“DOS PADRES EN EL LIBRO DE GENESIS” 1.
Nuestras acciones son semillas; no vemos el fruto hasta cierto
Introducción.
Esta es la imagen de un Padre a los ojos de su hijo:
A los 4 años de edad… mi papá puede hacer cualquier cosa.
A los 7 años de edad… mi papá sabe mucho.
A los 8 años de edad… mi papá sabe casi todo.
A los 12 años de edad… pues, papá no sabe esto tampoco.
A los 12 años de edad… ¿mi padre? Él es muy anticuado.
A los 21 años de edad… este hombre está pasado de moda.
A los 25 años de edad… él sabe un poquito del asunto, pero no
mucho.
A los 30 años de edad… tengo que saber qué piensa mi padre.
A los 35 años de edad… antes de decidir, veré qué ideas tiene mi
padre.
A los 50 años de edad… ¿qué hubiera hecho mi padre del asunto?
A los 60 años de edad… mi padre sabía todo.
A los 65 años de edad… ¡Ojalá pudiera platicarlo con mi padre!
I. LOS PADRES DEBILES.
1. Algunas personas nacieron para gobernar porque no les cuesta
trabajo; para ellos es algo natural. Para otros, les es muy difícil y
procuran evitarlo. Hay muchas situaciones en la vida en que uno no
puede elegir si quiere estar en una posición de gobernar o no, pero si
usted es padre o madre, usted está destinado a mandar, le agrade o
no.
2. Sus hijos pagarán las terribles consecuencias si no hay autoridad y
orden, basado en el amor en la familia. Consideremos brevemente las
causas, las consecuencias y el remedio de la debilidad de los padres.
A. Las Causas.
1. Falta de disciplina y flojera de los padres. Muchas veces como
padres se nos hace muy fácil por el momento ceder a las presiones y
voluntades de nuestros hijos.
2. Falta de entrega y compromiso con Dios.
Los poderes o autoridades que existen, incluyendo a los padres, son
ordenados por Dios; él que no vive bajo la autoridad de Dios en su
propia vida carece del secreto de la autoridad sobre los otros.
B. Las Consecuencias.
tiempo después. Por desgracia, algunas de las consecuencias no se
experimentarán hasta que sea muy tarde para corregirlos.
2. Puede que la flojera de los padres débiles, no se igual a los
resultados mañana, pero la pérdida del carácter de sus hijos, la
pérdida de la paz, la felicidad y en algunos casos la pérdida de su
alma, se tiene que segar lo que sembró. El obedecer a los padres es
honrar a Dios; el desobedecer le deshonra e implica perder su favor y
bendición
C. El Remedio.
1. Al hablar de las causas, mencionamos el remedio principal:
someterse a Dios y esperar su ayuda y su gracia. Los padres que son
débiles deben aceptar que es un deber impuesto por Dios el gobernar
a sus hijos. El no hacerlo es deshonrarle.
2. Luego, el padre débil necesita reconocer que el gobernar con
amor es un arte que puede ser aprendido. Porque recordemos
estamos formando vidas para la eternidad y para la gloria de Dios.
II. LA HERENCIA DE LOS PRIMEROS PADRES: ADAN Y
EVA.
“Un día, Caín invitó a su hermano Abel a dar un paseo, y cuando los
dos estaban ya en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo
mató” Gn. 4:8. “Esta es la lista de los descendientes de Adán.
Cuando Dios creó al hombre, lo hizo semejante a él; los creó varón y
mujer, y les dio su bendición. El día en que fueron creados, Dios
dijo: “Se llamarán hombres.” Adán tenía ciento treinta años cuando
nació su hijo, al que llamó Set, y que era semejante a él en todo” Gn.
5:1-3.
La Biblia nos enseña que el Señor creó al hombre a su semejanza,
conforme a su imagen; Adán después de su pecado, engendró hijos a
su semejanza, con su naturaleza pecaminosa.
A. Los hijos llevan la naturaleza de los padres.
1. Una de las características maravillosas de haber sido creado a la
imagen de Dios es que el hombre tiene la habilidad de procrear vida.
Cuando cayó en pecado está característica no fue eliminada, sino que
la imagen de Dios fue distorsionada en la raza humana, porque
nacemos con la tendencia hacia el pecado.
2. Notemos algo en Caín: el pecado de su padre Adán, no solo
reaparece, sino que se engrandece. Los dos mandamientos principales
de todo el tiempo son: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón… y a tu prójimo como a ti mismo.”
3. Adán violó el primero y su hijo violó los dos, llegando a ser el
primer homicida. Si Adán hubiera amado a Dios, Caín hubiera amado
a su hermano. El pecado del hijo fue el fruto del pecado de su padre.
4. El recordar que nuestros hijos heredaron una naturaleza
pecaminosa puede ayudarnos a tenerles paciencia. Al decir esto, es
importante aclarar que los niños nacen con una naturaleza
pecaminosa, no significa que lleven la culpa del pecado. No son
culpables hasta que lleguen a una edad cuando escogen pecar.
B. La raíz de todo pecado: egoísmo.
1. El egoísmo separa primeramente de Dios y luego de los demás.
Este pecado estaba en Caín, es la raíz de todos los problemas en
nuestros hijos. Una de las primeras palabras de un niño son: “Es mío”
y se le tiene que enseñar a compartir con otros.
*** Una mamá estaba enseñando a su pequeño hijo sobre “la regla de
oro” y terminó diciendo: “recuerda hijo, que estamos en este mundo
para ayudar a los demás.” Aquel niño lo pensó unos segundos y le
preguntó a su madre: “¿y para qué están aquí los demás?”
