirve de acceso des-
el italiano Nicolás Grosso (v.), autor de otras de Buenos Aires.
importantes obras del período, como la facha- Este crecimiento ha llevado a una mayor
da de la Iglesia de San Francisco (1859-1867). consolidación del área central que, última-
Actualmente, el único testimonio de la época mente, se ha visto congestionada por una gran
colonial es un fragmento del convento de los concentración de servicios que incluye la ad-
franciscanos que ha sido declarado monumento ministración provincial y las actividades del co-
histórico nacional. mercio, el sector bancario y la Universidad Na-
El programa transformador que dio co- u FOTO ANTIGUA DE LA PLAZA 25 DE MAYO, EN CORRIENTES. cional del Nordeste (UNNE). Esta variedad
mienzo con la Confederación Argentina y coin- de programas arquitectónicos tiene corres-
cidió con la gestión desarrollada entre 1890 y calle ancha (hoy Avenida 3 de Abril) y el arro- pondencia con la aparición, a mediados de la
1910 por el gobernador Pujol, tuvo importan- yo Poncho Verde. En este período, la ciudad se década de 1950, de obras de arquitectura mo-
tes consecuencias en el ordenamiento de la ciu- consolida como centro a escala regional a par- derna, como el edificio de Correos y Teleco-
dad y su infraestructura. La necesidad de rec- tir de la construcción de caminos y vías férre- municaciones, proyectado por el arquitecto Jo-
tificar las calles de la ciudad y de consolidar su as, produciéndose la integración a la red del fe- sé Spencer (v.), en las que comenzaban a
amanzanamiento propició la realización de va- rrocarril del nordeste a partir de 1898. Se aparecer elementos de la estética corbusiera-
rios trabajos de mensura, como el del italia- inaugura, además, el ferrocarril de trocha an- na. Sin embargo, hacia la década del setenta
no Nicolás Grondona (v.) en 1858 y en 1864 el gosta Decauville, conocido como “primer co- las obras modernas se expresarán con más fuer-
de Salvador Umbert, quien había sido nom- rrentino” o “económico”, que comunicaba la za y autonomía, no solo por cuestiones lin-
brado “arquitecto agrimensor de la Capital”. capital con las localidades de Santa Ana, Ge- güísticas y tecnológicas sino también por la en-
La labor de estos profesionales se inscribe den- neral Paz, Mburucuyá y San Luis del Palmar. vergadura de las realizaciones. Este es el caso
tro de la acción del Departamento Topográfi- La estación de este ferrocarril es un interesante de algunos importantes edificios en altura, co-
co Provincial, que a partir de su creación en testimonio de las influencias arquitectónicas mo el hotel de la Unión de Obreros Gastronó-
1861 llevó adelante la delineación de calles y modernistas que prevalecían al tiempo de su micos, de los arquitectos Aftalión, Bischof y
caminos y la realización de obras de ingenie- construcción en 1910. Egozcue (v.), y el edificio de la Casa Central del
ría y salubridad. Finalmente, la municipalidad, Además del creciente eclecticismo, las pri- Banco de la Provincia de Corrientes, proyec-
al ser creada en 1863, concentra los trabajos de meras décadas del siglo traen nuevas pro- tado por el estudio integrado por los arqui-
ordenamiento y mejoramiento de la ciudad. La puestas estilísticas, como la del Neocolonial (v.) tectos Solsona, Viñoly y Sánchez Gómez (v.).
realización de los mismos permiten al inge- que cuenta en Corrientes con dos ejemplos de Este último, finalizado en 1981, es quizás el
niero Col comenzar con las tareas de nivela- interés: el imponente edificio en esquina per- más representativo del período, dado el argu-
ción que harán posible el adoquinado de las teneciente al Ministerio de Hacienda y una vi- mento de oposición al entorno asumido por
primeras calles en el año 1889. vienda proyectada por el arquitecto Martín No- los proyectistas.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 179


La construcción en altura ha sido estimu- das: el estilo italianizante está representado por preservación”. En: summa n.° 77, 1974; SCA e IAIHAU.
lada por la valorización de la tierra, resultan- la Casa de Gobierno, el actual Ministerio de El patrimonio arquitectónico de los argentinos. Bs.
te de la sobrecarga de funciones que soporta Gobierno y la Escuela Sarmiento; la influen- As.: 1983; M. A. Laurenzana. “Antecedentes de la con-
el área central. En forma paralela, la conges- cia del Academicismo francés se pone de ma- formación urbana de la ciudad de Corrientes”. En:
tión circulatoria ha promovido el aprovecha- nifiesto en la Legislatura provincial, la Jefatu- revista DANA, N.° 26; A. Sánchez Negrette. “Co-
miento de lotes urbanos como playas de esta- ra de Policía y en el petit-hôtel que alberga hoy rrientes”. Bogotá: Centros Históricos de America
cionamiento. La presión inmobiliaria que al rectorado de la UNNE. También se en- Latina, 1990; Comisión Nacional de Museos y de Mo-
resulta de estos procesos ha puesto en peligro cuentran protegidos el Neocolonial (v.) Minis- numentos y Lugares Históricos. Monumentos His-
la permanencia de una gran cantidad de edifi- terio de Hacienda, y la Iglesia y Convento de tóricos de la República Argentina. Bs. As.: s/e, 1998.
cios de interés patrimonial que dan cierto ca- la Merced que fueron construidos en varias eta-
rácter a esta área central. Esto se hizo eviden- pas desde 1728 a 1893.
te en 1983 con la derogación de una ordenanza Para una mejor conservación del casco his- CORTHELL, ELMER. Lawrence (EE.UU), 1840 -
que protegía el casco histórico, situación que tórico, se ha planteado la necesidad de reloca- s/d, 1916. Ingeniero civil. Tuvo actuación en
posibilitó la construcción de más de una do- lizar funciones que resultan conflictivas, como el proyecto y construcción del Puerto Nuevo
cena de edificios en altura que transformaron las relacionadas con la Universidad y el Poder de Buenos Aires
rápidamente la fisonomía del centro de la ciu- Judicial. En definitiva, en una ciudad que ha al-
dad. Con el fin de proteger el área, fue san- canzado en 2001 una población de 314.297 ha- Luchó en la guerra civil, en la que alcanzó
cionada en 1985 una nueva ordenanza que es- bitantes, se ha hecho necesaria la existencia de el grado de capitán. Posteriormente se instaló
tablecía el respeto a la línea municipal y a una uno o más polos de actividad que contribuyan en Chicago. Fue asistente en jefe del ingenie-
línea de altura máxima de 9 m, prohibiendo la al descongestionamiento del área central. F. W. ro Eads en las obras de mejoramiento de la ba-
subdivisión de lotes y la demolición de edifi- rra del Mississippi hacia 1876, ocasión en la
cios de interés. La nueva reglamentación re- Bibliografía: M. Escobar, P. de Salas y A. Salas. “Co- que lo conoce Pedro II, emperador del Brasil
coge muchas de las conclusiones de una serie rrientes y su patrimonio”. Separata Especial de los de viaje por el país, quien lo contrata en 1906
de relevamientos del patrimonio arquitectóni- Cuadernos del Koeyú (Secretaría de Extensión Uni- para la apertura de la barra de Rio Grande. Pa-
co, iniciados en 1974 por un equipo de la UN- versitaria de la UNNE), s/f; R. Gutiérrez. La obra del ra entonces, Corthell ya es un reconocido ex-
NE. Estas medidas de conservación han con- ingeniero Juan Coll en la expansión edilicia del perto, miembro del Advisory Board del canal
tado con apoyo en el ámbito nacional a través nordeste argentino. Corrientes: Unue, 1969; R. Gu- Barge (estado de New York), del American
de la Comisión Nacional de Monumentos y Lu- tiérrez, A. de Paula, G. Viñuales. Arquitectura de Council of Engineering y representante esta-
gares Históricos. Nucleado en torno de la Pla- la Confederación Argentina en el litoral fluvial. dounidense en congresos internacionales so-
za 25 de Mayo, el de Corrientes es el único con- Resistencia: Unnue, 1971; R. Gutiérrez, A. Sánchez bre el tema. En la Argentina, fue contratado pa-
junto urbano del NE argentino que ha merecido Negrette. “Arquitectura colonial en Corrientes”. ra realizar un proyecto para la ampliación del
el privilegio de ser declarado Monumento His- En: summa n.° 204, 1972; R. Gutiérrez, A. Salas, M. E. Puerto de Buenos Aires, en 1902, que confir-
tórico Nacional. Los edificios que lo componen Leiva y M. E. Escobar Pazos de Salas. “Relevamiento mó las críticas de Huergo al plan realizado, y
corresponden a propuestas estilísticas varia- del casco histórico de Corrientes con vistas a su retomó el sistema de diques en peine. Con va-
riaciones, este proyecto se concretó en el actual
Puerto Nuevo (v. Puerto). Corthell escribió A His-
tory of the Jetties at the Mouth of the Mississippi
(Wiley, 1881). Sus papeles y biblioteca se en-
cuentran en la Brown University. G. S.

CORTI, JOSÉ S. Austria, 1861 - Mendoza, 1938.


Ingeniero civil de importante actuación en la
región cuyana en las primeras décadas del
siglo XX.

Nacido en Austria en 1861, llegó a la Ar-


gentina cuando tenía seis años. A los dieciséis
ingresó al Departamento de Ingenieros Civi-
les de la Nación como dibujante técnico. En-
tre 1881 y 1885 actuó en la Comisión de Estu-
dios y Construcción del Ferrocarril Andino,
que realizaría el tramo entre San Luis y Men-
doza, y luego en la prolongación a San Juan,
ciudad donde se radicó y formó su hogar. En
1887 se diplomó de ingeniero civil en la Uni-
uCORRIENTES FUE FUNDADA EL 3 DE ABRIL DE 1588 COMO PUERTO INTERMEDIO ENTRE BUENOS AIRES Y ASUNCIÓN. versidad de Buenos Aires.

180 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cor cou
En 1891 se lo nombró profesor de la Escuela land Park y el Olivos Golf Club (ambos de la dé-
Nacional de Minas de San Juan, llegando en cada de 1950). En la mayoría de los casos, es-
1893 a ser director de la misma. Fue también tos se constituyen sobre la base de clubes de-
Ingeniero Jefe del Departamento Nacional de portivos existentes cercanos a la ciudad de
Ingenieros con asiento en San Juan hasta 1899, Buenos Aires y dedicados a la práctica del golf.
fecha en que pasó a ocupar el puesto de Jefe En esta primera época, el country club com-
de la Cuarta Sección de Puentes y Caminos de bina instalaciones específicamente deportivas
la Nación, que comprendía las provincias de con dos tipos de habitaciones para “alojamiento
San Juan, San Luis y Mendoza, con asiento y temporario”: el club house, o gran pabellón, con
residencia en esta última ciudad. habitaciones distribuidas paralelamente y ser-
Su actividad profesional en Mendoza abar- vicios generales, junto con el “barrio parque”,
có la construcción de edificios, asociado desde anexo al country club y comunicado con él, en
1908 al ingeniero Enrique del Castillo. Orga- el que se construyen “casas individuales de fin
nizados como empresa constructora, realiza- u PRIMERAS OBRAS EN UNA URBANIZACIÓN SUBURBANA. de semana” pertenecientes a particulares.
ron las siguientes obras: el Banco de la Nación En cuanto a las formas jurídicas de domi-
Argentina, Banco Español del Río de la Plata, COUNTRY CLUB. (Expresión Inglesa: club de nio, los country clubs oscilaban entre las si-
Banco Industrial de Mendoza y las menciona- campo) m. Complejo recreativo residencial, guientes posibilidades: a) propiedad del club y
das obras del Parque. En la ciudad de San Mar- asentado en un área territorial de extensión usufructo de los socios de las habitaciones del
tín construyeron, a partir de 1911, el Hospital limitada que no conforma un núcleo urbano club house o de las viviendas del “barrio par-
Regional. y reúne las siguientes características básicas: que”; b) sociedad cooperativa entre los mismos
También realizaron tareas de urbanistas. a) localización en área no urbana; b) equipa- socios y propiedad de los bienes inmuebles res-
En junio de 1911, la Municipalidad del Depar- miento para la práctica de actividades de- pectivos; y c) simple propiedad de cada socio
tamento Capital aprobó el plano presentado portivas, sociales o culturales en pleno con- sobre su casa o departamento.
por los ingenieros Corti y del Castillo para la tacto con la naturaleza; c) construcción de En la década de 1970 se produce un punto
apertura, prolongación y rectificación de calles viviendas de uso transitorio; d) el área común de inflexión en el proceso de conformación de
en el sector oeste de la ciudad, entre las calles de esparcimiento y el área de viviendas de- los country clubs en el Área Metropolitana de
Belgrano, Las Heras, Boulogne Sur Mer y el ben guardar una indisoluble relación funcio- Buenos Aires: el perfil social de los espacios
Zanjón Frías. Se trata del área denominada nal y jurídica, que las convierte en un todo recreativos aristocráticos de años anteriores se
quinta sección, que contenía la zona residen- inescindible (Ley N.º 8.912/77 Ordenamien- ve modificado por las iniciativas de empren-
cial próxima al Parque del Oeste, la más coti- to Territorial y Uso del Suelo, Art.64). dedores inmobiliarios que amplían el merca-
zada de la ciudad. S. C. do a la clase media alta.
El origen de los country clubs es británico,
Bibliografía: Anales de la Sociedad Científica Ar- aunque el mayor desarrollo se dio sobre la pe-
gentina. Año 1938. Nota necrológica; S. Cirvini. La riferia de las ciudades estadounidenses y ca-
estructura profesional y técnica en la construc- nadienses.
ción de Mendoza. Tomo II: Ingenieros y Arquitec- En América Latina, la expresión country club
tos. (Inédito). Mendoza, CRICYT, 1992. comienza a utilizarse en la primera mitad del
siglo XX, para aludir a dos tipologías de clubes
diferentes:
COTTINI, ARÍSTIDES. Buenos Aires, 1914. Ar- En algunos países como Venezuela, Repú-
quitecto. Especialista en arquitectura hospita- blica Dominicana o México se desarrollaron
laria, autor de libros y artículos sobre el tema. como simples “clubes de golf”, es decir, clubes
campestres de élite, destinados únicamente a
Graduado en 1940, se trasladó a Mendo- la práctica deportiva.
za en 1944, dedicándose a la docencia. Ocupó En otras ciudades de América Latina, tal co-
cargos importantes en la Universidad Nacio- mo San Pablo (Brasil), Lima (Perú) o Buenos
nal de Cuyo. Orientado hacia la temática hos- Aires (Argentina), country club aparece en las
pitalaria, dictó numerosos cursos y publicó dos revistas de arquitectura de la década del trein-
importantes libros: El hospital en la Historia y ta invocando una tipología diferente. Se trata
El Hospital: programación arquitectónica. Sus de clubes suburbanos que combinan instala-
más importantes realizaciones arquitectónicas ciones destinadas a la práctica deportiva con
son: la Facultad de Ciencias Agrarias de la Uni- “viviendas residenciales” de uso temporario
versidad de Cuyo, en colaboración, el Hospi- (weekend “fin de semana”).
tal Materno Infantil “Dr. H. Notti” y el Hospi- En Buenos Aires, los primeros countries
tal Schestakow. construidos de acuerdo con este nuevo mode-
lo fueron: el Tortugas Country Club (década de
Bibliografía: Revista Arquitectos de Mendoza, n.° 32. 1930), el Hindú Country Club (1944), el High- u UN COUNTRY EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 181


El desarrollo de nuevas autopistas que co- to; f) cancha de golf; g) equipo de manteni- cerrada, autocentrada en sí misma, que inten-
munican la ciudad con los municipios perifé- miento; h) control y reglamentación de la cons- ta reducir al mínimo sus lazos con el exterior.
ricos, sumado a la sanción de la Ley N.° trucción particular; i) adecuada vigilancia diur- La siguiente nota deja entrever las causas del
8.912/77 de Ordenamiento Territorial y Uso na y nocturna que garantice la privacidad” boom de los country clubs de tercera generación:
del Suelo de la Provincia de Buenos Aires, son (Diario Ámbito Financiero, 02.04.1987). “[…] la expansión de estas nuevas formas
algunos de los pilares en que se sustenta el cre- La “seguridad” y la “recreación” son aspectos de edificación, convivencia y organización al
cimiento del fenómeno de los country clubs por esenciales que signan la creación de estos em- aire libre […] tienen a la seguridad como mo-
aquellos años. prendimientos inmobiliarios de segunda ge- tivo principal. Los clubes de campo ofrecen
Esta segunda generación de country clubs, neración. Para esta época, el uso tradicional de mayor protección ante los riesgos de los deli-
que se extenderá hasta mediados de la déca- la expresión country club comienza a convivir tos contra las personas […]. En segundo lugar,
da del ochenta, presenta nuevas características con el uso simple de la voz country, en alusión permiten dotar de mejores posibilidades re-
constitutivas dentro de un marco general que a estas nuevas facetas de seguridad y privaci- creativas o deportivas […] prorrateando los gas-
disminuye las exigencias sociales para el in- dad, que comienzan a ganar terreno frente a tos entre los usuarios. Finalmente, observa-
greso de nuevos propietarios. los usos más tradicionales de tipo deportivo. mos cambios en los hábitos recreativos de la
Un artículo de aquellos años resulta ejem- Paralelamente, la Ley N.° 8.912/77 de la población de medianos y altos ingresos: utili-
plificador para comprender cuáles son los nue- Prov. de Buenos Aires, “Ordenamiento Terri- zación máxima de los fines de semana, dis-
vos aspectos valorados por los compradores a torial y Uso del Suelo”, consagra la utilización minución de los tiempos de viaje y gastos, com-
la hora de adquirir una propiedad dentro de de la expresión “club de campo” como traduc- plementación de privacidad con vida social,
un country: ción castellana del término country club. En la organización del tiempo libre de los más pe-
“[...] los promotores del San Diego Country Argentina solo será utilizada en el lenguaje ju- queños, participación de grupos humanos de
Club elaboraron una cartilla de recomendacio- rídico, en los reglamentos urbanísticos o en el características afines […]. Todas estas posibles
nes: a) contar con vías de acceso cómodo, se- lenguaje institucional de comunicación vial. motivaciones inducen a una familia de la ciu-
guro y rápido; b) tener un centro urbano en las A mediados de los ochenta, se produce un dad a refugiarse en este tipo de urbanizacio-
cercanías que permita disponer de infraes- cambio trascendental en el uso tradicional del nes” (El Cronista Comercial, marzo de 1990).
tructura de servicios; c) la cantidad de socios country club: las viviendas destinadas a fin de Así, el fenómeno del country club actual de-
debe rondar preferentemente los mil para el semana se transformarán en vivienda de uso be ser entendido ya no como complemento
mejor funcionamiento interno; d) adecuada pro- permanente, con un perfil social predominan- de la vida urbana sino, por el contrario, como
porción entre los espacios verdes permanentes te de matrimonios jóvenes con hijos pequeños. alternativa ante una ciudad en la que el aumento
y la superficie total del club; e) infraestructura Comienza a consolidarse más claramente el ca- de la conflictividad, la violencia y la contami-
proporcional al número de socios final previs- rácter actual del country club: una comunidad nación se hacen cada vez más notorias.

u VISTA AÉREA DE UNA TÍPICA URBANIZACIÓN COUNTRY DE LOS AÑOS 1990, UNA TIPOLOGÍA QUE SE CONSOLIDÓ COMO ALTERNATIVA A LA CIUDAD.

182 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cou cou
Varias palabras que aparecen citadas en los to de 1944; C. Malbranche. “Lo que será el Tortugas tal de Mujeres Dementes y el Asilo del Buen
artículos periodísticos son claves para enten- Country Club”. En: Nuestra Arquitectura, n.° 17, di- Pastor, para formar un gran parque en los te-
der las características de los nuevos countries: ciembre de 1930; Mansilla Moreno y Tívoli. “El rrenos de la Convalecencia. De este modo in-
“cambios en los hábitos recreativos”, “aire li- Country Club”. En: Nuestra Arquitectura, julio de trodujo el tema de los jardines en los hospita-
bre”, “seguridad frente al delito”, “privacidad 1935; A. Ballent. “Country life: los nuevos paraísos, les y los edificios públicos, habiendo realizado
y vida social”, “grupos con características afi- su historia y sus profetas”. En: Revista Block N.° 2, posteriormente el de los hospitales Militar y
nes”, “refugio” y “familia”. Términos que in- 1997; N. Magariños. Nuevos emprendimientos resi- Rivadavia y el de la Escuela Petronila Rodrí-
vocan las características de los protagonistas denciales en la región metropolitana de Buenos Ai- guez. Inició el Paseo Intendente Alvear, al nor-
de la nueva cultura country: grupos familiares res: Barrios Privados, Clubes de Chacras y Coun- te de la ciudad, disminuyendo la distancia en-
de alto nivel socioeconómico, que huyen de tries Clubes. Bs. As., 1998; M. C. Arizaga. “Los barrios tre esta y Palermo. El Paseo Alvear, junto al
la ciudad en busca de espacios verdes y recre- cerrados y el mito de la comunidad purificada”. En: Parque de la Convalecencia, y un proyectado
ación, pero con garantías de alta seguridad in- Revista de Arquitectura, N.° 194, 1999; H. Torres. Parque del Oeste, formaban parte del proyec-
terna. Esta “seguridad” no solo está otorgada Procesos recientes de fragmentación socioespacial to del intendente Alvear de disponer, con el
por los cercos perimetrales que rodean los pre- en Buenos Aires: la suburbanización de las elites. ejemplo de Alphand en París, grandes parques
dios y la vigilancia continua de los mismos, si- Seminario de Investigación Urbana. “El Nuevo Mi- en cada punto cardinal de la ciudad.
no también por la pertenencia a “grupos hu- lenio y lo Urbano”. Bs. As.: SECyT-FADU-UBA, 1999. Dispuso lagos y construyó grutas en varios
manos con características similares”, que reúne paseos y plazas de Buenos Aires (Recoleta, San
a sus miembros en una “comunidad cerrada”. Martín, Constitución). Transformó la Plaza
Hacia los años noventa, estos nuevos country COURTOIS, EUGÈNE. S/d (Francia), 1831 – Constitución (que vino a completar la urbani-
club dan origen a dos tipologías con caracte- Buenos Aires, 1898. Profesor de botánica y zación del sitio luego de la inauguración en 1887
rísticas particulares: los barrios cerrados y las horticultura, Jardinero Municipal y Director de de la estación del Ferrocarril del Sud), la Pla-
torres countries. Los barrios cerrados se dife- Paseos en la ciudad de Buenos Aires, creó el za Lorea y la plaza 11 de Setiembre (Miserere),
rencian de los countries porque el equipamiento Criadero Municipal de Plantas, primer ante- pudiendo afirmarse que la jardinería francesa,
comunitario es reducido a los efectos de dis- cedente del Jardín Botánico, e inició el Paseo en el estilo de Alphand de grandes líneas de
minuir sus costos de mantenimiento. Sus pro- Intendente Alvear; puede considerárselo co- composición esquemática, pero con diseños
pietarios privilegian la seguridad, la accesibi- mo el introductor de la jardinería francesa en paisajísticos, se implantó en Buenos Aires a
lidad al centro urbano y la vida al aire libre. Por Buenos Aires. partir de su acción, aunque el principal desa-
su parte, las torres countries se encuentran lo- rrollo estuvo en manos de Charles Thays (v.) en
calizadas en el interior del tejido urbano. Es- No es mucho lo que se sabe de la vida de una etapa posterior. Sin que podamos precisar
tos emprendimientos inmobiliarios, cuya apa- Eugène Courtois antes de su llegada a Buenos las razones por las que fue a parar allí, murió
rición podemos encontrarla hacia mitad de la Aires, con excepción de una mención acerca de el 3 de junio de 1898, a los 67 años, en el Asi-
década del noventa, se construyen alrededor su desempeño en París en el puesto de segun- lo de Mendigos de Buenos Aires. S. B.
de conjuntos de torres organizadas bajo el ré- do jardinero del jardín de la Escuela de Medi-
gimen de propiedad horizontal, enmarcados cina (MCBA, 1878). Su período de trabajo en es- Bibliografía: MCBA. Memorias municipales de los años
dentro de espacios comunes donde se privi- ta ciudad comenzó cerca de 1860 y durante 1879, 1882, 1885, 1887 y 1888.
legian las actividades recreativas (piletas, solá- veinte años ejercitó la jardinería en quintas y
rium, canchas de tenis, paddle), el espacio ver- campos. El 21 de octubre de 1878 fue nombra-
de y la seguridad. do Director de Paseos y se alternó en ese cargo COURTOIS, ULRICO. Avignon (Francia), 1843
Es posible afirmar que esta tendencia a la hasta 1883 con Eduardo Holmberg (v.), mante- – Niza (Francia), 1914. Ingeniero y arquitec-
formalización de predios cerrados es un fenó- niéndose luego en el mismo hasta 1889; es de- to. Activo en la Argentina desde 1870.
meno que se extendió en toda América Latina cir, fue el encargado de los parques y paseos du-
en los últimos 15 años, aunque las terminolo- rante la mayor parte de la gestión del intendente Estudió en el Colegio Luis el Grande de Pa-
gías utilizadas varíen según los países. En la Torcuato de Alvear (v.). Fue vocal de la Sociedad rís y en la Escuela de Minas, donde se graduó
Argentina y el Uruguay se los llama “countries” Argentina de Horticultura e integró la Comisión en 1865.
y “barrios cerrados”, en Brasil “condominios Municipal que recibió la entrega del Parque 3 Una vez llegado al país, trabajó para la Pro-
fechados”, en Chile “condominios”, en Vene- de Febrero de parte del Departamento Nacional vincia de Buenos Aires. En 1874 fue profesor
zuela “urbanizaciones” y en México, “fraccio- de Agricultura; también fue inspector agróno- de la Escuela de Minas de San Juan, partici-
namientos cerrados”. Las causas que motiva- mo de dicho Departamento en 1890. pando en la expedición a Neuquén (1878).
ron la formación de nuevas urbanizaciones Su acción al frente de la Dirección de Pa- En Buenos Aires trabajó como arquitecto en
varían según los países, pero sea cual fuera la seos se desprende de los informes de los pa- las obras del Colegio Lacordaire y proyectó la
razón y las palabras utilizadas para denomi- seos públicos en las Memorias Municipales. Basílica de Luján junto con Moreau. En el con-
narlos, lo cierto es que todas invocan este nue- Según ellas, formó el Criadero Municipal de curso del Jockey Club, obtuvo el segundo pre-
vo fenómeno de “Ciudad Cerrada” que parece Plantas, primer establecimiento organizado mio. Fue profesor de la Escuela Naval Militar.
extenderse a lo largo de la Región. V. P. / F. E. C. como vivero público para los parques y paseos
de la ciudad en Buenos Aires, y base sobre la Bibliografía: F. Ortiz, R. Gutiérrez, A. de Paula, G. Vi-
Bibliografía: Estrada y Cuenca, Arquitectos. “EL Hin- que se creó el Jardín Botánico. Proyectó un con- ñuales y otros. La arquitectura del liberalismo en
dú Country Club”. En: Nuestra Arquitectura, agos- junto de jardines que debían rodear el Hospi- la Argentina. Bs. As.: Sudamericana, 1968.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 183


