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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO COPROPIEDAD

UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO


Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

PROFESOR
PRADO MUÑOZ, CARLOS

INTEGRANTES
ESTRADA CIUDAD, ALONSO
GAMBOA REYES, HEISER EMERSON
JÁUREGUI ALVAREZ, ANTONELLA
SÁNCHEZ PUPUCHE, MIGUEL
TERRONES MAQUI, LUIS
UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO COPROPIEDAD

ÍNDICE
I. CONCEPTO............................................................................................................................6
II. CUOTAS DE LOS COPROPIETARIOS.......................................................................................6
III. PRINCIPIOS RECTORES DE LA COPROPIEDAD...................................................................7
IV. CARACTERÍSTICAS DE LA COPROPIEDAD..........................................................................8
1. Pluralidad de sujetos........................................................................................................8
2. Unidad de objeto..............................................................................................................8
3. Existencia de cuotas ideales.............................................................................................8
4
V. ADMINISTRACIÓN DEL BIEN.................................................................................................8
1. Administración voluntaria:...............................................................................................9
2. Administración de hecho:.................................................................................................9
3. Administración judicial:....................................................................................................9
VI. CLASES DE COPROPIEDAD..............................................................................................10
1. COPROPIEDAD COMÚN Y COPROPIEDAD CON INDIVISIÓN FORZOSA:...........................10
2. COPROPIEDAD FORZOSA (LEGAL) Y COPROPIEDAD VOLUNTARIA..................................10
3. COPROPIEDAD TEMPORAL Y COPROPIEDAD PERMANENTE...........................................11
4. COPROPIEDAD REGLAMENTADA Y COPROPIEDAD NO REGLAMENTADA.......................11
5. COPROPIEDAD SOBRE BIENES DETERMINADOS Y COPROPIEDAD SOBRE PATRIMONIO O
UNIVERSALIDAD.....................................................................................................................11
6. COPROPIEDAD NACIDA COMO ACTO INTER VIVOS Y CAUSA MORTIS............................11
7. COPROPIEDAD POR CAUSA DE HECHO Y COPROPIEDAD POR CAUSADE ACTO JURÍDICO
12
VII. DISTINCIÓN DE LA COPROPIEDAD CON OTRAS INSTITUCIONES.....................................12
COPROPIEDAD Y SOCIEDAD....................................................................................................12
COPROPIEDAD Y COMUNIDAD DE GANANCIALES..................................................................13
VIII. DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LOS COPROPIETARIOS.................................................14
1. DERECHOS:.....................................................................................................................14
2. OBLIGACIONES DE LOS COPROPIETARIOS:.....................................................................19
IX. PARTICIÓN......................................................................................................................21
1. CONCEPTO......................................................................................................................22
2. OBLIGATORIEDAD DE LA PARTICIÓN..............................................................................23
3. IMPRESCRIPTIBILIDAD DE LA ACCIÓN DE PARTICIÓN.....................................................24
4. LA PARTICIÓN CONVENCIONAL......................................................................................24
5. PARTICIÓN CONVENCIONAL ESPECIAL...........................................................................25
6. BIENES NO SUSCEPTIBLES DE DIVISIÓN MATERIAL.........................................................26
7. DERECHO DE TANTEO O PREFERENCIA..........................................................................26
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8. LA LESIÓN EN LA PARTICIÓN..........................................................................................27
9. DIFERIMIENTO O SUSPENSIÓN DE LA PARTICIÓN..........................................................27
X. EXTINCIÓN DE LA COPROPIEDAD.......................................................................................27
XI. CASOS SOBRE LA COPROPIEDAD....................................................................................28
XII. CONCLUSIONES..............................................................................................................51
XIII. BIBLIOGRAFÍA:................................................................................................................52

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COPROPIEDAD
I. CONCEPTO

 ROJINA VILLEGAS: La copropiedad existe cuando una cosa o un


derecho patrimonial pertenecen a dos o más personas. Los copropietarios
no tienen dominio sobre partes determinadas de la cosa, sino un derecho
de propiedad sobre todas y cada una de las partes de la cosa en cierta
proporción, es decir, sobre la parte alícuota.

 Código Civil peruano vigente prescribe sobre la copropiedad en su 6


quinto capítulo, desde el capítulo 969 al 993. Mas no brinda una
definición, sino una, como prescribe, noción:

“Art. 969.- Noción


Hay copropiedad cuando un bien pertenece por cuotas ideales a dos o
más personas.”

En resumen, una copropiedad es la figura jurídica bajo la cual un mismo y único


bien tiene más de un propietario, cada uno como dueño de una parte del bien.

II. CUOTAS DE LOS COPROPIETARIOS

Como se ha mencionado, cada copropietario tiene una parte del bien, como los
otros copropietarios. Esas partes se conocen como alícuotas.

“Art. 970.- Presunción de igualdad de cuotas


Las cuotas de los copropietarios se presumen iguales, salvo prueba en
contrario.
El concurso de los copropietarios, tanto en los beneficios como en las
cargas, está en proporción a sus cuotas respectivas.”

Sin embargo, estas cuotas o alícuotas son ideales, como lo determina el mismo
C.C. Enma Palacios, de la revista sanmarquina “Docentia et Investigatio”, nos
explica el porqué de dicho adjetivo. Se trata de “que cada copropietario conoce
la proporción de su derecho de propiedad pero no conoce en qué parte de la cosa
o del bien recae su derecho1”.
De lo cual puede notarse que el modelo bajo el cual nuestra legislación se guía
es el romano, que prima la voluntad individual del copropietario sobre la
voluntad común. Cada cuota ideal es exclusiva del copropietario a manera de
transición hacia un ejercicio del derecho de propiedad. De ahí que este puede
terminar con la copropiedad mediante división y partición2.
1
PALACIOS C., Enma. La copropiedad. Revista Jurídica “ Docentia et Investigatio “, facultad de Derecho
de la UNMSM, volumen 7. 2005.
2
Diferente es el modelo germánico, donde la voluntad comunal predomina sobre la individual. Por lo
que no existen cuotas en el mismo, impidiéndose al copropietario terminar con la copropiedad
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III. PRINCIPIOS RECTORES DE LA COPROPIEDAD

Volviendo al sistema romano, señalamos algunos principios:


1. Principio de autonomía privada:

Señalado implícitamente en el artículo 974 del C.C.,

“Art. 974.- Derecho de uso del bien común


Cada copropietario tiene derecho a servirse del bien común, siempre 7
que no altere su destino ni perjudique el interés de los demás.
El derecho de usar el bien común corresponde a cada copropietario. En
caso de desavenencia el juez regulará el uso, observándose las reglas
procesales sobre administración judicial de bienes comunes.”

Es la característica fundamental del sistema romano, el libre uso personal de


cada copropietario para con su alícuota, siempre que no afecte el de los
otros.

2. Principio de proporcionalidad:

Señalado en el segundo párrafo del artículo 970 del C.C., determina el nivel
de disfrute o afectación corresponde al copropietario según el porcentaje de
su cuota para con todo el bien (directamente proporcional).
Si no se ha determinado ese porcentaje, las alícuotas se presumirán iguales.
Sin embargo, puede darse el caso de que la misma ley es la que determina lo
que corresponde a cada copropietario, por ejemplo, en la sucesión
hereditaria.

