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Capítulo 5

Psicología: Unión intima de los métodos con la sustancia

Tres líneas cardinales de investigación desde la década de 1950

El mágico número 7 de George Miller. En 1956, George Miller (estadounidense) publicó


en la Psychological Review un ensayo llamado “El mágico número 7, más o menos 2: algunos
limites en nuestra capacidad para procesar información”; el cual era más una síntesis de algún
experimento o la exposición de una teoría formal, en donde desde el primer párrafo ya mostraba
estar respaldad por pruebas empíricas. Miller mostró que la capacidad de los individuos para
establecer distinciones entre los estímulos, para distinguir fonemas entre sí o calcular cifras con
precisión, para recordar una serie de ítems aislados, todo radicaba al acercarse a los siete
elementos; por debajo de este número, se podían hacer esas tareas con facilidad, pero por encima
de él, probablemente fallarían. En sus palabras “Se diría que existe algún limite en nosotros
mismos, ya sea propio del aprendizaje o al diseño de nuestro sistema nervioso, que mantiene
dentro de este rango nuestra capacidad como canales”.

Sin embargo, Miller afirmó que durante el procesamiento o codificación de las entidades
en función de sus dimensiones es posible aumentar el número de elementos distinguibles entre sí.
Se puede dividir o agrupar una cantidad de elementos (ej: conjunto de números o de letras) y
luego tratar el conjunto como si fuera una unidad. A modo de analogía, dijo: “Es como si
tuviéramos que portar todo nuestro dinero en un monedero que solo es capaz de contener siete
monedas; pero al monedero no le importa si las monedas son de níquel o plata”.

Miller insinuó que el numero 7 no era accidental, sino que señalaba las limitaciones de las
capacidades humanas para el procesamiento de la información. Los empiristas radicales hubieran
rechazado esa limitación intrínseca, pero todo esto contribuyó a que se empezara a explorar la
naturaleza y estructura de un mecanismo central de procesamiento cognitivo. Además, ese límite
fue formulado en los términos de la teoría de la información, y así, Miller ofreció a los
investigadores un método para que examinaran otras modalidades o tareas sensoriales y
verificaran si en verdad regia esa limitación.

Durante casi un siglo, los psicólogos se habían empeñado en descubrir las leyes básicas del
sistema mental humano; muchos caminos habían sido abiertos, pero al final se cerraron. En los
últimos tiempos, la labor más interesante en las ciencias humanas provino de: la teoría de la
información, que postulaba principios de transmisión de datos aplicables a cualquier clase de
canal, y la ciencia del computador, que incluía maquinas capaces de manipular símbolos. Miller
quería unir los datos reunidos por psicólogos a lo largo de los años y los nuevos enfoques de los
científicos de orientación ingenieril. Para él, el resultado podría ser una ciencia psicológica con su
propio conjunto de leyes que no podrían ser cambiadas.

El enfoque británico del procesamiento de la información. Surgió de los trabajos de


psicología aplicada efectuados durante la 2da Guerra Mundial, cuando los psicólogos se reunieron
con otros hombres de ciencia en el empeño por descifrar los códigos del enemigo, contribuir a
localizar los aviones, satisfacer necesidades bélicas. Se destacan Colin Cherry y Donald Broadbent,
cuyos estudios de los 50 inspiraron el enfoque británico de la psicología del procesamiento de la
información.
Cherry, partidario de la teoría de la información, se centró en la capacidad de los
individuos para atender y obtener información de canales ruidosos. Instruyó a sus sujetos para
que reprodujeran un mensaje transmitido a uno de sus oídos mediante el método del
seguimiento, es decir, repitiendo cada palabra lo más pronto posible después de la presentación
inicial. De esta forma, él comprobó que los sujetos eran incapaces de informar acerca de gran
parte de lo que llegaba hasta ellos por el oído opuesto (al cual no le prestaban atención), podían
distinguir características groseras de la señal pero no cambios de contenido o de idioma.
Broadbent mejoró el procedimiento presentando al mismo tiempo en ambos oídos una serie de
tres dígitos, y halló que los sujetos respondían con facilidad y obtenían los puntajes más altos si
primero transmitían todos los dígitos que habían sido presentados en uno de sus odios y luego
todos los presentados en el otro oído. Lo importante de los aportes de Cherry y Broadbent es el
modelo sobre los procesos de pensamiento humano que dieron origen, el cual se ajustaba a la
tradición del empirismo inglés. Partía de la información tomada por los sentidos pero se centraba
en el hecho de que los individuos tenían una capacidad limitada para la recepción y el
almacenamiento de la información (este modelo estaba ligado a los estudios de Miller sobre el
mágico numero 7).

