Trabajos de empresa

Manejo nutricional
de las enfermedades
hepáticas
Gemma Baciero
Comunicación Científica
Royal Canin Ibérica, S.A

El soporte nutricional es clave en el tratamiento de las

hepatopatías y debe adaptarse a cada caso. Variará en
función de la patología, el grado de disfunción, la tolerancia a
las proteínas de la dieta y el estado nutricional del animal.

El tratamiento dietético de las alteraciones hepáticas en

perros y gatos tiene cuatro objetivos principales: corre-
gir o prevenir la desnutrición, favorecer la regeneración
del tejido hepático, reducir la lesión del parénquima he-
pático y evitar o limitar al mínimo las complicaciones.

1. Prevenir la desnutrición

Entre otras muchas funciones, el hígado interviene en la

digestión, absorción, metabolismo y almacenamiento
de los nutrientes. Por consiguiente, la desnu-
trición será uno de los primeros signos
que se manifiesten en caso de insuficien-
cia hepática.

Para evitar la pérdida de peso y de masa mus-

Los perros con alteración hepática suelen
presentar un incremento del catabolismo
y, portanto, sus necesidades son mayores.
cular es fundamental un aporte energético y proteico
suficiente. Al contrario de la opinión general, tanto
los perros como los gatos con enfermedad hepática son
capaces de tolerar bien grandes cantidades de grasa en
la dieta. Los lípidos, además de aumentar la densidad
energética del alimento, también es un factor importan-
te de palatabilidad. Solamente debe considerarse una
restricción lipídica, en caso de esteatorrea significativa.

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 Manejo nutricional de las enfermedades hepáticas

La intolerancia a la glucosa sí es frecuente en animales

con insuficiencia hepática. La fuente de carbohidratos
más indicada es el arroz, por su gran digestibilidad y su
efecto inhibidor de la diarrea.

Si el animal presenta anorexia o come muy poca cantidad

de alimento, es importante reintroducir la dieta progre-
sivamente. Después de un periodo de ayuno, el tubo
digestivo necesita tiempo para adaptarse. Para evitar sa-
turar la capacidad metabólica del hígado, al tiempo que
se mantiene el aporte energético y de nutrientes a todo
el organismo, la ingesta diaria debe repartirse en nume-
rosas tomas de pequeño volumen. Si el animal rechaza el
alimento debe considerarse la alimentación por sonda.
Es necesario un aporte de proteínas muy digestibles y
de alto valor biológico para asegurar un balance de ni-
trógeno positivo y fomentar la regeneración hepática.
Respecto a los minerales y vitaminas, en los animales
con insuficiencia hepática, las carencias que se obser-
van con más frecuencia y que deben corregirse, son las
de potasio y zinc, y las de vitaminas K y B.
2. Regeneración del tejido hepático
En la regeneración hepatocelular hay que tener en cuenta
las proteínas, la L-carnitina y las vitaminas del grupo B.
Las proteínas son fundamentales para asegurar la regeneración
hepática. Por tanto, el objetivo del veterinario es aportar el ni-
vel más elevado de proteína de alta calidad que el animal tolere.
La L-carnitina es necesaria para el transporte de ácidos
grasos de cadena larga desde el citoplasma a la mito-
condria. En perros y gatos sanos, el hígado es uno de
los lugares más importantes de síntesis de L-carnitina,
otros son el cerebro y el riñón, aunque en menor grado.
Por tanto, en pacientes con hepatopatía grave y lipido-
sis hepática se recomiendan los aportes de L-carnitina.
3. Reducir la lesión del
parénquima hepático
Se trata de evitar el acúmulo de cobre y combatir los ra-
dicales libres.
Cobre y Zinc
En el perro se ha asociado la hepatitis prolongada, con el
acúmulo de cobre. Para impedir este acúmulo se puede
reducir el aporte y limitar su absorción.
El cobre se absorbe fácilmente y se almacena unido a
proteínas en los hepatocitos, aunque esta unión es limi-
tada. Cuando el cobre no está unido a las proteínas es
muy tóxico. En presencia de iones superóxido, el cobre
cataliza la formación de radicales libres que causan la
necrosis de los hepatocitos. Por tanto, en casos de colés-
tasis y de insuficiencia hepática, en especial en perros,
está indicada una ingesta restringida de cobre.
Por otro lado, el zinc induce en los enterocitos la síntesis
de metalotioneína, proteína que se une al cobre en las cé-
lulas del epitelio intestinal y bloquea su absorción. Por ello,
se recomiendan dietas con un contenido elevado de zinc.
Los antioxidantes

