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Libro Proyectar en Acero-1 PDF
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
PROYECTAR EN ACERO:
PRÁCTICA CHILENA
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Equipo Profesional:
Luis Leiva A. Ingeniero Civil, M.Sc.
Pablo Matthews Z. Ingeniero Civil, PhD(c).
Miguel Medalla R. Ingeniero Civil, M.Eng., PhD.(c)
Ramón Montecinos C. Ingeniero Civil
Marlena Murillo S. Ingeniero Civil, M.Eng.
Carlos Peña L. Ingeniero Civil, M.Eng., PhD.(c).
Verónica Reveco C. Ingeniero Civil en Metalurgia, M.Eng.
Rodrigo Silva M. Ingeniero Civil, PhD.
Cristian Urzúa A. Ingeniero Civil, M.Sc.
Nueva Tajamar 481, Torre Norte, oficina 803, Las Condes, Santiago
+56232626803
www.icha.cl
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Índice
Prólogo 9
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
4 Métodos de Diseño 47
4.1 Introducción 49
4.2. Rol de los códigos de diseño 50
4.3. Estados límites 52
4.4. Método LRFD 53
4.5. Método ASD 57
4.6. Relación ASD – LRFD 58
4.7 Referencias 59
6 Criterios de Estructuración 77
6.1. El origen del ingeniero estructural 79
6.2. Importancia de la configuración estructural 80
6.3. Requisitos de Estructuración 82
6.4. Irregularidades estructurales indeseables 86
6.4.1 Irregularidades estructurales horizontales 87
6.4.2 Irregularidades estructurales verticales 89
6.5. Ventajas y limitaciones de los sistemas estructurales básicos 90
6.5.1 Marcos rígidos 90
6.5.2 Marcos arriostrados 91
6.5.3 Sistemas mixtos 92
6.6 Referencias 93
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Prólogo
Desde el comienzo del trabajo de redacción del libro “Proyectar en Acero: Práctica
Chilena” del Instituto Chileno del Acero - ICHA, se estableció un marco que sirviera de
guía para unificar los trabajos de los diferentes autores, resumiendo las discusiones previas
y sintetizando el espíritu buscado para el texto.
En primer lugar, es bueno recordar que desde el inicio la visión de todos los integrantes
del comité técnico de ICHA fue la misma: es necesario para la ingeniería nacional contar
con un libro de diseño de proyectos incorporando nuestra experiencia, ya que existen
numerosos y excelentes libros de cálculo de estructuras de acero.
Esto nos lleva a una primera reflexión, diferenciar “diseño” de “cálculo”, ya que en general
los libros de texto de acero tienden a incorporar en su título el de “diseño”, pero su real
contenido es el estudio del comportamiento y del cálculo de las secciones de acero, esto
es, la aplicación de los métodos de la mecánica de los materiales para establecer la bondad
de las secciones y verificar su resistencia a ciertos esfuerzos, estimar las deformaciones, etc.
En ese contexto y recordando al gran ingeniero español Eduardo Torroja, los libros
disponibles enseñan a calcular las secciones de las vigas mientras que el diseño se enfoca
en la necesidad de que la estructura tenga vigas o no.
Pero esa forma estructural que el diseño proyectó, fue resultado de un proceso de
invención, intuición y experiencia. Poco cálculo.
Diseñar y especialmente, enseñar a diseñar, es un desafío para el que las guías son inciertas
y cada cosa que se dice lleva aparejado un “si, pero...”.
Inevitablemente el aprendizaje del diseño pasa por la propia experiencia y es esta la única
verdad que podemos asegurar.
Por ello, el libro “Proyectar en Acero: Práctica Chilena” que se ofrece a la comunidad es
en esencia una muestra de nuestra experiencia como grupo de trabajo que sintetiza la
práctica chilena en el diseño de proyectos de estructuras de acero de los últimos 50 años,
con todas las singularidades y los “si pero...“ que sea del caso.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
En el mundo del diseño casi todo es algo relativo, un poco arbitrario, discutible y casi
siempre provisorio.
Este libro ha sido preparado con cuidado por un equipo experimentado y competente,
que ha participado en la mayor parte de los grandes proyectos ejecutados en nuestro país
y que desea compartir su visión y experiencia (siempre parcial, siempre provisoria) con el
resto de la comunidad, especialmente los jóvenes que inician su vida profesional y a los
que damos el único consejo que podemos: estudie, reflexione y tenga una visión alerta y
crítica.
Ramón Montecinos C.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Verónica Reveco C.
Ingeniero Civil en Metalurgia, M.Eng.
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1.1 Acero
El acero es una aleación de base Hierro (Fe) y Carbono (C), hasta un máximo de 2%
principalmente, y otros elementos tales como Manganeso (Mn) en un rango de 0,4-1,5% y
Silicio, empleado como desoxidante en la obtención del acero, en un rango de 0,2 a 0,8%.
Además, el acero presenta elementos considerados como impurezas, tales como Azufre (S)
y Fósforo (P).
La amplia utilización del acero en las obras de ingeniería se debe a que es posible lograr
una amplia gama de propiedades mecánicas (desde materiales muy dúctiles y de baja
resistencia hasta aleaciones de ultra - alta resistencia mecánica), con pequeñas variaciones
en su composición (% de carbono y cantidad de elementos aleantes) y proceso de
manufactura empleado (proceso de producción y/o tratamiento térmico).
Lo que hace que las aleaciones fierro – carbono sean materiales tan versátiles es que el
hierro puro presenta transformaciones alotrópicas, lo que significa que puede tener más
de una estructura cristalina, y el carbono forma una solución sólida intersticial con el hierro,
debido a su diferencia de radio atómico. Esto produce una serie de posibilidades de
transformaciones, cada una con sus microestructuras típicas, resultando en una diversidad
de propiedades. Debido a esto se puede encontrar en el mundo diferentes grados y
calidades de acero.
Los aceros son los materiales que tienen el mayor número de aplicaciones industriales y su
consumo se relaciona proporcionalmente con el nivel de desarrollo de los países. Esto se
debe a su presencia en diferentes campos de aplicación, como la construcción, transporte,
minería e infraestructura en general.
Los aceros se pueden clasificar según el nivel de contenido de carbono, en aceros bajo
carbono (<0,30%), medio carbono (0,30-0,55%C) y aceros altos en carbono cuando el
contenido supera el 0,6% C en peso.
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1.2.1 Clasificación
La forma inicial es AZZZES o MZZZES y se le agregarán las otras letras (P, N, RH, RP, T y O),
cuando el uso que se le dará al acero lo requiera y cumpla con las condiciones que se
especifica para cada letra. Estas tienen el significado que se detalla en Tabla 1.1.
Los dos primeros símbolos (A o M), son excluyentes entre sí y definen el tipo de acero
especificado. Los símbolos RH o RP también son excluyentes entre sí.
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Los aceros deben resistir un doblado en 180o sin que se observen grietas en la zona
sometida a esfuerzo de tracción, con excepción de los bordes cortados en ángulo recto y
sin redondear, los que pueden contener pequeñas fisuras de largo no mayor que 6 mm.
Este ensayo se debe efectuar según NCh201 en probetas transversales al sentido del
proceso de laminación principal y alrededor de un mandril, cuyo diámetro se indica en
Tabla 1.3.
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Además, los aceros deben cumplir con los límites de composición química para análisis de
vaciado o análisis de comprobación según se indica en Tabla 1.4.
Los aceros A345ES, que contienen elementos de microaleación como Nb, V, N u otros
pasan a denominarse M345ES y pueden tener una o más de las siguientes condiciones de
elementos microaleantes:
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- Nb 0,005 a 0,05 (0,004 a 0,06) + V 0,01 a 0,15 con (Nb + V) = 0,02 a 0,15
(0,01/0,16),%.
- V 0,01 a 0,15 + N 0,015 máx., con V 4 veces el N como mínimo, %.
- Ti 0,006 a 0,04 + N 0,003 a 0,015 + V 0,06 máx., %.
Un acero microaleado tipo M345ES con resistencia a la corrosión mejorada puede contener
el elemento Si hasta 0,70% máx. y debe contener ciertos porcentajes de algunos de los
elementos Cr, Ni, Mo, Cu, V, etc., para asegurar esta condición, debiendo cumplir con un
índice de corrosión mayor que 6.
1.2.5 Soldabilidad
Los aceros estructurales tienen como característica ser aceros de soldabilidad garantizada,
esto quiere decir que son aceros que, sin ser sometidos a ningún tratamiento especial,
pueden ser soldados a la intemperie en las condiciones de una obra o en un taller, dando
garantías de seguridad de la unión bajo las cargas de servicio prefijadas. Para el alcance
de la norma NCh203, se entiende que la soldabilidad se refiere a la aplicación de soldadura
eléctrica por arco protegido, efectuada por operadores, soldadores y procedimientos
calificados de soldadura de acuerdo con las normas correspondientes.
En general, estos aceros se sueldan mediante el código AWS D1.1 “Structural Welding
Code”, el que considera las uniones estructurales precalificadas y todas las condiciones
que se deben tener presente para un buen resultado.
Como criterio preliminar se utiliza el carbono equivalente que está dado por una formula
empírica basada en el cumplimiento de los límites de composición química que indica la
norma para el producto y determinado con los valores obtenidos durante el análisis de
vaciado o análisis de comprobación.
En la Tabla 1.5 se observa el carbono equivalente máximo para los distintos grados de
acero presentes en la norma NCh203.
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Además, de los aceros especificados en NCh203, es posible usar aceros ASTM, según lo
establecido en norma NCh2369 y que se detalla en la Tabla 1.6:
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a. La relación entre la tensión de fluencia y la tensión máxima debe ser menor o igual
a 0,85 (fy/fu≤0,85)
b. La tensión de fluencia debe ser menor a 450 MPa, excepto para los aceros con
tensión de fluencia menor a 250 MPa, donde la tensión de fluencia tiene por cota
superior 350 MPa.
c. Para el caso de piezas de espesor mayor o igual a 38 mm*, deben tener una
tenacidad mínima de 27 J a 20°C ± 3°C medida mediante el ensayo de impacto
con entalle en V, según NCh926. Las probetas de ensayo se deben extraer con su
eje longitudinal paralelo a la dirección de laminación o paralelo al eje mayor de la
plancha.
Los aceros estructurales para construcciones sometidas a cargas de origen dinámico, con
tensión de fluencia mayor a 345MPa y superiores deben ser calmados (desoxidados) de
grano fino austenítico (tipo de microestructura del acero) no inferior que No5.
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Pablo Matthews Z.
Ingeniero Civil Estructural, PhD.(c)
Marlena Murillo S.
Ingeniero Civil Estructural, M.Eng.
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La maleabilidad del acero como material permite generar múltiples formas, abiertas y
cerradas, mediante diversos métodos y técnicas, como lo es la laminación en caliente, la
soldadura, el plegado, el conformado en frío y otros. De ese modo, hay muchas opciones
tradicionales a considerar al momento de definir un elemento estructural. Además, es
posible generar tantas como la imaginación y las técnicas modernas lo permitan.
En Chile, actualmente se produce localmente solo perfiles laminados tipo “L” para uso
estructural, aunque también se puede encontrar barras de sección cuadrada y circular,
fabricadas bajo norma NCh203. En general, los perfiles laminados que se comercializan y
utilizan son importados y se fabrican bajo dos estándares: americano (ASTM A6) y europeo
(EN 10025). Se debe notar que estos estándares describen propiedades más allá de las
características de resistencia mecánica, incluyendo tolerancias de fabricación (dimensiones,
espesores). En la Tabla 2.1. se muestran las dimensiones y grados de perfiles laminados
más comunes en Chile.
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Otro punto para tener en cuenta es que el origen del estándar de fabricación (norma) no
es lo mismo que el origen o procedencia del material mismo. Muchos países con industria
metalúrgica desarrollada (China, India, Corea del Sur, Ucrania, Brasil, por ejemplo), buscan
abrir sus mercados fabricando bajo las especificaciones americanas o europeas, aun
cuando cuentan con sus propias normas.
Los perfiles americanos utilizan una denominación que combina la altura y el peso (por
ejemplo, W8x31 indica un perfil H de altura aproximada de 8 pulgadas y un peso de
31lb/pie). Por otro lado, los perfiles europeos sólo utilizan la altura, pero cuentan con
diferentes series de peso.
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En general la denominación de perfiles soldados se refiere a perfiles tipo “H” o “doble T”,
que se asemejan en forma, dimensiones y espesores a los perfiles laminados
correspondientes. Sin embargo, en la práctica es posible combinar dos o más secciones
cualesquiera, ya sea placas o perfiles, soldándolas ente sí para obtener un nuevo perfil que
sea adecuado a los requerimientos del diseñador.
Para los perfiles nacionales H, también se debe hacer una distinción, ya que el Manual
ICHA del año 1971 entrega dos series de perfiles en forma de H: la serie IN y HN. La
primera se compone de perfiles que se utilizan comúnmente como vigas y la segunda por
perfiles que se utilizan como columnas. En los perfiles HN, para alturas menores a 500 mm,
el ancho de ala es igual a la altura del perfil.
El proceso más común para unir las placas es el arco sumergido, recomendado en la
práctica para espesores de 5 mm o superiores como se observa en la Figura 2.3. Espesores
más bajos se pueden soldar mediante procesos que eviten una deformación excesiva
producto de los efectos térmicos. En teoría, no hay límite para el espesor máximo de placa
a unir, salvo que se debe seguir las recomendaciones de precalentado, preparación de la
junta y del proceso de soldadura apropiado.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Cabe mencionar que los perfiles soldados en forma de H se han ido optimizando, lo que
ha generado una industria de perfiles “alveolares”, los que son más livianos al considerar
que tienen zonas huecas. Las más comunes son las formas circulares y hexagonales. Estos
perfiles se obtienen cortando un perfil H, y soldando las dos partes con un desplazamiento
o paso entre ellas, como se muestra en la Figura 2.4.
Otra manera de obtener una gran diversidad de secciones es mediante el plegado en frío
de planchas de acero. Si bien el espesor máximo a doblar depende de la capacidad de
presión de la plegadora y de la ductilidad del acero, la mayoría de los perfiles comerciales
se encuentran hasta en 6mm. de espesor.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Figura 2.6: Detalle plegado en máquina plegadora (Fuente: Internet Mecanizado Sinc)
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Los espesores mínimos para estos perfiles van desde 0.4 mm. (0.5 mm. si es acero
galvanizado liviano) hasta 6.4 mm. Los largos fluctúan habitualmente entre 6 y 12 m como
máximo. Este límite superior está condicionado sólo por condiciones de transporte, pues
podrían ser de mayores longitudes. Las empresas suelen suministrar el largo exacto según
la cantidad solicitada. En la Tabla 2.2 se presentan las dimensiones de algunos perfiles
conformados en frío más comunes en Chile.
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Figura 2.8: Secciones de perfiles conformados en frío más utilizados (Fuente: Figura 1.2
Cold-Formed Steel Design Wei-Wen Yu)
Tabla 2.2: Dimensiones de algunos perfiles conformados en frío más comunes en Chile
(en acero negro).
Además de los perfiles mencionados con anterioridad, existen las placas atiesadas, que se
ocupan tanto para techumbre o revestimiento, como para la construcción de sistemas de
losa de hormigón con placa colaborante.
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Figura 2.9: Placa (deck) para techumbre y como losa colaborante (Fuente: Internet Cintac)
Para producir perfiles cerrados fabricados con soldadura por resistencia eléctrica, en los
últimos pasos de la conformadora, después de haber tomado forma el perfil, se realiza la
fusión de los cantos en contacto mediante corriente eléctrica de alta frecuencia. Para efecto
de terminación, se retiran los excedentes de soldadura, quedando todas las caras iguales,
sin ningún tipo de protuberancia producto de este trabajo. Cuando la sección es
rectangular o cuadrada, siguen pasos con rodillos deformadores hasta llegar a dar la forma
deseada al perfil.
