Proyecto Impacto Ambiental de La Industria Textil y Repercusiones A Nivel Mundial

Universidad Técnica Federico Santa María
Departamento de Ingeniería Química y Ambiental

Ingeniería Ambiental IQA-264 2020-1
Informe sobre Impacto ambiental de la

industria textil y repercusiones a nivel
mundial
"La tierra provee lo suficiente para saciar las necesidades de cada hombre, pero no la
avaricia de cada hombre" -Mahatma Gandhi
Alumnos: Gustavo Heredia, Cristian Perez, Carlos Alonso

Profesora: Andrea Lazo
Ayudante: Vania Olivares
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Resumen
Desde el inicio de la globalización la moda ha generado un impacto enorme en la sociedad.
Temporada, tendencia, nueva colección y la frase “ir a la moda” nos indica que es algo en
constante cambio, algo que puede llegar a no repetirse. Bajo la globalización, y de la mano
con la industrialización, muchos países han logrado mejorar su economía y de esa forma el
poder adquisitivo de las personas. A medida que más dinero se tiene, más necesidad de
compra se genera, la moda no escapa de ello y a través de esto es que su mercado ha crecido
enormemente desde hace más de un siglo.
Al analizar este sector productivo, se entiende que bajo un modelo lineal buscó generar,
utilizar y desechar sus productos, sin pensar en lo que esto implicaría para futuras
generaciones. Esto se ha mantenido por mucho tiempo, y es nuestra generación en la que
comenzamos a notar sus resultados. Malas prácticas, abusos de parte de la industria y daños
a nuestro planeta han traído como consecuencia un gasto que ni siquiera el dinero podría
tasar.
Es en este proyecto donde analizaremos como se ha repercutido en el medio ambiente a nivel
global y en especial como daña las principales zonas de manufactura. Esta zona es el sudeste
asiático, en países como Bangladesh, Tailandia, Indonesia y Camboya. Países que han
mantenido un crecimiento económico sostenido, bajo el costo de recursos naturales, humanos
y de dignidad.
Uno de los principales problemas presentes es la gran cantidad de agua utilizada en los
requerimientos de trabajo, y de la misma forma como sus desechos son vertidos a fuentes de
agua potable como los ecosistemas de ríos y océanos. Los gases que son liberados a la
atmósfera y los recurso naturales utilizados en la producción de telas sintéticas. Los químicos
acumulados en el suelo y por bioacumulación en las personas durante la producción de fibras
naturales, como lo son el uso de pesticidas en organismos modificados genéticamente (OGM)
han posicionado esta industria como una de las más contaminantes en el sector productivo.
Y si el daño medioambiental no fuera suficiente, las condiciones de sus trabajadores tampoco
dan abasto ante tanto abuso, extensas jornadas laborales, bajos sueldos y explotación infantil
son parte de la realidad tras lo que observamos en una vitrina.
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Introducción
El mundo como lo conocemos siempre se ha visto enfrentado a grandes cambios y desafíos.
Para ello, el ingenio humano ha desempeñado una labor fundamental, y gracias a éste se ha
logrado crear nuevas e innovadoras formas de vivir, las cuales están constantemente
reinventándose, ya que por naturaleza somos seres dinámicos y buscamos perfeccionarnos.
El desarrollo del pensamiento ha traído como resultado grandes inventos, avances en
tecnología y mejoras en la manera de suplir necesidades. A pesar de que estas tecnologías y
la cantidad de ideas parecieran no tener fin, los recursos de nuestro planeta sí lo tienen. Es
por ello que es importante conocer esta realidad y concientizar acerca del uso de los medios
que disponemos para generar cambios.
Para el año 1987, el informe Brundtland fue la primera vez que se planteó la idea de desarrollo
sostenible como “aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las
necesidades de las futuras generaciones”. Este informe fue desarrollado por la ex Primer
Ministra de Noruega Gro Harlem Brundtland, quien cuestionó el modelo de desarrollo
económico global existente reconociendo su costo ambiental y la forma en que podría afectar
a las futuras generaciones. (Imperatives, S. (1987). Report of the World Commission on
Environment and Development: Our common future. Accessed Feb, 10.)
Ahora, ¿cuál es la idea de desarrollo sostenible?. Primero debemos notar por qué se utiliza la
palabra desarrollo en vez de crecimiento, esto es por el hecho de que nuestros recursos son
limitados. Al hablar de crecimiento nos referimos a algo que pareciera no tener fin, sin
embargo el consumo de recursos puede llegar a un colapso global de proporciones
macroscópicas. Al referirse a Desarrollo, se entiende que es una práctica que se puede
mantener en el tiempo y con ello irla mejorando sin perjudicar nuestros recursos y los que
estarán por venir.
El desarrollo sostenible busca compatibilizar y lograr el equilibrio entre el ámbito
social, económico y ambiental o ecológico como se muestra en la figura 1: (Ver Ilustración
1)
Ilustración 1. Esquema de los tres pilares de desarrollo sostenible
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Bajo este concepto de sustentabilidad nace un modelo económico conocido como Economía
