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Laura Sbdar

VIGILANTE de Laura Sbdar

Quisiera que fueras estampilla para pasarte la lengua y meterte en el sobre, papa para
agarrarte con esta leche y hacerte puré. Que te recibas de cinturón negro y entregues el
marrón o que me hagas caquita en un ojo y me digas pirata de mierda. Me gustaría ser
heladero para darte sin parar, pollo al espiedo para meterte el palo por ese hueco y
ponerte a sudar o jubilado, en mis últimos días, para hacer esa colita. Pero
lamentablemente, el pingo se me murió y mis huevos están de luto.
Así que abrí las piernas y te entierro el difunto.

Garita de seguridad.
Un dedo juvenil desgarra el polvo de las ventanas y dice: PUTO, RATI BOTON,

Morocha menos miedo te meten de todo.


La luz de la noche penetra las letras iluminando el interior de la garita: hornalla, pava,
termo de mate listo, azúcar, cuchillos, rollos de papel higiénico, radio, curitas, zapatilla con
cargadores enchufados, olla, un tenedor, tres espejos chicos, celular, pala, escoba,
cigarrillos, una silla giratoria descocida y encintada, diarios, una foto de la madre frágil
que se tiene una sola vez en la vida, alcohol, lillos, lápiz de labio rojo, gel, radio, crema de
manos, estampitas, Poet, esmalte verde, vasos de plástico, café instantáneo, una zapatilla
nike n°17, calendario con la foto de dos rottweilers que sacan la lengua mirando a cámara,

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esmalte rojo, dos botellas de agua, patente de auto Suzuki fun GEU 557, tres candados,
delineador azul, una campera, medias, pasta de dientes, cepillo, revistas de cosméticos,
llaves y una Hello Kitty de plástico fucsia. Las páginas de una revista se chocan y se
mezclan con el ruido de un celular. La puerta, cerrada con una cadena, tiene una ventana
con la persiana baja. Los laterales de la garita soportan el peso de los vidrios rotos y
grafiteados. Alrededor, se amontonan macetas con flores. Cuelga del techo una bolsa de
nylon que se mueve con el viento.
Una mano con las uñas largas pintadas de rojo sale por la ventana y limpia el vidrio.

Hola mi amor, ¿Cómo estás? ¿Cómo se está portando tu hermana? ¿Ya comieron? Les
dejé unas milanesas en el freezer, háganla con puré de calabaza así no comen tanta papa.
No quiero que se pongan hinchadas por mi culpa. Si van a ser gordas que sea de más
grandes. No quiero que sean asquerosas porque yo no las cuidé. Esta noche me voy a
tener que quedar. Mañana cuando salgo les llevo factura para que merendamos juntas.
¿Sí? Las quiero mi vidas.
Jime, decile a la señora Mirta que te mande con la guita, le estoy fiando tónico facial hace
una semana, decile que si se cree que la crema es leche de mi teta, que con sus deudas no
crío a mis hijas y que yo no soy la madre belleza de Calcuta.
Cepillado de dientes. Buche. Escupitajo blanco y espeso vuela desde la garita hasta la calle.
Toskio, no parás de mandarte cagadas hermano ¿Cómo es la cosa? Me dejaste la azúcar
toda destapada, ta todo lleno de hormigas, después te quejás de las ronchas. Más te vale
que mañana te vengas con recompensa porque sos boleta.
Se levanta la persiana a la mitad. Una mujer en corpiño, se pone camisa y campera del
uniforme de seguridad.
Toskio, ¿Me haces una gauchada? ¿Me cambiás el turno? Me quedo esta noche y venís
mañana de día. Me olvide que hay un acto en la escuela y Celeste hace un teatro, la tengo
que ir a ver y esta noche aprovecho en terminar el disfraz. ¿Si? Gracias amigo, te debo
una.

