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Ocnos (2016), 15 (2): 77-97

DOI 10.18239/ocnos_2016.15.2.1140

Ocnos
Revista de Estudios sobre lectura Open Access
http://ocnos.revista.uclm.es/ Full Text
Article

Prácticas didácticas, creencias y hábitos lectores del


profesor en una escuela exitosa en la promoción lectora
Teaching practices, beliefs, and teacher’s reading practices
in a school that’s successful at promoting reading

Felipe Munita
Universidad Austral de Chile

Fecha de recepción: Resumen Abstract


21/09/2016
Las investigaciones sobre aspectos como Research on topics such as reader profi-
Fecha de aceptación:
el perfil lector o el sistema de creencias del le or teacher’s beliefs system and its impact
26/11/2016
profesor y su incidencia en las prácticas do- on teaching practices has progressively ac-
centes, han adquirido una progresiva rele- quired relevance in the field of the teaching
ISSN: 1885-446 X
vancia en el campo de la didáctica de la len- of language and literature. In this context,
ISSNe: 2254-9099 gua y la literatura. En ese marco, se presenta this article presents a qualitative study that
una investigación cualitativa que indaga en looks into existing relationships between
las relaciones existentes entre las trayecto- teachers’ reading trajectories, their beliefs
Palabras clave rias personales de lectura del docente, sus about literature and literary education, and
Actitudes del profesor; creencias acerca de la literatura y la educa- their practices within this sphere. This was a
comportamiento docente; ción literaria, y las prácticas didácticas en case study about three teachers who worked
creencias; actitud lectora; este ámbito. Para ello, se realizó un estudio at a school where the promotion of reading
hábitos lectores; promoción de caso con tres maestras de una escuela en practices was fundamental to the pedagogy
lectora. la cual la promoción de la lectura constituye of the institution. Data collection methods
un eje fundamental del proyecto pedagógico included narrative inquiry (stories and in-
Keywords
Teacher Attitudes; Teacher del centro. Los datos se construyeron me- terviews), and field notes from class observa-
Behavior, Beliefs; Reading diante relatos de vida, entrevistas, observa- tion. Our findings reinforce dimensions like
Attitudes; Reading Habits; ción de aula y notas de campo. Los resultados the relationship between a reader’s profile
Reading Promotion. refuerzan aspectos como la relación que pue- and her beliefs about literary education, or
de establecerse entre perfil lector personal y the importance that teacher’s beliefs have in
creencias sobre educación literaria, o la im- teaching practices. They also show nuances
Correspondencia: portancia que tienen las creencias del profe- that depict the complexity of these relations-
fmunita@gmail.com sor en sus prácticas didácticas. Igualmente, hips, as well as highlight the relevance of
ofrecen matices que dan cuenta de la com- institutional components in reading media-
plejidad de esas relaciones, y subrayan la re- tor’s practices.
levancia de los componentes institucionales
en las prácticas de los mediadores de lectura.

Munita, F. (2016). Prácticas didácticas, creencias y hábitos lectores del profesor en una escuela
exitosa en la promoción lectora . Ocnos, 15 (2), 77-97.
doi: 10.18239/ocnos_2016.15.2.1140

Ocnos: Revista de Estudios sobre lectura. Editada por CEPLI; Universidad de Castilla-La Mancha se distribuye bajo
una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0. Internacional 77
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Introducción: las complejas relaciones tiva relación entre el hábito lector personal del
entre hábitos lectores, creencias y docente y el nivel de motivación e implicación
prácticas del docente en torno a la lectura de sus estudiantes con la lectura: los profeso-
res más lectores ostentan mayores niveles de
El supuesto de que los profesores buenos logro de sus alumnos en este ámbito que los
lectores son también mejores mediadores en no lectores, y son más propensos a utilizar las
el aprendizaje lector y literario de los niños y estrategias didácticas recomendadas en este
jóvenes, cuenta con un fuerte respaldo en el campo:
discurso didáctico contemporáneo. Se basa …los profesores lectores son más propensos a
en que un maestro que valora y disfruta de la involucrarse en prácticas educativas que modelan
lectura en su espacio personal, y que comparte la pasión por la lectura. Más que los maestros que
reportan no leer regularmente por placer, los
con entusiasmo su pasión, conforma a su vez
maestros lectores leen en voz alta a sus alumnos,
un excelente modelo lector para sus alumnos participan en conversaciones sobre libros, modelan
en el plano pedagógico (Daisey, 2009; Powell- estrategias lectoras específicas, ofrecen a los estu-
Brown, 2003; Sanjuán, 2013). diantes una mayor elección en los materiales de
lectura y, frecuentemente, dan a los estudiantes
Se ha señalado, incluso, que las propias tiempo para leer durante el día escolar (McKool y
prácticas y comportamiento lector del docente Gespass, 2009, p. 273).

serían la mayor y más importante influencia en


el desarrollo lector de sus alumnos (Morrison, En la misma línea, Commeyras, Bisplinghoff
Jacobs y Swinyard, 1999), y que la identidad y Olson (2003) constatan una serie de “posturas”
lectora del profesor es una de las características que caracterizarían el trabajo pedagógico
más relevantes de aquellos docentes considera- del profesor como lector, quien, entre otros
dos como exitosos en el plano de la enseñanza aspectos: habla con los estudiantes sobre su
de la lectura y la escritura (Turner, Applegate y vida lectora (cómo selecciona sus textos, el tipo
Applegate, 2009). Como bien sintetiza Dreher de preguntas que se hace mientras lee, etc.);
(2003, p. 338): explicita a sus estudiantes las estrategias de
comprensión que utiliza durante la lectura;
…los profesores que son lectores comprometidos
se sienten motivados a leer; son lectores bien infor- establece conexiones entre sus lecturas y los
mados y estratégicos y, además, son socialmente procesos de enseñanza-aprendizaje, y enseña
interactivos acerca de lo que leen. Estas cualidades apasionadamente la lectura literaria.
aparecen en sus interacciones de clase y ayudan
a formar estudiantes que sean, a su vez, lectores En este marco de un fuerte respaldo a la
comprometidos1. incidencia de la postura lectora personal en las
prácticas didácticas del docente, existen igual-
Surge así la conceptualización del profesor mente algunos estudios de caso que parecen
en tanto “sujeto lector didáctico” (Delbrayelle poner este supuesto en entredicho o, al menos,
y Duszynski, 2007), es decir, en su doble matizar una interpretación absoluta del mismo.
dimensión de individuo que lee por sí mismo Así por ejemplo, las entrevistas realizadas por
y de docente encargado de promover esa expe- Brooks (2007) a cuatro docentes considerados
riencia de lectura en otros (Falardeau, Simard, ejemplares en la enseñanza de la lectura reve-
Carrier  y Gauvin-Fiset, 2011). En ese marco, laron que, si bien todos se conciben a sí mismos
la pregunta clave en los estudios es: ¿influye como lectores competentes e implicados,
el docente lector en la formación de alumnos ninguno ve en ello un aspecto especialmente
lectores? Una primera línea de avance la encon- relevante en su docencia. Atwell-Vasey (1998),
tramos en amplias investigaciones como las por su parte, en su estudio de tipo biográfico
de Lundberg y Linnakyla (1993), Morrison et sobre la relación entre la experiencia lectora
al. (1999) o McKool y Gespass (2009), cuyos de tres docentes con sus prácticas educati-
resultados revelan que habría una significa- vas, concluye que existiría un importante