Las vitaminas del grupo B se encuentran en una concentra-
ción muy elevada en el hígado, donde se almacenan como
coenzimas. Las necesidades de vitamina B están relaciona-
das directamente con el volumen de trabajo metabólico. No
es probable que aparezcan carencias en animales anoréxicos,
pero pueden desarrollarse cuando se administran grandes
cantidades de calorías con bajo aporte de vitaminas. Esto se
debe tener en cuenta durante la realimentación.
Los antioxidantes compensan la producción fisiológica de ra-
dicales libres. Los procesos inflamatorios, las infecciones, la
reducción del riego sanguíneo y el acúmulo de cobre, contri-
buyen a saturar los mecanismos de defensa. Se cree que un
fallo de las defensas antioxidantes tiene un papel importan-
te en la patogenia y en la progresión de las lesiones hepáticas.
Por consiguiente, está indicado un refuerzo en el aporte de an-
tioxidantes para el tratamiento dietético de las hepatopatías.

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1-ADN muy digestible y con cantidades moderadas de fibra. La
2-Mitocondria producción y absorción de amoniaco pueden reducirse
3-lisosomas
4-Membrana celular
5-Retículo endoplásmático
Un aporte muy variado de antioxidantes actuando sinergicamente
permite proteger mejor los diferentes puntos débiles de la célula y
optimizar la protección contra la oxidación.
Debido a su efecto sinérgico, se sabe que los antioxidantes son
más eficaces cuando se administran en combinación.
Entre las moléculas antioxidantes podemos citar los carote-
noides, la vitamina C, la vitamina E, SAMe (S-adenosilmetionina),
SOD (superóxido dismutasa) y silimarina
La S-adenosilmetionina (SAM) es un precursor del
glutatión, componente importante del sistema anti-
oxidante del hígado, que también puede ser útil en el
tratamiento de la enfermedad hepática.
La SOD es una metaloproteína con una actividad enzimá-
tica, importante en la defensa frente a los radicales libres.
La silimarina es una sustancia activa con un efecto he-
patoprotector, por el aumento de los niveles de superóxido
dismutasa, ayudando así a neutralizar los radicales libres.
4. Evitar o reducir al mínimo las
complicaciones
La insuficiencia hepática puede tener consecuencias co-
mo la encefalopatía hepática, la hipertensión portal y
la ascitis, que también deben ser consideradas desde el
punto de vista nutricional.
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-La encefalopatía hepática se debe a una disfunción del
sistema nervioso central, que en los animales se manifiesta
con un comportamiento anormal, letargia, convulsiones,
confusión e incluso coma. Es más frecuente en perros que
en gatos y aparece secundaria a una alteración hepática.
La prevención o el tratamiento dietético de la encefa-
lopatía hepática consistirán en regular la microflora
intestinal y en reducir al mínimo la producción y absor-
ción de amoniaco.
Para regular la microflora hay que administrar una dieta
proporcionando proteínas muy digestibles, limitando el
aporte proteico y favoreciendo un pH ácido en el colon.
La fuente de proteína es, por tanto, clave en el trata-
miento de la encefalopatía. Es beneficioso reemplazar
la proteína de carne o pescado por proteínas vegetales
o lácteas, que son altamente digestibles y aportan poca
cantidad de bases nitrogenadas.
Cantidades moderadas de fibra en la dieta son también
beneficiosas. La microflora intestinal utiliza las fibras
fermentables (como los fructo-oligosacáridos -FOS- y
la que aporta la pulpa de remolacha) que estimulan la
incorporación del amoniaco en las proteínas bacteria-
nas, que se excretan después con las heces. Mediante la
reducción del pH del colon, las fibras fermentables tam-
bién reducen la producción y la absorción del amoniaco
y, posiblemente, otras toxinas. Las fibras no fermenta-
bles pueden ser útiles reduciendo el tiempo de tránsito,
evitando el estreñimiento y absorbiendo toxinas.
-Una de las causas de la ascitis es la reducción de la pre-
sión oncótica asociada a la hipoalbuminemia. Puede
reducirse al mínimo evitando la desnutrición proteica.
En animales con ascitis e hipertensión portal está in-
dicada una restricción moderada de sodio en la dieta.
Conclusión
El soporte nutricional es esencial para los perros y ga-
tos que sufren enfermedad hepática. En algunos casos
el paciente podrá volver a su alimentación habitual, pe-
ro en otros el tratamiento nutricional se mantendrá de
por vida.