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Cel mandame el bueno con voz. Toy cansada del dedito para arriba, yo te hablo un
montón de cosas y vos sólo carita feliz y dedito para arriba. Mi vida decime con voz.
Las manos entreabren la persiana. Los dedos se mueven entre las ranuras y prenden una
linterna que ilumina la calle.
Hola lindo, llegaste.
¿Qué querés? Dale ey, tenés que apiolarte que nosotros lo primero que vemos es la
cabeza, si ta cubierta hay chorro encerrado. Metele dos puertas más y ta todo tranquilo
que Mirta ya me está rompiendo las pelotas con el fiado. Igual calmado eh, sin fierro, sólo
sustos que ahí la tengo a la Jime y con ella ta todo más que bien. Te llevás lo que querés y
a Mirta le das flor de cagazo, pero le mirás apenas a mi Jimena y te llenamos el ojete de
renacuajos. ¿Te hice cagar de miedo? Dale, entrá o andate que más te miro menos loción
meto.
La mujer levanta la persiana por completo.
Jime. ¿Vos dónde estás ahora? Voy a entrar a la casa a dejar unas cositas. ¿Bueno? ¿Para
vos cuál es las casa más linda de toda la cuadra? Haceme ranking del uno al tres. ¿O no
que la mejor es la de Mirta? Mejor haceme del uno al seis. Esa tiene un recontra patio.
Antes con el Enzo y su flor de mandíbula me daba cagazo entrar y ver nublado.
Abre la puerta.
¿Ya estás en el medio del living? Mirá las cosas, todas nuevas, limpias y con olor a recién
perfumado. Cuando llegaste volando en la moto tenías olor a baño. Pero con el nervio te
ponés más pegajoso. Más olor a vos, medio chivado medio bañado medio medio. Vos un
poco te estás jugando la vida por mirar, pero yo así no te voy a agarrar. Ojo que no estás
de invitado, no te convidan café, no te sirven macitas. No te insisten en que por lo menos
aceptes un té, dale che por lo menos un té. Sale. Subí las escaleras. Despacio. ¿Cómo
puede ser que una casa tan linda no esté llena de gente? ¿Que siendo domingo la parrilla
esté vacía, el jardín no tenga voces y las camas estén tapadas? Parate en el medio del
pasillo. Parate te digo. Sos un pibito. Un pibito hermoso. Llegá arriba, dormite y caminá
flotando en la alfombra. Tocá todo y tocame toda de mentira. Yo estoy delicada, medio

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haciéndome la linda medio haciéndome la guardia. Como esperándote en esa casa, medio
haciéndome la dueña medio haciéndome la santa.
Jime, ¿Enzo era rottweiler no? Haceme el ranking de tus cuatro razas de perro preferidas
también. Dale, dale, dale, dame algo de tus voces. Contame cosas. Contame cosas de
antes de llegar acá. Contame cuando te pega el vientito en la moto. Contame como te
entra el frío en los pulmones y se te vuelven roca las manos. El viaje por la ruta y la llegada
al camino de tierra. Contame eso, los saltitos cuando pasás del asfalto al barro. Haceme
pasar al barro y hablame del choque de camiones, de los pibitas muertas en el pastizal.
Cuando las ves desnudas, si tienen los ojos abiertos, si vos se los cerrás. Decime si hay
sangre cayendo en el cemento o si todo se vuelve seco en los costados. Haceme la lista de
los tatuajes, si están delineadas y con las uñas pintadas. Qué les mirás y en qué pensás.
Cuando cargás nafta y pagás en efectivo. La entrada al baño de la estación. Lo que escribís
en las puertas. Cuando te lavás las manos y te mojás el pelo todo para atrás mirando al
espejo. El bostezo que empaña el vidrio y las pijas que dibujás en el vapor. Contame
cuando entra el tipo y se miran: tus ojos pegados al vidrio, los de él evitando el reflejo. El
choque de espaldas y tu media vuelta en cámara lenta. Cuando se te calienta el pecho,
tenés miedo, querés ver a tu mamá, que te acaricie el pelo durante horas y no te pueda
calmar.
Celeste por favor pasale el peine fino a tu hermana en su pelo. Ayer me llamaron de la
escuela para decir que está toda con piojos. Mi vida es una vergüenza enorme eso para
mí, parece que fueran huérfanas. Te pido por favor, me escuchaste, por favor, que le
pases el peine. A mí no me importa si llora o hace berrinche, vos se lo pasas y que no
quede ni una liendre porque después se reproducen como locas. Ah y ponele vinagre en la
cabeza.
Vos pibito, contame más. Cómo humedeces el papel y lo ponés de a pedacitos en la
cerradura. Cuando salen juntos y se prenden un pucho. El te convida el fuego de River
Plate y vos te lo quedás en el bolsillo de recuerdo. La mano derecha en el encendedor, la
izquierda rozándote la verga para entrar en calor. Decime lo que pasa cuando traen juntos
a las pibitas. Cómo entran de a tres y nadie los ve. El saludo de miradas a la chica del