COUTARET, EMILIO. Francia, s/d - La Plata, 46 entre 4 y 5—. También produjo numero- quitectura y Urbanismo de la UBA, y respon-
1949. Francés. Arquitecto y artista plástico. sas viviendas particulares, entre las que se des- sable de la organización de las materias afines
Actuó en La Plata, donde desplegó una inten- taca la del intendente Chaumeil —diagonal 78 a partir de finales de la década de los años cin-
sa actividad en el campo de las bellas artes, y 1—, y el petit-hôtel de Avenida 7 y 42. cuenta.
sumada a la prolífica producción arquitectóni- Posteriormente volvió a integrarse a la es- En 1940 publica el libro Teoría de las som-
ca que llevó a cabo en sociedad con Emilio y fera oficial, desempeñándose dentro de la Di- bras y trazados de perspectiva, en coautoría con
Ceferino Corti. rección de Arquitectura del Ministerio de Obras René Nery y Eduardo Catalano.
Públicas de la Provincia de Buenos Aires jun- Estuvo a cargo de la oficina de proyectos del
Llega a La Plata en 1884, tras recibir el tí- to a otros prestigiosos profesionales del medio BHN durante la década del sesenta, y desarrolló
tulo de Bachiller en Ciencias y Retórica, cur- local, como Urrutia (v.), para retomar desde allí una amplia tarea profesional independiente.
sar estudios en la Escuela de Bellas Artes de El la obra con la que dio inicio su actividad pro- Impulsor del conocimiento sistemático de la
Havre y recibir una Beca de trabajo en la Ar- fesional, y realizar en la última etapa de su Geometría Descriptiva aplicada a la arquitec-
gentina. En 1885 pasó a desempeñarse en La vida los detalles del coro y el púlpito de la Ca- tura. J. G. C.
Plata como proyectista del Departamento de tedral de La Plata. G. V.
Ingenieros, colaborando con Pedro Benoit en
el diseño de la Catedral. Dentro de aquel or- CUADRÍCULA. f. // cuadrícula hispanoamerica-
ganismo provincial, Coutaret participó junto a CRAMER, AMBROSIO. París, 1790 - Chasco- na. Modelo de traza regular, ortogonal y bidi-
Benoit en la realización de la iglesia San Pedro mús, 1839. Militar y agrimensor. mensional para el ordenamiento del suelo ur-
de Mar del Plata. bano, desarrollado en América a partir del siglo
Poco después se dirigió a Santa Fe para des- Llegado al país con un grupo de exiliados XV y conservado hasta la actualidad. Sus ele-
empeñarse como ingeniero en la compañía napoleónicos, fue reconocido su grado militar mentos básicos, vías y manzanas, se com-
francesa del Ferrocarril Central, hasta que en por el Director Supremo Pueyrredón. Partici- portan como un sistema, conformando tres
1900 regresó a La Plata, donde comenzó su ac- pó en la expedición libertadora a Chile, y lue- dominios esenciales: espacio público, masa
tuación en el campo de las bellas artes, incen- go fue edecán de Belgrano. edificada y espacio remanente, que se com-
tivadas tras la llegada de los artistas españoles En 1821 fue enviado como ingeniero a Car- binan para generar formas urbanas capaces
Del Nido y Montesinos. A la creación en 1897 men de Patagones, con la misión de reedificar de responder a diferentes requerimientos cul-
de la Escuela de Dibujo de Del Nido, donde la fortaleza y formar un plano del lugar. En turales. En la práctica, las dimensiones de las
participaron Martín Malharro, Emilio Petto- 1823 acompañó a Martín Rodríguez en su ex- manzanas variaron entre 100 y 160 varas cas-
ruti y Atilio Boveri (v.), se sumó la Academia pedición a Tandil y trazó los planos del pueblo tellanas (1 vara = 83,59 cm) con una mayor
Provincial de Bellas Artes, en la que Coutaret y fortaleza. En 1824 acompañó nuevamente a reiteración alrededor de los 100 m (120 va-
comenzó su labor docente. En 1902 dirigió la Rodríguez en su campaña a Bahía Blanca. En ras), separadas por calles que oscilaban en-
revista Artísticas del Taller Libre, primera insti- 1826 se retiró del ejército y se graduó como tre 10 y 12 varas.
tución cultural platense que articulaba pintu- agrimensor ante la Comisión Topográfica. Se
ra y literatura; y, en 1905, por encargo de Joa- estableció en Chascomús, donde se dedicó a La simplicidad del trazado permite su im-
quín V. González, pasó a dirigir la Escuela de efectuar mensuras. E. I. plantación no profesional, la predeterminación
Dibujo de la Universidad Nacional de La Pla- formal y distribución espacial del loteo y la apli-
ta, tarea que se prolongó por más de tres dé- Bibliografía: M. H. Martín, A. De Paula y R. Gutiérrez. cación regularizada de sistemas impositivos,
cadas, durante las cuales la originaria institu- Los ingenieros militares y sus precursores en el des- características importantes para los objetivos
ción se transformó primero en Escuela de Artes arrollo argentino (hasta 1930). Bs. As.: Fabricacio- de conquista, colonización y control desde la
(1921) y luego en la primera Escuela Superior nes Militares, 1976. distancia. Además, la traza ortogonal hace fac-
de Bellas Artes del país (1923). tible la uniformidad de orientación, factor de
Coutaret fue el fundador y primer director valor en consideraciones tanto higiénicas co-
de la Alianza Francesa de La Plata, y en ese ca- CRIVELLI, OSCAR F. Buenos Aires, 1916 - Bue- mo ideológicas. Utilizada como instrumento
rácter alcanzó prestigio social, que lo convirtió nos Aires, 1977. Arquitecto, egresado de la simple para el ordenamiento y distribución del
por algunos años en el arquitecto de la élite lo- Escuela de Arquitectura de la UBA. suelo conquistado, su carga teórica se pone a
cal. Trabajando siempre en sociedad con Emi- prueba en un enorme número de casos en
lio o Ceferino Corti, fue autor de una vasta pro- Fue autor de la obra conocida como Mer- América. Durante cinco siglos su aspecto físi-
ducción arquitectónica, que comprende cado del Plata y Edificio para la Municipalidad co-espacial, condicionado por una permanen-
principalmente obras para el sector privado, de Buenos Aires, de 1948. Claramente compe- te necesidad de adaptación histórica, desarro-
adoptando en ellas el lenguaje de un recatado netrado con la producción de la arquitectura lla importantes modificaciones, llegando esta
Art Nouveau. La firma Corti y Coutaret realizó del Movimiento Moderno europeo, realiza obras experiencia colectiva a definirse como un mo-
en 1907 la sede social del Club de Gimnasia que abordan diversos programas, aunque se delo de alta versatilidad con características
y Esgrima de La Plata —Avenida 51 y 4—, club destacan las viviendas multifamiliares, tanto espaciales, funcionales y sociales que le son
para el que anteriormente Coutaret había di- de interés social como emprendimientos pri- propias y que lo diferencian de otros trazados
señado su emblema; más tarde la sede social vados. Fue profesor titular de las asignaturas ortogonales que ocurrieron en casi todo el mun-
del Jockey Club —Avenida 7 entre 48 y 49— Visión 1; Elementos de Diseño e Introducción do conocido, alcanzando el nivel de símbolo
y la Sede de la Asociación Sarmiento —calle a los Sistemas Visuales en la Facultad de Ar- urbano americano.

184 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


cou cua
Desde el punto de vista morfológico, la tra- En América, los primeros asentamientos bernador de la Provincia de Quito, Gil Ramí-
za bidimensional del modelo implica un or- fueron enclaves defensivos y puntos de apo- rez Dávalos, instrucciones precisas: «la traza
denamiento geométrico que imprime al espa- yo para la penetración en el territorio. Ligado de dicha ciudad será por la orden que está he-
cio un carácter neutro, homogéneo y uniforme. a este carácter militar, el acto de fundación fue cha esta Ciudad de los Reyes y en medio de
Esta neutralidad permite su adecuación a con- un acto político e ideológico, que conllevaba la ella, se señalará una Plaza que sea tan gran-
ceptos opuestos sobre la forma urbana: con- legalización y la materialización de la posesión. de como la mitad de la (plaza de la) Ciudad de
centración o dispersión; jerarquización y ho- De esta manera, el fuerte o la empalizada, los los Reyes». En Santiago de los Caballeros, el
mogeneidad; caracterización diferenciada de tres golpes de espada, la picota o el rollo, la Mi- Capitán Jorge Alvarado (1527) especifica las ca-
elementos o continuidad del hábitat; trama vial sa, la Cruz, el Acta y la traza urbana cuadri- racterísticas de la traza, orientación, distribu-
única, homogénea y regular o sistema de tra- cular, formaban un conjunto práctico-cere- ción de solares, edificios públicos, etc., que se
mas jerarquizadas sobre la traza original. Per- monial indisoluble que simbolizaba, daba harán «como y de la manera que se han hecho
mite la expresión de una imagen de ciudad co- validez y espacializaba el hecho. La cuadrícu- en las Ciudades, villas y lugares, que en esta
mo forma unitaria, limitada, definida por una la hispanoamericana impone, conceptual y es- Nueva España están pobladas de españoles, no
forma geométrica simple, con acentuación del pacialmente, el orden y las jerarquías que se excediendo ni traspasando la orden acostum-
centro y con correspondencias formales entre estructuran como una red de decisiones con- brada». El Capitán Alvarado era encomendero
el todo y las partes, y también la expresión de catenadas, donde muchas veces los actos su- en Cuba cuando pasa a formar parte de la ex-
un concepto de ciudad abierta, de crecimien- pedición de Cortés a Méjico, por lo que «la or-
to indiferenciado en el sentido de cualquiera den acostumbrada» antes de 1527 debe ser una
de sus coordenadas, posibilitando la acentua- referencia respecto de las ciudades fundadas
ción de la axialidad frente a la centralidad. en Cuba y Méjico.
El modelo tiene, desde sus orígenes en Es- En estos casos, parece obvia la utilización
paña y en su posterior desarrollo en Améri- de los modelos físicos existentes como refe-
ca, una doble fuente: la teórico-normativa, que renciales en el momento de la fundación y del
se desarrolla in extenso en otra entrada (v. Le- trazado de la nueva ciudad. En el hoy territo-
yes de Indias) y la experiencia en la realidad. rio argentino también existen pruebas de com-
Esta última tiene en España el anteceden- portamientos similares, como en el caso de
te más cercano en el plan ordenado urbano con la fundación de Mendoza en el Valle de la Rio-
aplicaciones en Navarra y Aragón, desde co- ja, en 1562, por Pedro del Castillo.
mienzos del siglo XII, en las fundaciones de La red principal de fundaciones concate-
ciudades campamentos y fronterizas de la re- nadas parte de dos nudos iniciales: La Espa-
gión de la reconquista. ñola y Castilla del Oro.
Este proceso culminará con la fundación El primero extenderá su influencia sobre
de la ciudad de Santa Fe, reconstruida sobre los territorios insulares y americanos del nor-
un campamento militar incendiado, con la in- te; y el segundo, sobre los de América Cen-
tención de expresar tanto el poder como la de- tral y del Sur. Luego de las conquistas de Mé-
cisión real de continuar la lucha por la recon- jico y Perú, los nuevos centros
quista. Para definir su forma ordenada, que se político-administrativos de estas áreas, ciudad
volvería rápidamente símbolo de la cultura del de Méjico y Lima, serán los irradiadores del
nuevo orden, no debió pasar inadvertida la pre- proceso fundacional.
sencia de la antigua Briviesca, tan orgullosa de En La Española, entre 1502 y 1509, duran-
su trazado regular que hasta en su escudo, ba- u PROPUESTA PARA LA CIUDAD DE MERCEDES. te el gobierno de Ovando se encuentran en la
sado en cuatro filas paralelas de casas iguales, isla los actores más importantes de este pro-
queda evidenciado. cesivos recaen sobre una misma persona o par- ceso en América: Hernán Cortés, Francisco Pi-
Santa Fe, con su sobrio trazado regular y sus ten del mismo centro de decisiones. zarro, Diego de Velázquez y Alonso de Oje-
encuentros "en cruz", asume el papel de ex- Los adelantados, virreyes y gobernadores, da. En 1509 Pizarro, que forma parte de la
presar a la nación española y a la fe cristiana. en nombre de la corona, autorizan las funda- expedición de Ojeda, funda San Sebastián de
Se opone, física y simbólicamente, a Grana- ciones dando precisas instrucciones sobre sus Uraba (1510) y queda como Jefe de la Colonia.
da, que resume al rico mundo musulmán con trazas: adjuntan el esquema gráfico o hacen Un año después, bajo el gobierno de Diego Co-
la inigualable belleza de sus edificios, parques referencia a un modelo urbano conocido; o re- lón, Cortés forma parte de la expedición a Cu-
y jardines. Son dos culturas que, en el acto fi- miten al fundador a los procedimientos usua- ba con Velázquez y funda, entre 1512 y 1515,
nal de la confrontación que dura siglos, se dis- les. Estas referencias explícitas, que debieron Nuestra Sra. de la Asunción de Baracoa, San-
ponen al combate a muerte (real y simbólico). combinarse con las experiencias personales del tiago, Trinidad y San Cristóbal de la Habana.
En el cerco de Granada, el campamento fundador, están presentes en muchos casos (v. También, por orden de Velázquez, se inician
militar y la fundación de Santa Fe estuvie- gr.: Cuenca, Ecuador y Santiago de los Caba- las expediciones a Méjico, que culminarán con
ron presentes muchos de los luego serían los lleros, Guatemala). la de Cortés en 1519 y la Ponce de León a Puer-
capitanes y soldados que partirían para Amé- En Cuenca, implantada sobre ruinas in- to Rico, quien funda San Juan en 1508.
rica desde 1492. caicas, el virrey Hurtado de Mendoza da al Go- Desde el mismo centro, el proceso funda-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 185


intento con Juan de Garay, en 1573 Santa Fe
y en 1580 la verdadera fundación de Santa Ma-
ría de Buenos Aires, para afirmar el proceso
de colonización urbana.
La del Norte se genera a partir de la inten-
ción de controlar el extenso territorio que exis-
tía entre el Altiplano y el Río de la Plata, de-
nominado globalmente el Tucumán, y que no
pertenecía a las Gobernaciones del Paraguay
ni del Río de la Plata. Desde el Perú se crea la
gobernación del Tucumán en 1549 y Francis-
co de Aguirre funda en 1553 Santiago del Es-
tero, en plena llanura y lejos de las serranías
aún indómitas, que asume el papel de centro
generador de nuevas fundaciones. Desde allí,
se va conformando una red de puntos fortifi-
cados, algunos de corta vida, siguiendo las ins-
trucciones del Gobernador del Tucumán: 1558-
1631 Córdoba de Calchaquí; 1558-1563 Londres;
1565 San Miguel de Tucumán; 1567-1692 Cá-
u PLANTA ESQUEMÁTICA DE UNA CUADRÍCULA. SANTA FE, GRANADA, ESPAÑA 1492. ceres-Sra. de Talavera-Esteco; 1573 Córdoba de
la Nueva Andalucía (actual Córdoba); 1582 San
cional iniciado por C. Colón con el Fuerte La A partir de la conquista de Méjico y Perú, Felipe de Lerma (actual Salta); 1591 Ciudad de
Navidad y La Isabela, en la costa norte, prosi- se incorporan los nuevos centros fundaciona- todos los Santos de la Nueva Rioja y 1593 San
gue con la fundación de Santiago de los Ca- les. Desde ciudad de Méjico, Cortés o con- Salvador de Jujuy, entre las más importantes.
balleros en 1494, la Nueva Isabela en 1496 por quistadores bajo sus órdenes, como los her- La del Oeste se origina en la poca claridad
Bartolomé Colón y su refundación en 1502, por manos Alvarado, Cristobal de Olid, Francisco de los límites administrativos coloniales, de-
Nicolás de Ovando en su nuevo emplazamiento de Montejo, Diego de Ordaz, etc., llevaron ade- bido al escaso conocimiento del territorio ame-
(Santo Domingo de Guzmán, sede del primer lante el proceso de conquista y repoblamiento ricano. La Capitanía General de Chile tenía fi-
obispado de América en 1504 y de la primera en los actuales territorios de Guatemala, Hon- jado su límite este a 100 leguas desde la costa
Audiencia Real en 1511). duras y El Salvador. del Pacífico, lo que permitió la exploración y
Castilla del Oro es el segundo centro arti- Desde Lima, el proceso se abrirá hacia Ecua- ocupación de la zona de Cuyo. El Goberna-
culador del proceso de exploración y conquis- dor, parte de Colombia, Bolivia, Chile y el oes- dor Andrés Hurtado de Mendoza, por medio
ta, que se inicia con el puerto Nombre de Dios te y noroeste argentino. de Pedro del Castillo, Juan Jufré y otros, co-
establecido por Nicuesa en 1509, Santa María En el proceso fundacional en el territorio ar- mienza el proceso fundacional con Mendoza
la Antigua (1510 Fernando de Enciso, instruc- gentino actual, se identifican tres diferentes lí- en 1561-1562, continuándose en el mismo 1562
ciones del Adelantado Nuñez de Balboa); y con- neas de acceso: Este, Norte y Oeste, que res- con San Juan de la Frontera y en 1596 con San
tinúa con Acla en 1515, Nuestra Sra. de la Asun- pondieron a diferentes actitudes colonizadoras. Luis. El área de Cuyo, ocupada y controlada por
ción de Panamá y Natá, que fueron fundadas La del Este no conforma una unidad, sino estas ciudades, continuará dependiendo de la
por Pedrarias en 1519 y 1522, respectivamente. un agrupamiento geográfico de intentos inde- Capitanía General de Chile hasta 1776.
Por orden de Pedrarias, gobernador del Da- pendientes, apoyados en el sistema fluvial de El rasgo común de todas estas fundaciones
rién, hasta 1526 se organizan las expediciones los afluentes del Plata, separados en el tiem- urbanas realizadas en el actual territorio ar-
de Pizarro y Almagro hacia el sur que darán po. La primera ola funda en 1527, con Sebas- gentino, será la presencia de la traza de la cua-
origen a la conquista y repoblamiento del Im- tián Caboto, el fuerte de Sancti Spiritu. La se- drícula hispanoamericana. Las variaciones es-
perio Incaico; y las de Gaspar de Espinoza, Her- gunda, bajo el mando de Pedro de Mendoza, tarán dadas por la geografía del lugar, por la
nán Sánchez, que funda Badajoz, y Francisco instala en 1536 Santa María del Buen Ayre y definición de una situación costera o medite-
Fernández de Córdoba hacia Costa Rica y Ni- en 1537 Juan de Salazar, siguiendo sus órde- rránea, por las dimensiones del amanzana-
caragua, donde funda Bruselas, Granada y Le- nes, el fuerte de Nuestra Sra. de la Asunción miento y las vías, y por la distribución edili-
ón entre 1523 y 1524. en el actual Paraguay. Fue necesario un tercer cia en el espacio.

186 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


Mercado de Abasto Proveedor, 1928, de Delpini.
d
d

DANA. (v. Documentos de Arquitectura Nacional y En 1930 se graduó en la UBA. Dos años más res y luego a la Prov. de Santa Fe (Rosario y Ca-
Americana.) (v. Historiografía de la arquitectura). tarde se desempeñó como arquitecto de la Di- silda), antes de recalar definitivamente en la
rección de Obras Públicas de la Provincia de Bue- ciudad de S. M. de Tucumán, donde actuó co-
nos Aires. En 1933 ingresó como socio activo a mo docente, arquitecto, ingeniero, construc-
DANUZIO, SANTIAGO. S/d . Paraná, 1861. Ita- la SCA. Fue profesor titular de la cátedra de In- tor, empresario y financista.
liano, maestro de obras. Activo en el Litoral troducción a la Arquitectura en 1947 y miembro Aunque no conocemos exactamente su for-
durante el período confederal. Autor de varios del primer consejo de la Facultad de Arquitec- mación académica, la biblioteca profesional de
de los edificios públicos de Paraná. tura de la UBA. Ejerció como director de la Re- De Bassols denota un profundo interés por los
vista de Arquitectura (v.), editada por la SCA. Du- aspectos técnicos, hecho que se vio reflejado
No existen datos sobre sus estudios siste- rante su gestión la revista tuvo un giro hacia el en la eficiencia constructiva de su producción.
máticos, pero no cabe duda de que poseía co- nacionalismo filofascista. Participó como jura- La preocupación por coordinar todos los as-
nocimientos de arquitectura, más allá de una do en varios concursos nacionales de arquitec- pectos de las obras lo impulsó a organizar, por
simple formación de autodidacta. Previamen- tura. De su trabajo se destacan las residencias una parte, una oficina técnica que se ocupa-
te a su llegada a Entre Ríos, Danuzio —quien rurales de carácter pintoresco o ecléctico. R. P. ba de “Proyectos, planos, presupuestos, cons-
había sido parte de la legión garibaldina— ac- trucción, dirección de obras y construcción de
tuó durante el sitio de Montevideo, Uruguay. Bibliografía: R. Gutiérrez. Sociedad Central de Ar- cloacas domiciliarias” y, por otra, una firma de
En esa ciudad realizó el Colegio de la Unión. quitectos: 100 años de compromiso con el país (1886- materiales de construcción y una entidad fi-
Sus obras más destacadas fueron: la Casa 1986). Bs. As.: SCA, 1993. nanciera, el Banco Constructor de Tucumán,
de Gobierno (1854), la Cámara de Diputados con los que apoyó la realización de viviendas y
(1856), la casa de Urquiza (1855), el Senado de comercios de muy bajo costo. La mayoría de
la Confederación (1858), el mercado (1859). To- DE BASSOLS, JOSÉ JACINTO ELOY. Palma sus obras son viviendas en todos los tipos po-
dos ellos realizados en un austero Neorrena- de Mallorca (España), 1869 – Tucumán, 1931. sibles: individuales mínimas de una habita-
cimiento italiano (v.). En Rosario fue autor del Ingeniero y arquitecto. Actuó como profesional ción, baño y cocina, o mansiones de más de
proyecto para depósitos de la Aduana (1856). en Tucumán desde 1908 hasta su muerte. 1.000 m2, como la casa de Luis Nougués. Tam-
Construyó en ese lapso gran cantidad de edi- bién realizó grupos de casas de renta, desde
Bibliografía: R. Gutiérrez, A. De Paula y G. Visuales. ficios en el área central de la ciudad (la mayor dos viviendas apareadas en un lote de 12 m has-
Arquitectura de la Confederación Argentina en el parte, viviendas individuales y colectivas). Con- ta conjuntos de 9 viviendas en un cuarto de
litoral fluvial. Resistencia: UNNE, 1972. tribuyó así a definir la fisonomía urbana de esos manzana.
años por medio de los lenguajes arquitectóni- José De Bassols tuvo como clientes a figu-
cos a los que sucesivamente adscribió: el Mo- ras de familias tradicionales de Tucumán, co-
DE ACHÁVAL, FEDERICO. Buenos Aires, 1900 dernismo catalán y el Neoborbónico francés. mo Luis Nougués, José Posse y Eudoro Ave-
– S/d. Arquitecto. En la década del treinta des- llaneda. Realizó una importante reforma para
arrolló una intensa labor en el ámbito de la Proveniente de una familia oriunda de Bar- el Club Social, aunque también construyó edi-
Escuela de Arquitectura de la UBA y de la SCA. celona, emigró a América: llegó primero a Cu- ficios más modestos, apoyado por su Banco
Su obra es de carácter ecléctico. ba, se casó en Montevideo, pasó a Buenos Ai- Constructor de Tucumán.

