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Silvana Alvez; Yoseline Castro.

2do. Literatura.

Literatura Universal II.

Myriam López Madruga.

CeRP del Norte.

La Divina Comedia
Análisis del Canto I

2020
El propósito de este trabajo es analizar literariamente el Canto I del
Infierno de la Divina Comedia, para ello, tendremos en cuenta diversos
aspectos elementales de la obra, tales como: título, prólogo e importancia que
cumple dentro del texto, significado de las distintas alegorías, conjunto de
elementos conceptuales y simbólicos. Finalmente, nos adentraremos al análisis
del encuentro que se produce entre Dante y Virgilio, profundizando en la
relevancia de su primer guía. 

A continuación, presentaremos brevemente ciertos datos generales, a fin


de enriquecer el desarrollo del trabajo. Pues bien, la Divina Comedia supone
ser la  obra maestra de Dante Alighieri, poeta italiano nacido en Florencia en el
año 1265. Las fechas de inicio y conclusión del texto son inciertas, según
Boccaccio, el poeta había empezado el trabajo antes del exilio, y que al no
poder regresar a Florencia después de su embajada romana se había olvidado
completamente de él, algunos años después sus familiares, encontrando entre
sus documentos los siete primeros cantos del Infierno y después de hacerlos
examinar por Dino Frescobaldi, se los remitieron al poeta, que a partir de
entonces continuó con el trabajo. En este sentido, generalmente se ubica la
composición de la obra en los años alrededor de 1307, cuando Dante
interrumpió la redacción del Convivio y el De vulgari eloquentia. El mismo
Boccaccio cuenta que, tras la muerte del poeta, durante cierto tiempo se creyó
que el poema había quedado incompleto y que le faltaban los trece últimos
capítulos del Paraíso, hasta el punto de que uno de sus hijos, Iacopo, había
pensado ya completar él la obra paterna; pero que afortunadamente su padre,
apareciéndole en sueños, le indicó dónde estaban guardados los cantos, que le
fueron enviados a Can Grande della Scala. En pocas palabras, se estima que
Dante trabajó en la creación de la obra desde 1307 hasta su muerte, y que en
ella se volcó de alguna forma el conjunto de todas las experiencias vitales,
reflexivas y artísticas que había venido realizando desde entonces. 

Conviene subrayar, que la obra está organizada en tres partes,


denominadas genéricamente cánticas, cuyos títulos son: Infierno, Purgatorio y
Paraíso. A su vez, cada una de las cánticas se encuentra dividida en treinta y
tres cantos. Al Infierno Dante le agregó un canto más que funciona como una
especie de prólogo que sirve de introducción a toda la obra. Podríamos decir
que el total de cantos es cien. Los cantos están compuestos en tercetos,
estrofas de tres versos. Es preciso resaltar que Dante atribuía una significación
misteriosa a ciertas cifras, su obra se apoya sobre tres números esenciales: la
unidad, el tres (símbolo de la trinidad), y el diez, número perfecto, obtenido por
medio de las otras: tres por tres más uno. El diez simboliza el número perfecto,
debido a que está compuesto por una unidad y un cero. La unidad representa
al hombre y el cero, agregado a la cifra brinda la idea de infinito, por lo tanto,
esto simbolizaría al hombre proyectado hacia el infinito.

Por lo que se refiere al título, el propio Dante tituló Comedia este poema.
Esto puede apreciarse en la dedicatoria a Can della Scala, donde Dante dice:
“llamo a mi obra “Comedia” porque está escrita en estilo humilde, y porque he
empleado en ella el lenguaje vulgar, en que se comunican sus ideas hasta a las
mujeres de la ínfima clase”. De manera semejante lo expresa en su obra De
Vulgari Eloquentia, donde distingue tres géneros literarios: tragedia, comedia y
elegía. La comedia es un género de composición poética que se diferencia de
la tragedia. Sabemos que esta última es bella y apacible al principio y horrible
al fin. La comedia, en cambio, se anuncia con situaciones difíciles y termina
felizmente. Además difieren en el lenguaje, ya que el de la tragedia es elevado
y sublime y el de la comedia sencillo. Debido a esto Dante la llama Comedia,
pues el asunto supone cierta dificultad al inicio y al final es feliz. El término
“Divina” es añadido posteriormente para indicar su argumento ultraterreno y
aparece como integrante del título en la edición de 1555. Jorge Luis Borges
(2017) sostiene lo siguiente:

“…Boccaccio que recibió de la Señoría de Florencia el


encargo de comentar el poema, le dio la clasificación de
divino; esta, a partir de cierta impresión veneciana del siglo
XVI, fue incorporada al título. Además del propósito
laudatorio, incluyó un sentido preciso, sin duda afín al de la
palabra divinity, que en inglés se traduce como teología, así
como divine por teólogo. Croce con el escándalo de
muchos, dijo que el poema de Dante era una novela
teológica, la frase es una traducción literal de Divina
Comedia.” (P.8-9)
Por lo tanto, la Divina Comedia es la narración de un viaje que el poeta
imaginó cumplir a través de los tres reinos de ultratumba. Siguiendo la línea de
análisis planteada por Borges, se le adjudica un sentido simbólico a la obra, ya
que la misma pretende mostrar bajo colores alegóricos los tres modos de ser
de la humanidad. En este sentido, en la primera parte Dante considera el vicio,
llamándolo Infierno; en la segunda, el pasaje del vicio a la virtud, llamándolo
Purgatorio; en la tercera, la condición de los hombres perfectos,
denominándolo Paraíso.

Seguidamente analizaremos minuciosamente el Canto I del Infierno, “A


la mitad del camino de la vida, en una selva oscura me encontraba porque mi
ruta había extraviado” (p.9). Si retomamos lo expuesto por Dante en El
convivio, el autor creía que la vida humana es semejante a un arco: comienza
en un sentido ascendente hasta alcanzar el punto máximo, que se encuentra
relacionado con la edad de treinta y cinco años, eso se entiende precisamente
como la mitad de la vida. Según Blixen (1972), luego el arco comienza a
declinar hasta su punto final, representado por la edad de setenta años, a la
que normalmente puede aspirar a vivir todo ser humano. “Por eso es que Dante
comenzó su obra inmortal con estas palabras, ya que tenía, más o menos
treinta y cinco años al realizar su viaje imaginario por los tres reinos de
ultratumba” (p.16)

Antes de continuar deberíamos plantearnos la siguiente interrogante:


¿Por qué Dante habla del camino de la vida? Pues bien, la idea de la vida
como camino es un tema frecuente de la Edad Media, se concibe al hombre
medieval como homo viator, es decir, como hombre que sigue un camino, una
búsqueda hacia la perfección. Sin embargo, también es un tema recurrente de
todas las literaturas, tanto anteriores como posteriores. Pitágoras fue uno de
los primeros que utilizó esta concepción, ya que en su carta V alude a la vía
recta, en el sentido de virtud o falta de vicio. Sin embargo, Blixen asegura que
en Dante esta idea parece estar sujeta a cuestiones bíblicas, debido a esto
existen quienes sostienen que pudo inspirarse en un versículo de Isaías que
dice “en medio de mis días iré a las puertas de la muerte”, además en algunos
proverbios se habla de los caminos derechos y de los caminos tenebrosos.
Volviendo al tema que nos ocupa, esa idea de la vida recta simboliza el
camino de la salvación que conduce al cielo, en breves palabras, es el camino
de la virtud. Dante, pecador, siente la torpeza que existe en su vida y siente
temor de la posible condena que ha de esperarle de acuerdo con sus creencias
religiosas. Lo realmente destacable es como en el centro de esta obra se ubica
Dante, quien también se mueve en distintos planos. Por lo tanto, supone ser el
hilo conductor que une los diferentes momentos, ya que es su peregrinación la
que reúne en un todo único a hombres y mundos tan distintos. Infierno,
Purgatorio, Paraíso, todo el mundo desde su “más baja laguna” donde se
encuentra ubicado Lucifer, hasta el círculo más exterior donde se halla Dios,
pueden coexistir en la unidad de una sola obra precisamente porque es él,
quien lleva a cabo su viaje, recorre un reino tras otro y va encantando todo a su
paso. En efecto, Dante es, al mismo tiempo, un personaje que el Dante autor
crea, de la misma manera que crea infinitos otros. Blixen sostiene que es
posible observar la existencia de dos Dantes. Por un lado, el creador de la
obra, es decir, el autor, el cual en muchas ocasiones aparece en medio de los
relatos y asume voz propia, explicando su plan de creación. Por otro lado, se
encuentra el Dante personaje, que no tiene el mismo carácter que el autor.
“Este Dante personaje parece simbolizar a la humanidad misma, que en medio
de su vida plena de acechanzas, contempla el mundo lleno de pecadores y
también de justos y es actor y espectador del gran teatro de todas las cosas”
(Blixen, 1972, p.16).

