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Jareth
Se mantuvo erguido a la entrada de la cueva. Su capa estaba un poco hacia los lados y
su capucha estaba bajada, lo que le daba una vista clara de su rostro y rasgos.
Pestañas largas, cejas no demasiado pobladas, ojos verdes que brillan, nariz recta y
puntiaguda, labios finos, pómulos altos y cuello largo. Se veía celestial, simplemente,
era guapo.
Llevaba un pantalón negro, botas marrones de cuero hasta la rodilla y una camisa de
manga larga de color gris.
Tenía sus flechas atrapadas bien en su espalda con un cinturón marrón cruzado.
Llevaba un liguero marrón en la cintura, a los lados tenía su espada y una daga. En su
mano derecha sostenía una calabaza verde de agua.
Tan pronto como entró en la cueva, sus ojos se posaron en la gran bestia blanca tigre-
pheonix y luego se dirigieron hacia donde Astrid estaba sentada en el suelo.
–¡Jareth!–
–¡Astrid!–Todavía no podía creer lo que veía en sus ojos, mientras estaba aturdido y
Astrid no apartó la mirada de él.
Siguieron mirándose el uno al otro, sin que nadie dijera nada más, como si sus ojos
fueran los que hablaran.
**********
Recogí algunas frutas para ella, tres manzanas y algunas bayas comestibles, todo
envuelto en un paño en mi otra mano.
Tan pronto como entré en la cueva, noté que la gran bestia blanca tigre-pheonix
había dejado su posición original. Fruncí el ceño y mi mirada se arrastró hasta donde
estaba mirando y aterrizó en ella.
Astrid!
¡Auge! ¡Auge!
Sin embargo, esta vez, no se despertó ni un poco y durmió durante cuatro días
seguidos, solo para que se levantara y se derrumbara en mis manos cuando trató de
recordar lo que había sucedido ese día.
Antes de que pudiera hacer nada, ella fue más rápida, estiró su mano izquierda y
suspendió la calabaza de agua con su magia.
Lentamente, aparté los ojos de ella y agarré la calabaza de agua. Retiró la mano y la
colocó de nuevo sobre la pequeña bestia blanca tigre-pheonix.
–¡Jareth!–Su voz llegó tranquila pero fuerte, como si transmitiera un mensaje más
que solo mi nombre.
No dijimos nada más, solo nos miramos como si nuestros ojos transmitieran el
mensaje.
Sus ojos habían regresado a su color negro habitual que parecía ahogarte y
succionarte en la oscuridad eterna si uno miraba demasiado. profundo.
Me gustó, pero me encantaron más los zafiros naranja y los azules. En sus ojos, podía
ver y sentir que anhelaba y anhelaba algo, pero ¿qué?
No estaba seguro, de repente me sentí tan atraído por eso y supe que mis ojos
seguían igual en sus profundidades. Podía sentirlo, un ligero dolor en mi corazón.
¿Por qué anhelaría y anhelaría? Nunca me había sentido así antes, deseaba
protegerla y abrazarla.
Ninguno de los dos actuó en base a estos supuestos sentimientos. Todavía nos
miramos el uno al otro y encontré mi voz perdida y finalmente abrí la boca.
Mi corazón y mi interior ahora se sentían libres, aunque era gracioso, las cosas que
había hecho y en las que me convertí desde que la conocí, no eran lo que hice antes.
Me estaba perdiendo el control por culpa de una chica que conocí hace un par de
días. Uno que seguiría su camino por separado en cuestión de días. Uno del que
apenas sabía nada y otro no era humano sino hechicera.
Me recuperé y caminé hacia donde ella estaba sentada, enmascarando lo que fuera
que había sentido y volví a mi frío y distante yo.
Debió haberla dolido, porque vi sus cejas fruncirse al más mínimo y una lágrima que
adornaba sus bolas de ojos desaparecía justo después de que parpadeara.
Era como si, pasara lo que pasara, la comunicación desconocida con nuestros ojos
nunca sucedió.
–¿Cómo te sientes?–Me incliné a su nivel y examiné su cuerpo con los ojos.
–Mejor.–
Eso fue todo lo que dijo, me sentí un poco mal, dolido para ser precisos. Supongo que
esperaba más, su yo nervioso, bueno, ¿quién era yo para esperar eso cuando no
mostraba ningún tipo de cuidado?
De todos modos era mejor así. No puedo empezar a tener sentimientos ahora,
¿verdad?
Suspiré y me acuclillé cerca de ella, ella no se inmutó ni batió sus párpados, solo me
miró con la cara en blanco. Sin emoción alguna, esta fue la primera vez que la vi de
esta manera.
Sin embargo, me encogí de hombros y dejé caer la tela que contenía las frutas junto a
ella.
–Aquí, debes estar hambrienta y sedienta, recogí algunas frutas para ti–Dejé caer la
calabaza cerca de ella también, con cuidado para que no se rompa.
–Gracias.–
Mi corazón latía rápidamente, miré a mi lado y vi que ella me estaba mirando. Esto
no fue bueno, no puedo ser ... In, out, in, out, respiré hondo y estabilicé mi corazón
enfurecido.
**********
Tan pronto como Jareth se sentó, Astrid le dio dos minutos de descanso antes de
lanzarle su pregunta.
Debido a lo sensible que era su oído, podía escuchar los latidos de su corazón
mientras golpeaba en su pecho.
Él no se movió ni dijo nada, solo la miró por un minuto. –¿Por qué su corazón late
rápido y fuerte? Es casi como antes, pero sé que esto es diferente–pensó.
–Tuve que cubrir nuestro rastro, los soldados están por todas partes buscándote. No
sé por qué,
–Me aseguré de que no hubiera huellas aquí, tuve la suerte de haberlas notado
cuando fui a buscar agua al río por el oeste–.
–Deberías saber que a Jareth le importa, tenías que haberlo visto cuando colapsaste,
sus manos temblaban, sus ojos se sentían perdidos, no sabía qué hacer. Por mucho
que trató de ocultarlo, pude sentir su preocupación. –
–¿De Verdad?–
–¡Qué! De ninguna manera, lo veo como un buen amigo, solo lo conocemos desde
hace un par de días y ha sido útil. Sería inútil tener sentimientos por él, iríamos por
caminos separados una vez que me lleve de regreso a la frontera.–
–Hmm, si tú lo dices.–
–¿Quieres intentar recordar?–Su voz salió suave y baja. Astrid no le respondió, solo
miró a Jareth.
–¡Astrid!–
63. Recuerda
–White-Fire, por favor, no hagas eso de nuevo–hizo todo lo posible por calmar su
corazón acelerado mientras sentía el fuerte golpe en su pecho.
–¿Que pregunta?–
–Le pregunté si estaba listo para comenzar a recordar. Es importante que sepa lo que
sucedió, tal vez comprenda lo peligroso que puede ser y los riesgos involucrados–.
–Astrid, no está en discusión. Gracias por salvarnos la vida, pero tú también debes
ser consciente. Si me hubieras dejado unirme al principio, entonces esto ...–sacudió
la cabeza, –no lo habría hecho. sucedió –.
Su cabeza se giró en su dirección, él solo miró sus orbes, tratando de averiguar qué
estaba mal.
–No es nada. Me gustaría intentar recordar lo que pasó ese día–, dijo tímidamente.
–Sobre eso–comenzó con calma, pero antes de que pudiera continuar, Astrid lo
interrumpió.
–¿Puedes ayudarme? Empiece por decir lo que sucedió cuando llamé para pedir su
ayuda–.
–Yo-yo–suspiró, –Muy bien entonces. Me pediste ayuda con White-Fire, maté al otro
hombre con el que estaba peleando y corrí en tu dirección para ayudar, lo siguiente
que sé es que te giraste hacia mí y gritó que no –.
Astrid cerró los ojos tratando de volver a ese día. Con su voz llegando a sus oídos, lo
vio todo de nuevo.
Primero, pidió su ayuda, luego volvió la cabeza en su dirección, solo para ver al
asesino arrojar una daga a la cabeza de Jareth.
Al mismo tiempo, White-Fire estaba en peligro, el líder estaba a punto de matarlo
con su espada. No podía soltar al otro asesino o estaría muerta.
Su mente estaba hecha un lío, estaba perdiendo el control de sus poderes, se estaba
deslizando, los asesinos avanzaban hacia ella mientras las enredaderas se
debilitaban.
–Estabas a punto de ser asesinado, el asesino te arrojó una daga, no podía dejar que
sucediera. Entonces lo sentí, fue como una ola de energía, mágica pero viva, corría
por mis venas los poderes inundando a un ritmo alarmante.–
Una lágrima brotó de su párpado cerrado. Respiró hondo, su pecho subía y bajaba
con esa acción. Era como si lo estuviera reviviendo, sintió la energía surgiendo
dentro de ella.
Saboreando el sentimiento, su cuerpo brilló con una luz brillante mientras disfrutaba
el sentimiento. Jareth se levantó para detenerla pero White-Fire le gruñó.
Inmediatamente gritó, su dominio sobre su magia se hizo más fuerte, las enredaderas
volvieron a la vida fuertes y perforaron los cuerpos de todos los asesinos.
En una fracción de segundo, detectó una barrera y protegió a Jareth y las bestias
tigre-pheonix blanco, luego explotó fuera de ella como una bomba.
Lanzó a los hombres y los esparció con las enredaderas todavía perforadas. Al
instante, sintió un poderoso drenaje en su cuerpo y se cayó.
Con los ojos cerrados, trató de abrirlos para ver lo que la rodeaba, una sensación de
satisfacción se apoderó de ella, habían ganado. Antes de perder el conocimiento, lo
escuchó gritar su nombre.
–¡¡¡Astrrrrriiiiiidddddd !!!!–Sus ojos se cerraron con una pequeña sonrisa en sus
labios.
–Astrid–gritó su nombre y ella volvió su mirada hacia él, sus ojos tenían una mirada
preocupada.
–¿Recordado?–
Ella asintió con la cabeza mientras movía la cabeza hacia arriba y hacia abajo, –Lo
recuerdo. Gracias–.
Ambos dijeron casi al mismo tiempo. –Es bueno que estemos en la misma página.
Empezamos mañana al amanecer, hoy comemos y descansamos–.
–Bien.–
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Tres hombres con tres caballos con dos guardaespaldas caminando, llegaron a un
dúplex cerca de la plaza del mercado. Todos los hombres iban vestidos con ropa
lujosa, uno de los guardias se adelantó a los maestros y llamó a las puertas del
undécimo hombre.
El undécimo hombre salió a darles la bienvenida, estaba vestido con un material rico
similar al de los hombres. Ya habían bajado los tres hombres y lo abrazaron.
Hizo un gesto hacia las puertas y el guardia abrió las puertas para dejarlos entrar.
Después de su entrada, cerró las puertas.
No muy lejos, en un tejado, un hombre se inclinó y observó desde lejos lo que sucedía
en la casa.
–Ohh deben ser sus parientes invitados. Hombre estúpido–murmuró el hombre para
sí mismo. –Sin embargo, los planes deben ir en consecuencia–.
Estaba vestido con un pantalón marrón, botas marrones a juego, una camisa negra
de manga larga con cuello de tortuga y una tela negra atada en la cara que le dejaba
solo los ojos.
En el lado de su ojo izquierdo, había una cicatriz dibujada desde su frente hasta su
ojo izquierdo. Sus ojos, la mirada en ellos era fría, eran agudos, precisos,
calculadores y feroces.
Sus brazos eran musculosos, se ató un clogh negro en cada brazo. Llevaba un par de
guantes negros en cualquiera de sus manos, luego una capa negra colgaba sobre sus
hombros.
Cogió una pequeña bolsa cerca de sus pies donde se escondió y saqueó la bolsa
sacando su contenido. Hizo esto durante algún tiempo asegurándose de que todas
sus herramientas estuvieran disponibles.
Dentro de la casa del undécimo hombre, los tres hombres fueron llevados a su
estudio por un criado, y él los siguió.
–Asegúrate de que nadie nos moleste–le dijo a uno de sus guardias. –Y tú–, señaló al
segundo guardia, –haz que Sabina envíe el plato preparado para mis invitados–.
Los tres hombres ya estaban sentados en su estudio. Uno se sentó en la silla justo en
frente de su escritorio principal mientras que los otros dos se sentaron en el cojín.
–Estoy de acuerdo su alteza. Gracias por su ayuda–el hombre volvió a inclinarse ante
él.
–Ahora, ¿espero que todo esté listo para el ataque?–Volvió la cabeza para mirar a sus
subordinados.
–Sí, alteza, cuando lo ataquemos, se les daría la señal para que estén al acecho en
caso de que escape. Y algunos de nuestros hombres ya están aquí disfrazados de sus
guardias y algunos escondidos en su granero–Ian explicado.
–Espléndido. Todo está listo, lo único que te queda es que dejes la ventana de tu
dormitorio abierta un poco y cuentes tu dinero, luego te escondas en tu cajón antes
de irte a la cama esta noche.–
–Si su Alteza.–
–No olvide cerrar la ventana pero no fijarla, señor Brandon–, advirtió el Principe
Owen.
–Bueno.–
Se escuchó un golpe en la puerta, todas las cabezas se volvieron en dirección a la
puerta y luego de vuelta al Sr. Brandon.
–Lo siento Maestro, me pidió que trajera el plato para sus invitados–.
–Lo siento, alteza, les pedí que prepararan una cena especial para usted y sus
hombres–.
Las luces estaban apagadas, por lo que entraron sigilosamente. El Principe Owen se
escondió en el armario de la habitación, mientras el señor Brandon se dirigía con
cuidado hacia las ventanas y las abría a la mitad.
Metió las manos dentro y sacó algunas monedas en las que las metió, sintiéndose
satisfecho, miró a su alrededor y guardó suavemente la bolsa de dinero en su cajón,
la cerró, fue a su ventana y la cerró.
Una espada apuntó a la espalda de los intrusos y una voz atravesó el espeluznante
silencio.
Pasó un minuto y él no hizo nada, simplemente se quedó en su lugar con los objetos
robados todavía en sus manos.
–Dije manos arriba y date la vuelta–gritó el Principe Owen una vez más.
El señor Brandon saltó de su cama y sostuvo un cuchillo en sus manos. –No sirve
para nada, sinvergüenza–, gritó.
A estas alturas su espada tocaba el pecho del hombre, antes de que pudiera decir
nada, el hombre arrojó la túnica que tenía en su mano derecha sobre el rostro del
Príncipe Owen, distraído tomó su espada e intentó atacarlo.
Antes de que su espada pudiera aterrizar sobre el Principe distraído, Ian e Ivan
abrieron la puerta y cargaron contra él. El Principe Owen tiró la túnica y los tres
atacaron al hombre.
Rápidamente bloqueó dos de las espadas con su espada y esquivó la tercera. Mientras
se inclinaba, pateó a Ian
El Ian cayó sobre la rodilla afectada, mientras Ivan se tambaleaba hacia atrás. El
Principe Owen bloqueó rápidamente la ventana, actuando como un bloqueo entre el
intruso y su salida.
Los otros dos rápidamente se levantaron e intentaron atacar, pero el intruso estaba
un paso por delante de ellos, empujó al Principe hacia ellos, luego se volvió hacia la
salida y huyó.
El señor Brandon se quedó temblando con el cuchillo en sus manos mientras
observaba la pelea ante él.