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divorcio entre la experiencia lectora personal y no lectores” (Larrañaga y Yubero, 2005) que
del profesor y la lectura pública que se favorece puede ser muy difícil de revertir en etapas poste-
en el aula. Esta distinción resulta igualmente riores. Esto supone, en primer lugar, aceptar que
clave en las primeras prácticas pedagógicas de la identidad lectora y literaria es un componente
una lectora literaria experta, como la obser- clave de la identidad docente (Granado y Puig,
vada por Holt Reynolds (1999): su perfil de ávida 2015). Supone, también, repensar los procesos de
lectora, amante de la poesía y persona capaz formación para que permitan explorar las relacio-
de hacer interpretaciones literarias complejas nes entre quien se es como profesor y quien se es
fue, literalmente, “invisible” en el aula. Más como lector, “permitiendo que cada uno informe
recientemente, Lamas (2016) muestra esta diso- y enriquezca al otro” (Cremin, Bearne, Mottram
ciación en el caso de una maestra que, habiendo y Goodwin, 2008, p. 20). La postura del docente
construido un potente espacio personal como como lector es potencialmente relevante, aunque
lectora de poesía, es incapaz de pensar en tras- su verdadera influencia parece descansar tanto
ladar esa experiencia de lectura poética a sus en procesos de reflexión y de toma de conciencia
aulas. personal sobre esta dimensión, como en procesos
de formación profesional que permitan la puesta
Parece, pues, que la fórmula “buen lector es
en escena de esa postura en espacios de socializa-
igual a buen mediador” está llena de matices: la
ción entre pares (Munita, 2016).
experiencia personal en tanto lector no siempre
se traslada de manera automática a la práctica Además del contexto y de la formación, otro
docente. En este punto, los trabajos desarrolla- factor emergente desde la investigación, que
dos en la Universidad de Laval (Falardeau et al., tiende a mediar e influir en las actuaciones
2009, 2011; Falardeau y Simard, 2011) aportan de un docente, son las creencias que se tienen
dos líneas de comprensión fundamentales: por sobre aspectos como el objeto de enseñanza o
una parte, confirman la influencia que tendría los procesos de enseñanza-aprendizaje asocia-
el plano individual en el plano pedagógico dos a este. En esta línea, existe hoy bastante
cuando se trata de enseñar lectura y litera- consenso (Borg, 2006; Fang, 1996) acerca de la
tura; por otra, se alejan de una explicación en “consistencia” que suele existir entre prácticas
términos absolutos o causales entre ambas didácticas y sistemas de creencias, señalándose
dimensiones. Así, si bien estas investigaciones que ambas interactúan y se influencian mutua-
avalan la existencia de una relación entre los mente (Phipps y Borg, 2009).
planos individual y pedagógico de la relación
Los diversos modelos explicativos surgidos
con la cultura, recalcan también que esa
en este campo han subrayado que las teorías
relación está siempre “mediatizada por factores
implícitas están compuestas por una diversidad
institucionales que a menudo pesan de manera
de elementos que, vistos en conjunto, formarían
importante en la formación del sujeto lector”
una visión global del pensamiento del profesor.
(Falardeau et al., 2009, p. 118).
Se trata, pues, de un sistema que, como han
A su vez, junto con ese primer factor de señalado Woods y Çakir (2011), oscilaría entre
carácter institucional que incidiría en las prác- diversas formas de conocimiento, desde unas
ticas de aula, la investigación educativa reciente creencias más vinculadas con aquellos saberes
ha subrayado la necesidad de pensar la formación teórico-declarativos sobre los procesos de ense-
inicial docente como un factor clave para incidir ñanza-aprendizaje, hasta otras de tipo personal
en la construcción del “sujeto lector didáctico” y práctico que corresponden a un saber situado
(Colomer y Munita, 2013; Contreras y Prats, y derivado de la propia experiencia.
2015; Dueñas, Tabernero, Calvo y Consejo, 2014;
En esta línea de un continuum de concep-
Granado, 2014). Sobre todo, en un contexto en
tos articulados entre sí, se sitúa la propuesta
el cual se ha observado la existencia de un cierto
del modelo de creencias, representaciones y
“patrón actitudinal diferencial entre lectores

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saberes (Cambra, Civera, Palou, Ballesteros y grupos o la realización de proyectos sobre libros
Riera, 2000). En este modelo, los dos primeros determinados, entre otras prácticas de interés.
términos aluden a proposiciones cognitivas no
Por su parte, Dias-Chiaruttini (2015) ha
necesariamente estructuradas, pero diferen-
mostrado cómo los dispositivos prescritos en
ciados por su dimensión personal (las creencias)
los curricula, en particular uno especialmente
o social (las representaciones), mientras que los
fecundo para el avance de la didáctica como
saberes responden a conocimientos estructura-
es la discusión literaria, son resignificados a
dos y aceptados convencionalmente. Y si, como
partir de las creencias y representaciones de
se ha observado en el estudio del sujeto lector
cada docente. Así, mientras para algunos el
didáctico, los factores contextuales o institu-
debate interpretativo sobre los textos se utiliza
cionales inciden fuertemente en la actuación
en el aula como un espacio para aprender a
educativa, parece necesaria esta distinción
expresar la opinión personal y a escuchar a
entre unas teorías implícitas que corresponden
los demás, para otros se trata de una instancia
al imaginario individual del docente (las creen-
para aprender a construir una lectura personal
cias) y otras que se sitúan en aquellos principios
argumentada.
y valores compartidos por el grupo de trabajo
(las representaciones). Probablemente, estas diferencias se explican
por las diversas representaciones que tienen los
¿Qué sabemos, pues, de la relación entre
docentes acerca de los objetivos de la educación
creencias y prácticas en el ámbito de la educación
lectora y literaria. El estudio de Sanjuán (2013)
lectora y literaria? Sabemos, por ejemplo,
con docentes de secundaria dibuja interesantes
que la identificación de docentes exitosos en
tendencias acerca de las finalidades que se le
la enseñanza lectora, así como la indagación
adscriben a la formación de lectores: el fomento
acerca de sus teorías implícitas en este ámbito,
del hábito lector asociado al disfrute de los
ha confirmado que estos maestros creen en
alumnos, por una parte, y la enseñanza de una
el lugar central que ocupa la construcción de
lectura profunda que les permita exprimir el
significado en las prácticas letradas (Medwell,
texto en todos sus aspectos significativos, por
Wray, Poulson y Fox, 1998), y en movilizar
otra. Esa doble orientación también subyace en
una actitud de entusiasmo intelectual hacia la
otras investigaciones realizadas en el contexto
lectura como objeto de enseñanza-aprendizaje
español (Colomer, 2008; Tejerina, 2004), que
(Rudell, 1995).
convergen al señalar las tensiones que muchos
Otros estudios han mostrado que quienes docentes manifiestan entre los objetivos de
más frecuentemente usan estrategias didácti- fomento lector y los de enseñanza del cono-
cas fértiles en la formación de lectores, mejor cimiento literario. Estas y otras tensiones
opinión tienen sobre los libros y la lectura asociadas a la formación de lectores aparecen
(Morrison et al., 1999). Por su parte, la inves- también en el trabajo de Ballesteros et al. (2001),
tigación de Lehman, Freeman y Allen (1994) con aquellos docentes que ven en la lectura lite-
ayuda a confirmar que las percepciones de los raria una experiencia lúdica pero de muy difícil
docentes sobre la literatura son un fuerte pre- transmisión a los alumnos.
dictor para el tipo de prácticas didácticas que
Así pues, lo que parece despuntar de los
ponen en juego. Así, mostraron que un grupo
estudios en este ámbito es la constatación
de profesores especialmente interesados en la
acerca de que las creencias que se tienen sobre
literatura infantil se caracterizaba por favorecer
las prácticas letradas actúan como verdaderos
espacios acogedores y continuos para la lectura
lentes interpretativos del docente para enfren-
libre y autoseleccionada, promover el desarro-
tar la realidad del aula. Lentes que incluso
llo de las respuestas lectoras en sus alumnos,
llevan al profesor a ajustar sus prácticas de
impulsar la discusión literaria en pequeños
enseñanza según la percepción que tenga del

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comportamiento lector de sus alumnos y del ejercicio y han superado largamente la etapa
tipo de motivación que estos manifiestan frente inicial de construcción de la identidad pro-
a la lectura (Sweet, Guthrie y Ng, 1998). fesional docente. Todas dictan la asignatura
de lengua y literatura (catalana o castellana)
Método en 5° o 6° grado de Primaria y, salvo Noemí
(quien cursó un Máster en Biblioteca Escolar
En el marco de una investigación más y Promoción de la Lectura), no cuentan con
amplia, se realizó un estudio de caso de orien- estudios de especialización en el ámbito de la
tación cualitativa cuyo propósito general ha educación lectora y literaria.
sido aportar, desde el análisis en profundidad
de unos sujetos y realidades concretas, a la com- Con este grupo de estudio se intentó res-
prensión de los diversos ámbitos que influyen ponder al objetivo general de observar, en un
en las prácticas de un mediador de lectura lite- mismo contexto institucional, la posible inte-
raria en contexto escolar. Para ello indagamos rrelación existente entre prácticas didácticas,
en el perfil lector, los sistemas de creencias y las sistemas de creencias y trayectorias personales
prácticas didácticas de un grupo de maestras de de lectura de cada sujeto participante. Las pre-
un centro de Educación Primaria en torno a la guntas orientadoras de la investigación fueron
literatura y su enseñanza. las siguientes:
1. ¿Se observan influencias del perfil lector y
El estudio se realizó en una escuela pública las creencias de las maestras en sus prácti-
de la provincia de Barcelona. La caracterización cas docentes sobre educación literaria?
del centro corresponde a un nivel socioeconó- 2. ¿Se observan influencias del “entorno lector
mico considerado de clase media-alta, con una institucional” de la escuela en las creencias
mayoría de alumnos cuyos padres y apoderados y las prácticas didácticas de las maestras
tienen estudios superiores. A su vez, la escuela sobre educación literaria?
tiene una tradición de promoción de la lectura
que se remonta a la época de su fundación; cuenta Los métodos utilizados para construir los
con una biblioteca muy atractiva, provista de datos han sido la observación de aula (para
una colección bibliográfica de calidad y en cons- indagar en las prácticas), el relato de vida
tante renovación; dedica importantes espacios (asociado al perfil lector) y la entrevista semies-
de la jornada escolar a actividades de fomento tructurada (para las creencias), además de las
lector y de apropiación del espacio bibliotecario notas de campo del investigador.
por parte de sus alumnos; cuenta con un club de
La observación de aula se utilizó con la
lectura de madres, maestras y ex-maestras de la
intención de obtener una fotografía de conjunto
escuela; el equipo docente está embarcado en
de la actividad mediadora de las maestras, más
el diseño y continua revisión de un Plan Lector
que un análisis detallado de la interacción al
de Centro que enmarca las diversas actividades
interior del aula, que escapaba a los objetivos y
que se hacen en la escuela para favorecer la for-
posibilidades de la investigación. A su vez, nos
mación de lectores; y cuenta, además, con una
interesaba un tipo de observación que, por una
maestra bibliotecaria especializada en literatura
parte, fuese funcional para una ulterior puesta
infantil y juvenil y promoción de la lectura, muy
en relación de las prácticas docentes de diversas
activa en este campo, tanto dentro como fuera
maestras, y por otra, que tomara en conside-
de la escuela.
ración los avances realizados por el campo
En ese contexto, se trabajó con tres maestras científico de la didáctica de la literatura acerca
de la escuela que manifestaron interés por par- de aquellas prácticas que se han revelado como
ticipar en el estudio: Montse, Noemí e Isabel más productivas en este terreno.
(todos seudónimos). Todas ellas son maestras
En ese marco, optamos por un doble procedi-
experimentadas: tienen una década o más de
miento de registro que tuvo el consentimiento