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autoservicio que toma jugo Baggio mientras pasa jugo Baggio por la caja que suena tin tin
tin. El café negro que te trae el tipo. Cuando le convidás a la pibita y te lo escupe. Se lo
tirás de a sorbitos arriba de la concha. Los buches de café y el escupitajo final. Cómo llora,
cómo llora, cómo llora, cómo llora, cómo llora, cómo llora, cómo llora, cómo llora, cómo
llora, cómo llora, cómo llora, cómo llora, cómo llora, cómo llora, cómo llora. ¿Cómo se
está portando tu hermana? Cuando vayas a la escuela decile a la seño que si se pueden ir
a la noche a su casa tu hermana y vos porque yo tengo horas extras que hacer. ¿Sabés
mamita? Pedile ese favor y avisale que después le alcanzo unos regalitos para su piel. ¿Si
mi vida? Llevale la revistita para que se elija algo de los de promo. Una cosa: no le digas
que son de promo. Están marcados con la página, mostrale esos de la punta doblada y yo
se lo llevo cuando las busco de la escuela. ¿Bueno? EY. Nada de tirarte pata para arriba.
Nada de hacerte la gorda en la televisión. Ayudás a limpiar, cocinar y lo que sea
necesidad. Sé buenita.
Contame todo lo que hiciste antes de llegar hasta acá. Y no hagas eso, no hagas esos de
mirarme en silencio. Tenés que ser más cuidadoso, hoy tenés suerte de que estoy yo. Si te
agarra Toskio no la contás, a él no le gustan los hombres. A él no le gustan los hombres
como a mí.
Toskio no me dejaste papelito reportando. ¿Anduvo todo normal por acá? Entra, revisa el
celular.
¿Llorás? Estás llorando un montón y te ponés más pibito. Medio cataratas, medio sin
disimulo, medio que te quiero matar. ¿No querés contar más? Los mocos, el chivo, el
miedo. ¿No querés contar más? Los ojos, la droga, los cuerpos. ¿No querés contar más?
No pasa nada pibito. Te saco la gorra, estás re mojado. Estamos como antes pero al revés
pura cabeza y cero desnudez. Eso es por tanto hablar. Igual estamos acá, los dos medio
encerrados en esta casa que es pura matrimonial. Cierra la puerta. Juguemos al marido y
mujer, juguemos a que ya no queremos coger. Y mientras dejame que te cuente a mí y
chupá. Te puedo decir un montón de cosas. Cosas medio mentirosas. Pero antes decí lo
que llorás, callado de corazón. Te estoy diciendo cosas medio lindas para este encuentro y
ya me estoy arrepintiendo. Te digo que me parecés hermoso y me arrepiento, que está

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bueno tu pelo y me arrepiento, que cuentes cosas y me arrepiento, que me prestes tu


gorra y me arrepiento, que me gustaría darte un beso y me arrepiento. Que fumemos un
nevadito y me arrepiento. Y después te cuento todo de mí y me arrepiento porque ya no
voy a tener nunca más en la vida algo nuevo para decir. Pero igual, todavía me queda toda
la muerte.
Hagamos un poliladron rapi rapi. Te voy a dejar todo en pelotas menos la gorra que no
para de temblar. La sangre no te está circulando bien en la cabeza. ¿Te das cuenta de eso?
Se te están armando venas gruesas, mirá dame la mano y sentíte. Son como un
montonazo de tonfas enganchaditas. ¿Sentís? La cabeza te está haciendo tuqui tuqui. Me
metés la mano y te la tengo que agarrar. Me metés la mano y pienso que la cama tapada
es un arma sin seguro, con cartucho en recamara, lista para disparar. Ponete una manzana
en la boca que te chupo el culo hasta sacar sidra. Esa me la tiraste mil veces. Me haces
cagar de risa. ¿De dónde querés que saque una manzana? Golpea la garita que tiembla.
Dale dale dale dale dale dale dale dale. ¿Qué? Dale dale dale dale dale dale. ¿Qué pasa?
Te frenás, me mirás y decís que yo no tengo que contestar. Y bueno vos también saltás
con unas. Ponete una naranja en la boca que te chupo la concha hasta sacar mirinda. ¿Es
joda? Es la misma que la otra pero cambiaste de fruta. Además, no quiero que digas todo
esto porque siento que el celu se prende y te escuchan las chicas. Si ya sé nene que es re
de paranoica pero bueno por las dudas viste.
No me mirés así. Abrí las piernas. Abrí las piernas. No es tan fácil con el uniforme y vos no
me lo querés sacar. Yo sola no me saco, eso es algo que aprendí. A ser cuidadosa del
pudor. Para ser mujer decente nunca hay que sacarse el pantalón delante de un varón. A
mis nenas siempre les dije eso: la tanga se la saca el chico, ustedes no. Que si no se
vuelven chicas fáciles y a esas nadie las quiere. Esas se van para la ruta y el cielo. Así que
Celeste, vos y tu hermana, siempre con la bombacha bien abrigadas. ¿Me entendieron?
Celeste. ¿Me entendieron? ¿Si o no? ¿Qué son esos gatitos que me ponés? Digan las dos,
las quiero escuchar, dale no me hagan enojar. Si mamá, entendimos. Muy bien mis
chiquitas. Van a ver que en unos años me lo van a agradecer. Ahora pórtense bien. Hasta
mañana hijitas, vayan a la cama, que duerman bien y sueñen con los angelitos.

