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Eje N° 6: Historia Oral

Título: Recuerdos de la militancia en la Juventud Peronista


Autor: Pedro Velázquez
Pertenencia institucional: UNJU
Email: pevel100@gmail.com
“En esa época del 70 nos dijeron de todo: Apátridas, que
estábamos en contra de Dios, Criminales, Comechicos. Sin
embargo, vemos que son todas las cosas que ellos hicieron […]
Los apátridas eran ellos, los anticristo y antireligiosos eran ellos
porque jamás ninguna religión hubiera aceptado que roben
chicos, que maten, que violen.”
Extracción de la entrevista

Introducción
Mi búsqueda giraba inicialmente en encontrar protagonistas que me ayudaran a
realizar una comprensión y reconstrucción de lo que fue militar en la Juventud Peronista
(JP) en nuestra provincia por los años 70.
La hipótesis inicial que manejaba, por un corto trabajo de hemeroteca que había
realizado, donde analizaba las representaciones que realizaba el diario Pregón de Jujuy
sobre las juventudes en septiembre-octubre de 1975, era que en la primavera de ese año
hubo un punto de inflexión en la militancia de la JP expuesta por el diario, a partir de
una pintada realizada en contra de Blaquier y otros empresarios jujeños 1, como una
juventud peligrosa e ingenua a la vez. Lo que le lleva a la producción de varios textos
posteriores dedicados recriminar el hecho y también recomendaciones en cómo
defender a la juventud.
Esto me lleva a encontrarme con una militante de la JP por ese entonces y activa
militante en la actualidad en organismos de Derechos Humanos. Fue presa política en el
74 y posteriormente durante la última dictadura cívico-militar.

Las entrevistas se realizaron en el presente año y en su domicilio, fueron


conversaciones extendidas. Me pareció un testimonio especialmente relevante que
excedió mis preguntas -orientadas por mí primera hipótesis y por el primer interés, de
reconstruir lo que fue la JP en los años 70- por lo que la charla fluyó más allá de lo
pensado y terminó siendo una muy rica narrativa que se hilvana con alegrías y dolores,
mostrando, a través de su historia de vida, una constelación significativa de su
experiencia como militante peronista.
1
Pregón, 10 octubre de 1975 (ver Anexo)
Este fue el motivo que me lleva a realizar una primera incursión desde la historia
oral y los estudios sobre la comunicación al ejercicio de la memoria y la producción de
relatos, en este caso, sobre la militancia en la Juventud Peronista. El trabajo parte de la
construcción de una serie de entrevistas, en cuanto fuentes orales que apuntan a
reconstruir las prácticas militantes.
La perspectiva desde la cual se aborda este trabajo supone poner la atención
especialmente en los significados que surten de la entrevista y que se expresan en una
narrativa. El significado, a diferencia de los acontecimientos, adquiere mayor relevancia
en los trabajos de historia oral. En este sentido, seguimos, entre otros autores, a
Alessandro Portelli, quien sostiene que es la subjetividad del hablante el elemento
singular y preciso de las fuentes orales: “Las fuentes orales nos dicen no sólo lo que
hizo la gente sino lo que deseaba hacer, lo que creían estar haciendo y lo que ahora
piensan que hicieron”. (Portelli, 1991)

