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LA POÉTICA DE LUZÁN Y EL NUEVO ESPÍRITU LITERARIO. VALOR Y SENTIDO DE LAS REGLAS.

Si consideramos al padre Feijoo como el padre del espíritu crítico debemos considerar a Luzán
como el padre de las ideas estético-críticas que unen la vida literaria del siglo.

Luzán nació en Zaragoza en 1702. Estudió filosofía, arqueología, historia, música, dibujo,
matemáticas. Aprendió, además, francés, alemán, inglés y griego, por tanto, hablamos de una
figura de gran cultura.

La obra de Luzán, La Poética o Reglas de la Poesía, data su primera edición en 1737. La obra se
realiza, pues, en un contexto histórico cultural de los últimos años del Barroco español, una
época marcada por el barroquismo excesivo, vacío de significado, representante de excesos.
Por tanto, esta obra será una reacción a la situación que pasa la cultura de la época, a la que el
propio Luzán clasifica de corrupta, corrupta por las grandes figuras anteriores. Acusa así en el
primer capítulo a Gracián de corromper la prosa, a Góngora de la poesía y a Lope del teatro. Y
en contrapartida apreciamos que alaba las obras populares, muestra de ingenio y agudeza
para él.

El autor muestra la influencia que tienen en él los clásicos desde el primer momento, apelando
el título de la obra La Poética al trabajo más estudiado de Aristóteles. Y no se quedará sólo ahí
esta influencia, vemos como define la poesía como un medio para, no sólo deleitar, sino que,
además, debe ser útil, un concepto que Horacio da a la poesía. Aunque Luzán no es contrario a
que las dos características aparezcan solas, pero si algo deben tener en común es ser
didácticas. De este modo también rechaza los elementos léxicos extranjeros o los latinismos,
así como los elementos obscuros por complicar y afear la pureza de la locución. Vemos que a
lo que se opone, en esencia, Luzán es al estilo Barroco del hacer poesía, quiere instaurar unas
leyes que tengan un valor universal y único, para ello se inspira, como ya hemos dicho, en los
textos aristotélicos.

De todo esto nace un nuevo género, la poesía descriptiva, cuyo desarrollo llevará al
Romanticismo. Si nombramos las principales características del Romanticismo, el idealismo, el
color, el melodrama, los temas macabros, etc., todos se encuentran ya aquí. La nueva poesía
dedicada a la descripción se confunde con las fórmulas pastoriles tradicionales, pero en este
género se verá un apunte más realista y romántico. Además de observar al hombre en relación
con la naturaleza, lo que traerá de nuevo los tópicos de príncipes en jardines, por ejemplo. La
sensibilidad es otro punto importante de Luzán, ya que es con los sentidos con lo que se
percibe, y es en estos sentidos donde reside la sensibilidad y el sentimentalismo individual. Y
es esta sensibilidad otro factor. En la época del siglo XVIII la sensibilidad llegó a ser un
elemento importante, ya que la disciplina filosófica de Locke del empirismo estaba en auge, es
decir, las percepciones sensoriales.

La obra, por su fuerte crítica contra los escritos nacionales por excelencia de autores tan
clásicos como Góngora o Lope levantaron críticas por parte del resto de autoridades. La
acusación más grave que se hizo a Luzán fue la de afrancesado, término que no sólo quiere
designar a aquellos seguidores de las doctrinas o que están influidos por la cultura francesa,
sino que era una acusación grave en tiempos en que la corona española había dejado de estar
en manos de la casa real tradicional y había pasado a la de los borbones. Esta acusación
tampoco estaba fuera de fundamento en cuanto a sus influencias, pero es innegable la
absurdez de la acusación en el mundo europeo que estaba en contacto culturalmente y que
además seguía las corrientes novedosas que salían de las fronteras tanto francesas como
italianas.
Esta obra de Luzán, La Poética o Reglas de la Poesía data su primera edición de 1737, fue
clasificada en su tiempo como afrancesada. En el contexto de la época, nos encontramos en el
siglo XVIII, época de un Barroco ya exagerado y vacío de significado, representante de excesos
en las formas. En la esta obra de Luzán encontramos una reacción a este movimiento,
constituyendo un número de reglas para acabar con la decadencia barroca en el arte. En esta
obra deja clara la intención de la reforma desde el mismo título basándose en conceptos
clásicos, el mismo título, La Poética, hace referencia a la obra de Aristóteles, hasta conceptos
ya comentados por Horacio.

De los cuatro libros que componen la obra destaca la crítica a Góngora, Lope y Gracían,
acusándolos de corromper la poesía con extravagancias y estilos vacíos. Así alaba los estilos de
poesía cortos populares, como las décimas o las coplas. Como ya hemos dicho, elabora la idea
de Horacio y de Aristóteles de que la poesía debe imitar la naturaleza, lo que existe, y que
debe tener como finalidad el deleite. Esta imitación debe ser, a su vez, de una manera clara, de
sentido recto, poniendo en el punto de mira la obscuridad característica de las obras Barrocas,
cuyo sentido es complejo por la distancia entre la metáfora y el referente. También critica los
extranjerismos y latinismos.

La mayor parte de lo propuesto en la obra de Luzán ya circulaban en la época en comentarios


de autores extranjeros y nacionales, la novedad del autor reside en la aplicación de estas
normas en la literatura para alcanzar lo que él llama buen gusto. Sin embargo, las reglas de
Luzán no dejan claro dónde está el límite entre la claridad y la obscuridad, dónde está el punto
perfecto entre uno y otro. Ya fue comentado en su época como el valor personal afectaba a la
metáfora misma de la poesía, así, también se comentó en qué consistía el acto poético
ASUNTO, CONTENIDO Y CARACTERÍSTICAS FORMALES DE LOS POEMAS MAYORES DE
ESPRONCEDA.

Algunas de las primeras obras de Espronceda las encontramos recopiladas en 1840 con el
título de Poesías de D. José de Espronceda, preparadas por sus amigos y al que puso prólogo
García de Vallalta. El volumen se componía por El Pelayo, Poesías líricas y Canciones, y El
Estudiante de Salamanca. En esta época también se comenzó a publicar por entregas El Diablo
Mundo.

Los primeros trabajos del autor son producto de su educación neoclásica, a modo de cómo lo
hacía don Alberto Lista, imitándolas.

En el año 1825 comienza a elaborar el poema largo de El Pelayo, cuya elaboración le llevaría
diez años, quedando inconclusa. El poema extiende la idea que esbozó Lista para el autor,
dándole unas décimas que, modificadas, incluyó en el poema. Esta obra inconclusa podemos
clasificarla como un poema épico juvenil, redactado en octavas reales, de 1033 versos,
divididos en seis fragmentos de extensión irregular, sin relación entre ellos. Lo destacable del
poema es la influencia, como ya hemos comentado, de su maestro sobre Espronceda,
haciendo que la obra tenga todavía tintes neoclásicos. El tema de la obra es la caída del reino
godo en poder árabe y el comienzo de la Reconquista, un tema nacional que se representa en
la figura de don Pelayo. El hecho de que durante diez años hiciera el esfuerzo de continuarlo se
debe a un compromiso con su maestro.