Si bien los perfiles pueden ser ocupados en múltiples formas, algunas geometrías suelen
usarse preferentemente para ciertas funciones estructurales donde se desempeñan más
eficientemente, como, por ejemplo:
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2.8. Referencias
4. ASTM A6 / A6M – 17a, “Standard Specification for General Requirements for Rolled
Structural Steel Bars, Plates, Shapes, and Sheet Piling”.
6. ASTM A500 / A500M – 13, “Standard Specification for Cold-Formed Welded and
Seamless Carbon Steel Structural Tubing in Rounds and Shapes”.
7. AISI S100-16, “Standard North American Specification for the Design of Cold Formed
Steel Structural Members”, American Iron and Steel Institute.
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Luis Leiva A.
Ingeniero Civil Estructural, MSc-
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3.1 Introducción
El diseño de las estructuras de acero se basa en el principio que, al aplicar todas las
combinaciones de carga apropiadas, no se debe sobrepasar ningún estado limite, ya sea
de resistencia o de servicio. La condición básica de diseño por resistencia de elementos
estructurales queda definida por la siguiente desigualdad, la cual representa un estado
límite de resistencia:
Desde el punto de vista de la forma de fabricación de los perfiles de acero, estos pueden
ser:
- Laminados en caliente
- Soldados
- Conformados en frío
Si bien hay aspectos comunes para todas las secciones de acero, se presentan diferencias
entre los perfiles laminados y soldados con respecto a los perfiles conformados en frío en
relación a:
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Estas diferencias llevan a la necesidad de contar con normas diferentes que cubran
adecuadamente el comportamiento estructural de los distintos perfiles de acero.
b. NCh427 – Parte 2: Normativa que cubre el diseño de los perfiles conformados en frío.
NCh427/2 (i).
Si bien ambas partes de la norma se organizan según lo señalado, existe una excepción: la
norma NCh427 – Parte 1 incluye un tipo de perfil conformado en frío, los perfiles cerrados
de sección cuadrada y rectangular. La norma NCh427 – Parte 2 se aplica a perfiles
conformados en frío de hasta 25 mm de espesor.
La norma NCh427 Parte 2 (perfiles conformados en frío) se define a partir de una traducción
y adecuación de la norma AISI S100-12 North American Specification for the Design of
Cold Formed Steel Structural Members.
En ambas normas se han incorporado adecuaciones que se han estimado necesarias para
su aplicación en el país.
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Ra ≤ Rn / Ω
Donde,
Ra es la resistencia requerida de acuerdo a las combinaciones de carga ASD Rn es la
resistencia nominal.
Ω es el factor de seguridad.
El cociente Rn / Ω se denomina resistencia admisible de diseño
Ru ≤ ø Rn
Donde,
Ru es la resistencia requerida de acuerdo a las combinaciones de carga LRFD Rn es la
resistencia nominal
ø es el factor de reducción de la resistencia
El producto øRn se denomina resistencia de diseño.
El factor común para ambos métodos es la resistencia nominal, Rn.
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Durante la fabricación de los perfiles conformados en frío, en las zonas de los pliegues
entre alas y almas el acero sufre grandes elongaciones, quedando con deformaciones
permanentes, como se muestra en la Figura 3.1. En esas zonas, la curva de trabajo del
acero se modifica alcanzando tensiones de fluencia mayores. Debido a esto, en el diseño
de elementos en tracción y flexión, la norma permite considerar una tensión de fluencia
promedio que resulta mayor que la tensión de fluencia nominal.
El factor Q está compuesto por el producto de los factores Qs y Qa. El factor Qs se obtiene
del análisis de los elementos no atiesados. El factor Qa se obtiene del análisis de los
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elementos atiesados. El factor Qa se obtiene a partir del cociente entre un área efectiva y
el área total del elemento. Para esto se define un “ancho efectivo”, el cual corresponde a
la zona que permanece resistiendo una vez que la zona central del elemento atiesado ha
sufrido pandeo local.
Figura 3.2: Perfil canal. (a) Área efectiva para perfil en compresión. (b) Área efectiva
para el cálculo del módulo resistente del perfil en flexión. (Se descuentan las zonas
achuradas).
(a) (b)
Tipos de pandeo
Para los perfiles laminados y soldados en compresión, la norma considera tanto el pandeo
general de los miembros como el pandeo local de los elementos.
Al tratar tanto el diseño a compresión como el diseño a flexión de los perfiles conformados
en frío, la norma incorpora además el análisis de un tipo de pandeo propio de los perfiles
abiertos de pared delgada: el pandeo distorsional. Este pandeo consiste en la distorsión
que sufre una sección al producirse el pandeo, como se muestra en la Figura 3.3. Los
elementos se abren al pandearse perdiéndose por ejemplo la ortogonalidad entre el ala y
el alma de un perfil.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
a) b)
Diseño de conexiones
Además de los diseños de miembros de acero para las distintas solicitaciones, la norma
incluye otros temas, entre ellos los siguientes:
Parte 1
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Parte 2
El diseño de diafragmas de piso, techo y muro conformados por placas y perfiles se incluye
en el capítulo D.
Los requisitos definidos por estas cuatro normas prevalecen por sobre lo establecido en la
norma NCh427.
Las normas NCh433 y NCh2369 han sido desarrolladas en Chile y no se basan en alguna
norma extranjera especifica. Sus disposiciones corresponden a la combinación de la
experiencia de la ingeniería chilena junto con el estudio de diversas normativas de otros
países.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Las normas NCh2745 y NCh3411 constituyen una adaptación de los requisitos contenidos
en la norma norteamericana ASCE 7.
Los contenidos de las normas NCh433 y NCh2369 se pueden complementar con las
disposiciones de la norma norteamericana AISC 341 Seismic Provisions for Structural Steel
Buildings dependiendo del tipo de sistema sismorresistente que se analice.
Cabe señalar que el sistema disipador BRBF debe ser diseñado y aprobado adicionalmente
de acuerdo a las disposiciones de la norma NCh3411.
Por otra parte, para estimar la capacidad real de los elementos en el diseño, la nueva
versión de la norma NCh2369 incluye el concepto de capacidad esperada de los elementos
estructurales. La capacidad esperada de los elementos se calcula considerando la tensión
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
de fluencia esperada, RyFy, en lugar del valor nominal. El factor Ry da cuenta del hecho que
la tensión de fluencia real es mayor que la tensión de fluencia nominal. La tensión de
fluencia nominal corresponde en realidad un valor de resistencia mínimo garantizado.
Para obtener el valor del factor Ry, la norma NCh2369 dirige a la norma AISC 341, Tabla
A3.1 . A modo de ejemplo, para un perfil laminado de acero A36, los factores son Ry = 1.5
y Rt = 1.2.
En los casos que se requiera evaluar un diseño a la rotura, la tensión última esperada es
RtFu.
Diseño de conexiones
Por otra parte, la resistencia requerida no debe ser menor que la mitad de la capacidad
esperada del elemento.
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En este capítulo se ha reseñado la normativa actual existente. Sin embargo, hay nuevas
versiones de la normas actualmente en proceso.
Las normas NCh433 y NCh2369 relativas al diseño sísmico de estructuras están en proceso
de actualización.
3.6. Referencias
5. AISI S100-16 – North American Specification for the Design of Cold-Formed Steel
Structural Members.
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13. Norma NCh3411 - Diseño Sísmico de Edificios con Sistemas Pasivos de Disipación
de Energía.
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Ingeniero Civil Estructural, M.Eng., PhD.(c)
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4.1. Introducción
En este sentido, se debe hacer notar que los países que presentan un fuerte desarrollo
normativo (diseño, construcción e inspección técnica) establecen índices de colapso o falla
estructural bastante menores que los presentes en países normativamente menos
rigurosos.
Aún está latente la idea de que los estándares impiden al ingeniero proponer ideas
originales. Si bien en cierta medida esto puede ser una realidad, los beneficios asociados
a la estandarización suelen ser inmensamente superiores a esta pérdida de “talento
ingenieril”. Continuamente se alaba, y con razón, a los antiguos ingenieros que diseñaron
y construyeron con escasas especificaciones grandes obras que aún perduran, por nombrar
algunas: las antiguas pirámides (Egipto, Centroamérica, etc.), los grandes puentes
romanos, etc. Ahora bien, ¿cuántos proyectos de los diseñados sin un control o
estandarización adecuada perduraron en el tiempo?, ¿cuántos de estos incorporaron
variables como los costos de materiales, mano de obra o incluso de vidas humanas?
(McCormarc, Csernak, 2012).
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
(LRFD: Load and Resistance Factor Design) y el método Diseño por Resistencia Admisible
(ASD: Allowable Strength Design). Como se podrá observar, ambos métodos se basan en
los mismos principios de análisis estructural y definición de estados límites, y sus diferencias
en general están más asociadas a razones de índole práctico.
Sin desmedro de lo antes indicado, es fundamental entender que sin importar cuántos
códigos, normas o especificaciones de diseño existan, estos tienen un campo de aplicación
acotado y. por tanto, debemos entenderlos como el mínimo nivel de seguridad que las
edificaciones deben poseer. Es responsabilidad del ingeniero estructural por tanto evaluar
caso a caso, y bajo su criterio, todos los requisitos adicionales que deben ser considerados
para lograr los objetivos de seguridad adecuados que cada sistema requiere, luego “el
talento ingenieril” sigue presente en cada nuevo proyecto que se emprende.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Figura 4.1. Rol central del código de diseño en el proceso constructivo (Adaptada de
Nowak, A y Collins K, 2012)
Diseñador
Constructor
En esta misma dirección, y entendiendo que las fallas estructurales son sin duda eventos
no deseados, encontraremos que los códigos de diseño, para evitarlas, tenderán a
sobreestimar las cargas esperadas y a subestimar su homólogo en términos de resistencias
para obtener factores de seguridad adecuados.
Ahora bien, ¿qué entendemos como factor de seguridad admisible o adecuado? ¿Cómo
podemos definir este factor? En general, esta definición ha sido establecida por la sociedad
en términos del valor que le asigna a la vida humana, a la pérdida de materiales, a la
interrupción de los procesos productivos, etc. Se desprende, por tanto, que la definición
de un factor de seguridad admisible ha evolucionado a través de los años. En sus orígenes
la definición de una estructura segura se relacionaba sólo con que la estructura no
colapsara en un determinado periodo de tiempo. El constructor era responsable absoluto
de que las estructuras no fallaran en dicha ventana temporal. Es así que el código de diseño
más antiguo conservado, que corresponde al código Hammurabi de la antigua Babilonia
(2.200 AC), presentaba entre otras, definiciones conceptuales como las siguientes:
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Los estados límites son definidos por los especialistas o la autoridad como las condiciones
que debe verificar un sistema o elemento estructural para dar cumplimiento a la función
proyectada. En este sentido podemos clasificar a los estados límites en dos grandes
grupos: los de resistencia y los de servicio.
Los estados límites de resistencia son los que definen la estabilidad contra fallas locales o
globales que pueden ocurrir durante la vida útil proyectada de la estructura. Se incluyen
dentro de esta categoría la fluencia excesiva, la fractura, el pandeo, la fatiga, etc. Algunos
ejemplos asociados al estado límite de resistencia se muestran en la figura 4.2.
A su vez, los estados límites de servicio están orientados al confort y operatividad de los
sistemas estructurales. Se encuentran dentro de esta categoría las deformaciones
excesivas, el agrietamiento, la amplitud de vibraciones, etc. Como un ejemplo de control
de estados límites de servicio, el gráfico de la Figura 4.3 muestra las aceleraciones
vibratorias máximas recomendadas para un adecuado confort en distintas estructuras
donde se desarrollen actividades humanas (AISC, 2003). A diferencia de los estados límites
de resistencia, que están bastante normados, los estados límites de servicio son
establecidos muchas veces en base al criterio y juicio del diseñador considerando los
objetivos específicos de cada proyecto en particular.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Desde hace 30 años, el método general de diseño por estados límites, ha sido aceptado
ampliamente como el método para el dimensionamiento de elementos estructurales.
Desarrollado y dirigido originalmente por T.V. Galambos, el método de Diseño con
Factores de Carga y Resistencia LRFD (por su nombre en inglés Load and Resistance Factor
Design) es un método basado en definiciones probabilísticas de la seguridad estructural
y/o del riesgo. A diferencia de sus predecesores, el método LRFD define explícitamente a
las cargas Q y resistencias R como variables aleatorias estadísticamente independientes
entre sí, permitiendo de esta forma, tal como se observa en la Figura 4.4, establecer
racionalmente cuán probable es sobrepasar cierto nivel de carga (cambio de uso,
deficiencias constructivas, simplificaciones de diseño, etc.), o en la otra dirección cuán
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Cuan probable sea la falla dependerá por tanto de qué tan grande sea el área achurada.
Esta a su vez dependerá, entre otros, de la intersección de las distribuciones probabilísticas
de carga y resistencia. Dicha intersección se define por la relación entre los parámetros 𝛾 y
∅ que acompañan a las cargas 𝑄𝑐 y a las resistencias 𝑅𝑐 respectivamente.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Frecuencia
l n( 𝑅' ⁄𝑄' )
𝛽=
𝑉,- + 𝑉/-
Falla
Falla
(4-2)
∑𝛾𝑖𝑄𝑖 ≤𝜙𝑅𝑛
La Ecuación (4-2) establece que los efectos obtenidos por la combinación de los estados
de carga mayorados por sus correspondientes factores γ deberán ser menores, o iguales,
a las resistencias minoradas por sus correspondientes factores 𝜙. Algunos índices de
confiabilidad considerados en la formulación original del método LRFD se presentan a
continuación:
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Finalmente, es posible apreciar que el método LRFD permite a los ingenieros estructurales
considerar cargas, resistencia o situaciones que estén fuera del marco estándar o normativo
sin alterar el nivel de riesgo estándar de los diseños. Recomendaciones respecto de valores
objetivos para el índice de confiabilidad, así como también respecto del procedimiento de
cálculo puede observarse en la sección de comentarios (ASCE, 2010).
Denominado originalmente como Diseño por Tensiones Admisibles ASD (por su nombre
en inglés Allowable Stress Design), este método se rige por la Ecuación (4-3) que establece
que un determinado patrón o combinación de cargas no puede superar un cierto nivel
tensional dividido por su correspondiente factor de seguridad Ω
(4-3)
𝑹𝒏
∑𝑄𝑖 ≤
𝛀
Si bien los factores de seguridad originales fueron utilizados sin mayores modificaciones
por aproximadamente 75 años, estos provenían del juicio y experiencia de diversos
especialistas, obteniendo en general buenos resultados con estructuras que demostraron
comportamientos adecuados. Ahora bien, el nivel de riesgo asociado a la diversidad de
cargas, tipos de falla e incertidumbre de cada una de ellas no era cuantificada en términos
formales. Algunos análisis desarrollados por Galambos y otros (1982) mostraron que la
variación del índice de confiabilidad 𝛽 era notablemente mayor en el método ASD que en
el método LRFD, esto influenciado principalmente por la inexistencia de factores de
amplificación definidos para cada tipo de carga.
Conceptualmente usado durante los últimos 100 a 110 años aproximadamente, este
método evolucionó, y el año 2005 fue definido por la especificación AISC como un método
alternativo al método LRFD, pero esta vez modificando su nombre a Diseño por Resistencia
Admisible y por tanto manteniendo su sigla ASD (Allowable Strength Design). Esta nueva
era del método ASD, que responde principalmente a la presión de la práctica ingenieril
acostumbrada a utilizar este método de diseño, reconoce que el diseño, al igual que el
método LRFD, debe estar basado en estados límites, considerando por tanto las mismas
definiciones para la estimación de las resistencias nominales que el método LRFD.