3. Principio democrático:

Determinada en el artículo 971, determina el modo de decisión


administrativo para con el bien.
Hay dos maneras, por unanimidad y por mayoría absoluta.
El mismo Código civil señala que la unanimidad corresponderá cuando se
quiera disponer, gravar o arrendar el bien, además de darlo en comodato o
modificarlo3.
Para el resto de actos de administración ordinaria, se decidirá por mayoría
absoluta. Pero esta mayoría se regirá por “el valor de las cuotas” 4, no por
cabeza5.
mediante división opartición, mucho menos puede disponer de porción alguna. Cualquier acto de esa
naturaleza se realiza bajo decisión unánime de la comunidad.
Enma Palacios señala que este modelo se inspira “en una concepción comunitaria del mundo”.
3
Inciso primero del artículo 971 del C.C. peruano vigente.
4
Inciso segundo del artículo 971 del C.C. peruano vigente.
5
¿Por qué no por cabezas? Palacios C. lo responde con un sencillo ejemplo: imaginemos un bien con dos
copropietarios. ¿Cómo se establecería la mayoría absoluta entre dos cabezas?
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El juez intervendrá si sucede el empate, yendo por la vía sumarísima.

4. Principio de libertad individual:

Señalado en el artículo 977, permite al copropietario la disposición


individual de su cuota ideal y los frutos de la misma. Puede gravarla,
disponerla o transferirla sin pedir consentimiento a los demás.
Algunos autores señalan que de este principio deriva también la facultad de
pedir partición del bien, como señala el art. 984.

“Art. 984.- Obligatoriedad de la partición 8


Los copropietarios están obligados a hacer partición cuando uno de
ellos o el acreedor de cualquiera lo pida, salvo los casos de indivisión
forzosa, de acto jurídico o de ley que fije plazo para la partición.”

IV. CARACTERÍSTICAS DE LA COPROPIEDAD

1. Pluralidad de sujetos: la norma prescribe que la copropiedad corresponde a


“dos o más sujetos” (sean naturales o jurídicas), ya que de no ser así estaríamos
en una propiedad ordinaria.
2. Unidad de objeto: recae sobre un bien común.
3. Existencia de cuotas ideales: el derecho de cada copropietario lo es “por un
porcentaje de interés en el bien común, el cual no se materializa en una porción
física de este6”.

V. ADMINISTRACIÓN DEL BIEN

Cuadros Villena, Carlos Ferdinand7 señala, que la administración es un acto de


gestión y representación de la copropiedad, pues el administrador ejercita los
actos inherentes al aprovechamiento del bien común, así como la representación
de la copropiedad frente a terceros y a los mismos copropietarios. Es acto de
gestión porque en mérito de su asignación el administrador ejercita en nombre
de los copropietarios los actos de utilización del valor del uso del bien común.
Es acto de representación porque el administrador ejercita la personería de toda
la copropiedad; podrá consiguientemente, promover las acciones judiciales para
las que esté autorizado y celebrar los actos jurídicos a los que se refiera su
designación es decir, que el administrador será un representante de la
copropiedad.
La administración puede ser de tres clases:

1. Administración voluntaria:

6
GONZALEZ BARRÓN, Ghunter. (2003). Curso de Derechos Reales. JURISTA EDITORES E.I.R.L. p. 670.
7
CUADROS VILLENA; Tomo II, (1995).
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Nace de la voluntad de los copropietarios. Es un acto jurídico mediante el


cual los copropietarios conciertan la forma de administración y designan la
persona o personas que deban ejercitarla. Como acto jurídico, requiere la
plena capacidad de los copropietarios. Sin embargo, el Código Civil no se
ocupa de la administración voluntaria; solo hace referencia en forma
incidental en el artículo 973, pero no existe norma alguna que la trate
expresamente.
Deben ser requisitos de la administración voluntaria:
 Manifestación de voluntad de los copropietarios capaces contenida en
instrumento público o privado.
 Autorización judicial para la celebración de la administración voluntaria, 9
en nombre de menores, incapaces o ausentes.
 Inscripción en el registro, para que produzca efectos frente a terceros8.

2. Administración de hecho:

Se encuentra prescrita en el artículo 973 del Código Civil. Es aquella que


puede ser asumida por cualquiera de los copropietarios capaces, para evitar
que la copropiedad sufra un perjuicio; esta administración durará hasta el
momento en que voluntaria o judicialmente se haya designado
aladministrador. Sus servicios serán retribuidos con una parte de la utilidad,
fijada por el juez y observando el trámite de los incidentes.
También se le denomina necesaria por ser la urgencia con que debe acudirse
a la administración para evitar perjuicios a la copropiedad. Esta exigirá como
requisitos:
 Que el bien común requiera de inmediata administración para no sufrir
perjuicio. Cualquiera de los copropietarios puede asumir la
administración del bien y emprender los trabajos de su explotación
normal.
 Que no se haya solicitado ni la administración voluntaria ni la judicial.

3. Administración judicial:

Se rige por el código procesal civil, en su artículo 769. Se trata de un derecho


derivado de la copropiedad. Cualquiera de los copropietarios podrá solicitar
la administración del bien común y no se les podrá negar.

VI. CLASES DE COPROPIEDAD

Siendo la copropiedad: un derecho patrimonial, pro indiviso, el cual pertenece a


dos o más personas y se extingue: por la división de bienes, destrucción o
perdida, enajenación y consolidación; no escapa, esta, de una taxativa respecto
de su aplicación. Claro, que la tipificación de una copropiedad en un grupo

8
CUADROS VILLENA, 1995, p. 640.
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específico, no excluye que pueda esta, incluirse en otra clasificación. Teniendo


en cuenta ello, la mayoría de los autores que tratan la copropiedad, la clasifican
así:

1. COPROPIEDAD COMÚN Y COPROPIEDAD CON INDIVISIÓN


FORZOSA:

La copropiedad común, ordinaria o sin indivisión forzosa es aquella en la


que cualquiera de los copropietarios se encuentra posibilitado de pedir la
partición y, consiguientemente, con su sola y única voluntad ponerle fin al
10
derecho de copropiedad. Todo esto bajo el supuesto de que nadie puede ser
obligado a permanecer bajo una situación de indivisión.
A diferencia de esta copropiedad ordinaria, la copropiedad con indivisión
forzosa caracteriza a todas aquellas situaciones en las que, por mandato de la
ley o por conjunción de la voluntad de los propios interesados se ha,
decidido eliminar el carácter provisorio de la situación mediante la
prohibición, temporal o permanente del ejercicio y planteamiento justo del
derecho a pedir la participación. Se puede decir entonces que en estos
supuestos los copropietarios se encuentran forzados a mantenerse bajo la
situación de indivisión, solo en el sentido de que no pueden lograr su
extinción por medio de la partición. Un ejemplo claro de este tipo de
copropiedad es lo que sucede en el caso del pacto de indivisión que prescribe
el artículo 993 del Código Civil, la medianería de la que tratan los artículos
994 y siguientes del mismo Código y, también, de los bienes comunes dentro
de una edificación sujeta al Régimen de Unidades Inmobiliarias de
Propiedad Exclusiva y de Propiedad Común establecido por la Ley N° 27157
Concluyendo; la copropiedad común o sin indivisión forzosa se presenta en
el caso en que los propietarios tiene una cosa o varias sujetas a su dominio,
las mismas que pueden dividirse en cualquier momento a simple solicitud de
uno de los copropietarios, división y partición que podrá hacerse de forma
voluntaria o por la vía judicial si fuese necesario. En cambio, la copropiedad
con indivisión forzosa aparece en el supuesto de que la cosa común no puede
ser objeto de división, ni siquiera por voluntad de las partes, ya que la
normativa aplicable al caso puede llegar a limitar el derecho a dividir la cosa
por ser indivisible materialmente o si al ser dividido pierda su esencia y
utilidad.

