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Juegos profanos

(El infierno)
Luz tenue sobre la silueta de Saúl quien, en los
uentanales del comedor, habla bacia el jardín.

sAúL: ¡No mamál Ese árbol no lo toques. Déjalo así.


No necesita luces. Es mejor que entres. Afuera
hace frío y puedes resfriarte. (Pausa.) ¿Por qué
no te vistes ya? ¿Lo ves? Empezó el viento. ¡Mi-
ra cómo mece los árbolesl ¡Sí, aquél sobre todol
¡Se mece, mamá, se mece! (Ríe.) ¡Las esferas se
caen! ¡Con el trabajo que te costó adornarlo!
¡Oye! ¡Se rompenl (Otra pausa.) No te enojes.
No pongas esa cara. No fue tu culpa...

Saúl baja la cabeza. Alma entra A €scena en uwt


silla de ruedas. W a Saúl y acciona la silla pa-
rA AcercArse a é1. Abora se detiene y ríe mientras
canturreai

ALMA: Jingle beils, jingle bells, jingle bells song...

Alarga un brazo y acciona un apagador. Cambio


de luces.

snúl: ¿Por qué enciendes la luz? ¡Apágalal


ALMA: (Gírando en la silla de ruedas.) Jingle bells, jin-
gle bells song...!

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Cerlos Olnros
Juegos profanos

sAúL: ¡Te digo que la apaguesl ¡Mamá está arreglando ALMA: De aquella noche... ésta es la última que queda.
los árboles del jardín y necesita oscuridad! ¿No Las otras son nuevas. Las compré ayer. Si no te
entiendes? ¡En vez de cantar como loca, debe- la enseño, es probable que no la hubieras reco-
rías ayudarlal
nocido. Y ahora dámela. La dejaremos aquí,
ALMA: (Indiferente.) No quiso. Se lo propuse. Pero no arriba, en la punta. (Lo hace. Aspira el olor del
qulso. pino.) iAh, qué bien huele!
sAúL: Es el olor del bosque.
Ahora ua hacia el tírbol nauideño, sin dejar de ALMA: No. El del hogar...
cltnturrear, y deja en él una tarjeta. Saú|, furioso,
sAÚL: Entonces huele a melancolía.
hace girar la silla y descarga sobre Alma una terri-
ALMA: Pero... ¿no estás contento?
ble bofetada.
sAúL: Sí, aunque no puedo demostrarlo bailando.
ALMA: ¿Por qué no?
seúl: ¡Obedéceme cuando te hablel
ALMA: ¡Me has dado veinticinco bofetadas en el día, Y ahora, mu! natural, se pone de pie e inicia una
Saúl! ¡Otra más y...1 danza improuisada.
sAúL: ¡Te las mereces! ¡Quítate el vestido inmediata-
mentel
ALMA: ¡Me ¡La vida se debe manifestar! ¡Somos jóvenes!
pediste que esta noche...l
Jingle bells, jingle bells, jingle bells song...!
sAúL: ¡Ya me arrepentíl ¡Quíratelo y ponte otro! SAUL: Alma... por favor... quítate el vestido.
ALMA: ¿No estás contento? ALMA: (Como una niña caprichosa.) ¡Not
saúl: ¿Alguna vez lo he estado? SAUL: (Débil.) Te lo ruego...
ALMA: Creí que hoy tratarías de controlarte Lln poco. ALMA: ¡No! Siempre que termino por hacer lo que quie-
Por mí... y por lo que celebramos. res me pides lo contrario. ¿No dijiste que me
SAUL: (Tbmando la tarjeta del árbol.) ¿Y esto?
quito diez años de encima cada vez que me lo
ALMA: No sé.
pongo? (Lo besa.) Vamos a olvidarnos de todo,
SAUL: Volviste a pedirle regalos a Santa Claus, ¿no? SaúI. Aunque sea por esta noche. ¿Quieres una
ALMA: ¿Y qué, como lo haya hecho? ¡No eres nadie copa?
para impedírmelol SAUL: Sí.
sAúL: Pero... ¿es para mí? (Alegre .) ¿De veras? ¿Es para
mí?
ALMA: ¡Hoy beberemos hasta emborracharnos! Des-
pués de todo, se trata de una noche inolvidable,
ALMA: (Desprende una et-fera azul.) Y tarnbién esto.
¿no crees?
sAúL: (La abraza.) Creí te olvidarías...
qr-re
sAúL: ¿Tan inolvidable como para que hayas dispues-
ALMA: ¿Por eso estabas enojado? ¡La esfera más grande, to que la pasemos solos?
la más hermosa, la corté para til ALMA:
sAÚL: ¡Tú lo quisiste así! ¿Por qué me echas la culpa?
¿Segr.rra? sAúL: Pudiste haberme convencido. Soy muy débil.
ALMA: Revisa e[ árbol y lo comprobarás. Lo sabes.
sAúL: (Fascinado.) ¿Cómo pudiste c<¡nservarla?
Carlos Olmos profanot
_ Juegos

Alma le da una coPa ! ahora uuelue A sentarse en mos salir cuando nos vien'e en gana? ¡Siempre
la silla de ruedas disponiéndose a brindar. teniendo que pedir permiso, dejando que déci-
dan por nosorros, pasándonos la vida...!
ALMA: ¿Y ahora qué? ¿Quieres que los invite?
SAUL: Si tanto te molesta cenar con ellos, puedes irte.
sAúL: La costumbre es que la pasemos entre familia. A ver qué les digo cuando me pregunren por ti.
ALMA: ¿Sí?¿Aburriéndonos? ALMA: ¡Deberías aprender a resperar tus decislones!
sAúL: ¿Qué hiciste de cenar? ¡Ser un poco más adulro y dejar de comportarte
ALMA: ¿Qué iba a hacer? ¡Pavo, naturalmente! como un niño! ¡Hoy en la tarde me juraste que
sAúL: Creo que mamá ya terminó... cenaríamos solos, que ya era tiempo de tener
ALMA: Está ahí desde que empezó a oscurecer. ¿La vas una vida independienre, que tendrían que saber
a taer ya? que somos de carne y hueso...
s¡Úl: (En la uentana.) ¿Terminaste, mami?
Alma se interrumpe. Lo ue con miedo. Saúl sonríe.
Alma cambia su expresión. Dice con rabia casi en
un murmullo: seúr: Ellos también lo son.
ALMA: No he dicho Io contrario. (Pausa.) Si tan sólo
ALMA: ¡Entoncesempecemos! por esta noche pudiéramos excluirlos...
seúl: Ni lo pienses. ¡Y baja lavoz, que pueden oírnos!
Arroja la copa ! toma la esfera azul estrujándola ALMA: ¡Sería preferible! ¡Sería preferible que de una vez
entre su mano. por todas se enreraran de lo que pasa!
snúr: ¡Por eso! ¡Porque rienen que enterarse, es por lo
seúr: ¿Qué estás haciendo, estúpida? que cambié de opinión con respecro a su pre-
ALMA: ¡Lo que ves! sencia!
seúr: ¿Qué te propones? ALMA: (Sorprendida.) Eso... ¿es cierto?
ALMA: ¡Lo mismo que tú! ¡Fastidiar! s¡.úr: Hoy'cumplimos diez años, ¿no?
s¡úr: (Le da ona bofetada.) ¡Me tienes harto! ¡En nada ALMA: ¿Qué tramas?
nos perjudica que mamá cene con nosotros! s¡.úr: ¡Decirlo hoy mismo!
ALMA: ¡A mí sí! ¡Me dan ganas de servirle licor en- ALMA: (Aterrada.) ¿Hoy?
venenado! snúr: Después de cenar. Si lo hacemos anres... hasta el
s¡úl: ¿Te atreverías a cargar con la responsabilidad de hambre se les quitaría.
un lugar común? ALMA: Y no sería jusro después de pasarme toda la ma-
ALMA: ¿Tú qué crees? ñana preparando la cena. (Sonríe.) La hice pen-
seúr: Que sí. (Sonríe burlón.) Y ya que estamos en me- sando en ti.
lodramas, dime... ¿no has pensado en la cárcel? snúl: ¿Ah sí? Pensé que era para el viejo...
ALMA: ¿Nuestra casa? ALMA: ¡Fue por ti! Hay veces en que papá deja de im-
seúl: Si lo quieres ver así... POrtarme.
ALMA: ¡Así es! ¿Hacemos una vida como todos? ¿Pode- .snúl: Debe ser en muy contadas ocasiones. Parece

