Está en la página 1de 9

Index de Enfermería My SciELO

On-line version ISSN 1699-5988Print version ISSN 1132-1296


Custom services
Index Enferm vol.20 n.3 Granada Jul./Sep. 2011

http://dx.doi.org/10.4321/S1132-12962011000200011
Services on Demand
ARTÍCULOS ESPECIALES
Journal
METODOLOGÍA CUALITATIVA
SciELO Analytics

Article
Investigación cualitativa versus cuantitativa:
Article in xml format
¿dicotomía metodológica o ideológica?
Article references
Quantitative versus qualitative research: How to cite this article
methodological or ideological dichotomy? SciELO Analytics

Automatic translation

Send this article by e-mail

Juan Luis González López1,2, Paloma Ruiz Hernández2 Indicators

Related links
1Escuela U. de Enfermería, Fisioterapia y Podología, Universidad Complutense
de Madrid (UCM), España. Share
2Hospital Universitario Clínico San Carlos, Madrid, España
More
Dirección para correspondencia
More

Permalink

RESUMEN

Revisión crítica del histórico antagonismo entre investigación cuantitativa vs cualitativa en ciencias de la salud. Se
analizan las diferencias e inferencias entre ambas metodologías, concluyendo que los métodos
cuantitativos/cualitativos, como las perspectivas ETIC/EMIC, los signos y síntomas, son dimensiones ortogonales
obligadas a entenderse, pues descifran la realidad ofreciéndonos hechos y significados. Sin embargo, en su proceso
de construcción científica, la enfermería ha optado por oponer a la ortodoxia cuantitativa biomédica un
fundamentalismo cualitativo diferencial. Y aunque sea lógico no deja de ser inquietante y contraproducente.
Médicos y enfermeros tienen en común, frente a la mayoría de las ciencias, el mismo objeto de estudio, que no es
la regularidad sino la singularidad de la enfermedad y el individuo. La investigación en salud no debe realizarse con
metodología cualitativa por ser enfermera o cuantitativa por ser biomédica, sino que debe ser deudora del objeto
de investigación. Los hechos son cuantificables, pero no su significado. Y ambos son caras de una misma moneda,
dimensiones de la realidad a las que sólo podemos aproximarnos desde la perspectiva adecuada:
cuantitativamente a los hechos, cualitativamente a sus significados.

Palabras clave: Paradigma/ Investigación cualitativa/ Investigación cuantitativa/ Metodología/ Investigación en


Enfermería.
ABSTRACT

Critical revision of the historical antagonism between qualitative vs. quantitative research in health sciences. We
analyze the differences and inferences between both methodologies, concluding that quantitative/qualitative
methods, as the ETIC/EMIC perspectives, the signs and symptoms, are orthogonal dimensions required to
understand, so decipher reality as offering facts and meanings. However, in the her process of scientific
construction, the nursing has chosen to oppose the differential qualitative fundamentalism versus biomedical
quantitative orthodoxy. And although it is logical, it is still disturbing and counterproductive. After all, doctors and
nurses have in common, against most of the sciences, the same object of study there isn't the regularity but the
singularity of the disease and the individual. Health research methodology shouldn't be done with qualitative
methodology for being nurse or quantitative for being biomedical, but must be indebted to the investigation
subject. The facts are quantifiable, but not their signification. And both are two sides of same coin, dimensions of
reality to which we can only approach from a proper perspective: to the facts quantitatively, qualitatively to their
significance.

Key words: Paradigm/ Qualitative research/ Quantitative research/ Methodology/ Nursing research.

