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futuro?
18 febrero 2013
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Imagine una ciudad del futuro. ¿Qué ve?, ¿calles limpias, autos voladores y robots que hacen
todo el trabajo?
Tal vez, su visión es más distópica, con un régimen autoritario estilo Gran Hermano, callejones
oscuros llenos de delincuencia y gente forzada a vivir en nichos herméticos porque la guerra o algún
otro desastre han hecho que zonas enteras de la ciudad sean inhabitables.
Nadie sabe realmente qué nos depara el futuro, pero la realidad ahora es que nuestros espacios
urbanos están atestados de gente y contaminados.
Casi la mitad de la población mundial vive actualmente en ciudades, y para el año 2050 se prevé que
aumente a 75%, pero ¿en qué tipo de ciudad viviremos por entonces?
Ha llegado el momento, dicen los expertos, de empezar a diseñar entornos urbanos más inteligentes.
Las nuevas ciudades necesitan albergar a una población cada vez mayor y en las que vivimos ahora
necesitan modernizarse.
¡Participe! Y ¿usted cómo se imagina el futuro? Comparta su visión en este concurso de la
BBC. Haga clic y haga volar a su imaginación.
'Ecologización'
Image captionAlgunas de las ideas que configurarán la ciudad del futuro, giran en torno a ciudades
"descarbonizadas", llenas de vehículos eléctricos y sistemas de bicis compartidas, con una buena
calidad del aire.
Si a las ciudades del pasado les dieron forma las personas, las ciudades del futuro serán configuradas
por las ideas, y hay muchas que compiten acerca de cómo debería ser un espacio futurista.
Algunas de ellas giran en torno a la idea de que la ciudad más inteligente es la más ecológica. Los
expertos en sostenibilidad predicen ciudades "descarbonizadas", llenas de vehículos eléctricos y
sistemas de bicicletas compartidas, con una calidad en el aire tan mejorada que los trabajadores de
las oficinas en realidad podrán abrir sus ventanas por primera vez.
Las visiones de una ciudad verde a menudo incluyen rascacielos donde viviendas y espacio de
oficina conviven con invernaderos flotantes o huertas en lo alto de los edificio. Trataríamos así de
combinar la urbanización con una vuelta a nuestro pasado pastoral.
Proyectos para las ciudades del futuro
Observación de delfines - en Dublín, Irlanda, un plan de seguimiento de la calidad del
agua en la bahía de Galway que cuenta la vida marina, ha inspirado a una aplicación móvil
para pescadores y restaurantes para ver qué será la pesca del día.
Atención de salud - en Honolulu, Hawai, un programa de multitudes ha recopilado
información de dónde se encuentran todos los desfibriladores en edificios alrededor de la
ciudad para ofrecer ayuda inmediata si alguien tiene un ataque de corazón. Pulso de la
ciudad - La firma Silicon Valley Screampoint desarrolló un panel de control que toma el
pulso de la ciudad desde el punto de vista de la energía, la gestión de residuos, el número de
trabajos disponible y otras variables. Kansas tiene uno; Amsterdam y Barcelona están
pensando en conseguirlo también.Predicción de la delincuencia - AGT trabaja con las
ciudades alrededor del mundo para crear una imagen de cuan segura es una ciudad a
cualquier hora. Utiliza todos los datos de la ciudad y algoritmos predictivos. Abraza un
árbol - en Madid hay un programa para que los ciudadanos adopten un árbol, para que sean
más conscientes de las necesidades del medio ambiente. Apartamento algorítmico - en el
MIT un equipo de ingenieros están trabajando en casas con paredes-robot que se pueden
mover dependiendo de la necesidad. Intercambio de datos - en Estonia, la gente es capaz
de planificar mejor su futuro, gracias a un sistema que vincula su prestación del Estado y
sus pensiones privadas en un mismo lugar.
"Las ciudades están llegando a un punto de quiebre", dice el profesor David Gann, que encabeza el
Laboratorio de Economía Digital del Imperial College de Londres. "Los atascos son cada vez peores,
las filas más largas y las redes de transporte más propensas a retrasos. Las interrupciones de energía
son cada vez más comunes".
Centro neurálgico
La respuesta puede encontrarse en grandes volúmenes de datos y el llamado "internet de las cosas",
donde los objetos previamente simples, "tontos" se hacen inteligentes al estar conectados entre sí.
Una red de sensores, continúa el argumento, ofrece una gran cantidad de información acerca de
cómo una ciudad funciona. Esto permitirá que los sistemas se unan y, finalmente, poder trabajar más
eficientemente.
El internet de las cosas podría anunciar nuevos desarrollos que provocarán pesadillas en los expertos
en privacidad, al estilo de las señales digitales de Minority Report, o vallas publicitarias que se
comunicarían con los transeúntes con mensajes personalizados.
Pero también podrá traer nuevos servicios inimaginables para los ciudadanos, piensa el profesor
Gann.
Las empresas de tecnología como Siemens, IBM, Intel y Cisco creen que las ciudades más
inteligentes serán las que estén conectadas a la red.
Actualmente, IBM cuenta con 2.000 proyectos en curso en ciudades de todo el mundo, desde análisis
de prevención de delitos en Portland, Oregón (EE.UU.) hasta bases de datos de agua en California, o
sistemas de transporte inteligente público en Zhenjiang, China.
Su proyecto estrella está en Río de Janeiro, donde se ha construido un centro de operaciones, que se
presenta como "centro neurálgico" de la ciudad.
Construido inicialmente para ayudar a lidiar con las inundaciones que periódicamente amenazan a la
ciudad, en la actualidad coordina 30 agencias gubernamentales y proporciona aplicaciones móviles
para mantener informados a los ciudadanos de posibles accidentes de tráfico y otras novedades de la
ciudad.
Image caption¿Qué pasaría si? es una campaña de la BBC sobre las visiones del futuro.
Crowdsourcing
El término crowdsourcing en inglés hace referencia a la colaboración abierta al público en el
desempeño de las tareas.
Image captionSegún Carlo Ratti del MIT, se avecina una batalla entre lo que las corporaciones
quieren vender y lo que los ciudadanos realmente necesitan.
Sassen también se preocupa de la privacidad y el rol que los ciudadanos desempeñarán en los
grandes planes de IBM y otros. "¿Cuándo lo sensorial se convierte en censurable?", se pregunta.
"El comportamiento de una ciudad tiene que ver con el comportamiento de los ciudadanos. A menos
que los sistemas puedan convertirse en el tejido de la vida, nada va a cambiar", argumenta.
Las ciudades están llegando a un punto de quiebra. Los atascos son cada vez peores,
las colas más largas y las redes de transporte más propensas a retrasos.David Gann,
profesor en el Laboratorio de Economía Digital del Imperial College de Londres.
Rick Robinson apunta a un proyecto que la compañía completó en Dubuque, Iowa (EE.UU.) donde a
las familias se les ofrece acceso a la información sobre su consumo de agua.
La mayoría pronto cambió sus hábitos y ahorraron agua cuando se enfrentaron a los datos.
Curiosamente, a quienes también se les dio acceso a la información de los vecinos tenían el doble de
probabilidades de hacer cambios.
El poder de "la multitud" será crucial para las ciudades del futuro, piensa Carlo Ratti, director de
"Ciudades Sensibles" del MIT. Por su parte, Ratti ve avecinarse una batalla entre lo que las
corporaciones quieren vender y lo que los ciudadanos realmente necesitan.
"Las ciudades realmente inteligentes -y reales- no son como un regimiento del ejército marchando al
unísono a las órdenes del comandante", dice.
Image captionLos objetos se harán inteligentes al estar conectados entre sí.
"Se mueven más como los cambios que se producen en una banda de pájaros o un banco de peces,
en los que los individuos responden a las sutiles señales sociales y del comportamiento de sus
vecinos acerca de qué camino seguir".
Mientras que las ciudades inteligentes se mueven del concepto a la realidad, el analista de Ovum, Joe
Dignan, tiene una advertencia.
"Las empresas crean videos de personas encantadoras en casas de cristal que hacen cosas al estilo de
Minority Report, pero muéstrenme, ¿cómo va esto a ayudar a la gente que está en sus viviendas
subsidiadas para personas de bajos ingresos en rascacielos de 20 plantas?".
Sus palabras se hacen eco de las de la escritora y urbanista estadounidense Jane Jacobs que advirtió
hace varias décadas: "Las ciudades tienen la capacidad de proporcionar algo para todo el mundo,
sólo porque, y sólo cuando, son creadas por todo el mundo".
Aquellas ciudades del futuro harían bien en prestar atención a ese consejo.