Los tres corrieron hacia la ventana, pero él ya se había ido. Ian hizo sonar un silbato
enviando una señal a los demás afuera.
–No debería poder escapar de tantos guardias–, dijo el Principe Owen mientras
miraba hacia afuera.
–Sí, solo hay un lugar donde he visto esta flor y una casa relacionada con este
incidente. Todo tiene sentido ahora–.
–Esa es una posible conclusión lógica. Rápido, debemos apurarnos ahora, ir a la casa
del Sr. Greg, moverlo–, ordenó y los tres salieron corriendo de la casa del Sr.
Brandon y salieron a las calles.
Llegaron al final de las casas de los ricos y vio a sus guardias buscando por todas
partes.
–Su alteza–, uno de los guardias se apresuró a encontrarse con el Principe Owen y
sus hombres.
66 Eras Tú parte 3
El Principe Owen se inclinó e inspeccionó la huella. Había una flor aplastada en las
impresiones y sus labios se inclinaron hacia un lado mientras sonreía.
–Bote.–
–Fue él todo el tiempo, miserable conspirador–maldijo Iván.
–Las luces están en el Príncipe Owen, alguien está despierto–, informó Ian.
–Parece que acaba de regresar. Justo a tiempo, digo. Ustedes dos–, susurró a los
otros dos soldados. –Uno en la parte de atrás, una estaca fuera de la puerta, Ivan
quédate aquí e Ian viene conmigo–.
Justo en la sala de estar estaba el duodécimo hombre, el señor Greg agarrando contra
su pecho una bolsa,
–Fuiste tu.–
Había miedo grabado en su rostro ante la mención de esa declaración. –Su alteza,
no ... No es lo que parece–su voz lo traicionó mientras tartamudeaba.
–¿En serio? Entonces explique por qué estas flores en su jardín estaban en la
barandilla de la ventana del Sr. Brandon hace unos momentos y por qué está
agarrando tan cerca de esa bolsa de dinero–.
–No robé nada su alteza, es mío–se levantó de su asiento y retrocedió varios pasos.
El Sr. Greg se quedó temblando mientras doblaba las rodillas, sus pies se moverían
en cualquier momento. Estaba en un lío profundo y qué podía hacer para salvarse.
Lo atraparon y ¿cómo iba a explicar su salida de este? Uno podía ver audazmente el
miedo en sus ojos mientras se aferraba a la bolsa para salvar su vida.
Ian asintió con la cabeza, pareciendo entender el mensaje sin palabras del Principe.
Se llevó la mano a la boca y soltó un silbato. En cuestión de segundos, Ivan se
apresuró a entrar seguido por los otros dos soldados disfrazados de guardias.
Una mujer salió lentamente del interior de una de las habitaciones. Su rostro estaba
pálido, sus ojos bajos y cansados, arqueó la espalda mientras apoyaba su peso en el
marco de la puerta.
Ella era su esposa, la enfermedad de su hijo le había pasado factura y ahora también
parecía enferma. Lentamente, sus ojos recorrieron la escena ante ella hasta que
aterrizó en su esposo y los dos hombres que lo sostenían agresivamente.
–Por favor, dejen a mi marido en paz–su voz ronca salió más fuerte esta vez. –Su
alteza, por favor es inocente.–
–Mujer, también deberíamos apresarla, debes haber sabido que tu marido era el
culpable, él era el ladrón desde el principio–le gritó el Principe Owen.
Los soldados y guardias entraron a la casa y se encontraron con la escena que tenían
ante ellos. El capitán se acercó al Principe Owen e hizo una reverencia.
–Si su Alteza.–
–No su alteza, soy inocente, por favor créame–suplicó el Sr. Greg frenéticamente.
–Está bien entonces. Capitán, lleve a algunos hombres con usted y saquee esta casa,
busque con cuidado e Ian abra la bolsa con él y déjenos ver su contenido–, repartió
su orden y todos entraron en acción.
Ian agarró la bolsa de los brazos del hombre y miró dentro de ella, por un momento,
la conmoción quedó grabada en su rostro, pero tan rápido como llegó, desapareció.
Se acercó al Principe Owen y le mostró la bolsa.
–Es como sospechaba su alteza–dijo sosteniendo la bolsa para que el Principe Owen
pudiera ver su contenido.
–Yo-yo ... es mía su alteza, por favor créame–, trató de defender su causa.
–¿Cree usted? ¡Usted sabe lo que creo! Creo que esta era la misma bolsa de dinero
que estaba guardada en el cajón del Sr. Brandon hace un par de minutos. ¿Cómo
entonces encontró su camino aquí y en sus brazos?–
–Realmente no lo se.–
El capitán y sus hombres regresaron con diez bolsas en los brazos y diez túnicas de
varios colores.
Inspeccionó cuidadosamente las bolsas y cada una estaba llena de monedas de plata,
miró cada bata por turno, negó con la cabeza y caminó hacia el hombre.
¡¡Plaf !!
67 Entrenamiento; Parte 1
Una fuerte bofetada aterrizó en la cara del Sr. Greg haciendo que la sangre le corriera
por la barbilla. Iván lo empujó de rodillas ante el Principe.
–¡Tienes el descaro de seguir mintiendo después de esto! Llévatelo y enciérralo en las
mazmorras. Tendrás el castigo que te corresponde, llévate todo esto contigo como
prueba–.
–Sí, su alteza–y lo sacaron con los objetos robados de la casa y el patio, a las calles.
El Principe Owen la miró con disgusto y luego volvió a mirar a sus hombres.
Entendieron muy bien lo que significaba esa mirada. Ian e Ivan se inclinaron en el
momento justo y la levantaron del Principe.
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~ Elven Forest ~
Al amanecer del día siguiente, Astrid se despertó con el sonido del afilado cuchillos
de fuera de la cueva.
Miró a su alrededor pero no vio ninguna señal de Jareth. La pequeña bestia blanca
tigre-pheonix se acostó cerca de ella, mientras que su madre yacía en el suelo en la
dirección opuesta.
Al llegar a la entrada, la luz de la mañana se deslizó en sus ojos, tuvo que bloquear los
rayos con sus manos, mientras trataba de ajustar sus ojos a la luz brillante.
Lentamente, dio un paso hacia la luz de la mañana, el viento fresco sopló a su lado,
agitando su cabello en el proceso.
Dentro de la cueva, Big White-Fire abrió los ojos y miró donde estaba Astrid hace un
par de segundos antes de bajar la cabeza y cerrar los ojos.
Allí estaba, debajo de la cueva cerca de los árboles. Él no pareció notarla mientras
continuaba con lo que estaba haciendo.
Jareth dejó caer una de las dagas en su mano y tomó un palo. Estaba casi
completamente tallado, por lo que continuó con lo que estaba haciendo.
Se sentó en una pequeña roca mientras flexionaba las manos con cada empuje hacia
adelante. Astrid lo miró durante unos minutos antes de decidirse a caminar hacia él.
Cuando se acercó pudo ver claramente lo que estaba tallando. Parecía una espada de
madera, no ... En realidad era una espada de madera.
En el suelo, cerca de sus pies, había otro juego de espadas de madera. Eran dos en
número, sonrió al darse cuenta de lo que estaba haciendo.
–Me había preguntado qué es lo que estabas tallando, pero cuando bajé, me di
cuenta. Sin embargo, tengo una pregunta, ¿por qué estás haciendo una tercera
cuando solo somos dos?–
–En caso de que alguno se rompa–sopló suavemente en la última parte que talló y la
levantó para inspeccionarla. Él lo miró por un momento y luego se lo tiró sin mirarla.
–Captura.–
–¿Eh?–La espada de madera vino volando hacia ella. Astrid trató de atraparlo, pero
al ver que no estaba preparada, le golpeó el codo y cayó al suelo.
–Habla en serio, no hay tiempo para jugar–Jareth se inclinó y tomó otra espada.
–¿Qué dijiste?–
–Todos ansiosos por lo que veo. No tendríamos mucho tiempo para perder el tiempo,
así que probemos tu defensa.–
–¿Qué hay de golpear, atacar?–Sostuvo su espada de madera y la balanceó en acción,
golpeando hacia arriba, hacia los lados y hacia abajo.
–Todo lo que acabas de hacer está mal. Tu postura también es terrible. Mientras
peleas, debes tener la postura perfecta, eso muestra equilibrio y te da una ventaja
justa de ataque. Con la forma en que estás parado ahora, cualquier oponente, no
importa lo débil que pueda derribarte –.
–El manejo de la espada no se trata de belleza, te ves como ...–hizo una pausa y
simplemente negó con la cabeza.
–Dilo.–
Ella se estabilizó, respiró hondo, cerró los ojos y trató de imitar su postura cuando
peleaba con los asesinos.
Arqueó la espalda, adelantó una pierna, sostuvo la espada hacia adelante con la
mano derecha, levantó la otra mano hacia atrás en el señor y se agachó un poco,
como si estuviera medio sentada en el aire con una pierna estirada.
Jareth arqueó las cejas mientras la miraba con incredulidad. –¿Qué diablos estás
haciendo?–
–Mi postura.–
–¡Huh! ...–
–Ahora inténtalo–, observó mientras Astrid intentaba imitarlo, pero fallaba una vez
más.
Jareth suspiró, sacudió el suyo antes de continuar, –Párese con los pies separados al
ancho de los hombros, luego gire de manera que un pie, preferiblemente el derecho,
esté mirando hacia adelante, con el otro a una distancia de 45 a 90 grados–.
Ella asumió la postura de acuerdo con sus instrucciones, pero a su espalda todavía le
faltaba algo.
–Su espalda debe estar erguida, con su peso equilibrado entre sus pies, y su cuerpo
debe estar ligeramente inclinado para que cuando avance o retroceda, su cabeza
permanezca firme y no se mueva hacia arriba y hacia abajo mientras se mueve.
Intentándolo de nuevo, casi lo hizo bien esta vez. Él asintió levemente y se acercó a
ella, le sostuvo el hombro con una mano, la otra mano en su vientre y la ayudó a
enderezar la espalda.
–Para un principiante, seguro que aprendes rápido. Bien. Ahora otra vez–, dio tres
pasos hacia atrás, dándole espacio para volver a intentarlo. Hizo esto durante
algunos minutos más y lo hizo bien la mayor parte del tiempo.
–Cosas que aprender sobre el manejo de la espada. Cuatro cosas importantes de las
que se debe tomar nota: tiempo, distancia, percepción, técnica.
Se detuvo frente a ella, con las manos juntas en la espalda, parecía un maestro
enseñando a su alumno. Bueno, técnicamente, esa era la situación en este momento.
–El tiempo lo es todo en una pelea, el momento adecuado para atacar, defender, ser
demasiado rápido o demasiado lento, todo debe estar en el momento adecuado–.
–Está bien, el próximo ...–Jareth la miró y rápidamente cerró la boca, mostrando
una pequeña sonrisa en sus labios.
–Estaría agrupando distancia con percepción aquí, porque mientras uno se trata de
mantener una distancia segura, el otro está adentro, percibiéndolo correctamente.
Por percepción, entonces, estoy hablando de tomar en cuenta que el tamaño de tu
oponente, arma o espada como en este caso –, levantó el dedo índice y señaló su
espada.
–La distancia por sí sola, se mantiene con el juego de pies. El juego de pies es
básicamente cómo te mueves. Adelante y atrás, en línea, en semicírculo, un pivote–,
demostró provocando varios movimientos con los pies.
–El objetivo básico del juego de pies es brindarte un centro equilibrado desde el que
puedas lanzar, avanzar, retroceder, atacar, parar o lo que sea que estés tratando de
hacer. Y usas la percepción para seleccionar el juego de pies correcto, porque conoces
tus propias habilidades , y has evaluado a tu oponente al menos marginalmente, para
que puedas identificar qué tan cerca necesitas estar para golpearlo y qué tan rápido
puedes retirarte si te sorprende con una estocada –.
Hizo una pausa durante unos minutos, observando cómo procesaba la información.
Necesitaba saber estas cosas básicas importantes, si tenía la intención de aprender a
manejar la espada.
–Si.–
–Espera, ¿qué pasa con el cuarto? Claramente no lo has olvidado ahora, ¿verdad?–
–No, es técnica. Preocúpate por sobrevivir a los ataques y defenderte primero, luego
avanzaríamos a eso. Por ahora, ataca con todo lo que tengas–.
Los minutos se convirtieron en horas, pero cuando llegó el mediodía, ella había
mejorado mucho y pudo resistir algunos golpes antes de que él ganara.
Ella mejoró atacando y defendiéndose de su ataque. Una vez, ella siguió atacando y él
siguió retrocediendo, hasta que ella se acercó y él esquivó su siguiente ataque y la
derribó al suelo.
–¡Oww!–Esa era la quincuagésima vez que decía eso, cada vez que se caía, –ay–o –
ay–, él se estaba cansando de escucharlo.
69 El beso
Con su mano libre, sostuvo su otra mano con fuerza en su agarre, frente a su
estómago. Astrid dejó de moverse, dándose cuenta de que había perdido contra él, de
nuevo.
Él no se movió, ni ella tampoco, su pecho subía y bajaba con cada respiración que
tomaba. Ambos se quedaron en silencio por un minuto, su respiración estaba un
poco dispersa, pero no tan errática como la de ella.
Él miró desde la espada en su mano hasta su rostro, vio una gota de sudor rodar por
un lado de su cara y caer sobre su pecho. Lentamente bajó por su escote y entre ellos.
Siguió mirándola mientras su pecho subía y bajaba, luego volvió a mirarla a la cara.
Otro sudor cayó pero rodó hasta sus labios.
–Si cada vez que tu oponente avanza y se retira, te atrae un poco más cerca de él,
eventualmente estarás dentro del alcance y nunca lo viste venir. Hiciste esto la
primera vez, pensé que aprendiste, le pregunté. que fueras de nuevo y te enamoraste
por segunda vez –le gritó.
–Te pensé antes sobre tu defensa y ataque, percepción. En un intento por atacarme,
te dejaste abierto de par en par. Si fuera una batalla real, estarías muerto antes de
darte cuenta–.
–Tu problema es que haces las cosas sin preocuparte por las consecuencias–, volvió a
gritar.
–¿Cuál es tu trato Jareth? Desde esta mañana, de hecho ayer, has estado actuando
extraño. Nada de lo que hago es lo suficientemente bueno, tú de todas las personas
sabes que lo estoy intentando y lo estoy haciendo bien–, gritó con todo su corazón.
Astrid lo miró a los ojos, de repente sintió que los latidos de su corazón se aceleraban
de nuevo. Fue un golpe rápido en su pecho, ella lo miró a los ojos, aunque fue
brevemente sintió dolor en ellos.
–Nunca volverías a hacer algo tan arriesgado. Podría haberte costado la vida, pero no
te importa. No piensas en las consecuencias de tus acciones, simplemente actúas–.
Jareth estaba muy cerca de ella ahora y por alguna razón, ella lo sintió nuevamente,
su corazón latía. Era lo mismo que el de ella, un atisbo de la daga moviéndose hacia
su cabeza volvió a su mente.
Sus labios se encontraron pero él no separó los suyos, sus ojos se abrieron de par en
par, los de ella se cerraron, su corazón acelerado pareció calmarse un poco. Cerró los
ojos, separó los labios para devolverle el beso, de repente abrió los ojos y
rápidamente puso una mano en su hombro, retirando la cabeza.
