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POESIAS SELECTAS
Poesías
Selectas
VICENTE ACOSTA
Ultratumba
Génesis
Confrontaciones
Contrastes
Secretos
A .Abelardo
Nocturno
IOh Diosl
ULTRATUMBA
Espíritu que engendras las ideas
y animas con tu soplo lo creado
como alma universal! Tú que en tu vuelo
invisible rompiendo los espacios,
escudriñas el fondo de natura
con mirada profunda, y vas del átomo
a la mole; del árbol a la selva
de enlazadas cavernas; de los campos
a las montañas; de la est6ril roca
a la alta cumbre; de la flor al astro;
del soplo al huracán; del cristalino
arroyo de ondas tersas, al crinado
raudal que de las cumbres se desata
con música salvaje; del océano
al cielo, a las alturas misteriosas
de donde mana el éxtasis; del lampo
a la aurora que enciende el claro día;
del celaje de púrpura al nublado
que corona la frcnte de los montes;
dc la oruga a la chispa; del relúmpago
al incendio; de la hoja a la florcstn
de centenarios y copudos árboles
que se elcvan severos como inmenias
columnas de algún templo abandonado;
dcl eco al ritmo; del reptil al avc;
del lago azul al fétido pantano
dc turbias aguas; del rumor al grito;
del manantial a1 río desbordado
que los montes atruena; y del insecto
al águila de vuelo soberano,
garras de bronce y encorvado pico,
símbolo de la fucrza! T ú que osado
haces en tu carrera prodigiosa,
como la tempestad en el océano,
rugir e1 pensamiento cn el cerebro
g el dolor en el alma-sordo rayo
que brota de la angustia comprimida-,
ciimc, lmes que crcs cl eterno sabio
que cscudriíiando mundos has leído
en la pigina inmensa de lo creado
que Dios cn sus divinos cmbclcsos
cn su éxtasis de artista sobrehumano,
asomado al dintel del infinito,
bordó de sombras y escribió con astros:
Iqué hay tras el velo de ese azul yuc ríe
profundo, extenso, dilatado campo
do en fantástica danza raudos giran
enjambres de planetas revolando,
bandadas de gigantes mariposas
que la luz infinita ha enamorado?
Agrecste sacerdote,
en la solemne umbría
oficiaba inspirado al gran Padre del día,
en un rito salvaje.
Y el pájaro soltaba
SU reguero de trinos como enjambre de rimas,
y su cabeza blanca, como orando, inclinaba
la más alta y soberbia y anciana de las cimas.
de aquella augusta, fiesta,
de aquel vasto sagrario,
La callada floresta
Sra enorme incensario.
El buen Dios aun no estaba de su obra sotisfeclio..
(A C'cclixtoVelado.)
La roca, cl precipicio,
el ave; la ola mansa
baíiando la cabcza del escollo;
claridades, abismos y montaíías . .
Y senos de alabastro
e n cuyo fondo se revuelca el vicio,
como el monstruo que yace bajo la onda
o el áspid en las flores escondido.
E n el ideal divino
que aprisiona la carne entre sus garras;
cn todo lo que alumbra y lo que incendia
y cn todo lo que vuela y lo que canta.
Y mc dije, asomaclo
:Llas profundas simas de mi alma,
abicrtas a la duda, como bocas .
que sc bcbcn 1s sombra con sed ávida:
L&
Y al volver a s u nido me dicen:
no despierta; dormida está su alma."
Y ,YO pienso en la hermosa leyenda
de no sé qué Princesa encantada!
A UNA PECADORA
i E s la comedia cruel de los amores
la que con ¿I represcntar hoy quiercs?
iAy! a veces vosotras, las mujcres,
sois venenosas como ciertas florcs.
Miniatura de bazar,
cstuche que un mundo encierra,
parece un hcrmoso altar,
o el cielo en que han de soííar
los ángeles de la tierra.
Y al volver la mirada
hacia el cielo, él veía
el azul quc se abría
como inmensa cortina rasgada
y en el árbol vertía
su liiz en un cálido baíío dc gloria,
mientras el mar, tendido,
gemía como un monstruo enternecido.
REGIONALES
El Maizal
Las Campanillas
En el Jardín
Arbol de Fuego
Paisaje
EL MAIZAL
Bajo el calor del trópico, la vieja selva,
ebria de luz y vida, parece dormitar,
filtrándosc en sus claros el sol, en haces de oro,
imprime sobre el suelo manchas de claridad.
En la estación hermosw,
la estación de la hermosa primavera,
del amor y la vida;
canta el pájaro amante una romanza
cn la rama fiorida;
de los follajes cálidos y espesos
se desprede un rumor como de besos.
[púrpara,
que Iiinclia cl marino c6fii.o J- quc protege la picdad de un
[dios.
Ya cl Parthenón en ruinas vi6 alejarse n Mincrva, y el
[Acr6polis
se ha borrado de Athenas: no suena ya la flnutn del dios Pan:
ni ocultos en las frondas á Ins ninfis :tseclim ya los sátiros;
ni en sagrada 1icc:rtombe Iris víctirnus su sangre Iiirvientc
[dan.
El circo ya no atriicnan 111s férreas llantas cle los carros
[ágiles,
ni los bronceados cascos reverberan terríficos al sol;
ni en los frescos jardines dc Academus, escúchase al filósofo,
poseído del estro; ni las rapsodias épicas. . . .Pasó!
Cay6 Jove el soberbio, y Marte el iracundo, derribándolos
un vicnto huracanado, como soplo inmortal de la verdad.
Desierto está el Olimpo tonante: s610, desafiando impávidos
la eternidad, Homcro y Esquilo sobre Grecia reinarán!
ATHENAS
Pasmon ya las clásicas edades
en que ra. 1% luz del Arte y la Poesía,
sus doradas cadenas imponía
la Athenas de Periclcs g Alcibiades.
Cedieron las olímpicas deidades
cl paso a la vulgar Filosofía.
La quc Reina del Mundo fuera un día,
hoy gime cn apartadas soledadcs.
Bajo el peso cncorvada de su gloria,
con su mundo de bcllns creaciones,
su pasada grandeziclioy i l u s o r i ~ ,
g batida por recias conmociones,
va sorbida a1 oceano de la Historia
donde se pierden razas g naciones!
INDICE
u l t ~ l t l l ~ i l l .~...l . ............ $5
(%nwis .... . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Confi.ont;icion . . ..................... 33
Contrastes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
S c c r ~ t o s . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
-4 Abelardo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
Xocturno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
Oli Dios ! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
Lfricas
Qiiiriic~r:~ ................................... 5.3
..
ol~qllí~lc~.l . ............................. 3;>
111ct~'os ................................ 57
-1unn Pc'LR dOrR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
Flores Húmedns . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ti1
"
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Ráf agn. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
0.isis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
En la cartera clc u n amigo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
Fic.st.1 t l c C)oi.l)iiS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Cl~c.pllscillotic 1:i lllllcl.t.(' . ..................... 7::
...............................
'J.'~iiribu Divinu 79
Sotto Vocw . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
ClcmLtide . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
Traducciones y Motivos
Regionales
Varias
Los incjorclx v c i w s . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
LIipida mortuoria de un portv . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
E s p í r i t ~.~. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
Akthen.rs. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131