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(El infierno)
Luz tenue sobre la silueta de Saúl quien, en los
uentanales del comedor, habla bacia el jardín.
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Cerlos Olnros
Juegos profanos
sAúL: ¡Te digo que la apaguesl ¡Mamá está arreglando ALMA: De aquella noche... ésta es la última que queda.
los árboles del jardín y necesita oscuridad! ¿No Las otras son nuevas. Las compré ayer. Si no te
entiendes? ¡En vez de cantar como loca, debe- la enseño, es probable que no la hubieras reco-
rías ayudarlal
nocido. Y ahora dámela. La dejaremos aquí,
ALMA: (Indiferente.) No quiso. Se lo propuse. Pero no arriba, en la punta. (Lo hace. Aspira el olor del
qulso. pino.) iAh, qué bien huele!
sAúL: Es el olor del bosque.
Ahora ua hacia el tírbol nauideño, sin dejar de ALMA: No. El del hogar...
cltnturrear, y deja en él una tarjeta. Saú|, furioso,
sAÚL: Entonces huele a melancolía.
hace girar la silla y descarga sobre Alma una terri-
ALMA: Pero... ¿no estás contento?
ble bofetada.
sAúL: Sí, aunque no puedo demostrarlo bailando.
ALMA: ¿Por qué no?
seúl: ¡Obedéceme cuando te hablel
ALMA: ¡Me has dado veinticinco bofetadas en el día, Y ahora, mu! natural, se pone de pie e inicia una
Saúl! ¡Otra más y...1 danza improuisada.
sAúL: ¡Te las mereces! ¡Quítate el vestido inmediata-
mentel
ALMA: ¡Me ¡La vida se debe manifestar! ¡Somos jóvenes!
pediste que esta noche...l
Jingle bells, jingle bells, jingle bells song...!
sAúL: ¡Ya me arrepentíl ¡Quíratelo y ponte otro! SAUL: Alma... por favor... quítate el vestido.
ALMA: ¿No estás contento? ALMA: (Como una niña caprichosa.) ¡Not
saúl: ¿Alguna vez lo he estado? SAUL: (Débil.) Te lo ruego...
ALMA: Creí que hoy tratarías de controlarte Lln poco. ALMA: ¡No! Siempre que termino por hacer lo que quie-
Por mí... y por lo que celebramos. res me pides lo contrario. ¿No dijiste que me
SAUL: (Tbmando la tarjeta del árbol.) ¿Y esto?
quito diez años de encima cada vez que me lo
ALMA: No sé.
pongo? (Lo besa.) Vamos a olvidarnos de todo,
SAUL: Volviste a pedirle regalos a Santa Claus, ¿no? SaúI. Aunque sea por esta noche. ¿Quieres una
ALMA: ¿Y qué, como lo haya hecho? ¡No eres nadie copa?
para impedírmelol SAUL: Sí.
sAúL: Pero... ¿es para mí? (Alegre .) ¿De veras? ¿Es para
mí?
ALMA: ¡Hoy beberemos hasta emborracharnos! Des-
pués de todo, se trata de una noche inolvidable,
ALMA: (Desprende una et-fera azul.) Y tarnbién esto.
¿no crees?
sAúL: (La abraza.) Creí te olvidarías...
qr-re
sAúL: ¿Tan inolvidable como para que hayas dispues-
ALMA: ¿Por eso estabas enojado? ¡La esfera más grande, to que la pasemos solos?
la más hermosa, la corté para til ALMA:
sAÚL: ¡Tú lo quisiste así! ¿Por qué me echas la culpa?
¿Segr.rra? sAúL: Pudiste haberme convencido. Soy muy débil.
ALMA: Revisa e[ árbol y lo comprobarás. Lo sabes.
sAúL: (Fascinado.) ¿Cómo pudiste c<¡nservarla?
Carlos Olmos profanot
_ Juegos
Alma le da una coPa ! ahora uuelue A sentarse en mos salir cuando nos vien'e en gana? ¡Siempre
la silla de ruedas disponiéndose a brindar. teniendo que pedir permiso, dejando que déci-
dan por nosorros, pasándonos la vida...!
ALMA: ¿Y ahora qué? ¿Quieres que los invite?
SAUL: Si tanto te molesta cenar con ellos, puedes irte.
sAúL: La costumbre es que la pasemos entre familia. A ver qué les digo cuando me pregunren por ti.