–Yo-yo, lo siento. Nunca debí haber hecho eso. Pensé que tú ... sentí que ...–
Ella no pudo formar una oración coherente de nuevo. Su corazón se sentía como si
estuviera siendo apuñalado mil veces.
Ella había sentido su corazón latir cuando sostuvo la espada cerca de su cuello, notó
su mirada en su rostro y pecho.
Incluso en ese momento, cuando discutieron, ella lo sintió, él sintió dolor por la idea
de perderla y ella también lo sintió. No podía soportar perderlo, no entendía estos
sentimientos pero sabía que se preocupaba mucho por él y él también.
O eso pensó, ¿estaba todo en su cabeza? Ella inclinó la cabeza hacia abajo, no
pudiendo volver a mirarlo a los ojos.
Siempre había sido tan bueno protegiendo su corazón, sin sentir nada por nadie
excepto por su familia inmediata.
Siempre había estado alejado de todas las chicas a su alrededor, algunos lo llamaban
desalmado, frío ... Bueno, eran verdad o eso pensaba.
Nunca hubiera pensado que una chica que acababa de conocer sería capaz de romper
sus defensas y derretir su frío corazón.
Desde que la conoció, por primera vez, había sentido un anhelo, miedo, dolor,
alegría, tristeza. Incluso habló mucho más estos días y discutió mucho con ella. Ella
le había hecho tanto sin que él se diera cuenta.
Ella había traspasado sus muros y defensas. Justo ahora, cuando la rechazó, la
mirada abatida en su rostro, apuñaló su corazón, causándole un dolor tan agudo.
Había sentido dolores similares antes, cuando casi la pierde. La mañana anterior
tuvo que irse, porque sentía que se iba a volver loco si ella no se despertaba.
Por suerte había visto a los soldados explorando, ahora sabía cómo andar.
Necesitaban irse tan pronto como pudieran. Era demasiado arriesgado.
Quería correr tras ella, pero se detuvo. Solo empeoraría las cosas. Se dio la vuelta,
hacia la entrada de la cueva y sus ojos se encontraron con los de ella ... Fuego Blanco.
No podía importarle menos, más bien fue a sentarse en la pequeña roca donde se
sentó antes. Perdido en sus pensamientos, sobre estos sentimientos extraños y
prohibidos y qué hacer con ellos.
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En una de las cámaras del Palacio, un joven el hombre se sienta en la cama con una
dama cerca de él. Sus labios se conectaron en un beso apasionado, sus manos
vagaron por la parte superior de su cuerpo y finalmente una se posó en la parte
posterior de su cabeza, atrayéndola y frotando el contorno de su cintura.
Él profundizó el beso y ella separó los labios para darle la bienvenida a su lengua, él
introdujo su lengua en su boca, saboreando todas las comisuras de su boca.
–Hmmm awnn mmhh–, sus labios dejaron los de ella y se deslizaron por su barbilla
y debajo, lentamente hasta su cuello, donde pronto encontró su punto dulce, en la
unión de su cuello y hombro y succionó continuamente allí.
Pasó por delante de la primera habitación y pasó a la siguiente. La vista que encontró
la dejó atónita y enojada.
–¡No sirves para nada, moza! ¡Cómo te atreves a seducirlo en su estado debilitado!–
Se abalanzó sobre la joven, pero él se paró frente a ella, bloqueando su ataque.
–¡Moza!–
Pow !!
Asustada, la joven salió corriendo de la habitación. Sus ojos ardían de ira cuanto más
lo miraba.
Cuanto más lo miraba, más se registraba en su cabeza que acababa de golpearlo. Algo
que nunca había hecho antes. Ella rápidamente le dio la espalda mientras su rabia se
alimentaba.
No importa lo que sucediera, ella era y siempre sería la madre que él conocía y
amaba. No podía soportar verla enojarse, especialmente con él.
–Lo siento.–
71 elementos y magia
Lady Lorelei quitó la mano de su agarre y la dejó caer a su lado. –¿Desde cuándo
Cullen?–
Había estado demasiado ocupada con la Princesa híbrida, que no se dio cuenta de
que él tenía sentimientos por una sirvienta. Ella podría condolerse por una aventura
y todo, siempre y cuando él no lo convierta en el Rey Bayard y su hijo.
Lo que no podía condoler era que él se enamorara y, además, de una criada. ¡Qué
pasó con todas las doncellas nobles! Tuvo que enamorarse de una criada. El amor
estaba sobrevalorado, odiaba ese sentimiento y pensó que podía moldearlo para que
lo odiara también.
El amor era para los débiles, tenía mejores planes para él, no podía dejar que un
sentimiento estúpido se interpusiera en su camino. Tenía que concentrarse, pensar,
tenía mucho en su plato ahora, el híbrido todavía estaba fuera de su alcance y ahora
Cullen quería hacer su vida inútil.
–Nada. Veo que estás mejor, puedes ir a tus habitaciones ahora–le dijo, su ira se
desvaneció lentamente ahora.
Ella levantó la mano izquierda para detenerlo. –Olvídalo–, suspiró y cerró los ojos,
tomando una respiración profunda y corta. –Por cierto, Bayard le desea una pronta
recuperación–.
–Que bueno para nada Prince llegó, así que me fui. No tengo ningún interés en lo que
sea que tenga que decir–.
–Hmm, te asignaría otra sirvienta. Ya no te serviría–su voz se volvió más fría que
antes.
–No está en discusión. Ahora, tengo que estar en otro lugar–. Sin esperar su
respuesta, abandonó la habitación y los aposentos, dejándolo a su lamentable destino
de amor.
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~ Elven Forest ~
Astrid se sentó en el suelo con la rodilla levantada cerca de su pecho y abrazó sus
piernas, con la cabeza agachada. Sus lágrimas cayeron suavemente sobre su vestido
mientras lloraba más.
Después de unos minutos, lentamente levantó la cabeza y miró los árboles frente a
ella.
–Fue estúpido de mi parte, eh, pensar que él sentiría algo por mí–murmuró a los
árboles a su alrededor. Lentamente, una pequeña sonrisa se deslizó por sus mejillas.
Usó el dorso de la mano para secarse las lágrimas. –Es mejor así. Después de todo, él
me dejaría después de llevarme a las fronteras. También tengo una misión entre
manos, encontrar a mamá y mi reino–, suspiró ante lo descabellado que era ese
sueño.
–Desearía que la tía Nerissa estuviera aquí–, echó el cuerpo hacia atrás una fracción
y apoyó su cuerpo con las manos en el suelo, a los lados.
Era débil, pero sintió un ligero tirón proveniente de abajo. –¡Huh! Sentí una
conexión, como si me estuviera tirando. ¿Estás tratando de consolarme?–Preguntó a
su alrededor, sin apartar los ojos del suelo.
–Eso es todo, soy uno con la naturaleza, también debería entrenar para fortalecer mi
control sobre los elementos que me rodean–.
Astrid se levantó del suelo, miró a su alrededor y centró su atención en sus manos.
Dejó que sus párpados se cerraran y respiró hondo, extendiendo la mano hacia los
elementos y respondiendo a su llamada.
El viento sopló un poco fuerte, algo rodeó sus manos, una mano estaba fría y la otra
caliente. Fue un poco extraño pero acogedor.
Se sentía como si hablara el mismo idioma con ellos, la entendían, su dolor, alegría,
tristeza. De repente sintió ligereza en los pies.
Abrió los ojos después de unos minutos, lo que vio la sorprendió y casi se cae.
Estaba suspendida en el aire, sus pies completamente separados del suelo. Su mano
derecha estaba cubierta con una gruesa capa de tierra, mientras que la derecha
estaba cubierta de agua.
Era una vista impresionante para ella, podía sentir sus poderes, fluía dentro de ella.
Tenía una sonrisa de satisfacción en su rostro al ver esto.
En ese caso, sintió ganas de apresurarse a encontrarse con Jareth y contarle las
buenas noticias, pero cuando recordó lo que había sucedido, se sintió deprimida y
perdió el control de sus poderes, cayendo en el proceso.
Astrid apretó los dientes con ira, –Maldita sea, perdí el control por él. Hmm, tal vez
debería practicar con mi magia en su lugar.–
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–Maldita sea, ¿qué diablos está haciendo?–Él espetó. –Espera, ¿la están atacando?–
Alarmado, se levantó rápidamente y corrió en dirección a las luces.
72 El no es el indicado
–Astrid, espera. Ya voy–Jareth cargó contra los árboles, con su daga en la mano,
escuchó sonidos de lucha haciendo que su corazón se acelerara aún más.
–No debería haberla dejado salir corriendo por su cuenta–apuró el paso y corrió
hacia la luz azul.
*************
–Señor, por allí–Clive señaló hacia el este, –Una luz azul brillante viene de entre los
árboles. Apuesto a que eso es magia, señor–.
***********
Jareth empujó algunas ramas y llegó a un pequeño espacio abierto entre los árboles.
Se detuvo en seco en su camino y se escondió detrás de los arbustos.
Lo que lo desconcertó fue que pensó que Astrid estaba siendo atacada, por lo que
corrió a ayudarla. Solo para venir aquí y tener la oportunidad de ver esto.
Lanzó una bola mágica al hombre de tierra, corrió hacia su izquierda y golpeó el
árbol con su gran mano de tierra.
El árbol le arrojó sus ramas, ella giró sus pies y se movió hacia un lado, golpeándolo
en su cuerpo. El hombre de tierra cargó contra ella, sin darle un respiro, ella
pronunció algunos hechizos y controló unas enredaderas para sujetarlo.
Juntó ambas manos, lo apartó hacia atrás y las extendió hacia adelante. Una luz azul
brillante salió de su mano y apuntó, cayó sobre la mano del hombre de tierra.
Ambos hicieron un salón para ella, listos para golpearla, ella no se movió ni hizo
nada, solo se quedó en su lugar, con su mano cubierta de tierra a su lado.
Jareth sintió la necesidad de ayudarla, –¿Qué está haciendo? No puede con todos ...–
antes de que pudiera dar un salto, se estrellaron contra ella.
Al instante, sus ojos se abrieron de golpe, azul brillante, la tierra de su mano se cayó,
ambas manos se juntaron en un puño, con una luz azul en ellas. Como estaban a
pocos centímetros de ella ...
¡¡Bang !!
Su magia los arrojó lejos antes de que sus manos y ramas pudieran hacer contacto
con su cuerpo. Al instante, el hombre moldeado en tierra cayó y se deshizo en
pedazos, el árbol cayó con un ruido sordo.
Jareth salió corriendo del arbusto y corrió a su lado. –¿Qué te pasa Astrid?–
-------------------------------
Rey Bayard se sentó perezosamente en su trono, con una mano apoyando su cabeza y
la otra descansando sobre su daño descansan.
El Principe Owen se paró frente a su padre, con una enorme sonrisa plasmada en su
rostro mientras se dirigía a su padre.
Gerald se paró a un lado escuchando la explicación del Príncipe, con los brazos
cruzados frente a él.
–Sí, padre, encontramos todo el dinero y las túnicas en su casa. Está en las
mazmorras esperando tu juicio final–.
73 Él no es el indicado; Parte 2
–Déjala entrar–, la voz del Rey Bayard salió tranquila y fría. Las puertas de la sala del
trono se abrieron, una joven de unos quince años entró gentilmente.
Tenía el cabello castaño oscuro como el de su madre, pero el de ella era mucho más
largo que el de Lady Erwina. Su cabello estaba recogido hacia atrás, cayendo suelto
en su espalda, deteniéndose en su cintura.
Tenía un par de orbes de color marrón claro, como su padre, combinados con sus
largas pestañas oscuras. También consiguió la nariz larga y puntiaguda de su madre,
que no era demasiado grande ni pequeña, solo en la proporción correcta. Sus mejillas
sonrosadas estaban teñidas con un leve rubor rosado que complementaba sus
suculentos labios rosados.
Desde la cintura, bajó hasta los dedos de sus pies, cubriendo sus zapatos negros. Era
un vestido de manga larga con cuello halter y, a diferencia de su madre, no estaba
envuelta en joyas, solo una pulsera para adornar su muñeca izquierda.
–Saludos Su Majestad–, hizo una reverencia con una reverencia y se puso de pie
justo después.
–Bien, debo decir. Gracias por tu preocupación. ¿Confío en que hermano esté bien?–
El Rey Bayard la observó intercambiar cumplidos con su hijo y Gerald, antes de pasar
al tema de por qué estaba allí. –¿Qué te trae por aquí, mi belleza?–
–Hmm, Cyrena ahora estás interesada en asuntos del reino ...–había malicia en su
voz, pero sonrió para ocultar su verdadera intención.
No hace falta decir que la Princesa Cyrena entendió muy bien a su hermano. Siendo
el pequeño diablo astuto que su madre había engendrado, ella le devolvió el golpe.
–¿Por qué no? Siempre me han interesado los asuntos del reino y he aprendido de
los amos. De hecho, debería preguntarte a ese hermano, ya que ...–
Antes de que pudiera continuar, el Rey Bayard planteó su mano para detener sus
discusiones. Cyrena volvió su mirada hacia su padre e inclinó la cabeza, –Mis
disculpas padre, hablé fuera de lugar. Mis disculpas hermano, no te preocupes por
esta hermanita tuya–.
–Menos mal que te das cuenta cuando te equivocas Cyrena. De todos modos,
continuemos con el caso que tenemos ante nosotros. Como te decía antes de tu
llegada, dado que todas las pruebas apuntan a él, mañana será llevado ante mí y
pasaré mi juicio . –
–Gracias padre–el Principe Owen se inclinó ante su padre, sus ojos brillaban de
orgullo y alegría. Poco sabía él que sería fugaz, llegaría a su fin en breve.
–Me temo que padre, pero el señor Greg no es el culpable. No es el que estás
buscando–.
–¡Qué! ¿Qué quieres decir con eso, Cyrena? ¿Estás tratando de decir que soy un
mentiroso o que no sé lo que estoy haciendo?–Su voz se hizo más profunda y fuerte
mientras le respondía a su hermana con enojo.
–Me malinterpretas hermano. No quiero decir eso. Es solo que la evidencia, ellos ...–
–Su majestad, encuentro difícil de creer, que un hombre tan débil como el Sr. Greg,
sea tan hábil como luchar contra el Príncipe Heredero y sus guardias y escapar. Creo
que hay una historia mucho más profunda detrás de esto, una conspiración tal vez . –
–Hmmm–, murmuró el Rey Bayard en voz baja. Sus ojos se oscurecieron, su barbilla
descansaba sobre su mano izquierda mientras reflexionaba sobre el asunto, nadie
habló durante estos fugaces minutos, todos lo miraron, esperando ansiosamente su
respuesta.
Levantó los ojos para mirar a sus hijos, sus ojos tenían sabiduría y experiencia en
ellos, había visto situaciones como esta antes, las cosas no eran lo que siempre
parecían ser.
–¿Su Majestad?–
–Cyrena ...–
74 Escapar
La mirada del Rey Bayard era aguda y estaban dirigidas a ella, –He pensado en lo
que dijiste Cyrena, me pareció demasiado bueno para ser verdad con la forma en que
salieron las cosas–, le dijo con calma.