Historia oral, testimonio y narrativa


La entrevista se realizó con mucha atención y la transcripción fue hecha tratando
de incluir de una manera adecuada los signos de puntuación, respetando las extenciones
y las ubicaciones de las pausas que ayudan a expresar en papel el contenido emocional
de la conversación. Algo importante en los trabajos de historia oral, ya que, como nos
dice Portelli: “lo que hace que la historia oral sea diferente, entonces, es que nos dice
menos sobre los acontecimientos que sobre su significado […] el elemento singular y
precioso es la subjetividad del hablante” (Portelli, 1991)
Significado, emociones, sentimientos. Tiene mayor relevancia la vivencia de
modo individual. Teniendo en cuenta lo dicho por André Gattaz, no se piensa en una
recolección -limpia, ni inocente, ni libre de consecuencias- de los hechos del pasado, ni
de los sentidos que tuvo, sino de los sentidos que el narrador le otorga en el momento de
la entrevista. “Del enorme repertorio de memorias y respuestas posibles evocadas por la
situación de entrevista, la persona entrevistada selecciona y organiza ciertos temas,
incidentes y recuerdos, que son entonces comunicados de una forma particular”…
“Cuando alguien cuenta su propia historia, busca reunir los elementos dispersos de su
vida personal y agruparlos en un esquema de conjunto, intentando conseguir una
expresión coherente y total de su destino […] La narrativa autobiográfica así nos trae el
testimonio de un hombre sobre sí mismo, el debate de una existencia que dialoga con
ella misma, de la búsqueda de su fidelidad más íntima. Para el narrador no es fácil
volver sobre su vida. El espacio interior es tenebroso por excelencia.” (Gattaz, 2008)
Es así que la historia de vida va apoyándose sobre ejes narrativos, “que orientan
la construcción de una historia coherente sobre la multiplicidad de imagen y conceptos
guardados en el estante infinito de la memoria. Por eso las características personales que
el sujeto quiere hacer constar como aquellas que mejor representan su vida y su
personalidad, aparecen como el hilo conductor de una narrativa...” (Gattaz, 2008)
Una narración de un testimonio que comenta su vida a la vez que brinda
significado, lo que requiere una aprehensión que va más allá de la veracidad de las
fuentes orales.
Dora Schwarzstein aporta que “nunca tenemos acceso a la memoria, sino al
recuerdo, y éste es siempre una reelaboración… lo que es interesante en los hechos no
son los hechos del pasado sino la manera en que las memorias fueron construidas como
parte de una conciencia contemporánea.” (Schwarzstein, 2002)
Schwarzstein además nos comenta que las memorias de los sobrevivientes han
jugado un papel menor en la historiografía sobre el Holocausto, por la dicotomía entre
Historia y Memoria. Afirma también que “en casos como este, la compresión histórica
es imposible sin tener en cuenta las voces de las víctimas”. (Schwarzstein, 2002)
Ludmila da Silva Catela explica que se genera así una tensa relación entre
testimonio y verdad, cita a Elizabeth Jelin que dice que “al trabajar sobre la relación
entre testimonio y trauma, el eje de la consideración de la “verdad” se desplaza de la
descripción fáctica a la narrativa subjetiva, que transmite las verdades presentes en los
silencios, en los miedos y en los fantasmas que visitan reiteradamente al sujeto en sus
sueños, en olores y ruidos que se repiten. O sea se reiteran aquí los dilemas de la
“verdad histórica” y la fidelidad del recuerdo.” (Jelin, -citada en memorias al margen-)
El libro “Memorias al margen” es importante para el presente trabajo, allí
Ludmila da Silva Catela comenta también sobre la existencia de “relaciones de
imposición de memorias entre grupos similares de víctimas y no de grupos dominados y
opresores” que puede generar y reducir las memorias a un “capital simbólico aplicable a
todos los contextos sin tonalidades ni diferencias, dejando de lado u opacando memorias
más complejas, cargadas de tonalidades y de grises. Al incluirlas o pretender hacerlo
dentro del considerado universal discurso de los derechos humanos, muchas veces estos
grupos sociales sufren de una nueva modalidad de ‘victimización’.” (da Silva Catela, )
Ludmila da Silva Catela comenta en otro texto que en esa lógica de inclusiones y
exclusiones, “si todavía hay un grupo ‘poco legitimado’ para hacer pública su palabra es
aquel formado por los expresos políticos, aquellos que irónicamente estuvieron ‘más
cerca’ de los desaparecidos… Ellos cargan sobre sus espaldas el hecho de haber
“sobrevivido”, estigma que moviliza ideas ambiguas sobre la ‘suerte’ o la sospecha del
‘por algo será’” (da Silva Catela, 2015)

Entrevista

Mi entrevistada pertenecía a una familia numerosa y muy pobre de San Salvador


de Jujuy se acerca a militar a la JP por esa necesidad económica.

“Yo ingreso poco antes de las elecciones de Cámpora a la JP, como yendo a
buscar trabajo. Mi profesor me decía “anda a buscar trabajo, acércate con los chicos de
la JP”, bueno voy y trabajo no había pero me quede a militar igual, por esas cosas de los
pobres capaz, que así como tenía que trabajar tenía que luchar. Y me fui con ellos.”

A pesar de su afán por hacer notar su ‘desinformación’ con respecto a la JP y las


decisiones que se tomaban, afán nacido de esa comprensión de la historia como mera
recolección de hechos, su experiencia dentro de la JP es muy rica y me lleva a
comprender el quehacer militante.