Circular, el cual busca hacer de procesos productivos, ciclos cerrados y con una escasa
generación de desechos. Por otra parte, el modelo que ha regido la industria por muchos años,
la Economía lineal, entiende el ciclo de vida de un bien simplemente como la producción de
este a través de materias primas, la vida útil que se le asigna y su posterior desecho; todo esto
con la finalidad de que el consumo se mantenga por medio de la compra y desecho constante.
Muchos de los hábitos que tenemos como sociedad son consecuencia de la visión popular
que tenemos de los bienes, los cuales por medio de esta concepción de economía lineal,
permiten que hagamos uso y desuso de ellos cuando se nos plazca. Tal es el caso del mercado
de la ropa, o más bien el de la moda, del cual somos testigos que día a día se ven en las calles
de nuestro país grandes carteles de las principales marcas de retail ofreciendo prendas bajo
el eslogan de “nueva temporada”. Este cartel, sin embargo, sólo durará un par de semanas
hasta que sea reemplazado por otro similar, haciendo notar que el tiempo de tendencia de las
prendas expuestas en vitrina ya acabo. Este fenómeno es conocido como el “fast fashion”,
término que define la masiva producción de ropa a bajo costo que posteriormente será
vendida por las marcas más grandes de retail en sus tiendas por todo el mundo. Esta ropa se
caracteriza por su corta vida útil y su gran cantidad de desperdicio tanto al no ser vendida
como por la calidad.
La industria textil es aquella que agrupa las actividades dedicadas a la fabricación y obtención
de fibras, hilado, tejido, tintado, y en su finalidad el acabado y confección de distintas
prendas. La elaboración de tejidos se remonta desde que el ser humano quiso fabricar prendas
que pudiera cubrir su cuerpo, nació como una necesidad. Sin embargo, desde mediados del
siglo XVIII comenzó a perfeccionarse a través de máquinas mecánicas y a través del
transcurso de los años se vio inmersa en un boom tecnológico, tanto en el trabajo de fibras
naturales como en la creación de nuevas fibras sintéticas y artificiales producidas a partir de
distintos procesos químicos.
A lo largo de los años, nuestro país también ha formado parte de esta industria textil, teniendo
un periodo de auge entre los años 50 y 60; sin embargo, entrada la década de los 90, la llegada
de importaciones de ropa fabricada en países asiáticos a un menor costo de producción dio
lugar a que muchas fábricas trabajadoras de algodón, lana y otros tejidos cerrarán, generando
así un declive de este mercado y quedando solo unas cuantas pequeñas empresas en el rubro.
Hoy en día existen agrupaciones de manufactureros que trabajan por encargos de tiendas para
confeccionar uniformes de trabajo o reparar prendas de vestir.
Desde una perspectiva internacional, posicionamos a países como China, India, Bangladesh,
Camboya e Indonesia como líderes indiscutibles de la industria textil y manufacturera,
teniendo diversas fábricas y talleres al interior de su territorio. Estos países son los principales
productores y confeccionadores de la ropa que venden las principales marcas de retail en el
mundo, las cuales regidas bajo el fenómeno del fast fashion venden gigantescas cantidades
de estas a muy bajo precio.
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Junto con los avances tecnológicos, el crecimiento económico del mercado de la moda ha
aumentado hasta cuatro veces respecto a los últimos 20 años. Un estudio estima que para el
2011 el comercio intra-Asia creció hasta los USD$180 billones, hacia el 2025 que tendrá un
valor de USD$350 billones. (Gabriel Farias, 2016)
Actualmente esta industria es considerada por la ONU como la segunda más contaminante a
nivel mundial, solamente superada por la industria petrolífera. (ONU, 2019) La
contaminación en términos numéricos es algo aberrante y sin lugar a dudas es algo de lo que
debemos preocuparnos como consumidores involucrados y como futuros ingenieros de
procesos (industriales). Sobrepasando el ámbito medioambiental, esta mega industria es la
detonante de vulnerabilidades de sus trabajadores, como pago de bajos salarios, precarias
condiciones laborales, explotación laboral infantil, entre otras.
La presencia de fábricas en estos países del bloque, genera una alta tasa de empleo capáz de
satisfacer la alta demanda de ropa, ya que existe una gran cantidad de trabajadores dedicados
exclusivamente a estos labores, sin embargo el pago de miserables salarios junto con las
precarias condiciones laborales, de salud y ambientales presentes, ha generado problemas
trascendentes a ámbitos sociales, económicos, ambientales y políticos, entre otros.
El trabajo infantil desde temprana edad es algo común en estas fábricas y talleres, estimando
que en el sur de India 250.000 niñas trabajan bajo el sistema Sumangali, práctica que consiste
en enviar a chicas jóvenes de familias pobres a trabajar en fábricas textiles durante un periodo
de 3 a 5 años, donde se recibe a cambio un salario base del cual parte se destinará a la dote
al momento de casarse. Irónicamente, Sumangali significa “mujer felizmente casada”. Cita
Inditex en uno de sus compromisos frente al abuso laboral del año 2016. (SUMANGALI, 2016)
En un artículo de la ONG SustainYourStyle, afirma que Uzbekistán, uno de los mayores

