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Las concepciones de E. P. Thompson


acerca de las clases sociales y la conciencia
de clase en la historia

.0000Hernán Camarero

Doctor en Historia, FFyL, UBA. Prof. Adj. Sem. “Movimien-


to obrero e izquierdas en la Argentina, 1890-1945”. JTP
de Historia Argentina III “A”, carrera de Historia, FFyL, UBA

El objetivo que nos trazamos en tener conciencia de sus intereses,


este artículo es el de explorar los apor- actúa en tanto tal y es visto de ese
tes que el historiador socialista Edward modo por los otros. Pero, en verdad,
P. Thompson (1924-1993) realizó en estos debates acerca de las definicio-
torno a las nociones de clase social, nes de clase y conciencia de clase
conciencia de clase y lucha de clases. abarcaron el amplio campo de las
Estas cuestiones han suscitado polémi- ciencias sociales. Por ello, volver a exa-
cas y reelaboraciones permanentes. En minar estos tópicos resulta una tarea
primer lugar, dentro de la cultura y la útil y productiva para el desarrollo de
teoría marxista, en buena medida por- la historiografía.
que el propio Marx había dejado una En el recorrido detallado que hace-
serie de reflexiones dispersas, disímiles mos de las obras en las que Thompson
o ambiguas, y casi siempre aplicadas a trató el problema de las clases, encon-
casos históricos concretos. El concepto tramos una condena a los planteos
mismo de clase social fue expuesto economicistas y estructuralistas que
por él, a veces como fruto de la afectaron al marxismo, un rescate del
moderna sociedad burguesa, otras olvido de facetas como las de la volun-
veces como un fenómeno presente en tad, la cultura y la autoconstrucción en
toda la historia postribal; asimismo, el momento de definir las clases, una
desde algunos de sus textos, se la pue- crítica de la concepción de “falsa con-
de entender como una construcción ciencia” y del sustituismo vanguardista,
analítica para comprender fenómenos en suma, una revalorización plena del
que sin ella serían inexplicables (en tér- papel de la subjetividad en el proceso
minos puramente “estructurales”), de conformación o reconstitución de las
mientras que desde otros se la puede clases. Pero esas apuestas, como vere-
descubrir como un conjunto humano mos, no estuvieron exentas de ciertos
que lo es a partir de que demuestra riesgos y dificultades. Las concepciones

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de Thompson se desarrollaron tras su identidad de sus intereses a la vez