Investigación cualitativa vs. cuantitativa: diferencias e inferencias

El objetivo de cualquier ciencia es la adquisición de conocimiento, por lo que la elección del método adecuado que
nos permita conocer la realidad va a resultar fundamental.1 En este sentido, los métodos inductivos y deductivos
tienen objetivos diferentes y podrían ser resumidos como desarrollo de la teoría y análisis de la teoría,
respectivamente. Los métodos inductivos están generalmente asociados con la investigación cualitativa mientras
que el método deductivo está asociado frecuentemente con la investigación cuantitativa. La diferencia fundamental
entre ambos métodos científicos es que uno estudia la asociación o relación entre variables cuantificadas y el otro
lo hace en contextos estructurales y situacionales.2 Cook y Reichardt3 asocian la perspectiva cuantitativa con el
positivismo, con lo medible y objetivo, con lo fiable, con los datos repetibles y generalizables, y la cualitativa con la
fenomenología, con la observación y lo subjetivo, con los datos prolíficos y auténticos, aunque no generalizables.

Por otra parte, Guba sostiene que "el planteamiento naturalista se propone desarrollar conocimiento ideográfico,
centrándose en las diferencias entre los objetos, tan frecuentemente y con tanto interés como en las similitudes",4
por lo que mientras los racionalistas han preferido métodos cuantitativos, los naturalistas han preferido métodos
cualitativos. Según este autor, los racionalistas consideran que el criterio más importante para medir la calidad de
una investigación es el "rigor" (validez interna: "no importa lo que hagas, en tanto lo hagas bien"), mientras que
para los naturalistas es la "relevancia" (validez externa: "algo que no valga la pena hacer en absoluto no vale la
pena hacerlo bien", lo que a pesar de su halo romántico implica no poco practicismo). En lo que se refiere a la
aplicabilidad de la investigación, el racionalista buscará su validez externa en términos de "generalizabilidad", en
tanto el naturalista lo hará en términos de "transferibilidad".

Las diferencias más evidentes entre ambas metodologías se muestran en la Tabla 1, elaborada por Pita y Pértigas5
en base a las propuestas de distintos autores.6,7 No obstante, tras estas diferencias metodológicas, que podrían
considerarse complementarias más que antagónicas, puede inferirse el abismo ideológico de los
racionalistas/positivistas que admiten una realidad única y los naturalistas que mantienen multiplicidad de
realidades. En palabras de Guba, "esta predisposición es tan intensa que el conflicto entre los dos paradigmas se
ha confundido con frecuencia con el conflicto entre métodos cuantitativos y cualitativos, un error de lógica" puesto
que "estas dos dimensiones son ortogonales; no hay razón intrínseca por la que ambos paradigmas no puedan
acomodarse y ser desarrollados por ambas metodologías".4 Y esto es así porque, más allá de la ortodoxia
ideológica, ambos son métodos científicos y, como tales, presentan ventajas y limitaciones como las mostradas en
la Tabla 2, adaptación propia de la publicada por Mendoza Palacios.8
Tabla 1. Diferencias entre investigación cualitativa y cuantitativa5

Tabla 2. Ventajas y limitaciones de los medios cualitativos vs. cuantitativos8

Perspectiva histórica en Ciencias de la Salud

Los trabajos publicados por Conde9 y Sarrado et al.10 partiendo de premisas similares y alcanzando conclusiones
afines, desarrollan un recorrido por la historia de la medicina con enfoques paralelos: uno desde la ambivalencia de
los síntomas y signos y el otro desde la dicotomía epistemológica. Para Conde, "el análisis histórico permite
constatar como la doble y compleja vía de signos y síntomas es equivalente a la compleja relación existente entre
la perspectiva cualitativa y la cuantitativa". Los signos serían la aproximación cuantitativa y los síntomas la más
cualitativa y las relaciones entre ambos serían similares a las que se producen entre ambas perspectivas en el
ámbito de las Ciencias Sociales. Partiendo de la definición de Noguer y Bacells, por la que "los 'síntomas' son
definidos como los datos subjetivos, es decir, las sensaciones que el enfermo experimenta y nos manifiesta (...), y
los 'signos', por su parte, son caracterizados como los hallazgos objetivos anormales, somáticos (orgánicos o
funcionales)",11 el autor considera que tales caracterizaciones hablan por sí mismas "sobre la citada orientación
paradigmática cualitativa y cuantitativa de la aproximación a través de los 'síntomas' y a través de los 'signos'
respectivamente", representándolo mediante ejes perpendiculares (Gráfico 1).

