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SOLICITUD: Amnistía y/o flexibilidad en

pago de pensiones por pandemia (Covid-19)

SEÑOR DIRECTOR DE LA UNIDAD DE POSGRADO DE LA


FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD
NACIONAL DEL ALTIPLANO PUNO

Los que suscriben, estudiantes de la Maestría en Investigación y


Docencia Universitaria - Promoción 2019 (III Semestre), representados por
su delegado Mario Juan XXXX , identificado con DNI XXXX y con email
mariojuan@gmail.com, igualmente identificados con su DNI los discentes
adherentes, con el debido respeto decimos:

I. PETICIÓN:

Formulamos los siguientes pedidos concretos en favor de los


compañeros discentes Diego Fernando, John Tapia…., etc.:
a) Amnistía por el período de pandemia (Convid-19); y/o,
b) Flexibilidad de pagos de enseñanza por pandemia.

II. JUSTIFICACION:

2.1. Antecedentes.

Es de conocimiento público que, por hechos imprevisibles,


ingresamos en estado de emergencia declarada por el gobierno peruano, a
fin de cautelar nuestra salud, debido al riesgo de contagio por el Covid-19.

Ello, ha causado retrasos e impedido en algunos casos, cumplir


regularmente nuestras obligaciones contraídas con la Escuela de Post
Grado, de modo involuntario y forzado por la pandemia de un virus letal.

En ese contexto, aplicando los principios de razonabilidad y


proporcionalidad1, corresponde evaluar esta coyuntura excepcional, para
considerar una amnistía y/o flexibilización de los pagos por enseñanza,
privilegiando los derechos a la vida, la salud y educación, entre otros.

1
“El principio de razonabilidad o proporcionalidad es consustancial al Estado Social y Democrático de Derecho, y está configurado
en la Constitución en sus artículos 3º y 43º, y plasmado expresamente en su artículo 200°, último párrafo. Si bien la doctrina suele
hacer distinciones entre el principio de proporcionalidad y el principio de razonabilidad, como estrategias para resolver conflictos de
principios constitucionales y orientar al juzgador hacia una decisión que no sea arbitraria sino justa; puede establecerse, prima facie,
una similitud entre ambos principios, en la medida que una decisión que se adopta en el marco de convergencia de dos principios
constitucionales, cuando no respeta el principio de proporcionalidad, no será razonable. En este sentido, el principio de
razonabilidad parece sugerir una valoración respecto del resultado del razonamiento del juzgador expresado en su decisión, mientras
que el procedimiento para llegar a este resultado sería la aplicación del principio de proporcionalidad con sus tres subprincipios: de
adecuación, de necesidad y de proporcionalidad en sentido estricto o ponderación.” (STC 2192-2004-AA/TC. F.j. 15).

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2.2. Derecho a la vida, salud y educación.

En circunstancias normales el Tribunal Constitucional ha emitido


innumerables pronunciamientos privilegiando el derecho a la vida, la salud
y la educación, respecto de otros bienes o derechos económicos o
patrimoniales.

Con mayor razón lo será, en estado de pandemia, porque la defensa


de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la
sociedad y del Estado. (Art. 1° de la Constitución Política del Estado).

Es decir, como explica García (2013), la sociedad y el Estado existen


para el hombre. La sociedad y el Estado encuentran su justificación
organizacional a través de la tuitividad del hombre y la búsqueda de su
promoción y bienestar (p.119)2; y, la Universidad no se excluye del Estado.

En este caso, por las evidentes restricciones económicas y riesgo a la


salud y la vida de los estudiantes, provocado por el COVID-19, no sólo el
gobierno debe adoptar medidas de protección para evitar graves
consecuencias, sino de igual modo corresponde a las universidades.

De lo contrario, los derechos a la vida, la salud y la educación se


verán afectados gravemente con daños irreparables, en los discentes que
tienen que atender los alimentos de su familia, entre otras obligaciones de
sobrevivencia en época de pandemia, con los pocos ahorros que les resta.

