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Es aquellas normas generales y de carácter obligatorio que han sido dictaminadas por el
poder correspondiente con el objetivo de establecer órganos que permitan alcanzar determinadas
metas o para la regulación de las conductas humanas. Una ley es una regla o norma jurídica que se
dicta por la autoridad competente de cada sitio en particular. Tiene como fin ordenar o prohibir
alguna acción en consonancia con la justicia.
Además, las leyes limitan el libre albedrío, es decir, a las personas dentro de una sociedad;
son normas que rigen la conducta social. La ley es la principal fuente del Derecho debido a que,
para ser expedida, necesita de un órgano legislador
Reserva legal
El concepto de reserva legal puede utilizarse para nombrar a los activos que una institución
financiera debe depositar en el banco central como garantía de su pasivo. El monto de dicha
reserva varía según cada legislación, aunque suele tratarse de un porcentaje aplicado a
determinado concepto.
Gracias a la reserva legal, los clientes de los bancos cuentan con una mayor protección. Si un
banco no puede afrontar sus obligaciones debido a su pasivo, la reserva legal supone un
salvoconducto para que los usuarios bancarios puedan acceder a su dinero.
La reserva legal también es aquella que debe tener una sociedad anónima (empresa) de acuerdo a
la normativa vigente. En algunos países, la reserva legal debe corresponder al 10% del beneficio
del último ejercicio de la compañía hasta que alcance, al menos, el 20% de su capital social. Esta
reserva legal se utiliza para compensar pérdidas en caso que la firma no cuente con otras reservas
para dicho fin.
Es decir, por tanto, podríamos establecer que la reserva legal es parte del beneficio que ha
obtenido una empresa en cuestión y que no se ha repartido, pues tiene como claro objetivo tanto
el autofinanciar a aquella como también el aumentar el valor que la misma pueda tener.
Es muy importante, por tanto, que en la entidad en cuestión se proceda a llevar a cabo los
correspondientes asientos relativos a la reserva legal. En concreto, al proceder a realizar dicha
anotación se determinarán los beneficios que se han obtenido durante el año correspondiente y
acto seguido se dejará claro cuál es el importe de aquellos que corresponde al 10% de reserva
legal.
En concreto, todos esos datos y cifras tienen que aparecer claramente establecidos en el libro de
contabilidad que tenga la empresa. Asimismo es necesario recalcar que el resto de beneficios que
no se dirijan a conformar esa partida de reserva legal, se podrá dedicar, por ejemplo, a lo que se
conoce como reservas voluntarias o bien al reparto entre las personas de la entidad que cuenten
con acciones.
Las citadas voluntarias vienen a ser las reservas que, una vez cumplidas con las leyes establecidas y
con el posible reparto de los dividendos, son de libre disposición para que la empresa en cuestión
pueda hacer uso de las mismas cuando así lo necesite o cuando lo crea oportuno. En concreto,
queda perfectamente establecido que se podrán emplear para cualquier fin que los dirigentes de
la entidad consideren importante.
El objetivo de la reserva legal, por lo tanto, es la protección del capital de la sociedad ante
eventuales pérdidas. Las empresas no pueden disponer libremente de estas reservas ni utilizarlas
para lo que deseen, sino que su finalidad exclusiva es responder ante las pérdidas
Una ley orgánica1 es aquella que se requiere constitucionalmente para regular ciertas
materias. Habitualmente, debido a la importancia de las materias que regula. (derechos
fundamentales de los ciudadanos o articulación de los diversos poderes del Estado, por ejemplo),
para que un órgano legislativo pueda aprobar una ley orgánica se exige más que una mayoría
simple. La Constitución suele prescribir que dichas normas sean aprobadas, por ejemplo, por
mayoría absoluta o por algún otro tipo de mayoría cualificada. Con ello se pretende que no sea
una mayoría parlamentaria coyuntural la que configure aspectos básicos y fundamentales de la
convivencia ciudadana o la estructura y organización de los poderes políticos de un Estado.
En los países en donde existe este escalón intermedio entre la Leyes ordinarias o comunes y la
Constitución, es normal que se limite la aplicación de las leyes orgánicas a una serie de materias
concretas (a este también se le denomina "reserva de Ley orgánica"). El fundamento de esta
limitación es doble:
Obligar a la regulación con amplia mayoría parlamentaria de ciertas materias muy sensibles.
