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Primera parte

GOTAS DEL SUR.

Algún día escuche, leí o me contaron… que la crema dental hacia más estúpida a la gente, por más
crudo que suene. pero según ese relato, la única cosa que estamos obligados hacer todos los días
es, en el peor de los casos, asearnos los dientes, de esa manera, el dentífrico se convertiría en una
herramienta óptima para intentar manipularnos de alguna u otra manera, pero antes de que digas
algo, lo sé, todo esto suena a cuento iluminati o reptiliano de esos que nutren las historias más
vistas en you tube, DROSS suena bien; de alguna u otra manera, el caso era tan sencillo como que
me encontraba en proceso de cepillarme, la comida había estado buena pero como de costumbre,
al dentífrico también le llegaba la hora de figurar como personaje protagónico en la escena. Como
mis recursos son notoriamente reducidos, por no decir que nulos, la cepillada se lleva a cabo en
una especie de patio que se encuentra al entrar en el anexo donde vivo y paso la noche. Las
plantas de mis pies, sienten de manera contundente el tibio del cemento que hace las veces de
piso, en el dizque patio. En mi mano izquierda, un vaso con agua, y en la derecha por cuestiones
de costumbre, el cepillo haciéndole clara y constante publicidad a Colgate, protección 24 horas.

Mientras me cepillo, muchos son los pensamientos que invaden a mi mente, algunos irrisorios,
algunos convenientes, pero todos contradictorios. El cepillo, no sé si masajea o se quiere vengar
de la dentadura, quizá sea la mano quien tenga la sed de venganza; el primer buche de agua entra
y después de un necesario recorrido por la totalidad de la boca, sale con fuerza de proyectil para
después impactar sin ningún tipo de respeto contra el pseudo suelo de cemento que mezclándose
con mi sombra, lo recibe sin ninguna otra opción. Continuo con mi enérgica labor, ya sabes cual
ridículo luce un desafortunado cepillándose los dientes, no sabes si reírte o aceptar la hipócrita
repugnancia que crees sentir, no te culpo, no me culpo, nos culpamos. El agua en el vaso se acaba
y para terminar de enjuagar el cepillo y las manos llenas de la espuma producida por el frotar,
recurro al agua de una ponchera que yace sobre una mesa que a su vez está convencida que es
lava platos. Así es la vida del perjudicado de las monedas y el abandonado de los billetes, dicen, no
lo digo yo.

Procedo a secarme, ya sabes lo que dicen por ahí de los que no se saben secar. Los climas
cambiantes del hoy no sorprenden a nadie, un aguacero, puede llegar con la temperatura en 40 y
pretender que no lo sintamos, justo esto pensaba cuando me sostenía las fosas nasales y hacia
fuerza para expulsar de mi cuerpo lo malo; de repente, una gota de sangre petulante cae en el
cemento, el rojo es escandaloso cuando cae en el piso. Es evidente que mis pensamientos se ven
obligados a centrarse en el pequeño círculo de sangre que se encontraba en el piso como
queriéndome reclamar algo; me asusto, pero al mismo tiempo empiezo a deducir lo recién
sucedido. La primera conclusión a la que llego es que la sangre no podría provenir de mis fosas
puesto que no sentía nada y además la cocaína ya no es mi amiga, que podrá ser entonces, es
decir, es muy raro que haya sangre en un lugar donde solo tu estas y no te sientas nada en el
cuerpo, cuando estaba en esta retahíla mental, de repente y sin previo aviso, otro círculo, este
acompañado de otro igual, vuelven a caer en el piso, pero esta vez revelándome una dirección
que auguraba lo peor.
Procedo a revisar para descartar una fisura, no ahí, no hay nada, con lo cual, empiezo a concluir lo
que no quería pensar, no es muy difícil de concluir cual es la procedencia de las gotas cuando estas
caen en el medio de tus talones, que tétrico suena ahora que lo escribo. Debes estar pensando si
reír o rascarte la nariz porque te empieza a parecer un tanto bizarro el relato, pero no te
preocupes, todo tenemos culos, y es apenas normal que un día cualquiera nos empiece a echar
sangre al cepillarnos los dientes.

Qué momento tan menos agradable, no sabía cómo proceder, lo único que se me ocurrió fue
revisarme; con los pantaloncillos sobre los tobillos, la respuesta fue inmediata por parte de los
dedos rojos que mis ojos miraban, es evidente que algo no andaba bien y mucho menos en el
chiquito mundo en el que vivimos. Te puedes reír. Que mala suerte, un día estas almorzando un
guisado que te recuerda cuan bello es nacer en el caribe colombiano y de repente estas sangrando
por el culo, el culo, si, el culo, de tantos orificios que tenemos, decido sangrar por el culo, pero que
de malparido el mundo es. ¡Qué va!, eso sonó a persona con problemas de moral que le reza a un
dios couching de conferencias saltarinas. Que hago, no sé, ya es confirmada la situación, sin más
que pensar, decido encaminar mis pasos al puesto de salud más cercano, todavía escucho las
palabras de confusión del cancerbero al escuchar la historia del sangrado por detrás, sabes
cuantas cosas le pudieron pasar por la mente a ese celador, mi cara no es que refleje
precisamente una vida muy equilibrada, no me culpes me declaro culpable.

Cuando entras a un lugar donde los que ahí estamos, la unidad define nuestro estrato social, es
decir, donde los muchos pobres llegan a mendigar un poco de salud, Te das cuenta de inmediato,
casi que como una cachetada, que algo no anda bien en el sistemas de salud de esta republiqueta,
pero no me sorprende, esto es Colombia, tu sabes más que yo de lo que hablo. Con la cedula en la
mano, miras a una señorita que evidentemente no es señorita, que te pregunta por segunda vez
cuál es tu padecimiento, aprendiendo de la experiencia que acaba de suceder con el vigilante, soy
un poco más reservado a la hora de decir que me sangraba el culo; me limite a decir que tenía una
hemorragia interna que se me había manifestado por una zona poco ortodoxa. En la historia
clínica aparece el ingreso por sangrado rectal, que malo que soy improvisando.

En la sala de espera, que está precisamente creada para esperar, vez el más variado desfile de
situaciones, emociones y particularidades que solo puedes ver en un sitio donde al parecer se
refleja el mayor miedo del ser humano, la muerte. La angustia es reina y el dolor parece
camarlengo, la verdad, no sentía ni dolor ni angustia. Los turnos son un viacrucis, al escuchar que
había gente esperando desde la mañana por una atención, mis esperanzas de salir rápido de ese
lugar se dilapidaron casi que de manera instantánea, en ese orden de ideas me dedico a analizar
un poco el entorno que esa tarde de sábado la vida, el universo o para ser más específicos, mi
culo, me daba la oportunidad de experimentar.

Pensando si tenía que agradecer a mi culo por tan peculiar situación, me doy cuenta cual mal
organizado son los circos de la salud en nuestro país, porque así lo puedo llamar, las secretarias
discutiendo con las doctoras, los niños llorando, la gente al piso por que ya sabes, lo puestos son
limitados, y antes de que digas algo, no di mi puesto por dos cosas, una, no quería, dos, así como
el señor que se encontraba a mi derecha se cogía su brazo fracturado para buscar alivio, pues, en
mi caso lo mejor era estar sentado viendo aquel espectáculo circense.
Solo un doctor para emergencias y cada vez más emergencias hacen del acto de colarse algo
natural; por mi mente paso el hecho de sobornar para aligerar mi espera, pero recordé que en mis
bolsillos ahí más soledad que en mi corazón. La espera es larga pero parca, hasta que llegara
alguien que cambiara el panorama del lugar.

Ingresa un hombre con el hombro de adorno, la ceja rota y la frente hinchada, entra sin camisa
pero no dice buenas tardes, es claro que el dolor le impide expresarse, su esposa hace el trámite
respectivo y al hacerlo deja al descubierto la situación. su hombre, se cayó de un segundo piso,
¿qué hacía?, vaya usted a saber, pero como estamos en el caribe colombiano, bien podría estar
haciendo dos cosas, una , cuadrando la antena de la tdt, o en su debido defecto, haciendo que los
oídos de electricaribe zumben; me podrás decir malpensado, pero todo somos así, es decir, no
creo que lo primero que se le vino a la mente al celador fue que el sangrado del culo me lo causo
una muy ajetreada labor de asea miento oral, tu sabes que es así. El multi golpes, pasa a ver al
doctor sin ningún tipo de respeto por el orden de turnos previamente establecido, el man pasa por
que su caso es de mayor urgencia, como si su dolor fuera más importante que el de los demás. El
hombre tenía el hombro en la rodilla, el dolor era aparente; Por eso paso primero que los que ahí
estábamos, incluido, al que le sangra el orto; pensé que pudo haber sido la lógica que utilizo la
enfermera al tomar esta decisión.

La espera se hacía cada vez más larga, los gestos de dolor y llanto solo me eran distraídos por mi
obsesiva y casi que maniática maña de buscarle la simetría a todo, por eso, en esos instantes mis
ojos se posaban en los contornos de las baldosas, solo buscaba si estaban bien alineadas, soy raro
lo sé, siempre lo he sabido, la diferencia ahora radica básicamente en que me sangra el culo. Las
miradas se cruzan, los gestos, lucen similares, un inoportuno y exageradamente poco discreto
caballero se encuentra reproduciendo un video a todo volumen en plena sala de emergencias,
demostrando dos cosas, una, que es un alarde ador de su plan de datos y otra, que la tecnología
cada vez nos vuelve más malparidos para con los demás. Mis manos, dan gritos que reflejan mi
ansiedad, el momento solo es salvado por el sutil volumen del aire acondicionado, en una ciudad
como Cartagena eso se agradece de sobre manera. De repente, entra un señor con las manos en el
pecho y el ceño fruncido, el infarto era más que evidente, por ende su inclusión en la sala de
emergencia fue casi que instantánea por encima de los que ya lucíamos casi que familiares en la
sala de espera. Un infarto pesa más que unas gotas de sangre en el culo, pensé.

Debido a la situación, me puse a tejer una teoría que justificaría lo que acababa de ver; cuando
estoy aburrido, como muchos, hago o pienso cosas estúpidas. ¿y, si el señor del presunto infarto
ya sabía lo que era esperar por horas en la sala de emergencia y para evitarlo, fingió un infarto
para entrar a la sala y contarle al doctor que desde hace varios días siente unos mareos al pararse
de la silla?, llámame hijueputa, pero para todo eso se presta un sistemas de salud tan precario
como el de esta republicleta, es decir, cuando le enseñas al ciudadano a cogerle el maní a algo,
créeme que lo van hacer de manera sistemática, la verdad sea dicha. Así lo haya hecho o no, el
señor mano en pecho, de mí, no tendría ningún reproche, el fin justifica los medios decía Nicolás.
así somos, con la bendita malicia indígena, cuya frase, solo intenta ofender a las civilizaciones
ancestrales al relacionarlas con nuestra condición intrincada hacia el mal, o mejor dicho, hacia la
conveniencia personal; si se da la oportunidad, lo hacemos, como dicen por ahí, a papaya puesta,
papaya partida; como estamos de bicentenario y el amor por la patria está a flor de piel, ese tipo
de costumbres también soy muy del colombiano y por ende debemos saber cómo usarla, o cuanto
menos, conocerla para llevarla como munición en días de caza.

En ese orden de ideas, el relato se resume en que después de hablar con el médico, que por grata
coincidencia tropiezo en el pasillo (el único con bata blanca y cara reluciente de primerizo), le
cuento la peculiar situación, el tipo comprende con magnifica profesionalidad, me sorprende
cuando decide atenderme de inmediato y mi espera conoce fin, se imaginaran cuan bizarros
fueron los momentos subsiguientes. De regalo, aprendí dos cosas en ese cuarto frio y blanco, la
primera, que al final de cuentas el mundo es de los “vivos” o de malparidos que acomodamos la
verdad a nuestra conveniencia, y la otra, que los doctores parecen sensibilizarse cuando de sangre
en el culo se trata.

Meditabundo acerca de la situación, mis pasos me guiaron de retorno a casa, en mi cabeza solo
brotaba la idea que no era el mismo hombre que había entrado por las puertas de ese centro de
salud, que podía hacer, la sangre es muy escándalos; es curioso que una persona como yo diga
eso, pienso mientras saco las llaves de mi bolsillo. Qué manera de desenvolverse tubo el día de
hoy, cosas como estas son las que precisamente no se deben contar en una conversación de
primera cita o por lo menos en tinder ¿alguien lo usa?. El día ya es historia, pienso mientras
reconozco el lugar del sangriento ataque hemorroidal. La noche es dueña de la escena, noche,
oscura y fría, bueno lo más frio que se pueda estar en una ciudad como Cartagena; el hecho es que
con todo esto de gotas por detrás y dedos llenos de lidocaína, reconozco la entrada del hambre
en mi cuerpo, el sutil aullido del hambre, esa amiga incondicional que nos visita todos los días,
algunas veces sin invitación. En la nevera encuentro un cuadro un tanto inquietante, no me puedo
quejar de escases pero quisiera poner a descansar así sea por unos días al jugador estrella de este
equipo, el salchichón. De cualquier manera peor es que encontrara una escena digan del círculo
polar ártico, ósea agua y hielo. con lo tengo preparo algo de comer, mientras veo las mismas
noticias de siempre, aunque esta vez tienen un tono un tanto más picante si se puede decir así,
parece que quieren destituir al presidente, no me sorprende, pero me intriga.

La noche sigue su cauce, por motivos evidentes hoy será un día en el que no podre laburar, por
desgracia mi trabajo entra en contradicción directa con la situación médica de hoy, como lo haría
cualquier otro empleo, por ende lo mejor es descansar hoy y esperar que mañana el mercado sea
bueno con migo y me permita recuperarme por las molestias ocasionadas, es lo hermoso de las
apps de domicilios, te brindan una difusa imagen de libertad, pero que viéndolo desde cierto
punto, puede resultar muy encantadora.

No quiero salirme de los estándares de la normalidad según mi rutina, que para nada se podría
considerar como normal, que es normal, suelo preguntarme con regularidad cunado no encuentro
nada más importante que hacer, cometo la locura de ponerme a pensar, pero bueno, para eso ya
habrá más tiempo, por el momento, lo importante es escoger que clase de película quiero ver en
una noche de improvisada licencia de enfermedad. Miro la lista de clásicos, esas son las pelis por
las cuales vale la pena no hacer nada durante toda una noche; entro en una disputa casi que de
características bíblicas, no logro decidir entre un par de bunas, de muy buenas películas, será taxi
driver o casino la que me desvele hoy?, la dupla scorsece, de niro, es sencillamente algo sublime.
Al mismo tiempo no decido si echarle queso o mantequilla a mis panes, que difícil situación.

Los parpados empiezan a ponerse en exceso pesados, siento como los ojos empiezan hacer una
metamorfosis de colores, ya no son blancos, son completamente rojos, rojos como la sangre,
como la sangre que ahora yace desafiante en la entrada del anexo al que irónicamente llamo
hogar; el rojo es un color bastante llamativo, mucho, como el kétchup, como el Manchester
united, como la cruz roja, como el américa de Cali, como santa Claus, como Hitler, como los
Ferrari…. Oficialmente ya estoy trabado.

No supe a qué horas me deje vencer por el sueño, quizá pudo haber sido a las 2, 3 o 4 am, lo
seguro es que fue después de medianoche, no suelo dormir antes de medianoche. El calor de la
tarde me obliga a levantarme de la cama, las sabanas se sienten como las servilletas condenadas a
acompañar a su majestad la empanada. Que estoy diciendo, su majestad empanada? Que mierda
es esto, sigo trabado?, será que otra vez el gordo frankie me volvió a vender otro nevado?. Pero
no sabía diferente, pienso mientras vagamente empiezo a organizar las ideas en mi perturbada
cabeza. Ya es tarde, son las 4, el día se fue en un suspiro, ya veo que me tome bastante en serio lo
de licencia de enfermedad, a eso llamo unas vacaciones intrasemanlaes, deberían establecer eso
como obligación en las empresas, quizá así ahora no quisieran tumbar al presidente. Qué se yo.

Por si las dudas y para seguir con la costumbre, le saco unas cuantas fumadas a la colilla que
quedo después de contemplar la historia de un casino en la ciudad de las vegas y que ahora me
hace celebrar una vez más el clásico ritual del 4 con 20. Confirmo que en efecto se trata de hierba
común y corriente, marihuana de las más alta calidad, bueno eso lo digo solo para subirme la
moral, la verdad se la compró a un tipo gordo en chambacu (barrio surrealista del caribe
colombiano), normal, el mercado es oferta y demanda, así de simple; hablando del mercado
recuerdo que tengo que salir a laburar con el único objetivo de producir lo que anoche deje de
producir.

Más tarde ese mismo día…

La noche era como todas las demás, hacía mucho calor pero no más que ayer ni menos que
mañana. El siguiente paso es naturalmente conectarse al servidor para recibir a cambio unos
cuantos billetes, la idea de una propina jugosa siempre es motivo de ánimo. La bicicleta esta como
siempre, algo sucia, pero hambrienta de carretera, los audífonos, aunque desgastados, hacen una
suerte de acompañantes perfectos en esta idílica tarea. El movimiento se ve un poco pasmado, los
negocios del centro están como han de estar un viernes en las horas de la noche, de la noche
joven. El reloj no marca más de las 9, acabo de conectarme pero todavía soy ajeno a los deliverys
de hoy, guardo la esperanza que la situación mejore, al final de cuentas es viernes y la gente lo
sabe.

Caminando por las calles del centro que aunque húmedas, siempre dan un aire de variabilidad, de
frescura; lucen como un concierto de distintas culturas, razas y hasta apetitos sexuales. Con una
mano arrastro la bicicleta, mi fiel compañera, porque la multitud hace más que imposible el hecho
de poder montarla como es debido. No sé qué tan atrasado este nuestro país, pero cuando la
gente viene a Cartagena y se encuentra en el centro, nunca caminan por el andén, siempre están
llenando las calles a más no poder. Los carruajes, que como en la época de la esclavitud, pasean
gente blanca por conveniencia, hacen aún más complicado el transitar por estas calles, pero he de
aceptar, que la gente que vive en el centro deja buenas propinas, lo malo es que no me ha salido
un pedido como para corroborar este mito urbano.

En vista de que en el centro no hay nada, solamente rostros varios y diferentes acentos, mi
imaginación empieza lentamente a esbozar el camino Asia la boca, la boca grande, donde quizá si
se tengo suerte, la noche empiece a tomar mejores rumbos. En el camino, que siempre suele ser
como siempre, lleno de gente que pasa la calle por todos lados menos por la cebra, incluso me
incluyo en ese montó; también se ven los típicos guardianes del tránsito, que más bien parecen ser
homónimos del dinero disimulado. El pedalear es lento pero cadenciosos, la multitud se ve cada
vez más notoria en los buses de transporte urbano que pasan por mi lado reclamando el mayor
espacio de la carretera, es un mal negocio dicen algunos, pero la verdad es que los articulados no
suenan casi para el tamaño que tienen, contrario a lo que se dice en los periódicos, este medio de
transporte, que más bien parece una lata de sardinas, (frase que suena a cliché), es un medio muy
utilizado por la mayoría de personas que se ven en la penosa obligación de tener que recurrir a
estos tumultos meridionales de puertas arbitrarias para cumplir con sus agobiantes horarios.

Andando y andando ya voy llegando a la boca, de repente y sin previo aviso un sonido que ya
reconozco como placentero invade el absorbente espectro de las calles, es el sonido inconfundible
de una notificación que solo significa una cosa, que un pedido ha llegado, que un pedido esta en
mi bandeja y solo yo puedo llevarlo a cabo, aunque la felicidad es casi que normal, no puedo negar
que se disfruta de un momento tan simple como este. El celular, con su pantalla
convenientemente plana, me hace las veces de intermediario para aceptar la orden, el precio es
bueno, y aunque fuese malo no importaría , es el primer pedido de la noche y hay que aceptarlo,
supongo que tiene que ser una sensación que comparto con el taxista, con el ubérrimo o con el
cochero, todos los que nos ganamos la vida ofreciendo un servicio al público, he de suponer que
las putas también tienen ese mismo pensamiento, las putas que mal llamadas sean putas, o
malpensados somos nosotros porque creer que ser puta es sinónimo de ofensa, no se puede ser
menos siendo puta o ser mas no siéndolo, no se puede ser menos ofreciendo tu cuerpo que
comprándolo, no se puede ser más si pides el domicilio que si lo tienes que hacer a cambio de
$6.400 pesos.

La dirección es clara, ya tengo más que identificado el punto de recolección de, en este caso, un
combo agresivo de hamburguesas y algo de helado, supongo que ha de tratarse de una pareja,
normalmente, nadie se adornaría tanto para comerse una hamburguesa, y puede que estés
pensando ¿qué tiene que ver un helado con una relación?, la respuesta es más que sencilla, no
digo que sea en general, pero normalmente cuando a un combo de hamburguesa con sus eternos
acompañantes las papas fritas y el agua azucarada son obligados a compartir el espacio con un
fresco, colorido y delicado producto lácteo que al ser batido es convertido en helado, es una clara
señal de que algo especial sucede, tal vez el estreno de una serie, el final de la misma, o un
maratón de la otra, puede ser una cena casual, pero el helado raya con lo casual….. Mientras, en
mi mente intentaba vagamente darle concordancia a mis postulados, voy acercándome cada vez
más a la dirección indicada, el andén del lugar me indica que debo bajarme del caballito de acero y
continuar con él, alzándolo. Algunas gotas de sudor empiezan a deslizarse por mi frente, esto
definitivamente es el mejor suvenir que uno pudiera llevar de una ciudad como esta, un frasco
lleno de sudor.
Al entrar al negocio, más bien franquicia, me doy cuenta que en efecto, la noche empieza a
cambiar sus movimientos de calmados a un poco más dinámicos; es claro ver como la economía se
empieza a mover, es así como el capitalismo funciona, casualmente en esta franquicia, muy
conocida por todos, el capitalismo y el consumismo hacen de las suyas, parecen un matrimonio
hegemónico el cual no deja que sus hijos vean la realidad por si solos, sobreprotectores, los
distraen con pomposidad y bulla; es más que claro que nosotros somos sus hijos, aunque creamos
que los que se comen las cajitas felices son los más inocentes, nosotros, los que se las compramos,
estamos verdaderamente comprando humo. Pero bueno, dejare los reproches para otra ocasión,
de hecho yo ni compro acá. La fila es corpulenta para hacer el pedido, la gente hasta se atreve a
desarrollar conversaciones totalmente concienzudas durante la espera, yo, como es debido, le
escribo al cliente sobre la situación pero exagero en algunos detalles, esto último resulta ser muy
lucrativo viéndolo en perspectiva. La fila parece avanzar pero a su vez los aromas salientes de la
cocina que más bien parece una factoría de productos, es definitivamente causante de mi
ansiedad, es un proceso bastante tortuoso, es percibir un aroma de algo que sabes cuan
satisfactorio es pero que al final también eres consiente que no te lo puedes comer, que no es
para ti, pero que tienes que hacer la fila, la tortuosa fila; fila donde te da tiempo para analizar un
poco más el panorama, hay muchos niños como es costumbre, pero también hay algunos que
como niños, saborean una buena porción del último estreno de la línea signature, lo que
realmente me hace pensar, ¿en qué consiste la niñez?, es decir, la cara que están haciendo los
comensales al dejarse seducir por las bondades de su pedido, es la misma que uno experimentaba
cuando de niño venia por los juguetes de los increíbles o los de 101 dálmatas, es la misma
expresión de felicidad incontenible que solo una buena experiencia puede provocar. Oh que
bendito es este lugar por permitirnos ser otra vez niños y regalarnos mierda en el proceso.