190 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


dan dhe
La actividad decisiva de De Bassols tuvo lu- guaje arquitectónico modernista y a partir Plan Director de San Carlos de Bariloche (v.)
gar entre 1908 y 1916. Coincidió con la euforia de entonces realizó prácticamente la totalidad y diversas obras de diseño urbano para dicha
nacional y provincial de la celebración de los de su obra proyectando formas y espacios to- ciudad. El plan implicaba una zonificación,
dos centenarios, hecho que provocó una espe- talmente afrancesados. el desvío del tránsito vehicular a partir del tra-
cie de canto del cisne de la belle epóque, testi- En 1913 proyectó su mejor obra neoborbó- zado de una serie de diagonales y avenidas pe-
moniado por la proliferación de edificios pú- nica, la casa para Julio Cainzo, construida fren- riféricas que buscaban alterar la traza original
blicos que transformaron el aspecto de la ciudad. te a la plaza en un lote de 9 m de ancho. Este en damero, la construcción de barrios resi-
El primer aporte de De Bassols a la ciudad trabajo demuestra su solvencia profesional, tan- denciales para los empleados de Parques Na-
fue la introducción del Modernismo catalán (v. to por el manejo compositivo del lenguaje de cionales y una sistematización de la infraes-
Arte Nuevo) en una versión sobria, geométrica y las formas como por la eficiente y armónica dis- tructura escolar y de las zonas verdes. A ello se
académica, más cercana a las planimetrías vie- tribución de las diferentes zonas y locales de la sumó un rígido reglamento estilístico para las
nesas que a las originalidades de Gaudí o Do- vivienda en sus canónicas cuatro plantas. futuras construcciones, que acentuaba el ca-
menech. En efecto, el lenguaje anticlásico de Luego de la crisis que hacia 1915 De Bas- rácter pintoresco que la ciudad debía asumir
De Bassols en estos primeros años consiste en sols soportó junto con su provincia, produjo como parte integrante del parque nacional. La
ricas ornamentaciones vegetales, restringi- una serie de obras en las que se evidenció la acción más destacada de este plan urbano fue
das a pequeñas superficies, generalmente en- depuración del Neoborbónico francés en un la creación del Centro Cívico (v.) que, aprove-
marcadas por una nítida estructura formal de proceso paralelo al que se daba en todo el pa- chando el edificio de la Intendencia del parque
verticales y horizontales, con predominio de ís: de adhesión a variantes más sobrias, sim- ya construido, ejecutó un trazado en U alre-
las primeras por su proyección culminante más ples y clásicas. Sin embargo, en el caso par- dedor de una plaza seca.
arriba de las cornisas y por su descenso tri- ticular de nueve casas construidas para renta
plicado desde círculos o cuadrados. Normal- y proyectadas con una distribución idéntica, Bibliografía: L. Lollich. “La ciudad de Bariloche co-
mente, la base ornamental de estos detalles fue realizó un esfuerzo para diferenciar cada una mo banco de pruebas de modelos y modas”. En: Cua-
la imitación del aparejo y del color de la piedra de ellas mediante las diversas posibilidades dernos de Historia Urbana. N.° 1, San Miguel de Tu-
París. Tanto en los zaguanes como en lugares que el lenguaje del Eclecticismo le ofrecía. cumán, FAU-UNT, 2000.
inesperados de la fachada incluyó azulejos. La Así, las nueve viviendas se personalizan por
disposición interior de todas estas casas de una la diferenciación de sus aberturas, sus estilos
sola planta no se diferenció de la de las casas y hasta sus alturas de cornisa, conjunto que DE GROUX DE PATTY, TEODORO JUAN. S/d.
chorizo comunes en la época, salvo por la in- logra una excelente imitación de una calle Francés, arquitecto. Activo en Buenos Aires
corporación de la tecnología moderna en ba- cualquiera de la ciudad, constituida por edi- en la segunda mitad del siglo XIX.
ños y cocinas. ficaciones realizadas por diferentes cons-
En 1911, la empresa de De Bassols reci- tructores. AL. N. Presentó a la Intendencia de Buenos Aires
bió el encargo de construir la casa del ex go- una propuesta para la apertura de la Avenida
bernador Luis Nougués; para ello ejecutó los Bibliografía: A. Nicolini y C. Páez de la Torre (h), de Mayo, que no tuvo éxito.
planos que habían preparado Lanús y Hary (v.) “El ingeniero-arquitecto José de Bassols en Tucu- Proyectó la iglesia parroquial de Tolosa en
en Buenos Aires. Se trataba de un ortodoxo mán (1908- 1931)”. En: Anales del IAA, n.° 24, 1971. la Provincia de Buenos Aires, el antiguo Pala-
petit hôtel, el primero que se construyó en la cio Municipal de Lomas de Zamora y también
ciudad de Tucumán en plena plaza principal. realizó un proyecto para la casa matriz del Ban-
El impacto que produjo en su ambiente fue DE ESTRADA, ERNESTO. Buenos Aires, 1909 co de la Provincia de Buenos Aires en La Pla-
enorme. La residencia no solo aportaba un – Íd., 1999. Urbanista. Graduado en el Ins- ta. Dirigió la primera publicación periódica de
nuevo lenguaje formal al paisaje urbano de la tituto de Urbanismo de la Sorbona en París. arquitectura editada en nuestro país.
ciudad, el Neoborbónico francés, sino que pre- Realizó obras en San Carlos de Bariloche (v.)
sentaba otro modo de habitar, conseguido gra- en relación con la Dirección de Parques Na- Bibliografía: V. Cútolo. Nuevo diccionario biográfi-
cias a los adelantos tecnológicos incorporados. cionales. co argentino. Bs. As.: Elche, 1968.
A pocos metros de distancia, frente a la mis-
ma plaza principal, la generación anterior ha- Luego de graduarse en París con la tesis:
bía levantado la Casa Padilla, típica casa cho- “Considerations sur l´esthétique dans les voies D’HERS Y DEVOTO. S/d. Arquitectos. Activos en
rizo (v.) de una planta con cuatro patios publiques”, De Estrada realizó prácticas en es- Buenos Aires a principios del siglo XX.
sucesivos en la profundidad del terreno. Trein- tudios particulares de Francia y Alemania. En
ta años después, la Casa Nougués incluyó agua 1936 publicó en la Revista de Arquitectura (v.) Proyectaron la sucursal del Banco de la Na-
corriente y desagües cloacales, luz eléctrica, una nota laudatoria sobre el Campo de De- ción en Azul (Prov. de Buenos Aires), el pan-
ascensor, montacargas, claraboya deslizante portes de Berlín, construido en esa ciudad pa- teón de la Policía y el de los Bomberos, y va-
y distribución funcional en cuatro plantas cons- ra las olimpíadas. De regreso en la Argentina, rias residencias en Buenos Aires.
truidas con estructura resistente de acero. A fue contratado por la Dirección de Parques Na-
ello hay que agregar la extraordinaria calidad cionales para trabajar junto al arquitecto A. Bibliografía: F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutiérrez, A.
de los materiales empleados, muchos impor- Bustillo (v.), quien tenía la responsabilidad de Levaggi y A.S. J. de Paula, La arquitectura del Li-
tados. Esta obra produjo consecuencias en la ejecutar las obras de arquitectura de esa re- beralismo en la Argentina. Buenos Aires: Sudame-
actividad de De Bassols, quien canceló su len- partición. Su trabajo más importante fue el ricana, 1968.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 191


DE LA MARIA PRINS, JORGE. (v. YPF). Su obra de arquitectura más importante es sos de J. Greber, M. Pöete, L. Jaussély y otros
la Catedral de Tucumán, proyectada en 1845 miembros destacados del urbanismo francés
dentro de los cánones del Neoclasicismo (v.). fundacional. Su trabajo doctoral: “Contribu-
DE LAZZARI, AQUILES. S/d. Italiano. Arqui- El edificio, construido durante la década del tion a l’étude d’un Plan d’Amenagement, d’Em-
tecto y escultor. cincuenta, fue terminado en 1856. Otra de sus bellisement et d’Extension de Buenos Aires.
obras eclesiásticas es la reconstrucción de la Etude sur l’évolution de la ville”, que recibe
Llegó a Buenos Aires en 1906, contratado Iglesia de San Francisco en la misma ciudad. una mención especial, condensa las concep-
por el Ministerio de Obras Públicas junto con ciones sobre lo urbano que intenta aplicar en
V. Colombo (v.) y M. Baroffio Covati para rea- Bibliografía: C. Páez de la Torre. “ Noticia sobre el In- su actuación en el país.
lizar las decoraciones del nuevo Palacio de Jus- geniero Pedro Dalgare Etcheverry”. En: DANA, n.° La propuesta de Plan Regulador que pro-
ticia de la Plaza Lavalle. Posteriormente, reali- 2, 1974. pone en su tesis (1928) se diferencia del Plan
zó en la ciudad de La Plata varias obras de estilo de Estética Edilicia (1925) por el rol que les ad-
Art Nouveau; entre ellas cabe destacar la de la judica a los análisis previos y a los estudios evo-
calle 9 N.° 871, en la que participó también el DELLA PAOLERA, CARLOS MARÍA. Buenos Ai- lutivos sistemáticos. Ese rasgo lo distingue tam-
escultor C. Giovanola. res, 1890 – Íd., 1960. Ingeniero civil, urba- bién del Plan Regulador de Buenos Aires, que
nista. Sobrino del arquitecto Juan Antonio Bus- en 1940 conciben Kurchan (v.) y Ferrari Har-
chiazzo (v.) e hijo del constructor italiano doy (v.) junto a Le Corbusier (v.).
Cayetano Della Paolera. Es uno de los pri- Su retorno a Buenos Aires lo acerca a la
meros urbanistas profesionales de la Argen- Asociación de Amigos de la Ciudad. Desde allí
tina, de amplia actuación en la década del es interlocutor de dos visitantes célebres: Le
treinta. Elabora planes reguladores (v.) para Corbusier y Hegemann (v.). En 1929 se hace
distintas ciudades del país, además de im- cargo de la primera cátedra de Urbanismo del
pulsar, como jefe de la Oficina de Urbaniza- país en la Universidad de Rosario y prepara
ción de la Municipalidad de Buenos Aires junto con Ángel Guido (v.) el Plan Regulador
(1932-1939), el Plan Regulador y distintas de esa ciudad.
intervenciones urbanas en dicha ciudad. Con- Entre 1928 y 1932 dicta conferencias, es-
tribuye a difundir los principios del “urbanis- cribe artículos y trata de influir, junto con dis-
mo científico” en sus conferencias, escritos y tintas asociaciones (Asociación de Amigos de
otros eventos, tales como las Exposiciones la Ciudad, Museo Social, SCA, Centro Argen-
Municipales (1932 y 1936) y el Congreso de tino de Ingenieros), en los ámbitos de decisión
u CORONAMIENTO DEL PALACIO DE JUSTICIA, BS. AS. Urbanismo (1935). Entre sus principales pro- política para que se organice una oficina de
yectos está el diseño y la apertura del tramo gestión urbana en el municipio porteño. Se ob-
central de la Avenida 9 de Julio en Buenos Ai- tiene su creación en 1932, por decreto del in-
DELGARE ETCHEVERRY, PEDRO. Saint Jean- res (1937) y una serie de intervenciones pun- tendente Guerrico, y Della Paolera es nomi-
Pied-de-Port (Francia), 1790 – Tucumán, tuales, consistentes en la creación de espa- nado como primer director. El Concejo
1867. Ingeniero. Activo en el norte argenti- cios verdes y en la introducción de mejoras Deliberante ratificó la decisión en diciembre
no, especialmente en Tucumán, en la prime- en la circulación. Formula numerosas pro- de 1932, pero la Oficina estaría lejos de ser “el
ra mitad del siglo XIX. puestas para la construcción de centros cí- organismo autónomo” del poder político que
vicos (v.), que no se materializan. Crea el Cur- se pretendía y su rol se redujo a una mínima
No se poseen datos acerca de su formación. so Superior de Urbanismo (1948) como dependencia con escasos recursos. No obstante,
Se sabe que era bonapartista y que su mili- posgrado de la Facultad de Arquitectura de la su producción sería fértil en investigaciones,
tancia, una vez caído el emperador, le costó UBA. También se lo reconoce internacional- propuestas e intervenciones puntuales.
la cárcel y luego el exilio. Probablemente llegó mente por instituir el símbolo y el Día del Ur- Tributario de las ideas del “urbanismo cien-
al Río de la Plata en 1819 y fue propuesto, re- banismo (8 de noviembre). tífico”, Della Paolera pretende instalar la pla-
cién en 1826, para integrarse como inspector nificación global a partir de las directivas es-
en el Departamento de Ingenieros Arquitectos Della Paolera se gradúa como ingeniero en tablecidas por un plan regulador. Sus premisas
(v.), por su compatriota Catelín (v.). Posterior- la UBA con una tesis sobre infraestructuras son coherentes con la racionalización munici-
mente se trasladó a Tucumán. En esa provin- urbanas: “Proyecto de provisión de agua para pal que emprende el Intendente Mariano de
cia se dedicó a la agricultura con poco éxito. En una ciudad de 100.000 habitantes” (1912). En Vedia y Mitre (1932-1938), si bien los escasos
1848 fue nombrado Agrimensor General, a car- 1920 participa como delegado del Centro Ar- recursos puestos a su disposición limitan se-
go de los deslindes, mensuras y amojona- gentino de Ingenieros en el Congreso de la Ha- riamente su capacidad operativa.
mientos, así como de las obras públicas de bitación organizado por el Museo Social (v.). A Su labor técnica también se caracteriza por
todo el territorio tucumano. Posteriormente, través de esta institución se vincula con el me- intentar incorporar el Gran Buenos Aires (“El
en 1859, fue nombrado a cargo de la Oficina dio urbanístico de Francia, donde cursa estu- Plan Regulador de la Región Bonaerense”. En:
Topográfica, donde realizó el primer plano ge- dios de posgrado bajo la dirección de Marcel La Razón, Bs. As., 1927) y crear organismos téc-
neral de la provincia y el deslinde de la mayo- Pöete. Se gradúa en 1927 en el Instituto de Ur- nicos autónomos de las decisiones políticas
ría de las propiedades particulares. banismo de París, en el que concurre a los cur- (“Urbanismo teórico y urbanismo práctico”. En:
Boletín de Obras Públicas, 1935); brega por la fal

192 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


del del
Boletín de Obras Públicas, 1935); brega por la fal- completa de 110 m de ancho, para crear una zan expropiaciones (Palacio Miró de la Plaza
ta de espacios verdes (“Buenos Aires no tiene “avenida parque” sin edificación. La diferencia Lavalle), y se elaboran proyectos para la Ave-
noción del espacio libre”. En: Revista de so- entre ellos reside en que el primero se organi- nida General Paz y el Parque del Sur. Uno de
ciología municipal Urbi et Orbi, 1933), de una za alrededor de una calle de circulación rápi- los temas prioritarios fue la confección de ins-
buena circulación vehicular (“El tránsito y la da subterránea, en tanto que el segundo la man- trumentos de control urbano y la descentrali-
utilización del subsuelo”. En: La Nación, Bs. tiene a nivel, con el fin de evitar los cruces con zación de la gestión. En este sentido se elabo-
As., 1927), y de un arte y una estética en la lo- el subte existente. En 1934, plantea una variante raron, bajo su auspicio, los trabajos preliminares
calización de los edificios (“El arte urbano y la que consiste en la creación de un centro de edi- para el levantamiento del catastro (1940) y pa-
cultura”; “Los edificios públicos deben ser ubi- ficios de gobierno en el cruce con la Avenida ra el Código de Edificación (1942), además de
cados en parajes alejados”. En: La Razón, Bs. de Mayo, y dos remates monumentales, simi- proponerse sin éxito la creación de centros re-
As., 1937). Sus tempranas preocupaciones por lares a los que se plantean en el plan de 1925. ligiosos, militares, municipales y universitarios.
las perturbaciones en las condiciones de vida Entre los proyectos alternativos, podemos Dentro de su vasta labor, Della Paolera pro-
urbana —ruidos, olores, transportes, etc. (“Des- mencionar el de Bereterbide (1932), que reto- yecta también planes reguladores para: Men-
naturalización del medio ambiente en la urbe ma el proyecto original de una avenida de 33 m, doza, Tucumán, Mar del Plata, etc., en cuyas
moderna”. En: La Nación, Bs. As., 1939)— le flanqueada por una faja continua de edificios universidades periódicamente ofrecía cursos
otorgan el rol de precursor del Ambientalismo de igual altura (8 pisos), y el de Vautier (v.), de y conferencias. Su currículum profesional se
en el medio local. Cada uno de estos temas mar- 1933, que reformula esta idea con el planteo de extingue hacia 1940 por conflictos ideológicos
ca con su impronta los proyectos concretos que un basamento continuo, de dos pisos, de co- y políticos. Debido a ellos, se recluye en la Uni-
encara la Oficina bajo su dirección. mercios y jardines, y concentra la edificación versidad, donde crea el Curso Superior de Ur-
El proyecto y la expropiación del tramo cen- en una o dos torres por manzana. Ambos es- banismo (1948), a través del cual continúa di-
tral de la Avenida 9 de Julio son de su autoría. quemas cuentan con viaria subterránea. Los re- fundiendo sus ideas.
El origen del trazado está en propuestas del sultados permiten leer los modelos urbanos que Llamativamente, en la historiografía local
siglo XIX, pero fue decidido en enero de 1912 inspiran a los proyectistas: mientras Vautier es Della Paolera no tiene un lugar relevante. Por
mediante la Ley N.° 8.855, que preveía una ca- fiel a los principios del CIAM (v.), Bereterbide un lado, su obra es eclipsada por el Plan de Kur-
lle de 33 m de ancho. Este criterio fue retoma- (v.) propone una situación intermedia con el pro- chan y Ferrari Hardoy, y por las tareas que em-
do en el Plan de 1925 que, además, la integra- yecto de Della Paolera, que a la manera de un prende desde 1949 la Oficina del Plan Regula-
ba con las diagonales Norte y Sur (propuesta parkway jerarquiza espacios verdes y de circu- dor. Por el otro, su figura de “técnico” y no de
Boulevar (v.), 1919), configurando sus extremos lación despejados. Más tarde se sumarían las “creador” lo recluye en el conflictivo campo del
con dos focos monumentales. Della Paolera propuestas de Ángel Guido, de 1942, y la de Ca- urbanismo argentino (v. Urbanista, Urbanismo). A. N.
confecciona dos proyectos sucesivos, en 1933 y senave, Bianchetti y Mattos (1943).
en 1937, que proponen sustituir una manzana Desde la Oficina de Urbanización se reali- Bibliografía: Buenos Aires y sus problemas urbanos.
Bs. As.: Oikos, 1977. Comp. a cargo de P. Randle, Ali-
cia Novick y Raúl Piccioni. Carlos María Della Pao-
lera, Buenos Aires 1890.1940, o los orígenes de la
profesión de urbanista en la Argentina. Bs. As.: 1989.
Incluye un currículum y una bibliografía sobre sus
escritos.

DELLAROLLE, VÍCTOR. S/d. Arquitecto. Activo


en Rosario en la primera mitad del siglo XX.

Profesor de la Facultad de Ciencias Mate-


máticas en Rosario (Prov. de Santa Fe). En
dicha ciudad realizó varias obras: el Sanatorio
Rodríguez en Provincias Unidas y Caseros;
la residencia de Córdoba 1983; la casa parti-
cular de Próspero Lelpi, etc. Participó en las
gestiones para crear una Escuela de Arqui-
tectura en la Universidad Nacional del Litoral.
Luego de fundada dicha escuela, se desempe-
ñó como profesor de la misma.

Bibliografía: F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutiérrez, A.


Levaggi y A. S. J. de Paula. La arquitectura del Li-
u APERTURA DE LA AVENIDA 9 DE JULIO CENTRAL EN BUENOS AIRES (1937). AL FRENTE, EL OBELISCO; beralismo en la Argentina, Buenos Aires: Sudame-
AL FONDO, EL EDIFICIO DEL MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS. ricana, 1968.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 193


DEL MONICO, BRUNO. S/d. Arquitecto. Pro- en Rosario hasta 1922. Esta formación inicial principal con un pórtico semicircular de acce-
yectó varias obras de importancia en la ciu- marca en DL las perspectivas —ciencia y téc- so a un gran hall cupulado, en una resolución
dad de Resistencia, Provincia del Chaco. nica constructivas— a partir de las cuales con- clasicista. Por la presentación al Museo de Be-
cibe la arquitectura para transformar el legado llas Artes de Buenos Aires (1928) obtienen men-
Entre sus trabajos, merecen mencionarse academicista y adecuarlo a las nuevas necesi- ción; en 1929 reciben el primer premio en el
la casa de la familia Power, posterior sede de dades programáticas. proyecto para el Centro Unión Dependientes y
la Sociedad Rural, y la de Ropossioli, hoy Mu- En este período se vincula con los arqui- para el edificio y auditórium El Círculo, ambos
seo de Ciencias Naturales. tectos Víctor Dellarolle (v.), Juan B. Durand (v.) en Rosario. Ninguno de estos premios logra
y Ángel Guido (v.), con quienes protagoniza — concretarse. En 1929 les adjudican por con-
Bibliografía: F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutiérrez, A. en carácter de estudiante— las gestiones pa- curso el proyecto del Nuevo Banco Italiano de
Levaggi y A. S. J. de Paula. La arquitectura del Li- ra crear en Rosario, dentro de la Facultad de Buenos Aires, en Reconquista y Rivadavia. Con
beralismo en la Argentina, Buenos Aires: Sudame- Ciencias Matemáticas de la UNL, la Escuela de una fachada que adapta el Renacimiento ita-
ricana, 1968. Arquitectura. En tanto la Escuela rosarina no liano del siglo XV —solicitado por el directorio
se concreta, y decidido por la carrera que mar- del banco—, el estudio DOR demuestra el ma-
caría su trayectoria profesional, en 1922 in- nejo de los estilos históricos para resolver un
DE LORENZI, ERMETE ESTEBAN FÉLIX. El Tré- gresa a la Escuela de Arquitectura de la UBA. programa mixto (bancario, oficinas para una
bol (Santa Fe), 1900 – Rosario (Santa Fe), En su corta y brillante carrera —por sus estu- compañía de seguros y oficinas de renta) en un
1971. Arquitecto. Una rápida y vasta expe- dios anteriores realiza los dos primeros años lote de pequeñas dimensiones, con las restric-
riencia constructiva, una hemeroteca actuali- en uno— recibe importantes distinciones: Di- ciones de la gran ochava sobre la plaza y las
zada y la influencia de la Arquitectura Moder- ploma de Honor y Medalla de Oro de la UBA, alturas del reglamento. En 1933, cuando el Nue-
na, que pudo haber recibido en el viaje realizado el Premio Belgrano de la SCA (que se otorga- vo Banco Italiano se inaugura y las obras del es-
al final de su carrera, convirtieron a DL, en los ba por segunda vez al alumno con sobresa- tudio DOR están netamente vinculadas a la Ar-
inicios del treinta, en un representante de los lientes en todas las materias de carácter artís- quitectura Moderna, los proyectistas destacan
“primeros arquitectos modernos” de la Ar- tico) y el Premio Ader, otorgado cada dos años la calidad obtenida con materiales, técnicos y
gentina; debió adaptar el legado academicis- al mejor alumno de todas las carreras de la Fa- artesanos locales.
ta recibido en la Escuela a los nuevos progra- cultad de Ciencias Exactas. Por este último pre- A pesar de la formación del estudio, DL
mas del mercado inmobiliario en expansión y mio, DL viaja a Europa durante 1926, llevan- se establece en Rosario. Apenas radicado, co-
a los recursos que le proveía la industria local. do la corresponsalía de la SCA para colaborar mienza a trabajar en la Escuela de Arquitec-
Su actividad proyectual se caracterizó por el con apuntes de viajes. tura como profesor ad honórem de Teoría de la
control de las masas y sus proporciones, y por De su paso por la Escuela de Arquitectura, Arquitectura, y en 1929 obtiene el cargo de
la experimentación de las posibilidades expre- quedaron registrados en la Revista de Arquitec- titular por concurso. Encomendado por la SCA,
sivas de los materiales, con el fin de resaltar tura sus proyectos premiados, sus presenta- trabaja en el estudio de una posible reforma
el juego de los volúmenes, el uso de la curva ciones a concursos y al Segundo Congreso Pan- de los Reglamentos Municipales de Rosario;
y el contraste de llenos y vacíos. americano de Arquitectura realizado en el Brasil, forma parte de la Comisión encargada de es-
los retratos que realizó de sus profesores y otras tudiar y proponer reformas al plan de estudios
Nació el 6 de julio de 1900 en el estable- colaboraciones gráficas que demostraban su ca- que posteriormente presenta junto con José
cimiento rural que sus padres —Victorio De pacidad excepcional de dibujante, sumado to- Micheletti (v.). A pedido del Rotary Club de Ro-
Lorenzi y Emilia Salusso— tenían en El Tré- do ello a la participación activa en el Centro sario, realiza junto al ingeniero Devoto un pro-
bol. La buena situación económica de su fa- de Estudiantes y en la Federación Universita- yecto para la Avenida Costanera de Rosario; es-
milia, dedicada a la industria láctea, le permi- ria de Buenos Aires, de los que llegó a ser Pre- ta sería la única participación de DL en el campo
te a DL cursar todos sus estudios en Rosario. sidente en 1926. El conjunto de estos antece- del urbanismo, fuera de puntuales conferen-
En 1912 ingresa a la Escuela Industrial de la dentes define la estrecha relación que DL cias radiales posteriores.
Nación para realizar sus estudios secundarios, mantendría siempre con la Universidad, en fun- En 1928 publica una serie de artículos com-
que culminan con el proyecto y cálculo de un ciones docentes primero y de gestión después. pilados como Generalidades arquitectónicas,
motor a nafta volcado en más de mil láminas El 14 de julio de 1927 obtiene el título de Ar- una especie de programa de la arquitectura
dibujadas a pluma, material que utilizaría du- quitecto, junto con sus compañeros Julio V. que no vuelve a ensayar, en los que ataca la
rante 1918 en el dictado de un curso sobre au- Otaola (v.) y Aníbal Rocca. Con ellos había com- decadencia pasatista de ciertos arquitectos, el
tomóviles en la Universidad Popular de Ro- partido el taller de composición decorativa a car- nefasto abuso de los estilos historicistas, la es-
sario. Luego, con la presentación de una tesis go de René Villeminot (v.), presentaciones a con- peculación económica por sobre la obra de ar-
sobre un torno paralelo, obtiene el título de cursos de estudiantes y, con Otaola, los cargos te y el generalizado desconocimiento de los
Técnico Mecánico. directivos del Centro de Estudiantes. Después adelantos de la ciencia y la técnica constructi-
En 1919 empieza en forma simultánea la de egresados, los tres conforman el Estudio De va moderna que llevaban a la falta de com-
recientemente creada carrera de Ingeniería In- Lorenzi, Otaola y Rocca (DOR), con una ofici- promiso estético con la época. En estos artí-
dustrial de la UBA e Ingeniería Civil en la Fa- na en Capital y otra en Rosario. En 1928 ob- culos, DL también critica la tendencia didáctica
cultad de Ciencias Matemáticas de la UNL. tienen el primero y el tercer puesto en el Mu- francesa de la Escuela de Arquitectura de Bue-
Después del cursado del primer año, abando- seo de Bellas Artes de la ciudad de Rosario: un nos Aires, hecho que explicaría el retraso de
na la primera y continúa con ingeniería civil gran edificio sólo jerarquizado en la fachada la disciplina, y se posiciona en contra de la Ar-