Ciudad 2020:
Tecnologías y
sostenibilidad en las
ciudades
El proyecto de I+D+i, que se presentará en el “Greencities &
Sostenibilidad”, Salón de Eficiencia Energética y Sostenibilidad en
Edificación y Espacios Urbanos que se celebra en Málaga hasta el
próximo viernes, aborda un nuevo modelo de “Smart city” en el
que se dota a los objetos de tecnología para que sean capaces de
conectarse e intercambiar información.
Ciudad 2020
Fuente: EFE
Diapositiva 1 de 7: Pearson future report
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1/7 DIAPOSITIVAS © Provided by Business Insider
LAS CIUDADES DEL FUTURO
Las ciudades tenderán a cambiar en los próximos años
debido al aumento de la población y los avances en la
tecnología, que mejorarán la calidad de vida.
CAMINOS
Las calles comenzarán a poblarse con autos autoconducidos.
Los autos eléctricos y sin conductor son cosa del futuro. Y no sorprende que los avances
que conoces hasta ahora los hayan logrado empresas como Tesla y Google.
Pearson imagina que, para 2050, las ciudades tendrán carreteras y calles donde se
puedan cargar los vehículos eléctricos mientras se conduce. De hecho, el Reino Unido
está probando este tipo de calles.
El récord actual como el edificio más alto del mundo es el Burj Khalifa de Dubái, que
tiene 162 pisos.
VIAJES INTERESTELARES
La posibilidad de construir edificios más altos también dará lugar a enormes puertos
especiales que acelerarán el viaje a la galaxia.
Un puerto espacial es un edificio muy alto que podrá contener un sitio de lanzamiento
de cohetes.
Pearson dice que lanzar un cohete desde estos puertos logrará viajes más cortos y con
menos consumo de combustible, de ahí su gran atractivo.
Como estos edificios tendrán una infraestructura jamás antes vista, podrán funcionar
como mini ciudades. Esto podría ser algo bueno, sobre todo teniendo en cuenta que, a
medida que la gente envejece, la sobrepoblación se convierte en un problema mayor.
HOTELES Y ATRACCIONES TURÍSTICAS
Existirán hoteles y atracciones turísticas submarinos.
Si bien el Samsung Report asegura que existirán las casas submarinas en el futuro,
Pearson no cree que eso vaya a ser posible.
"Mucho de estos de las ciudades flotantes o submarinas no tiene sentido, porque serían
demasiado costosas", dice.
Pero sí cree que puedan existir como atracciones turísticas, en lugar de como viviendas
permanentes.
ENERGÍA
Además, los edificios podrán cargar tus dispositivos a través de ondas de radio, así que
ya no habrá necesidad de utilizar cables y tomas.
Existen varios startups, como Energous, que ya se encargan de construir este tipo de
tecnología, según informa el Wall Street Journal.
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Yamada: ''Vamos a mantener la línea del directorio de Julio Velarde''
¿Qué le parecería vivir en una ciudad con la que pueda interactuar? Una ciudad que actúe más como
un organismo vivo, una ciudad que responda a sus necesidades…
Alrededor del mundo este tipo de ciudades ya están siendo construidas, desde Masdar en Abu Dhabi
hasta Songdo en Corea del Sur.
Ahora bien, la ciudad más cerca de usted podría estar a la espera de una renovación extrema.
En el futuro, todo lo que hay en una ciudad, desde la red eléctrica pasando por las tuberías de
alcantarillado y hasta las calles, edificios y automóviles estarán conectados a una red.
Habrá edificios que le apagarán la luz, carros que se manejen solos encontrarán ese tan anhelado
espacio de parqueo. Hasta los basureros serán inteligentes.
Pero, ¿cómo nos preparamos para este futuro inteligente? ¿Quién hará un monitoreo y controlará los
sensores que paulatinamente estarán más presentes en cada edificio, poste de luz y tubería? ¿Es ese
el futuro que queremos?
En Singapur, Estocolmo y California IBM está recolectando información del tráfico y probándola a
través de algoritmos para predecir dónde ocurrirá un embotellamiento una hora antes de que suceda.
Mientras tanto, Río de Janeiro cuenta con un centro de control al estilo de la NASA donde múltiples
pantallas absorben la información generada por sensores y cámaras ubicados alrededor de la ciudad.
En total, IBM tiene alrededor de 2.500 proyectos alrededor del mundo e, incluso, ha registrado la
marca “ciudades más inteligentes” (Smarter Cities).
En un reciente evento sobre ciudades inteligentes de IBM, uno de sus ingenieros bromeó diciendo
que la compañía “tiende a mirar a las tuberías y después viene la gente y destruye todos nuestros
preciosos sistemas optimizados”.
Ese comentario resume el sentimiento que algunos tienen sobre el enfoque corporativo del manejo
de la ciudad.
“Algunos quieren afinar el funcionamiento de una ciudad como se hace con un auto de carreras,
pero, en el proceso, dejan afuera a los ciudadanos”, dice Anthony Townsend, director del Instituto
del Futuroy autor del libro Smart Cities: Big Data, Civic Hackers and Quest for a New Utopia.
IBM sostiene que sí involucra a los ciudadanos en sus proyectos de ciudades inteligentes.
En Dublín ha trabajado con el ayuntamiento para hacer disponibles una gran cantidad de datos que
ha llevado a crear pequeñas e ingeniosas aplicaciones como ParkYa, que usa la información del
tráfico para ayudarle a la gente a encontrar los mejores espacios de parqueo en la ciudad.
Y en la ciudad estadounidense de Dubuque) en Iowa, donde esta misma empresa está desarrollando
medidores de agua inteligentes, ha puesto información a disposición de los ciudadanos a través de un
portal de la comunidad, de manera que individuos puedan ver su uso de agua y hasta compararlo con
el de sus vecinos.
Pero hay una sensación de que para esta firma las ciudades son un problema esperando por ser
resuelto.
“Necesitamos construir ciudades que se adapten a las necesidades de sus ciudadanos pero antes no
era posible porque no había información suficiente”, explica la doctora Lisa Amini, directora
de IBM Research.
Amini hace una comparación entre los patrimonios de las ciudades, como el alumbrado eléctrico, los
semáforos y las tuberías de agua, y los patrimonios de las grandes corporaciones, para los cuales los
sistemas de IBM fueron originalmente diseñados.
“El Gobierno no toma decisiones como lo hacen las empresas. Los ciudadanos no son
consumidores”, dice.
China está ocupada construyendo decenas de nuevas ciudades y está empezando a adoptar enormes
salas de control como la que IBM ha creado en Río.
“La sala de control en Río fue creada por un alcalde progresista, pero ¿qué pasa si llegan los chicos
malos? ¿Estamos creando capacidades que pueden llegar a ser mal usadas?”, se pregunta.
RED CIUDADANA
Hay otro capítulo en la historia de las ciudades inteligentes. Uno que está siendo escrito por los
ciudadanos, quienes están usando las aplicaciones, sensores caseros, teléfonos inteligentes e internet
para dar respuesta a los problemas que son importantes para ellos.
En Nueva York, por ejemplo, cada vez que hay fuertes lluvias en la ciudad, las aguas negras se
desbordan y llegan al puerto a un ritmo de más de 96 mil millones de litros cada año.
Pero el uso de un procesador Arduino, un sensor que mide los niveles de agua en las tuberías de
aguas negras y una aplicación para teléfonos inteligentes llamada Don’t Flush me (“no me tires de la
cadena”), te avisa si es seguro “bajar la cadena” sin que esos residuos sigan contaminando.
Otro ejemplo es Egg (huevo), una red de sensores en la que la comunidad es la principal
protagonista, que alerta sobre un problema a menudo oculto en nuestras ciudades.
Investigadores estiman que dos millones de personas mueren cada año como resultado de la
contaminación del aire y, a medida que las ciudades se vuelven más superpobladas, es probable que
el problema empeore.
Egg recopila datos sobre la calidad del aire mediante la venta de un sensor barato que la gente pone
fuera de sus hogares y que recoge las lecturas de los gases de efecto invernadero, el óxido de
nitrógeno (NO2) y el monóxido de carbono (CO).
Los datos se envían a internet, donde se integran en un mapa para mostrar los niveles de
contaminación en todo el mundo.
Conseguir que los ciudadanos participen en el proceso de mejora de las ciudades es crucial, piensa
Andrew Hudson-Smith, director del Centro de Análisis Espacial Avanzado del University College
de Londres.
Él y su equipo han creado un panel de control de la ciudad para hacer de Londres más inteligente.
Como el centro de control de Río de Janeiro, este tablero de instrumentos recopila datos como los
niveles de contaminación, el clima y el nivel del agua en el río.
Pero también ve algunas cosas que Río no controla, como lo que es tendencia en Twitter y lo “feliz”
que es la ciudad.