La fila parece querer conocer su final, el número de la orden ya me lo sé de memoria, sin embargo
miro la pantalla del celular para por tercera vez confirmar la orden. Paso adelante, hago los
respectivos pasos del proceso, firmo la factura, observo los ojos de quien me atiende que para
nada tienen que ver con la expresión de su rostro, se le ve en el estado que solo un cuerpo
fatigado pudiese reflejar, las horas laborales y su cruel viacrucis de exigencias. Mientras organizo
el pedido en la maleta y sobreprotejo a los helados, porque no los quiero llevar en la mano, escojo
mentalmente la canción que me va hacer de sound track, la noche me ha vuelto un tanto más
minucioso y decido tomarme algunas molestias para llegar al edificio océano azul y mirar el feliz
rostro del come hamburguesas al que por ahora sirvo. Teniendo todo en su lugar, la bicicleta
encaminada hacia el norte, solo me resta darle play a un clásico, “tomorrow comes today –
Gorrillaz”.

El recorrido del hogar de las cajitas felices hasta el destino de entrega es como siempre, lleno de
ese peculiar ambiente que solo la bocagrande de Cartagena puede ofrecer; turistas turistiando,
vendedores de paquetes turísticos al acecho, chivas altaneras que con música hacen dinero sobre
ruedas, prostitutas risueñas, (aunque todavía es temprano, al que madruga…), es curioso que
ultimadamente, al panorama previamente descrito se le haya añadido un grupete de personajes
que hacen del sexo sin protección un negocio, no hablo de trabajadoras sexuales, hablo de gente
que tras concebir un bebe, salen a la calle a pedir dinero para, según su lógica, enmendar su
notable “desliz”, no sé si los abras visto por ahí andar hermano bolivariano.
Llego al lugar, me anuncio en la portería mientras veo en mi celular el número de apartamento y el
total a cobrar, me siento tranquilo, aunque sudoroso, la noche es joven y el trip todavía no me ha
hecho efecto. El portero me interroga y anuncia antes de dejarme pasar, casi todos preguntan lo
mismo, pero hay que entenderlos tienen que justificar su sueldo.

El ascensor se abre como como tu novia con su amante, pero con estil; esta vacío, solo, me
observo en el espejo, y como es debido, me da risa, no sé por qué siempre que me miro en el
espejo termino por reírme, será que soy un chiste acoso…

Después de subir los nueve pisos correspondientes, me encuentro buscando el apto 903, observo
por segunda vez el total a cobrar, lo memorizo para no parecer inseguro, $63.900, espero que me
den propina. Tras no caminar más de 12 pasos llego al tan buscado, apto 903 del edificio océano
azul, toco el timbre y espero, lo que observo al explayarse la puerta, es un cuadro que se, nunca
podre sacarme de la cabeza, es tan abrumador lo que observo, que siento la misma sensación que
experimente cuando vi las gotas de color rojo intenso caer sobre el cemento pelado al cepillarme
los dientes, esas gotas me impresionan, son gotas, es sangre, son gotas que vienen del sur aunque
ahora me encuentre en el norte.

“NO HAY HELADO QUE POR BIEN NO VENGA”

Múltiples manifestaciones se han registrado a lo largo del país. En Cali, cerca del mediodía,
actividades vandálicas sembraron el pánico alrededor del ya clásico y reconocido monumento al
cristo rey. Según informes, los incidentes desarrollados y sus presuntos responsables harían parte
de un grupo subversivo que se autodenomina “resistencia alternativa estudiantil”, y cuyo único
objetivo tendría que ver con la premisa de una educación generalizada en la totalidad del
territorio nacional. Estos hechos, han generado diversas opiniones, desde su repudio por parte de
las alas más conservadoras tachándolos de ser - unos neo guerrilleros encaminados al terrorismo-,
hasta el nutrido apoyo que tienen por parte del gremio estudiantil en todo el país; estos,
manifestándose con marchas y distintas expresiones de apoyo….

El televisor encendido solo puede hacer lo que está a su alcance, reportar lo que el destino y el
satélite quieran que aleatoriamente reporte. La suerte echada esta y es en un canal que se
materializa, casualidad de las más infinitas ordenes celestiales. Última hora en las noticias, tenía
que ser precisamente un canal de televisión colombiano. La voz contundente y casi de marcheta
del periodista, solo es interrumpida por la nada, un silencio culposo que se camufla entre lo que
podría ser el cortante sonido de unos labios rosando carne humana, saboreándola. Esta sinfonía
solo puede verse completada con la incursión viscosa de la más espontaneas de las cómplices, la
saliva. ¡ooouuuugh! ¡Oooooouuugh! ¡oouuugh!.
El joven Martin es un buen muchacho, su madre y algunos vecinos dan fe de ello. Es un muchacho
que no se mete con nadie ni mucho menos toma nada de lo ajeno para él; son algunas de las
referencias que de Martin dan quienes a él lo conocen. Como si se tratase de un plano
enteramente frontal, en el rostro del joven Martin destacan sus ojos, sus pupilas dilatadas a un
tamaño extrañamente más abultado de lo normal, su brillo petulante… estas son algunas señales
de que todo va por buen camino. Martin es un joven de gustos sofisticados y de estilo refinado,
piensa quien ahora lo ve fijamente a esos grandes y casi que explotados ojos, mientras a Martin
solo le queda una cosa que hacer, su trabajo a placeres.

A la edad de Martin suele salir una especie de bigote algo rebelde además de extravagante, a esa
edad suelen salir muchas cosas, aunque algunas por que no podrían entrar también. El televisor
hace rato es harina de otro costal, nadie en esa habitación le presta atención alguna, cada quien
está en lo que esta, uno complaciendo y el otro dejándose complacer, mientras tanto, se escuchan
tímidos gestos de satisfacción, de deseo, de locura.

Las rodillas de Martín se encuentran rojas he irritadas, como no, la fricción es algo que suele dejar
secuelas instantáneas. Una mano algo fría, pero sin cayos, acaricia la mejilla izquierda de Martin, el
suave de la piel de este muchacho, hace trasportar al que lo acaricia a un mundo de eterno elixir,
de eterna felicidad y satisfacción, según él. El ritmo de la acción que dentro de ese cuarto sucede,
de la nada, empieza su carrera más despiadada asía los límites de la realización, del éxtasis, del
frenesí. Martin no le quita los ojos de encima a su testigo, sus pupilas, cual cowboy persiguiendo
bastardos, así mismo, persigue la cara de su único testigo y cómplice en ese espectáculo de un
solo acto. Los luminosos e intensos ojos de Martin solo se ven interrumpidos por el parpadear,
nadie es culpable pero todos quieren ser castigados por este crimen. Como si se tratase de una
coreografía, y con la sorpresa premorisoria que solo la caída de un rayo podría describir, la acción
pasa a la cama en su totalidad, arrebatándole con esto el protagonismo al ya célebre bordillo. La
lengua de Martin hace un recorrido por la fases de su boca como persiguiendo un rastro, mientras,
de un movimiento, se sube a su nueva morada de sábanas blancas y frías. La mano que en algún
momento acaricio su mejilla, ahora se centra en lugares más profundos, más bajos, más picantes.
La espina dorsal simplemente observa cómo todo se va transformando en un gran momento, en
un momento de bajos instintos y hermosa homosexualidad.

La faena ya ha tenido lugar, solo quedan los recuerdos, los fluidos que llamativamente yacen sobre
las sabanas, además claro, los evidentes dolores, o como se le suelen llamar, gajes del oficio. El
televisor es apagado a perpetuidad, una pregunta del divertido Martin, rompe el silencio, un
silencio previamente agobiado por quejidos y malas palabras

- Tengo hambre que vamos a comer?


- Siempre es lo mismo contigo peladito de mierda, que ya no habías comido antes de venir
para acá?
- Me extraña, sabes que no acostumbro a coger lleno, ósea, esa es la idea, que me llenen….
- Muy chistosito el niño, estas en un nivel de puteria que ni para que te digo….
- Gracias…
Aunque el chiste fuese bueno, no lo fue suficiente como para hacer que el hambre brillara por su
ausencia, la situación es complicada pero se puede solucionar en un dos por tres. La noche ya
empieza a ser noche y es más que evidente que el comité intestinal lo sabe de forma empírica,
hace hambre que se podía hacer más que solucionarlo

- Emmmaaaa que vamos a comer, tengo hambre es enserio


- Ya te dije que te calmes, de hecho no te lo había dicho, pero es lo mejor que puedes
hacer…
- Bueno yo no sé, voy a llamar a la tienda para que me traigan algo para masticar
- ¡mastica esta!
- Ja j aja , ese papel no te queda Emanuel, tú sabes que es así…

Martin se levanta de la cama con impulso de rebelde y se dirige al teléfono para hacer el
respectivo pedido a la tienda, el hambre es contundente. mientras llega al teléfono, va pensando
que sería bueno pedir, será una decisión de chocorramo, o más bien de papas rizadas con
gaseosa… en cualquier caso ninguna de las dos opciones son dignas rivales para esta hambre, se
dice así mismo para no hacerse ilusiones con un sancocho de tienda nocturno.

No han pasado más de 3 minutos cuando iracundo, entra Martin al cuarto del que se había ido e
interrumpe la tranquilidad del que con un celular pasa el rato acostado en la cama.

- Imagínate, no hay domicilios, puedes creerlo?

Sin mucho que decir pero con mucho que demostrar, la respuesta a esa pregunta fue clara y
concisa

- Bueno no es que se trate precisamente de dominós pizza cariño…


- Deja el sarcasmo para otro día hazme el favor. Escupió histérico Martin.

La situación comienza a ponerse tensa, como cambian los ambientes de un momento a otro,
piensa el testigo de Martin mientras el hambriento muchacho busca la forma de solucionar su
problema de hambre

- Ya sé lo que vamos hacer


- Con que vas a salir ahora Martin…
- Dame tu celular

Dice Martin con ánimo de agilizar el plan que solo en su mente se materializa

- Sabes que no te voy a dar mi celular


- Nada más te estaba probando, eres todo un ya te dije…
- No soy nada, solo haz lo que tengas que hacer
- Bueno yo pido y tú pagas doc
- Cuando no ha sido así?

Esa última respuesta que más bien parecía un reproche, comprueba quien lleva las riendas en esa
suerte de relación carnal.

- Te parece si pedimos pizza?


- No Martín, pizza no, yo quiero mejor algo suave, no se un helado…
- El doctor Emanuel farud quiere un heladito nada más, quien te viera pichón..
- Solo pídeme un helado que no sea ni muy grande ni muy pequeño.

No pasaron más de 5 minutos cuando Martín exploto con una reacción de alegría de esas como
cuando la dicha es tía. Los menús de las aplicaciones de comida pueden ser muy pero muy
persuasivos, a veces terminas comprando algo de lo cual no tenías ni idea que existía antes de
abrir la app; de cualquier manera, parecía que justo este día, esta precisa noche y en este preciso
instante, pido app, experimentaba la generosidad al manifestarse con una promo del día que
parece encajar de manera magistral con las necesidades de la pareja dispareja que tiene hambre y
ganas de comer helado al mismo tiempo. Exigencias casuales.

- Ya lo encontré, una promo de mc donalnds de 2 big mc extra grandes en combo y por si


fuera poco, como mandado del cielo, el helado es gratis, nos regalan un par de Sundays
- Yo no quiero hamburguesa Martín
- Yo sé, te puedes comer los dos helados y yo las dos hamburguesas… negocios cariño,
negocios…
- No pues sí, suerte que tienes tu pequeña puta… suerte

Las nalgas de Martín fueron azotadas con contundencia mientras este confirma la dirección de la
orden, la emoción producida por la nalgada es tal, que no se percata de los detalles del pedido. Al
parecer, la noche que cada vez es más noche, comienza a tener unos tintes bastante amañadores
y más que satisfactorios. En algún lugar de la boca grande a un bici tendero de pido app le llegara
la notificación de un pedido que sin lugar a dudas calmara las hambres de algunos….

No han pasado más de 15 minutos de espera….

En la habitación, todo es calma, en la cama están cual amantes que se dan a una aventura, el
doctor Emanuel farud y Martin, cada quien a su estilo, a su conveniencia, pero compartiendo más
que una simple cama y unas sábanas de carnaval. Una conversación casual sale a la luz como
queriendo disipar el tiempo, la voz de Martin es inocente y aguda, quizá por motivo de su edad,
por otro lado, la voz del doctor es más gruesa, marcada y mucho más sabia, quizá también sea
debido a su edad

- Hablando de todo un poco, yo te quería comentar algo que me tiene estallando la mente
ema…
- Coméntame a ver que se puede hacer
- Se trata de la rutina de aquello…
- Que, no te gusta cómo te lo hago?
- No, no es de eso de lo que quiero hablar. Responde Martin mientras denota desasosiego.
- Entonces, háblame claro Martin
- Se trata de tener que ir a buscar el sobre, nunca me ha gustado, la verdad ya no quiero
hacerlo más, no me gusta, no me gusta, ya lo dije….
- Aja y por qué no te gusta, y hasta ahora me lo vienes a decir, recuerda que de ahí es que
sale la plata para muchas cosas….
Martin, aunque meditabundo, hace fuerza para sacar todo lo que quiere decir de una vez por
todas, no se trata de una conversación anormal, pero cuanto menos si atípica. Vaya forma de
escoger los momentos tiene Martin.

- Lo que pasa es que el ambiente no me gusta, no me gusta la gente que está ahí, siempre
hay bulla, ya he ido bastantes veces, pero la verdad nunca se hace más fácil, siempre me
están mirando mal y me hacen sentir incomodo, porque no buscamos otra manera de
hacer eso, que se yo, hace mucho te lo quería decir pero aja no sé por qué no te lo decía
Emmanuel…

Es obvio que Martin por la suavidad de sus palabras, desconoce la totalidad de la función que
viene desempeñando hasta el momento, el jura que se trata de algo de poca importancia, es justo
en este instante donde un vestigio de manipulación del doctor sale a relucir

- Como te explico Martin, como ya te lo he venido diciendo, yo no puedo ir a buscar ese


sobre por qué no me da tiempo, si te pido el favor a ti, es porque en más nadie confió para
que me haga este sencillo favor, solo son un par de veces al mes, no veo por qué tanto
alboroto, te están molestando o que, es eso?
- Lo que pasa, es que en ese pueblo, la gente es muy…. No se
- Esto me huele a mal, habla claro de una vez por todas Martin, si tienes algo que decir dilo
de una vez, deja tanto misterio hazme el favor

Martin toma impulso para soltar un petardo de categorías colosales

- Mira voy hacer muy franco contigo, no te lo quería contar porque aja… pero el hecho es
que ya desde hace varios días, un pelado que le dicen “niño náutica”, me ha estado
molestando, en la tienda, donde voy por el sobre, me espera y comienza a joderme la
vida…
- Es eso nada más Martin?
- Espera que no he terminado….

Las espaldas de ambos conversadores se estremecen sobre la cabecera de la cama, no saben cómo
llegaron allí pero ya están ahí, la tensión muy probablemente fue la causante de esa improvisada,
pero cómoda posición

- El hecho, es que la última vez que fui a la punta, el man me espero como de costumbre en
la tienda pero esta vez no era como las otras veces, el hecho fue que aprovecho que entre
en el baño y haya llego, el tipo me acorralo y quiso que le diera plata, además me empezó
a decir un poco de cosas porque soy gay, aja tu sabes cómo es esa gente, creen que
porque uno es zurdo tiene que chuparles la verga… la verdad por haya no quiero regresar
Emmanuel, quien sabe si mañana más tarde ese negro me quiera violar o algo así….
- Lo que me da rabia, es que a esa gente se le está dando su plata para que se queden
quietos, para que no formen problemas ni hagan escándalos. Reprocho con justa razón el
doc Farud.
- Ósea no son todos, es nada más ese negro cabeza de verga el que me la quiere montar
- Pero también está bueno para que te aprendas a defender, pelao marica
- La vas a venir a montar ahora tú también Emanuel….
La historia contada por Martín, aunque algo alarmista, dejo pensativo al doctor farud, quien en lo
único en que piensa ahora, es que no quiere tener que presenciar estos problemas de ribetes
menores, mucho menos cuando esta de descanso, las chiquilladas de un muchachito como Martin
no pueden sofocarle su descanso, es algo inconcebible. El sobre entonces tiene que ser
trasportado de otra manera para que todos estén felices y todo siga saliendo igual de bien a como
viene saliendo, pero también tiene que ser con perfil bajo, no llamar la atención, es lo mejor que
se puede hacer en sitios como esos. Qué situación más estúpida, textualmente ahogados en un
vaso de agua por culpa de un muchachito que no se sabe defender; ese es el pensamiento de
Emanuel mientras ve a Martin juguetear con las manos en el aire mientras se explaya
argumentando su postulado.

La conversación que también tiene como epicentro la cama, se interrumpe de manera sorpresiva
por el sonido del intercomunicador avisando la presencia del tipo del domicilio en portería, la voz
de Martin confirmo que subiera, que lo estaban esperando, aunque pensándolo bien, quizá fue el
hambre quien atendiese la llamada del portero. No pasarían más de un par de minutos, cuando se
escuchó el timbre del apto 903 del edificio océano azul, dentro de este, Emmanuel le da el dinero
a Martin para que este efectué la transacción que le quitara el hambre. Presuroso y con una
sonrisa dibujada en la cara, Martin cruza el pasillo con paso redoblado en busaca de la puerta, ya
se ve saboreando su hamburguesa, pidiendo un poco de helado, siendo feliz, pero al abrir la
puerta, todo se va al carajo

- ¡Martin!
- ¡Damián¡

Justo en ese momento se tropiezan las vidas de dos primos que por circunstancias de la misma,
poco son cercanos, no son enemigos, pero tampoco compartirían unas cervezas por gusto, solo se
ven en las reuniones familiares y se hablaban de lo necesario, de lo que se tiene que hablar en
esos escenarios.

- Que haces aquí y a esta hora Martin


- Eso no te incumbe
- Tienes razón, pero acepta que tienes que darle una buena propina a tu querido primo,
para que se quede con la boca cerrada…

Mientras la sorpresa del encuentro se trasforma en una discusión de cifras, una voz proveniente
del pasillo, cada vez se oye más cercana, es Emmanuel quien al ver que se está demorando más
de lo debido el pago, decide asomarse e intervenir en la situación

- Que pasa Martin, falta plata?


- No, para nada, se trata de…

Sin dejar que Martin terminase la oración, Damián se auto presento

- Mucho gusto señor, soy Damián, solo saludaba a mi primo


- Primo dijiste?
- Quédate con el vuelto, muchas gracias. Espeto Martin con ánimo de cortar en seco la
naciente conversación que se auguraba entre Emanuel y Damián.
- Bueno está bien, en ese orden de ideas no me queda más que irme agradecido por su
generosidad señores. Respondió Damián con notado sarcasmo al entender la indirecta
proporcionada por su disque primo. A él le da igual, de todas maneras consiguió lo que
quería, una jugosa propina. Pero cuando se dispone a ponerse de nuevo su bolso para
partir, Emanuel lanzo una frase que a Damián lo saco inmediatamente de contexto

- Por qué no entras primo, tengo una propuesta muy interesante que hacerte, además, “no
hay un helado que por bien no venga” como dice el dicho. Tranquilo que no es para eso.
- No quiero causar problemas señor. Responde inseguro Damián.

En la cara de Martin ya para nada se dibuja una sonrisa, de hecho, hasta el hambre empezó a
disiparse a causa del coraje producido por que le lleven la contraria.

- De ninguna manera, si eres familia de simpático Martin, de seguro no eres mala persona

Los pasos que separan a Damián del interior del apartamento desaparecieron, ya se encuentra
siguiendo a Emanuel por un pasillo de finas baldosas y blancas paredes, mientras que cerrando
la puerta y con el pedido en la mano, Martin solo se dice a sí mismo – esto es una mala idea-.