ALMA: ¿Sí?¿Aburriéndonos? ALMA: ¡Deberías aprender a resperar tus decislones!
sAúL: ¿Qué hiciste de cenar? ¡Ser un poco más adulro y dejar de comportarte
ALMA: ¿Qué iba a hacer? ¡Pavo, naturalmente! como un niño! ¡Hoy en la tarde me juraste que
sAúL: Creo que mamá ya terminó... cenaríamos solos, que ya era tiempo de tener
ALMA: Está ahí desde que empezó a oscurecer. ¿La vas una vida independienre, que tendrían que saber
a taer ya? que somos de carne y hueso...
s¡Úl: (En la uentana.) ¿Terminaste, mami?
Alma se interrumpe. Lo ue con miedo. Saúl sonríe.
Alma cambia su expresión. Dice con rabia casi en
un murmullo: seúr: Ellos también lo son.
ALMA: No he dicho Io contrario. (Pausa.) Si tan sólo
ALMA: ¡Entoncesempecemos! por esta noche pudiéramos excluirlos...
seúl: Ni lo pienses. ¡Y baja lavoz, que pueden oírnos!
Arroja la copa ! toma la esfera azul estrujándola ALMA: ¡Sería preferible! ¡Sería preferible que de una vez
entre su mano. por todas se enreraran de lo que pasa!
snúr: ¡Por eso! ¡Porque rienen que enterarse, es por lo
seúr: ¿Qué estás haciendo, estúpida? que cambié de opinión con respecro a su pre-
ALMA: ¡Lo que ves! sencia!
seúr: ¿Qué te propones? ALMA: (Sorprendida.) Eso... ¿es cierto?
ALMA: ¡Lo mismo que tú! ¡Fastidiar! s¡.úr: Hoy'cumplimos diez años, ¿no?
s¡úr: (Le da ona bofetada.) ¡Me tienes harto! ¡En nada ALMA: ¿Qué tramas?
nos perjudica que mamá cene con nosotros! s¡.úr: ¡Decirlo hoy mismo!
ALMA: ¡A mí sí! ¡Me dan ganas de servirle licor en- ALMA: (Aterrada.) ¿Hoy?
venenado! snúr: Después de cenar. Si lo hacemos anres... hasta el
s¡úl: ¿Te atreverías a cargar con la responsabilidad de hambre se les quitaría.
un lugar común? ALMA: Y no sería jusro después de pasarme toda la ma-
ALMA: ¿Tú qué crees? ñana preparando la cena. (Sonríe.) La hice pen-
seúr: Que sí. (Sonríe burlón.) Y ya que estamos en me- sando en ti.
lodramas, dime... ¿no has pensado en la cárcel? snúl: ¿Ah sí? Pensé que era para el viejo...
ALMA: ¿Nuestra casa? ALMA: ¡Fue por ti! Hay veces en que papá deja de im-
seúl: Si lo quieres ver así... POrtarme.
ALMA: ¡Así es! ¿Hacemos una vida como todos? ¿Pode- .snúl: Debe ser en muy contadas ocasiones. Parece
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Carlos Olmos Juegol prgfanos
que tu vida es una entrega constante a sus capri- ALMA: Pero si estás empeñado...
chos. seúr: (Estalla.) ¡Es muy temprano!
ALMA: ¡No son caprichos! ¡Está enfermo! ALMA: Como quieras.
sAúL: ¡Pero de ti! ¡Hace todo lo que está a su alcance
para retenerte a su lado! Me doy cuenta, Alma. Pausa larga. Alma termina tu copa, ua al comedor
Hace años que se finge enfermo sólo para estar y disponelos platos. SaúL, fente al público, ue fija-
contigo... mente un Punto en el uacio.
ALMA: (Cínica.) ¿Y si así fuera? Tú tienes a mamá... pa-
ra desquitarte. seúl: Qué expresión tan dulce tenías cuando eras jo-
snúr: ¡A ella no me la toques! ven. Eras la beatitud misma. ¿En qué pensabas
ALMA: ¡No te la estoy tocando! Pero quiero que sepas entonces?
que si a esas vamos... ALMA: ¡En papá, hombre! ¡A ti todavía no te conocía!
snúr: (Le da otra bofetada.) ¡Ella es distinta! ¡No tienes sAúL: ¡Te he dicho que no me interrumpas cuando
derecho a insultarla de ese modo! hablo con ella!
