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Tamara Kamenszain
Tomara Kamenszain. Viví un ari.o en Israel,
otro en Nueva Yorh y cuatro añ,os y medio en Mé-
xico. En Israel, sintonizando una radio árabe
escuché a Los Beatl,es por primera vez. En Nueva'
York escuché a Mil,es Davis desde la ventana de
un bar donde él estaba tocando. Y en México
sentada en las gradas de un anjtteatro que da al'
volcán Popocatepetl, escuché recitar juntos en vi-
vo a Allen Ginsberg, Borges, Octavio Paz y Ca- A Olga Malina
bral de Mello Neto. Esto es lo que atesoré en el
exilio: la posibilidad de toparme con lo necesario
por azar. Sin la indiferencia del local ni la ansie- Mi primer libro de poemas se titula De este lado del Me-
dad del turista, e~! ~_7!:iero~~-es!dent~-es e~ _r¡ye diterráneo y parece que en ese título ya hay, de entrada,
P1!:e~~-~n_~g_ntr~r~e con el arte afuera_de lo_s mu- una frontera marcada . De este lado supone el otro. Ese
,!!:!!_S. Si la aprovecha, esa "calle" lo acomjJañará parece ser el impulso primero que me llevó a escribir
para siempre. poesía: la nostalgi a por el otro lado desde este. Ya de en-
trada, ese título fundant e marca un círculo de tiza, un
ghetto, un límite que está ahí esperando ser franqueado.
Por otra .parte, en el origen de mi aprendizaje de la lec-
toescritu ra convive n dos lenguas: una -o dos en una, el
hebreo y el idish- se escribe de derecha a izquierda Yla
otra -el castella no- se escribe de izquierda a derecha, En
e l choque entre esos dos trenes que VIenen · de frente por
. .
., • estallido litera- .
l a misma línea ubico tamb1en un pnmer · ,v
• ) . . ce el idish corno 1ª ~
no. En La casa grande (de 1986 apare .b•¡·
11 Jad de ·
lengua del encierro y el castellano com Ola pos1 cencie- ¡·,;J•
1
. - adentro nos
franque ar esos límites ("A los ninos da de giros
J bras1I ron '
rra/ con el idish un cerco de Pª ª , ces de entre-
. . f iera con \ O 1
que en el patio teje / s1lencIO ª L . / furtivos en ª
d or la siesta .
°
casa/ sin embargo escapan P h da del voseo/ pro-
ªcastellano)
calle dormita ron / a la somb1·a acole
, / .
1
b aban las ternuras de un co Jchon e
, . rez. cuan
d yo rne
° ,.
ento una ··b·r
1 1
ensa}os
Mi psicoan alista me coin ultaba eso
me res
quejaba de lo tor tuoso que
159
TAMARA KAM ENS ZAIN
El ghetto de mi le
,
ngua
160
1 61
. ..., ~ngna '· ,'1 rh ,,._,,J 'JA\.-
"a, un movimie nto de inversió n, se avanza
. pero ___
a contrama- d ormiría n abajo". Ento ·
no, ~-~ nt~do de la !:§.9~- Como s1 afuera-a dentro, de- . l nces, la casa a -
a~~t~~r os _c~ ª!:º -~◊Stados ~ec 9~1 ya es un toldo,
recha-izq uierda, del otro-de este lado, fueran instanci
.
.
d
.
,
,
reversibl es que se d1eran, en s1mu1taneo, en ese tiem as
po
e.mbargo su presencia ya m ' P ano al máximo. Sin
. --:---- . . -
..-
-
tono propio. Pqdríam os .defi .
arca, en el d .
esierto, un terri-
'1
presente que constituye a to a poesia (aun a la que se e _ - mir1o como el .
libro. En otro pasaje el poe~a d' territorio del
-- -
cribe en pasado) ._Aquí el m~vimi ento se deJii-z-ar-ia -y :
1 techito armado en el desierto/ ice·· "la literatura es otro
i; pido prestado el titulo de su libro a Edmond áabes- ~ de- ,, se conmemo 0
lace judio/ cuando la palabra cobi'a ra : mo en-
sierto al libro pero también , al mismo tiempo, d el libro al ., " 1 b I en su propia ley" L
expres10 n pa a ra que cobiJ' a" al~d
e aqui a un verso deª
. " , ·
desierto. Porque el desierto no está ubicado geográfica- d ., -
Celan que ICe ascens1on hacia la pal b ..
mente de un lado o d el otro del Mediter ráneo. Debajo de . " p l b .. ª ra que cob11a:
cada pisada que va repecha ndo la nada se inaugur an los
Juntos .