194 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


del del
y de otros proyectos que realiza personalmente
para familiares y allegados, todo el resto de la
producción arquitectónica lleva la firma del
estudio DOR, aunque cabe destacar un rol pre-
ponderante de DL en la mayoría de ellas.
En el año 1928 realiza el edificio de renta
Gilardoni-De Lorenzi. Se trata de un edificio
de cinco pisos destinados a oficinas, ubicado
en la calle Córdoba 1438 (al lado de la Bolsa
de Comercio), con una estructura de hormi-
gón que le permite trabajar con un gran vano
en la fachada. Estas obras y la sede para el Club
Social (Mitre al 800, Rosario), adjudicada al
estudio por concurso, se caracterizan por la
búsqueda de una racionalidad distributiva, de
una experimentación constructiva y, aun más,
por el intento de explotación de los materia-
les, con un lenguaje Art Déco que abandona-
ría rápidamente.
A partir de ellas, la actividad proyectual y
constructiva es creciente, y ya en los inicios de
la década del treinta la obra de DL se destaca
como Arquitectura Moderna del resto de la pro-
ducción rosarina. Sus proyectos y los del es-
tudio DOR constituyen una continua e inin-
terrumpida experimentación, que adapta el
legado academicista a los nuevos programas
para la industria y el comercio, fundamental-
u VISTA LATERAL DEL NUEVO BANCO ITALIANO (1929), EN RECONQUISTA Y RIVADAVIA, BUENOS AIRES. mente en el tema que requirió el creciente mer-
cado inmobiliario: el edificio de renta. Aquí
quitectura Colonial como posibilidad de ar- Desde 1937, DL publica por su cuenta una sintetizaremos las principales obras, según los
quitectura urbana moderna. DL defiende una serie de libros llamados Apuntes del arquitecto, tipos de programas.
concepción clásica del proyecto, basado en el en los que compila las materias más dispares: Los edificios comerciales y de oficinas que
estudio y control de las proporciones, para lo- historia de la arquitectura; teoría de la arqui- realiza el estudio DOR son los intentos más
grar belleza y armonía, una de las más fuer- tectura: teatros, auditórium y cines; método de tempranos por definir un espacio y una ima-
tes caracterizaciones de toda su obra. Para él perspectiva práctica; nociones de clima y aso- gen modernos. Entre ellos cabe destacar las
la Arquitectura Moderna se convertiría con el leamiento; evoluciones de la vivienda; funda- oficinas del Establecimiento Metalúrgico Chai-
tiempo en un juego de masas y proporciones mentos de teoría de la arquitectura; ensayos ele- na & Cía, en Córdoba 3150 (Rosario, 1933): un
cada vez más sencillas. A pesar de su anti- mentales de materiales. Estas publicaciones no edificio distribuido a partir de un gran salón
güedad, defiende el texto de Guadet, ya que tienen otro valor que el didáctico de sistemati- en la planta baja —con un hall de triple altu-
para él este encierra los criterios y operativos zación de los contenidos de la currícula del ar- ra y una escalera abierta—, en torno del cual
al proyecto contemporáneo. quitecto y pueden ser elocuentes para entender se desarrollan los dos niveles superiores de ofi-
Más adelante, después de sus primeras ex- la formación que recibió DL en la UBA, o la cinas. El control de las alturas, las proporcio-
periencias constructivas, DL agrega a tales con- inercia de la enseñanza de las experimentacio- nes de los revestimientos y de los vacíos en la
sideraciones la necesidad de comprender y ma- nes en acto. No es posible hablar de DL como fachada adjetivan el edificio de un modo neta-
nejar el espacio. El dominio espacial y una un teórico de la arquitectura apoyándose en es- mente moderno. Otro caso interesante lo re-
utilización cada vez más eficiente de los sis- tos libros, que sí evidencian la necesidad de sis- presentan las oficinas para la empresa Roselli,
temas de representación lo obsesionan. Des- tematizar todas las dimensiones que pueden Grimaldi & Cía, en Santa Fe 1467 (Rosario,
pués de egresado se dedica a investigar nue- ser operativas al proyecto contemporáneo. 1940): un edificio de dos niveles integrados en
vos sistemas de perspectivas; profundiza el de Paralelamente a la actividad docente, las una “gran vidriera” modulada en acero, ape-
Reile, suprimiendo las líneas auxiliares, y en relaciones e inversiones familiares le dan a DL nas rehundida, remarcada por un gran pórti-
1930 publica los avances de sus investigacio- la posibilidad, apenas egresado y radicado en co de mármol negro, donde se colocan asimé-
nes en la Revista de Arquitectura; luego paten- Rosario, de comenzar a construir a pesar de tricamente dos accesos con vanos y escalas
ta la invención de dos aparatos, uno de ellos la grave crisis. Para sus padres proyecta un buscadamente diferentes. El estudio DOR va
para obtener pantográfica y automáticamen- chalé en la estancia Las Taperitas (El Trébol, a repetir tales recursos para este programa, e
te una perspectiva, recorriendo con un índice 1929), y un gran hotel en Córdoba y Moreno incluso para los edificios industriales, cuyo vo-
la proyección iconográfica. (Rosario, 1928). Fuera de estas primeras obras, lumen de obra se encuentra repartido en dis-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 195


tintas ciudades de las provincias de Santa Fe y 1549, en 1936) puede observarse al analizar el
Buenos Aires. edificio Gilardoni de Bulevar Oroño y Rioja
En las primeras viviendas unifamiliares es (Rosario, 1936). Un edificio de nueve pisos, ex-
posible encontrar el intento de modernizar los clusivamente de departamentos (en el segun-
elementos propios del Neocolonial. Esto se do DL fija su residencia particular), con dos
ve en un gran hotel para Roccia (El Trébol, unidades por piso, complejo de describir en
1928), en un condominio de varias unidades términos formales, justamente por la riqueza
en torno de un patio en Santa Fe y Ovidio La- plástica que no sigue correspondencias linea-
gos (Rosario, 1930), donde —más allá de la les entre forma y parcela. Todo el cuerpo del
siempre presente rigurosidad funcional de las edificio se va tratando con cuerpos salientes, y
unidades— aparecen en el tratamiento moti- ese trabajo asimétrico, rítmico, pero no regu-
vos decorativos con reminiscencias coloniales. lar, construye una fachada rica de aconteci-
En algunos proyectos iniciales, este tratamiento mientos jerarquizados formalmente y con dis-
aparece como una variante de fachada inter- tintas texturas. La planta baja tiene una escala
cambiable con otra de una estética racionalis- y un tratamiento de materiales propios. Para
ta. Es el caso de algunos chalés y también del este edificio, los proyectistas sugieren a los fa-
edificio Gilardoni-De Lorenzi de 1928. En obras bricantes un tipo de ladrillo cerámico que uti-
posteriores, el chalé suburbano se estructura lizarían nuevamente en algunos volúmenes re-
a partir del movimiento de cuerpos con altu- cedidos de la torre de La Comercial de Rosario.
ras distintas de cubiertas, y fachadas blancas y El acentuado juego de luces y sombras, y los
lisas, destacadas con balcones y marcos de aber- volúmenes enriquecidos por contrastes sutiles
turas en madera o con un tratamiento impar de los materiales —de homogeneidad y va-
de las galerías. Un ejemplo de esto es el chalét riedad a la vez—, solo son reconocibles en los
de Ciro Echesortu (Rosario, 1931) y, en una es- distintos acercamientos al edificio.
cala de conjunto, el Olivos Golf Club (Bue- Simultáneamente, el estudio DOR proyec-
nos Aires, 1933). Estos esquemas formales se ta el edificio para la Compañía de Seguros La
repiten para las viviendas rurales en las es- u EDIFICIO GILARDONI (1936), EN ROSARIO. Comercial de Rosario, con un programa mix-
tancias Benvenutto en Montebuey (Córdoba, to de oficinas para la empresa en los dos pri-
1938) y Santa María en Marcos Paz (Buenos bery 2487/97, Bs. As.), un emprendimiento meros niveles, y departamentos de renta en los
Aires, 1945), entre otras. del propio estudio, donde las variaciones re- niveles superiores. Este edificio se destaca por
Paralelamente, en viviendas ubicadas en la siden en la terminación de fachada para lograr el juego de una curva en correspondencia con
costa y, en menor medida, en viviendas su- “carácter personal que huye de la estandariza- la esquina, que articula cuerpos de diferentes
burbanas, el estudio opta por una serie de ex- ción”. Con la misma premisa, en 1942 el es- alturas, por la proporción de los volúmenes, la
perimentaciones del rústico: el chalé Bafundo, tudio realiza el petit hôtel para Lacassin en Bu- definición y el tratamiento de los vacíos, los
frente al mar en Mar del Plata (1931). Otros levar Oroño 314, Rosario. Otros intentos no aventamientos o las galerías. Definen una obra
ejemplos posteriores son los chalés vecinos pa- fueron tan radicales: en la vivienda unifami- única que marca un hito en la arquitectura ro-
ra Hermanos Panza en la costa de Necochea liar para Eduardo Grimaldi, en Balcarce 1765 sarina; se convierte en una solución no supe-
(1949), la casa Udry en Vicente López (1950), (Rosario, 1938), la planta se resuelve extendi- rada por las obras siguientes del propio estu-
y —enteramente construido en piedra con una da sobre una de las medianeras, siguiendo la dio y llega a ser seguramente el exponente más
planta desarrollada a partir de un gran living organización tradicional del lote profundo. acabado de resolución formal de la esquina co-
semicircular— el chalé para Bianco en Punta El estudio DOR tiene su mayor volumen de mo lugar de rotación en la Arquitectura Mo-
del Este (Uruguay). obra seguramente en el tema del edificio de derna en la Argentina durante ese período. Otra
Una serie de croquis de “pequeños chalés renta. De entre ellos resulta interesante men- vez la distribución de los cuerpos del edificio,
para Mar del Plata”, realizados en 1935, indi- cionar los ubicados en esquina, ya que en es- dispuestos en forma asimétrica en una par-
can que el estudio busca una respuesta de uni- te tema radican las principales contribuciones cela prácticamente cuadrada, evita la exhibi-
dades de mínimas superficies, con pequeñas a la Arquitectura Moderna en la Argentina. Si ción de la medianera y define una ubicación
variaciones en las plantas, para obtener un ába- bien algunos de ellos se encuentran en Bue- urbana jerarquizada y un conjunto de contra-
co de soluciones. En viviendas urbanas entre nos Aires, las obras ubicadas en Rosario son posiciones equilibradas. No es posible tener
medianeras, aparece un poco más tarde esta las más logradas dentro de toda la serie. La dis- perspectivas similares desde los distintos lu-
contradictoria búsqueda de un esquema tipo- paridad de soluciones, firmadas por el estudio gares desde donde el edificio puede ser perci-
lógico para “solucionar el doble problema de DOR en el mismo momento para un mismo bido. El acabado del proyecto es elocuente co-
crear una vivienda individual media que posea problema y programa, sugieren que los pro- mo un edificio único, que ya no puede variarse
además las ventajas de un departamento: má- yectos para Buenos Aires los realizaban Otao- sin perder la belleza y armonía logradas.
xima comodidad en mínimo espacio con todos la y Rocca, y los de Rosario tenían a DL como Un año después los integrantes del estudio
los servicios”, con una estética claramente ra- principal proyectista. proyectan el edificio de renta Bernardi, en Bu-
cionalista. Así justifican el proyecto de 1941 pa- El contraste con algunas obras porteñas levar Oroño y Tucumán (Rosario, 1939): un lo-
ra tres casas apareadas en Palermo (Jorge New- (Medrano y Guardia Vieja, en 1938, y Agüero te de esquina nuevamente, pero esta vez re-

196 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


del del
suelto de un modo bidimensional que quiebra rio Plaza, en Dorrego 1500 (Rosario, 1936).
los dos planos de la esquina en ángulo recto, Con toda la rigurosidad de una racionalidad
en contraposición a la experiencia de La Co- distributiva, la selección de materiales en el in-
mercial de Rosario y del edificio Gilardoni. En terior para asegurar el nivel de confort e hi-
una escala y resolución intermedias entre las giene propios del tema, el edificio no logra ca-
de una casa (la idea de galería en planta baja y racterizarse de un modo específico respecto de
la de un volumen saliente en el primer piso pa- los edificios menos ambiciosos de renta.
recen parte de una vivienda) y las de un edifi- En 1947 el estudio DOR festeja sus veinte
cio (por la serie apilada de balcones y terrazas), años de actividad profesional con la publica-
resulta un juego exagerado, recuerda una ma- ción del folleto XX aniversario del estudio de ar-
queta con algunos de los elementos canoniza- quitectura De Lorenzi, Otaola y Rocca, y la enu-
dos del Estilo Internacional; una composición meración de las obras proyectadas y ejecutadas.
purista de un cuerpo totalmente blanco, trata- Precisamente a partir de aquí es posible hablar
do y definido de modo abstracto. de una fractura en la historia del estudio. Ju-
En 1940, en otro edificio de renta para Iso- lio Otaola, dedicado a actividades de gestión
lina de Tadeo, en Santa Fe y Bustamante, Bue- y administración en la Universidad (viceinter-
nos Aires, reaparece el tema del edificio de es- ventor y rector de la UBA), deja de participar
quina sin la riqueza y las dimensiones del del estudio a pesar de seguir en una estrecha
programa de La Comercial. Con una fachada relación con DL. Ya no participan de concur-
íntegramente construida en un tabique de hor- sos de relieve y se concentran en el manteni-
migón armado, el estudio vuelve a la resolu- miento de un estudio profesional que respon-
ción del balcón corrido curvo y el juego de vo- de a una sostenida demanda de grandes
lúmenes salientes. promotores inmobiliarios (Romano La Rocca,
Los proyectos de los edificios de carácter Sormani, Biasutto & Cía, Gerardo Romano),
público son mucho más difíciles de caracteri- repitiendo las probadas soluciones, converti-
zar como búsqueda única. El estudio tiene ma- das ya en recetario.
yores dificultades para llegar a la efectividad u EDIFICIO LA COMERCIAL (1938), EN ROSARIO. En el período en que DL estuvo radicado en
lograda con la obra privada, atendiendo al mis- Rosario, nunca dejó de asumir cargos en ins-
mo uso de los recursos que manejan: juego de La Universidad Popular de Rosario (construi- tituciones culturales, profesionales y en la ad-
volúmenes y contraste de los materiales. En da solo en parte). Este recurso vuelve a apare- ministración pública: entre 1934 y 1936 es se-
los primeros edificios públicos trabajaron en cer después como búsqueda aún más pro- cretario del Rotary Club de Rosario; miembro
dos líneas diferentes: por un lado, la búsque- nunciada por la estilización de los elementos de la Comisión Provincial de Cultura de la Pro-
da del carácter se hace echando mano de los clásicos: columnatas y pórticos, en una serie vincia de Santa Fe, Director del Museo de Be-
recursos del legado academicista; edificios he- de monumentos. El más acabado quizá sea el llas Artes de Rosario y Presidente de la Socie-
chos con materiales homogéneos, trabajan con presentado en el Concurso para el Monumento dad Central de Arquitectos (División Provincia
claroscuros a partir de la concentración de ele- a Martí en La Habana (Cuba, 1938): un amplio de Santa Fe) entre 1943 y 1945. Además de una
mentos ornamentales en las plantas bajas y en atrio de 1.200 m2, cerrado por dos cuerpos la- actividad profesional personal como arqui-
los portales de ingreso, en algunos casos usan- terales que albergan la biblioteca y el museo tecto de la Compañía Argentina de Inmuebles
do las cornisas para diferenciar partes de los martinianos, con el fondo de un muro macizo y Construcciones, con obras en la Provincia de
programas (recurso que habían probado en con seis arcos (seis provincias cubanas), en- Santa Fe, en Entre Ríos y en Asunción del Pa-
el edificio de departamentos de Córdoba y Bal- teramente revestido en piedra travertina ro- raguay, y como Director de Obras Públicas
carce, Rosario). Ejemplos de esta serie son el mana que hace de marco a la escultura de Mar- de la Provincia de Santa Fe por varios períodos
Palace Hotel de La Cumbre (Córdoba, 1932), tí, y su pedestal previstos en fundición de desde 1935, de cuya participación, posiblemente
caracterizado por una escala colosal, acentua- bronce. Este tipo de resolución se vuelve a in- en edificios de educación primaria, no se co-
da por el tratamiento de la planta baja en pie- tentar en el concurso para el Monumento a nocen los resultados.
dra con anchas galerías y por las decoraciones la Bandera de Rosario (Santa Fe, 1940), don- Durante los nueve años siguientes a su nom-
del ingreso principal; el proyecto presentado de obtienen el cuarto premio, sin lograr el ma- bramiento como profesor titular de Teoría de
al concurso de la Municipalidad de Vicente Ló- nejo de la escala urbana que condicionaba fuer- la Arquitectura en la Escuela de Rosario (1929),
pez (1935) y el del concurso para el Palacio de temente el programa. Y en una escala menor, sus alumnos obtienen los primeros premios
Justicia de Tucumán (1936), en el que obtu- el Monumento a Urquiza (Buenos Aires): una en los concursos anuales de Buenos Aires, con
vieron el segundo premio. nave a cielo abierto, exageradamente rectan- lo cual DL se construye un prestigio en el cam-
Por otro lado, con composiciones clara- gular (de 6 por 16 m), de 23 m de altura, re- po académico que incide en la obtención por
mente clasicistas, buscan una austeridad for- vestida en piedra con bajorrelieves e inscrip- concurso, en 1939, de la titularidad de Teoría
mal, trabajando con volúmenes claramente re- ciones alegóricas. de la Arquitectura en Buenos Aires.
cortados, cuyo único plus es la búsqueda de Con un lenguaje racionalista mucho más Pero la estadía de DL en la ciudad que lo ho-
estilización, en programas bien dispares como abstracto, realizaron la ampliación del Círcu- menajeó repetidamente por sus roles públicos
el proyecto para El Círculo (Rosario, 1929) o lo Médico Argentino en la Capital y el Sanato- en instituciones culturales y educativas, y por

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 197


u TECHOS CON PENDIENTES Y FACHADAS BLANCAS Y LISAS, DESTACADAS CON MARCOS DE MADERA, EN EL OLIVOS GOLF CLUB (1933) EN BUENOS AIRES.

ser el segundo rosarino en obtener una cátedra cultad de Ciencias Exactas de la UBA. Desde bién rechaza. Continúa un breve período tra-
en la UBA, no terminó de un modo armonio- esa función, promueve la división de las fa- bajando con Aníbal Rocca y se dedica, entre
so. Entre 1943 y 1945 DL es nombrado delega- cultades y la creación de la Facultad de Arqui- 1949 y 1950, al proyecto de escuelas en San-
do interventor de la Facultad de Ciencias Ma- tectura y Urbanismo (1948), para cuya con- tiago del Estero, dentro del Plan Eva Perón, por
temáticas de la UNL. La intervención provocó creción crea, entre otros, el Instituto de encargo del gobierno de la Provincia.
duras críticas, al punto de haberse formado cá- Extensión Cultural: un instituto que intenta Por otro lado, continúa la actividad pro-
tedras paralelas libres durante el período. institucionalizar una búsqueda esencialmen- yectual patrocinando a sus hijos varones (Vic-
Indudablemente, la hostilidad del mundo te personal, más que dar curso a un desarrollo torio y Aldo). Entre los encargos de mayor en-
académico rosarino, las posibilidades de seguir existente. La relación entre la música y la ar- vergadura, en 1954 proyectan, con el apoyo de
en la docencia en la UBA y de llevar a cabo una quitectura, la música y el color habían intere- Perón, el edificio para el Círculo de Suboficia-
actividad constructiva sostenida en un merca- sado a DL desde muy temprano: en 1932 ya ha- les de Gendarmería Nacional (tres torres de
do ampliado como el de Buenos Aires, lleva- bía publicado en la Revista de Arquitectura “Un ocho pisos sobre un basamento y subsuelos),
ron a DL en 1945, último año de su interven- ensayo relativo al paralelo entre la música y con un lenguaje racionalista en el que ya no
ción en la Universidad, a establecerse el color”. A partir de su radicación en Buenos aparecen las experimentaciones con la expre-
definitivamente en Buenos Aires, cerrando la Aires, DL desarrolla una actividad sostenida sividad de los materiales que había teñido la
oficina que el estudio tenía en Rosario, y a de- en producción musical, escribiendo canciones, obra de las décadas del treinta y del cuarenta.
jar su atelier personal de la calle Cochabamba completa la serie de Apuntes del arquitecto DL Simultáneamente, DL se dedica a impul-
2020, construido por él mismo hacía solo tres y publica Investigación sobre la forma de instru- sar, en calidad de asesor, grandes operaciones
años, que se había convertido en un “foro de mentar (1947) y Armonía geométrica como nue- inmobiliarias, como por ejemplo el Centro In-
encuentro de los artistas rosarinos modernos”. vo sistema en la composición musical (1948). So- tegral Enz, proyectado por Vanoli, Quaglia y
A partir de su radicación definitiva en Bue- bre estas investigaciones insistiría toda su vida. Navratil, que comprendía un hotel de más de
nos Aires, DL concentra, sin abandonar la ac- En 1949, siendo decano desde 1948 de la doscientas habitaciones, sala de espectácu-
tividad profesional, dos tipos de actividades recientemente creada Facultad de Arquitectu- los, galería comercial, restaurante y monoblocks
bien diferentes: la música y la gestión univer- ra y Urbanismo de la UBA, DL presenta su re- en torre de treinta pisos para departamentos,
sitaria. Con el patronazgo de su ex socio Julio nuncia. Un cuerpo de docentes muy cercanos insistiendo con programas de una envergadu-
Otaola como viceinterventor a nivel nacional, a él en el Consejo Directivo le solicitan que per- ra que el mercado de la ciudad de Rosario nun-
en marzo de 1947 DL es nombrado director de manezca en el cargo, pero con razones perso- ca pudo afrontar. Desde muy temprano, el te-
los Talleres de Arquitectura, en reemplazo de nales de sobrecarga de trabajo y agotamiento ma del rascacielos había fascinado a DL, quien
René Karman, a quien se le había aceptado la producido por la gestión universitaria, DL sos- no había dejado de intentar proyectos, prime-
renuncia a dicho cargo. Luego, en septiembre, tiene su renuncia. Luego le ofrecen ser rector ro con un lenguaje Art Déco (el edificio para
DL es nombrado delegado interventor de la Fa- de la Universidad de Tucumán, cargo que tam- Dellepiane y Melián, 1930); el Edificio para J.

198 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


del del
Martin (1931), frente al que luego sería el pa- ría y Arquitectura de la UBA. Por su trayec- posibilidades, bastante inusual en nuestro pa-
tio cívico del Monumento a la Bandera, en un toria y su obra, puede clasificarse en la lí- ís: esto es, la necesidad de un uso racional del
lote de gran extensión; el rascacielos Recagno, nea de sus contemporáneos Pier Luigi Ner- hormigón armado a partir de invenciones ba-
etc. Para el caso de Buenos Aires, DL encon- vi, Riccardo Morandi, Félix Candela, Eladio sadas en la alianza entre la investigación cien-
tró la posibilidad de ensayar estos macropro- Dieste o Eduardo Torroja, cuyas invenciones tífica y la técnica.
gramas en el concurso Peugeot. tecnológicas se orientan a lograr la novedad Más difícil resulta deslindar el aporte de
En 1960, veinte años después del último formal en programas ligados generalmente a Delpini en el terreno estrictamente arquitec-
concurso de envergadura presentado por el es- requerimientos de la sociedad de masas. tónico. Sus dos realizaciones más conocidas,
tudio DOR para el Monumento a la Bandera, el Mercado de Abasto proveedor y el estadio de
DL —junto a sus hijos Victorio y Aldo, y la co- Desde el punto de vista técnico, dos fueron Boca Juniors, fueron realizadas temprana-
laboración de ex alumnos— participa del Con- sus invenciones principales: el hormigón pre- mente, en colaboración con el arquitecto eslo-
curso Internacional Peugeot para levantar una formado, que independiza las estructuras de veno Sulcik (v.) y el ingeniero Bes. El concurso
torre de sesenta pisos en Esmeralda y Liberta- hormigón del encofrado y el apuntalamiento, para el Mercado de Abasto es de 1928, y el del
dor San Martín, en Buenos Aires. Tampoco en utilizados en las fábricas de Italar y Gomycuer; estadio de Boca Juniors de 1932. Ambos edifi-
este caso la expresión de la exaltación de la téc- y el fibrocemento autoportante, producto de cios constituyen aún hoy, por distintos moti-
nica, solicitada por las bases del concurso, se sus preocupaciones por lograr un elemento es- vos, referencias ineludibles en la arquitectura
relaciona con la exaltación de los materiales y tructural liviano para grandes cubiertas. La in- porteña: testimonios en la década del treinta
su expresividad o con la búsqueda de las for- sistencia desde las primeras obras en el ce- de la Modernidad constructiva que implicaba
mas que DL había ensayado, y que habían re- mento (v.) y sus derivados se vincula con el auge el hormigón armado, cuyas posibilidades plás-
sultado productivas en las décadas anteriores. que este material tiene en el país desde los años ticas múltiples son claras en las dos solucio-
El 24 de agosto de 1971 muere Ermete De treinta, producto del autoabastecimiento que nes originales.
Lorenzi. Al año siguiente, Tiberio Gombos en pocos años se logra, y por el que se des- El encargo primitivo para el Mercado de
se encargó de construir su biografía: Una épo- plazan casi por completo las estructuras me- Abasto (1928-1937) había sido hecho al ar-
ca heroica de la arquitectura en Rosario. Vida y tálicas. Su figura aparece así ligada a un tipo quitecto Mario Palanti, lo que orienta sobre la
actuación del Arquitecto Ermete E. F. De Loren- de material y a una forma de aproximarse a sus imagen formal que el Directorio de la SA Mer-
zi. Escrita a partir del afecto y el homenaje a cado de Abasto Proveedor pretendía para la
una gran amistad, Gombos presenta una fi- renovación del edificio que funcionaba desde
gura de relieves fascinantes: recuerda situa- 1893 en Corrientes y Anchorena. La resolu-
ciones, cita pasajes de críticos, de “prestigio- ción formal consiste en una serie de cinco na-
sos arquitectos extranjeros”, y enumera la serie ves abovedadas, entre las cuales la central, más
de actividades fuera de la arquitectura que siem- elevada, de 20, 60 m de luz, indica el eje de
pre interesaron a DL. Resalta una personali- acceso simétricamente, sobre la avenida prin-
dad multifacética, dedicada con igual esmero cipal. Aunque la resolución de las bóvedas de
y motivación a la música, la poesía y las artes crucería han sugerido identificar el espacio in-
plásticas, genialidad explicada en las destrezas terior en una suerte de Neogótico, la resolu-
y motivaciones precozmente desarrolladas des- ción externa del edificio, que sintetiza moti-
de una infancia de soledad y retraimiento a vos clásicos geometrizados, con claras
causa de graves enfermedades. Gombos cons- sugerencias del Monumentalismo tardorro-
truye un “Leonardo Da Vinci” rosarino. Hoy mano, podría filiarse más bien en la línea de
es posible consultar y profundizar la obra de renovación académica “nacional” de algunos
DL y del estudio DOR en el Fondo Documen- arquitectos italianos como Palanti (v.). Se des-
tal del Arquitecto Ermete De Lorenzi, radica- taca así netamente de las arquitecturas fini-
do en la Biblioteca de la Facultad de Arqui- seculares características en nuestro país pa-
tectura, Planeamiento y Diseño de la ra el programa de abastecimiento, apoyadas
Universidad Nacional de Rosario, gracias a la en el uso de perfiles estándar y, por lo tanto,
donación que sus hijos (Myrka y Aldo) reali- con una preponderancia de la línea por sobre
zaron de los restos de su atelier. N. A. la masa, que en este caso se invierte (v. Merca-
do). Desde el punto de vista técnico, además
de la audacia estructural, se introduce el uso
DELPINI, JOSÉ LUIS. Buenos Aires, 1897 – Íd., de un material novedoso: el glasbeton o vidrio
1962. Ingeniero. Diplomado en matemáticas estructural, para lograr una iluminación uni-
y cosmografía, finalizó sus estudios de inge- forme en el interior, aunque problemas téc-
niería civil en la UBA en 1921. Desde 1956 nicos motivaron la construcción posterior de
fue miembro titular de la Academia Nacio- una sobrecubierta de vidrio armado. La origi-
nal de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales nalidad alcanzada por Delpini en esta obra no
de Buenos Aires. Hasta su muerte ejerció ac- vuelve a encontrarse en realizaciones poste-
tividad docente en las facultades de Ingenie- u ESTADIO DE BOCA JUNIORS (1923), EN BUENOS AIRES. riores. En el Mercado Vélez Sársfield, cons-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 199


truido al poco tiempo de esta experiencia
(1938), se vuelca ya hacia un lenguaje decidi-
damente moderno.
El estadio de Boca Juniors (v. Estadio) plan-
teaba serios problemas de resolución por la es-
trechez del lote en función del programa re-
querido: de modo que se avanza con las
tribunas sobre el vacío —la tercera tribuna se
suspende 7 metros por fuera de la línea mu-
nicipal—, inclinándolas lo más posible. La ex-
traña forma lograda le valió al edificio el so-
brenombre popular de “La Bombonera”.
Posteriormente, la experiencia de Boca Ju-
niors lo llevó a Delpini a especializarse en el
programa “estadios”, e imaginó un “tipo ra-
cional de estadio funcional” que se asemejaba
en funcionamiento y forma a una turbina o
bomba centrífuga, en la cual cada tribuna de-
bía cumplir la función de una rueda (rotor) con
su respectivo dispositivo de distribución de la
masa fluida. Las experiencias de los años cin-
cuenta en los estadios (San Lorenzo, nuevo es-
tadio de Boca Juniors) revelan una típica orien-
tación de la década: identificar el funcionamiento
con la forma, y ambos con la necesidad natu-
ral. Pero también aparecen hoy vinculados a
una imaginería “planetaria”, especialmente el
proyecto de San Lorenzo: dos bandejas con-
céntricas sustentadas por arcos y tensores con
una cubierta plástica automáticamente dirigi-
da; la imagen, en fin, del Styling americano de
esa década para representar la Modernidad.
El programa en el que Delpini más recu-
rrentemente trabajó, la Arquitectura Industrial,
aparece en coincidencia con un nuevo despunte
del desarrollo industrial en la Argentina, des-
arrollo en el cual la imagen de la fábrica al-
canzaría una importancia primordial. Las obras
realizadas muestran la marca clara del Monu-
mentalismo estructuralista y la poética de uni-
dad orgánico-mecánica que caracterizan la obra
de Nervi. Entre las más importantes pueden
citarse la fábrica Filanda en Pilar (Prov. de Bue-
nos Aires), una estructura de arcos múltiples
con cubierta central de 38 m y arcos laterales
de 22 m de luz, realizada aquella con peque-
ños elementos autoportantes prefabricados de
2,5 cm de espesor; el proyecto para “Hangar
transparente y permeable a los bombardeos”,
que permite el pasaje de una onda expansiva
originada por una bomba sin destruir la es-
tructura; el pabellón de tejeduría de Italar
(1947); los lavaderos de lana TESA, en la Pro-
vincia del Chubut (1950); la hilandería SIT en
Pilar (1949.50); la sala de hornos de Bagley
(1951); Textil ETSA (1955) y Colgate Palmolive
u INTERIOR DEL MERCADO DE ABASTO PROVEEDOR (1928), EN BUENOS AIRES. (1960). A partir de 1950 son más frecuentes