ALMA: ¿Thnto la quieres? ALMA: ¡Tengo que hacerlo! ¡Por mí, te dejaría la vida en-
snúr:(Lírico.) ¡Como tú jamás podrías entender! tera sentado ahí, hablándole a un retrato! ¿Por
ALMA: Lo entiendo, no creas. Y tan claramente que sé qué no entras a su cuarto y le dices todo eso? ¡Pe-
que nunca podría compararse con lo mío. ro no, claro, eres tan cobarde que haces del vien-
snúl: ¡Por supuesto que no! ¡Aquí yo soy el más in- to un confidente!
tensol s,túl: Es preferible a tener que hablar con esas ruinas.
ALMA: ¡Quién sabe! Porque la idea de los esqueletos... ALMA: ¿Te da miedo?
te la di yo. sAÚL: Asco.
snúl: ¿Y quién la complementó, eh? ¿Quién se encar- ALMA: ¿Y desde cuándo? (Sonríe peruersamente.) Tú ha-
gó de darle cuerpo? cías el amor con ella, ¿no?
ALMA: ¡Los dos! s¡Úl: ¿Celósa?
snúr: ¡Nada de eso! ¡Si nuestros padres tienen que ALMA: Yo lo hice con papá. LJna vez solamente. Pero lo
agradecerle a alguien el que aún sigan vivos, es hice.
a mí! seÚl: Eso no es cierto. Lo inventas para herirme.
ALMA: Pero por lo que acabas de decir parece que ya te ALMA: Cuando me confiaste lo tuyo, me dije: 'Alma,
estás arrepintiendo. Si les decimos "eso", ¿qué tú no debes quedarte atrás." Y entonces... me
caso tiene estar discutiendo sobre ellos? ¡Acaba- animé.
ría todo, animal! snúl: ¿Y qué sentiste?
s¡úl: (Después de una pausa, desconcertado.) Era para ALMA: ¡No seas morboso!
tantearte. seúl: (Rie.) ¡Es Falso, Alma, completamente falso! ¡Tú
ALMA: Así no conseguirás nada. Ahora, si es que toda- serías incapaz de algo así!
vía te quedan ganas, ve por ella. ALMA: ¿Cómo lo sabes? ¡La esquizofrenia se pega, her-
snúl: Todavía no es tiempo. Es muy temprano. manito!
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Juegos Profanos
podrás Parecerte
¡Es mejor que te callesl ¡Nunca
a mamá!
te duela!
ALMA: ¡Soy igual a ella aunque
snúl: iq"e u"t ¡l\4amá era más bella! ¡A su lado pare-
ces su caricatura!
ALMA: Aunque por ahora tienes qtte conformarte con
eso, ¿no?
¡Tambien de ti estoy harto! ¡Nunca
saúl: podrás ser
lomo ella! ¡Ni poniéndote su roPa podrás pare-
certe a ellai ¡Mamá era Llna ninFa, una princes:r!
ALMA: ¡Exagerasl
snúl: Lo qit. pasa es que la enfermedad la fue secan-
do. f.tá era hermosal (Suspira') ¡Ah, si Goya la
hubiera conocido...!
ALMA: ¿No la viste cuando estaba agonizando? ¡Tenía
ia boc" chueca y los oios saltones! ¡Parecía una
bruja!
snúl: Hablas así porque papá la prefería' Siempre
fuiste relegada.
ALMA: ¡No inventes!
s¡úl: ¡Me lo dices en la camal
ALMA: itl.l -. has dicho cosas Peores que yo tengo la
delicadeza de callar!
snÚl: sucia que"'!
¿Delicadezas tú? ¡Eres mas
ALMA: iM. h"t obligado, Saúll ¡Los dos tenemos col¿rs
qué pisarnos y te juto que la tuya es más largal
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Carlos C)lmos Juegos profanos
seúl: ¡Sin chantajes, Alma! (La ue.) Es mejor que c:rda sólo para qr.re el señorito se sintiera protegido o
quien siga por su lado. castigado? ¿Se te hace muy sencillo?
ALMA: (Sorprendida.)
¿Lo dices en serio?
sAúL: Yo sólo quiero...
saÚl: Compleramente. ALMA: ¡taicionarmel ¡Tirarme a la basura después que
ALMA: ¿Después de rantos años? has acabado con lo mejor que tenía!
SAUL: Para ser exactos... diez. s¡úl: Lo hiciste de buena gana, Alma. Nadie te obligó
ALMA: (Retadora.) a nada.