Las distintas combinaciones de cargas para este método pueden observarse en el capítulo
6 del presente documento.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Para lograr diseños que presenten los mismos niveles de confiabilidad y seguridad
descritos por el método LRFD, y considerando que las resistencias nominales son
equivalentes para ambos métodos, el método ASD relacionó a los factores de minoración
de resistencia 𝜙 con los factores de seguridad Ω. Esta relación adoptó la calibración original
del método LRFD al método ASD 1978 considerando nuevamente la razón L = 3D junto
con la combinación estándar de cargas muertas D y cargas vivas L. Se tiene por tanto la
siguiente relación para 𝜙 y Ω:
𝜙𝑅𝑛 =1.2𝐷 1.6𝐿(𝐿𝑅𝐹𝐷)| 𝑅𝑛 Ω=𝐷 𝐿 (𝐴𝑆𝐷) 𝜙𝑅𝑛 =1.2𝐷 1.6∙3𝐷(𝐿𝑅𝐹𝐷)| 𝑅𝑛 Ω=𝐷 3𝐷 (𝐴𝑆𝐷) 𝑅𝑛
=6𝐷 =4𝐷∙Ω 𝜙
𝜙
Ω = 1.5
6𝐷
𝑅: = = 4𝐷 ∙ Ω
𝜙
1.5
Ω =
𝜙 (4-3)
La Ecuación (4-3) define la relación entre los factores 𝜙 y Ω que son considerados por la
especificación (salgo algunas excepciones de calibración). Conforme a aquello podemos
encontrar que los típicos factores de minoración 𝜙 = 0.90 y 0.75 (falla dúctil y frágil
respectivamente) están relacionados con los factores de seguridad Ω = 1.67 y 2.00
respectivamente. No obstante, el método ASD presentará algunas diferencias respecto al
método LRFD para relaciones de carga L/D distintas a 3. La Tabla 4.2 presenta un listado
con factores de minoración 𝜙 y factores de seguridad Ω para distintos estados límites a
verificar en elementos prismáticos.
En resumen, el presente capítulo permite establecer que el método LRFD presenta una
formulación racional probabilística adaptable a nuevos estados de carga y a distintos
materiales, y de la misma forma es flexible para poder controlar los distintos niveles de
riesgo a considerar en el diseño. Por otro lado, el método ASD no tan robusto en términos
teóricos, aunque es un método que ha demostrado buenos resultados y por tanto aún es
considerado por los ingenieros estructurales. Sin embargo, a medida que avanzan los
tiempos este método ha comenzado a quedar atrás para el cálculo de las resistencias
nominales.
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4.7. Referencias
2. AISC, 2003, “Floor Vibrations Due to Human Activity -11 Steel Design Guide
Series”. American Institute of Steel Construction, Inc., Chicago, IL.
3. ASCE, 2010, "Minimum Design Loads for Buildings and Other Structures",
ASCE/SEI 7-10, American Society of Civil Engineers, Reston, Virginia.
5. Galambos T.V, 1972, “Load Factor Design of Steel Buildings”, Engineering Journal,
AISC, 9, 3, 108-113.
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7. McCormac, J., Csernak, S., “Structural Steel Design”, Pearson Education 5ta
Edición.
8. Naeim, F., 2001, “Seismic Design Handbook, Chapter 9. Seismic Design of Steel
Structures” Kluwer Academics Publisher, USA.
10. Nowak, A. Collins, K., 2012, “Reliability of Structures”, CRC Press Taylor & Francis
Group, Abingdon, Reino Unido.
11. Salmon, C. G. y Jhonston, B. G., 2008, “Steel Structures, Design and Behavior”,
Harper Collins Publishers, 5ta Edición.
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Ramón Montecinos C.
Ingeniero Civil Estructural
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Probablemente el mejor nombre para designar las acciones que la naturaleza o el uso
imponen a una estructura, sería justamente ese: “acciones”, sin embargo, lo frecuente es
denominarlas “cargas” en una referencia a la solicitación histórica original: la carga o peso
que una estructura recibe.
Con esa salvedad, que no es irrelevante pues alerta al error frecuente identificar las cargas
únicamente con fuerzas que recibe la estructura ignorando otras acciones de diferente
naturaleza, seguiremos el uso y nos referiremos a “cargas” en el sentido más amplio que
le corresponda.
Para establecer las cargas, el diseñador debe comenzar por entender la naturaleza de cada
acción, recordando que siempre es preciso idealizar para comprender: ¿Se trata de una
fuerza concentrada como la descarga de la rueda de un vehículo sobre una losa? ¿Es una
presión como la que ejerce el viento? ¿Una aceleración en la base como la que impone un
sismo? ¿Una dilatación como la que genera un incremento de temperatura?.
Una vez comprendida la acción, podemos cuantificar y para ello se cuenta con normas para
las cargas más comunes, literatura técnica para casos especiales y necesidad de pensar
para los casos únicos. Pero todo comienza con la comprensión.
Rara vez el conjunto de cargas se reduce a una única carga. Por el contrario, lo usual es
que exista un número variable de cargas actuando sobre la estructura en general y sobre
cada miembro de ella en particular.
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En los edificios las cargas que siempre es preciso considerar son las permanentes, las
sobrecargas o cargas de uso, el viento y el sismo.
De acuerdo con esa definición restringida, bajo ese concepto se debe incluir a:
La identificación del peso como única carga permanente, es una visión limitada: en el
sentido más amplio, cargas permanentes son todas las que tienen una variación muy
pequeña en el tiempo y en ese sentido es razonable designar de esa manera, por ejemplo,
los empujes permanentes que experimenta un estanque siempre lleno de agua.
Las sobrecargas o cargas de uso corresponden a las acciones variables provenientes del
uso que tiene la construcción, excluyendo las permanentes y las acciones del ambiente
(viento, nieve, sismo, etc.).
En el caso de los edificios, normalmente esta carga se asimila a una fuerza vertical por
unidad de superficie, que está bien establecida en las normas y es diferente según el uso
de la construcción. Es esa la “sobrecarga” o “carga uniforme” que de inmediato se viene
a la mente del diseñador, con el riesgo de olvidar otras acciones que pueden estar
presentes.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Viento, nieve y sismo son acciones del ambiente que no requieren mayor explicación para
los efectos de este capítulo y su cuantificación corresponde a las normas dedicadas a cada
una de ellas.
Finalmente, es preciso considerar que en algunos edificios hay otras cargas como
circulación de vehículos, equipos mecánicos o eléctricos menores, ascensores y otros cuyas
cargas deben ser consideradas en el diseño. La metodología usual es asimilarlas a cargas
estáticas equivalentes, incorporando parámetros de ajuste.
Las estructuras industriales en general reciben cargas de la misma naturaleza que los
edificios y algunas adicionales derivadas de su uso, que si bien pueden incluirse en el
amplio concepto de “sobrecarga” o “cargas de uso” por conveniencia del diseño es
preferible explicitar de manera más detallada.
En primer lugar, siempre es necesario tener presente que en el caso de los edificios, la
estructura tiene como objeto recibir acciones del ambiente y cargas de uso normalmente
estáticas, en general sencillas de evaluar. Son las que denominamos “sobrecargas”, que
en los casos de edificios típicos de hormigón son de magnitudes inferiores a las de peso
propio, lo que determina un escenario con claro predominio de las cargas permanentes.
Diferente es el caso de las instalaciones industriales, ya que las cargas de uso son en estos
casos de muy variado origen, normalmente con amplificaciones dinámicas y magnitudes
superiores a las cargas provenientes del peso propio.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
El tratamiento de las cargas tiene dos etapas: la enumeración cuidadosa de todas ellas, lo
que puede requerir una investigación con los especialistas del proceso y luego, la
cuantificación de las acciones enumeradas.
El mejor consejo que se puede dar en relación con las cargas es destinar tiempo suficiente
a su identificación y cuantificación, reconociendo que se trata de una tarea tediosa para un
ingeniero ansioso de iniciar la modelación y el análisis de sus pórticos tridimensionales y
que muchas veces deberá realizar ingratas investigaciones previas al anhelado ingreso a su
espacio de confort.
Esas investigaciones casi siempre requieren trabajos que involucran estudios de otras
disciplinas: efectos eléctricos (cortocircuitos, etc.), hidráulicos (golpes de ariete, efectos de
flujos, etc), mecánicos (impactos, amplificaciones dinámicas, etc.) y otras difíciles de prever
acá.
En términos muy generales, es necesario que el ingeniero entienda en primer lugar la física
del proceso (mecánico, eléctrico, hidráulico, etc.) que genera la acción solicitante y para
ello no debe dudar en pedir ayuda a los especialistas de otras disciplinas y a los
proveedores de los equipos.
Mostrar que se ignora algo es indicio de sabiduría y nadie le pide a un ingeniero saber
todo de todo. Sin embargo, es altamente recomendable que el diseñador intente, con la
información recogida y apelando a sus limitados conocimientos de las otras disciplinas,
estimar las acciones que los equipos y procesos impondrán a su estructura. Si sus números
gruesos confirman los que entrega el proveedor, el camino del diseño será venturoso y se
sentirá mucho más seguro.
En la mayor parte de los casos especiales será necesario apelar a normas internacionales,
especificaciones de los fabricantes o trabajos de la literatura técnica. En todos ellos la
responsabilidad de su uso, comprensión y aplicación queda en manos del diseñador, que
antes de aplicarlos, debe entenderlos en lo relativo a su alcance, hipótesis, grados de
seguridad, valores extremos y medios, etc.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
fiables puede conducir a errores muy significativos durante el diseño, los cuales para todo
efecto práctico serán atribuibles únicamente al ingeniero responsable del proyecto.
A continuación, se entrega una lista de cargas frecuentes que aparecen en los diseños
industriales y la manera usual de enfrentar su cuantificación:
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En teoría, el tratamiento de las cargas debe ser estadístico y para ello se debería contar
con la información que permita construir las distribuciones respectivas. La realidad es que
salvo para la sobrecarga de pisos en edificios habitacionales y urbanos en general, esa
información es desconocida y, por consiguiente, su tratamiento probabilístico es limitado
y solo se puede hacer analogías y aproximaciones cualitativas.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
En general el criterio que se debe aplicar es estimar las cargas de uso de la estructura como
aquellas que sean las mayores en cualquier condición de operación, normal, defectuosa o
incluso extrema.
Deben ser, por consiguiente, una cota conservadora y para ello el diseñador es libre de
amplificar los valores entregados por los proveedores de equipos o los especialistas en el
proceso, en un difícil equilibrio entre la seguridad de la obra y el incremento del costo.
Como ejercicio instructivo, haga una estimación conservadora el peso por unidad de
superficie del recinto en que se encuentra y de otros similares, construyendo una pequeña
estadística y compárelo con la sobrecarga de uso que la norma NCh 1537 indica para ellos.
De esa manera tendrá una vivencia del grado de seguridad que la norma incorpora en las
cargas: la sobrecarga de la norma no es la media, sino una cuya posibilidad de ser superada
es extremadamente baja.
Dado que en la industria las cargas de uso dependen del proceso y sus muchas variaciones,
es imprescindible contar con la información y el apoyo de los especialistas en las diversas
disciplinas y posteriormente, el diseñador debe introducir las correcciones y factores que
su buen juicio recomiende. A continuación, se entregan algunos criterios:
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Se trata de cuadros que resumen las reacciones en los apoyos del equipo para permitir el
diseño de los miembros estructurales que lo recibirán.
El cuadro de reacciones debe contener toda la información de los esfuerzos en los apoyos,
ya sea como reacciones específicas en cada uno de los soportes o como reacciones
globales del sistema. Todas deben ir con sus signos.
Las reacciones deben entregarse como estados de cargas puros, sin mayorar ni combinar,
pero debe contener toda la información que permita entender cómo se deben o pueden
combinar.
El fabricante también se debe entregar los requisitos especiales que el equipo demande a
sus apoyos: deformaciones máximas tolerables, rigideces mínimas necesarias para la buena
operación, giros máximos, límites de frecuencias, etc.
Eso es reconocido por la normativa, cuya intención si bien es cubrir la mayoría de los casos,
reconoce la imposibilidad de conseguirlo, explicitando que las combinaciones indicadas
en ella no son exhaustivas, debiendo el diseñador ejercer su criterio para establecer las
combinaciones más desfavorables para cada situación.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
a. Se deben establecer las combinaciones de cargas que produzcan los efectos más
desfavorables en la estructura, fundación o elemento estructural considerado.
Ellas pueden, por consiguiente, ser diferentes para distintos elementos.
Las combinaciones deben ser posibles aunque su probabilidad sea baja.
b. En algunos casos lo anterior puede ocurrir cuando una o más cargas no están
presentes.
Se debe considerar que las únicas cargas que siempre están presentes son las
derivadas del campo gravitacional y también ellas pueden presentar variaciones
cuya sensibilidad debe ser recogida por las combinaciones de cargas.
c. Si una carga tiene un efecto favorable para una combinación particular, debe ser
considerada como no presente. Si se trata del peso propio u otra acción
inevitablemente presente, debe ser considerada reducida.
d. Para determinar las combinaciones de cargas que incluyan las derivadas de la
operación de equipos, el diseñador debe estudiar el conjunto de acciones
compatibles y sincrónicas (fuerzas, momentos, torques, etc.) de manera de cubrir
todo el rango de las posibilidades de funcionamiento del equipo, tanto en
magnitud como en dirección o sentido de la acción.
El término “compatible” se refiere a que las acciones supuestas simultaneas, deben ser
consistentes y posibles desde el punto de vista físico.
La “sincronicidad” de ellas dice relación con la condición de que la ocurrencia de una cierta
acción que implica la de otras, obliga a que ellas sean consideradas en la combinación.
De manera opuesta, si una acción no es físicamente compatible con otra, no pueden ambas
formar parte de la misma combinación.
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en que el diseñador las incluya como cargas extremas, ellas deben tomar el valor
máximo posible.
Ello es análogo al procedimiento que se utiliza para el diseño de las conexiones por
capacidad del elemento, en que la resistencia del material a considerar debe utilizarse su
valor más probable y no el mínimo característico de diseño.
Las combinaciones de las cargas que se deben considerar en el diseño de los edificios
están bien cubiertas en la norma NCh3171, análoga a en este aspecto a la ASCE 7.
Situaciones especiales en que otras cargas diferentes de las típicas aparezcan en el diseño,
pueden ser fácilmente resueltas agregando algunas combinaciones construidas de acuerdo
con los criterios presentados.
En el caso de edificios de estructura de acero, es posible que sea necesario algún cuidado
para incorporación de combinaciones con cargas ausentes para el diseño de elementos
particulares con miras a obtener sus esfuerzos máximos.
En las estructuras industriales, especialmente aquellas en que los procesos que alojan son
de gran complejidad o con equipos especiales, la construcción de las combinaciones de
cargas inevitablemente demandara reflexión y dedicación. Eso hay que respetarlo y
considerarlo en los plazos de desarrollo del proyecto.
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Al igual que para el diseño de edificios, el documento base para construir las
combinaciones es la norma NCh3171 que tiene las mismas combinaciones que la ASCE 7,
sin embargo, en este caso su uso no es tan directo y se deben poner en acción todos los
principios enumerados en orden a construir las combinaciones que, siendo
conservadoramente realistas y físicamente factibles, maximicen los esfuerzos.
- D: Carga permanente
- L, Lr : Cargas de uso de piso y techo, respectivamente
- R: Carga de lluvia (rara vez es crítica en nuestros proyectos)
- S: Carga de nieve (muy importante para la minería de alta cordillera)
- W: Carga de viento (critica para estructuras livianas o que puedan estar vacías)
- E: Carga sísmica
- F: Carga debida a líquidos
- H: Empujes laterales: tierra y graneles, con o sin sismo
- T: Fuerzas internas
A ellas es preciso agregar dos cargas especiales que pueden presentarse durante los
sismos (y por extensión y analogía, en los temporales de viento):
- SO: Carga especial de operación que estando activa al inicio del sismo, no se
interrumpe por su ocurrencia.
