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JUICIO DE AMPARO

NÚMERO: 386/2009-F

CIUDADANA JUEZA SEGUNDA DE


DI S T R I T O E N E L E S T A D O

AZOL ROSSAINZZ ESTRADA , con la legitimación ad


procésum reconocida en autos. Respetuosamente comparezco para
manifestar que:

Para dar cumplimiento al auto que antecede, me permito


exhibirle anexas a este ocurso, dos copias simples de mi escrito
mediante el cual interpuse el recurso de revisión contra la sentencia
definitiva dictada en este juicio; solicitándole me disculpe por el yerro
involuntario en que incurrí al no haberle exhibido la cuarta copia de
dicho escrito.

Asimismo, le hago saber que no estoy de acuerdo en el


requerimiento de la exhibición de la quinta copia de mérito, merced a
que, por un lado, la institución del Ministerio Público es una sola e
indivisible, y por ende es innecesaria que me requiera exhibir una
copia para el Agente del Ministerio Público adscrito a este Juzgado y
otra más para su homólogo adscrito al Tribunal Colegiado de este
Circuito. Por otro lado, no debe olvidarse que en términos de lo
dispuesto en el párrafo tercero del artículo 90 de la Ley de Amparo,
será el Tribunal de marras el que le notifique y corra traslado al
Agente del Ministerio Público adscrito a ese Órgano Colegiado, para
que si así lo estima conveniente ejerza su Representación Social. Sin
embargo en obvio de mayores discusiones, es como exhibo las dos
copias que me fueron requeridas; y máxime que reconozco que tiene
usted razón en cuanto a que omití una de ellas.

Por lo expuesto y con fundamento en lo establecido en


artículo 89 primer párrafo de la Ley de Amparo, a usted ciudadana
Jueza, atentamente pido, se sirva:

ÚNICO.- Tener por exhibidas las copias supraindicadas y


continuar con la legal tramitación de mi recurso de revisión
interpuesto.

PR O T E S T O A U S T E D M I R ES P E T O

Tlaxcala de Xicohténcatl, a veintinueve de julio del año dos mil nueve.


T R I B U N A L C O L E G I A D O D E L V I G É S I MO
OCTAVO CIRCUITO EN EL ESTADO

AZOL ROSSAINZZ ESTRADA, en mi carácter de


apoderado de los señores ARTURO HERNÁNDEZ PÉREZ, CELESTINO
PADILLA HERNÁNDEZ, FELIPE CUAPIO MENDOZA, HORACIO
ESPINOZA TORRES y ZABINA MORA MÉNDEZ; quienes fueron
señalados como terceros perjudicados en los autos del juicio de
amparo número 386/2009-F, promovido por el Municipio de Tlaxcala,
Tlax., ante el Juzgado Segundo de Distrito en el Estado. Señalo como
domicilio procesal el que se indica en el membrete de este escrito y
autorizo a los Estudiantes de Derecho SERGIO DANIEL SALAZAR
LOZADA, GUSTAVO AZTATZI TLACHI y URIEL HERRERA SÁNCHEZ
para que, conjunta o separadamente, reciban las notificaciones que me
correspondan y se impongan de los autos. Respetuosamente
comparezco para manifestar que:

En virtud de estar inconforme con la sentencia definitiva


dictada el día nueve del presente mes por el Juez Noveno de Distrito
del Centro Auxiliar de la Segunda Región, con sede en San Andrés
Cholula, Puebla; en apoyo del Juzgado Segundo de Distrito de nuestra
Entidad Federativa y notificada por listas el día quince del mismo mes
mediante la cual se concedió el amparo de la justicia de la Unión al
quejoso en este juicio, de conformidad con lo establecido en los
artículos 82, 83 fracción IV, 86, 88, 89 y demás relativos de la Ley de
Amparo, me permito interponer el correspondiente recurso de revisión;
expresando al efecto el siguiente:

A G R A V I O:

I. HECHO INFRACTOR.- Lo constituye la sentencia


definitiva dictada en este expediente el día nueve y notificada por
listas el día quince, ambos del presente mes.

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II. D I S P O S I C I O N ES LEGALES VIOLADAS.- Se
violan en perjuicio de mis mandantes los derechos contenidos en los
artículos y jurisprudencias que más adelante se indicarán.

