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Josep Maria Esquirol – La resistencia íntima

Desertor y desierto (desertor es también quien huye hacia una zona deshabitada).
“Quien va al desierto es, sobre todo, un resistente. No necesita coraje para expandirse
sino para recogerse y, así, poder resistir la dureza de las condiciones exteriores. El
resistente no anhela el dominio, ni la colonización, ni el poder. Quiere, ante todo, no
perderse a sí mismo, pero, de una manera muy especial, servir a los demás. Esto no debe
confundirse con la protesta fácil y tópica; la resistencia suele ser discreta” (9).
Resistencia también como “la fortaleza que podamos tener y levantar ante los procesos
de desintegración y de corrosión que provienen del entorno e incluso de nosotros
mismos” (10). Resistencia a la fuerza disgregadora (homogeneizadora) de la sociedad.
Disgregación del ser. La resistencia es más reservada que llamativa (14). “No hay
resistencia sin modestia y generosidad. Por ello, la presunción y el egoísmo certifican su
ausencia. Narciso no es un resistente” (15).

Resistencia íntima, no por lo interior sino por lo próximo. Defiende una filosofía
de la proximidad cuyo opuesto no es la lejanía sino la abstracción desconectada de la
vida. Resistencia social como resistencia ontológica. “Quien va al desierto no es un
desertor. Quien se convierte en ermitaño, a pesar de que vive en el yermo, no es en
modo alguno estéril. La vida puede ser perfectamente profunda desde la marginalidad,
porque lo que cuenta es poder ser inicio; que cada cual sea inicio” (18). [Nada viene de
nulla res nata: de nacida! – esto solamente es así en español: niente, no-res, nothing…].
[Heidegger: nihil – ne-hilum – sin hilo]. [Philipp Mainländer, contemporáneo de
Nietzsche que defendió una filosofía del pesimismo y que se ahorcó joven]. [Ecce
Homo, Nietzsche confiesa que su propia experiencia es la de la decadencia]. Filosofía
de la proximidad como respuesta al nihilismo, pero no desde la voluntad de poder (28).
El nihilismo no sólo lo es de la nada sino también de lo mismo (de una realidad que es
toda igual). La proximidad como salvación.

Casa como símbolo de la intimidad descansada. La filosofía de la casa no es la


del eterno retorno sino la del retorno. [Derrida habla de la imposibilidad del don: no de
que no haya sino de que aparezca como tal]. “Resistencia íntima no alude a ninguna
cerrazón. Son las aberturas, no las murallas, las que nos vinculan con la exterioridad. A
casa se vuelve porque se sale” (52).
Frente a Heidegger: la cotidianidad no como caída sino como respuesta al
abismo. No habla del claro sino del ayuntamiento (62). Importancia de la proximidad,
que no evita ni lo inhóspito ni la angustia. Existir como permanecer en la proximidad.
Heráclito y los dioses. [Rosenzweig: El libro del sentido común sano y enfermo]. “El
nihilismo no se supera, de la misma manera que no se supera la finitud: se afronta. Nos
movemos entre la proximidad y el abismo, y la proximidad es ya una respuesta al
abismo” (75). [Absurdo viene de sordo de oído, de alguien que desentona]. [Deleuze: no
carecemos de comunicación, sino de resistencia al presente]. [Freud lamentó no
experimentar el sentimiento oceánico de Rolland aunque lo describió muy bien].

Dice que la reflexión metafísica resulta hoy liberadora (167). Somos juntura
(172ss).

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