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[Publicado previamente en: La romanització del Pirineu. 8º Col.

loqui Internacional d'Arqueologia


de Puigcerdà. Homenatge al Dr. Miquel Tarradell. Puigcerdà 1988, Puigcerdà 1990, 137-141
(también en J.Mª Blázquez, Mosaicos romanos de España, Madrid 1993, 476-479). Editado aquí
en versión digital por cortesía del autor, bajo su supervisión y con la paginación original].
© José María Blázquez

Mosaico paleocristiano del Museo de Huesca

José María Blázquez Martínez

El Museo de Huesca, entre sus magníficas La zona inferior lleva dos blancas palo-
colecciones, conserva un mosaico paleocristia- mas, que caminan a la derecha, con coronas,
no del más alto interés artístico, que ha sido re- símbolo típicamente funerario, sobre ellas. El
cientemente publicado por L. García Moreno1 tema de las palomas en mosaicos paleocris-
(fig. 1) y antes de su restauración lo fue por P. tianos es frecuente. Basta recordar las laudas
de Palol2. A él aluden H. Schlunk y Th. Haus- sepulcrales con varón de frente, llamadas del
child3. Apareció en compañía de un segundo Buen Pastor.
junto a la ermita de Monte Cillas, Coscojuela de
Fantova, Huesca. En la parte superior lleva una
inscripción, publicada recientemente en el Ho-
menaje a P. de Palol por el Prof. Mayer, de la
Universidad Autónoma de Barcelona, que dice:
RUFO DUL/ CISSIMO/ CONIUGI/ SUO
VIVENT/IVS SEPULCRV/M ADORNA V/IT

Hojas de hiedra separan cada palabra. La


inscripción está encuadrada dentro de un mar-
co. Cada línea va enmarcada por una ancha
franja. En el último renglón el musivario colo-
có un crismón entre dos rosetas, y un motivo
decorativo de forma triangular. El centro del
mosaico va decorado por una figura de varón de
pie, de frente, con los brazos levantados y las
manos bien abiertas. A ambos lados de la cabe-
za hay dos rosetas, como las del último renglón
de la inscripción, y encima dos objetos trian-
gulares, exactamente igual que otras dos veces
a ambos lados del cuerpo, separados por hojas.
__________
(1) España en la Edad Antigua. Hispania romana y
visigoda, Madrid 1988, 78.
(2) Arqueología cristiana de la España romana, Madrid-
Valladolid 1967, 332 s. lám. CVI.
(3) Hispania Antiqua. Die Denkmäler der frühchristlichen
und westgotischen Zeit, Maguncia 1978, 23.
Figura 1: Mosaico paleocristiano de Monte Cillas. Cos-
cojuela de Fantova (Huesca). Museo de Huesca.
138 José María Blázquez: Mosaico paleocristiano del Museo de Huesca

de la necrópolis paleocristiana de Tarraco4; o los años 270-29010; o las orantes de la luneta


de Antonia Vetia, hallada en el cementerio de del cubículo 5 del cementerio de Priscila11, en
Itálica5, de Maria Severa6, de la misma proce- Roma igualmente, datada entre el final de la
dencia, etc. dinastía de los Severos y el 250; del pilastro
La orante, vista de frente, con los brazos ele- izquierdo de la capilla cuarta del cementerio de
vados, y las palmas de las manos abiertas, es los Jordanes12, de la segunda mitad del s. III;
composición frecuentemente utilizada en el arte de Dionisas, de la cripta de los cinco santos, el
funerario paleocristiano. Es suficiente recordar, cementerio de Calixto13, de época constantinia-
en Hispania, las dos orantes del sarcófago pa- na; del sepulcro de las Orantes de la necrópolis
leocristiano de Tarraco, fechado a comienzos de Trasone, Roma14, o de la luneta del cubículo
del s. V7; a una de ellas la acompaña una palo- de Veneranda, del cementerio de Domitilia,
ma a su lado; los sarcófagos de S. Félix de Ge- __________
rona8; o de Susana, de la misma procedencia9. (10) W. Dorigo, Pittura tardoromana, Milán 1966,122 fig.
La orante en idéntica actitud de la del pavimen- 84. A. Grabar, El primer arte cristiano (200-395), 1967,
to hispano está bien documentada en la pintura reproduce varias orantes en sarcófagos o en pinturas: fig. 26,
funeraria paleocristiana en fecha temprana. sarcófago de Roma; fig. 58, catacumba de los Jordanos; fig. 96,
catacumba de Priscila; fig. 97, sarcófago del Palazzo
Basta mencionar a Susana, del cementerio de Sanseverino; fig. 104, catacumba coementerium Maius; figs.
Pedro y de Marcelino, en Roma, fechada entre 113-115, catacumba de Priscila; fig. 119, de S. Calisto; fig.
__________ 120, del coementerium Maius; fig. 131, sarcófago con filósofo,
Sta. María Antigua; fig. 140, sarcófago de Velletri; figs. 142-
(4) P. de Palol, op. cit., 329, lám. CII. 143, sarcófago de la iglesia de Saint-Sauveu. con motivos
(5) P. de Palol, op. cit., 336 s. lám. CVII. A. Blanco, Mo- cristianos y paganos; fig. 145, sarcófago del Museo de Letrán;
saicos romanos de Itálica, Madrid, 1978, lám. 55. fig. 146, del Museo de las Termas, etc.
(6) P. de Palol, op. cit., 337, lám. CVIII. A. Blanco, op. (11) W. Dorigo, op. cit., 120, lám. VI.
cit., 47, lám. 56. (12) W. Dorigo, op. cit., 125 s. fig. 87. El autor menciona
(7) H. Schlunk, Th. Hauschild, op. cit., 134 s. lám. 25. a.c-d. las oranies del cementerio de Domitilia, Roma.
(8) P. de Palol, op. cit., 291 s. lám. LXVIII. 1.1. (13) W. Dorigo, op. cit., 199, lám. XXII.
(9) P. de Palol, op. cit. 292, lám. LXVIII, 2. (14) W. Dorigo, op. cit., 197, lám. XXIII.