Los británicos procuraron determinar con precisión que sucede con la información desde
el momento en que el sujeto la aprehende por primera vez, y a partir de esto, fue natural pasar a
un diagrama de flujo que representaba lo que sucede cuando el sistema perceptual opera con
nueva información. Broadbent fue el primero psicólogo de la época que describió el
funcionamiento cognitivo con un diagrama, el cual representaba la información procedente de los
sentidos, que era reunida en un almacén de corto plazo y luego filtrada selectivamente, antes de
ingresas en un sistema perceptual de capacidad limitada. Un órgano sensorial puede captar gran
cantidad de información y retenerla momentáneamente, y la tarea del filtro selector es bloquear
los mensajes descartables y así permitir la entrada solo a aquellos que merecen ser sometidos a un
análisis ulterior. Según Broadbent, solo la información que viene consciente (la que pasa a través
del canal de capacidad limitada) puede incorporarse a la memoria de largo plazo y pasar a formar
parte del conocimiento activo. Y la información que no se atiende, desaparece en pocos segundos
y no es procesada más allá del primer análisis “pre-atencional”.
Antes, casi ningún investigador creía que la percepción o el pensamiento tenían lugar en
forma simultánea o sin pasar por una serie de etapas. Pero esto se volvió probable cuando la
ingeniería de comunicaciones comenzó a aparecer en temas de percepción y atención. Gracias al
modelo de “diagrama de flujo” de Broadbent, sus colegas y pruebas sobre las etapas concretas
del procesamiento de la información, abrían posibilidades fructíferas pues ahora era posible
examinar las dimensiones temporales de diversos procesos psicológicos.

El enfoque estratégico de Jerome Bruner. En colaboración con Jacqueline Goodnow y


George Austin, Jerome Bruner publicó en 1956 el libro “A Study of Thinking”, fruto del proyecto
sobre cognición, dirigido en Harvard por Bruner. Se trataba de la clasificación, categorización o la
formación/adquisición de conceptos. El problema era “¿de qué manera una persona, frete a una
serie de elementos, llega agruparlos de manera cierta en categorías, ya se trate de sillas, de
átomos o de grandes triángulos azules?

Bruner y sus colegas siguieron la tradición de examinar formas abstractas de


categorización, como las de averiguar en naipes, cuales contienen cierta forma geométrica,
perteneciente a una categoría particular. El experimentador seleccionaba un concepto (ej: los
naipes que contienen una sola figura de color rojo, o la que contiene cuadrados rojos, o las que
tienen dos figuras y/o círculos). Mostraba al sujeto un naipe a la vez, preguntando si correspondía
al concepto preestablecido y diciéndole si estaba correcto o no. Así, la tarea del sujeto consistía en
averiguar las propiedades del concepto seleccionado, escogiendo los naipes que exhibieran sus
características definitorias. Bruner no trataba a los sujetos como animales sordomudos, sino que
es decía lo que tenían que hacer y tomaba en cuenta sus comentarios para el análisis de los
resultados, desafiando de este modo la metodología conductista, pues trataba a los sujetos como
resolvedores activos y constructivos de problemas y no como reactores frente a estímulos. Para él,
la introspección si importaba.