ROAD TRIP

Al interior de un bus de características clásicas, se lleva a cabo, en el más alto de los niveles de
efervescencia, una conversación acalorada como el pavimento que conduce a este bus hacia la
punta, su destino. Mucho son los temas que se suelen tocarse en conversaciones de paso, de
camino. Pero sin lugar a dudas, esta, posee un sutil sentido de la realidad, o bueno, de una de las
tantas realidades

- A mí no me parece que ese man gane tanta plata, imagínate se gana como 150 millones de
pesos al día, esas son las injusticias de la vida..
- No lo llamemos injusticia, digamos que es el pago por un talento, que entre otras cosas,
vende mucho- . Respondió el que ocupa el asiento consigo de la venta que le refrescaba la
cara al pasajero inconforme.
- Eso sí, porque si algo da plata ahora mismo es el futbol, esos manes ganan la plata solo por
estar detrás de una pelota, ahh, como te parece…. Pero así es el mundo
- El hecho no es lo que hagan o dejen de hacer en el campo de juego, es lo que representan,
tu no vez que casi todo gira en torno al futbol, ese negocio es más que solo los partidos,
las trasmisiones o las apuestas, va mucho más allá, es un mercado inmenso, por eso a los
futbolistas les pagan tanto
- ¿Tú cree? Respondió el incrédulo mientras con su mano intenta inútilmente abrir un poco
más la ventana.
- No es que lo crea, es que es así, no vez, por ejemplo, que cuando va a jugar la selección
Colombia de futbol, toda la gente, como es costumbre, sale a verse el partido; tu sabes
cuánta plata se mueve entre las cervezas solamente que se venden ese día a razón del
partido. Pregunta retóricamente el pasajero del pasillo.
- Joooda, si cuando juega mi selección, hay que celebrar de alguna manera, de algún lado
sale plata
- Viste, ese es el negocio, la gente ya lo asume como algo normal, como algo propio, como
si se tratase de un comprimo nacional a cumplir. El hecho, es que al final del día, los
dueños de las cervezas y del equipito ese de medio pelo, se dividen el botín, y tú y yo
quedamos como siempre, ni con que comprar un alkaselser para el guayabo….
- Seguro, siempre es la misma vaina, y lo peor es que si van al mundial no hacen un culo…

Esta respuesta espontánea, se presta para experimentar una risotada en pareja, en coro, al uní
sonó. La conversación de tildes reveladores y concretos, contrasta de manera vulgar con el
entorno. El bus ya se abre camino por salida norte de Cartagena, las playas de Marbella ya
quedaron atrás y sus edificios a contra mar también. Los populares morros de letreros
pretenciosos que brillan con el sol, también son cosa del ayer, el bus de colores alegres y motor
cabizbajo, se abre paso por un paraje agresivo, por una surte de selva de manglares que solo por
su fétido olor se pueden identificar. La hermosa Cartagena de turistas y apartamentos lujosos,
parece ser una fachada cuando se tiene la oportunidad de meter las narices por las dimensiones
donde este bus maniobra. El sol es brillante como de costumbre, la tierra parece perderse en una
cumbia sienaguera cuando la brisa la convida a bailar. La bulla de los moto taxistas solo hace que
haga más calor, mas desesperación y ansiedad, los ladridos también. El bus, por fortuna y quizá
por razones horarias, va lleno, pero son pocos los que van de pie agarrados a los grasientos tubos
que fingen brindar seguridad. Un vende bolis se sube para comercializar su producto a merced de
la venia del ayudante de conductor quien hace alarde de un calzado cómodo y una fajilla de
billetes de baja denominación debidamente entrecruzada entre el índice y el anular. El bus cada
vez se siente con mayor poder sobre los demás que comparten las estrechas calles de ese pueblo
de bocas pequeñas, de boquillas. El zigzag al que se ve expuesto el vendedor de bolis, es
necesario para que este pueda efectuar un par de transacciones, bien sean de coco, aguacate o
corozo. Es así como llega al puesto que comparten ese par de personajes de conversaciones
rusticas.

- A mi dame uno de corozo, ¿tú quieres uno?- Preguntas dirigidas al vendedor y al de la


ventana respectivamente en una suerte de doble play.
- No gracias, con la brisa me sobra para refrescarme
- Bueno, como quieras…

Después de pagar los devaluados 600 pesos correspondientes al valor de ese pseudo jugo de
corozo congelado al que le llaman popularmente boli, su autor se marcha satisfecho de la labor
cumplida, dejando a su paso una conversación que ya tiene otro motivo del que hablar

- Mira por ejemplo al vende bolis, un tipo trabajador, dedicado, se ve que todos los días,
mientras allá sol, trabaja hasta vender todos su bolis. Saca la cuenta en cuento tiempo
tiene que vender esos bolis, aguantando este palo de sol y para que, al final de día
quedarse con 30.000 o 40.000 pesos. Todo porque, por que el mercado del bolis no vale ni
mil pesos, viste
- 30.000 es mucho, ese tipo se ganara algunos 20 mil pesos, si mucho, pero lo que tú dices
es verdad, este man camella todo el día a sol caliente y no gana ni pa sacar a la novia a
comer paleta-. Responde el de la ventana.
- Viste, todo depende al mercado al que pertenezcas, futbol, cine, moda, tecnología,
música…. son muchos, toca es escoger uno que sea bueno y que de plata, ya sabes lo que
dicen, “hay que arrimarse al árbol que más sombra brinde”, porque la vaina esta dura
compañero-. Concluye el comedor de bolis, mientras le queda mucho por saborear de su
manjar refrescante de 600 pesos.
- Ahí si toca hacer la que decía mi abuelo, “cuando la cabeza piensa el cuerpo no sufre”, por
eso yo no me mato, vivo mi vida sabrosa y cuando tengo, la paso mejor todavía… no me
afano pri…
- Me parece bien, en estos casos no se puede andar con sentimentalismos, yo también
pienso parecido, la cojo suave y me rebusco mis billeticos morados sin mucho esfuerzo por
ahí…. Tú sabes-. Cambia el foco de su vista y con los maxilares izquierdos destroza el
resto boli.
- Me late que hasta podríamos resultar siendo colegas ¿no?-. Preguntaba el de la ventana
con ánimo de estrechar lasos con su reciente nuevo “valecita”
- Depende, también fumas marihuana….
- Jajajaj, sí, pero no me refería a eso paisano. Retozo el de la ventana dejando ver amplia
mente el interior de su boca.

Con la risotada que produjo la confirmación de que ambos eran catadores de buena vareta, no
queda lugar para la enemistad en esta charla, la confianza que puede haber entre dos amigos
de pipas, ya empieza a florecer.

- ¿Entonces qué?, habla claro, a que te dedicas, o mejor dicho, a qué mercado perteneces,
como tú mismo lo dirías…
- Al de los domicilios, levo y traigo cosas… y ¿tu?
- Qué casualidad, llevas y traes cosas…. -. Respondió meditabundo pero no dejo decaer el
ritmo de la conversación. - Se puede decir que me dedico a algo parecido-
- A ¿sí?, que es, cuéntame…-. respondió interesado el del asiento de pasillo.
- Al negocio de los celulares, ya sabes, compra, venta, repuestos…
- Aja, y ¿eso que tiene que ver con los domicilios pri?
- Que también traigo y llevo cosas, más que todo me las traigo …

Esa respuesta, o mejor dicho, referencia descarada al hurto, le añade, un tono picante a la
conversación, al del pasillo no le sorprende.

- … y déjame decirte que es un muy buen negocio, a veces, se pone complicado, pero a
veces se dan las cosas y queda para las frías….
- Si claro me imagino, pero bueno, se puede decir que perteneces a un buen mercado por lo
menos….
- Sí, no me quejo, pero tú no te quedas atrás, tu negocio deja más. Los domicilios no dan
mucho que yo sepa, pero esos que tú haces, esos sí QUE DAN BASTANTE-. Argumenta con
tono revelador.
- A que te refieres con los que yo hago-. Contesto con evidente nerviosismo, mientras
algunos pasos se hacían presencia presurosos por el pasillo.
- Solo te diré dos cosas, la primera, es que yo sé a qué vienes a la punta, y la segunda, es
que me alegro que no seas otro marica….
La cara del que ya se comió el boli, de pronto, sintió el voltaje de una verdad que se le escupió en
las narices. No había terminado de bajarse del bus cuando ya había faltado a lo primero que le
recomendaron al mandarlo allí, “mantenga el perfil bajo” .

- No sé de qué me hablas pri, vengo acá por las playas que siempre están solas y son
precisas para fumar un rato relajado, nada más…
- Aja si, y yo nací ayer. Más bien, antes de que me dañes la buena imagen que tengo de ti,
bajémonos y vamos a pegarlo en un lugar bien efectivo que conozco antes que vayas a
buscar tu sobre en la tienda…

Para cuando el tipo de la venta quiso decir eso, el del pasillo se dio cuenta que de nada serbia
fingir que no era cierto lo que el otro decía, ya estaba pillado y no le quedaba hacer más que
seguir la corriente, ir a fumar y compartir con ese peculiar personaje que le abría las puertas
de ese desolado y polvoriento pueblo en el que el bus ya hacia presencia. Es curioso como una
persona en un una ventana y con una conversación en la mano, logra convertirse de un
momento a otro, en el embajador de un pueblo, de un estilo de vida, además de un excelente
ingeniero social. Lo mínimo que puede hacer el reciente forastero, es, como sus propias
palabras lo habían rezado minutos atrás, “arrimarse al árbol que más sombra le brindara”.

- ¡Por cierto mi nombre es Damián!

Comento el del pasillo, mientras el de la ventana:

- El mío es ….. me dicen niño náutica, sígueme por acá, el parche no está lejos…

AL ESTILO DE PEDRO

HISTORIA DEL DUQUE DE SANTA ANA:

En un lugar muy muy lejano, vivía muy plácidamente disfrutando de su posición, un sujeto de cuyo
nombre no quisiera acordarme pero que todos conocían como el duque de santa Ana. De él, se
decían muchas cosas, su fama recorría todos los remotos lugares de ese lejano ducado. Sus
proezas eran relatadas a los niños para hacerlos viajar en una desborda fantasía valerosa; era más
que reconocida la fama de este hombre, algunos lo respetaban, otros le temían y algunos le
envidiaban. El hecho es que el duque vivía a su manera y los demás solo contemplaban dicha
manera.

Casado desde hacía ya mucho tiempo con una de las más hermosas hijas de un rey normando, se
había acostumbrado a disfrutar las indiscutibles y abundantes bondades de la corona. Tanto es así,
que su apatito tanto sexual como por alimentos, le añadían más fama a su ya bastante
distinguida posición social. Famosas eran las fiestas que llevaba a cabo con notoria regularidad en
su espléndido palacio. Las mujeres más hermosas de Santa Ana se vanagloriaban de ser invitadas
a una de esas bacanales, un festín con la excentricidades más exóticas y deslumbrantes que uno
pudiese imaginar aguardaban en esos jolgorios. A todo esto, la esposa, para entonces resignada y
sumisa, no hacía más que rendirse ante los pies de su esposo al que amaba con loca y
desenfrenada pasión. O más bien con loca y enfermiza obsesión.

El tiempo paso, los días y los años se fueron acumulando, al punto que esos mismos años de
excesos y egocentrismo, le empezarían a pesar al para entonces ya veterano duque. Los años no
vienen solos ni mucho menos llegan en vano, las condiciones por las que en algún momento al
duque le dieron fama, en el presente hacían las veces de verdugo y lo limitaban solo a la constante
paranoia de pena y desesperación que causaba la idea de que el mundo se enterara que ya no
era lo que algún día fu. Ya no podía gozar de la compañía de las hermosas doncellas ni mucho
menos servirle como se estaba acostumbrado a servir, a complacer. El ahora más viejo duque se
encontraba en una realidad muy complicada, el tiempo.

Desesperado y con sed de revancha, el duque optaría por una solución bastante particular. Con
ayuda de un sacerdote, logro convocar al mismísimo Mefistófeles, si, ese mismo que colaborara
algún día con fausto, ahora le serviría como salvador al duque. El duque le comento su situación
con angustiosa desesperación, entre otras cosas, esta historia no se separaba en medidas
considerables con la ya conocida historia del fausto, es precisamente la experticia de Mefistófeles
para este tipo de casos, lo que empujo al duque a realizar esa mágica y la vez oscura entrevista. El
duque fue muy breve y conciso, quería recuperar la vitalidad una vez vista en sus años más
relucientes en los cuales, muchas mujeres alrededor del ducado de santa Ana conocieron lo que
eran los bajos instintos. Solo quería tener la misma fuerza viril de aquel joven catador del dulce
sabor que solo una falda puede esconder y del cual se declara adicto, en pocas palabras quiere
tener la misma fuerza de un tigre quien asecha a su presa, de un lobo feroz en busca de caperuza.
Mefistófeles, con sus esquemas de turbiedad, le dijo que eso no era problema para él, era cuestión
simplemente de llegar a un trato, pues esa petición solo podía llevarse a cabo si el duque cumplía
con una sola condición, esta, se centraba en entregarle al hombre más lujurioso de todo el reino,
para de esta forma, pasar la virilidad de este sátiro al desgastado cuerpo del duque, para eso, el
duque contaba con 3 días y 3 noches. Le pareció justo el trato y se echó a la tarea sin medir
tiempo de conseguir a ese hombre de calenturas infinitas que le sirviera de comodín ante su
majestad, Mefisto.

Comenzaría entonces la ansiada búsqueda por parte del duque, recorrió todos los confines del
ducado, todos los lugares donde solo la lujuria y el deseo podrían ser amos; durante el recorrido
muchos fueron los hombres aptos que se tropezó por el camino, pero ninguno le parecía digno al
duque para la trasmutación, era claro que quería conseguir al más de los mases para poderlo
despojar de su poder y así adueñarse de este por siempre. La ambición desmesurada del duque
nublo su conciencia, entorpeció su camino, pudrió su alma; a tal punto, que el tiempo pactado se
agotaría, el duque no podría creer semejante situación aunque la estuviera presenciando. cuando
Mefistófeles hiciera su triunfante aparición, una sonrisa de picardía seria lo único que se recordaría
de esa reunión, además también de la reflexión final del experimentado y sagaz demonio: -“acaso
no te das cuenta de la realidad, no hay en todas estas tierras un hombre con mayor lujuria que tú
mismo, capaz de apoderarse de una vida ajena solo para satisfacer su insaciable deseo por la
carne, su sed de placer y hambre de éxtasis, haz de ser tú el que me acompañe hoy en mi camino
de regreso a los confines del infierno, pero, la verdad sea dicha, como del todo no me caes mal,
ambigua será tu condena”-…. Sentenciaría el esbirro de satán.
Se dice desde entonces, que aquel demonio llevaría a ese hombre lujurioso en un viaje infernal por
toda la eternidad, pero que a su vez, le permitiría cada doceavo solsticio desde esa fecha pactada,
visitar el mundo de los vivos para gozar a plenitud de sus deseos más fantásticos, pudiendo así
darle rienda suelta a toda su imaginería sexual por 3 días y 3 noches. Para esto, una poción de
deseo y sangre al duque el diablo entrego, además, de toda la fortuna del duque Mefistófeles se
adueñó, escribiendo así la historia del duque que por libidinoso un día todo lo perdió….

En la habitación donde me encuentro, que entre otras muchas cosas es la mía, solo se escuchan
las teclas del pc ACER que son fuertemente sacudidas por dedos en busca de respuestas. En este
momento solo pienso en que canción escoger del repertorio que solo el desconcierto
instantáneamente reproduce en mi cabeza. La elegida entre tantas parece representar la
confusión del momento, la desesperación de lo incierto y la despedida del día que a esta hora le
empieza a ceder su trono a la imperturbable noche. Por cierto la canción no podría ser otra que
“Everything You Do is a Balloon de boards of canada”.

Para tratar de entender lo que acabo de leer, tengo que empezar por recordar los acontecimientos
que se produjeron producto de aquella visita por helados a mcdonals y de la cual mis días como
repartidor de placeres ya no volverían a ser los mismos. A pesar que entre mi primo Martin y yo no
hay demasiada cercanía, no se puede negar que compartimos algunas situaciones, más que todo,
conversaciones en reuniones familiares y cosas por el estilo, nada fuera de lo normal para la
hipócrita relación de muchas de las familias en la actualidad. El hecho es que a mi tío, el padre de
Martin, como todo sus herman@s y gran parte de esta familia (de la cual hago parte por miopía
del destino), tan típica del caribe colombiano, no estarían para nada de acuerdo con el hecho de
que entre sus descendientes se gestase la semilla del homosexualismo, claro, para mí no está ni
mal ni bien, a Martin nunca lo he dejado de ver como mi primo y la verdad, cosas como esas no
son las que me hagan una imagen de una persona, en estos casos me tiene sin cuidado como una
persona conciba el placer sexual. Sin embargo, esta fue la sutil presión que ejercí para ver la cara
de asustado de Martin y por qué no, lucrarme un poco, después de todo es un muchacho muy
emocional, su cara de susto al medio asomarle que la familia se enteraría de un asunto de
semejante envergadura, palabra propicia para la ocasión, valía cada segundo de la improvisada
escena, en verdad se asustó el pobre pelao.

Por la iracunda discusión de medio minuto en el pasillo, me invitaron a entrar al apartamento con
el pedido en la mano y la música de mi celular en pausa. A Martin por supuesto no le gustó la idea,
sin embargo el doctor, que cabe destacar fue bastante amable, me hizo sentir como en mi casa
por encima del abismo de disparidades. La reunión que tampoco se extendió mucho, se resumió
en una suerte de propuesta de trabajo, era una especie de domicilio pero con condiciones
específicas, un domicilio con esteroides. Después de cuadrar los detalles del laburo en su
consultorio del barrio manga al día siguiente y con la valentía que me daba una playera nueva que
me compre gracias a Martin, me vieron en camino de la punta, un pueblo pesquero que queda a
las salidas o a las entradas de Cartagena, depende en qué sentido vengas o cual sea tu
presupuesto de viaje. En el caluroso trayecto, como si fuera poco, solo tenía en mente una sola
cosa, el sobre por el cual estaba sentado en ese bus. En el bus me tropecé con un peculiar
personaje al que le llaman el niño náutica, típico apodo del caribe colombiano. Juntos fuimos a
fumar un poco de marihuana (creepy) después de charlar sobre mercados, pero entre
comentarios que más bien eran preguntas disfrazadas, este tipo descubrió el por qué estaba en
ese pueblo. Después de resaltar mi hombría me ofreció confianza, por muy extraño que eso
suene.

Este mes a estado lleno de cosas extrañas, cuanto menos poco peculiares, es como si la vida de un
tipejo de la noche a la mañana se viere envuelta en una amalgama de sucesos interminables que
esconden algo en el fondo, como si fuera caso de Conan Doyle. El sobre me esperaba como sin
nada, en la parte izquierda de una latosa vitrina en la tienda del nombre acordado, haciendo que
los 60 mil que me habían pagado por el primero de varios viajes acordados, empezaran a tener
sentido lógico de esfuerzo y recompensa. El trip hasta ahora comenzaba hacer efecto.

Los días nunca paran, ni mucho menos lo hacen los meses ni las horas, es así como se acumularon
los viajes a la punta a por ese dichoso sobre. Debo confesar que no he parado de repartir deliverys
para la app desde entonces, pero con los dividendos del domicilio a la punta, la verdad mis
finanzas han experimentado una notable relajación a tal punto que hasta el señor Toribio, mi
perro, lo ha notado, es un viaje por semana después de todo. Los viajes a la punta cada vez se
hacen más prácticos, solo varia la hora o el día, a veces me encuentro con el niño y fumamos un
poco bastante, camino por la playa ya que esta sola, recorro un poco el pueblo, como algo de
mariscos y llego por el sobre; antes de que se lo pregunten, la verdad es que no sé qué contendrá
ese sobre, es liviano y parece contener unas hojas tamaño oficio, no sé qué sean, solo intuyo que
son periódicas, quizá algún registro de algo. El hecho es que todo venia saliendo bien hasta hoy,
bueno, no quiero ser alarmista pero que carajos quiere decir todo esto. Llego como de costumbre
a la tienda, hace más calor que nunca, hasta la tierra parece no querer estar en el fogoso suelo y
se tira al aire en busca de frescura, por mi parte destapo una cola Román de 900 pesos. La señora
de la tienda me da como es debido el sobre, pero antes de irme y decirle gracias, me sujeta de una
mano y me entrega con mirada picara un segundo sobre, otro sobre. No se despide sin antes
aclararme que, el segundo sobre tiene mi nombre, y es en efecto para mí, yo soy su destinatario.
No me cobro la gaseosa.

Mi cuarto me recibe después del deber cumplido y de pasar por manga a dejar el sobre grande con
el doc. Me siento sobre la cama y mi conciencia de inmediato me exige que abra el dichoso sobre
con mi nombre del cual no comente en maga, sabía que todo esto por algo tendría que reventar
por algún lado, pero aja ya que. Lo abro, este sobre no es como el otro, es tamaño carta, en su
interior encuentro una hoja de cartulina opalina, si mal no estoy. La historia del duque de santa
Ana que ahí está escrita me deja sin palabras, que mierda es esto, me pregunto mientras me dejo
caer sobre la cama que esta tibia, pero créanme, no del modo agradable, sino del sofocante. La del
duque, es una suerte de historia parecida a muchas otras historias de pactos fallidos, mejor dicho
un cliché barato de intenciones varias, no me sorprende, pero intuyo que algo más oculta esta
historia, el simbolismo que maneja es evidente, pero no literal. No contento con la historia corta
del duque, cuando analizo con más detalle la cartulina, único contenido del sobre, me llama la
atención algo más, esta tiene algo en la cara opuesta a la del duque y su historia, en efecto
enseguida la volteo e identifico una ilustración laboriosamente llevada, específicamente con la
técnica de xilografía, muy utilizada por las impresas en la edad media, o mejor dicho, cuando no
había internet.
Lo curioso es la naturaleza de lo que ahí esta retratado; se trata de una figura que claramente esta
crucificada, pero no en una manera natural, o por lo menos no como la del nazareno a la cual ya
estamos acostumbrados, esta no, esta yace con la cabeza para abajo, ósea invertida como pedro,
pero además de ello, uno de los pies, el izquierdo para ser más exacto, esta sobre puesto por
sobre la rodilla del derecho, ósea, como cuando hay que hacer el famoso examen entre ebrios, del
cuatro a un policía de madrugada hambriento de mordida. Que quiere decir ese cuatro invertido
del dibujo, esto ya me empieza a parecer poco divertido.

Todo esto no es para nada normal, pienso mientras pongo a funcionar la pipa y perfumo el cuarto,
Toribio es testigo pero no se hace responsable. Una historia que habla del diablo y una imagen que
claramente tiene intenciones turbias, esto ya me empieza a oler a mal. Por si fuera poco, en el pie
de la ilustración, al lado del grabado de unos números romanos, se encuentra una inscripción que
textualmente dice, “señor Damián, lo esperamos mañana a las tres de la tarde en la parte de atrás
de la camaronera en la punta, por supuesto, por favor no falte”.

Que es todo este misterio, lo que más rabia me da es porque no me lo dijeron hoy que estuve
haya, que necesidad de tanto misterio, creo que alguien ha visto demasiadas películas de polasnski
o no le han presentado las bondades del whatsapp.

Lo que comenzó con un pícaro trabajillo de rebusque extra, ya está tomado riendas oscuras, hasta
luciferinas si se le puede llamar así, solo escúchame, sueno como uno de esos pastores que
reniegan del diablo, lo tratan como el enemigo pero también reconocen que si dejara de existir se
les acabaría el negocio… luciferinas, que bajo haz caído Damián, que bajo. A parte el internet se
está poniendo lento vaya usted a saber por qué. Pero aja todos conocemos a claro.