Sus ojos se movieron de su hija al Principe Owen, –No te estoy disputando también
Owen, pero déjanos escucharla–.
–Gracias Padre.–
–Entonces, ¿qué sugieres? ¿Crees que está siendo enmarcado por mi belleza?–
–Esa es una pista posible, pero no puedo decirlo con certeza hasta que se realice una
investigación adecuada–.
El Principe Owen apretó los dientes con ira, una cosa era que ella sobresaliera en sus
clases y otra, cuando intenta desesperadamente hacerlo parecer un tonto.
–Eso es verdad.–
–Estoy seguro de lo que estoy diciendo. La Sra. Greg vino a rogarme, suplicó que su
esposo era inocente y que estuvo con ella toda la noche–.
–Ahh ya veo, son los gritos y la súplica frenética de una mujer desesperada lo que te
da el descaro de disputar mis investigaciones ¡eh!–Él le respondió.
–Debería haberla encerrado con su miserable marido, ahora me está causando tanto
dolor de cabeza–, pensó.
–Bueno, tú misma lo dijiste. Este no es un trabajo que puedas manejar, Cyrena. Estás
dejando que las emociones nublen tu juicio. Deja esto en manos de los adultos, es por
eso que las Princesa s no pueden manejar los asuntos del consejo–, dijo. , poniendo
una mano en la empuñadura de su espada.
–¡Qué!–Ella exclamo,
Los ojos de Gerald iban y venían entre los dos miembros de la realeza acalorados.
Siguió observando, esperando ver cómo el Rey Bayard resolvería esta situación.
Ella miró a su padre con determinación grabada en sus hermosos ojos castaños
claros. Él la miró y pudo ver dentro de ellos. Su hija tenía algo bajo la manga, tenía
una pista que su hijo no vio.
–Muy bien entonces. Aunque tu hermano ha hecho todo lo posible y ha producido un
buen resultado, con pruebas razonables, pero tienes mi luz verde. Te doy dos días
Cyrena, si para entonces no puedes probar la inocencia de Greg y traerme al
verdadero culpable. , aprovecharías para asistir alguna vez a las reuniones del
consejo –.
–Gracias padre, pero esto también significa que, si tengo éxito, mi hermano fracasó.
Viendo que casi pone en riesgo la vida de un ciudadano, ¿qué castigo se le
impondrá?–
–Confío en que papá lo sabe mejor–, mantuvo los ojos fijos en su padre. Lentamente,
sus labios se curvaron hacia arriba mientras hacía una reverencia e inclinaba la
cabeza ante el Rey Bayard. –Con su permiso padre, me iría para comenzar la
investigación. No tenemos un minuto que perder–.
–Gracias padre. Nos vemos pronto hermano–le dijo al Principe Owen, dejando que
sus ojos se posaran rápidamente en Gerald y luego de nuevo en él.
Graciosamente como ella vino, graciosamente salió de la sala del trono, dejándolos
con sus pensamientos.
-----------------------
–¿Qué te pasa?–
Hizo una pausa, asimilando sus palabras, sus ojos se ensancharon cuando la
comprensión golpeó a casa, –ohh mi ... ¡¡Qué he hecho !!–
Jareth se detuvo, sus ojos se movían de un lado a otro como si estuviera buscando
algo. Volvió los ojos hacia ella y vio su estado de congelación. –Vamos, ahora no es el
momento para eso. Ya vienen–.
Cogió a la pequeña bestia y corrió hacia su madre. Jareth pasó corriendo a la cueva
para recoger sus cosas.
Astrid asintió con la cabeza, dejó caer a la pequeña bestia en sus brazos a los pies de
su madre y se escabulló hacia la cueva.
Rápidamente se puso su capa y empacó sus cosas en su bolso, sus manos y ojos se
movieron rápidamente mientras lo hacía. Jareth corrió hacia ella con la capa puesta y
el bolso cruzado sobre su hombro. Su espada estaba cuidadosamente envainada en
su cintura, su edredón estaba atado a la espalda, sostenía su arco en una mano.
–Vamos–, le dijo.
Sin esperar su respuesta, corrió hacia la entrada de la cueva con Astrid detrás, pero
en el momento en que dio un paso hacia afuera, una flecha golpeó el suelo cerca de
sus pies.
Ambos se detuvieron en seco, su mano izquierda se extendió a su costado,
deteniendo su movimiento. Sus ojos escanearon los alrededores desde donde voló la
flecha, la mirada de Astrid vagó hacia las bestias tigre-fenix blancas que estaban
afuera.
–Debemos mover a Jareth, no podemos quedarnos aquí. ¿Cuántos días hasta que
lleguemos al pico del bosque?–
–¿Dos días? ¿Cómo usamos ... pensé que habíamos perdido mucho tiempo debido a
mi colapso?–
–Uno, dos ... ¡Vamos!–La urgencia se podía sentir en su voz mientras le gritaba.
Una avalancha de flechas vino volando hacia ella, Jareth salió corriendo, desenvainó
su espada y repelió las flechas con ella.
Al momento siguiente, cuatro Elfos salieron de detrás de los árboles y cargaron hacia
ellos. Rápidamente se puso la capucha sobre la cabeza y cargó por ellos.
Astrid se detuvo en su paso, su corazón latía contra su pecho mientras veía a Jareth
enfrentarse a los cuatro soldados. Estaban vestidos con grebas de cuero rojo
tachonadas de uniforme que les llegaban hasta las rodillas, aferrándose con fuerza a
la pantorrilla. No hay cierres o ataduras visibles en la armadura.
Cada uno tenía una espada en una mano, con su edredón y un arco a la espalda. No
fue una pelea justa, ya que Jareth parecía ser superado en número. Ella sintió
desesperadamente la necesidad de apresurarse y unirse a él, pero un sonido la sacó
de sus pensamientos y la sacó de la situación en cuestión.
Había un quinto soldado, salió corriendo de los árboles hacia donde se dirigían y se
abalanzó sobre ella. –¡Astrid! Ahí hay otro.–White-Fire llamó a pensar en su
comunicación mental.
Dejó caer a la pequeña bestia blanca tigre-fenix y se acercó al soldado entrante. Ella
controló la tierra y le arrojó algunos bloques de tierra. No se detuvo todavía, sino que
esquivó cada uno de sus ataques y corrió a toda velocidad hacia ella.
Ella apretó los dientes, enojada porque ninguno de sus ataques había dado en el
blanco. Él empujó su espada hacia adelante, ella se movió a su lado y esquivó el
ataque.
No cedió, sus ataques fueron agudos, precisos y rápidos. Apenas podía seguir
esquivando.
Ella retrocedió varios pasos, dejando espacio entre su atacante y ella. Sus manos se
iluminaron con una luz azul y le disparó su magia. Ella estaba ahora a la ofensiva,
mientras él hacía todo lo posible por esquivar y bloquear sus ataques.
Ella se acercó de nuevo a sus poderes y se convirtió en un hombre de tierra, cargó con
toda su fuerza contra el soldado.
Fuego Blanco observó, esperando una oportunidad para atacar, cuando Jareth pateó
a uno de los soldados, empujándolo, finalmente vio su oportunidad. Antes de que el
soldado caído pudiera levantarse, le escupió fuego.
El soldado gritó de dolor, rodando por el suelo para apagar el fuego en la espalda y la
mano.
Otro soldado vio esto, enfurecido, tomó dos flechas de su edredón y las ensartó en su
arco, luego apuntó a la gran bestia blanca tigre-pheonix.
Habiendo atendido a uno de los soldados, Astrid se apresuró a ayudar a Jareth, pero
vio que el otro soldado soltaba las flechas. Al instante vinieron volando hacia White-
Fire.
Estiró la mano derecha y detuvo las flechas a mitad de camino, dejándolas caer al
suelo. Levantó ambas manos y controló el viento, giró en sus manos, luego lo dirigió
hacia él, dejándolo inconsciente en el proceso.
–Arrrhhhhh ...–
76 Volando alto
Jareth ahora tenía dos soldados para luchar, haciéndolo más fácil para él, ambos
atacaron a la vez con sus espadas, él saltó en el aire y se volteó hacia adelante, por lo
que ahora estaba de espaldas a ellos.
Aprovechó la oportunidad para atacar a uno de los soldados por detrás, pateándole la
cabeza con la pierna y le dio un codazo en la cara al segundo soldado tan pronto
como se volvió hacia él. Empujó al segundo soldado boca abajo, levantó la rodilla al
mismo tiempo y lo golpeó con fuerza en el estómago.
El primer hombre quitó su arco y tomó una flecha de su edredón, fue rápido pero no
tan rápido como Jareth. Antes de ensartar su flecha al arco, Jareth se volvió justo a
tiempo y le arrojó al segundo hombre.
En cuestión de minutos, los había derribado a los dos. Rápidamente recogió el arco
que tenía el segundo soldado, que se había caído durante la pelea y lo usó sobre su
hombro.
El quinto soldado, los vio escalar Fuego Blanco, se alejó del hombre de tierra y
estabilizó su arco y flecha, listo para disparar. El hombre de la tierra saltó frente a él,
sacudiendo el suelo debajo y falló su objetivo.
–¡¡Maldición!!–
*************** A
lo lejos, White-Fire voló hacia el cielo, batiendo sus alas mientras se elevaban. Astrid
sostuvo a su cachorro con fuerza y su cuerpo con su mano libre, mientras que Jareth
se aferró al pelaje de White-Fire ligeramente.
Se sentaron uno cerca del otro, pero dejaron un espacio entre ellos, cuando White-
Fire se movió un poco, Jareth se deslizó una fracción hacia atrás.
–Astrid dile a tu amante que se caerá, si no se agarra fuerte y se acerca a ti–, le dijo
White-Fire a través de su comunicación mental.
–Sea lo que sea, será mejor que se siente cerca, estoy a punto de ir más alto y a
máxima velocidad. Tenemos que dar una considerable distancia entre ellos–.
–Bueno.–
Volvió la cabeza hacia un lado y dijo: –Jareth, siéntate cerca, está a punto de
ascender ya máxima velocidad–.
–Estaré bien–respondió.
Astrid se inclinó hacia adelante agarrándose más fuerte a su pelaje, Jareth fue
cortado con la guardia baja, así que cuando White-Fire levantó su cuerpo hacia arriba
y hacia abajo, cayó hacia adelante, su pecho golpeando la espalda de Astrid.
Ambos se tensaron cuando sus cuerpos chocaron, Astrid se sentó con la espalda recta
y él también.
–¡¡Aquí voy!!–
Respiró profundamente, luego exhaló bruscamente, su pecho subía y bajaba con cada
respiración. Su corazón lo traicionó mientras latía contra su pecho.
Fue en este momento que finalmente se relajó un poco. Acercó sus labios a su oído y
susurró: –Inclínate, relájate, será un viaje increíble, Astrid–.
White-fire estaba cansada de esperarlos, ya sea que Astrid se relajara o no, confiaba
en que no se caería con Jareth abrazándola.
Sin otra advertencia, se zambulló más alto en el cielo, sus alas se ensancharon a un
lado mientras se movía verticalmente hacia arriba.
–¡Aaaaaahhhhhhhhhhhhhh!–
Astrid gritó a todo pulmón, cerrando los ojos mientras White-Fire subía más en el
cielo antes de soltar sus alas y batirlas, luego se estabilizó y voló horizontalmente.
–¡¡Fuego blanco!!–
77 Princesa élfica
Jareth cerró los ojos con fuerza, esperando bloquear los gritos de Astrid. Segundos
después dejó de gritar, sus ojos estaban muy abiertos mientras miraba el vasto cielo.
Con cada segundo que pasaba, el corazón le latía con fuerza en el pecho. Nunca antes
había experimentado volar, no esperaba que White-Fire hiciera eso de repente.
Todavía respiraba con dificultad y rapidez, jadeando como quien corrió un maratón.
Jareth abrió los ojos y sonrió, no podía creer lo que veía, ella estaba muerta de miedo
en ese momento.
Decidió burlarse de ella un poco y le mordió la oreja ligeramente. Se estremeció de
miedo y estuvo a punto de dejar caer a la pequeña bestia blanca-tigre-fenix.
–Lo siento.
Realmente había extrañado este lado divertido de ella. Han pasado cinco días, cinco
días desde su emboscada. No pudo ver su lado ruidoso durante esos cuatro días en
que se desmayó y sintió que había cambiado. Él era parte de la causa y no podía
negarlo, realmente extrañaba su yo alegre durante esos días.
Poco a poco, relajó su cuerpo contra el de él, toda la tensión y los músculos rígidos se
relajaron con ella. Con el cuerpo presionado contra el otro, Jareth no pudo evitar
respirar profundamente.
Sus ojos se abrieron de par en par por la sorpresa, no esperaba que él lo hiciera de
repente. Esperó su respuesta, pero al notar su expresión de sorpresa, continuó. –Lo
siento por todo.–
Cerró los ojos y volvió a abrirlos, asegurándose de que no estaba imaginando cosas.
Una pequeña sonrisa se deslizó por sus labios, sus ojos y expresión estaban
completamente relajados ahora.
Estaba triste por el incidente. Fue la primera vez que sintió esta broma por alguien.
Pero algo en su disculpa la tranquilizó, le hizo más fácil aceptar su situación actual.
No podían serlo, era solo una fantasía si ella lo deseaba, pero tenerlo como amigo
estaba más que bien.
–Está bien, Jareth–le respondió, –Si hay algo, lamento haber violado tu privacidad.
*****************
Los otros soldados elfos llegaron al lugar y se encontraron con los soldados tirados en
el suelo, excepto uno, que se quedó mirando el cielo abierto y solo se volvió para
saludarlos a su llegada.
–¡Teniente señor!–
–¿Qué pasó aquí? ¿Dónde está el híbrido?–El teniente Flynn preguntó a su segundo
al mando.
Con una rodilla en el suelo y la otra en ángulo recto, se medio arrodilló, luego colocó
la mano derecha sobre la pierna levantada e inclinó la cabeza. –Perdóname teniente,
se escapó–, dijo rápidamente.
–¡¡Qué!!–Respiró hondo, cerró los ojos como si sintiera algo, luego los abrió y volvió
rápidamente la cabeza. –Ella esta aquí.–
–Sí señor.–
–¡Hmm, ella no estaba sola! ¿Cuántos donde ellos?–Le preguntó. –Espera, ella ha
venido.–
¡¡Silbido!!
Aterrizó con los pies juntos y los brazos extendidos a los lados. Todos corrieron hacia
donde estaba ella y se inclinaron ante ella.
–Subir.–
Todos levantaron la cabeza y se mantuvieron erguidos. Con una mano en las caderas,
miró a todos los soldados y observó su rostro. Pusieron una cara seria mientras sus
ojos parecían sin emociones.
Una pequeña sonrisa asomó a sus labios, era una infierno de una belleza
deslumbrante. La única hija del Rey Regin. Tenía un largo cabello rubio, que llegaba
por debajo de su trasero, un brazalete plateado adornaba con gracia su cabello.
Tenía pestañas largas, cejas delgadas, ojos verdes brillantes, nariz recta y puntiaguda,
labios finos y pómulos altos.
Llevaba un top corto verde con cuello en V que dejaba al descubierto su estómago
liso y blanco, con una armadura plateada alineada alrededor de los bordes y
cubriendo su pecho, una falda verde y blanca que se desgarraba a ambos lados y
terminaba en la parte inferior del muslo.