exportadores mundiales de algodón, destina cada año un millón de personas para recolectar
este producto, llegando incluso a sacar a niños del colegio para trabajar en la cosecha. Existen
también, en países como Bangladesh, jornadas laborales de 48 horas semanales y en
ocasiones de hasta 40 horas extra de trabajo. Estas personas se ven expuestas directamente a
la contaminación emitida, y reciben sueldos que rozan la barrera de los USD$67 mensuales,
generando así un abuso de parte del empleador ya que no existe medidas que regulen el
desarrollo industrial de la producción y/o leyes de salubridad ambiental. (Style, s.f.)Estos
trabajadores son quienes ven de primera fuente el impacto en la vida del humano y el medio
ambiente el trabajo de la industria.
La moda es el segundo consumidor de agua a nivel mundial , genera un 20% de las aguas
residuales y libera un millón y medio toneladas de microfibras sintéticas al océano cada año.
Responsable del 10% de las emisiones globales de carbono, más que el transporte marítimo
y vuelos internacionales combinados. Responsable en la contaminación de ríos, lagos y
océanos por desechos químicos. Sólo China descarga 2.5 billones de litros en aguas
residuales y se conoce la frase “Los ríos de China tienen el color de la próxima tendencia”.
(Documental “Ciudades textiles en la sombra de la contaminación”, Greenpeace, 2013)
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La contaminación del suelo es muchas veces imperceptible, sin embargo estudios demuestran
cómo nos afecta en la realidad. Entre las principales materias primas producidas encontramos
el algodón, una fibra de orígen natural que en muchos países es el cultivo más importante
debido a su uso textil como su uso alimenticio. Su producción y comercialización genera
alrededor de unos 350 millones de empleos en el mundo. Las plantaciones de algodón
representan un 2,5% de la superficie total de riego y presenta alto índice de uso de pesticidas
y fertilizantes, los cuales puede llegar a permeabilizar el suelo y muchas veces volverlo
infértil para futuras plantaciones. (link)
Datos entregados por el NPIC (National Pesticide Information Center), recomienda tener
cuidado al utilizar ciertos pesticidas en suelos arenosos, ya que estos pueden llegar a aguas
subterráneas y dañar el entorno. Los plaguicidas, capaces de dañar ecosistemas y poner en
peligro crónico la salud humana, son conocidos como HHP. Los más conocidos, por los
problemas a la salud que generan, son: El glifosato, que es considerado como posible
cancerígeno, el glufosinato y fungicidas como el coproconazol de Corteva, que se han
clasificado como perjudiciales para los fetos, fertilidad y la función sexual humana, y los
neocotinoides, la principal amenaza para las abejas del mundo. Éste último es muy usado en
Brasil debido a su producción.
El poliéster se ha introducido en el mercado de una forma rápida y cómoda, su variante más

conocida es el PET que se ha posicionado como la fibra sintética más común a nivel mundial
así como otros usos que se le han dado debido a su bajo costo económico y su alta
versatilidad. Su uso desde 1980 a 2007 se incrementó de 5.8 a 34 millones de toneladas,
según un estudio de Tecnon Orbichem, y se espera que para el 2025 su producción será de
99.8 millones de toneladas. EL PET es elaborado a través de procesos químicos del petróleo,
los cuales generan bastos residuos dañinos para el medio ambiente, así como microplásticos
no biodegradables que perduran por mucho tiempo en el planeta y que llegan a depositarse
en los océanos. Según el World Resources Institute, el 2015 se generaron 1.5 trillones de
libras cúbicas de gases de invernadero. Nuevas tecnologías han permitido reciclar este
material, entre las cuales encontramos el poliéster reciclado, que utiliza un 75% menos de
petróleo que el original, el cual nos permite aprovechar las ventajas de este material sin
necesidad de generar más contaminación (Rozas, Tóxicos textiles: El poliéster en la moda y
sus efectos, 2017)
Entonces, ¿Hasta qué punto se quiere llegar?, se debe realizar un cambio más efectivo en la
forma en que la industria textil se está desarrollando, se tiene que transformar en una industria
sustentable y amigable con el medioambiente. Sin embargo, todo esto no servirá de nada si
no se cambia la legislación laboral en los países exportadores del textil, la logística de las
empresas y el concepto de economía lineal a economía circular.
Desde el lamentable hecho ocurrido en el Rana plaza en Bangladesh, ha salido a la luz la idea
de concientizar a las personas sobre el orígen de su vestimenta, organizaciones como Fashion
Revolution, Greenpeace, Sustain Your Style, entre otras, han querido visibilizar estos
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problemas y están pidiendo el compromiso de las marcas con evitar las malas prácticas en la
fabricación de sus textiles.
Acuerdos como el compromiso Detox creado el 2011 por Greenpeace con grandes marcas
para reducir y eliminar la utilización de químicos potencialmente dañinos para las personas
y el medio ambiente. Este acuerdo involucró marcas de retail en donde se encontraron
químicos dañinos para el medio ambiente y el ser humano, estos contaminantes no son
biodegradables, pero sí bioacumulativos, por lo que se acumulan en los individuos mediante
las cadenas trófica hasta llegar al consumo humano.
Sumándose a lo anterior, otro estudio realizado por esta ONG en uno de los ríos de Indonesia
cercano a fábricas textiles donde el año 2013 se encontraron químicos volátiles y cantidades
elevadas de metales pesados en sus aguas.
Gracias a intervenciones como la de Greenpeace, marcas involucradas en el mercado de la