No sé qué hacer, todo esto es ridículo, satanás, primos homosexuales, cartas, pueblos
marihuanos….. Mejor me echare a dormir un rato, todo este ajetreo me pone la cabeza grande,
creo que saldré un rato más tarde a ver qué tal está el mercado, con eso aprovecho para despejar
la mente entre pedalazos, no me pagan mucho, pero por lo menos no se andan con maricadas de
misterio a la orden como scoby doo.

Fin parte I
Inicio parte II

SIGNIFICANCIA DE LO INSIGNIFICANTE

Detalles mínimos aunque ausentes, o tras veces presentes, muchas otras distantes, hacen que
una historia deje ser una historia para convertirse en un recuerdo, en una fotografía posando
sobre una mesa de noche. Durante los años ochenta, muchas fueron las historias narradas,
relatadas y televisadas; personajes como un presidente actor, una dama de hierro, o un zar
llamado pablo Emilio escobar Gaviria, eran solo algunos de los responsables de las epopeyas que
quedarían para la posteridad producto, de como ya lo mencione, una década agresiva, insaciable,
de chequera en mano y peinados ambiciosos.

Por aquellos días, un nuevo estilo de vida llamaba mucho la atención y no tenía que ver con
kilogramos. Como el mismo presidente de la nación dueña de Hollywood decía,” los negocios son
parte fundamental del esquema norteamericano de economía”, los así llamados yupis, daban fe
de ello. Estos, entre otras cosas se destacaban por ser muchachones de vanagloria
desparramada, poseedores de costosos trajes, voluptuosos teléfonos, hermosas mujeres y
maletines llamativos. Estos nuevos sub productos de la economía especulativa eran tema central
en muchas de las conversaciones habituales. Toda esta espontanea pomposidad bursátil, obedecía
precisamente a eso, especulación materializada en una economía boyante que hacia
reminiscencia a los años 50, época dolara para el tío Sam. Si bien es cierto que si lo logras en
nueva york lo puedes hacer donde quieras, Wall Street, es sin lugar a dudas, el lugar donde
quisieras que tus sueños se hiciesen realidad.

La paranoia apocalíptica de principios de los treinta, época de intensa flaqueza económica,


parecía desaparecer por completo poco más de 50 años después de los fatídicos días del crack. El
dinero, más que nunca parecía estar a la disposición de las manos de quien quisiera venir a por él,
la efervescencia financiera produciría tipos de trajes caros, automóviles deportivos y largas pero
divertidas noches. Norte américa había cambiado y los yupis eran los abanderados del cambio.

Uno de estos peculiares personajes, que como todos los demás, tenía complejo de sibarita y por
eso se dedicaba a lo que se dedicaba, sabía dónde estaba el dinero, y estaba dispuesto a
apoderarse de él. Su nombre, Cliff Burton, un tipo simple del Bronx, que sabía lo que era ser pobre
y por ello, más nunca quería volver a experimentarlo en carne propia. Aunque tenía estudios de
maquinista en algo, nunca iría por el diploma, según los más allegados a él, Cliff un día solo se dio
cuenta que estaba perdiendo el tiempo y decidió cambiar, hacer algo al respecto. Fue así como
con ayuda de uno de sus pocos amigos, casualmente un italiano, de los que tanto abundaban por
esa época en el Bronx, junto el dinero suficiente para meterse de lleno en un negocio al cual ya
tenía tiempo de estar siguiendo de cerca y se sentía con lo necesario para, en el peor de los casos,
comenzar.
En el vecindario a todos les llamaba mucho la atención la cara de seriedad con la que Cliff decía
que de ahora en adelante se dedicaría a especular en la bolsa de valores de nueva York, su
seriedad, solo denotaba una cosa, determinación o por el contrario, sórdida locura.

Fue así como con el paso del tiempo Cliff iría superando cada etapa con más frialdad y entereza
que la anterior, además de recoger su plusvalía respectiva. Primero comenzó por mudarse de la
casa de sus padres, después de todo, como muchos dicen, “si vives en nueva York y quieres ser
alguien, tienes que vivir en manhattan”. Cualquier día, se presentaría en su antiguo vecindario con
un porche del año, color amarillo y con la frase “bad ass” por matricula. Cliff era un tipo excéntrico
pero al parecer, de excelentes resultados. En consecuencia a esas actuaciones, fue visto con su
porte, muy propio de él, en revistas y diarios, ya era un hecho, el alguna vez angustiado
aspirante a maquinista del Bronx con 25 dólares en el bolsillo, ahora era todo un yupi consagrado
que vivía en un rascacielos, olía como europeo, vestía como tal y tranquilamente se podía gastar
80.000 dólares en una noche de juerga, se podía decir que su carrera en los mercados financieros
era más que meteórica, aunque claramente había tenido sus altibajos en el camino, (el verano del
87 casi le provoca el suicidio), sin embargo, nunca perdió de vista el objetivo y en su presente, solo
estaba el interrogante de cuál sería la siguiente meta, el siguiente reto, la siguiente inversión.

Cliff era un todo un símbolo de su generación, en su calle de nacimiento muchas madres lo ponían
como ejemplo a sus pequeños hijos, de alguna manera era lo que todos querían ser, una bella
materialización del sueño americano, una verdadera historia de emprendimiento.

El voto de confianza que le demostrara aquel viejo amigo suyo de costumbres napolitanas y
apellido confuso, a Cliff nunca se le olvidaría, y es que no podía ser para menos, gracias a ese
favor, “el día de su suerte había llegado”, como solían decir algunos latinos residentes del
cosmopolita Bronx. Cliff le había devuelto con creces ese favor a su colega, pero como suele pasar
en este tipo de historias de amistad, su relación se había distanciado en proporciones casi que de
magnitudes raciales; la vida de Cliff demandaba mucho de su tiempo y las visitas por el Bronx eran
casi inexistentes con el pasar de los días.

Lo que jamás se le ocurriría al afamado analista es que algún día el tiempo y los negocios se
encargarían de juntarlo de nuevo con su viejo amigo, el gran Carletto Perotti. Por aquel entonces,
el calendario ya se comenzaba a despedir de los noventa y su sucio grunge…

COMENZARON LOS 2000´s

Por esos días, los abrigos de piel de chinchilla y los restaurantes de comida italiana subnormales y
lúgubres, no eran precisamente los elementos que componían la escena mafiosa en nueva York.
Tras las devastadoras guerras entre las principales familias, la caída a principios de los 90 de Jon
gotti, la mafia italiana nunca volvería hacer lo que era, los días del padrino habían quedado
resumidos en simple nostalgia.

El negocio había cambiado y carletto estaba al tanto de las principales novedades, era muy
consciente de que no eran “los come pastas” los que dominaban el negocio como se tenía
acostumbrado, ahora la escena estaba desproporcionalmente repartida, ya no eran los sindicatos
los que movían las sumas más grandes, no lo eran ni el juego ni las prostitutas, el negocio lo
habían cambiado desde hacía rato las sustancias provenientes del sur de américa. Estando así las
cosas, solo restaba asimilar la situación y tomar cartas en el asunto, carletto sabía lo que tenía que
hacer y como tenía que hacerlo, la salida de la cárcel por esos días, solo sería su luz verde.

El día de la suerte para carletto, al igual que en su momento para Cliff, había llegado, y de qué
manera. Se trataba nada más y nada menos de una reunión de la cual había estado esperando con
ansiada emoción que se llevase a cabo desde los días del encierro. Por fin se habían dado las cosas
y ahora sentado sobre un muy fino sofá perteneciente a la lujosa casa de un narcotraficante de
orígenes latinos, más específicamente colombiano, cafetero. Se dispondría a discutir su posible
ingreso al, en este caso, cartel de la mafia colombiana. Es curioso como en otras partes se le
llaman por nombres que no se parecen en nada, a cosas que significan exactamente lo mismo,
familia, cartel.

La experiencia adquirida y procedencia de Carletto Perotti, habían traspasado todo la costa este
para así, llegar hasta los oídos de mafiosos en la ciudad de Miami florida que para ese entonces,
era como se reflejaba en “cara cortada”, sangrienta y llena de perico. Para nadie era un secreto
que el solo hecho de que carletto fuese un sobreviviente a la guerra entre familias, siendo un claro
y reconocible integrante de la ya extinta familia Gambino, era sinónimo de, en el peor de los casos,
respeto. Esto, sumado a su estadía en prisión, eran las recomendaciones con más peso que se
podían llegar a tener en su currículo social, el hampa.

Aunque los tiempos habían cambiado, el método de operación seguía siendo el mismo, las mafias
solo cambian los productos a comerciar, pero utilizan el mismo modus operandi. En época de la
prohibición fue el alcohol con capone, durante el hipismo y época disco fue la heroína con Frank
Luca, desde los ochenta, la cocaína había dado importantes nombres como Escobar, Amado
Carrillo o Gotti, los casinos con Luciano en la época de Josep Kennedy, como no; pero para
principios de los dos mil, nombres peculiares como rasguño, chupeta o don Berna, eran los que
más llamaban la atención, los que más movían kilos, los chivos que más meaban.

El negocio estaba en auge, los millones estaban como pan recién salido del horno, a Carletto solo
le restaba arrimarse al árbol que más le diera sombra, en este caso, el propietario del cómodo
sofá.

En ese orden de ideas, Carletto terminaría aceptando formar parte del sequito de mafiosos que se
apoderaban del país y de buena parte de Europa una tonelada a la vez. La tarea de Perroti en un
principio fue bastante sistemática, estaba encargado de toda la parte operativa, pues este conocía
las mejores rutas para llevar el producto desde Miami hasta new york, Charlotte, jersey, filadelfia,
Boston, Pittsburgh y el resto de florida, había mucho trabajo que hacer y la verdad, es que a
Carletto, viejo rutero, no se le complicaba, todo lo que sabía lo aprendió gracias a los vestigios de
una mafia italiana que como el imperio romano, caería ante el auge de otros que al igual que ellos
algún día, poseían esa sed de poder en los ojos.

Tanto fue la buena labor desempeñada por carletto, que cada vez se hacía a un puesto más
importante dentro de la organización. Así pues, no era extraño verlo recorriendo la ciudad a bordo
de autos que al igual que él, compartían la nacionalidad italiana. El lujo, las mujeres y el dinero,
eran ahora sus mejores amigos en dimensiones más generosas que en los días de nueva york con
la familia, Miami y los cocalombianos eran ligas mayores, nada podía detenerlo, no había dones a
quienes agacharles la testa, Carletto quería poder con libertad y justo ahí los podía conseguir.
Un día cualquiera a Carletto, como de costumbre cuando se trataba de cosas serias, se le llamo a la
mansión del patrón, patrón que cada vez parecía estar mejor, ser más patrón. Sentado en pieles,
escucha el discurso de su capo, este, se encuentra afanado, meditabundo acerca de un asunto
que ya no sabe cómo resolver, -parece ironía, al principio el problema era la falta de dinero, ahora
el problema es que hay mucho-, comenta el patrón a manera de chiste mientras Carletto asiente
con la cabeza y esboza una forzada sonrisa en su rostro que denota que algo está por suceder. Con
afán de ser mejor capo y no dejarse quitar lo suyo, pues no quiere cometer los mismos errores de
sus colegas y coterráneos, este mafioso tomador de café, conocedor del buen ganado e hincha del
deportivo Cali, le propone como una suerte de proyecto financiero, un encargo que a Carletto en
definitiva le hará recordar los viejos días en el Bronx, el patrón se infla al poner al tanto de los
detalles al italiano, que aunque no lo quiera aceptar, sabe que lo honra con su presencia dentro de
su cartel.

La situación era la siguiente, el jefe de carletto tenía en efectivo más de 150 millones de dólares,
para empezar, alojados en un muelle privado en Tampa florida, pero sabía que no podían estar
ahí por mucho tiempo. Tampoco se los podía gastar, porque sencillamente era una suma
demasiado grande que, en su momento, sus negocios legales que servían como fachada, no
podían sustentar, estaban saturados de “utilidades” en sus presuntos balances contables, una
suma de esas magnitudes era muy complicada de manejar y llamaba demasiado la atención de los
federales y la D.E.A, y ni que pensar del fisco.

-Pero la situación es más complicada de lo que parece-, hace hincapié el patrón para que carletto
comprendiera la magnitud de la situación, su jefe quiere una solución definitiva, nada de salidas
parciales.

Las peticiones del jefe son claras, quiere dos cosas, si algo tiene la mafia cualquiera que esta sea,
es que les gusta el chocolate caliente y las cuentas claras. El primer objetivo era legalizar una parte
de ese capital, con el único fin de poder tener más control de una liquidez legal, aumentar su
capitalización en las cuentas corrientes para así poder hacer crecer una fortuna limpia y sin
problemas de cara a las inversiones futuras. Por otro lado la segunda cosa que quería hacer era
sacar otra parte de ese capital y empezar a ponerlo en cuentas en el extranjero, mejor dicho,
quería entrarle al tema de los paraísos fiscales, Carletto comprendió de manera directa lo que el
patrón quería.

- resulto ser más astuto de lo que creí-, pensaba el italiano mientras que deducía que su, hasta
ahora patrón, solo quería asegurarse de tener un capital legal para empezar a invertir fuertemente
en política pública o algo por el estilo, además, proteger su fortuna en el extranjero libre de
impuestos por si cualquier eventualidad. En conclusión, solo necesitaba legalizar el capital, sacar
otro poco y librarlo de impuestos para así refugiarse en un país que no tenga tratado de
extradición con los estados unidos y de allí recibir las rentas de sus inversiones. Los objetivos
estaban claros ahora solo faltaba ver como se iban a materializar. La mente de Carletto parecía un
reloj suizo original no replica AAA.

Después de escuchar más detalladamente todo lo que tenía para escuchar, Carletto pregunto el
cómo de toda esa verborrea financiera, porque se trataba de un mafioso que quería dejar las
drogas un momento para empezar a traficar con efectivo, lo cual es mucho más divertido, a la vez
que sumamente peligroso, ¿cómo lo lograría?. Es ahí donde entraría carletto a salvar el día, le
explico el patrón refiriéndose a Carletto en tercera persona, por razones netamente prácticas.
-Para lograr semejante a saña de magos del dinero, se tendría que recurrir a la gente que vive y
muere por el dinero, a la gente que vendería hasta su madre si el mercado así lo demandara, a la
gente que vive en la ciudad que materializa el sueño americano, new york-, cuando carletto
escucho el nombre de su ciudad cayo en cuenta del por qué estaba ahí sentado, después de todo,
él es de la gran manzana, pero jamás imagino asía donde se estaba dirigiendo con exactitud el
barco que su patrón capitaneaba en ese preciso momento por más obvia que pareciera la ruta.

De repente, en medio de la conversación que cada vez se tornaba más reveladora, brotaron dos
palabras que harían que la memoria de carletto empezara hacer un recalco, una reminiscencia.
Apenas se escuchó las palabras Wall Street de los labios del patrón, carletto ya tenía en su mente
la respuesta del cómo, ahora le venía un nuevo interrogante a la testa, ¿Cómo se enteró el patrón
de eso?, -es la mafia, no me sorprende-, se respondió así mismo como cuando uno resuelve un
obvio acertijo.

Por la notoria popularidad que tenía Cliff en el mundo de las inversiones y su historia de vida con
porción extra de superación personal , que para nadie era un secreto, al contrario, con los años se
convertiría en una historia de motivación entre la gente emprendedora; no fue tarea difícil
establecer el vínculo entre Cliff y Carletto, poniendo así sobre la mesa el hecho de que el destino,
vestido de mafioso colombiano de inquietudes financieras, se encargaría de juntar la vida de estos
inolvidables camaradas con un único motivo, el dinero, ese mismo que una vez los había
separado.

Teniendo las cosas claras, solo bastaron unas cuantas llamadas para que se estableciera de nuevo
el contacto entre los dos amigos de historias compartidas en el Bronx. Acordaron una cita para
discutir los detalles de ese proyecto financiero. Carletto muy envalentonado decidió dirigirse a las
oficinas del fondo de inversión de Cliff que se encontraban en Bridgeport, Connecticut, por algo
así referente a impuestos. Además que lo mejor era que no se registrara ningún tipo de contacto
reciente de Cliff con el estado de florida, después de todo, Carletto se movilizaba con documentos
falsos desde el 88.

Tras un entrañable abrazo y un respectivo apretón de manos entre los viejos colegas, se destapo
Carletto a contar todo lo que tenía que contar con referencia al negocio que lo había llevado hasta
ese lugar, ya no eran unos jóvenes de vidas ligeras, ahora eran un par de adultos manejando
grandes cantidades de dinero y bebiendo un bourbon muy añejo.

Es evidente que el interés de Cliff no se hizo esperar, sabia como solucionar todas las peticiones
que por medio de Carletto su patrón le hacía. El negocio y sobretodo las comisiones, parecían
bastante alegres, pero eso no era lo que en verdad preocupaba a Cliff en esos momentos, el hecho
de no saber para quien trabajaba lo desconcertaba, Carletto, solo se basaba en la confianza
depositada en él, por parte de su viejo amigo, para hacerle ver que está en presencia de una
buena oportunidad, no importa por parte de quien. Carletto estaba seguro que ambos se podían
beneficiar de muchas maneras con ese negocio, bueno, -Cliff se beneficiaría aún más de lo que
esta-, pensaba Perotti mientras contemplaba la lujosa sala de juntas donde se encontraba, como
siempre tan contemplativo.
Estrechan sus manos una vez más y ya todo es un hecho, Carletto se encargaría de poner el dinero
en un apartamento que pertenecía indirectamente a Cliff y que quedaba a pocas cuadras de las
oficinas, del resto del trabajo se encargaría el genio de Wall Street, Cliff.

Para todo el proyecto financiero se estipulo como plazo 9 meses, en estos casos siempre es mejor
lento pero seguro. En los primeros 3 meses Carletto movería 150 millones de dólares en efectivo
desde Tampa florida hasta la ciudad de Bridgeport sin levantar ni la más mínima de las sospechas,
a razón de 50 millones por mes, transportados en los suministros mensuales de una cadena de
ferreterías con presencia en 6 ciudades de la costa este, dos de ellas, Tampa y Norwalk, la cual
quedaba convenientemente cerca al destino final Bridgeport.

Los 6 meses restantes se irían en especular para lavar una parte del dinero, otra parte iría al
exterior, para eso, se utilizaría el aval de una fundación para la primera infancia ubicada en Haití
pero con residencia en Australia, que se prestaría como mediadora para fingir el recaudo de
supuestas donaciones a nombre de múltiples entidades fachada que harán el mismo proceso pero
a la inversa, ósea, fingir las donaciones, una vez el dinero este en el caribe, solo es cuestión de
transportarlo a las islas turcas y caicos, paraíso de los paraíso fiscales por esos días. Por último,
pero no menos importante, legalizar el otro restante creando compañías en papel y efectuando
transacciones ficticias a orden de compra de materias primas o suministros a otras empresas
existentes con residencia en Europa del este muy posiblemente Chechenia seria el país escogido.
Esto, a manera de señuelo para cubrirse en caso de improvisaciones. Se podía decir que el guion
de la película, “la fuga de los papeles colombianos” primera parte, ya estaba escrito.

Todo esto al patrón de Carletto le parecía que era justo lo que el buscaba, le preocupaba un poco
el tiempo, pero al final del día, solo era de una porción de sus ganancias totales de la que se estaba
hablando además de saber y dejar bastante en claro que de él, nadie se burlaría. Es de la mafia de
la que estamos hablando después de todo.

Burton & Davis era el nombre del afamado fondo de inversión de propiedad de Cliff, era uno de
los fondos con mayor relevancia de los últimos tiempos en el ámbito bursátil, muchas miradas se
centraban en su portafolio, Cliff, sabía que era un referente en la escena. Para continuar con la
buena racha, a Burton se le ocurrió, por fin dar el tan esperado paso hacia el vacío, y como no, si
por fin había reencontrado al padrino perfecto para la ocasión, su viejo amigo de infancia,
Carletto, que desde su reaparición se había prestado como conexión entre Cliff y grandes sumas
de dinero que solo auguran un panorama prometedor.

La prometida de Cliff, era simplemente una mujer bastante llamativa, hermosa, única, exótica,
esplendorosa, “a wonderful woman”…. Salida de un apartamento húmedo y con calefacción de
abandono en el mítico Queens, Marie, como se llamaba esa magnífica representación de la
belleza ítalo americana, era, por esos días, una muchacha que no superaba los 20 años, aunque
por la experticia que relataban sus grises ojos, era más que claro que no se trataba de una lolita,
había deseo en ese mirar.

De cabello negro como el mas de los oscuros parajes, su monumental cuerpo hacia alarde de lo
que algún día los griegos definirían como estética, simetría, como belleza. De caderas generosas y
largas, pero magistralmente piernas, su piel, paliduchamente pecosa la hacía especial, así tenía
que lucir la diosa afrodita, eso fue lo primero que pensara Carletto cuando contemplo la infinita
belleza que brotaba de la presencia de esa mujer llamada míticamente Marie como muchas otras
marías y a la cual su buen amigo Cliff pensaba desposar.

El día del matrimonio se acercaba presuroso y los novios estaban más que enterados. Una tarde
cualquiera, se escuchó sonar un teléfono en la sala del apartamento de Carletto en Miami, era Cliff
con más que buenas noticias. Los 50 millones productos del primer viaje, ya estaban operando,
todo salía según el guion planeado y eso era motivo de tranquilidad. Pero no era ese el único
motivo de la llamada, además, se trataba de oficializar una invitación que, según la voz animosa de
Cliff, esperaba no tuviera respuesta negativa. se trataba nada más y nada menos, que de la
invitación oficial a su matrimonio que se realizaría en cuestión de días en Nassau, Bahamas, era de
más decir que todos los gastos corrían por su cuenta y que serían los invitados de honor; cuando
Carletto escucho, serian, se olio de lejos, las intenciones de Cliff, le advirtió de manera casi
mecánica que no creía que fuera una buena idea invitar a a su jefe a una fiesta, tras la insistencia
de Cliff y el recordatorio de padrinaje, no le quedo más que diligenciar la petición.

Carletto igual sabía que las posibilidades de que su patrón aceptara eran remotas, ese señor se
cuidaba mucho y era supremamente cauteloso, al colgar la llamada Cliff, insistió que para él sería
un verdadero honor contar con la presencia del patrón, como lo decía en su pésimo dominio del
idioma español. Fue justo en ese momento donde Carletto se percató de todo, era más que claro,
todo ese cuento del matrimonio y la buen hora, eran puras patrañas, todo era un astuto pretexto
para conocer al patrón y estrechar lasos de amistad con él, Cliff estaba más que interesado en el
botín y le costaba mucho disimularlo, no había cambiado con el paso del tiempo, cuando quería
algo sencillamente hacia lo que fuera necesario para conseguirlo, así fuera inventarse un
matrimonio de la nada, concluyo Carletto mientras se dirigía a la mansión del patrón a llevar el
recado.