Llevaba puesta una bota negra hasta la rodilla, un brazalete en la mano derecha y
guantes de cuero negro en ambos brazos. Su edredón, arco y flechas estaban atados a
su espalda.
Un cinturón negro atado alrededor de su cintura, con dagas enfundadas a cada lado
de su cintura. Ella era tan hábil como los Príncipes y era la mascota de su padre, pero
era todo lo contrario cuando se trataba de pelear. ¡Simplemente despiadado!
78 Persecución
–Uno de nuestros soldados vio una luz azul brillante, parecía apagada, así que hice
que mi segundo al mando y otros cuatro soldados la revisaran, mientras los demás
continuaban buscando en otra parte. Debían encender una bengala si era el híbrido .
Lo vi y corrimos aquí tan pronto como pudimos, solo para encontrarlos así –.
–¡Hmm! Enviar un equipo de cinco hombres, eso fue teniente bajo. Quiero decir,
durante toda su búsqueda, ¿tuvo alguna otra pista prometedora como esta?–
–No Princesa .–
–Entonces obtienes uno, uno muy prometedor y decidiste enviar un equipo de cinco
hombres. Espléndido, simplemente fantástico–.
–Sí Princesa .–
–Entonces dime por qué tomó una decisión de vida-riesgo de tales tontos !?–Dijo en
voz alta, la ira siendo evidente en su voz.
Rápidamente se dio un paso hacia adelante mientras se arrodillaba sobre una rodilla
e inclinaba la cabeza ante ella. –Perdóname Princesa –.
Su segundo al mando avanzó unos pasos y también se arrodilló sobre una rodilla. –
Su alteza, perdóneme, pero el teniente Flynn solo actuó de esa manera porque estaba
restringido por orden–, le explicó.
–Callum, su alteza.–
Sus ojos brillaron de alegría ante la mención del nombre de su hermano, pero su
rostro no lo hizo.
–Eso explica que, hermano trabaja solo. Está bien, levántense entonces–les ordenó
mientras se alejaba. La obedecieron y se pusieron de pie. –Entonces ...–ella caminó
hacia donde los cuatro soldados estaban sentados en el suelo.
–Entonces, ¿quieres decirme que solo un híbrido, hizo todo esto?–, Dijo
señalándolos y su mirada se desvió de los soldados heridos a los tenientes.
La Princesa Avery y el teniente Flynn volvieron la cabeza y lo miraron con los ojos
bien abiertos. –¿Quieres decir ... Ella, un híbrido, domesticó a una bestia mística !!–
–Sí señor, se le cayó esto antes de que se fueran–se alejó un poco más de ellos y cogió
un arco, estaba remendado. Se lo entregó a la Princesa y retrocedió.
–Él tomó uno de los nuestros y se fueron. Fue después de que volaron que ella lanzó
su magia sobre el hombre de la tierra y él se derrumbó en eso–, dijo, señalando los
zuecos de tierra apilados uno encima del otro, cerca por.
Ella lo inspeccionó por un tiempo, –¡Madera élfica eh! Gracias, teniente Callum,
teniente Flynn–.
–Teniente–llamó.
–¡Princesa!–
–Haz que tu segundo al mando se haga cargo aquí. La primera vez que enviaste
cinco, ahora tomaremos cincuenta–, soltó el arco de sus manos, mientras sus ojos
inspeccionaban sus manos enguantadas.
–¡¿Su Alteza?!–
Un destello brilló en sus ojos mientras una sonrisa se deslizaba por sus finos labios. –
Es hora de seguir cazando al teniente, tenemos una presa que atrapar–.
–Si, Princesa .–
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~ Reino de Alacia ~ La
Lo sostuvo en sus manos suavemente, después de unos segundos, su palma brilló con
una luz verde translúcida y las algas volvieron a la vida, recuperando su color. –Ahí
está mejor–
–Sí, ¿qué noticias tienes?–Ella respondió sin volverse para enfrentarlos, su sonrisa se
desvaneció rápidamente de su rostro.
–¡No, mi Reina!–
–Es como Muirgen dijo Su Majestad, incluso los Elfos están teniendo dificultades
para conseguirla–, dijo Doris.
La Reina Marceline dejó escapar un suspiro de alivio y luego se dio la vuelta para
mirarlos.
–Entonces, ¿qué noticias tienes, Muirgen, Doris, Maraja? ¿No dije atraerla?–
–Ya no podíamos escondernos en el bosque, tuvimos que retirarnos para que los
Elfos no nos encontraran–, agregó Doris.
–A este ritmo, es probable que la atrapen primero. ¡Esto no es bueno!–La Reina
Marceline pensó en voz alta.
–Como dije antes, incluso los Elfos están teniendo dificultades para atraparla, lo que
significa que incluso ellos podrían no ser capaces de capturarla. Tengo que dárselo a
ella, tu ... quiero decir, el híbrido tiene lo que necesita. toma para eludirlos cada vez
–.
–No lo olvides, ella superó a las tropas humanas y ahora se ha quedado varios días en
tierra de los elfos y aún no la han capturado. Así que no será fácil todavía. No nos
hemos quedado sin suerte todavía–, dijo Maraja. en.
Doris se acercó más a la Reina y dijo: –Su Majestad, todavía hay esperanza, la suerte
aún podría estar de nuestro lado y la atraparíamos. Todo lo que queda es que ella
deje el bosque y la capturemos–.
–Cierto. Los he escuchado a todos, tengo el destino de que ella sea mía. Como le dije
a Álvaro, si llega el momento, uno de ustedes le informaría sobre su madre y que la
tenemos. Ella no tendría otra opción–. pero ven, entonces puedo usarla contra
Isadora –.
–Entonces podré recuperar el cuerpo de Eric. Oh, mi amado hijo, mamá pronto te
traerá a casa donde perteneces–, pensó la Reina Marceline.
Una pequeña sonrisa apareció en sus labios, iluminando su bonito rostro. –Puedes ir,
permanecer fuera de la vista y esperar fuera del bosque o en el agua cercana. No te
pueden ver, mata a cualquiera que te vea.
–¡¡Si su Majestad!!–
La Princesa Kaká nadó alrededor de su reino, los tritones la saludaron cuando pasó.
Llegó a una casa y llamó dos veces.
Ella se mantuvo erguida, con los brazos cruzados frente a su pecho. –Hmm, ¿sigues
holgazaneando tan tarde en la mañana, Delphine?–
Al sonido de la voz familiar, la sirenita saltó de su concha marina con la boca abierta.
–Gracias.–
Nadó en dirección a la habitación de su amiga. Han sido amigos desde que eran
pequeños, los padres de Dariyah trabajaban para su madre y así se conocían.
Desde que murió su hermano, su madre tuvo claro los amantes y ahora, como era la
única hija que le quedaba, tenía que casarse con un noble y uno de Alacia. Así que el
encuentro con su amante se hizo en secreto, debido a su bajo estatus.
Conmocionada, dejó caer el espejo en sus manos y se puso rígida de miedo. Solo su
madre la llamó así y fue entonces cuando hizo algo mal.
Se dio la vuelta y fulminó con la mirada a su amiga. –¡Kaia! ¿Por qué hiciste eso?–
–Deberías haber visto tu cara, jajaja jaja. La expresión de tu cara, eso no tiene
precio–.
–Jejeje, tiempo de venganza–, dijo Dariyah con una sonrisa enigmática en su rostro y
un brillo oscuro en sus ojos. Kaia no podía ver esto porque Dariyah estaba de
espaldas a ella.
Relajó su peso en la pared y vio como su amiga se inclinaba y recogía su espejo del
suelo. Satisfecha de que no se rompió, Dariyah la colocó suavemente sobre la mesa
de su habitación.
–Está bien, te daría lo que quieres, solo ven, vámonos–, dijo con impaciencia.
La Princesa Kaia ya estaba frustrada como estaba, apenas tenía dos horas para pasar
con su amado antes de que su madre comenzara a buscarla, pero su amiga pensó que
era una buena oportunidad para devolverle el dinero.
Se podía ver la sonrisa traviesa en sus grandes ojos redondos. En ese momento, Kaia
supo que había cometido un gran error, su amiga podía pedir lo imposible a veces, si
se le daba la oportunidad.
Una vez, cuando eran más jóvenes, Dariyah había pedido una hermosa flor del jardín
personal de su Reina, a cambio de ocultarle un secreto a su madre. Tan estúpida
como era, trató de tomarlo, pero fue atrapada por su tía.
–¡Nada, Dariyah! Sabes que pides lo casi imposible–dijo rodando los ojos a su amiga.
–Está bien, no lo haría. Pensaría en algo que puedas conseguirme.–
–Vaya, uno hubiera pensado que dirías para qué son los amigos–.
–Jejeje, bromeando. Sabes que me encanta tanto distraer a los guardias. Cualquier
cosa para ti. De todos modos, apresurémonos,
La parte superior del cuerpo de Kaia se inclinó hacia adelante, con las aletas
dobladas hacia la espalda y ambas manos levantadas una fracción hacia su pecho.
Tenía dos conjeturas, una era su madre y la otra su tía. Su madre y su tía tenían una
voz similar, era difícil diferenciar entre ambas voces, especialmente cuando estaban
enojadas.
Esperaba que fuera lo último, si no cómo iba a explicarle a su madre adónde iba. Los
tres se volvieron lentamente para mirar al dueño de la voz.
Tanto Merrill como Dariyah se inclinaron para saludar a la tía de Kaia. –Saludos
Princesa Marín–, corearon.
–¿Cómo estás Dariyah y umm ...–hizo una pausa cuando notó el rostro desconocido.
Soltó a Kaia de su abrazo y arqueó las cejas ante su sobrina. –Jejeje, es mi amigo. Su
nombre es Merrill,–
–¿Y tu tía?–
–Tía, ven a enseñarme la quinta etapa de mi control del agua–, dijo Kaia
rápidamente interrumpiéndola.
Hizo todo lo posible por alejar la discusión de ella y sus amigos, al menos su tía se dio
cuenta de lo que estaban haciendo.
–Ahora no querida. Quizás mañana, sea mi día libre, ahora ve a divertirte. Haría un
último barrido y volvería al lado de tu madre–.
–Tú también. Ten cuidado ahí afuera–se volvió y se alejó nadando con las sirenas.
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–Entonces, Sra. Greg, estoy apostando mucho para ayudarla, así que la necesito ser
claro y decirme todo lo que sabes, ¿de acuerdo? –
–Si, Princesa .–
–Bueno.–
–Sí, Alteza, gracias–La Sra. Greg inclinó la cabeza y se volvió para irse.
Lady Edwina caminó elegantemente hacia los aposentos de su hija, abrió la puerta y
entró. Se encontró cara a cara con la Sra. Greg.
Su mirada tenía una expresión de disgusto en ellos cuando vio a la mujer descuidada.
Lady Edwina no se molestó con ella, solo se burló y la pasó a donde estaba su hija.
–Buenas noches, querida–, respondió al saludo de su hija con una cálida sonrisa.
–Necesitaba confirmar algunas cosas con ella, madre–. Miró a la asustada mujer
junto a la puerta, suspiró y dijo: –Puedes irte ahora, te volveré a llamar si necesito
algo–.
–Gracias Princesa .–
Salió corriendo por la puerta, sin esperar ni un segundo más allí. Todo el mundo le
tenía miedo a Lady Erwina, tenía una forma de hacer la vida difícil para todos, por lo
que nadie quería ponerse de su lado malo.
–Sí madre y como ya habrás escuchado, se trata del caso de robo de ese hermano ...–
Lady Edwina puso los ojos en blanco y suspiró ante su hija. Si había algo de lo que
estaba segura acerca de su hija, era que sería difícil cambiar de opinión a su hija
cuando estaba empeñada en algo.
Así que prefirió no intentarlo después de eso. Después de todo, había moldeado a su
hija en una viva imagen de sí misma. Así que la terquedad corría profundamente en
Cyrena.
–Ven a tener tu asiento, madre. No te conviene preocuparte tanto–, señaló hacia las
sillas de sus habitaciones.
Ambos se acercaron a las sillas y se sentaron en ella. Cyrena levantó un poco la mano
izquierda hacia el nivel de sus ojos y chasqueó los dedos.
Su criada vino corriendo del baño a su lado. –Saludos, mi señora–, se inclinó para
saludar a Lady Erwina.
–Ve a las cocinas y trae algunos bocadillos y vino para entretener a mamá–.
–Bueno, la Sra. Greg vino a mí y suplicó por su esposo, así que lo pensé
detenidamente y fui a ver a su padre. Sabía que en ese momento, Owen estaría
informando a mi padre sobre lo que había sucedido–, hizo una pausa.
–Continúa–, instó a Cyrena.
–Al principio me atacó, diciendo que estaba interesada en los asuntos del reino–, se
burló. –Había malicia en su voz, pero le di una respuesta apropiada. Lástima que el
padre me interrumpió y me hizo disculparme–.
–¡Él hizo qué!–Dijo, su párpado se encendió cuando golpeó con la palma de la mano
el mango de la silla.
–No hace falta decirlo, la conversación continuó. Padre se alegró cuando me disculpé
y dije que juzgaría al culpable mañana, que fue cuando intervine. Le dije que el Sr.
Greg no era el indicado. En ese momento usted necesitaba haber visto la cara de
Owen cuando dije eso. No tiene precio –.
Sus ojos brillaban con una risa desconocida mientras miraba a su madre. –Él
también sintió que no era un caso que una niña pudiera manejar. Le di mi razón a mi
padre y él me dio la oportunidad de demostrar lo que dije–.
–El nervio–, sus venas aparecieron mientras apretaba el puño con fuerza, –¡Cómo se
atreve!–
–Está bien, entonces si tienes éxito, es decir, Owen falló, ¿cómo sería castigado por
no investigar adecuadamente?–
–Le pregunté a papá lo mismo y ese estúpido hermano mío se molestó. Pero le dije
algo a papá, sé que lo meditará y hará lo correcto cuando tenga éxito–.
–Confío en que papá lo sepa. Eso fue todo lo que dije y pedí permiso para irme–.
–Hmm, dejaría que algunos ministros que me deben, lleven este asunto a Bayard. No
puede ignorar que Owen estaba equivocado y casi causa daño a un ciudadano. Sería
su perdición –.
Su sonrisa se hizo más profunda cuando dijo: –Sabía que dirías eso, madre–.
–¿Qué tan seguro estás de que él no es el culpable?–Preguntó Lady Erwina, con una
ceja arqueada.
Cyrena levantó las manos y juntó los dedos formando un triángulo frente a sus
labios. –Estoy seguro. No haría nada para humillarme a mí ya ti. Tan pronto como vi
esta oportunidad, supe que era un buen trampolín–.
–Sí Madre.–
Tan pronto como terminó de hablar, el pomo de la puerta giró y entró su doncella.
–Hmm.–
Les sirvió cada una, la colocó frente a ellos y sirvió el vino en las copas vacías.
Cuando terminó, tomó la bandeja e inclinó la cabeza.
–Hmm, no me siento bien con ella cerca. Algo en ella me hace sentir incómodo–.
–Vamos madre. Estás siendo paranoica. Vamos a comer y disfrutar del vino. ¡Un
brindis!–Cerró la copa de vino y se acercó a su madre.