2. COPROPIEDAD FORZOSA (LEGAL) Y COPROPIEDAD


VOLUNTARIA

Existe un principio fundamental en la copropiedad: nadie está obligado a


permanecer en la indivisión, y en consecuencia no es válido el pacto por el
cual los condueños se obligan permanentemente a permanecer en dicho
estado. Se reconoce en cada condueño el derecho de pedir la división cuando
le plazca. Con ello se daría una copropiedad voluntaria.
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En el caso de las copropiedades forzosas, son aquellas en que, por la


naturaleza de las cosas, existe una imposibilidad para llegar a la división o a
la venta de manera que la ley se ve obligada a reconocer este estado que
impone la propia naturaleza.

3. COPROPIEDAD TEMPORAL Y COPROPIEDAD PERMANENTE

Toda copropiedad ordinariamente es temporal, como consecuencia de que es


voluntaria. Especialmente puede ser permanente cuando sea forzosa.
11
4. COPROPIEDAD REGLAMENTADA Y COPROPIEDAD NO
REGLAMENTADA

Son aquellas formas especiales que han merecido una organización del
legislador, tomando en cuenta ciertas características y conflictos que pueden
presentarse, dada su naturaleza. Cuando esto no sucede se habla de una
copropiedad no reglamentada.

5. COPROPIEDAD SOBRE BIENES DETERMINADOS Y


COPROPIEDAD SOBRE PATRIMONIO O UNIVERSALIDAD

Generalmente la copropiedad recae sobre un bien o bienes determinados;


pero existe un caso de copropiedad sobre un patrimonio integrado con su
activo y pasivo; es el caso de la copropiedad hereditaria. Esta copropiedad
sobre un patrimonio tiene la característica especial de comprender bienes,
derechos y obligaciones.
En cuanto a la copropiedad sobre un bien o bienes determinados, que recae
sobre un derecho o una cosa, la parte alícuota se refiere siempre a un valor
positivo y estimable en dinero en el activo del copropietario.

6. COPROPIEDAD NACIDA COMO ACTO INTER VIVOS Y CAUSA


MORTIS

La copropiedad que se crea por acto entre vivos puede tener como fuente un
contrato, un acto jurídico unilateral, un hecho jurídico o la misma
prescripción. Ordinariamente la copropiedad se origina por un contrato.
Puede también nacer de la prescripción que tiene características de hecho y
de acto jurídico. También la copropiedad puede originarse por causa de
muerte.

7. COPROPIEDAD POR CAUSA DE HECHO Y COPROPIEDAD POR


CAUSADE ACTO JURÍDICO
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Las que se reconocen como causa de un hecho jurídico son las que se
originan por ocupación, accesión o prescripción. Las que nacen de un acto
jurídico son las que se crean por contrato, o por acto unilateral.

VII. DISTINCIÓN DE LA COPROPIEDAD CON OTRAS


INSTITUCIONES

Conociendo la tipificación de la copropiedad, es preciso y necesario, ahora,


establecer las diferencias que median entre el derecho de copropiedad y
otras situaciones jurídicas que tienen como fundamento ontológico la 12
concurrencia de más de un sujeto.

COPROPIEDAD Y SOCIEDAD

No obstante constituir la sociedad un fenómeno asociativo en la


medida en que concurren varios sujetos en su constitución existen varias
diferencias que la alejan de la copropiedad como situación en la que, del
mismo modo, concurren varios sujetos. Tales diferencias han sido
referidas por la doctrina a diversos factores, tales como el hecho de que sirve
de origen a ambas instituciones, la existencia de una personalidad jurídica
distinta de los interesados, la estructura interna de organización que
comportan, el objeto sobre el cual recae la titularidad de los derechos, etc.
Se dice por ejemplo que en el caso de la sociedad el origen de la misma es
voluntario (cosa no cierta entre nosotros tanto en el caso de las denominadas
sociedades legales mineras como en el de las empresas estatales sujetas al
régimen del Derecho Privado), mientras que en el caso de la comunidad ,su
origen usualmente es de fu-ente legal, aunque como lo hemos visto también
pueda ser de carácter voluntario. También se señala que mientras en la
sociedad estamos frente a un sujeto de derecho diferente de sus miembros,
en la copropiedad no existe la conformación de un centro de imputación
distinto de cada integrante. Otra diferencia es que, según se señala,
mientras que en la sociedad existe una estructura orgánica de gobierno
que da lugar a un conjunto de órganos de expresión de la voluntad y
gestión, en la copropiedad no existe tal cosa.
Por otro lado, los derechos de los socios no recaen sobre los bienes en sí que
a-portaron sino sobre acciones o participaciones en el capital de la sociedad,
en tanto que los copropietarios si tienen derecho que recaen directamente
sobre los bines comunes y que se cuantifican a través de la cuota ideal.

COPROPIEDAD Y COMUNIDAD DE GANANCIALES

Las diferencias que median entre ambas instituciones están referidas a los
hechos que les sirven de fuente, al objeto, a la estructura interna de su
organización y a los hechos en virtud de los cuales ambos regímenes se
extinguen.
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En lo que se refiere a los hechos que les sirven de fuente, la instauración del
régimen de comunidad de gananciales es el efecto del acto de matrimonio
cuando los con-trayentes no hubieran pactado un régimen patrimonial
distinto. En tanto que la constitución de la situación jurídica de copropiedad
encuentra como fuente al contrato, a la sucesión testamentaria, a la ley y a la
prescripción adquisitiva.
Por otra parte, el objeto mediato, en el régimen de comunidad de
gananciales, lo constituyen tanto los patrimonios privativos de los cónyuges
como el patrimonio de la comunidad, planteándose la cuestión únicamente
con respecto a este último, el cual se encuentra integrado tanto por los
bienes y derechos adquiridos a título oneroso (activos), como por las 13
denominadas deudas sociales contraídas por uno o ambos cónyuges durante
la vigencia del matrimonio (pasivos); mientras que la copropiedad solo tiene
por referencia a determinados bienes concretos (activos) y si bien la
normal conservación y destino de los mismos generará para los
copropietarios determina-das obligaciones y cargas, estas no pasan a
constituir con los activos un conjunto sujeto a un régimen unitario
responsabilidad.
En lo que se refiere a la estructura interna de organización, tanto la
comunidad de gananciales como la copropiedad constituyen formas
comunitarias desprovistas de personalidad jurídica o, si se quiere, la
verificación de uno u otro supuesto no da origen a una personalidad jurídica
distinta de la de los cónyuges o condóminos, respectivamente. Siendo ello
así, la titularidad de derechos y obligaciones contraídos durante la
vigencia de la comunidad de gananciales y de la situación de copropiedad
serán de titularidad exclusiva de los cónyuges o de los copropietarios,
respectivamente.
En lo que se refiere a la administración de los bienes, en la
comunidad de gananciales, por imperio de la ley, dicha atribución
corresponde a ambos
cónyuges, salvo que se produzca alguna de las causales por las cuales
el otro cónyuge puede asumir la administración total (artículo 314 C.C.),
pero no se permite que un tercero pueda asumir la administración. En
cambio, en la copropiedad si bien los copropietarios se encuentran facultados
para gestionar di-rectamente los bienes comunes, se prevé la posibilidad de
que la administración por convenio, de facto o por mandato judicial, pueda
estar a cargo de un tercero (artículos 971 al 973 C.C.).
En lo que respecta al fenecimiento del régimen, igualmente, existen
significativas diferencias, porque en el caso de la comunidad de
gananciales las causales establecidas por la ley están referidas a la
vigencia del vínculo conyugal (invalidación del matrimonio, separación
de cuerpos, divorcio y muerte), a la imposibilidad de la vida en común
(artículos 318, 329 C.C.), en cambio, en el caso de la copropiedad, al margen
de las causales de extinción comunes con todo otro derecho real principal
(destrucción o pérdida del bien, enajenación y pérdida del derecho), así
como de la causal específica de consolidación del dominio exclusivo en
uno de los copropietarios, existe una causal muy particular como lo es la
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partición que revela algo que, respecto de la comunidad de gananciales


resultaría inconcebible, el poder individual del que goza cada copropietario
para con su sola voluntad y sin necesidad de hecho justificatorio
alguno, poder poner-le fin a la situación de cotitularidad.