Retomemos el siguiente verso: “…en una selva oscura me encontraba”,


el hecho de que se pierda en una selva oscura supone ser una alegoría de su
vida viciosa. ¿Qué entendemos por alegoría? El término proviene del latín
allegoría, que se traduce en hablar de manera figurada. Por lo tanto, es un
concepto filosófico, artístico y literario que consiste en la representación de un
significado simbólico. De acuerdo con Luce Fabbri de Cressatti, ya existía toda
una historia de la alegoría y de la interpretación alegórica en la antigüedad, no
obstante, la importancia de la alegoría en la literatura y para la literatura
empieza en la Edad Media. “La alegoría en la Edad Media, es, pues, un recurso
para gozar sin remordimiento de la belleza de la forma literaria, para seguir
utilizando un medio expresivo tradicional, considerado ineludible, en la
exteriorización de un contenido profundamente distinto” (Cressatti, 1962, p.14).

Ahora veamos la descripción que se nos brinda de la selva, “… ¡Ah!


Cuán penoso me sería decir lo salvaje, áspera y espesa que era esta selva,
cuyo recuerdo renueva mi pavor, pavor tan amargo, que la muerte no lo es
tanto” (p.13). Se puede observar la fuerza que adquieren los adjetivos
calificativos de la selva. Buti explica que existe una lucha en donde Dante se
debate en la selva oscura, esto lo entiende como el momento en que el poeta
inmerso en las cosas mundanas, comienza a volverse a las espirituales. El
hecho de que el poeta se sienta alterado por sus pecados es signo de que ha
tomado conciencia sobre ellos. Siguiendo la misma línea de análisis, se estima
que en la infancia se vive como un ser sensible, pero con poco sentido de la
razón. Seguidamente, en la adolescencia, transcurrimos bajo la “razón práctica”
y la sensualidad, que según Blixen “lleva al abandono de la vida recta” (p.18).
Luego el hombre crece en conocimiento y en razón, es entonces cuando
percibe sus errores pero no puede salir de ellos, tal es el caso del propio Dante.
El hombre necesita entonces al sabio, quien es capaz de mostrarle las
consecuencias de sus malas acciones y que luego le enseña la virtud. Blixen
afirma que “a ese estado de pecado Dante llama selva en el sentido de
habitación de alimañas, no de verdaderos y dignos hombres” (p.19).

Examinaremos brevemente ahora el siguiente fragmento:

“No sé decir fijamente cómo entré allí; tan adormecido


estaba cuando abandoné el verdadero camino. Pero al
llegar al pie de una cuesta, donde terminaba el valle que
me había llenado de miedo el corazón, miré hacia arriba, y
vi su cima revestida ya de los rayos del planeta que nos
guía con seguridad por todos los senderos. ” (p.13)

Dante percibe a cierta distancia una colina, su cima estaba “revestida ya


de los rayos del planeta” ¿A qué planeta se refiere específicamente? Al sol.
Así como todos los hombres de la Edad Media, Dante admitía el sistema de
Tolomeo, según dicho sistema, la Tierra se encuentra situada en el centro del
universo y el sol, la luna y los planetas giran en torno a ella. Esa colina
iluminada simboliza la virtud, es decir, la vida libre de pecado. Recordemos que
Dante ha caminado de noche por la selva, recién ahora de alguna forma se
ilumina. Como ya mencionamos anteriormente, la selva oscura representa la
vida pecaminosa de Dante y a la conciencia de su culpabilidad, sin embargo,
existen diversos críticos que creen además, que alude al carácter político
social, en este sentido, la selva oscura se proyecta hacia todos los italianos,
pues representa la Italia misma, caótica, oscurecida de su antiguo esplendor.

