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Mas siguiente de los siglos llega una corriente de modo natural en la cual consistió en
continuar el trabajo que habían empezado sus predecesores, es decir, organizar mas para
crear: MANIERISMO, que fuer retomado por el gran arquitecto Frank Lloyd Wight donde
integro la cavidad, la roca, la arquitectura y la escultura en su afamada obra la casa de la
cascada creando hábiles formas de contraste entre cóncavas, convexas, yuxtaposiciones de
materiales trabajados en su forma bruta. Así fue como en esta nueva era de la arquitectura se
aplicaron edificios de contraste entre lo sólido y vacío. Llevando a diferentes niveles de
percepción visual las características de las construcciones sin dejar atrás algunas
características del pasado.
Continuando así todo este conjunto de aprendizaje arquitectónico con el capitulo IV, los
planos del color, no todo lo percibimos como masa o vacío. con frecuencia los objetos muy
lejanos parecen completamente planos. Este objetivo lo podemos presenciar en una de las
ciudades más icónicas de la arquitectura Venecia, como se sabe está situada en roma y la
llaman la ciudad del amor por sus atractivos paseos en canoas por la ciudad, ya que fue
diseñada y construida debajo de un gran lago. En los edificios venecianos nos enseñan como
pueden crear una apariencia de pesantez o ligereza arquitectónica, y como se ha hablado antes
entre lo rudo y lo suave que se pueden representar estos edificios e igualmente el contraste
materiales y textura de colores en las fachadas. En los inicios de la II guerra mundial surge
una escuela de llamada el CUBISMO donde en vez de crear una ilusión de llenos y vacíos,
trabaja con contraste entre planos de color, el camuflaje cubista era la manifestación de unos
efectos visuales, donde antes los colores habían sido brillantes, ahora son un poco sucios y
en vez de líneas rectas, eran triángulos, contornos sinuosos y formas onduladas.
Formando así una nueva etapa del arte, la escala y proporción es el siguiente capítulo de este
recorrido, donde por varios siglos se ha intentado tener proporciones arquitectónicas exactas
para el contorno de la construcción, es así llamado la SECCION AUREA o NUMERO DE
ORO como principio matemático que fue interpretado por Pitágoras y teóricos del
renacimiento. Tomado así por el arquitecto LE CORBUSIER que lo llamo MODULADOR:
“se dice que es un segmento y está dividido de acuerdo con la sección aurea. Que se compone
de dos partes no iguales, de las cuales, la menor es la mayor como la mayor es la suma de
ambas.” Y que, a partir de estar armonías puras, se debería ser capaz de experimentar la
naturaleza en todos los aspectos. Así fue como le Corbusier trabajo sus obras arquitectónicas,
con espacios de formas muy distintas en un conjunto asimétrico y que la colocación de las
divisiones importantes se basaba en el número de oro, fue así como creía firmemente en este
modulor, porque satisfacía las exigencias de belleza y requerimientos funcionales.
Esta gran invención de le Corbusier se convirtió en un instrumento universal, fácil de utilizar
y de emplear en todo el mundo. Para obtener belleza y racionalidad en la proporción de todo
aquello producido por el hombre, es así que esta gran transformación que se llevó a través
del tiempo y se puede concluir en estos primeros capítulos, cómo personas ajenas al estudio
arquitectónico de edificios pueden comprender lo esencial de la arquitectura a través de lo
que pueden sentir visualmente y la sensibilidad que les produce toda forma, color y textura,
y como se pueden crear espacios perfectos para el hombre con el descubrimiento universal
de la sección aurea.