moda puede cambiar su imagen, generando así un compromiso con un futuro sustentable y
evitar dañar más el ecosistema, mediante propuestas de desarrollo que permitan disminuir la
cantidad de emisiones dañinas a través de los años.
Así como H&M, Zara, Prada y Levi’s, hay marcas que se comprometieron a reinventar su
ciclo de producción a través de materiales reciclados, y mediante innovación en energía
renovable aumentar la fiscalización en sus fábricas de subcontrato, pudiendo así evitar
futuros abusos laborales y garantizar la obtención de materia prima ecológica
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Desarrollo
Desde una perspectiva global, la industria textil concentra los mayores centros de producción
en países de Medio Oriente y Asia, entre los cuales se encuentra China, Bangladesh,
Camboya, India y Vietnam. Países pobres que son verdaderos centros de explotación laboral
y abuso tanto para niños y adultos, ya que debido a factores como la gigantesca demanda de
textiles, precarios sueldos, pésimas condiciones laborales, de salud y de vida y la carencia de
una apropiada legislación laboral, es posible que los empleadores tengan el control sobre los
empleados y se den estos lamentables hechos.
El trabajo y explotación infantil es algo recurrente, ya que generalmente al ser familias

numerosas y no alcanzarles el sueldo a los adultos para poder mantenerlas, se hace necesario
el trabajo de los pequeños. Un estudio realizado el 2015 por The Hidden Workforce, de la
ONG Save the Children, estima que para ese año más de 8 mil niños trabajaban en la industria
textil sólo en Delhi, capital de la India, siendo el 70% niñas. El consejero delegado de Save
the Children, Thomas Chandy, explicó que para llevar a cabo el estudio se analizaron 14
fábricas en 5 distritos de Delhi, teniendo la ciudad un total de 11. (de la Niñez, E. D. P.
(2013). Save the Children.)
Según datos de Educo, una ONG que desarrolla proyectos contra el trabajo infantil en
Bangladesh, calcula que de los más de 200 millones de niños entre 5 y 17 años que trabajan
en el mundo, dato entregado por la Organización Internacional del Trabajo (OLI), en
Bangladesh lo hacen 7,4 millones, lo que supone cerca del 18% de la población infantil del
país. Una cifra altísima, pero que debido a las condiciones económica y sociales del país se
ve invisibilizada. (Educo, 2015)
Para el año 2013 sucedió uno de los hechos más lamentables para esta explotadora industrial
en Bangladesh, a las afueras de Dhaka el 24 de abril del 2013 se derrumbó uno de los centros
de producción textil llamado “Rana Plaza”, dejando un total de 1138 muertos y cerca de 2500
heridos. Cabe mencionar que el día anterior al suceso, los trabajadores de las fábricas del
lugar informaron la aparición de grietas en las paredes a los supervisores, sin embargo, estos
no dieron importancia y solicitaron que volvieran a trabajar el día siguiente declarando que
el edificio era seguro.
Pese a este suceso y gracias a la conformación de sindicatos laborales los cuales han venido
luchando día a día para exigir que se hagan valer sus derechos como obreros, se han
obtenido mejoras como el aumento de las medidas fiscalizadoras por parte del gobierno en
las fábricas y talleres, la clausura de fábricas por falta de seguridad mínima laboral y el
aumento del salario mínimo. Según la pagina Council on Foreing Relations, después de que
sucediera este terrible accidente, el salario minimo en Bangladesh alcanzó los 5300 taka, el
equivalente a 68 dolares al mes. Sin embargo, antes de esto era casi la mitad. (O'Neil, 2017)
Sin embargo, si bien se consiguieron aumentar las medidas fiscalizadoras, la explotación, el
abuso y las malas condiciones laborales siguen estando presentes.
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La elevada producción textil de estas fábricas se origina por la constante demanda de marcas
“low cost” relacionadas con la ropa y los accesorios, como H&M, Zara, Forever 21, GAP,
entre otras. Estas marcas se caracterizan por vender bajo el fenómeno del “fast fashion”, el
cual según la página Contreebute es definido por “Se entiende moda rápida como el
fenómeno por el cual se introducen colecciones de ropa que siguen las últimas tendencias de
la moda y que han sido diseñadas y fabricadas de forma acelerada y a bajo costo. Así, la
industria le ofrece al consumidor la posibilidad de acceder a prendas novedosas a precios
asequibles y de forma continua, con cerca de 50 colecciones al año -distinto a las
tradicionales colecciones anuales de primavera/verano y otoño/invierno-.” (Mira, 2018)
Para generar ganancias en este negocio, en el cual se vende barato y se renueva