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Carlos Olmos Juegol prgfanos

que tu vida es una entrega constante a sus capri- ALMA: Pero si estás empeñado...
chos. seúr: (Estalla.) ¡Es muy temprano!
ALMA: ¡No son caprichos! ¡Está enfermo! ALMA: Como quieras.
sAúL: ¡Pero de ti! ¡Hace todo lo que está a su alcance
para retenerte a su lado! Me doy cuenta, Alma. Pausa larga. Alma termina tu copa, ua al comedor
Hace años que se finge enfermo sólo para estar y disponelos platos. SaúL, fente al público, ue fija-
contigo... mente un Punto en el uacio.
ALMA: (Cínica.) ¿Y si así fuera? Tú tienes a mamá... pa-
ra desquitarte. seúl: Qué expresión tan dulce tenías cuando eras jo-
snúr: ¡A ella no me la toques! ven. Eras la beatitud misma. ¿En qué pensabas
ALMA: ¡No te la estoy tocando! Pero quiero que sepas entonces?
que si a esas vamos... ALMA: ¡En papá, hombre! ¡A ti todavía no te conocía!
snúr: (Le da otra bofetada.) ¡Ella es distinta! ¡No tienes sAúL: ¡Te he dicho que no me interrumpas cuando
derecho a insultarla de ese modo! hablo con ella!
ALMA: ¿Thnto la quieres? ALMA: ¡Tengo que hacerlo! ¡Por mí, te dejaría la vida en-
snúr:(Lírico.) ¡Como tú jamás podrías entender! tera sentado ahí, hablándole a un retrato! ¿Por
ALMA: Lo entiendo, no creas. Y tan claramente que sé qué no entras a su cuarto y le dices todo eso? ¡Pe-
que nunca podría compararse con lo mío. ro no, claro, eres tan cobarde que haces del vien-
snúl: ¡Por supuesto que no! ¡Aquí yo soy el más in- to un confidente!
tensol s,túl: Es preferible a tener que hablar con esas ruinas.
ALMA: ¡Quién sabe! Porque la idea de los esqueletos... ALMA: ¿Te da miedo?
te la di yo. sAÚL: Asco.
snúl: ¿Y quién la complementó, eh? ¿Quién se encar- ALMA: ¿Y desde cuándo? (Sonríe peruersamente.) Tú ha-
gó de darle cuerpo? cías el amor con ella, ¿no?
ALMA: ¡Los dos! s¡Úl: ¿Celósa?
snúr: ¡Nada de eso! ¡Si nuestros padres tienen que ALMA: Yo lo hice con papá. LJna vez solamente. Pero lo
agradecerle a alguien el que aún sigan vivos, es hice.
a mí! seÚl: Eso no es cierto. Lo inventas para herirme.
ALMA: Pero por lo que acabas de decir parece que ya te ALMA: Cuando me confiaste lo tuyo, me dije: 'Alma,
estás arrepintiendo. Si les decimos "eso", ¿qué tú no debes quedarte atrás." Y entonces... me
caso tiene estar discutiendo sobre ellos? ¡Acaba- animé.
ría todo, animal! snúl: ¿Y qué sentiste?
s¡úl: (Después de una pausa, desconcertado.) Era para ALMA: ¡No seas morboso!
tantearte. seúl: (Rie.) ¡Es Falso, Alma, completamente falso! ¡Tú
ALMA: Así no conseguirás nada. Ahora, si es que toda- serías incapaz de algo así!
vía te quedan ganas, ve por ella. ALMA: ¿Cómo lo sabes? ¡La esquizofrenia se pega, her-
snúl: Todavía no es tiempo. Es muy temprano. manito!

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Juegos Profanos

sAúL: (Le da bofetadar.) ¡Eso es necrofilia, imbécil!


seis

¡Si quieres insultarme,


aprende a hacerlo bien!
hicet (Lo ue con furia'.) ¡Esto
ALMA: it'"é. lo hice! ¡Lo
(Y casi escupiéndole a la
-. lo u", a pagar! dice
cara.) iEdiPo!
sAúL: (Furioso, contl un niño.) iElectral

Se sienta en el mismo sitio. Alma ua junn al ár-


bol, llorando.

podrás Parecerte
¡Es mejor que te callesl ¡Nunca
a mamá!
te duela!
ALMA: ¡Soy igual a ella aunque
snúl: iq"e u"t ¡l\4amá era más bella! ¡A su lado pare-
ces su caricatura!
ALMA: Aunque por ahora tienes qtte conformarte con
eso, ¿no?
¡Tambien de ti estoy harto! ¡Nunca
saúl: podrás ser
lomo ella! ¡Ni poniéndote su roPa podrás pare-
certe a ellai ¡Mamá era Llna ninFa, una princes:r!
ALMA: ¡Exagerasl
snúl: Lo qit. pasa es que la enfermedad la fue secan-
do. f.tá era hermosal (Suspira') ¡Ah, si Goya la
hubiera conocido...!
ALMA: ¿No la viste cuando estaba agonizando? ¡Tenía
ia boc" chueca y los oios saltones! ¡Parecía una
bruja!
snúl: Hablas así porque papá la prefería' Siempre
fuiste relegada.
ALMA: ¡No inventes!
s¡úl: ¡Me lo dices en la camal
ALMA: itl.l -. has dicho cosas Peores que yo tengo la
delicadeza de callar!
snÚl: sucia que"'!
¿Delicadezas tú? ¡Eres mas
ALMA: iM. h"t obligado, Saúll ¡Los dos tenemos col¿rs
qué pisarnos y te juto que la tuya es más largal

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Carlos C)lmos Juegos profanos

seúl: ¡Sin chantajes, Alma! (La ue.) Es mejor que c:rda sólo para qr.re el señorito se sintiera protegido o
quien siga por su lado. castigado? ¿Se te hace muy sencillo?
ALMA: (Sorprendida.)
¿Lo dices en serio?
sAúL: Yo sólo quiero...
saÚl: Compleramente. ALMA: ¡taicionarmel ¡Tirarme a la basura después que
ALMA: ¿Después de rantos años? has acabado con lo mejor que tenía!
SAUL: Para ser exactos... diez. s¡úl: Lo hiciste de buena gana, Alma. Nadie te obligó
ALMA: (Retadora.) a nada.
¿Y crees que será ftícil?
seúl: Basrante. ALMA: ¡Porque me prometiste que sería sólo por unos
ALMA: ¿Y qué pretendes hacer? ¿Matarme?
días... mientras lograbas olvidar el olor a muerre
SAUL: Algo más difícil: olvidar. que se respiraba...l
ALMA: (Acosándolo.) ¿Crees que una mujer re podrií sAúL: ¡Pero después eras tú la que por cualquier cosa
aguantar con el carácter que tienes? sacabas nuestro asunto, aprovechabas el menor
s¡,úl: No he pensado en ninguna. euiero vivir solo. descuido para tenderme trampas!
¿Enriendes? (Firme.) Quiero que re vayas. ALMA: ¡Las necesitabas! De haberme negado a jugar, te
ALMA: Ah, qué chisroso. Ahora resulra que la que debc hubieras suicidado. Lo decías a cada rato. ¿No
lfse soy yo. me chantajeabas encerrándote en tu cuarto y
s¡úr: Llévate lo que quieras. A papá, incluso. fingiéndote muerto?
ALMA: ¿Estás loco?
snÚl: Quería saber si contaba contigo. Eso era todo.
snúr: ¡La _casa es mía! Y como el muerro
y el arri, ALMA: Y lo conseguiste. Porque cuando llegamos a lo
mado... otro. ..
ALMA: No decías lo mismo cuando te negabas a enre- sAúL: ¡Cállate yal
rrar a mamá. ALMA: ¿Te avergüenza?
snÚl: ¡Nunca apestó! ¡Fue una santa! snúl: ¡Lo hago por til
ALMA: .'De dónde has sacado que puedes echarme ran ALMA: ;Vaya! ¿Y pensaste en mí la primera vez que lo
flícilmente? ¿Crees que papá está pintado o qué? hicimos?.
¡Eres ingenuo! ¡Correrme a míl ¡Después que sAÚL: Fue otro intento... completamente fracasado.
me pedías, que me suplicabas qu.
-. queda.a Quería ver otras cosas, sentir lo que de otra ma-
contigo para poder soporrar la falta que ellos te nera era imposible.
hacíanl ¡Después que me converrisie en un¿l ALMA: Era mejor imaginarlas. tatar de vencerlas con
puta...! una fantasía. Algo... no sé... menos peligroso.
s¡.úl: ¡Alma! sAúL: ¡Tenían que salir fueral ¡Explotar! ¡Era el único
ALMA: ¡Eso.es lo que soy gracias a til ¿piensas que un:r
modo de no contaminarme, de dejar a los de-
muchacha decenre se prestaría a esros juegos? seos en el lugar que les correspondía! Desear...
¿Que me sienro capaz de salir y mirar de frénre siempre desear... ¡Alma, si pudiéramos detener-
a los demás? ¿Diciéndoles que regreso despr,rés nos, todavía podemos!
de años de encierro, de amasiato con n.ri propio ALMA: ¡Yo no!
hermano? ¿Cuidando y vistiendo dos esqueletos sAÚL: ¿Por qué?

