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Las luchas sociales en la Revolución de 1830

Por Eduardo Montagut Contreras. Doctor en Historia Moderna y Contemporánea

Las revoluciones de 1830 fueron más profundas que las que se produjeron en 1820, y afectaron a
casi toda Europa. En este artículo nos centraremos en sus componentes sociales.

En Francia, los Borbones fueron derrocados en la Revolución de julio de 1830, subiendo al trono
Luis Felipe de Orleáns, iniciándose un sistema político liberal de monarquía constitucional. Bélgica
se independizó de Holanda, estableciendo una monarquía liberal, siendo reconocida por Francia y
Gran Bretaña. En España y Portugal, a principios de esa década, se instauraron monarquías
constitucionales, aunque se inició un largo e intenso período de guerras civiles con los absolutistas,
miguelistas en Portugal y carlistas en España.

En Europa central y oriental las revoluciones no tuvieron tanto éxito. Las revoluciones que
estallaron en diversos estados italianos fueron duramente reprimidas por los austriacos. En
algunos estados alemanes se aprobaron constituciones, pero muy pronto fueron derogadas por la
presión de Metternich desde Viena. En Polonia se proclamó la independencia, pero la rebelión fue
aplastada por los rusos.

A diferencia de las revoluciones de 1820, en las de 1830 tuvo gran influencia el fuerte descontento
de las clases populares. El protagonismo en las revoluciones ya no fue de las sociedades secretas
ni de los conspiradores sino de las propias masas. Más allá de las peticiones de los liberales
moderados, surgió un movimiento democrático y republicano más radical, demostrando la división
que estaba surgiendo en el seno del liberalismo. Ese movimiento no tardaría en enfrentarse, por
ejemplo, contra la nueva monarquía constitucional francesa de Luis Felipe, basada en los principios
del liberalismo moderado: sufragio censitario y control del sistema por la alta burguesía, y que sería
protagonista en el siguiente ciclo revolucionario de 1848-49, precisamente en lo que se conoce
como la “primavera de los pueblos”. En este artículo nos vamos a centrar en el componente social
de la Revolución de 1830.

La Revolución en París en 1830 supone, además de las reivindicaciones políticas, un momento


clave en la Historia del socialismo europeo, ya que se puede decir que se produce el salto desde el
reducido ámbito de los conspiradores, activistas e intelectuales hacia círculos y sectores más
amplios. En realidad, estaríamos asistiendo a la conexión entre el creciente movimiento obrero y
los pensadores socialistas.

La crisis del sistema político de Carta Otorgada de la Restauración francesa vino acompañada de
una crisis económica con fuertes repercusiones sociales, ya que se multiplicaron las protestas y las
primeras huelgas en las primeras fábricas y los todavía mayoritarios talleres, dado el retraso de la
Revolución Industrial en Francia. Destacaron las agitaciones de los trabajadores del algodón cerca
de Rouen, que generaron violencia y represión. También se movilizaron los trabajadores de la
pizarra en las Ardenas, obreros en París, ganaderos en Marsella, los papeleros de Thiers, mineros
en Conmentry, albañiles de Toulon, etcétera. Algunas de estas protestas tuvieron un componente
ludita, ya que se destruyeron máquinas o se protestó por su introducción en un momento de
aumento del paro, aunque en otras se fue más allá al demandar aumento de salarios, reducción de
la duración de la jornada laboral. Tenemos que tener en cuenta que en Francia se aplicaba la Ley
Le Chapelier, que prohibía el asociacionismo obrero.
Las manifestaciones y protestas obreras se multiplicaron a finales de los años veinte del siglo XIX.
Una de las más importantes se produjo en noviembre de 1827. Fue protagonizada por obreros y
estudiantes que se enfrentaron al ejército, produciéndose varios muertos y heridos. En esta
protesta sufrió heridas un joven fundamental en la Historia del socialismo, Auguste Blanqui.

Las protestas rurales tuvieron un componente más arcaizante, propio de los motines de
subsistencia, ya que estallaron por la subida de los precios del grano. Se produjeron asaltos a
transportes de trigo, y se incendiaron molinos y granjas. Además, comerciantes y labradores
acomodados fueron atacados.

Este descontento social evidente se imbricó con el malestar de la burguesía para provocar el
cambio de régimen político. En los hechos revolucionarios, en las conocidas como las Tres
Gloriosas, la participación de los obreros parisinos fue decisiva. El cierre de fábricas y talleres
provocó que los trabajadores se lanzaran a la calle. Este protagonismo popular sirvió a los
intereses de la burguesía en aquel momento, pero a partir comenzó a estar claro que el
movimiento obrero tenía sus propios objetivos, como se irá poniendo de manifiesto a partir de
entonces y se manifestará claramente en la Revolución de 1848

¿Cuáles fueron las Consecuencias?


En diez años, de 1789 a 1799, Francia pasó por profundas modificaciones políticas, sociales y
económicas.

La aristocracia del Antiguo Régimen perdió sus privilegios, liberando a los campesinos de los
antiguos lazos que los prendían a los nobles y al clero.

La Revolución de Francia fue la palanca que llevó a Francia del estadio feudal al capitalista.

instaló la separación de poderes y la Constitución, una herencia dejada para varias naciones del
mundo.

En 1799, la alta burguesía se alió al general Napoleón Bonaparte, que fue invitado a formar parte
del gobierno. Su misión era recuperar el orden y la estabilidad del país, proteger la riqueza de la
burguesía y salvarlos de las manifestaciones populares. En torno a 1803 comienzan las Guerras
Napoleónicas, conflictos revolucionarios imbuidos de los ideales de la Revolución que tuvo como
protagonista a Napoleón Bonaparte. Fue una de las guerras más importantes de la historia.

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