ruptura con el estalinismo en 1956, comunes a ellos mismos y frente a otros
cuando comenzó a orientar todos sus hombres cuyos intereses son distintos (y
esfuerzos al examen histórico de la clase habitualmente opuestos a) los suyos. La
obrera, fundamentalmente la de Gran experiencia de clase está ampliamente
Bretaña, a realizar una intensa experien- determinada por las relaciones de pro-
cia en talleres de enseñanza e investiga- ducción en las que los hombres nacen,
ción sobre y para las clases populares y o en las que entran de manera involun-
a practicar una militancia independien- taria. La conciencia de clase es la forma
te en el movimiento socialista y antinu- en que se expresan estas experiencias
clear. Veamos a continuación cómo se en términos culturales: encarnadas en
desplegaron estas posiciones. tradiciones, sistemas de valores, ideas y
formas institucionales. Si bien la expe-
Clase como producto de la riencia aparece como algo determinado,
conciencia de clase la conciencia de clase no lo está. Pode-
El primer elemento fundamental mos ver una cierta lógica en las respues-
que observamos en el planteo thomp- tas de grupos laborales similares que
soniano, expresado con claridad en el tienen experiencias similares, pero no
prefacio de su reconocida obra La for- podemos formular ninguna ley. La con-
mación de la clase obrera en Inglaterra, ciencia de clase surge del mismo modo
es su concepción de que una clase en distintos momentos y lugares, pero
social se define no previa o exclusiva- nunca surge exactamente de la misma
mente a partir de sus determinaciones forma.”2
“objetivas”. El autor introduce en el Perry Anderson, deteniéndose en la
momento de la construcción del con- primera oración de este último párrafo,
cepto de clase las dimensiones de ha caracterizado el planteo de Thomp-
acción y subjetividad, en un plano ana- son como portador de un “criterio de
lítico móvil dado por la temporalidad conciencia”, en tanto la existencia de la
histórica: “Por clase, entiendo un fenó- clase pasa a depender de la presencia
meno histórico que unifica una serie de una “expresión colectiva (sentimien-
de sucesos dispares y aparentemente to/articulación) de intereses comunes
desconectados, tanto por lo que se en oposición a los de una (o varias) cla-
refiere a la materia prima de la expe- ses antagónicas”.3 Efectivamente, para
riencia, como a la conciencia.”1 Thompson la conciencia de clase es la
En la definición thompsoniana de verdadera dadora de sentido y clave de
clase, la experiencia y la conciencia de entrada al propio concepto de clase
clase se hallan inextricablemente unidas social. De hecho, invalida al segundo si
y son, en última instancia, las verdaderas no se halla presente el primero. Esto fue
portadoras del concepto de clase. La remarcado por el intelectual marxista
interpretación, en este punto, no aban- inglés en textos muy posteriores a La
dona la perspectiva materialista, pues formación..., donde llegó a sostener: 1. Thompson, E. P., La formación de la clase obrera
concibe a dicha experiencia como algo “Una clase no puede existir sin una en Inglaterra (2 vols.), Barcelona, Crítica, 1989 (1ª
determinado por las relaciones sociales especie cualquiera de conciencia de sí. ed. en inglés: 1963), p. XIII.
de producción. En la que quizás sea su De lo contrario, no es o no es todavía 2. Íbid., p. XIII-XIV, cursivas en el original.
definición más conocida y explícita de una clase; es decir, no es todavía ‘algo’, 3. Anderson, Perry, Teoría, política e historia. Un
clase y conciencia de clase, Thompson no tiene todavía ninguna especie de debate con E. P. Thompson, Madrid, Siglo XXI, 1985
dice: “la clase cobra existencia cuando identidad histórica.”4 Acerca de reali- (1ª ed. en inglés: 1980), p. 43.
algunos hombres, de resultas de sus dades históricas de la clase obrera, ha 4. Thompson, E. P., “Algunas observaciones sobre
experiencias comunes (heredadas o llegado a afirmar: “si el proletariado clase y ‘falsa conciencia’”, versión mimeo, 1ª ed. en
compartidas), sienten y articulan la está verdaderamente privado de la inglés: 1977, p. 11.

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conciencia de sí mismo como proleta- través de la evidencia de la acción his-


riado, entonces no se puede definir tórica. Creía que solo desde ella, o lo
como tal. Para un historiador, y espero que es lo mismo, desde la experiencia,
decir que vale sobre todo para un histo- podemos afirmar la existencia de la
riador marxista, atribuir el término de clase. Y la experiencia no es otra cosa
‘clase’ a un grupo sin conciencia de clase que la lucha de clases. De allí que
o de cultura de clase y que no responde lucha de clases, por un lado, y clase y
a una dirección de clase, es una afirma- conciencia de clase, por el otro, resul-
ción sin significado”.5 ten conceptos inescindibles en el
Como veremos luego, la conse- enfoque thompsoniano, pero que, en
cuencia de esta concepción thompso- definitiva, el primero tenga primacía
niana es el postulado que quita legiti- causal sobre los segundos. Thompson
midad teórica y política a los que sos- arribó a esta revalorización del con-
tienen que tal o cual clase en su con- cepto de lucha de clases a partir de
junto tiene una conciencia “verdadera” sus estudios sobre la sociedad inglesa
o “falsa”, pues toda conciencia de una del siglo XVIII, en donde encontró fac-
colectividad tan amplia como una cla- tible usar el concepto de lucha de cla-
se, es, simplemente, lo que es. En su ses a pesar de percibir que uno de los
obra de polémica con el intelectual polos de esta (el de los productores
marxista francés Louis Althusser, primarios), no solo evidenciaba una
Thompson sobredimensionó aún más conciencia de clase débil, sino una
el papel de la conciencia como verda- dudosa existencia como clase.
dero arquitecto de la conformación de De este modo, Thompson intentó
las clases, al asegurar que estas surgen un replanteo de la teoría marxista, al
“porque los hombres y las mujeres, reordenar jerárquicamente y recombi-
bajo determinadas relaciones de pro- nar el lugar y la relación de los concep-
ducción, identifican sus intereses anta- tos de clase, conciencia y lucha de cla-
gónicos y son llevados a luchar, a pen- ses, cuestionando toda interpretación
sar y a valorar en términos clasistas”.6 estructuralista o economicista: “En mi
Uno de los aportes centrales de opinión, se ha prestado una atención
Thompson es la relevancia que le con- teórica excesiva (gran parte de la misma
cede a la voluntad de la clase. La “libre claramente ahistórica) a ‘clase’ y dema-
volición” aparece como el atributo siado poca a ‘lucha de clases’. En reali-
decisivo en el proceso de constitución dad, lucha de clases es un concepto
de una clase, junto a los elementos previo así como mucho más universal.
materiales objetivos. Con precisión, Para expresarlo claramente: las clases no
Anderson lo denominó “principio de existen como entidades separadas, que
codeterminación”, entre lo objetivo y lo miran en derredor, encuentran una cla-
subjetivo. Principio que se extiende se enemiga y empiezan luego a luchar.
hasta la propia definición de clase: “La Por el contrario, las gentes se encuen-
clase la definen los hombres mientras tran en una sociedad estructurada en
viven su propia historia y, al fin y al modos determinados (crucial, pero no
cabo, esta es su única definición.”7 exclusivamente, en relaciones de pro-
ducción), experimentan la explotación
La experiencia de la lucha de clases (o la necesidad de mantener el poder
como determinante sobre los explotados), identifican puntos
5. Thompson, E. P., “Algunas observaciones...”, p. 8. Entonces, Thompson llegó a la defi- de interés antagónico, comienzan a
6. Thompson, E. P., Miseria de la Teoría, Barcelona, nición y a la existencia misma de la cla- luchar por estas cuestiones y en el pro-
Crítica, 1981 (1ª ed. en inglés: 1978), p. 167. se no a partir de una realidad objetiva ceso de lucha se descubren como clase,
7. Thompson, E. P., La formación..., p. XV. independiente de la voluntad, sino a y llegan a conocer este descubrimiento

