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El Sexto

Introducción:

En el presente trabajo del ensayo he acumulado diversos aportes sobre una de


las obras de José María Arguedas, como es “El SEXTO” que es una novela.

Sabemos que José María Arguedas era una persona mestiza, que vivió en dos
mundos diferentes, pero siempre le dio mayor interés al mundo andino debido a
que era el más desvalorizado sus obras narrativas serian una apuesta por el
dialogo, tuvo una mirada profunda a la literatura ya que en sus obras, plasma
todo sus sentimientos y todo lo que vivió sus tiempos por ello nosotros
debemos sentirnos orgullosos de ser peruanos y valorar lo que tenemos sobre
la importancia literaria de José María Arguedas.

Desarrollo:

Cuenta la experiencia de Gabriel durante su prisión en la conocida cárcel


limeña, la fetidez el aspecto sombrío, el envilecimiento de la persona son las
notas primeras que diseñan la forma de la cárcel y su mundo cerrado. Gabriel
ingresa en ella a causa de su actividad como líder estudiantil: al hacerlo, tiene
la impresión de haber penetrado en una ciudad turbulenta y desconocida. Los
personajes que encuentra criminales, maleantes, degenerados, presos políticos
y estudiantes, su conducta los hechos insólitos convertidos en norma
carcelaria, la estratificación del penal, especie de jaula rectangular dividía en
tres pisos horizontales en donde se distribuyen de abajo hacia arriba, vagos y
asesinos y detenidos políticos la noche y la mañana contemplados desde la
celda, todo esto por fin, en frente de Gabriel, y al mismo tiempo en su entorno,
lo impele a buscar perspectivas, íntimos y externas para ordenar la secuencia
de figuras disformes que lo cercan.

Esa realidad que no es paisaje natural cosificado en el volumen oscuro de la


cárcel, lo incita al recuerdo de la infancia serena bajo el sol brillante que fustiga
el campo, la lluvia menuda, el cielo descolorido le recuerdan que la cárcel esta
en Lima, el ruido de los automóviles, la torre de la iglesia cercana, no obstante
su proximidad, le recortan el espacio y lo insertan en el paisaje de la prisión,
crucero principal de la ciudad moderna.
El sexto, erguido y voluminoso, se le asemeja un monstruo que tritura a sus
huéspedes imperturbablemente.

En dialogo con Cámac, su compañero de celda, sindicalista minero, intuitivo y


serrano como el, Gabriel aprende las más claras acciones sobre la cárcel y la
vida, Cámac tenía un ojo enfermo que le superaba sin pausa, pero el sano
irradiaba una luz convincente, de tenaz rebeldía. La opacidad y el fulgor y el
desvarió de las pláticas, entretanto, el monstruo cosificado adquiere otra
significación, en él se apretuja la estructura humana y economía del Perú
contemporáneo, solo que, paradójicamente, el sector popular ocupa el nivel
más alto, cual si se hubiese invertido la pirámide social.

Gabriel ensambla su análisis con las desordenadas observaciones de Cámac,


y reconoce que le confieren razón al minero; mas, aparte el acuerdo
conceptual, percibe que una fuerza emotiva lo aproxima a este y otros hombres
de distintos credo y que en cambio lo separa del frio sustento analítico que
caracteriza a los dirigentes de los partidos organizados en el penal. En la
tabulación de las costumbres carcelarias, de la conducta de los reclusos y de
las amistades y los odios, entra en juego un conjunto de apreciaciones y
sentimientos pertinazmente serranos. Las tres figuras capitales; Gabriel,
Cámac, Juan, son de origen andino, la-intuición y el sentimiento, la
reminiscencia y la furia despojada de doctrina, hermanan a estos hombres en
su percepción el país como secuencia de espacios, en el prisma de base
rectangular que es el sexto y todo el Perú.

La vida carcelaria debería ser entonces una experiencia compartida más,


puesto que en ella se revela igual que el microscopio los vicios y virtudes del
país, Gabriel descubre que el suyo, como el problema de los amos políticos no
es un caso personal, no es un caso de conciencia y sin embargo esta anegado
de individualismo “La soledad no se goza, la soledad se sufre” junto a la
escoria humano, en el sexto se hallan los seres más idealista del país para
Gabriel, intelectual, no son las teorías, sino la conducta frente al monstruo
codificado, los hombres se autodefinen y desunen a pesas de haber
comprendido el secreto de la cárcel a la sociedad.
Después de oír las opiniones de Cámac sobre el estado del Perú y el remedio
de sus crisis; Gabriel comenta “Aun en la cárcel me parecían temerarias esas
palabras tenía 23 meses de secuestro en el penal y había recuperado allí el
habito de la libertad” No se había juzgado con tan punzante amargura a
nuestros regímenes dictatoriales en ellos, la cárcel, negación de lo que la vida,
ciudadana le arrebata la libertad de comprender y de expresarse.

Conclusión:

Gabriel ingresa en ella a causa de actividad como líder estudiantil, al hacerlo,


tiene la impresión de haber penetrado en una ciudad turbulenta y desconocida,
los personajes que encuentra (criminales, maleantes, degenerados, presos
políticos y estudiantes, su conducta los hechos insólitos convertidos en norma
carcelaria, la estratificación del penal).

En el sexto se hallan los seres más idealistas del país, sin embargo, la
discrepancia en las cuestiones prácticas aleja a los hombres más que las ideas
y lo que le distingue a la persona.

Arguedas define al “El Sexto” como una escuela de vicio, pero a la vez como
una escala de generosidad y es que ene se lugar el escritor encontró lo peor
que la sociedad ha partido pero a la vez la esperanza de quienes luchaban por
cambiarla, sufriendo no solo la privación de la libertad sino tortura y sufrimiento.

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