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Arriba de la cama, vamos arriba de la cama. No. ¿Por? Porque no. Dale. No. Ok ¿Segura? Si
nene. ¿Por? Porque suena la alarma. Ok. ¿Y no sabés desactivarla? No. Ok. ¿Me querés
sacar la piel? Si me querés sacar te dejo. La piel y también todo lo demás. No ya fue, así
no. Ok. ¿Qué te pasa? Nada. ¿A vos? Nada. Ok.
Hacemos un silencio re largo. Un enmudecimiento de amor. Y de a poco te ponés más
tiernito y me hablás de mi garita. Que la tengo linda, que la tengo cuidada. Esto si pueden
escuchar chicas. A mamá también la quieren. Que qué lindas las macetas que la distinguen
de todas las otras garitas con los jazmines que pintan la cuadra. Ay nene me ponés re
sensible con eso que me decís, como re pibito tierno que tiene sentimientos. Dame un
beso. Dale, dame un beso. Dale. Dame un beso. Daaaale. Dame un beso. Dame un beso.
Dale. Daaaale. Dale dame un beso. Daaale. Dale. Daaale. Me das el beso y sin sacarme la
lengua de la garganta flechada me decís que re lindo el alto jardín que me armé y que lo
único que le falta es tu flor de poronga. Sos un forro. Yo ya me había creído la princesa del
barrio, la reina de las vigilantes. Ya me veía ahí re linda yo todo en blanco con una corona
de jazmines y el cura en la puerta de la garita como nuestro altar. Y el ahora los declaro
marido y mujer, chorro y vigilante, madre y violín unidos en santo matrimonio, algo así re
lindo y todo lleno de jazmines y vos con esa gorrita pero pintada de blanco. Y quizás el
Toskio llevando los anillos y mis nenas sosteniéndome la cola y Jime re llorando de la
emoción sacando fotos y filmando todos los videítos. Un montón de gaseosas y
sanguichitos de miga que nos regalan los patrones. Y el Señor Guillermo que se re re porta
y nos convida de la falopa que yo le traigo para él y Mirta que me regala el maquillaje para
la fiesta. Y los chicos que salen de la escuela y se trepan de los árboles para colgar un
pasacalles largo como toda mi cuadra que dice FELICIDADES A LOS RECIEN CASADOS
con un montón de corazones a los costados. Y vos que me trajiste un anillo re lindo todo
dorado con unos mini diamantes verdes porque sabes que es mi color preferido. Me
ponés el anillo y todos gritan y suena un disparo que pega el Toskio al cielo. Un disparo de
alegría para el sol que brilla y las palomas que se vuelan para arriba y hacen una
coreografía que termina cuando se quedan quietitas escribiendo TE AMO. Y la banda que
toca o la murga que llega y bailamos todo el día y toda la noche, todo el día y toda la