Otro poema inacabado de Espronceda es El diablo mundo, publicado a partir de 1840 por
entregas, dividiéndose en total en seis cantos. En esta obra ya resalta el espíritu pesimista y
angustiosos ante la dualidad y el misterio de la vida y la muerte. Esta obra está influida por las
obras de Goethe como Fausto, en el que la temática y la estructura es similar, comenzando
ambos con un personaje aquejado por la mortalidad que son tentados por un demonio que
promete juventud y vitalidad. En el segundo canto de la obra encontramos el Canto a Teresa,
ya fallecida, independiente del resto del poema. Del canto tercero al sexto prosigue la obra en
Adán, ya joven, componiéndose con sátiras políticas, las aventuras y desventuras del
protagonista y con la reflexión final sobre la muerte y la inevitabilidad de ésta.

El estudiante de Salamanca es otro de los grandes poemas de Espronceda. A modo de


narración y compuesto por 1704 versos, publicado en 1840. La obra se hace eco del mito de
Don Juan Tenorio. Este tema ya sería tratado por otros autores anteriores y será tratado por
posteriores, incluye, como es natural en el mito del Don Juan, la ronda espectral, la visión del
entierro propio, la locura del protagonista. Vemos como el autor consigue la expresión máxima
del Romanticismo en esta obra. Aunque debemos reseñar novedades que incluye, como la
mezcla de géneros o el protagonista no sólo rebelde, sino cínico.

El autor dividió el poema en cuatro partes. La primera consta de un prólogo en el que asistimos
a como dos personajes se baten en un duelo y se nos presenta al protagonista Don Félix de
Montemar. En la segunda parte acudimos a las quejas de amor de Elvira. Esta mujer ha caído
en los engaños del protagonista, prometiendo que si accedía a él se casaría con ella. Elvira
morirá por este desengaño. En la tercera parte asistimos a un juego de cartas en la que Félix
participa vendiendo objetos de Elvira. Esta parte terminará con la entrada del hermano de
Elvira, que busca venganza. Es en la cuarta parte donde se despliega toda la maquinaria
espectral por parte del autor. Félix asesina a don Diego en duelo, para luego perseguir a un
espectro de mujer que le llevará hacia el más allá. Será en el cementerio de Salamanca donde
el don Juan asiste a su propio entierro, donde morirá tras un beso con el cadáver de Elvira.
COMENTE LAS CARACTERÍSTICAS ESENCIALES: ESTRUCTURA, ESTILO, CRÍTICA, DE DOS
ARTÍCULOS CONCRETOS QUE HAYA LEÍDO DE LARRA (SIN EXTENDERSE EN SUS
ARGUMENTOS).

Mariano José de Larra fue un escritor que dedicó la gran mayoría de su actividad al
periodismo, en lo que hoy se llama artículos de costumbres.

Sus artículos, reunidos por él mismo en varios volúmenes a partir de 1835, presentan una
variedad de temas alrededor del “problema español”. Ejemplo de ello es En este país. Larra se
sorprende, e incluso enerva, ante los españoles que se contentan con la situación del
momento, sea por pereza, desconocimiento o prepotencia. Él, que conoce el desarrollo
europeo y que lo contrapone con el entorno español, ve posible el avance de la nación
española, siempre que éste se base en la educación y en la autocrítivca. La observación
minuciosa de los comportamientos, los pensamientos de sus personajes, oculta tras su
seudónimo “Fígaro”, esconde una sátira constante del carácter español. Se trata, sin embargo,
de una sátira constructiva. Pretende poner ante el lector situaciones , que esboza sólo con
unas pocas pinceladas. Aunque en ocasiones se presenta desmotivado, y desmoralizado, en el
fondo es optimista. Cree en la renovación moral, social y política del país.

Curiosamente una de las críticas más frecuentes vertidas sobre Lara fue su supuesta francofilia.
Al leer sus artículos, sin embargo, uno se da uenta de que tal acusación tiene poco
fundamento. Para ejemplificar esto, su artículo Literatura serviría de ejemplo. Si bien dijo que
el francés era su primera lengua, se refirió al orden cronológico del aprendizaje. Siempre
estuvo más precupado por dominar la lengua española, incluso comenzando a elaborar un
diccionario. En el artículo mencionado, además, critica la moda afrancesada de la época,
especialmente de aquellos escritores que empleaban galicismos cuando existían términos
equivalentes en español. Tmbién critica a los dramatrgos franceses, los cuales habían criticado
la falta de reglas del tatro español del siglo XVII, pero ahora precisamente escribían sin regla
alguna. Además, en otros artículos criticaría la moda francesa en el vestir, e incluso alguna
obra concreta que no podía servir de modelo para España, pues el momento de la evolución
social no era equiparable entre ambos países; la sociedad española aún no estaba preparada
para ideas invidualistas; aún debía avazar de manera conjunta como nación, corrigiendo sus
errores y potenciando sus virtudes.

En general, los artículos de Larra presentan una estructura consistente. Normalmente


encabeza sus escritos, breves, con una introducción al tema sobre el que girará su disertación.
En ocasiones, sin embargo, omite estos párrafos introductorios. El cuerpo del texto se articulo
en torno a su observación de una situación cotidiana, que presenta tanto como narrador en
tercera persona como a través de conversaciones con los personajes, es estilo directo por
tanto. Por ello, como en el caso de En este país, Larra es un personaje más. Finalmente, el
colofón al artículo lo constituye una reflexión más seria acerca de lo expuesto y sus posibles
soluciones.

El estilo de Lrra es también consecuente en sus escritos. Si bien es´tan llenos de errores e
inconsistencias, especialmente en lo referente a la organización del discurso a pqueña escala,
son plenamente efectivos. Con pocas palabras consigue trasladar al lector a una situación
determinada. Sus artículos están dominados por la ironía y el humor dentro de un estilo de
escritura fácil y fluido. El tratamiento de proverbiso de manera sería, la suspensión de la
resolución de las frecuentes anécdotas que intercla en el cuerpo del texto y los dobles sentidos
constituyen al efecto cómico de los artículos. Y es precisamente esta comicidad lo que hace
que el mensaje profundo de renovación del carácter español, conformista e indolente, cale
más hondamente en el lector.
SIGNIFICADO DE DON ÁLVARO O LA FUERZA DEL SINO EN EL CONEXTO DEL TEATRO DE SU
TIEMPO: EN QUE CONSISTE SU NOVEDAD, RAZONES DE SU TRANSCENDENCIA, ASPECTOS
TEXTUALES Y ESCENOGRÁFICOS.

LAS IDEAS DRAMÁTICAS DE LEANDRO FERNÁNDEZ DE MORATÍN: TEORÍA Y PRÁCTICA 407

Hijo de Nicolás Fernández de Moratín. Se ganó la vida de maneras diversas, desde joyero hasta
secretario del conde de Cabarrús, llegando a Secretario de Interpretación de Lenguas. Tras la
caída y expulsión de los franceses huyó y vivió en Burdeos tras ser juzgado. Huyó de Barcelona,
donde pudo refugiarse gracias al gobernador de la ciudad, a causa de la fiebre amarilla y
temeroso de la acción de la Inquisición, que ya había censurado dos de sus obras. Murió en
París en 1828 con 68 años.

Expulsado por sus ideas afrancesadas y por ser contrario a la Revolución por la violencia que
ésta conllevaba, además de por haber estado bajo el mando de José I, nombrándole
Bibliotecario Mayor de la Biblioteca Real. Creía que la europeización de España era la solución
a los problemas nacionales. De su carácter es destacable el dato de su soltería, que
demostraría su faceta más tímida y retraída, acercando la imagen de temperamento cerebral y
equilibrado, no de hombre de pasiones ardientes.