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(larlos Clmos
Juegos profanos

ALMA: Por costumbre. Porque no puedo evitar mirarre ALMA: ¡Hazlo en la recár¡ara de riuestra querida ma-
como un hombre. ¿Cuál es tu miedo? clrel ¡A mí ya no me morrifiques másl ¡Anda, ve
SAUL: Ellos. con ella y cuéntaselo rodol
ALMA: No lo sabrán nunca. s¡Úl: ¿Me crees r¿rn cínico?
SAUL: Pero hay veces que me miran como... como si ALMA: Tratas de h¿rcerlo en rodas las navidades.
me reprocharan un crimen que nunca cometí. seúl: J'úr me lo impides.
ALMA: ¿Que te miran, dijiste? ALMA: Me parece de nrr-ry mal gusto mezclar a Santa
SAUL: (Angustiado.) Creo que... ¡Tienen vidal ¡Nos vi- Claus en trn i¡rcesro.
gilan! s,qúl: ¡Propr-rse las posadas y t:rrnbién re r.regasrel
ALMA: ¿Qué locuras estás diciendo? ¿Cómo pueden te- ALMA: ¡Porqr-re uno debe resperar las rr¿rdiciones de su
ner vida un montón de huesos? c:rsa! ¡A ver, nlírame :r los ojos y dime sincera-
SAÚL: ¡Tendrías que verlos bien, hermanal nle nte si de ver¿rs rienes ganas de hablarl
ALMA: Los he visto. No olvides que diariamente los snúr: (Sonríe .)
¿1'úr no?
atiendo, los sacudo, les cambio la ropa y última- ALMA: P¿rra nrí es m¿ís sencillo. Como soy rnujer, me
mente... hasta le hago peinados a mamá. haré pas:rr por víctim:r.
-ltnemos
fama de débi-
SAUL: ¿Realmente... estás segura...? les y, en hltirn¿r instanci¿r, yo no rengo la culp:r.
AI-MA: (Firme.) ¡Si es necesario repetirte que esas "cala- El cle las locur¿rs cres r1l.
cas" ya no son ellos...l sAtiL:
;Me prornetiste clue h:rríarnos una confesión a
sAÚL: ¡Otro recordatorio de esos y te marco la cara! dúo! ¡'lt r.nosrrlrb¿ls c{ispuesta!
ALMA: Vrrmos, Saú1, no te arornlenres tanto. Deja c1r-re
Saúl ha tomado un cuchillo de la mesa. Alma tra- la Providencia clecida. Quería clue esr:r noche la
ta de trunqnilizarlo. pas:ír:rmos cn paz. ¿No te alegró recibir mi rar-
jer:r de Felicitación? Mira el ¿irbol. Hace más de
ALMA: No tienes por qué exaltarte así. Sólo trato de die.z a.i.los que estií vacío. Si no somos nosotros
hacerte ver lo que sucede. quier.res recordamos, ¿qr.rién, dime, qLrién? (Za
sAúL: ¿Negándome la existencia de papá y mamá? besa.) F,stoy dispuesta a hacer todo lo que quie-
ALMA: ¡Es sólo un juego! ¡Pero no debes romarlo tan a r¿ls pcro no a perderte. Eso no. Lo único Ílícil
pechol ¡Procura ser un poco más realista, Saúl! qr-re he enconrrado en la vic{a has sido tú. Sería
¡Vive tu épocal ;Evádetel desasrroso clue ahora, clespués de t¿rnto tiempo,
SAUL: ¡No tengo por quél quisiéramos buscarle orro senrido a lo que so-
ALMA: ¡Pues yo tampoco tengo por qué oírte el receta- rnos. (Thtnsición.) Papá me c{ijo ayer que esroy
rio de tus miedosl ¡Deberías controlar más tu envejecier.rdo... y mamá se puso muy contenra.
paranoia!
¿Es cierto, Saúl? ¿'le parezco vieja?
snúl: Si es que así llamas a la angustia de saberse una snúr.: ¿Ayer?
vil abstracción... ALMA: Cuando fuirnos por los regalos. ¿Ya no re acuer-
ALMA: (Harta.) ¿A quién estás leyendo ahora? das? Cleí que lo habías escuchado.
seúr: ¡Pienso en voz alta imbécil! sAút.: -lirl vcz esrrrhl disrraído...

3o )r

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Carlos Clmos Juegos profrtnos

ALMA: Debe ser. Porque con tus zapatos me tocabas la bas los cipreses, me dio la impresión que Saúl
rodilla, debajo de la mesa. nos vigilaba.
sAúL: ¡Ah, síl ¡Por poco nos descubren! ALMA: (Rie.) Quería ayudarme a poner la nieve artifi-
ALMA: Pícaro. (Lo acaricia.) No te olvides que tienes cial...
que darme las claves convenidas... para Preve- sAúL: Pero vi su mirada a través de los crisrales. Era
nirme. una mirada tan inusitada...
sAÚL: No es igual. Me gusta tomarte por sorPresa. ALMA: Estaba enojado. Eso es todo. Le prohibí salir.
ALMA: ¡A¡ Nicolás, Nicolás...1 Por el viento. ¿Sabes? Ninguna esfera quedó en
su lugar...
Cambio de luces. Ambos caen al suelo e inician un sAúL: Sólo que ese muchacho...
juego erótico entre risas neruiosas y mouimientos uo' ALMA: El no es problema. Si te fijas bien, Alma es más
luptuosos. especial. Yo t¿rmbién creo percibir er-r .su mirada
una mezcla de burla y de maldad...
Deberíamos ser más discretos, viejo. seúl: ¿Maldad? ¿Cómo puede haber maldad en al-
SAUL: Venturina, mi adorada Venturina... guien que se parece tanto a ti?
ALMA: ¡A¡ me vas a lastimar, Nicolás! ¡Contrólate!
SAUL: Quisiera tener tu piel debajo de la mía... siem- Ahora Saúl se leuanta. Alma lo ue cort descozt-
pre... siempre. Soñar sobre tu desnudez que so- t'ierto.
mos uno.
ALMA: Suéñalo entonces... ALMA: ¿A dónde vas?
seÚl: Alma mía... somos puros... ¡Somos puros! sAúL: Ya es tarde. Deben esrar esperándonos. Y Saúrl
ALMA: ¡Eso es lo que sé al final! (Se besan.) me dijo que riene algo importanre qué decirnos.
sAÚL: Creo qr,re llueve. ALMA: (Angustiada.) Pero... ¿vas con ellos? ¡No nos han
ALMA: No es agosto. No podría llover porque no es invitadol
agosto y mi vestido es blanco, no verde. sAÚL: No tienen por qué. ¿Acaso somos exrraños?
sAÚL: Esta noche te ves desconcertante, Venturina. Te ALMA: Si nos fingiéramos enfermos...
pareces 4... sAúL: ¿Qué te pasa? ¿Te molesrasre con alguno de los
ALMA: (Rdpida.) ¡A mí misma! ¿Ves el mar, Nicolás? dos? ¿Quieres castigarlos por algo que hicieron?
Dime que lo ves. Mañana iremos a la playa. ALMA: (Desesperada.) ¡No los traiga.s, Saúll
¡Hagámos-
Nos tiraremos en la arena y... lo el año próximo! ¡Es sólo un año n-rás! ¡Pasará
s¡úr: ¿Solos? prontol
ALMA: Sí. Ya ves que los niños casi nunca nos dejan s¡,úr: (Ronndo.) ¡Será esta noche!
salir. ALMA: (Lo ataja, frenética.) ¡No podrás decir nada! ¡Se
snúl: ¡Shsssl ¡Silencio! ¡Están en la sala! No sé qué te secará [a boca! ¡No podrás confesar nadal
tanto se secreteaban. (Pausa.) Ahora que estaba
¡Papá empezará a hablar de mi bodal ¡De rni in-
en el jardín, acompañándote mientras adorna- minente boda! ¿No lo habrás olvidado, verdad?
s,{tiI.: Hov... después de la cena...

)2 )3
Carlos Olmos Juegos profanos

ALMA: ¡Después de la cena bailaremosl ¡Festeiaremos el


tos. Sombras que se multiplican. ¿A quién te-
nacimiento de Cristol ¡Daremos gracias al cielo mo, Dios mío, a quién?
por permitirnos vivir un aito más y luego...!
sAúL: Saú/ aparece en escena. Sobre la silla de ruedas
¡Suspenderá la fiesta y en mec{io de todos...!
ALMA: ...te pondrás a decir un poema religioso. (Rie.) uemos un esqueleto uestido de ga/a. Peluca blanca
sobre el cr¿íneo. Saúl se ue mu! satisfecho.
¡Eso es lo único que harásl
sAÚL: ¡No te rías así!
ALMA: ¡Me río como quierol ¡Mamá está enferma del (wor'l: En el es*eno de la obra se utilizaron dos
corazón! ¡Puede morirse de ltn susto como el muñecos de apariencia momifcada, en uez de es-
que quieres darle! ¡Te echarán la cr.rlpa! ¡Te se- queletos.
guirá siempre su maldición! Los actores, al dialogar con ellos, los accionaban
sAúL: manualmente )t esto permitia una gama de recur-
¡Pero afuera, en la callel ¡Poclré sentir el sol, la
gente, el vértigol sos mu)/ teatrales.
ALMA: En las puestas sucesiuas deberd subrayarse eljue-
¿Con el remordimier-rto de haberla rn¿rtado?
snúl: ¡Con éll ¡Pero lo habré dichol ¡Lo habré dicho! go escénico tinicamente a traués de actitudes, uoz
ALMA: ¡Pues no ver-rdr¿ínl I gestos de los personajes pero sin rccurrir a concesio-
snúl: ¿Qué?
nes grotescds.
ALr\{A: ¡Corno oístel ¡No vendr¿ín! ¡Papá se sientc mal! Para Alma y Saúl cl juego es, literalmente, un jue-
sAúr.: ¡No podr'ás impeclirlo, Almal ¡Hablaré! go de niños y de su capacidad para conuencernos de
ALMA: (Forcejeando.) ¡Por fávor, recapacitrrl ¡Pier.rsa err é1, depende el tono de lafarsa.)
lo que será de mí sir.r ti y sin ellosl
sAÚL: ALMA: Buenas noches... mami
¡S:ílvate como pr-redasl
SAUL: Buenas noches, hija. Ve por papá.
Otro cambio de luces. Sube mt'uica. Snúl tonta h ALMA: ¿Quieres champagne?
silla de ruedas y con e //a hace mutis. Alma todauht SAUL: Se lo tiene prohibido el médico.
intent(¿ deteneilo pero ahora, al escuchar ttrt¿s cattt' ALMA: Una copa no le caerá mal.
panas lejanas, gira c/iciendo ett un mu'rmullo: SAUL: (A la madre.) Yo te aconsejo que no tomes nada.
Con lo delicada que estás...
ALMA: ¡No lo diremos! ¡Ellos no tienen por qué sabcr ALMA: Tienes razón. No sea que se nos vaya a ir antes
nuestro secretol ¡Ellos no tieneu que perdot.rar'- de tiempo.
nos nadal Si ocurriera un milaglo... sAúL: ¡Cuando traigas a tu viejo, me las vas a pagarl
ALMA: ¡Papá no da tanta lata!
Ahora las cltmprtnds se perciben con nitidez. seúl: (Como la madre.) Esta noche me pone muy sen-
timental. Hazlo que te ordenó tu hermano, hi-
jita. Ya ves que tu padre no da un paso sin que
¡Las diezl Dentro de dos horas nacerás. Esra no-
che siento una luz en mí. Voces de niños mucl'- tú estés con é1.
ALMA: (A Saú|.) ¡Vaya, por lo menos eso sí lo reconoces!

