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INVESTIGACION TENENCIA DE LA TIERRA

La tenencia de la tierra es una institución, es decir, un conjunto de normas


inventadas por las sociedades para regular el comportamiento. Las reglas sobre la
tenencia definen de qué manera pueden asignarse dentro de las sociedades los
derechos de propiedad de la tierra. Definen cómo se otorga el acceso a los
derechos de utilizar, controlar y transferir la tierra, así como las pertinentes
responsabilidades y limitaciones. En otras palabras, los sistemas de tenencia de la
tierra determinan quién puede utilizar qué recursos, durante cuánto tiempo y bajo
qué circunstancias.

En las regiones indígenas coexisten 3 tipos de tenencia de la tierra, a saber: a)


bienes comunales; b) ejidos indígenas y c) ejidos indígenas que operan de
acuerdo a la normatividad de la Ley de la Reforma Agraria. Las tierras comunales
comprenden un territorio que puede pertenecer a una o varias comunidades y el
control de la tierra se ejerce y está regido por la asamblea de comuneros, que es
elegida por las autoridades tradicionales (gobernadores, principales,
tatamandones, consejos de ancianos). Los bienes comunales están divididos en
parcelas que son utilizados temporalmente de acuerdo con el sistema de roza-
tumba y quema y que pertenecen a todos los comuneros. También se permite el
usufructo vitalicio de algunas parcelas en beneficio de los comuneros y sus
familias, quienes pueden heredarlas o intercambiarlas entre los miembros de la
comunidad, pero que no tienen el carácter de propiedad privada.

Los ejidos indígenas se constituyen por tierras que les fueron reconocidas a
comunidades que no poseían documentación de la época colonial que acreditara
la propiedad de las mismas, pero que en la praxis, operan y se organizan bajo las
reglas de las tierras comunales.

Existen ejidos indígenas que operan de acuerdo a la normatividad de la Ley de


Reforma Agraria (reglamentaria de la Constitución de 1917), que representan una
minoría de las tierras en manos de pueblos indígenas y están parceladas de
manera individual y que pueden optar por mantenerse como ejidos o convertirse
en propiedad privada, tal como lo establece el artículo 27 constitucional vigente.

La colectividad en su conjunto controla la explotación de los recursos forestales o


mineros, cuando es el caso, y lo más significativo de las tierras comunales es que
no se pueden vender a personas ajenas a la comunidad.
Estas modalidades de tenencia de la tierra se encuentran bajo el control de 6,298
comunidades indígenas en todo el país y poseen alrededor de 22 millones de
hectáreas, con un poco más de un millón de personas entre ejidatarios y
comuneros.

En la gran mayoría de las tierras ejidales y comunales predomina el minifundismo,


lo cual se explica por dos razones fundamentales, a saber: porque las dotaciones
originales de tierra fueron insuficientes y por la incorporación de nuevas
generaciones al cultivo de la misma.

Uno más de los problemas de tenencia de la tierra que afecta a los pueblos y
comunidades, lo constituyen las invasiones violentas de tierras por parte de
particulares, así como la existencia de amparos agrarios de "propietarios" no
indígenas.

Por otro lado, pese a la existencia de programas como el Programa de


Certificación de Derechos, Procede, y de los avances en materia de finiquito del
rezago agrario, todavía existen muchos ejidos y comunidades que no cuentan con
la documentación que acredite legalmente la posesión de las tierras;
paralelamente, existe imprecisión y sobreposición de linderos, además de que
algunas de las resoluciones presidenciales no han sido cabalmente ejecutadas.

En este contexto, el problema del rezago agrario se concentra en los ejidos y


comunidades indígenas, lo que deviene en una fuente de conflictos e inseguridad
en la tenencia de la tierra que en ocasiones se traduce en hechos de violencia
social. En lo fundamental, el problema de tenencia de la tierra que prevalece en
los núcleos agrarios se relaciona con conflictos de límites ejidales o comunales, a
lo que se añade el hecho de que los indígenas desconocen la nueva legislación
agraria y, por tanto, no están en condiciones de hacer valer sus derechos, así
como la inexistencia de normas legales que garanticen la integridad de sus tierras.
LA TENENCIA DE LA TIERRA

La tenencia de la tierra es un un conjunto de normas para regular el comportamiento, En el


cual las reglas sobre la tenencia definen de qué manera pueden asignarse dentro de las
sociedades los derechos de propiedad de la tierra. Definen cómo se otorga el acceso a los
derechos de utilizar, controlar y transferir la tierra, así como las pertinentes responsabilidades
y limitaciones. En otras palabras, los sistemas de tenencia de la tierra determinan quién puede
utilizar qué recursos, durante cuánto tiempo y bajo qué circunstancias.

En las regiones indígenas coexisten 3 tipos de tenencia de la tierra y se clasifican de la


siguiente manera:

BIENES EJIDOS INDIGENAS QUE


EJIDOS INDIGENAS OPERAN DE ACUERDO A
COMUNALES
LA NORMATIVIDAD DE
LA LEY DE LA REFORMA
AGRARIA

 Las tierras comunales comprenden un Los ejidos indígenas se


constituyen por tierras que Los ejidos indígenas que
territorio que puede pertenecer a una o
les fueron reconocidas a operan de acuerdo a la
varias comunidades y el control de la
comunidades que no normatividad de la Ley de
tierra se ejerce y está regido por la
poseían documentación Reforma Agraria
asamblea de comuneros, que es
de la época colonial que (reglamentaria de la
elegida por las autoridades
acreditara la propiedad de Constitución de 1917), que
tradicionales gobernadores,
las mismas, pero que en representan una minoría de
principales, tatamandones, consejos
la praxis, operan y se las tierras en manos de
de ancianos. Los bienes comunales
organizan bajo las reglas pueblos indígenas y están
están divididos en parcelas que son
de las tierras comunales. parceladas de manera
utilizados temporalmente de acuerdo
individual y que pueden optar
con el sistema de roza-tumba y quema
por mantenerse como ejidos o
y que pertenecen a todos los
convertirse en propiedad
comuneros. También se permite el
privada, tal como lo establece
usufructo vitalicio de algunas parcelas
el artículo 27 constitucional
en beneficio de los comuneros y sus
vigente
familias, quienes pueden heredarlas o
intercambiarlas entre los miembros de
la comunidad, pero que no tienen el
carácter de propiedad privada.
CONCLUSION

La autonomía del derecho agrario mexicano surge, como una rama autónoma del
derecho en general y se rige por sus propias normas jurídicas las cuales emanan
del artículo 27 de la constitución mexicana, junto con la ley agraria la cual es
importante ya que regula los principios surgidos por el mismo con sus respectivos
reglamentos y demás disposiciones de contenido normativo. Regulando la
propiedad y organización territorial de los cultivos agrarios entre los individuos

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