Una versión de este panel de control está conectado en una pared de iPads en la oficina del alcalde
de Londres, Boris Johnson.
“El público tiene la misma información que los políticos y eso tiene el potencial de ser muy
poderoso”, dice.
“Muchas de las grandes empresas están mirando el modelo de sala de control, pero ahora cuestionan
esa idea”.
“¿Por qué encerrar toda esta tecnología en una habitación cuando se puede poner en las manos de
todo el mundo?”, se pregunta Hudson-Smith.
Para el año 2050 se estima que el 75% de la población mundial vivirá en zonas urbanas, algo que
pondrá presión sobre la red de transporte, los servicios de emergencia y los servicios públicos que ya
están llegando a sus límites de capacidad.
En la actualidad los proyectos para ciudades más inteligentes son a muy pequeña escala: la creación
de centros tecnológicos o zonas verdes, experimentos con redes eléctricas inteligentes o la
introducción de autobuses eléctricos o sistemas de bicicletas compartidas.
“Se habla un montón sobre ciudades inteligentes, pero no existe ninguna tecnología por ahí que en
realidad esté cambiando la vida de las personas”, dice Hudson-Smith.
“También piensa que estamos en un punto de inflexión y en cinco años, predice, ‘las cosas van a ser
muy inteligentes’”, agrega.
En ese entonces la infraestructura de datos de nuestras ciudades va a ser tan importante como lo son
ahora el metro o las carreteras.
Si estos datos deben controlados por grandes empresas o por los mismos ciudadanos aún no está
claro. Pero vale la pena recordar las palabras de Dan Hill, director ejecutivo de la firma de
investigación Fabrica, sobre para qué fueron diseñadas originalmente las ciudades.
“Nosotros no contruimos ciudades para que sean eficientes. Las hicimos para la cultura, el comercio
y la comunidad, elementos que son todos muy ineficientes”.
“En la prisa por hacer que se desempeñen mejor, podríamos estar perdiendo su mayor activo”,
reflexiona.
“Porque al final, serán ciudadados inteligentes quienes puedan crear verdaderas ciudades
inteligentes”.
Nadie sabe realmente qué nos depara el futuro, pero la realidad ahora es que nuestros
espacios urbanos deben reinventarse. Una ciudad más inteligente e informada es lo que
RECURSOS RELACIONADOS
Imagine una ciudad del futuro. ¿Qué ve?, ¿calles limpias, autos voladores y robots que hacen todo el
trabajo?
Tal vez, su visión es más distópica, con un régimen autoritario estilo Gran Hermano, callejones
oscuros llenos de delincuencia y gente forzada a vivir en nichos herméticos porque la guerra o algún
otro desastre han hecho que zonas enteras de la ciudad sean inhabitables.
Nadie sabe realmente qué nos depara el futuro, pero la realidad ahora es que nuestros espacios
urbanos están atestados de gente y contaminados.
Casi la mitad de la población mundial vive actualmente en ciudades, y para el año 2050 se prevé que
aumente a 75%, pero ¿en qué tipo de ciudad viviremos por entonces?
Ha llegado el momento, dicen los expertos, de empezar a diseñar entornos urbanos más inteligentes.
Las nuevas ciudades necesitan albergar a una población cada vez mayor y en las que vivimos ahora
necesitan modernizarse.
'Ecologización'
Si a las ciudades del pasado les dieron forma las personas, las ciudades del futuro serán configuradas
por las ideas, y hay muchas que compiten acerca de cómo debería ser un espacio futurista.
Algunas de ellas giran en torno a la idea de que la ciudad más inteligente es la más ecológica. Los
expertos en sostenibilidad predicen ciudades "descarbonizadas", llenas de vehículos eléctricos y
sistemas de bicicletas compartidas, con una calidad en el aire tan mejorada que los trabajadores de
las oficinas en realidad podrán abrir sus ventanas por primera vez.
Las visiones de una ciudad verde a menudo incluyen rascacielos donde viviendas y espacio de
oficina conviven con invernaderos flotantes o huertas en lo alto de los edificio. Trataríamos así de
combinar la urbanización con una vuelta a nuestro pasado pastoral.
"Las ciudades están llegando a un punto de quiebre", dice el profesor David Gann, que encabeza el
Laboratorio de Economía Digital del Imperial College de Londres. "Los atascos son cada vez peores,
las filas más largas y las redes de transporte más propensas a retrasos. Las interrupciones de energía
son cada vez más comunes".
Centro neurálgico
La respuesta puede encontrarse en grandes volúmenes de datos y el llamado "internet de las cosas",
donde los objetos previamente simples, "tontos" se hacen inteligentes al estar conectados entre sí.
Una red de sensores, continúa el argumento, ofrece una gran cantidad de información acerca de
cómo una ciudad funciona. Esto permitirá que los sistemas se unan y, finalmente, poder trabajar más
eficientemente.
El internet de las cosas podría anunciar nuevos desarrollos que provocarán pesadillas en los expertos
en privacidad, al estilo de las señales digitales de Minority Report, o vallas publicitarias que se
comunicarían con los transeúntes con mensajes personalizados.
Pero también podrá traer nuevos servicios inimaginables para los ciudadanos, piensa el profesor
Gann.
Las empresas de tecnología como Siemens, IBM, Intel y Cisco creen que las ciudades más
inteligentes serán las que estén conectadas a la red.
Actualmente, IBM cuenta con 2.000 proyectos en curso en ciudades de todo el mundo, desde análisis
de prevención de delitos en Portland, Oregón (EE.UU.) hasta bases de datos de agua en California, o
sistemas de transporte inteligente público en Zhenjiang, China.
Su proyecto estrella está en Río de Janeiro, donde se ha construido un centro de operaciones, que se
presenta como "centro neurálgico" de la ciudad.
Construido inicialmente para ayudar a lidiar con las inundaciones que periódicamente amenazan a la
ciudad, en la actualidad coordina 30 agencias gubernamentales y proporciona aplicaciones móviles
para mantener informados a los ciudadanos de posibles accidentes de tráfico y otras novedades de la
ciudad.
Crowdsourcing
Sassen también se preocupa de la privacidad y el rol que los ciudadanos desempeñarán en los
grandes planes de IBM y otros. "¿Cuándo lo sensorial se convierte en censurable?", se pregunta.
"El comportamiento de una ciudad tiene que ver con el comportamiento de los ciudadanos. A menos
que los sistemas puedan convertirse en el tejido de la vida, nada va a cambiar", argumenta.
Rick Robinson apunta a un proyecto que la compañía completó en Dubuque, Iowa (EE.UU.) donde a
las familias se les ofrece acceso a la información sobre su consumo de agua.
La mayoría pronto cambió sus hábitos y ahorraron agua cuando se enfrentaron a los datos.
Curiosamente, a quienes también se les dio acceso a la información de los vecinos tenían el doble de
probabilidades de hacer cambios.
El poder de "la multitud" será crucial para las ciudades del futuro, piensa Carlo Ratti, director de
"Ciudades Sensibles" del MIT. Por su parte, Ratti ve avecinarse una batalla entre lo que las
corporaciones quieren vender y lo que los ciudadanos realmente necesitan.
"Las ciudades realmente inteligentes -y reales- no son como un regimiento del ejército marchando al
unísono a las órdenes del comandante", dice.
"Se mueven más como los cambios que se producen en una banda de pájaros o un banco de peces,
en los que los individuos responden a las sutiles señales sociales y del comportamiento de sus
vecinos acerca de qué camino seguir".
Mientras que las ciudades inteligentes se mueven del concepto a la realidad, el analista de Ovum, Joe
Dignan, tiene
una advertencia.
"Las empresas crean videos de personas encantadoras en casas de cristal que hacen cosas al estilo de
Minority Report, pero muéstrenme, ¿cómo va esto a ayudar a la gente que está en sus viviendas
subsidiadas para personas de bajos ingresos en rascacielos de 20 plantas?".
Sus palabras se hacen eco de las de la escritora y urbanista estadounidense Jane Jacobs que advirtió
hace varias décadas: "Las ciudades tienen la capacidad de proporcionar algo para todo el mundo,
sólo porque, y sólo cuando, son creadas por todo el mundo".
Aquellas ciudades del futuro harían bien en prestar atención a ese consejo.
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Hace unos días descubrimos el proyecto Paris Smart City 2050, que pretende transformar
radicalmente la capital francesa en unos 35 años. La verdad es que la propuesta,
que conocemos gracias a Xataka, resulta ambiciosa: los edificios estarían llenos de
vegetación (incluso con huertos urbanos) y se volverían autosuficientes
energéticamente, gracias al uso de la energía solar, eólica y a la fuerza del río Sena. Eso
supondría que la emisión de gases de efecto invernadero se reduciría en un 75%, e incluso
el agua de la luvia se aprovecharía. Un verdadero sueño hecho realidad.