Figura 2. Tabarka. Orantes. Museo del Bardo. Según N. Duval.


José María Blázquez: Mosaico paleocristiano del Museo de Huesca 139

Figura 3. Kelibia. Epitafio de Maxus. Museo del Bardo. Según N. Duval.

Roma, fechada en la segunda mitad del s. IV15,


etc.; o la lauda sepulcral de Baleria, hallada en
la basílica de Son Peretó16, de la segunda mitad
del s. VI.
Sin embargo, es el arte paleocristiano del
norte de África el que proporciona los parale-
los más próximos al mosaico hispano, concre-
tamente, los pavimentos paleocristianos estu-
diados por N. Duval17.
En estos mosaicos se hallan todos los prin-
cipales elementos decorativos de la lauda his-
pana. Así, la orante se encuentra en pavimen-
tos de Tabarca con escenas bíblicas18, también
con aves; de Tabarca, con la inscripción en la
cabecera, y con palomas19 (fig. 2); y de Honus
(Siria)20.
La corona con la inscripción rodeada de
aves y peces decora un mosaico de Kélibia,
con los mismos rosetones con rayos y circulito
en el centro (fig. 3) que en el ejemplar de
Huesca21. El crismón entre palomas se repite
en la cabecera de una lauda. Este mismo tema,
corona con inscripción dentro, aves alrededor y
el mismo tipo de rosetas, se vuelve a encontrar
__________
(15) W. Dorigo, op. cit., 226, fig. 180.
(16) H. Schlunk, Th. Hauschild, op. cit., 180, lám. 175.
(17) "Observation sur l'origine, la technique et l'histoire de
la mosaïque funéraire chrétienne en Afrique. Inventaire som-
maire des mosaïques funéraires d'Afrique du Nord", CMCR II,
1975, 63 ss. láms. XXV-XXXVI.
(18) N. Duval, op. cit., lám. XXIX y 1. Figura 4. Uppenna. Epitafio de F.V. Dion. Museo de
(19) N. Duval, op. cit., 80 s. láms. XXXII, 4; XXXIV. 1 Enfidia. Según N. Duval.
(20) N. Duval, op. cit., 86, lám. XXXVI. 2.
(21) N. Duval, op. cit., 79, lám XXVII, 1.
140 José María Blázquez: Mosaico paleocristiano del Museo de Huesca

Figura 5. Mosaico paleocristiano. Basílica de Setif. Según N. Duval.