“No es muy mucho lo que yo sepa tampoco de la JP, no te olvides que he


militado dos años y pico y ya estuve en cana. Es más bien mi poca experiencia en eso,
militancia activa en esa época pero no tan metida, no tenía un grado importante en la
organización, no participaba de reuniones políticas ni nada…”

La entrevista desechó mi primera hipótesis, de pensar el año 75 como un punto


de inflexión en cuanto a las prácticas políticas de la JP. Me comentó que la JP viene
trabajando de antes y recuerda bien los años antes a esa fecha, que es cuando empezó a
militar.

“No. Nosotros veníamos trabajando con pintadas y esas cosas desde antes. “

“No, de hecho, a mí me detienen en el 74 por una pintada, pidiendo la libertad de


los compañeros que ya habían detenido como dos meses antes, a los dirigentes nuestros
que ya habían detenido, incluso los habían trasladado ya a Córdoba o Buenos Aires. En
esa época todavía había actividad aquí, solo que no aparecen en los diarios, pero alguno
se va a acordar.”

“pareciera que los medios de difusión toda la vida respondieron al poder, porque
en esa época me acuerdo que las cosas que nosotros hacíamos muy poco se publicaban.
Más publicaban lo que hacían las otras agrupaciones que responden al poder, como
siempre.”

“Pintadas hubo. En el 74 recuerdo que hubo unas leves bombas panfleteras que
explotaron en la Iglesia San Francisco. Pero hay cosas que yo no las digo viste, nunca se
sabe cuándo volvemos de nuevo… La verdad que yo he dicho muchas cosas en el juicio
pensando que Nunca Más era nunca más. Yo me creí el Nunca Más. Es como un
retroceso todo esto, entonces, estoy como asustada pensando que en cualquier momento
volveré a caer. Pero bueno, primero es el miedo y después la fuerza, porque cuando la
tenés a la conciencia la fuerza para vencer el miedo te sale. “

El silencio al que se inclina en algunas rememoraciones nos habla sobre su


percepción del presente. Un presente peligroso para recordar y que trae fantasmas que
parecía que se debilitaban. Un presente que le trae frescos los recuerdo de los años de
militancia pero también los de persecución política y detenciones arbitrarias, con todo lo
que eso significa, de su juventud

En la JP

“Después del 73, que ganamos, ya no hubo una sola JP. Porque el gobierno de
aquí tomó gente de la JP más derechosa. No obstante a nosotros no se nos iba la vida
aun así seguíamos militando, de hecho yo caigo en cana por estar pintando. Mi zona era
el barrio el Chingo. En esa época, en mis últimos tiempos, yo estaba a cargo de formar
la UES junto con a mi compañero. Estábamos formando ahí. Ya habíamos hecho
trabajos por el día de la madre, que debe estar en algún diario, porque nos sacaron unas
fotos, no sé si la abran publicado, porque ahí nos respondía un poco la Dirección de
Cultura que es donde un Director de Cultura más allegado a la JP de la tendencia. Nos
dio un conjunto de cuatro tipos que cantan música salteña, folcklore salteño o algo así.
Y con ese conjunto, hicimos comidas y toda la gente de ahí, así que estuvo hermoso,
sacamos fotos y todo. Hoy por hoy ya no me queda nada, porque después caí en cana y
no me quedó nada. (Refiriéndose a recuerdos materiales cómo fotografías o recortes de
diarios).”

“Después hemos levantado una pieza de bloque para una señora viejita que vivía
en un ranchito de lona. Eso lo hicimos en forma solidaria, nosotros no íbamos a decir
que le falta ni mañana le traíamos las cosas. Era cosa de salir y buscar, siempre
buscábamos un referente, algún presidente del centro vecinal o algún mandamás que
siempre se identifica. Averiguábamos las necesidades, acordábamos por dónde empezar
y nos íbamos a hablar con la gente, puerta por puerta, en los ranchos decir “señora,
mire, somos de la JP, queremos arreglarle el rancho a la señora de allá, no sé si usted
está de acuerdo, juntemos de a poco entre todos lo que necesitamos, un poco de bloque
o lo que tenga” y así, eso era. Eso es un poco la diferencia con alguna gente que hoy me
duele que me hace problema, me ataca. Yo tengo conocimiento de cómo se hace una
estructura, porque he militado. Porque hay muchos que cayeron en cana pero no eran
militantes, no tienen ni quieren hacer militancia.”

