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Estado y sociedad:
El faraón era la encarnación del poder sagrado. Como tal garantizaba y defendía el
orden cósmico, cuyo equivalente terrenal era “la ley y el orden” (ma’at = verdad o justo
equilibrio). El faraón era omnipotente. Al mismo tiempo dependía de los dioses y de su
buena voluntad, aunque en cierta medida el también era dios.
El faraón tenía normalmente más de una esposa. Generalmente la familia real era
frecuentemente endogámica. No hay nada que justifica la idea muy defendida hoy de que
la monarquía egipcia era matrilineal.
El faraón y la familia real estaban a la cabeza del Estado, mientras que debajo de ellos
se hallaban los consejeros reales, los oficiales y gobernadores, que se diferenciaban
netamente de los campesinos encargados de trabajar la tierra.
La administración del Estado se desarrollo a partir de la organización de la servidumbre
real. A la cabeza de la administración estaba un oficial cuyo título suele traducirse como
“visir” (el cual juega un rol fundamental, segundo después del faraón. Podría llegar a
haber habido más de uno).
En un principio no existían cargos hereditarios (salvo el de faraón) ni los individuos
tenían derecho a una posición social encumbrada por el hecho de ser de noble cuna. Se
pretendía que un funcionario obtenía solo su cargo solo porque desempeñaba bien su
labor en beneficio del faraón y del pueblo.
Las fundaciones fúnebres reales revelan la organización en grupos de los sacerdotes
que trabajan como oficiales del culto según el sistema rotativo mensual; el resto del año
llevaban a cabo labores agrícolas y de otro tipo en la finca encargada de suministrar las
provisiones para el culto fúnebre.
Pueblo egipcio:
Condiciones de vida muy duras, hasta cierto punto estaban vinculados a las tierras y se
les podía obligar a trabajar en las obras públicas, en particular en los programas de
construcciones reales. (Kuhrt remarca, igualmente que las condiciones de vida no eran tan
duras como se suele decir. A su vez, omite por completo la existencia de la Corvea. Sin
desarrollar características de esclavitud, se la podría llegar a entender como un deber
publico a cumplir, con similitudes al servicio militar)
El ideal manifiesto de la sociedad egipcia era que todo el mundo, por humilde que
fuera, tuviera acceso a la misma justicia y que, en definitiva, el faraón era la fuente última
de sabiduría legal.
Economía:
Regían mercados en los cuales se llevan a cabo operaciones comerciales entre vecinos,
los cuales habrían atraído a la gente de las aldeas de los alrededores y les habrían
brindado la posibilidad de vender el excedente de su producción. Igualmente el fuerte
de la economía residía en la todopoderosa economía estatal.
Transporte fluvial de gran importancia.
Durante esta época los edificios e inscripciones reales brillan curiosamente por su
ausencia. En resumen existe una correlación entre la decadencia del control real y el
aumento del poder provincial. A grandes rasgos, la imagen de los acontecimientos es muy
clara: se produjo una decadencia económica aparente; el control central se debilito y
acabo hundiéndose por completo durante las dinastías VII y VIII; a continuación vino un
periodo de guerras civiles intermitentes; durante esta época una dinastía de faraones (con
sede en Heracleopolis: dinastías IX y X) gobernó solo sobre una parte de Egipto; por
ultimo, en Tebas surgió un faraón (de la dinastía XI) como victorioso reunificador del país.
El faraón Mentuhotep II (Tebas) pretendió (después de la rebelión de los Abidos)
afirmarse como el unificador de Egipto.
Hasta la época de Sosostris III, los faraones permitieron a algunos comarcas conservar
algunas bases deponer bastante importantes e incluso acrecentarlas. Probablemente fuera
la herencia del complejo de alianzas alcanzadas durante el proceso de reunificación
iniciado en Tebas. No esta muy claro como y por que fueron suprimidos de un modo tan
definitivo y eficaz aquellos centros de poder local, pero el proceso quedo concluido
durante el reinado de Sesostris III.
Al igual que en el Imperio Antiguo, el visir seguía siendo el ejecutivo mas importante y
poderoso después del faraón.
