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com/natural/20190617/462678309648/vivir-
ciudades-futuro-smart-city-barcelona-brl.html
Parques y campos de golf cubren como una gran alfombra el paisaje urbano. Los
rascacielos inteligentes obtienen toda la energía del sol. En casa, no hay un solo
interruptor de la luz ni un grifo porque todo funciona con sensores para ahorrar.
Los residuos de la ciudad se absorben a través de tuberías subterráneas, donde se
reciclan y queman para obtener combustible. A todas horas y en todas partes hay
bicicletas estacionadas ordenadamente esperando un conductor. Escaleras
mecánicas y semáforos se activan al detectar peatones cerca. No es una urbe de
novela de ciencia-ficción ni una utopía. Es una ciudad real, al suroeste de Seúl, en
Corea del Sur y se llama Songdo.
Considerada “la ciudad más inteligente del mundo”, es elegida por las familias
pudientes de la zona que buscan tranquilidad, conexión a internet en cualquier
rincón y una amplia oferta educativa de calidad. En 2022 se habrán invertido
alrededor de 40 mil millones de dólares en la construcción de esta metrópolis,
habitada ya por más de 120.000 habitantes y con un 40 % de sus 600 hectáreas en
forma de zona verde. Pese a lo exclusiva, vivir en ella es hasta un 40 % más
económico que en el exclusivo y famoso barrio de Seúl que dio nombre a la no
menos famosa canción Gangnam Style.
Viena y Zurich han estado haciendo los deberes durante años para ser smart cities y
hoy encabezan el ranking de calidad de vida 2018 de la consultora Mercer. Y
siguen con esa voluntad de cambio constante para mejorarla aún más, cada una con
proyectos bien dibujados, como “Smart City Viena 2050”, una ciudad
autosuficiente energéticamente y con sus emisiones a cero para ese año. O el
“Zurich de los 2.000 vatios”, que quiere reducir el consumo de energía de la ciudad
a 2.000 vatios/persona o disminuir las emisiones anuales de CO2 a una
tonelada/persona para 2050.
Uno de los pilares para la transición hacia un mundo sostenible de smart cities es la
inversión socialmente responsable (ISR), una nueva forma de invertir para obtener
rendimientos competitivos a largo plazo, pero exclusivamente en compañías
innovadoras y sostenibles, poniendo el foco en criterios medioambientales y
sociales. Actualmente más del 50% de los clientes de Julius Baer ya utiliza o está
interesado en inversiones sostenibles, que la firma ofrece desde 2006. Y dónde
mejor que invertir de esta manera que en cualquier proyecto que contribuya al
desarrollo de una ciudad inteligente, como Barcelona, tercera en el rankin de la
Universidad de Glasgow.
Así, con la apertura de sus nuevas oficinas en la Ciudad Condal, Julius Baer
apuesta por una smart city de primera para establecer su cuartel general en España.
He aquí los motivos que justifican esa elección (los que hacen que Barcelona sea
una smart, según la consultora de big data e inteligencia artificial Bismart):
Eventos tecnológicos cruciales. Algunos de los más importantes del mundo han
sucedido en Barcelona, como el Mobile World Congress, el IoT Solutions World
Congress y la Smart City Expo.
“La ciudad introdujo rutas de tráfico hace algunos años, reduciendo la congestión y
las emisiones en el centro de la ciudad, o introduciendo el uso compartido de
bicicletas y mejorando su red de autobuses. Además, el alumbrado público se
sustituyó por un sistema de iluminación LED y un sistema equipado con sensores,
más eficientes energéticamente. La ciudad ha mejorado el sistema de reciclaje de
residuos gracias a los ‘contenedores inteligentes’ y ha ampliado su red de wifi
gratuito. Por eso es atractiva para Julius Baer”, añade Carsten Menke.