VIII. DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LOS COPROPIETARIOS

1. DERECHOS:

Cada copropietario tiene derecho de servirse del bien común, siempre que no 14
altere su destino ni perjudique el interés de los demás.
En la copropiedad coexisten 2 esperas: Unas atribuidas de manera individual
al copropietario y otras de manera colectiva a todos los copropietarios sobre
el bien común. En esta división se tratarán en específico las maneras
colectivas de los derechos y se hará mención de su modo específico y en otra
clasificación se hablara de modo principal la disposición de la cuota Ideal
que es uno de los principales derechos de manera individual de los
copropietarios.

DERECHOS DE LOS COPROPIETARIOS SOBRE EL BIEN


COMÚN:

El derecho de uso:

Dentro de las facultades que otorga la copropiedad a sus titulares está la de


usar el bien común. El contenido perceptible de la facultad de usar un bien
tendrá por referencia siempre el empleo material del mismo para
determinada finalidad que no implica la obtención de renta o plusvalía. Por
ejemplo, si Juan, María y Pedro reciben un inmueble y lo destinan a un fin
habitacional de ellos mismos como copropietarios, en lugar de rentarlo.
De manera personal cada copropietarios también ejerce su derecho de uso,
tomando un ejemplo muy sencillo, entre un vecino que tiene un bien propio
individual, que sale a regar su jardín y un copropietario que realiza la misma
acción, ante terceros no hay modo de diferenciar cual es un bien propio y
cual un bien común.
La problemática de este derecho de uso surge a partir de la forma en cómo se
organizará su ejercicio entre los copropietarios, puesto que en la interacción
de estos surge un haz de relaciones jurídicas. Ante esta problemática surgen
3 mecanismos de organización:

 Las limitaciones legales: son elementos armonizadores de facultades de


uso, este mecanismo actúa de manera autónoma cuando los otros dos
mecanismos no son usados.
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 El acuerdo de los copropietarios: Es una forma de regularse el uso del


bien común entre los copropietarios. Este acuerdo es de carácter
obligatorio entre ellos.
 La actuación del órgano jurisdiccional: Este mecanismo actúa frente a las
desavenencias (desacuerdos) entre los copropietarios.

Uso del bien indiviso:

“Articulo 975.-
El copropietario que usa el bien parcial o totalmente con exclusión de
los demás, debe indemnizarles en las proporciones que les corresponda, 15
salvo lo dispuesto en el artículo 731.”

Lo que plantea este artículo 975 en relación al anterior artículo mencionado


es la de determinar la coordinación que pueda existir entre el derecho de
todo copropietario de usar el bien común en su integridad, sin más
limitaciones que las anteriormente mencionadas. Entonces en este caso se
prevé un caso de desobediencia a la ley.
Se precisa salvo lo dispuesto en el artículo 731, el cual trata sobre el derecho
de habitación vitalicia del cónyuge supérstite.
Es incorrecto decir que el artículo 974 y el artículo 975 contengan
exactamente el mismo supuesto. No todo desacuerdo entre los copropietarios
supone que exista un uso con exclusión, puede ser que ninguno esté
utilizando el bien y que el desacuerdo surja precisamente de la discusión
sobre cómo usar el bien y, por otro lado, tampoco debemos pensar que todo
uso con exclusión puede ser considerado como la exteriorización de una
desacuerdo, porque pudiera darse el caso de que lo que existe es un acuerdo
tácito que permite a uno usar lo que otro no necesita o no tiene interés en
usar.
Los copropietarios, al margen de la pretensión de partición, a la que podría
acumularse la de "indemnización" de la que trata este artículo, y que les
permitiría acabar con la copropiedad y, con ello, ponerle fin a la
desavenencia, al uso con exclusión y a las consecuencias económicas
negativas que este hubiera podido tener; en lo que estrictamente concierne al
uso del bien, tendrán hasta tres alternativas:

 Una opción es la de perseguir ponerle fin a la situación de uso con


exclusión, porque, eventualmente, se tiene interés en compartir el uso del
bien. En este caso ¬dada la actitud asumida por el copropietario que usa
con exclusión- lo que corresponde, de conformidad con lo dispuesto por
el artículo 974 CC, es seguir un procedimiento judicial para la
designación de un administrador judicial del uso.
 Otra opción es la de perseguir la compensación económica de la que trata
el artículo 975 CC, porque, aparentemente, no se tiene interés o
necesidad de compartir el uso del bien común.
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 Una tercera opción es el resultado de una combinación de las dos


anteriores, perseguir por un lado que se ponga fin a la situación existente
mediante un procedimiento de administración judicial y, simultánea pero
no acumulativamente por la naturaleza diversa de los procedimientos,
perseguir la compensación de la que trata el artículo 975 CC, por lo que
concierne al tiempo durante el cual se mantenga el uso con exclusión.

Derecho de disfrute:

“Articulo 976.-
El derecho de disfrutar corresponde a cada copropietario. Estos están 16
obligados a reembolsarse proporcionalmente los provechos obtenidos
del bien.”

Es aquella mediante la cual es posible realizar una actividad con el bien que
permita obtener una plusvalía. A diferencia del uso que consiste en servirse
del bien sin obtener una plusvalía. Por ejemplo: si Juan y Pablo tienen un
vehículo y estos copropietarios lo usan turnándose para ir al trabajo, están
ejerciendo su facultad de usar el bien común. Pero si deciden rentar el carro
estarían ejerciendo su facultad de disfrute.
El derecho de disfrute se despliega en dos momentos:

 Actos materiales o jurídicos que realiza el sujeto para la obtención de


bienes de capital circulante.
 Percepción y consumo de los bienes obtenidos.

Corresponde a todos los copropietarios la titularidad de la facultad de


disfrute de los bienes comunes en tanto aquella integra, conjuntamente con
otras facultades (uso, disposición), el contenido del derecho real de
copropiedad.
Ello significa que la titularidad del derecho de copropiedad importará para
cada condómino la potestad de realizar sobre los bienes comunes todos
aquellos actos ¬materiales o jurídicos¬ que, conforme con la naturaleza de
los mismos, conduzcan a la obtención de la mayor utilidad económica
posible.
Luego surge la necesidad de resolver determinadas cuestiones relativas a la
forma en que debe organizarse el ejercicio de la facultad de disfrute cuando
los intereses de los copropietarios relativos a la explotación económica de
los bienes son divergente, en tanto el asunto no sea conducido por ninguno
de ellos a la vía jurisdiccional, dará lugar a dos tipos de acuerdos:

 Los acuerdos respecto de las actividades que emprenderán para la


explotación económica de los bienes comunes con la finalidad de obtener
la mayor utilidad posible; y
 La elección de un administrador de la facultad de disfrute.
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Por ejemplo, si Laura y Paco son copropietarios de un local y uno de ellos


quiere utilizarlo como comercio y vender abarrotes, pero Laura quiere que
ese local sea arrendado.

Derecho a la disposición de la cuota ideal:

“Articulo 977.-
Cada copropietario puede disponer de su cuota ideal y de los respectivos
frutos. Puede también gravarlos.”