Lady Erwina suspiró y también recogió su vaso, se juntaron los dos vasos y
vitorearon.
–Salud.–
Lady Erwina sonrió, estaba feliz de que su hija fuera su perfecta protegida. Con ella,
puede gobernar el reino y todo el reino mágico cuando llegue el momento.
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Gerald se sentó cómodamente en una de las sillas en las habitaciones del Príncipe,
estaba mirando al Principe perturbado, mirándolo caminar de un lado a otro en su
habitación.
–¿Cómo podría atreverse a hacer eso? ¿Quién se cree que es? Si no es que su madre
confabuladora hizo que su padre la reconociera, quién hubiera sabido que existía–,
se lamentó en voz alta.
–Gracias a Dios, mi padre no se casó con ella como Reina. Ahora que es Princesa ,
¡cree que puede luchar por el trono conmigo! Pfft, está bromeando. Quiere hacerme
perder la cara, imagina lo que le dijo a mi padre. . –
–Soy su alteza, pero no estoy haciendo rabietas por una niña pequeña.–
–Bueno, esa niña es una perra conspiradora. Es como su madre–, dijo enojado.
–¿No puedes ver? Ella te tiene acorralado, Príncipe Owen. Te tiene justo donde
quiere que estés–suspiró, cansándose del comportamiento infantil del Príncipe.
–Primero la desafiaste para que no se te olvidara.–
–¡Yo! ¿Cómo?–
–Primero le dijiste que ahora está interesada en asuntos del reino, ¿qué estabas
pensando al decir eso? Luego dijiste, es por eso que las Princesa s no pueden manejar
los asuntos del reino ...–
–No, eres tú quien ha olvidado quién soy. No olvidé a su madre ni un poco, pero soy
Owen Bayard, Principe heredero y heredero del reino de Grendel–.
–Conoce a tus enemigos, puedes ser el heredero, pero ¿cuál crees que era el objetivo
de Lady Erwina cuando hizo que tu padre permitiera que tu hermana asistiera a las
reuniones del consejo?–
Se levantó de la silla y caminó para encontrarse con el Principe Owen. Puso una
mano sobre sus hombros y dijo: –Como dije antes y aún lo diría, sé prudente. Tú
fuiste quien provocó la mano de Cyrena o, mejor aún, jugaste directamente en sus
palmas–.
–Ore para que no encuentre al verdadero culpable porque, por lo que sé, Lady
Erwina ha preparado a la Princesa Cyrena para que sea como ella–.
–Es decir, Cyrena encontró una pista posible, un eslabón perdido que no notaste, una
laguna jurídica y ahora planea usarlo en tu contra. He dicho demasiado al Príncipe
Owen, solo cuida tu espalda–.
Con eso, caminó hacia la puerta dejando al atónito Príncipe en sus pensamientos.
–Si yo fuera usted, repasará este caso de nuevo. Ohh, y la chica espera su llegada a la
habitación designada su Alteza–.
–Hmm, no estoy de humor, envíala de vuelta. Necesito pensar.–
Abrió la puerta y salió, cerrándola detrás de él. –Finalmente está empezando a ver la
amenaza que ha estado acechando en su propia casa. ¿Qué podrías estar tramando
Lady Erwina?–Pensó mientras se alejaba.
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¡¡¡Achoo !!!
Lady Erwina estornudó por enésima vez esa noche. Sus ojos se habían enrojecido por
estornudar mucho.
Ambos se levantaron de sus asientos. Cyrena se movió hacia donde estaba su madre y
la sostuvo por la cintura, ayudándola a moverse hacia la puerta.
–En cualquier momento y él llegaría. ¡Uf! Estoy cansada–, se dijo mientras regresaba
a su asiento. Se sentó en su silla y tomó la botella de vino en su mano, luego vertió
suavemente vino en su vaso vacío.
Kpor kpor !!
Escuchó un ligero golpe en la puerta. –Princesa, soy yo, Mia. Lo he traído–, dijo su
criada desde fuera de la puerta.
–Sí, por la noche. Eres Irving Brains, el tanque de información. Dicen que conoces a
todas las personas en un negocio en toda la ciudad y tienes respuestas a cualquier
pregunta–.
–Muy bien entonces, eres un inútil para mí, puedes irte mientras yo sigo siendo
amable–.
–En serio, entonces deberías saber que no soy una persona conocida por los halagos
y que anda por las ramas–.
–Bien. Entonces dime, ¿conoces a algún hombre que tenga el cuerpo de un asesino
habilidoso, que no juegue pero uno puede encontrarlo en la casa de juego ...–
describió lo poco que sabía del hombre a Irving.
–Hmm, hábil y no falla en una misión, pies grandes y cuerpo construido, ¡eh!–
Entrecerró los ojos y frunció el ceño mientras pensaba: –Ese debería ser el Vacío,
Princesa–.
–¿Vacío?–
–Sí, pero el Vacío que conozco puede que no sea el de este caso.–
–Hmm, está bien, sólo arregla una reunión con él. Quiero verlo–. Se inclinó y tomó
su copa de vino.
–Bueno, él no va a sus clientes, sus clientes acuden a él. Es conocido por hacer un
trabajo limpio y perfecto, así que ya sean miembros de la realeza, lores o cualquier
otra persona, debes acudir a él–.
–Interesante, qué hombre. Muy bien, entonces mañana por la noche me llevarías con
él. Reúnete conmigo en la puerta oeste a las doce de la noche–.
–Si, Princesa .–
Mia buscó en su capa y sacó una bolsa blanca, luego se la entregó a Irving.
Cyrena asintió levemente y agitó los dedos. Mia entendió y lo vio salir de sus
aposentos.
–Hmmm, espero que puedas encontrar algo, Amelia. Él está siendo incriminado,
pero ¿quién? ¿Qué pueden ganar? ¿O fue que contrató a alguien para robar el dinero,
pero tendría que pagar una buena recompensa por tal.–
Suspiró, sin saber realmente qué hacer, tomó otro sorbo de vino y cerró los ojos.
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~ Residencia del Sr.Brandon ~
Se escondió con cuidado y esperó una apertura. Pronto ve a dos personas, una señora
mayor y otra joven vestida de sirvienta.
–Toma estas sábanas y haz la cama del amo. Hazlo rápido, pronto se retiraría por la
noche–.
–Sí señora–respondió la niña más joven. Tomó las sábanas de la señora mayor y
subió las escaleras.
Buscó cuidadosamente entre las cosas pero no encontró nada. Mientras buscaba
entre sus cosas, escuchó un silbido y el pomo de la puerta giró.
–Mmm, otro día sin incidentes. Me pregunto cuándo el Rey Bayard daría su
veredicto y se devolvería el dinero–, se dijo.
Abrió un poco el armario y sacó una camisa limpia, luego la cerró a medias y se puso
la camisa por la cabeza.
La mirada en sus ojos era fría y ardiente, como si el frío atravesará la piel, abriendo
un agujero en el proceso. Tenía un aura dominante a su alrededor, enviando miedo a
quienes lo rodeaban. Ella se estremeció un poco ante su intensa mirada,
inconscientemente conteniendo su respiración.
Sus ojos se agrandaron en estado de shock al ver a la única persona que deseaba no
ver. –¡Tú! ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Qué quieres de mí?–
Es gracioso lo que dices –. Su voz salió profunda y fría,–¿Qué quiero de ti? Bueno, te
lo haría saber, diría la verdad. Dile a todo el mundo la verdad y
haz que lo liberen, luego todo el dinero le será devuelto –. El señor Brandon se rió
con sarcasmo,–jajajajaja ... ¡¿Debería hacer qué ?! Pareces estar olvidando algo, no
hay nada que contar y el dinero nos pertenece a nosotros, no a él –, replicó, su miedo
parecía haber sido arrojado por la ventana de repente.
–¿En serio? ¿Es eso lo que piensas? No lo pensaste cuando me contrataste para que
te trajera el dinero, pero ahora el dinero nos pertenece –, se rió entre dientes ante la
situación.
–Bueno, eso no es asunto tuyo. Si hay algo, debería informar a los soldados que tú
eres el ladrón–, amenazó.
Llevaba un paño negro sobre la nariz y la boca, solo sus ojos eran visibles, frunció el
ceño hacia el Sr. Brandon. –Pareces tan confiado. Olvidas que me contrataste para
robar todo el dinero de tus amigos, porque codiciaban su parte. Eres un hombre tan
codicioso. Me pregunto qué diría tu familia, mejor aún, el Príncipe–.
–No te atreverías, nada me ata a esto. Es tu palabra sin evidencia. Además, el dinero
fue encontrado en la casa de Greg y no en la mía–. Se volvió atrevido con cada
minuto que pasaba y ya no temía al ladrón.
–Si estoy en lo cierto, debe tener miedo de verse implicado. No puede acudir a las
autoridades, debería usar esto para mi ventaja–, pensó el señor Brandon.
–Me preguntaba por qué escuché sobre el robo de dinero, pero nunca vi dinero.
Resultó que usted se lo estaba dando. Me pregunto si le pagó o le prometió la mitad
de la riqueza para que me traicionara–.
¡Slam! !
El ladrón lo agarró por el cuello y lo empujó con fuerza, golpeando su cuerpo contra
la cabecera. Apretó con fuerza, casi ahogándose, luego lo miró profundamente a los
ojos.
–Deberías cuidar tu boca, perro asqueroso. Te estoy dando una última oportunidad,
ve a las autoridades y confiesa tu crimen. No lo olvides, tengo una evidencia. Te doy
un día para aclarar–.
–Tendría que negociar con él de alguna manera. No hay nadie a quien no se pueda
comprar, ni siquiera a él ya su manera. Quizás no le ofrecí un buen precio. No puedo
dejar que esto salga a la luz, necesito cubrir esto. –
–Necesito ir a mi estudio. Debo encontrar una manera de salir de este lío–se dijo y
salió de la habitación con la vela en la mano.
Cuando estuvo tan segura de que él se había ido, abrió el armario y salió. –Quién
necesita documento, acabo de descubrir algo más–.
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~ Elven Forest ~
Después de cabalgar durante horas sin parar, Big White-fire finalmente bajó y
aterrizó en el suelo.
Jareth saltó desde White-Fire, Astrid siguió su ejemplo sosteniendo a Little White-
Fire en sus brazos.
–Vaya, eso fue un viaje. Gracias White-Fire.–Astrid levantó la mano y frotó el cuerpo
de la gran bestia blanca tigre-phoenix.
–No sabía que ya estabas curado, hasta el punto de llevarnos durante horas ...–
–Está bien. Me estaba recuperando mientras estaba inconsciente. Así que recuperé
algo de mi fuerza. Solo necesito un poco de descanso. y podemos continuar nuestro
viaje –.
Fuego Blanco puso los ojos en blanco y se acercó a un árbol para descansar. –
Astrid se rió de ella, soltó a Little White-Fire de sus brazos y fue a ayudar a Jareth.
La estudió con atención, era eficiente, poderosa, amable, cariñosa. Ella no era
realmente una asesina, pero podía serlo cuando trataba de salvar a las personas que
le importaban; incluso a costa de su propia vida.
–En lugar de mirar con amor a mi cachorro ya mí, centra tu atención en tu novio–.
Cuando vio sus dientes apretados, sus ojos fueron directamente a su mano y vio su
puño cerrado.
Gentilmente colocó una mano sobre su puño, sacudiéndose con sorpresa, luego le
dirigió una cálida sonrisa. En lugar de relajarse, el corazón le dio un vuelco en el
pecho y su rostro se sonrojó de vergüenza cuando notó que la estaba mirando.
Rápidamente soltó la madera y dio un paso atrás. –Lo siento, yo-yo ...–suspiró,
volviendo la cara.
–Maldita sea, ¿por qué mi cara está tan caliente? Apuesto a que ya se está poniendo
roja. ¿Qué me pasa? Concéntrate Astrid, estás haciendo que todo sea incómodo.–
Pensó. Su mente regresó a su conversación con White-Fire ...
–En lugar de mirar con amor a mi cachorro ya mí, centra tu atención en tu novio–.
–Al menos no soy yo quien mira con amor a alguien–, respondió White Fire.
–¡¿Qué ?! Quieres decir ... ¿Cómo puedo siquiera mirarlo ahora?–Fue entonces
cuando puso una mano sobre la de ella.
–Hmm, me encantaría un buen baño. Quizás más tarde en la mañana, ella colocó su
capa en el suelo y la puso, su bolso le sirvió como almohada.
–Por esta noche, descansaremos. Mañana por la mañana comienza otro viaje. –
Jareth anotó mentalmente.
Este viaje estaba tomando más tiempo de lo que esperaba, tuvieron suerte de haber
llegado lejos cuando ella estaba inconsciente.
Estaba confundido, necesitaban moverse más rápido si planeaban llegar al pico del
bosque.
Tuvieron suerte de no haber conocido a ninguna bestia salvaje a estas alturas. Todas
las otras bestias más pequeñas, no se atrevieron a atacar debido a la bestia mística,
pero no hace falta decirlo ... Cuanto más se alejaban, más se aventuraban en la zona
de las bestias más fuertes.
–Hmm, estas son zonas peligrosas. Nunca hubiera pensado, me aventuraría aquí–.
La bestia White TigerPheonix era una de las cinco bestias místicas, otras bestias en la
cadena alimenticia no se atrevieron a desafiar uno a uno. Algunos de ellos no le
tenían demasiado miedo a la bestia tigre blanco-phoenix, pero esos eran los que a
veces se movían o luchaban en manada.
Astrid rápidamente tomó su capa, se la puso y se puso el bolso por la cabeza. Corrió
hacia donde estaba White-Fire, lista para volar, recogió a su cachorro y se subió a su
espalda.
¡Aullido!
–¡Amelia!–
–¿Si, Princesa ?–
–No pude encontrar ninguna evidencia escrita o concreta para que usted usará a su
alteza, pero le traje noticias interesantes. He encontrado la mente maestra detrás del
robo, pero no puedo imaginarme al hombre que cansó para robar el dinero–.
–Hmm ...–Cyrena dijo mientras bajaba de la cama, ataba las cuerdas de su bata y se
dirigía hacia donde Amelia estaba medio arrodillada.
Mientras contaba lo sucedido, Cyrena se acercó a una silla y se sentó en ella. Ella
bostezo levemente, cerrando los ojos en el proceso. Cruzó las piernas y siguió
escuchando.
Amelia obedeció y mantuvo la mirada baja. No podía decir qué estaba pensando la
Princesa , o cómo iba a obtener una evidencia sólida que pudiera usar contra el Sr.
Brandon, no fuera a hacer una broma de sí misma.
–Necesito más, Amelia. Necesito más, algo para atar a Brandon con el culpable. Él
ordenó el robo todo el tiempo, un hombre tan codicioso–.
–Es cierto, porque, hasta que no puedas vincularlo con una evidencia sólida, sólo
sería tu palabra contra la evidencia del Príncipe Owen–.
–Además está el caso del otro hombre, que cometió el robo. Aparentemente, lo hizo
por buena conducta, robó y devolvió el dinero al señor Greg–.
–Hmm, si Owen no hubiera ido ese día, habría devuelto cada centavo y habría
terminado con este problema–.
Ella frunció el ceño aún más, –Creo que podría tener una pista de quién es–.