34 l5
/uegos profanos

Alma le da la copa a Saúl y sále de escena. Saúl


habla mientras coloca la copa en la mano de la
madre.

snúr: ¿Sabes? Últimamenre me he senrido un poco


débil. Siento un dolor aquí, en la garganta. De-
be ser por tanro fumar. El médico me lo advir-
tió pero... (Como SaúL, en rápida transición.)
Deberías hacer la prueba dejando de fumar u¡r
día de estos. El cáncer llega en el momenro me-
nos pensado, mamá. Esta noche re ves muy lin-
da. Un poco delgada, pero... parece que por ri
no pasan los años, por lo que se ve. Papá debe
estar muy orgulloso. Y yo también. No cual-
quiera tiene una madre tan... singular. ¿Por qué
no te pintas el pelo? De rubia te veías muy bien.
Aunque, claro, las canas también te sientan. ¡Es-
tás maravillosa! ¡Hasta me dan ganas de bailar
contigo! (Le extiende la mano.) ¿Me permite,
madame? (Toma el esqueleto I baila con él un
uals.) iSeñora, parece usted una pluma!

Entra Alma con el otro esqueleto. La imagen de


Sazíl bailando con la madre es alucinante. Alma se
detiene p'ara uerlos. El esqueleto de Alma está ues-
tido de frac y bastón.

ALMA: (Como padre.) ¡Ya se empiezan a divertir, ehl


sAúL: (Natural.) ¿Qué quieres? Casi nunca me la pres-
tas, viejo.
ALMA: ¿Quieres romar algo, papi?
sAúL: i\o lo sientes ahí! ¡Ese lugar es para mamá!
ALMA: ¡Esta es la silla de mi padre!
sAúL: ¡Pero mamá llegó primero! Por ahora, puede
sentarse en otra parte. Bueno, señora, está usted
servida...

37
(lrrlos Olmos luegls profanos

Lleua el esqueleto a la silla de ruedas. Alma sien' snúl: ¿Quieres bailar, hermana?
ta al padre frente a la madre. ALMA: ¡Déjamel
snúl: ¿Te enojaste?
ALMA: Ya verás, papá, qué rico me salió el pavo. ALMA: ¡Me molesta que no me des mi lugar!
SAUL: ¿Tú lo hiciste, hija? Para eso tenemos a la criada.
saúl: Mi amor por la "gorda" es cierto.
ALMA: (Al padre.) ¿Te gusta cómo puse la masa? ALMA: ¡Pero no lo repitas a cada momento! ¿Quieres
SAUL: Yo lo hubiera hecho mejor. arruinarlo todo?
ALMA: No puedes, mamá. Te faltan fuerzas. snúl: Estoy dispuesto a confesar y nada cambiará mi
decisión.
SAUL: ¿Por qué eres así, mamá? Una mujer debe saber
llevar un hogar, luego se casa y no sabe hacer ALMA: ¡Pero no en esa formal Es mejor que sigas la ru-
nada. tina, lo de siempre. Así sólo confundirás más las
ALMA: Si yo me meto a la cocina es para ser un Poco cosas.
más completa, ¿verdad, Saúl? snúl: ¡Hay que abreviar la ceremonia! ¡Es preciso ha-
s¡úr: ¿Y a mí por qué me lo preguntas? Eso te
lo debe blar antes de pasar al comedor!
agradecer tu futuro marido. ALMA: ¿Cuál es tu urgencia? ¡Lo puedes confesar des-
ALMA: ¡No hables de eso! pués!
seÚl: ¿Para que nos suceda lo mismo? Apenas estamos
Saríl acciona el oáneo de su esqueleto bacia el lado er-r el comedor y ya no podemos hacer nada,
izquierdo. más que comer y comer.
ALMA: Sería preferible dejarlos cenar tranquilos. ¿No te
snúl: ¡Sólo de pensar que esta es la última Navidad
dan lástima? ¿Qué derecho tenemos para...?
que pasamos juntos...l SAUL: ¡El de vivir más libres! ¿No es suficiente?
ALMA: ALMA: (W a los esqueletos.) Pobrecitos... ¡Se ven tan lle-
¡Venturina, por favorl ¡No te pondrás sentimen-
tal ahoral ¡Eso sólo te lo paso en Año Nuevol nos de vida, tan contentos! ¿Por qué no me de-
snúr: Tú sí me entiendes, ¿verdad, hijo? Es terrible jas todo'a mí?
ver crecer a los retoños. Uno se queda tan solo sAúL: Hace cinco años te di la oportunidad y lo úni-
cuando se van... co que hiciste fue empezar a llorar. ¡No, vamos,
ALMA: Espero que nos vendrás a visitar frecuentemen- sirve la cenal
te, Alma. ALMA: ¡No, yo quiero estar presentel
seúl: ¡Claro, papál ¡Ella no puede estar sir-r ti! sAÚL: ¿Resistirás?
ALMA: ¿Y qué hija se puede acostumbrar de golpe a vi- ALMA: ¡Intentaré!
vir fuera de su casa? Para un hombre es fácil.
seúl: Pues depende... Saúl la toma por un brazo fingiendo que termi-
nan de bailar.
ALMA: ¿De qué? Cuando me casé con tu madre...
seúl: ¡Tú no estabas enamorado de la tuya!
s¡úl: ¿Verdad, mami, que Alma baila muy bien? Mi
Pausa larga. cuirado no sabe la joyita que se lleva.

38 39
( lrrllos ()lrnos
Juegos proJtrnos

ALMA: No exageres. Lo que pasa es que...


SAÚL: ¿Cómo quieres que sus palabras sean suriles?
;Lo que pasa es que llegó la horal
ALMA: ¡Papá fue muy enérgico!
¿Qué ranro se secrereaban, bandidos? ¿Se trata s¡.úl: ¡Pero no insultes tomándolo de pretexto!
de la sorpresa? Venchu está impacienr. po. lo ALMA: Siéntate, papito, y déjame todo esto a mí. Ya ve-
que van a decirnos.
rás cómo lo calmo y podremos cenar en paz.
SAÚL: Como no vayas a salir con que rú rambién quie- snúl: De nada te valdrá. ¡Lo que rengo que decir es pa-
res casarte, Saulito...
ra que estalle el universo enrero!
ALMA: ¡Nol ¡El hombre debe disfrutar su solteríal Saúl ALMA: ¡Déjalo como está y confórmare con que lo
está muy joven y una esrupidez de esa naturale_
sepamos nosotros!
24...
snúl: ¡No basta con saberlo tú y yol ¡Hay cosas que
SAÚL: Vamos, hijo, ¿por qué estás tan nervioso?
merecen un casrigo!
ALMA: Si es uno de rus reatriros...
ALMA: Castígate a tu modo que para eso eres un maso-
SAUL: Es algo sumamenre grave, te lo juro.
quista de primera.
ALMA: (Con su esqueleto.)
¿Pero qué pasa? ¡Di lo que s¡úl: ¡lmbécill No entiendes nada de los anriguos.
tengas_qué decir y rápido que me estoy murien_
do de hambrel ¡Nunca podrás purificartel
ALMA: A decir verdad... ya me gusró el infierno.
s.túr: ¡Pues llévalo con dignidad y deja de ponerte
SaúL, acorra/ado, toma su esqueleto /o enfrenta "froidiana" para inrerprerar nuesrra impotencial
1,
al de Alma.
¡Las cosas se rienen que explicar de orro modo!
ALMA: ¡Siempre hay un momento en que tenemos que
s¡.úl: Por favor, "Nick". No es para tanto. El mucha_
cerrar el picol ¡Nadie nos podría juzgar como
cho esrá pasando por u.r" de sus crisis...
quisiéramos! ;Estamos viviendo como lo que so-
ALMA: ¡Siempre es lo mismol ¡Thngos, sorpresas y mis- mos, Saúl! ¡Somos felices así!
terios! ¿Hasta cuándo dejarás de sei ran niño? Si
seúl: ¿Pero de. qué están hablando? Me lo dicen aho-
quieres decirnos algo...
ra mlsmo...
snúr: Lo dirá, no re sulfures. ¿Qué rienes, hijito? Estás
ALMA: ¡Nada! Que Saúl quiere fugarse de la casa. ¡Eso
sudando... y pálido. ¿Qué hiciste?
es todol (Ahora leuanta a su esqueleto.) ¡Ajá!
ALMA: ¡Nada! ¡Le da a las cosas una imporrancia <¡ue
no tienenl ¡No le hagas caso! ¡Conque eso eral
snúr: Vlmgs a_ver, hijo, vamos a ver.
¿eué tienes? Saú|, furioso, toma al padre y lo arroja lejos de sí.
¿Has hecho algo... que no sepamos nosorros?
ALMA: ¡Cómo iba a hacerlol ¡Tú lo ,rigil", noche y día! seÚl: ¡Eres tan puerca como todas!
Hasta para ir al baño riene que pedirte permiso.
snúl: ;Almal EI esqueleto cae aparatosamente. Alma corre ltas-
ALMA: ¡Está hablando papá, bruro! ta él y lo leuanta.
snúl: Lo dijiste en un rono...
ALMA: Se supone que ru actirud lo irrira, lo exaspera. ALMA: ¡Si vuelves a hacer lo mismo...l