Se ocupa justamente del derecho de disposición y gravamen que le 17


corresponde al propietario sobre el bien cuota ideal. Cabe indicar que
también se hace referencia al poder de disposición y gravamen del
copropietario sobre bienes de naturaleza distinta, como son "los respectivos
frutos". En consecuencia se hace referencia en un mismo artículo a la
disposición de un bien ideal o incorpóreo, como es la cuota ideal, y a bienes
corpóreos, como son los frutos que se obtengan por cada quien.
El copropietario tiene reconocido un derecho de propiedad individual sobre
ese bien incorpóreo que constituye la cuota. El acto de disposición permitirá
sustituir al actual copropietario por el adquirente de la cuota, quien con la
adquisición de esta última asumirá todos los derechos y obligaciones que
corresponden a un copropietario. Existen diversas facultades y obligaciones
de los copropietarios que, no obstante recaer sobre los bienes comunes, son
parte de la esfera individual del sujeto (facultad de uso, facultad de defensa
del bien común, obligación de asumir los gastos y las cargas, obligación de
saneamiento en caso de evicción, etc).
Del mismo modo que se establece la posibilidad de disponer del derecho
individual de copropiedad, con mayor razón se permite que el copropietario
pueda realizar también actos de gravamen sobre la parte ideal, no sobre el
bien común, sino sobre el derecho individual que le corresponde en la
copropiedad. Así, "por similitud con lo que ocurre en la propiedad plena"
(Díez PICAZO y GULLÓN, p.87) el copropietario puede hipotecar, prendar
o constituir algunos derechos reales de goce sobre cosa ajena.
Existen algunos gravámenes incompatibles con la naturaleza incorpórea del
bien gravado. Así tenemos que expresamente se establece que un predio
sujeto a copropiedad solo puede ser afectado con servidumbre si prestan su
asentimiento todos los copropietarios

Derecho a reivindicar y defender el bien común:

“Articulo 979.-
Cualquier copropietario puede reivindicar el bien común. Asimismo,
puede promover las acciones posesorias, los interdictos, las acciones de
desahucio, aviso de despedida y las demás que determine la ley.”

Dos cosas resultan sumamente claras en dicho artículo. La primera es la


amplitud con la que queda legitimado cualquiera de los copropietarios para
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actuar como demandante en los procesos a los que den lugar dichas
pretensiones, no requiriéndose, para la prosecución de los mismos ni para la
obtención de la sentencia que les ponga fin, de la citación, anuencia o
siquiera conocimiento de la pretensión por parte de los demás copropietarios.
La segunda es que el referente objetivo de dichas pretensiones
necesariamente debe ser como lo dice el propio artículo comentado¬ "el bien
común" y no la cuota ideal o lo que nosotros hemos denominado el derecho
individual de copropiedad, porque la finalidad de dichas pretensiones es la
de recuperar la posesión del bien, necesidad impensable para entidades
incorpóreas como son las cuotas ideales o las facultades en sí que conforman
el derecho individual de cada copropietario. 18
En el caso de la copropiedad, así como en los demás supuestos de
comunidad particular o universal, la ley ha legitimado activamente a
cualquiera de los cotitulares para invocar en sede judicial el derecho que
corresponde a todos los partícipes. Bastará la afirmación de la calidad de
copropietario para pretender válidamente la protección de un derecho que es
solo parcialmente del demandante. Ciertamente que la probanza que se actúe
determinará si el derecho invocado se encuentra acreditado o no, pero eso ya
no es una cuestión de legitimación procesal sino de prueba del derecho que
se pudo invocar a través de la legitimación.
Deben distinguirse claramente las acciones que defienden el bien común de
aquellas acciones que conciernen exclusivamente al derecho individual del
copropietario y cuya realización no implica una afirmación de titularidad o
una restitución de facultades sobre el bien común mismo. Así, por ejemplo,
si un copropietario demanda a los demás para mediante una pretensión
declarativa a fin de lograr que se despeje la incertidumbre existente respecto
de la cuantía de su cuota ideal, tal pretensión será ejercida en virtud a su
derecho exclusivo y no en atención a lo dispuesto por el artículo 979 del
Código Civil

Derecho de mejoras necesarias y útiles en la copropiedad:

“Articulo 980.-
Las mejoras necesarias y útiles pertenecen a todos los copropietarios,
con la obligación de responder proporcionalmente por los gastos“.

Las mejoras se encuentran reguladas, en cuanto a sus clases y los derechos


que derivan de su realización, en los artículos 916 al 919 del Código Civil,
los cuales forman parte del Título correspondiente a la Posesión.
Podemos inferir del artículo en mención que el mismo puede ser útil tanto
para regular el reclamo por mejoras de un "tercero poseedor a los
copropietarios, como el reclamo por mejoras que se formule entre
copropietarios”.
El artículo que comentamos supone necesariamente la posibilidad de la no
existencia de un acuerdo previo entre las partes. Si existiera el acuerdo de
realizar la mejora, aun cuando solo uno de ellos la llevara a cabo,
solventandoel costo de la misma, resultaría prescindible recurrir a un artículo
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como el que comentamos porque en realidad el acuerdo previo serviría de


suficiente justificación para la pretensión de reembolso.

2. OBLIGACIONES DE LOS COPROPIETARIOS:

Obligación de indemnizar a los copropietarios cuando se usa el bien


parcial o totalmente, excluyendo a los demás:

“Articulo 975.-
El copropietario que usa el bien parcial o totalmente con exclusión de
19
los demás, debe indemnizarles en las proporciones que les corresponda,
salvo lo dispuesto en el artículo 731.”

Uno puede fácilmente imaginar que este artículo se refiere a la siguiente


situación: Juan, Pedro y María han heredado entre otros bienes el inmueble
en el que vivía su padre hasta el momento de su fallecimiento. Todos tienen
un duplicado de la llave de ingreso, pero solo Pedro se queda a dormir en la
vivienda. Un buen día Pedro decide cambiar la cerradura de la puerta de
acceso y cuando sus hermanos intentan ingresar al inmueble se dan con la
sorpresa de que ello no es posible debido a la conducta asumida por Pedro
quien, por lo demás, no está dispuesto a permitirles el ingreso. Si eso ocurre
se podrá decir, al compás del tenor literal del artículo que comentamos, que
Pedro si bien es copropietario y estaba facultado para usar el inmueble, su
conducta ¬en este caso dolosa¬ ha determinado que los demás no puedan
ejercer el mismo derecho que les corresponde porque justamente Pedro "usa
el bien (...) totalmente con exclusión de los demás". Una conducta ilícita
como la detallada debe, lógicamente, dar lugar al pago del daño padecido por
los otros copropietarios.
La pregunta es si estamos, como aparentemente resulta de los términos
textuales que usa el legislador, ante la indemnización de un daño, de un
enriquecimiento indebido o de los resultados perjudiciales del ejercicio
abusivo de un derecho o si solo estamos frente a un supuesto de
compensación del valor de uso a favor de los demás copropietarios.

Obligación de reembolsar los provechos obtenidos del bien:

En la segunda oración del artículo 176 se desprende la siguiente obligación


“los copropietarios están obligados a reembolsarse proporcionalmente los
provechos obtenidos del bien”. Es decir en proporción a la cuota de la cual
cada copropietario es titular.
Además en esta obligación cabe aclarar que el reembolso no solo es a los
demás copropietarios que no disfrutan del bien, sino que también si es que
aun habiendo participado de la actividad económica, mediante la cual se
obtendrán frutos, uno o varios copropietarios se han apropiado del íntegro de
los mismos.
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Obligación de responder proporcionalmente por las mejoras:

Del artículo 980 que prescribe una facultad de los copropietarios también se
encuentra una obligación, la de que todos los copropietarios están obligados
a responder proporcionalmente por los gastos en que se haya incurrido, por
ejemplo, si un copropietario asumió la totalidad de los gastos esté demandará
a los demás el reembolso proporcional. Claro está que no para la existencia
de esto no se haya dado ningún acuerdo previo de los copropietarios con
respecto a los gastos de las mejoras de este modo el reembolso se daría sin
problema alguno.
20
Obligación de concurrir en los gastos en proporción a sus cuotas:

“Articulo 981.-
Todos los copropietarios están obligados a concurrir, en proporción a
su parte, a los gastos de conservación y al pago de los tributos, cargas y
gravámenes que afecten al bien común”.