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como conciencia de clase. La clase y la Es decir, las concibe como productos


conciencia de clase son siempre las últi- necesariamente historizables. Cuando
mas, no las primeras fases del proceso las define como “un fenómeno histórico”,
real histórico.”8 Como parte de esta ope- aclara: “No veo a la clase como una
ración argumentativa, el historiador ‘estructura’, ni siquiera como una ‘cate-
inglés recusaba todo principio determi- goría’, sino como algo que tiene lugar
nista: “no hay examen de determinantes de hecho (y se puede demostrar que ha
objetivos (y desde luego, modelo teóri- ocurrido) en las relaciones humanas.
co obtenido de él) que pueda ofrecer Todavía más, la noción de clase entraña
una clase o conciencia de clase en una la noción de relación histórica. Como
ecuación simple. Las clases acaecen al cualquiera otra relación es un proceso
vivir los hombres y las mujeres sus rela- fluido que elude el análisis si intentamos
ciones de producción y al experimentar detenerlo en seco en un determinado
sus situaciones determinantes, dentro momento y analizar su estructura.”11 El
‘del conjunto de relaciones sociales’, con intelectual inglés precisó aún más, tiem-
una cultura y unas expectativas hereda- po después, su noción de clase, emple-
das, y al modelar estas experiencias en ando el concepto de categoría histórica:
formas culturales (...). Las clases, en este “Clase, según mi uso del término, es una
sentido, no son más que casos especia- categoría histórica; es decir, está deriva-
les de las formaciones históricas que da de la observación del proceso social
surgen de la lucha de clases.”9 a lo largo del tiempo. Sabemos que hay
En la conformación de las clases clases porque las gentes se han com-
también hay un papel para los proce- portado repetidamente de modo clasis-
sos de “socialización” y educación en ta; estos sucesos históricos descubren
términos de “cultura de clase”, que regularidades en las respuestas a situa-
pueden (y deben) acompañar la diná- ciones similares, y en un momento
mica de la autoconstitución: “Una vez dado (la formación ‘madura’ de la clase)
que una madura conciencia de clase observamos la creación de instituciones
ha crecido, los jóvenes pueden ser y de una cultura con notaciones de cla-
‘socializados’ en sentido clasista y las se, que admiten comparaciones trans-
instituciones de clase pueden prolon- nacionales”.12
gar las condiciones para su formación; Comprendida la clase como catego-
además, generarse tradiciones o cos- ría histórica, esta puede ser empleada
tumbres de antagonismo de clase que por los marxistas en dos sentidos distin-
no corresponden más a un antagonis- tos, ambos pertinentes, según Thomp-
mo de intereses”. Pero el autor nunca son, aunque proclives a generar confu-
pierde de vista el rol de la experiencia: sión. En un primer sentido, se puede
“La cuestión es que no podemos utilizar el concepto de clase referido a
hablar de clase hasta que la población, un contenido histórico real, empírica-
a través de un proceso de lucha (que mente observable. Este sería el uso 8. Thompson, E. P., “La sociedad inglesa del siglo
comprende una lucha a nivel cultural), moderno de clase que surge a partir de XVIII: ¿Lucha de clases sin clases?”, en Tradición,
entra en relación o en oposición con la sociedad industrial capitalista del revuelta y consciencia de clase. Estudios sobre la cri-
otros grupos bajo forma de clase o siglo XIX. En este caso, el concepto de sis de la sociedad preindustrial, Barcelona, Crítica,
modifica las relaciones de clase here- clase no solo permitiría organizar y ana- 1984 (1ª ed. en inglés: 1979), p. 37.
dadas que ya existían.”10 lizar la evidencia, sino que estaría “pre- 9. Ibid., p. 39.
sente” en la evidencia misma (como ins- 10. Thompson, E. P.,“ Algunas observaciones...”, p. 7.
Clase como categoría histórica tituciones, partidos o culturas “de cla- 11. Thompson, E. P., La formación..., p. XIII, cursiva
En Thompson percibimos la convic- se”). En un segundo sentido, este térmi- en el original.
ción de que las clases pueden ser defini- no puede resultar una herramienta útil 12. Thompson, E. P., “La sociedad inglesa...”, p. 34,
das solo como fenómenos concretos. para organizar la evidencia histórica de cursiva en el original.