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noche, vos y yo re pegados todo el tiempo. Vos con mis nenas a caballito enseñándoles
los mejores pasos. Una coreo que me preparan las chicas, una canción que me cantan, un

bizcochuelo un poco crudo todo lleno de grana verde y escrito en dulce de leche: Mami te

queremos. Todo el tiempo abriendo botellas de champán. Miles y miles de corchos


desparramados por el piso que ya no se ve el asfalto. El arroz que se comen las palomas.
Un asado que hacemos después de bailar veinte días sin parar. Sombreros y matracas de
cotillón fluorescente. Toda la cuadra pintada de neón.
Pero vos me estabas haciendo una re joda. Me ilusionaste un montón pibito hermoso y
eso duele en el corazón. A mí no me da igual las cosas que decís, a mi me re pegan las
cosas que decís. Tenés que ser más cuidadoso si no me querés lastimar. ¿Y sabés qué
callado de corazón? Yo también puedo disparar un montón.
¿De verdad pensás que el más lindo es el labrador? Jime estás re re careta con esa
respuesta. Me desilusionás amiga. Se sienta entre las macetas. Un día me voy a quedar
sin trabajo por estos perros que salvan vidas mientras yo la cuelgo en la garita. Que no se
piensen los perros del mundo que a mí me van a ganar. A veces imagino que los
enveneno a todos y después me da un poco de culpa y tristeza el asesinato. ¿Viste que
loco eso del poder de la imaginación? A mis nenas les re digo eso siempre.
Ey Cel. ¿O no que yo siempre les digo que si están tristes tienen que imaginar cosas
lindas? Que hagan fantasías. Que siempre que les pasa algo malo se inventen fantasías.
¿Están ahí mi vidas? Ponele la de que cuando tienen miedo piensen en algo que les da
miedo pero no tanto. Eu. Ustedes tienen que tener más miedo de caminar por la calle. Y
más si hay gente que si hay vacío. Si hay gente tienen que mirar mucho para atrás, todo el
tiempo para todos los costados y si pueden caminar por la calle de los autos mucho mejor.
Total el vacío no hace nada, lo que hace son las personas. Y si tienen miedo de las
personas entonces piensen en un lobo. Que también es algo de miedo pero menos y más
de invento que de verdad. Y ahí, si el miedo es de mentira se engañan a ustedes mismas
creyendo que están asustadas pero en realidad se olvidan de lo que tienen miedo en
verdad. Y entonces yo pienso en vos pibito.

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Me tocás y me agarrás re fuerte. Estoy toda acalorada sin el oxígeno que me hace falta.
Con el miedo y sin el aire me viene todo el susto del juego de la bolsa de nylon cuando
vuelvo del supermercado y Celeste la tiene puesta en la cabeza. Toda violetita la cabeza
de mi chiquita por jugar a los fantasmas. La hermana le hace el nudo. Pará Leste no te
muevas que si no cierro no parecés fantasma y se re nota que sos vos con una bolsa en la
cabeza. Dicen buuuuu y mueven las cabezas. Buuuu buuu y se chocan entre ellas. Buuuu
buuuuu. Guardo las cosas en la heladera rapidísimo porque se cortó la luz y no quiero que
se descongele todo lo de adentro. Basta chicas, basta de pelear. Celeste pasame los
yogures así hacemos más rápido, dale mi amor colaborame un poco. Leste dale juguemos
a volar. Vuelan un montón por adentro de la casa. ¿Por qué no gritan más? ¡Chicas griten
que las quiero escuchar! ¡Celeste! Me doy vuelta y la tengo a mi nena toda violeta volando
por el cielo. La empiezo a desatar envasada al vacío. Le pego una cachetada a la hermana
para ver si alivia el nudo. ¿Cómo le vas a hacer eso? ¿Vos sos pelotuda? La dejaste sin aire.
Ahora convidale. La hermana le hace respiración boca boca y se come el nylon. Le pego
otra vez y la heladera que se chorrea el agua y las luces que no se prenden y el nudo que
no se desata y el teléfono que no da tono y la ambulancia que nunca llega porque no
puedo llamar. La hermana que se atraganta con la bolsa que no se despega y toda la
compra del mes que se derrite en mis pies. Rompo la bolsa con mis manos que se vuelven
lágrimas y la hermana que me grita mamá mamá pará. La bolsa se abre como la oscuridad
y quiere volar para el cielo pero se moja con el hielo y ahora ni la bolsa se puede escapar.
Se queda pegadita a mi nena, estancada en el piso por lo mojado que pesa. Al lado de mi
chiquita como pidiendo perdón por sacar más aire del que corresponde. Mamá pará.
¿Cuántas veces les dije que no jueguen con esto? ¿Por qué nunca me hacen caso? Les
pongo las manitos juntas. Acariciala, acaríciense mis chiquitas que para eso son hermanas.
No quiero que nunca se dejen de tocar. ¿Me escucharon? Leste. ¿Me escucharon? Leste
te quiero mucho. Y yo que las amo mis hijitas, las amo. Le doy un beso a mi nena en la
frente. Las amo.
Vos pibito no me dejes de mirar. No te hagas el que acá me abandonás. Mordé el hueso,
la grasa y pegate una ducha caliente que ya nos tenemos que ir. La alarma no para de