40 4I
(lerlos ()lmos
Juegos ¿ryftnu

sAúL: ¡Déjalo como está! sAúL: Tir hermana tiene razón, hijo. Aquí no re falta
ALMA: ¿Cónio crees? ¡Papá, papál ¿Te hiciste dairo? nada.
¡Contéstame! ¡lnfelizl ¡Por poco y se c{esnucal ALMA: ¡Se lo he dicho! ¡Pero como es ran necio!
(Asustada.) ¡Mira, tiene sangre! ¡Sangrel sAÚL: Te compramos lo que necesitas. Te estamos
snÚl: Sí, pero no se murió. dando una carrera... ¡Bien sabe Dios con cuán-
ALMA: Se está quejando. . tos sacrificios!
snúl: Con ponerle alcohol y una vendir... ALMA: ¡Desde cuándo se hubiera tirulado! ¡Ahora sería
ALMA: ¡Qué inconsciente eresl todo un señor médicol ¡Una gente decentel ¡No
sAúL: Ese no se desinfla tan Fácilmente. un vago cualquieral
ALMA: Por lo que dices, parece que desearas su muer- sAúL: ¡Bueno, ya! ¡Que termine rodo esto!
te... mamá. ALMA: ¡Falta la cena, chiquito! ¿Crees que me voy a
saúl: ¿Y si fuera así? Nos pareceríamos r-rn poco, Al- quedar cor-r el estómago vacío después de los co-
ma. ¿O no? raj es ?

ALMA: ¿Qué quieres decir? SAUL: ¡Yo no cenaré!


SAUL: Que Saulito ya me contó lo que le coufesaste l¿r ALMA: ¡Perfecto!
Navidad pasada. Sí, no te hagas. Cuando te me SAUL: ¿Me oíste bien? Dije que...
acercaste por detrás y con una almohada... ALMA: Si crees que voy a rogá.t., esrás muy equivoca-
AI-MA: ¡Es falso! ¡Jamás dije tal cosal do. Como siempre esrá uno: ¿qué tienes, hi.iito?
SAUL: ¡No me dejes con la palabra en l¿r bocal ¡Acuér- ¿QLré te pasa, corazón? ;Ah, el señorito se mon-
date qr-re soy tLl madre! ta! ¡Pues nol ¡Si quieres irte, la puerra es muy
ALMA: ¡Si vas a usar eso para...! grandel ¡Después de rodo el peligro es para ri...
SAUL: ¡Coloca a tr-r padre en ese asiento y olvídate clc si me dejas solal
él! Frótale champagne en la cara y ya verás cómo saúl: ¡Me llevaré a mamá! ¿Verdad que acepras? Ire-
se reantma. mos a un restaurante, nos mezclaremos con la
ALMA: Por esta vez... gente, dejaremos a ésta con sus chismes y...
SAUL: ¡Por ésta y por las que faltan, te me callasl ¡Cada ALMA: ¡Si te vas, que sea ahorira! ¡De una vez! ¡La llave
quien con su osamenta y todo mundo en pazl está en el cajónl
ALMA: Si voy por alcohol, eres capaz de torcerle el ctre- snúr: (Tbma al esqueleto.) ¡Vámonos, gorda!
llo. ¡Té conozcol ALMA: ¿Te has vuelto loco? ¿Cómo vas a sacar "eso" a
sAÚL: Y en clranto se recobre, te me vas retractando dc la calle?
lo que dijisre. sAÚL: ¿Crees que no me atrevo?
ALMA: ¡No me retractaré de nada! ¡Porque es ciertol ALMA: ¡Afuera hay mucha gente, Saúl!
sAúL: ¿Es cierto? ¿Es cierto que te vas, Saulito? sAúL: ¿Y qué?
ALMA: ¡Claro que sí, mamál ¡Te lo dijel ¡En el londo cs ALMA: (Autoritaria.) ¡Deja a mamá en donde estabal
desagradecido! ¡A saber quién lo está mala-
r-rn s¡,úl: Con una condición.
consejando! ¡Después que le damos todo lo qtr.' ALMA: Sí, sí, las que quieras. (Recapacita.) ¡Menos eso!
q r.riere!

4z 4)
(larlos Olmos
hrcgos ¡;rofanos

sAúL: No lo había pensado, aunque no esraría nad¿r dos. Una gente sin secreros no debe valer la pe-
mal. na. Tú y yo compartimos uno de los más her-
mosos. Y nl vez nunca llegaremos a tener un
Comienza a leuantar/e lafalda a la madre. secreto tan fuerte, tan radiante como éste. ¿Por
qué tenemos que traicionarlo?
ALMA: ¡Ah, nol ¡Si algunas veces lo paso por alto, aho- sAúL: En estos años nos hemos reído lo suficiente de
ra... !
papá y mamá y llegó la hora de saber cómo se
SAUL: ¡Ahora lo hacen.ros! enfrentarán a lo que ellos mismos crearon...
ALMA: ¡Es una falta de resperol ALMA: Si por lo menos esruvieran vivos...
SAUL: ¿A ellos... o a su memoria? ;Miral ¡Tenía buena snúr: ¡Tienen que estarlo! El problema es empezar.
pierna!
¡Tendrían que oírlo y oírlo! ¡Fastidiarsel ¡Sentir-
ALMA: ¡No seas cochinol ¡Esto es un juego, simplemente! se enloquecer cada vez que lo recuerden! ;Ésa
saúr: ¡Que tú te has encargado de hacerlo más real de será nuestra venganzal ¡Booml ¡Exploral ¡Boom!
un tiempo acá! ¿Te das cuenra que renemos que
¡Lo saben!
decir la verdad? ¡Por profilaxis familiar...l ALMA: ¡Boom! ;Nos fallal
ALMA: (lnterrumpiéndolo.) iNo estoy dispuesta a rermi- seÚl: ¡Sirve la cena. procura memorizar gesro por ges-
narlo! No, no podría hacerme a la idea de que to, palabra por palabral ¡E.strr noche tienes que
ya no los tendremos más. ¡Sería horriblel record,rrl,r siemprel ¡Es la vicrori:rl ¡(iuarda bicn
sAÚL: Ya no los tenemos. Los "matamos" hace diez años, las piezas del rompecabezasl ¡Hay que recons-
¿te acuerdas? truirlo todo! ¡Hay que h:rcer las figuras perféc-
ALMA: ¡No es cierto! ¡No tuvimos r.rada qr-ré verl tas, imborrablesl
SAÚL: Yo r-ro estoy tan seguro. ALMA: (Reuisa e/ cníneo de/ padre.)
¡Miral ¡Se le cerró la
ALMA: Lo que te dije la nochebuena pasada eta menri- heridal
ra. Nunca he pensado asesinar a nadie. sAúL: ¿No te lo dije? No iba a pasar más. Lo que pasa es
sAúL: ¿Segura? que le encanta el reatro. Ya pasó, anda. Tómare
ALMA: Era algo parecido a lo que haces cuando esrás la copa y vamos a cenar. ¡Diviértansel
aburrido. ¡El tedio ha sido nuesrro peor enemigol ALMA: (Va al comedor.) Después de todo es la fiesra
sAúL: ;No te pongas lírical ¡Confiesa! más importante en nuestra casa. Ven, papá.
ALMA: ¡Fue ur.r sueñol ¡Tenía que decirlo a algr-rien! * Aquí está tu lugar. Mamá allá... y nosorros
¡Créelol clos... aquí. Todo esrá riquísimo. Ya verás, papá.
sAúL: Pero deseabas que se cumpliera, ¿no? Te er-rcantará.
ALMA: ¿Es rnalo desear? sAÚL: ¿Quieres que abra las venr¿rnas, mami?
snÚl: Talvez... como son otros caminos, orras proba- ALMA: Como gLrsres. Bueno, brindemos. ¡Porque todas
bilidades que no podemos controlar... las rravidades sean como ésta! ¡Saludl (Bebe.) No
ALMA: ¿Qué es lo que quieres? No renemos otra alter- tomes más, Venturina. Te pr-rede hacer daño.
nativa. Al menos yo, no creo rener el más pe- Con lo difícil que es enconrrar médicos esra
queño escondite. El mundo somos nosotros noche...