Las ideas dramáticas de Moratín el Joven son compartidas por autores anteriores que él como
Urquijo, que le costó la actuación de la Inquisición. Además de que encontramos en el padre
de este autor, Nicolás, realizó una dura crítica contra los autos sacramentales. Éste consiguió
que el gobierno prohibiera los autos por real decreto, a causa de las ideas afrancesadas.

En 1792 se dirigió a Godoy con intención de reformar el teatro, proponiéndose como Director
de los Teatros de Madrid, así teniendo poder para aprobar o rechazar obras. También
proponía la fundación de una escuela de arte dramático y de declamación, en la que se
enseñaran técnicas de montaje teatral, todo lo relativo a los trajes, maquinaria y más tareas y
la caracterización. De este modo, mandaba una crítica a la actuación de los actores y a la mala
calidad de la música, especialmente a los autores de sainetes, que ensalzaban en este género
las vulgaridades impropias, aunque realistas de las gentes de baja nobleza, contribuyendo, así,
a la degeneración del arte. Comparte, además, con Jovellanos la crítica a los espectáculos “de
ruido”, es decir, las obras relativas a la magia y a los santos, en la que lo principal no es lo
literario sino el juego en la escena, a su vez propuso que los ingresos que recibía el teatro
deberían dejar de ir a los hospitales y centros benéficos en favor del propio teatro, sirviendo
para su mantenimiento, es decir, que proponía la separación de estos hospitales del beneficio.

Estas ofertas fueron escuchadas por la corte española en 1796. Don Santos Díez González,
censor oficial de los teatros, propuso una reforma a de los teatros que antes pasó por manos
de Moratín, aprobando éste el texto. La reforma consistía en la reducción del número de
actores y de la clasificación de los papeles, además de fijar un salario para estos profesionales.
A su vez, éstos no tendrían ningún papel a la hora de elegir comedias. El autor de las obras
recibiría además una parte de los ingresos, sumando la creación de premios y recompensas
anuales. La jerarquía teatral quedaría reflejada en una junta, compuesta por un director, un
censor y profesionales de la música y recitación.
LOS ARTÍCULOS DE LARRA DENTRO DE LA LITERATURA COSTUMBRISTA: CONTENIDO,
RASGOS DE ESTILO, POSIBLES CLASIFICACIONES

Mariano José de Larra nacido en 1809, de padre médico y de ideas afrancesadas, exiliado por
este motivo a Francia, donde se crio, estudió y vivió la primera década de su vida. Volvió a
España sin casi ningún conocimiento de español. Pero eso no le impidió aprenderlo y llegar a
dominar la lengua. Estudió con los jesuitas demostrando un gran talento para las letras. En
Madrid comenzó a ser asiduo de los círculos intelectuales literarios, entablando amistades e
iniciándose como periodista en El Duende Satírico del Día. Su espíritu tanto satírico como
crítico de la sociedad, inconformista y rebelde lo convierten en el mejor representante del
costumbrismo español del Romanticismo. Su influencia llegó hasta los institucionalistas de la
generación del 98, ansiosos de la regeneración y el cambio social.

Los artículos de Larra los encontramos divididos en tres tomos ordenados cronológicamente y
no por materias. Clasificación que en ediciones posteriores no será respetada e incluso en las
que se eliminarán las fechas de publicación, dificultando el trabajo de clasificación,
posteriormente se respetaría de nuevo la clasificación que Larra publicó. Estos artículos han
aparecido en distintas publicaciones periodísticas.

El contenido de los artículos de Larra podría clasificarse como antipatriotas, sobre todo en el
momento histórico en el que se realizaron. Una sociedad que ante todo debía admirar lo
español sin mirar nada más, si es producto nacional es bueno y esa venda en los ojos en uno
de los principales puntos críticos del autor. Critica por encima de la adoración ciega. Eso
sumado al aparente pesimismo, ya que a pesar de ver una sociedad que no avanza, que se
estanca ante la novedad de Europa por los ideales nacionales, tiene la esperanza de poder salir
de la situación mediante la educación y el esfuerzo, en reformas y mejoras por el beneficio de
la población. Por estas críticas se le consideró un afrancesado, no sólo por su infancia en
Francia. Pero vemos también un espíritu nacional, al menos en el asunto de las letras, ya que él
mismo lanza críticas a los extranjerismos en la lengua, asegurando que por qué es necesario
usar una palabra en otra lengua si ésta existe ya en español.

Encontramos en sus artículos, como ya hemos dicho, el auge del costumbrismo en el


periodismo, aunque hay que apuntar que no es él quien inicia el género, ni quien lo acaba. En
sus artículos está la excusa para poder hablar, de una manera breve, pero siendo capaz de
sintetizar su pensamiento, de la realidad social. Pero en la temática de costumbres del autor
encontramos la novedad de que no son cuadros de costumbres, no es una descripción, sino
que le sirve de herramienta para decir aquello que él quiere cambiar, el vivir de las rentas del
estado, las nuevas leyes, el cambio político… Pero todo eso es inútil si no se cambia lo
importante, que es el fondo de la sociedad. Estos temas están justificados en el contexto. La
Guerra de Independencia Española termina y el país sufre un retraso industrial y comercial,
creando una masa de población analfabeta bajo la mano de la Iglesia y la aristocracia que
quiere conservar su poder. De ahí el inmovilismo y la cerrazón a todo lo extranjero.

También se puede señalar la estructura de los artículos, encabezados por una breve
introducción de la temática, aunque no en todos, y una conclusión final a modo de reflexión en
el que el autor da su opinión final.
LAS NOCHES LÚGUBRES DE JOSÉ CADALSO. CRONOLOGÍA, ESTRUCTURA Y RASGOS
LITERARIOS DE LA OBRA (SIN DETENERSE EN EL ARGUMENTO DE LA MISMA).

Las Noches Lúgubres es una obra del escritor José Cadalso. Se publicó mediante entregas en el
Correo de Madrid, entre los años 1789 y 1790. Del autor podemos decir que recibió una rica
educación en lenguas vivias y muertas en el extranjero. Esta vivencia fuera de España
conllevaría a la escritura de las Cartas Marruecas, en las que relata, a modo de
correspondencia de un embajador marroquí, el tema de la decadencia española. Muere
prematuramente en una batalla a los cuarenta años.

Situamos al autor en el marco temporal entre el Neoclasicismo y el Romanticismo, aunque en


esta obra en concreto encontramos las características propias de un autor del Romanticismo.
Estas características podemos dividirlas en la misma división de los acontecimientos, divididos
en tres noches. En la primera noche encontramos elementos ya románticos, la noche, los
lamentos, la tormenta con todo el aparataje eléctrico, la cita con un sepulturero y la
exhumación de una joven que es la amada del protagonista. En la segunda el protagonista es
detenido por un supuesto homicidio del que es, después, liberado, llegando tarde a la cita para
desenterrar a la joven. La última noche es el culmen del pesimismo. Tras varios contratiempos,
que hacen reflexionar al protagonista y al sepulturero sobre la acción que van a cometer. Y es
que la obra trata este tema que ha sido y será tabú, pero que, en los autores románticos, será
tan elaborado, el de la profanación de tumbas. Un acto de rebeldía característico de un
escritor de este estilo.