. a a ra que coblJa es la trad ·,
.- - , ~ '!<:_~on que hace ·
Alam--=---Badiou al frances de la condensac· ;--· -- ·.-
límites de su suelo movido. Ya lo dijo Nietzsch e en rela- -- ---- - · ion ce1amana
'_le!~ort. l.el~ en.. ~lemán _es <:_a rpa y ~ort palabra, 0 sea que
ción con la época de la muerte de dios: "el desierto avan- <';_Sta~ OS ante una esp~c1e d~ ~alab~a-c ~rpa, unr efugio de
za". Qel desierto al libro, entonce s, o_dellH>ro al desierto, sentido capaz de cob1Jar a mas de uno. (No serí a impro-
hay
- -
un trabajo de P?e~ía que s~ ha~e _ste~P!f y~ndo de
.
. - -
un lado al _o~o al rriismo tiempo q~e _ya ~e ~iIB y_o_lyiendo
.
bable que el poeta también haya querido aludir aquí al
casamie nto judío que se formaliza deb~jo de un toldo.)
("y ahora que voy flo tando entre la ida y la vuelta/ les di- Entonce s, agazapa da dentro de la palabra-carpa, habita
1~1~ré lo que había entre esos dos paréntes is", dice César otra __qll_e OCU}2~ a p_leno-~x~~ntido de _0 primera:_N_n~2_s.
Fernánd ez Moreno en Argentin o hasta la muerte, un libro Pala~ra gue d.ª-PJe_nta d(_:: unaJeng_ua que sólo S!S..Ontra-
cuyo paradigm a ~s el exilio de la lengua) . En el entre,
eE.!Q!l_c~ s~_en el entretie mpo,. e..n .eLe.ntLe~spacio , se cons- -----·
seña en__u..._ na---·-----
alianza- con·-~ otro. La ascensión hacia esa len-
gua es una pulsión que Bad iou define en Celan como "la
truye el tentemp ié del né made . Es la casa, el hábitat que
aspira< ::i~aci a el ultra-p ~ma"~ na ~~pecie de poema ;
le aporta un techo a la experie ncia extrema del desierto.
salidJLd..e ALque se e.§_Cr!be cor los -~tr~s o por los otros. J
Habitarlo, debaj o de ese techo, es represe ntar el drama
"El ultrapo ema aspira a compar tir un pensami ento me-
de estar adentro de un afuera. En Solos y solas, mi último
nos sumido en la unicida d metafór ica", dice el filósofo,
, libro de poemas, insiste esa imagen desértic a de la cons-
para diferenc iarlo del típico poema entre comillas de la
trucción de la casa pero ya como toldo, un modelo empo-
modern idad donde la metáfor a opera como un sello au-
brecido, por cierto, en relación con La casa grande. Dice
tora! que se entiend e bien con la metafísica. El ultrapoe-
el poema: "toldo de dos que se apropia ron del desierto /
ma, a diferenc ia del poema tradicio nal que aparece co-
dibujaron un techo nuevo sobre nad a/ lo que tapa la ca-
mo cerrado en el círculo vicioso de su solipsismo, parece
beza de los que se casan/ es una telita apenas si se hin-
cha/ parece sábana desvelad a sob re cuatro palos/ ellos requerir de una ascensió n de un salto (Vallejo llama "sal-
·
miraron hacia arriba y quedó claro/ que desde esa noc he ~º de antropo ide" a esa t~rsión poética que pide salirse
Incluso de la condici ón humana ).
162
. ,~,.
t:l ghetto de
m. I '111
.
l en{fl.ia '!1º'1
Enton ces, junto s y en el desie rto pone mos -ahor a ya que los expre se. y a , d
se trata de un nosot ros- los cimie ntos del libro. Libro-ca- ff . ca e nuev
de Fo am cuand o dice· "d . o voy a recurrir a l
~
· .
sa, libro-carpa, que nace a la luz de un pacto dond e in- sujeto s son Judíos par · d ecir .
n b ,
om randolos
a ayuda
tervie ne más de uno. La poesí a en estad o de ~xilio da co- . - a ecir- su· • que estos
suJe tos en comit· iva · pero • · ·Jeto d
rno result ado ese libro. Ahí la le_!lgu a ya no opera como signados O e Y en excLirs1on, .· -
fuera de lugar, como si lo . P. r el ex cursus por el
~
uñ sistem a cerrad o { fácilm ente tradu cible. Salid a de sí, d10 de todos los suietos) ses SUJeto .
