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Brasil, resulta ser el centro de origen de importante número de especies de la

familia Passifloraceae; entre ellas Passiflora edulis f. favicarpa (parchita


maracuyá o maracuyá amarilla) su principal representante.
Pero, ¿cuál es la historia detrás del género Passiflora L.?
Pues la primera descripción del género fue realizada en 1569, con la
especie Passiflora incarnata L. conocida vulgarmente como Granadilla. Esa
planta fue enviada al papa Paulo V quien mandó cultivarla en Roma, informando
que ella representaba una revelación divina.
Conocida como fruta de la pasión, toma diversos nombres según el idioma o la
región o país donde se cultiva. En Venezuela, Puerto Rico y varios países de
Centroamérica parchita, en República Dominicana chinola, en Panamá guate, en
España parchita maracuyá, en Francia couzou, passiflore, barbadine y grenadille,
en Hawaii lilikoi, en Portugal y Brasil maracujá, en Australia golden passion
fruit, en África del sur yellow granadilla y en países angloparlantes yellow
passion fruit.
El nombre de la familia quiere decir fruta de la pasión o pasionaria, no por ser
afrodisíaca o tener alguna propiedad relacionada con ello, sino por la relación que
los misioneros españoles llegados del Nuevo Mundo establecieron entre la
crucifixión de Jesucristo con la anatomía de la planta: los tres pistilos representan
los clavos; los cinco estambres, las heridas; los filamentos, la corona de espinas;
los cinco pétalos y cinco sépalos, los 10 apóstoles presentes en el martirio; los
zarcillos axilares, los látigos y el fruto, el mundo a redimir.
¿Sabías que?…
La designación como la flor de las cinco llagas, flor passionis o flor de la pasión,
¿tiene en realidad un origen religioso?
En Brasil, centro de origen de la parchita maracuyá, los indígenas la nombraron
"maraú-ya", que proviene de fruto "marahu", que a su vez viene de "ma-râ-ú" que
significa "cosa que se come de sorbo", por lo que la unión de las dos palabras
significa "fruto que se come de un sorbo"; al conocerla los colonizadores, la
palabra se degeneró en la hoy conocida: maracuyá (Schwentesius-Ríndermann et
al., 1997).
Por su parte varios autores afirman que proviene de la voz aborigen “Mara-Cuiá”
que significa “comida preparada en totuma” (por Crescentia cujete) o “comida
preparada en cuiá” (vaso).
Asimismo, se ha reportado que el primer país en producir de manera comercial la
parchita maracuyá fue Australia en la década de 1930, unos 70 años después de
ser introducida en ese país, que además nunca ha participado de manera
importante en el mercado mundial de la fruta o del jugo.
Maracuyá…una leyenda Guaraní:
Cuenta la leyenda que un sacerdote llegado a las misiones del nordeste argentino
con el propósito de predicar las enseñanzas del Divino Maestro, cruzaba todos
los días la selva en busca de indios para convertir. Cierta vez al cruzar una
picada, oyó el angustioso lamento de una niña que, perseguida por un yaguareté,
se había refugiado en las ramas de un débil árbol. Hacia allí se dirigió
resueltamente el misionero, atrayendo sobre sí la furia del yaguareté, mientras
gritaba a la desolada criatura que huyera velozmente para salvarse. Mientras
tanto la fiera, dejando una presa por otra, se abalanzó sobre el sacerdote, y con
zarpazos terribles y potentes destrozó su vida. La sangre regó el blando suelo,
sobre el que al poco tiempo nació una planta, el mburucuyá o pasionaria,
cuya flor recuerda al mundo la belleza de sufrir por el bien de los demás.

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