¿Y crees que será ftícil?
seúl: Basrante. ALMA: ¡Porque me prometiste que sería sólo por unos
ALMA: ¿Y qué pretendes hacer? ¿Matarme?
días... mientras lograbas olvidar el olor a muerre
SAUL: Algo más difícil: olvidar. que se respiraba...l
ALMA: (Acosándolo.) ¿Crees que una mujer re podrií sAúL: ¡Pero después eras tú la que por cualquier cosa
aguantar con el carácter que tienes? sacabas nuestro asunto, aprovechabas el menor
s¡,úl: No he pensado en ninguna. euiero vivir solo. descuido para tenderme trampas!
¿Enriendes? (Firme.) Quiero que re vayas. ALMA: ¡Las necesitabas! De haberme negado a jugar, te
ALMA: Ah, qué chisroso. Ahora resulra que la que debc hubieras suicidado. Lo decías a cada rato. ¿No
lfse soy yo. me chantajeabas encerrándote en tu cuarto y
s¡úr: Llévate lo que quieras. A papá, incluso. fingiéndote muerto?
ALMA: ¿Estás loco?
snÚl: Quería saber si contaba contigo. Eso era todo.
snúr: ¡La _casa es mía! Y como el muerro
y el arri, ALMA: Y lo conseguiste. Porque cuando llegamos a lo
mado... otro. ..
ALMA: No decías lo mismo cuando te negabas a enre- sAúL: ¡Cállate yal
rrar a mamá. ALMA: ¿Te avergüenza?
snÚl: ¡Nunca apestó! ¡Fue una santa! snúl: ¡Lo hago por til
ALMA: .'De dónde has sacado que puedes echarme ran ALMA: ;Vaya! ¿Y pensaste en mí la primera vez que lo
flícilmente? ¿Crees que papá está pintado o qué? hicimos?.
¡Eres ingenuo! ¡Correrme a míl ¡Después que sAÚL: Fue otro intento... completamente fracasado.
me pedías, que me suplicabas qu.
-. queda.a Quería ver otras cosas, sentir lo que de otra ma-
contigo para poder soporrar la falta que ellos te nera era imposible.
hacíanl ¡Después que me converrisie en un¿l ALMA: Era mejor imaginarlas. tatar de vencerlas con
puta...! una fantasía. Algo... no sé... menos peligroso.
s¡.úl: ¡Alma! sAúL: ¡Tenían que salir fueral ¡Explotar! ¡Era el único
ALMA: ¡Eso.es lo que soy gracias a til ¿piensas que un:r
modo de no contaminarme, de dejar a los de-
muchacha decenre se prestaría a esros juegos? seos en el lugar que les correspondía! Desear...
¿Que me sienro capaz de salir y mirar de frénre siempre desear... ¡Alma, si pudiéramos detener-
a los demás? ¿Diciéndoles que regreso despr,rés nos, todavía podemos!
de años de encierro, de amasiato con n.ri propio ALMA: ¡Yo no!
hermano? ¿Cuidando y vistiendo dos esqueletos sAÚL: ¿Por qué?
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(larlos Clmos
Juegos profanos
ALMA: Por costumbre. Porque no puedo evitar mirarre ALMA: ¡Hazlo en la recár¡ara de riuestra querida ma-
como un hombre. ¿Cuál es tu miedo? clrel ¡A mí ya no me morrifiques másl ¡Anda, ve
SAUL: Ellos. con ella y cuéntaselo rodol
ALMA: No lo sabrán nunca. s¡Úl: ¿Me crees r¿rn cínico?
SAUL: Pero hay veces que me miran como... como si ALMA: Tratas de h¿rcerlo en rodas las navidades.
me reprocharan un crimen que nunca cometí. seúl: J'úr me lo impides.
ALMA: ¿Que te miran, dijiste? ALMA: Me parece de nrr-ry mal gusto mezclar a Santa
SAUL: (Angustiado.) Creo que... ¡Tienen vidal ¡Nos vi- Claus en trn i¡rcesro.
gilan! s,qúl: ¡Propr-rse las posadas y t:rrnbién re r.regasrel
ALMA: ¿Qué locuras estás diciendo? ¿Cómo pueden te- ALMA: ¡Porqr-re uno debe resperar las rr¿rdiciones de su
ner vida un montón de huesos? c:rsa! ¡A ver, nlírame :r los ojos y dime sincera-
SAÚL: ¡Tendrías que verlos bien, hermanal nle nte si de ver¿rs rienes ganas de hablarl
ALMA: Los he visto. No olvides que diariamente los snúr: (Sonríe .)