Su militancia la recuerda trabajando en los barrios, buscando necesidades y


aprendiendo a satisfacerla en conjunto, haciendo comunidad. Una militancia que se
encargaba primero de ver en los barrios las carencias, pensarlas en conjunto y
resolverlas del mismo modo también. Además de complementar con la charla al último
como esa forma de generar ese espacio de pensamiento en conjunto, dónde poder hablar
sobre la resolución del problema y generar conciencia.

“Ahí podes crear conciencia. Después que nosotros hacíamos la casita, hacíamos
una charla y en la charla le dabamos toda la explicación de por qué hacíamos esto, de
hacer una casa con alguien. Le llevábamos a ver cómo, entre todos, podíamos
solucionar un mínimo problema, que no esperemos solamente que sea el Estado, o el
Estado pero con nosotros exigiéndole…. Terminábamos la casita y decían “ahora qué
podemos hacer”, y hacíamos por ejemplo la cancha, el explanado, y teníamos otra
actividad más y ya se prende más gente. Pero que siempre había la charla al último,
siempre había una comidita que preparaban las mujeres, que la hacíamos entre todos. Y
después la charla, donde contábamos por qué era que hacíamos eso nosotros. Por qué
era que teníamos que exigirle al Estado esta cuota para el lado del pueblo.”

“Yo me acuerdo hasta esa época yo no entendía un carajo, mis compañeros


explicaban y yo no entendía y me imagino que la otra gente muy mucho tampoco. Pero
ya me quedo el estilo de la militancia, cómo tenía que ser. Las explicaciones siempre al
final de cada actividad de por qué se hace esto y por qué nosotros decimos que tenemos
el derecho a vivir mejor y derecho a que parte de los recursos del Estado son nuestro, de
las ganancias de las empresas son nuestras y daban las explicaciones los changos […]te
hablaban así en fácil y no era que no pudieran hablar difícil, sino que no se trataba de ir
a lucirse uno, sino hacer que la gente te comprenda y entienda y pueda saber que tiene
que luchar y exigir aumento de sueldo y todo.”

Esta forma de generar una construcción en conjunto, en comunidad, desde la


identificación y la solución de una necesidad; hasta la charla, formación y la
capitalización política e ideológica son pilares fundamentales en el quehacer como
militante en su espacio que era la JP (de la tendencia). JP que en Jujuy ya no era una
sola, del otro lado estaba ahora también la JP-RA (República Argentina) .

“Ya en esa época nosotros teníamos una militancia muy activa con la JP.
Teníamos una militancia muy distinta con la otra JP, porque después se dividen en JP de
la tendencia, los que estaban con Montoneros digamos, y la JP-RA, de la República
Argentina, supuestamente (como si nosotros no fuéramos argentino, ahí te das cuenta de
cómo empiezan a decirnos apátridas). Esa JP-RA no hacía la militancia que nosotros
hacíamos, “en territorio” que le llaman ahora, nosotros decíamos en los barrios, con la
gente, pero no a llevarles bolsas de mercadería ni subsidios, ni planes, porque no había
nada de esas cosas. En cambio la JP-RA si se manejaba con esas cosas y llevaban así
gente a las movilizaciones. Ahí se dividió.”

Primera detención

“Yo los motivos por los cuales se separaban la verdad no lo sé, yo era una amiga
de la periferia, una mina que recién estaba ahí. Yo tenía 17 años por ahí, ya de los 16
que estaba militando más bien en las cuestiones religiosas... Cuando me topé con la JP
sentí “ahí está el camino”. Bueno, como te digo, yo era medio chica pero no sabía nada,
ni me invitaban a las reuniones. Ellos tenían gente y hacían sus reuniones, yo no sé. No
he tenido formación política antes de caer en cana, esa es la verdad. Yo reconozco que
caí como un perejil porque fui una perejil. Que después yo me preparé sola, que estudié,
que leí marxismo, y que me seguí afianzando más en la lucha es otra cosa.”
La militancia como forma de vida que empezó con la JP, con las prácticas, con
las charlas y que se reforzó con las detenciones y vejaciones, fue una cuestión
ascendente en cuanto a formación.