- SA: Carga accidental de operación derivada de la ocurrencia del sismo.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Por otro lado, para que ambos escenarios de diseño sean equivalentes, se debe cumplir
que la resistencia requerida que entregan ambos diseños, LRFD y ASD, deben ser iguales
o muy similares. Esto equivale, para cada combinación, que Ru = 1.5 Ra.
Para construir las combinaciones requeridas en ASD, nos remitimos a las de la norma NCh
3171 y tratamos todas las cargas permanentes como es tratada “D” y todas las de
operación, incluso “SO” y “SA”, como es tratada “L”.
Recomendaciones finales
1. Determinar las cargas es tan importante como construir el modelo de análisis y se
debe destinar a esa tarea el tiempo que requiera.
2. Un error frecuente es transar en aras del tiempo y utilizar cargas no afinadas,
exageradas o simplemente erróneas. El error de las cargas es siempre inferior al
error de los esfuerzos que el análisis entrega. En el mejor de los casos, igual.
3. Al inicio del trabajo, se debe hacer una lista con todas las cargas y luego ir
descartando las que no tienen importancia o no controlan el diseño.
4. La peor carga es la olvidada.
5. En el mundo industrial, es preciso pensar cuidadosamente las cargas, estimado
cada una de ellas como la máxima conservadoramente posible.
6. Construir las combinaciones de carga es una tarea igual de importante. No es
solución sumar todas las cargas o combinarlas todas con todas.
7. Las combinaciones de cargas buscan representar todos los escenarios posibles,
incluso aquellos con muy baja probabilidad de ocurrir, para encontrar las
situaciones extremas de solicitación de los diversos elementos de la estructura. Sin
embargo, deben evitarse los escenarios imposibles o los inviables físicamente.
8. Algo de perogrullo: viento y sismo tienen que ser considerados en ambos sentidos
para cada dirección (¡¡cualquier dirección!!), sin embargo, esa no es una ley
universal: no todas las cargas tienen ±: por ejemplo, el tirón de una correa tiene
una dirección bien definida y única.
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Cristian Urzúa A.
Ingeniero Civil Estructural, MSc.
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Ya en el siglo I a.C. Vitruvio postula que el “arquitecto” se debe tanto a la práctica como a
la teoría, y que “aquellos arquitectos que confían exclusivamente en sus propios
razonamientos y teorías, y no son hábiles en el trabajo manual de obra, persiguen más una
sombra que la realidad”. En la Edad Media este enfoque se mantiene, siendo los
“arquitectos” los maestros albañiles más experimentados, conocedores del arte de la
geometría y la composición de las formas, capacitados tanto para el diseño como para
labrar la piedra. Un maestro masón (del francés “maçon”, albañil) debía ser versado tanto
en el diseño, como en el trabajo de la piedra, para ser reconocido como tal.
Por otra parte, el “ingeniero” moderno aparece recién en el siglo XVI, nombre derivado
del término francés “engin” (artefacto o máquina de guerra) y era el encargado de diseñar
y construir los elementos de protección y destrucción en tiempos de guerra.
Progresivamente los ingenieros comienzan a involucrarse en asuntos no militares, y en 1716
se crea en Francia el cuerpo de Ponts et Chaussées, formado por ingenieros del estado a
cargo de las obras publicas. La formación específica de estos ingenieros impulsa en 1747
la fundación de la École Nationale des Ponts et Chaussées y en 1794 la Ecole
Polytechnique; estas escuelas serán el modelo para seguir por el resto de Europa. En Chile,
en tanto, la primera escuela de ingeniería perteneciente a la Universidad de Chile se
inaugura en 1842 bajo el gobierno del presidente Manuel Bulnes.
A finales del siglo XIX la aparición del hierro revoluciona la construcción y la arquitectura
en todo ámbito de manera radical, siendo el estudio y entendimiento del comportamiento
mecánico de este y siguientes nuevos materiales, como el hormigón armado, la
especialización que separa definitivamente las funciones de arquitectos e ingenieros. De
aquí en adelante, los ingenieros estructurales pasaran a ser parte indispensable del
proceso de diseño, lo que cimenta el origen de la compleja relación entre arquitectos e
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Aun cuando hoy en día las estructuras pueden tener altos grados de sofisticación en
términos de su análisis estructural y diseño, la experiencia ha mostrado que estructuras con
estructuraciones sanas, incluso diseñadas sin cálculos complejos o análisis sísmicos
refinados, han presentado un comportamiento adecuado durante sismos severos pasados.
Ejemplo de esto en nuestro país, donde la experiencia en la construcción en acero se
encuentra fundamentalmente en el área industrial, es la siderúrgica Huachipato de CAP
(Figura 6.1). Huachipato, inaugurada el año 1950, fue la primera siderúrgica emplazada en
una zona de alto riesgo sísmico. En 1960, la planta se vio expuesta al terremoto más grande
registrado por la humanidad, el que con una magnitud Mw de 9.5 y una distancia al
epicentro de 160 km., no causó grandes daños a las instalaciones.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Por otra parte, estructuras que han sido objeto de análisis sísmicos complejos, pero que en
su configuración estructural muestran un alto grado de irregularidad, tendiente a la
concentración de esfuerzos en singularidades, han presentado fallas considerables,
llegando en varias oportunidades al colapso global. Caso emblemático de lo anterior es el
edificio Alto Río en Concepción (Figura 6.2), el cual colapsó durante el sismo del 27 de
febrero de 2010 por razones atribuibles a efectos combinados, tanto de cálculo estructural
como de construcción, más que a condiciones especiales del terreno o propias del evento
sísmico.
Por su parte, definir qué es una estructuración sana no es una tarea trivial, dado el gran
número de condicionantes que pueden modificar el comportamiento estructural de una u
otra manera. Tanto es así que este esfuerzo ha sido hecho desde las versiones más
tempranas de los códigos de diseño sísmico, manteniéndose hasta hace poco
fundamentalmente como una declaración de buenas intenciones. A continuación, se
intentará revisar desde aspectos generales a particulares, los factores que definen una
estructuración saludable.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
En términos generales se pueden definir cuatro conceptos como las bases de una buena
estructuración de una estructura sismorresistente:
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
i. Sencilla: El flujo de carga debe transitar por la ruta más corta desde donde se
origina hasta el suelo de fundación.
iii. Simétrica: Las líneas resistentes deben ser simétricas respecto a los ejes
horizontales de la estructura, de manera de minimizar la deformación torsional.
Además, para maximizar la resistencia torsional en planta, conviene que las líneas
resistentes se dispongan en lo posible cercanas al perímetro de la estructura.
También es recomendable que en cada nivel el sistema de piso se deforme como
un cuerpo rígido en el plano horizontal (Diafragma rígido). Este comportamiento
permite que la transferencia de carga sea estable y se aproveche toda la
redundancia que el sistema pueda presentar (Figura 6.6).
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Figura 6.6: Planta arriostrada con comportamiento rígido para cargas laterales (Diafragma
rígido). Notar que la simetría del sistema (arriostramientos verticales en negro) favorece
minimizar la torsión en planta.
Casos típicos de este tipo de discontinuidades son el llamado “Piso Blando” y las
estructuras fundadas en desnivel con columnas de distinta altura (Figura 6.8). En el primer
caso, la rigidez se reduce fuertemente en un nivel respecto a los niveles superiores, y en el
segundo, las columnas más cortas son más rígidas que las más largas. En ambos casos se
genera una importante concentración de esfuerzos en ciertos elementos, debido a la alta
demanda local de ductilidad, lo que puede inducir su colapso. El resto de los elementos
se comportan fundamentalmente de manera elástica. Estructuraciones de este tipo son
propensas al colapso global.
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Figura 6.8: (Izq.) “Piso Blando”: Primer nivel presenta una resistencia ostensiblemente
menor al resto, fomentando la concentración de daño en esta zona. (Der.) Columnas más
cortas toman la mayor parte de la demanda lateral, concentrando el daño en estos
elementos.
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Figura 6.9: Líneas resistentes con diferente rigidez y resistencia fuera del rango lineal. En
oscuro continuo, cables; y en segmentado, perfiles metálicos (sólo se muestra sistema
resistente longitudinal).
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Por otra parte, la flexibilidad del sistema puede ser beneficiosa en términos de la respuesta
dinámica si la estructura se encuentra fundada en suelo firme, debido a que su mayor
periodo fundamental, respecto a estructuraciones más rígidas, reduce la aceleración basal
que la estructura experimenta. Por el contrario, si el suelo de fundación es blando, la
flexibilidad del sistema aumentara la aceleración basal sobre la estructura.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
respecto al caso del marco rígido, lo que, en Chile, para estructuras con relaciones
altura/ancho bajas, se mejora con el uso de pernos de anclaje dúctiles a la fundación. Otra
complicación ocurre cuando el sistema presenta poca redundancia estructural, lo que
genera la concentración de esfuerzos en los elementos colectores (elementos que
transmiten la carga sísmica desde los centros de masa de cada nivel a los ejes resistentes)
y en los altos momentos volantes en las fundaciones de los marcos arriostrados. Lo anterior
requiere aumentar la redundancia del sistema, incrementando el número de ejes
arriostrados, limitándose aún más el uso del espacio en planta.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Figura 6.18: Planta de estructuración con núcleo arriostrado y marcos rígidos en el resto
de la estructura.
Figura 6.19: Planta de estructuración con fachada arriostrada y marcos rígidos en el resto
de la estructura.
6.6. Referencias
1. ASCE, 2010, "Minimum Design Loads for Buildings and Other Structures",
ASCE/SEI 7-10, American Society of Civil Engineers, Reston, Virginia.
2. AISC, 2010a, "Seismic Provisions for Structural Steel Buildings", ANSI/AISC 341- 10,
American Institute for Steel Construction, Chicago, Illinois.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Miguel Medalla R.
Ingeniero Civil Estructural, M.Eng., PhD.(c)
Cristian Urzúa A.
Ingeniero Civil Estructural, MSc.
Carlos Peña L.
Ingeniero Civil Estructural, M.Eng., PhD.(c)
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
7.1 Introducción
Figura 7.1: Daño en edificaciones del centro de Valdivia tras el terremoto del 22 de mayo
de 1960 (Fuente: NGDC Natural Hazards with Caption Header)
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Por otra parte, la experiencia chilena en la edificación urbana en acero es limitada, siendo
hasta la fecha derechamente evitada por la práctica nacional frente al uso del hormigón
armado. En este contexto, el uso del acero se ha remitido principalmente a galpones
livianos, elementos estáticos de edificaciones mixtas con sistemas sismorresistentes de
hormigón armado, locales comerciales de baja altura, etc. Considerando que en general
este tipo de edificaciones son livianas, es difícil evaluar si las disposiciones orientadas a
proveer resistencia y ductilidad a la estructura son adecuadas, dado que es usual que el
dimensionamiento del sistema sismorresistente esté controlado por requisitos mínimos o
por demandas de otra naturaleza (ej. demandas eólicas).
Esta predilección por el hormigón armado se arrastra de épocas anteriores donde la mano
de obra calificada para el trabajo en acero era escasa y costosa, frente a la requerida para
la construcción en hormigón armado. Actualmente esta brecha se ha ido acortando
fuertemente, impulsando el uso del acero y de sus ventajas respecto al hormigón, tales
como su mucho menor peso a nivel de estructura, mayor flexibilidad arquitectónica y
estructural, mayor control predictivo de su comportamiento sísmico, etc.
Por otra parte, debido a que los requisitos de diseño industrial han sido probados y
calibrados por sismos reales chilenos, representan un know-how de alta confiabilidad para
los ingenieros de la práctica nacional. En tanto que a falta de experiencia local, los
requisitos de diseño para edificación urbana se confían a disposiciones extranjeras de alto
prestigio como las “Seismic Provisions” de AISC, aun cuando la experiencia real de diseños
concebidos bajo esta filosofía ante terremotos subductivos como los chilenos, es limitada.
Lo anterior es relevante porque se estima que la demanda de deformación impuesta por
sismos impulsivos, característicos de fallas transcursivas como la falla californiana de San
Andrés y en los cuales se basan las disposiciones estadounidenses de AISC, son del orden
del doble de la demanda impuesta por sismos subductivos. Sin embargo, la duración del
movimiento fuerte de los sismos subductivos es notablemente superior al de los sismos
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
transcursivos, siendo estos últimos más parecidos a un pulso sobre la estructura que a una
excitación armónica. Considerando lo anterior, se debe ser cuidadoso con la extrapolación
directa de disposiciones símicas concebidas para sismos de distinta naturaleza (Figura 7.3)
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
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Figura 7.5: Respuesta típica de un sistema estructural ante una carga lateral monotónica.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Ω0 = 𝑉𝑦/𝑉𝑑 (1)
R𝜇 = 𝑉𝑒/𝑉𝑦 (2)
𝑅= R𝜇Ω0 (3)
𝑉𝑑 =𝑉𝑒/𝑅 (4)
Alcanzada la máxima capacidad, el sistema presentará degradación de rigidez y resistencia
hasta desarrollar algún modo de colapso por resistencia o inestabilidad geométrica. La
deformación a este nivel la llamaremos Deformación Última (𝛿𝑢) y puede relacionarse con
la deformación elástica (𝛿𝑑) por medio del Coeficiente de Deformación (𝐶𝑑).
𝛿𝑢 = 𝛿𝑑𝐶𝑑 (5)
𝛿𝑢 = 𝛿𝑑𝑅 (6)
𝜇 = 𝛿𝑢/𝛿𝑦 (7)
El diseño requerirá que la deformación última del sistema se encuentre por debajo de algún
límite preestablecido; ya sea de serviciabilidad (e.g. deformación de elementos
secundarios), resistencia (e.g. plastificación de columnas) o que restrinja el desarrollo de
inestabilidad global (e.g. efecto P-Δ considerable). Asumiendo que el límite de
deformación es fijo para el sistema, notaremos que entre mayor sea el factor R considerado
en el diseño, mayor también será la demanda de deformación inelástica requerida sobre
el sistema. Para permitir una alta deformación inelástica se requiere que los elementos
fusibles presenten ciclos de carga estables, evitando desarrollar fisuración, fracturación o
gran degradación de rigidez y/o resistencia. Para esto, dichos elementos deberán ser
detallados verificando que su materialidad, compacidad local, esbeltez global y su relación
de resistencia respecto a otros elementos en su entorno sean consistentes con la demanda
inelástica esperada.
De lo anterior, se tendrá que siempre habrá una relación inversa entre la solicitación de
diseño y los requerimientos de detallamiento en el sistema, es decir, a menor solicitación
de diseño, más riguroso deberá ser el detallamiento, en términos de asegurar una
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Para el método LRFD (basado en la formulación del AISC) la capacidad esperada de los
elementos estructurales está dada por:
Donde,
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Por su parte, las capacidades esperadas para el método ASD se pueden aproximar a las
capacidades anteriormente definidas para el método LRFD divididas por 1.5. Cabe
destacar que el diseño por capacidad se define formalmente a nivel último (LRFD), por lo
que su equivalencia ASD sólo tiene el objeto de permitir el uso indistinto de cualquier
método.
Una alternativa para evitar la modelación directa de la no linealidad del sistema es estimar
cual es la sobrerresistencia característica de la estructura en estudio. De esta manera, se
puede estimar cual sería el esfuerzo sobre ciertos elementos no fusibles, sin necesidad de
asumir a prori que alcanzarán su capacidad esperada. Este concepto es válido, por ejemplo,
para el diseño de conexiones donde el elemento conectado está fuertemente
sobredimensionado respecto a la solicitación de diseño, o en el caso de elementos cuyo
equilibro plástico asumiendo la resistencia esperada de elementos traccionados induce
cargas demasiado conservadoras. Ejemplo de esto último es el caso de las vigas chevron
o de las vigas puntales en cuyo extremo concurren arriostramientos que se encuentran
traccionados.