El artículo bajo comentario contiene una norma que resalta con mayor
intensidad el denominado aspecto pasivo de la copropiedad ya anticipado por
el artículo 970, según el cual los copropietarios participan tanto en los
beneficios como en las cargas del bien común, en proporción a sus cuotas.

 Gastos de conservación:

Es una expresión amplia que comprende tanto los gastos que se


materializan en obras que se realizan en el bien (mejoras necesarias),
como también otros gastos diversos que simplemente responden a la idea
de estar orientados a asegurar "la existencia e integridad del objeto".

 Tributos:

Es necesario distinguir aquellos que gravan la propiedad de los bienes,


como es el caso del impuesto predial, de aquellos que constituyen
verdaderas retribuciones por ciertos servicios que son brindados por la
administración pública a favor de quien resulte propietario o poseedor
de un inmueble, tributos que en nuestro país son conocidos como tasas o
arbitrios municipales.

 Cargas y gravámenes:

Gravamen alude a la afectación o limitación que, en sus derechos, padece


el propietario de un bien sobre el cual se ha constituido un derecho real
sobre cosa ajena: una servidumbre, un usufructo, una superficie, una
hipoteca o una prenda.
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Carga pareciera estar referida, en nuestro derecho, a ciertas obligaciones


que deben ser preferentemente pagadas con ciertos bienes o por ciertas
personas que se encuentran colocadas en una determinada posición
respecto a la explotación de los bienes, así sucede cuando hablamos de
las cargas matrimoniales, de las cargas del usufructo legal y de las
cargas de la herencia.

Obligación recíproca al saneamiento por evicción:


“Articulo 982.-
Los copropietarios están recíprocamente obligados al saneamiento en 21
caso de evicción, en proporción a la parte de cada uno”.

Como hemos podido ver hasta el momento, están referidos a la situación de


indivisión vigente entre ellos, mientras que la norma enunciada está referida
a una situación patológica que puede afectar no a los copropietarios sino a
quien resulte eviccionado respecto del bien que adquirió de sus demás
copropietarios en la partición, porque obviamente se refiere la ley a una
transferencia ocurrida entre ellos y no a una transferencia que pudieran
haber efectuado a favor de un tercero, de ahí que se utilice la expresión
"recíprocamente obligados".
Existe evicción, según el artículo 1491 del Código Civil, "cuando el
adquirente es privado total o parcialmente del derecho a la propiedad, uso o
posesión de un bien en virtud de resolución judicial o administrativa firme y
por razón de un derecho de tercero, anterior a la transferencia".
Si uno de los copropietarios fuese privado de la propiedad de un bien que le
fue adjudicado en la partición, entonces tendrá derecho a reclamar de sus
demás ex copropietarios, el cumplimiento de la obligación de saneamiento.

Obligación de hacer la partición:

“Articulo 984.-
Los copropietarios están obligados a hacer partición cuando uno de
ellos o el acreedor de cualquiera lo pida, salvo los casos de indivisión
forzosa, de acto jurídico o de ley que fije plazo para la partición.”

La partición, en tanta facultad individual de cada copropietario, reviste el


carácter de la "imperatividad".

IX. PARTICIÓN

1. CONCEPTO

“Artículo 983.-
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Por la partición permutan los copropietarios, cediendo cada uno el


derecho que tiene sobre los bienes que no se le adjudiquen, a cambio del
derecho que le ceden en los que se le adjudican.”

Es conocida la existencia, en la legislación comparada y en la doctrina, de


dos concepciones diametralmente distintas en lo que atañe a la partición; se
trata de las teorías declarativa y constitutiva.
Para la teoría declarativa, la partición constituye un acto de reconocimiento
de un derecho, que se concreta estableciendo que la transmisión de dominio
queda consumada a favor de cada dominio, operando retroactivamente.
Dicen Planiol y Ripert, que “la partición no es más que una operación de 22
distribución que deja a cada interesado en relación directa con el difunto y
con el carácter de causahabiente único respecto a los bienes que se le
atribuyen personalmente” (Planiol y Ripert, op. Cit., tomo IV, las sucesiones,
página 695). Y según Lafaille, “dentro de los países de costumbres, bajo el
influjo de otros principios, surgió la doctrina que juzgaba a ese acto jurídico
como declarativo de derechos, en el sentido de considerar a los copartícipes,
desde el comienzo del codominio (efecto retroactivo) únicos propietarios de
los bienes que en definitiva recibían; ni más ni menos que si en la herencia
los hubiere transferido directamente el causante” (H Lafaille, op. Cit., tomo
II, página 257).
Está a la vista de que esta teoría reposa sobre una ficción. En efecto,
considera a los copartícipes como si desde un primer momento hubieren
tenido el derecho de propiedad exclusiva sobre la cosa que se le adjudica. Y
como toda ficción, tiende hacia a complejidad. Planiol y Ripert admiten que
la teoría tiene contradicciones inevitables (Planiol y Ripertop. Cit., tomo IV,
página 696). Además, la teoría declarativa no facilita la constitución de
gravámenes sobre las participaciones de los condóminos, ni es protege con el
saneamiento por evicción.
La teoría constitutiva, por el contrario, afirma que la partición es atributiva
de dominio, pues cada uno de los copropietarios recibe su parte permutando
el derecho que tiene sobre los bienes que no se le adjudican, a cambio del
derecho exclusivo sobre los que se le entregan, reconocido por los demás
partícipes. En opinión de Planiol y Ripert, “en la partición traslativa de
derecho el estado de indivisión se termina por una operación conmutativa
entre los distintos interesados, análoga a una permuta o a una cesión. Cada
uno abandona a os demás los derechos virtuales que le correspondían sobre
todos los elementos de la herencia que no hayan quedado incluidos en su
lote, al mismo tiempo que por abandono por partes de sus copartícipes,
constituye en su persona una propiedad distinta y exclusiva de los elementos
comprendidos en su porción hereditaria” (Planiol y Ripertop. Cit., tomo IV,
página 692).
Esta teoría ha sido seriamente objetada, pues afirma que no es posible
reconocer la existencia de una permuta allí donde el derecho de cada
copropietario solo incide sobre una participación. ¿Con qué derecho, en
consecuencia, se está permutando aquello que no se tiene? Sostiene Lafaille
a este respecto, que “es innecesario buscar expedientes para fundarse en el
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simple buen sentido que se opone a reconocer la enajenación o el gravamen


de aquello que no nos pertenece” (H. Lafaille, op. Cit., tomo II, página 260).
Empero, a pesar de la objeción expuesta en el párrafo anterior, y recordando
que doctrinariamente tampoco se salva la teoría declarativa, no se pueden
soslayar las ventajas prácticas de la teoría constitutiva. Por ella se facilita la
constitución de hipoteca sobre las participaciones de los copropietarios;
otorga a estos una seguridad, cual es el saneamiento por evicción; no atenta
contra su naturaleza jurídica habida cuenta que se trata de una disposición
bilateral de dominio. Por estas consideraciones creemos que el legislador de
1984 estuvo acertado al mantener la teoría constitutiva, pues se estimó que
en la práctica había demostrado su bondad en función de los artículos 2157 y 23
922 de los códigos civiles de 1852 y 1936 respectivamente.
La partición es, según Zenatti, “una prerrogativa de orden público cuyo
origen está en el principio de exclusividad que es inherente a la propiedad
misma” (FredericZenatti, op. Cit., página 260).
Según Albaladejo “el derecho a pedir la división es el gran remedio que
cualquier condueño tiene cuando las cosas no van en la comunidad como él
desea o cuando su criterio es vencido, si no es precisa unanimidad, por el
acuerdo de la mayoría. De ese modo también se consigue frenar (en vez de
concediendo otros remedios legales) eficazmente que una mayoría que desea
seguir en comunidad, se imponga a la minoría”.

