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Con el progreso del derecho, la justicia romana resolvió que el testador de todos modos
debía dejar algo al heredero forzoso, por un deber moral u (Officium pietatis) de su
parte; y sólo por causas muy restringidas podía desheredar a un descendiente o
ascendiente. Este deber moral se transformó posteriormente en un deber legal y ya en la
novela 115 de Justiniano, se enumeró expresamente las causales de desheredación. En
España, el fuero juzgo y el fuero real se ocuparon de la institución, estableciendo la
posibilidad de desheredar a los descendientes. La reglamentación culminó en las
partidas, siguiendo las tendencias del romano. La desheredación nace y existe, de
acuerdo con lo expuesto, como una consecuencia de la legítima. Dónde y cuándo hay
libertad de testar no se necesita. Las partidas disponían que el desheredado, por lo
menos, debería tener la edad de 10 años y medio y consideraban entre las causas de la
desheredación la de contraer matrimonio sin consentimiento paterno y el matrimonio
clandestino.
2.- Sólo el causante tiene derecho a desheredar a sus deseherederos forzosos, la cual
tendrá que disponerlo únicamente por testamento, debiendo señalarse con precisión la
causa legal en que se funda" Cas. Nº 322-98 Junín – Lima. 19-03-1998. Fernández
Arce, Cesar: Derecho de sucesiones. PUCP. Lima, 2003. T.II. P. 683 (La católica)
Para Zárate del Pino, la desheredación Para Zárate del Pino, la desheredación es el acto
jurídico por el cual el causante priva de la herencia a su heredero forzoso mediante
expresa disposición testamentaria y fundado en alguna de las causales de desheredación
predeterminadas por la ley También se la define como una declaración explícita de
voluntad testamentaria por la que se priva de la legítima o de su calidad de legitimario a
un heredero forzoso. (1999, p. 220)
Según una doctrina española las causas de desheredación acontecen por actos
indecorosos y despreciables, considerados por la ley merecedores de castigo, pero sólo
apreciables, in extremis, por constituir conductas que rozan los confines de la
criminalidad. (Peris Rivera, 2016, p .331)
Cabe resaltar que solo el causante puede imponer esta sanción, mediante testamento,
expresando la causa legal que la fundamenta. No es de orden público, no opera
automáticamente y depende de la voluntad exclusiva del testador. (Fernández Arce,
2019, p. 145)
c) Cabe el perdón, en cuyo caso queda rehabilitado el sancionado para poder heredar al
causante de cuya sucesión se trata.
La desheredación solo se refiere a los legitimarios; esto es, juega exclusivamente con
los herederos forzosos; en cambio, la indignidad se mueve a nivel de todo sucesor, sea
heredero forzoso o voluntario, e incluso legatarios; así mismo, al ser mas amplia la
cobertura de la indignidad, hace que esta institución se mueva tanto en la sucesión
testamentaria como en la intestada, mientras que la desheredación, y tal como ya quedó
señalado, solo tiene presencia en la sucesión testamentaria; y por último, la
desheredación debe fundarse en una causa anterior al testamento que ha de quedar
expresada en este, mientras que la indignidad basta que se funda en un hecho anterior a
la muerte del causante. (Aguilar Llanos, 2011, pp. 274-275)
b) La indignidad debe ser declarada por sentencia dentro de un juicio sobre exclusión de
la herencia por indignidad promovido contra el presunto indigno, mientras que la
desheredación puede hacerse valer solo mediante testamento con juicio previo o sin él.
d) La sentencia que declara la indignidad de una persona para heredar tiene efectos
irreversibles, mientras que la desheredación –con juicio previo o sin él– puede ser
revocada por el propio testador en forma expresa o tácita, pero siempre mediante
testamento o por escritura pública. (2019, pp. 73-74)