Gráfico 1. Ejes paradigmáticos de las perspectivas


cuantitativa/cualitativa, según Conde9
Por acertado que parezca el ideograma, somos de la opinión que también podría realizarse un paralelismo similar,
sin salir del paradigma cualitativo, entre la perspectiva ETIC (como observación de signos) y EMIC (como expresión
de síntomas). En efecto, el "materialismo cultural" de Marvin Harris define estos conceptos de modo que Emic es el
significado y el sentido que tienen las cosas para el sujeto, por lo que no es observable puesto que está en su
mente, esculpido por la cultura y su propia vivencia. Se trata de su significado subjetivo. En tanto Etic es el
significado y el sentido para el observador. Es lo externo, lo que conoce el investigador como explorador ajeno, el
hecho observado. Por supuesto, ambas perspectivas deben complementarse para descubrir un conocimiento total.
El investigador debe conocer las perspectivas Emic y Etic. Y no solo en antropología.

No es hasta el siglo XIX que se van a desarrollar paralelamente dos perspectivas dominantes en el ámbito de la
salud: la clásica vinculada a la enfermedad y su curación y la más novedosa de la higiene y la prevención. Esta
última va a encontrar en la estadística y en los estudios epidemiológicos unas de sus herramientas más
importantes en el abordaje de la salud pública. Aún reconociendo el protagonismo de la estadística, Fleck12 destaca
la singularidad de las Ciencias de la Salud al señalar cómo, a diferencia de las Ciencias Naturales que tienen en el
estudio de las regularidades su criterio de investigación, su estudio no está dirigido a la regularidad sino, por el
contrario, hacia lo que se aparta de la norma, es decir, al estado de enfermedad.

En la segunda mitad del siglo XX las investigaciones de corte cualitativo resurgieron como una metodología de
primera línea, principalmente en EEUU y Gran Bretaña. En la siguiente década sitúan Sarrado et al. el surgimiento
de la Antropología Médica (actualmente denominada Antropología de la Salud y la Enfermedad) en diversas
universidades norteamericanas.10 Este movimiento crítico sostiene que las hipótesis y teorías que utilizamos no
vienen caídas del cielo, sino que son formuladas, experimentadas, evaluadas y aceptadas por individuos que tienen
unos valores, una ideología, una biografía.

Hoy día, la eclosión del VIH-SIDA y otras enfermedades contemporáneas ha llevado a numerosos autores al
cuestionamiento de la noción de grupos de riesgo, de raíz epidemiológica, y a un cambio de " 'paciente/objeto' a
'actores sociales' y 'sujetos' (...) que producen discursos sociales y comportamientos colectivos que pueden ser
investigados cualitativamente".9 Desde la otra trinchera, se señala la necesidad de profundizar en los modelos
probabilísticos a la hora de evaluar las investigaciones médicas. Entre ellos destacan los métodos basados en la
teoría de Bayes, que "se aproximan a conocer la probabilidad de que los sucesos sean de una manera determinada
en función de lo que se observa en la realidad".13 Para Sacket et al. esta corriente basada en los modelos
probabilísticos entronca con la práctica de la medicina basada en la evidencia (MBE),14 al utilizar la evidencia
científica disponible a la hora de tomar decisiones clínicas.15

Es cierto que el paradigma actual en ciencias humanas, denominado pospositivista, utiliza abrumadoramente la
metodología cuantitativa y el método científico, maximizando la manipulación de las variables asignadas y
pretendiendo establecer con ello relaciones de causa-efecto. Como lo es que en los paradigmas hermenéutico y
crítico, cultivados en ciencias de la salud fundamentalmente por enfermeras, predominan metodologías
"cualitativas, dialógicas, constructivas y dialécticas".10