200 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


del dep
los usos de sheds en detrimento de los peque- DEL PINO, JOAQUÍN. Baena (Andalucía, Es- Santa Fe), Chajarí (Prov. de Entre Ríos), etc.
ños elementos. La cuestión de la prefabrica- paña), 1729 – Buenos Aires, 1804. Ingenie-
ción aparece como una de las preocupacio- ro militar. Activo en Buenos Aires y Montevi- Bibliografía: F. Ortiz, R. Gutiérrez, A. de Paula, G. Vi-
nes principales, y el interés básico de estos deo en la segunda mitad del siglo XIX. Ejerció ñuales y otros. La arquitectura del liberalismo en
ejemplos se resuelve en el modo de resolución diversos cargos públicos y llegó a ser desig- la Argentina. Bs. As.: Sudamericana, 1968.
de la cubierta. nado virrey en 1801.
Que resulta difícil identificar una línea ar-
quitectónica en Delpini lo demuestran los pro- Graduado en la Academia de Orán en 1771, DEPARTAMENTO DE INGENIEROS ARQUI-
yectos para la Facultad de Ingeniería (1954), fue destinado a Montevideo, Uruguay, para di- TECTOS. Primer ente oficial creado en el pa-
realizado junto con Basaldúa y Ugarte, en el rigir las fortificaciones en construcción. Des- ís para el desarrollo de las tareas específicas
que obviamente se desempeñó como consul- de que lo nombraron gobernador interino de de arquitectura e ingeniería después de la Re-
tor estructural; el puente para resolver el paso esta ciudad, función en la que fue confirmado volución de Mayo.
de la plaza Retiro, una lámina pretensada de en 1776, inició una importante carrera públi-
200 m de luz, inspirado en el puente sobre ca que culminó con su designación como vi- El Departamento tiene origen en el decre-
el Arve de Maillart de 1936; o el rascacielos Las rrey. Desde ese cargo impulsó mejoras edili- to expedido por el Ejecutivo el 23 de octubre de
Heras (1957-1960), en colaboración con los in- cias en Buenos Aires, como nuevos planes de 1821, complementario de una disposición an-
genieros Fernández Long y Bignoli: se trata de pavimentación de calles, la habilitación de una terior que establecía el cargo de “ingeniero-ar-
un edificio de 33 pisos, cuya fundamental in- nueva plaza en el Retiro y la construcción de quitecto” de la ciudad. Dicho documento se-
novación radica en la solución económica de una recova en la Plaza Mayor. ñala las atribuciones del ente, que abarca
las bases. Otras obras y proyectos de interés funciones de policía sanitaria, control de la ac-
que pueden mencionarse son la Iglesia del Asi- tividad edilicia de la ciudad, circulación y tra-
lo del Hospital italiano (1943), cuyos arcos de DENIS, ADOLFO JUAN. S/d, 1894 – s/d. Ar- za de nuevas calles y caminos, obras hidráu-
hormigón escalonado, desnudos, anticipan la quitecto. Proyectó y realizó una importante licas, servicios urbanos e higiene. Esta amplitud
difundida poética posconciliar; la estación ter- cantidad de edificios dentro del lenguaje aca- de miras, producto de las primeras ideas acer-
minal de ómnibus El Cóndor (1941-1942); los démico. ca de la necesidad de dotar al poder público de
proyectos de puentes sobre el río Bermejo (1955) una oficina centralizada de gestión urbana, so-
y sobre el Colastiné (1957). G. S. Fue Jefe de Arquitectura de la Dirección lo producirá a la larga enfrentamientos y dis-
General de Correos y Telégrafos. Entre sus putas con los otros organismos estatales cre-
Bibliografía: R. Luzzati. “Un ingegnere argentino: Jo- obras cabe mencionar: la Academia Nacional ados dentro de la reforma administrativa
sé L. Delpini”. En: L’Architettura, cronache e sto- de Medicina (Buenos Aires), el Hospital de Ca- rivadaviana: departamentos de Policía, Inge-
ria. A. II, n.° 14, dic. de 1956; S. Berjman, y V. Fisze- ridad en Rafaela (Prov. de Santa Fe), el Estadio nieros Hidráulicos (v.) y Topográfico (v.). De allí
lew. “Un caso singular en el uso del hormigón Municipal de Luján (Prov. de Buenos Aires), que, finalizado el gobierno de Martín Rodrí-
armado. El edificio del Mercado de Abasto Provee- el Hotel Casino en Río Ceballos (Prov. de Cór- guez que le había dado origen, frente a la po-
dor”; “Obras del Ingeniero José L. Delpini”. En: Re- doba) y el Hospital de Tres Lomas en Buenos lítica más pragmática acerca de la gestión de
vista de Ingeniería. N.° 981, noviembre.diciembre de Aires. Proyectó varias sucursales del Banco de la ciudad que llevó adelante M. J. García, el De-
1960; M. González Tabeada. “La estructura y su dia- la Nación Argentina: Tigre (Prov. de Buenos partamento fue desmantelado, su jefe Prós-
gramación. Creaciones especiales de un realizador Aires), San Rafael (Prov. de Mendoza), Bari- pero Catelín (v.) exonerado y sus tareas repar-
genial”. En: Construcciones, N.° 189, 1964. loche (Prov. de Río Negro), Sastre (Prov. de tidas entre los otros organismos.

u FACHADA DEL MERCADO SOBRE LA AVENIDA CORRIENTES. TIENE CINCO NAVES ABOVEDADAS. LA MAYOR, DE 20,60 METROS DE LUZ, INDICA EL ACCESO.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 201


u UNA DE LAS OBRAS DEL DEPARTAMENTO DE INGENIEROS ARQUITECTOS, LA CÁRCEL DE SAN NICOLÁS.

Durante el corto lapso de su existencia, el vincia de Buenos Aires dentro de la reestruc- ró con el correr de los años.
Departamento realizó múltiples y variadas ta- turación general del sistema de obras públi- Pese a estos inconvenientes, la oficina rea-
reas que fueron desde la reforma de una serie cas realizada a continuación de la supresión lizó durante la década de 1820 una serie de ac-
importante de propiedades del Estado, el pro- de los cabildos en 1821. (v. Departamento de In- tividades significativas: los diferentes proyec-
yecto y la construcción de los edificios más re- genieros Arquitectos; Departamento Topográfico). tos para un puerto en Buenos Aires, la
presentativos: Mercado del Centro, Sala de Re- ejecución de un canal en San Fernando, la cons-
presentantes, Pórtico de la Catedral, Cementerio La repartición se instituye mediante un de- trucción del camino de la Ensenada y la repa-
de la Recoleta, así como la supervisión de las creto de diciembre de 1822, que la organiza ad- ración de diversos puentes en el territorio de
delineaciones (v. alineación), los realineamientos ministrativamente y coloca en su jefatura a la provincia.
de la traza urbana y la reglamentación de una S. Bevans (v.), quien ya ejercía el cargo de “in- En 1826, al asumir Rivadavia la presiden-
serie de normas edilicias acordes con el cre- geniero-hidráulico” de la provincia. Su función cia, el Departamento fue elevado a la catego-
cimiento y la expansión de la ciudad y de los específica se centra en “la mejora de la direc- ría de nacional, pero a partir de la falta de con-
pueblos de la campaña. ción del agua en toda la provincia”, pero más creción de la mayoría de los proyectos y las
Su organización también da como resulta- específicamente en la construcción de un puer- reiteradas desinteligencias del Ingeniero je-
do la promulgación de una serie de decretos y to (v.) y en el establecimiento de aguas corrientes fe Santiago Bevans con el presidente, la ca-
leyes que pueden contarse como el primer an- en Buenos Aires pacidad operativa de la oficina disminuyó ca-
tecedente histórico de la actual legislación del La aparición de esta oficina, cuya existen- da vez más. La caída del régimen rivadaviano
Estado para las obras públicas, y muchas otras cia adquiere cierta continuidad durante el pe- comprometió en un grado mayor su desen-
medidas que tienen que ver con el desarrollo ríodo rivadaviano (1821-1827), debe concate- volvimiento, aunque continuó todavía como
de la edilicia privada. Entre ellas puede citarse: narse con el creciente rol que el tema del agua repartición provincial bajo el gobierno de Do-
Ley de Obras Públicas (1823), de construcción venía adquiriendo dentro de los problemas ur- rrego. Finalmente, el Departamento fue di-
y trazado de calles (1824), derechos de edifica- banos desde mediados del siglo XVIII. La cues- suelto por Viamonte, en medio de la crisis po-
ción (1821), presentación de planos (1821), etc. tión hidráulica asume para la época una im- lítica, en octubre de 1829. F. A.
Durante su presidencia, Rivadavia, quien a portancia superlativa como medio de
diferencia de García creía necesaria la conser- comunicación (canales, puertos) y como vehí- Bibliografía: A. S. J. De Paula y R. Gutiérrez. La en-
vación de este cuerpo, reorganizó el ente co- culo de purificación higiénica de las ciudades. crucijada de la arquitectura en Argentina. 1822-
mo Departamento Nacional de Ingenieros Ar- Una importancia que, al menos en sus pos- 1875. Santiago Bevans, Carlos Pellegrini. Resisten-
quitectos y nombró otra vez a Catelín como tulados teóricos, es reafirmada con entusias- cia, 1975; F. Aliata. La ciudad regular. Arquitectura,
jefe, pero el organismo volvió a disolverse una mo por el grupo rivadaviano. Sin embargo, si programas e instituciones en el Buenos Aires pos-
vez que cesaron las autoridades nacionales, sin bien se trataba de una situación novedosa pa- revolucionario. Tesis doctoral. Facultad de Filo-
llegar a realizar obras relevantes. F. A. ra una función que anteriormente carecía de sofía y Letras, UBA, 2000.
especificidad burocrática en la estructura del
Bibliografía: C. Massini Correas. “Orígenes y desen- Estado, no tardó en producirse dentro de la ad-
volvimiento de las reparticiones de arquitectura ministración una serie de pleitos que dificul- DEPARTAMENTO TOPOGRÁFICO. Repartición
en la Argentina”. En: Anales del IAA, n.° 18, 1964; F. taría el cumplimiento de las tareas. creada después de la Revolución de Mayo con
Aliata. La ciudad regular. Arquitectura, programas Superposición de funciones con otras re- el objeto de reglamentar y controlar la men-
e instituciones en el Buenos Aires posrevolucio- particiones del Estado, imposibilidad de avan- sura de tierras, llevar el registro topográfico
nario. Tesis doctoral. Facultad de Filosofía y Le- zar en las lentas tramitaciones, falta de apoyo del territorio y para encargarse de la traza
tras, UBA, 2000. a propuestas significativas, marginación del de pueblos y ciudades.
Departamento en la formulación y análisis del
proyecto privado para el Puerto de Ensenada, Este organismo, a diferencia de otros ins-
DEPARTAMENTO DE INGENIEROS HIDRÁULICOS. son los datos más importantes que conforman tituidos durante el siglo XIX, posee una inin-
Dependencia creada por el gobierno de la Pro- un cuadro de situación complejo que empeo- terrumpida continuidad histórica, ya que a par-

202 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


dep dep
tir de 1875 se transforma en División de Geo- ación a cumplir un sinnúmero de tareas que comunicaciones entre la capital y el territorio,
desia del Departamento de Ingenieros y luego continuaron las emprendidas por el Departa- y el trazado de una serie de avenidas en los su-
Dirección de Geodesia que depende actual- mento de Ingenieros Arquitectos. burbios de la capital, que prefiguran con exac-
mente del Ministerio de Obras Públicas de la Más allá de delimitar y controlar la mane- titud la serie de arterias jerarquizadas que se
Provincia de Buenos Aires. En el análisis de su ra de realizar mensuras, supervisar su ejecu- abren aún hoy desde el río hacia el oeste de
labor puede leerse con claridad la disputa so- ción o legislar acerca del ejercicio de la agri- la ciudad.
bre funciones e incumbencias que caracteriza mensura, la Comisión estaba encargada de La magnitud del programa planteado y la
el accionar de las disciplinas de arquitectura, realizar el Plano Topográfico de cada una de posibilidad real de encarar los diferentes tra-
ingeniería y agrimensura dentro de la función las poblaciones de la provincia. Si bien en prin- bajos disminuyeron considerablemente con la
pública desde los inicios del siglo XIX. cipio esto no significó un problema de in- caída de Rivadavia.
Con la asunción del General Las Heras co- cumbencias, ya que el Ingeniero de la Ciu- De todos modos, el Departamento fue el
mo gobernador, y nombrado J. M. García Mi- dad José María Romero estaba íntimamente único órgano relacionado con las obras pú-
nistro de Gobierno, en abril de 1824 se rees- ligado a la gestión del organismo, comenzó a blicas que continuó bajo el segundo gobierno
tructura la parte de la Administración dedicada serlo una vez que fue reorganizada la estruc- de Rosas, ya que el Ejecutivo consideró que
al ramo de las Obras Públicas, creada durante tura administrativa. dentro del proceso de racionalización admi-
el Gobierno de M. Rodríguez (v. Departamento Esto se produjo en 1826 cuando, nombra- nistrativa, producto de la crisis financiera del
de Ingenieros Arquitectos). Los cometidos del nue- do presidente Bernardino Rivadavia, volvió a Estado, las tareas realizadas por los “ingenie-
vo grupo gobernante, se dirigen hacia el rele- ponerse en funciones al Departamento de In- ros-arquitectos” podían ser llevadas a cabo por
vamiento general de la ciudad, el deslinde de genieros Arquitectos y se creó al mismo tiem- el Departamento Topográfico. Esto significó
la propiedad, la estadística, el conocimiento po, sobre la base de la Comisión, el Departa- en principio reconocer pragmáticamente otro
científico del territorio de la provincia, la dis- mento de Topografía y Estadística a nivel valor en la organización urbana, la capacidad
tribución de tierras y su enfiteusis (v.), la esta- de establecer límites entre la propiedad públi-
bilización de fronteras y la reorganización de ca y la privada, o entre dos privados, como fun-
los caminos, tareas que estaban en parte re- ción fundamental del poder estatal. Se trató del
glamentadas desde 1822, pero que carecían de momento de mayor desarrollo para este gru-
una orientación autónoma. po profesional en cuanto a sus roles e incum-
Para dar cumplimiento a esta política, se bencias, pero paradójicamente fue también un
crea en primer término la Comisión Topográ- período caracterizado por la creciente imposi-
fica conformada por Vicente López y Planes, bilidad práctica para materializar planes y pro-
Felipe Senillosa (v.) y Avelino Díaz. Al mismo yectos, debido a las precarias circunstancias
tiempo se implementa la disolución del De- políticas. En ese contexto de inestabilidad, re-
partamento de Ingenieros Arquitectos, el cual nunció en 1828 Vicente López y Planes y fue
es sustituido por la figura de “Arquitecto-in- nombrado en su lugar como jefe el ingeniero
geniero” de la Ciudad, cargo en el que es de- Felipe Senillosa.
signado José María Romero (v.). Posteriormente, desde 1833 hasta 1852, sin
Si bien puede leerse detrás de estos cam- desaparecer, el organismo desarrolló escasa ac-
bios un intento de separación de Próspero Ca- u TRAZA PROPUESTA PARA LA CIUDAD DE DOLORES. tividad debido a la ya endémica crisis y al mo-
telín, cuya enemistad con el nuevo gobierno do de operar del gobierno de Rosas, que cen-
era notoria, el motivo más importante parece nacional con Vicente López y Planes como je- tralizaba las funciones, aun las más minúsculas,
estar en las diferentes ideas que Rivadavia y fe, Felipe Senillosa como primer ingeniero y alrededor del gobernador y su equipo de se-
García tenían acerca de cómo organizar este a Avelino Díaz como segundo. Confirmada la cretarios privados. Durante ese período for-
tipo de actividades. Para Rivadavia el territorio injerencia del nuevo Departamento en el tra- maron parte del Departamento: José María Ca-
y la estructura urbana debían estar preparados zado y confección de planos de sitios urbanos brer (v.), Juan María Gutiérrez, Fabricio O.
previamente por el poder estatal para soportar por un decreto de julio de 1826, es Catelín quien Mossoti, Saturnino Salas y José Álvarez de Are-
un significativo crecimiento poblacional y eco- reacciona airadamente reclamando para la ra- nales (v.), y se imprimió por primera vez (1834)
nómico. Para García, el problema debía ser tra- ma de los ingenieros la potestad sobre dichos el Registro Gráfico de la Provincia.
tado con pragmatismo: el Estado debía acu- procedimientos, planteándose una disputa de Después de Caseros, nombrado goberna-
dir allí donde los problemas surgían, una vez incumbencias que prefiguró modos de gestión dor Vicente López y ministro Juan María Gu-
que los diferentes sectores sociales entraban frente a la cuestión urbana que solo fueron re- tiérrez, ambos ex empleados del Departa-
en juego. En esta disparidad parece estar la cla- sueltos muchos años después (v. Senillosa). mento, se propusieron restituirlo a las elevadas
ve del cambio de equipo técnico y la aparición Paralelamente, el Departamento comenzó funciones para las cuales había sido creado.
en la escena de la administración de este nue- a organizar la traza de los pueblos de campa- Dicho objetivo fue cumplido mediante un de-
vo grupo profesional, cuya labor está unida más ña existentes (en una primera etapa fueron re- creto de abril de 1852 que dividió la depen-
directamente al campo de la agrimensura, la levadas las poblaciones de: Ranchos, Chasco- dencia en tres ramas: Topografía en gene-
matemática y la geometría. mús, San Pedro y Baradero), así como a regular ral, Ingeniería Civil y Estadística. Sin embargo,
La Comisión, que en principio tuvo un ca- la fundación de nuevos asentamientos. Tam- y debido a esta división, el Departamento per-
rácter consultivo, comenzó a partir de su cre- bién se interesó por la sistematización de las dió injerencia sobre aquellos trabajos que ex-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 203


cedían lo estrictamente topográfico. Esta cir- a deslindar actividades y estructura jerárquica, Academia Nacional de
cunstancia se vio agravada por la creación, ca- se mantuvo hasta 1875, año en el cual, por ley la Historia, vicepresi-
si al mismo tiempo, del Consejo de Obras Pú- de presupuesto, fue suprimido este Departa- dente de la Junta de
blicas, que volvió a desempeñar tareas mento y reemplazado por la oficina de Geo- Historia Eclesiástica Ar-
correspondientes al antiguo Departamento de desia, dependiente del Departamento de In- gentina y del comité Ar-
Ingenieros Arquitectos (v.). La disputa de in- genieros. La suspensión significó un capítulo gentino de ICOMOS.
cumbencias continuó. En 1853 el Departa- más dentro del largo proceso de definición Ha sido profesor visi-
mento Topográfico recibió la orden de de- de incumbencias, ya que supuso un nuevo pun- tante en diversas uni-
terminar los ejidos de los pueblos de la to de fricción en el creciente poder dentro de versidades latinoameri-
provincia de parte del Ejecutivo, pero reclamó la administración del Departamento de Inge- u TAPA DEL LIBRO LA canas y europeas.
para sí “todo lo que hace la necesidad de los nieros y el gobierno municipal de la ciudad de CIUDAD DE LA PLATA. Es autor de más de 200
pueblos de campaña”. Las discusiones al res- Buenos Aires. F. A. artículos y varios libros.
pecto se cruzaban con la cuestión de las atri- Sus trabajos están centrados en el estudio de la
buciones entre ingenieros y topógrafos para Bibliografía: F. Esteban. El Departamento Topográfico arquitectura, el territorio y la ciudad durante la
ejecutar delineaciones (v. alineación) y organizar de la Provincia de Buenos Aires (Actual Dirección última etapa de dominio hispánico y en el siglo
la traza de nuevas ciudades. Problema que no de Geodesia). Su creación y desarrollo. Bs. As.: 1962. XIX (v. Historiografía). Sus investigaciones más im-
llegó aquí a resolverse. portantes, que han continuado con la tradición
Entre 1856 y 1867, el Departamento cum- inaugurada por M. Buschiazzo (v.), se relacio-
plió su tarea urbanística más relevante, reali- DE PAULA, ALBERTO SALUSTIANO JOSÉ. Lo- nan con el desarrollo territorial y urbano en
zando un exhaustivo plano de la ciudad y de mas de Zamora (Prov. de Buenos Aires), América Latina durante el período borbónico,
sus suburbios, ejecutado mediante la confec- 1936. Arquitecto e historiador de la arqui- el proceso de fundación y desarrollo de la ciu-
ción de dibujos detallados por sectores, que sir- tectura de la ciudad. Especialista en historia dad de La Plata, la evolución de la arquitectu-
vieron a la publicación posterior del trabajo. del período colonial y del siglo XIX. ra religiosa en el Río de la Plata, la historia de
En dicho proyecto participaron entre otros: los ingenieros militares y el desarrollo del Ne-
P. Benoit (v.) G. Khun, I. Casagemas, F. Mo- Graduado en la UBA en 1972, es director oclasicismo y de la arquitectura del Romanti-
og (v.), S. Salas, Malaver, profesionales de des- del IAA desde 1992, investigador del CONI- cismo en el ámbito regional.
tacada actuación posterior. CET y profesor de la FADU - UBA. Es además
También en esos años se publicó un nue- director consulto del Archivo y Museo Histó-
vo Registro Gráfico de la Provincia que reem- rico del Banco de la Provincia de Buenos Ai- DIAGONAL. f. En urbanismo, calle o avenida rec-
plazó al anterior de 1834. res, asesor emérito y vocal de la Comisión Na- ta que, combinada con otro sistema de ca-
En 1857 la dependencia fue nuevamente re- cional de Museos, Monumentos y Lugares lles, tiene una dirección que es oblicua a la
estructurada y esta reorganización, que volvió Históricos, miembro correspondiente de la del sistema. Este valor es extensión del pro-
pio de la geometría, donde la voz alude a la
línea recta que en una figura cualquiera va de
un ángulo a otro no adyacente.