Pero lo cierto es que el proyecto Paris Smart City 2050 suena un tanto irrealizable a día
de hoy, tanto a nivel técnico como económico. Así que vamos a analizar algunas otras
posibilidades que sí veo probable que acaben transformando nuestro paisaje urbano de
forma radical. Aquí van algunas ideas de lo más interesantes:
Ya hemos visto que las regulaciones de los drones son muy restrictivas a día de hoy, así
que queda mucho por hacer en ese campo. Además, estos aparatos pueden destruir
muchos puestos de trabajo. Pero eso es un reto ya para los economistas, la tecnología
sólo se centra en hacer todo más cómodo y eficiente.
La ciudad conectada
El Internet de las Cosas está despegando, y se va a hacer notar en las ciudades. Todo
estará conectado, y eso va a suponer más eficiencia: si un contenedor está lleno, avisará
para que lo vengan a vaciar. Si un semáforo se estropea, su autodiagnóstico indicará que
necesita una reparación. Todo lo que ocurra estará monitorizado de forma constante para
que funcione a la perfección.
Eso sí, no podemos descartar que este control absoluto suponga problemas. Puede
aumentar la seguridad ciudadana, pero también transformarse en un sistema para
controlar a la población y reprimir los movimientos sociales. De nuevo, la tecnología es
neutra, y depende de nosotros usarla de una manera responsable.
Tráfico ultraeficiente
Hace tiempo hemos hablado de que los coches autónomos están empezando a avanzar, y
es muy probable que en el 2050 se hayan desarrollado de una forma completa. Eso
supondrá que el tráfico se volverá muchísimo más fluido, o al menos más eficiente,
porque los vehículos automáticos podrán conducir más rápido sin temor a accidentes y se
sincronizarán en las intersecciones en busca de optimizar los tiempos de espera.
Es más, puede que ni poseamos coches: en un entorno en el que un automóvil puede venir
a buscarnos él solo cuando queramos y luego irse a prestar otro servicio, es posible
que todos recurramos a taxis robóticos. De nuevo, puede haber consecuencias sobre el
empleo, pero está claro que sería un sistema que haría nuestra vida mucho más cómoda y
facilitaría el transporte. Viendo como avanzan las cosas, no creo que esta posibilidad resulte
absurda.
¿Es esta la ciudad perfecta del 2015? Si algo nos han enseñado las películas ciencia ficción
de décadas pasadas, es que las cosas suelen discurrir de una manera muy distinta a la
que imaginamos. Así que es posible que en el 2050 las ciudades sean muy diferentes…
¡incluso peores que ahora, aunque resulten más avanzadas! Pero, como ciudad perfecta, la
verdad es que la que acabamos de describir parece muy interesante. ¡Esperemos estar aquí
dentro de 35 años para ver cómo ha cambiado el paisaje urbano en este tiempo!
¿Qué opinas de estas ideas? ¿Crees que esta es la ciudad del perfecta del 2050, o tienes
otras predicciones respecto al futuro?
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propias historias
Hay mucho por hacer. La última Cumbre de París, que tuvo como premisa "salvar al
planeta", dejó más dudas que certezas. De las recomendaciones de su texto final, 134 de
ellas están encabezadas por un "debería". Penedo dice: "Todo se relativiza, no hay unidad
en las posturas y, lo que es peor, no hay un compromiso mayoritario. En definitiva,
quedará librado a la manera en que lo asuma cada país".
En América latina, la ciudad de Curitiba, al sur de Brasil, también marca el norte en esta
línea. Las acciones se enfocan en el transporte y planeamiento urbano. Otro tanto sucede
en el estado de Pernambuco, donde se levanta la primera ciudad inteligente del país,
Arena Pernambuco, un área de 240 hectáreas que se adapta a la tendencia verde con el
ahorro de energía mediante fuentes alternativas.
¿Cómo pensar las ciudades para ese entonces? La tarea de los urbanistas no es sencilla.
Hay que evaluar variables físicas, sociales y económicas, trabajando en conjunto con
profesionales de otras disciplinas para entender la dinámica de la ciudad, sus
problemáticas y necesidades antes de intervenir el espacio urbano.
El desarrollo urbano alrededor de las estaciones de metro fue clave para conectar los
asentamientos populares de las laderas de la ciudad con la red, conocida como Metro
Cable, en el valle inferior de la ciudad. Las escaleras mecánicas públicas y gratuitas en
zonas con pendientes contribuyeron a la conexión con las estaciones de metro. La
recuperación de zonas marginadas es el símbolo de un "Nuevo Medellín" que privilegió el
desarrollo cultural y la inclusión social. El resultado: la disminución de la violencia y de la
tasa de desempleo, así como la enorme mejora en la percepción de los habitantes acerca
de la ciudad.
Gabriela Koolen
Imagine una ciudad del futuro. ¿Qué ve?, ¿calles limpias, autos
voladores y robots que hacen todo el trabajo?
Nadie sabe realmente qué nos depara el futuro, pero la realidad ahora
es que nuestros espacios urbanos están atestados de gente y
contaminados. Casi la mitad de la población mundial vive actualmente
en ciudades, y para el año 2050 se prevé que aumente a 75%, pero ¿en
qué tipo de ciudad viviremos por entonces?
Algunas de las ideas que configurarán la ciudad del futuro, giran en torno a ciudades
descarbonizadas, llenas de vehículos eléctricos y sistemas de bicis compartidas, con una buena
calidad del aire. Foto: Archivo
Ecologización
Si a las ciudades del pasado les dieron forma las personas, las ciudades
del futuro serán configuradas por las ideas, y hay muchas que compiten
acerca de cómo debería ser un espacio futurista. Algunas de ellas giran
en torno a la idea de que la ciudad más inteligente es la más ecológica.
Los expertos en sostenibilidad predicen ciudades "descarbonizadas",
llenas de vehículos eléctricos y sistemas de bicicletas compartidas, con
una calidad en el aire tan mejorada que los trabajadores de las oficinas
en realidad podrán abrir sus ventanas por primera vez.
Centro neurálgico
La respuesta puede encontrarse en grandes volúmenes de datos y el
llamado "internet de las cosas", donde los objetos previamente simples,
"tontos" se hacen inteligentes al estar conectados entre sí.
VER TAMBIÉN:
Así combaten las ciudades del mundo la
contaminación
¿Cómo afectan los coches al cambio climático?
¿Cómo serán las ciudades del
futuro?
La ciudad del futuro será "descarbonizada", llena de
vehículos eléctricos y con una buena calidad del
aire.
Ecologización
Centro neurálgico
Crowdsourcing
Santiago Ibáñez
@abc_motorMadrid11/01/2017 09:30hActualizado:11/01/2017 14:22h
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Considero que el tema básico de cara a analizar y diseñar la ampliación de las grandes
ciudades consiste en tener claros los modelos urbanos que conviven en el mundo
occidental. Me refiero, pues, a Europa y a la totalidad de América. El legado urbano que
nos ha transmitido la historia ofrece una doble opción: ciudad de tipo mediterráneo o
ciudad de carácter anglosajón y nórdico.
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El urbanista madrileño Chueca Goitia apuntó, pero sin desarrollarla, esta idea de los dos
modelos y les puso unos nombres que creo muy acertados: ciudad pública y ciudad
doméstica. Lo hizo su libro 'Breve historia del urbanismo'. Yo ya intuía esta cuestión y me
puse en contacto con él manteniendo dos conversaciones en las que me animó a estudiar las
características de cada modelo, cosa que he hecho en algún libro.
Por otra parte, un urbanista norteamericano, simplificando, califica los modelos como
ciudad del peatón ('pedestrian city') y ciudad del coche ('car city') al focalizar la cuestión en
esta característica. Estos modelos son teóricos y no encajan del todo con la realidad.
El ejemplo real del primer modelo son las ciudades mediterráneas del sur de Europa pero
también las ciudades históricas del norte, las cuales eran compactas cuando los medios de
comunicación eran precarios y se fueron dispersando en el momento de entrar en juego
la movilidad motorizada. El perfecto ejemplo del segundo son la mayoría de ciudades de
Estados Unidos con las honrosas excepciones de Nueva York, Chicago, Boston, San
Francisco y alguna más.
Lo que pasa en nuestro territorio, especialmente durante el siglo XX, es que los
crecimientos de las ciudades se han ido desvirtuando en algunos aspectos. Creo que han
influido dos causas: 1) deslumbramiento ante la modernidad banal de rascacielos aislados,
grandes centros comerciales, infraestructuras espectaculares, etcétera, y 2) invasión de la
ciudad por los coches (y motos), en circulación y aparcados, que han dañado el ambiente
urbano.