III. CONCEPTOS DE VIOLACIÓN.- Lo constituye el


hecho de que el Juez Auxiliar de los autos, inobservando los
dispositivos legales y jurisprudenciales inherentes, en forma indebida
concedió el amparo solicitado por el quejoso en este juicio; siendo que
este juicio debió sobreseerse, por actualizarse diversas causales de
improcedencia, como se pasa a demostrar al expresar los siguientes
argumentos:

A. El A quo Federal, malamente determinó que en la especie


no se actualizó la causal de improcedencia prevista en el artículo 73
fracción XIII de la Ley de Amparo que le hice notar al apersonarme al
juicio de garantías, argumentando en el considerando cuarto de la
resolución definitiva lo siguiente (página 2, de su resolución):

…debe decirse que no asiste razón a los terceros perjudicados,


pues en la especie no se actualiza la causal de improcedencia del juicio
de amparo hecha valer por los citados terceros perjudicados, dado que la
ley que rige el acto reclamado no establece un sistema de recursos para
impugnar las determinaciones del Presidente del Tribunal de Conciliación
y Arbitraje del Estado de Tlaxcala, por lo que al no estar previstos en
dicho ordenamiento legal, no procede aplicar supletoriamente el artículo
849 de la Ley Federal del Trabajo.

…………….

Ahora bien, en el caso, dado que el incidente de liquidación de


laudo del que deriva el acto reclamado se promovió el dieciséis de
octubre de dos mil ocho (foja 41), dicho incidente es normado por la
actual ley laboral burocrática (que entró en vigor el primer día hábil del
año dos mil ocho), la cual no prevé un sistema de recursos para
impugnar las determinaciones del Presidente del Tribunal de Conciliación
y Arbitraje del Estado de Tlaxcala.

…………….

En esta tesitura, aún cuando por disposición del artículo 8º de la


Ley Laboral de los Servidores Públicos del Estado de Tlaxcala y sus
Municipios vigente, la Ley Federal del trabajo es supletoria de
aquella(sic), y que el artículo 849 de dicha ley (federal del trabajo)
establece la procedencia del recurso de revisión en contra de los actos
de los presidentes (de las juntas de conciliación y arbitraje), en el
presente caso no es posible realizar dicha aplicación supletoria.

Lo anterior es así, dado que la supletoriedad de la ley exige que la


ley que se pretenda suplir lo admita expresamente, que señale el
estatuto supletorio, que el ordenamiento objeto de supletoriedad prevea
la institución jurídica de que se trate, que las normas existentes en el
cuerpo jurídico sean insuficientes para su aplicación a la situación
concreta presentada, ya sea por carencia total o parcial de
la reglamentación necesaria y, que las disposiciones o principios con

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los que se vaya a colmar la deficiencia no sean contrarias a las bases
esenciales del sistema legal de sustentación de la institución suplida.

En esta tesitura, según se precisó, la Ley Laboral de los Servidores


Públicos del Estado de Tlaxcala y sus Municipios vigente, no establece
un sistema de recursos para impugnar las determinaciones del Presidente
del Tribunal de Conciliación y Arbitraje del Estado de Tlaxcala, por lo
que en cuanto a la procedencia de dichos recursos, no se cumple con el
tercero de los requisitos reseñados con antelación para que opere
la supletoriedad, en este caso, de la Ley Federal del Trabajo y,
específicamente, de su artículo 849.

Ahora bien, el A quo federal estimó que en el presente caso


no es dable aplicar supletoriamente la Ley Federal del Trabajo a la Ley
Laboral Burocrática Estatal, por dos motivos principales: el primero
porque aquélla Ley no establece o contempla un propio sistema de
recursos para impugnar los actos del Presidente del Tribunal
Burocrático, y el segundo porque en la especie no se cumple con el
requisito que establece que las normas existentes en el cuerpo jurídico
sean insuficientes para su aplicación a la situación concreta
presentada, ya sea por carencia total o parcial de la
reglamentación necesaria.