sjud' '
. ios (el deveni rJ·u-
se convi erte más bien en una contr aseña, una marca ci- J Clrcun
te a ese movim iento de sali f scnb'ieran secularmen-
frada y al mism o tiemp o abier ta al otro. Contr aseña que, una corre ría por el afuerar a uera . ·
La e
xcurs1on
.,
como un silbido que anunc ia algo, viaja hacia su interl o- , SUJetos en dig •- como
congr egado s, en comitiva, en mar h d res~on pero
cutor. O mejor, los que comp arten el sentid o de la con- . . c a, to
que en una exper iencia foránea extra . os unidos aun-
t
, traseñ a, los que escuc han el silbid o son los que ya están
viajan do j untos por el desier to. Son carav anas nóma des,
grupos que van y viene n , colect ivos, "lúmp enes pereg ri-
_
to, portu noles pero no tan portuñoles t
.d. h' ,, E
1 is 1stas . ntonc es a esta altura ya podri
, IlJera pero no tan-
d'
· , an 1amos, tan
'amos intenta
· r
~na ecuac ión más a~~iesgada: si nombro judío a la argen-
nacio n es", en palab ras de Nésto r Perlo ngher. Para com-
tmo, en esta opera c10n tal vez me estoy volviendo yo mis-
partir la lengu a con otro hay que subirs e a ese colectivo.
ma más argen tina. No en el sentido del integracionismo
En 'J udíos", el poema que cierra mi libro El ghetto, el via-
que se prete nde con textos como Los gauchos judíos de Al-
je se h ace en comb i. "Som os los de la comb i Corco vado" ,
berto Gerch unoff , sino más bien con todo lo contrario.
empie za el poem a, que en otro fragm ento agreg a: "No-
Aquí lo argen tino vendr ía más bien de la mano de la de-
sotros los de la comb i en éxtasis forán eo / vamo s a d~jar
sinteg ración . Porqu e no es que de antemano se sepa qué
nuestros disfraces de hotel / vamos a colga r nuest ra ber-
es lo argen tino sino que hay que salir a buscarlo, hay que
muda en estand arte/ de una venta na abier ta al morro/ Y
salirse de sí, hay que sacar a la lengua de su sistema, hay \
que nos recon ozcan ./ Puebl ito que baja y se pierd e/ ni
que dar un salto de antrop oide, hay que emprender una j1
raza ni nació n ni religi ón/ d el argen tino la parte en ca-
ascen sión al Corco vado o a donde sea. Porque lo judío
miset a/ (lo que transp ira destiñ e al Che) / h ay una diás··
de lo argen tino no está ni de un lado ni del otro del Me-
pora subida al Corco vado/ parte por p arte acudi mos ~
esa cruz/ sin raza sin nacio nalida d sin religi ón/ ya fui- diterr áneo, ni del marg en izquierdo ni del derecho de la
- · a, sino
mos clavad os pero aún no somos/ tan po rtuño les tan ·la- pagin en el entre , en ese d es1·erto que avanza has- .
dinos tan idishi stas/ no somos suicid as aquí no ha pasa- ta hacer choca r dos trenes de frente. Eso es lo argenu~o.
do nada/ sólo se trata de lúmp en es pe regrin acion es/ de L0 argen tino desco locad o, desca rn-1ad 0 lo argenuno
, -~
Pu. estCLe.ntr:..e_e..s_QS-OQS paren, . 1 . ue alude Fernan-
un d ía más por Río de J an eiro/ visa de turista bole to d e tes1s a os_(l1!! . . ~
d M
ida Y vuelta / "... Enton ces acá la contraseñ a ' .judíos" alu- e_z___oreno . Para él, por ejemp lo, 1a 1engu,'l argent <
ina
.
no
-
-- -
P~-~<: carac teriza rse n or el voseo smo . ie se constituye
\ deª esos argen tinos portu ñoles salidos d e sus fronte ras q_L ~ "- _
e · - - - - --- - -.t:.: - - L0 cito· vos us
intentando dentro d e una comb i una lengu a cocoli ch e ~~ tirone o etern o e n tre el_yps__y el tu. 1- • lle bla
te t ,
u ta te ti coras ón corazón que vas ª hacerl ' e 11ace
1 6 .1
. t, •« iiu ele mi len
· gua
ble ... si 110 sabés siqui era quién sos eres" dice dirig iéndo - ra depo ner a un presi dent d
se a un interl ocuto r que llama "patr ia". J>or esa movi lidad la vergo nzan te condi ción e e facto es necesario .
