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Otra manera de verlo es decir que los principios universales atraviesan todos los órdenes
de la realidad, desde lo más universal y abstracto hasta lo más particular y concreto, o
desde lo más sutil hasta lo más denso, desde lo más intangible hasta lo más palpable.
Por ejemplo, observamos que todos los niveles de la realidad tienen algún grado de
estructura, de definición, de límite o de ley. En este sentido podemos hablar de la
estructura de la Galaxia, de la estructura del Sistema Solar, de la estructura del cuerpo
humano, de la estructura de los cristales o de la estructura del átomo. Aquí vemos
ejemplificado el principio representado por el planeta Saturno y lo vemos actuando
tanto a nivel macroscópico como a nivel microscópico. Desde ya, hablamos de analogía
y no de identidad, ya que no es lo mismo la estructura o el “peso” de una idea, al de una
piedra. No es lo mismo que nos confronten con una idea a que nos peguen un piedrazo,
aunque a veces nos digan que tenemos un “cascote” en la cabeza, haciendo alusión a
nuestra cabeza dura. Como vemos, muchas veces el lenguaje pone de manifiesto el
principio de analogía, de maneras contundentes.
Nosotros tomamos como punto de partida el Sistema Planetario por ser este un nivel
accesible a nuestras observaciones, que nos permite la suficiente distancia para guardar
cierta “objetividad”, mientras que el nivel de las circunstancias cotidianas está
demasiado cerca, estamos tan inmersos en él, que nos cuesta tener perspectiva y
discernimiento.
abordarlo desde el nivel humano; primero desde un nivel colectivo, que podríamos
denominar arquetípico, donde vamos a “tropezarnos” con los llamados arquetipos del
inconsciente colectivo, y donde van a aparecer los relatos mitológicos. El concepto de
arquetipo se puede entender desde diferentes perspectivas. Nosotros le vamos a usar en
un sentido determinado y específico y nos vamos a referir a lo arquetípico como la suma
de la experiencia humana condensada en relación a un determinado tipo de energía.
En definitiva, de esto hablamos cuando nos referimos al nivel arquetípico como la suma
de la experiencia condensada en relación a una determinada energía, si bien es cierto
que algunos relatos arquetípicos son más troncales y otros son mas periféricos. La
humanidad ha condensado, sintetizado, asimilado una determinada experiencia con
relación a cada una de los temas propios de la vida y las ha asimilado en un
determinado nivel evolutivo. Esto es lo que constituye los arquetipos del inconsciente
colectivo, los cuales uno hereda en cuanto nace, constituyendo el telón de fondo o el
marco, sobre el cual se va a proyectar la experiencia individual y que van a determinan
en gran parte las respuestas que uno va a dar en el curso de su vida.
Estas energías planetarias que encontramos en el nivel colectivo, luego las vamos a
encontrar en el nivel de cada individuo y se van a expresar como una función
psicológica personal, es decir como una función o un impulso que uno encuentra en su
propio interior y con la cual está en contacto, ya sea de manera consciente o
inconsciente. Por ejemplo, en el caso de Marte la podemos encontrar como la capacidad
de lucha o de afirmación, la llamada a la acción, a la agresión, en el sentido etimológico
de “ir hacia”, la capacidad de estar en contacto con el propio deseo y de luchar para
obtenerlo.
Aquí es donde podemos empezar a vivenciar la Astrología como algo vivo, como
energía que circula y toma forma en todas las situaciones de nuestra vida. Por ejemplo,
un mensaje de texto. Como tal, en tanto mensaje, puede ser visto como algo mercurial,
o geminiano, pero atendiendo a su contenido puede expresar un tema canceriano, por
situaciones familiares, o capricorniano en tanto ordenes, normativas o actitud de control,
y así sucesivamente. Tenemos que hacer contacto con la Astrología y darnos cuenta que
la Astrología es una ciencia viva y que todo lo que hacemos, pensamos y sentimos, está
enhebrado, informado, contenido en algunas de las expresiones de las energías, ya sea
de los signos o de los planetas y corresponden a alguna determinada casa astrológica de
nuestra experiencia existencial, como por ejemplo relativas al aprendizaje y la
comunicación, a los hijos, al ámbito profesional o vocacional, etc.
Obviamente, esto mismo puede ser expresado en otros lenguajes simbólicos, como
puede ser El Árbol de la Vida y los 22 senderos, el Tarot o el I Ching, que adoptan otras
perspectivas y con los cuales es posible establecer correspondencias. La ventaja de la
Astrología es que tiene una dimensión que podríamos llamar objetiva, irreductible a
cualquier posicionamiento o preferencia personal, y que está constituida por las
posiciones y los movimientos de los planetas en el cielo.
CUALIDADES
DIMENSIÓN
ENERGÉTICA
FUNCIONES
DIMENSIÓN
NIVEL COLECTIVO / ARQUETÍPICO
SUBJETIVA
(INTERIOR)
NIVEL INDIVIDUAL / PSICOLOGÍA
PERSONAL
PLANO HUMANO
PERSONAS / ROLES
ACONTECIMIENTOS
DIMENSIÓN ANIMALES
OBJETIVA
PLANTAS
(EXTERIOR)
METALES
PLANO DEL
OBJETOS
MUNDO
CUERPO
ETC.
Una primera clasificación de los planetas es distinguir entre los siete planetas clásicos,
antiguos o tradicionales, que van desde la Luna a Saturno, y los tres planetas
descubiertos modernamente, Urano, Neptuno y Plutón, que son los llamados planetas
transpersonales. Por contraposición, los planetas clásicos son llamados personales, en
LOS PLANETAS: INTRODUCCIÓN Página 4 de 5
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La estructura de la pirámide caldea responde a una mirada geocéntrica, y la ordenación
de los planetas está dada por su velocidad relativa en torno a la Tierra.