En lo que concierne al derecho a la educación, enlazado con la


Universidad, no puede negarse que su existencia se justifica básicamente
por los estudiantes que lo integran, según los fines de la educación
universitaria previsto por el artículo 18° de la Constitución Peruana.

Además, del citado precepto constitucional podemos inferir que la


autonomía inherente a las universidades se ejerce de conformidad con lo
establecido en la Constitución y las leyes. Esta autonomía se manifiesta en
cinco planos: Régimen normativo, de gobierno, académico, administrativos
y económico.

Ahora, si la Universidad en el régimen administrativo y económico,


tiene potestades autodeterminativas para establecer prácticas de sistemas de
gestión, tendientes a facilitar la consecución de los fines de la institución
universitaria; así como para administrar y disponer del patrimonio
institucional; entonces, tiene facultades para atender nuestro pedido.
2
García, V. Derechos Fundamentales. (2.ª. ed.). Lima: Editorial ADRUS.

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En este marco, al delinear el contenido del derecho a la educación, en
el ámbito específico de la educación superior o universitaria, el Tribunal
Constitucional ha reconocido la existencia de determinadas garantías, en el
ejercicio de este derecho y, por ende, determinadas obligaciones de quienes
brindan este servicio. Así, ha señalado que:
 
Asimismo, es preciso destacar que el derecho fundamental a la
educación universitaria no sólo garantiza, entre otros, el derecho de
acceso a la universidad en condiciones de igualdad (previo
cumplimiento de los requisitos que razonablemente se impongan al
respecto), sino también el derecho a permanecer en ella libre de
limitaciones arbitrarias mientras se desarrolle el estudio y la
actividad de investigación, e incluso el derecho a la obtención del
respectivo título universitario una vez cumplidos los requisitos
académicos y administrativos correspondientes […]”(STC 04232-
2004-AA, fundamento 21) (resaltado nuestro).

En esa línea de interpretación constitucional, impetramos a su


autoridad ser sirva atender nuestra petición en forma razonable y
proporcional o mejor dicho en la forma más equilibrada posible en aras a la
protección de los derechos constitucionales invocados en favor de nuestros
compañeros que tienen dificultades económicas en este periodo de
pandemia.

Aquí, resulta pertinente adoptar decisiones justas en clave


constitucional, que como bien han establecido los Tribunales
Constitucionales sobre el derecho a la educación en sus distintos niveles,
garantizando los servicios educativos sin interrupción; pues, lo contrario,
entrañaría un sacrifico excesivo del derecho a la educación en aras de un
interés económico y por lo mismo, se revelaría desproporcionada e
irracional, como bien lo describe el Tribunal Constitucional, al precisar:

15. La educación es un bien preciado en muchos aspectos. En


nuestros países, en vías de desarrollo, constituye no sólo parte
primordial e inescindible de la formación personal, sino un medio –el
más importante- para aspirar a una sociedad más justa e igualitaria.
Allí donde la educación haya llegado con sus raíces de cultura y
humanidad, de ciencia y tecnología, los hombres podrán declararse
libres y más humanos, no sólo para luchar por su propia superación,
sino para procurar soluciones colectivas que permitan a más personas
disfrutar de los derechos que la Constitución recoge. En la tarea de
hacer a la sociedad más humana y más justa, por medio de la

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educación, las empresas privadas juegan un rol trascendental. Ellas
no deben perder nunca de vista que tienen frente a sí un derecho
esencial para el desarrollo de todo ser humano y primordial para
alcanzar la justicia que tanto reclaman nuestros países. Por ello, su
labor no debe desarrollarse sólo en la búsqueda de un mero
interés económico, sino que debe representar ese espíritu de
solidaridad y humanidad que toda institución universitaria tiene
como esencia misma de su función social y educativa. (STC
00607-2009-PA/TC. F.j. 15) (resaltado nuestro).

