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Eliza Arias
Lingüista
Los sinónimos son expresiones de igual o semejante significado. La sinonimia es una relación de
identidad o similitud de significado entre dos formas lingüísticas diferentes.
Gracias a los sinónimos, un mismo significado o contenido puede ser expresado mediante dos o
más formas o significantes distintos.
Por esta relación semántica es que, al hablar o escribir, podemos echar mano de términos
distintos para expresar una misma idea.
El conocimiento de los sinónimos en una lengua es muy valioso porque nos ayuda a expresarnos
mejor en situaciones de comunicación formales o informales. Además, un mayor repertorio de
palabras implica un mayor dominio del idioma y redunda en más opciones de expresión para el
hablante.
Tipos de sinónimos
Los sinónimos pueden clasificarse en dos categorías según el tipo de relación que presenten las
palabras: absoluta o parcial (en la que se incluyen la cuasisinonimia y la sinonimia contextual).
Los criterios fundamentales para distinguir las diferentes clases de sinónimos tienen que ver con
su proximidad semántica (grado de similitud de significados) y con las variables cronológicas,
dialectales, estilísticas, de registro, etc., a que están sujetas las palabras.
Conocer y entender los distintos tipos de sinónimos nos ayuda a emplearlos más adecuadamente,
lo que mejora nuestra expresión oral y redacción.
Sinónimos absolutos
En la sinonimia absoluta o total, la relación entre los términos es de total identidad: las palabras o
expresiones comparten todos los significados (descriptivo y expresivo) en todos los contextos
posibles.
Así, al expresarnos de forma oral o por escrito, podemos intercambiar los sinónimos totales sin
afectar el sentido del mensaje.
Aunque la sinonimia total no es la más común, hay palabras que nos permiten expresar, con toda
exactitud, un mismo contenido.
Por ejemplo:
Fútbol, balompié.
Terminar, finalizar.
Esposos, cónyuges.
Sinónimos parciales
En la sinonimia parcial, las expresiones no son idénticas en significado: no comparten todos los
significados o hay contextos en los que no pueden intercambiarse.
En este caso, entonces, la relación semántica es relativa y los términos son semejantes, próximos o
afines, pero no exactos.
A diferencia de los totales, los sinónimos parciales son los más abundantes en la lengua pero no
pueden intercambiarse indistintamente.
Al emplear un sinónimo parcial debemos verificar que la palabra sea la apropiada para el caso, de
modo de mantener la precisión de nuestro mensaje.
Por ejemplo:
Grande, amplio.
Alto, elevado.
Amistad, fraternidad.
Gana, deseo.
Iletrado, analfabeto.
Sinónimos contextuales
En la sinonimia contextual, las expresiones funcionan como sinónimos solo en ciertos contextos
referenciales. La relación es relativa porque el significado solo se comparte en un contexto
específico al que queda restringida su alternancia.
Si bien los sinónimos contextuales son de ayuda para evitar repeticiones, debemos prestar
atención al significado que queremos expresar y cerciorarnos de que la palabra sea correcta en
ese contexto.
Por ejemplo, un caso de sinónimos contextuales son los sustantivos pila y batería: pueden
alternarse con el significado de generador o acumulador de energía eléctrica: “a mi teléfono se le
agotó la pila (o la batería)". No así en el contexto musical, donde batería es un instrumento de
percusión: “Estoy aprendiendo a tocar batería” (pero no pila).
Otro caso de sinónimos contextuales lo constituyen los verbos poner y colocar, que solo coinciden
en algunos significados. Podemos usarlos indistamente en “pusimos (o colocamos) los libros en su
lugar” pero en “la gallina puso” o “a la niña le pusieron Juliana porque así se llamaba su abuela” no
cabría colocar como sinónimo.
Cuasisinónimos o parasinónimos
Aunque el referente es el mismo, estas palabras tienen connotaciones distintas para los
interlocutores o afectar la interpretación o comprensión del mensaje. Por eso, antes de emplear
un parasinónimo o cuasisinónimo, debemos asegurarnos de que se ajustan a lo queremos que
entienda nuestro oyente o lector.
Por ejemplo:
Fidalgo, hidalgo.
Chaqueta, saco.
Aguacate, palta.
Pierna, pata.
Ciego, invidente.
Los sinónimos desempeñan un papel importante textual y discursivamente, ya que nos sirven para
garantizar aspectos fundamentales de la expresión oral y escrita como la cohesión y la
expresividad.
Cohesión textual
El uso de sinónimos es uno de los mecanismos léxicos de la cohesión textual: permite mantener y
reiterar las referencias sin caer en repeticiones que resulten monótonas o cacofónicas.
Mediante los sinónimos, un mismo elemento puede aparecer en distintos lugares del texto o
mensaje. El emisor puede referirse a los mismos seres, objetos, estados, acciones y fenómenos
mediante palabras o expresiones diferentes.
Por ejemplo:
Ya quiero irme a casa. Aunque disfruté mucho del viaje, no me gusta estar lejos del hogar.
Expresividad
El empleo intencional de palabras con igual o similar significado sirve para amplificar o reforzar un
concepto o idea y, también, para crear imágenes y suscitar emociones.
Este recurso repetitivo puede valerse de términos de igual significado (propiamente sinonimia), de
mayor o menor intensidad (gradación) o de repetición superflua (pleonasmo).
Por sus efectos persuasivos y estilísticos, la sinonimia es una figura muy empleada por la
publicidad, la propaganda, la didáctica y la literatura. Pero también es empleada, con identicos
efectos, en la vida cotidiana.
Por ejemplo:
Ya terminé el trabajo que me tenía agobiado. Ahora estoy calmado, tranquilo, relajado.