–¿Tú lo haces?–Al instante, sus ojos se cerraron mientras su mirada estaba fija en
Cyrena.
–Sí, y creo que hay una ventaja más–, dijo Cyrena. –Necesitamos encontrar su
contrato firmado–, dijo después de una pausa.
–No tiene mucho tiempo su Alteza. Sería mejor si podemos encontrar al ladrón y
hacer que nos dé el contrato–, sugirió Amelia. Uno podía sentir la preocupación
entrelazada en su voz.
Después de volar por la noche durante horas, White-Fire finalmente aterrizó. Todos
bajaron, dispuestos a dormir bien antes de que saliera el sol. Todavía estaba bastante
oscuro, por lo que pudieron descansar unas horas.
–¿Qué era esa bestia de todos modos?–Astrid le preguntó a Jareth. Se sacó la capa y
la extendió en el suelo antes de acostarse.
–¿Qué eran esas bestias?–Él corrigió. –Ese era el Dendrograma. Tiene cuerpo de
león, dos cabezas de venado y escamas de dragón. Escupen un líquido venenoso
cuando pelean, corroe todo lo que toca. También tiene la fuerza de un león–. . –
–Eso no es todo sobre ellos, el problema es que se mueven en grupos de cuatro. Uno
a uno, no es rival para una gran bestia tigre blanco-phoenix, pero juntos, representan
una buena amenaza. Además, está cansado de todo el vuelo y no se ha recuperado
por completo. Incluso si nos uniéramos a la lucha, aún sería difícil –.
–Sí. Por cierto, una barrera estaría bien, ya sabes. Solo para estar más seguro, por
favor.–
–Está bien, haría exactamente eso. -- Dijo un hechizo y se instaló la barrera. –Puedes
preocuparte menos, buenas noches.–
–Gracias.–
–Primero, Sr. Grouchy, ahora dormilón. ¿Alguna vez terminarían sus apodos para
mí?–Él pensó.
–Buenos días.–
Oye, vi un río no muy lejos de aquí cuando estábamos volando, me voy a dar un
baño. No he tenido una vez desde hace seis días. –Ella se sonrojó levemente por la
vergüenza.
–Gracias –.
Se llevó su bolso con ella y caminaron en dirección al río. Cuando estuvieron cerca
del río, Jareth se detuvo y la dejó continuar sola.
Mientras buscaba al animal, saltó y echó a correr. Jareth lo persiguió, la ardilla trepó
a un árbol y él también saltó sobre su rama. Buscó y vio a la ardilla a lo lejos,
decidido a ir tras ella, oyó el chapoteo del agua no lejos de donde estaba.
Detuvo su persecución y giró la cabeza para mirar, solo para que su mirada se posara
en alguien que se estaba bañando. Ella estaba de espaldas a él y la parte inferior de su
cuerpo estaba escondida por el río mientras suavemente salpicaba el agua sobre su
cuerpo.
Lo que estaba haciendo estaba mal, pero cuando sus ojos la vieron, no pudo
despegarlos. Lo siguiente que vio fue que ella comenzó a jugar con el agua, haciendo
grandes salpicaduras y ondas. Estaba cautivado por su actitud juguetona y sonrió.
Rápidamente giró la cabeza y saltó del árbol. –Maldita sea, no deberías haberla
mirado–, se regañó mentalmente.
–¿Pero por qué reaccionaba así ante ella? He visto a una chica desnuda antes, pero
nunca me había sentido así–.
Debido a su encanto y belleza, algunas chicas se lanzaron sobre él, pero por alguna
razón desconocida, él nunca sintió nada y siempre las apartaba.
Era conocido por todos como frío, pero ahora, después de verla, su cuerpo reaccionó.
Se sintió tan avergonzado de sí mismo y caminó de regreso a donde estaba
inicialmente.
–¡Astrid!–
–Me asustaste.–
–¿En qué estabas pensando, que no te diste cuenta de mi llegada? Si se acercara una
bestia, te habría atacado antes de que te dieras cuenta.–
Su mirada recorrió su rostro y su cabello mojado, luego bajó por su cuello y pecho, su
rostro se calentó al pensar en ella bañándose. Rápidamente miró hacia otro lado y le
dio la espalda.
–¿Estás bien? Tu cara está un poco roja. ¿Te asusté tanto?–Ella se acercó a él,
preocupada por su comportamiento repentino.
–Regresemos.–
–¿Estás bien? Tu cara está un poco roja. ¿Te asusté tanto?–Él no respondió, ella se
acercó a él, preocupada por su comportamiento repentino.
–Regresemos.–
Sin esperar a que ella respondiera, Jareth se alejó. Ella estaba confundida con lo que
estaba sucediendo, pero lo ignoró y lo siguió.
Escuchó sus pasos desde atrás y su mirada viajó a la parte inferior de su cuerpo. El
bulto seguía ahí. Se preguntó por qué no lo escuchaba y se quedó quieto. En este
punto ella lo iba a ver.
Jareth se sentó en el suelo, mientras Astrid dejó caer suavemente el pequeño Fuego
Blanco y colgó su capa para que se secara. Metió la mano en su bolsa y sacó una
hogaza de pan seco y carne pequeña, luego la partió en tres trozos y le pasó uno a
Jareth, White-Fire y el pequeño White-Fire.
White-Fire lo rechazó y dijo: –Está bien, puedo quedarme mucho tiempo sin comer,
niña. Además, hay frutas silvestres alrededor, comes hasta hartarse, necesitas
energía para luchar–.
–Claro, si tu lo dices.–Comieron en silencio y se relajaron después de eso.
–Todavía no bajaría. Tal vez deberíamos comenzar nuestro viaje y mejor puedo
ordenar mis pensamientos y se iría. Aparte de sentarme aquí, no hacer nada y
tenerla, robar miradas como si estuviera enfermo–, dijo. pensamiento.
No mucho después, Jareth rompió el silencio. –No podemos quedarnos aquí mucho
tiempo, tendríamos que mudarnos pronto–. –Astrid, pero ...–Comenzó a decir, pero
ella lo interrumpió. –Deberías darte un baño mientras estamos en eso. Calmará tus
nervios. Desde que te sobresalte, te has sonrojado. Me siento mal, así que por favor
refréscate, el agua ayudaría. Está fría ... –
–Sí, pero por favor, ¿podemos descansar un poco? Además, necesito que mi capa se
seque y White-Fire necesita más descanso para recuperar su energía.–
Astrid, que había vivido toda su vida en las afueras de su pueblo y lejos de todos, no
sabía lo que estaba pasando con Jareth. Todo su conocimiento sobre la gente se lo
contaba su tía y los libros que leía.
Cogió su bolso del suelo y se lo puso por la cabeza, dejándolo descansar en su frente.
–Está bien, me iría a bañar. Seré rápido–, le informó antes de levantarse.
Ella simplemente asintió con la cabeza y lo vio irse. Pasó junto a ella
apresuradamente y se dirigió al río.
Pasaron treinta minutos y Jareth no había vuelto. Astrid se preocupó con cada
minuto que pasaba.
–Dijo que será rápido. ¿Por qué está tardando tanto? ¿O le pasó algo?–Sus ojos se
abrieron con sorpresa, –¿Qué pasa si algo malo realmente sucedió? Él me vigiló y no
hice nada. Será mejor que vaya a ver cómo está y estar segura–.
Dejó de jugar con la bestia y se levantó. Gimió en protesta, pero ella le mostró una
sonrisa de disculpa. –White-Fire, volveré.
Diez minutos después, Jareth todavía no había venido, se levantó, decidida esta vez a
encontrarlo. –Es mejor estar a salvo, me voy–. Con eso, dejó su pequeño
campamento y caminó en dirección al río.
Por otro lado, Jareth se sintió relajado en el agua. Poco a poco abrió los ojos,
sintiendo que la parte inferior de su cuerpo estaba más relajada ahora, decidió dejar
el agua.
–He pasado algún tiempo aquí, Astrid podría estar preocupada. Será mejor que
regrese–. Se volvió hacia los árboles y se dirigió hacia la orilla.
Astrid se acercó al espacio abierto y salió de los árboles. Ella nunca habría estado
preparada para lo que vio. Jareth estaba en el agua, solo la parte superior de su
cuerpo era visible, pero sus abdominales y su pecho bien estructurado la cautivaban.
No había mirado hacia arriba, pero en el momento en que lo hizo, la vio no muy lejos
de los árboles. Ninguno de los dos se movió, simplemente se quedaron mirándose el
uno al otro.
Sus ojos parecían estar pegados a su musculoso torso. Sin embargo, el suyo estaba
pegado a su rostro. Observó cada expresión de ella mientras estaba hipnotizada por
su cuerpo. Lentamente, su mirada cayó de su rostro a su pecho. Debido a sus ojos
sensibles, podía distinguir los latidos erráticos de su corazón por cómo subía y bajaba
su trampa.
Esa fue su perdición, algo acerca de ella mirándolo pareció hacer que su sangre
hirviera y su pecho, el recuerdo de su baño apareció ante sus ojos nuevamente.
Como si tuviera una mente propia y quisiera mostrarse con orgullo a la damisela sin
prestarle atención, su miembro inferior saltó.
Los ojos de Astrid se agrandaron cuando notó que algo salía del agua. A primera
vista, no pudo adivinar qué era, pero gracias a sus sentidos intensificados, lo vio
claramente.
–Lo siento ...–gritó. Sin perder mucho tiempo, se escapó. Sin prestar atención a
hacia dónde corría, todo lo que sabía era que no debería haberlo visto y se sentía lo
suficientemente avergonzada por eso.
Jareth no podía creer lo que había sucedido, justo cuando estaba a punto de irse y
feliz de que su miembro había bajado, volvió a subir y fue fuerte.
Antes, había tratado de que ella no lo viera ni se diera cuenta, pero ahora ... Ella lo
vio de primera mano, desnudo en todo su esplendor. Quería perseguirla, pero ahora
no era el momento.
De hecho, tacha eso, las cosas se volvieron mucho más incómodas entre ellos. ¿Cómo
iba a mirarla a los ojos después de esto? Bueno, él sabía que podía, pero Astrid no
podría.
–Maldita sea, es tan linda cuando se siente avergonzada–. No pudo evitar decir. Su
imagen apareció ante sus ojos de nuevo, se encontró riéndose de su yo avergonzado
en este momento y alguien o algo también estaba emocionado de verla.
Astrid corrió un rato y luego se detuvo para recuperar el aliento. Cayó contra un
árbol y apoyó la espalda en él. Sus manos se extendieron para cubrir su cara ardiente.
–Es impropio que admires su pecho desnudo. Su ... Su cosa, surgió, pero ¿por qué?
¿Está sexualmente excitado o se sobresaltó de nuevo por mí?–Ella se cuestionó
repetidamente.
–¿Cómo voy a volver a mirarlo a los ojos?
Mientras luchaba con sus pensamientos, no se dio cuenta de que algo se acercaba. Lo
siguiente que supo fue un rugido, detrás de los árboles, no muy lejos de donde
estaba. ella se puso de pie.
Antes de que pudiera ordenar sus pensamientos y darle sentido a lo que estaba
sucediendo, una bestia salvaje saltó frente a ella. Sus ojos se abrieron de par en par
por la sorpresa y se inclinó hacia el roble detrás de ella.
Sus ojos escanearon su entorno. Ahora estaba más claro para ella que corría en la
dirección equivocada. Se suponía que debía regresar a donde estaba White-Fire, pero
ahora, se enfrentaba a ...
Era un monstruo, una bestia gigante con el cuerpo de un león, las alas de un dragón,
la cabeza de un hombre, y una cola que terminaba en una masa de púas mortales. La
miró con ojos penetrantes, como si fuera a traspasarle el alma.
Nunca en toda su vida había visto una criatura así. Su mirada buscó en su entorno la
ruta de escape más cercana, mientras intentaba no hacer un movimiento descuidado.
El animal la miró y se acercó a ella. –Está bien Astrid, respira hondo. A la cuenta de
tres, huyes–. Dijo en su mente. –Uno, dos ...–contó mentalmente.
Tan pronto como contó tres e hizo correr de regreso al lugar de donde venía, la bestia
se abalanzó sobre ella, pero falló por un pelo.
Sin esperar nada, corrió a toda velocidad entre los árboles. La bestia la persiguió, no
queriendo dejar escapar a su presa. Su corazón estaba en su boca mientras corría, el
miedo, rugió mientras la perseguía y ella gritó en respuesta.
–¡¡¡¡Aaaahhhhhhhhh !!!!!–
90 La Manticora Parte. 1
Astrid gritó a todo pulmón, cuando la bestia se abalanzó sobre ella. Con miedo,
levantó las manos para protegerse, afortunadamente, sus poderes la obedecieron.
Cuando las patas de la bestia aterrizaron sobre ella, se encontró con una fuerza fuerte
y una ráfaga de viento empujó a la bestia lejos de ella.
La bestia se estrelló contra un árbol por la espalda con toda su fuerza y cayó al suelo.
Gruñó un poco y se puso de pie, sus ojos ardiendo de ira por el asalto que sufrió. Le
rugió de nuevo.
–Esa voz, no puede ser ... ¡¡Astrid !!–Sus ojos se abrieron con alarma, tomó su bolso
y corrió hacia el sonido de su voz.
Después de que el viento que venía con su rugido amainó, ella curvó sus labios en
una media sonrisa mientras lo miraba.
–¡¡Cómo te atreves a usar el aire contra mí !!–Ella tomó una postura de lucha,
rompiendo la tierra sobre sus pies mientras le gritaba a la bestia.
La bestia, por otro lado, estaba un poco desconcertada por lo que sucedió. La
acababa de atacar con su formidable rugido, pero ella no se movió ni tembló. En
cambio, le gritó.
Ambas partes se prepararon para otro ataque. La bestia saltó hacia un lado y tiró de
su cola hacia ella, rociando picos en su dirección.
En defensa, levantó la mano derecha y una pared de tierra formó un escudo frente a
ella. Continuó su ataque de púas a su lado y usó su mano izquierda para levantar otra
pared. Distraída, la bestia se movió hacia su espalda y quiso tomarla por sorpresa.
Rápidamente hizo un giro de 180 grados, movió los pies y lo enfrentó justo a tiempo.
Cuando dio un salto, se agachó, levantó una rama de árbol rota y arrojó su borde
afilado al estómago de la bestia.
Astrid rodó lejos de debajo de la bestia salvaje y vio como su ataque no le infligía
ninguna herida. En cambio, solo empujó al animal contra su pared de tierra,
destruyéndolo en el proceso.
Dio varios pasos hacia atrás, creando una buena distancia entre ella y la bestia
salvaje. Ella controló sus poderes y formó una espada de hielo gruesa en su mano
derecha y una bola de tierra en la otra.
Lanzó la bola de tierra a la bestia, pero usó sus alas para empujarla. En ese momento
corrió rápido, arremetiendo contra él con todas sus fuerzas. Cuando la vio
descansando en él, le arrojó sus picos, rápidamente saltó por encima de él y le
atravesó el ala con su espada de hielo.
Una vez más, solo arañó el ala de la bestia y no causó mucho daño. Cuando se volvió
para enfrentar a la bestia y vio la pequeña herida que le hizo, su ira aumentó
instantáneamente.
–¡¿De qué diablos está hecha su piel ?!–Gritó en su cabeza pero ocultó su frustración.