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de las informantes: pauta de observación y Finalmente se realizaron las entrevistas, que


registro de audio. Una pauta nos daba la posi- tenían un doble propósito. Primero, recabar
bilidad de obtener datos de diversos sujetos información complementaria al relato de vida
que fuesen luego comparables entre sí. Para escrito, tanto acerca de su trayectoria de lectura
ello, se construyó el instrumento “Pauta de como de su perfil y características actuales en
Observación y Sistematización de Prácticas tanto lectoras. Segundo: recoger información
Didácticas en Educación Literaria”, que siguió sobre las creencias, representaciones y saberes
un proceso de validación de contenido mediante de los sujetos acerca de la educación literaria en
el procedimiento de validación por jueces la escuela. Esto nos llevó a optar por la entre-
expertos. Por su parte, el registro de audio nos vista semiestructurada como la modalidad que
permitía disponer de la información completa más se ajustaba a nuestros objetivos y contexto
para volver a ella en las diversas etapas de de trabajo. En esta modalidad, el entrevistador
análisis y triangulación de los datos. dispone de un guión o tabla de preguntas que
aseguran la exploración de los temas claves con
Así, durante un periodo de dos meses de
cada informante, pero favorece un escenario de
acompañamiento en la escuela, se seleccio-
entrevista flexible, más cercano a la dinámica
naron cinco sesiones por cada maestra, con
conversacional que a la fórmula unidireccional
las cuales se obtuvo una descripción bastante
de pregunta-respuesta. Esto nos daba la posibili-
representativa de la actividad mediadora que
dad, por un lado, de que la entrevistada tuviese
cada una de ellas pone en juego en la ense-
libertad para expresar lo que deseara sobre los
ñanza de la literatura. El criterio para elegir
temas solicitados y, por otro, nos garantizaba
las sesiones fue que tuviesen una “orientación
que se discutirían todos los temas definidos pre-
literaria” (Marlair y Dufays, 2008); esto es, que
viamente como relevantes para la investigación.
se relacionaran lo más directamente posible
con los objetivos de la educación literaria, y Las entrevistas fueron registradas en audio,
en las que la literatura jugase un papel impor- previo consentimiento de las informantes, y
tante dentro de la planificación de la clase. Las posteriormente transcritas en su totalidad.
propias docentes fueron quienes eligieron las Tuvieron una duración de entre 1h20’ y 1h48’.
sesiones que, desde su perspectiva, se ajusta- Todas se desarrollaron en bares o cafés del barrio
ban mejor a este criterio. aledaño a la escuela. Tomamos esta opción
dada la importancia que tienen los escenarios
Realizadas las observaciones, se solicitó el
en la producción discursiva. Es sabido que los
relato de vida (Bertaux, 2005), instrumento que
elementos físicos y espacio-temporales en los
nos permitía contar con una mirada diacrónica
que se produce un determinado evento comu-
de los recorridos lectores de cada informante:
nicativo influyen en el desarrollo del mismo
entorno lector familiar, percepción de las
(Calsamiglia y Tusón, 1999), y nos pareció que
prácticas escolares, libros recordados, corpus
hacer las entrevistas fuera del espacio escolar
de lecturas actuales, auto percepción como
(ofrecido por algunas maestras con tal fin)
lectora, etc. Para favorecer una primera ela-
favorecía un ambiente más distendido y menos
boración personal e individual sobre lo vivido,
institucional para la conversación.
optamos por solicitar un relato escrito a partir
de la consigna “Describir mi vida lectora desde la El procedimiento de análisis de los datos
infancia hasta la actualidad”. Posteriormente, obtenidos en las entrevistas y relatos de vida
este relato serviría como base para la entrevista, estuvo basado, en palabras de Barkhuizen (2011,
concebida como un segundo espacio de elabora- p. 401), en un “análisis de contenido narrativo”,
ción del relato de vida, pero ya con un carácter en el cual la atención del investigador está
dialógico y más focalizado en ciertos elementos puesta en los diversos temas emergentes de un
de especial interés para nuestro estudio. relato, para luego categorizarlos y buscar ciertos
patrones de asociación entre ellos. Esto se com-

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plementó con la atención a algunos elementos el enganche con la lectura, comienza a cons-
que, provenientes del análisis discursivo, nos truirse una relación de implicación personal
permitieron adoptar una perspectiva en la que con el mundo de lo escrito.
no solo interesaba el contenido –el qué- sino
Hoy, esa relación resulta incuestionable:
también la interacción y construcción discursiva
Isabel se refiere a sus hábitos lectores como un
en la que ese contenido se elabora –el cómo-
ámbito particularmente integrado en su vida.
(Talmy y Richards, 2011). En ese contexto, se
En efecto, y en sus propias palabras, no concibe
prestó especial atención a elementos como los
la vida sin leer, aunque también agrega que su
modos enunciativos, los modalizadores discur-
práctica lectora se intensifica en las vacaciones
sivos utilizados y las expresiones metafóricas
y disminuye durante el curso escolar. Con todo,
puestas en juego por el hablante.
hay evidencias acerca de que mantiene una
Por su parte, y para asegurar el adecuado práctica lectora constante y asociada a propó-
control de los registros de clase, el análisis de las sitos diversos: lee mayoritariamente novelas y
pautas de observación siguió un doble proceso literatura infantil y juvenil para entretenerse,
de triangulación (Denzin, 1989): de tiempo, evadirse, y recrearse; ensayos pedagógicos para
primero, y de investigador, después. Así, un profundizar conocimientos y reflexionar sobre
primer llenado de la pauta se realizaba durante su profesión; libros de viajes u otros textos de
la sesión observada, para luego ser confrontado tipo informativo para apoyar la realización de
a un nuevo proceso de escucha íntegra de las eventos específicos de la propia vida.
sesiones, en el cual se revisaban las anotacio-
Estas prácticas lectoras están asociadas a
nes iniciales. Posteriormente, se confrontaron
una participación bastante cotidiana en los cir-
estos datos con un segundo investigador, con la
cuitos de circulación del libro y la lectura como
finalidad de analizar posibles interpretaciones
bibliotecas y, especialmente, librerías. A su vez,
alternativas para los fenómenos observados,
ha construido ciertos gestos muy comunes en
y así llegar a construir un conjunto fiable de
los lectores implicados, como tener un archivo
tendencias para la actividad mediadora de cada
con los libros que le recomiendan, regalar
maestra participante.
ciertos libros amados a personas cercanas que
ella ve en sintonía con esos textos, o manifestar
Resultados predilección por la posesión personal de libros
Se presentan a continuación los resultados en su biblioteca particular. Sin embargo, y pese
obtenidos por cada informante, estructurados a todo lo anterior, se excluye a sí misma del
según perfil lector, sistema de creencias y prin- grupo social de “grandes lectores”, en el cual sí
cipales tendencias de las prácticas docentes en adscribe a ciertas personas que conoce (como
educación literaria. Noemí), y a quienes a menudo recurre para
pedir recomendaciones sobre qué leer.
Isabel
Creencias, representaciones y saberes relevantes
Perfil lector La visión de Isabel acerca de la lectura y la
Su infancia y adolescencia están marcadas literatura enraíza en una creencia central, muy
por la distancia con la literatura y por una estructurada y expresada con altos grados de
nula o muy escasa implicación personal en la convicción y certidumbre. Nos referimos a su
lectura. No hubo influencias lectoras relevan- absoluta convicción de que leer nos hace libres.
tes en el ámbito familiar ni escolar. Al iniciar La libertad que esta práctica cultural promueve
la etapa universitaria, a raíz tanto de algunos en el lector avanzaría, desde su perspectiva, en
docentes que compartían su propio entusiasmo dos direcciones: la fuente de información que
lector como, sobre todo, de un libro que provocó la lectura ofrece al sujeto, y la oportunidad de

