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Cinco son los objetivos a tomar en cuenta en la etapa de disolución del mineral:
3.- Evitar que la especie de interés que es retenida en el insoluble o residuo producido en
la etapa de disolución (ojalá que no se produzca residuo) no pueda ser disuelta
posteriormente por el agente disgregante (ej. HCl diluido en caliente),
4.- Evitar que el analito sea absorbido en las paredes del recipiente y
5.- Evitar que el reactivo o contenedor contamine con la misma especie a determinar.
El tercer objetivo, es evitar que el analito que sea retenido en el insoluble posteriormente
no se disuelva en la etapa de disgregación con el agente disgregante. También, puede
producirse la tostación de la muestra en el vaso si el método establece calentamiento hasta
sequedad. La tostación puede producir la reducción de varios cationes a su forma
elemental. Si la determinación es de cobre, el Cu cero que se puede formar no se va a
disolver fácilmente con ácido clorhídrico diluido hasta ebullición. De hecho el Cu cero no se
disuelve en HCl porque su potencial de reducción es más alto que del H+, pero sí en
presencia de oxígeno. sin embargo, en esta última, la reacción es tan lenta que
prácticamente existe una probabilidad de que se pierda Cu en el residuo.
El cuarto y el quinto objetivo, es importante tenerlo presente cuando se analizan sobre todo
elementos trazas.
Finalmente, el control del tiempo y la temperatura son factores claves para que la disolución,
la oxidación de las especies y la no volatilización de éstas sean efectivas para que el análisis
químico sea adecuado.
La reacción del mineral con HCl puede producir pérdidas por volatilización de algunas de
sus sales metálicas como; AsCl3, SbCl3, SnCl4, HgCl2, GeCl4, etc. [2][3]. Además, del
FeCl3 [9]. Los oxicloruros de selenio y teluro también se volatilizan en cierto grado con HCl
caliente [9]. La presencia del ion cloruro en disoluciones calientes de H2SO4 o HClO4 puede
provocar pérdidas por volatilización del bismuto, manganeso, molibdeno, talio, vanadio y
cromo [9].
Sin embargo, la pérdida de ciertos volátiles durante la disolución con HCl en contenedor
abierto a bajas temperaturas, algunas veces, no es tan serio como lo presenta la literatura.
Con la excepción del arsénico, antimonio, germanio, selenio, azufre, y fósforo, las pérdidas
son generalmente menores y pueden ser tolerables, especialmente en trabajos de análisis
de trazas [8].
Además, se pueden producir el desprendimiento de otros gases como CO2, SO2, HF, H2S,
PH3, AsH3, SbH3 (fosfuros, arseniuros, antimoniuros), SiH4 (Mg2Si) C2H2 y CH4 (carburos),
HCN (de cianuro y cianocomplejos excepto de algunos como Hg(CN)2), Cl2 (si el ácido
clorhídrico es concentrado y se hallan presentes MnO2 ó PbO2 por ejemplo), Br2, I2,
(bromuros y yoduros en presencia de determinados oxidantes) [2][3].
El HNO3 es un ácido oxidante en todas las temperaturas [5], que ataca metales nobles como
el Cobre y la Plata aunque no el oro y ni el Platino [2]. Es usado en la descomposición de
sulfuros que son oxidados a azufre o sulfatos. También se usa para el ataque de minerales
con contenidos de seleniuros, telururos, fosfatos, arseniatos, volframatos, etc. [2]. El
HNO3 concentrado disuelve fácilmente los sulfuros de Fe y molibdenita, pero no es efectivo
como el HCl concentrado para disolver los óxidos de Fe y Mn [6].
El HNO3 solo o en solución diluida disuelve ligeramente ciertos metales y pasiva a otros. La
pasivasión se debe a la formación de un óxido sobre la superficie de las partículas del metal
y a menudo es tan refractario que tratamientos subsecuentes con otros ácidos son
inefectivos [8].
Para formar agua regia se necesita dejar reposar la mezcla por lo menos 3 a 4 minutos
antes que se aplique a la muestra [8].
Sin duda, el poder complejante del ion cloruro combinado con el poder oxidante del cloro
en solución acuosa son la clave de su eficacia como solvente [8].
En presencia de reductores como; metales (Au, Pt, etc), sulfuros (HgS), arseniuros,
antimoniuros (hexacianoferrato (II)), etc. se produce desprendimiento de vapores nitrosos,
NO, de color pardo.
Hay sustancias que no son disueltas por el agua regia como por ejemplo la sílice y los
sulfatos de alcalino-térreos [15].
También, se puede producir desprendimiento de otros gases como CO2, SO2, H2S, PH3,
AsH3, SbH3 (fosfuros, arseniuros, antimoniuros), SiH4 (Mg2Si) C2H2 y CH4 (carburos), HCN
(de cianuro y cianocomplejos excepto de algunos como Hg(CN)2), Cl2 (si el ácido clorhídrico
es concentrado y se hallan presentes MnO2 ó PbO2 por ejmplo), Br2, I2, (bromuros y yoduros
en presencia de determinados oxidantes) [2][3].