develar
que ~ _del tú ~1-~os y vi_~~versa e~ p_9sible u n a ~ que escon de
'
0 ment e en la época en que se .b. _ su nombre. Justa-
la de Washing~9- n_Cucu rto dond e _se recup_era el tú en una ral Robe rto Levingston había escn
'd 10 esta cª1•ta , e1gene-
nue~ ~l~ de tuerc a. Aquí hay como una espec ie de de los argen tinos por la juntastmT o nombrad 0 1. .·d
ta _ P e~i ente
11
pos-t-tJ~ relac ión al tú que usaba la poes ía pre-g irond ia- nera1 O ngam-a y que unos meses 1dque derroc _ o al ge-
na. El tú de Cucu rto no provi ene del buen decir españ o- ., . espue s depon
tamb 1en a Levingston. En una entrada del d . . dría p·
lizado sino todo lo contr ario, viene de un de~J azam iento 'k d' . 8 e Junio 1-
zarm ice en sus Diarios: "cabe agregar que afuera hu-
d~~E _guaje argen tino hacia lo lati~ erica po. E~ su li- bo (¿hoy ?) un golpe de estado o algo parecido. Alguien
bro La máquina de hacer paraguayitos va pasan do del vos al golp ea en algún lado y los golpes me dan en mi, diga-
tú y viceversa con toda natur alida d: "oh tú Dom inica na mos, centr o". Y ~e_n tro e_n Pizai::nik es t::se..embQdo que
del demo nio (... ) que nadie da un peso por lo que hacés da como _r_eg 1ltado escritura ("en el centro de la ausen-
y much o meno s por lo que sos .. ." da/ mi somb ra es el centr o/ del centro del poema").
~arece ser enton ces_que cuan to m.ás argen tina devi<::_ne Ento nces, a un golpe se le responde con otro: cada v~z
la lengu a en su US?_poé~ico, más conta mina da se vuelve, que la poeta golpe a en un nombre, extrae de ese centro
más salida de sí, más lejQs qued a ~u frq_n tera de supue stas un secre to que derro ca a quien lo porta. En esa misma
premisas nas:iq_1gli§1ª-_s. Aleja ndra/ Pizar nik, ·cuan do en oper ación , inven ta un idiom a nuevo que arrasa incluso
Hilda la polígrafa crea un idiom a ihrev o, una espec ie de con los símb olos patrio s. En Los poseídos entre lilas un per-
glosolalia que hay que ir desb rozan do con minu ciosi dad son~ je le dice al otro:
de polígrafo, está f~ ~do la !~p._gua arg~~ tina ~ dar
más, a exiliarse, a exgaq j~riz arse_ (no a globa lizars e, por
SEG: ¿Quiénes son los López y Planes?
cierto, sino todo lo contr ario estam os habla ndo aquí <le
CAR: Los trillizos que hicieron el himno nacion
algo así com¿- de u~ ~ali;~ ~ ~~ r.~ ~) . En una c~rta al.
SEG: Mi único país es mi memoria y no tiene himnos.
a su amigo Osías Stutr nan, redac tada en la époc a de la es-
critur a de Hilda , usand o la mism a gloso lalia, ella dice:
Aquí el apell ido del autor de la letra del himno nacio-
"Todos los judío s tenem os una tía llama da Klara -Kafk a.
nal se tripli ca. Si es cierto que Vicente López y Planes era
~e modo que nuest ra tía Klara depu so al presi doch Le-
porta dor de un doble apell ido -mar ca inconfundible de
vmgston -lo de "gston" es para que no se note que juega
la oliga rquía local - ahora , el desconocimiento que sepa-
ª la_pelota al cesto en maca bi junto con Klara, con ~-
Klem , M. Mead, M. Langer, Bajarlía, Liber ace, Thel omus ra en dos lo que era uno ("Qui énes son los López YPla-
Mo~k de repen te y yo exit. Yo exit ¿& you?". n_es") tiene como respu esta una triplicación. Lo q~e o~i-
Si de Levingston se pued e extra er el tumo r "Levin", es gin~l ment e era un apell ido qued a así fuera de la hiSl~na
0fic1al y · una que 1 a11·za Ltn him-
porque el cirujano tiene ~jo de políg rafo. Ento nces, pa- en tra en otra narra uva: eg
no es ·
cnto por trillizos. Pero, como pasa s1·empr•e en este
1G6
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º"""u ae rni lengu"
2 Refiri é ndose al modo e n que funciona la profanació n e n las nove las la ti-
noamericanas de los a r-JOs 90, J osefina Ludrner dice: "Con un ritmo y una repe-
tición e nvolve nte y circula r la voz antipatriótica po ne e n escena y hace pública
la labo r de lo negativo e n los 'símbo los nacio nales' y e n la le ngua e n América La-
tina. El performativo (en e l se ntido d e una actuac ió n o cere mo nia) es fu1Hla-
me ntal e n los anos de profanación, igual que e n los actos d e constitució n d e la
nació n . Porqu e las diatribas an ti nac io nales son a nte to d o una puesta e n esce na,
una pe rfo rmance verbal o la performance d e una voz. No importa que e ste to-
no-disc11rso sea asumido po r e l a uto r como propio o cita d o como 'de o tro', es
mia rnz actuada clcclamad a que convoca o recita o parodia o tra o riginal ( ... ) La
lite ratura le pone un 'persouaje' y le inventa 1111 interloc utor a esa voz, po rque
la gr~mática antinacional (como la nacio ual) req uie re una situación di alógica 0
una 1ntt rpelació n··.
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