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desarrollar la imaginación mediante el viaje es la visión de la literatura como un instrumento


simbólico que implica el diálogo con un texto. A para el aprendizaje lingüístico, formulada con
su vez, lo anterior estaría muy relacionado con un discurso más dubitativo que parece subrayar,
una de las metáforas que moviliza para hablar si no un menor grado de convicción personal,
de la lectura: la idea de un enriquecimiento de sí el carácter menos estructurado que tendría
sí que esta práctica supone. esta representación en el colectivo docente.
La segunda es la visión de la literatura como
En relación a los procesos de educación lite-
atractivo instrumento para apoyar procesos
raria, el pensamiento de Isabel se apoya en una
de reflexión personal y de construcción de la
convicción muy arraigada, particularmente
propia identidad de sus alumnos. Este propó-
recurrente en su discurso. Se trata de conside-
sito, evocado desde el espacio de las tutorías en
rar la adquisición del gusto por la lectura y la
las que suele leer cuentos para provocar conver-
construcción del hábito lector como el objetivo
saciones personales con sus alumnos, aparece
prioritario de la educación literaria. A su vez, la
ya en el plano estrictamente individual de las
recurrencia del plural para referirse a la promo-
creencias. Además, se formula como una idea
ción de la lectura como un principio compartido
que gozaría de un alto grado de convicción y
en el equipo docente traslada esta convicción
de estructuración en su pensamiento, pues se
hacia el plano de las representaciones: “para
apoya en múltiples experiencias personales que
nosotros es un fracaso que un niño y una niña
le han demostrado el potencial de la literatura
acabe la Primaria sin haber adquirido el gusto
en este sentido (expresiones como “tengo com-
por la lectura.”
probado que…” aluden a ese anclaje en su propia
Con igual grado de convicción, recurrencia experiencia docente).
y presencia institucional aparece el espacio
En un plano igualmente personal, situamos
escolar en el cual ese objetivo educativo se
su visión acerca de las formas de mediación
concreta: la biblioteca. Señalada por Isabel
docente que el aprendizaje literario exige. En
como el espacio clave y distintivo de la Escuela
este punto, su total implicación con el objetivo
(“es nuestro sitio”), la visión de la biblioteca y
de promoción de hábitos de lectura fruitiva
del trabajo ejemplar que allí se realiza aparece
parece arrastrar una cierta transparencia del
en su discurso como el complemento perfecto
propósito asociado al progresivo desarrollo
para la representación mencionada.
de una competencia interpretativa para la
Todo lo anterior se confirma, por ejemplo, lectura de textos literarios. Diversos detalles
al comprobar el alto grado de satisfacción entregados, como la preferencia por favorecer
que para ella supone trabajar en esta escuela, recomendaciones literarias entre iguales más
espacio que, desde su perspectiva, concreta que guiar el descubrimiento de nuevos corpus,
de manera natural los objetivos educativos de o proponer conversaciones libres sobre los
construcción de hábitos de lectura por placer textos más que elaborar dispositivos de proble-
en todos sus alumnos. Se confirma, también, matización de los mismos, apuntarían a una
en el discurso marcadamente polifónico que visión poco intervencionista de su propia acti-
vehicula para hablar de este objetivo prioritario: vidad de mediación en este campo.
ora el plural, ora la evocación de la voz singular
de otra maestra, no hacen sino dar cuenta del Tendencias en las prácticas de mediación
carácter colectivo y ampliamente compartido literaria
de esta visión educativa. 1. El objetivo orientado a la construcción de
Aunque muchísimo menos recurrentes y hábitos de lectura autónoma y por placer
relevantes en su discurso, aparecen otras dos tiene un fuerte anclaje en sus prácticas
líneas de comprensión para los objetivos que se didácticas. Los diversos espacios de lectura
le adscriben a la educación literaria. La primera generados (tanto libre como obligatoria),

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así como el tipo de mediación no inter- dichos saberes surgen del diálogo colectivo
vencionista que caracteriza su forma de a partir de los conocimientos previos de los
acompañar esas lecturas, reflejan que en alumnos, nunca desde una conceptualiza-
sus clases la práctica lectora es frecuente y ción abstracta.
que lo leído suele quedar en el dominio de 4. El aprendizaje lingüístico emerge en todas
las impresiones personales del lector, pues las sesiones de aula como un movimiento
lo que importa es construir una relación de particular interés para Isabel. Ya sea
placentera con las obras. En esta línea, el como fuente para la producción de textos
hecho de integrar la memoria literaria de los (se escriben cuentos a partir de la puesta
alumnos en los procesos de lectura, es una en relación de un nombre, un verbo y un
excelente manera de reforzar esos hábitos adjetivo, funciones gramaticales cuya dife-
personales mediante la toma de conciencia renciación es reforzada por la maestra) o
de los niños acerca de sus propios bagajes de como expansión de la lectura colectiva hacia
lectura. la ampliación de vocabulario o la revisión
2. El objetivo orientado al desarrollo progresivo de los conectores que pueden utilizarse
de la competencia literaria, especialmente para redactar un resumen, los contenidos
en lo concerniente a construir interpreta- del área de lengua están muy presentes en
ciones complejas de las obras, no parece las diversas actuaciones docentes sobre (o a
especialmente relevante en las prácticas partir de) la literatura.
didácticas de Isabel. Lo anterior es particu-
larmente evidente cuando, en un contexto Noemí
como la lectura colectiva, no se favorecen
actividades tendientes a construir una Perfil lector
interpretación personal (y luego compar- Nace en el seno de una familia de grandes
tida) sobre lo leído. En esta línea, es lógica lectores, cuyo hogar estuvo siempre atiborrado
la ausencia de cuestiones ligadas específi- de libros y donde eran frecuentes los espacios de
camente a los procesos de comprensión e socialización en torno a lo leído. En ese contexto
interpretación literaria, como por ejemplo se da una temprana y muy sólida apropiación
el uso de dispositivos de problematización del universo de lo escrito, reflejada por ejemplo
de los textos o una hipotética actuación en la lectura íntegra de colecciones infantiles
docente en tanto garante de los derechos del y juveniles en el espacio familiar, así como en
texto. Dicho de otro modo: las actividades una pronta sentencia social (su inclusión en
de lectura obligatoria se quieren similares a una entrevista a niños lectores publicada en
las de lectura libre, pues conducen a conso- una revista) que la confirmó como ávida lectora
lidar hábitos lectores más que a procesos de a la edad de 12 años. Pese a una etapa escolar en
trabajo en torno a la interpretación que los la que la motivación lectora fue prácticamente
alumnos realizan de lo leído. inexistente, los hábitos de lectura continuaron
3. Otra evidencia es la ausencia de espacios reforzándose en el espacio extraescolar. Su
de aprendizaje literario explícito durante adolescencia y juventud se caracterizaron por
o después de los momentos de lectura. una intensa actividad lectora, una permanente
No obstante, esto no quiere decir que el ampliación del corpus personal, y un constante
metalenguaje literario o la reflexión sobre intercambio y socialización con otros lectores.
las formas de un texto desaparezcan de
la clase: es en los espacios de escritura La etapa adulta le ha dado continuidad (y
creativa cuando parecen saberes especial- ha reforzado, si cabe) a esa identidad lectora.
mente relevantes y, por tanto, cuando se Su recorrido como lectora literaria es particu-
hacen explícitos por parte de la maestra. A larmente amplio y diverso, aunque vinculado
su vez, cabe destacar que, cuando aparecen, preferentemente al canon de literatura contem-