Sin embargo, es incorrecta la apreciación de ese Juzgador,


ya que si bien es cierto que en el Código Laboral Burocrático Estatal
no existe un apartado o capítulo que contemple un sistema de recursos
para impugnar los actos del Presidente del Tribunal Laboral de
referencia; también lo es que en aquél Código sí está contemplado que
las medidas de apremio que el Presidente del Tribunal de mérito
imponga, podrán ser impugnadas; pues basta leer el último párrafo del
artículo 125 de la Ley Laboral de los Servidores Públicos y sus
Municipios Estatal, mismo que es del tenor siguiente:

ARTÍCULO 125………

Las correcciones disciplinarias y medidas de apremio se impondrán de


plano, sin substanciación alguna, y deberán estar fundadas y motivadas.
Podrán ser impugnadas en los términos de esta ley .

En esta tesitura, se afirma que la Ley Laboral Burocrática Estatal


sí contempla un recurso o medio de impugnación contra las medidas de
apremio que el Presidente del Tribunal de Conciliación y Arbitraje
imponga, sólo que en dicha ley existe una carencia total de

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reglamentación para tramitar esos medios de impugnación; razón por
la cual es dable afirmar que en el presente caso sí se debe aplicar
supletoriamente la Ley Federal del Trabajo, específicamente en su
artículo 849; ya que esa Ley Laboral Estatal al establecer que ese tipo
de actos (medidas de apremio) del Presidente de marras, podrán ser
impugnados, pero sin especificar el nombre o denominación del recurso
ad hoc y menos el procedimiento a seguir, ello nos obliga o forza a
utilizar la supletoriedad de la Ley Federal del Trabajo.

Como es de verse, no es cierto que nuestro Código Laboral


Burocrático Tlaxcalteca no requiera o permita la supletoriedad de la
Ley Federal del Trabajo, como lo afirma el Inferior; puesto que dicho
Código es omiso en la reglamentación del medio de impugnación que
concede de forma tan genérica. Así, esa omisión viene a justificar uno
de los requisitos indispensables para que se requiera aplicar la
supletoriedad de mérito.

Por lo tanto, es de concluirse que el Juez Inferior no estudió


bien mis argumentos (mismos que doy reproducidos como si a la letra
se insertasen por economía procesal), ni el Código Burocrático Estatal,
para determinar que en este juicio sí se actualizó la causal de
improcedencia prevista en el artículo 73 fracción XIII de la Ley de
Amparo; así como tampoco contempló la supletoriedad de la
jurisprudencia siguiente:

RECURSO DE REVISIÓN PREVISTO EN EL ARTÍCULO 849 DE LA LEY


FEDERAL DEL TRABAJO. ES PROCEDENTE CONTRA CUALQUIER
ACTO DEL PRESIDENTE DE UNA JUNTA DICTADO EN EJECUCIÓN
DEL LAUDO.- El artículo 849 de la Ley Federal del Trabajo dispone:
"Contra actos de los presidentes, actuarios o funcionarios, legalmente
habilitados, en ejecución de los laudos, convenios, de las resoluciones
que ponen fin a las tercerías y de los dictados en las providencias
cautelares, procede la revisión.". Como se puede advertir, dicho
precepto legal se refiere, entre otras cuestiones, a actos de los
presidentes de las Juntas "en ejecución" de los laudos, sin hacer una
distinción entre la "última resolución" -aquella en la que se aprueba o
reconoce de manera expresa o tácita el cumplimiento total de la
sentencia o se declara la imposibilidad material o jurídica para darle
cumplimiento-, y las que sólo constituyen resoluciones anteriores a
aquélla. En esa virtud, conforme a una recta interpretación del
dispositivo legal en cita, debe entenderse que contra cualquier acto del
presidente de la Junta dictado en la fase de ejecución del laudo es
procedente el recurso de revisión, así se trate de un acto que no
estuviera encaminado directa e inmediatamente a la ejecución de dicho
fallo, sino más bien a preparar y lograr tal objetivo, como lo sería, en
un momento dado, el reconocimiento de la personalidad de quien
comparece a nombre de alguna de las partes en el juicio laboral;
cuenta habida que en el caso concreto cobra aplicación el principio de
derecho que reza "donde el legislador no distingue no es dable al
juzgador hacerlo".

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No. Registro: 183,726. Tesis aislada. Materia(s): Laboral. Novena Época.
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta. XVIII, Julio de 2003. Tesis: XXVII.3 L. Página: 1197.