“Para mí ahí se terminó el Perón y el peronismo. Eso me achacan algunos, de


que yo me quise pasar de bando. No es que me quise pasar de bando. Cuando a mí me
hacen un homenaje […] Ahí digo yo que estudiaba agronomía, que me habían impedido
estudiar cuando salí, que era terrible mi vida cuando salí, como cuando estaba adentro
más o menos. Entonces ellos me homenajean y ahí yo digo que no sé si me siento
peronista. La verdad no me siento peronista después de todo lo que pasamos, que me
cansé con todo lo que pasamos en esa época, yo digo ahí que soy una presa del 74, cosa
que nadie hizo. Acá, como el partido le ha dado subsidios a algunos que cayeron en el
74 entonces esos se callan, dicen que son presos de la dictadura […] Si decimos
“Justicia, Verdad y Memoria” pues hagamos Verdad entonces.”

“Eso tampoco quiere decir que yo deje de ser peronista, porque diga que caí en
el 74. Lo que digo es que hagan su autocrítica los que estuvieron en ese gobierno y han
mirado para cualquier lado mientras a nosotros nos estaban deteniendo, torturando,
desapareciendo y matando. Ese peronismo de alguna manera es responsable, pero yo no
digo que vayan en cana ni que se los enjuicie, pero para que podamos evitar que en lo
sucesivo nosotros tengamos que evitar hacer campañas políticas y llevar gente al poder
para que nos traicionen como nos está pasando ahora y encima no solo que traicionen,
sino que cuando convenga pasen las listas para que vengan y nos metan en cana de
nuevo, como pasó en aquella época… no… porque en el 74 hubo políticos que pasaron
listas con gente para entregarnos a nosotros. Yo lo sé, quién pasó lista porque me lo
dijeron: “yo pase lista porque me apretaron y me han dicho que mande y mi mamá me
dijo, nosotros le dimos la lista…” y ella estuvo del otro lado de la JP, por supuesto, de la
RA… y en esa época de la RA hay muchos que eran funcionarios y han seguido siendo
funcionarios toda su vida y que han estado en eso. Entonces, yo creo que ese peronismo
que en el 74 hizo la vista gorda y nos entregó y que quedó con el culito sucio, es el
peronismo que siempre ha seguido en el poder, en pacto con los milicos, hasta que vino
Néstor y Cristina. Hasta el día de hoy al peronismo de Jujuy, hay muchos de aquí que
los miro desde lejos.”
Militar para conseguir trabajo, no encontrarlo y quedarse igual, trabajar los
barrios, generar conciencia con las charlas por contrario al clientelismo. Esa militancia
en los primeros años significaron las alegrías pero también le costaron luego el encierro
y el comienzo de años amargos.

La pintada por los compañeros presos fue por lo que la detienen, perdiendo dos
años de su vida. Recuperando la libertad entrada la dictadura cívico-militar.

Detención que, como dice, fue durante el peronismo la envuelve en disyuntivas


con respecto a su lugar como militante y repensarse en el espacio que conformaba. Salir
y que el partido le dé la espalda, no encontrar a muchos de sus compañeros de
organización nunca más. Todo eso la encuentra con una experiencia diferente, que por
contarla genera conflictos. Una nueva victimización, la exclusión de su propio espacio
político y de la memoria generada como discurso universal, al modo que nos indica
Catela da Silva, que dificulta la voz de historias de vidas como estas.

La rememoración, desde un presente percibido peligroso, de un pasado doloroso


lleva a recuperar constantes. En la atomización que sufrieron como organización, las
traiciones, las persecuciones políticas, hasta llegar a la afirmación doliente de haberse
creído el nunca más.
Bibliografía
 Alessandro Portelli. THE DEATH OF LUIGI TRASTULLI AND OTHER
STORIES: FORM AND MEANING IN ORAL HISTORY. New York. State
University of New York Press. 1991.

 Necoechea Gracia, G., Pozzi, P., Portelli, A., Sebe Bom Meihy, J. C., Gattaz, A.,
Adleson, S. L., . . . Oral., P. d. H. O. U. d. B. A. F. d. F. y. L. B. A. A. U. d. B.
A. F. d. F. y. L. P. d. H. (2008). CUENTAME cómo fue: Introducción a la
historia oral. Imago Mundi. Buenos Aires.

 Ludmila Da Silva Catela. LAS MEMORIAS Y SUS MÁRGENES. Análisis


etnográficos e históricos sobre el pasado reciente en Argentina. ¿Quién rompe el
silencio? Historia oral, ética y memoria. Córdoba; Año: 2015; p. 1 - 28
-
ANEXO

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