La obra resalta por su brevedad, pero también por su ritmo. A pesar de estar escrita en prosa
se puede percibir este ritmo en los diálogos breves. Pero si hay rasgos literarios que merecen
ser nombrados en la obra son los referentes a la sensibilidad y el estado de ánimo. Es un texto
cargado de exclamaciones, interrogaciones, de retórica, de repeticiones, estructuras paralelas,
que no nos sirven más de lo que nos servirían a modo de descripción, sino que tienen la
finalidad de conmover y sensibilizar al lector. Todo el texto es una hipérbole al sentimiento y la
desazón. Esto no sólo lo encontramos en los rasgos formales, sino en la actitud del
protagonista, típico romántico podemos decir, individualista, compasivo, consciente del
destino final de todos los hombres en la muerte, clasificando y dando sentido en el texto a la
mentalidad del hombre de finales del siglo XVIII, desilusionado.

En final, o no final, es otro elemento que hace de la obra más llamativa, dejando al lector la
decisión de creer el final que le venga en mente o incluso de angustiarlo al arrebatarle el final.
No hay cuarta noche, no sabemos si desentierran a la amada, si los detienen antes de hacerlo,
si siquiera una fatalidad ocurre y la amada se levanta de la tumba para reclamar para su
dominio la vida de los exhumadores. Pero no deja de ser otro rasgo que será imitado, o al
menos es común a algunas obras del Romanticismo, por ejemplo, el final abierto de Don
Álvaro o la fuerza del Sino, en el que el protagonista se arroja al vacío, concluyendo la obra y
dando por sentado que ha muerto, aunque, antes de lanzarse proclame que es el mismo
diablo.
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER Y SU APORTACIÓN A LA LÍRICA ROMÁNTICA EN LA SEGUNDA
MITAD DE SIGLO.

Gustavo Adolfo Bécquer nacido en Sevilla el 17 de febrero de 1836. Poeta y narrador


perteneciente al movimiento literario del Romanticismo, aunque tardío y por tanto se le ha
etiquetado de posromántico. De familia dedicada al arte, padre pintor y hermano a su vez
también pintor. De inquietud artística y bohemia sufrió por la escasez económica casi hasta el
final de sus días, adelantada su muerte, además, por la enfermedad que padecía, tuberculosis.

De las aportaciones líricas de Bécquer podemos hasta desgranar sus teorías literarias gracias a
sus escritos. Su obra máxima en este género son Las Rimas, un conjunto de 86 poemas que
redactó a lo largo de su vida. Sin embargo, las originales las perdió en vida el propio Bécquer,
pero las volvería a recopilar de memoria. Son de gran interés las anotaciones que efectúa el
propio Bécquer en el margen de sus apuntes, reelaborando las rimas antiguas. Aunque la
publicación de las rimas será póstuma al autor, siendo sus amigos y hermano los recopiladores
del trabajo y los revisores del mismo.

Como ya hemos dicho, era un romántico tardío, pero no por ello su obra fue menor, ya que
consiguió enfocar, especialmente en las Leyendas, todo el sentimiento Romántico. Así, las
rimas se dividen en cuatro grupos, aunque a grandes rasgos se puede concluir que la temática
principal es el amor. El primero son dedicados a la propia poesía, con valor didáctico y teórico
sobre la poética; el segundo lo componen las obras de carácter amoroso, en concreto aquellos
poemas que expresan júbilo; el tercero tiene como temática a su vez el amor, pero esta vez
será protagonista el desengaño, cuya causa le arranca de una realidad inmediata; el cuarto y
último está comprendido por los poemas de carácter más negativo, los que tratan el dolor y la
desesperación, teniendo un alto valor descriptivo los poemas.

Vemos en la obra de Bécquer un volcado de, no sólo sus sentimientos o lo literario, sino de lo
personal. Vierte en sus poemas las experiencias amorosas que tienen a lo largo de su vida de
forma muy breve en muchas ocasiones, con palabras claves para el poeta, que incluso pueden
cambiar de significado con la experiencia del mismo. Por ejemplo, el verde para el poeta puede
significar el mal en algunas de sus rimas o en sus leyendas, teniendo una dedicada por
completo a ese color en los ojos, y sin embargo en otros vemos como ese color cambia el
mensaje que vuelca el poeta. Y en esta brevedad encontramos una cierta innovación. El autor
es capaz de volcar en ocasiones en menos de diez versos todo su sentimiento. Todos estos
elementos nos llevan a la influencia germana y heiniana. Una influencia que se expresa en a la
brevedad, la desnudez del sentimiento y el tono.

En los elementos métricos, Becquer es partidario de la asonancia y la estrofa de pie quebrado.


En los tropos vemos una riqueza apabullante, hipérbaton, metáforas, comparaciones,
paralelismos, puntos suspensivos, el empleo de los signos de entonación para la intensidad y el
tono… Aunque el autor no se deja llevar por el sentimiento y sabe contenerlo.

Otro trabajo lírico de Bécquer son las Cartas literarias a una mujer. En ellas, cuatro cartas, de
tono conversacional, Bécquer demuestra su teoría poética. Plantea el problema de qué es la
poesía y reflexiona sobre ellos, cómo la plasmación de los sentimientos en palabras hace que
las ideas se empequeñezcan y teoriza sobre el punto intermedio entre la pasión y la
inteligencia a la hora de la creación.
RAMÓN DE MESONERO ROMANOS Y EL SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL

Ramón de Mesonero Romanos, nacido en Madrid en el año 1803 y fallecido en la misma


ciudad en el año 1882. Escritor y periodista español que le valieron títulos de cronista y
bibliotecario de la ciudad.

Así pues, costumbrista de oficio, fundó varias revistas entre las que podemos encontrar el
Semanario Pintoresco Español. Esta publicación logró una gran influencia en las letras de la
época, especialmente por su Panorama matritense, en el que describía a todas las clases
pertenecientes a la sociedad del Madrid de la época. Pero vemos un análisis clasista de la
sociedad, ya que el principal objeto de sus cuadros de costumbres son la pequeña y alta
burguesía. Quizá el estrato social con el que él se identificaba, ya que el propio autor
descendía de una familia acomodada en la villa, propietaria de negocios.

Pero como escritor de costumbres durante el siglo XX su objetivo no es sólo la descripción.


Como ya hemos dicho el objetivo de estos artículos es el estrato alto social de la burguesía, y, a
diferencia de Larra, no nos ofrece una crítica contundente, señala los defectos de este grupo sí,
pero lo hace de manera moderada. Los temas principales son la indolencia, resultado, según su
análisis, de una educación mal impartida a estos personajes; el esnobismo; la pasión por
simplemente figurar, e incluso acusa a la influencia extranjera, a los afrancesados. Y suma por
último la pretensión, sentirse de un estrato más elevado al que uno pertenece.

Pero, lo más frecuente es que describa grupos o situaciones de menor compromiso y, con una
ironía casi inocente, los amonesta en sus ridiculeces o su rutina, o incluso escenas de la vida de
Madrid peculiares. Como por ejemplo en La calle de Toledo o El Prado.

Otra de las inquietudes que expresa en sus artículos Mesonero es su interés en las mejoras de
carácter urbano, pero siempre con una visión burguesa de estas mejoras. Así, con sátira, critica
lo sucio y viejo del transporte público, las calles, los lugares de ocio, como teatros, cafés, etc.

Cuando el autor escribe sus cuadros, la sociedad está en un momento de transición, y ofrece
una gran variedad de contrastes, de costumbres, de personajes. De este modo, la innovación
choca con la perpetuación de las viejas ideas, el afán cosmopolita, las nuevas formas de vida.
En esto, Mesonero consigue captar la tensión entre este espíritu nuevo de avance y el de
conservadurismo viejo.

Podemos comparar el ejercicio de costumbrismo entre Mesonero y Larra. Y podríamos


simplificar con el afán de uno, Mesonero, nacional, preservador de un modo de sociedad y
Larra, crítico, más ardiente y no temeroso de las acusaciones de afrancesado que parecía
querer evitar Mesonero.
EL REALISMO SOCIAL EN LA NARRATIVA DE GALDÓS CON EJEMPLOS DE SU NOVELA
MISERICORDIA.

Benito Pérez Galdós nace en las Palmas de Gran Canaria, en 1843. Estudió derecho en la
Universidad Central de Madrid, pero abandonó esta vocación para dedicarse al periodismo,
documentándose de la vida y la historia contemporáneas de Madrid. Estos conocimientos
supondrán la base sobre la que escribirá sus relatos novelescos, sus cuentos y novelas cortas.
También se dedicó a comentar el arte pictórico, lo que le llevó a incluir referencias en sus
obras de pinturas. Fue elegido miembro de la Real Academia Española e incluso fue miembro
de las Cortes. Acompañó su actividad periodística con viajes por toda Europa y escribió
artículos para la prensa sudamericana. Muere en el año 1920 en Madrid.

Si tenemos en cuenta que el realismo social, aplicado a la literatura, es la búsqueda de los


temas de la vida cotidiana, debemos esperar que Galdós emplee elementos, ya sean lugares,
personajes, etc., pero, también significa una crítica, con más o menos inquina, y si desde el
punto de vista que se nos plantee podremos incluso clasificarla dentro del naturalismo.

En Misericordia encontramos una plenitud de temas que demuestran la narrativa de Galdós,


en cuanto a el realismo social. Es una novela escrita en 1897, cuyos dos temas principales son
la pobreza, pero en cuanto a la dicotomía aparente de pobreza y riqueza, y el tema de la
realidad, en cuanto también una dicotomía de realidad y ficción. Estos cuatro elementos que
se contraponen en sus pares centran toda su atención desde el primer minuto de la lectura en
el personaje protagonista, Benina. La protagonista de pasado acomodado ahora se ve pidiendo
en la puerta de la iglesia para poder comer, así mismo, veremos como al final de la novela su
sensación de la realidad bailará entre su fantasía o su locura, a discreción del lector, a modo de
mártir o de enviada de dios. Pero el realismo no sólo se centra en Benina, sino en el conjunto
de toda la sociedad. Así, Galdós nos quiere ofrecer una visión del Madrid de los pobres, de los
necesitados que son mayoría; nos describe los lugares más sórdidos y canallas de Madrid, pero
nunca con una visión maniquea, pues dentro de este ambiente tan negativo hay personas con
nobleza, fuertes y enteras, como la propia Benina. Sí vemos el maniqueísmo en su
representación la de burguesía, caprichosa, alienada, inmundos con los pobres, holgazanes y
frívolos.

Uno de los elementos más importantes a la hora de clasificar esta novela en su género, aparte
del trabajo descriptivo que realiza el autor, son los recursos. Como la primera persona de la
narración, el autor descarta un narrador externo y decide contarnos todo a través de sus
personajes, además del uso de la segunda persona por ésta. Con esto nos hace cómplices de la
acción, no solo testigos. Los personajes, a su vez, son complejos, Benina es todo bondad, como
dice su nombre, y no cambia a pesar de las adversidades. También hay que añadir el valor
léxico de la obra, nos ofrece una imitación del lenguaje propio de los personajes que nos
propone. Y es en este afán de buscar el máximo realismo, que él mismo disfrazado de mendigo
vagabundea las calles de Madrid para conseguir la perfección en sus novelas.
PUNTOS EN COMÚN Y DIFERENCIAS PARTICULARES ENTRE LA OBRA COSTUMBRISTA DE
MESONERO ROMANOS Y LA DE ESTÉBANEZ CALDERÓN.

Tenemos, primero, tener en cuenta que las obras denominadas costumbristas se refieren a, en
esencia, obras que relatan el día a día de un determinado grupo social, o las costumbres, o las
actividades, tienen por común lo cotidiano. Otro elemento común es la crítica a las actitudes
que se reflejan en ellos, ya sea más mordaz o menos. De los dos autores, como principales
elementos, debemos señalar que son coetáneos, ambos nacidos con pocos años de diferencia,
uno a finales del siglo XVIII y otro a principios del XIX, y que, como rasgo de unión, ambos
participaron en la creación de la revista literaria Cartas Españolas.

De Calderón diremos, como primera diferencia, su origen malagueño, que, como Romanos, se
dedicó a la actividad literaria, aunque también tocó temas políticos, históricos y arqueológicos.
Su principal trabajo costumbrista son las Escenas Andaluzas, volumen de lo que había
publicado durante su tiempo de oficio periodístico. De Mesonero podemos resaltar su origen
madrileño y su vinculación con el estrato alto de la sociedad de la villa, desde la baja a la alta
burguesía a la que pertenecía. Sus artículos fueron publicados en el Semanario Pintoresco
Español.

Ambos parecen tener un gusto por lo nacional. De Mesonero vemos un gusto por las clases
privilegiadas, que son foco de sus artículos, las cuales son criticadas de manera suave, pero
siempre defendiendo lo nacional, al igual que Calderón, que siente un desprecio hacia lo
extranjero, especialmente hacia todo lo francés. Este desdén se ve en su aprecio por los textos
españoles del Siglo de Oro, que toma como referentes e inspiración, rechazando todo lo que
no provenga de estos textos.

Como ya hemos dicho, el objeto de Mesonero son las altas cunas, de personajes acomodados,
pero encontramos artículos de Calderón que apelan a personajes que se enzarzan, o al menos
lo intentan, ya que el autor los retrata como cobardes, a navajazos por una mujer. Una crítica a
la tendencia de los andaluces de exagerar.

Vemos, además, que Calderón es menos arriesgado a la hora de acercarse a temas más
populares. Entre sus artículos se conoce escenas dedicadas a las danzas, en las que derrocha su
maestría con la lengua, que a veces ha sido acusado de autor complejo por ello, y más
teniendo en cuenta la dedicación periodística, donde prima la brevedad y la sencillez. En
cambio, en Mesonero, encontramos un autor más comedido en ese aspecto. Era un autor de
prosa clara, sencilla, clásica, equilibrada y limpia de toda afectación.

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LA OBRA NOVELÍSTICA DE EMILIA PARDO BAZÁN: CRONOLOGÍA, ETAPAS, TÍTULOS, TEMAS,
CARACTERÍSTICAS DEL ESTILO DE LA AUTORA.

Emilia Pardo Bazán, fue una noble y novelista española, introductoria del naturalismo en
España. Nació en Madrid en alta cuna en el año 1851.