El matrimonio en las Bahamas fue todo un éxito, depende de donde sea visto. La ceremonia, los
invitados, los cantantes famosos y las celebridades invitadas hicieron de la boda algo digno de una
expresión predilecta del jet set. Sin embargo, aunque para los ojos de los demás era invisible, para
Cliff, era más visible que el fuerte sol caribeño de las Bahamas; durante toda la fiesta el patrón no
hizo más que ignorarlo con mucha sutileza, digna de un latino con educación privilegiada. Quizá
fue el hecho que el español de Cliff era malo, que al patrón le haya quedado gustando Marie o
incluso que el ambiente no fuera propicio para que se estrechara la amistad, pero el hecho es que
bajo la óptica de la relación entre Cliff y el patrón, todo había sido un completo fiasco.

Entre conversaciones por encima del hombro y con la respiración en la oreja, Carletto escucho el
susurro del patrón al confirmarle que de su parte, Cliff no era un tipo de su agrado, era evidente
que no le simpatizaba, además hizo un comentario de la novia que en su momento, Carletto no
entendió. Estando así las cosas, por que el patrón acepto ir a la boda de un tipo que le caía mal,
esa, sin duda, era una buena pregunta por hacer.

Después del fin de semana en las Bahamas y de ver cantar a un latino de moda llamado don Omar,
la boda había sido parte del pasado, a Cliff solo le quedaban dos cosas, una más que envidiable
esposa y una bolsa con más de 190 mil dólares en efectivo como regalos de bodas.

Pero a él, que solo le interesaba el hecho de ganarse la confianza del patrón, terminaría,
mostrándole flaqueza, vaya que error. No obstante, el dinero seguía llegando a su apartamento
en Bridgeport sin problemas, Cliff cumplía con su trabajo y como era bueno en él ya comenzaba a
mostrarle beneficios jugosos al patrón, lo que nada más aumentaba su frustración ya que ni así era
digno de su confianza, esto comenzaba a tomar dimensiones personales.

El patrón, de Marie no se olvidaría al llegar a su mansión en Miami, con esa sí que le interesaba
establecer una relación, así que ya carletto tenía un nuevo trabajito. El conflicto moral de hacerle
el cuarto a la esposa de su amigo con su patrón, por poco le hace meya a la contaminada
conciencia de rutero de la cocaína Carletto, pero el ruido producido por la comisión que le
ofreciera el patrón, cayo toda voz inherente a la moral, además, cual moral, se trataba de un
mundo de traficantes, gestores de fondos de inversión y mafiosos, es más fácil que un camello
entre por el ojo de una aguja que encontrar una pizca de moral entre esas profesiones.

La relación entre el patrón y la nueva esposa creció al mismo nivel que las utilidades provenientes
del eficiente, pero al parecer ignorado trabajo de Cliff. Ya el tercer viaje estaba por llegar pero las
cuentas eran más alegres que eso. En el exterior, se contaba con más de 96 millones de dólares
americanos distribuidos en dos cuentas corriente en las islas turcas y caicos, la cartera en Burton
& Davis indirectamente perteneciente a los intereses del patrón, registraba un incremento del 69
% en su último corte, lo que suponía algo así como 51 millones de dólares totalmente legales
(libres de impuestos) dentro de la unión americana, y lo más loco del caso es que todavía faltaba
un viaje.

Las supremamente productivas inversiones de Cliff se sabían materializar casi que de manera
automática, se reproducían como ratas.

-Si no lo puedo sorprender con nada, por lo menos lo hare con resultados-, era el pensamiento de
Cliff por esos días con respecto al patrón, o como él lo veía, una cuenta sin límites de capital. A
todas estas, Carletto, que hacia los preparativos para el último de los viajes, sospechaba que algo
no andaba del todo bien, a excepción de los viajes, nada se estaba haciendo según el guion
planeado, el conocía a Cliff, y sabía que este, con tal de ganarse la atención del patrón era capaz
de hacer todo el trabajo de un año en un mes, solo para merecer respeto por tan titánica epopeya.
Carletto también sabía que del afán solo quedaba el cansancio. No le gustaba el cansancio.

Para cuando Carletto quiso avisar de la partida del último del último viaje con efectivo, el patrón
ya registraba afuera de la unión americana más de 120 millones de dólares, distribuidos en varias
cuentas con distintas cantidades en cada una, además de 78 millones totalmente líquidos en la
cartera del fondo Burton & Davis, se podría decir que en verdad Cliff era bueno haciendo su
trabajo, o que era bueno maquillando los reportes de resultados. En esta situación nada es de
sorprender.

Durante el largo camino y mientras mantenía una nostálgica conversación con el chofer del
camión de la ferretería que casualmente era del Salvador como el ultimo compañero de celda de
Carletto, a este, de repente se le ocurrió que toda esa buena ola de resultados de Cliff podrían no
ser del todo reales, después de todo sus resultados más parecían a los del rey midas que a los de
un mortal, por muy bueno que fuera especulando, además, los años con los Gambino le habían
enseñado que, en estos casos, “de eso tan bueno no dan tanto”. A Carletto, algo le olía mal y sabía
que su pellejo estaba en problemas de ser verídica su intuición, sin embargo, espanto la paranoia
sorpresiva con los cuentos de Vicente, el alegre y moreno chofer. Por fortuna el español de
Carletto era muy fluido, tan fluido como la distancia del viaje.

A la altura quizá de Jacksonville o quizá de Charleston, una llamada sorprendió a Carletto. Su


celular, un Nokia 3200 rojo con blanco, le comunico al oído la gruesa y contundente voz del
patrón, quien solo llamaba para decirle que en el último viaje iba a estar presente en la entrega,
estaría en Bridgeport para cuando llegasen con el dinero. La viva experiencia le había enseñado a
Carletto que cuando de repente y sorpresivamente se cambian los planes, es señal de que algo
anda mal y muy probablemente muera alguien.

La primera persona en la que pensó el ahora tácito italiano, fue en Vicente, al fin y al cabo no hay
que dejar rastros. Pero el chofer no es mucha la información que sabe, según él, después de llegar
a Norwalk, siempre vamos a dejar unas vigas de hormigón en Bridgeport y por eso se le paga
bien,- así que por que matarlo-, pensaría para entre sus adentros Perotti. Con cada metro
recorrido en la carretera por el volvo, a Carletto le provocaban nuevas preguntas, e
inocentemente intentaba llegar a las conjeturas que le permitieran estar un paso por delante en la
situación que inevitablemente se avecinaba.

Pero no podría estar más alejado de la realidad.

Una vez en Bridgeport y con Vicente a salvo fuera de la escena, Carletto confirmaría que
efectivamente ninguna de sus teorías estaba ligada con la realidad que se relataba en ese vacío,
frio y blancuzco apartamento de concepciones dickensianas del cual Cliff era propietario además
de ser su Gólgota. Amordazado, encadenado a una silla, con los dedos de los pies separados
cruelmente de su naturaleza, una batería de carro, conectada a los testículos, sudoroso, con
vomito sobre su pecho que confundiese con sangre proveniente de nariz y boca, un ojo en el piso
justo al lado de una cucharilla de helado del mismo color que el rojo de las gotas de sangre que la
rodeaban, sin una oreja, con algunos dientes que yacían aleatoriamente dispersos encima de sus
piernas, sobre una mesa de centro un frasco de soda caustica con dos cigarrillos y como si fuera
poco, un taladro a medio entrar sobre el parietal izquierdo, se encontraba lo que quedaba de Cliff.

A disposición del patrón y un tipo llamado Acacio, que Carletto conocía de antemano y sabía que
provenía de un ejército paramilitar que quitaba cabezas y extremidades con motosierras
pequeñas a guerrilleros comunistas en la selva colombiana. Se podía decir que Cliff ya era historia
del otro mundo.

-pensé que te sorprenderías- fueron las primeras palabras que el patrón le dijo a Carletto cuando
este entro en el macabro cuadro, a lo cual, con la frialdad que lo caracterizaba para estos
momentos, este respondió – de haberme matado lo hubieras hecho en florida, tu patio, y si ese
pobre diablo esta así es porque algo hizo, lo cual no me sorprende, más bien dime que hizo -. El
razonamiento lógico de Carletto le saco una tenue sonrisa al patrón que solo reconoció el bagaje
de los italianos en asuntos de mafia. -Tienes toda la razón Carletto, de haberte querido matar ya
lo hubiera hecho, pero créeme, hoy no será, eres de gran utilidad y hasta donde sé, no te has
torcido- , le dijo el patrón a Carletto mientras este tomaba a su viejo amigo por el cabello y le
alzaba la cabeza para mirarlo de frente por última vez, un chorrito de sangre proveniente de la
trepanación salpico a Acacio. Carletto le ofreció disculpas, Acacio no respondió. Ya Cliff había
pasado a mejor vida definitivamente.

-Recuerdas cuando te dije que no quería repetir las guevonadas de mis paisanos-, pregunto el
patrón a Carletto, que sin más, con el rostro confirmo la pregunta. – el hecho es que ese hijo e´
puta de Cliff, hace ya un buen rato, había conseguido una fuerte suma de dinero proveniente de,
según él, el mejor negocio que había hecho en su vida. Cliff ya estaba acostumbrado hacer
trabajos sucios o de limpieza, más precisamente para carteles colombianos; para no alargarte la
historia, ese hijueputa había tumbado a unos paisanos con más de 300 millones de dólares, no
contento con timarlos y para eliminar los testigos de sus jugadas, los entrego a la DEA, los maricas
por confiados ahora están presos y este malparido saliendo en revistas disque por buen analista
financiero. Carletto, como dicen los tuyos, “detrás de una gran fortuna siempre se esconde un
puto crimen”, sí o no-.

El patrón seguía hablando revelando detalles de la vida oculta de Cliff, al parecer, gran parte de la
vida de sueño americano de Cliff, era mentira, una farsa. Se había aprovechado de su posición y
había tomado ventaja de ella, los fondos con que se habían construido Burton & Davis, se los
había robado de la manera más ruin que puede haber entre los ruines.

Dicen que un ladrón que le roba a otro, obtiene el perdón, pero Cliff obtuvo una matada muy
malparida. No era justicia, era ajuste de cuentas entre iguales, por eso a Cliff le preocupaba no
saber para quien trabajaba, después de todo tenía rabo de paja..

- la gonorrea no era nadie antes de robarse esa plata, tenía una oficinita modesta, pero no conocía
lo que eran más de 10 millones. El man creyó que nunca le llegaría la hora de pagarla-. Continuaba
con su monologo el patrón. Aunque estaba en una escena más de su trabajo, a Carletto le
impresionaba un poco conocer la verdadera cara de su amigo, a quien lo mataría la plata, esa, que
un día lo sacara del Bronx, pero al final del día, le cobrara caro por sus ambiciones.

No puedes meterte con la mafia y pretender contar la historia por muy inteligente que te
consideres. Por otro lado, el plan de patrón salió a pedir de boca; había conseguido sus objetivos
económicos, le había enseñado a los gringos a no meterse con colombianos, al menos eso decía la
nota que dejo para el recuerdo junto al cadáver y 12 mil dólares para gastos por ensuciar las
paredes; se había quedado con la mujer, a quien evidentemente le gustaba más la plata que la
comida; y le mostro a Carletto que clase de capo es, de la misma calaña que don pablo pero con la
sevicia de Sadam.

La vida del patrón, desde ahora pasaría hacer mucho más llevadera, sin Cliff a bordo, compro (a
precio de huevo) su parte en Burton & Davis a nombre de terceros con plata totalmente legal,
como él quería, ahora si tenía una máquina para hacer dinero legalmente ilegal, ese era el
lavadero perfecto.

Se podría decir que su vida era tan hermosa como la rozagante Marie, ahora su amante.

Justamente, esta es la que se llevaría la mejor parte, porque después de la captura del patrón,
quien, por exceso de confianza cayera de la manera menos probable que el mundo pudiese
imaginar al ser detenido en Daytona beach conduciendo ebrio en la madrugada con las luces de su
maserati ghibil 78´apagadas y la matricula vencida. En este orden de acontecimientos, Marie sería
la única con completo acceso a las cuentas en el extranjero de las cuales solo tenían conocimiento
Cliff, el patrón y Carletto; este último, con la captura del capo apenas si pudo escapar a unas
vacaciones forzadas por los vericuetos más profundos de la toscana, no le temía a la prisión, pero
no quería pasar sus últimos días encerrado, es entendible.

Se dice que después de la caída de ese combo, Miami no sería lo mismo, bueno, eso dicen
siempre que cae un pez con obesidad. Con el paso de los años, no muchos, no pocos, a Carletto lo
verían de nuevo por las inmediaciones del Bronx atendiendo un bar de apuesta ilegales, aun
después de viejo las actividades clandestinas no lo dejarían descansar nunca, aunque ahora las
atienda desde una mesa en un rincón con poca luz la respiración cada vez más pausada y el
bourbon cada vez más aguado.

De Marie y su fortuna, de la cual solo ella es conocedora, nadie supo cuál sería su paradero, hasta
el momento de la captura del patrón, Marie, aunque se sabía, era amante del patrón, figuraba
como una más de las que configuraban el variado sequito de placeres del capo de la droga, por
ende, era invisible ante los ojos de cualquier investigador. A Marie, donde quiera que se
encuentre, la favoreció de sobremanera el hecho de nunca ser, aparentemente, la protagonista de
esta, tan insignificante historia.

LA ENTREVISTA

No dormí un culo. Estoy ansioso, no encuentro ánimos ni siquiera para masturbarme, ese puto
sobre me tiene pensativo, disque “la historia del duque de santa Ana”, la verdad, es más show
que otra cosa. Con la cabeza sobre la almohada, reviso el celular para distraerme un rato, todavía
es temprano. Lo primero que observo son notificaciones innecesarias que no hacen sino ocupar
pantalla. Cuando se abre instagram, una publicación me llama la atención, proveniente de una
cuenta de esas de insurgencia a las que me gusta seguir, pues todo en la vida no son los big
booties. Ese tal “frente de resistencia alternativa” o como se llame, parece que tienen intenciones
de revivir el espíritu del m-19; a esa conclusión llego después de detallar la inigualable y pintoresca
imagen.

El clima, como siempre, pegachento. La mente solo me produce recuerdos de la situación de la


cita de mañana y me siento raro, no sé si serán nervios o que, tengo que relajarme de todos
modos. Hablando de relajación, sobre la mesita de noche, que más de noche tiene una plancha de
ropa, porque se trata de la caja del ventilador, están los tres amigos inseparables, los tres
mosqueteros; el grinder, el fuego y la pipa, solo falta algo de música. Para olvidar un tanto lo
sucedido, dejo reproducir aleatoriamente la playlist de mi pc sin miedo a que una canción me
recuerde a ella. Ya no hay nada que hacer, no descanse nada, ya es hora de ir a laburar.

Mientras me visto, saco plones, fumo y fumo. De fondo suena algo de “métricas frías”, no tengo
calma aun pero la pipa me distrae. El pantalón, que cada vez me queda más grande, por razones
que solo los que pedaleamos sabemos, ya me está pidiendo cambio, sin embargo no lo puedo
escuchar, mucho menos hoy, creo que el sobre y la cita son de mayor importancia en este
momento. Le ofrezco disculpas al pantalón, al final del día él no tiene la culpa, pienso, que pensara
el de mí, como cree que lo veo, que imagen tiene el de mí. Todas estas preguntas me causan
mayor angustia, no puedo creer, que ahora que lo veo en retrospectiva, soy un muy mal amigo con
el pobre pantalón, que será de mí, el infierno es el mejor castigo para un ser tan despreciable
como yo, capaz darle prioridad al martes por encima del lunes, me das pena Damián. Es oficial,
estoy trabado.

Con la buena vibra que solo los buenos humos pueden generar, sigo con el proceso de
preparativos previos. Saco el agua de la nevera, meto la camisa con el logo de la App en la maleta,
pues en algunos lugares, algunos celadores fascistas no te dejan entrar si no le haces publicidad a
la marca con la camisa puesta. Me pongo las medias, reviso que el candado este en su lugar, que la
billetera no este, ni muy vacía ni muy llena, de modernas porque no mentiré. Me miro al espejo
para confirmar que existo y solo se confirma que la pipa me está cacheteando cada vez más duro.

Ya listo y con la mente un poco más despejada de las historias luciferinas, solo la avenida pedro de
Heredia en su infinita extensión me espera, no la culpo, ella tampoco lo podría hacer conmigo, nos
entendemos bien, nos culpamos igual. Mi cleta, que no es más que un homenaje a “PATROCINIO
JIMENEZ”, primer colombiano en ganarse un premio de montaña en el tour de france, me lleva
cual surfer por las olas de la movilidad de combustión interna, solo me dejo llevar, la música
suena bastante bien y ahora hace calor. A la altura de lo que algunos llamarían los cuatro puntos,
pero que otros prefieren llamar los cuatro vientos, vuelven a mí las preguntas y las hipótesis
acerca de mañana, no tengo muy claras algunas cosas, solo se me ocurre preguntarle a el doc o a
Martin, después de todo, por ellos estoy de cabeza en todos estos embrollos.

Me orillo en busca de spot para escribirles. Primero, a Martin, porque aja, es familia; después al
doc, con quien profundizo un poco más en las preguntas. El uno me dice que me relaje, que esa
gente no es mala, que de seguro es que me quieren premiar por algo. Porque, me pregunto. El
otro, solo se limita a decirme que no se me ocurra faltar a la cita, pues él había hablado muy bien
de mí y mínimo por eso me estaban citando. Me pregunto que tan bien puede hablar el doctor
Farud de un tipo al que apenas conoce. Todo esto no hace más que aumentar el puto suspenso
digno del gordillo Hitchcok.

Más tarde en la noche…

No puedo creer que ya vayan hacer las 10 de la noche y no haya hecho ni para la vagué. Vaya que
nochecita esta, parece que se alineara con el hecho que tengo la cabeza como el club de la pelea y
cuando no hay pedidos, créeme, este trabajo te da mucho tiempo para pensar. Camino desde
arriba hasta abajo con mi flaca agarrado de la mano derecha y el fono en la mano izquierda, estoy
atravesando la magnitud de la avenida Santander a la altura del centro comercial nao, una madre
veneca de productos hechos para causar lastima me mira, que clase de madre tiene a un bebe de
meses a expensas de la noche, solo las brillantes venecas. La noche esta parca y hasta los que
ofrecen tures disfrazados de piratas lo saben, están con las caras largas, ni hablar de las putas
ambulantes que siempre rondan estas calles, parecen adornos de navidad en marzo.

En un poste del semáforo de la esquina, porque si, cruzo por la cebra, se encuentra una pegatina
con el logo de la resistencia alternativa, ya no solamente los uribistas hablan de guerrilla, la gente
se siente de nuevo en el 2002 por esa tal resistencia, nos paniquean para después manipularnos
con pseudo seguridad, ¡viva Colombia hijueputa!.
Hablando de guerrilla y grupos de izquierda, se me vienen a la mente tantas cosas, una de ellas, el
concepto de ateísmo que esas organizaciones subversivas de corte marxista pretenden ejercer, es
curioso, porque en eso podríamos estar completamente de acuerdo, dios ha muerto. Lo cual, por
otro lado, para nada quiere decir que sea simpatizante de sus prácticas, pero al punto que quiero
llegar es que una cosa es que no compagines con la existencia de un ser todo poderoso creador
del cielo y la tierra, que se pone bravo cuando dices “malparido, hijueputa, gonorrea” y que no ha
acabado con el mal a pesar que el mismo lo creo y por ende te hace culpable de los defectos de su
fábrica… y otra muy distinta es satirizar su simbolismo atreves de distintos viajes, como por
ejemplo la xilografía del tipo con la cabeza para abajo en el bendito sobre, bueno por lo menos me
ha dado algo en que pensar en esta noche tan jopo. Aun nada de pedidos.

Ese cristo boca abajo, entre otras cosas, bastante bien llevado, mínimo quiere decirme algo, pero
créeme, no lo va a conseguir, esas cosas nunca han sido de mi agrado, recuerdo de niño ser muy
torpe para los ejercicios de encontrar las diferencias entre dos imágenes, ahora como será esto.
Un cristo boca abajo, con una pierna sobre la otra rodilla, un numero 4 al revés, tal vez simboliza
el hecho de que mañana, que se yo, me van a regalar un iPhone.

ERAN LAS 2:40 PM…

llegar a la camaronera no fue fácil, por suerte, el buen niño náutica, con quien previamente
fumamos un tanto, me ayudo a llegar hasta aquí, ahora solo resta esperar si esta gente es puntual
o que. No ha pasado más de media hora cuando, de la nada, aunque bastante evidente, se ve
acercarse cada vez más, a una pequeña embarcación que cuando por fin llega, me doy cuenta que
no se trata de una pequeña embarcación.

- Damián?
- Si soy yo. Le respondo al conductor o chofer, la verdad no sé cómo se le dice a los que
manejan botes…
- Súbase y entre por aquí…

Cuando subo al bote, que entre otras cosas, desprende un olor a lujo y excesos, el tipo me guía por
una puerta que me lleva a una especie de cuarto en donde hay una cama, una pequeña neverita
como la de los moteles que meten presión, y algunas otras cosas más. Pienso que aquí se va a
llevar acabo la reunión, cuando de repente, el chofer, me dice que me tranquilice, que pronto
estaremos en el destino, se retira y antes de cerrar la puerta, me dice que puedo disponer de la
neverita, cierra la puerta y justo en ese momento, me percato que el cuarto está totalmente
aislado y no se puede ver para afuera puesto que las ventanas están entintadas de negro mate,
misterio a la orden en acción. Me relajo explorando la neverita, que si se lo preguntan, si, tiene
alcohol.

Ha pasado ya un ratico largo y me relaje con 3 cervezas coronas y algo de brawnie que estaba en la
puerta de la neverita. Se abre la puerta y entra el chofer con una frase en la boca

- Llegamos, ahora si tiene celular o algo, démelo y yo se devuelvo cuando salga

Le entrego el celular sin decir nada, aja no quiero pelear, después de todo no sé dónde estoy.
El tipo se va como vino, en el bote, no sin antes decirme que esperara ahí que ya venían por mí, en
definitiva, a esta gente le gusta mucho el suspense, pienso mientras contemplo el panorama. No
acabo mi reflexión cuando se acerca una simpática mujer vestida de blanco con una bata que deja
ver las puntas señaladoras de sus pezones, intento mirarla a los ojos mientras habla. Solo dice,
sígueme.