Empezaron a atender a los bits de información que los sujetos asimilaban con estímulos
simples y terminaron por analizar las propiedades informacionales de largas secuencias de actos
llamados estrategias. Siendo la mejor manera de darse cuenta del desempeño de los individuos.
Esto fue el aspecto más influyente de estos autores. Ellos pasaron a averiguar que obtenía el
organismo con cada estrategia de acuerdo a sus objetivos perseguidos. Estudiaron la estrategia de
la exploración sucesiva (el sujeto adopta una hipótesis única, ej: individualizar los naipes que solo
tiene objetos rojos), el de focalización conservadora (tras encontrar un caso positivo, se hacen una
serie de opciones en donde cada una modifica el valor de un atributo del primer naipe focal,
probando si el cambio se da por un caso positivo o negativo), o el de enfoque cambiante (el sujeto
usa primero un caso positivo como foco, pero luego se arriesga a modificar más de un atributo por
vez). El enfoque cambiante permite establecer el concepto más rápido que el de focalización
conservadora, pero exige mayor número de ensayos si la opción escogida no da resultado. La
focalización conservadora es el método que menos puede fallar, ya que limita la tarea impuesta a
la memoria y permite avanzar en forma sostenida hacia la solución; pero si existe algún otro
elemento de presión, el sujeto puede adoptar un curso de acción más riesgoso, modificando varios
atributos en forma simultánea.

El programa de la psicología cognitiva. Todas las contribuciones anteriormente


mencionadas ayudaron a que se tuviera una mayor disposición a abordar de forma directa los
temas relacionados con la mente, en vez de descartarla y reemplazarla por los estímulos y
respuestas. La computadora y el lenguaje de la teoría de la información contribuyeron también a
este cambio. Los psicólogos empezaron a considerar la representación de la información en el
interior de la mente. Miller analizo las propiedades y limitaciones estructurales propias del sistema
representacional; Broadbent y Cherry examinaron las transformaciones de la información en su
tránsito desde los sentidos hasta su almacenamiento en la memoria; Bruner atribuyó a diversos
sujetos una variedad de estrategias que regían su desempeño en una tarea. Los temas estudiados
como la memoria no era nuevo para la psicología, pero la perspectiva de aplicar ideas
provenientes de la teoría de la información, de basarse en el modelo de la computadora, de
permitir a los sujetos usar sus poderes reflexivos, era fortificante.

La psicología es una disciplina central en todo estudio de la cognición, pero es también


difícil, cuyos avances no se lograron sin esfuerzo. Hay un contraste entre los enfoques que van
desde lo general a lo particular y de lo particular a lo general. El primero, tiene matices
racionalistas y presume que los esquemas o estrategias que el sujeto aporta a la tarea, colorean
fuertemente su desempeño; el segundo, ligado al empirismo, supone que los detalles de una tarea
o situación focal ejercen influencia en ese desempeño. De igual forma, el autor Gardner clasifica la
mayoría de los programas de investigación en psicología de acuerdo a dos términos: la distinción
entre el análisis molecular (basado en unidades pequeñas) y el análisis molar (basado en unidades
mayores). En donde el análisis molar, va con el enfoque de “lo general a lo particular” (matices
racionalistas) y el molecular con “lo particular a lo general” (ligado al empirismo). Para Gardner,
muchos psicólogos pasan de un enfoque a otro, como Miller, quien se inclinó por el análisis
molecular en su examen del número 7 (1956), pero luego se fue al molar al debatir los planes y
objetivos en 1960. Cuando se usa la computadora como modelo, está justificado centrarse en el
nivel molecular (bits, símbolos, circuito abierto-cerrado) como en los conceptos de programación
de alto nivel (metas, medios y rutinas). Así, algunos psicólogos parte de un enfoque molecular para
luego adaptarse a las entidades molares, o algunos creen que las conductas pueden reducirse y
explicarse por entidades moleculares.

En el primer siglo de vida de la psicología se deben mencionar dos tendencias: la primera,


que es la división de este campo de estudio; por ej: En la Asociación Psicológica Norteamericana
hay más de 50.000 miembros, que se ramifican en más de 40 divisiones de acuerdo a sus
intereses, en donde muchos ignoran lo que sucede en otros ámbitos de la Asociación diferentes a
sus intereses, así que no se concretan en encontrar conceptos unificadores. La segunda, que es la
tendencia a la perfección metodológica, en donde se han inventado nuevos instrumentos,
perfeccionado técnicas estadísticas, los diseños de estudios individuales, ¿pero todo esto ha sido
para profundizar en la compresión de los fenómenos o para reafirmar a través de experimentos lo
que ya se sabía desde hace tiempo?

