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Es cierto que hay un sistema que hay que transformar, unos modos que hay que

reinventar, pero no va a suceder por medio de la repetición de discursos.


“Un posición política que no encaja en ninguno de los moldes que se ofrecen (militante,
activista, intelectual), pero que no desiste de plantearse en compañía los problemas de la
vida en común, encontrando aquí unxs aliadxs y allí otrxs, interviniendo aquí así y allí
asá.

Una línea de pensadores que han criticado de algún u otro modo esta escisión entre
formas de existir y política. Podemos nombrar a Deleuze, Guattari, Rolnik, León
Rozichner.

Pensar lo existencial con lo político.

Recurro a otro amigo, uno de esos a los que no conoces más que a través de los libros
pero que a veces hacen más compañía que tantos vivos cercanos: el pensador argentino
Ignacio Lewkowicz. Busco en él no tanto respuestas como buenos términos para
plantear la pregunta, mejores herramientas para escuchar y atender la realidad. Me
suena que Ignacio tiene cosas sobre esta cuestión, rebusco por la biblioteca y doy con
ello.

La fuerza de transformación hoy pasa por la capacidad de dar expresión común al


magma de preguntas, malestares y deseos que nos atraviesa, a nuestras subjetividades
heridas y en crisis, en definitiva, a nuestro “estar raros”.
Provocar una EXPERIENCIA y volverla común.
Por último la cuestión generacional. Según Lewkowicz, una generación no es una
cuestión cronológica, sino un nosotros que se crea a partir de un problema. Que se
apropia de un dato objetivo y lo convierte en una situación habitable: alterable,
resignificable, modificable.

¿cómo podrías llamar este momento crítico? DSz le llama interrupción. No hay
normalidad sino normalización.
¿Quién es el enemigo? Película La Cosa de Carpenter.

¿Qué produce nuestras formas de vida?

Terrícolas contra humanos. ¿Por qué no podemos parar?

Eduardo Vivieros de Castro: La Mirada del Jaguar.

“Hacerse otra imagen del mundo, como “multiverso atravesado por múltiples ontologías
no-humanas”. Abrir espacio a los otros: ejercitarse en las artes de la diplomacia entre
formas de vida heterogéneas”: Relación con Donna Haraway

“Los humanos tienen sus tecnologías, sus medios de comunicación, sus psicofármacos,
sus prótesis. ¿Y la resistencia terrícola? Necesita encontrar sus propias armas y darse su
propio imaginario”: ¿cuáles serían nuestras propias armas

“Podríamos entonces detenernos, hacer de esa detención un gigantesco ritual social, de


descanso, de sanación, de fiesta o de meditación. Pero no, no podemos detenernos. ¿Por
qué?” Respuesta marxista.

“Solo una sociedad no regulada por las leyes del capital podría parar (porque ya se ha
producido bastante), repartir la riqueza, hacer un uso social de un invento técnico,
rechazar las guerras, hacer bien las cosas, convertir el desempleo en descanso o
ritualizar el viaje de un virus como un momento de detención radical.”

Estar raros, contra la vieja y la nueva normalidad.

“¿Por qué no encajamos? Hay restos en nosotros de lo que hemos vivido estos meses.
Huellas de un acontecimiento. Efectos de la interrupción”.

“Estar raros es seguir vivos. Insistir en nuestras preguntas, malestares y deseos contra la
normalización. Tratar de convertir todo ello en materia a elaborar para inventar un deseo
nuevo, una nueva forma de vivir”.

¿En qué consiste este proceso de normalización?


Este tiempo nos ha evidenciado las redes afectivas existentes, la necesidad de construir
nuevas, la precariedad de nuestra actividad y de nuestras economías, la importancia de
lo colectivo.

“Malestares, porque hemos sentido violentamente la evidencia de que las lógicas


estatales y mercantiles no cuidan”.

“El Estado, basado en la lógica de la ley y el deber ser, no ve las diferencias que
atraviesan lo que hay”.

“De ahí que el pensador italiano Antonio Gramsci apelase a nuestra “terrestritud
común” contra la lógica capitalista de beneficio”.

“Ganas: en el silencio, en el tiempo reapropiado, en ciertos encuentros y reencuentros


con la naturaleza, en los primeros paseos por ciudades libres de ruido, coches y estrés,
en el cuidado de los más cercanos, en la atención amorosa a los desconocidos, en las
prácticas creativas caseras, en la intensificación de los vínculos… en mil experiencias
distintas se han despertado las ganas de vivir de otras maneras”.

“Podemos distinguir dos versiones de este proceso de normalización, dos formas de


adaptación, dos formas de gobierno que son al mismo tiempo dos formas de
subjetivación (es decir, de vivir las cosas).

La neoliberal / neoliberal lleva el nombre de Trump, Bolsonaro, Johnson. ¿La economía


por encima de la vida? No: la economía es la vida.

Necro-política y necro-lógica: producción de poblaciones desechables, superfluas,


sobrantes. Precisamente el rasgo que Hannah Arendt señaló en su día como condición
necesaria de la política nazi en Los orígenes del totalitarismo.

La versión neoliberal / socialdemócrata lleva el nombre de Pedro Sánchez (o de Alberto


Fernández en Argentina)”.

“¿Cuál es el desafío? Engarzar lo existencial con lo político, las preguntas y el impulso


de cambio. Sólo hay energía política cuando ambas dimensiones tejen un vínculo, como
ocurrió el 11M de 2004, el 15M de 2011, los 8M de la huelga feminista”.

“-Resistencias viscerales: Achille Mbembe


Rehabiltación del cuerpo y la voz. Recuperación y recreación de la memoria. Áscesis
necesaria para salir de las cadenas violencia-victimización-resentimiento-reacción.
Pensar juntas sanación y transformación, dimensiones personales y colectivas”.

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