Me conduce por un sendero bastante peculiar, ya nos alejábamos del muelle que corresponde
muy posiblemente a la única entrada a esta especie de casa campestre en el borde del mar, solo lo
intuyo, por que la mujer que más que mujer parece adolecente, casi niña, no ha dicho palabra
alguna desde el sígueme. Después de atravesar unos entramados de una cerca de limón, típica, se
abre ante mi algo sencillamente monumental y sacado desde la mismísima mente retorcida de un
maldito hijo de perra director de cine o algo por el estilo, no tengo palabras para describir
semejante cuadro, tanta es mi impresión que por unos segundos pierdo la noción del tiempo y el
espacio además de la silueta de la joven que vengo siguiendo, pues ahora son muchas más las que
están vestidas como ella y que parecen estar flotando entre los verdes prados de ese lugar. Que
mierda es esto y por qué putas estoy aquí.

Una escena sacada tranquilamente de cualquier relato de aphrodicia como los que sucedían en el
antiguo imperio romano y que eran auspiciado por las mentes más lujuriosas pertenecientes a
dinastías como la del cayo Calígula; este lugar me mira y yo lo rimo a él. Atónito, siento que me
jala del brazo la misma joven del sígueme, ahora me conduce por una casa que replica de alguna
manera extraña la arquitectura greco romana de antaño, con lo minimalista del hoy, ósea, una
estructura que nunca en tu vida podrías olvidar, como la abran construido.

De espacios muy abiertos y amplios a la vez, sobre un inmenso sillón se encuentra en una posición
entre acostada y sentada una de las mujeres más hermosas que he visto en mi vida, no mentiré, es
enserio. Tal es su belleza, que no negare que me siento intimidado, nervioso, sudoroso. La joven
se retira sin decir adiós y me quedo solo en ese lugar tan espacioso pero donde solo se encuentra
esa exageradamente hermosa mujer y el simple Damián. Me ofrece asiento con un gesto y por
supuesto que me siento, esta vestida de una manera muy parecida a la de las jóvenes que vi antes,
pero es claro que estos pezones relatan mucha más experticia que los de la que me dio la
bienvenida a este paradigmático lugar. Ella, se pone de pie y no me ofrece, me prepara un trago.
Frente a mí, ahí un cuadro que me escupe la cara, por que casualmente su historia siempre me ha
llamado la atención

- ¿Esas son las tentaciones de san jerónimo de Rossendi verdad?. Pregunto mientras recibo
el trago de escoces de unos desafiantes ojos grises que me ven con frialdad.
- Si, fue bastante complicado encontrarlo, pero en un anticuario en Extremadura lo
conseguí

Esa respuesta me revela un marcado acento que para nada describe nuestra naturaleza de
chibchombianos.

- ¿Sabes la historia detrás de ese cuadro?. Me pregunta como con ganas de saber de qué
estoy hecho, le respondo certeza, gracias a que un video de you tube alguna vez me
rebelase dicha historia
- Claro, ese no es la única representación de esa escena relatada en la biblia, donde san
jerónimo, al ser asechado por las tentaciones propias del cuerpo, imploro a dios que no lo
dejara caer en los designios de sus instintos más bajos… lo curioso de este cuadro es que
rossendi, fue el único en pintar la hipotética escena donde san jerónimo se dejaba llevar
por sus impulsos sexuales y terminaba copulando con una muchachona de uñas coloradas,
lo cual sin duda alguna, es algo bastante curioso.

Sentí que se me inflaba el pecho al terminar mi relato

- Vaya, veo que sabes de lo que hablas, no me sorprende pero me agrada. Fue la reacción
de la anfitriona.
- pero bueno, note invite para hablar de arte, más bien, quiero saber de ti, tengo una
propuesta que hacerte pero antes quisiera conocer un poco más de ti, estas recomendado
por Emanuel, pero yo me quiero hacer a una imagen de ti, y hablando la gente se entiende
- Si, supongo. Respondo con ansia de que empiece el interrogatorio

Nos ponemos cómodos, tan cómodos como podemos en ese comodísimo lugar de praderas
verdes, arte en las paredes, reminiscencias a la antigua roma y hermosas doncellas con pezones
punzantes. El trago me sienta bien para soltar la lengua y no cagarla por los nervios, ya no tengo
vestigios de traba desde hace rato.

- coméntame Damián, además de los domicilios que es lo que te motiva en verdad en la vida.

Fue el primer disparo al cual, me refiero con contundencia

- vera, desde hace mucho tiempo, tengo una idea en la que he venido trabajando pero aja usted
sabe, una cosa y otra…

- Coméntame más. Respondió interesada

- se trata de un video juego, no programo ni mucho menos, pero me gusta la historia detrás de los
video juegos, por eso escribo historias así, pero nada del otro mundo, digamos que es un proyecto,
cuanto menos, para mediano plazo.

- que te impide llevarlo a cabo. Refuto la cada vez más seria y bonita anfitriona

- básicamente el dinero, pero eso no es impedimento, más bien, digamos que no he encontrado el
valor agregado por el cual mi producto será distinto a los demás, estoy en esa búsqueda

- ahora si me gusta lo que escucho, el valor agregado lo es todo Damián, ese es tu sello, lo que
hará que la gente te recuerde por los tiempos, me gusta tu estilo chico, me gusta….

No sé si tanta química entre los dos, es de verdad o se tratara de una sucia estratagema, porque
siempre, de eso tan bueno no dan tanto. El bigote lo tengo húmedo por el escoces, pero regalado
hasta un tiro.

- Damián, en esta vida, o mejor dicho, en el mundo de los negocios, siempre es necesario
tres cosas; el dinero, una buena historia que contar y saber cómo contarla, tienes esas tres
cosas despejadas.
A esa pregunta no le tengo respuestas tan claras, pero sin embargo me lanzo al vacío, el escoces
da valor y tú sabes que es así

- Pues así como despejadas, no tanto, pero supongo que en esas estoy…
- Mira Damián, si estás aquí es por algo, como veras, no hay mucha gente de afuera aquí, si
sigues las instrucciones y nos entendemos bien, estoy segura de que videojuegos no será
lo único que hagas o escribas, puedes conquistar el mundo, créeme, solo depende de ti
además, yo sé cómo hacerte el camino mas fácil….

Cuando me dijo eso, en vez de alegrarme, solo se me vino una frase a la mente, que al ser
colombiano y al haberme criado en esta cultura del conflicto, no podía ser otra que “a quien hay
que matar”. Acéptalo, tú también pensaste lo mismo.

- Por cierto, no me he presentado, donde están mis modales, mucho gusto Damián, mi
nombre es Marie….

¿Qué HAY PA´ HACER?

(Que no de mucha cárcel)

- Espera a ver si entendí, entonces ¿ese lugar es como una especie de hostal para gente con
gustos específicos?
- No Damián, como te explico, en ese lugar, simplemente se ofrece un servicio de
complacencia de placeres a gente con gustos poco ortodoxos llamémosle así, un público
especifico, por eso es reservada su admisión, somos un especie de cabaret de última
generación…
- Ya comienzo a entender, como un putiadero para turistas con mucho dinero que pagan
por rarezas, en cuanto al sexo se refiere…
- Damián, si lo dices así, obviamente va a sonar feo. Pero supongo que no esta tan alejado
de la realidad después de todo, excepto por lo de putiadero, velo más bien como un
cabarett de última generación como te dije…
- El hecho es que es un cabarett temático para gente excéntrica. Coméntame más al
respecto, por lo visto esa tal Génesis se demora bastante…. Marla, escúchame cuando te
digo que Tengo el suficiente tiempo para que me cuentes toda la historia, así podremos
estrechar relaciones, después de todo, se puede decir que somos compañeros de trabajo…
- Jajajaja, no me hagas reír Damián, compañeros de trabajo… pero bueno, si Marie confía en
ti, porque yo no he de hacerlo… te contare la historia del “palacio del duque de santa
Ana”, nombre de ese…
- Espera, así se llamaba el man de la historia que traía la invitación que me mandaron, el
tipo le vendió su alma al diablo y tales…
- Me ahorrare la introducción entonces, eso sí Damián, pide algo porque tengo hambre y
hace mucho calor…
Sabes por qué Disney es tan famoso… porque cuentan una historia Damián, no por nada el
maravilloso mundo de Disney nos trae buenos recuerdos a todos, de hecho, ellos también tienen
un palacio, el de santa Ana, es el equivalente al maravilloso mundo de Disney pero para adultos
con mucha imaginación. Esa es la historia que intentamos contar…

Todo comenzó cuando por motivos de la vida conocí a Marie, no voy a entrar en detalles pero fue
una experiencia muy hermosa. Para cuando quise reaccionar de ese primer encuentro, ya me
encontraba trabajando con ella, bueno, si al placer se le pude llamar trabajo. El punto es, que
conocí el palacio cuando ya era todo un palacio, pero donde aún, lo mejor estaba por venir.

Por esos días, solo se ofrecía un servicio bastante particular aunque típico y llenos de los clichés
que envuelven a casi todos los lugares así en Latinoamérica. Al principio, el palacio era más una
suerte de club social donde asistían personalidades y gente del jet set tanto de Cartagena como
de afuera. Aunque sin que me lo preguntes Damián, la verdad, poco cartageneros se ven por ahí,
por no decir que brillan por su ausencia, pero claro, eso no sorprende a nadie. El palacio, era algo
así como el famosísimo cabaret Tropicana de la cuba pre castrista, pero con un aire mucho más
elitista y nada caribeño, lo cual ya dejaba mucho que pensar. Creo que en eso se ha destacado el
palacio, Marie siempre ha sido consiente que lo último que quería era hacer algo que siguiera con
el mismo sonsonete del caribe, estaba cansada de Miami y desde un principio se esmeró por
construir algo verdaderamente diferente, único, una propuesta innovadoramente fresca.

Como te vengo diciendo, la vida del palacio por esos días, estaba rodeada de gente con mucho
dinero, más que todo grandes personalidades del mundo de los negocios, política, deportes etc,
Marie es buena para definir su target, créeme, posee un olfato para seleccionar su público que de
verdad, te asombra. Los espectáculos que se presentaban por esos días eran de otro nivel, nada de
lo que pudieses imaginar, una mezcla de puesta en escena e improvisación que al final le daban
un performance único al lugar tan adictivo como el infierno.

- Por qué siempre estoy escuchando referencias al infierno con ustedes. –

A ese punto voy Damián, a Marie, desde un principio, le intereso de sobre manera el hecho de
crear un concepto tan distinto como fabuloso; los clientes de Marie, no son personas del común,
por ende, hay que llegarles con propuestas fuera de lo común, este caso con un flow from hell.
Veras, todo este cuento de la historia del duque de santa Ana, el dichoso pacto, Mefistófeles 2.0 y
todo la demás palabrería, es parte del storyteling que se inventó Marie para hacer de su modelo
de negocio algo excepcionalmente original, créeme al principio a mí también me llamo mucho la
atención, presencie escenas raras, como sacadas de la película “él bebe de Rosemary”, no te
miento, estoy hablando de rituales, velas negras, música gregoriana y ambiente dark , típicas
cosas de gente rara, no me sorprende. Si eres inteligente, después de lo que sabes, entenderás por
que las referencias al infierno son las más apropiadas, las más convenientes, en un lugar diseñado
para complacer a los bajos instintos.

Marie, me explico con el tiempo, que todas esas historias de aquelarres, orgias en ritos, libertinaje
y saturnales, no era más que su estrategia de mercadeo para así diferenciarse de la competencia y
a su vez permitirse, que el único límite sea la imaginación, tú me entiendes; en pocas palabras,
Marie no había creado un club de elite para caballeros, había creado el maravilloso mundo de
Disney para adulto con fetiches muy costosos como ya te lo había mencionado. Sea lo que sea, no
se puede negar que hizo un gran trabajo, el invento le quedo bien hechecito.

- entiendo, Marie se dirige a un grupo específico con gustos específicos, les da lo que ellos
quieren tener y todos son felices …

Así es Marie, Damián, es mejor que lo vayas asimilando, es una máquina del análisis, una vez te
detalla, identifica lo que quieres, como lo quieres y cuanto estas dispuesto a pagar por ello. En
cuanto a lo que al deseo respecta, Marie es la biblia, el mismo rey midas…

- ahora que lo mencionas, Cuando conocí a Marie y me hizo esa suerte de entrevista
laboral, pude darme cuenta que había un cuadro cuya historia es bastante irreverente,
aunque la verdad a mí no me parece tanto, al final del día el tipo solo quería relajarse, el
hecho es que quien sabe que habrá deducido Marie de mi por ese pequeño incidente…

Estas hablado del cuadro de Rossendi, también pienso lo mismo, el tipo solo se dejó llevar por su
instintos se ser humano, de animal libre, por ende su Azaña es, en cualquier caso, algo necesario.
Por otro lado, no dudes que Marie ya conoce más de ti de lo que puedas llegar a imaginar, solo por
el incidente ese. Detalles como esos la hacen ser lo que es, aunque no parezca, por ejemplo, todos
los adornos del palacio están bastante bien seleccionados para crear precisamente esa atmosfera
de libertinaje de la que te hablo, estamos en presencia de una verdadera mujer de negocios
Damián, ella sabe cómo sacarle mucho lucro a la necesidad de deseo propia de todos los humanos,
mejor dicho, hace del placer su moneda de cambio.

- Ya me doy cuenta, que culo de viaje en el que vine yo a meter, pero estoy encantado -

Es precisamente ese instinto casi que sobrenatural para los negocios estimulantes que posee
Marie, el que hizo, que al igual que a ti, ella, un buen día, me hiciera una muy interesante
propuesta. Básicamente, quería introducir tecnología al palacio con el propósito de no caer en el
baúl de lo anticuado y montarse en el bus digital, como conocía mi pasión por la web cam, la cual
concibo como una expresión de libertad propia de nuestra generación, me propuso que le
colaborara, que le diera ideas para hacer del palacio algo aún más significativo y extrasensorial.
Viniendo de ella la propuesta, era una experiencia casi que surrealista.

Al principio le dije que no, no tengo necesidades de ningún tipo, además disfrutaba mucho mi
estilo de vida como eso, un estilo de vida, eso significa la web cam para mí, un estilo de vida al que
amo, por eso, no quería contaminarlo con intereses de otras personas; pero la persuasión de
Marie, es una cosa que todavía me pregunto cómo puede ser tan eficaz. Me ofreció más dinero del
que me pudiera gastar y del que necesitaba o llegaría a utilizar, pero la verdad sea dicha, lo hice
más por gusto que por otra cosa, esto me apasiona mucho si te soy franca. Las ideas de Marie
suelen ser de todo menos aburridas. La cuestión fue muy sencilla Damián, simplemente me
invente un concepto sacado de las patas como le gusta a Marie, y en la parte de atrás del palacio
construimos una serie de habitaciones que son muchísimo más que simples habitaciones, son la
utopía de todo millenial, donde las modelos que ya trabajan en el palacio, empezaron a ofrecer un
show vía web cam a una audiencia especifica que paga por ver cosas que no podría ver en otra
parte por el simple hecho que solo nosotras lo sabemos ofrecer, nada tan ilegal como para
arrepentirse, claro está.
La verdad, tanto a Marie como a las chicas, les gustó mucho la idea, todos ganaban más dinero y
Marie podía tener a sus fieles clientes siempre contentos, sin importar en que parte del mundo
estuvieran. Esto produjo que muchos clientes, empezaran a figurar como parners para sus chicas
favoritas, empezaron a llover grandes obsequios como joyas, zapatos, celulares, viajes, ropa,
computadores, cámaras…. Mejor dicho todo con lo que alguien como tú o como yo pudiésemos
soñar, las chicas del palacio lo tienen por docena y ganando mas todos los días. Desde entonces
me dedico a manejar toda la relación tanto on como of line del palacio, además del diseño de
personajes, escenografía y demás cosas necesarias que pudieran necesitar nuestros lives set. Es
un trabajo que no es trabajo, lo hago por pasión y no me quejo, Marie me recompensa muy bien,
aunque el dinero no es lo que precisamente me de las mayores alegrías, desde siempre me he
acostumbrado a la buena vida, así que me da igual.

- Suena como la historia de una empresa que descubrió las bondades del 4.0 y ahora son
mucho más de lo que algún día fueron-

Si, la verdad sea dicha, el palacio es una empresa donde Marie es la dueña del letrero y yo vendría
la encargada de que ese letrero se vea bonito y muchas más personas lo puedan ver, es un muy
buen negocio el mercado del deseo Damián, si he aprendido algo con Marie en todo este tiempo
que llevo con ella, es que este mercado, es tan lucrativo como tu decidas que lo sea, pues es
mucho más lucrativo, vender deseos que resolver necesidades, que nunca se te olvide, además,
los deseos que cumplimos en el palacio valen mucha plata Damián, mucha.

- Y yo disque repartiendo domicilios….

Relájate, escuche que escribes historias, ese es tu deseo a vencer, en tus ojos veo que tienes
hambre de dinero, lo cual no está mal, lo único que te puedo decir es que con Marie, si haces bien
las cosas, eres silencioso, serio y responsable, ganaras mucho, tanto dinero como otras cosas,
recuerda que al final de cuentas, estamos hablando de un lugar en donde todos los deseos se
hacen realidad.

Todo está hablado

La última frase dicha por Marla a Damián, lo enamoro, le quito todo vestigio de desconfianza y lo
convenció de que estaba en el lugar indicado, no se le ocurrió preguntarse por algunos detalles del
modelo de negocio planteado por Marla y Marie o de la historia de alguna de las dos, se puede
decir que la ilusión de deseos saciados lo arrojo a un callejón, donde sin saberlo, ya no podría salir
nunca jamás. Damián había estado esperando una oportunidad así desde hacía mucho, y por algo,
el destino se la concedería.

En esa esquina de ese pueblo polvoroso y caliente, en lo más sur de Cartagena, donde esperaban
a una tal Génesis, se encontraban Damián, un tipo sencillo con planes en la mente pero con los
bolsillos vacíos, y por otro lado Marla, un producto del barrio manga con la cabeza llena de
ideologías existencialistas y que no sabe que es un bolsillo vacío, no se lo han presentado nunca.
Unidos ambos por los designios de un personaje que figura como la directora de este film que
hasta ahora parece empezar a tomar forma, la mezcla de estos dos mundos, de estas dos visiones
de la existencia, Marla y Damián, solo puede causar algo, en el peor de los casos, un video
interracial.
Sus miradas ya parecen establecer una amistad que aunque de diferentes abriles, se puede
convertir en muy valiosa. Así suele actuar el destino, impredecible y sorpresivo. El olfato para los
negocios de Marie los había unido y solo ella sabrá por qué. Mientras tanto, una litro con un pan
de 2000, parece que pasaron por la mesa de estos dos que ahora se conocen un poco mejor, ya
no son dos extraños, ahora son colegas aunque no hayan caído en cuanta de eso todavía.

¡YA NO LE CAMINO MAS!

El retorno a las viejas rutinas nocturnas se ve interrumpido por una situación que de solo
recordarla me dan ganas de escupir. Se trata de un triple hijueputa, porque no quiero ofenderlo
demasiado, trabajador del éxito que la viene a montar por que se le da la gana, porque no hay
cosa más verídica que los colombianos cuando nos dan un poquito de poder, no llevamos al que
sea por delante, y no me digas que no porque tú sabes que es así.

Voy tranquilamente por la sección que corresponde a los licores, pero por pura ganas de joder
porque en realidad iba por una plancha de cabello de no más de sesenta mil pesos,
particularidades de los usuarios; el hecho es que venía lo mas de relajado como rinrin renacuajo
que salió esta mañana muy tieso y muy majo, cuando de la nada aparece un gordito de escasos
metro con setenta, con un semblante de que en su casa él no es el que manda, muy posiblemente
tampoco tenga control de su sueldo, con cara de que según él, es mejor que yo por el simple
hecho de que lleva la camisa por dentro y un bordado sobre el bolsillo lo delatan como
supervisor. El tipo me encara y con un reproche altanero que denoto poca actividad sexual, me
reclama el por qué entro al éxito en chanclas, como si fuera un puto inconveniente, es decir,
mientras que en Tokio están pensando en cómo será el mañana hoy, en chibchombia estamos
todavía en maricas como si vas vestido de una u otra forma, no comparo pero me da mucha rabia,
la verdad si estoy comparando y me importa un culo lo que quieras pensar de mí. El hecho es que
el hijo de su bendita madre, no me dejo completar el pedido, la monto y bien montada. No quise
entrar en discusiones con él, me dio rabia en el momento, porque eso significo cancelar el pedido,
perder los 6900 pesos del domicilio, y como si fuera poco asumir la penalidad de una hora por
cancelar un pedido en proceso, es evidente que esta experiencia sirvió para una sola cosa,
joderme la gran hijueputa noche, gordo malparido.

Sin embargo me relajo señores, no quiero pensar más en eso, más bien buscare un cómodo spot y
me dedicare a lo que hacían los griegos antes de que el cristianismo echara a a perder la
humanidad, reflexionar. Se lo que se deben estar preguntando, o quizás no , pero la verdad, no es
tan malo que me haya tropezado como ese remedo de hombre con ínfulas de quien sabe qué,
creo que tengo mucho en que pensar y el clásico arbolito detrás del campo de softbol de boca
grande, es el indicado para esto, me encuentro en sandiego, centro histórico, de aquí haya más o
menos son como 15 minutos a buen ritmo, en todo caso, lo mejor es darle play a granuja pa´ que
distraiga de aquí haya.

Huelo a humo de vareta nunca a cigarrillo, menos mal el arbolito me resguarda y camufla, no me
culpen me declaro culpable, esto no se puede llevar a palo seco, nojoda, la verdad a pesar de todo,
solo puedo decir que me siento muy contrariado, pero al mismo tiempo algo cautivado. Resulta,
para empezar, que todos mis dichosos viajes a recoger ese bendito y sospechoso sobre, no eran
más que para recoger unos exámenes periódicos de controles tanto alimenticios como de ets,
psicológicos entre otros, practicados a las modelos del palacio. Parece a chiste pero así resulto ser,
verán, el palacio, por muy oscuro que parezca o quiera parecer, no es más que una empresa de
alto rendimiento, resulto que su dueña es toda una mujer de negocios, toda una doña Griselda,
además, su compañera Marla, la cual no me supera por mucho en edad, es, sencillamente, la
mejor persona para desarrollar su cargo dentro de ese sistema. Son un equipo muy, pero muy
eficiente, al igual que el palacio, todas las que allí están, son algo de otro nivel, es, como decía el
finado Popeye, una cosa de locos.