En la Argentina, la iniciativa de trazar ave-


nidas diagonales superpuestas al ordenamiento
básico del damero define una combinación
utilizada en varios proyectos aparecidos, en
cuanto a lo que hoy se conoce, a partir de 1828.
El antecedente general de todas estas inter-
venciones es la serie de trazados urbanos que
se desarrollan durante el siglo XVIII combi-
nando cuadrícula y trazados diagonales, cuyo
ejemplo emblemático es el plan para la ciu-
dad de Washington (1791) de Pierre Charles
L‘Enfant. La transformación de París (1853-
1869), debida a la gestión de J. E. Asuman,
fue de gran importancia para las interven-
ciones urbanas posteriores, de influencia cen-
tral en el tratamiento espacial de calles, ave-
nidas, paseos y bulevares.
Estos proyectos tuvieron distintos alcances.
Van desde la modificación de áreas urbanas
existentes hasta la creación de nuevos trazados
u PLANO DE BUENOS AIRES REALIZADO POR EL DEPARTAMENTO TOPOGRÁFICO ENTRE 1856 Y 1867. de escalas diferentes; desde lo barrial hasta la

204 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


dep dia
ciudad de nueva fundación, con resultado es- u Proyecto para el ensanche de la ciudad de u Trazado de las diagonales Norte y Sur en

pacial diferente. Los ejemplos más destacados Rosario de R. Warner y Pusso (1890). el centro de la ciudad de Buenos Aires. Este
en la Argentina son: u El plan Bouvard (v.) para Buenos Aires. proyecto completa —junto con la Avenida de
u Proyecto de trazado de ciudad con dia- En 1906 se contrató al arquitecto francés Jo- Mayo— un tridente urbano con centro en la
gonales de Santiago Bevans (v.). De este pro- seph Antoine Bouvard, quien elaboró un plan Plaza de Mayo. El primer proyecto es de 1888
yecto se conoce un plano fechado en noviem- para Buenos Aires, que contemplaba la crea- y la construcción se desarrolló entre 1914 y
bre de 1828 en Buenos Aires, con un alto grado ción de numerosas avenidas diagonales, su- 1931. Contempla este trazado la normalización
de abstracción en la información que presen- perpuestas a la trama existente. de las alturas construidas sobre las diagonales.
ta. Investigaciones recientes determinaron que u En 1909 se le encargó al arquitecto Bou- u Proyecto Orgánico para la Urbanización

no se trataba de un proyecto para Buenos Ai- vard un plan para la ciudad de Rosario. En 1911 del Municipio: Plano Regulador y reforma de
res, sino que había sido elaborado original- envió un “proyecto de embellecimiento de la la Capital Federal (1924), debido a la Comisión
mente en 1825 para albergar a las colonias de villa de Rosario de Santa Fe”, donde superpo- de Estética Edilicia de la intendencia Munici-
inmigrantes de la compañía Beaumont. El ori- ne al trazado existente de la ciudad un sistema pal (v.), constituida en 1923. Esta comisión ba-
gen del plan es un módulo repetitivo, genera- de diagonales que se cruzan sobre plazas. De só su proyecto de transformación general pa-
do a partir de una compleja utilización de la la conexión entre los dos sistemas no resulta ra la ciudad de Buenos Aires en una propuesta
geometría. Tres cuadrados concéntricos y las una solución demasiado integrada. El plano de anterior del arquitecto Bouvard (v.). Entre mu-
relaciones con sus líneas medias y diagona- conjunto está realizado con un grado de abs- chas otras cosas, el Proyecto Orgánico propo-
les definen tres tipos diferentes de manzana, tracción muy alto en la representación de los ne la incorporación de gran cantidad de dia-
además de precisar la ubicación de numerosas elementos urbanos, de modo que aporta muy gonales en el trazado existente. Estas diagonales
rotondas. Acompañan el proyecto de Bevans poca información. deberían unir puntos destacados de la cua-
el parcelamiento de un tipo de manzana (la de u Proyecto para la ciudad balneario de in- drícula, dispersos por la totalidad de la ciudad.
planta triangular debida a la intersección de la vierno en Empedrado, Provincia de Corrientes Por lo general, la incorporación de aveni-
trama ortogonal con las diagonales) y la reso- (1910). A partir de un casino-hotel, ubicado das diagonales no significó un abandono de la
lución de la planta de los edificios en esquina. junto a la orilla del río Paraná, se desarrolla tradición hispánica del trazado en damero,
u Trazado del pueblo de Almirante Brown, la ciudad, que combina en su trazado el da- sino que se lo instrumentó como recurso de
hoy Adrogué, Provincia de Buenos Aires mero tradicional con avenidas diagonales. Es- enriquecimiento en la monotonía planteada
(1872), de los arquitectos Nicolás y José Ca- tas dos avenidas son ortogonales entre sí y se por la sucesión de manzanas idénticas (v. Cua-
nale (v.), para Esteban Adrogué. Es el primer ubican formando ángulo de 45° respecto de las drícula). C. G. G.
proyecto de trazado urbano con diagonales otras calles. Solo se construyó una parte de es-
que se materializó en el país. Las avenidas dia- te proyecto, con la inauguración del hotel en Bibliografía: Intendencia Municipal. Comisión de Es-
gonales se superponen al damero básico for- 1914. El paisajista francés Carlos Thays (v.) di- tética Edilicia. Proyecto Orgánico para la Urbani-
mando ángulos de 45° que dan lugar a la ubi- señó los parques del centro turístico. zación del Municipio. Bs. As.: Peuser, 1925; A. S. J.
cación de plazas en puntos de intersección de
los sistemas de calles.
u Proyecto de modificación del tejido de la

ciudad de Buenos Aires, realizado por Felipe


Senillosa (h) en 1875. Consiste en la creación
de una avenida poligonal que debía unir Pla-
za Constitución y Retiro, mediante una com-
binación de diagonales, rotondas y calles exis-
tentes. Estas últimas serían ensanchadas y
rectificadas en su recorrido para darle unidad
al conjunto. En este proyecto, las dos avenidas
diagonales son flanqueadas por diagonales me-
nores, lo que agrega al trazado un grado de
complejidad mayor que el de los restantes.
u Trazado para la ciudad de Mendoza (v.)

luego del terremoto.


u Trazado de la ciudad de La Plata (v. La Plata).

u Trazado del Barrio de Villa Devoto en

Buenos Aires (circa 1890), del arquitecto Juan


A. Buschiazzo. Al igual que en el pueblo de
Almirante Brown, las avenidas diagonales re-
corren el damero formando ángulo de 45°. En
el lugar geométrico de cruce de las dos dia-
gonales se ubica la plaza, que es el centro del u PROYECTO DE DIAGONALES PARA BUENOS AIRES. UNEN PLAZA CONSTITUCIÓN CON RINCÓN Y VENEZUELA;

trazado general. Y TUCUMÁN Y JUNÍN CON PARANÁ Y ARENALES.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 205


De Paula. “Una modificación del diseño urbano por- concursos de entonces. La inflexión de la Ar- trodujo una de las propuestas más ricas en el
teño proyectada en 1875”. En: Anales del IAA, N.° 19, quitectura de Sistemas (v.), enlazada con los ámbito arquitectónico, la de Aldo Rossi (v.), que
1966; A. S. J. De Paula y R. Gutiérrez. La encrucija- presupuestos altamente politizados de aque- fue invitado en 1978 por la misma institución.
da en la arquitectura argentina. 1822-1875. Resis- llos años, es también deudora de las nuevas vo- Aunque La Escuelita no se había pensado
tencia: UNNNE, 1974; R. Gutiérrez. Arquitectura gues inglesas que Díaz había tenido ocasión de originalmente como un ámbito alternativo a la
y urbanismo en Iberoamérica. Madrid: Cátedra, 1983; conocer en su estadía londinense. No nos de- Facultad, el hecho de que la mayoría de los pro-
C G. Jiménez. “El barrio porteño de Villa Devoto”. tendremos en este período, que se trata en otras fesores progresistas renunciaran a sus cátedras
En: DANA, N.° 19, Resistencia, 1985; I. Martínez de voces de este diccionario, sino en la produc- después de 1976 implicó un corte absoluto.
San Vicente. “Planes y proyectos para Rosario 1890- ción posterior a 1976 (v. BELV). Mientras la Universidad era devastada, La Es-
1910”. En: DANA, N.° 21, Resistencia, 1986. El año es clave por diversos motivos: es el cuelita se convirtió en una referencia de las
año del golpe militar que altera de manera dra- nuevas ideas, aunque encerrada por las difí-
mática la vida argentina. Díaz, como gran par- ciles condiciones que toleraba su existencia.
DÍAZ, ANTONIO. te de su generación, había retomado la docen- Así, el aire metafísico de los proyectos de los
cia universitaria después de 1973; pero los años alumnos de La Escuelita no solo respondía a
Buenos Aires, 1938. Obtuvo inmediatamente posteriores no fueron procli- sugerencias “posmodernas”, sino también a la
su título de arquitecto en ves a ninguna reflexión. Se habla hoy, para de- imposibilidad de debatir sobre las condiciones
1964. Socio del estudio Bau- finir la práctica de entonces, de la disolución concretas de la emergencia de la obra. El re-
dizzone, Díaz, Erbin, Lestard, de los parámetros específicos de la disciplina pertorio sistémico, disuelto en anquilosados
Varas (v. BELV) hasta 1977, participó de di- arquitectónica en la práctica política de los gru- parámetros funcionalistas, continuó en la fa-
versos proyectos que marcaron los caminos pos radicales y nacional-populistas que hege- cultad, articulándose luego de 1979 con in-
de la arquitectura argentina en los tempranos monizaban el gobierno universitario. Ya des- flexiones populistas del Posmodernismo (Char-
setenta. Fue fundador, junto con otros profe- de 1975, un grupo de arquitectos y docentes de lie Moore y Venturi) o con el Contextualismo
sionales de prestigio, de La Escuelita, insti- la facultad (Díaz, Katzenstein (v.), Solsona (v.) y propulsado por Marina Waisman (v.). Aunque
tución privada de enseñanza e investigación Viñoly (v.)) proyectaba una institución parale- se conocían los trabajos de Antonio Díaz pu-
en arquitectura, que introdujo nuevas mo- blicados en Summa, solo un pequeño grupo
dalidades en el campo disciplinar. Disuelta su pudo comprender sus implicancias: el nuevo
asociación con el estudio original, continuó lenguaje fue rechazado tanto por las vertien-
su trabajo en Buenos Aires hasta 1988 y se tes más politizadas, que mantuvieron, con po-
radicó luego en Madrid, donde formó el es- cas excepciones, su adscripción a la tradición
tudio Díaz, Quero y asociados. funcional, como por la reacción que había que-
dado enquistada en la facultad.
La importancia del trabajo de Antonio Dí- Entre los trabajos iniciales de Díaz con es-
az puede estimarse en dos planos estrecha- ta nueva inflexión, la serie de casas que pro-
mente ligados: el profesional y el de renova- yecta desde 1974 a 1981 revisten especial inte-
ción disciplinar a través de prácticas docentes rés, en particular la casa de Maschwitz
y de investigación en temas particulares de la u CASA EN INGENIERO MASCHWITZ,1976 (1976-1978). Ejes, cubos deconstruidos, fa-
arquitectura. Este perfil teórico-práctico con- chadas desdobladas de tramas nítidas, lucer-
trasta notablemente con la figura tradicional la a la FADU, que recuperara un campo de es- narios de esquema triangular, vinculados a nú-
del arquitecto argentino, especialmente la des- tudios propio de la disciplina a través de la aban- cleos verticales de circulación, extrema claridad
arrollada en los últimos veinte años del siglo donada práctica del diseño. La institución toma geométrica, aun en la superposición de traza-
XX, en la que ambas facetas tendieron a es- cuerpo a partir de los cursos de 1977, y su in- dos (“escrituras sobrepuestas”), revelan temas
cindirse radicalmente. La coherencia de su obra flexión crítica puede notarse sobre todo en el que serán utilizados —y banalizados— en los
a lo largo de los años, especialmente a partir carácter de los seminarios que acompañaban años de democracia. Pero, a diferencia de otros
de 1976, es resultado de esta actitud. los talleres: participaron en ellos Diana Agrest cultores de la nueva sensibilidad, notamos en
Apenas egresado de la Facultad de Buenos (v.), Mario Gandelsonas (v.), Jorge Silvetti (v.), Díaz una voluntaria contención, que corre pa-
Aires, Díaz viaja a Europa para realizar cursos Jorge F. Liernur, todos ellos representantes de reja con el didactismo de sus proyectos.
de posgrado en Italia (1968) y en Londres, don- una vertiente que después, equívocamente, se Descarnados, con ausencia de cualquier re-
de obtuvo el diploma del AA Planning De- dio en llamar Posmodernismo (v.). Dentro de ferencia tectónica, no pueden menos que re-
partment (1969-1971). La relación con los pro- esta etiqueta, sin embargo, las corrientes eran ferirse a esos tiempos en que era censurada,
blemas de la ciudad que el título de posgrado en muchos sentidos opuestas: la que prevale- y en que así se desarrolla en muchos la con-
avalaba no se expresa en la modalidad del pla- ció en La Escuelita fue la línea fuertemente in- fianza en el dibujo de arquitectura, que debe-
neamiento, sino que le imprime a sus obras telectual que cruzaba la nueva izquierda de vo- ría hablar entonces por sí mismo. Se trata de
de arquitectura una sólida voluntad de articu- cación adorniana, el historicismo italiano, proyectos intelectuales, tal como convenía al
lación urbana. Los primeros años de la década especialmente a través de la nueva escuela his- clima de La Escuelita: pero, a diferencia de los
del setenta son años de búsqueda, indudable- tórica de Venecia, y las sutiles deconstruccio- proyectos de Gandelsonas y de las propuestas
mente exitosas si atendemos a la cantidad de nes de repertorio modernista de la costa este de Liernur, que de un modo u otro planteaban
premios obtenidos por el estudio BELV en los norteamericana. En este concierto, Díaz in- la imposibilidad de la crítica dentro de la obra

206 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


w Barrio Centenario, Santa Fe. dia dia

u EL CONJUNTO PROYECTA- u ARRIBA Y ABAJO,

DO POR EL EQUIPO DE VISTAS PARCIALES DEL


ANTONIO DÍAZ CONSTA DE CONJUNTO. LAS FACHADAS
1.289 VIVIENDAS CON ESTÁN COMPUESTAS CON
EQUIPAMIENTO. ES UN IN- UNA RIGUROSA GEOMETRÍA.
TENTO DE RECUPERAR GRANDES PUERTAS
LA URBANIDAD PERDIDA EN COMUNICAN CON EL
GRAN PARTE DE LOS INTERIOR DE LA MANZANA.
GRANDES CONJUNTOS DE
VIVIENDAS MODERNOS.

u LA OBRA RETOMA LA TRA-

DICIÓN DE LA MANZANA
Y ESTÁ INSPIRADO EN LA
POÉTICA ROSSIANA.
SON DOCE MANZANAS,
UNA DE LAS CUALES ESTÁ
VARIADA PARA INCLUIR EN
CENTRO COMUNAL.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 207


destinada a ser construida, y de Silvetti-Ma-
chado, en cuyos trabajos la crítica se manifes-
taba como cita culta, o como fragmento auto-
biográfico, las formas planteadas por Díaz
refieren exclusivamente a la tradición reelabo-
rada de la arquitectura urbana. Así la elección
es tipológica: los tipos se refieren a los tópicos
de la construcción colectiva de la ciudad o a las
propuestas repetibles de las vanguardias clási-
cas (el pabellón del Siedlung socialdemócrata
alemán; la manzana colectiva de la Viena Ro-
ja). Es el “lugar común” (en el sentido de com-
partido y público) el material de trabajo de Dí-
az. A partir de tal perspectiva, la forma
proyectada pretende retomar aquellos temas
de la izquierda clásica: la sociedad, la metró-
poli, las necesidades del gran número, etc.
Una contribución particular en este mun-
do de ideas la constituye el barrio Centena-
rio, en el que la racionalidad didáctica es lle-
vada a su extremo. Se trata de un conjunto de u LA MANZANA MADRID SUR, 1989 - 1992.

1.289 viviendas con equipamiento en Santa Fe,


organizado en 12 manzanas, una de las cuales pública, casi setentesca (recordemos el auge la continuidad histórica y cultural adquieren
es vaciada para el centro comunal. Este vacío- de los temas sobre el “espacio público” a par- importancia— no son tratadas con “naturali-
patio urbano no se adscribe sólo a la superfi- tir del gobierno democrático), “basada en el es- dad”, sino presentadas como objeto de refle-
cie de la manzana sino que carcome las adya- tudio de la ciudad y de las tipologías”; analó- xión. El esquematismo del conjunto Centena-
centes en una figura compleja. El proyecto gica, en la cual la biografía personal no rio responde, así, a una voluntad de racionalizar
—casi un manifiesto— debe mucho a las po- constituya un ejercicio de arbitrariedad sino las tipologías y la trama en la que se vive “na-
éticas rossianas: pero el aspecto que Díaz co- una reflexión comprendida en el carácter so- turalmente”, restándole precisamente “natu-
mienza a investigar entonces, el tema de la cial de todo individuo. En este marco, las con- ralidad” como presupuesto de la posibilidad de
manzana, posee también un profundo ancla- venciones —revalorizadas en el sentido de la pensar sobre ella. Díaz ha dicho de la obra de
je local. A diferencia de las casas anteriores, en transmisión entre sectores diversos, y en el de Rossi que su arquitectura no es “seductora”;
terrenos no determinados por el tejido urba- no tiene que ver con el pasado en el sentido la-
no, el barrio Centenario se coloca en relación to de ciertas versiones posmodernas, ni con el
con la historia de las ciudades argentinas, re- Futurismo de los experimentos computariza-
tomando el debate sobre la vivienda social, con- dos, que retoma el afán de novedad moderno.
tinuando las objeciones sobre la ausencia de Lo mismo puede decirse del conjunto Cente-
urbanidad en los grandes conjuntos moder- nario, que debe leerse como un ejercicio in-
nos, recogiendo las sugerencias de la Moder- telectual. Su esquematismo, en todo caso, obe-
nidad no rupturista vienesa y respondiendo así dece a esta razón, aunque sea también su límite.
a otro tópico “posmoderno” que en Buenos Ai- Independizado del estudio BELV, Díaz se
res se consolidaba: la “preservación de la iden- asocia o colabora con otros arquitectos jóvenes
tidad”. Díaz propone una operación de recu- (D’Angelo, Feld, Ibarlucía, Silberfaden, etc.).
peración mediada por los instrumentos de la La serie de remodelación y ampliación de es-
misma disciplina. La “abstracción” implícita cuelas primarias mantiene los esquemas sim-
en la manzana real de las ciudades del litoral ples desarrollados en las casas: patios centra-
argentino no deja de sorprender a los arqui- les, volúmenes únicos, escalera con iluminación
tectos europeos que ensayan, en ciudades con cenital, temas desarrollados para composi-
preexistencias medievales o lógicas jardines- ciones cuya esencia debe ser la repetición. El
cas, la grilla decimonónica: aquí, en Buenos interés por la fachada no se debe solo a las li-
Aires, la manzana de planta cuadrada se ex- mitaciones de los edificios entre medianeras:
tiende sin solución de continuidad por la pam- esta particularidad porteña es asumida como
pa. Cuando, muchos años después, Díaz re- provocación ante la voluntad antirrepresenta-
flexione en un artículo sobre los temas que tiva del Funcionalismo moderno argentino.
preocupaban a Rossi, haciéndolos suyos, otor- También el edificio Finvercon inaugura un len-
gará algunas claves para comprender este ex- guaje de fachada que será repetido en multi-
perimento: la reasunción de una racionalidad u EDIFICIO FINVERCON EN BUENOS AIRES. tud de edificios de altura en la década del ochen-

208 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


dia dia
ta. El conjunto de 1.500 viviendas en Neuquén nal en España es nutrida, orientada princi- mentos que recuerda Buenos Aires, que ha
retoma el bloque alineado típico del primer Ra- palmente hacia la solución de fragmentos ur- extendido la trama amanzanada desde prin-
cionalismo argentino, mientras las 1.100 vi- banos. Pueden mencionarse proyectos vincu- cipios de siglo, evitando con obstinación el
viendas en San Juan exploran las valencias lados al desarrollo del transporte, como el de modelo de suburbio que creció en otras ciu-
abiertas del “edificio complejo” que se había sistema técnico y estaciones para el tren ele- dades americanas; y al mismo tiempo esta tra-
difundido poco antes en Buenos Aires. vado Madrid-Barajas (1991) o el plan especial ma obstinada revela en el plano los quiebres,
No es extraño que Díaz haya continuado en y parcial del Parque Aeroportuario de Activi- las variaciones, las interrupciones, que la na-
sus obras posteriores a 1983 con el tema de dades Económicas de Gran Canaria (1998); va- turaleza y la cultura le oponen a la voluntad
la relación entre arquitectura y ciudad, des- rios centros multifuncionales (Madrid, Mála- de homogeneidad. En Alcorcón está presente
arrollando siempre la voluntad de claridad en ga), y el área para actividades terciarias, la huella de los circus latinos, las murallas me-
la exposición concreta. Después de la norma- recreativas y culturales del Leganés, los tres de dievales, los barrios modernos de la periferia
lización democrática de la Facultad de Arqui- 1991; proyectos de desarrollo urbano como la madrileña, el sabor decimonónico de las ala-
tectura, dirige una cátedra en Buenos Aires, unidad Griñón-Serranillos, para una ciudad de medas y la repetición de tipos de la vanguar-
con gran impacto en las generaciones más jó- 30.000 habitantes (1996) o el proyecto para el dia clásica, todas referencias casi sin elabo-
venes. Emigra a España en 1989. Deja en la frente marítimo de Las Palmas de Gran Ca- ración en el plano. La multiplicidad de
Argentina obras de interés, como el balnea- naria (1996). No deja de participar en concur- referentes y la transparencia esquemática de
rio en Pinamar de 1982, y el proyecto del área sos internacionales, muchos de ellos “de tesis”, una iconografía pasible de ser directamente
Costanera Sur, en el marco de las Veinte Ide- como “Buenos Aires ideal”, proyecto invitado identificada no es europea: es porteña. No de-
as para Buenos Aires —proyecto del Munici- a la Trienal de Milán, dedicado a la periferia de ja de ser notable esta irrupción en el mundo
pio inspirado por la experiencia de Barcelona, las grandes ciudades, en 1995. europeo, que espeja en dirección contraria la
que inaugura otra forma de pensar la estrate- El tema de la vivienda social, articulada con recepción argentina de los tópicos centrales.
gia urbana. Se trata del rediseño de un parque la vida urbana, continúa siendo uno de los pre- Pero “mezcla” es también en Díaz un valor
urbano central en el que sobriedad lingüística feridos: pueden mencionarse el proyecto y re- político-moral (típico del progresismo refor-
y creatividad se articulan con la voluntad de un alización de la Manzana E2.8 en Madrid Sur mista argentino, construido en gran parte por
locus plenamente moderno. (viviendas de protección oficial, 1989), el cre- inmigrantes): casi aleatoria, también auto-
Díaz continúa en el exterior su labor do- cimiento residencial de Elche (6.600 vivien- biográfica, representa en su buscada banali-
cente: fue profesor de Proyectos de la Escuela das, 1993-1996) y el Ensanche Sur de Alcor- dad los valores medios de su país de origen,
Técnica Superior de Arquitectura en la Escue- cón (proyecto ganador de un plan parcial de cuyos mejores logros hasta la década de 1960
la Politécnica de Madrid, profesor invitado 200 ha y 8.000 viviendas, 1999). Este último no se comprenden por la originalidad, sino
en la GSD de Harvard, profesor de Master de revela la persistencia de ciertas preocupacio- por la posibilidad inédita de ascenso social de
Proyecto de las Periferias en la Universidad Po- nes. Alcorcón, en el cinturón “rojo” madrile- las múltiples culturas que lo conformaron.
litécnica de Barcelona. Su actividad profesio- ño, presenta una trama articulada de frag- A diferencia del conjunto Centenario, el frag-

u SECTOR DE RESIDENCIAS DEL PROYECTO GANADOR DEL CONCURSO PARA EL ENSANCHE SUR DE ALCORCÓN (2000) EN MADRID.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 209


mento urbano de Alcorcón está diseñado tam- A partir de 1969, Díaz inicia un proceso de tructiva, el bajo costo de mantenimiento, etc.
bién para ser vivido: ya no es un manifiesto, producción como diseñador y a la vez empre- La idea común a todos los edificios es que el
y así, amplias perspectivas, alamedas, plazas, sario que lo lleva a realizar una prolífica y exi- ladrillo genere una envolvente que unifique las
compuestas en variedad, definen espacios ama- tosa tarea de proyecto y construcción de torres diferentes fachadas de las torres, de tal ma-
bles. Cada vez creo más en el realismo que de vivienda en el área que rodea al casco his- nera que elimine la existencia de fachadas prin-
parte de las cosas corrientes, escribió en 1999, tórico de la ciudad. Entre sus obras más im- cipales o secundarias y las amplias superficies
comentando este trabajo. G. S. portantes pueden citarse los edificios: Progre- de medianera que caracterizan el paisaje ur-
so I, Bulevar Chacabuco 23 (1969); Panorama bano de las ciudades argentinas.
Bibliografía: Colección revista summa 1974 y 1978; A. I, 27 de Abril esquina M. T. de Alvear (1969); A partir de estas premisas, Díaz realiza ex-
Díaz. Apuntes de arquitectura. Bs. As.: 1981; Íd. La Plaza Colón, Av. Colón 857 (1969); Panorama periencias volumétricas, como los escalona-
Escuelita 1976-1981: 5 años de enseñanza alterna- II, M. T. De Alvear 87 (1970); Florida VI, San mientos en el edificio Florida IV o la serie de
tiva en la Argentina, 1982; Íd. Relevamientos. Bs. Juan y M. T. de Alvear (1971); edificio Rivera, encastres en el Progreso S.A. y Florida VII, que
As.: FADU.UBA, 1985; Íd. Textos de arquitectura. Bs. Deán Funes esquina Figueroa Alcorta (1972); definen una estética que logra sus mejores re-
As.: 1987; Íd. Incertidumbres. Documentos de Ar- Paseo 27 de Abril 560 (1972); Florida VII, Bu- sultados durante la década de los años setenta.
quitectura. Madrid, 2002. levar San Juan 345 (1972); Güemes I, Duarte Menos interesantes resultan sus torres más
Quirós esquina Belgrano (1973); el contiguo recientes, como la de Colón esquina Jujuy
Güemes II (1973), Florida VII, Bulevar San (1989), Ambrosio Olmos esquina Buenos Ai-
DÍAZ, JOSÉ IGNACIO. Juan 375 (1974); Edificio Federico, Av. Figue- res (1988), Bulevar Chacabuco esquina Obis-
roa Alcorta y 9 de Julio, (1975); Paseo II, 27 de po Oro (1989), donde el juego volumétrico pier-
Córdoba, 1929. Arquitecto. Abril esquina Arturo Bas (1977); Torre I y II, de el dinamismo de las obras iniciales.
Realizó una importante pro- 9 de Julio y Urquiza (1977); Edificio Kolton, La proximidad de muchas de las torres de
ducción en el campo de la pro- Av. Maipú esquina Rosario, de Santa Fe (1977). vivienda realizadas por Díaz ha facilitado una
piedad horizontal, el equipa- correlación entre ellas. Esta empatía inicial for-
miento comercial y la vivienda individual. taleció la caracterización de zonas enteras del
tejido urbano que, a partir de los trabajos de
Graduado en 1959, fue profesor de Arqui- este arquitecto, se han ido modificando y han
tectura de la Facultad de Arquitectura de la Uni- adoptado el ladrillo visto como modo particu-
versidad Católica de Córdoba entre 1959 y 1972. lar de organización formal, hasta constituir un
Decano de la misma casa de estudios entre paisaje urbano característico.
1969 y 1972. Paralelamente a esta prolífica serie, que po-
dría relacionarse con la contemporánea pro-
ducción de Bermúdez y Salmona en Colom-
bia, Díaz realiza una cantidad importante de
casas suburbanas y rurales de matriz organi-
u PERSPECTIVA DE UNA
cista, con un especial cuidado por la implan-
SUCESIÓN DE EDIFICIOS
tación, las visuales al paisaje y construcción
PROYECTADOS POR JOSÉ
con materiales tradicionales. Ejemplos en es-
IGNACIO DÍAZ SOBRE
ta dirección son el casco de la estancia Allen-
EL BULEVAR SAN JUAN,
de Posse, la casa Díaz en Villa Allende (1978),
JUNÍN, EN CÓRDOBA.
la Casa Piñero Pacheco en Despeñaderos (1975).
En 1987 realiza el Córdoba Shopping Cen-
ter (v.), donde el trabajo con la volumetría asu-
me una imagen teatral, que se separa de los es-
merados estudios volumétricos anteriores. Sin
El trabajo de Díaz aúna la experiencia pro- embargo, a diferencia de otros centros comer-
yectual con la dedicación a la construcción, el ciales realizados durante la misma época, el
cuidado por los detalles constructivos con la edificio de Díaz no presenta concesiones al his-
continuidad experimental de las realizaciones. toricismo o a la arquitectura como mera ima-
La posibilidad de este control está facilitada por gen decorativa publicitaria. F. A.
la existencia de un estudio empresa encarga-
do del proyecto y la realización de cada una de Bibliografía: C. Naselli. “Lectura de un diseñador: JID
las obras, situación bastante inusual dentro de visto al microscopio”. En: summa, n.° 143 (número de-
la práctica profesional de nuestro país. dicado a la obra de J. I. Díaz), 1979; “Cuatro obras de
El factor común que identifica la serie de Togo Díaz”. En: summa, n.° 150; summa, n.° 279, sum-
obras antes citadas es el uso del ladrillo visto, ma, n.° 70; summa Temática n.° 19; R. Fernández. La
unido a las posibilidades técnicas locales, a la ilusión proyectual: una historia de la arquitectura
calidad de la mano de obra, la racionalidad cons- argentina 1955-1995. Mar del Plata: UNMdP, 1996.