Resumiré los rasgos de cada modelo. La ciudad pública otorga un gran protagonismo al
espacio público formalizado, de paso y de encuentro. Es la ciudad del peatón. Calles
continuas y compactas. Apuesta por la artificialidad pero con una red de parques urbanos y
calles arboladas. Sobre la base residencial (la materia prima), mezcla con todos los otros
usos. Densidad media/alta. Compleja y segura. Son características de aplicación
preeminente pero sin que lleguen nunca al 100%.
La ciudad doméstica es todo lo contrario. El espacio público está pensado para el paso de
los vehículos motorizados. Es la ciudad del coche. Mezcla indiscriminada de construcción
y vegetación. Tiene una estructura urbana muy dispersa definida por el volumen de los
edificios y no por el espacio. Los usos urbanos están separados. Acumulaciones de un solo
uso formando guetos (grandes centros comerciales, agrupación de bloques de oficinas, etc.).
En realidad, no llega a ciudad sino que es un asentamiento humano.
EL FACTOR ECOLÓGICO
Descritos someramente los dos modelos, hay que hacerse una pregunta: ¿cuál es el más
conveniente para apostar de cara al futuro?. Hay que tener en cuenta dos cuestiones. Una es
que, debido a la gran inercia del urbanismo siempre se debe vislumbrar el porvenir. La otra
es que, hoy en día, resulta imprescindible tener en cuenta el ecologismo, la piedra de toque
para escoger qué modelo es el mejor.
Sin duda, la ciudad pública de raíz mediterránea se adapta fácilmente a los requerimientos
de la sostenibilidad. No es necesario modificar su estructura urbana y solamente los
edificios han de incorporar un mejor aislamiento térmico y producir energía. Y, por
supuesto, introducir las TIC (aquello de la 'smart city'), aplicables a cualquier modelo.
En cambio, la ciudad doméstica tiene unas características estructurales que son contrarias al
ecologismo. Si no estoy equivocado, es muy curioso constatar que la histórica ciudad
mediterránea, convertida en pública mediante una actualización y unas correcciones que no
afectan su esencia, pueda ser la base y el referente de la ciudad del futuro. El otro modelo
nos llevaría hacia un futuro totalmente insostenible.
Tal vez, su visión es más distópica, con un régimen autoritario estilo Gran Hermano,
callejones oscuros llenos de delincuencia y gente forzada a vivir en nichos herméticos
porque la guerra o algún otro desastre han hecho que zonas enteras de la ciudad sean
inhabitables.
Nadie sabe realmente qué nos depara el futuro, pero la realidad ahora es que nuestros
espacios urbanos están atestados de gente y contaminados. Casi la mitad de la población
mundial vive actualmente en ciudades, y para el año 2050 se prevé que aumente a 75%,
pero ¿en qué tipo de ciudad viviremos por entonces?
Ha llegado el momento, dicen los expertos, de empezar a diseñar entornos urbanos más
inteligentes. Las nuevas ciudades necesitan albergar a una población cada vez mayor y en
las que vivimos ahora necesitan modernizarse.
Ecologización
Si a las ciudades del pasado les dieron forma las personas, las ciudades del futuro serán
configuradas por las ideas, y hay muchas que compiten acerca de cómo debería ser un
espacio futurista. Algunas de ellas giran en torno a la idea de que la ciudad más inteligente
es la más ecológica. Los expertos en sostenibilidad predicen ciudades “descarbonizadas”,
llenas de vehículos eléctricos y sistemas de bicicletas compartidas, con una calidad en el
aire tan mejorada que los trabajadores de las oficinas en realidad podrán abrir sus
ventanas por primera vez.
Las visiones de una ciudad verde a menudo incluyen rascacielos donde viviendas y
espacio de oficina conviven con invernaderos flotantes o huertas en lo alto de los edificio.
Trataríamos así de combinar la urbanización con una vuelta a nuestro pasado pastoral.
“Las ciudades están llegando a un punto de quiebre”, dice el profesor David Gann, que
encabeza el Laboratorio de Economía Digital del Imperial College de Londres. “Los
atascos son cada vez peores, las filas más largas y las redes de transporte más propensas
a retrasos. Las interrupciones de energía son cada vez más comunes”.
Centro neurálgico
La respuesta puede encontrarse en grandes volúmenes de datos y el llamado “internet de
las cosas”, donde los objetos previamente simples, “tontos” se hacen inteligentes al estar
conectados entre sí.
Una red de sensores, continúa el argumento, ofrece una gran cantidad de información
acerca de cómo una ciudad funciona. Esto permitirá que los sistemas se unan y,
finalmente, poder trabajar más eficientemente.
Actualmente, IBM cuenta con 2.000 proyectos en curso en ciudades de todo el mundo,
desde análisis de prevención de delitos en Portland, Oregón (EE.UU.) hasta bases de
datos de agua en California, o sistemas de transporte inteligente público en Zhenjiang,
China. Su proyecto estrella está en Río de Janeiro, donde se ha construido un centro de
operaciones, que se presenta como “centro neurálgico” de la ciudad.
Construido inicialmente para ayudar a lidiar con las inundaciones que periódicamente
amenazan a la ciudad, en la actualidad coordina 30 agencias gubernamentales y
proporciona aplicaciones móviles para mantener informados a los ciudadanos de posibles
accidentes de tráfico y otras novedades de la ciudad.
OPINION
Fecha de publicación: 2015-01-23
"Paris Smart City 2050" no busca transformar sólo una calle, sino
toda la ciudad, siendo el primer proyecto sostenible con estas
características, que además ya ha sido aprobado por el gobierno de la
ciudad.
El proyecto a cargo de la firma de ingeniería Setec Bâtiment y el
arquitecto Vincent Callebaut, busca reducir las emisiones
contaminantes producidas principalmente por los gases de efecto
invernadero en hasta un 75% hacia 2050.
El proyecto de "Paris Smart City 2050" está integrado por elementos
que formarán parte de un nuevo paisaje urbano, siendo la
transformación más grande que sufra una ciudad. Entre los
elementos que ayudarán a este nuevo ecosistema nos encontramos con
grandes torres residenciales que serán capaces de producir su propia
electricidad gracias a que estarán construidas con celdas solares y
escudos térmicos.
Toda el agua de lluvia será aprovechada con unas bombas
"hidroeléctricas reversibles" que también serán impulsadas por energía
creada a partir de las celdas fotovoltaicas y pequeñas torres eólicas
ubicadas en toda la ciudad.
La ciudad también contará con nuevos parques verticales equipados
con "biorreactores de algas", torres de bambú con huertas integradas y
puentes con diseños inspirados en medusas, con mecanismos que
buscan aprovechar el movimiento del viento y el agua en los ríos para
así generar energía.
Todo esto parece sacado de una gran novela de ciencia ficción, que
aunque ya ha sido aprobado por el gobierno de la ciudad, hay muchos
factores que se necesitan resolver antes de echar andar el proyecto,
donde uno de los principales es, como siempre, el dinero. Pero sin
duda con el paso de los años veremos más de estos proyectos que
buscan traer a nuestros días un nuevo diseño urbano, que tal vez
no busque transformar ciudades, pero si empiece por calles, edificios y
elementos que integran nuestra ciudad, poco a poco, ya que
transformar de un día para otro una ciudad conlleva riesgos de
mantenimiento y fallos que por supuesto no se tienen contemplados.
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COMENTARIOS
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No dejamos de oír conceptos como el “internet de las cosas” y de aplicar la categoría 'smart' a todo
lo que nos rodea: Teléfonos, televisores, electrodomésticos y, a un nivel más global, ciudades. Los
cambios que están teniendo lugar en las ciudades del siglo XXI no incluyen enormes despliegues de
infraestructuras, sino una aplicación invisible de las tecnologías de la información para una gestión
más eficiente, ya que los núcleos urbanos ocupan solamente el 2 % del espacio mundial y
consumen el 75% de los recursos del planeta.
¿En qué aspectos de su gestión sobresale una smart city? Prácticamente en casi todo lo que
requiera ser gestionado: alumbrado, tráfico, residuos, contadores... pero nosotros vamos a
destacar los campos que más nos afectan en nuestra vida diaria.