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poránea: ha frecuentado la narrativa española tiene la socialización en la construcción de


y catalana moderna y contemporánea, el boom una identidad de lector: “es verdad, no pienso
y post-boom de la novela latinoamericana, el que pueda ser una cosa… que se pueda vivir en
género de la novela negra, el campo de la lite- solitario esto de la lectura.” La perífrasis verbal
ratura infantil y juvenil actual, y los autores asociada a un cierto “deber ser” de la lectura
canónicos de poesía en catalán y castellano, como práctica social, lleva esta creencia desde
entre otros. También le gusta leer ensayos el ámbito estrictamente individual desde el
de pedagogía y didáctica. En suma, lee como cual ha sido formulada, hasta un plano más
práctica cotidiana de ocio y recreación, y general que la emparenta con un saber consoli-
también como espacio de información en dado o, al menos, generalizable más allá de su
ámbitos diversos. experiencia.
A su vez, estas prácticas se enmarcan en su En relación a su visión de la educación
continua participación en múltiples espacios literaria, esta se enmarcaría en dos grandes
de mediación y circulación del libro, que van objetivos. El primero de ellos puede sintetizarse
desde visitas a bibliotecas y librerías o lectura en esta formulación: “conseguir que salgan de la
periódica de suplementos literarios y cultura- escuela diciendo… me encanta leer”. Esta priori-
les, hasta su participación en un reconocido dad sobre la construcción de hábitos de lectura
seminario de literatura infantil y juvenil. En fruitiva es vivida como un propósito colectivo,
la actualidad, su identidad como lectora fuerte enraizado en el claustro docente y en la tradi-
aparece muy ligada a su reconversión como ción educativa de la escuela. A su vez, es muy
bibliotecaria escolar, oficio vivido como una claro el espacio fundamental en el cual dicho
continuidad natural para toda una vida de dedi- objetivo se desarrolla: la biblioteca escolar. La
cación a los libros y la lectura. existencia de un sólido planteamiento insti-
tucional en relación con la biblioteca se sitúa
Creencias, representaciones y saberes relevantes también en el plano de las representaciones
compartidas con otros docentes.
Su visión de la lectura descansa en la idea
de que leer supone una expansión (“leyendo El segundo gran objetivo formulado, estre-
vivimos una doble vida”) y, en ocasiones, una chamente vinculado a la idea de “que salgan
posibilidad de modificación de la propia expe- de la escuela siendo buenos usuarios de una
riencia: “a veces tú acabas un libro y eres mejor biblioteca”, se relaciona con el desarrollo de
de cómo eras cuando lo empezaste”. Esta visión una competencia informacional que permita al
de la lectura como potencial herramienta de alumnado un adecuado manejo de las múltiples
construcción de identidad es formulada desde fuentes de información existentes en la actuali-
un espacio muy personal, con altos grados de dad. Este punto es elaborado como una creencia
convicción y certidumbre. Lo anterior parece individual (con expresiones como “yo pienso” o
apoyarse en su propia experiencia como lectora, “yo lo digo”) no necesariamente compartida en
tal como sugieren las metáforas que utiliza el colectivo docente, y se asume como una de las
para hablar de la lectura. La metáfora de contar líneas de mejora por las que debiera transitar su
con autores de cabecera, por ejemplo, subraya escuela en el futuro próximo.
la penetración de la literatura en el espacio La formulación de estos objetivos evi-
privado e íntimo del sujeto; asimismo, las de dencia una situación clave para entender el
sumergirse en la obra o leer de cabo a rabo un pensamiento de Noemí acerca de la educación
texto recalcan la intensidad de esa experiencia literaria: la posición desde la cual se articula
personal con lo leído. el discurso. En su caso, es evidente el peso
Otra creencia que parece central en su que tiene la identidad de bibliotecaria escolar,
visión del acto de leer es la importancia que función en la que se siente totalmente posi-

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cionada, por sobre su identidad de docente de 2. Aparece como muy relevante el hecho de
lengua y literatura castellana, marco en el que favorecer el encuentro de los alumnos con
su pensamiento está mucho menos estructu- una amplia diversidad de textos de calidad.
rado (“no tengo ni idea de qué tiene que ser mi Complementar la lectura íntegra de una
prioridad”). novela con actividades que ya tienen un
lugar establecido en su práctica docente,
Probablemente, esta cierta debilidad iden-
como el “poema del mes” o la lectura en red
titaria en tanto docente de lengua y literatura
de álbumes; promover una continua movi-
incida en una creencia particularmente rela-
lización de la colección bibliográfica de la
cionada con esta función. Se trata de la idea
biblioteca mediante asiduos comentarios
de que el desarrollo de la competencia litera-
orientados a vincular unas obras con otras;
ria, asociada al análisis en profundidad de los
o hacer una cuidada selección de los textos
textos en pos de lograr una interpretación más
según el objetivo educativo que se persigue
compleja de estos, no se da en la etapa primaria,
(sea este memorizar un poema o sumergirse
y que, de darse, corresponde más al ámbito de
en el género del álbum) son, pues, diversos
lengua y literatura catalana que castellana.
ejemplos de actuaciones tendientes a
Desde esta perspectiva, el trabajo específico
promover la inmersión de los estudiantes en
de aprendizaje literario “no es mi competen-
corpus literarios tan vastos como diversos.
cia”. En cambio, esta función docente sí estaría
3. El sujeto lector didáctico parece muy impor-
muy vinculada a su rol en tanto sujeto lector
tante en sus prácticas: la idea de transmitir
didáctico que comparte su propia experiencia
su propio placer como lectora se concreta en
lectora, tanto mediante la lectura expresiva
una práctica docente que didactiza conti-
en voz alta como mediante recomendaciones
nuamente esa pasión individual, usándola
literarias personalizadas. A su vez, el carácter
como instrumento para captar nuevos
asertivo con el que se formula esto último (“solo
lectores. A modo de ejemplo están las con-
se puede recomendar con el corazón lo que se
tinuas referencias literarias que moviliza en
conoce de primera mano”) da cuenta del elevado
clase, o la expresiva recitación de un poema
grado de estructuración que tendría para ella
importante para ella en el plano personal
esta creencia.
(y la explicitación de esa importancia a sus
alumnos).
Tendencias en las prácticas de mediación
4. Las prácticas observadas no focalizan
literaria
específicamente en guiar los procesos de
1. Las prácticas observadas le dan continuidad
interpretación asociados a la lectura lite-
al objetivo institucional de promoción de
raria, ámbito que parece poco relevante en
hábitos lectores. Noemí construye diversas
el tipo de mediación desarrollada. Por una
instancias de encuentro con los textos, ya
parte, es evidente que la mayoría de las acti-
sea de lectura colectiva en el aula o de lectura
vidades de lectura no están orientadas a la
libre en la biblioteca. A su vez, pone en juego
profundización de interpretaciones perso-
dispositivos de presentación de las obras
nales y la construcción de sentido sobre lo
que invitan a los alumnos a leer, y favorece
leído, sino a otros objetivos educativos como
tanto la socialización de opiniones sobre los
la ampliación del corpus conocido. Por otra,
textos como la recomendación personal de
la lectura colectiva de la novela trimestral,
nuevos descubrimientos literarios. Esto se
que sí podría vincularse a ese propósito, no
complementa con una constante expansión
genera un espacio de discusión más allá de
hacia el circuito de mediaciones culturales
recoger las primeras impresiones persona-
en el cual los hábitos personales encuentran
les sobre lo leído.
importantes espacios de desarrollo y de
5. Pese a lo anterior, el aprendizaje literario
socialización con otros lectores.
sí se vio favorecido en las sesiones observa-

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das. La adquisición de un cierto conjunto no llegan a emerger nítidamente en su discurso,


de saberes sobre los textos se promueve podrían caracterizarse como un periodo de
mediante la toma de conciencia de las poca lectura en relación a otras etapas, más
reglas que rigen el discurso literario, ya sea lectoras, de la propia vida. Los datos anterio-
en la atención a las formas poéticas o en la res, en suma, llevan a pensar en un sujeto que
reflexión en torno a la relación dialógica hoy no podría catalogarse ni como lector fuerte
texto-imagen en el álbum ilustrado. En ni como lector débil. En otras palabras, una
cambio, el aprendizaje lingüístico no parece persona que si bien ha construido una relación
especialmente relevante en las prácticas personal con la literatura (especialmente con la
didácticas de Noemí, pues no se generan poesía), hoy parece no caracterizarse por prácti-
actividades de expansión de la lectura lite- cas habituales de lectura fruitiva.
raria hacia los contenidos de lengua.
Creencias, representaciones y saberes relevantes
Montse
Dos ideas parecen centrales para comprender
la visión de Montse en relación a la lectura y la
Perfil lector
literatura. La primera emerge ya en la metáfora
La iniciación lectora de Montse tiene de la lectura como una actividad de “chupar”
relación, más que con unos modelos de lectores textos, es decir, de extraer algo de lo leído. Este
literarios fuertes en el ámbito familiar (que no carácter nutricio se adscribe sobre todo a la
los hubo), con la tenencia de diversos textos de lectura literaria, que “alimenta” en la medida en
tipo religioso que circulaban en el hogar. Pese a que pone en escena sentimientos y emociones
la escasa influencia de la escuela en la construc- que favorecen una sensibilidad particular en el
ción de hábitos lectores, esa temprana práctica lector, y que ofrece nuevas formas de nombrar
lectora tuvo continuidad durante la adolescen- la realidad, recreándola a través de un tipo de
cia, etapa en la que se amplía y diversifica el lenguaje poético, simbólico y metafórico (“yo
corpus hacia otro tipo de textos, fundamental- siempre digo que… que bueno el lenguaje poético
mente novelas románticas y lecturas juveniles. es fantástico por los sentimientos, porque te
Posteriormente ingresa a Filología Hispánica, abre la puerta a las metáforas”).
carrera que marca su entrada al canon literario
La segunda creencia se relaciona con la con-
en lengua española, y que supone el inicio de
cepción que se tiene de la literatura: un tipo de
una particular relación con el género lírico.
texto en el cual lo fundamental es el trabajo con
Su recorrido lector posterior se caracteriza la palabra manipulada con propósitos estéticos.
por su pasión por el texto poético, fundamen- Le otorga, por tanto, un lugar fundamental al
talmente por su anclaje en el canon de poesía tipo de lenguaje y al estilo literario que el autor
catalana y, aunque en menor medida, en ha construido, así como al placer estético que
algunos poetas españoles y latinoamerica- aquello provoca en el lector.
nos. En ese contexto, las escasas referencias
Por su parte, en relación a los procesos de
a algún prosista se apoyan en el rescate de un
educación literaria, dos de los objetivos que
autor determinado por su habilidad para la
visualiza en este campo serían compartidos
descripción literaria (por ejemplo, de paisajes
por todo el claustro (es decir, concebidos como
y lugares). Esto dibuja un perfil lector que,
representaciones): la construcción de hábitos
proveniente de su formación filológica, estaría
de lectura fruitiva, por una parte, y la educa-
particularmente interesado en la forma y el
ción de usuarios de espacios bibliotecarios, por
estilo literario de los textos.
otra. El primero, sintetizado en la imagen de la
Montse manifiesta una autoimagen de su adquisición del “gusto por la lectura en tanto
trayectoria lectora como un recorrido escaso. En objetivo de escuela”, respondería no solo a unos
ese marco, las prácticas lectoras actuales, que