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sociedades anteriores a la revolución humano a través del tiempo y en su


industrial, pero siempre teniendo en contexto real. En definitiva, para Thomp-
cuenta que aquí la categoría tiene una son: “Ni el entramado sociológico mejor
correspondencia mucho menos directa engarzado puede darnos una muestra
con la evidencia. Recordemos que clase pura de la clase, del mismo modo que
y lucha de clases no eran conceptos no nos puede dar una de la deferencia
asequibles dentro del propio sistema o del amor. La relación debe estar siem-
cognoscitivo de la gente de la época pre encarnada en gente real y en un
preindustrial, y que estos se considera- contexto real.”15
ban a sí mismos y libraban sus batallas La operación teórica de Thompson
en términos de “estados”, “órdenes” o impugna la ecuación lineal: a) existen
“estamentos”. En este caso, se hace determinadas relaciones de producción;
necesario extremar el cuidado para no b) instantáneamente derivadas de ellas,
leer retrospectivamente nociones pos- se hallan las clases; c) se desarrolla la
teriores de clase y tener siempre pre- lucha de clases. En esta concepción, que
sente que si utilizamos el concepto de él denomina idealismo marxista-estruc-
clase con tanta amplitud histórica es turalista, encuentra una concepción
por falta de otras categorías que permi- completamente errónea y antidialéctica:
tan analizar el proceso histórico.13 “que las clases existen, independiente-
Thompson ejerció una crítica impla- mente de relaciones y luchas históricas,
cable contra todos las interpretaciones y que luchan porque existen, en lugar de
que construyeron categorías, conceptos surgir su existencia de la lucha.”16
o muestras de clase predeterminados y En Thompson podemos encontrar
estáticos, listos para “operar” sobre reali- el análisis de una puja dentro de la tra-
dades humanas que, empero, son siem- dición marxista entre dos concepcio-
pre dinámicas e históricas. Esas categorí- nes en torno a las clases. Una, la que
as, que nos remitirían a una situación de reivindicaba como propia y de una
estasis ideal, pero no real, podían ser generación de historiadores socialistas
usadas, según Thompson, en dos senti- británicos (Rodney Hilton, Cristopher
dos: sociológico y heurístico. En el pri- Hill, Eric J. Hobsbawm, Raphael
mer caso, desde una perspectiva gene- Samuel), era la que se inspiraba en los
ralmente positivista (y, a veces, también textos histórico-políticos escritos por
“marxista”), la clase era reducida a una Marx hasta mediados del siglo XIX
pura y simple medida cuantitativa, en (como El dieciocho brumario de Luis
función del número de personas en Bonaparte), en los que la clase emerge
determinada relación con los medios de como un concepto dinámico, dialécti-
producción. En el segundo caso, la clase co, plenamente histórico (en donde la
es definida como aquello a lo que la teoría no aplastaba a la Historia, sino
gente cree pertenecer en su respuesta a que ambas se interpelaban y enrique-
un formulario; esta es la tendencia fre- cían dialécticamente). La otra, la que
cuentemente usada por los investigado- había alcanzado su sofisticación en el
res funcionalistas yanquis para criticar la pensamiento althusseriano, en la que
noción marxista de clase, ya que nunca clase se revela como una categoría
dejan de encontrar obreros que no se estática, “que solo halla su definición
13. Thompson, E. P., “La sociedad inglesa...”, pp. 36-37. comportarían de acuerdo con su condi- dentro de una totalidad estructural
14. Thompson, E. P., “Algunas observaciones...”, p. 4. ción proletaria o que al ser interrogados altamente teorizada, que desestima el
15. Thompson, E. P., La formación..., p. XIII. dicen pertenecer a la clase media o no verdadero proceso experimental histó-
16. Thompson, E. P., “La sociedad inglesa...”, p. 38, saben definirse.14 Lo que permanecía rico de la formación de las clases”.17
cursiva en el original ausente en estas visiones era la observa- Precisamente, una de las mayores
17. Ibid., p. 36, cursiva en el original. ción del comportamiento del grupo distorsiones que el historiador marxista