Ese día, después de la entrevista, donde tuve la oportunidad de conocer a la propia dueña del
aviso, se me encargo una misión, por así decirlo, que conlleva mucho más que sobres con
exámenes. Resulta que en compañía de Marla, estamos recorriendo distintos lugares del territorio
aledaño a Cartagena, en busca de estrellas de instagram, niñas con cedulas recién sacadas pero
con mas mundo que Mario Bross. Ahora, esto no significa que sea una tarea sencilla, no todas
están dispuestas a escuchar las propuestas de Marla, quien, dicho sea de paso, es muy persuasiva
y motivadora con, las según ella, futuras súper modelos. Si Marie es toda una mujer de negocios,
que no tiene nada que envidiarle a kylee Jenner o a Oprha Winfrey, por decir solo un par de
mujeres de éxito, por otro lado, Marla es toda una apasionada por lo que hace y por consiguiente
hace de su trabajo algo único, especial, como lo mencione antes, son una combinación perfecta.

Bajo los designios de Marie, Marla y yo ya hemos recorrido varios puntos haciendo, llamémosle,
una surte de audición, de la cual se encarga Marla, la verdad yo solo la trasporto, soy como su
ayudante de hecho, ahora que lo pienso, he pasado de trasportar domicilios, a trasportar sobres,
ahora a trasportar a hermosas mujeres, si soy sincero, no está mal para un tipo forever alone que
se la pasa quejándose todo el tiempo y hasta habla solo en una noche fría y arenosa debajo de un
arbolito al frente de hospital boca grande, se escuchan solo las voces de los de urgencias y los que
juegan al softbol, esa es mi vida, entienden lo que digo, lo captan.

En lo poco que llevo de conocer a Marla, es sencillamente alucinante, sabe muchísimo de


literatura, filosofía, psicología, antropología y resto de maricadas que no me voy a poner a
enumerar por el simple hecho de no inflarla demasiado. Es una mujer con mucho estilo y segura
de sí misma, al principio me pregunte por que dos mujeres tan llenas de tantas virtudes, y con tan
buenas plusvalías, porque recurrían a alguien como yo, claro está que mi labor es muy
prescindible, pero me causa curiosidad el cómo termine enrollado en todo esto. Y es que esas
cosas llegan a tu mente cuando conoces a Marie, una persona tan llamativa como intrigante, a
veces creo que Marie pudo haber calculado todo, no me creo tan importante como para sentirme
como un elegido claro está, pero creo que lo que más le pudo llamar la atención de Marie para
conmigo pudo haber sido casualmente mi condición de solitario, de antisocial, en un mundo de
redes sociales, verán no sé si se los había contado, pero casi no tengo ninguna red social, excepto
por cuentas en YouTube, spotify y porn hub, poco son los contactos con la pútrida sociedad de
camisas por dentro a los que me limito, sobre todo los que tienen que ver con mujeres de moral
distraída y útero goloso, quizá pudo haber sido mi condición de ciudadano x lo que le causaría
gracia, no se la verdad solo estoy divagando, matando el viaje.

El palacio es un lugar que funciona como reloj suizo, una vaina que produce más utilidades que el
mismo banco de la república, bueno, no sé si eso produzca mucha poca ganancia, pero, hay mucho
dinero en el banco como en el palacio. Marie ejecuta y Marla se las inventa, es como hornear y
batir, una fórmula ganadora, y ni que hablar de las colaboradoras del palacio, unas ninfas dignas
del mismo olimpo o algo así, ya saben el gusto particular de Marie por ese tipo de viajes, pero
enserio, son chicas muy pero muy bonitas. A veces no sé si agradecer a Martin o al doc por
haberme de alguna u otra manera, zambullido en este maravilloso mundo, que parece seducirme
cada vez más, no sé, solo divago, solo me intento explicar un poco todo lo sucedido.

Poniéndome a analizar un poco como está el contexto nacional, donde para estudiar, los que
creen en la ilusión de la educación, tiene que endeudarse o recurrir a lo que sea, y cuando digo lo
que sea, es lo que sea, para al final del día, recibir una educación exageradamente mediocre y
decadente, sino que lo diga el tal grupo estudiantil ese, que parece una sombra para el poder
público ahora mismo, resulta irónico como un grupo de estudiantes que solo quieren estudiar,
sean disfrazados como terroristas por la opinión publica solo por conveniencia, mientras las mafias
y los carteles de droga hacen y deshacen y son normalizados en novelas. No me quiero meter en el
tema de los líderes sociales porque me resulta muy mainstream, sé que a ti también acéptalo.

Esta republiqueta de kilos, corrupción y hambre es una historia de poderes y vanidades tan
adictivos como el infierno, mismo infierno de donde Marie saco la inspiración para su historia,
ahora que lo pienso, todo ese cuento del duque, del diablo y las tentaciones, son una metáfora de
como la sociedad hipócrita sataniza a modelos, putas, maricas, travestis, marihuanos…. Todo lo
que sea distinto, cuando, por otro lado, adulan al pillo, al canalla, al trásfuga, suena rudo pero es
así. Estoy seguro que en cualquier otro contexto la actitud del gordo ese, hubiera sido otra, pero
no, como se cree más, intento reducirme con un ego de falso moralista con unas falsas buenas
costumbres mandadas a recoger, pero ese es el colombiano del común, no todos claro está, pero
si muchos, una puta sociedad hipócrita llena de pesudo moralismos heredados de españoles
corruptos y rateros que vende al ruin como santo y al verraquito lo reduce a lo distinto, a lo
oscuro. Eso jode mucho más a este país que el periquito de Cali, la presunción de superioridad
propia del que se cree correcto, del iluso convencido de ser el dueño de la razón. ¿Cuál razón?.

Solo mírenme, en una piedra y hablando solo, que patético se podría decir, pero así es la vida, así
es la pos modernidad, hombres solos, cuyas únicas compañías son sus pensamientos o en el mejor
de los casos, sus juguetes que intentan vagamente callar a esos pensamientos, pero que crees, no
pueden. No me distraigo con tendencias ni con ínfulas de influencers, solo pienso, intento asimilar
todo lo vivido, aunque no encuentro respuesta, no encuentro calma, solo me consuela que por
designio de kinkergard, no ignoro mi desesperación, mi angustia.
El diablo y el duque de santa Ana, no son más que metáforas maleables de una situación o mejor
dicho, de un estilo de vida del cual Marla es una digna representante, no digo que sea mala ni
mucho menos, pero se aprovecha de un perjuicio que para ella le resulta invisible y lo reinventa en
una expresión de libertad, de libertad atreves del deseo, labor mucho más valiosa y honorable que
paniquear al pueblo para después venderles seguridad. No es contigo centro democrático.

Este país está mal y tú y yo lo sabemos, hay cartel hasta de la hemofilia, que es eso, es una
vergüenza, una verdadera vergüenza, pero antes de aceptar que el mercado del deseo es un
mercado tan digno como cualquier otro, preferimos aceptar que gente meta contratos de
alimentación infantil cobrando pechugas a 50 lucas, esa es Colombia, ese es el país del sagrado
corazón de Jesús, donde una joven desnuda o un joven en chanclas nos escandalizan más que un
puente que se cayó y por el cual todavía es la hora que don sarmientico, dueño y señor del país, no
ha recibido ningún tipo de penalización; pero que lo van a molestar, no ve que ese es un cacao, un
duro. Y ni pa que nos ponemos hablar del túnel de la línea.

No sé qué hacer aunque parece que todo está hablado, amo montar a la bicicleta tanto como
montar fémina, pero he de reconocer que también ambiciono más que los millones, la
tranquilidad de no ser pobre en un país diseñado para gente no pobre, no para que la gente no sea
pobre. Siempre he querido escribir una historia que me ponga a vivir como rey y a su vez, haga
felices a muchas personas, presiento que si me arrimo a un buen árbol, su sombra me hará el
camino más ligero, tú me entiendes. No es dejar de ser domiciliario por vergüenza, es empezar a
capitalizarse, no importa si tengo que trasportar mujeres en vez de comida.

Las cosas pasan por algo y las 10 de la noche en mí reloj así lo confirman, toda esta verborrea de
mamerto con micrófono abierto, me dio hambre, como solo cuento con dos mil, tendré que bajar
a la torre del reloj por una típica hamburguesa americana, el brother me la deja en dos mil a pesar
que valgan 2500…. A como, a 2500, la vieja confiable. No hay más nada que hacer, la noche se
hizo mierda, pues que se termine de hacer, pero con estilo.

Más tarde esa misma noche

En estos momentos solo pienso en la ley de morphie, cuando a uno le empieza a salir algo mal,
muy probablemente todo le siga saliendo mal. Resulta que llego en busca de mi hamburguesa de
dos barras y solo encuentro el frio del silencio que configura la ausencia del carro portador de
felicidad envuelta en pan y de carne que no es carne. Que mala suerte la mía como diría Héctor.

Lo que sea no importa, ahora me encuentro sentado en la placita de la torre del reloj, por el lado
de adentro de las murallas, murallas que a esta hora de la noche dejan de tener un ambiente
familiar para convertirse en clasificación r, pero además, también venden fritos no importa la hora
que sea. Las cosas pasan por algo, ahora, por causas del destino y el gordo marica ese, me
encuentro contemplando la nada y el todo al mismo tiempo, como casi todos los días, pero en esta
noche, la cotidianidad no parece tan cotidiana, presiento que nada volverá hacer como lo era
antes de esta noche, no es tan poco que vaya a cometer una locura, un acto desesperado, pero
creo que estoy en la obligación de recomponer mis prioridades, y tomar acciones al respecto,
después de todo la vida es corta y hay que actuar, mi presente me seduce y a la vez me desafía,
pero aja hay que relajarse, y que mejor que en el centro de Cartagena viendo un desfile incesante
de bellezas nativas y de chamozuela también, claramente.
Mi presente, mi vida, mi destino, mi mañana; son preguntas que suelen joderte la existencia en
determinados momentos de la vida. Soy un tipo de corte tranquilo que vive en un anexo de la casa
de su abuela, casa arrendada a gente que nunca saludo, por que como lo dije antes, no me gusta
el contacto exterior, prefiero evitarlo, y más con cierto tipo de personas, cristianos. Desde hace ya
un tiempo sueño con escribir la historia que cambie mis días, veras, mis referencias son simples,
no me considero un come libros ni mucho menos un literato o siquiera un prospecto regular de
tal condición, solo leo las cosas que me agradan, hablo de novelas gráficas, ensayos o incluso el
que considero mi sensei, charles bukowski. Como te lo mencione, son contadas mis referencias
literarias, si a eso se le puede llamar literatura. De cualquier forma, te daré un par de nombres
para que te hagas a una imagen: capote, Hemingway, vallejo, García Lorca, Mendoza Mario, se
pude decir, que en esos nombres se resumen mis inquietudes literarias, un tipo del común, es por
eso, que no sueño con una novela, crónica o cuento, solo quiero contar una buena historia a
través de algo con lo que crecí, y evidentemente ha llenado mis días desde muy pequeño, pero
que con todo y eso, tampoco es de una magnitud muy amplia, hablo de los videojuegos, y más
especialmente de los pocos que me gustan, que tampoco son muchos, te hablo de gta, FIFA, need
for speed, fly simulator entre otros tres o cuatro, vieja escuela. Aunque no me lo preguntes, creo
que lol no es algo que me llame mucho la atención, ni nada de ese estilo, en fin, no me considero
un jugador muy activo pero ahora que lo recuerdo, silent hill no se puede quedar por fuera de la
lista, todo un clásico.

He pensado en escribir una historia que toque algo de temáticas sociales o incluso algo de
deportes, como te pudiste dar cuenta no me llama mucho la atención las cosas relacionadas con lo
fantástico, el espacio, el futuro o algo por el estilo, me gusta lo real, lo verídico, lo que percibimos
a diario al salir a la calle como lo que somos, componentes de un sistema de características divinas
que no se llama Yahvé o he ova, se llama dinero. Esa relación del hombre con el dinero y la sed por
el mismo, me ha llamado mucho la atención desde hace ya mucho tiempo, he querido explorarla
pero aja, no es tan fácil como parece. Por eso me resulta muy curioso que precisamente a mí, un
tipo x, en una ciudad llana de tipos x, se me presente como por obra de lucifer o jebus, la
oportunidad de integrarme en una industria o mejor dicho, en un negocio, donde se materializa de
manera tajante la relación estrecha entre el hombre, el dinero y el deseo, de alguna manera, la
piedra angular de mis inquietudes, esto en cualquiera de los caso es algo o muy positivo, o muy
negativo, pero no pueden negar que cuanto menos, resulta emocionalmente excitante.

He intentado varias veces consolidar una buena historia pero siempre aparecen circunstancias que
me distraen como ahora las piernas de esa morena, es hermosa la sensación de alegría que invade
mi ser cuando contemplo la silueta abundante de una mulata, una negra cartagenera y su cuerpo
candente e infinito, su aroma a pasión desbordada y temperaturas verdaderamente altas, si algo
aprecio de esta ciudad de negros para blancos, es eso, la alegría del cuerpo de la cartagenera.
Volviendo al tema y sin distraerme más, pero es que el ambiente acá cada vez se torna más
voltajoso, tú me entiendes. Los intentos fallidos, no son más que el precio que hay que pagar por
algo de valor, algo con sentido, pero he de reconocer, que aunque necesarios, fueron causados
por la ausencia de algo, de algo que concibo como amorfa, pero que estoy seguro de sentir, oler,
percibir, es algo que hace falta, quizá una sustancia, una especia en esta preparación de naturaleza
metafísica, verán, sé que puede sonar raro, pero es así, lo siento, sé, que ese algo no me deja
consolidar una narrativa que valga la pena, no estoy diciendo que ese algo este latente en el
palacio, pero sin lugar a dudas, si algo intuyo, es que ahí, pueden haber pistas valiosas que me
resulten de mucha utilidad en mi interminable búsqueda por ese algo.

Últimamente he estado investigando acerca del tema de las apuestas, el deseo por ganar, el
placer de ganar, la sed de victoria, quizá por ahí empiece a tejer los hilos de una suerte de historia,
quizá lo que resulte no sea precisamente un juego, quizá me decante por otra cosa, el hecho es
que son muchas cosas en mi cabeza en este momento las que me reducen a un manojo de
confusión, verborrea y agonía, pero créeme, no escasea la voluntad de ser.

Estoy más cerca de las 12 am que de las 10 pm, la noche es parca y el desfile cada vez se vuelve
más alegre, mas explicito, aunque claramente cauto. Que hermosa que es la puteria cuando se
ejerce con pasión, la cara de algunas reflejan calma, algunas otras, pesadez, pero ambas
componen una sinfonía de caderas anchas y ojos claros que le sacan miradas tenues a todo aquel
que respire. No sé cómo tu percibas a lo referente a la profesión más antigua del mundo, pero por
mi parte, me convenzo cada vez más, que el verdadero significado de esta, no es que sea algo
bueno o malo, simplemente es algo necesario, una respuesta a nuestra condición de animales
civilizados, de animales sociales. Que es malo y que es bueno, otra vez lo pregunto, quien lo
responda que pase al frente, como nadie lo va hacer, que se sigan vendiendo las cubas libres y los
te quiero nocturnos.

Mi puesto es privilegiado en este preciso instante, los turistas pasan, los vendedores los persiguen,
pero las putas los contemplan, con miradas desafiantes y labios que sin demasiado teatro te
invitan a la acción, a llevarte un recuerdo agradable de una noche cartagenera, esperemos claro,
ese recuerdo no sea gonorrea, lo digo en chiste, las peladas son muy cuidadosas y aseadas,
créeme, se por qué lo digo, de lo contrario, otro seria el narrador. Así como el internet tiene la
grata costumbre de barrer con modelos de negocio obsoletos, caducar empresas de tradición y
mandar por la borda a viejos métodos de producción, me pregunto, aunque se la respuesta, cuál
será la evolución de la puteria, del placer de la carne entre adultos sensatos; es claro que tú y yo
sabemos la respuesta, sabemos hacia donde se dirige la optimización del proceso puteril, si uber
cambio a los taxis, me atrevo a decir que la web cam, está cambiando a los puteros, sí no, que lo
diga Marla. -Es verdad, ya me lo dijo-.

Aquí no hay más nada que pensar, la suerte echada esta como decía Diomedes, el dinero está
hecho, las respuestas pactadas, las inquietudes hambrientas de respuestas, no queda más que
montarse en el bus, en el bus del 4.0, montarse de verdad y no ir persiguiendo colillas de pasajes
en la estación, que en este caso, son pedidos cancelados vilmente por obtusos gorditos. No sé si lo
que me dispondré hacer sea lo mejor, pero en esta republiqueta donde hasta para mover un catre
hay que hacer protesta y matar a dos, vale la pena tomarse sus riesgos con tal de cumplir tus
metas, suena muy conveniente lo sé, pero aja , que no es conveniente en esta vida, solo piensa un
momento, si dios es el más poderoso entre todos los seres habido y por haber en la inmensidad
del universo, porque no acaba con la fuente del mal y causante de que la humanidad, su creación,
sufra todos los días, te diré porque mi querido pisco nauta amigo. Por conveniencia.

Fin parte II
Inicio parte III

COMO PAMBELE

Las ultimas noticias que nos llegan desde la audiencia que se lleva a cabo en las inmediaciones del
tribunal de palo quemao nos dejan entre dicho, que ya se habría dado inicio a la sesión de
imputación de cargos a los dos jóvenes sindicados de participar en la que según ellos, “fue la
forma de protesta civil más acorde con la realidad del presente nacional”. Cabe destacar que en
estos desmanes efectuados el pasado sábado en las horas de la noche, donde, por efectos de las
detonaciones con ANFO de 6 tanques contenedores de glifosato ubicados en las afueras del
corregimiento de hato corozal, departamento del Casanare; producto del altercado, resultaron
heridas dos personas que transitaban por ese lugar. Por consiguiente, no se han presentado
demandas por parte de los agentes afectados en el incidente, ya que estos, admitieron estar de
acuerdo con el origen de las protestas de las cuales, el frente alternativo de resistencia estudiantil
se han hecho responsables. Este acto ha dividido la opinión pública entre quienes lo defienden y
quienes lo condenan, dejando el debate servido, de hasta donde se tiene que llegar por el objetivo
de conseguir educación gratis y de alta calidad en la totalidad del territorio nacional. Hasta el
momento es toda la información que se registra desde el complejo judicial de palo quemao,
continúen con más información en estudio….

-Me tomo las cosas muy enserio siempre que suena Robert Johnson de fondo-. Fueron las palabras
que Damián le diría a Génesis mientras este decide cambiar la estación de radio con noticias
sarcásticas acerca de educación y explosiones, a un mal sonante, pero siempre esquicito Robert
Johnson, afortunadamente el sistema de sonido de las camionetas Toyota, suelen ser muy
estridentes, lo cual, a Damián le resulta bastante complaciente además claro, divertido. Al decir
que se tomaba las cosas muy enserio, no estaba mintiendo, su mirada, impacta a Génesis que,
con alrededor de 6 o quizás 5 años de diferencia de abriles con Damián, quien la supera, tiene
mucho que contar y mucho por saber, “el camino es largo y el trip no ha hecho efecto”.

De orígenes evidentemente venezolanos, la joven adolecente de cedula recién sacada, pasaporte


de necesidades y acento llamativo, se dispone, después de ser fichada por la que se puede definir
como la cazatalentos del palacio, Marla, va a ser valorada en persona por un viejo colaborador del
palacio, además de gran amigo de Marie, el ya conocido, doctor Farud. Para esta fácil y cotidiana
tarea, encomendaron al voluntarioso Damián quien con una licencia de conducción que huele a
nuevo y las llaves de una camioneta Toyota prado del año, se siente como todo un integrante del
elenco de Miami vice. La tarea, es más que sencilla, solo tiene que ir a buscar a Génesis a su
residencia, en un pueblo que por nombre lleva san Antonio de Bayunca, y que queda a escasos 15
minutos de Cartagena por la vía sur. El que anda en Toyota nada le pasa, Damián lo tiene claro así
que no le teme a nadie ni a ningún lugar, por más peligroso o sin alcantarillado que este sea.

Cumpliendo las constantes de lugar y hora, Damián cumple la primera parte del plan, ahora, con
un clima agradable indoor, escuchando un grasiento blues proveniente de Alabama y con las
orejas bien abiertas, escucha a la vez lo que génesis tiene para decir, para contar. Es una jovencita
que a sus escaso 18 años, ya cuenta con un hijo, en una típica historia de nuestros días de hambre
y poca casa, con la única variable, que más que variable, también es una constante en nuestro
presente, es una despatriada más de la nación hermana de Venezuela.
Su pareja, quien se dedica a improvisar en los buses y bares de la Cartagena nocturna con el nene
a cuestas haciendo las veces de amuleto comercial, no sabe, o por lo menos no se opone a la
naturaleza del trabajo que Génesis está por iniciar. Damián reflexiona, mientras solo se deja
deslizar por el asfalto caliente y brillante de la intersección 90, que lo conduce a la entrada norte
de la ciudad, sabe que esta es una historia que puede resultar peculiarmente común, así que se
hace el interesado.

Surgen muchas preguntas mientras el camino hacia el consultorio del doctor Farud, se hace más
corto, Damián, más que nadie en ese lugar, es consciente de ello, así que procura disminuir sus
preguntas por las que estrictamente necesita saber, por las que se le mando a preguntar. Después
de cuestionar a Génesis si en verdad estaba segura de lo que iba hacer, la cara de Damián
asentiría de manera positiva al escuchar la respuesta, que más que un respuesta es una reflexión
para confirmar la postura que la llevo a estar sentada en los amplios asientos de esa Toyota gris
con rines negros mate y placas de Envigado. - Antes de seguir mendigando a las 12 de las noche
con mi hijo en brazos esperando a que por lastima alguien me de dinero para comer, prefiero
meterme cuanta cosas me pueda meter por donde puedan caber-. Damián, después de eso, siente
la sensación de respeto producida por una verdadera madre que se preocupa por el futuro de su
criatura, y se arrepiente de haber tomado al mismo como mercancía para resolver su presente.
Después de todo, ella está allí porque quiere, no porque la obliguen o se aprovechen de su
situación; es una oportunidad digna de laburo, oportunidad de las que escasean en abundancia
donde son más necesitadas. Génesis solo empezara a cambiar likes por tokens, lo cual es mucho
más rentable viéndolo de alguna u otra manera.