en un segundo pavimento sepulcral paleocristia-


no de Kélibia22. El crismón entre palomas
decora la cabecera sobre el epitafio de Ianuaria
en Tipasa23. El crismón está dentro de la corona
en pavimentos de Uppenna (fig. 4)24. N.
Duval25, con motivo de estudiar estas laudas
paleocristianas, examina toda la decoración de
ellas. Las laudas sepulcrales paleocristianas de
las basílicas cristianas del barrio NO de Sétif26
aunque presentan algunos motivos decorativos
idénticos, como coronas o crismones, pertene-
cen a una corriente artística diferente (figs. 5-6).
H. Schlunk y Th. Hauschild, al referirse a
estos mosaicos de Huesca27 los relacionan con
los de Tabarca. Efectivamente, pertenece al
mismo mundo artístitico. Nosotros venimos
insistiendo en el "africanismo" del cristianis-
mo hispano28, tesis que un excelente conocedor
del cristianismo hispano, M. Sotomayor, no
__________
(22) N. Duval, op. cit., 79, lám. XXIX, 3.
(23) N. Duval, op. cit., 67, lám. XXVIII.
(24) N. Duva!, op. cit., 74, lám. XXXI, 1.
(25) Op. cit., 77, lám. XXXII, 2.
(26) P.A. Février, Fouilles de Sétif. Les basiliques chrétien-
nes du quartier nord-ouest, Paris 1963. Es interesante señalar que
la lauda hispana de Ursino, procedente de Graccurris (Logroño),
hoy en el MAN de Madrid, ofrece algún tema decorativo, como
Figura 6. Mosaico paleocristiano. Basílica de Setif. la concha (P. de Palol, Arte paleocristiano en España, Barcelona
Según N. Duval. s/a. 300), que se repite en pavimentos paleocristianos de Sétif,
(P.A. Février, op. cit., fig. 66).
(27) Sobre la necrópolis de Monte Cillas, véase R. Del
Arco, Excavaciones en Monte Cillas, término de Coscojuela de
Fantova (Huesca), MJSEA 38, 1921.
(28) J.M. Blázquez, "La carta 67 de Cipriano y el origen
africano del cristianismo hispano", Homenaje a Pedro Sáinz
Rodríguez III, Madrid 1986, 93 ss. con toda la bibliografía.
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admite. El origen africano de muchos temas romanos de la Real Academia de la Historia, Ciudad Real,
Toledo, Madrid y Cuenca, Madrid 1982, passim. Idem,
de los mosaicos hispanos lo hemos señalado Mosaicos romanos de Sevilla, Granada, Cádiz y Murcia,
frecuentemente30. En el origen africano de Madrid 1982, passim. Idem, Mosaicos romanos de Córdoba,
muchas composiciones de los mosaicos hispa- Jaén y Málaga, Madrid 1981, passim.
(32) The Mosaics of Roman North Africa. Studies in
nos insiste K.M.D. Dunbabin31, y muy recien- Iconography and Patronage, Oxford 1978, 29 ss. Sobre los
temente R. Lucas32. Nada tiene de extraño mosaicos paleocristianos, 188 ss.
encontrar un cementerio paleocristiano en una (33) "La influencia africana en la iconografía equina de la
villa de Aguilafuente (Segovia)", CPA 13-14, Homenaje al
zona tan interior de los Pirineos, pues, por la Prof. Gratiniano Nieto, 1986-1987, 219 ss.
epístula de Consencio se sabe que el priscilia- (34) H. Chadwick, Prisciliano de Ávila, Madrid 1978. Va-
nismo estaba muy arraigado en los Pirineos34. rios, "Prisciliano y el priscilianismo", Monografías de Cuadernos
del Norte, Oviedo 1982. Es fundamental el trabajo de M. Díaz y
Díaz, "Consenso y los priscilianistas", 71 ss. Los Pirineos estaban
también infestados de priscilianistas. J. Fontaine, "L'affaire pris-
cilianiste ou l'ère des nouveaux Catilines, Observations sur le sa-
llustianisme de Sulpice Sevère", Festschrift in Honor of J.M.F.
Maurique, Worcester 1975, 355 ss. Varios, I. Concilio Caesar-
augustano. MDC Aniversario, Zaragoza 1981. Es fundamental:
__________ J.M. Blázquez, "Prisciliano, introductor del ascetismo en Hispa-
nia. Las fuentes. Estudio de la investigación moderna", 65 ss. Es-
(30) "Reflexión hístórico-arqueológica sobre el supuesto tado de la cuestión, con toda la bibliografía menuda. J. Ameri-
origen africano del cristianismo hispano", II Reunió d'Arqueología gual i Batle, "Informacions sobre el priscilianisme a la Tarraco-
poleo-cristiana hispánica, Barcelona 1982, 11 ss. nense, segons l'ep. 11 de Concenci", Pyrenae 125-16. J. Cabrera,
(31) J.M. Blázquez, M.A. Mezquíriz, Mosaicos romanos de Na- Estudio sobre el priscilianismo en la Galicia Antigua, Granada
varra, Madrid 1985, passim. J.M. Blázquez, T. Ortego, Mosaicos 1983. A.B.J.M. Goosen, Achtergronden von Priscillianus christ-
romanos de Soria, Madrid 1983, passim. J.M. Blázquez, Mosaicos lelyke Ascese, Nimega 1976. Fundamental.

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