B. Ahora bien, suponiendo sin conceder que sus Señorías no


compartieran mi anterior criterio, en este juicio también se actualiza la
causal de improcedencia prevista en el artículo 73, fracción XVIII, en
relación con el diverso numeral 114 fracción III, ambos de la Ley de
Amparo.

Antes de explicar los motivos de la acreditación de aquélla


causal de improcedencia, debo manifestar que si bien es cierto al
momento de apersonarme a este juicio de garantías ante el A quo
Federal, no esgrimí los argumentos que a continuación señalaré;
también lo es que ningún impedimento legal existe para que los
mismos puedan ser introducidos como novedosos; ya que al tratarse de
causales de improcedencia del juicio de amparo, su estudio es
preferente y de orden público, por ende, aquéllas causales, las
aleguemos a nó las partes, este Tribunal Federal tiene la obligación de
estudiarlas; sirve de fundamento a mi dicho las siguientes
jurisprudencias emitidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación:

IMPROCEDENCIA. ESTUDIO OFICIOSO EN EL RECURSO DE


REVISIÓN DE MOTIVOS DIVERSOS A LOS ANALIZADOS EN LA
SENTENCIA COMBATIDA. Es cierto que las consideraciones expuestas
en la sentencia recurrida, que no son impugnadas en vía de agravio por
el recurrente a quien perjudican, deben tenerse firmes para seguir
rigiendo en lo conducente al fallo, pero esto no opera en cuanto a la
procedencia del juicio de amparo, cuando se advierte la existencia de
una causa de improcedencia diferente a la que el juzgador de
primer grado estimó actualizada o desestimó o, incluso, de un
motivo diferente de los apreciados en relación con una misma
causa de improcedencia , pues en este caso, el tribunal revisor debe
emprender su estudio de oficio, ya que sobre el particular sigue vigente
el principio de que siendo la procedencia de la acción
constitucional de orden público, su análisis debe efectuarse sin
importar que las partes la aleguen o no, y en cualquier instancia
en que el juicio se encuentre, de conformidad con lo dispuesto en el
último párrafo del artículo 73 de la Ley de Amparo. Este aserto encuentra
plena correspondencia en el artículo 91 de la legislación de la materia,
que establece las reglas para resolver el recurso de revisión, entre las
que se encuentran, según su fracción III, la de estudiar la causa de
improcedencia expuesta por el Juez de Distrito y, de estimarla infundada,
confirmar el sobreseimiento si apareciere probado otro motivo legal, lo
que patentiza que la procedencia puede examinarse bajo supuestos
diversos que no sólo involucran a las hipótesis legales apreciadas por el
juzgador de primer grado, sino también a los motivos susceptibles de
actualizar esas hipótesis, lo que en realidad implica que, a pesar de que
el juzgador haya tenido por actualizada o desestimado determinada

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improcedencia, bien puede abordarse su estudio bajo un matiz distinto
que sea generado por diversa causa constitucional, legal o
jurisprudencial, o aun ante la misma causa por diverso motivo, pues no
puede perderse de vista que las causas de improcedencia pueden
actualizarse por diversos motivos, por lo que si el inferior estudió sólo
alguna de ellas, es dable e incluso obligatorio que se aborden por el
revisor, pues al respecto, no existe pronunciamiento que pueda tenerse
firme.

Novena Época, No. Registro: 192902, Instancia: Pleno, Jurisprudencia, Fuente:


Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, X, Noviembre de 1999,
Materia(s): Común, Tesis: P./J. 122/99, Página: 28.