Lo que Marie le mando analizar a Damián con disimulo en Génesis, ya tenía, por lo menos, una
buena impresión de si, una buena señal, que sin saberlo, le asegurara un magnifico futuro, tanto
a ella como a su pequeña criatura del conocimiento universal.

La conversación se extiende lo que dura la Toyota en llegar al consultorio. Se bajan y dejan


mostrar sus caras tersas por aire acondicionado del 4x4 al doctor Farud, quien los está esperando
desde hace rato. Damián saluda, comenta de cosas y prosigue con el proceso correspondiente,
pone al tanto al doc sobre la situación de la nueva adquisición del equipo palacio santa Ana, todo
está claro, el doctor le dice que no tardara mucho tiempo en la respectiva valoración, le
recomienda aguardar en la sala de espera, le ofrece algo de comer, le refresca la contraseña del
wifi, y le confirma que no se demorara mucho, -es cuestión de valorar y hacer una guía alimenticia
y de ejercicio-, “ 20 minuticos” dice el doctor Farud mientras Génesis, de mirada expectante y
disuelta entre el blanco pulcro del consultorio, solo se deja llevar.

Damián, sentado en un sofá de espera, descubre cuan ostentoso aunque minimalista es ese lugar,
lleno de blanco por doquier, con amplias y brillantes losas en el suelo como haciendo un sentido
homenaje a la pureza, a la sanidad. Denota que no hay mucho afluente de personas, de pacientes,
es claro que todo funciona por cita. El clima, al igual que en la camioneta es agradable, el
ambiente es tranquilo, sutil y hasta la recepcionista es simpática. Sobre la pared frente al ahora
domiciliario en Toyota, se encuentra un televisor pantalla muy grande, que sin necesidad de ser
prendido, su negra pantalla hace las veces de espejo, donde Damián observa y contempla su
reflejo, de alguna manera y por razones que solo la mente y su afán de comportamientos
inexplicables pudiesen explicar, le vienen recuerdos de aquel episodio vivido hace ya un largo
tiempo, en donde en circunstancias para nada similares a las que se encuentra en este momento,
pero hallándose en un lugar con, al menos el mismo objetivo pero con claros e inmensos
océanos de diferencia tanto estética como funcional, es consciente que para nada su ser, su
individuo, experimenta las mismas sensaciones, las mismas reflexiones de aquel inolvidable día.

Es claro que en este momento no existen goteras anales ni mucho menos, pero se encuentra otra
vez en un sala de espera, un lugar diseñado para esperar por la vida, pero donde la paciencia de la
espera varía según la comodidad de la sala; ahora lo comprende, le resulta claro, está solo en una
sala para esperar, para esperar los servicios de un doctor del cual él tiene su número de teléfono
privado, ósea que hay influencia, hay tráfico de influencias, por eso su espera es corta y su
atención personalizada, son solo 20 minutos, no hay personajes con historias tristes, ni mucho
menos con extremidades colgantes. No hay desespero, ahí relajación y calma, no está pensando
en colarse ni en como poder aligerar un poco la espera, es consciente que aunque esta espera no
va a ser muy amplia, irónicamente desearía que fuera más amplia, pues empieza a disfrutar de la
paz y la calma del lugar, de la serenidad de las relaciones vip, de las cuentas Premium y sin filas, la
contemplación de la elite, las llaves en su bolsillo, el coqueteo de la fémina que lo ve de reojo
desde la recepción, su aroma a Cartier. Esto no se parece en nada antes experimentado por
Damián y él sabe que es así.

Sentado ahí en ese sofá, con sus piernas ligeramente cruzadas, su rostro sereno y sin rastros de
sudor, Damián, en una placentera espera que por razones de el subconsciente le produjo
reminiscencias a ciclos pasados de goteras en el culo, pudo comprender claramente lo que las
pablaras de un ya viejo pero ilustre leyenda tanto del boxeo mundial como de las noche y el
exceso, que en la cúspide de su fama lanzara una síntesis que a pesar de provenir de un pobre
negro palenquero que se hiciera a los golpes y vendiendo lo que se pudiese vender, dice más que
cualquier catedra de economía o negocios dictada en la universidad de los andes, la sabana o la
javeriana pudiera ofrecer, esto no es capitalismo salvaje, es capitalismo de la Colombia profunda.

“es mejor ser rico que pobre”

-Antonio Cervantes kid pambele-


ANTI- PROLOGO
En estos momentos me gustaría pensar, o para ser más francos, si quiera ilusionarme con que ya
existe algún vestigio de confianza entre usted y yo. Y cuando digo usted, solo estoy disparando al
aire con balas de salva, porque no sé quién es usted, no tengo la más mínima idea de si es mujer,
hombre, sofilico, pederasta o peor aún, miembro del honorable congreso de la república. . No sé
quién es usted, no sé si sea blanco, moreno, zambo, amarillo o marrón; de cualquier manera no
creo que importe mucho en estos momentos, momentos en los cuales lo único que yo puedo
hacer, es simplemente esbozar una tenue pincelada sobre la identidad de mi ser, digo, solo para
que así, usted no se encuentre en la posición en la que yo me encuentro, no es que me esté
aprovechando de la situación para hablar de mí. Por otro lado, si usted llego hasta este punto, de
seguro le parecerá al menos llamativo saber quién es el culpable de haberle hecho perder el
tiempo o por el contrario, el responsable de haberle contado una historia la cual le resulte muy
útil. Para cualquiera de los casos que sea, tanto obra como autor, comparten más de lo que usted
y yo pudiésemos dilucidar.

Mi nombre de pila no importa, ya se me olvido, era un nombre muy común con un apellido muy
común, de esos que nos heredaron los generosos españoles. De cualquier forma, por más aburrido
que fuera mi nombre, demostraba una tradición, una costumbre. Era una réplica doble A del
nombre que también llevo aquel nazareno que por meterse con el negocio de los judíos, le
terminaran arrancando la vida de la manera más grafica posible. Mi nombre, para nada encarna
esa tradición judeó cristiana de libertad profética, simplemente era el manifestar de la fe de una
madre que al ponerle Jesús a su hijo, espera que este le resulte un santo, un ejemplo a seguir.
Según mi madre, los nombres tienen un peso en las personalidades de los individuos, tradición o
no, el hecho es que para nada soy algo parecido a lo que simboliza el nombre de Jesús, como para
nada el apellido santos, ha hecho milagros en nuestro país.

Perteneciente a la generación millenial, aunque en una vertiente más enfocada a la fuma que a la
fama, es apenas normal, que me identifique mejor con un seudónimo, apodo, o alias con el cual
hacerme a un espacio en el mundo del 4.0. Dicho seudónimo, para comodidad propia y para que
no se me olvidara como paso con mi nombre, escogí algo simple, ridículo y contundente, el
resultado final de este proceso terminaría por identificarme como 36 gramos, aunque también
me puedes decir 36g. Puede sonar a desafío hablar de gramos en cocaland, pero solo es por
razones prácticas y si algún día, por razones que no dependen de mí, llegase a conquistar a la
prostituta más cara, la fama, la gente pueda fácilmente recordarme, solo dirán, -por ahí va el de
los gramos-… pero bueno quien sabe si ese día llegue, por el momento, 36 gramos, me resulta
mejor que mi cedula.

No voy a contar quien soy ni de dónde vengo, solo diré que mi primer muerto lo vi a los 6 años en
una esquina del Yopal sangriento de principios de los dos mil. Regresaba del colegio y me encontré
con un cadáver recién ejecutado en la esquina de donde vivía, todavía le salía sangre por sus
orificios tajantemente abiertos por alguna arma automática. Algo normal por aquellos días.
Crecí en los llanos siendo proveniente de la cultura de norte, del caribe colombiano. Conocí el
racismo desde antes de ver muertos en la calle y mucho antes de conocer la historia de los
muertos de la UP. No estoy resentido con mi pasado ni mucho menos, de hecho, me siento
orgulloso de cada incidente. Solo he coqueteado dulcemente con la pobreza, pero nunca le he
abrazado con la pasión de la necesidad ni mucho menos del conformismo. A barranquilla llegue un
día con un falso, pero conveniente proyecto universitario, de esa parte de mi vida solo diré que las
calles de barranquilla lucen mejor cuando las recorres bajo los efectos de alguna sustancia, y que
una mujer, por más grande que tenga los senos, también te puede quedar grande.

De las noches eternas a ritmo de salsa y al calor de baretos, descubrí que no solo hay que
disfrazarse para los carnavales. Cuando actúas como un carro en contravía, en una autopista a la
que llamamos sociedad, es mejor disfrazarse de algo para distraer la atención, o en el mejor de los
casos, para justificar hipócritamente tus andares, no se nos olvide que en Colombia primero entra
un camello por el ojo de una aguja, que un mamerto al reino de dios. En este orden de ideas y sin
que suene a reproche, desde hace ya algún tiempo, me calce y me acostumbre al disfraz de diablo,
disfraz al que se ven obligados a usar todos lo que como yo, no compaginamos con una sociedad
de camisa por dentro, peinados repetitivos y recursos monopolizados.

He visto los ojos de la presunción de juez con la que un policía te mira cuando te encuentra algo o
sencillamente dices algo fresco. No sé por qué nunca veo esa mirada en la cara de un verdadero
juez al condenar a Otto Bula o a Samuel Moreno. Esas miradas no se ven en las cortes, donde a lo
sumo, la CAMARADERIA ENTRE CARTELES cada día coge más fuerza. Si crees que estoy hablando
de carteles narcotraficantes, te equivocas, hablo, por poner un simple ejemplo, del cartel de toga,
donde, por sumas que superan los mil millones de pesos, jueces y fiscales se venden al mejor
postor, las condenas se arreglan no se ejecutan, el mafioso hace amigos y reparte coimas, no
quiero sonar como un reportaje de pirry, pero tú y yo sabemos que es así.

Uno de mis libros favoritos sin duda alguna, es el padrino, hermosa historia narrada por Mario
Puzo en donde nos deja muy claro que detrás de toda gran fortuna siempre hay un torcido, un
crimen. A veces creo que ese es el pensamiento de todo el que se mete en el mundo de la política
en nuestro país, los mismos que nos venden una falsa moral que pretende compaginar con suiza,
en un país más violento que los días de apocalipto. Es una doble moral que con el pasar de los
días, carcome con mayor ahínco las bases de nuestra sociedad chimchombiana. Para nadie es un
secreto que a Colombia la cartelio el cartel de Medellín, la ideología de resolver todo con plata y
que cada quien tiene su precio, nos marcó y nos seguirá marcando por mucho tiempo nuestra
senda y nuestra suerte. Pero eso, ya todos los saben.

Por eso, no me cabe en la testa cuando soy tratado como criminal por fumar marihuana y leer
libros en un país donde hay cartel hasta de la hemofilia. En un país donde el ser bandido es más
lucrativo que ir a la universidad, la cual por otra parte, es un chiste cruel y mal contado por los
cacaos industriales, sigue creyendo que la educación superior te va hacer mejor persona. No
quiero sonar a quejón, aunque sé que ya es demasiado tarde para decirlo. Solo la náusea hace
que mis dedos parezcan esclavos de mis pensamientos. Es evidente que la situación da rabia,
produce decepción y hace que tus hombros se vean ligeramente jalados hacia el piso.
Lo curioso, es que una vez en el infierno donde eres relegado por distinto, por petrista, por
animalista, por negro o por homosexual, es un infierno, que aunque suene raro, está lleno de
personas buenas, con grandes corazones, grandes planes y grandes objetivos por alcanzar, que sin
necesidad de dañar a nadie, se pueden tranquilamente conseguir. Son muchas las historias
positivas que se pueden destacar de ese infierno de gente distinta, pero por otro lado, son mucho
más las historias de hijueputas que se vanaglorian de estar en el cielo, en el lugar donde la
ortodoxia, la gente de bien, pulcra y blanca que mandan a estudiar a sus hijos a Harvard con
platas tuyas y mías, creen tener la potestad, la ética, la moral, para pretender construir un país,
una republiqueta a sus antojosas conveniencias.

Una de las historias más convenientemente antojosa que ha pisado el país donde un presidente
dijo en cadena nacional que a la corrupción había que disminuirla a sus justas proporciones, es la
del capitalista Luis Carlos Sarmiento Angulo de cual, me siento un micro organismo al escribir de
él y sus más de 9 mil millones de dólares de patrimonio neto. Ese tipo es el dueño del país, se hizo,
como solo en Colombia funcionan las cosas, llenos de negocios por debajo de la mesa y el tan
afamado tráfico de influencias, pero no me meteré a profundidad en la historia de un personaje al
cual se le destapan torcidos a nivel internacional y antes el estado pretendía indemnizarlo por
aquel asuntico de un tal odebrech y una tal ruta del sol, ¡no se Ernesto no sé! . Como dije, no me
meteré en su historia, solo lo tomo como referencia para ejemplificar cómo funciona el sistema
capitalista e nuestro país, donde sino es mafia de perico, son mafias familiares o si no, mafias
monopólicas como nos ha venido enseñando el buen sarmientico.

Sé que parezco canal de you tube con afán de conseguir seguidores exponiendo los vejámenes de
quienes nos mandan, pero no me quedare en la sola exposición de los detalles, porque entre otras
cosas tampoco es que lo esté exponiendo detalladamente, solo te tiro par de datos para que sepas
donde estas parado. Mi verdadera misión, si se le puede llamar misión, es arrojarte en la cara una
de esas historias que alguna noche conocí naufragando en las calientes llamas del infierno
hamparte donde nos encontramos lo que no apoyamos ni a duque, ni a petro, ni a fajardo ni a
Jorge 40, un infierno de gente, que más que diferente, parece no existir, no ser de nuestro plano
existencial.

Cuando te hablo de deseo, es fácil deducir que intuirás que me refiero a muchas cosas de las
cuales, su presencia nocturna se hace necesaria, y aun que la verdad no habría forma de
contrastar este pensamiento, déjame decirte que estas en lo cierto. Cuando hablo de deseo, en
esta ocasión, me refiero a uno de los elementos fundamentales que componen la estética
nocturna en cualquier ciudad, pueblo, vereda o terruño. Que es el deseo más que el preámbulo
del placer, y que es el placer más que algo tan adictivo como el infierno. No entraremos en
discusiones acerca de que deseos son mejores que otros, o incluso si su practicidad sea tenue o
evidente. En este momento solo interesa tener claro que el deseo es referente al ser humano
como la sal al mar, independientemente de cada condición y la multiplicidad de los elementos
que la compongan, el deseo siempre está presente y para nadie es un secreto que muchos se han
lucrado de él desde hace muchísimo tiempo, no por nada el oficio más antiguo es el comercio del
placer a través de las relaciones interpersonales espontaneas, en pocas palabras, la puteria.
Desde los tiempos en que los romanos fumaban opio por un tubo, hasta los días de hoy de cuentas
Premium para cualquier cosa, el entretenimiento, el espectáculo y el estímulo, los tres pilares
fundamentales del mercado del deseo, han sido influyentes en el óptimo desarrollo del ser
humano como especie, como animal social. El mercado del deseo, aunque productivo, ha tenido
que cargar con un prejuicio, que a pesar que en ocasiones no se puede negar su justificación, no
en todos los casos se puede definir a esta vertiente del capitalismo, como algo negativo o incluso
peyorativo. La situación parece evidenciar, que a pesar de la experiencia y los resultados, el
mercado del deseo siempre será visto como algo a lo que hay que referirse en voz baja y esos sí,
sin muchos testigos.

Desde la época de Jenofonte y su económica en relación al uso de los placeres, se han intentado
diseñar estrategias para regular los asuntos relacionados a la producción desenfrenada de
dopamina, pero a mi parecer, mas parecen convenientes o incluso predeterminadas soluciones a
un problema que solo existe en la mente de los mojigatos y los desequilibrados. Si bien es cierto
que múltiples casos con nefastos desenlaces de abusos por parte del deseo se han presentado en
nuestro haber, es cuestión de subjetividad más que de objetividad, ya que nadie se puede
responsabilizar de los trastornos que determinado individuo posea y que le hagan llegar a cometer
un acto dantesco alentado por su incontrolable deseo, con esto, solo quiero decir que abogo por
el buen uso del deseo, no por la distorsión del mismo. Si entramos en los detalles de que es lo que
produce dichos trastornos, en la mayoría de ocasiones, es el mismo intento de suprimir la
condición intrínseca del deseo lo que produce los mas deplorables actos, de eso, creo que la iglesia
tiene mucha experiencia y ejemplos palpables de lo que hablo.

No me puedo responsabilizar por un cura gustoso de niños pobres y sin padres, o de un maniático
que concibe placer cortando a su, en este caso presa; ambos, son actos que no merecen ni
siquiera las llamas del infierno, son tan deplorables como la misma prolongación en el tiempo
hasta nuestros días, de esa empresa criminal a la que algunos llamarían alguna vez la puta de
babilonia, pero que en el presente es mejor identificarla bajo el nombre de vaticano. De cualquier
manera, no soy quien para determinar que esta malo o que esta bueno en cuanto al placer se
refiere, si nos ponemos a pensar, hace más de 10 años un hombre que se vestía de mujer, era
considerado enfermo mental, hoy en día, el new york time ha declarado a un joven drag queen
como una de las figuras más influyentes de la siguiente generación, con lo cual, no sabemos si
mañana más tarde, nuestra sociedad legalice el matrimonio entre curas y monaguillos.

“El deseo, mal llevado, es un arma de doble filo, pero la abolición del mismo, es una bomba
atómica”.
Las vegas, Hanói, Pompeya, Mónaco, la isla de Capri en tiempos de marco Aurelio, Miami,
Cartagena, entre otras, son ciudades que de alguna manera, franca o hipócritamente se han
lucrado desde hace mucho del mercado del deseo, unas con destinos crueles como Pompeya, y
otras con fama internacional como las vegas. Son ejemplos palpables de la productividad del
deseo, de un mercado en constante auge, crecimiento y masificación. Son estas las condiciones
que me llevaron a preguntarme como, en un mundo cada vez más digitalizado e interconectado, el
mercado del deseo se adaptaría a estas nuevas formas de generación de riqueza y a nuevos
planteamientos de las políticas pre establecidas de trabajo, en pocas palabras, como, al igual que
el entretenimiento vio la trasmutación de hábitos de consumo y fabricación de productos en el
para muchos conocido, caso de Blockbuster y Netflix.

En este orden de ideas, cuál sería el caso que ejemplificara esta transición en un elemento que
compone el amplio abanico de posibilidades que ofrece el mercado del deseo, el sexo, y para ser
prácticos, escogí como fuente de análisis mi ciudad, que casualmente pertenece a un país fértil
para este caso, no por nada, Colombia es el segundo país productor de modelos web cam a nivel
mundial después de Rumania. Con base a esto, hay muchos casos donde se refleja esta transición,
y a los cuales, analizar desde un punto de vista empresarial, es menester, después de todo esto es
un libro de emprendimiento, con disfraz de diablo, pero de emprendimiento al fin.

Marie, Marla, Damián y el palacio del duque de santa Ana, son un caso, que aunque, en gran parte
sacado de mi contaminada e ilógica mente, es fiel a acontecimientos que he presenciado y de los
cuales, muchos elementos a analizar en cuanto a la temática a trabajar me han resultado útiles.
Sin embargo, este modelo de negocio en particular, el palacio, que si bien, no se aleja al
mecanismo con el que opera el empresariado nacional desde siempre, con dineros calientes,
muertos, traiciones, dólares, perico; es condenado por personajes que para nada tienen ficción
entre ellos, y de los cuales mencione al comenzar esta suerte de charla.

Es evidente que nunca veras una propaganda de un lugar como el palacio de santa Ana abrirse
paso en el prime time de caracol o rcn, como tampoco veras las tasas de muertes por condiciones
relacionadas a la diabetes, o la tasa de obesidad creciente en la población infantil de nuestro país,
producto, ambos ejemplos, de las basuras a las que nos vuelven sutilmente adictos las compañías
dueñas de los mismo medios de comunicación, es claro que estoy hablando de bavaria, postobon,
los Ardila Lule, la cerveza en promoción en los partidos de la selección Colombia, entre otros
detallitos que componen a ese paquete de falacias dueñas del país. No los envidio, solo digo que
como a los medios de comunicación no les interesa los efectos de las políticas mercantiles de sus
patronos, tampoco debería impórtales como gente como Juan Bustos, Amaranta Hank o Cristian
Cipriani, crean propuestas innovadoras en el mercado del placer.

El asunto es que a personajes como a la madame, no se les concede el beneficio de la duda por
más que sus supuestas menores explotadas sexualmente, dijeran que para nada esa era la historia
que ellas habían vivido, que la verdad había sido tergiversada, y que muchos de sus verdugos eran
sus clientes, no defiendo a nadie vuelvo y repito, simplemente te comento la situación. Pero como
vivimos en el país del sagrado corazón de Jesús, cuando don sarmientico hace una cagada, se le va
la mano con beneficios pa el mismo, o se le cae un puente, salen los verdugos de la doble moral a
decir que esas cosas le pudieron haber pasado a cualquiera, y las multas y penalizaciones quedan
para el recuerdo. Que belleza de país el nuestro, delicioso, esquicito.
En esta realidad de mercado en la que nos encontramos los que vinimos a nacer en este país de
café, mujeres como las flores y cocaína como las escamas de los pescados, me decantare por
seguir los concejos de charles Baudelaire, quien, a empezar a dilucidar las inmensidades de la
modernidad, solo opto por la comparativa entre, que si esa era la utopía con la que había que
compaginar, el preferiría en ese caso, las llamas del infierno por su condición de imposibilidad
ante un cielo tan miserablemente hipócrita y sin sentido.

Muchas gracias
Bibliografía

La naranja mecánica, Novela de Anthony Burgess

Las flores del mal, Libro de Charles Baudelaire

Bateando a Wall Street, libro de Peter Lynch

La historia de la sexualidad, ensayo de Michel Foucault

El club dumas, novela de Arturo Pérez-Reverte

Hombre economía y estado, ensayo de Murray Rothbard

Pos data: ofrezco disculpas por la paupérrima forma de narrar, estoy comenzando, ¡cógela suave
que todo bien!

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