En Pardo Bazán podemos ver un cambio a lo largo de su trayectoria teórica. En la primera


novela que escribe, Pascual López, 1879, elabora la teoría de que la obra si es bella puede
llegar a enseñar por sí misma. En la elaboración en 1881 de Un viaje de novios dio un paso para
llevar a cabo un modelo de novela francesa, situando el análisis y la observación por encima de
la imaginación. Es decir, estamos ante los primeros esbozos que rompen con la novela idealista
que dominaba por entonces.

Inspirada por Zola y su nuevo análisis de la novela, en el que la novela se intenta convertir en
ciencia. Así, debía pasarse de la observación a la experimentación, dejar atrás la imaginación.
Este debate estaba abierto entre el realismo y el idealismo. Siendo el primero una cuna para lo
deprimente, antiartístico e inmoral, mientras que el segundo pretende la belleza y asegura que
no todo cabe en la obra artística. De este modo, Pardo Bazán arremete contra el idealismo en
1882 en una serie de artículos, a la vez que exponía el naturalismo. Para Bazán, el naturalismo
era un movimiento basado en la aplicación de un concepto determinista a la conducta
humana, con tendencia a recalcar lo feo, proletario y sórdido. Ante ese realismo crudo que
representaba el naturalismo, vio en el realismo la oportunidad de un equilibrio entre el
naturalismo y el idealismo. Estas ideas se pueden leer en sus artículos de 1882, La cuestión
palpitante.

En la etapa de novelista de Pardo Bazán, que se extiende entre 1883 y 1889, entre las que
destacan: La tribuna, 1883, primer trabajo de la autora que tiene como protagonista la clase
trabajadora. Ubicada en a Coruña, resultado de dos meses de observación en una fábrica de
tabaco. Es un ejemplo de la idea naturalista basada en la observación, pero sin carácter
pesimista ni determinista. En 1885 escribe El cisne de Villamorta y en 1886 Los pazos de Ulloa,
en la que toma protagonismo una oligarquía que pierde su papel social y ostenta el papel
negativo de clase, la ociosidad, la irresponsabilidad y la violencia. Es una novela más próxima al
naturalismo, triunfando al final la naturaleza y el instinto. En 1887, escribe La madre
naturaleza, una continuación de la novela anterior. Un relato con tema amoroso entre un
hermano y su hermanastra. En 1889 escribe dos novelas cortas Insolación y Morriña, una
continuación de su novela anterior en la temática, la conducta sexual humana. En la primera
vemos como la autora fusiona dos estratos sociales, la clase media y alta, y la de las clases
bajas. La segunda novela nos pone en el papel de una sirvienta que lucha contra las
circunstancias de su nacimiento y contra las convenciones sociales.

Las dos obras del último periodo más reseñables son La quimera y La sirena negra. Vemos en
estas novelas puntos en común con la de la generación del 98, un intento de una escritora, ya
veterana y de cierta edad, en un intento de acercarse a un grupo de escritores más jóvenes. En
esta fase vemos como las intenciones ideológicas predominan sobre su capacidad de creación,
e inspirada por la novela rusa empieza a imponer sus convicciones religiosas en sus novelas.
ETAPAS DE LA NARRATIVA DE GALDÓS Y LUGAR QUE OCUPA MISERICORDIA EN ELLA, CON
EJEMPLOS CONCRETOS DE SU LECTURA (SIN CONTAR EL ARGUMENTO TOTAL DE LA
NOVELA).

Benito Pérez Galdós nace en las Palmas de Gran Canaria, en 1843. Estudió derecho en la
Universidad Central de Madrid, pero abandonó esta vocación para dedicarse al periodismo,
documentándose de la vida y la historia contemporáneas de Madrid. Estos conocimientos
supondrán la base sobre la que escribirá sus relatos novelescos, sus cuentos y novelas cortas.
También se dedicó a comentar el arte pictórico, lo que le llevó a incluir referencias en sus
obras de pinturas. Fue elegido miembro de la Real Academia Española e incluso fue miembro
de las Cortes. Acompañó su actividad periodística con viajes por toda Europa y escribió
artículos para la prensa sudamericana. Muere en el año 1920 en Madrid.

Desde la primera etapa novelística de Galdós se aprecia su aprecio e interés por el motivo
realista y sobre todo por la historia nacional. Las dos novelas que sirven de introductorias en
todos los institutos, La Fontana de Oro, 1870, y El audaz, 1871, juntan los temas de la historia
nacional española reciente para Galdós, las artes plásticas, con la temática que será punto de
unión entre todas las novelas de Galdós, las relaciones entre clases sociales, los problemas
religiosos… Pero, aunque las dos se tachen de novelas históricas, en ellas está la presencia de
lo ficticio.

De esta primera etapa también podemos señalar La sombra, donde predomina la imagen
pictórica; Doña Perfecta, 1876, Gloria, 1877 y Marianela, 1878. La familia de León Roch, 1878,
donde, de nuevo, lo pictórico se emplea para caracterizar a los personajes ficticios. En las
novelas de esta etapa, salvo en contadas ocasiones, no se hacen referencias a sucesos políticos
contemporáneos y cuando las hay, son vagas. Esto se debe a que el autor tratará el tema en
los Episodios Nacionales. Estas novelas están inspiradas en grabados o cuadros bien conocidos
de personas e incidentes famosos y atacará a la España más tradicional y reaccionaria. En ellos
presenta el icono más conocido del siglo XIX, Napoleón, con el objetivo de la desmitificación,
tanto de la personalidad como de sus hazañas bélicas. Otra es la figura de Fernando VII quien
es presentado como una efigie, deshumanizado.

Las llamadas Novelas Españolas Contemporáneas, son una serie de novelas sociales que
representan la fusión de los dos estilos anteriores del autor, la pintura sociológica y la
conciencia histórica de los Episodios, con un detallismo historiográfico que es contemporáneo.
En ellas se alude a la historia del período de 1860 a 1880, cuyos sucesos les resultarán
familiares a los lectores.

La segunda etapa galdosiana comienza con La desheredada, con la que inicia un acercamiento
al naturalismo, alejándose del idealismo y adentrándose en la figura humana. Amplía el
registro del lenguaje, se deshace de los enredos amorosos y el protagonista será consecuente
con sus ideas. De nuevo con El doctor Centeno, en 1883, emprende lo que se han denominado
novelas de la locura crematística. Novelas en las que a los personajes parece que se les quema
el dinero en las manos o en los bolsillos.

Misericordia podemos englobarla en el círculo de novelas “espirituales”, comenzada por


Fortunata y Jacinta, en esta etapa los personajes se dejan llevar por su entrega espiritual,
ejemplo en la novela es la protagonista Benina, que incluso acaba convirtiéndose en una
martir. También vemos un naturalismo atroz, las clases más bajas, incluso el hundimiento de
alguien que pertenecía a la clase acomodad como la protagonista, pero esta etapa también
está caracterizada por la entereza de los personajes, ejemplo de ello Benina, incluso las clases
altas, que son fieles a sus ideas reaccionarias.
CARACTERIZACIÓN DE LOS PERSONAJES Y SU SIGNIFICADO EN MISERICORDIA DE GALDÓS.