constantemente, las marcas disminuyan gastos. Es por esto que en vez de producir su
mercadería en el país de origen o relativamente cerca, deciden viajar a países donde la mano
de obra sea barata y donde exista una legislación laboral flexible que permita no tener
inconvenientes en la producción. Sin embargo, estos lugares son generalmente donde existen
las peores condiciones laborales y donde se generan constantemente abusos y explotación de
toda índole.
Según la revista Cambio16, para el año 2019 la industria de la moda generó 2,4 billones de
dólares en ganancias mediante la comercialización y distribución de 80 mil millones de
prendas vendidas en todo el mundo, las cuales fueron producidas por 75 millones de
personas empleadas en este rubro, de las cuales ¾ son mujeres. Ahora bien, para ese año la
industria perdió 500 mil millones de dólares por la falta de reciclaje y por ropa que se tiró a
la basura sin ser vendida. (Lobo, 2019)
Tal es el caso de la marca de lujo Burberry, la cual para no perder su exclusividad decide
quemar la ropa que no se vende durante la temporada en que es ofertada, antes de venderla
por medio de rebajas o simplemente reciclar. Esta actividad realizada durante 5 años suma
hasta el año 2018 el valor de 100 millones de euros en productos. Ahora bien, no son pocas
las marcas, tanto lujosas como no, que deciden hacer la misma acción, ya que muchas veces
el espacio que conlleva almacenar tal cantidad de ropa no vendida o con desperfectos es poco.
(Muñoz, 2018)
Cifras alarmantes que tendrian relacion con un estudio realizado por Greenpeace el mismo
año, el cual detalla que en promedio cada ciudadano consume un 60% más ropa que hace 15
años y una prenda se utiliza tan solo 10 veces antes de ser desechada. (Greenpeace, Black
Friday: Greenpeace pide tiempo muerto para la moda rápida, 2016). Según la revista
Surferule “cada año Estados Unidos se deshace de 15 millones de toneladas de ropa que
terminan en los vertederos o en el fondo del mar convertida en microplásticos” (Sureferrule,
2019)
Los problemas que conlleva esta industria no son pocos, las fibras hechas de plástico, el mal
reciclaje de las prendas, el consumismo desmesurado que genera y métodos de fabricación
poco sostenibles son solo algunos de los ejes a considerar. La contaminación que genera
involucra desde los materiales que se utilizan para su producción hasta la cantidad de
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vestimenta que se desecha, la cual muchas veces ni siquiera es usada. Sin embargo este ruta
de contaminación no termina aquí, ya que luego de ser desechada la ropa y dejada en
vertederos o en lugares públicos; esta comienza a rasgarse quedando finalmente pequeños
micro plásticos tanto en cuerpos de agua (mar, ríos, lagos, etc) como en via terrestre,
permitiendo así su ingreso en la cadena alimenticia de los animales.
Según Sara del Río, portavoz de Greenpeace España “Como los materiales sintéticos
normalmente no pueden ser digeridos eficazmente por organismos vivos, permanecen en el
ecosistema durante siglos. Este problema lejos de controlarse está aumentando acompañado
de la creciente producción textil y del aumento del uso de materiales sintéticos, como el
poliéster”. (Rozas, Tóxicos textiles: Lo que esconden tus prendas de ropa, 2017)
Según la página Agricultura “El poliéster es la fibra más utilizada para fabricar ropa, de
acuerdo a datos de un informe publicado en la BBC se utilizan 70 millones de barriles de
petróleo cada año para el proceso de confección, y posteriormente la fibra tarda 200 años en
descomponerse. La materia prima del rayón, viscosa o lyocell (tencel) es la celulosa, lo que
conlleva a la tala de 70 millones de árboles cada año. La producción de algodón, por su parte,
utiliza el 24% de todos los insecticidas usados en el mundo y el 11% de todos los pesticidas,
contaminan los suelos y el agua.” (Echeverría, 2017)
Sumado a esto, de acuerdo con la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo

(UNCTAD) la moda es el segundo consumidor de agua a nivel mundial, genera alrededor de
20% de las aguas residuales y libera medio millón de toneladas de microfibras sintéticas al
océano cada año. (ONU, 2019)
Respecto al consumo de agua, según las Naciones Unidas (ONU) para hacer un pantalon de
tipo jean, se necesitan 3781 litros de agua, entre la producción de algodón, fabricación,
transporte y lavado. A su vez, en este mismo proceso se emiten 33,4 kg de carbono, lo cual
es equivalente a conducir 111 km o ver 246 horas de televisión en una pantalla grande.
(ambiente, 2018)
Esto se corroboró en un estudio realizado por la Agencia Francesa para el Medio Ambiente
(ADEME), la cual estudió el proceso de confección de un par de jeans fabricados con
mezclilla de 666 g con un metro y medio cuadrado de tela, que contaba con un ciclo de vida
de 4 años. Producir el tejido del pantalón requiere 8000 litros de agua, para fabricarlo se
utilizan 2000 litros más, lo que implica 13 kg de emisiones de CO2, más 10kg de colorantes
y químicos que se liberan de manera incontrolada al medio ambiente. Algunos permanecen
mucho tiempo en el aire como el reactivo Blue 19 que puede permanecer más de 46 años.
Para el efecto desgastado se emplea medio kg de sustancias químicas, casi siempre cloro,
solamente en su elaboración. Sumado a esto, en su ciclo de vida el jeans consumirá 1500
litros de agua en lavados, que corresponden a 19 kg más de CO2 emitidos. (ADEME, 2006)
El algodón es una de las materias primas mas importantes de la industria, este material
producido en tierra por medio de la agricultura pertenece a uno de los cuatro princiapales
cultivos OGM(Organismos geneticamente modificados). Se estima que cerca del 95% del
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total de producción mundial es del tipo OGM y/o no se cultiva de manera sostenible.
(PortalFruticola.com, 2018) Sin embargo el uso de insecticidas y fertilizantes causan un gran
daño al suelo de cultivo, pudiendo llegar a dejarlo infertil. Muchas veces este material se
combina de tejidos sintéticos, durante su vida útil y a través de los lavados, estos tejidos
sintéticos se separan de la prenda en forma de microfibras que llegan directamente a afluentes
de agua.
Según un informe de Carbon Trust, publicado en la revista Surferrule, China es el principal

emisor de CO2 dentro de la industria textil, esto debido a que es el mayor productor de ropa,
esto se puede ver reflejado en la siguiente ilustración. Peters, G., Svanström, M., Roos, S.,
Sandin, G., & Zamani, B. (2015). Carbon footprints in the textile industry. In Handbook of
life cycle assessment (LCA) of textiles and clothing (pp. 3-30). Woodhead Publishing. (Ver
Ilustración 1)
Ilustración 2. Flujo de emisiones de CO2 según la producción y exportación de ropa
Tanto particulares como distintas cadenas de información han retratado las consecuencias
medioambientales de estas contaminadora industria. Documentales que han salido a la luz
como “River Blue” y “The True Cost” han servido para haer llegar esta realidad al espectador
y concientizar sobre lo que consumimos. A su vez activistas medioambientales también se
suman a esta causa y mediante viajes a estos países permiten reflejar las lamentables
condiciones de vida de la gente y como se ha ido contaminando la flora y fauna del lugar.
Justamente en el documental “River Blue”, realizado debido a una imagen de la NASA del
río Perla en China que reflejaba cómo había cambiado la coloración de éste desde un color
transparente a un azul oscuro debido a que la región en que se encuentra el rio es donde más
se fabrican vaqueros azules en el mundo. Por lo que los tintes que utilizan para teñir la prenda
son vertidos al desagüe de las fábricas y talleres que posteriormente desembocan en el río.
Este documental nos revela que los niveles de plomo que contienen las prendas son de más
de 10.000 [ppm], siendo 300[ppm] el máximo permitido. Cabe mencionar que los
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trabajadores que se exponen diariamente a estos contaminantes, prácticamente ninguno

cuenta con medidas adecuadas de protección, por lo que esta expocisión constante afecta
directamente a su salud.
Según explica Sara del Río, portavoz de Greenpeace España, “Algunas de estas sustancias
pueden ser peligrosas, liberarse al entorno a través de la producción, consumo y desecho de
los tejidos y tener efectos sobre el medio ambiente y la salud de las personas. Entre las
sustancias químicas peligrosas que se pueden encontrar en la producción textil están algunos
metales pesados, los alquilfenoles (usados durante el lavado y teñido), los ftalatos (vinculado
al uso del PVC por ejemplo en estampados) o las sustancias perfluoradas (en los tratamientos
finales como anti-manchas o impermeabilizante).” (Rozas, Tóxicos textiles: Lo que esconden
tus prendas de ropa, 2017)
A su vez, Karen Hausel científica medioambiental, técnico de materiales peligrosos y