Sin embargo, recogiendo las propuestas de muy diversos autores,8-10,16-19 nos posicionamos en la defensa de la
complementariedad metodológica en base a los argumentos esgrimidos en la Tabla 3, entendiendo que "la buena
decisión (además de técnicamente correcta) debe encajar con la visión que la persona particular tiene acerca de lo
correcto y con la manera en que ella decide vivir su vida".20

Tabla 3. Argumentos a favor de la complementariedad metodológica8-10, 16-19


No se trataría tanto de provocar un nuevo salto pendular de las ciencias biomédicas desde lo cuantitativo a lo
cualitativo sino, por el contrario, entender que la complejidad de los fenómenos en salud precisan de ambas
metodologías, "pluralismo metodológico que, sin duda, puede enriquecer las ciencias médicas y mejorar los niveles
de salud de la población que, a fin de cuentas, es de lo que se trata".9

Una perspectiva crítica enfermera

No es de recibo el axioma positivista por el que los fenómenos se pueden reducir a sus partes constituyentes. Es
decir, que el todo es igual a la suma de las partes, cuando la misma naturaleza humana nos demuestra diariamente
todo lo contrario. Para Jan Christiann Smuts, filósofo y político sudafricano pionero del holismo, "cuerpo, mente,
espíritu, historia personal, valores, emociones, cultura, aspiraciones, postura ante la vida, temperamento, forma de
relacionarse, sociedad...", todo influye en la salud y la enfermedad.21

Pero, si profundizamos en los métodos utilizados en investigación cualitativa, podremos comprobar que demasiado
a menudo se recurre a técnicas de análisis cuantitativas. La estadística juega su papel en forma de
categorizaciones y codificaciones y ni siquiera los paquetes informáticos de tratamiento de datos (Ethnograph,
Aguad, Nudist o Atlas-Ti) están ausentes en la realización actual de cualquier monografía, como reconocen
Amezcua y Gálvez Toro.22

Como se ha dicho, en Ciencias de la Salud, la enfermería es la disciplina más implicada en el desarrollo de estudios
cualitativos, posiblemente ligado al hecho de experimentar a diario el sufrimiento humano personalizado. Esto es
consecuencia del concepto holístico del cuidado sobre el que se asienta la profesión enfermera, concepto definido
por primera vez en 1926 por Smuts ("Holismo y evolución") y divulgado en nuestro país por figuras como Marañón
o Laín Entralgo. "Hay que prestar atención no sólo a los datos y signos, sino a la vivencia de la enfermedad por
parte del enfermo y familia", mantenía éste.23

Los aún escasos investigadores que, desde el campo médico, sostienen las bondades del enfoque cualitativo
consideran que hoy en día existe un predominio apabullante del método cuantitativo. Para demostrarlo,
epidemiólogos del Hospital Juan Canalejo de A Coruña objetivaron en su búsqueda en Medline, utilizando las
palabras clave quantitative research vs qualitative research, el hallazgo de 11.236 y 1.249 artículos
respectivamente, lo que genera un cociente de 8.99. Cuando añadieron a la búsqueda la palabra nursing para
centrar la pregunta en trabajos de enfermería, objetivaron que el cociente de los artículos cuantitativos vs
cualitativos (610 por 535) disminuía a 1.14, mostrando por tanto un importante peso de lo cualitativo en la
investigación enfermera.5 Puestos a jugar, si realizamos una búsqueda en Google de las páginas en español con la
frase "investigación cualitativa en enfermería", hallaremos 193.000 entradas, por 112.000 si la frase es
"investigación cuantitativa en enfermería", con un cociente de 1,72, ahora favorable a la investigación cualitativa.
Pero, si además, acotamos la búsqueda solamente a páginas editadas en España, este cociente aumenta a 1,88
(99.600 por 52.800, respectivamente). Pero, ¿qué ocurre en el resto del mundo?, ¿qué nos ofrece el buscador más
universal si realizamos la búsqueda en inglés? Pues un realmente desolador cociente de 9,43 (4.520.000
resultados en 0,20 segundos para nursing qualitative research vs 479.000 en 0,30 segundos para nursing
quantitative research) [consultas realizadas el 25 de agosto de 2010].