44 45
.f ucgos pro.ftnos

sAúr.: Ya estar¿í de [)ios. [.es c{aré cl gtrsto cllrurdo me-


nos se lo esperen. Lo cierto es qLlc cacl¿r vez me
sicnto más firelte , mrís di.s¡ruesta a rro clejar-
nle vencer por la clesgracia. Y tú sabes c¡ue cuan-
clo hay volrrtrtad cie vivir...
ALMA: Es cuanclo rnrís pronto sc tenl.lina roc{o, Venchu.
sAút.: ¿l)or c¡ué tcnemos qr-re h:rblar de esto pre cisa-
nlcntc lrhora?
¿\t-MAr Eis cie rto, papá. Si tockr
esr¿i csct'ito...
sAút.: F,rrtonccs borrón y cuenta nr.rcva. ¡l)arlc cnsalaclrrl
ALTvIA: (Siruictdo.) ¿'lt eustó tu res,rlo, n.¡¿rnri?
sAút.: (S¿co.) Muclro, hija. (irrrcias. P¿ísarne la sal, Ni-
colrís.
ALMA: Sicn.rprc rnc csfircrz.o ¡ror reealarte Io rnejor, ¡'rc-
ro pilrcce quc r)unc¿r lo tonras en cuentll.
SATJ I,: Ay, Alnla. No vaves a cnlpc/-:lr. ¿(fuó quicres?
'l-icncs la r.n¡la sucrtc
dc obsec¡uiarrrc sie rn¡rrc
lo r¡rre nrcrros nrc gustll. Se rc agraclccc, se te agr¿r-
clccc, ¡rcro... ¡Nicolás, l.rrisanrc la sell ;Qtrc no
oístc?
AI,MA: ([)tínc/olc e/ stlero.) A rrn rcsalo l.ro sc lc poncn
¡reros. Slttil slrl'rc Intty [ricn t¡trc lr() nru gr-ttrlttt lrrs
batas clc casa y ya ves, me dio una.
SAÚ L: Pcro r.lo te obligo a que te la pongas.
AI,MA: Si no c¡ucrías clarrle nrrcla, ¿por c1ué lo hiciste ?
SAUI,: Por costumbre.
AI,MA: Qtrcrrrís decir "por cle bcr moral".
SAUI,: lrs lo nrismo. (Prtust.) Esta parte hay quc su¡rli-
mirla, Alnra. Es [rlsa. Ac¡r-relll noche toclo Ilun-
ckr se cllvidó cle los regalos. No fire rorr tern,r de
conversrrción
Ar.r\rAi (lucóntorh.) (lorno quicras. ()jalrí y tti nretrs la
pata clcntro cle urr r,rto Plrra que veas cónro se
sientc c¡ttc tc cortcn cn seco.

Altna 1, Satil contcu cercntoniostuucute. Nadt dc

17
Carlos Olmos l:r:s":!4"':

palabras por algunos segundos. Alma I Saúl se uen ALMA: Sonríe un poco, papi. ¡Ahora úna con los dos!
continuamente a los ojos. ¿No?
seúl: Espera. Tiene que verse la mesa. ¡Listo!
A esta hora todas las iglesias del mundo deben ALMA: ¡Ay no, SaúI, voy a salir con los ojos cerrados,
estar llenas de fieles... iluminadas... como la vez pasada!
seúl: Al rato iremos. sAúL: ¡Mamá saldrá perfecta! ¡Retrata muy bien!
ALMA: Las flores, el olor a cirio y la música sacra hacen ALMA: Es la más fotogénica de la casa. ¡A ver, dame
que me sienta como... como señalada por la eso! Colócate. Anda.
gracia, sAúL: Mamá de perfil y tú, papá, aquí...
seÚr: ¿No quieres acompañarnos, papá?
ALMA: (Absorta.) Es la única ocasión en que percibo el EI esqueleto del padre es echado bacia adelante por
retorno de los días añorados, el mismo camino, Saú1.
las mismas personas... yJesús.
seúr: Te pregunté si quieres acompañarnos. ALMA: Papá... ¿qué rienes? ¿Pasa algo, Saúl, pasa algo?
ALMA: No. Mañana iré con tu madre. (Tiansición.) ¿Me s,a.ÚL: No sé. Creo que se siente mal.
prestas tu mantilla, mami? ALMA: Papá...
sAÚL: Tómala. seúl: Se le subieron las copas, hijo. ¡Nicolás, compór-
ALMA: Gracias. (Le besa la mejilla.) t¿rtel

sAúL: No hay por qué. (Tiansición.) El bacalao está ALMA: Sería mejor llevarlo a su cuarto.
delicioso.
ALMA: (Le toma una mtnl a Saú|.) ¿Por qué no nos to- Ahortt Sati/ ue tt Alna fijamente. Abora le dice
mamos unas fotos? cttsi ct¿chicbe¿ndo:

sAúL: (Lo hace a la uez con la mano de la madre.) Sí,


hijo, de veras. Ve por la camarita. SAUL: ¿No quieres que él lo escuche?
ALMA: Está a puhto de dormirse.
Saúl se leuanta mientras Alma le dice: SAUL: ¿Prefieres que esta parte continúe igual?
AI,MA: Yo diría. Así sólo nos queda mamá... y será más
ALMA: fácil.
¡Esperal ¡Deja arreglarme un poco!
sAÚL: ¡Párate y sostén la copa con tu mano!
saúl: ¡Hablarse al oído delante de los demás es falta
de educación, niños!
Saúl ha sacado la pequeña cámara. ALMA: Se trata de una sorpresa para ti, mamá. (A SaúL.)
Lo llevaré. ¡Y no digas nada antes de que regre-
se! A ver, papá. Tu brazo aquí, en mi cuello.
¡Así!
¡Eso!
La luz de los flasbu cae sobre Alma y los esqueletos. s¡,úr: (Ríe.) iEs un espectáculo ver borracho a papá!
ALMA: Deberías ayudarme. Esto pesa.
'Ahora con nanál 'Sonrí¡n!

48 49
Carlos Olmos .lyegos Profanos

sAúL: ¡Ya verás cómo vamos a divertirnos cuando re- Por una parte es mejor que papá no esré con no-
velemos las fotosl sotros. Se trata de lo que hace tanro tiempo
ALMA: Revela primero lo otro y no te preocupes por... queríamos decirte.
sAúL: ¿Revelar? ¿De qué habla Alma, Saúl? ALMA: Ya viste cómo nos ha costado. Y la espera de
hoy no significa nada. ¿Sabes lo que son rrece
Alma sonríe I desaparece. Saúl queda solo. Reuistt años?
la sala con infnita tristeza. Aduertimos en su ros' SAUL: Diez.
tro el uértigo del recuerdo. Se sienta. Se prtsa aru- ALMA: Trece.
bas manos por el rostro. Alma regresa. SAUL: ¡La mala suerte, Saulitol ¡Dame otra copa!
ALMA: ¡Ni una másl ¡Esta vez hasra el final, hasta el de-
ALMA: ¿Lo hiciste? rrumbe!
seúl: Es preferible que tomes todo... a sangre fría.
Satil niega con la cttbeza. Alma se acerctt a él pa' ALMA: ¿Por qué me miras así? Ni que fuera la primera
ra decirle en tono maternal: a quien le pasara esto.
SAUL: Mucho menos la última.
Hijo, ¿qué tienes? ¿QLré es lo que ibas a decir- ALMA: Así que tranquila. ¡Nada de exaltarsel
me? ¿T'e sucede algo... que r-ro quieres qtre sepa? SAUL: ¡Ay niñosl Si van a volver con lo mismo...
ALMA: ¡No, empezaremos con la verdadl
seúr: (Desesperado.) ¡No estoy jugando, Alma! SAUL: Como siempre tuviste a tu hijo por un ángel...
ALMA: Como esa noche hiciste lo mismo... ALMA: Nada de malo tiene que le hayan crecido las
snúl: A veces no resisto. Creo volverme loco cot-t toclrr alas...
esto. seÚl: Y me echara a volar sin tu consentimienro...
ALMA: SaúI... amor... suspenderemos la fiesta. Iremos rt ALMA: ¿Te acuerdas que desde que éramos niños re
descansar y... diste cuenta?
sAÚL: ¡Ahora menos que nur-rcal ¡Ahora es cuand<r snÚl: ¡Pero tal parece que me fueran a mararl
debe ser! ¡Todo es propicio! ALMA: En cierto modo.
ALMA: ¿A qué? ¿A[ entierro de lo nuestro? Hoy ni si- sAúL: Empezó un día, hace diez años...
quiera un poco de cariño ha podido respirarsc. ALMA: Trece.
El año pasado decíamos las claves convenida.s, sAúL: O veinte... o cincuenta... ¡O mill
nos mirábamos, nos acariciábamos por cual- ALMA: Papá y tú habían salido a hacer una visira.
quier pretexto, pero ahora... sAÚL: Y nosotros nos quedamos en casa. A mi herma-
sAúL: ¡Ahora hay qr-re agregar la parte que nos faltrr! na le gustaba tanto la lluvia...
¡Seremos purosl ¡Viviremos! Ven, ayúdame. Es- ALMA: Sí, llovía. Me puse aquel vestido verde, el que
to dcbemos hacerlo entre los dos. guardabas como recuerdo de tus viejos tiempos.
Saúl sintió unos deseos irresistibles de ponerse
Satil toma a la madre y la lleua al sofí. el smoking de papá...
sAÚL: Uno parecido al que trae ahora.