Evitar esa regulación, que es mucho más difícil de modificar, en otro tipo de materias más
cambiantes y que necesitan de mayor flexibilidad en su regulación.
En Derecho comparado, el antecedente jurídico más inmediato de las leyes orgánicas se encuentra
en el Derecho francés, en particular en la Constitución francesa de 1958, que estableció un escalón
intermedio entre la norma constitucional y las leyes ordinarias.
Venezuela
El artículo 203 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela señala en sus tres
primeros párrafos:
«Son leyes orgánicas las que así denomina esta Constitución; las que se dicten para organizar los
poderes públicos o para desarrollar los derechos constitucionales y las que sirvan de marco
normativo a otras leyes.
Todo proyecto de ley orgánica, salvo aquel que esta Constitución califique como tal, será
previamente admitido por la Asamblea Nacional, por el voto de las dos terceras partes de los o las
integrantes presentes antes de iniciarse la discusión del respectivo proyecto de ley. Esta votación
calificada se aplicará también para la modificación de las leyes orgánicas.
Las leyes que la Asamblea Nacional haya calificado de orgánicas serán remitidas, antes de su
promulgación a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, para que se pronuncie
acerca de la constitucionalidad de su carácter orgánico. La Sala Constitucional decidirá en el
término de diez días contados a partir de la fecha de recibo de la comunicación. Si la Sala
Constitucional declara que no es orgánica la ley perderá este carácter.» 4
Las tablillas de la arcaica ciudad de Ebla (2400 a. C.), que son los más antiguos fragmentos
existentes de un código legal;
Los primeros registros legales romanos pertenecen al siglo V a. C., aunque la primera codificación
formal ordenada por Justiniano I, no tuvo lugar hasta el siglo VI. En la Edad Media y hacia la era
moderna, se hicieron compendios o recopilaciones locales o provinciales.
El primer código nacional, propiamente tal, fue el Código Civil de Francia. En países de la tradición
del derecho anglosajón (Common law) como Inglaterra y los Estados Unidos, los cuerpos legales
han sido tradicionalmente menos importantes que los registros de decisiones judiciales, por que
las codificaciones significativas se llevaron a cabo en los EE. UU. durante el siglo XX.
Leyes especiales
Son leyes que son creadas para regular a un sector exclusivo de la sociedad, por ejemplo: La ley de
responsabilidades de los servidores publicos. Esta es una ley que se aplica unica y exclusivamente
a los que trabajan para el gobierno y las faltas administrativas, como las sanciones estan
especificadas, asi como el procedimiento para integrar el expediente.
Las leyes especiales son creadas para regular situaciones particulares, es decir, van dirigidas a
resolver un hecho individual o particular, de este hecho se sustenta su creación, es decir el
legislador al observar ciertas conductas y cualidades en un sujeto activo le otorga el carácter de
propio e impropio a su cualidad, y por lo tanto debe ser sancionado con la norma respectiva del
hecho punible.
Por otro lado, en lo que respecta las leyes penales especiales impropias se van a encargar no
necesariamente al ámbito penal, sino por el contrario están compuestas principalmente por una
normativa jurídica que regula un todo en la materia tratada, y dentro de ella aplica un régimen
sancionatorio a una conducta delictual determinada.
En nuestra legislación venezolana se encuentra una serie de leyes penales especiales propias e
impropias, y como las ultimas tenemos de ejemplo el código orgánico tributario; esta norma tiene
por objeto regular todo lo referente a los tributos nacionales y a las relaciones jurídicas derivadas
de ellos, y a su vez sancionar los hechos ilícitos que se desprendan de esta actividad,
Las leyes, o sea, las reglas socialmente obligatorias, impuestas por las autoridades que
ejercen el gobierno de un estado a través de los órganos legislativos correspondientes, son
muchas, y emanadas de varios de estos órganos competentes para dictarlas. Todas ellas
deben ser respetadas, pero pueden existir casos en que exista contradicciones entre las
normas, y para ello, debe atenderse a su orden de importancia, que les otorga una jerarquía.