Dado lo complejo que resulta estimar la sobrerresistencia que un sistema puede presentar,
particularmente en el caso de edificios industriales donde la estructuración debe privilegiar
el layout mecánico, se puede asumir razonablemente que la sobrerresistencia característica
es comparable con un nivel de desempeño de la estructura levemente menor al
comportamiento elástico. De acuerdo a lo anterior, se puede considerar que una
estimación prudente de la máxima fuerza que la estructura puede desarrollar es equivalente
a amplificar las fuerzas de sísmicas de diseño por un factor Ω0 = 0.7𝑅 (entre 2.0 y 3.5 para
condiciones convencionales). La aplicación en detalle de este concepto para el caso
industrial se trata en el punto 7.5 del presente capítulo.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Tal como se indicó en 7.1 la experiencia chilena en diseño sísmico de estructuras de acero
para uso urbano (habitacional, oficinas, etc.) es escasa y a la vez poco documentada. El
adecuado desempeño registrado en edificaciones de hormigón armado luego de grandes
terremotos de subducción (muchos de ellos dentro de los más grandes registrados a nivel
mundial) ha generado una inercia en los diseñadores tan fuerte, que el acero ha quedado
relegado y olvidado como una alternativa válida a la hora de emprender proyectos
estructurales. Es necesario establecer que la presente sección no tiene por objeto
desacreditar o negar el correcto desempeño de las edificaciones de hormigón armado, si
no que por el contrario es dar a conocer una alternativa (con virtudes y defectos) que puede
desarrollar similares desempeños a los ya registrados, pero a la vez que permite incorporar
otras variables que deben ser analizadas dentro de los análisis de factibilidad de proyectos
(costos, montaje, plazos, medioambiente, etc.). Tal como ha sido considerado en países
sísmicos desarrollados.
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niveles de ductilidad ya que su filosofía de diseño no tan sólo tiene por objetivo el control
del colapso sino más bien apuesta a niveles superiores como: la continuidad operacional,
y control de daño de elementos no estructurales (equipos y maquinarias industriales).
Dado que las expresiones, nomenclatura, definiciones, etc. Son ampliamente abordadas
tanto por la especificación AISC341 como por la norma NCh433 la presente sección se
limita a una descripción general, a nivel conceptual, del comportamiento esperado y los
correspondientes requisitos que deben ser respetados en el diseño de sistemas dúctiles
resistentes a cargas laterales. De acuerdo con los sistemas estructurales normalmente
considerados en nuestro territorio, sólo se hará referencia a Marcos Especiales Resistentes
a Momento (SMF por sus siglas en inglés) y a Marcos Especiales Arriostrados
Concéntricamente (SCBF por sus siglas en inglés).
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Para comprender por qué de muchos de los requisitos que AISC341 define para el
dimensionamiento de SMF es necesario entender previamente cuál es el objetivo de
desempeño que dicho código establece. A continuación, se describe brevemente el
comportamiento esperado para estos sistemas resistentes.
La Figura 7.5 muestra los elementos típicos de un marco resistente a momento. Se destaca
el concepto de zona protegida que corresponde a la zona fusible donde se espera se
generen las incursiones inelásticas y la disipación de energía del sistema. Salvo las definidas
en AISC358 (documento específico para conexiones viga-columna en SMF) estas zonas
deben estar exentas de cualquier tipo de irregularidad que pueda generar concentraciones
de tensiones no deseadas. Por otro lado, es importante destacar la base de columna, que,
a diferencia de la práctica nacional de diseño industrial, es diseñada normalmente con
pernos sin longitud expuesta debido a que no se espera un comportamiento disipativo por
parte de ellos, y por el contrario son diseñados para permanecer elásticos y tolerar la
capacidad de la columna que conectan.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Son estos dos aspectos los que han definido que el mecanismo de colapso ideal para los
SMF sea través de la plastificación generalizada de los extremos de las vigas. El concepto
de diseño se basa entonces en que una vez plastificados los extremos de las vigas todo el
resto de los elementos estructurales deben permanecer elásticos y serán definidos como
elementos no fusibles (Figura 7.6). Si bien la gran mayoría de las disposiciones de AISC341
van en la dirección de lograr este mecanismo de Viga Débil–Columna Fuerte a través de
criterios de diseño por capacidad (sección 7.3), las disposiciones permiten, y por cierto
esperan, que en determinadas condiciones ciertas inelasticidades menores y controladas
se desarrollen en otros elementos del sistema. La Tabla 7.1 muestra los elementos y el nivel
de comportamiento inelástico que AISC341 espera se desarrolle durante un evento severo.
Figura 7.6: Der. Mecanismo de Colapso Esperado, Izq. Detalle de agujero para acceso de
soldadura (Crisafulli, 2018).
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Diversas son las disposiciones y requisitos que AISC341 define para el dimensionamiento
de SMF, pero tal como se mencionó previamente el objetivo de este documento no es
repetir dichas expresiones ya publicadas y de libre acceso. Se recomienda
encarecidamente la lectura profunda y no selectiva de cada una de dichas disposiciones.
En términos generales la Tabla 7.2 recopila y resume los requisitos medulares que AISC341
define para el diseño de los SMF.
Tal como se desprende de lo expuesto en la presente sección, así como también de sus
tablas y figuras, una de las etapas críticas (probablemente la más importante) durante el
diseño de un SMF es la definición y selección adecuada de la unión viga-columna. Aspectos
de diseño por capacidad esperada, consideraciones de deformación por endurecimiento,
procedimientos rigurosos de fabricación y montaje (por ej. Detalle de preparación para
soldadura en Figura 7.6), así como también de control de calidad de los materiales deben
ser considerados. Es por esto por lo que no cualquier unión viga columna puede ser usada
en el contexto AISC341 (y por lo tanto en el contexto de NCh433), muy por el contrario, la
especificación requiere conexiones validadas experimentalmente de acuerdo a protocolos
específicos muy rigurosos. De manera alternativa el documento AISC358 (indicado
previamente) cuenta con una batería de conexiones precalificadas, con sus
correspondientes requerimientos y campos de aplicación, que dan cumplimiento y pueden
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Figura 7.7: Ejemplos de conexiones precalificadas. Der. Conexión RBS, Izq. Conexión
WUF-W (AISC, 2010).
En directa relación con lo antes descrito, no han sido comentados los requisitos de
estabilidad de piso y efectos de segundo orden que ASCE/SEI 7 establece, y que muchas
veces definen las dimensiones de los miembros de los SMF en el contexto norteamericano,
ya que el control de derivas de entrepiso chilenas anula el impacto que dichas restricciones
puedan establecer.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
A diferencia de los SMF estos sistemas presentan diversas configuraciones que a su vez
establecen mecanismos de trabajo post-pandeo bastante diversos. Ahora bien, como todo
sistema sismorresistente definido como “especial” de acuerdo con AISC341 cada una de
estas configuraciones debe tolerar grandes incursiones inelásticas estables durante sismos
severos. Algunos ejemplos de arriostramientos concéntricos son mostrados en la Figura
7.8.
Figura 7.8: Sistemas Arriostrados Concéntricos (Crisafulli, 2018). De Izq. A Der.: X de dos
niveles, V invertida (o Chevron), X, V.
Si bien existen otros sistemas de arriostramiento concéntricos, los dos primeros sistemas
(X de dos niveles y V invertida) son con distancia los sistemas más utilizados en la práctica
de diseño urbano norteamericano. Destinaremos esta sección a describir a estos sistemas
de manera genérica, ya que los conceptos son extrapolables a cualquier sistema tradicional
arriostrado concéntricamente.
El mecanismo de trabajo y por tanto las disposiciones de diseño que a nivel conceptual
establece AISC341 para el dimensionamiento de estos sistemas, no dista mucho de los
conceptos históricamente usados en la experiencia chilena de marcos arriostrados
(industriales), y de hecho las nuevas tendencias y recomendaciones de modificación de la
normativa industrial van en la dirección de acercarse aún más a las disposiciones
norteamericanas. Sin embargo, el nivel de incursión inelástica que tiene por objetivo la
norma industrial chilena es menor y, por tanto, si bien el concepto y origen de las
disposiciones provienen de un mismo lugar, las definiciones de AISC341 tienden a ser más
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Si bien en los años setenta las disposiciones iban en la dirección de evitar el pandeo global
de diagonales por tratarse de un mecanismo de falla repentino y no dúctil, la evidencia
experimental posterior mostró que con un adecuado detallamiento los sistemas
arriostrados concéntricamente si tienen capacidad de disipar energía post-pandeo. Ahora
bien, la definición de un adecuado detallamiento involucra una selección cuidadosa de la
configuración de las diagonales a utilizar, un diseño del resto de los elementos del sistema
resistente en función de la definición anterior y por supuesto un detallamiento exhaustivo
de las conexiones del sistema. De esta forma, la capacidad de disipar energía de estos
sistemas en un evento sísmico se define a través de la fluencia de las diagonales en tracción
y del comportamiento post-pandeo de las diagonales comprimidas, las cuales deben tener
la capacidad de plastificar en flexión tanto en la zona central como en sus extremos
producto de los momentos generados luego de que la diagonal se desplaza fuera del
plano. Siguiendo con la analogía de este documento las diagonales son entonces los
fusibles sísmicos del sistema y el resto de la estructura debe tolerarlos. El código por tanto
define que las zonas protegidas (homólogo a SMF) de los SCBF corresponden al centro de
la diagonal, extendiéndose en una longitud L/4 (siendo L la longitud del elemento), y los
extremos de esta, considerando a la conexión y una distancia igual a la altura de la diagonal
(desde el fin de la conexión).
Es importante aclarar que al igual que en la filosofía de diseño de SMF, los SCBF
disenñados de acuerdo con AISC341 no tienen considerados como fuentes de disipación
a los pernos de anclaje de las bases de columnas y conforme aquello no contemplan el uso
de pernos con longitud expuesta. Resultados preliminares de algunos estudios en
desarrollo han concluido que el aporte de la fluencia de los pernos con longitud expuesta
puede significar en edificios medios o bajos aportes de disipación comparables a los
provistos por las diagonales.
Retomando el concepto del “trade off”, el aceptar que las diagonales pandeen debe ser
“financiado por alguien”. La Figura 7.9 es un ejemplo del comportamiento histerético que
se espera desarrolle un arriostramiento durante una carga cíclica como las sísmicas. Luego
de un par de ciclos o de alcanzada cierta amplitud de deformación, el elemento de
arriostramiento presentará degradación de rigidez y de resistencia que puede incluso llegar
a valores de resistencia residual, de acuerdo AISC341, del orden del 30% de la capacidad
esperada en compresión (tal como se indica en 7.3). El equilibrio de los nudos de
arriostramiento ya no podrá ser definido sólo por los elementos de arriostramiento
principales u “originales” y otros elementos deberán “financiar” o resistir dichas
demandas.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Figura 7.9: Histéresis de un arriostramiento bajo carga cíclica (Bruneau et al, 2018)
La Figura 7.10 ejemplifica el equilibrio plástico que debe considerar por tanto en un SCBF
de cuatro pisos luego de pandeadas las diagonales. Se presenta una estructuración en
base a diagonales en X y V invertidas. Nótese que elementos que originalmente (en
condición elástica) parecieran no pertenecer al sistema de resistencia lateral en esta
condición presentan demandas importantísimas que deben superponerse a las precargas
gravitacionales que estos presenten, específicamente es posible observar un aumento
notable de compresión en los puntales horizontales de la configuración en X así como
también un aumento relevante de los esfuerzos flexurales y axiales de la viga del sistema
de V invertida.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
La Figura 7.11 presenta una condición más detallada del mismo fenómeno. En esta ocasión
lo que se busca identificar y transmitir al lector es el nivel de carga axial que las columnas
deben tolerar para asegurar el comportamiento dúctil del sistema. A diferencia de lo
definido para SMF el código AISC341 no permite considerar solicitaciones provenientes
de los estados sísmicos amplificados por la sobrerresistencia, y explícitamente establece
que las demandas deben provenir del más desfavorable de los siguientes casos:
En este análisis la especificación permite despreciar los momentos flectores que puedan
generarse en las riostras para simplificar los análisis y así obtener las demandas en forma
directa, tal cual se aprecia en las Figuras 7.9 y 7.10. Ahora bien, la resistencia requerida por
las columnas no necesita ser mayor que las obtenidas luego del levantamiento de las
fundaciones producto del vuelco o las obtenidas luego de análisis dinámicos de respuesta
no lineal (tanto geométrica como de material), si bien ambas clausulas son válidas, en la
práctica no son siempre sencillas de implementar.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
2. Debido a que es una de las grandes diferencias con las definiciones industriales de
diseño sísmico chilenas que se han propuesto en la actualidad, en donde los análisis
por capacidad son locales (tal como se verá en las secciones siguientes) y las
columnas deben ser diseñadas al menos con un nivel de carga axial igual al menor
entre las solicitaciones determinadas con combinaciones de carga amplificadas
(incorporando la sobrerresistencia del sistema) y la plastificación generalizada de
los arriostramientos (normalmente es menor la primera).
De manera análoga a lo definido en los SMF, y en el entendido que no es parte del alcance
de este documento reproducir todas las disposiciones de AISC341, la Tabla 7.3 resume los
principales requerimientos para el diseño de SCBF. Se destaca que en adición a las
estimaciones de fuerzas post-pandeo ampliamente descritas arriba, AISC341 define
diversos requerimientos específicos, tanto desde el punto de vista de demandas de
resistencia como de compatibilidad geométrica, para el diseño de las uniones viga-
columna y las placas de conexión que forman parte del sistema resistente a cargas laterales.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
La experiencia chilena ha sido exitosa enfrentando este problema por medio del uso de
estructuras robustas, redundantes, dúctiles en la medida de lo posible y con un detalle
crucial que la diferencia de la práctica estadounidense; el uso de un anclaje dúctil a la
fundación. El uso de un anclaje dúctil, fusible sísmico preferido por la normativa nacional,
pretende en cierta forma limitar la energía sísmica que puede ingresar a la estructura en la
medida que la secuencia de plastificación sea adecuada. Aquí es justamente donde queda
un largo camino por recorrer, dado que la normativa nacional no da mayores indicaciones
para asegurar, o al menos fomentar, que la plastificación de los pernos de anclaje ocurra
lo suficientemente temprano para ser un mecanismo de disipación efectivo, pero sin
presentar fractura por elongación excesiva. También el dimensionamiento del anclaje debe
ser tal que la plastificación efectivamente ocurra, evitando un comportamiento elástico del
anclaje.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Dado que los requisitos de diseño de estructuras industriales son normativos (NCh2369),
se presenta a continuación disposiciones adicionales a las normativas, que, si bien
corresponden a recomendaciones de buena práctica por el momento, ayudan a mejorar el
comportamiento sísmico de la estructura en estudio.
Cabe destacar que el método de Análisis Directo aplicado al diseño sísmico elástico
tradicional presenta 2 severos inconvenientes: primero, no es posible hacer un
análisis de segundo orden en el contexto de un análisis modal-espectral; y segundo,
la aplicación de cargas sísmicas reducidas no incorpora la eventual concentración
de deformaciones en la estructura, por lo que cualquier precisión ganada por
incorporación del efecto P-Δ es irrelevante frente al error en la estimación de la
deformada real. En este sentido, sigue siendo más recomendable el uso de
nomogramas tradicionales para la estimación de la resistencia axial de los
elementos comprimidos, que el uso del método de Análisis Directo en el contexto
del diseño sísmico.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
La viga se debe diseñar para resistir una carga transversal (dirección fuera del plano
de las diagonales) ubicada en el punto de unión con la diagonal comprimida, igual
al 2% de la capacidad esperada en compresión de dicha diagonal. La conexión que
une la viga a la columna debe ser diseñada para resistir simultáneamente los
esfuerzos generados por la condición que controle el diseño de la viga.