to ir

i
Carlos Olmos Juegos profanos

ALMA: El nrismo. ¡Estaba guapísimol ¡Se parecían tanto! que podemos y llamándonos Vénturina y Ni-
sAúL: Alma comenzó a bailar. colás...
sAúL: ¡Lo pagarán mlry caro, par de...l
Sube rnúsica de clauicordio. Las luces reproclucen ALMA: ¡Ya lo estamos pagandol
/a imagen de Alma bailrtndo como sombras an las
pnredes. Saúl toma al esqueleto. Le ntueue un brazo bacien'
do un ademtin enérgico.
AT,MA: Me sentíir colltenta.
SAUL: Y me acerqué a ella diciéndole tu nombre. Sí, tu sAúL: ¡Fuera de mi casa! ¡Vete, Saúrl, vete!
no mbre. Ver-rturi r.ra... r-n i ador¿rda Ven tu ri n¿r- -- ALMA: ¿Qué?
AT,MA: Me cletuve sorprer-rdida. De pronto :rdvertí que snúl: ¡Es lo que merece este... perverso! ¡Fuera de
Saúl me cor.rfirnclía. aquíl ¡Ton-ra tus cosas y lárgate!
SAÚL: (-ou nli propiu nlrrdrc. ALMA: ¿De modo que eso era? ¿Querías confesar para
AI-MA: Algo hizo que me sintiera r.r-ruy extrafrir al ver llegar a esto?
cónro me sonreírr. ¡Era papál ¡E,xactarnente p:r- SAUL: ¡Pero, mamá, yo sólo qr.riero...!
pál No sé si por primer:r vez conocí el miedo... ALMA: ¡lrte, es clarol
cl horror cle se ntir c¡r-re lleeaba a r.ní ese denronio SAUL: ¡Está bienl Si así lo quieres... rne iré.
visto c'n sueños... Saúl me sonreía y vo... reco- ALMA: (Gritando y saliendo uil momanto de ascena.) iPa'
nocí el clesecl... y lo accptó. pá, papá, ha pasado algo horrible! ¡Tienes que
sAúL: Bebinrcls. [,a lluvia continuaba. ¡-l'úr no sabesl saberlol
L,rrr utr soniclo seco, conrp¿lcto. Unrr tarde de
¿rgosto... cotr Alnra entre mis lrr¿rzos y llorando Satil deja a la mac/re e intenta salir pero Alma re'
aquí, en la sala, con tr.l vestido verde y el traje de greslt con el padre para enfrentarlo.
pap:í cubriénclonos...
ALMA: (Rctadora, n la rnadrc.) ¿Qué dices a esto?
¿Es cierto 1o que dice tu hermana?

I)ausa. Los clos, por primera ucz. se quedan inmó- Saúl no cede en su intento de escapar y ahora A/ma,
uiles. Miran al esque/eto y no saben quó hacer. Se so/tando nl padre, se arroja al cuello del hermano,
tnirrtn repetidas Lteces uno ¿l otro. Saúl se sienta al gr ita ndo Jur i os amente.
lodo de/ csqueleto .y le dicc a Alrn,t:
ALMA: ¡Antes muerta que dejarte salir de aquíl
sAúL: ¿T'ú firiste ca¡r:rz de hacerle eso a tu herrn¿rno? sAúL: ¡Suéltanrel ¡Me estás asfixiando, Alma! ¡Suélta-
ALMA: ¡Eso fuc sólo el ¡rrincipio! Si te conrara lo de- me!
más...
sAúL: ;Sucedió algo m:ís? Loga retirarla I corre al esqueleto del padre.
ALMA: Ils¿r tarde... hemos scguiclo repiriéndola cad¿r vez

¡-fú lo qr.risi.stel ¡Eres tú o yo!

52 t1
Juegos profanos
Carlos Olmos

Aprieta el cuello del padre. ALMA: Será fiícil... con la almohada...'ral como lo an-
ticipó el sueño.
(Lleuándose las manos a su cuello.) ¡Eso es lo q s¡úl: ¿No tienes algo más rápido?
hice de ti! ¡Un monstruo! ¡No me matarás! ALMA: La asfixia no duele.
ma, no dejes que me mate! ¡Alma, hija! s¡úr: ¡Tenemos una pistola!
ALMA: ¡Le tengo pánico a las armas de fuego!
Saúl suelta al esqueleto Jt se aPola en la pared, seúl: Si tuviéramos vigas...
jadeante. ALMA: Ahorcada sería peor. Además... es muy cruel.
No, no. La almohada es lo conveniente.
¡Asesino! ¡Asesino! ¡Te denunciaré! ¡Diré que lo
seúr: Me siento... arrepentido.
mataste! ALMA: ¡Pero yo no! ¿No querías esto? ¡Aquí lo tienes!
Espérame un momento. Iré por la almohada
sAúL: grande.
¡No grites!

Alma toma ahora al esqueletl de la madre. Alma sale. Al quedar solo, Saúl corre hacia la ma-
dre. Besa los huesos pero re?entinamente grita.
ALMA: ¡Ya no ordenarás más! ¡Desde hoy no ordenará¡ i
más! (Entrando con la almohada.) ¿Q"é te pasó? ¿Qué
tienes?
SAUL: ¿Qué vas a hacer?
ALMA: jCr..r que me quedaré con los brazos cruzadogl s¡úl: No sé... pero no fui yo. Es ella. De pronto dio I

SAUL: haces algo en contra de ella te mato! un grito. (La sacude.) ¡Mamá, mamá, contésta-
¡Si
me! i1
ALMA: ¡Entonces queda anulado lo que hiciste! ¡Si ma'
má no muere, papá tampoco! ¿Entiendes? ¡O ALMA: ¿Qué es lo que tiene, por Dios?
van los dos o aquí no pasó nada! s¡úr: Alma... ¡No respira!
s¡úr: ALMA: (Le pone üna mano en la boca.) ¡No es posible!
¡No estoy dispuesto a revivir al viejo!
s¡úr: ¡Le falló el corazón! i

Saúl logra quitarle el esqueleto de la madre.


Alma arroja la almohada y se desploma.

ALMA: ¡Dámela! ¡Entrégamela!


SAUL: Hijo, ¿qué quieren hacer? ¡Defiéndeme! ALMA: Ganaste... ganaste...
ALMA: Te resulra f¿iil hablar por ella, ¿eh? ¡Para mf lo seúr: Es tan tarde. Deben ser cerca de las doce. Den-
será más prestarle mis palabras al otro! tro de un momento echarán a vuelo las campanas.
snúr: ALMA: Vete, SaúI, vete, eres libre. Me quitaste todo,
¡Déjalo!
ALMA: jSi quieres llegar hasta el final, dame tu esquele' hermano, me arrebataste lo poco que tenía...
to! ¡Debo hacer lo que tú hiciste con el mío!
SAUL: (Entrega a la madre con gesto derrotado') Pero Saúl ua hacia el padre pero Alma lo detiene lim-
hazlo de modo que no sufra. piándoie las lágrimas.

54 tt
Juegos profanos

¡No lo toques! ¡Ahora sí están'muertos! ¡Están


mlrertos para siempre! ¡Ninguno de los dos te
pertenece! Todo se ha esfumado...
s¡úl: Si fuéramos capaces del perdón... ¿No te sientes
inútil? Siempre pensé que el amor necesitaba ser
salvado.
ALMA: ¿Salvado de qué?
SAUL: De nosotros mismos.
ALMA: ¿Qué quieres decir?
SAUL: Que fuimos nosotros quienes lo estancamos,
quienes lo hicimos parte de esra pestilencia.
ALMA: ¡Pero mi amor no apesta!
SAT]L: Siempre sentí que algo se nos descomponía po-
co a poco. Y era el amor, Ahna...
ALMA: Yo amo... no sé... si hay algo limpio en mí... es
eso.
sAúL: ¿Limpio? ¿Cuántas mentiras tuvimos que reunir
para encontrar lo que llamamos verdadero? No
te mientas. Dime si en verdad es amor lo que
sen t¡mos.
ALMA: Yo amo.
sAúL: ¡Sí, pero como yo lo irnpuse, como yo lo fragüél
Era fticil. Era ftícil imitar a papá y mamá. Cues-
tión de mezclas... alquimia pura...
ALMA: NosotroS...
s¡úl: ¡Tú y yol ¡Nunca nosotros!
ALMA: ¿Por qué me dices todo esto?
sAúL: Amo como ella me lo enseñó... como ella me lo
impuso...
ALMA: ¡Es lógico, fuimos una familia! ¿De quién sino
de ellos íbamos a aprender lo que es el mundo?
s¡úl: ¿Y qué fue lo que aprendiste? ¿Qué has encon-
trado mientras vives por ellos? ¿En dónde que-
dó su amor? Porque estoy seguro que alguna vez
se amaron... hubo un instante de convenci-
miento, uno solamente, pero después... ¿Qué?
¿Nosotros?

t7
Carlos Olmos Juegos profanos

ALMA: ¡Me asquea oírte hablar así! s¡úl: ¿De qué lado disparo?
seúr: bi y sentirás el mismo asco. Ábrete la piel ALMA: Del derecho.
"-otdá butcat lo que has amado' No halla-
y trata s¡úl: ¿No será mejor en el corazón?
tát nad". Sólo cadáveres perdidos entre los re- ALMA: Quedaría manchada. Y con lo verde del vestido,
cuerdos. voy a parecer bandera.
ALMA: ¿Adónde quieres llegar, Saúl?
s¡úl: ¿Y tu último deseo?
SAUL: ¿No has pensado en el suicidio?
ALMA: ¡A mí nunca se me cumplió ninguno! Ahora
ALMA: No... quiero decir... a veces... ¡No! pasaría lo mismo.
SAUL: ¿No es la muerte la que siempre
no9 h1 ronda- s¡.úr: Bien... llegó el momento.
áo? ¿No queríamos sentirnos vivos olvidándola? ALMA: Dispara varias veces.
ALMA: Thl vez... snúr: Feliz Navidad...
SAUL: Si es el principio y no el fin' como creíamos, ALMA: Igualmente.
posiblemente es lo único denso, pesado, consis-
tente. Se escuchan uarias detonaciones mientras Alma
ALMA: Es un riesgo muy grande' reacciona a cada disparo. Un silencio. Saúl ue el
seúl: ¡Pero el último! ¡El verdadero!
arma y Alma se palpa el cuerpo buscando heridas.