Se dio cuenta de que la bestia estaba a punto de devorar a Astrid y buscó cualquier
arma en el suelo. Cogió una madera del suelo y cargó contra ella.
La bestia levantó su pata y la arrojó a la cara de Astrid, pero antes de que su garra
pudiera tocar su cabeza, Jareth arrojó la madera a su cabeza y aterrizó primero,
deteniendo el ataque de la bestia sobre Astrid.
Volvió la cabeza hacia el intruso, Astrid aprovechó la oportunidad y usó su mano
libre para controlar su magia. Formó una larga daga afilada y apuñaló el ojo de la
bestia. Ella falló y lo lastimó debajo de su globo ocular.
–Astrid.–
–¿Jareth?–
–Pensé. ¿Qué clase de bestia es? Su piel es tan dura como cualquier otra cosa.
Apenas hice daño–, dijo. Su mirada se desvió hacia donde se lastimó las alas.
91 La Manticora Parte. 2
–Eso es una mantícora. Es una bestia gigante con el cuerpo de un león, las alas de un
dragón, la cabeza de un hombre y una cola de púas mortales. Debido a sus alas y
dardos, su piel es más dura que la de un León normal –. Explicó mientras se
preparaba.
–¿Qué parece que estoy haciendo? Preparándome para pelear, por supuesto–.
–Bueno, sí.–
Astrid se enderezó y lo miró como alguien que se hubiera ido a los bunkers.
–¿Cómo esperas usar tu cabeza contra este tipo de bestia? Estoy bastante seguro de
que quieres ser su comida. Es obvio, estás cansado de vivir–.
–¿Qué quieres decir? Me refiero a mi cerebro, formar una estrategia, hacer un plan–.
Fue el turno de Jareth de quedarse sin palabras. ¿Cómo demonios esperaba que él
usara la cabeza? A pesar de que era valiente, no era tan estúpido como para atacar a
una Mantícora solo con su ingenio y su cabeza.
Retrocedieron dos pasos con cada paso que dieron. De repente, hubo un rugido de
abrazos de sangre procedente del este, que envió enjambres de pájaros que huían de
los árboles, chillando y aullando de miedo.
–¡Maldición!–Jareth maldijo entre dientes. –Su rugido atrajo a otras bestias de esta
manera y definitivamente revelaría nuestra ubicación a los soldados–.
–Maldita sea esa bestia hambrienta que roba, que viene a arrastrar a mi presa
conmigo–. Dijo la Mantícora en tono jovial.
Astrid volvió la cabeza hacia Jareth. Su mandíbula se abrió mientras sus sentidos
registraban lentamente este nuevo descubrimiento.
Jareth le lanzó una mirada y vio su expresión perpleja. Oh, cierto, ella vivió en el
reino humano toda su vida, por lo que las pequeñas cosas comunes, como esta, le
eran completamente extrañas.
–Ahora que están distraídos, es mejor que los envenene primero con mis pedos antes
de comerlos. Normalmente los preferiría frescos, pero no puedo demorarme más–.
Pensó la Mantícora.
–¡¡¡Aaaaaasssssstttrrriiddddd !!!–
Gritó su nombre y se lanzó sobre ella. Tomada con la guardia baja, ella cayó con él
encima de ella mientras él sostenía su cabeza de manera protectora, en sus manos y
rodaba por el suelo, esquivando los dardos venenosos que la Mantícora les arrojó.
Antes de que Jareth y Astrid pudieran levantarse, la Mantícora cargó contra ellos
nuevamente, levantó sus patas delanteras y los golpeó.
Astrid levantó su mano izquierda justo a tiempo y erigió un campo de fuerza mágico
sobre ellos. En el momento en que sus patas aterrizaron, golpeó a una fuerza
invencible en lugar de a ellos. No se detuvo sino que siguió abalanzándose sobre él.
Con cada golpe de la Mantícora, Astrid podía sentir que su magia se desvanecía. La
fuerza fue mucha y el sudor frío brotó de su frente.
–Espera Astrid.–
–Piensa en algo, Jareth, no puedo sostenerlo por mucho tiempo. Dejaría ir la magia y
usaría un viento poderoso para empujarlo varios pies hacia atrás.–
–Está bien, según mi cuenta, soltarías tu agarre y lo empujarías hacia atrás, luego
nos alejaríamos de la bestia. Mientras lo distraigo, usa tu magia para ...–
Al ver que había fallado, la Mantícora se volvió enojada hacia ellos. Necesitaba
terminar con estas comidas antes de que llegaran las otras bestias ...
Giró su mirada hacia Jareth y dio un paso más cerca en su dirección. –¿Por qué no
me ocupo primero del problemático, antes de ese gato asustadizo?–
–¡Qué! ¿A quién llamas gato asustadizo?–Astrid rápidamente formó dos espadas de
hielo mientras hablaba. –¡Jareth!–Ella gritó y le arrojó una espada.
Jareth levantó el brazo y agarró la espada de hielo por la empuñadura. –Vaya, es tan
pesada y rápida como una espada real, pero más afilada–. Blandió la espada,
probando su rapidez.
–Está forjado con mi magia y mi poder, debería poder cortar su piel. Veamos quién
muere primero, bestia–. Sus ojos se encontraron con los de la bestia mientras decía
la última parte.
–Me aseguraré de que tu muerte sea mucho más dolorosa de lo que había planeado–,
le dijo la Mantícora a Astrid.
–Me encantaría verte intentarlo–, espetó ella. –Jareth, ¿espero que puedas usar
ambos?–Sin darle tiempo para responder, le arrojó la segunda espada y él la atrapó
fácilmente con una sonrisa. –¡Por supuesto!–
Jareth avanzó también, se lanzó al ataque. Justo cuando el Mantícora estaba a punto
de aterrizar sus patas y cuerpo sobre Jareth, lo esquivó hacia un lado y usó las
espadas para cortar el brazo de la bestia.
Mientras seguían luchando, la garra del Mantícora arañó el brazo de Jareth antes de
esquivar el ataque. Astrid estaba lista, al momento siguiente sus ojos brillaron y
largas ramitas, ramas esparcidas y enredaderas se elevaron del suelo.
Las ramitas y ramas formaron una madera larga y puntiaguda. Tanto las enredaderas
como la madera puntiaguda permanecieron en el aire, esperando su orden.
Las espadas de hielo ahora estaban manchadas con la sangre de la bestia. Jareth
cambió su mirada de la espada a Astrid. Dejó caer las manos y sus ojos volvieron a su
color original.
Inmediatamente, cayó sobre una rodilla y usó sus manos para sostenerse, inclinó la
cabeza hacia abajo en el proceso. Jareth dejó caer las espadas y corrió hacia donde
ella se arrodilló en el suelo y se arrodilló con ella.
Trató de ayudarla a levantarse, pero en cambio hizo una mueca cuando el dolor se
filtró en sus huesos. –¡Hssshh!–Él siseó, ella giró la cabeza para mirarlo, soltó su
mano y tomó su brazo. Sus ojos se abrieron de par en par mientras miraba la herida.
Casi había olvidado que la bestia lo arañó en ese momento. Justo ahora, ayudándola,
había ejercido algo de fuerza en su mano y sintió el dolor.
–No es nada. Solo un rasguño.–No podía ver bien la herida porque su camisa la
cubría. Se rompió un poco, por lo que no pudo determinar el alcance de la herida.
–No es.–
¡¡Rugido!!
–Astrid, ¿qué pasó?–Preguntó White-Fore. Barrió con los ojos los alrededores y vio a
la Mantícora muerta. –Estas bien.–
–¿Nuestras cosas?–
–Haría una parada rápida y tú los conseguirías, pero debemos dejar este lugar
pronto–.
–Entendido.–
¡¡Silbido!!
Astrid giró la cabeza y atrapó una figura en un árbol a lo lejos, con su arco bajado un
poco. Lo siguiente que supo, fue que varios otros soldados se pusieron de pie y les
dirigieron sus reverencias.
Justo antes de que volara hacia el cielo, varias flechas aterrizaron en el suelo donde
una vez estuvo. Otra flecha pasó volando junto a su cabeza, sin apenas fallar.
–¿Astrid?–
White-Fire despegó, corriendo entre los árboles y lejos de la embestida de las flechas
y sus perseguidores.
Mientras corría, vio un árbol caído bloqueando su camino y saltó sobre él. Esto
sacudió a todos, causando que Jareth casi se caiga. Astrid rápidamente lo agarró por
la camisa y lo acercó más a ella. –Jareth, por favor espera.–
Giró la cabeza para mirarlo y vio que los ojos de él se cerraban, bajó la mirada a su
brazo herido y vio unas líneas oscuras en su brazo donde la flecha se clavó en su piel.
Asustada por el pánico, Astrid gritó en su mente: –¡White-Fire, por favor, date prisa!
Está envenenado
Poco después, llegaron a donde habían acampado antes, Astrid bajó de White-Fire
dejando a la pequeña bestia. Little White-Fire se aferró con fuerza a su madre
mientras esperaba.
Jareth metió la mano en su bolso y sacó una poción. Usó su boca para abrir la tapa
con corcho y bebió su contenido, luego arrojó la botella a los árboles. Astrid usó su
capa que ahora estaba seca hasta cierto punto, su bolso y corrió hacia el arco y las
flechas de Jareth. Rápidamente se puso la colcha de él a la espalda y se apresuró a
regresar a White-Fire.
Esta vez ella se sentó a la espalda de Jareth mientras él usaba su brazo ileso para
sostener a la pequeña bestia blanca tigre-pheonix.
–Vamos antes de que se pongan al día–, dijo Astrid a White-Fire. White-Fire despegó
hacia el cielo y se fue volando.
Apenas se habían alejado de los árboles cuando Astrid sintió que algo atravesaba el
aire directamente hacia ellos. Sin perder tiempo, levantó su mano derecha en el aire,
la controló y rápidamente usó el aire para formar un escudo alrededor de ellos.
Las flechas atrapadas en su escudo de aire giraron y se lanzaron hacia sus remitentes
con una fuerza adicional en cuanto a cómo llegaron.
Abajo, en los árboles, una niña vio las flechas dispararles por la culata y gritó: –
¡Salta!–
Dio un salto desde el árbol y estuvo en el aire por unos segundos, sus ojos y los de
Astrid se encontraron poco antes de caer y aterrizar en una rama de árbol diferente.
Por suerte para algunos de los soldados, saltaron a tiempo y esquivaron las flechas,
desafortunadamente tres soldados no reaccionaron a tiempo y fueron atravesados
por algunas de las flechas y cayeron directamente al suelo.
–¡Princesa!–Un soldado la llamó desde abajo. Miró hacia abajo y vio a los soldados
heridos tirados en el suelo, gimiendo de agonía.
Saltó sobre unas ramas y bajó para encontrarse con los soldados. De una bolsa que
tenía en el cinturón, sacó un frasco y se lo arrojó al soldado que la llamó.
–¿Si?–
–Su Alteza, incluso después de tomar la poción, no serían aptos para el viaje.–
–Está bien, pero ¿cuánto tiempo antes de que mejoren? Necesitan irse antes de que
lleguen las bestias.–
–Treinta minutos, tienen otros treinta minutos para salir de la vecindad, luego
continuaríamos nuestra persecución. No pueden ir muy lejos, el hombre está herido,
tendrían que tratar el veneno para que podamos alcanzarnos–.
–Muy bien Su Alteza.–
*********
Jareth no estaba empeorando desde que tomó la poción, pero tampoco se veía bien.
Después de aproximadamente dos horas de vuelo, Astrid usó su visión mejorada para
buscar un lugar donde aterrizar sin ninguna forma de bestia a la vista.
–Puedes aterrizar justo después de ese árbol de la derecha. No hay bestias en las
cercanías–, le dijo a White-Fire.
White-Fire escuchó sus palabras y aterrizó, bajaron con Astrid ayudando a Jareth a
salir de White-Fire.
94 Heridos; Parte 2
–¡Hey Jareth!–Ella gritó y le levantó la cabeza con las manos, –Mírame, puedes
hacerlo. Quédate conmigo por favor–.
Gimió de dolor mientras trataba de no agachar la cabeza. A este ritmo, podría perder
el conocimiento o entrar en coma si duerme. Necesitaba que estuviera despierto
mientras ella extraía el veneno de su sistema.
–Hmm.–Eso fue todo lo que pudo decir para demostrar que estaba con ella. Ella lo
miró con ojos llorosos mientras se mordía con fuerza los labios para evitar quedarse
dormido.
Estaba dolido y dormir en ese momento sería una solución perfecta para ayudar o
ignorar el dolor, pero por muy dulce que fuera esa solución, era peligrosa.
–Está bien, aquí voy–.
Su agarre en la flecha se apretó, lo miró una vez más y la sacó. Apretó los dientes y
cerró los ojos con fuerza mientras el dolor se apoderaba de él.
Tenía que admitir que era duro. Rápidamente inclinó la cabeza y rasgó su camisa,
exponiendo la herida a sus ojos. Tomando la calabaza de agua y taponándola para
abrirla, vertió algo de su contenido sobre su herida.
Ella giró la cabeza para mirarlo, sus ojos aún estaban cerrados, su frente estaba
cubierta de gotas de sudor. Vio como una gota se deslizó por su rostro hasta su
perfecta línea de la mandíbula. Incluso en esta situación, todavía estaba apresurado.
Fue cuando de repente abrió los ojos cuando ella giró la cabeza y se concentró en su
herida. –Maldita sea Astrid. Concéntrate en tratarlo–, se regañó mentalmente.
Ella se enjuagó un poco la mano y la colocó sobre su herida. Cerrando los ojos, buscó
sus poderes y se conectó con su cuerpo. La sangre era líquida y el agua también.
Minutos después, cayó de culo mientras jadeaba. Ella exhaló un suspiro de alivio,
satisfecha de haberlo curado. Aunque la carne no estaba perfectamente curada, había
hecho un buen trabajo extrayendo el veneno y cerrando su herida hasta cierto punto.
Lentamente abrió los ojos, la brillante luz del sol se filtró y le hizo parpadear varias
veces. Después de unos segundos, sus ojos se adaptaron al brillo y se adaptó a su
rostro preocupado.
Ella giró la cabeza para mirarlo a la cara y sus miradas se encontraron y ella le dedicó
una sonrisa cansada. Lo devolvió con uno de los suyos.
Ella le entregó el agua restante para beber, él la tomó con la mano ilesa y bebió
lentamente. Levantó el trozo de tela y procedió a vendar su herida.
Cuando terminó, estaba muy cansada, su rostro brillaba de sudor y su respiración era
irregular. Ella se movió para sentarse a su lado debajo del árbol. –Descansa, lo
necesitas y tu cuerpo también lo necesita–.
–¡Astrid!–
En este punto, no podía discutir con ella pero aceptar la situación tal como era.
Todos estaban exhaustos y no sería justo por su parte si no considera eso.
Levantó la mano en el aire y pronto se instaló una barrera mágica. Miró a su lado y
vio a la madre y el cachorro relajarse tranquilamente bajo un árbol y sonrió.
Cerró los ojos y se quedó profundamente dormida. Los ojos de Jareth se abrieron,
desvió la mirada hacia su derecha y sonrió.
–Se ve tranquila de esta manera. Ha tenido un día difícil, pero es solo el comienzo–.