Figura 7.12: Equilibrio plástico último (LRFD) para una viga de un marco arriostrado
chevron. (Cv: Coeficiente sísmico vertical, D: Carga muerta, L: Carga viva, E: Carga
sísmica).
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
• Las vigas o puntales horizontales que unen los extremos de las diagonales se deben
diseñar suponiendo que las diagonales comprimidas presentan su capacidad
residual y que las diagonales traccionadas presentan su capacidad esperada. La
tracción en las diagonales no necesita ser mayor que aquella determinada utilizando
las combinaciones de cargas definidas para el diseño, en las cuales el estado de
carga sísmico ha sido amplificado por 0.7𝑅 ≥ 2.0, o que la máxima carga que el
sistema puede transferir al puntal (Figura 7.13).
Figura 7.13: Equilibrio plástico último (LRFD) para una viga puntal de un marco
arriostrado concéntricamente. (E: Carga sísmica).
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
7.6. Referencias
1. ASCE, 2010, "Minimum Design Loads for Buildings and Other Structures",
ASCE/SEI 7-10, American Society of Civil Engineers, Reston, Virginia.
2. AISC, 2010a, "Seismic Provisions for Structural Steel Buildings", ANSI/AISC 341- 10,
American Institute for Steel Construction, Chicago, Illinois.
4. Bruneau, M., Uang, C. M., & Sabelli, S. R. (2011). Ductile design of steel structures.
McGraw Hill Professional.
10. Richards, P.W. (2009). Seismic columns demands in ductile braced frames. Journal
of Structural Engineering 135(1), 33-41.
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Ramón Montecinos C.
Ingeniero Civil Estructural
Rodrigo Silva M.
Ingeniero Civil Estructural, PhD.
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Interesa recalcar dos palabras de las líneas anteriores: “comprensión” y “proyecto actual”.
Tenemos la convicción que la comprensión cabal de las estructuras es la base del buen
diseño: sin comprensión ningún análisis matemático sirve y con una buena comprensión,
incluso los análisis más simples son suficientes para obtener un buen diseño.
Al hablar de “proyecto actual” nos referimos a la manera en que hoy se están diseñando
las conexiones en Chile, cuando ha ido cambiando la clásica idea con la que trabajamos
durante muchos años: “las conexiones de taller serán soldadas y las de terreno, apernadas”
y surgen nuevos conceptos como conexiones en piezas “tarea cero”, los atiesadores de
pronto se transforman en planchas-problema y en algunos casos, las conexiones
completamente apernadas parecen ser las preferidas en el diseño y la fabricación.
Las estructuras de acero están compuestas por miembros que deben ser unidos para
formar el producto final. Un montón de vigas, columnas y diagonales acumuladas en el
patio de una maestranza no es una estructura, de la misma manera que una bolsa de huesos
no es un esqueleto.
Son las uniones o conexiones las que arman el sistema, le permiten existir y recibir cargas
y otros esfuerzos.
Desde el punto de vista de la resistencia, una estructura cuyos elementos han sido bien
diseñados y cuyas conexiones son débiles será una estructura débil.
Más crítico aún: una estructura que tenga algunos elementos deficitarios pero que tenga
buenas conexiones, poseerá una capacidad resistente interna adicional que le permitirá
redistribuir sus esfuerzos, entregando los esfuerzos excesivos de los elementos que hayan
quedado deficitarios a otros miembros con capacidad suficiente de manera que
globalmente la estructura podrá seguir resistiendo a pesar de contar con algunos
elementos débiles. Y eso gracias a las buenas conexiones.
Una estructura con buenas conexiones será siempre menos vulnerable y tendrá un grado
de seguridad mayor que otra de conexiones menos cuidadas, sin necesariamente ser más
pesada.
Para conseguir buenas conexiones es preciso que el diseñador tenga presente algunos
consejos generales:
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
El sentido común dice que es el bien mejor repartido del mundo ya que nadie quiere tener
más que lo que tiene, los conocimientos teóricos necesarios son relativamente sencillos y
al alcance de cualquiera, la experiencia se adquiere más rápido que lo que uno piensa.
El objetivo final de este capítulo es ayudar a desarrollar esas dos cualidades: valentía e
iniciativa para intentar diseñar conexiones.
Toda conexión es un pequeño sistema compuesto por tres elementos siempre presentes:
En este caso la conexión involucra el extremo de la viga misma, que corresponde a aquella
parte del miembro directamente vinculado a la conexión.
Toda conexión involucra, afecta, altera y comprende una zona del miembro a conectar. En
el ejemplo, inevitablemente el extremo de la viga deberá ser alterado: sus alas serán
destajadas parcialmente, su alma se deberá recortar un poco, se deberán hacer
perforaciones, etc.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Los elementos de conexión son aquellas piezas, planchas o partes adicionales que se
agregan para poder materializar la conexión.
Salvo casos especiales, siempre es necesario agregar algunas piezas (planchas, trozos de
perfiles, etc.) adicionales para poder conectar.
En el ejemplo de la viga, estas piezas adicionales serán los trozos de ángulos (“clips”) o la
plancha que permitan materializar la transmisión del corte desde la viga a su soporte.
Finalmente, el último elemento que constituye este pequeño sistema que es toda
conexión, son los conectores mismos, o sea los dispositivos que transfieren los esfuerzos
entre un miembro y el otro.
En el ejemplo de la viga los conectores son los pernos o soldaduras que unen todo.
El diseño de la conexión comprende los tres elementos descritos y cada uno de ellos debe
ser pensado y calculado. No es suficiente diseñar bien los pernos de conexión si las
planchas de conexión utilizadas son muy delgadas o si la alteración del extremo del
miembro a conectar lo debilita.
Toda conexión debe transmitir fuerzas que provienen de los miembros que convergen a
ella. Debido a la necesidad que haya equilibrio, estas fuerzas son iguales (pero de distinto
sentido) en cada uno de los miembros a unir.
En teoría simple, las fuerzas a conectar podrían ser las calculadas de acuerdo con el análisis
estructural que considera la geometría de la estructura y las cargas que actúan sobre ella.
En esa situación, al ser las conexiones zonas limitadas, de pequeño tamaño, tienden a tener
comportamiento menos dúctil que el resto del elemento y un buen diseño debe evitar que
en situaciones de eventual falla, ella se inicie por las zonas con menor ductilidad, lo que
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Por otro lado, ocurre con frecuencia que las dimensiones de la sección utilizada en algún
miembro de la estructura son mayores que las necesarias, ya sea por alguna consideración
geométrica o por normalización de las secciones utilizadas.
En esos casos, los esfuerzos que entrega el análisis, al ser muy bajos en relación a la
capacidad de la sección elegida, llevarían a conexiones muy pequeñas, con muy poca
soldadura o con muy pocos pernos.
En esos y en otros casos en que las fuerzas del análisis son muy bajas con respecto a la
capacidad de la sección, las conexiones se diseñan con cargas mínimas que tienen relación
con la capacidad de la pieza, independientemente de sus esfuerzos reales.
En resumen: Si bien las cargas del análisis indican (en teoría) los esfuerzos que tendrá que
transmitir la conexión, las normas y procedimientos exigen diseñar las conexiones, además,
para fuerzas que dependen de la sección misma.
Principio general: cada conexión debe ser diseñada para la fuerza máxima de análisis, pero
no menos que una fracción de la capacidad de la sección en ese tipo de esfuerzo.
En la práctica actual ese criterio de diseñar las conexiones para fuerzas que dependen de
la capacidad de las secciones lleva en numerosas ocasiones a exigencias superiores a los
esfuerzos obtenidos del análisis, lo que implica una ventaja desde el punto de vista del
diseño de la conexión al independizar la fuerza de diseño del resultado del análisis lo que
permite trabajar cada miembro por separado.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
c. Empalmes de columnas
Todos los empalmes deben restituir la capacidad plena del elemento. Se debe
conectar por lo tanto el 100% de la capacidad de corte de la sección y el 100% de
la capacidad de tracción del elemento.
e. Diagonales de enrejados.
8.3.2 Esfuerzos de diseño para conexiones de miembros que soportan esfuerzos sísmicos
Por conectores mecánicos entendemos los pernos (en algunos países los llaman tornillos),
remaches y otros dispositivos cuya forma de trabajo y transmisión de fuerza se relaciona
con un mecanismo y no con un proceso térmico, para diferenciarlo de las soldaduras.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
• AISC Design Guide 17: High Strengh Bolts. A Primer for Structural Engineers.
• ICHA: Libro de diseño para estudiantes.
En el escenario actual, los pernos de conexión han ido ganando terreno a expensas de las
soldaduras.
Consejos de diseño:
a. Utilice de preferencia pernos ASTM A 325 y diámetros 3⁄4”, 7⁄8” y 1”. Evite usar
pernos de mayor diámetro.
b. Es una buena costumbre nacional instalar todos los pernos con apriete controlado.
c. Todos los pernos se diseñan en condición de aplastamiento, salvo los
correspondientes a uniones de miembros sometidos a vibraciones, fatigamiento o
continuidades.
d. Salvo construcciones con un nivel muy alto de control e inspección, los pernos se
deben considerar como hilo incluido.
e. Nunca use los mismos diámetros para pernos de alta resistencia y pernos corrientes.
f. Considere en el diseño de la conexión los requisitos de espacio para apriete de los
pernos o tuercas.
g. Todas las conexiones apernadas deben materializarse con pernos de alta
resistencia, salvo:
- Conexiones de elementos secundarios: conexiones de costaneras, peldaños de
escaleras y barandas.
- Pernos de anclaje, ya que ellos conectan planchas de acero con pedestales de
hormigón.
Los diámetros preferidos para los pernos corrientes son: 3/8” y 5/8”.
Para pernos de anclaje: 3⁄4”, 7/8”, 1”, 11⁄4”, 11⁄2” y 2”.
h. Los pernos de alta resistencia A 325 pueden ser galvanizados.
8.5 Soldaduras
Las soldaduras son los procedimientos de unión de planchas por acción de la temperatura
que las lleva a un estado plástico o fluido y materializa la unión con aporte de material
externo o por presión entre las partes.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Consejos de diseño:
Las altas temperaturas generadas en el área del arco superan la temperatura critica
que produce en el acero una estructura cristalina casi uniforme (austenítica) del
acero involucrado.
En este caso, el acero es dúctil, con fluencia marcada y cumple las demandas de
ductilidad que nuestros diseños requieren.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Dada la infinita variedad de posibilidades de encuentro entre piezas de acero, las posibles
conexiones son también infinitas y no es posible desarrollar un método general de diseño
y cálculo de ellas.
En primer lugar, las conexiones deben cumplir exigencias geométricas básicas que
aseguren por un lado que ellas sean fabricables con los medios disponibles y, por otro
lado, que tanto la zona del perfil que se debe alterar para materializarla como las planchas
y elementos accesorios que se agreguen, no tengan dimensiones o alteraciones que los
debiliten o fragilicen en exceso.
En primer lugar, la conexión debe ser factible de construir por operarios que ocupan
equipos que tienen tamaño y dimensiones que se deben tener en cuenta.
Veamos ejemplos: No deben haber planchas tan juntas que no se pueda soldar entre ellas,
no deben quedar zonas inaccesibles ni configuraciones que impidan el montaje en terreno,
los pernos deben estar suficientemente espaciados para que las llaves puedan acceder a
ellos, etc.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
g. Recuerde que no es suficiente que la llave se pueda colocar, también debe poder
girar. Y girar en un ángulo amplio para facilitar el apriete.
h. Los atiesadores, especialmente los de las columnas, pueden impedir el montaje de
las vigas.
i. Para asegurar distancias mínimas y otras restricciones geométricas, son de utilidad
los estándares.
El tema de este punto es el cálculo de la conexión bajo la acción de las fuerzas que debe
resistir. Para esto aplicaremos los conceptos de la Resistencia de los Materiales, de las leyes
del equilibrio, la intuición del comportamiento del elemento y el sentido común.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Carlos Peña L.
Ingeniero Civil Estructural, M.Eng., PhD.(c)
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
9.1 Introducción
Desde ya debe quedar en claro que las discusiones que se ofrecen asumen que el lector
posee un conocimiento básico, tanto teórico como práctico, en el uso de programas
computacionales que implementen el método de elementos finitos.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Por ejemplo, pensemos en el mástil de una bandera que flamea al viento. En este caso, la
representación analítico-matemática del sistema estructural resulta más o menos evidente.
Podemos convenir fácilmente el uso de un “elemento estructural” vertical en voladizo cuyo
extremo inferior se encuentra empotrado y cuyo extremo superior (libre) recibe una carga
lateral relativamente concentrada. Básicamente, a partir de estas consideraciones
simplificadoras del fenómeno real, se pueden aplicar los principios de la teoría elástica y
verificar el cumplimiento teórico del sistema bajo las condiciones de borde que
correspondan, las cuales son a su vez evaluaciones matemáticas de un “estado límite”
específico.
En el ejemplo anterior tenemos dos aspectos que vale la pena explicitar. Por un lado, la
“simplicidad” del fenómeno a estudiar no requirió de una representación gráfica para
lograr el entendimiento sin perder el control de los resultados. Sin embargo, el modelo
estructural existe y corresponde al elemento en voladizo mencionado (problema resuelto
en la literatura). Por otra parte, la representación matemática del fenómeno requirió de
una cantidad de supuestos simplificadores implícitos de los cuales probablemente no
tenemos conciencia. Entre los más importantes de estos supuestos están el asumir que
conocemos las propiedades mecánicas de los materiales y que podemos evaluar las fuerzas
solicitantes.
De lo expuesto hasta el momento podemos entender que un modelo puede ser muchas
cosas, menos una representación exacta. Siempre deberá incluir simplificaciones que
hagan posible su “procesamiento” y cuya sola existencia implique “perdida de precisión”
o de “representatividad general”. Por estos motivos es que la primera pregunta que se
debe hacer el ingeniero es: ¿para qué quiero el modelo? Con esto, implícitamente ya
estamos reconociendo que no es posible generar un modelo representativo “de todo” y
que al mismo tiempo sea práctico. Nunca debemos olvidar que dentro del contexto de la
ingeniería de proyectos un modelo estructural será procesado y modificado innumerables
veces antes de poder considerarse como el modelo “final”.
La respuesta a la pregunta ¿cuál es la información que espero obtener del modelo? definirá
también cuál es la información que debo incorporar con mayor calidad y cual será
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
En palabras simples, un modelo no debe incluir “todo”, sino únicamente aquello que
garantice que la calidad de la respuesta que se obtendrá sea suficiente para los fines
específicos del diseño. Comúnmente para el ingeniero diseñador es bastante claro cuál es
el mínimo de información a considerar en un modelo estructural. Sin embargo, no es tan
claro cuál es la información que podría ser innecesaria para los fines específicos. En
ocasiones esto se genera por la búsqueda de una representatividad más allá de lo útil e
incluso más allá de lo que realmente es capaz de captar el modelo elegido. Este es un
punto bastante importante a tener presente al momento de construir un modelo
cualquiera. Un exceso de información, tanto de entrada como de salida, podría conducir a
un modelo que “distorsione” los resultados de interés. O peor aún, una innecesaria
complejidad en la representación del problema podría hacer que se genere una pérdida
de control en los resultados, impidiendo el discernimiento intuitivo, o a través de
verificaciones simples, acerca de la buena o mala calidad de los datos obtenidos. Este
último aspecto resulta especialmente relevante cuando hablamos de modelos
computacionales, en los cuales la incorporación de una multitud de opciones por defecto
o de rutinas complejas de cálculo conduce a que el ingeniero pierda el total control de lo
que se está haciendo.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Controles básicos, aunque no suficientes, que el ingeniero debiera ejecutar siempre al usar
un programa computacional son los siguientes:
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Los Elementos Finitos planos hoy por hoy se encuentran entre los más utilizados por la
práctica profesional. En estructuras de acero permiten la representación de estanques,
tolvas, silos, calderas, y placas generales, las cuales tienen un trabajo notoriamente distinto
del que puede desarrollar un elemento uniaxial prismático. Incluso su uso se ha masificado
en los últimos años a la hora de evaluar concentraciones de tensiones en elementos
prismáticos comunes formados por placas de acero, además de anclajes y conexiones
generales. Sin embargo, la relativa simplicidad en el uso de estos elementos conduce a
que en ocasiones se cometan errores graves en la interpretación de los resultados, o
directamente se generen modelos erróneos en relación al objetivo o respuesta buscada.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Los Grados De Libertad (GDL) presentes comúnmente en cada nodo de estos elementos
son los siguientes:
Es importante hacer notar que el uso de elementos con menos GDL que los que exige la
definición general del modelo estructural (6 en 3D, 3 en 2D) implica que deben restringirse
mediante algún sistema adicional todos aquellos GDL que “faltan” (direcciones en las
cuales el elemento no aportará rigidez o resistencia). De lo contrario, se producen
inestabilidades numéricas en el modelo que podrían alterar los resultados. Estas
restricciones pueden llevarse a cabo a través del uso de vínculos cinemáticos
(“constraints”), barras-elementos “rígidos”, o simplemente anulando los GDL que no son
requeridos para la solución del problema en estudio si el programa lo permite.
Los elementos finitos planos entregan “mejores” resultados al considerar los efectos de
corte fuera del plano que los contiene. En SAP2000, esto se consigue definiendo el
elemento como “Shell-Thick” en lugar de “Shell-Thin”. En caso de no incorporar el efecto
mencionado, los resultados podrían no ser adecuados en la medida que el espesor tenga
importancia en relación al tamaño de los lados. Por ejemplo, si se tiene una placa de acero
modelada con elementos de 30cmx30cm y espesor 1cm, los resultados no debieran ser
sensibles a los efectos del corte fuera del plano, pero si se tiene una losa de hormigón
modelada con elementos de 30cmx30cm y espesor 10cm, podrían generarse diferencias
relevantes para el diseño.
Es conveniente no olvidar que un elemento de tipo Shell de razón de lados fuera del rango
0.5 a 2 comienza a perder “precisión” en los resultados, debido a su formulación
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
matemática propia. Por otra parte, el uso de elementos triangulares para generar
transiciones entre un sector de mallado fino y otro de mallado grueso puede incorporar
imprecisiones mayores que el uso de elementos de 4 lados fuera de su “rango de forma
óptimo”. La razón de esto es porque las tensiones al interior del elemento de 3 nodos son
constantes, a diferencia del elemento de 4 nodos.
Sin duda se trata del tema de mayor importancia al momento de utilizar elementos finitos
de cualquier tipo. Los diagramas de esfuerzos en los elementos finitos no requieren
necesariamente ser continuos en los bordes comunes entre elementos, en estricto rigor no
debieran serlo. No es posible evitar “saltos” de tensión, por más pequeños que estos sean,
entre elementos contiguos. Esto se debe a que la formulación matemática del elemento
en si misma (cinemática y constitutiva) no es 100% compatible para esfuerzos en los bordes.
Sin embargo, los desplazamientos y giros en los nodos sí son 100% compatibles, por esto
es por lo que la solución por el método de rigidez resulta adecuada. Recordemos que la
discretización del continuo en elementos finitos es en sí misma una aproximación numérica.
Adicionalmente, las matrices de rigidez de los elementos se evalúan de forma numérica
(sin expresión analítica general) y usualmente a través de aproximaciones como la
cuadratura de Gauss. Con estos aspectos en mente, la sola definición de una malla
adecuada de elementos pasa a ser un tema importante.
Todos los esfuerzos y deformaciones dentro del elemento son obtenidos a partir del
comportamiento de los nodos, los cuales representan el único vínculo del elemento con
“el exterior” o con otros elementos. Cualquier tipo de carga, aunque no se ubique
gráficamente en los nodos, es llevada por el programa (mediante un proceso matemático
compatible con la formulación del elemento) a un efecto equivalente en los nodos, por
donde puede “entrar” al elemento y ser reconocida. No se logran resultados “mejores”
que los que están limitados por la formulación discontinua del elemento elegido. Por lo
anterior, donde se esperen fuertes gradientes tensionales, se debe afinar la malla de forma
suficiente para capturar estos efectos, de lo contrario se corre el riesgo de que los
elementos planos “no detecten” estos gradientes o no sean capaces de representar de
buena forma el comportamiento.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
expuestos deben considerarse validos dentro del campo de aplicación práctico. Como ya
se ha dicho, los ejemplos se construyen con el programa SAP2000, no obstante, el lector
debe centrar su atención en el problema conceptual en discusión más que en el programa
comercial.
La Figura 9.2 corresponde a una vista en 3D tomada de un modelo muy simplificado para
el estudio conceptual de un edificio Chancador Primario.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Centremos nuestra atención en la zona destacada (círculo rojo) de la vista 3D del modelo
de muros presentado. Específicamente enfoquémonos en el punto en que se unen los dos
muros verticales de llegada perpendicular con la losa de fundación. La Figura 9.3 muestra
en detalle la orientación de ejes locales que presenta dicho sector. Como aclaración
podemos decir lo siguiente:
Notar que la dirección 2 en el caso de los muros coincide con la vertical, y en todos los
casos la dirección 3 corresponde al eje perpendicular al plano que contiene al elemento.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
¿Tiene sentido físico que el diagrama de F22, sea continuo entre muro y losa?
Veamos ahora el mismo diagrama de la Figura 9.4, pero sin “pedir” curvas de nivel
promediadas, sino leyendo directamente el output sin pos-procesamiento, tal y como el
programa lo calculó a partir de las condiciones impuestas por el ingeniero originalmente
(SAP2000: “Stress Averaging – None”). Es esto lo que nos presenta la Figura 9.5.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Se aprecia una diferencia notable entre el diagrama presentado por la Figura 9.4 y el
presentado por la Figura 9.5, aun tratándose de los mismos esfuerzos y la misma
combinación de cargas (sea cual sea). Claro está que el diagrama de la Figura 9.5 se acerca
más a lo que el ingeniero podría esperar, es decir, una losa horizontal sin mayores
compresiones o tracciones en su plano (para este caso específico) y muros verticales cuyas
compresiones tienden a aumentar hacia las secciones bajas (efecto gravitacional). Cabe
hacer notar que este diagrama discontinuo es realmente el output de resultados del análisis
estructural realizado. El promediar esfuerzos no pasa de ser un pos-procesamiento de
dicho output original, no corresponde al resultado por si mismo. En el caso en estudio,
claramente las altas discontinuidades del diagrama de esfuerzos en los bordes de los
elementos nos informan que nuestra malla no ha resultado suficientemente “fina”. Es decir,
los valores de los esfuerzos podrían tener un error importante en relación a los que
entregaría una malla más fina, en la cual el diagrama de resultados (no promediados) sea
“casi” continuo en los bordes de los elementos, o al menos muestre “saltos” aceptables.
Pasemos ahora desde la vista de valores promediados en 3D de la Figura 9.4, a una vista
2D correspondiente al muro de color morado en la Figura 9.3. Esto es, una vista plana de
los mismos elementos (sin intervención alguna aún). Esto es lo que presenta la Figura 9.6.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Figura 9.6: Vista plana de muro del lado derecho en Figura 9.3.
Teniendo ya la vista 2D del muro de la Figura 9.6, volvemos a pedir el diagrama de F22
con curvas promediadas (SAP2000: “Stress Averaging – At All Joints”), de la misma forma
en que se hizo en la vista 3D, pero ahora en 2D. Esto es lo que presenta la Figura 9.7.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Claramente al hacer una comparación entre los valores presentados por las Figuras 9.5,
9.6, y 9.7, los cuales representan exactamente “lo mismo”, vemos una tercera distribución
de esfuerzos para la misma combinación, muy distinta a las presentadas anteriormente.
¿Qué diagrama usamos para el diseño?.
En este caso debemos notar que el programa elegido “promedia” dentro de los elementos
que “vemos”. Por ejemplo, si seleccionamos algunos elementos Shell y los removemos de
la vista (“esconderlos”, no borrarlos), y luego promediamos otra vez, el diagrama volverá a
cambiar los resultados que se muestran para adecuarse a la nueva condición gráfica.
Continuando con el mismo ejemplo de la losa típica apoyada sobre muros. Los diagramas
de flexión de la losa vista en planta serán continuos sobre todos los muros (promedio
forzado). Es decir, la flexión de tipo placa que toma el muro en la intersección con la losa
será siempre nula. ¿No parece extraño que ninguno de los muros tome un poco de flexión?.
El lector no debe entender que estos ejemplos buscan demonizar el uso de los elementos
finitos o de los programas computacionales. Sino por el contrario, lo que se busca es
transmitir la idea de que el buen uso implica conocimiento y capacidad de análisis crítico
sobre los resultados obtenidos. Un programa computacional es incapaz de cometer
“errores”, ya que realiza los procedimientos de acuerdo a reglas que fueron
preestablecidas. Es el usuario el único “facultado” para cometer todos los errores posibles,
y por lo tanto, es también el responsable de actuar consecuentemente con esta facultad.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
grupos de elementos Shell y luego pedir curvas promediadas sólo dentro de los grupos de
elementos definidos (SAP2000: “Stress Averaging – Over Objects and Groups”). En este
sentido es necesario tener claridad total sobre qué parte de un muro o losa corresponde a
un elemento continuo (en esfuerzos) internamente y sobre la validez de usar valores
promediados en cada zona. Es decir, debemos reconocer a priori que los sectores de
encuentros de muros, losas, contrafuertes, vigas, etc. marcan líneas de separación entre
grupos de elementos Shell, ya que imponen claras discontinuidades en los diagramas
esperados de esfuerzos que requieren ser captadas.
En todos los casos, y sea cual sea el modo de uso de un programa computacional, lo más
importante es entender que los resultados mostrados en la Figura 9.4, que corresponden
a los entregados “por defecto”, no presentan valor alguno para efectos de diseño. Esto se
debe a que no poseen una coherencia mínima desde el punto de vista de la física del
problema.
Conclusiones y recomendaciones
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
En este capítulo ya hemos hablado sobre criterios técnicos básicos y sobretodo acerca de
los cuidados especiales que deben considerarse a la hora de construir un modelo
computacional, ya sea al usar códigos propios o programas comerciales. No obstante,
existe un aspecto adicional en el uso de modelos computacionales que muy rara vez se
discute. Se trata de la “estandarización de la modelación”, ya sea a nivel personal o dentro
de un equipo de profesionales.
Por ejemplo, si se invierte tiempo en pensar y definir una sola vez cual es la forma de
nombrar a los estados de cargas y decidir que se incluye en cada uno de ellos, también
se puede numerar o nombrar las combinaciones de cargas correspondientes. Siendo así,
en el futuro el usuario podrá evaluar rápidamente y solo a partir del nombre de la
combinación, si tiene sentido físico el que dicha combinación controle el
dimensionamiento de un elemento específico (¿se espera comúnmente que una costanera
de techo sea controlada por una combinación sísmica?). En esta misma línea, podemos
estandarizar las formas en que trabajamos cada aspecto de la modelación, y con el tiempo
llegar a tener absoluto control de los input y output solo con la revisión parcial de
definiciones específicas.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
• Ejes locales axiales orientados en la dirección positiva de los ejes globales (en la
medida de lo posible).
• En elementos “en diagonal” preferir utilizar como nodo inicial el más cercano al
“suelo”.
• Si el programa lo permite, dividir los elementos sólo en aquellos casos en que
cambian de sección, y no necesariamente en todas las intersecciones con otros
elementos (todos los nodos). Claramente se pueden realizar más divisiones en la
medida en que sea un aporte a los objetivos específicos de la modelación.
• Incorporar rotulas flexurales (SAP2000: M2, M3) en los extremos de vigas y
diagonales, pero evitar su uso en columnas. No utilizar rotulas torsionales en otro
lugar que no sea la base de columna (SAP2000: RZ), ya que en la realidad no son
simples de lograr. Es preferible que los miembros desarrollen niveles torsionales
despreciables por efecto de la estructuración elegida.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
A diferencia del caso de los elementos prismáticos, en los cuales una modelación
rigurosamente ordenada y metódica podría no ser imprescindible, en el caso de los
elementos de área se trata de un tema crucial. Resulta en extremo necesario tener claridad
absoluta sobre la orientación consistente de ejes locales de cada elemento y
principalmente del conjunto de ellos que modelan una misma “pieza”.
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Se aclara que los problemas presentados en las secciones 9.5 y 9.6 del presente capítulo
asumen la correcta y conveniente definición inicial de la orientación de los elementos.
156
PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Esta situación podría obligar a reevaluar los criterios de modelación que se han usado.
Figura 9.10: Vínculos cinemáticos modelados utilizando barras “rígidas” (color rojo).
Acoplamiento de Barras
Rígidas
Reconociendo que existen variadas maneras aceptadas por la práctica para modelar
equipos que se encuentren vinculados a sistemas estructurales, dentro de lo posible y
dependiendo de las características propias de cada equipo, se sugiere aplicar las cargas o
efectos que correspondan en un nodo que represente el CG del mismo. Luego, se puede
acoplar dicho nodo con los puntos en donde descargará el equipo dentro de la estructura.
Para esta aplicación también pueden ser útiles los entramados de “barras rígidas”. El
considerar la carga de un equipo solamente a través de reacciones “proporcionales” a su
157
PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
peso en cada apoyo, puede afectar fuertemente la dinámica del modelo, generando una
respuesta no representativa.
Por ejemplo. Si tenemos un equipo con un eje de simetría, de 10tonf de peso, que se
apoya en cuatro puntos de una misma plataforma, y hacemos equilibrio vertical en torno a
su centro de gravedad, podríamos, por ejemplo, definir rápidamente que dos patas reciben
3tonf cada una y que las otras dos reciben 2tonf cada una. En líneas generales esta manera
de distribuir “pesos” no es la mejor idea. Por una parte, y pensando únicamente en temas
gravitacionales, la descarga en cada apoyo depende de la rigidez relativa de cada uno en
caso de tener más de tres (tres puntos definen un plano). Siendo de esta manera, si
aplicamos el peso del equipo dando por asumido que tenemos las 3tonf y 2tonf en las
patas que correspondan, en la gran mayoría de los casos obtendremos que los puntos ya
no estén en el mismo plano. Para equipos rígidos (la gran mayoría lo son) esto no es una
buena noticia, ya que puede causar fallas. Si implementamos para el equipo del ejemplo
una modelación como la que se ha sugerido, es probable que las barras rígidas vinculadas
al CG garanticen razonablemente que los apoyos se mantengan coplanares. Esto en la
mayoría de los casos conduce a que al menos un apoyo se encuentre “traccionado”, y en
consecuencia las reacciones debidas al peso en los otros apoyos deben elevarse para
mantener el equilibrio. Notar que los esfuerzos de acople al usar las barras no sean
perdidos, y por lo tanto es posible determinar cuánto está “sufriendo” el equipo debido a
la diferencia de rigidez en los apoyos y si se trata de valores aceptables.
Es posible argumentar entre otras cosas que, al momento de montar un equipo, el proceso
incorporará latinas que mantengan los apoyos a la misma elevación en todo momento y
por lo tanto la descarga por equilibrio es válida. Si el ingeniero así lo resuelve, no hay
problema, pero se sugiere que los procedimientos que se encuentren fuera de lo estándar
se documenten en los planos de proyecto.
158
PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
a incluir directamente los efectos del volcamiento sísmico que puede generar un equipo.
Si bien los requisitos de diseño para equipos montados sobre estructuras “castigan” estas
cargas en función de la ductilidad local esperada, requieren de un valor inicial
suficientemente razonable.