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principios compartidos por el actual equipo que pueden dificultar su puesta en práctica en
docente, sino también a unas lógicas históricas el aula. Por ejemplo, los momentos de lectura en
que han caracterizado el proyecto pedagógico voz alta por parte del docente no parecen haber
del centro. A su vez, el segundo también recalca ganado el espacio institucional que ella quisiera.
el carácter de convicción colectiva y de línea de Otra tensión radica en la tendencia a relegar,
actuación prioritaria: “queremos que cuando dada la continua escasez de tiempos pedagógi-
salgan de aquí salgan… sepan manejarse en cos, cuestiones del aprendizaje literario en pos
cualquier biblioteca”. de contenidos lingüísticos que conforman el
centro de la asignatura. Son algunos ejemplos
Otros objetivos, en cambio, se han cons-
de que, en el caso de Montse, es fundamental
truido en el plano individual, apoyados
considerar la distancia que en ocasiones habría
fundamentalmente en la propia experiencia
entre aquello que se quiere hacer con la litera-
docente. Así, aspectos como la necesidad de
tura en la escuela, y aquello que finalmente se
formar buenos productores de textos escritos,
hace. En sus propias palabras: “a lo mejor te he
acentuar el aprendizaje lingüístico que puede
contestado lo que a mí me gustaría transmitir
realizarse a partir de la lectura literaria, o
(…) no sé si lo consigo”.
atender a los detalles formales de la textualiza-
ción literaria (como las figuras retóricas), dan
cuenta de motivaciones personales que están Tendencias en las prácticas de mediación
en el centro de su concepción de la educación literaria
literaria. Expresiones como “para mí”, “mi 1. El aprendizaje literario se revela como un
idea”, “yo normalmente” o “siempre digo esto”, eje fundamental en su perfil mediador.
ampliamente utilizadas para formular estos Todas las sesiones de aula están enfoca-
puntos, acentúan el carácter personal de estas das en el análisis de textos y en la toma de
creencias y su anclaje en la propia experiencia. conciencia sobre ciertas convenciones lite-
rarias que los rigen. La puesta en juego de
Ya en el ámbito puramente literario, algunas un metalenguaje que permita identificar
de sus creencias parecen darle continuidad a dichas convenciones parece igualmente
sus propias características en tanto lectora. Nos fundamental (es tal su interés en este punto
referimos, en concreto, al lugar central que tiene que incluso aporta metalenguaje en una
para ella la educación poética en la escuela (“yo sesión de lectura libre, como la de biblioteca
pienso que sí que la poesía tiene que estar”) y a escolar, en la que no se espera favorecer este
la idea de formar lectores implicados e interesa- tipo de intervenciones). La lectura guiada
dos por la arquitectura de las obras (es decir, con de textos resistentes asoma, pues, como el
una sensibilidad especial por la forma en la que dispositivo fundamental para avanzar en
se construyen los mensajes). Otras, por su parte, los objetivos asociados al aprendizaje litera-
surgen de ciertos espacios de goce personal en rio. En ese marco, la atención a las formas
tanto docente de lengua y literatura: la impor- y al estilo literario juega un papel clave: el
tancia que le da al hecho de que el docente lea análisis de figuras retóricas funciona como
en voz alta literatura a sus alumnos y que luego eje articulador de las prácticas de lectura en
abra espacios de conversación abierta que hagan el aula. En ese contexto, la maestra cumple
emerger sus interpretaciones y reflexiones sobre una función de garante de los derechos del
lo escuchado, son buenos ejemplos de conviccio- texto y de intérprete destacado del sentido
nes surgidas de experiencias personales en la que esos recursos literarios adquieren en el
enseñanza de la literatura que han sido especial- conjunto de la obra.
mente placenteras para ella. 2. En sus prácticas parece quedar poco lugar
No obstante, sus convicciones personales para el sujeto lector, tanto del alumno como
también están sujetas a continuas tensiones del docente. No se observan dispositivos
orientados específicamente a favorecer la

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implicación personal de los Cuadro 1: Síntesis de resultados


alumnos en el texto, ni a SISTEMA DE PRÁCTICAS DE
rescatar su bagaje literario PERFIL LECTOR CREENCIAS MEDIACIÓN
para integrarlo en el proceso Lectora implicada. Visión de la lectura Importancia de

Isabel
Hábito lector constante literaria como práctica actuaciones tendientes a
lector. Más bien se prioriza y asociado a propósitos placentera que enriquece formar hábitos de lectura
un acercamiento de tipo diversos (ocio, al lector. Concibe la por placer, y relevancia
información, etc.). promoción de hábitos del aprendizaje
distanciado por sobre la par- Participación en espacios lectores como objetivo lingüístico a partir de
ticipación subjetiva de los de circulación del libro y fundamental de la la lectura literaria.
la lectura. educación literaria, y la Ausencia de prácticas
alumnos en las obras leídas. biblioteca escolar como orientadas al desarrollo
En esta lógica, la discusión el espacio clave para su de la competencia
suele centrarse en el análisis desarrollo. literaria y al aprendizaje
de los saberes literarios.
de los aspectos literarios Lectora muy implicada. Visión de la lectura Importancia de prácticas
Noemí

de interés más que en la Importante hábito literaria como espacio tendientes a formar
de lectura fruitiva. para expandir la propia hábitos de lectura
confrontación y puesta en Corpus literario realidad. Dos objetivos fruitiva, favorecer el
relación de interpretaciones amplio y diverso, muy prioritarios para la aprendizaje literario y
diversas. Tampoco parece vinculado al canon educación literaria: descubrir textos variados
contemporáneo. la promoción de y de calidad. Relevancia
haber espacio para la esce- Activa participación en hábitos lectores (cuyo del sujeto lector didáctico.
nificación del sujeto lector múltiples espacios de espacio primordial Ausencia de prácticas de
mediación y circulación sería la biblioteca), aprendizaje lingüístico,
didáctico: ni la lectura en voz del libro. y el desarrollo de y de profundización de la
alta de su parte ni la recupe- una competencia de interpretación literaria.
búsqueda y tratamiento
ración de componentes de su de la información.
memoria afectivo-literaria Lectora medianamente Visión de la literatura Importancia de prácticas
Montse

han aparecido como relevan- implicada. Destaca como trabajo estético con de aprendizaje literario,
su estrecha relación la palabra, que favorece de análisis de los
tes en sus prácticas. personal con la poesía, una sensibilidad textos y de aprendizaje
3. Se observa una continuidad aunque hoy parece no especial en el lector. lingüístico a partir de
desarrollar prácticas Diversos objetivos para la lectura literaria.
entre los objetivos institu- habituales de lectura la educación literaria: Actuaciones tendientes
cionales de promoción de fruitiva. promocionar hábitos a formar hábitos de
de lectura fruitiva, lectura por placer.
la lectura y las prácticas formar buenos usuarios Ausencia de prácticas
didácticas individuales. La de bibliotecas, formar orientadas a favorecer la
buenos lectores y implicación personal del
lectura libre de los alumnos productores de textos. sujeto lector.
encuentra cabida en su
espacio natural como es la literarios es evidente, y parece conformar
biblioteca, pero también en las instancias de una parte importante de las prácticas con y
lectura individual extraescolar que Montse sobre la literatura en el aula. Las continuas
promueve. Además, la hora semanal de visitas al diccionario para buscar nuevo
biblioteca se complementa con un espacio vocabulario, la reflexión metalingüística
de recomendación entre pares, construido sobre adjetivos o adverbios surgidos de los
por la maestra, y basado en las lecturas textos o la focalización sobre la etimología
autónomas de los alumnos, situación que de algunas palabras que aparecen en los
favorece la socialización e intercambio entre poemas son, pues, buenos ejemplos del
lectores. De este modo, la movilización de interés de Montse por utilizar el texto lite-
libros, tanto de la colección bibliográfica rario como fuente de enriquecimiento de la
escolar como de los espacios bibliotecarios competencia lingüística de sus alumnos.
personales, deviene una constante en sus
prácticas. Presentamos a continuación un cuadro de
4. El interés por favorecer el aprendizaje lin- síntesis, que ofrece una visión panorámica de
güístico a través de la lectura de textos los principales resultados obtenidos en cada
uno de los ámbitos de estudio:

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Discusión bio con otros lectores) es clave para entender


sus concepciones de la lectura y la educación
A partir de estos resultados, avanzaremos literaria. Lo anterior deviene actuaciones
ahora hacia la discusión en torno a las preguntas docentes orientadas a poner en circulación las
centrales de investigación, aquellas que ponen opiniones de los alumnos sobre los textos y a
en relación los diversos focos de estudio para favorecer las recomendaciones literarias entre
ver las posibles conexiones e influencias entre pares. Por su parte, la enorme importancia que
ellos. Comenzaremos por intentar responder en su caso adquiere la escenificación del sujeto
lo siguiente: ¿se observan influencias del perfil lector didáctico en el aula se apoya tanto en la
lector y las creencias de las maestras en sus relevancia que a nivel de las creencias le da a
prácticas docentes sobre educación literaria? este punto, como en la amplitud y consistencia
En el caso de Isabel, sus creencias acerca de su bagaje literario personal. A su vez, todo
de los objetivos rectores de la educación litera- lo anterior se concreta en un objetivo priori-
ria encuentran eco en las prácticas didácticas tario a nivel de sus creencias, y que define la
observadas, pues tanto el objetivo prioritario gran mayoría de sus prácticas de mediación: la
de construcción de hábitos lectores, como construcción de hábitos de lectura por placer.
el propósito complementario de favorecer el Resta decir, finalmente, que su identidad de
aprendizaje lingüístico a partir de la lectura lite- lectora fuerte no deviene actuaciones docentes
raria, se concretan en actividades pedagógicas específicamente orientadas al avance de la com-
específicas y constantes en sus prácticas media- petencia interpretativa de sus alumnos, ámbito
doras. Por otra parte, podríamos pensar que el que, de acuerdo con sus teorías implícitas, no
importante grado de implicación personal que considera un componente de sus funciones ni
presenta como lectora tiene continuidad en la como maestra de lengua y literatura castellana
prioridad que, tanto a nivel de pensamiento ni como bibliotecaria.
como de acción, le otorga a la formación de El caso de Montse, quien parece la lectora
hábitos de lectura fruitiva. No obstante, lo actualmente menos implicada de las tres,
anterior también podría deberse a la tradición presenta también ciertas líneas de continuidad
institucional relacionada con la promoción de entre los diferentes ámbitos de estudio. Es inte-
la lectura, hipótesis que estaría apoyada por resante, por ejemplo, constatar que una lectora
la evidencia acerca de que, en estricto rigor, el muy interesada en la poesía en el plano personal,
sujeto lector didáctico ha sido muy poco rele- concede a este género un lugar central en sus
vante en sus prácticas: no recomienda otras creencias sobre la educación literaria, por una
lecturas ni hace conexiones del proceso de parte, y moviliza continuamente textos poéticos
enseñanza con su propia experiencia lectora. en el aula, por otra. Probablemente relacionado
A su vez, su identidad lectora tampoco deviene con ese interés lector personal aparece aquella
actuaciones docentes específicamente orienta- creencia en torno a la importancia de formar
das al avance de la competencia interpretativa lectores atentos a la arquitectura de los textos,
de sus alumnos. que se manifiesta en los constantes espacios de
Noemí, por su parte, exhibe altos grados detallado análisis sobre los recursos poéticos
de influencia entre los diversos ámbitos obser- formales de las obras, y que se relaciona con
vados. Su carácter de lectora literaria experta su propia concepción de la literatura como un
y muy implicada presenta diversas formas de arte caracterizado por el trabajo estético con la
continuidad tanto con su sistema de creen- palabra. En cuanto a los objetivos generales de la
cias como con sus prácticas mediadoras. La educación literaria, podemos ver una estrecha
importancia que le da a la socialización en la relación entre aquello que se cree y aquello que
formación de un lector (idea que enraíza en se hace en el aula. Siendo, como lo es para ella,
su propia experiencia de diálogo e intercam- muy relevante el propósito de trabajar conte-

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nidos de lengua a partir de la lectura literaria, didácticas más recomendadas para la construc-
sus prácticas mediadoras ofrecen continuas ción de una competencia literaria que permita
expansiones hacia el aprendizaje lingüístico. al lector progresar en sus posibilidades de inter-
Por otro lado, resulta interesante observar que pretación de los textos, no aparecen de manera
una lectora probablemente poco implicada clara en ninguna de las maestras participantes
como ella presenta el mismo nivel de convic- (tampoco en la más lectora). Por otro, las prác-
ción que sus compañeras más lectoras acerca de ticas recomendadas para promover hábitos de
la importancia de construir hábitos de lectura lectura autónoma aparecen de manera trans-
autónoma y por placer en los alumnos, objetivo versal en todas las maestras de la escuela, sin
educativo que no solo está en el centro de sus que el perfil lector de unas u otras parezca con-
creencias, sino que también moviliza una serie dicionar especialmente su desarrollo.
de actuaciones docentes que concretan su rele-
En este punto es interesante la referencia
vancia en la vida cotidiana del aula.
a Isabel, una maestra que ha construido un
Realizado ya este camino individual, una importante espacio personal para la lectura. Su
mirada de conjunto nos permitirá construir caso, no obstante, parece dialogar con aquellos
una respuesta general a la cuestión de la estudios que han visto un cierto divorcio entre
posible influencia de sus perfiles lectores y sus la experiencia personal de lectura de un docente
creencias en las prácticas docentes sobre edu- y la educación literaria que se imparte en el
cación literaria. En relación al primer punto, aula (Atwell-Vasey, 1998; Holt Reynolds, 1999;
podría decirse que mientras en Isabel no se ven Lamas, 2016). Pues, si bien Isabel está muy
mayores influencias de la experiencia personal comprometida con la realización de aquellas
de lectura en la educación literaria impartida, prácticas institucionales de promoción de la
en Noemí y Montse se observan trazas de dicha lectura de su escuela, su perfil mediador no
relación. Montse, por ejemplo, pese a que no intervencionista hace que, en definitiva, toda
pueda catalogarse como una lectora fuerte- su experiencia lectora no aparezca ni en forma
mente implicada, demuestra la importancia de de recomendaciones literarias, ni en forma de
aquello que señalaran Falardeau et al. (2011) comentarios para ampliar una lectura con refe-
acerca de la repercusión de la relación afectiva rentes de su capital cultural y literario, ni en
con la literatura en el plano de la enseñanza. forma de guías diversas para la mejora de las
Esto se evidencia en la significación que tiene capacidades de análisis e interpretación de sus
la poesía en su vida personal, y en la relevancia alumnos.
que el género adquiere en la educación literaria
En definitiva, no podemos hablar ni de una
impartida.
influencia en términos absolutos o causales ni
Por su parte, Noemí, la lectora más impli- de una total falta de relación entre quien se es
cada entre todas las informantes, aparece como lector y quien se es como profesor. Lo que
como fiel representante de aquellas “posturas” sí estamos en posición de afirmar es que, vistos
que caracterizarían al docente como lector en su conjunto, estos resultados pueden leerse
(Commeyras et al., 2003). Este hallazgo resulta en continuidad con los hallazgos de investiga-
significativo toda vez que parece confirmar el ciones anteriores en este mismo ámbito, como
supuesto de que el profesorado más lector sería las de Zancanella (1991) o las del grupo de la
también el más propenso a utilizar las estrate- Universidad de Laval (Falardeau et al., 2009,
gias didácticas recomendadas en el campo de 2011; Falardeau y Simard, 2011): la influencia
la formación de lectores (McKool y Gespass, entre el plano individual y el plano pedagógico
2009; Morrison et al., 1999). Sin embargo, no existe, pero sería reduccionista explicarla en
encontramos en nuestra investigación argu- términos de una máxima absoluta que no con-
mentos para apoyar de manera concluyente y sidere los múltiples factores que inciden en una
absoluta lo anterior. Por un lado, las prácticas