¿1'úr no?
atiendo, los sacudo, les cambio la ropa y última- ALMA: P¿rra nrí es m¿ís sencillo. Como soy rnujer, me
mente... hasta le hago peinados a mamá. haré pas:rr por víctim:r.
-ltnemos
fama de débi-
SAUL: ¿Realmente... estás segura...? les y, en hltirn¿r instanci¿r, yo no rengo la culp:r.
AI-MA: (Firme.) ¡Si es necesario repetirte que esas "cala- El cle las locur¿rs cres r1l.
cas" ya no son ellos...l sAtiL:
;Me prornetiste clue h:rríarnos una confesión a
sAÚL: ¡Otro recordatorio de esos y te marco la cara! dúo! ¡'lt r.nosrrlrb¿ls c{ispuesta!
ALMA: Vrrmos, Saú1, no te arornlenres tanto. Deja c1r-re
Saúl ha tomado un cuchillo de la mesa. Alma tra- la Providencia clecida. Quería clue esr:r noche la
ta de trunqnilizarlo. pas:ír:rmos cn paz. ¿No te alegró recibir mi rar-
jer:r de Felicitación? Mira el ¿irbol. Hace más de
ALMA: No tienes por qué exaltarte así. Sólo trato de die.z a.i.los que estií vacío. Si no somos nosotros
hacerte ver lo que sucede. quier.res recordamos, ¿qr.rién, dime, qLrién? (Za
sAúL: ¿Negándome la existencia de papá y mamá? besa.) F,stoy dispuesta a hacer todo lo que quie-
ALMA: ¡Es sólo un juego! ¡Pero no debes romarlo tan a r¿ls pcro no a perderte. Eso no. Lo único Ílícil
pechol ¡Procura ser un poco más realista, Saúl! qr-re he enconrrado en la vic{a has sido tú. Sería
¡Vive tu épocal ;Evádetel desasrroso clue ahora, clespués de t¿rnto tiempo,
SAUL: ¡No tengo por quél quisiéramos buscarle orro senrido a lo que so-
ALMA: ¡Pues yo tampoco tengo por qué oírte el receta- rnos. (Thtnsición.) Papá me c{ijo ayer que esroy
rio de tus miedosl ¡Deberías controlar más tu envejecier.rdo... y mamá se puso muy contenra.
paranoia!
¿Es cierto, Saúl? ¿'le parezco vieja?
snúl: Si es que así llamas a la angustia de saberse una snúr.: ¿Ayer?
vil abstracción... ALMA: Cuando fuirnos por los regalos. ¿Ya no re acuer-
ALMA: (Harta.) ¿A quién estás leyendo ahora? das? Cleí que lo habías escuchado.
seúr: ¡Pienso en voz alta imbécil! sAút.: -lirl vcz esrrrhl disrraído...
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Carlos Clmos Juegos profrtnos
ALMA: Debe ser. Porque con tus zapatos me tocabas la bas los cipreses, me dio la impresión que Saúl
rodilla, debajo de la mesa. nos vigilaba.
sAúL: ¡Ah, síl ¡Por poco nos descubren! ALMA: (Rie.) Quería ayudarme a poner la nieve artifi-
ALMA: Pícaro. (Lo acaricia.) No te olvides que tienes cial...
que darme las claves convenidas... para Preve- sAúL: Pero vi su mirada a través de los crisrales. Era
nirme. una mirada tan inusitada...
sAÚL: No es igual. Me gusta tomarte por sorPresa. ALMA: Estaba enojado. Eso es todo. Le prohibí salir.
ALMA: ¡A¡ Nicolás, Nicolás...1 Por el viento. ¿Sabes? Ninguna esfera quedó en
su lugar...
Cambio de luces. Ambos caen al suelo e inician un sAúL: Sólo que ese muchacho...
juego erótico entre risas neruiosas y mouimientos uo' ALMA: El no es problema. Si te fijas bien, Alma es más
luptuosos. especial. Yo t¿rmbién creo percibir er-r .su mirada
una mezcla de burla y de maldad...
Deberíamos ser más discretos, viejo. seúl: ¿Maldad? ¿Cómo puede haber maldad en al-
SAUL: Venturina, mi adorada Venturina... guien que se parece tanto a ti?