Por su origen
Atendiendo al origen o a las fuentes de donde proceden, podemos distinguir los siguientes tipos
de normas:
1. Legales
2. Consuetudinarias
3. Jurisprudenciales
4. Negociales
1. Legales
Son normas escritas dictadas por los órganos legislativos competentes del Estado. Una ley
aprobada por las Cortes Generales, una Orden ministerial, cualquier disposición emanada de las
Comunidades Autónomas, o el bando de un alcalde son ejemplos de este tipo de normas.
2. Consuetudinarias
Para su existencia como auténticas normas jurídicas se exige que tales comportamientos
consuetudinarios se realicen con el convencimiento de que son conductas jurídicamente
obligatorias.
En los ordenamientos jurídicos modernos suele afirmarse que no puede existir una norma
consuetudinaria que no esté de acuerdo con la ley, no siendo admisible la costumbre “contra
legem”.
3. Jurisprudenciales
Normas que provienen de la actividad judicial llevada a cabo por algunos tribunales. Tienen dos
manifestaciones:
Por un lado, la doctrina que de modo reiterado establezca el Tribunal Supremo. Así lo
recoge nuestro Código Civil en el art. 2.6: “la jurisprudencia complementará el
ordenamiento jurídico con la doctrina que de modo reiterado establezca el Tribunal
Supremo al interpretar y aplicar la ley, la costumbre y los principios generales del
Derecho”.
Por otro lado, la sentencia de un Tribunal, en cuanto que dicho fallo es un mandato por el
que se regulan las relaciones entre las partes afectadas por dicha sentencia.
4. Negociales
Las contenidas en las cláusulas de los contratos o negocios jurídicos, puesto que lo establecido en
ellas por las partes les obliga jurídicamente.
Por la jerarquía formal o el lugar que las normas ocupan en el ordenamiento jurídico
1. Primarias
2. Secundarias
1. Primarias
Aquellas que ocupan la escala más alta o importante dentro del ordenamiento jurídico, es decir,
las que se sitúan en el más alto rango jerárquico.
Desde esta perspectiva puramente formal, puede decirse que la norma primaria es la Constitución
de cada Estado.
2. Secundarias
Aquellas que ocupan una escala inferior en la jerarquía normativa. Su condición de inferioridad se
debe al hecho de no ser válidas por sí mismas, sino que adquieren su condición de validez de otra
norma superior.
En este sentido se consideran secundarias todas las restantes normas del ordenamiento jurídico
excepto la Constitución.
Cabe afirmar, no obstante, que el concepto de norma primaria o secundaria puede predicarse de
todas las normas del ordenamiento jurídico, a excepción de la primera y la última según el punto
de referencia de cada norma en la pirámide normativa.
Para clasificar las normas desde el punto de vista jerárquico, podría combinarse el criterio formal y
material del concepto de fuentes del Derecho. El resultado sería el siguiente:
2. En el caso del Derecho español, estarían a continuación las leyes. Estas pueden ser:
1. Taxativas
2. Dispositivas
Se trata en todo caso de una distinción por razón del contenido del precepto.
1. Taxativas
Son aquellas normas que obligan siempre a los destinatarios, independientemente de su voluntad,
por lo que los obligados tienen que actuar necesariamente conforme a lo prescrito en la norma, no
pudiendo decidir la realización de otra conducta diferente.
Esto quiere decir que las normas taxativas imponen siempre una prescripción (mandato o
prohibición) insoslayable, que ha de cumplirse de manera incondicional para que surtan efectos
jurídicos.
2. Dispositivas
Aquellas que pueden dejar de aplicarse a una situación jurídica concreta por voluntad expresa de
las partes.
Un ejemplo muy típico son los contratos de arrendamiento: las partes suelen establecer las
cláusulas por las que han de regirse, pero lo no expresamente pactado por la voluntad de las
partes se regula por la Ley de Arrendamientos Urbanos, el Código Civil, u otras subsidiarias, que
actúan en este caso como normas dispositivas o supletorias.
Desde el punto de vista de la violación de las normas y sus correspondientes sanciones, las normas
jurídicas se clasifican en cuatro grupos:
2. Leges perfectae
4. Leges imperfectae
Aquellas cuya sanción consiste en la nulidad de los actos que las vulneran, recayendo además otro
tipo de sanción sobre el infractor, especialmente para resarcir de los daños que hubiera podido
ocasionar.