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sonar. Suena con toda. Pero no viene nadie. Yo tengo que venir y estoy acá, atada,
cagada, temblando sin parar. Y vos jugás a la play. Sos un pibito hermoso y jugás a la play.
Hagamos un Battlefield. No. ¿Por? Porque no. Ok. ¿Segura? Poneme la bolsa en la cabeza.
No. Dale, te dejo ser el antitanque. No. ¿Por? A los muertos hay que respetar porque sino
más tarde te vienen a buscar. Poneme la bolsa que me quiero encontrar con mi nena.
Poneme la bolsa así vamos a parar al mismo lugar. Ponémela. Nos miramos a lo lejos y les
grito hijas, hijita, fantasmita, mi amor. Y ustedes se dan vuelta y justo pasa tu motito que
medio como regalo vos me la mandaste. Me subo al asiento que todavía está caliente. Y la
moto con el cuero que hierve me hace todo el recorrido por las autopistas del cielo. Me
lleva hasta mis nenas, nos damos el abrazo de nylon y con eso yo ya está.
Te quiero pibito de la play. Vos me re bancás.
El Joystick damelo. No. ¿Por? Porque no. Ahí adentro está la última entrega que le debo al
señor Guillermo. Por favor. Pibito dame ese control. Te dejo hacer lo que quieras de mí
pero no me puedo volver a endeudar. Me partís en la bañadera y me metes el joystick. Y
ahí me quedo más tranquila porque puedo salvar. La droga al Guillermo y a mis hijas y mi
casa y en ese momento está todo espectacular.
Mamá cierra la concha con toda la fuerza para que nada salga mal. Y para que después de
desendeudar nos podamos encontrar. En la bañadera la mitad de mi cuerpo se hunde y
saca ampollas en el agua hirviendo mientras a mis muslos les pega el vientito de la puerta
abierta. Hago puntas de pie pero vos estás dale y dale que hablás y me mojás. Tengo un
choto peluquero, te voy a hacer un aborto con la lengua y te voy a sacar al guacho
peinado. El Joystick se humedece que se humedece y yo que pienso en ustedes para parar
dejar de mojar y volver a ser buena mamá. El joystick se resbala con las piernas que se me
abren cada vez más y vos vivito y culeando. A mí que se me viene la muerte y vos vivito y
culeando. Todo me duele y todo no me gusta. La alarma que suena y aturde, el señor
Guillermo que entra desencajado, re drogado y enojado por vernos ahí garchar. Grita los
voy a matar negros de mierda, los voy a matar. Vos que decis eh aguanta, aguanta y lo
tratas de calmar. El señor que me apunta con la mirada y yo que me quiero volver bolsa,
pelo o fantasmita. Pero no, yo ya está. Las quiero mis hijitas, las quiero y les pido perdón

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por no haber sido tan buena mamá. Pero les juro que ahora en la autopista del cielo
vamos a recuperar todo el tiempo que nos perdimos juntas. Vamos a viajar en motito,
vamos a jugar a los fantasmitas y vamos a merendar. El pibito me mete la mano en la
concha por última vez y le dice al señor, mirá, tranquilo que acá está lo que buscás. Y él
que sonríe todo entero. Los dos que me meten las manos y me parten a la mitad. Los dos
que agarran el joystick y me juegan adentro un Battlefield. Los dos que peinan sobre el
cuerpo de mamá. Se desinflan y me largan toda la leche por adelante y por atrás. Quedan
medio muertitos por tanto jugar y culear. Y a mamá que se le va la fuerza y ya está
cerquita de ustedes mis amores. Los dos que se miran con los ojos pegados al vidrio, dan
el choque de espaldas y la media vuelta en cámara lenta. El pibito hermoso que le
devuelve el fuego de River Plate al Señor Guillermo que ilumina a mamá. Prende y apaga
el fuego mientras adentro me suenan los disparos y las granadas de humo. Y a vos pibito
hermoso, te veo un montón, mientras me quedo sin gas, te veo como me llorás.

FIN.

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