2. El egoísmo no es un problema único de los niños. ¡Cuántos adultos
son padres egoístas! Pensamos más en nuestras necesidades en vez
del bienestar del hijo, hemos caído en la trampa de ser un padre
egoísta.
3. Suele suceder que algunas mamás ven el matrimonio de su hijo
como una amenaza para su relación con él, por lo que ponen
pretextos para que no se case. Aún después del matrimonio, buscan
crear problemas entre el hijo y la nuera, en vez de desearles la
felicidad.
C. El remedio: padres que sigan a Dios.
Si no queremos que nuestros hijos sigan el ejemplo de Caín, quien
odió a su hermano, tenemos que volver a los mandamientos
principales: Amar a Dios de todo corazón y amar a nuestro prójimo
como a nosotros mismos. Cuando el Señor es el centro del hogar, su
amor fluirá del uno para el otro.
III. LA GRACIA DE DIOS SOBRE OTRO PADRE: NOE.
“Después el Señor le dijo a Noé: “Entre toda la gente de este
tiempo, solo tú vives de acuerdo con mi voluntad. Por lo tanto, entra
en el arca junto con tu familia” Gn. 7:1.
1. Noé fue un testimonio para futuras generaciones de que la fe de un
padre piadoso trae bendiciones no sólo para sí mismo sino para sus
hijos “Por fe, Noé, cuando Dios le advirtió que habían de pasar
cosas que todavía no podían verse, obedeció y construyó la barca
para salvar a su familia. Y por esa misma fe, Noé condenó a la gente
del mundo y fue heredero de la justicia que se obtiene por la fe”
Heb. 11:7.
2. Algo importante para notar: la relación entre padres e hijos, la cual
fue el medio en que los primeros padres (Adán y Eva), transmitieron
el poder del pecado, ahora a través de Noé, un hombre justo, llegó a
ser el vehículo para extender la gracia de Dios.
3. El Señor promete bendecir la descendencia (hijos) de los justos
“Al hombre que honra al Señor, él le muestra el camino que debe
seguir; lo rodea de bienestar y da a sus descendientes posesión del
país” Sal. 25:12-13; “Tarde o temprano, el malo será castigado;
Mas la descendencia de los justos será librada” Prov. 11:21.
4. No solo es una promesa, es además un mandato: “Entra tú y toda
tu casa en el arca.” Dios está diciendo a los padres: “Vive en el
arca, el lugar de protección espiritual, separado del mundo y tu hijo
querrá estar allí también.”
5. En Adán y su familia, notamos que los hijos sufrieron las
consecuencias de los pecados de los padres; a la vez, notamos que en
Noé y su familia, los hijos recibieron el beneficio de un padre que
obedeció a Dios.
IV. DIOS DESEA BENDECIR A FAMILIAS.
1. Dios prometió a Abraham bendecir a través de él a todas las
familias de la tierra “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te
maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la
tierra” Gn. 12:3.
2. José reconoció que a través del tiempo, tanto sus experiencias
negativas como positivas habían sido gracias a la mano de Dios,
quien los estaba usando como un instrumento de bendición y cuidado
para su familia “pero, por favor, no se aflijan ni se enojen con
ustedes mismos por haberme vendido, pues Dios me mandó antes
que a ustedes para salvar vidas. Ya van dos años de hambre en el
país, y todavía durante cinco años más no se cosechará nada,
aunque se siembre. Pero Dios me envió antes que a ustedes para
hacer que les queden descendientes sobre la tierra, y para salvarles
la vida de una manera extraordinaria. Así que fue Dios quien me
mandó a este lugar, y no ustedes; él me ha puesto como consejero
del faraón y amo de toda su casa, y como gobernador de todo
Egipto” Gn. 45:5-8.
3. Veamos algunos ejemplos de familia:
Cada uno de los hijos de Israel entró a Egipto con su familia Ex. 1:1.
Dios mandó al pueblo de Israel, en cuanto a la pascua, que tomarán
un cordero por familia Ex. 12:3-4.
El pueblo de Israel se agrupaba por familias.
La manera en que el pueblo marchaba era por familias Nm. 2:34
Josué declaró. “Yo y mi casa serviremos al Señor” Jos. 24:15.
Con confianza y fe, reclame la salvación, la protección y toda clase
de bendición para sus hijos.
“El Señor afirma que sí: “Al hombre fuerte le arrebatarán
lo conquistado, y al tirano le quitarán lo ganado. Yo me enfrentaré
con los que te buscan pleito; yo mismo salvaré a tus hijos” Is. 49:25.
“Cree en el Señor Jesús, y obtendrás la salvación tú y tu familia”
Hech. 16:31.
Conclusión.
1. Nunca ha sido fácil criar hijos para que lleguen a ser adultos
maduros y sanos que amen y sirvan a Dios, pero hoy día es aún más
difícil. Sin embrago, los padres que reconocen la grandeza de esta
responsabilidad y que buscan al Señor para obtener sabiduría y su
dirección, recibirán lo que piden.
2. En el último capítulo del libro de Malaquías, hay una promesa
hermosa que quiero compartirles: “Mas a vosotros los que teméis mi
nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación… yo
os envío el profeta Elías… El hará volver el corazón de los padres
hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres” Mal. 4:2,
5-6.
3. En estos días vemos que el Señor Jesucristo, a través de su iglesia,
está hablando a padres e hijos, llamándoles a restaurar relaciones
rotas, sanando heridas y volviendo sus corazones el uno hacia el otro.
4. Padre: eche mano de esta promesa y tenga fe de que el Padre
Perfecto, el Padre Celestial, le respaldará en su deseo de ser un buen
padre y que Él volverá el corazón de sus hijos hacia usted.