La principal preocupación del gobierno era la recaudación de todo tipo de recursos con el
fin de mantener a la corte y sus proyectos (las tierras de su propiedad, las fincas
vinculadas a las fundaciones funerarias y las tierras de propiedad privada sometidas al
pago de tributos suministraban la mayor parte de los ingresos de la corona). No hay
cambios fundamentales en el sistema de posesión de la tierra vigente en Egipto, tal como
había existido también en el Imperio Antiguo. El estrecho control ejercido sobre la
recaudación de impuestos y tributos queda claramente definido. El nivel de los servicios de
policía y su efectividad debían de ser bastante altos para poder llevar a cabo el control con
eficacia.
Muchos faraones de la dinastía XIII eran de Tebas y, durante los primeros cincuenta años
aproximadamente, Egipto siguió funcionando mas o menos como había venido haciéndolo
durante la dinastía XII, y controlando aproximadamente el mismo territorio. Por lo que
sabemos, lo que les diferencia de la dinastía XII es que entre ellos no existe ninguna
relación de parentesco, hecho que contrasta en gran medida con el carácter fuertemente
familiar de los miembros de la dinastía XII. Es posible que la dinastía XII se extinguiera,
puesto que su último representante fue una reina. Circunstancia que acaso indica una
crisis en la sucesión al trono. Fin de la dinastía XIII d. 1648 aprox, debido a que esa fecha
estipula seria el inicio de la XV dinastía Hicsia.
La dinastía XIV se situaría en 1720, atraviesa un serio proceso de erosión del poder
central. No es probable que los reyezuelos del delta sobrevivieran durante mucho tiempo
al establecimiento del dominio de los Hicsos, pues una de las capitales reales mas
importantes de los poderosos faraones hicsos era Avaris. Asi pues, el final de la dinastía
XIV se situaría en torno al año 1648.
Dinastía XVI, esta relacionada con la dinastía de los Hicsos, aunque es distinta de la
dinastía de los Hicsos propiamente dicha.
El periodo histórico de la dinastía hicsia (XV) nos ofrece una imagen de fragmentación
progresiva y general del poder político en Egipto, y muestra la formación en ultimo
termino de un poder real supremo, de origen no egipcio, que controlaba la mayor parte
del país y dominaba a una serie de príncipes locales, entre ellos algunos de Palestina
(donde también se encontraban los hicsos). Distintos materiales arqueológicos indican que
en esta apoca la interacción entre Egipto y Palestina era muy intensa.
Los hicsos controlaban plenamente las relaciones comerciales tradicionales de Egipto
(Levante, SINAB, Biblos y el mar Rojo)
Debemos rechazar por completo una idea, difundida por los faraones del Imperio Nuevo
que llegaron al poder a raíz de su victoria sobre los hicsos, a saber, que estos atropellaron
deliberadamente las instituciones políticas y religiosas de Egipto, y que eran odiados por la
población del pais. Las inscripciones de la época que se nos han conservado ponen de
manifiesto que los faraones hicsos adoptaron los títulos habituales de los soberanos
egipcios y que eran llamados regularmente “hijos de Ra” según el protocolo real. El
gobierno de los hicsos logró una gran aceptación y sus faraones se hallaban
razonablemente integrados en el marco cultural y político egipcio.
Mesopotamía
La sociedad
La mayoría de las funciones importantes del Estado eran desempeñadas por miembros
de la familia real y por sus allegados. La vida cortesana de la ciudad contaba con placeres
muy refinados y sofisticados.
Existen dos tipos de personas menos privilegiadas: “el cultivador” de una parcela,
que podía ser sometido por un capataz o un aristócrata; y peor aún el “ciego”
quien podía ser utilizado por “el cultivador” para alguna tarea. Luego existían los
pobres y los deudores, grupos a los que podían acceder sino cumplían sus funciones.
Existían también esclavos, pero no en una cantidad significativa desde el punto de vista
económico.
Había sistemas de transacciones, de pago de deudas, de pena por delitos, trámites de
ventas.