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Del 30 de Enero al 5 de Febrero de 2011

“¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho: Tú no lo


inquirirás.” Sal. 10:13.

Un amigo biólogo, profesor universitario graduado en la Universidad de


Harvard, me dijo: "Cuanto más observo y estudio la naturaleza, considero que
no existe razón para dudar de la existencia de Dios". ¿Por qué motivo,
entonces, hay personas que no creen en Dios?

La historia ha mostrado que la única razón para rechazar la existencia divina es


la rebeldía natural del ser humano. La naturaleza pecaminosa no acepta
voluntariamente ningún tipo de autoridad. ¿Por qué habría de someterse a un
Dios que no puede ver ni tocar?

El versículo de hoy habla del malo. El impío cree que a Dios no le importan las
cosas que suceden en este mundo. Piensa que nunca tendrá que rendir
cuentas de la vida que recibió y desperdició, que Dios nunca lo inquirirá, ni le
preguntará. La palabra hebrea para impío es beliyaalope, literalmente significa
malo, perverso, pero que también significa muerte. ¡Esto es espantoso! Ser
malo, escoger el camino de la perversidad, ya implica escoger el camino de la
muerte.

Casi al fin del siglo XIX nació en Europa un hombre llamado Federico
Nietzsche, hijo y descendiente de ministros evangélicos. Su padre murió
cuando él era todavía joven. A los doce años se rebeló abiertamente contra la
fe de la familia. Con blasfemia redefinió a la Trinidad como Dios" el Padre, Dios
el Hijo y Dios el diablo. Su filosofía de vida fue terrible, tanto para él como para
la sociedad. Uno de sus libros "El poder de la voluntad", influyó mucho en la
manera de pensar de Hitler.

Enseñó que el cristianismo es uno de los peores flagelos del mundo, y


proclamó a todo pulmón: "¡Dios ha muerto! ¡Dios ha muerto! ¡Dios ha muerto!"
Evidentemente, fue un hombre impío, un beliyáal, y su propia rebeldía
determinó su muerte. Murió loco, y en su sepultura alguien escribió lo siguiente:
"¡Dios está muerto!" (Firmado) Nietzsche. "¡Nietzsche está muerto!" (Firmado)
Dios.

Dios siempre tiene la última palabra. Él existe. Es eterno y está por encima de
la incredulidad humana. Ese Dios maravilloso está hoy deseoso de participar
en su vida. Se interesa por ti, por tus hijos, por tu matrimonio, por tu vida
profesional y financiera. Está ahí, cerca tuyo, listo para escucharte y socorrerte.
"¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho: Tú no lo
inquirirás."

//Alejandro Bullón

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