ALMA: ¡A¡ me vas a lastimar, Nicolás! ¡Contrólate!
SAUL: Quisiera tener tu piel debajo de la mía... siem- Ahora Saúl se leuanta. Alma lo ue cort descozt-
pre... siempre. Soñar sobre tu desnudez que so- t'ierto.
mos uno.
ALMA: Suéñalo entonces... ALMA: ¿A dónde vas?
seÚl: Alma mía... somos puros... ¡Somos puros! sAúL: Ya es tarde. Deben esrar esperándonos. Y Saúrl
ALMA: ¡Eso es lo que sé al final! (Se besan.) me dijo que riene algo importanre qué decirnos.
sAÚL: Creo qr,re llueve. ALMA: (Angustiada.) Pero... ¿vas con ellos? ¡No nos han
ALMA: No es agosto. No podría llover porque no es invitadol
agosto y mi vestido es blanco, no verde. sAÚL: No tienen por qué. ¿Acaso somos exrraños?
sAÚL: Esta noche te ves desconcertante, Venturina. Te ALMA: Si nos fingiéramos enfermos...
pareces 4... sAúL: ¿Qué te pasa? ¿Te molesrasre con alguno de los
ALMA: (Rdpida.) ¡A mí misma! ¿Ves el mar, Nicolás? dos? ¿Quieres castigarlos por algo que hicieron?
Dime que lo ves. Mañana iremos a la playa. ALMA: (Desesperada.) ¡No los traiga.s, Saúll
¡Hagámos-
Nos tiraremos en la arena y... lo el año próximo! ¡Es sólo un año n-rás! ¡Pasará
s¡úr: ¿Solos? prontol
ALMA: Sí. Ya ves que los niños casi nunca nos dejan s¡,úr: (Ronndo.) ¡Será esta noche!
salir. ALMA: (Lo ataja, frenética.) ¡No podrás decir nada! ¡Se
snúl: ¡Shsssl ¡Silencio! ¡Están en la sala! No sé qué te secará [a boca! ¡No podrás confesar nadal
tanto se secreteaban. (Pausa.) Ahora que estaba
¡Papá empezará a hablar de mi bodal ¡De rni in-
en el jardín, acompañándote mientras adorna- minente boda! ¿No lo habrás olvidado, verdad?
s,{tiI.: Hov... después de la cena...
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(lrrlos Olmos luegls profanos
Lleua el esqueleto a la silla de ruedas. Alma sien' snúl: ¿Quieres bailar, hermana?
ta al padre frente a la madre. ALMA: ¡Déjamel
snúl: ¿Te enojaste?
ALMA: Ya verás, papá, qué rico me salió el pavo. ALMA: ¡Me molesta que no me des mi lugar!
SAUL: ¿Tú lo hiciste, hija? Para eso tenemos a la criada.
saúl: Mi amor por la "gorda" es cierto.
ALMA: (Al padre.) ¿Te gusta cómo puse la masa? ALMA: ¡Pero no lo repitas a cada momento! ¿Quieres
SAUL: Yo lo hubiera hecho mejor. arruinarlo todo?
ALMA: No puedes, mamá. Te faltan fuerzas. snúl: Estoy dispuesto a confesar y nada cambiará mi
decisión.
SAUL: ¿Por qué eres así, mamá? Una mujer debe saber
llevar un hogar, luego se casa y no sabe hacer ALMA: ¡Pero no en esa formal Es mejor que sigas la ru-
nada. tina, lo de siempre. Así sólo confundirás más las
ALMA: Si yo me meto a la cocina es para ser un Poco cosas.
más completa, ¿verdad, Saúl? snúl: ¡Hay que abreviar la ceremonia! ¡Es preciso ha-
s¡úr: ¿Y a mí por qué me lo preguntas? Eso te
lo debe blar antes de pasar al comedor!
agradecer tu futuro marido. ALMA: ¿Cuál es tu urgencia? ¡Lo puedes confesar des-
ALMA: ¡No hables de eso! pués!
seÚl: ¿Para que nos suceda lo mismo? Apenas estamos
Saríl acciona el oáneo de su esqueleto bacia el lado er-r el comedor y ya no podemos hacer nada,
izquierdo. más que comer y comer.
ALMA: Sería preferible dejarlos cenar tranquilos. ¿No te
snúl: ¡Sólo de pensar que esta es la última Navidad
dan lástima? ¿Qué derecho tenemos para...?
que pasamos juntos...l SAUL: ¡El de vivir más libres! ¿No es suficiente?