creadora de Sustainable Daisy especifica además que “tóxicos como el cromo VI (también
conocido como cromo hexavalente, reconocido cancerígeno) se utilizan concretamente en el
curtido de cuero; el formaldehído, por su parte, se usa para conseguir resistencia a las arrugas,
y las aminas, funcionan como compuestos de azo para ayudar a hacer tintes super brillantes
y coloridos.” (Rozas, Tóxicos textiles: Lo que esconden tus prendas de ropa, 2017)
La reconocida ONG ambientalista Greenpeace, no se ha quedado de brazos cruzados. Esta

misma a estado contribuyendo con grandes propuestas a la desintoxicación del sector textil,
con el propósito de disminuir significativamente las sustancias perjudiciales en los productos
de estas empresas, por consiguiente, esto permitiría mejorar la salud del mundo y de las
personas que lo habitan. Es por esto que crearían la campaña Detox en el 2011. Para ello se
iniciaron conversaciones con numerosas empresas del sector cuyos proveedores se
encuentran en países como China, Bangladesh, Indonesia, India y Vietnam; y se les solicitó
a estas empresas que pidieran a sus proveedores dejar de usar productos tóxicos lo antes
posible. Empresas como C&A, H&M o Marks & Spencer y, más recientemente Zara y
Mango, se comprometieron con esta campaña, como también, Puma, Nike y Adidas. Ahora
bien, Greenpeace entiende que el cambio es algo que debe darse en todas las empresas del
mundo, por lo que será vital que muchas de las cuales aun no dan el salto lo hagan.
Las marcas que firman el compromiso Detox de Greenpeace deben implementar medidas
preventivas para el uso de las sustancias químicas, estableciendo objetivos para eliminar las
sustancias químicas peligrosas de la fabricación.
Los elementos claves de este compromiso son:
 La gestión de sus sustancias químicas: Esto quiere decir, que las empresas deben
establecer un listado de las sustancias restringidas en la fabricación de sus productos.
En un principio se establecieron 11 grupos de contaminantes que pueden encontrar
en el documento oficial de Detox. Se especifican seis de estos grupos en la siguiente
tabla (Greenpeace, Los grupos de sustancias químicas peligrosas, ejemplos de usoy
riesgos) (Ver tabla 1)
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Tabla 1. Los grupos de sustancias químicas peligrosas, ejemplos de uso y riesgos
 La transparencia en el resultado de los análisis de aguas residuales

 La eliminación y sustitución de alquilfenoles etoxilados, compuestos perfluorados y
polifluorados.
Según el sitio web de Greenpeace, ”El grupo español Inditex, el mayor del sector textil a
nivel mundial, afirma que vende 850 millones de prendas todos los años, que son
confeccionadas en miles de talleres diferentes, y lo hace a una velocidad vertiginosa. Desde
que un diseño se perfila en la central de Arteixo (A Coruña) hasta que llega a los escaparates
pueden haber pasado solo dos semanas, algo que hace unos años llevaba meses. Este sistema
de generar colecciones continuamente al margen de las estaciones del año se ha extendido
entre las marcas de “moda rápida”, lo que ha contribuido a engordar el problema”.
(Greenpeace, Detox. La campaña para "descontaminar" la moda, 2012)
Es en parte por esto que se definió en conjunto con las empresas que el 2020 sería el año
clave para observar avances y concluir si Detox ha sido un beneficio global. Por lo que las
empresas se comprometieron a ser más conscientes y “limpios” en sus colecciones de
prendas, pero también a quitar ese estigma de que la industria de la moda esconde un lado
oculto y oscuro.
Mientras pasa el tiempo el mensaje de la campaña Detox ha experimentado un cambio. Ya

no solo se centra en el contenido del producto final, sino que ahora se le toma importancia a
lo que sucede en la cadena de suministro, en especial en los procesos industriales húmedos,
que son generalmente los más contaminantes para el medioambiente.
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Un estudio de Greenpeace el año 2013, puso el ojo en las aguas del río Citarum, en Indonesia,
debido a que en los alrededores de este, mayormente en la cuenca, se encontraban la mayoría
de los pequeños productores que trabajan para PT Gistex Group. Estos estarían operando o
trabajando tejidos de poliéster; ya sea, en teñido, impresión o refinado de este material. Se
generaron sospechas de que esta agrupación estaría arrojando una gran cantidad de metales
pesados y químicos orgánicos volátiles (COV) al río. También se tomaron muestras de los
residuos que arrojaba PT Kahatex, una empresa asociada, que también estaba involucrada en
el vertido de productos químicos perfluorados (PFC) al río Cikijing, que se uniría con el río
Citarum.
Se tomaron muestras en diferentes cantidades y días, desde el desagüe de PT Gistex hasta el