IMPROCEDENCIA. ESTUDIO PREFERENCIAL DE LAS CAUSALES


PREVISTAS EN EL ARTÍCULO 73 DE LA LEY DE AMPARO. De
conformidad con lo dispuesto en el último párrafo del artículo 73 de la
Ley de Amparo las causales de improcedencia deben ser examinadas de
oficio y debe abordarse en cualquier instancia en que el juicio se
encuentre; de tal manera que si en la revisión se advierte que
existen otras causas de estudio preferente a la invocada por el
Juez para sobreseer, habrán de analizarse , sin atender razonamiento
alguno expresado por el recurrente. Esto es así porque si bien el artículo
73 prevé diversas causas de improcedencia y todas ellas conducen a
decretar el sobreseimiento en el juicio, sin analizar el fondo del asunto,
de entre ellas existen algunas cuyo orden de importancia amerita que se
estudien de forma preferente. Una de estas causas es la
inobservancia al principio de definitividad que rige en el juicio de
garantías, porque si, efectivamente, no se atendió a ese principio,
la acción en sí misma es improcedente, pues se entiende que no es
éste el momento de ejercitarla ; y la actualización de este motivo
conduce al sobreseimiento total en el juicio. Así, si el Juez de Distrito
para sobreseer atendió a la causal propuesta por las responsables en el
sentido de que se consintió la ley reclamada y, por su parte, consideró
de oficio que respecto de los restantes actos había dejado de existir su
objeto o materia; pero en revisión se advierte que existe otra de estudio
preferente (inobservancia al principio de definitividad) que daría lugar al
sobreseimiento total en el juicio y que, por ello, resultarían inatendibles
los agravios que se hubieren hecho valer, lo procedente es invocar tal
motivo de sobreseimiento y con base en él confirmar la sentencia, aun
cuando por diversos motivos, al sustentado por el referido Juez de
Distrito.

Novena Época, No. Registro: 194697, Instancia: Primera Sala, Jurisprudencia,


Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, IX, Enero de 1999,
Materia(s): Común, Tesis: 1a./J. 3/99, Página: 13.

Una vez determinado lo anterior, se infiere que el acto


reclamado del que se dolió el quejoso, es un auto dictado por el
Presidente del Tribunal de Conciliación y Arbitraje de nuestra Entidad
Federativa en el periodo de ejecución del laudo, mismo que consistió
en apercibir a ese quejoso con imponerle una multa en caso de
continuar con su contumacia, para lograr el cumplimiento de la
resolución ejecutoriada; por ende este juicio de garantías por el
momento resulta improcedente, ya que sólo puede promoverse contra

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la última resolución dictada en el procedimiento de ejecución del
laudo, y no en este momento; al respecto basta tener presente que la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha
establecido lo siguiente:

AMPARO INDIRECTO. REGLAS PARA SU PROCEDENCIA, RESPECTO


DE ACTOS DICTADOS DENTRO DEL JUICIO, DESPUÉS DE CONCLUIDO
Y EN EJECUCIÓN DE SENTENCIA. De lo dispuesto en los artículos 107,
fracciones III, inciso b) y VII, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y 114, fracciones III y IV, de la Ley de Amparo, se
desprenden dos reglas genéricas y una específica de procedencia del
juicio de amparo indirecto: la primera regla genérica consiste en que
éste procede contra actos en el juicio cuya ejecución sea de imposible
reparación, los cuales han sido definidos por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación como aquellos que por sus consecuencias son
susceptibles de afectar directamente alguno de los derechos
fundamentales del gobernado, tutelados por la propia Constitución
Federal, por medio de las garantías individuales, pues esa afectación o
sus efectos no se destruyen con el solo hecho de que quien los sufra
obtenga una sentencia definitiva favorable a sus pretensiones, a saber,
la personalidad de las partes, el embargo o la negativa a denunciar el
juicio a terceros, entre otros; la segunda regla genérica consiste en que
el juicio de amparo biinstancial procede en contra de actos dictados por
tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, después de concluido
el juicio, siempre que no se dicten en ejecución de sentencia, los cuales,
de acuerdo con el criterio emitido por el Máximo Tribunal del país, gozan
de autonomía y no tienen como finalidad directa e inmediata ejecutar la
sentencia dictada en el juicio natural, como son el arresto dictado como
medida de apremio para vencer la contumacia de alguna de las partes o
la interlocutoria que fije en cantidad líquida la condena de que fue
objeto el perdidoso; y la regla específica introducida por el legislador
con el propósito de impedir que el juicio de garantías sea utilizado para
retardar o entorpecer la ejecución de una sentencia definitiva con el
carácter de cosa juzgada, consistente en que el juicio de amparo en la
vía indirecta podrá promoverse contra actos dictados por tribunales
judiciales, administrativos o del trabajo en ejecución de sentencia, sólo
contra la última resolución dictada en el procedimiento respectivo, con la
posibilidad de reclamar en la misma demanda las demás violaciones
cometidas durante ese procedimiento, que hubieren dejado sin defensa al
quejoso y, tratándose de remates, contra la resolución definitiva en que
se aprueben o desaprueben; en el entendido de que conforme al criterio
sustentado por el más Alto Tribunal de la República, la última resolución
es aquella en la que se aprueba o reconoce de manera expresa o tácita el
cumplimiento total de la sentencia o se declara la imposibilidad material
o jurídica para darle cumplimiento. En estas condiciones, y en atención a
que las citadas reglas tienen aplicación en diversas etapas del juicio
natural, según la naturaleza y finalidad de cada uno de los actos
dictados durante su prosecución, es claro que cada una de ellas es
aplicable a hipótesis diferentes, por lo que no pueden adminicularse
entre sí con el grave riesgo de desnaturalizar el juicio de garantías; por
tanto, a los actos dictados en juicio que causen una ejecución de
imposible reparación sobre las personas o las cosas, no se les pueden
aplicar las reglas que rigen para los actos dictados después de concluido
el juicio y en ejecución de sentencia, porque si así se hiciera, el juicio
de amparo indirecto sería procedente en contra de todos los actos
dictados dentro de un procedimiento, aun cuando no causen una
ejecución de imposible reparación; de igual manera, a los actos dictados