La psicología científica en el siglo XIX

Como habérselas con el legado kantiano. Kant tenía dudas acerca de la posibilidad de una
ciencia psicológica, debido a que la ciencia debía aplicar leyes matemáticas a los datos empíricos
que debían reunirse en experimentos reales, y como la psicología se ocupa de elementos que
carecen de dimensiones espaciales (pensamientos puros) entonces esa experimentación no era
posible. Además, la psicología debía estudiar el instrumento del saber, el si-mismo, pero al si-
mismo no le es posible examinar su propio funcionamiento ni poder hacerse de forma imparcial.

Una objeción de Kant, era que la psicología fue concebida como incursión de segunda
categoría, por lo que debía contentarse con examinar los contextos sociales e históricos de ese
pensar, sin descifrar la naturaleza del pensamiento en sí. Y era tan grande la autoridad de Kant,
que muchos estudiosos de su época se apartaron de la investigación empírica de las cuestiones
psicológicas. Sin embargo, un trio de alemanes Jakob Friedrich Fries, Johan Friedrich Herbart y
Friedrich Eduard Beneke se encaminaron a la conceptualización de una psicología científica, pues
creían que los procesos psíquicos podían medirse experimentalmente, y se podían realizar
estudios que ofrecieran información efectiva acerca del funcionamiento de la mente. Herbart
sostuvo que las ideas poseen las cualidades del tiempo, intensidad y cualidad, y era posible medir
cuantitativamente estos aspectos e incluso formular ecuaciones que describieran sus relaciones
mutuas. Sin embargo, este trio se limitó a especulaciones, pero mantuvieron vigente la posibilidad
de una psicología científica.

Los que echaron los cimientos: Herlmholtz, Fechner, Donders y Brentano. El físico y
fisiólogo alemán Hermann von Helmholtz pretendía demostrar que las especulaciones de Kant
podían someterse al estudio empírico, por lo tanto emprendió la medición efectiva del tiempo que
lleva transmitir impulsos a lo largo del sistema nervioso; experimento que realizó a través de la
pata de una rana y luego lo adaptó a los seres humanos, a quienes les solicitaba responder
oprimiendo una perilla luego de aplicar un estímulo a su pierna; así, pudo verificar que la velocidad
del impulso oscila entre 50 y 10 metros por segundos. Con esto demostró que las reacciones de la
conducta eran medibles. Así mismo, Helmholtz desarrolló la idea de la inferencia inconsciente, que
postulaba que en vez de extraer el mandato de la lectura de los estímulos externos, lo que
hacemos es basarnos inconscientemente en nuestros conocimientos anteriores para interpretar
de manera precisa lo que percibimos, todo esto a través de un experimento que realizó al
mostrarle a unos sujetos objetos por medio de un prisma, que deformaba su visión, pero se dio
cuenta que los sujetos se adaptaron a las distorsiones y lograron volver a ver las cosas de un modo
que no presenta deformaciones. Así, la experiencia de nuestra percepción en el pasado, se añade
en forma inconsciente a nuestra reacción actual frente al estímulo.

De esta forma, Helmholtz hizo tres aportes: Señaló que los axiomas filosóficos de Kant no
tenían validez absoluta, pues era posible esclarecer ciertos aspectos del funcionamiento psíquico
humano en forma empírica; estableció que había cabida para análisis moleculares (velocidad de
un impulso que recorre la fibra nerviosa) así como para las molares (la forma en que
ordenamientos espaciales complejos son vistos en condiciones normales y distorsionadas);
Destacó la contribución de los sujetos en el proceso de la percepción lo que lo convirtió en uno de
los creadores de la ideología de la ciencia cognitiva.

Gustav Fechner, precursor de la psicofísica, mostro que dentro de ciertos límites, la


intensidad de una sensación percibida varia como una función logarítmica de ciertas
características objetivas del estímulo, es decir, los aspectos de la experiencia psicológica guardan
relación cuantitativa con una característica que se puede medir de un objeto del mundo (ej: el
brillo que se le atribuye a un rayo luminoso). F.C. Donders en 1968 propuso que era posible medir
el tiempo que llevan las operaciones mentales superiores. Ej: Para medir cuanto se tarda en
discriminar entre dos estímulos, hay que restar el tiempo tardado para detectar aisladamente uno
de ellos del tiempo que se tarda para responder a uno de ellos cuando se presentan los dos. Así, se
podía medir con exactitud el tiempo requerido para la operación de discriminación.

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