río Citarum, y también desde el desagüe de PT Kahatex hasta el río Cikijing. Estas muestras
arrojaron las siguientes concentraciones de metales filtrados y no filtrados. (Ver tabla 2)
(Brigden, K., Labunska, I., Santillo, D., Wang, M., & Johnston, P. (2013). Organic chemical
and heavy metal contaminants in wastewaters discharged from two textile manufacturing
facilities in Indonesia. Greenpeace: Amsterdam, The Netherlands.)
Tabla 2.Concentración de metales en ríos de Indonesia.
Posteriormente se concluyó que en la muestra de PT Gistex estaban presentes una alta gama
de productos químicos con propiedades tóxicas para la vida acuática, también se descubrió
que eran persistentes y bioacumulables. Se encontró presencia de Nonilfenol, un
contaminante conocido y disruptor hormonal, y también etoxilatos de nonilfenol que se
utilizan como detergentes y tensioactivos en la fabricación y lavado de textiles. El
14
tributilfosfato también estaba presente, este también es persistente y dañino para la vida
acuática. Se encontraron una serie de sustancias similares a estas, pero que por la escasez de
avances científicos de estos químicos en esta época, no se pudo establecer con seguridad que
tan tóxicos serían. Por último, se encontraron altas concentraciones de Antimonio en las
muestras.
En PT Kahatex, se encontraron menores cantidades de estas sustancias dañinas, pero se

encontraron con que habían concentraciones moderadamente elevadas de Cromo.
Si bien estas muestras que se tomaron no son representativas de toda Indonesia, sirven para
tomar acciones en este asunto y reducir en su mayoría estos contaminantes que impactan en
el ecosistema de Indonesia.
15
Conclusión
Las lamentables condiciones bajo las que se rige este mercado no son fáciles de cambiar.
Como sabemos, la tendencia mundial por el consumo muchas veces compulsivo que genera
esta industria, gatilla en la oportunidad de las marcas de aumentar los niveles de producción
de su mercadería dia tras dia. Esto conlleva finalmente en un aumento en la cantidad de
trabajo de producción, para que sea posible mantener los pedidos de prendas realizados
generalmente por marcas occidentales.
A lo largo de los años, se ha creado un escenario donde la industria textil toma fuerza, sin
embargo, si continúan estos niveles de producción tarde o temprano llegará un momento
donde el planeta no dará a basto para generar los recursos naturales necesarios para
confeccionar los textiles, ni tampoco para albergar los residuos que se generan.
Estadísticamente los países pobres son a los cuales mas les afecta estas negativas
consecuencias sin tener la posibilidad de poder hacer algo al respecto ya que no cuentan con
el poder económico para ello. Países como India, Bangladesh, Indonesia, Camboya, Vietnam
y China son algunos de los que presentan las dos caras de la moneda, siendo por una parte
los principales productores y manufactureros en este rubro, pero por otro lado son los más
afectados por la contaminación, nivel de vida de los trabajadores y abusos por las nulas
legislaciones laborales existentes, entre otros.
Se han contaminado ecosistemas que han demorado años en formarse, gente ha enfermado o
nacido con problemas de salud debido a la exposición de contaminantes a los que se
encuentran, a lo largo de los últimos años se ha visto cómo ha disminuido la cantidad de
recursos naturales con que cuenta el planeta año tras año, en fin muchas de estas realidades
son resultado de pequeñas decisiones que hemos tomado a la hora de elegir como
satisfacernos, por lo que es vital crear conciencia de esta situación y reflexionar respecto a
las decisiones que estamos tomando como consumidores.
¿Entonces, este sistema maquiavélico se quedará sin importar lo que hagamos para frenarlo?
No. La evolución del pensamiento del ser humano es tan real como los ríos azules de India.
Agrupaciones de personas que están preocupadas por esta realidad existen y crecen con
fuerza en los últimos años, organizaciones como Greenpeace, World Wildlife Fund, Save
The Children, entre otras, están comprometidas para combatir y frenar esta situación. Una
gran acción de estas organizaciones es la campaña Detox de Greenpeace, que ha logrado que
varias empresas grandes de la industria de la moda se comprometan con este cambio de
razonamiento, y con la transformación de la industria a una sustentable y amigable con el
ecosistema.
Por otra parte dia a dia surgen marcas que promueven valores ecológicos y sostenibles dentro
de su producción, si bien hoy son pocas y no son las que predominan en el mercado, de a
aquí a unos años más si se concientiza a la población, de a poco irán surgiendo como grandes
referentes.
Estas acciones se reflejarán en un futuro próximo en las nuevas generaciones, instruidas con
este nuevo pensamiento de desarrollo sustentable en esta industria de la moda que
difícilmente escapará del día a día. Este cambio solo servirá si se aplica para toda nuestra
cotidianeidad.
16
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18
Indice de Ilustración
Ilustración 1. Esquema de los tres pilares de desarrollo sostenible ........................................ 3
Ilustración 2. Flujo de emisiones de CO2 según la producción y exportación de ropa........ 11
Indice de Tablas
Tabla 1. Los grupos de sustancias químicas peligrosas, ejemplos de uso y riesgos ............ 13
Tabla 2.Concentración de metales en ríos de Indonesia. ...................................................... 14
19

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