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realidad tan compleja como lo es la práctica su vez, vemos que la cuestión del aprendizaje
pedagógica del profesor. lingüístico, cuando ha sido formulado como
un ámbito de trabajo especialmente relevante
En cuanto a la posible influencia de las
(Isabel, Montse), deviene prácticas didácticas
creencias en las prácticas docentes, nuestros
que concretan esa relevancia en las aulas.
resultados apuntan hacia una clara tendencia
a favor de esta relación: en las tres maestras Llegados a este punto, podríamos repetir
de este caso se observa una relación fuerte o letra por letra aquello que dijéramos sobre el
“consistente” (Fang, 1996) entre creencias y sujeto lector didáctico: la relación creencias
prácticas. Complementaremos esta sentencia - prácticas existe, pero sería reduccionista expli-
con algunos elementos de discusión particular- carla en términos de una máxima absoluta que
mente interesantes en este punto. Por ejemplo, no considere los múltiples factores que inciden
la estrecha relación que en ocasiones se ve entre en la práctica docente. Por supuesto, esta rei-
la concepción personal que se tiene de la litera- teración nos lleva a reparar en un elemento
tura y las formas de problematización didáctica clave para la comprensión de nuestro objeto de
de los textos en el aula, algo ya apuntado por la estudio: la incidencia del contexto institucional
investigación reciente (Dias-Chiaruttini, 2015). en la enseñanza impartida. Y lo que este avance
El caso de Montse resulta interesante desde esta favorece no es sino la puesta en juego de otra de
perspectiva: concibe la literatura como una las preguntas de investigación que orientaban
particular forma de textualización artística y el presente trabajo: ¿se observan influencias
promueve prácticas didácticas muy centradas del entorno lector institucional de la escuela
en el aprendizaje de los recursos formales de las en las creencias y las prácticas didácticas de las
obras y en aprehender el texto literario como maestras sobre educación literaria?
objeto en sí. Esto corroboraría aquella idea
Los hallazgos de nuestro estudio no dejan
formulada por Lehman et al. (1994), acerca de
lugar a dudas en este punto: se observan
que la concepción que se tiene de la literatura
notorias influencias del contexto institucional
es un fuerte predictor del tipo de actuaciones
tanto en las creencias como en las prácticas
docentes en educación literaria.
asociadas a la literatura. Una primera entrada
Otro punto de interés en esta discusión dice para fundamentar lo anterior es el análisis del
relación con los objetivos que se persiguen con lugar que ocupan las representaciones o princi-
la literatura en las aulas. Sabemos, por ejemplo, pios compartidos en el sistema de creencias de
que en el profesorado de secundaria estos las docentes sobre la educación literaria. Estas
parecen dividirse entre aquel objetivo tradicio- tienen un lugar de relevancia en el discurso de
nal de enseñar una lectura profunda de las obras las tres maestras participantes. Además, las
y otro más reciente de fomentar hábitos lectores representaciones convocadas por cada una en el
(Colomer, 2008; Sanjuán, 2013; Tejerina, 2004). ámbito individual, convergen entre sí cuando
En nuestras maestras de primaria, en cambio, son vistas en conjunto: todas concuerdan en
esa tensión resulta inexistente. Pues si bien este que el objetivo prioritario de su escuela es
último propósito se mantiene como prioritario formar lectores implicados personalmente con
para todas ellas, no parecen concebir la ense- la lectura, y que el espacio fundamental para
ñanza de un tipo de lectura analítica y de una lograrlo es la biblioteca escolar (que no por nada
interpretación compleja sobre las obras como fue definida por Isabel como “nuestro sitio”, y
un objetivo trascendente en el nivel educativo caracterizada por las tres como un modelo a
en el cual desarrollan su docencia. Por otro seguir).
lado, vemos que emerge con fuerza un objetivo
La comprobación del ascendiente del
asociado al aprendizaje lingüístico a partir de la
contexto lector institucional en los sistemas
lectura literaria, cuestión ya reseñada en otros
de creencias de las maestras es, por tanto,
estudios como el de Ballesteros et al. (2001). A

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evidente. Y lo mismo podríamos decir de su que resulta clave en este estudio. Esto es, la
influjo en las prácticas. Así, el principio com- evidencia acerca de que en un sistema ecoló-
partido en la escuela en torno a la formación de gico, los organismos vivos (en nuestro caso, las
hábitos lectores se traduce en diversas prácticas docentes) y su ambiente no vivo (la institución
institucionales de promoción de la lectura que, escolar) interaccionan unos con otros, movi-
aunque puestas en juego con maneras y grados lizando un flujo de energías que caracteriza y
diferentes en las actuaciones individuales de define ese ecosistema (Odum y Barret, 2006).
cada maestra, permanecen inalterables en la De este modo, para comprender cualquiera de
programación escolar. sus partes se precisa una comprensión global
del conjunto (o ecosistema) que conforman.
En definitiva, podemos confirmar lo
señalado por Hamilton (1993) acerca de que la En nuestro caso, los resultados de cada
cultura del lugar de trabajo afecta las creencias maestra pueden explicarse, en buena medida,
y las prácticas de un maestro tanto como su atendiendo al perfil de ecosistema mediador
propia cultura personal. En palabras de Borg que este establecimiento educativo presenta.
(2006, p. 275): “los escenarios sociales, institu- La fuerza que allí adquieren tanto las represen-
cionales, educacionales y físicos en los cuales taciones compartidas sobre la promoción de la
el profesor trabaja tienen un gran impacto en lectura como las actuaciones docentes orienta-
sus creencias y prácticas”. De este modo, se das en esa línea, es signo de que han existido
hace evidente que las prácticas mediadoras son y existen en la escuela una serie de interaccio-
también fruto de complejos procesos de socia- nes entre sus miembros tendientes a movilizar
lización del docente con el entorno escolar. energías en torno a la centralidad que la cons-
Procesos que Tardif (2004) describió acertada- trucción de hábitos de lectura fruitiva adquiere
mente como una “trayectoria profesional” en en el proyecto institucional.
la que las creencias y formas de hacer indivi-
A su vez, los datos de este caso particular
duales comienzan a interactuar con aquellas
nos llevan a pensar que la buena salud de ese
creencias y formas de hacer del equipo docente,
ecosistema descansa en dos componentes
a menudo fuertemente arraigadas en la tradi-
fundamentales que rebasan las actuaciones
ción de la escuela.
individuales: la biblioteca escolar y el Plan Lector
Dada la relevancia de este componente ins- de Centro. Estamos de acuerdo con Margaret
titucional en nuestros resultados, nos parece Meek cuando señala que “el estado en que se
ver en ellos la emergencia de un concepto encuentra la biblioteca de una escuela suele
explicativo que podría ayudarnos a articular ser un indicador claro del compromiso de esta
una comprensión más profunda de los fenóme- para con la cultura escrita” (2004, p. 253). En
nos estudiados. Nos referimos a la idea de un ese sentido, el excelente estado y el funciona-
ecosistema mediador que jugaría un papel de miento modélico de la biblioteca de esta escuela
relevancia en la formación escolar de lectores. responden, sin duda, al compromiso del equipo
Este concepto permitiría pensar la formación docente y directivo en torno a la formación
de lectores en relación a aquello que Behrman de lectores. Asimismo, cabría agregar que en
(2004, p. 24) denominó “cultura lectora”, es tanto maestra - bibliotecaria, Noemí cumple
decir, aquel “patrón integrado de comporta- plenamente aquel perfil de “experto en litera-
mientos, prácticas, creencias y conocimientos” tura” (Braxton, 2008) y de líder capaz de crear
mediante los cuales la lectura adquiere su lugar un medioambiente rico en libros y en prácticas
en un centro educativo determinado. lectoras que se hace extensivo a toda la comu-
nidad escolar (Fenn, 2005). En la misma línea,
En ese marco, nos parece que el concepto
la reciente creación de un Plan Lector de Centro
de ecosistema, proveniente de la ecología de
por parte del profesorado de esta escuela les ha
los ecosistemas, ayuda a explicar una idea
permitido visualizar y organizar en un conjunto

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coherente las diversas actividades realizadas pensamiento del profesor. Enseñanza de lengua
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línea, creemos que la emergencia del concepto Borg, S. (2006). Teacher Cognition and Language
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para la investigación en el campo de la forma-
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podría ayudar a desplazar el interés hacia los The Journal of Educational Research, 100 (3),
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así como a las vías para fortalecer su identidad JOER.100.3.177-191
en tanto ecosistemas de mediación cultural. Calsamiglia, H., & Tusón, A. (1999). Las cosas del
De este modo, se estará favoreciendo aquella decir. Manual de análisis del discurso. Barcelona:
“dimensión institucional” (Lerner, 2001) que Ariel.
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El autor agradece a las maestras participan- Colomer, T. (2008). El consens educatiu de les
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