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inglés encontraba para examinar la distorsiones acerca de la conciencia de


cuestión de las clases y su conciencia clase, la más nociva de las cuales era la
estaba originada en la utilización de la de la “falsa conciencia”; y que a esta
relación “base/superestructura”, verdade- idea se arribaba a partir de una equivo-
ro pilar teórico del análisis althusseriano. cada concepción de la clase como una
Según esta analogía de la realidad, las “cosa”, preexistente y observable analíti-
fuerzas productivas y las relaciones de camente cuando, en verdad, no es sino
producción supondrían la “base real y una “relación histórica”: “Se supone que
objetiva”, y de allí la conciencia de clase ‘ella’, la clase obrera, tiene una existencia
surgiría como una sobreestructura “deri- real, que se puede definir de una forma
vada”. Thompson atacó desde siempre casi matemática: tantos hombres que
“esta metáfora procedente del campo se encuentran en una determinada
de la construcción”, pues la considera- relación con los medios de producción.
ba “inadecuada para describir el flujo Una vez asumido esto, es posible dedu-
del conflicto, la dialéctica de un proce- cir qué conciencia de clase debería
so social cambiante.”18 A Thompson la tener ‘ella’ (pero raras veces tiene) si fue-
relación “base/superestructura” le resul- se debidamente conciente de su propia
taba desafortunada al poseer una posición y de sus intereses reales.”20
intrínseca tendencia reduccionista y lle- Para Thompson, las consecuencias
var a lo que, en su afán polémico, de esta operación analítica eran
caracterizó irónicamente como “leninis- devastadoras, no solo para el análisis
mo platónico”. En sus palabras: “Esta historiográfico, sino sobre todo para
analogía nos presenta una clase –o una la acción política presente de los tra-
‘clase en sí’– a nivel de ‘base’, que luego bajadores. Especialmente, condenaba
se traduce en conciencia de clase –o toda práctica “sustituista” que conspi-
‘clase para sí’– si es que desemboca a rara contra la autoactividad libre y
nivel de sobreestructura. Si ella no democrática de la clase obrera, pues
desemboca en una dirección suya pro- ‘Ella’ no existe, ni para tener un interés
pia, entonces debemos introducir el o una conciencia ideal, ni para yacer
concepto de ‘falsa conciencia’: la clase como paciente en la mesa de opera-
está allí, pero está mistificada, ella no se ciones del ajustador.”21 Thompson
conoce a sí misma ni a sus propios realizó frecuentes críticas a las con-
intereses. Para decirlo en forma más cepciones sustituistas y vanguardistas.
elaborada, esto puede dar lugar a una En 1963, sostuvo: “Estos ‘atrasos’ cultu-
teoría de las clases que recuerda a Pla- rales y esas distorsiones son un fasti-
tón: ofrece un modelo de desarrollo dio, de modo que es fácil pasar desde
por grados de la formación de clase esta a alguna teoría de la sustitución:
con la cual la historia debiera confor- el partido, la secta o el teórico que
marse, y si la evidencia es contraria, o desvela la conciencia de clase, no tal
se quita la parte válida o se introduce y como es, sino como debería ser.”22
la falsa conciencia.”19 Estas observacio- En 1977, afirmó: “los intelectuales a
nes nos sirven para introducirnos en el menudo sueñan una clase que sea
último tópico a tratar, el de la “falsa como una motocicleta con el asiento 18. Thompson, E. P., “The peculiarities of the
conciencia”. vacío, a la cual ellos suben y guían english”, en R. Miliband y J. Saville (comps.), The
porque poseen la verdadera teoría. Socialist Register: 1965, Londres, 1965, p. 351.
Acerca de la “falsa conciencia” y el Esta es una característica ilusión, es la 19. Thompson, E. P., “Algunas observaciones...”, p. 10.
“sustituismo” ‘falsa conciencia’ de la burguesía inte- 20. Thompson, E. P., La formación..., p. XIV.
Thompson creía que a partir de con- lectual.”23 Un año después expresó la 21. Ibid., p. XV.
ceptualizaciones marxistas ahistóricas y misma idea de otro modo, pero ahora 22. Ibid., p. XIV.
estáticas de clase se llegaba a violentas condenando explícitamente ciertas 23. Thompson, E. P., “Algunas observaciones...”, p. 12.