2. OBLIGATORIEDAD DE LA PARTICIÓN

“Artículo 984.-
Los copropietarios están obligados a hacer partición cuando uno de
ellos o el acreedor de cualquiera lo pida, salvo los casos de indivisión
forzosa, de acto jurídico o de ley que fije plazo para la partición.”

Siendo la partición el modo especial y típico de liquidación y extinción de la


copropiedad, podrá ser invocada por cualquiera de los copartícipes o de sus
acreedores, pues siempre se ha querido facilitar su aplicación, en búsqueda
de la consolidación de la propiedad y evitar así los problemas que surgen con
la copropiedad tanto porque entraba la normal explotación de los bienes
cuanto porque suele ser venero de litigios. Señala Lafaille que “el legislador
fomenta los medios encaminados a ponerle término, ya que bajo el aspecto
jurídico, como del punto de vista económico, se trata de un estado
desfavorable para el régimen de la propiedad” (H. Lafaiile, op. Cit., tomo II,
página 242).
El artículo contiene excepciones a regla general. Ellas son:

 Indivisión forzosa
 La existencia de un acto jurídico (contrato o testamento)
 Plazo señalado por ley
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En la indivisión forzosa el tiempo se alarga no pudiendo partirse en razón de


un interés general y subsiste mientras no desaparezca la causa que la motiva.
Así sucede con la medianería de paredes, cercos y zanjas (artículo 944 del
C.C.). También acontece en la propiedad horizontal, respecto de los bienes
comunes.
Cuando se trata de un pacto, habrá que estar a lo que dispone el artículo 993
del C.C.
Finalmente, puede establecerse la indivisión por mandato de la ley.
Hay que señalar que con excepción de lo anterior, el artículo 984 es de orden
público y de consiguiente imperativo y no admite otras excepciones.
24
3. IMPRESCRIPTIBILIDAD DE LA ACCIÓN DE PARTICIÓN

“Artículo 985.-
La acción de partición es imprescriptible y ninguno de los
copropietarios ni sus sucesores pueden adquirir por prescripción los
bienes comunes.”

Este dispositivo contiene dos figuras diferentes. La primera se refiere a la


prescripción extintiva, en tanto que la segunda concierne a la prescripción
adquisitiva.
Respecto de le prescripción extintiva, el precepto señala que la acción de
partición no prescribe. Cada copartícipe tendrá en todo tiempo expedito su
derecho para solicitar la partición, lo que se explica por la necesidad que
existe de facilitarla. La norma es de orden público y no admite pacto distinto.
Seguidamente el precepto la imposibilidad de adquirir por prescripción los
bienes comunes, y esto extiende a sus sucesores. El fundamento de la norma
es claro: como el derecho del copartícipes está representado por una cuota
(entidad abstracta) quien posee material o jurídicamente el bien común lo
hace para sí y para los demás copartícipes, no pudiendo por ende usucapirlo
en beneficio propio. No se admite caso distinto.

4. LA PARTICIÓN CONVENCIONAL

“Artículo 986.-
Los copropietarios pueden hacer partición por convenio unánime.
La partición convencional puede ser hecha también mediante sorteo.”

El modo normal como los copartícipes ponen fin a la copropiedad es


utilizando la partición. Mediante ella cada copartícipe convierte su cuota de
derecho abstracto o ideal sobre el bien común, en un lote o bien que lo
sustituya o en una suma equivalente. Sostiene Lafaille que “la partición es
una expresión adecuada a nuestra realidad nacional y que tampoco puede
omitirse la trascendencia económica que presenta este medio legal, eficaz
correctivo contra el latifundio, si bien debe evitarse que se caiga en los
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inconvenientes del fraccionamiento exagerado” (H. Lafaille, op. Cit., tomo


II, página 243).
La partición se presenta en dos formas determinadas, como son la
extrajudicial y la judicial.
La primera es la que realizan los copartícipes mediante convenio, lo cual
supone que las partes tengan plena capacidad de actuar, dada la naturaleza
jurídica que tiene. Además, el código exige unanimidad de los contratantes,
no existiendo formalidad alguna, de modo que las partes podrán utilizar la
que crean conveniente (principio de libertad formal). Desde luego si se trata
de inmuebles lo conveniente serpa celebrarla por escritura pública, a fin de
tener saneada la titulación; y disfrutar de la seguridad que otorga la 25
inscripción registral.
Con el propósito de facilitar la partición, como medio idóneo de ponerle fin
al codominio, el artículo agrega que podrá igualmente efectuarse por sorteo,
siendo aplicables, en estas circunstancias, las disposiciones establecidas para
el contrato de juego y apuesta.
La partición convencional no solo puede ser anulada por la existencia de
vicios del consentimiento, sino también por la preterición de algún heredero
(artículos 664 y 665 del C.C.) o por lesión (artículos 1447 a 1456 del C.C.).
La partición judicial es la que se lleva a cabo por el juez y rige en aquellos
casos en que falta la capacidad de alguno de los interesados o está ausente y
no tiene un representante con poderes suficientes, con la salvedad que el
artículo 987 del C.C.

5. PARTICIÓN CONVENCIONAL ESPECIAL

“Artículo 987.-
Si alguno de los copropietarios es incapaz o ha sido declarado ausente,
la partición convencional se somete a aprobación judicial,
acompañando a la solicitud tasación de los bienes por tercero, con firma
legalizada notarialmente, así como el documento que contenga el
convenio particional, firmado por todos los interesados y sus
representantes legales. Puede prescindirse de tasación cuando los bienes
tienen cotización en bolsa o mercado análogo, o valor determinado para
efectos tributarios.
La solicitud de aprobación se sujeta al trámite del proceso no
contencioso, con citación del Ministerio Público y del consejo de familia,
si ya estuviera constituído.”

Este artículo modifica la partición convencional y la condiciona a la


aprobación judicial, en reguardo del incapaz o del declarado ausente,
eliminando el arbitraje. Se añade que puede prescindirse de la tasación
cuando los vienen tienen tasación en bolsa o mercado análogo a valor
determinado para efectos tributarios. La solicitud de aprobación se sujeta al
trámite del proceso no contencioso con citación del Ministerio Público.
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6. BIENES NO SUSCEPTIBLES DE DIVISIÓN MATERIAL

“Artículo 988.-
Los bienes comunes que no son susceptibles de división material pueden
ser adjudicados, en común, a dos o más copropietarios que convengan
en ello, o se venderán por acuerdo de todos ellos y se dividirá el precio.
Si los copropietarios no estuvieran de acuerdo con la adjudicación en
común o en la venta contractual, se venderán en pública subasta.”

