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ü Según el artí culo 718 del Código Civil, la sucesión puede ser
aperturada también por la muerte civil, además, de la natural que
acabamos de mencionar anteriormente. Aunque la muerte civil, sólo
era tomada en cuenta con los condenados a cadena perpetua, pero
en República Dominicana no se toma en cuenta este ti po de muerte
porque hay pena máxima de 30 años.
Esta situación trae difi cultad porque hay veces que hay
´´comurientes´´ que son llamados respecti vamente a la sucesión uno
del otro y es importante fi jar la muerte de cada uno de ellos; para
esto el código civil ti ene disposiciones que predisponen la fecha de
acuerdo a rangos del orden de las pruebas como la edad, el sexo,
etc. Ahora, pasaremos a hablar sobre el lugar de la apertura de la
sucesión. Según, los hermanos Mazeaud, el lugar donde se abre la
sucesión son en el últi mo domicilio del “de cujus”.
Ausencia de indignidad
Para poder suceder, no es solamente necesario existi r como persona
o ser capaz, es decir que no es sufi ciente con tener la personalidad
en el momento en que se abre la sucesión, es necesario a la vez no
ser indigno.
Los hermanos Mazeud defi nen la indignidad como una situación
jurídica establecida por ley que entraña una pena, le priva al
heredero de recoger una sucesión determinada, la de una persona
respecto a la cual se ha mostrado indigno al tornarse culpable de
uno de los tres casos parti cularmente graves y que de modo
taxati vo enumera el Art.-727 del código civil 4 :
· Una condena por homicidio o tentati va de homicidio en la
persona del decujus.
· una acusación capital juzgada calumniosa y dirigida contra el
de cujus.
· La falta de denuncia de la muerte violenta del de cujus.
Indignidad en Rep. Dominicana
Nuestra legislación establece los distintos casos en que un heredero
será considerado indigno en el Art. 727 del Código civil, el cual
establece que:
4- Que es él cujus?
EL Art. 730 del mismo código establece que: ‘‘Los hijos del declarado indigno,
que tenga derecho a la sucesión directamente y no por representación, no
están excluidos por la falta cometida por su padre; pero éste, en ningún caso,
puede reclamar en los bienes de la misma sucesión, el usufructo que la ley
concede a los padres en los bienes de sus hijos. ’’9