“Ezequiel Zamora” Vicerrectorado de Planificación y Desarrollo Regional
Coordinación de Estudios Avanzados.
Ms. En Docencia Universitaria.
REFLEXIONES CRITICAS SOBRE LA DOCENCIA
UNIVERSITARIA EN LA ACTUALIDAD Y PROPUESTAS PARA MEJORAR O ENRIQUECER LA PRÁCTICA DE LA DOCENCIA
Participante:
Zaraiza Ríos.
C.I: V-18.146.171.
San Fernando, 31 de octubre de 2018.
REFLEXIONES CRITICAS SOBRE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA EN LA ACTUALIDAD Y PROPUESTAS PARA MEJORAR O ENRIQUECER LA PRÁCTICA DE LA DOCENCIA
Para discernir acerca de la docencia universitaria, debemos primero
establecer la resistencia al cambio latente que aun hoy día existe en las diversas instituciones de educación universitaria, sobre todo en los países de Latinoamérica y Venezuela, frente a la realidad de mantener aun una educación tradicional, que no cumple con los retos que asigna la nueva sociedad. Haciendo un recuento histórico cuando se habla de tradición, es un término que se refiere a una serie de constantes costumbres que se repiten a lo largo de los años, y que sin duda alguna se mantiene a través de las generaciones, como en el caso de la educación, originalmente data desde la edad antigua hasta nuestros días.
Esa educación tradicional se basaba en una serie de principios que
aseguraban la continuidad de las ideologías por la transmisión “acrítica” de contenidos, es decir, literalmente “sin sentido crítico”; esto implica que no critica ni juzga el valor de los hechos o acciones. En otras palabras señala una cualidad conformista, pasiva, sometida y blanda. En la enseñanza tradicional, se concebía a la educación como una transmisión de conocimientos acumulados a lo largo de varias generaciones que debían hacerse conocer a los nuevos integrantes de la sociedad, que los recibían como algo inalterable e indiscutible, lo que se conoce como una educación lineal.
El protagonista de la enseñanza era el maestro, limitándose el alumno a
atesorar ese legado cultural, donde por ejemplo los próceres se mostraban como semidioses carentes de defectos, alejados de lo mundano, y debían repetirse de memoria sus hazañas. No fue, sino hasta inicios del pensamiento democrático, surgido a partir de pensadores como Rousseau entre 1712-1778, que comienza a verse al aprendiz o estudiante, como un ser curioso, capaz de aprender de la naturaleza y en libertad, reconociendo su capacidad para aprender descubriendo por sí mismo.
Sin embargo, tuvieron que pasar básicamente un centenar de años para
que durante los años de 1896-1980 Piaget, pudiera avanzar sobre el desarrollo evolutivo de la mente humana, y David Ausubel desarrollará el aprendizaje significativo entre 1918-2008. Esta serie de aportes y descubrimientos, fue lo que contribuyó a quitar relevancia a la enseñanza tradicional para poner el eje y centro del proceso en el educando que ahora será el sujeto protagónico de su propio aprendizaje, con la posibilidad de cuestionar, debatir y argumentar, para formar ciudadanos que obedezcan las órdenes razonables y propugnen a través de medios democráticos tales como: diálogos, comunicación o recurrencia a la justicia, el cambio de normas y valores cuestionables.
Por lo anterior mencionado, la educación logro avanzar hacia un estudiante
ahora crítico, capaz de ser el protagonista de su formación propiamente dicha y de cuestionar la manera en la que desarrolla ciertas habilidades cognitivas, en el proceso de enseñanza-aprendizaje que lleva a cabo en los ambientes de clases, y sobre todo cuando nos referimos al contexto de las universidades: la universalidad del pensamiento.
No obstante, existe otro fenómeno de transformación de la sociedad, que
involucra directamente a la educación y también a la universitaria: las tecnologías de la comunicación e información, mejor conocidas como TICS. La tecnología de la educación es la suma total de las actividades que hacen que la persona modifique sus ambientes externos (materiales) o internos (de comportamiento). Una aplicación sistemática de los recursos del conocimiento científico del proceso que necesita cada individuo para adquirir y utilizar los conocimientos.
La estructura física de las instituciones educativas, desde el nivel de
preescolar hasta el nivel universitario y postuniversitario, por lo general están pensadas para que los docentes “dicten” la lección y el alumnado haga uso del material impreso. Sin embargo, lo que interesa es favorecer la integración de los recursos tecnológicos a las prácticas pedagógicas; por esta razón, el centro de preocupación debiera ser el análisis de los recursos disponibles en relación con la actividad del docente en la enseñanza. El uso de los recursos incorporados a las buenas prácticas de enseñanza, puede tener un buen potencial para mejorar la comprensión de conceptos; para desarrollar capacidades y habilidades.
Pese a estas afirmaciones, aún existe resistencia al cambio en el ámbito
educativo universitario para el uso de las tecnologías. La preocupación por la productividad y el sobrecoste que la introducción de nuevos elementos educativos pueda sobrellevar, lidera la lista de razones que se oponen al cambio.
Otras causas son también el nulo conocimiento en muchas ocasiones del
material tecnológico que debe adquirirse, de su coste y su capacidad de expansión y adaptación a nuevos usos de forma posterior. La combinación por tanto de resistencias personales e institucionales supone un freno para la innovación tecnológica en educación; pero, lo que nos interesa es ¿Cómo superar estas resistencias a la incorporación de recursos tecnológicos?
Se aliviará el estrés y la resistencia al cambio en el contexto universitario
sobre el aspecto tecnológico cuando una serie de estrategias sean utilizadas para facilitar la transición, tales como:
Mantener la discusión y las sugerencias.
Preguntar dudas entre los involucrados. Introducir nuevas tareas gradualmente. Trabajar en grupos con tareas asignadas y definidas. Mantenerse unidos y ayudarse los unos a los otros, es decir, aprendizaje colaborativo. Implementar estrategias de asesoramiento. Crear currículos flexibles, con directrices claras para el logro de los objetivos a través de las plataformas tecnológicas. Con respecto al aspecto sociocomuntario, las universidades aún siguen presentando una desvinculación de sus contenidos programáticos con la realidad latente, lo que conlleva a egresar profesionales cuyas habilidades y destrezas adquiridas, siguen dejando muchas expectativas no cubiertas para el logro y búsqueda de soluciones pertinentes a problemas actuales, lo que conlleva a proponer que los retos de la educación universitaria se convierten en ejes de innovación educativa, que involucre la sociedad, la academia y la acción comunitaria directa de los currículos, engranado a su vez con la investigación como epicentro del desarrollo del país.
Es necesario a su vez, contar con profesionales capacitados y motivados para
que sean capaces de asumir los retos de ser un docente universitario comprometido con su rol, que va más allá de los límites de ser un profesional con conocimientos actualizados y de vanguardia, propiciando el incentivo económico adecuado para contar con sistemas de salud apropiados, devengar salarios que permitan tener un poder adquisitivo y estabilidad económica, que en los últimos años ha caído de manera significativa. Propiciar de la misma manera espacios adecuados para el desenvolvimiento de las clases, en consonancia a una educación de calidad, integral y de primera, por lo que se hace necesario implementar estrategias para el mantenimiento de las diversas infraestructuras a través de planes de autogestión y desarrollo sustentable en la que a su vez las instituciones universitarias mantengan su autonomía.
Así mismo, se requiere de crear e incentivar una cultura universitaria en las
instituciones de tal manera que sean las casas de estudios, los generadores de conocimiento para buscar soluciones a las problemáticas que aquejan de manera local, regional nacional e internacional. Se debe eliminar una praxis docente unilateral, y activar la innovación e indagación a nivel científico dado que en los últimos años se ha reducido la cantidad de investigaciones en las distintas casas de estudios, por parte de los profesores.