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después de concluido el juicio o en ejecución de sentencia, no puede
aplicárseles la regla de procedencia del juicio de amparo indirecto que
rige para actos dictados dentro del juicio, porque bastaría que se alegara
que tales actos causan una ejecución de imposible reparación para que el
juicio de amparo fuera procedente, pasando por alto que uno de los
motivos por los cuales el legislador instrumentó esas reglas, fue evitar el
abuso del juicio de garantías.

Novena Época, No. Registro: 184221, Instancia: Primera Sala, Jurisprudencia,


Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XVII, Junio de 2003,
Materia(s): Común, Tesis: 1a./J. 29/2003, Página: 11.

Así las cosas, del anterior criterio jurisprudencial, que es


obligatorio para este Tribunal Colegiado, en términos de lo dispuesto
en el artículo 192 de la Ley de Amparo, se advierte que la Primera Sala
de nuestro Máximo Tribunal, en principio destacó las diversas reglas
de procedencia del juicio de amparo indirecto que se desprenden de lo
establecido en los artículos 107, fracciones III, inciso b) y VII, de la
Constitución Federal y 114, fracciones III y IV, de la Ley de Amparo.

La tercera regla que es la específica para el caso que nos


ocupa, fue introducida por el legislador con el propósito de impedir
que el juicio de garantías sea utilizado para retardar o
entorpecer la ejecución de una sentencia definitiva con el
carácter de cosa juzgada, consistente en que el juicio de
amparo en la vía indirecta podrá promoverse contra actos
dictados por tribunales judiciales, administrativos o del trabajo
en ejecución de sentencia, sólo contra la última resolución
dictada en el procedimiento respectivo con la posibilidad de
reclamar en la misma demanda las demás violaciones cometidas
durante ese procedimiento, que hubieren dejado sin defensa al
quejoso.

En las reglas detalladas en aquélla jurisprudencia, la


Primera Sala de nuestro Máximo Tribunal, estableció que tienen
aplicación en diversas etapas del juicio natural, según la naturaleza y
finalidad de cada uno de los actos dictados durante su prosecución y
que cada una de ellas es aplicable a hipótesis diferentes, por lo que no
pueden adminicularse entre sí, pues se correría el grave riesgo de
desnaturalizar el juicio de garantías, por lo que concluyó, en lo que
aquí interesa, que a los actos dictados después de concluido el juicio o
en ejecución de sentencia, no puede aplicárseles la regla de

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procedencia del juicio de amparo indirecto que rige para actos
dictados dentro del juicio, porque bastaría que se alegara que tales
actos causan una ejecución de imposible reparación para que el juicio
de amparo fuera procedente, pasando por alto que uno de los motivos
por los cuales el legislador instrumentó esas reglas, fue evitar el
abuso del juicio de garantías.