ALMA: ALMA: (W a los esqueletos.) Pobrecitos... ¡Se ven tan lle-
¡Venturina, por favorl ¡No te pondrás sentimen-
tal ahoral ¡Eso sólo te lo paso en Año Nuevol nos de vida, tan contentos! ¿Por qué no me de-
snúr: Tú sí me entiendes, ¿verdad, hijo? Es terrible jas todo'a mí?
ver crecer a los retoños. Uno se queda tan solo sAúL: Hace cinco años te di la oportunidad y lo úni-
cuando se van... co que hiciste fue empezar a llorar. ¡No, vamos,
ALMA: Espero que nos vendrás a visitar frecuentemen- sirve la cenal
te, Alma. ALMA: ¡No, yo quiero estar presentel
seúl: ¡Claro, papál ¡Ella no puede estar sir-r ti! sAÚL: ¿Resistirás?
ALMA: ¿Y qué hija se puede acostumbrar de golpe a vi- ALMA: ¡Intentaré!
vir fuera de su casa? Para un hombre es fácil.
seúl: Pues depende... Saúl la toma por un brazo fingiendo que termi-
nan de bailar.
ALMA: ¿De qué? Cuando me casé con tu madre...
seúl: ¡Tú no estabas enamorado de la tuya!
s¡úl: ¿Verdad, mami, que Alma baila muy bien? Mi
Pausa larga. cuirado no sabe la joyita que se lleva.
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( lrrllos ()lrnos
Juegos proJtrnos
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(lerlos ()lmos
Juegos ¿ryftnu
sAúL: ¡Déjalo como está! sAúL: Tir hermana tiene razón, hijo. Aquí no re falta
ALMA: ¿Cónio crees? ¡Papá, papál ¿Te hiciste dairo? nada.
¡Contéstame! ¡lnfelizl ¡Por poco y se c{esnucal ALMA: ¡Se lo he dicho! ¡Pero como es ran necio!
(Asustada.) ¡Mira, tiene sangre! ¡Sangrel sAÚL: Te compramos lo que necesitas. Te estamos
snÚl: Sí, pero no se murió. dando una carrera... ¡Bien sabe Dios con cuán-
ALMA: Se está quejando. . tos sacrificios!
snúl: Con ponerle alcohol y una vendir... ALMA: ¡Desde cuándo se hubiera tirulado! ¡Ahora sería
ALMA: ¡Qué inconsciente eresl todo un señor médicol ¡Una gente decentel ¡No
sAúL: Ese no se desinfla tan Fácilmente. un vago cualquieral
ALMA: Por lo que dices, parece que desearas su muer- sAúL: ¡Bueno, ya! ¡Que termine rodo esto!
te... mamá. ALMA: ¡Falta la cena, chiquito! ¿Crees que me voy a
saúl: ¿Y si fuera así? Nos pareceríamos r-rn poco, Al- quedar cor-r el estómago vacío después de los co-
ma. ¿O no? raj es ?
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(larlos Olmos
hrcgos ¡;rofanos
sAúL: No lo había pensado, aunque no esraría nad¿r dos. Una gente sin secreros no debe valer la pe-
mal. na. Tú y yo compartimos uno de los más her-
mosos. Y nl vez nunca llegaremos a tener un
Comienza a leuantar/e lafalda a la madre. secreto tan fuerte, tan radiante como éste. ¿Por
qué tenemos que traicionarlo?
ALMA: ¡Ah, nol ¡Si algunas veces lo paso por alto, aho- sAúL: En estos años nos hemos reído lo suficiente de
ra... !
papá y mamá y llegó la hora de saber cómo se
SAUL: ¡Ahora lo hacen.ros! enfrentarán a lo que ellos mismos crearon...
ALMA: ¡Es una falta de resperol ALMA: Si por lo menos esruvieran vivos...
SAUL: ¿A ellos... o a su memoria? ;Miral ¡Tenía buena snúr: ¡Tienen que estarlo! El problema es empezar.
pierna!
¡Tendrían que oírlo y oírlo! ¡Fastidiarsel ¡Sentir-
ALMA: ¡No seas cochinol ¡Esto es un juego, simplemente! se enloquecer cada vez que lo recuerden! ;Ésa
saúr: ¡Que tú te has encargado de hacerlo más real de será nuestra venganzal ