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Hasta hace unas semanas, viajábamos por las calles y en aviones sin mayores cuidados ni

restricciones; la vida en los hogares y las ciudades se desarrollaba de forma acostumbrada…


Ahora, hemos cambiado para siempre, nuestra perspectiva de lo que significa una pandemia, que
ha demostrado tener el poder de tomar miles de vidas a su paso. Nuestros ritmos y actividades se
han ajustado drásticamente. Se han suspendido las dependencias gubernamentales, los servicios
recreativos y aun los dominicales. Este devocional mismo es un ejemplo de estas medidas, ya
que estamos menos de 10 personas físicamente congregadas.
¿Cómo vencer estos desafíos y los que vendrán? – Preguntó el Pdte. Nelson en la última
conferencia. Hace cuatro años en la sesión del sacerdocio, el presidente Nelson dio una
advertencia que, me parece, aplica igualmente a hermanos que a hermanas: “En un día futuro,
solo aquellos varones [y mujeres] que hayan procurado diligentemente ser instruidos por el
Señor, serán capaces de bendecir, guiar, proteger, fortalecer y sanar a los demás. Solo el
hombre [y la mujer] que hayan pagado el precio por el poder serán capaces de obrar milagros
para aquellos a los que ama y mantener su matrimonio y su familia a salvo, ahora y a lo largo
de la eternidad”.
Quisiera pues aprovechar mi mensaje de esta mañana, queridos hermanos y hermanas, para
compartir 6 principios que el Pdte. Nelson, ha enseñado en sus últimos mensajes de conferencia,
que nos pueden ayudar a entender cómo invocar el poder de Dios y ejercer este privilegio sobre
nosotros, nuestras familias y nuestra nación. Estos principios son: Buscar, Adorar y Servir.
Ayunar, Leer y Orar.

Busquen la revelación y el poder de Dios: A todos nosotros, el presidente Nelson nos enseña:
Debemos buscar, de todas las formas posibles, escuchar a Jesucristo, quien nos habla mediante
el poder y ministración del Espíritu Santo. Cuando nos estiremos espiritualmente más allá de lo
que jamás nos hemos esforzado, entonces Su poder se derramará sobre nosotros.

Adoren a Dios: El profeta Nelson nos enseñó a adorar, tan recientemente cuando nos dirigió en
el grito de Hosana– Las palabras del hebreo que significa Sálvanos ahora, te ruego". Cuando
adoramos a Dios, le reconocemos como el dador de toda bendición y nos sometemos
humildemente a Su voluntad. La adoración del Hosana nos llenó de esperanza, ¿no es verdad?
Hizo que nuestros corazones rebosaran de esperanza y fe. Una autoridad de la Iglesia dijo:
“Mediante la adoración sincera y ferviente, adquirimos luz celestial en nuestra alma que llena
nuestra vida de sentido divino, paz perdurable y gozo eterno.”

Sirvan: Estas situaciones adversar brindan incontables oportunidades de servicio… y ustedes,


mis compañeros en la obra, las han tomado sin vacilar. Ahora, que el Pdte. Nelson instruyó
repatriar a los misioneros a sus países de origen; muchos de ustedes se aprestaron para servir. Vi
a muchos de ustedes consagradamente transportando, hospedando y alimentando misioneros.
Buscando vuelos de conexión, buscando cómo hacer transacciones bancarias en la noche, o
arriesgándose para sacar montos grandes en efectivo para hacer un pago inmediato… vi a otros
vencer el temor al contagio y presentarse a las 3am en el aeropuerto para recibir y despachar a
los misioneros; incluso trayendo a sus propias hijos y esposas para ayudar. Cuando hablé con la
esposa de uno de ustedes, que recién convalecía de una cirugía mayor de corazón, y había estado
dedicando servicio hasta altas horas de la noche por varios días; al agradecerle, a esta hermana,
simplemente me dijo: “No se preocupe, necesito servir”. Personalmente les estoy profundamente
agradecido.

Las últimas tres tienen que ver con la adoración íntima/personal: Ayunen, Oren, Lean:

Ayunen: El Pdte. Nelson nos ha enseñado la forma de ayunar. Entonces tu salud se manifestará
pronto; Entonces invocarás, y te responderá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Jehová
dará vigor a tus huesos; serás como huerto de riego y como manantial cuyas aguas nunca
faltan. (Isaías 58).

Leer: “Si cada día estudian el Libro de Mormón con espíritu de oración, cada día tomarán
mejores decisiones. Les prometo que cuando mediten en lo que estudien, se abrirán las ventanas
de los cielos y recibirán respuestas a sus preguntas y dirección para su vida. Les prometo que,
si cada día se sumergen en el Libro de Mormón, estarán vacunados contra los males de esta
época”

Orar: “Cuando procuren el poder del Señor en su vida con la misma intensidad que tiene uno
que se está ahogando y lucha por respirar, el poder proveniente de Jesucristo será de ustedes.
Cuando el Salvador sepa que ustedes realmente desean acudir a Él —cuando Él pueda sentir
que el mayor deseo de sus corazones es obtener el poder de Él en sus vidas—, serán guiados
por el Espíritu Santo para saber exactamente lo que deben hacer”

Conclusión:
Avancemos y no retrocedamos. Con fe y valor, como su Iglesia y pueblo, invoquemos Su poder
y ofrezcamos al Señor una ofrenda en rectitud… ¿es decir, qué cambios de vida está dispuesto a
ofrendar para recibir las bendiciones esperadas? Evaluemos nuestra vida con estos seis principios
de poder que el presidente Nelson ha enseñado repetidamente. BÁSALO (buscar, adorar, servir,
ayunar, leer y orar), serán en su vida una fuente poder y esperanza.
“Al sobrevenirnos peligros que ̮amenazan quitarnos la paz, tengamos en Dios gran confianza;
vencido será Satanás. De Dios no dudemos en nada porque hemos probado ya bien Su bondad.”
- Te damos Señor nuestras gracias (Himno #10).
Si superamos estos momentos de tribulación y adversidad, nuestra tierna semilla del carácter se
convertirá en un árbol fuerte con profundas raíces; nuestro frágil cimiento de esperanza, en una
ancla segura y firme, que nos hará abundar siempre en buenas obras, y a glorificar a Dios.
Podemos invocar el poder de Dios para bendecir nuestra mayordomía, a nuestras familias y a
quienes ministramos. Él nos ha mandado hacerlo, pero más aún tenemos la bendición del profeta
quien dijo en la última sesión: “Los bendigo con paz y mayor fe en el Señor. Los bendigo con un
deseo de arrepentirse y llegar a ser un poco más como Él cada día. Si hubiera enfermedad entre
ustedes y sus seres queridos, les dejo una bendición de sanidad, de acuerdo con la voluntad del
Señor”.

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