210 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


w Bulevar San Juan - Junín, Córdoba dia dia

u FLORIDA VI (1971) FOR- u ARRIBA, LOS EDIFICIOS

MA PARTE DE LA CONSTELA- CALICANTO III Y IV. ABAJO,


CIÓN DE EDIFICIOS PROYEC- LOS EDIFICIOS ZIGURAT I, II
TADOS POR JOSÉ IGNACIO Y III, CONTRUIDOS ENTRE
DÍAZ EN LA CIUDAD DE 1982 Y 1984.
CÓRDOBA. EL USO DEL LA-
DRILLO OTORGA GRAN UNI-
DAD AL CONJUNTO.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 211


DI BACCO, FAUSTO. S/d. Italiano. Arquitecto. de la Caja de Pensiones (1904). rácter moderno. Entre los profesionales ac-
Representante de la corriente Art Nouveau, Construyó también la iglesia de San Juan tuantes, que conformaron uno de los prime-
actuó en Buenos Aires y algunas ciudades y diversas residencias y casas de renta, entre ros equipos de profesionales que realizaron Ar-
del interior. las que cabe citar: Riobamba 939, Rivadavia quitectura Moderna dentro de un organismo
4164 y 4174, Bartolomé Mitre 1934 al 1950, estatal, puede citarse a: Francisco Rossi, Héc-
Estudió arquitectura en Italia, donde se gra- Corrientes 1750, etc. tor González Laguine, Juan Carlos Malter Te-
duó en 1913. En Buenos Aires realizó el edifi- En 1907 realizó el proyecto para el edificio rrada, Héctor Quesada, Agustín F. P. Bianchi,
cio de oficinas de Avenida de Mayo y San José, de la Compañía de Ferrocarriles de la Provin- José Spencer y R. Villamil. Durante la década
caracterizado por el uso de grandes superficies cia de Buenos Aires. V. O. del cincuenta, este grupo de arquitectos reali-
vidriadas en los pisos superiores. Proyectó tam- zó un conjunto de edificios postales en las prin-
bién obras en Bahía Blanca y Tucumán. cipales ciudades del interior; para los inicios
DIRECCIÓN DE ARQUITECTURA DE LA SE- de la década ya habían proyectado 78, entre se-
Bibliografía: R. Gutiérrez y E. Radovanovic, voz “Di Ba- CRETARÍA DE COMUNICACIONES. Oficina des importantes y pequeñas sucursales para
co, Fausto”, en: L. Patetta. Architetti e ingenieri estatal de arquitectura, pionera en la intro- localidades menores. En el caso de las cabece-
italiani in Argentina, Uruguay e Paraguay. Roma: ducción de la Arquitectura Moderna en los ras de ciudades importantes, las característi-
Pellicani, 2002. edificios públicos. cas tipológicas adoptadas respetaban el mode-
lo de edificio lámina que había inaugurado Le
La construcción de edificios pertenecientes Corbusier (v.) en el Pabellón Suizo y que ha-
DIEUDONNE, FERNANDO. Buenos Aires, 1872 al Correo estuvo a cargo de la Dirección de Ar- bían perfeccionado como ejemplo de las po-
– s/d. Arquitecto. Activo en Buenos Aires en quitectura del MOP (v.). A partir de 1945 se for- sibilidades monumentales de la Arquitectura
las primeras décadas del siglo pasado. mó una oficina dependiente de Correos y Te- Moderna L. Costa y su equipo en el Ministerio
lecomunicaciones; lo hizo bajo la dirección del de Educación de Río de Janeiro, Brasil. En el
De formación académica, cumplió funcio- arquitecto Aristóbulo J. Martínez y se carac- de las sucursales menores, muchas veces apa-
nes en el Ministerio de Obras Públicas. Tra- terizó por incluir, desde 1948, a un grupo de recen atisbos de adaptación regional, sin es-
bajó posteriormente asociado con el arquitec- jóvenes arquitectos que comenzaron a pro- capar al carácter decididamente moderno que
to Olivieri, con quien participó en el concurso yectar una serie de edificios de correos de ca- identifica al conjunto de la producción.

u CROQUIS DEL EDIFICIO DE CORREOS PARA LA CIUDAD DE MENDOZA. TIENE PLANTA BAJA LIBRE, MUROS REVESTIDOS Y PARASOLES DE HORMGÓN.

212 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


dib dob
Entre los edificios de correos realizados en
esos años por este grupo de arquitectos pueden
citarse: el de Mar del Plata; Santa Fe (J. Spen-
cer, W. Finkbeiner, 1954); Corrientes (J. Spen-
cer, R. Villamil, 1951); Mendoza (A. Martínez);
Córdoba (J. Heguelior Rocca, H. Quesada); San
Juan (A. F. P. Bianchi, E. A. M. Vidal); San Ra-
fael; San Julián (J. M. Spencer); San Martín
(J. C. Malter Quesada); Esperanza (A. F. P. Bian-
chi, M. T. Garofali), y los muy interesantes edi-
ficios de servicios en Puerto Nuevo (Rossi, Ga-
llardo, Páez, Gado) y en Gral. Pacheco (J. C.
Malter Quesada, H. Quesada, F. Rossi, A. Gai-
do, J. Heguelior Rocca, J. Devoto Álzaga). F. A.

Bibliografía: Revista Nuestra Arquitectura, n.° 345,


agosto de 1958; n.° 366, mayo de 1960; F. Bullrich.
Arquitectura moderna en la Argentina. Bs. As.: 1963;
J. Liernur. Arquitectura en la Argentina del si-
glo XX; La construcción de la modernidad. Bs. As.:
Fondo Nacional de las Artes, 2001.
u EDIFICIO DE CORREOS Y TELECOMUNICACIONES EN PUERTO NUEVO (BUENOS AIRES), DE ROSSI, GALLARDO, PÁEZ Y GADO.

DIRECCIÓN DE LA VIVIENDA. Organismo en- Dicha Comisión elevó en 1944 un informe tucionales se ligaron a tipologías que la in-
cargado del problema de la vivienda econó- final que la Dirección de Vivienda hizo suyo. cluyeron como medio para articular las dife-
mica, que reemplazó a la Comisión Nacional Así, en tal ámbito se decidió construir un ba- rencias geométricas, dimensionales y simbó-
de Casas Baratas, creado por Decreto Ley N.º rrio de viviendas en las proximidades de la Ca- licas entre los distintos locales. A partir de obras
10.102/44, en la órbita de la Secretaría de pital Federal, como “operación de tanteo” pa- tales como el recinto de la Sala de Represen-
Trabajo y Previsión, ocupada por el coronel ra experimentar procedimientos de licitación tantes de Buenos Aires (1821), se desarrollaron
Juan D. Perón (v. Interés social, vivienda de). y adjudicación de obras, observar las reaccio- innumerables ejemplos en obras representa-
nes de la industria de la construcción y poner tivas durante el siglo XIX y buena parte del XX.
El decreto mencionado modificaba el artí- a prueba las tipologías y loteos sugeridos por Quizás la obra paradigmática de articulación
culo 1 de la Ley N.° 9.677, en el sentido de que la Comisión. espacial mediante dobles, triples y múltiples
le correspondían a la nueva repartición las fun- El conjunto, proyectado por el arquitecto alturas sea el Congreso de la Nación (1896),
ciones de “dirección, fomento y control” que te- Carlos A. Chapeaurouge, miembro de la Co- de Víctor Meano (v.), aunque es difícil no ha-
nía anteriormente la Comisión Nacional de Ca- misión por el Ministerio de Obras Públicas, y llar en edificios de cierta significación monu-
sas Baratas. Su Director fue el Dr. Pedro Tilli. por un equipo de técnicos, consistió en un ba- mental doble altura, ya sea en halles, salones
Su trabajo fue breve, ya que en julio de 1945 rrio jardín de 530 chalés, con equipamiento co- de actos o grandes cajas de escaleras.
se disolvió por Decreto Ley N.° 11.157, y se creó lectivo (comercios, iglesia, escuela, campo de Hacia fines del siglo, los nuevos tipos de
en la misma jurisdicción la Administración deportes). La construcción de las viviendas fue hábitat altoburgués, que desplazan la casa de
Nacional de la Vivienda (v.). terminada en 1947. A. B. patios desarrollada en una planta, se organi-
Sobre los motivos de su formación, deben zan en torno de un hall en doble altura (v. Hall).
tenerse en cuenta dos cuestiones: Bibliografía: J. M. Pastor: “La vivienda popular”. En: Este presenta dos referencias tipológicas:
-La creación de la Secretaría de Trabajo y Revista de Arquitectura, n.° 218, mayo 1944. la que proviene del hotel francés y la de las re-
Previsión, con el nombramiento de Perón al sidencias Neotudor inglesas. Mientras la pri-
frente de ella a fines de 1943, y la política la- mera modalidad estaba sujeta a las reglas del
boral desde allí desarrollada. Así, la vivienda DOBLE ALTURA. f. Duplicación de la altura de Clasicismo, la inglesa es más libre y asimé-
se integraba a un conjunto de medidas reivin- un local con respecto a la de los restantes trica en términos compositivos. Con estas ca-
dicatorias de los sectores trabajadores, como del edificio. Por extensión, cada una de las racterísticas permanece hasta los años de 1940.
aumento de salarios, mejoramiento en las con- operaciones similares que involucran tres o Dentro del tipo francés mencionaremos:
diciones laborales en cuanto a jubilaciones, más niveles. palacio Paz de Sortais (v.) (1912), residencia An-
previsión social, jornada de trabajo, etc. chorena de Le Monnier (v.) (1909); palacio Fe-
-Un interés más amplio del Gobierno mi- Se manifestó en la Argentina desde el pe- rreira en Córdoba (1914), de Sanson; palacio
litar por la planificación de la vivienda, que ríodo colonial en aquellas iglesias que presen- Sans Souci en Martínez, Provincia de Buenos
se observa en la convocatoria a una Comisión tan corte basilical. Esta fue la única expresión Aires (1912), de Sergent (v.).
Asesora de la Vivienda Popular en 1943 (v. Vi- de la doble altura hasta las primeras décadas Para el tipo Neotudor habría que referirse
vienda de Interés social). del siglo XIX, cuando ciertos programas insti- a la rica experiencia desarrollada en Mar del

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 213


Plata, cuya matriz formal reaparece con lige-
ros cambios de lenguaje en residencias neo-
coloniales, como la denominada “el Charrúa”,
de Martín Noel (v.).
Hacia 1900 aparecen edificios para gran-
des tiendas, desarrollados en más de una plan-
ta, donde las múltiples alturas están destina-
das a cumplir un rol propagandístico.
Entre estas pueden citarse la casa Harrods,
de Conder (v.), Follet (v.) y Farmer (1914-1918),
y la Tienda San Miguel, de García Núñez (v.),
ambas en Buenos Aires; la tienda La Favorita
de Arman y Presas (Rosario, 1927).
A los tres programas enunciados —insti-
tucional, doméstico y comercial— correspon-
den tres formalizaciones diferentes; para edi-
ficios institucionales, se adoptaba una definición
de límites del espacio de doble altura a través
de fachadas internas; en las residencias, a es-
ta caracterización se agrega en algunos casos
la alternativa de provocar la doble altura per-
forando el entrepiso, y en los programas co-
merciales (que a veces se ubican en las dos pri-
meras plantas de las casas de renta), se recurre
a vaciar el entrepiso en algunos módulos den-
tro de una trama estructural.
A comienzos de siglo hay algunas expre-
siones donde el recurso de las múltiples altu-
ras sirve para contraponer la expresión mam-
posteril a la forma liviana, recurriendo a
elementos de acero, con los que se tratan las
pasarelas intermedias. Se trata de la Bibliote-
ca Nacional, de Morra (1902); el edificio de ofi-
cinas de la calle Chacabuco 78, de García Nú-
ñez; la Aduana, de Lanús y Hary (v.); el edificio
de las calles Cabello y Malabia, de Pigeon.
Dentro del lenguaje Art Déco, Virasoro (v.)
realizó algunas contribuciones importantes al
planteo de dobles alturas en edificios institu-
cionales, como el del Banco El Hogar Argen-
tino y el proyecto para el Banco de la Nación
Argentina, de 1926. En ellos, la definición de
los límites iba tomando forma piramidal, y los
grandes vanos ponían en relación los pisos al-
tos con el vacío.
La expresión moderna del tema se liga, en
cambio, al concepto de transparencia y trans-
gresión frente a las actitudes clásicas. Resul-
tado de ello es la posición periférica de doble
altura, que contesta la centralidad clásica, la
aparición de escaleras independientes en el es-
pacio resultante —ligadas al hall Neotudor—
, la ruptura en la definición formal (aparecen
límites virtuales rompiendo la noción de lu-
gar) y la aplicación del recurso a temas de pe-
queña escala (departamentos, ateliers, dúplex).
u LAS TIENDAS SAN MIGUEL, DE JULIÁN GARCÍA NÚÑEZ, EN BUENOS AIRES. Como ha sido señalado, la doble altura cor-

214 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


dob dob
busierana proviene de los halls de las residen- edificios para el Estado en los años cincuenta,
cias Neotudor y Arts and Crafts que el maes- como en el Teatro General San Martín (1954),
tro suizo habría adoptado como matriz formal de Mario Roberto Álvarez (v.) y Macedonio Os-
para sus viviendas (Bonet Correa, 1987). car Ruiz.
Ejemplos de los mismos son obras tales co- En esa misma época, la problemática de la
mo los Ateliers proyectados por Sánchez, La- vivienda individual confirmaba la utilización
gos y De la Torre (v.) para la calle Tres Sargen- de dobles alturas a partir de la Casa Curutchet
tos, los de Prebisch en la calle Tucumán, el de que Le Corbusier (v.) proyectó para La Plata en
Bonet (v.), Vera Barros y López Chas en Sui- 1948-1949. Ejemplos locales son: la casa que
pacha y Paraguay; los departamentos en la ca- Bacigalupo, Guidaldi, Riopedre y Ugarte cons-
lle Virrey del Pino, de Ferrari Hardoy y Kur- truyen en Martínez en 1961, o la que Sacriste
chan (v.), o el remate del edificio de Figueroa (v.) realiza en Tucumán para la familia Shuj-
Alcorta de Acosta (v.), todos realizados en Bue- man en ese mismo año.
nos Aires entre las décadas del treinta y del cua- En los sesenta el tema de la doble altura se
renta (v. Dúplex). redefine como parte de una búsqueda de nue-
En una posición más conservadora se sitú- vas formas de articular el espacio; veamos al-
an expresiones tales como los halles del Museo gunos ejemplos entre los que sobresalen por
Nacional de Bellas Artes (Bustillo (v.), 1933), del sus particulares características el Banco de Lon-
cine Gran Rex (A. Prebisch (v.), 1937) o del puen- dres (1960), de SEPRA (v.) y Clorindo Testa (v.),
te Nicolás Avellaneda, todos en Buenos Aires. y el Municipal (1968), de Manteola, Sánchez
Este recurso resulta componente obligado en Gómez, Santos, Solsona y Viñoly (v.), ambos
los cines como parte de una voluntad de es- u DOBLE ALTURA DE GRAN ESCALA EN UNA CASA PORTEÑA. en Buenos Aires.
pectáculo en la que puede leerse la influencia Esta articulación supone —si bien con di-
del Radio City de Nueva York, en EE.UU. (v.) y otros (1937); la Facultad de Derecho (1944), ferentes lenguajes— la producción de un gran
Con una vaga referencia clásica en com- de Chiappori, Ochoa y Vinent; la Casa de la espacio en el que se ubican entrepisos, con in-
ponentes modernos, la doble altura persiste en Moneda de la Nación, de Quincke, Nin Mit- dependencia de los límites de aquel, creando
la Arquitectura de Estado manteniendo carac- chel y Chute (1949); hasta culminar en los pa- alturas múltiples que permiten al observador
terísticas de centralidad, equilibrio y simetría. bellones de la Ciudad Universitaria de Nuñez, reconocer las intenciones formales totalizan-
Esta modalidad puede verse en obras tales co- de Eduardo Catalano (v.) (1953), caracterizados tes del edificio.
mo: el Ministerio de Hacienda (1936), de Pi- por un tratamiento lingüístico moderno. Las propuestas de dobles alturas de la úl-
bernat; el Banco Hipotecario Nacional (1942), La vertiente ligada al lenguaje corbusiera- tima década, que se plantean como crítica con
de Fitte; el edificio de YPF, de De la María Prins no produjo interesantes resultados dentro de respecto a la Arquitectura Moderna, expre-
san la ambigüedad de recuperar por una par-
te cierta clasicidad (a través de la centralidad y
definición de límites mediante fachadas), pe-
ro sin perder los recursos de transparencia y
virtualidad de límites desarrollados por aque-
lla. Si bien esto ya puede detectarse en algunos
proyectos presentados a concursos, la expre-
sión más difundida de esta modalidad puede
verse en los edificios construidos o remode-
lados para shoppings (v.), tales como el Patio Bull-
rich o el Unicenter, entre otros, en los cuales
el espacio longitudinal y a veces central de do-
ble altura cubierto con vidrio constituye un re-
curso obligado en el proyecto, destinado a evo-
car el ambiente de las galerías europeas
decimonónicas. E. G.

Bibliografía: Y. Bonet Correa. “La genealogía de un ti-


po. El espacio de doble altura”. En: A&V, n.° 10, Ma-
drid, 1987.

DOBRANICH, JORGE W. Buenos Aires, 1885 –


s/d. Ingeniero. Autor de un número importan-
u LIVING CON ENTREPISO EN UNA CASA DE RENTA PROYECTADA POR ALEJANDRO BUSTILLO. te de obras en la primera mitad del siglo XX.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 215


Se graduó en la Facultad de Ciencias Exac- DONATI, TEODORO. 1830 – 1889. Suizo. Ar-
tas de la UBA. Proyectó un panteón para la So- quitecto. Activo en Buenos Aires en la segunda
ciedad Española, que alcanzó un premio en el mitad del siglo XIX.
concurso respectivo. Es autor también de di-
versos edificios estatales: el Hospital Naval de Realizó el proyecto de la primera estación
Río Santiago, el Cementerio de Tandil y el Fa- Retiro.
ro de Quequén; terminó las obras del Centro
Naval y realizó un plan de embellecimiento de Bibliografía: F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutiérrez, A.
Plaza Italia, ambos para Capital Federal. Levaggi y A. S. J. de Paula, La arquitectura del Li-
beralismo en la Argentina, Buenos Aires: Sudame-
Bibliografía: F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutiérrez, A. ricana, 1968.
Levaggi y A. S. J. de Paula, La arquitectura del Li-
beralismo en la Argentina, Buenos Aires: Sudame-
ricana, 1968. DORMAL, JULES. Lieja (Bélgica), 1846 – Bue-
nos Aires, 1924. Ingeniero y arquitecto. Uno u RESIDENCIA PARTICULAR (HOY EMBAJADA DE BRASIL)

de los más importantes cultores de la arqui- EN BUENOS AIRES.


DONATI, DOMINGO. Astano (Suiza), 1866 – tectura académica francesa en nuestro pa-
Buenos Aires, 1925. Arquitecto. Trabajó en ís. Introductor local de la arquitectura deriva- Su obra es muy extensa. Dirigió la deline-
Buenos Aires a fines del siglo XIX. da de la obra de Charles Garnier. Autor de ación del Parque Tres de Febrero y el Hipó-
realizaciones significativas de esa corriente dromo Argentino. Proyectó el Mausoleo de San
Graduado en la Academia de Brera, llegó en Buenos Aires, La Plata y Mar del Plata. Martín en la catedral porteña, la casa de Go-
en 1886 a la capital argentina. Instaló su estu- bierno en La Plata, el Teatro de la Ópera, re-
dio en Avenida de Mayo. Realizó algunas obras Cursó estudios de ingeniería en la Univer- formando totalmente el que había hecho el ar-
importantes del período como la iglesia de San- sidad de su ciudad natal, y de arquitectura en quitecto Landois, el Palacio Ortiz Basualdo, en
ta Catalina, el casco de la estancia Yamahui- la escuela especial de París, con los maestros la Plaza San Martín, por el cual obtuvo el pri-
dra, el pasaje de Avenida de Mayo 1035 y una Trélat, Chabet y Gosicher. Como contratado, mer premio de fachadas de Buenos Aires en
casa en la calle Lima 771. llegó muy joven a la Argentina, en 1869, y su 1905. Además construyó el Palacio de Julio Pe-
primera obra fue la fábrica de Extractos de Car- ña, hoy sede de la Sociedad Rural Argentina,
Bibliografía: F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutiérrez, A. ne en Puerto Ruiz, Gualeguay (Prov. de Entre en la calle Florida, otras residencias particu-
Levaggi y A.S. J. de Paula, La arquitectura del Libe- Ríos). Dos años después se radicó en Buenos lares, entre ellas la que es hoy utilizada como
ralismo en la Argentina, Buenos Aires: Sudameri- Aires, instado por el ministro plenipotenciario embajada del Brasil, y la culminación de las
cana, 1968.. francés acreditado en la ciudad. obras del teatro Colón, comenzadas por Fran-
cisco Tamburini y Victor Meano. En Mar del
Plata proyectó la estación terminal sur del Fe-
rrocarril del Sud (1911) y el proyecto de una ciu-
dad balnearia. Algunos autores le atribuyen
participación en el diseño de la antigua Ram-
bla de Mar del Plata.

Bibliografía: V. Cútolo. Nuevo diccionario biográfi-


co argentino. Bs. As.: Elche, 1968; Federico Ortiz.
“Arquitectura 1850-1900”. En: AA.VV. Historia del
arte argentino. T. V. Bs. As.: Academia Nacional de
Bellas Artes, 1986.

DOS PUNTOS. Revista de arquitectura, publica-


da en Buenos Aires entre 1981 y 1983 que,
junto con Trama (v.) y Materiales (v.), operó en
la Argentina como manifestación editorial del
paulatino emerger de una novedosa reflexión
crítica, teórica e historiográfica dentro del cam-
po arquitectónico (v. Historiografía).