En esa tesitura, es indudable que al acto reclamado por el


quejoso le son aplicables las mismas reglas para aquéllos dictados en
ejecución de sentencia, como lo establece la jurisprudencia de mérito,
en virtud de que el apercibimiento decretado no constituye la última
resolución.

Asimismo, al caso concreto, para reforzar y fundar mis


argumentos, en el sentido de que el amparo promovido por el quejoso
deviene improcedente, cobra aplicación la siguiente jurisprudencia:

MULTA. AMPARO IMPROCEDENTE CONTRA SU APERCIBIMIENTO E


IMPOSICIÓN SI ESTO SE PRODUCE EN EL PERIODO DE EJECUCIÓN
DE SENTENCIA. Cuando se reclama un auto que apercibe con multa o
que la hace efectiva, dictado en el procedimiento de ejecución de
sentencia, el amparo indirecto resulta improcedente, en términos del
artículo 114, fracción III, en relación con el artículo 73, fracción XVIII,
de la Ley de Amparo, porque es una medida de apremio que tiende a
vencer la contumacia del interesado , a materializar los efectos del
fallo o vencer su oposición frente a la ejecución, por lo que de
proceder el amparo se entorpecería la facultad del órgano
jurisdiccional de hacer cumplir sus determinaciones y
consecuentemente la administración de justicia. De ahí que todo
requerimiento judicial puede tener aparejado el apercibimiento de
imponer una medida de apremio y aplicar la multa, hasta que esté
cumplido el acto ordenado por el Juez, pues de otro modo quedaría
burlada la condena decretada en la sentencia definitiva.

Registro IUS: 169853, Localización: Novena Época, Tribunales Colegiados de


Circuito, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXVII, Abril de
2008, p. 2085, tesis I.3o.C. J/51, jurisprudencia, Civil.

C. CONCLUSIONES.- Con lo hasta aquí expuesto, ha


quedado en relieve que se actualizan las causales de improcedencia
previstas en el artículo 73, fracciones XIII y XVIII, con relación all
numeral 114 fracción III, de la Ley de Amparo. Consecuentemente, el
amparo y protección de la justicia de la Unión concedido al quejoso en
este juicio deviene incorrecto e ilegal, y por ende este Tribunal de
Alzada deberá revocarlo y en su lugar decretar el sobreseimiento.

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En merito de lo expuesto y fundado, a este Tribunal Federal
de Alzada, atentamente pido, se sirva:

PR I M E R O . - Se admita a trámite este recurso y se


sustancie conforme a derecho.

SEGUNDO.- En su oportunidad procesal, se revoque la


resolución impugnada, en los términos propuestos en este ocurso.

PR O T E S T O M I R E S P E T O

Tlaxcala de Xicohténcatl, a veinticuatro de julio del año dos mil nueve.

JUICIO DE AMPARO
NÚMERO: 386/2009-F

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CIUDADANO JUEZ SEGUNDO DE
DI S T R I T O E N E L E S T A D O

AZOL ROSSAINZZ ESTRADA , con la legitimación ad


procésum reconocida en autos. Respetuosamente comparezco para
manifestar que:

En virtud de estar inconforme con la sentencia definitiva


dictada el día nueve del presente mes por el Juez Noveno de Distrito
del Centro Auxiliar de la Segunda Región, con sede en San Andrés
Cholula, Puebla; en apoyo de este Juzgado Segundo de Distrito, y
notificada por listas el día quince del mismo mes, mediante la cual se
concedió el amparo de la justicia de la Unión al quejoso en este juicio
de garantías; de conformidad con lo establecido en los artículos 82, 83
fracción IV, 86, 88, 89 y demás relativos de la Ley de Amparo, me
permito interponer el correspondiente recurso de revisión, el que se
anexa a este escrito; solicitándole que previos los trámites iniciales
respectivos, se remita dicho recurso al Tribunal Colegiado del Vigésimo
Octavo Circuito, el que habrá de admitirlo y resolverlo conforme a
derecho.

Por lo expuesto y fundado, a usted ciudadano Juez,


atentamente pido, se sirva:

ÚNICO.- Acordar de conformidad lo solicitado, por ser


procedente en términos de ley.

PR O T E S T O A U S T E D M I R ES P E T O

Tlaxcala de Xicohténcatl, a veinticuatro de julio del año dos mil nueve.

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