Benito Pérez Galdós nace en las Palmas de Gran Canaria, en 1843. Estudió derecho en la
Universidad Central de Madrid, pero abandonó esta vocación para dedicarse al periodismo,
documentándose de la vida y la historia contemporáneas de Madrid. Estos conocimientos
supondrán la base sobre la que escribirá sus relatos novelescos, sus cuentos y novelas cortas.
También se dedicó a comentar el arte pictórico, lo que le llevó a incluir referencias en sus
obras de pinturas. Fue elegido miembro de la Real Academia Española e incluso fue miembro
de las Cortes. Acompañó su actividad periodística con viajes por toda Europa y escribió
artículos para la prensa sudamericana. Muere en el año 1920 en Madrid.

Galdós publicó Misericordia en el año 1897, pertenece al conjunto de novelas que se ha


denominado naturalismo espiritual. Estas obras se caracterizan por el abandono de Galdós por
el determinismo social y se interesa por la entrega espiritual de los personajes, o por el poder
de la imaginación de los mismos.

El personaje principal es Benina, y hay que decir que es rasgo común que los personajes en las
novelas del autor sean simbólicos. Por ello vemos en Benina la representación de la bondad.
Una mujer de setenta años, fiel a su señora y amigos, capaz de todo por ayudar. Es una mujer
que, no está determinada por su clase, ya que a pesar de nacer en una clase acomodada se ve
obligada a pedir limosna en la puerta de la iglesia. Incluso si vemos sus acciones más
reprochables, podemos concluir que los hace por un buen fin, que suele ser el poder alimentar
a su familia. En ella se centra, además, la espiritualidad. Es la representación de la perfecta
caridad cristiana para Galdós.

Doña Paca es la señora de Benina. Pertenecía a la clase acomodada y pierde su clase. Manda a
pedir limosna a Benina e incluso llega a vejarla, haciendo uso de sus modales de clase, los
cuales deja entrever el autor que están desfasados, aún más cuando ha perdido su nivel que le
permitiría en la sociedad estamental la superioridad. Se contrapone como vemos a Benina; es
débil de carácter, sometiéndose ante Juliana. Su hijo Antoñito es una extensión de su
pensamiento, alguien incapaz de aceptar su actual situación.

Frasquito Ponte Delgado; es el único que reconoce la actitud caritativa de Benina. Sin
embargo, sigue siendo un personaje anacrónico, que vive de glorias pasadas. Consigue salir de
la situación de pobreza y lo agradece a Benina. Galdós como vemos nos presenta una clase
burguesa alienada, anacrónica y que no desea perder la compostura, incluso describe a
Frasquito como un “aniñado”. Ambos viven de la caridad de Benina, un “ángel” para él. La
hipocresía de las clases acomodadas con las clases necesitadas es patente en toda la obra.
Ejemplo definitivo en don Carlos, que a pesar de ser muy rico apunta las cantidades de limosna
que da, además, es cuñado de Paca y se niega a ayudarlos.

La representación del misterio o de la imaginación de Benina reside en don Romualdo Cedrón.


Un arcipreste que se inventó la protagonista para justificar su dolor y penurias. Esto hace que
cuando aparezca realmente en la obra cause conmoción en todos los personajes, y más
cuando trae buenas nuevas, la herencia de la familia de unas tierras y una pensión vitalicia. El
misterio se nos plantea a modo de duda, ¿creó Benina con su fe a este personaje, o actúa
Benina como un profeta?

En Almudena encontramos la figura de un mendigo viejo, que dice que es rey en su tierra.
Maltrata a Benina, la golpea y después pide perdón, y aun así no se separa de él. Mostrando la
devoción de Benina por la bondad, una bondad natural ante quien la necesita.
LA OBRA LITERARIA DE JOSÉ CADALSO: TITULOS, TEMAS, CARACTERÍSTICAS DEL ESTILO DEL
AUTOR Y SIGNIFICADO DENTRO DE LA HISTORIA DE LA LITERATURA ESPAÑOLA.

José Cadalso viven en una encrucijada ideológica y geográfica. Al nacer, su padre reside en
América, su madre muere cuando el tenía sólo dos años y poco antes su hermana mayor
fallece. Así, se cría sólo bajo el amparo de los jesuitas en París, viajando por toda Europa. Su
carrear militar empieza en 1762 y acaba cuando, en batalla.

Cadalso antes de 1711 ya había escrito poesías, un drama que retiró debido a la presión de la
censura, la tragedia Sancho García y ya parte de las Cartas marruecas. En 1771, escribe los
Eruditos a la violeta, obra que publicaría al año siguiente, y las Noches lúgubres. La primera se
trata de una sátira contra los que eligen lucir erudición a poca costa y una crítica a la formación
superficial.

No pudo publicar las Noches lúgubres, ya que la muerte le llegó antes, y se desconoce si la
obra terminaba con la tercera noche o si habría una cuarta. La mujer de la que estaba
enamorado, María Ignacia Ibáñez, muere en 1771. El sufrimiento del poeta se refleja en el
tono de las Noches lúgubres, un eco del estado mental del poeta, que propicia el pensamiento
pesismista sobre el hombre y su destino. Como obra del género sepulcral, ofrece una
escenografía ya conocida, las tinieblas, el cementerio, el silencio, que expresa con estilo
ampuloso y declamatorio, en el que se une el sentimiento y la razón, con un predominio de los
sentimientos.

Cadalso también escribió una Defensa de la nación española contra la carta persiana LXXVIII de
Montesquieu, que quedó sin publicar. En este texto Cadalso responde a Montesquieu
haciendo un recorrido histórico, desde la antigüedad, contestando párrafo a párrafo los del
autor.

Una de sus obras más reconocidas son las Cartas marruecas, donde Cadalso vierte su
pesimismo sobre la nación. Se compone de una colección de ensayos escritos a forma de
correspondencia entre un embajador marroquí y su nación, pero introduce a más personajes.
Con esta formalidad pretende Cadalso dar el punto de vista desde todos los ángulos, haciendo
el juicio más justo. Gazel será el extranjero, describiendo aquello que ve, poniéndolo en
comparación con su nación; la de Beley, hombre de ideas universales, que juzgará en base a lo
que le digan Gazel y Nuño, español que conoce su patria. Así hace Cadalso un análisis de su
patria, con sus costumbres y con perspectiva histórica. Su visión coincide con la de los
ilustrados, la grandeza en tiempos de los Reyes Católicos y tras el siglo XVI el declive. Critica así
la carencia de cultura, las costumbres y frivolidad de ideas.

Las Cartas están influidas por el modo en el que Montesquieu realizó sus Cartas persas y dio
comienzo al término ensayo, sirviendo para que los escritores pudieran criticar el presente, de
forma libre y no ajustada a convicciones. Su estilo sentencioso y lacónico, con abundantes
formulaciones paralelas y clausulas rítmicas sirve de inspiración refuerza esta inspiración a
otros escritores. Tuvieron una gran repercusión dentro y fuera de España, alcanzando su
mayor auge en la generación del 98, que tomó temas de las cartas, como el casticismo y la
europeización.

latín. De esta educación y vivencia en el extranjero escribirá, a su vuelta a España, sus Cartas
marruecas. A causa de su depresión y la escritura de Noches lúgubres se creó sobre él el mito
que había escrito, se le acusó de desenterrar a una amada que había muerto. Murió en 1782
en batalla.
GASPAR MELCHOR DE JOVELLANOS. SU PERSONALIDAD, IDEARIO Y OBRA LITERARIA

En Gaspar Melchor de Jovellanos encontramos toda la problemática intelectual y literaria del


siglo VVIII. Destaca por sus valores ideológicos y literarios, pero más por su calidad humana y
su elevación de espíritu. Al ser polifacético ha sido considerado conservador por los
conservadores y liberales por los reformistas.