Como señala De la Cuesta Benjumea, "desde las últimas décadas del siglo pasado los estudios cualitativos han
proliferado en el área de la salud y en particular en Enfermería".24 En la revisión que realiza sobre lo publicado en
este campo, la autora encuentra una gran variedad de métodos, siendo tres los más utilizados: la Etnografía,
deudora de la antropología cultural y de la observación participante que busca categorías y patrones culturales; la
Teoría Fundamentada o Teoría Anclada,25 derivada del interaccionismo simbólico de Mead, que utiliza la entrevista
y la observación participante, priorizando el punto de vista de los actores, para captar los cambios y sus efectos; y
la Fenomenología en sus dos modelos: la eidética o descriptiva y la hermenéutica o interpretada, teniendo la
primera como objetivo describir el significado de una experiencia y la segunda el comprender una vivencia, por lo
que la principal diferencia entre ambas está en que la hermenéutica, la más utilizada en enfermería, precisa de la
presencia del investigador en el contexto en el que se produce el proceso interpretativo.

De modo que, como hemos visto, la investigación enfermera ha seguido mayoritariamente el modelo de
investigación cualitativa debido, a nuestro entender, a la formación científica y académica de los investigadores y a
la búsqueda de un nicho epistemológico propio en el ámbito de las Ciencias de la Salud y una identidad
diferenciadora con respecto a la investigación cuantitativa biomédica. En la búsqueda de esa identidad
diferenciadora, la ausencia de licenciatura propició una mirada antropológica de los cuidados. Sin embargo, el
acercamiento holístico, la transculturalidad y las técnicas cualitativas, aún siendo aportaciones de indudable valor,
no representan la única manera enfermera de hacer investigación.26 Ya lo señaló Virginia Henderson al observar
cómo la investigación enfermera estaba excesivamente polarizada hacia aspectos sociológicos del cuidado, a lo que
oponía la necesidad de centrarse en la investigación clínica de la que la medicina y otras disciplinas habían
obtenido sus mayores éxitos y conocimientos.
Además, la universalización de prácticas enfermeras basadas en la evidencia es urgente y necesaria por cuanto se
sabe que: (a) El 20-25% de los cuidados que se aplican son innecesarios o potencialmente dañinos.27 (b) Un 30-
40% de los pacientes no reciben cuidados acordes con la evidencia científica.28 Como ejemplos prácticos de ello
podemos señalar, entre otros:

-El lavado de manos, con respecto al que Simmons observó una sensación de cumplimiento del 90% frente a una
frecuencia real <30%. Aunque Voss y Widmer calcularon que, si una enfermera de UCI siguiera estrictamente las
recomendaciones, cerca del 20% de su jornada laboral la pasaría lavándose las manos.

-La heparinización de los catéteres periféricos, generalizada en numerosos hospitales con riesgo y coste añadidos,
sin que se haya podido demostrar ventaja significativa sobre el lavado con suero salino.29

-La introducción generalizada de conectores intravenosos sin aguja (válvulas de seguridad) en un gran hospital
que, sin una "educación adecuada que refuerce el seguimiento de las instrucciones dadas por el fabricante, ha
estado asociada a brotes de bacteriemias",30 probablemente debido a que el 31% del personal de enfermería nos
olvidamos de desinfectar la conexión antes de acceder al catéter31 y sólo un 33% desinfectamos el acceso y
aguardamos el tiempo suficiente para que se evapore antes de usarlo.

En el marco actual, con el Grado en Enfermería y la presentación de Tesis Doctorales realizadas por enfermeras que
suponen un reto y un impulso a la investigación en cuidados, se dan las condiciones idóneas para que la industria
sanitaria adquiera un compromiso firme con la investigación enfermera, como la industria farmacéutica lo adquirió
tiempo atrás con la investigación biomédica. No podemos introducir en los hospitales y en el cuidado del paciente
productos o tecnologías avalados solamente por pequeños estudios observacionales o de laboratorio. La seguridad
y coste/efectividad de los productos sanitarios deben evaluarse mediante ensayos clínicos, en consonancia con una
profesión que aplica intervenciones basadas en la evidencia científica.