Lo corriente es que dentro del proceso de la partición los bienes comunes se


repartan entre os condóminos, siempre que ello sea materialmente posible. 26
Pero puede suceder que tales bienes no puedan ser divididos materialmente
(por ejemplo, un valioso cuadro de la escuela cuzqueña) o su división no sea
cómoda (como sucediera con una fábrica) y en estas hipótesis la ley permite
que sean adjudicados en común siempre que haya acuerdo entre los
interesados o se vendan, igualmente por acuerdo, dividiéndose el precio
entre ellos. Pero no existiendo decisión unánime para la adjudicación en
común, ni para la venta privada, el artículo señala que se venderán en pública
subasta. Dice Wolff que “si no es posible la división real, el objeto se vende
de conformidad con las disposiciones sobre la venta de la prenda y, si se trata
de fincas, en subasta forzosa, dividiéndose el producto”. (Enneccerus-Kipp-
Wolff, op. Cit., tomo II, volumen II, página 438).

7. DERECHO DE TANTEO O PREFERENCIA

“Artículo 989.-
Los copropietarios tienen el derecho de preferencia para evitar la
subasta de que trata el artículo 988 y adquirir su propiedad, pagando en
dinero el precio de la tasación en las partes que correspondan a los
demás copartícipes.”

Cuando se presenta la hipótesis de la subasta pública, la ley franquea a


posibilidad de evitarla otorgando a cualquiera de los condóminos el derecho
de adjudicase el bien por su precio de tasación.
El tanteo, como su nombre lo indica, es el momento previo e inicial de la
preferencia. “Se entiende por tanteo la facultad que por ley o por costumbre
se concede a una persona para adquirir algo con preferencia de otros
compradores, y por el mismo precio” (Guillermo Cabanellas, Diario de
Derecho Penal, Tanteo, página 450).
Todos los tratadistas sostienen la equidad de este precepto, pues es justo que
los copropietarios que tienen un interés más cercano que el de cualquier
tercero deben merecer la oportunidad de evitar la subasta. No debe
confundirse este derecho con el pacto de preferencia prohibido por el inciso
2) del artículo 1582 del C.C. En primer término, su fuente está en la ley y no
en el convenio entre las partes. Y en segundo lugar, no solo obstaculiza la
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circulación de la riqueza sino que permite que uno de los condóminos


consolide el dominio.

8. LA LESIÓN EN LA PARTICIÓN

“Artículo 990.- La lesión en la partición se rige por lo dispuesto en los


artículos 1447a 1456.”

Teniendo la partición una naturaleza traslativa de dominio (permuta) es


evidente que se aplicará a ella, en los casos en que se presente, las normas
27
pertinentes.

9. DIFERIMIENTO O SUSPENSIÓN DE LA PARTICIÓN

“Artículo 991.-
Puede diferirse o suspenderse la partición por acuerdo unánime de
loscopropietarios. Si hubiese copropietarios incapaces, se requerirá
autorización judicial,observándose las reglas previstas en el artículo
987.”

Se justifica el precepto por el hecho de que podrán presentarse situaciones en


las que resulte conveniente para los condóminos no iniciar el procedimiento
o ya iniciado, suspenderlo. Un ejemplo sería el de una situación de crisis
económica en la que los bienes se encuentran desvalorizados. Lucrecia
Maisch von Humboldt al referirse a esta materia sostiene que “la suspensión
de la partición no estaba prevista por el código de 1936, en la sección
dedicada a la copropiedad, sino en el derecho sucesorio, artículo 800. Esta
prescripción ha sido modificada pues ya no se supedita esta decisión a que
ʻexistan motivos legítimosʼ bastando que todos los copropietarios capaces en
forma unánime, decidan suspender o diferir a partición, lo que no es sino una
lógica consecuencia del principio de autonomía de la voluntad”.
Por el contrario, si existieran copropietarios incapaces, esta decisión deberá
seguir el procedimiento del artículo 897, es decir, se le somete a aprobación
del juez, previo dictamen del consejo de familia cuando lo haya y lo estime
conveniente.

X. EXTINCIÓN DE LA COPROPIEDAD

“Artículo 992.-
La copropiedad se extingue por:
1. División y partición del bien común.
2. Reunión de todas las cuotas partes en un solo propietario.
3. Destrucción total o pérdida del bien.
4. Enajenación del bien a un tercero.
5. Pérdida del derecho de propiedad de los copropietarios.”
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La copropiedad se extingue por voluntad de los condóminos (división y partición


de los bienes comunes), por destrucción o pérdida total del objeto de la misma,
por incumplimiento de alguna de las disposiciones del contrato que la originó,
por abandono en el caso de inmuebles, por consumo del bien, cuando es
consumible, por disolución de la comunidad conyugal por consolidación.
El caso del inciso 1, por la partición permutan los copropietarios, cediendo cada
uno el derecho que tiene sobre los bienes que no se le adjudiquen a cambio que
le ceden en los que se adjudiquen, importando lógicamente una transferencia de
dominio de tal manera que la permuta no será declarativa, sino constitutiva del
derecho de propiedad (Art. 983) 28
El caso del inciso 2 supone que un copropietario adquiere las porciones de los
demás, convirtiéndose en propietario del bien o bienes.
Destrucción total o pérdida del bien: En cualquiera de los dos supuestos habría
desaparecido física y jurídicamente el bien o bienes.
Enajenación del bien a tercero. Supone que los copropietarios unánimemente
han transferido el bien a un tercero y se han repartido el precio.
El último inciso “pérdida del derecho de propiedad de los copropietarios”,
supone a existencia de una resolución judicial que ha privado a los
copropietarios de la titularidad del bien, extinguiéndose el derecho de aquellos a
favor de un tercero; o revertido el derecho a favor de un ente público.

XI. CASOS SOBRE LA COPROPIEDAD


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1. CASO 1

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31
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32
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2. CASO 2

33
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34
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3. CASO 3

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38
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39
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4. CASO 4.

41
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43
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5. CASO 5
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XII. CONCLUSIONES

1. La copropiedad es una figura jurídica cuyo bien es común y pertenece a una


pluralidad de personas, esta es una modalidad de la propiedad que se encuentra
subordinado por la voluntad de las partes.
2. La concurrencia de propietarios (copropiedad) está principalmente regida por un
principio consagrado constitucionalmente, el cual es la igualdad entre ellos, esto
se evidencia fundamente en los derechos y obligaciones, los cuales son iguales
para ellos (copropietarios)
3. El copropietario en su condición de, valga la redundancia, propietario, tiene el
51
derecho de uso y disfrute del bien, pero además, tiene el derecho de disponer del
mismo, es decir, de enajenar, de gravar su cuota ideal, la parte que le
corresponde a él.
4. La copropiedad en nuestro país tuvo un auge como consecuencia del incremento
de la población, lo que originó la creación de diversas viviendas, sin embargo,
ante la falta de espacios se idearon nuevas formas para aprovechar los existentes
y poder afrontar la demanda de nuevas casas, por lo que se constituyó la
construcción de departamentos que permitan el establecimiento de un número
considerado de viviendas en un espacio reducido.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO COPROPIEDAD

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XIII. BIBLIOGRAFÍA:
 Código Civil. (2015). Lima: JURISTA EDITORES E.I.R.L.
 CUADROS VILLENA, Carlos Ferdinand. (1995). Derechos Reales: Tomo
Segundo; (1a ed.). Lima: OSBAC.
 GONZALEZ BARRÓN, Ghunter. (2003). Curso de Derechos Reales. JURISTA
EDITORES E.I.R.L.
 PALACIOS C., Emma. (2005). La Copropiedad, 7 (1), 73-82.
 GONZALEZ BARRÓN, Ghunter. (2003). Curso de Derechos Reales. JURISTA
EDITORES E.I.R.L. p. 670.
 CUADROS VILLENA; Tomo II, (1995).
 ENNECCERUS-KIPP-WOLFF, op. Cit., tomo II, volumen II
 GUILLERMO CABANELLAS, Diario de Derecho Penal, Tanteo
 PLANIOL Y RIPERTop. Cit., tomo IV
 H. LAFAILLE, op. Cit., tomo II

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