Hijo de noble. Su visión de nobleza se centraba en el servicio a la sociedad y la responsabilidad


social del cargo, no de el abuso y los privilegios. Estudió para sacerdote, pero tuvo cargos en
Sevilla y en Madrid tras su estudio en magistratura.

Como personaje noble no tenía capacidad diplomática y era excesivamente recto y moral, cosa
que hacía difícil su acomodamiento en la corte. Esto le valió ataques por parte de su clase. Su
miedo a cometer errores hacía que se inclinase hacia el puritanismo, haciendo que su obra
carezca de humor o sensibilidad.

Su moderación le llevó lejos de todo pensamiento revolucionario o de enfrentamiento, pero sí


lentas reformas que condujeran a un cambio social. De todas estas reformas, la más
importante fue siempre la de la educación, como muchos de sus coetáneos y posteriores
ilustrados, como herramienta del cambio social. Su idea se extiende a su literatura. Su
radicalismo teórico se consigue con su moderación práctica orientada siempre hacia la
educación.

Es difícil separar las obras de Jovellanos de la didáctica y la política. La calidad de su prosa


justifica que sea considerada literatura porque lo que es la temática es política y educativa. Así,
de su obra podemos destacar; el Discurso de ingreso en la Academia de la Historia, en este
discurso propone una visión diferente de la historia, propone, por encima de la crónica y los
datos el necesario un estudio de la historia de la agricultura o del comercio, siempre por detrás
de la historia militar y nobiliaria. Otros textos son el Elogio de Carlos III, una síntesis de ideas
de reformas necesarias ante la decadencia; el Informe sobre la ley agraria, su obra maestra,
tanto por su prosa, clara y precisa, como por su doctrina. Resume el pensamiento de
Jovellanos, incluye historia, exposición de sus principios, descripción del estado actual y
remedios y recomendaciones. Propone la desamortización y la liberalización de la economía. Al
ser un texto propuesto en nombre de la Sociedad Económica Jovellanos no se aventura
demasiado en riesgos, ya que si el Informe no se hubiera aprobado no se publicaría, y por
tanto las propuestas no llegarían a nadie. Por eso prefiere proposiciones sensatas y realistas en
lugar de dar rienda suelta a sus opiniones. Combina las ideas de los clásicos latinos con la de
los tratadistas españoles del siglo XVI y XVII más los modernos economistas ingleses y
franceses, como Adam Smith.

Por encargo de la Academia de la Historia escribió Memoria sobre espectáculos, donde estudia
el origen de los juegos y espectáculos desde la Edad Media, y en la segunda parte reformas
para que sean instructivos y de provecho, enlazando con los ideales de Jovellanos. En defensa
de su honor escribió Memoria en defensa de la Junta Central, donde incluye su opinión y
participación personal, a modo de Cicerón. También son importantes las cartas que
intercambia con ciertos personajes liberales.

Como poeta alcanza gran calidad. Escribió que no tenía a sus poemas un gran aprecio, pero
hizo versos toda su vida. Precisamente por su carácter intimo los reservo a los más cercanos y
destruyó otros. Compuso también lírica amorosa, sonetos, llena de todos los tópicos de la
época, ausencia, voluptuosidad sentimental, exclamaciones, rasgos prerrománticos. También
compuso sátiras, las más importantes Sátiras a Arnesto en las que critica los vicios de la alta
sociedad.
EL MODELO LITERARIO DE LA POESÍA ROMÁNTICA: FUENTES, TEMAS, MÉTRICA.

La fecha de 1814, que marca el final de la Guerra de Independencia tras la promulgación de la


primera Constitución tuvo importancia políticamente, pero desde el punto de vista literario no
supuso cambios importantes. En lo que respecta a la poesía, los años siguientes a esos
acontecimientos políticos no ofrecen muchas innovaciones. Se da una pervivencia o desarrollo
de los gustos anteriores. Espronceda se inicia en la vida literaria bajo el clasicismo de su
maestro Lista, quien actuó de puente entre el clasicismo y el Romanticismo.

Espronceda se forma con Lista en el colegio San Mateo y bajo su tutela escribe Pelayo y sus
primeros poemas de sabor neoclásico. Se puede entender la estética romántica como la
culmación de las tendencias anteriores, como la filosofía sensualista. El signo general de las
primeras décadas del siglo XIX será el Eclecticismo, la coexistencia de los gustos más
conservadores del XVIII con las innovaciones de última hora. En Quintana coincidirán ambas
actitudes, como con Lista.

Como enclave poético durante el siglo XVIII en España tenemos Salamanca, con la presencia de
Meléndez Valdés, las visitas de Cadalso y Jovellanos favorecieron el desarrollo de una lítica que
se conoce como la escuela salamantina. Esta se prolongará hasta las primeras décadas del siglo
XIX.

También es conocida la denominada escuela de Sevilla, de carácter culto, contrarrestando el


colorismo de signo popular que medraba en la ciudad. De esa escuela destacan Arjona,
Marchena, Reinoso, Lista. Tienen una conciencia de grupo y defienden los mismos ideales
acerca del hacer poético y el decoro verbal, valores basados en Herrera. Casi todos tienen en
común la actividad religiosa y el ser liberales. Sufren la crisis de conciencia que cuestiona sus
convicciones religiosas y su poesía está marcada por el clasicismo, aunque mantienen
afinidades con la estética prerrománica y con la romántica. Más tarde, se consolidará la
segunda escuela sevillana, basada en los criterios clasicistas, las teorías determinista.

En la escuela romántica se inspiran los poetas posrománticos y los modernistas y


posmodernistas de España e Hispanoamérica. A través de Bécquer los románticos llegan a
influir sobre poetas como Juan Ramón Jiménez y Unamuno que se inspiran en la belleza, el
tiempo, los fenómenos del espíritu, siguiendo los modelos de las rimas becquerianas.

El rico estilo descriptivo de la literatura romántica parece, a veces, anunciar el futuro estilo de
lujo del simbolismo modernista. A su vez, el optimismo afirmador de la vida y la sensación de
desilusión posterior, están motivados por el afán reformista de la Ilustración. Esto se aprecia
en los versos románticos de un siglo y el otro, expresiones y formas lingüísticas que se repiten
tanto en el Neoclasicismo como en el Romanticismo, como los abismos, infiernos… En los
temas se reconstruyen ambientes medievales, con sus costumbres, pero con el lenguaje
español moderno, y con una ambientación realista contemporánea. Se acepta el clasicismo, no
con la lógica de las reglas, sino con la lógica de los sentimientos, de los sentidos, la verdad está
en la inspiración. En la métrica, hay un gran apego a la tradición de los tres siglos precedentes,
pero también se experimente y se innova. Las formas estróficas más frecuentes son las
confeccionadas con endecasílabos y octosílabos, como el sexteto, la sextilla, la silva o el
cosaute. El sexteto se remonta al Renacimiento, la sextilla a la Edad Media y la silva octosílaba
y el cosaute a la poesía trovadoresca. El poeta romántico se limita a dotar a una estrofa
tradicional de un simbolismo nuevo. La innovación romántica es la inspiración con los metros
menos frecuentes, con la polimetría y las escalas métricas.

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