Como muestran recientes experiencias,32 se trata de un maridaje perfecto puesto que la enfermería necesita del
apoyo financiero de la industria para el desarrollo de sus investigaciones y la industria precisa de la enfermería
estudios científicos rigurosos que avalen con criterios de idoneidad, seguridad y coste/efectividad la inversión en
nuevas tecnologías y productos sanitarios.

Una investigación no puede ni debe realizarse con metodología cualitativa por ser enfermera o con cuantitativa por
ser biomédica, sino que la metodología de elección debe ser deudora del objeto de la investigación: cuantitativa si
se quiere medir el impacto de determinada técnica o producto en la supervivencia libre de eventos adversos;
cualitativa si se busca conocer el impacto sobre la calidad de vida percibida por el paciente sometido a dicha
técnica/producto. En palabras de Mendoza Palacios, "en una investigación no es conveniente hablar de Paradigma
Cualitativo, Metodología Cualitativa o Investigación Cualitativa", como si habláramos de ideologías antagónicas,
"puesto que lo cualitativo o cuantitativo son enfoques de la investigación científica, y ambos pueden ser usados en
una misma investigación, interaccionando sus metodologías".8 En definitiva, tan incongruente y empobrecedor
resulta que la investigación biomédica desprecie las técnicas cualitativas, como que la enfermería de la espalda a la
investigación experimental.

Reflexión final: axiomas cuestionables generan métodos complementarios

En realidad, como mantienen los epidemiólogos, todo es cuantificable, incluso en investigación cualitativa. Algo tan
subjetivo y sujeto a la cultura como la experiencia que cada uno tiene del dolor es medible y así se hace en la
práctica clínica diaria, utilizando la escala analógica del dolor a la hora de administrar analgesia. No obstante, si en
realidad lo que deberíamos saber es en qué modo el dolor de un mismo grado en la escala analógica afecta a dos
pacientes distintos, hasta qué punto quiebra su salud física, psicológica y emocional, los discapacita, tendremos
que recurrir de nuevo a una perspectiva Emic, al síntoma expresado por el sujeto, al uso de técnicas cualitativas
cuyos resultados tenderemos a cuantificar aunque no los podamos generalizar porque lo verdaderamente
extrapolable será el método, no su resultado. Esto es así porque "las cosas no son, significan", como afirman los
seguidores del interaccionismo simbólico.33 Aunque, desde luego, no se trata de un axioma extrapolable a todos
los ámbitos (¿el hambre y la sed del tercer mundo son o significan o son aunque no signifiquen lo mismo para cada
cual?), es cierto que existen situaciones, como la pérdida de un ser querido, donde el rasero se sitúa en su
significado más allá del propio hecho.

Dando una última vuelta de tuerca cabría preguntarse cómo afrontar exclusivamente desde el paradigma
biomédico el dolor del miembro fantasma. Habrá que admitir entonces que, también en medicina, "es real lo que la
persona define como real".34 Pero esto mismo ya lo expresó siglos atrás el filósofo griego Epicteto al decir que los
acontecimientos humanos afectan no por lo que son en sí, sino por la valoración que de ellos hacemos. Por tanto,
habrá que reconocer cargados de razón a aquellos críticos con el paradigma biomédico que denuncian que "la
adscripción teórica del autor actúa como una máscara que aflora cuando cuenta su versión de los hechos",35 pero
sin olvidar que esto es generalizable a cualquier paradigma, puesto que "el abordaje cualitativo de los problemas
de salud no es sólo una opción (...). Tal como es contemplado, es una forma de compromiso del investigador con la
sociedad a cuyos intereses se supone que sirve, pero que el avance tecnológico no siempre garantiza".36 Y es que,
como se ha dicho, los seres humanos, investigadores o no, somos deudores de nuestra propia biografía.