Precisamente Dante se debate en la noche, la noche de alguna forma


acentúa la idea de la selva, de oscuridad. Joaquín Barceló (2003) afirma que el
infierno se caracteriza por “aspereza, oscuridad y fetidez” (p.47). Luego se nos
describe como el poeta intenta escapar hacia la colina e introduce una
magnífica comparación “…y del mismo modo que aquel que, saliendo
anhelante fuera del piélago, al llegar a la playa, se vuelve hacia las ondas
peligrosas y las contempla, así mi espíritu, fugitivo aún, se volvió hacia atrás
para mirar el lugar del que no salió nunca nadie vivo” (p.13). Las “ondas
peligrosas” aluden a imágenes de peligro, símbolo de lo desconocido, la playa,
por lo tanto, representaría la imagen de lo seguro, una vez que se llega a tierra
firme. Así, el personaje contempla su trayecto, recordemos que en la Edad
Media el viaje se concibe como un proceso que permite al hombre conocer
nuevos mundos, ya sea en un nivel trascendental y material. Mediante dicho
trayecto, Dante dialoga con otras realidades que no sólo amplían su universo
exterior, sino que establece nuevas experiencias en su ser y en su espíritu.

Una vez que Dante decide comenzar a subir la colina de la virtud, se le


aparecen tres seres demoníacos que le quitan la esperanza de llegar a la cima.
En este sentido, los animales demoníacos que se le aparecen en este
panorama, representan las potencias del mal que hay en su propio corazón. No
solo son temibles por fuera, sino que son poderosos por dentro. Es relevante
mencionar que las fieras representan tres pecados, los cuales se encuentran
organizados según el orden de importancia: lujuria, pecado más común y fácil
de vencerlo; orgullo o soberbia, el cual se encuentra más vinculado a la
persona; y finalmente la avaricia, el pecado más grave, pues salir de ella es
como desgarrarse.
La primera de las fieras es la pantera. El texto italiano dice “lonza”
palabra que en los diccionarios aparece traducida tanto por “onza” como
“pantera”. La traducción tradicional es la segunda. “Al principio de la cuesta,
aparecióseme una pantera ágil, de rápidos movimientos y cubierta de
manchada piel. No se separaba de mi vista sino que interceptaba de tal modo
mi camino, que me volví muchas veces para retroceder.” Se estima que la
pantera representa la lujuria, pecado que dominó por cierto período a Dante,
quien de acuerdo a muchos testimonios fue un pecador carnal a pesar de su
amor idealizado por Beatriz y de estar casado con Gemma Donati. Sin
embargo, desde el punto de vista del simbolismo político, la pantera puede
estar representando a Florencia. De acuerdo al texto aún existía un gramo de
esperanza, pues estaba el mundo en primavera y en ese momento amanecía.
“Era a tiempo que apuntaba el día, y el sol subía rodeado de aquellas estrellas
que estaban con él cuando el amor divino imprimió el primer movimiento a
todas las cosas bellas. Hora y estación tan dulces me daban motivo para
augurar bien de aquella fiera de pintada piel.” En síntesis, esa hora y esa
estación le brindaban a Dante esperanzas para vencer a la fiera, logrando
transformar la lujuria en amor.

Seguidamente se le aparece un león, “con la cabeza alta y con un


hambre tan rabiosa, que hasta el aire parecía temerle.” Al igual que la fiera
anterior se le adjudica dos sentidos simbólicos, por un lado, desde el punto de
vista moral simboliza el orgullo o la soberbia. Por otro lado, desde el punto de
vista político, el poderío avasallante de la casa de Francia, que había apoyado
a Florencia, a instancias del Papa, a los güelfos negros, quienes condenaron a
Dante. El orgullo y la soberbia es algo que Dante sintió sin duda alguna, no
solamente se puede percibir en la Divina Comedia, sino también en la Vita
Nuova y El Convivio.