Por tanto, la consecuencia es doble: se produce la nulidad y además se impone otra sanción.
2. Leges perfectae
Aquellas en las que la violación produce únicamente el efecto de la nulidad del acto sin que se
sobreañada sanción alguna para el infractor de la norma.
Aquellas que no establecen la nulidad de los actos contrarios a las mismas, es decir, no impiden
que los actos de violación de las normas produzcan efectos jurídicos. Sin embargo, establecen
determinadas sanciones, castigos o efectos desfavorables que recaen sobre el infractor.
4. Leges imperfectae
Aquellas normas cuya infracción no solamente no produce la nulidad del acto, sino que tampoco
imponen sanciones al infractor. Son muy numerosas, especialmente en el ámbito del Derecho
público y del Derecho internacional, a pesar de que gran parte de la doctrina no las acepta como
normas jurídicas.
Según Kelsen, la validez formal de las normas jurídicas debe considerarse desde cuatro puntos de
vista diferentes:
1. Espacial
2. Temporal
3. Material
4. Personal
1. Validez espacial
Durante mucho tiempo este criterio no ha suscitado problemas de clasificación. Sin embargo, en la
actualidad las relaciones entre el Derecho internacional y los Derechos estatales, por una parte, y
las del Derecho estatal y el Derecho autonómico, por otra, convierten el tema de la vigencia
espacial de las normas en un tema árido, difícil e inseguro.
Desde el punto de vista espacial o territorial de validez, podemos clasificar las normas jurídicas en:
Normas internacionales
Normas nacionales
Normas internacionales
Aquellas que tienen su espacio de vigencia en varios Estados. Hay que advertir, no obstante, que el
Derecho Internacional no afecta a todos los Estados del mundo, e incluso a veces, por la ausencia
de un sistema eficaz de sanciones para los infractores, las normas internacionales no pasan de ser
meras recomendaciones a los Estados.
España reconoce la vigencia del Derecho Internacional en su territorio en el art. 96 CE: “Los
Tratados Internacionales válidamente celebrados, una vez publicados en oficialmente en España,
formarán parte del ordenamiento interno”.
Normas nacionales
Locales: Aquellas cuyo ámbito de validez o vigencia espacial se circunscribe a una provincia
o municipio dentro del Estado.
2. Validez temporal
El ámbito temporal está constituido por el período de tiempo durante el cual tiene vigencia una
norma. Desde este punto de vista, las normas jurídicas pueden ser:
Estas normas pierden su vigencia en el momento mismo en que haya finalizado el tiempo para el
que fueron promulgadas.
No todas las normas contienen en el propio texto un plazo de vigencia temporal determinado. La
mayoría de las normas se dictan para que surtan efectos por tiempo indefinido, mientras subsistan
las situaciones de hecho que pretenden regular.
Estas normas pierden su vigencia cuando son derogadas expresamente o tácitamente por otras
normas, o cuando al no ser aplicadas se convierten en normas en desuso.
3. Validez material
El ámbito material se refiere a la materia o contenido regulado. Los preceptos jurídicos pueden
clasificarse de acuerdo con la tipología de las materias que regulan. Esta clasificación tiene su
fundamento en la división del Derecho en diferentes ramas. Tradicionalmente, desde esta
perspectiva, se habla de:
Esta clasificación es sin duda la más problemática de todas, pues los criterios de distinción
aportados no son ni definitorios, ni excluyentes ni definitivos. Son múltiples las teorías que han
intentado explicar esta clasificación, pero ninguna de ellas ha encontrado criterios universalmente
válidos para establecer tal distinción.
En conclusión, con muchas excepciones, podemos clasificar las normas desde el punto de vista
material de validez en:
Categoría intermedia
Existen otras ramas del Derecho que podrían situarse en una categoría intermedia dado que los
caracteres que presentan no son excluyentes. Por ejemplo: Derecho del trabajo, Derecho de la
Seguridad Social, Derecho de la economía, Derecho turístico,...
El ámbito personal se refiere a los sujetos a los que afecta la norma. Desde este punto de vista, las
normas pueden ser:
Genéricas
Particulares
Individuales
Genéricas
Aquellas cuyo sujeto pasivo es una clase o categoría de personas, una pluralidad de individuos
integrantes de un colectivo determinado: todos, los españoles, los agricultores, los estudiantes, los
mayores de x años,...