Estanque de cabeza
Cajón Alimentador
Barras rígidas
Dado que el objetivo del presente capítulo no es más que intentar transmitir al lector que
la modelación estructural es un tema serio y delicado, y que el uso de programas
computacionales está muy lejos de resolver los problemas de diseño por sí solo, ha sido
necesario dejar muchos temas fuera de la discusión, los cuales podrían incorporarse en
159
PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
ediciones posteriores de este texto. Algunos de estos temas son los siguientes:
• Análisis de vibraciones.
• Uso de constitutivas inelásticas.
• Análisis modal espectral y tiempo-historia.
• Interacción suelo estructura.
Se invita al lector a explorar las diferencias que se obtienen en los resultados al elegir una
u otra manera de implementar la modelación de un mismo edificio o problema. Este
camino le puede permitir al ingeniero ganar mayor control y poder de decisión sobre la
coherencia y utilidad de los resultados que se obtengan.
9.9. Referencias
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Marco Normativo y
Códigos de Referencia
Carlos Peña L.
Ingeniero Civil Estructural, M.Eng., PhD.(c)
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
10.1 Introducción
Si bien los estudios específicos sobre las condiciones para el diseño en cada proyecto y
cada lugar del territorio nacional constituyen la mejor opción para el diseño estructural, en
nuestro país no es usual contar con ellos al momento de comenzar las definiciones
estructurales. Es en este contexto en que el manejo normativo nacional e internacional se
torna indispensable al momento de tomar decisiones técnicas que puedan comprometer
la seguridad de las personas o la inversión de las industrias.
Si bien muchos de los códigos de los Estados Unidos son aceptados por la práctica para el
diseño en nuestro país sin mayores correcciones (diseño en acero y hormigón estructural,
por ejemplo), y esto limita de gran forma el problema de la adaptación de requisitos de
diseño a la realidad nacional, la filosofía de diseño sismorresistente de ambos países resulta
“distinta” (alta ductilidad v/s sobrerresistencia). Es este el motivo principal que impide el
uso de normativa sísmica “internacional” por sobre la normativa específica nacional. Vale
la pena hacer las siguientes aclaraciones desde ya. En estructuras industriales la filosofía
chilena es clara en apostar a la sobrerresistencia, pero en estructuras habitacionales se trata
de una consecuencia que se deriva de la aplicación de requisitos de rigidez exigentes y no
directamente de los objetivos primarios que declara la normativa. Esto es, a pesar de que
la normativa habitacional se enfoca en el objetivo de protección de vida (al igual que la
norteamericana), la experiencia indica que lo común es lograr el objetivo de ocupación
inmediata (daños menores), que es un nivel superior de desempeño. Otra aclaración
importante es que aun cuando es común que la normativa nacional recoja o referencie a la
normativa internacional, siempre es la primera la que indica las maneras en que se deben
implementar las potenciales correcciones para uso local.
Más allá de las preferencias locales, ambas filosofías son correctas y consistentes dentro de
su propio entorno de uso y reflejan las necesidades de cada país en estos aspectos. Se
trata de dos filosofías de diseño perfectamente definidas, pero no compatibles en sus ideas
de fondo. Si tratamos de utilizar, por ejemplo, nuestro nivel nacional de exigencia sísmica
(solicitaciones generalmente mayores), pero aplicando un detallamiento dúctil como el que
exige la normativa norteamericana (AISC 341), podemos llegar a situaciones en que los
diseños se tornen fuertemente complejos y notablemente más costosos, pero sin un
beneficio en el nivel de seguridad que la estructura puede proveer. Esto se debe a que el
nivel de ductilidad que podríamos estar entregando a la estructura no debiera ser utilizado
en razón de las bajas deformaciones de entrepiso y plastificaciones limitadas que se
esperan durante la ocurrencia del sismo de diseño de acuerdo a nuestra normativa
nacional. Vale la pena aclarar que si bien la normativa industrial permite bajo condiciones
especiales liberar las limitaciones de deformación (no así la habitacional), no se trata de
una práctica común.
Este tipo de situaciones hace imperativo que el ingeniero mantenga su manejo normativo
actualizado y entienda claramente el contexto de aplicación de los criterios de diseño que
163
PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Si bien el marco normativo nacional actual cubre una gran cantidad de escenarios, no
necesariamente plantea soluciones explicitas a la totalidad de los problemas de diseño que
deben resolverse en la práctica. Es por esto por lo que en ocasiones resulta más importante
que el cumplimiento de un requisito en específico, el entender la filosofía y espíritu de la
idea y razonamiento que se encuentra detrás de los mismos. En estos aspectos, la
ingeniería estructural chilena tiene bastante que decir.
Cabe hacer notar que la información que se expone en las siguientes páginas no se
circunscribe únicamente al diseño de estructuras de acero, sino que cubre una amplia gama
de temas relacionados con el diseño estructural.
164
PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
¿Puede una norma nacional estar obsoleta? ¿Puede contradecir a otra norma?.
En Chile existe la figura particular de Norma Oficial, la cual no es tan común en el mundo.
Por el contrario, la figura típica (Estados Unidos, por ejemplo) consiste en contar con
organismos técnicos especializados en un tema (asociaciones, institutos, etc.) que emiten
códigos de diseño basados en el estado del arte, y que la profesión adopta en razón de
que su contenido técnico se encuentra actualizado y avalado por paneles de expertos
(académicos y practicantes) del área que corresponda. Adicionalmente, en algunos casos
estos códigos también son citados por algún documento legal que refuerza la necesidad
de aplicarlos. En nuestro país, el organismo encargado de la publicación formal de normas
es el Instituto Nacional de Normalización (INN). No obstante, existen otros organismos
técnicos especializados que publican códigos complementarios y guías para el diseño.
Algunas de las normas publicadas por INN son oficializadas posteriormente (MOP, MINVU),
lo que en términos simples implica que su cumplimiento es obligatorio a nivel legal. Sin
embargo, en ocasiones y con el paso del tiempo una norma que ha sido oficializada es
sometida a revisión y actualización por INN, lo que genera una nueva versión del
documento. En estos casos, INN le entrega la categoría de “vigente” a la publicación más
reciente y declara “no vigente” a las anteriores. Esto significa que a nivel de INN no existe
contradicción de ningún tipo en relación al documento que representa el estado del arte
en el país y a aquellos que se encuentran obsoletos en su contenido técnico. El conflicto
se genera al considerar que la categoría de oficial pertenece a una versión especifica de
una norma (año), y la actualización de esta no hereda automáticamente la condición de
oficial. Por el contrario, las actualizaciones de una norma oficial deben atravesar el proceso
completo de la misma manera en que lo haría un documento nuevo.
Dado que no existe un plazo preestablecido para que una norma se transforme en oficial
(ni la obligatoriedad de oficializar nuevas versiones), existen casos en que coexisten
versiones vigentes (categoría INN) no oficiales con versiones oficiales no vigentes. En lo
práctico, si una versión vigente difiere levemente de su predecesora oficial, podrían
respetarse “ambas” sin que se generen inconvenientes técnicos y de esta manera evadir
una elección conflictiva. Desgraciadamente, existen casos en que los cambios resultan
abismales, incluso contradictorios, y se hace imposible el cumplimiento de ambos
documentos. Además, dado que desde el punto de vista técnico la actualización de una
norma se coordina con las versiones vigentes de otras, el problema práctico de intentar
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PROYECTAR EN ACERO: PRÁCTICA CHILENA
Es claro que en nuestro país no existe una normativa que cubra toda la amplia gama de
problemas que el diseño estructural debe abordar. Esta necesidad obliga a adoptar
documentación de distintos orígenes en busca de soluciones particulares. En líneas
generales, conviene seguir la siguiente jerarquía en la validación de la información
requerida.
1. Códigos estadounidenses.
2. Códigos europeos.
3. Códigos de otros lugares suficientemente “serios”.
4. Documentos o guías generados por institutos u otra entidad de investigación
formal.
5. Libros especializados desarrollados por autores reconocidos.
6. Artículos e investigaciones publicados en revistas científicas especializadas.
7. Experiencia personal y sentido común.
8. Artículos e investigaciones publicados en congresos.
9. Jamás usar información cuya procedencia o veracidad sea dudosa (Internet) sin un
análisis y validación adecuados.
Si bien los códigos europeos en varias ocasiones incluyen contenido técnico de una calidad
superior a los códigos estadounidenses (ejemplo emblemático es el caso de cargas para
diseño de silos con flujo excéntrico), es más natural en nuestro país adoptar estos últimos
debido a la gran coherencia que presentan con nuestro marco normativo general. Dicha
coherencia es el resultado obligado de nuestra historia técnica, la cual siempre ha bebido
en primera instancia del conocimiento norteamericano.
Vale la pena aclarar la razón de que las publicaciones en revistas científicas se encuentren
en el sexto lugar y las publicaciones en congresos en el octavo. Esto se debe a que las
publicaciones en revistas científicas prestigiosas requieren cumplir con un proceso bastante
serio de revisión y aprobación de pares especialistas, quienes validan el contenido técnico
a publicar, de esta manera la posibilidad de errores disminuye. En cambio, los procesos de
revisión asociados a congresos suelen ser menos exigentes en el detalle técnico y centrarse
más en la clasificación de los temas a presentar en las distintas jornadas y sesiones.
Pensando en estos antecedentes, resulta más adecuado entender el artículo de congreso
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como una “opinión” de los autores sobre el tema que se expone, pero no necesariamente
desde un punto de vista objetivo e irrefutable. Como recomendación, siempre es
conveniente considerar a los autores principales de un artículo como indicador de la validez
del contenido.
No siempre es tan claro que lo correcto sea el uso de la normativa de referencia más
reciente, sobre todo en el caso chileno. Dado que los códigos nacionales no se actualizan
de manera continua, sino cuando se estima necesario y existen los recursos para hacerlo,
las publicaciones a las que hacen referencia podrían generar nuevas ediciones que el
código de origen no ha considerado en su desarrollo. En palabras simples, una “NChX-
2003” no puede haber conocido el contenido de una publicación del año 2010, y
consecuentemente es claro que al menos en principio no se encuentra calibrada de manera
explícita para ese uso.
En este contexto es importante entender que cuando una norma nacional cita a una versión
especifica de otro documento, es esa versión y no otra la que se ha considerado en la
calibración de dicha norma. En caso de que no se cite una versión especifica o un
documento complementario específico (por ejemplo “publicaciones API”), es razonable
pensar que la norma puede haber tenido en consideración aquellos documentos que
existían formalmente antes de la publicación de esta y no necesariamente otros
posteriores. Si bien los criterios anteriores cierran el tema de la calibración y
correspondencia normativa con otros documentos, no necesariamente resuelven la forma
en que se puede realizar la incorporación al diseño diario de la actualización continua del
estado del arte. ¿Puedo usar un documento formal publicado en 2010 como complemento
de una NChX- 2003? La respuesta rigurosa es “no”, a menos que otra norma de la misma
jerarquía lo permita. Sin embargo, en un entorno técnico los límites podrían ser más
difusos. El primer paso siempre será definir si mi documento “en duda” es técnicamente
compatible con la norma principal, puesto que de no serlo las adaptaciones necesarias
para su uso podrían no resultar del todo adecuadas y se corre el riesgo de descontextualizar
el conocimiento nuevo que se desea incorporar (pierde su valor). Si existe compatibilidad
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Como recomendación, podríamos decir que desde el punto de vista técnico se debe usar
lo que sirve y nunca descontextualizar.
Estudios específicos
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Como comentario adicional, cabe mencionar que actualmente cada código de diseño
sísmico de nuestro país define sus propios espectros de diseño (incluyendo Manual de
Carreteras), y les asigna una validez limitada de acuerdo a los objetivos propios de cada
contexto. Por este motivo (a diferencia del caso norteamericano) debe definirse con
claridad antes de comenzar los análisis cual es el objetivo de uso de la estructura y sus
características propias, para luego evaluar cuál es la normativa adecuada a considerar.
• Guías AICE:
AICE-PRC-001-0 (2015) Estanques Atmosféricos de Acero Apoyados en el Suelo.
AICE-PRC-002-0 (2015) Edificios de Chancado Primario.
AICE-PRC-003-0 (2015) Silos de Acero.
AICE-PRC-005-0 (2015) Pedestales de Estructuras Metálicas.
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• Documentos ICHA.
Dado que nuestro país no cuenta con un marco normativo que resuelva todos los
problemas que el diseño estructural requiere, es común recurrir a publicaciones extranjeras.
A continuación, se mencionan publicaciones relevantes para el diseño.
• ASCE/SEI 7-16 Minimum Design Loads and Associated Criteria for Buildings and
Other Structures.
Sin duda se trata de uno de los documentos sobre diseño estructural más
importantes. Esto se debe a que contiene definiciones de uso para múltiples
estados de cargas, formas de análisis y diseño, y definiciones detalladas sobre cómo
realizar coordinación con otros códigos. Se trata de un documento de un nivel
técnico superior cuyo contenido conviene conocer en detalle. Cabe mencionar que
al momento de la publicación del presente documento la versión utilizada por la
práctica es ASCE7-10.
• ASCE/SEI 41-17 Seismic Evaluation and Retrofit of Existing Buildings.
• ASCE/SEI 59-11 Blast protection of buildings.
• AASHTO LRFD Bridge Design Specifications. 7th Edition (2014).
• ASME Boiler & Pressure Vessel Code Sec. VIII, Div. 1.
Dado que nuestro país cuenta con un marco normativo suficiente en relación al diseño
estructural con materiales tradicionales, a continuación, se mencionan los códigos
internacionales en los cuales tiene origen nuestra propia reglamentación.
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Obras marítimo-potuarias:
• Technical Standards and Commentaries for Port and Harbour Facilities in Japan
(2009).
• Shore Protection Manual (Coastal Engineering Research Center 1984).
• Seismic Design Guidelines for Port Structures (PIANC/AIPCN 2001).
• Recommendations of the Committee for Waterfront Structures Harbours and
Waterways EAU 2012.
• Recomendaciones de Obras Marítimas y Portuarias (ROM, España).
• Coastal Engineering Manual (USACE 2002).
• ASCE/SEI 61-14 Seismic Design of Piers and Wharves.
• Port of Long Beach Wharf Design Criteria. Version 3.0 (2012).
Diseño de estanques:
Diseño de Silos:
Fundaciones:
• ACI351.1 Grouting between Foundations and Bases for Support of Equipment and
Machinery.
• ACI351.2 Foundations for Static Equipment.
• ACI351.3 Foundations for Dynamic Equipment.
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Agrietamiento y juntas:
Hormigón prefabricado:
• PCI Design Handbook: Precast and Prestressed concrete. 8th edition (2017)
• AISE Technical Report N°13 (2003). Guide for the Design and Construction of Mill
Buildings
• ISO 5049-1 Mobile equipment for continuous handling of bulk materials.
• CMAA Specification N°70. Specification for top running bridge and gantry type,
multiple girder electric Overhead Traveling Cranes.
• CMAA Specification N°74. Specification for top running and under running single
girder electric traveler cranes utilizing under running trolley hoist.
• Design of Structures and Foundations for Vibrating Machines. Arya, O’Neil, y Pincus.
• Design Guide 1: Base Plate and Anchor Rod Design (Second Edition)
• Design Guide 2: Design of Steel and Composite Beams with Web Openings
• Design Guide 3: Serviceability Design Considerations for Steel Buildings (Second
Edition)
• Design Guide 4: Extended End-Plate Moment Connections Seismic and Wind
Applications (Second Edition)
• Design Guide 5: Design of Low- and Medium-Rise Steel Buildings
• Design Guide 6: Load and Resistance Factor Design of W-Shapes Encased in
Concrete
• Design Guide 7: Industrial Buildings--Roofs to Anchor Rods (Second Edition)
• Design Guide 8: Partially Restrained Composite Connections
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