En última instancia aparece la loba. “Siguió a este una loba que, en


medio de su demacración, parecía cargada de deseos; loba que ha obligado a
vivir miserable a mucha gente.” Quizás con la lujuria podría ascender, pero con
el orgullo debería detenerse, y la avaricia o codicia lo vuelve a la perdición. Se
percibe como la descripción de la loba es la más extensa, ya que su
importancia es mayor. “El fuego que despedían sus ojos me causó tal
turbación, que perdí la esperanza de llegar a la cima.” El fuego que desprende
de sus ojos simboliza la avaricia, porque el avaro miserablemente vive, se priva
de todo y desea siempre más. La visión de esta última fiera supone una mezcla
de terror y asco. Blixen asegura que desde el punto de vista político, la loba
representaría el poder temporal de Roma.

Una vez que el poeta comienza a ser acorralado hacia la hondonada se


le aparece el alma de Virgilio. Cabe preguntarnos ¿Por qué el autor escoge a
Virgilio como guía del personaje? Buti apunta que si Dante simboliza la
sensualidad, es lógico que Virgilio represente la razón, de esta forma Dante
pide auxilio a la razón. El mismísimo Dante lo admira en demasía, y de tal
modo cuando se refiere a él no lo llama por su nombre sino que lo designa
como “el maestro de los que saben”. Highet considera que Dante eligió a
Virgilio porque tanto Virgilio como Eneas y él fueron grandes desterrados.
Veamos las siguientes líneas:

“Tú eres mi maestro y mi autor predilecto; tú solo eres aquel de


quien he imitado el bello estilo que me ha dado tanto honor”
(p.14)

La sombra de Virgilio le explica a Dante que la loba, tiene después de


comer más hambre que antes, se visualiza la idea de que el pecado llama al
pecado. Sin embargo, la loba atraerá otros pecados hasta que un lebrel la haga
morir dolorosamente. ¿Qué simboliza el lebrel? Pues existen diversas
opiniones, hay quienes creen que representa a Can della Scala, otros le
adjudican una interpretación más espiritual, el lebrel simbolizaría al espíritu
santo. En este sentido, la liberación de la humanidad, puede ser únicamente
obra de Dios.

En conclusión, podríamos decir que el presente trabajo sirvió para hacer


hincapié en diversos aspectos relevantes de la obra. Habría que añadir,
además que logramos aprender sobre los distintos planos que conforman el
análisis literario de un texto. En síntesis, supuso ser un trabajo muy
enriquecedor, tanto en el sentido formativo como personal.
Bibliografía

 Alighieri, Dante (2010) La Divina Comedia. Buenos Aires: Centro

Editorial de Cultura

 Alighieri, Dante (2017) La Divina Comedia. Barcelona, OCEANO exprés

 Barceló, Joaquín (2003) Para leer la Divina Comedia. Santiago de Chile:

Universidad Andrés Bello.

 Blixen, Hyalmar (1972) Cantos del infierno de Dante. Montevideo: Casa

del Estudiante.

 Borges, Jorge Luis (2017) “Prólogo a la Divina Comedia”. Barcelona:

Océano exprés.

 Castro, Pablo (s/d) “La idea del viaje en la Edad Media. Una

aproximación al espíritu del viajero y la búsqueda de nuevos mundos.”

Revista Historias del Orbis Terrarum.

 Cressatti de Fabbri Luce (1962) Alegoría y profecía en Dante.

Montevideo: Universidad de la Republica, Facultad de Humanidades y

Ciencias de la Educación.

 Crespo, Ángel (1999) Dante y su obra. Barcelona: El Acantilado.

 Eliot, S, T (s/d) Dante. “El Infierno”

 García, Ángel (s/d) “El hombre medieval como homo viator: peregrinos y

viajeros” Universidad de Cantabria.

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