A este grupo pertenecen la mayor parte de las disposiciones jurídicas de un ordenamiento, cuyos
destinatarios son la totalidad de los individuos del Estado o amplios sectores del mismo. Son
normas que se refieren a todos los individuos comprendidos dentro de la categoría designada en
la disposición normativa.
Particulares
Aquellas normas que obligan sólo a determinadas personas, puesto que derivan de la voluntad de
los propios individuos, como sucede, por ejemplo, entre las partes vinculadas por un contrato o
negocio jurídico. Hay quienes las denominan normas individuales de carácter privado.
Individuales
Aquellas que obligan o facultan a una o varias personas determinadas de modo individual, tal
como sucede en las resoluciones administrativas y en las sentencias. Algunos las llaman normas
individuales de carácter público.
Por el modo de vincular la voluntad de los obligados, las normas pueden ser:
1. Positivas
2. Negativas
1. Positivas
Aquellas normas que permiten realizar ciertas conductas, bien sea una acción o una omisión. A su
vez, las normas positivas pueden ser preceptivas o permisivas.
Preceptivas
Permisivas
En virtud de la finalidad que desempeñan las normas jurídicas, pueden clasificarse en:
Son aquellas normas que regulan una conducta de acción u omisión. Su objetivo inmediato es
regular los comportamientos de los individuos y las actividades de los grupos y entidades sociales
en general.
Son normas que tienen por sí mismas un sentido pleno en cuanto que establecen determinados
preceptos e imputan sanciones concretas a las violaciones de las conductas prescritas.
Son aquellas que adquieren un significado pleno cuando se las relaciona con otras normas a las
cuales complementan. Estipulan las condiciones y determinan los medios para la eficacia de las
primeras. Por ello, poseen un carácter instrumental, estableciendo la estructura y funcionamiento
de óranos, o la regulación de procesos técnicos de identificación y aplicación de las normas.
Los tipos de normas de organización o complementarias son muy numerosos. Las de mayor interés
son:
De vigencia
Permisivas
Interpretativas
Sancionadoras
De vigencia
Se refieren a la iniciación, duración o extinción de la validez u obligatoriedad de una norma.
También aquellas que se refieren a la extinción de la vigencia, las cuales pueden ser:
Derogatorias: cuando la abolición se extiende tan sólo a algunos preceptos de la ley o del
ordenamiento.
Son aquellas que explican o definen los términos empleados en otros preceptos.
Permisivas
Aquellas que establecen algunos casos de excepción respecto de las obligaciones impuestas por
otras normas. Es decir, suprimen excepcionalmente la vigencia de una norma prescriptiva previa
de carácter más general.
Interpretativas
Sancionadoras
Las normas jurídicas de comportamiento necesitan para su efectividad una serie de elementos de
organización, de medios materiales, instrumentales y personales sin los cuales su operatividad
sería imposible
Lo más común es que tales acuerdos se realicen entre Estados, aunque pueden celebrarse
entre Estados y organizaciones internacionales. Los primeros están regulados por la Convención
de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969; los segundos, por la Convención de Viena
sobre el Derecho de los Tratados celebrados entre Estados y Organizaciones Internacionales o
entre Organizaciones Internacionales de 1986.
Los Tratados internacionales deben realizarse por escrito aunque pueden ser verbales. En
este último caso no se regirían por la Convención de Viena de 1969.
Tipos
Por la índole de los sujetos participantes, distinguimos: Tratados entre Estados, entre
Estados y Organizaciones internacionales, y entre Organizaciones internacionales.
Según la posibilidad de hacerse parte sin haber tomado parte en su negociación: Tratados
abiertos y cerrados. Estos últimos no admiten nuevos miembros, por lo que su admisión
implica la celebración de un nuevo tratado.
Por su forma de conclusión, podemos encontrar: Tratados concluidos de forma solemne y
Tratados concluidos de forma simplificada que luego son enviados por el poder ejecutivo
al poder legislativo para opinión y aceptación. Así entonces las naciones intercambian
ideas y objetivos comunes de interés para ambos.