2.3. Sobre la Protección a la Economía Familiar respecto del pago de


pensiones en Escuelas de Post Grado.

Finalmente, desde un punto de vista legal, no puede omitirse ni


desconocer los efectos y consecuencias legales, previstas por la Ley
N°29947, con mayor justificación real en un período de pandemia, que por
sí mismo obliga a las instituciones del Estado y en particular a quienes
están cargo de su condición, adoptar decisiones justas o equilibradas, esto
es, acorde a las difíciles circunstancias actuales.

Ello implica, una mayor protección de los derechos constitucionales


en riego o amenaza de ser vulnerados, es decir, impone la realización de
altas finalidades a fin de no interrumpir los estudios de Post Grado a costa
de los intereses económicos, que muy bien pueden reservarse por ahora;
más aún, si existe el compromiso de cumplir dichas obligaciones conforme
a las posibilidades económicas hasta finalizar la Maestría.

En este escenario, resulta pertinente observar los límites fijados por


la Ley N°29947 “Ley de Protección a la Economía Familiar respecto del
pago de pensiones en Institutos, Escuelas Superiores, Universidades y
Escuelas de Posgrado Públicos y Privados”, que, sin requerir mayores
explicaciones, su propio texto lo describe todo, no sólo sus alcances sino
sus consecuencias, con pleno respaldo del Tribunal Constitucional (STC
EXP. N°0011-2013-PI-TC). Esta norma protectora literalmente dispone:

Artículo 1. Objeto de la Ley


La presente Ley tiene por objeto garantizar la continuidad al derecho
fundamental de acceso a una educación de calidad en los institutos, escuelas
superiores, universidades y escuelas de posgrado públicos y privados, por ciclo
lectivo.

Artículo 2. Prohibición de condicionar


Los institutos, escuelas superiores, universidades y escuelas de posgrado
públicos y privados no pueden condicionar ni impedir la asistencia a clases, la

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evaluación de los alumnos, ni la atención de los reclamos formulados, al pago de
las pensiones en el ciclo lectivo en curso. En este último caso, las instituciones
educativas pueden retener los certificados correspondientes al período no
pagado, siempre que se haya informado adecuadamente de esto a los usuarios al
momento de la matrícula y procedan a la matrícula del ciclo siguiente previa
cancelación de su deuda. La tasa de interés para las moras sobre pensiones no
pagadas no podrá superar la tasa de interés interbancario dispuesta por el Banco
Central de Reserva del Perú.

De igual manera no se podrá condicionar la rendición de evaluaciones del


ciclo lectivo en curso a los alumnos que estén desempeñándose como deportistas
calificados de alto nivel a la asistencia presencial a clases que colisionen con las
horas de entrenamiento y/o con los eventos deportivos en los que participan,
debiendo para ello encontrarse acreditados por el Instituto Peruano del Deporte.
De ser el caso, se debe reprogramar las fechas de evaluación de los mismos.

Artículo 3. Prohibición de prácticas intimidatorias


Para el cobro de las pensiones, los institutos, escuelas superiores,
universidades y escuelas de posgrado públicos y privados están impedidos del
uso de prácticas intimidatorias que afecten el derecho fundamental protegido en
el artículo 1 de la presente Ley.

Artículo 4. De las sanciones


Los institutos, escuelas superiores, universidades y escuelas de posgrado
públicos y privados que incumplan con las disposiciones contenidas en la
presente Ley son sancionados administrativamente por la autoridad competente
del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la
Propiedad Intelectual (Indecopi).

POR LO EXPUESTO:

Sírvase atender nuestra petición,


considerando los fundamentos señalados, a fin de no causar daños
irreparables en nuestros compañeros de estudio que, por circunstancias de
la pandemia, atraviesan dificultades económicas.

ANEXOS:

- Compromisos de pagos de los compañeros.

Puno, 15 de julio del 2020

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