Dirigida por Roberto Fernández (n. 1946),


quien, al tanto de los últimos debates, debía
u PALACIO PROYECTADO POR JULES DORMAL EN ESTILO ACADÉMICO FRANCÉS. posicionar su revista con un perfil ideológico

216 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


dob dou
claramente diferente a Summa (v.), DANA (v.) en un mismo número a veces— con la Arqui- la identidad cultural y Latinoamérica. Esta ocu-
y A/mbiente (v.), únicas publicaciones locales tectura de Sistemas, la prefabricación y los me- pó un lugar recurrente en la revista a través de
que circulaban. Sin un respaldo académico ofi- gaconjuntos de la década anterior, en un ba- notas sobre México, Paraguay, Chile, Perú y
cial o privado, tanto este proyecto, como los de lance crítico por cierto motivante. En su rol de Brasil. La práctica profesional tuvo como pro-
Trama y Materiales, resultan abiertamente al- revista teórico-crítica, se destaca la revisita de tagonistas a figuras dispares, desde un estudio
ternativos dentro del panorama editorial de los “viejos” maestros (Prebisch (v.), el grupo Aus- de sólido profesionalismo de Mar del Plata has-
la cultura arquitectónica establecida tral (v.)), y del otrora protagonista “maldito” Ale- ta Clorindo Testa, recurrente objeto de de-
Este posicionamiento marginal, forzado por jandro Bustillo (v.), elevado durante esos años a construcciones. En un sorprendente giro con-
las circunstancias posteriores al golpe de 1976, fetiche de la autonomía disciplinar local. Bere- tra todo lo que se afirmaba acerca de la
fue posible en los casos de estas revistas, por terbide (v.) ocupó un lugar de la mano de Mo- identidad, la globalización y el mercado, se si-
el paulatino distendimiento del Proceso mili- lina y Vedia, en lo que se podría calificar como túa empero una paradójica lectura de los shop-
tar que comenzó a operarse a fines de los se- el máximo pico de su fortuna crítica. Pero com- ping centers (v.), posibilitadores —según Fer-
tenta, permitiendo manifestar —tibia pero efec- plementariamente el presente de la disciplina nández— de “verificar la discreta esperanza de
tivamente— corrientes de pensamiento que aparecía cubierto por entrevistas a figuras o es- algún nivel de intercambio social que la ciu-
pocos años antes hubieran sido censuradas. tudios como Varas (v.), STAFF (v.), Roca (v.), Ca- dad tradicional está terminando por sustraer-
El momento particularmente recesivo de no, Alvarez (v.), etc. En el mismo sentido, las ex- nos”. La desaparición de la revista tras el quin-
inicios de los ochenta, al igual que en el resto tensas recensiones bibliográficas constituyeron to número marca una dificultad creciente de
del mundo, favoreció la reflexión teórica den- un aspecto que resultó novedoso en un mo- los proyectos editoriales en un medio profe-
tro del campo disciplinar, enfatizada en el ca- mento de arribo aluvional de tendencias y tex- sional como el local, poco dado a la búsqueda
so argentino por la necesidad de encontrar las tos, muchas veces equiparados por colecciones de referencias teórico críticas en un momen-
respuestas que desde la arquitectura pudieran de engañosa homogeneidad. Ecologismo, Am- to en que la práctica disciplinar, por otra par-
reconstruir el debate cultural. Y este espacio lo bientalismo, Arquitectura Bioclimática fueron te, se alejaba aceleradamente de la historia,
llenaron —cada una a su modo— Dos Pun- protagonistas regulares que interesaron a Fer- rompiendo el nexo que unos años atrás fue pa-
tos, Trama y Materiales. En el caso de las dos nández, quien se abocaría posteriormente al se- rafraseado como “una extraña pareja”. E. G.
primeras, fue en ellas (e inmediatamente en gundo de estos ejes con creciente dedicación.
las notas de Clarín realizadas por R. Iglesias El reciclaje y la conservación de edificios y sec-
y M. Sabugo) donde se plantearon temáticas tores urbanos reunieron figuras de un arco que DOURGE, LEÓN. S/d (Francia), 1890 – Buenos
que se volvieron hegemónicas al poco tiempo iba del populismo y el pragmatismo a figuras Aires, 1969. Arquitecto. De formación ecléc-
y que —retorno a la democracia mediante— no embarcadas en la operación nostalgia: Li- tica, fue uno de los importantes difusores del
se instalaron en las universidades nacionales vingston, José M. Peña, Winograd (v.), Benedit, Racionalismo modernista durante las décadas
y centros de investigación. mostraron diferentes vertientes que en los años del treinta y del cuarenta en Buenos Aires.
Dos Puntos mantuvo en nueve ediciones (con posteriores se volverían protagónicos. Améri-
un número doble, el 7/8) una fuerte coheren- ca Latina ocupó la atención crítica nacional. La Realizó sus estudios en la École Nationale
cia de propósitos y organización interna, razo- recepción pasaba ahora por rescatar contextos de Arts Decoratives de París, donde se graduó
nable dada su corta vida (agosto de 1981 a julio dotados de cierta “productividad regional”, que en 1912. Llegó a nuestro país un año después y
de 1983), asumiendo desde un inicio el hori- podía interpretarse como ámbitos periféricos comenzó su labor profesional al incorporarse
zonte de lo que se consideraba entonces una con presencia de tradiciones y actores capaces al estudio del arquitecto Alejandro Bustillo (v.).
crisis —antes que una fractura estructural— de desarrollar propuestas creativas, en los tér- Sus primeras obras, realizadas en forma in-
que deterioraba de modo creciente las posibi- minos que Frampton designaba “regionalismo dependiente, responden al estilo Luis XVI,
lidades de intervenir en grandes trabajos. Po- crítico” (tema que Fernández reelaboraría teó- adoptado en esa época por las élites locales. En
cos anunciantes, presentación modesta, apoyo ricamente a fines de la década): Valparaíso, Gua- esta línea se destacan la casa de renta de Av.
económico de un solo estudio profesional (Juan temala, La Paz, Montevideo, la obra de los ar- Quintana y Parera, la mansión Duhau, en Av.
Manuel Valcarcel) y dirección a cargo de Ro- quitectos mexicanos Barragán, Ramírez Alvear 1651, ambas en la ciudad de Buenos Ai-
berto Fernández. Desde entonces los números Vázquez, Zabludovsky-González de León y del res, y el Hotel d’Ivry, residencia para la misma
desarrollarían un modo singular de exponer colombiano Salmona. familia en la localidad de Tortuguitas.
obras y críticas, con la publicación de una de- El proyecto Dos Puntos fue reformulado des- Paralelamente, difundió la estética racio-
tallada documentación de las primeras (inclu- de la nueva sede de Fernández en Mar del Pla- nalista a partir de la década del treinta, con
yendo planos de obra con detalles constructi- ta, con el nombre de Arquitectura Sur. En los obras tales como la casa de renta de Av. Liber-
vos) y la presentación de un enfoque crítico al años 1990-1999, la teoría y la historia aún pa- tador y Malabia y el conjunto habitacional So-
número siguiente. Las obras involucradas, ATC, recían brindar soporte ideológico básico a la laire, ubicado en México 1062 y construido por
Centro Cultural Recoleta, Banco de Tokio, Es- proyectación, y sus seminarios sobre el Pos- encargo de Luis Duhau, quien actuó como su
cuelas Municipales, Aeroparque, Hospital Na- modernismo y el Regionalismo fueron eje de principal comitente.
cional de Pediatría, etc., reunían suficiente den- dos de los números. Complementariamente, La primera de ellas, proyectada en 1928-
sidad y variedad como para permitir reconstruir se desplegaron temas que marcaron una fuer- 1929 y construida en 1934, constituye una obra
el estado de la práctica disciplinar del momen- te continuidad entre los proyectos: el patri- paradigmática por ser uno de los tempranos
to. El reciclaje, el profesionalismo y la ironía monialismo, la ecología y la teoría y la prácti- ejemplos de una tipología formal, corriente en
posmodernas de los ochenta se encontraban — ca de la “arquitectura pobre”, la “apropiación”, la década, que abordó temas tales como la pu-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 217


reza volumétrica, la articulación de la esquina, Ingresó en la SCA en agosto de 1901 y fue
el aventanamiento continuo, la incorporación su presidente durante el período 1906-1907.
DEPARTAMENTOS EN AV. LIBERTADOR de “balcones terraza” y la permeabilidad de A su iniciativa se debe la creación de los con-
la planta baja. cursos Estímulo y representó a la SCA en los
La segunda, el conjunto habitacional So- concursos de la Facultad de Matemáticas, el
laire, demolido por la prolongación de la Ave- Instituto Médico del Centenario de Rosario,
nida 9 de Julio, se organiza mediante una plan- Universidad de Santa Fe y premios munici-
ta en forma de U, en torno de un gran patio pales de Fachada. J. T.
que se comunica con la calle y al que abren to-
das las viviendas. El tratamiento volumétrico, Bibliografía: AA.VV. Sociedad Central de Arquitectos,
el diseño de balcones y barandas, la relación cien años al servicio del país. Bs. As.: SCA, 1993.
muro / aberturas, el remate y todo el reperto-
rio figurativo están encuadrados dentro de la
ortodoxia del Racionalismo y puede conside- DUBOIS, LUIS. Toulouse (Francia), 1867 – Bue-
rarse, en este sentido, un ejemplo de valor in- nos Aires, 1916. Arquitecto. Trabajó dentro
ternacional. de la modalidad académica, aunque produ-
Dentro de esta tendencia, es posible men- jo también algunos proyectos de inspiración
cionar otras casas de renta: Av. Libertador y Art Nouveau.
Cnel. Díaz, Gral. Urquiza 41, en Buenos Aires,
y la resolución sobre pilotis de la sede del Club Llegó al país en 1888; inicialmente realizó
Social, en Gral. Pinto.Fuera del contexto ur- algunos trabajos con Christophersen (v.) y lue-
bano, sus obras hacen concesiones a diversas go se desempeñó en el Departamento de Obras
corrientes pintoresquistas. Trabaja con una Públicas de la Nación. Efectuó numerosos tra-
mayor articulación volumétrica, utilizando ma- bajos, algunos en colaboración con el arqui-
teriales locales —como la piedra— en un gru- tecto P. Pater (v.), entre los que se destaca el
po de casas de Cruz Chica (Córdoba), llama- Hotel Chile en Avenida de Mayo y Santiago del
u SUPERFICIES BLANCAS Y LÍNEAS PURAS EN UN EDIFICIO das Toledo, Sevilla, Granada, la Gitanilla, el Estero, dentro de la corriente Art Nouveau. Re-
PROYECTADO POR LEÓN DOURGE PARA BUENOS AIRES. Paraíso; recurre al Historicismo en la residencia alizó, además, varias residencias en Buenos
Helguera en Punta del Este y a su exacerba- Aires: la de Antonio Robirosa en Parera 119
ción en el casco de la estancia Solymar, de la (Premio Municipal de 1905), la de Martín Lla-
familia Duhau, frente a la playa, en la Provin- vallol en Maipú 523 (1906), la de Antonio La-
cia de Buenos Aires. nusse en Suipacha 1136 (1909) y las ubicadas
De su producción teórica se destaca una se- en Libertad 1338, Rodríguez Peña 1740, Mon-
rie de artículos realizados durante la década tevideo 1662, Las Heras 1979, Juncal 1184,
del treinta, cuyas preocupaciones fundamen- Quintana 150, etc. También, es autor del edi-
tales se centran en la racionalización y el aba- ficio de la Farmacia Suiza, ubicado en Tucu-
ratamiento de la construcción. A. O., G. F. T. mán y Maipú. En Mar del Plata proyectó la re-
sidencia de A. Elía de Ortiz Basualdo (1909),
en Colón y Alvear.
DOYER, JOHN J. Livolle (Holanda), 1862 – Bue-
nos Aires, 1939. Arquitecto. Activo a princi- Bibliografía: F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutiérrez, A.
pios de este siglo. Produjo importantes pro- Levaggi y A. S. J. de Paula, La arquitectura del Li-
yectos de Arquitectura Ferroviaria. beralismo en la Argentina, Buenos Aires: Sudame-
ricana, 1968.
Cursó estudios en la Academia de Arqui-
tectura de Livolle y en la de Amsterdam entre
1885 y 1888. El 12 de julio del último año via- DUBOURG, ARTURO. 25 de Mayo (Prov. de Bue-
jó a la Argentina e inició su actividad hacia 1897. nos Aires), 1912 – s/d, 2003. Arquitecto. Jun-
Instaló su estudio profesional en San Martín to a Aslán y Ezcurra, SEPRA o Mario Roberto
418 y luego en Tronador 2650. Entre sus prin- Álvarez, formó uno de los estudios que des-
cipales obras se cuentan las estaciones Once de de la década del treinta desarrolló un vasto
Septiembre y Ramos Mejía, del Ferrocarril del conjunto de obras, principalmente programas
Oeste, un proyecto para la Estación del Ferro- de vivienda individual, casas de renta, edifi-
carril Pacífico en Bahía Blanca, la oficina cen- cios de departamentos en propiedad horizontal
tral y varias sucursales de la antigua Coopera- y de oficinas, entre otros.
tiva Telefónica y numerosos chalés en los
alrededores de Buenos Aires y Mar del Plata. Egresado en 1935 de la Escuela de Arqui-

218 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


dou duc
tectura de la UBA, se desempeñó hasta 1940
en la Dirección Nacional de Vialidad de la Na-
ción, donde realizó diversos trabajos (pilares
del puente internacional Paso de los Libres, di-
seño de partes de la Avenida General Paz, pa-
bellones de exposición, viviendas, etc.).
En esos años formó también su estudio, en
el que abordó gradualmente, durante más de
cincuenta años, unos quinientos trabajos co-
mo proyectista y, en algunos casos, como em-
presario de la construcción. Gran parte de su
producción la realizó en el Uruguay.
La obra realizada muestra una actitud di-
ferente respecto de sus contemporáneos, en lo
referente a dos aspectos: la perduración de la
modalidad ecléctica y el manejo del vocabula-
rio estilístico historicista y la no participación
en concursos. Ambas cuestiones lo colocan
fuera del ámbito de validación dentro de la dis-
ciplina. En las elecciones lingüísticas de Du-
bourg existe una explícita preferencia por el
vocabulario formal Neogeorgiano para resi-
dencias suburbanas y el Luis XVI para edifi-
cios urbanos.
Esta perduración de los estilos históricos
—solo comparable a la que de modo más arti-
culado sostuvo Bustillo hasta su muerte— lo
sitúa fuera del campo intelectual de la disci-
plina, tal como fue reformulado durante los
años cincuenta, en los cuales la ideología del
Movimiento Moderno se consolidó entre las
figuras del campo profesional.
En este sentido, sus obras “modernas” apa-
recen desprovistas de toda tensión cultural y
se vinculan a emprendimientos especulati-
vos o de imagen empresaria: torre de Cerrito
y Posadas, edificio Berlingieri en Plaza Con-
greso (Plaza de los dos Congresos), edificios
en Viamonte y Paraná, y en Leandro N. Alem
762, en los que la imagen urbana resultante
contradice abiertamente las pautas clasicistas
que Dubourg intenta sostener en otros traba-
jos o en el plano teórico. E. G.

DUCLOUT, JORGE H. Cernay (Alsacia, Francia),


1854 – s/d, 1929. Ingeniero. Activo en la Ar-
gentina desde 1884. Especialista en obras
de infraestructura.

Estudió en Estrasburgo y París, y se graduó


en la Escuela Politécnica de Zurich en 1874.
Actuó como ingeniero en el ejército ruso y tra-
bajó en Bucarest. Fue jefe de la oficina técni-
ca de Baudet-Donon en París. Llegó a la Ar-
gentina en 1884. Fue profesor de la UBA.
u EL HOTEL CHILE, DE LUIS DUBOIS, EN AVENIDA DE MAYO Y SANTIAGO DEL ESTERO. Trabajó asociado con el ingeniero Silveira en

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 219


el trazado de límites, en un estudio del ferro- en seda, raso y moiré; biombos de espejos, ter-
carril a la Pampa Central; dirigió las obras del ciopelo o tejido de alambre de cobre, como el
Riachuelo (1891), participó en las obras del de su propia vivienda. La luz en los distintos
Puerto de Buenos Aires; estudió los desagües ambientes fue otro elemento que manejó con
de la ciudad de Córdoba, la canalización de destreza, así como la combinación de colo-
Martín García, etc. Realizó varias publicacio- res. Incorporó el aparato de radio y fonógrafo
nes sobre temas de Ingeniería Hidráulica. al estar o al bar.
Se destacan su intervención en el local co-
Bibliografía: F. Ortiz, R. Gutiérrez, A. de Paula, G. Vi- mercial de la Zapatería Covana (1933), la de-
ñuales y otros. La arquitectura del liberalismo en coración del Salón de Elizabeth Arden en Ha-
la Argentina, Bs. As.: Sudamericana, 1968. rrods (1935) y la modernización de la confitería
del Jockey Club (1938). En la casa de departa-
mentos que proyectó en la esquina de Callao
DUDLEY, LYMAN. New York (EE.UU.), 1897 – y Quintana (1936) es notable su compromiso
s/d. Arquitecto. Realizó trabajos en la Argen- con la arquitectura contemporánea. R. P.
tina durante la década del treinta; publicó va-
rios de ellos, así como parte de su producción Bibliografía: Colección revista Nuestra Arquitectu-
estadounidense, en la revista Nuestra Arqui- ra 1933-1938.
tectura (v.).

Estudió en la Facultad de Artes y Ciencias DUNANT, JACQUES. Ginebra (Suiza), 1858 –


de Harvard y en la École Nationale des Beaux s/d (Suiza), 1939. Arquitecto. Uno de los más
Arts de París. Realizó los edificios The Natio- importantes representantes del Academicis-
nal City Bank of New York, Etam, Johnson y, mo francés dentro del panorama de la arqui-
en la Argentina, el establecimiento termal de tectura argentina de fin de siglo. Antes de lle-
El Sosneado, en Mendoza, y diversas obras en gar a nuestro país había realizado obras
el interior del país. En colaboración con el ar- significativas en el exterior.
quitecto Aberastain Oro proyectó numerosas
obras en Mar del Plata. Dunant cursó estudios en la Escuela Poli-
técnica de Zurich (1877) y luego en la Escue-
Bibliografía: F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutiérrez, A. la de Bellas Artes de París (1884). Realizó allí
Levaggi y A. S. J. de Paula, La arquitectura del Li- importantes edificios de renta y ganó el con-
beralismo en la Argentina, Buenos Aires: Sudame- curso para el plano general de la Exposición de
ricana, 1968. París de 1889, donde hizo el Pabellón Argen-
tino. Construyó el edificio de la Sorbonne. Se
trasladó a nuestro país en 1889, revalidó aquí
DUGGAN, DANIEL. S/d. Arquitecto. Se destacó el título e instaló su estudio en Corrientes 685;
en el medio, principalmente por su labor co- trabajó con el arquitecto Paquin.
mo decorador de interiores. Desarrolló su ma- De su vasta producción profesional, en la
yor actividad en los años treinta. Las obras que predominan los estilos borbónicos y diver-
fueron publicadas periódicamente en Nues- sidad de recursos formales característicos de la
tra Arquitectura. escuela francesa, se destacan el Instituto Na-
cional de Bacteriología —que obtuvo diploma
Gran número de residencias y departa- de honor—, la catedral de Mercedes y la de San
mentos pertenecientes a las familias más des- Isidro, el teatro Ateneo, el edificio de la Com-
tacadas de la sociedad porteña fueron decora- pañía de Seguros de la Franco Argentina y, jun-
dos por este profesional, por ej.: Francis Baring to con el arquitecto Mallet, el Hotel de Sierra de
en el Edificio Kavanagh (1936), Josefina Ro- la Ventana. A esta lista deben sumarse nume-
dríguez Larreta de Zuberbühler (1933), Ale- rosas residencias en Buenos Aires y chalés en
jandro Leloir (1935), la casa de César Madaria- Mar del Plata para las familias Larrivière, Re-
ga (1933). Duggan se caracterizó por aplicar nard, Martínez de Hoz, Llambí Campbell, etc.
criterios plásticos de vanguardia; esto hizo que Junto con Le Monnier y Christophersen, Du-
sus colegas lo compararan con los más cono- nant puede considerarse como otro exponente
cidos decoradores europeos. de la supremacía de la École en la orientación
Los más variados materiales fueron incor- del gusto profesional y social en la Argentina de
porados en sus trabajos: cortinas de goma, al- fin de siglo. Sobre Avenida de Mayo, proyectó
u EDIFICIO SUDAMÉRICA EN CERRITO Y POSADAS, BS. AS. fombras de pared a pared; divanes tapizados edificios para hoteles y oficinas, en los que des-

220 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


duc dup
plegó el bagaje ornamental ecléctico con sin-
gular ductilidad en la composición de fachadas.
Para el basamento utilizó robustos almohadi-
llados, a los que seguían órdenes de pilastras,
que enfatizaban el cuerpo central, y luego va-
riedad de mansardas, chimeneas y lucarnas en
el remate superior (Av. de Mayo 776). Se vin-
culó a la SCA desde 1901, cuando fue recons-
tituida. Durante su gestión presidencial (1905-
1906) se reformó el Arancel de Honorarios. Fue
delegado de la SCA para el Concurso de la Ex-
posición Industrial del Centenario. J. T.

Bibliografía: AA.VV. Sociedad Central de Arquitectos,


cien años de compromiso con el país. Bs. As.: SCA, 1993.

DUPARC, GUSTAVO. S/d. Francés, arquitecto.


Activo en Buenos Aires a principios de siglo.

Asociado con el ingeniero Emilio Mitre (v.),


realizó algunas obras de importancia en Bue-
nos Aires, como el edificio de seguros en Ri-
vadavia casi Florida (1903), las casas de renta
de Av. de Mayo y Santiago del Estero y la de
Moreno 564, la oficina hidrográfica del puer-
to y las bóvedas de las familias Ramos Mejía y
Mitre en la Recoleta.

Bibliografía: F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutiérrez, A.


Levaggi y A. S. J. de Paula, La arquitectura del Li-
beralismo en la Argentina, Buenos Aires: Sudame-
ricana, 1968.

DÚPLEX. m. Departamento o estudio desarro-


llado en dos plantas, accesible solamente en
uno de sus niveles.

Puede encontrarse en forma aislada o den-


tro de casas de departamentos, edificios para
estudios, monoblocks (v.) y casas colectivas (v.).
Aparece en la Argentina ligado estrecha-
mente a la difusión de la Arquitectura Moder-
na (v. moderna, arquitectura), tanto en lo progra-
mático como en su expresión formal. Los
primeros ejemplos están destinados a estudios
y son casi contemporáneos: en 1937 el edificio
ubicado en Tres Sargentos 422, de Sánchez,
Lagos y De la Torre (v.), en 1939 el edificio que
está en Suipacha y Paraguay, de Bonet (v.), Ve-
ra Barros y López Chas (1939), y en 1940 el
edificio de Tucumán 675, de Prebisch (v.); los
tres en Buenos Aires.
En estas obras aparece el dúplex como uni-
dad espacial, subdividido por un entrepiso que
deja una doble altura frente a la carpintería de u EDIFICIO SOBRE AVENIDA DE MAYO, DISEÑADO POR EL ARQUITECTO FRANCÉS GUSTAVO DUPARC.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 221


en los que se basa el sistema Helios—, mien- DURELLI, AMÍLCAR. S/d – s/d, 1933. Arqui-
tras que, en la vivienda mínima, intenta eco- tecto. Activo en Buenos Aires en las primeras
nomizar superficies de circulación horizon- décadas del siglo XX.
tal y optimizar el uso del ascensor. Este
reaparece en el coronamiento de la obra de Fi- Realizó varias residencias privadas y casas
gueroa Alcorta y Tagle, desarrollado como vi- de rentas: Cerrito 1131, Paraguay 555, Mitre 428,
vienda de lujo. En los años sucesivos queda Santa Fe 1164, Córdoba 1820, Libertad 1329,
descartado el dúplex apilado en los programas Viamonte y Rodríguez Peña, las Heras y Pe-
de vivienda de carácter masivo o económico. reyra Lucena, Callao 1609, en colaboración con
En la década de 1990, las propuestas de dú- el arquitecto Noceti. También proyectó el Pa-
plex inscriptas dentro del tipo “atelier de ar- saje de la Franco Argentina en Av. Saénz Pe-
tistas” fueron recicladas en varios trabajos, que ña 671.
incluyen en algunos casos la presencia de un
montaautos con acceso directo a la unidad. Se Bibliografía: F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutiérrez, A.
vinculaban al cuestionamiento de la familia Levaggi y A. S. J. de Paula, La arquitectura del Li-
tradicional y a paradigmas que debían mucho beralismo en la Argentina, Buenos Aires: Sudame-
al imaginario de filmes y revistas de consumo ricana, 1968.
suntuario. Este hábitat para yuppies se condensó
en la tipología de loft. Aunque el número de
realizaciones es limitado, buena parte de ellas DURRIEU, MAURICIO BERNARDO. S/d, 1874
pueden encontrarse en las pocas cuadras del – s/d, 1950. Ingeniero civil. Docente y espe-
porteño Bulevar Chenaut. Pueden destacarse cialista en obras civiles.
dos trabajos del estudio Baudizzone-Varas-Les-
tard (Chenaut esquina Báez) y Juncal 4559, Ocupó diversos cargos en la administra-
concebidos según el criterio de apilar unida- ción. Fue Inspector del Ferrocarril Central Cór-
des. Tanto en los silos de Dorrego como en el doba (1895-1896); Director General de Obras
Palacio Alcorta, el estudio de Solsona (asocia- Hidráulicas (1904-1906); Inspector General
do en el primer caso con Dujovne y Hirsch) de Arquitectura (1910-1911); Director Gene-
produjo conjuntos donde se confunden las ca- ral de Arquitectura (1911-1915). También fue
tegorías entre lofts y ateliers. E. G. Profesor de Proyectos y Dirección de Obras en
la Escuela de Ingeniería y de Arquitectura Le-
gal en la Escuela de Arquitectura dependien-
DURAND, JUAN B. S/d. Arquitecto. Activo en tes de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas
Rosario en las primeras décadas del siglo XX. y Naturales de la UBA. Realizó varias publica-
Realizó obras de carácter ecléctico. ciones de su especialidad.

u DÚPLEX EN EL PASAJE TRES SARGENTOS, BUENOS AIRES. Realiza varios edificios en Buenos Aires, Bibliografía: F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutiérrez, A.
aunque lo más significativo de su labor se en- Levaggi y A. S. J. de Paula, La arquitectura del Li-
fachada principal, la que expresa la unidad y cuentra en Rosario, donde actúa a partir de 1920. beralismo en la Argentina, Buenos Aires: Sudame-
fluidez del espacio. En las dos últimas obras, Se destaca el palacio Fuentes en Sarmiento y ricana, 1968.
de marcada influencia corbusierana, se agre- Santa Fe. Realiza además: el Ministerio de Agri-
ga como elemento de composición la escalera cultura en Sarmiento y Mendoza, el Club Ro-
interna, que aparece suelta en el espacio de do- sarino en San Luis y Alem, varias seccionales
ble altura. Posteriormente, Ferrari Hardoy y de la Policía y diversas residencias: Santa Fe
Kurchan (v.) introducen el dúplex en progra- 611, 730, 880 y 1894, La Rioja 1067, Córdoba
mas de vivienda, en el edificio de Virrey del Pi- 1336, etc. En Buenos Aires ejecutó el edificio
no 2446 (Buenos Aires), junto a unidades de del Instituto Municipal de Previsión Social en
una planta. En dicha obra adoptan también Cerrito 750, Las Heras y Pueyrredón, la sucur-
el criterio corbusierano del “inmueble villa”, sal del Banco Nación en Callao y Bartolomé Mi-
apilándolos en altura, de un modo que luego tre, etc. Participó en la gestión y creación, y fue
no tuvo seguidores. uno de los primeros docentes, de la Escuela de
Pocos años antes, W. Acosta (v.) había pu- Arquitectura de la UNL en Rosario.
blicado sus propuestas de dúplex para las ca-
sas colectivas Helios y para vivienda mínima Bibliografía: F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutiérrez, A.
(ambas en 1934). Aquí esta tipología aparece Levaggi y A. S. J. de Paula, La arquitectura del Li-
introducida de manera sistemática para mate- beralismo en la Argentina, Buenos Aires: Sudame-
rializar el sistema de aleros en doble altura — ricana, 1968.

222 Diccionario de Arquitectura en la Argentina

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