Se acerca a ella. La abraza tiernamente' ¿Qué sucede? ¿Disparaste?


snúl: ¿No mueres aún?
Siento miedo, Alma. Un miedo inexplicable. ALMA: ¡Saúl! ¡No salió sangre!
ALMA: Saca la pistola. Está ahí, en ese baúI... SAÚL: ¡Dios mío! ¡Entonces no estamos soñando!
SAUL: ¿Quién primero?
ALMA: ¡Y disparaste toda la carga! ¿Qué planeabas ha-
ALMA: L"i d"-"t. Luego me sigues tú. A ver si en el cer? ¿Matarme sólo a mí? ¡Egoísta!
otro mundo no encontramos a papá y mamá en sAúL: Pero entonces, ¿qué pasa? Si no podemos mo-
plena carcajada. rir... ¡Oh,'es terrible!
seúr: ¿Tiene balas?
ALMA: ¡Probablementesomoseternos!
ALMA: Si.-pt. ha estado cargada. Nunca se sabe en s¡úr: (W a los esqueletos.) ¡Debemos resucitarlos!
qué momento se Podrá necesitar. ALMA: ¡Con la Biblia no juegues!
s¡úr: (Ennegándole el arma') Toma. sAúL: Pero si ni vida ni muerte son posibles, ¿enton-
ALMA: Conste que luego sigues tú' ces qué?
seúr: Te lo prómeto.-¿No dejamos ningún recado". ALMA: ¡Tenemos que encontrar una salida!
para que no se culPe a nadie? s¡Úl: ¡No se me ocurre ninguna! ¡Nuestra muerte era
ALMA: jPod.ia-os encontrar algún culpable? un final maravilloso!
snúr: Bien. Empieza'.. ALMA: ¿Por qué ves tanto a papá y mamá? Déjalos des-
ALMA: Hazlo tú. (Le da el arma.) cansar, ellos ya no tienen problemas.
seúr: ¿Yo?
sAúL: Sí... sólo nos han dejado estos huesos sin cuer-
ALMA: Dame ese gusto, Por lo menos.

18 t9
Carlos Olmos Juegos profanos

po, este recuerdo de su polvo, la evidencia de seúr: ¡Nicolás! Desde este momenrd, seremos Ventu-
nuestra opacidad, de nuestro brillo mentiroso. rina y Nicolás. ¿Entendido?
ALMA: ¡Pero nosotros debemos morir! ¡Tú me dijiste
que había que dignificar la existencial Saúl se pone el fac del padre y toma el bastón.

Saúl se acerca abora a los esqueletos. Ahora seremos p^pá y mamá. ¡Un matrimonio
modelo!
sAúL: Hemos sido más fugaces que ellos. ¡Nos han
vencido! ¿No es cierto que se han quedado con ALMA: ¡En eso yo no había pensado!
la eternidad que nos correspondía? ¿No es cierto
que eran ellos los que gritaban que los deiára' Rápidamente, Alma se uiste con las ropas de la
mos vivir, los que a cada momento tropezaban madre.
con nuestra existencia?
ALMA: Sí, pero... no entiendo... ¿Qué tramas ahora? seúl: ¡Ahora sí amaremos como ellos! ¡Seremos ellos!
seúl: Algo muy simple. ¡Desnúdalos! ALMA: ¡Y encontraremos ese instante en que se amaron
verdaderamente!
Alma lo ue con PerPlejidad. seúl: Eso es lo que vamos a averiguar cuando estemos
a solas... señora Venturina.

¡No me repliques! ¡Desnúdalos yal ALMA: ¡Nuestros hijos se sentirán orgullosos de no-
sotrosl
Alma, desconcertada, procede a desuestir los es'
queletos. Alma incorpora a los esqueletos uestidos 1a con la
ropa de los jóuenes.
s¡.úl: ¡Ya verán, señores, ya verán! ¡Seremos libres y
felices! Al fin podremos dar órdenes, disponer, snúl: Saúl es ún muchacho apuesro. ¡Mi vivo rerraro,
regañar... ¡Nadie sabrá nada! ¡Ahora nadie cono' como quien dice!
cerá el nuevo secreto! ¡Lo compartiremos entre ALMA: Alma era más bella. Tenía muchos pretendien-
Alma y yo! ¡Solamente entre nosotros dos! tes. La seguían a todas parres. La asediaban. La
¡Nadie más! llenaban de atenciones, de regalos... ¡Alma era
ALMA: ¿Entonces seguiremos vivos tú y yo? más bella!
sAÚL: No como supones. ¡Vístete con las ropas de ma' sAúL: Coloca a tu hija junto al árbol. Con esas luces
má! la veremos mejor.
ALMA: ¿Qué?
ALMA: Alma era feliz cuando arreglaba el árbol. La lle-
sAúL: (Quitándose sy ropQ Será mejo_r eue nos va/á. naba de nostalgia y melancolía. Jamás entendió
mos acostumbrando... señora Venturina. por qué.
ALMA: SaúI, no le veo ningún sentido... sAúL: A Saúl lo pondremos allá... en la ventana.
ALMA: ¡Nol Es mejor que estén siempre juntos. ¡Así ni

6o 6t
Carlos Olmos Juegos profanos

la Navidad podrá separarlos! Tiáelo aquí... j Vivían en una gran metrópoll.


to a Almita... junto a mí misma. Un día se descubrieron dos pequeños cuerpos
sAúL: ¿Estás loca, mujer? De hoy en adelante no en descomposición.
demos equivocarnos. ¡Es el juego definitivo! Nadie se alarmó.
ALMA: Debemos ser tolerantes con ellos, Nicolás. Nadie investigó.
jarlos hacer lo que quieran, acostarlos todas Ningún museo reclamó sus huesos.
noches en la misma cama, permitir que se Sólo se sabe,
delante de nosotros, que nos tengan confia que los asesinaron
y que... y que permanecieron durante siglos
sAúL: ¿Pero no has entendido? junto a un árbol artificial de Navidad.
ALMA: Si nuestros padres no hicieron lo mismo es Se sabe también
que jamás soñaron. que sus almas descansan
sAÚL: ¿A quiénes te refieres? en la corte celestial
ALMA: (Señala los esqueletos.) ¡A sus abuelos, natu y que ambos cambiaron
mente! sus nombres por un seudónimo.
sAÚL: ¿Entonces comprendes todo? seúr: ¡Aprenderán a saber que el mundo que les di-
ALMA: ¡Claro! mos no puede destruirlo nadal
sAúL: ¿Y sabes por qué se suicid4ron? ALMA: Ellos querían un poco de perdón. Necesitaban
ALMA: ¿Suicidado? ¡Pero, Nicolás, ellos están vivos! vivir como lo que eran.
sAúL: ¿Después de lo que hicieron con nosotros? seúr: ¿Como dos corruptos?
ALMA: ¿Qué quieres decir? ALMA: Como dos que soñaban.
sAÚL: ¡Que esto no es un juego, es la venganza! seúr: ¡En mi casa los sueños ya no tendrán cabida
nunca más!
Saúl toma la pistola.
Se escuihan las campanas de la iglesia. Hay un
ALMA: ¡No podrás hacerlol no quedan balas!
¡Ya largo silencio. Alma sube a la silla de ruedas.
sAúL: ¡Pero sí dos destinos que deben culminarl
ALMA: Las doce.
Con la cacha de la pistola empieza a golpear sAúL: Sí. Vamos a dormir. Éste ha sido un día muy
cr¿íneos de los esqueletzs cln furia incontenible, agitado. (La besa en la mejilla.) Al fin y al cabo
Alma sube el tono de la uoz 1, habla en una mañana no trabajo. Puedo dormir hasta muy
de rezo: tarde.

ALMA: Alma y Saúl fueron dos niños sanos. Saúl lleua la silla lentamente.
Nacieron como todos nosotros.
Hijos de padre y madre. ¡Qué sueño! No cabe duda que estamos viejos,
Sus padres se llamaron Venturina y Nicolás.

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Carlos Olmos Juegos profanos

Venturina... ¡Todo nos cansa tanto...l ¡Ah, si es' Irrutos profan¿s se estrenó en 1985 en el Foro Sor Juana'Inés de la Cruz
tuviéramos jóvenes... ! .lc lrr uNnM, con el siguiente reparto:
ALMA: Otro gallo nos cantaría... Nicolás.
ALMA: Bárbara Guillén
Las campanas suben de intensidad. Los uiejos han snúl: Sergio Cataño
salido en completo silencio. Cerramos telón sobre
la imagen de los dos esqueletos uestidzs como AIma DIRECCIóN: Eduardo Ruiz Saviñón
y Saú\, junto al árbol de Nauidad EscENocRAFíR v vnsruento: Fernando Llerandi

lrr l,r prígina 18 se registra la primera puesta en escena con Bárbara


Obra escrita durante la beca del Centro Mexicano de Escritores l,r¡rlltrn y Sergio Cataño. El resto son de reposiciones de la puesta con
r97o-7r. r¡ii. ()ataño y Elena de Haro; fotografías de Fernando Moguel.
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