Digámoslo así: los hechos son cuantificables, pero no así su significado. Pero ambos, hecho y significado, son caras
de la misma moneda, dimensiones de la realidad a las que sólo podemos aproximarnos desde la perspectiva
adecuada: cuantitativamente a los hechos, cualitativamente a sus significados. Porque, parafraseando a Ortega y
Gasset, la única perspectiva errónea es la perspectiva única.

Bibliografía

1. Álvarez Cáceres R. El método científico en las ciencias de la salud. Las bases de la investigación biomédica.
Madrid: Díaz de Santos, 1996. [ Links ]

2. Strauss AL. Qualitative analysis for social scientifics. New York: Cambridge University Press, 1987. [ Links ]

3. Cook TD, Reichardt CS. Métodos cualitativos y cuantitativos en investigación evaluativa. Madrid: Morata; 1986.
[ Links ]

4. Guba EG. Criterios de credibilidad en la investigación naturalista. En Gimeno Sacristán J y Pérez Gómez A
(Comps). La enseñanza: su teoría y su práctica. Madrid: Akal; 1983. Pp. 148-65. [ Links ]

5. Pita Fernández S, Pértigas Díaz S. Investigación cuantitativa y cualitativa. Cad Aten Primaria 2002; 9:76-8.
[ Links ]

6. Reichart ChS, Cook TD. Hacia una superación del enfrentamiento entre los métodos cualitativos y cuantitativos.
En: Cook TD, Reichart ChR eds. Métodos cualitativos y cuantitativos en investigación evaluativa. Madrid: Morata,
1986. Pp. 25-50. [ Links ]

7. Cabrero García L, Richart Martínez M. El debate investigación cualitativa frente a investigación cuantitativa.
Enferm Clínica 1996; 6:212-7. [ Links ]

8. Mendoza Palacios R. Investigación cualitativa y cuantitativa. Diferencias y limitaciones. www.monografías.com


2006. Disponible en: http://www.gycperu.com/descargas/005investigacion cuali cuanti diferencias y limitac.pdf
[fecha de acceso 15 de agosto de 2010] [ Links ].

9. Conde Gutiérrez F. Encuentros y desencuentros entre la perspectiva cualitativa y la cuantitativa en la historia de


la medicina. Rev Esp Salud Pública 2002; 76:395-408. [ Links ]

10. Sarrado JJ, Cléries X, Ferrer M et al. Evidencia científica en medicina: ¿única alternativa? Gac Sanit 2004;
18(3):235-44. [ Links ]

11. Noguer Molins L y Balcells Gorina A. Exploración Clínica Práctica. Barcelona: Editorial Científico-Médica; 1980.
[ Links ]

12. Fleck L. La génesis y el desarrollo de un hecho científico. Madrid: Alianza Editorial; 1986. [ Links ]

13. Spiegelhalter DJ, Myles JP, Jones DR, Abrams KR. Methods in health service research: an introduction to
Bayesian methods in health technology assessment. BMJ 1999; 313:508-12. [ Links ]

14. Sacket DL, Rosemberg WM, Gray JA, Haynes RB, Richardson WS. Evidence based medicine: what is and what it
isn't. BMJ 1996; 312:71-2. [ Links ]

15. Sacket DL, Strauss SE, Scott W, Rosemberg WM, Haynes RB. Medicina basada en la evidencia. Cómo practicar
y enseñar la MBE. 2.a ed. Madrid: Ediciones Harcourt; 2001. [ Links ]

16. Baum F. Researching public health: beyond the qualitativequantitative methodological debate. Soc Sci Med
1995; 40:459-68. [ Links ]

17. Steekler A, McLeroy KR, Goodman RM. Towards integrating qualitative and quantitative methods: an
introduction. Health Education Quarterly 1992; 19:1-8. [ Links ]

18. Bericat E. La integración de los métodos cuantitativo y cualitativo en la investigación social. Significado y
medida. Barcelona: Ariel; 1998. [ Links ]
19. Amezcua M, Carriondo A. Investigación cualitativa en España. Análisis de la producción bibliográfica en salud.
Index de Enfermería, 2000; 28-9: 26-34. [ Links ]