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formación de clases es independiente


de determinantes objetivos, que clase
puede definirse simplemente como
una formación cultural.”25
Sin embargo, son muchos los
señalamientos que permiten discutir
esta última afirmación. Veamos un
ejemplo de ello: consideremos el capí-
tulo más “estructuralista” de La forma-
ción de la clase obrera en Inglaterra, el
número seis, llamado sugestivamente
“Explotación”. Lo que hay allí es, preci-
samente, una evaporación de los fac-
tores estructurales: la explotación apa-
rece en escena en términos subjetivos,
entendida más como la percepción de
la misma por los obreros que como la
extracción de plusvalía (concepto cla-
ve del universo teórico marxista que
Edward Palmer Thompson. concepciones leninistas: “es decir, la ni siquiera aparece mencionado en la
‘vanguardia’ que sabe mejor que la obra). Entonces, podría decirse que el
clase misma cuáles deben ser los ver- exceso de celo antieconomicista y
daderos intereses (y conciencia) de antiestructuralista le dificulta a
esta. Si ocurriera que ‘esta’ no tuviera Thompson reconocer el fundamento
conciencia alguna, sea lo que fuere lo económico de las clases –y de las
que tenga, es una ‘falsa conciencia’.”24 sociedades clasistas– que se halla en
la base de la interpretación de Marx y
Una reapropiación crítica que constituye un fundamento sólido
del enfoque thompsoniano para abordar la historia desde una
¿Cuáles son las críticas que pueden posición materialista. Frente a la pos-
formularse a estos planteos acerca de tura thompsoniana que, para oponer-
los conceptos de clase, conciencia y se a una imagen antropomórfica de la
lucha de clases? Solo apuntamos algu- clase con una voluntad y una concien-
nos elementos. Hay una amenaza cia definidas, afirma que la lucha de
general que afecta a todo el proyecto clases tiene primacía analítica, existen-
historiográfico thompsoniano, sobre cial y teórica sobre las clases, es posi-
todo, tal como fue formulado en sus ble argumentar que si no se reconoce
últimos años: transitar desde la consi- la base material última de la explota-
deración de la complejidad de la vida ción económica de donde surge la
con sus múltiples determinaciones, lucha de clases, se disuelven los crite-
hasta la negación de cualquier deter- rios sobre los que elaborar la historia
minación, poniendo en peligro el social. Se corre el riesgo de identificar
principio mismo de la causalidad y una voluntad humana libre de deter-
deslizando su visión hacia el terreno minación, lo que disuelve en última
del subjetivismo, el empirismo y el instancia tanto a las clases como a la
culturalismo. El propio historiador lucha de clases. Algunas de estas críti-
inglés se refirió a esta impugnación: cas y de ciertos planteos alternativos a
“Espero que nada de lo escrito ante- los de Thompson merecen un estudio
24. Thompson, E. P., “La sociedad inglesa...”, pp. 35-36. riormente haya dado pábulo a la detenido, que podrá ensayarse en
25. Ibid., p. 38. noción de que yo creo que la otro artículo.

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