Tráfico y movilidad
Los embotellamientos de automóviles son uno de los grandes problemas de las grandes ciudades y
ya hay empresas que trabajan en mejorar gracias a la tecnología, como IBM, que está recogiendo
datos de Singapur, Estocolmo y California para lograr algoritmos que puedan predecir un atasco
una hora antes de que ocurra. La misma empresa ha desarrollado una app en Dublín para ayudar a
los conductores a encontrar aparcamiento, basándose en las estadísticas de circulación y ocupación
de sitios para estacionamiento. Además, una vez que hayas aparcado, si puedes pagar y renovar el
ticket del parquímetro con tu smartphone, como ya sucede en algunas ciudades españolas, mejor
que mejor.
Hay otras iniciativas como la start up israelí Waze que ofrecen los datos de sus usuarios en tiempo
real (en su país son casi el 20% de los conductores) y cuya experiencia ha sido valorada por
ciudades como Río de Janeiro, que han recurrido a este GPS social para integrar tecnología en su
centro de mandos de tráfico. Waze ha sido comprado este año por Google, muestra de su interés
por entrar en el mercado de ciudades inteligentes (no solamente con su prototipo de coche
autónomo).
El de la movilidad es uno de los campos en el que advertimos más avances y se podrían citar
multitud de ejemplos de colaboración entre las administraciones y los ciudadanos. El ayuntamiento
de Boston solicitó que se desarrollara una app (Street Bump) que pudiera avisar de los baches de
las calles a través de los teléfonos de los usuarios, automáticamente, gracias a los sensores de
acelerómetro y giroscopio que tienen los smartphones.
Por si quieres saber más de todo esto, puedes leer acerca de los proyectos de gestión del
transporte (individual y colectivo) en este informe de la Fundación Telefónica.
Otro actor protagonista en las nuevas urbes es el ciudadano, que participa y colabora en el
desarrollo de su entorno. La contaminación mata a mucha gente y es un problema a tener en
cuenta, para el que no basta solamente datos oficiales sobre sus niveles. ¿Por qué no convertirnos
nosotros mismos en generadores de datos? Hay iniciativas muy interesantes, como Air Quallity Egg,
una comunidad que recopila los datos de dióxido de nitrógeno y dióxido de carbono que los
sensores que sus usuarios instalan en sus casas. Los datos se muestran en un mapa en tiempo real.
En la misma línea destaca Smart Citizen, un “sensor ciudadano” desarrollado en Barcelona que ha
ganado recientemente el premio World Smart Cities: no solamente mide la contaminación
ambiental, también la acústica, con una placa electrónica que cualquiera puede colocar en su casa
y cuyo desarrollo fue financiado mediante crowdfounding.
link: https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=BMRiz-tYGPw
Como vemos, las aplicaciones pueden ser bastante útiles cuando estén más generalizadas, hasta
existen aplicaciones que sirven para medir la contaminación lumínica.
Santander, una de las ciudades españolas que más apuestan por los nuevos modelos de gestión
inteligentes, cuenta con un proyecto de gestión ambiental del agua que va a ofrecer todo tipo de
datos a los ciudadanos. El programa 'Smart cities, smart water' cuenta con un despliegue de
sensores y motorización de la gestión del agua que culminarán con el desarrollo de aplicaciones
para que los ciudadanos participen de su gestión, su ahorro y su consumo responsable.
Además del agua, muchas ciudades están incorporando nuevas soluciones para los servicios que
están obligados a ofrecer: farolas inteligentes que se apagan cuando la zona no es muy transitada,
semáforos que se ponen en verde antes de pasar el autobús o tranvía, sensores en los
contenedores de basura para informar al personal que la recoge...
Un mundo de posibilidades para que, en unos años, todos nos convirtamos en unos
auténticos smart citizens.
Los últimos proyectos para diseñar la urbe del
siglo XXII, a cargo de IBM, Cisco y el MIT, tienen
más de realismo que de ciencia ficción. La
mayoría apunta a dos grandes objetivos:
conseguir ciudades ecoeficientes en consumo de
agua, electricidad y otros recursos, y dotar de
inteligencia a todo lo que nos rodea (edificios,
coches, objetos...).
IBM ya prueba en una docena de lugares, desde Nueva York a Hangzhou (China), estas
ideas. En Malta, la compañía diseña una red inteligente de abastecimiento de agua y
electricidad. Instalarán 250.000 lectores integrados con programas de análisis en
tiempo real para detectar y prevenir fugas de agua y energía. Estará listo en 2012 y
convertirá al país en el primero con un sistema capaz de ahorrar y administrar recursos
de forma automatizada.
"La clave está en unir la infraestructura física a la tecnológica para obtener
información en tiempo real y actuar sobre ella, anticiparse", explica Elisa Martín
Garijo, directora de innovación de IBM España y una de las responsables de la
iniciativa de Malta. La empresa está aplicando el mismo concepto para prevenir
crímenes en Nueva York y reducir el tráfico en Estocolmo. Es el inicio de la urbe del
futuro.
Otras imagenes para tener una idea de lo que muchos esperan ver en un futuro no muy lejano
6 – Sky Terra
Este diseño fue propuesto en el marco del concurso eVolo Skyscraper 2009. Se trata de
una ciudad que pone el énfasis en la vida en las alturas, aprovechando las terrazas -especialmente
sobredimensionadas- para alojar parques, piscinas, anfiteatros y centros de uso común. Los
habitantes de estas torres vivirán como si estuviesen morando en árboles gigantescos, aunque con
todas las comodidades de los lujosos apartamentos. El proyecto Sky-Terra es bonito, pero sus
creadores nada dicen sobre los habitantes de la ciudad original que puede verse al lado,
condenados a vivir a la sombra de estas enormes torres. Difícilmente se construirá alguna vez.
5 – The Venus Project
Otra iniciativa que se centra en la autosostenibilidad energética y el bajo impacto medioambiental.
The Venus Project propone una reestructuración de la sociedad, e intenta persuadir a la
humanidad de que el desarrollo de las ciudades no puede tener lugar a costa del medioambiente.
Jacque Fresco es el responsable de este grupo de sociólogos y expertos en urbanismo que tiene su
sede en Florida. A lo largo de los últimos años han propuesto una serie de conceptos de ciudades
que se encuadran dentro de un marco mayor, en el que todos los bienes y servicios están
disponibles para todos, sin necesidad de dinero, créditos, trueque, o cualquier otra forma de deuda
o servidumbre. Suena bien y seguramente es lo que necesitamos para mantener la Tierra en
condiciones durante siglos, pero difícilmente pueda convencer a las corporaciones de que está en
lo correcto.
4 – Sky City
Sky City es una ciudad vertical proyectada por el arquitecto ruso Victor Kirillow. Se trata de una
verdadera megaestructura vertical en la que cada planta es una pequeña ciudadcon sus escuelas,
jardines, centros comerciales y zonas de ocio. Según el arquitecto, a cada nivel se accedería
mediante vehículos voladores, aunque casi nunca habría necesidad de abandonar el nivel en cada
uno vive. “El crecimiento de las ciudades en forma horizontal es ineficiente, por que genera un
ingente gasto de recursos. Algunos prototipos demuestran que la opción de crecer en vertical es
posible", dice Vicente Guallart, director del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña. Sin
embargo, puede que nuestra tecnología no esté lista para permitirnos construir algo así hasta
dentro de mucho tiempo.
3 - New Songdo City
Estrictamente hablando, New Songdo City será un centro internacional de negocios. Asentado
sobre 1.500 hectáreas de tierra recuperada 65 km al oeste de Seúl, en Corea del Sur , incluirá un
centro de convenciones, un museo, un centro cultural, un campo de golf y una serie de edificios de
apartamentos y oficinas. Reproducirá características arquitectónicas de otras ciudades del mundo,
incluyendo el Central Park de Nueva York y los canales de Venecia. Es el proyecto de este Top 10
con un plazo de construcción más corto, ya que sus diseñadores creen tenerlo terminado en unos
10 años. Aspira a transformar a Corea del Sur el centro de negocios por excelencia de Asia, y si
realmente se construye, es muy posible que lo logre.
2 – La “no ciudad”
No son pocos los que alegan que gracias a las modernas telecomunicaciones en realidad no
necesitamos vivir en ciudades. De hecho, muchas tareas y trabajos pueden hacerse desde casa, y
no importa lo alejada que se encuentre del centro de una ciudad. Casas distribuidas por la montaña
o los bosques, hechas de materiales biodegradables y que obtienen su energía del Sol o el viento
suelen proponerse con bastante frecuencia. Es posible que una ciudad distribuida a lo largo de
miles de kilómetros cuadrados -una “no ciudad”- sea una alternativa viable, pero antes de que
podamos vivir de esa forma necesitamos resolver el problema logístico que implica distribuir
comida e insumos a millones de personas que viven tan apartadas unas de otras.
1 – Dubai
Esta es la primera “ciudad del futuro”. Aloja al edificio más alto del mundo -Burj Dubai, con 828
metros de altura- y alberga unos 2 millones y medio de personas. Aunque el ritmo frenético con el
que se construían rascacielos, monoraíles, hoteles y casinos durante los 7 u 8 primeros años de
este siglo ha disminuido, Dubai puede considerarse sin lugar a dudas como una ciudad del futuro.
Puede tomarse como modelo para estimar el costo -desmesurado- y el tiempo -asombrosamente
corto- que se necesita para construirse una ciudad de avanzada.
¿Viviremos en lugares así en el futuro? Seguramente sí. Lo único que no sabemos es cuánto tiempo
nos llevará reestructurar las ciudades actuales para que se parezcan a algunas de las que te hemos
mostrado. A veces, algo tan aparentemente simple como construir una autopista implica años de
planes y trámites burocráticos, por lo que remodelar una ciudad completa puede demorar siglos.
Sin embargo, proyectos como Dubai demuestran que puede hacerse, aunque sea necesario
comenzar casi de cero.
Es todo amigos, espero que sea de su interes o por lo menos de entretenimiento, Feliz noche!!
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Fuentes de Información - Las ciudades del futuro
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Hace unos días descubrimos el proyecto Paris Smart City 2050, que pretende transformar radicalmente
la capital francesa en unos 35 años. La verdad es que la propuesta, que conocemos gracias a Xataka,
resulta ambiciosa: los edificios estarían llenos de vegetación (incluso con huertos urbanos) y se
volverían autosuficientes energéticamente, gracias al uso de la energía solar, eólica y a la fuerza del
río Sena. Eso supondría que la emisión de gases de efecto invernadero se reduciría en un 75%, e
incluso el agua de la luvia se aprovecharía. Un verdadero sueño hecho realidad.
Pero lo cierto es que el proyecto Paris Smart City 2050 suena un tanto irrealizable a día de hoy,
tanto a nivel técnico como económico. Así que vamos a analizar algunas otras posibilidades que sí veo
probable que acaben transformando nuestro paisaje urbano de forma radical. Aquí van algunas ideas
de lo más interesantes:
Ya hemos visto que las regulaciones de los drones son muy restrictivas a día de hoy, así que queda
mucho por hacer en ese campo. Además, estos aparatos pueden destruir muchos puestos de
trabajo. Pero eso es un reto ya para los economistas, la tecnología sólo se centra en hacer todo más
cómodo y eficiente.
Las ventajas son muchas: se volvería mucho más sencillo instalar nuevas conexiones de fibra
ultraveloces, en caso de que se rompa una tubería del agua la reparación sería rápida y sin ruidos por
las obras, dejaríamos de encontrar aparatosos y malolientes contenedores en las calles…
La ciudad conectada
El Internet de las Cosas está despegando, y se va a hacer notar en las ciudades. Todo estará conectado,
y eso va a suponer más eficiencia: si un contenedor está lleno, avisará para que lo vengan a vaciar.
Si un semáforo se estropea, su autodiagnóstico indicará que necesita una reparación. Todo lo que
ocurra estará monitorizado de forma constante para que funcione a la perfección.
Eso sí, no podemos descartar que este control absoluto suponga problemas. Puede aumentar la
seguridad ciudadana, pero también transformarse en un sistema para controlar a la población y
reprimir los movimientos sociales. De nuevo, la tecnología es neutra, y depende de nosotros usarla de
una manera responsable.
Tráfico ultraeficiente
Hace tiempo hemos hablado de que los coches autónomos están empezando a avanzar, y es muy
probable que en el 2050 se hayan desarrollado de una forma completa. Eso supondrá que el tráfico se
volverá muchísimo más fluido, o al menos más eficiente, porque los vehículos automáticos podrán
conducir más rápido sin temor a accidentes y se sincronizarán en las intersecciones en busca de
optimizar los tiempos de espera.
Es más, puede que ni poseamos coches: en un entorno en el que un automóvil puede venir a buscarnos
él solo cuando queramos y luego irse a prestar otro servicio, es posible que todos recurramos a taxis
robóticos. De nuevo, puede haber consecuencias sobre el empleo, pero está claro que sería un sistema
que haría nuestra vida mucho más cómoda y facilitaría el transporte. Viendo como avanzan las cosas,
no creo que esta posibilidad resulte absurda.
Respecto al espacio para los peatones, también lo veo difícil. Quizá sí en las zonas residenciales pero,
aunque el tráfico mejore gracias a los coches autónomos, está claro que van a seguir circulando muchos
coches, y puede que incluso aumenten los desplazamientos, o que las ciudades disparen su densidad
de población. Desde luego, enterrar el tráfico sería genial, pero no me parece factible, ni aun en el
lejano 2050.
¿Es esta la ciudad perfecta del 2015? Si algo nos han enseñado las películas ciencia ficción de décadas
pasadas, es que las cosas suelen discurrir de una manera muy distinta a la que imaginamos. Así
que es posible que en el 2050 las ciudades sean muy diferentes… ¡incluso peores que ahora, aunque
resulten más avanzadas! Pero, como ciudad perfecta, la verdad es que la que acabamos de describir
parece muy interesante. ¡Esperemos estar aquí dentro de 35 años para ver cómo ha cambiado el paisaje
urbano en este tiempo!
¿Qué opinas de estas ideas? ¿Crees que esta es la ciudad del perfecta del 2050, o tienes otras
predicciones respecto al futuro?
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BBC MUNDO
¿Se ha preguntado dónde usted o sus hijos podrían estar viviendo en el año
2050? Los expertos predicen que para entonces tres cuartas partes de la
población mundial vivirá en ciudades.
Los autos autónomos cambiarán el modo en que lucen las calles para siempre,
los semáforos por ejemplo, no serán ya necesarios.
Red humana. Más que celulares en nuestros bolsillos, el ciudadano del 2050
probablemente llevará una computadora, posiblemente similar a las gafas de
Google (foto). Esto supondrá que los habitantes de las ciudades serán sensores
en sí mismos, lo que generará cuestionamientos sobre cómo conservar en
privado estos datos.
Redes de fibra óptica súper-rápidas serán la norma en la ciudad del 2050, pero
no consistirá tan sólo en fibra óptica en nuestro hogar, sino fibra óptica en
todo. Todos los servicios, desde la salud, la educación, gobierno y suministros
estarán conectados a la misma red que se convertirá en el centro nervioso de la
ciudad del 2050.
Ciudad del futuro Ciudad del futuro. La arquitectura y el urbanismo son arte, la ciudad
del futuro debe de ser un espacio dedicado al atractivo y a la armonización con los
ciudadanos que residen en ella. Las brechas socio-económicas en este tipo de espacios
no deben de existir, dejando a un lado las causas que dan motivo para el surgimiento de
la violencia social y la exclusión de algunos sectores de la sociedad. Tanto la
arquitectura como el urbanismo están estrechamente relacionadas y trabajan
arduamente para suprimir las pésimas condiciones en las que a veces se ve sumergida
una sociedad. El urbanismo es la sede del proyecto arquitectónico, el arquitecto Naselli
se ha preguntado cuales serán las condiciones de la ciudad futura? , incluye que los
arquitectos tienen numerosos motivos para identificar sus predicciones en cuanto la
ciudad que se ve venir, ya que si se visualiza la ciudad que vendrá en el futuro los
caminos que se recorren en el presente irán con un objetivo ya establecido. En la
historia de la humanidad, una ciudad constituye un hecho de trascendencia cultural. Es
por esta razón que aunque se vea envuelta en conflictos económicos y sociales, no debe
de perder su esencia ni dejar de ser si misma. El objetivo de una ciudad es el equilibrio,
esto nos quiere decir que debe de estar enfocada en ser equitativa y dadivosa con cada
uno de los elementos que la conforman, esto hace que mas tarde este espacio sea
considerado como algo único. Una ciudad no esta prevista para evadir las
responsabilidades que tiene con cada uno de sus integrantes, sin embargo es muy visto
que los que la hacen pensando en enriquecerse de la misma si eluden sus
responsabilidades. Debe de estar organizada de manera tal que no haya ninguna brecha
de significancia entre los estratos sociales que la conforman, lo que conlleva a un atraso
del ente social. Algunos arquitectos están concientes de que los espacios verdes
públicos que conforman las ciudades deben de ser disfrutados por todos los ciudadanos
por igual , personas concientes que hacen todo lo posible por trabajar en equipo en el
mantenimiento de todo el sector , donde el ser humano sea el protagonista principal de
la misma y no los sistemas de transporte individualizados. La discriminación es algo que
no existe en una ciudad ideal, todos los habitantes tienen igual oportunidad de acceder a
equipamientos tecnológicos y servicios de calidad. En cuanto al ahorro de energía ,
estos espacios deben dejar de ser los que mas consumen energía, hoy en día existen
muchas energías alternativas que son muy viables en cuanto a la reducción de energía
eléctrica se refiere . El utilizar estos recursos se reduce así mismo el nivel de
contaminación existente en la urbe, dando paso al mantenimiento de la salud del
hombre. Si las mismas se dedican a aprovechar sus cualidades naturales, es posible que
haya un descenso considerable en el consumo de energía eléctrica. Si observamos que
esta crece hacia un futuro seguro, es muy seguro que será gracias al respeto y al trabajo
en equipo de sus integrantes. En las decisiones que tengan que ver con el crecimiento
de la urbanización, toda la ciudadanía debe de participar y opinar equitativamente, si es
posible aportar nuevas ideas, para que los beneficios recaigan sobre todos de igual
forma y magnitud. Si pensamos en la ciudad del mañana, estamos materializando la
ciudad del presente, llevándola hacia donde pensamos y queremos que este. Esta
pregunta debe de estar en la mente de cada arquitecto, para que los mismos actúen por
una causa ya establecida que sea mas para el beneficio de todos. Equipo arquitectura y
construcción de ARQHYS.com.
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La ecologización, la interconexión de los objetos a través de internet y el comportamiento de los
individuos en comunidad son algunos de los parámetros que configurarán la ciudad del futuro.
Tal vez, su visión es más distópica, con un régimen autoritario estilo Gran Hermano, callejones
oscuros llenos de delincuencia y gente forzada a vivir en nichos herméticos porque la guerra o
algún otro desastre han hecho que zonas enteras de la ciudad sean inhabitables.
Nadie sabe realmente qué nos depara el futuro, pero la realidad ahora es que nuestros espacios
urbanos están atestados de gente y contaminados.
Casi la mitad de la población mundial vive actualmente en ciudades, y para el año 2050 se prevé
que aumente a 75%, pero ¿en qué tipo de ciudad viviremos por entonces?
Ha llegado el momento, dicen los expertos, de empezar a diseñar entornos urbanos más
inteligentes. Las nuevas ciudades necesitan albergar a una población cada vez mayor y en las que
vivimos ahora necesitan modernizarse.
'Ecologización'
Algunas de las ideas que configurarán la ciudad del futuro, giran en torno a ciudades
"descarbonizadas", llenas de vehículos eléctricos y sistemas de bicis compartidas, con una buena
calidad del aire.
Si a las ciudades del pasado les dieron forma las personas, las ciudades del futuro serán
configuradas por las ideas, y hay muchas que compiten acerca de cómo debería ser un espacio
futurista.
Algunas de ellas giran en torno a la idea de que la ciudad más inteligente es la más ecológica. Los
expertos en sostenibilidad predicen ciudades "descarbonizadas", llenas de vehículos eléctricos y
sistemas de bicicletas compartidas, con una calidad en el aire tan mejorada que los trabajadores de
las oficinas en realidad podrán abrir sus ventanas por primera vez.
Las visiones de una ciudad verde a menudo incluyen rascacielos donde viviendas y espacio de
oficina conviven con invernaderos flotantes o huertas en lo alto de los edificio. Trataríamos así de
combinar la urbanización con una vuelta a nuestro pasado pastoral.
"Las ciudades están llegando a un punto de quiebre", dice el profesor David Gann, que encabeza el
Laboratorio de Economía Digital del Imperial College de Londres. "Los atascos son cada vez peores,
las filas más largas y las redes de transporte más propensas a retrasos. Las interrupciones de
energía son cada vez más comunes".
Centro neurálgico
Una red de sensores, continúa el argumento, ofrece una gran cantidad de información acerca de
cómo una ciudad funciona. Esto permitirá que los sistemas se unan y, finalmente, poder trabajar
más eficientemente.
El internet de las cosas podría anunciar nuevos desarrollos que provocarán pesadillas en los
expertos en privacidad, al estilo de las señales digitales de Minority Report, o vallas publicitarias
que se comunicarían con los transeúntes con mensajes personalizados.
Pero también podrá traer nuevos servicios inimaginables para los ciudadanos, piensa el profesor
Gann.
Las empresas de tecnología como Siemens, IBM, Intel y Cisco creen que las ciudades más
inteligentes serán las que estén conectadas a la red.
Actualmente, IBM cuenta con 2.000 proyectos en curso en ciudades de todo el mundo, desde
análisis de prevención de delitos en Portland, Oregón (EE.UU.) hasta bases de datos de agua en
California, o sistemas de transporte inteligente público en Zhenjiang, China.
Su proyecto estrella está en Río de Janeiro, donde se ha construido un centro de operaciones, que
se presenta como "centro neurálgico" de la ciudad.
Construido inicialmente para ayudar a lidiar con las inundaciones que periódicamente amenazan a
la ciudad, en la actualidad coordina 30 agencias gubernamentales y proporciona aplicaciones
móviles para mantener informados a los ciudadanos de posibles accidentes de tráfico y otras
novedades de la ciudad.
¿Qué pasaría si? es una campaña de la BBC sobre las visiones del futuro.
Crowdsourcing
Según Carlo Ratti del MIT, se avecina una batalla entre lo que las corporaciones quieren vender y lo
que los ciudadanos realmente necesitan.
Sassen también se preocupa de la privacidad y el rol que los ciudadanos desempeñarán en los
grandes planes de IBM y otros. "¿Cuándo lo sensorial se convierte en censurable?", se pregunta.
El comportamiento de una ciudad tiene que ver con el comportamiento de los ciudadanos. A menos
que los sistemas puedan convertirse en el tejido de la vida, nada va a cambiar", argumenta.
Rick Robinson apunta a un proyecto que la compañía completó en Dubuque, Iowa (EE.UU.) donde a
las familias se les ofrece acceso a la información sobre su consumo de agua.
La mayoría pronto cambió sus hábitos y ahorraron agua cuando se enfrentaron a los datos.
Curiosamente, a quienes también se les dio acceso a la información de los vecinos tenían el doble
de probabilidades de hacer cambios.
El poder de "la multitud" será crucial para las ciudades del futuro, piensa Carlo Ratti, director de
"Ciudades Sensibles" del MIT. Por su parte, Ratti ve avecinarse una batalla entre lo que las
corporaciones quieren vender y lo que los ciudadanos realmente necesitan.
"Las ciudades realmente inteligentes -y reales- no son como un regimiento del ejército marchando
al unísono a las órdenes del comandante", dice.
"Se mueven más como los cambios que se producen en una banda de pájaros o un banco de peces,
en los que los individuos responden a las sutiles señales sociales y del comportamiento de sus
vecinos acerca de qué camino seguir".
Mientras que las ciudades inteligentes se mueven del concepto a la realidad, el analista de Ovum,
Joe Dignan, tiene una advertencia.
"Las empresas crean videos de personas encantadoras en casas de cristal que hacen cosas al estilo
de Minority Report, pero muéstrenme, ¿cómo va esto a ayudar a la gente que está en sus viviendas
subsidiadas para personas de bajos ingresos en rascacielos de 20 plantas?".
Sus palabras se hacen eco de las de la escritora y urbanista estadounidense Jane Jacobs que
advirtió hace varias décadas: "Las ciudades tienen la capacidad de proporcionar algo para todo el
mundo, sólo porque, y sólo cuando, son creadas por todo el mundo".
Aquellas ciudades del futuro harían bien en prestar atención a ese consejo.
Pulso de la ciudad - La firma Silicon Valley Screampoint desarrolló un panel de control que toma el
pulso de la ciudad desde el punto de vista de la energía, la gestión de residuos, el número de
trabajos disponible y otras variables. Kansas tiene uno; Amsterdam y Barcelona están pensando en
conseguirlo también.
Predicción de la delincuencia - AGT trabaja con las ciudades alrededor del mundo para crear una
imagen de cuan segura es una ciudad a cualquier hora. Utiliza todos los datos de la ciudad y
algoritmos predictivos.
Abraza un árbol - en Madid hay un programa para que los ciudadanos adopten un árbol, para que
sean más conscientes de las necesidades del medio ambiente.
San Francisco IwamotoScott arquitectos han ganado un concurso para proponer una visión
futurista de la ciudad, organizado por el History Channel.
Hydro-Net propone una nueva red de túneles subterráneos para que funcionan con energía de
hidrógeno, vehículos encima de ellos, más un bosque de las nuevas torres de la brotación de las
zonas de tierras bajas inundadas por el aumento del nivel del mar.
El proyecto ahora competir contra History Channel ciudad del futuro ganadores de Washington
DC y Atlanta, con un ganador elegido por ser el voto del público.
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