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Art. 1567 inc. 1º CC. “Toda obligación puede extinguirse por una convención en que
las partes interesadas, siendo capaces de disponer libremente de lo suyo, consienten en
darla por nula.”
Resciliación: acuerdo de voluntades (convención) en que las partes, dotadas de
capacidad de disposición, dejan sin efecto un acto anterior, extinguiendo de esa manera
las obligaciones pendientes provenientes de ese acto.
Aunque dice “toda obligación”, sólo es aplicable a las obligaciones contractuales (es decir
emanadas de un acuerdo de voluntades), pues se funda este modo en que habiéndose
generado la obligación por un acuerdo de voluntades, por un nuevo acuerdo, pueden las
partes dejarla sin efecto. Si la fuente de la obligación es otra (delito, cuasidelito, etc), la
voluntad de las partes juega de otra manera, pudiendo dar lugar a otros modos de
extinguir. Ej. Remisión de la deuda, novación, etc.
2. Requisitos de validez. (necesario para que el acto tenga una vida sana y produzca
efectos jurídicos en forma estable)
Son los propios de todo acto jurídico: consentimiento (voluntad exenta de vicio),
capacidad, objeto y causa (lícitos).
a. Consentimiento en la resciliación.
Las partes tienen que consentir, convenir en dejar sin efecto en todo o parte un
acto jurídico anterior. Las partes son las mismas que celebraron el acto que se deja sin
efecto.
La jurisprudencia ha dicho que: “La resciliación debe hacerse y perfeccionarse con
las mismas solemnidades que las partes adoptaron al celebrar el contrato”, refiriéndose al
caso de un contrato consensual que las partes hicieron solemne (lo celebraron por
escritura pública, contrato de extracción de basura que es meramente consensual, la
Corte entendió que al haber pasado a ser solemne por voluntad de las partes, la
resciliación debió hacerse también de la misma forma, es decir con la misma solemnidad
(porque en derecho las cosas se deshacen de la misma manera como se hacen).
Pero Ramos Pazos no está de acuerdo: las solemnidades son de derecho estricto, y
la ley no ha establecido ninguna para la resciliación. Por ende no parece adecuado afirmar
que en el caso resuelto tuviera que otorgarse por escritura pública.
b. Capacidad para resciliar.
Se exige porque la resciliación es para ambas partes una renuncia de los derechos
provenientes del acto o contrato que deja sin efecto. Es por ello que no se pueden resciliar
las obligaciones legales (porque respecto de ellas no cabe la renuncia).
c. Para que haya resciliación tiene que existir una obligación pendiente.
Este requisito no aparece en el artículo 1567 CC, pero todos los autores lo exigen
pues no hay que olvidar que la resciliación es un modo de extinguir las obligaciones por lo
que si no hay obligaciones que extinguir, la resciliación no tendría objeto.
Efectos de la resciliación.
El Art. 1567 CC incurre en un error al decir que las partes consienten en dar por
nula la obligación, pues para que haya nulidad debe existir un vicio originario, esto es,
existente al momento en que se formó el consentimiento (fuerza, dolo, incapacidad, etc).
En el caso de la resciliación el acto no nació viciado: por ende no cabe hablar de nulidad .
La disposición se refiere a que con la resciliación las partes acuerdan dejar sin efecto el
acto (no la obligación).
Se dice que la resciliación no opera retroactivamente, sino hacia el futuro, para
proteger a los terceros que pudieran haber celebrado algún contrato sobre la cosa objeto
del contrato resciliado. Esto no es tan cierto: entre las partes, la resciliación puede tener
los efectos que ellas quieran.
Produce los efectos que las partes quieran atribuirle (autonomía de la voluntad). Si
quieren, pueden darle efecto retroactivo.
a. Terceros que adquieren sus derechos sobre la cosa objeto del contrato antes de
la resciliación: la resciliación les es inoponible.
b. Terceros que adquieren sus derechos sobre la cosa después de la resciliación:
deben respetar la resciliación.