20. Medina JL. La pedagogía del cuidado: saberes y prácticas en la formación universitaria en enfermería.
Barcelona: Laertes; 1999. [ Links ]

21. Smuts JC. Holism and Evolution. London: Macmillan and Co, Limited; 1927. [ Links ]

22. Amezcua M, Gávez Toro A. Los modos de análisis en investigación cualitativa en salud: perspectiva crítica y
reflexiones en voz alta. Rev Esp Salud Pública 2002; 76:423-36. [ Links ]

23. Laín Entralgo P. La relación médico-enfermo. Historia y teoría. Madrid: Revista de Occidente, 1964.
[ Links ]

24. De la Cuesta Benjumea C. Estrategias cualitativas más usadas en el campo de la salud. Nure Inv 2006; 25.
Disponible en: http://www.nureinvestigacion.es/FICHEROS_ADMINISTRADOR/F_METODOLOGICA/FMetod_25.pdf
[fecha de acceso 20 de agosto de 2010] [ Links ].

25. Glaser BG, Strauss AL. The Discovery of Grounded Theory: Strategies for Qualitative Research. Chicago:
Aldine; 1967. [ Links ]

26. González JL. Hacia dónde va la Investigación de Enfermería. Enferm Facultativa 2004; 76:15. [ Links ]

27. Schuster M, McGlyn E, Brook R. How good is the quality of health care in the US? Milbank Q. 1998; 76:517-63.
[ Links ]

28. Grol R. Successes and failures in the implementation of evidence based guidelines for clinical practice. Med
Care 2001; 39(2S):46-54. [ Links ]

29. Randolph AG, Cook DJ, Gonzales CA et al. Benefit of heparin in Peripherals venous and arterial catheters:
systematic review. BMJ 1998; 316:969-75. [ Links ]

30. Cookson ST, Ihring M, O'Mara EM et al. Increased bloodstream infection rates in surgical patients associated
with variation from recommended use and care following implementation of a needleless device. Infect Control
Hosp Epidemiol 1998; 19:23-7. [ Links ]

31. Karchmer T, Cook E, Palavecino E, Ohl C, Sheretz R. Needless valve ports may be associated with a high rate of
catheter related bloodstream infection. Society for Healthcare Epidemiology of America. Los Angeles, CA: Slack,
Inc; 2005. [ Links ]

32. González López JL, Fernández del Palacio, Benedicto Martí C et al. COSMOS-a study comparing peripheral
intravenous systems. Br J Nur 2009; 18(14):844-53. [ Links ]

33. Blumer, Herbert. El interaccionismo simbólico, perspectiva y método. Barcelona: Hora, 1969. [ Links ]

34. Merleau-Ponty, Maurice. Fenomenología de la percepción. Barcelona, 1975. [ Links ]

35. Lara Flores N, Taméz González S, Eibenschutz Hartman C, Morales Estrella SL. Investigación de necesidades y
utilización de servicios de salud: una reflexión sobre el uso de métodos cualitativos. En: Mercado Martínez FJ,
Torres López TM (compiladores). Análisis Cualitativo en Salud. Teoría, Método y Práctica. Guadalajara (México):
Universidad de Guadalajara; 2000. Pp. 97-122. [ Links ]

36. Amezcua M. El Laboratorio de Investigación Cualitativa en Salud lic, un grupo para la humanización de los
cuidados. Index de Enfermería 2000; IX(28-29):41-4. [ Links ]

Dirección para correspondencia:


Juan Luis González.
C/ Cuevas de Altamira 5,
28054 Madrid, España
juanluisgonzalez@enf.ucm.es

Manuscrito recibido el 19.9.2010


Manuscrito aceptado el 11.12.2010
All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License

Apartado de correos: nº 734, Granada, Granada, ES, 18080, (34)958 293 304

secretaria@ciberindex.com

También podría gustarte