Además, se pueden producir pérdidas por volatilización de algunas de sus sales metálicas
como; AsCl3, SbCl3, SnCl4, HgCl2, GeCl4, etc. [2][3].
Otra característica del agua regia es que tiene mayor poder oxidante que el HNO3 solo [2].
El HF en combinación con otros ácidos minerales puede ser usado para disolver un gran
número de metales, aleaciones, minerales, y otros materiales [8]. Muchos iones metálicos,
incluyendo aquellos que precipitan como óxidos hidratados en otros ácidos, forman
fluoruros complejos solubles aun a bajas concentraciones de HF. [8].
Los fluoruros y hexafluorosilicatos se descomponen mayormente por acción del calor y por
los ácidos minerales formando ácido fluorhídrico y tetrafluoruro de silicio.
En presencia de ácido sulfúrico (método Berzelius) se originan los sulfatos metálicos los
que luego se se disuelven en agua (o se disgregan si son insolubles). El H2SO4 actúa
además como agente deshidratante, ya que evita la hidrólisis del SiF4.
El ácido nítrico concentrado descompone con más dificultad los hexafluorosilicatos por ser
más volátil que el H2SO4. Sin embargo posee la ventaja de la mayor solubilidad de sus
nitratos y su carácter oxidante [2].
El HClO4 origina sales más solubles, a excepción de los fluoruros que no se eliminan
totalmente, salvo que la muestra se lleve a sequedad [2].
Si se utiliza HNO3 o HClO4 no quedan insolubles de Pb, Ba y Sr, ya que sus percloratos y
nitratos son soluble en agua [2].
Es importante hacer notar, que el ataque con HFpueden haber pérdidas con algunos
elementos que forman fluoruros volátiles como el BF3, AsF3, AsF5, GeF4, etc. [2][3].
Además, perderse los cloruros de Sb en caliente [8].
El HF también puede usarse en combinación con HCl, HNO3 y HClO4 (conocido como
ataque 4 ácidos). Aunque este ataque, a menudo se conoce como "total", no disuelve los
minerales refractarios como la casiterita, wolframita, cromita, espinela, berilo, zircón,
turmalina, magnetita, y concentraciones altas de barita, entre otros [6].
El HF se puede usar sin ácido mineral a una temperatura relativamente elevada y a presión
alta dentro de un reactor cerrado. Tiene la ventaja que produce la descomposición de
materiales refractarios con mayor efectividad que la mezcla HF - H2SO4 y por ser cerrado
no hay escape de gases como el SiF4, BF3, etc. [2].
Se ioniza completamente en una solución de ácido sulfúrico concentrado, lo que indica que
es más fuerte que éste, y por lo tanto se considera entre los más fuerte de los ácidos [8].
Todos los percloratos formados después de la descomposición con HClO4 son solubles en
agua, a excepción de los percloratos de K, Rb y Cs [6].
Durante la evaporación con ácido perclórico, el silicio puede precipitar como SiO2, y el
antimonio, estaño, tungsteno, titanio, niobio y tantalio pueden precipitar como óxidos
hidratados. También el potasio, rubidio y cesio precipitan como percloratos [8].
Además, los vapores de ácido perclórico pueden generar un fino aerosol en forma de spray
que puede resultar en la pérdida mecánica de algo de la solución de la muestra si no se
tiene el cuidado apropiado. Sin embargo, esto se soluciona con un control adecuado de la
temperatura y el uso del vidrio de reloj como tapa en el vaso de precipitado [8].
Se usa para descomponer silicatos, productos con altos contenidos en cromo como la
cromita y refractarios cromo-magnesio y fosfatos como la monacita [2].
Se puede usar también en mezclas con otros ácidos como el HF para el ataque de silicatos
y con el H3PO4 para el ataque de la cromita [2]. De hecho, su punto de ebullición (203°C) lo
hace útil para eliminar al HF remanente cuando se evapora, mucho más que el HNO3 que
tiene un punto de ebullición más bajo (120°C) [6].
El ácido perclórico se comercializa como ácido para análisis desde el 60% al 72%. Tiene
un punto de ebullición constante a 203°C [1].
Aunque el H2SO4 tiene propiedades similares al del HClO4 no tiene amplio uso en
aplicaciones, debido, probablemente, a los efectos de interferencia del sulfato en AAS e
ICP-OES y debido a la baja solubilidad de los alcalino térreos y los sulfatos de Pb [6].
Una desventaja es que origina sulfatos insolubles, por lo que se debe realizar un proceso
de disgregación alcalina posterior [2].
Ácidos no oxidantes: HF, HCl, HBr, H3PO4, H2SO4 diluido, HClO4 diluido.
Nota.- Existe una correlación entre los minerales refractarios, según la literatura, y la escala
de Mohs. Generalmente sobre una dureza de 5 a 6, el mineral se comporta como refractario
ante el ataque ácido y temperatura.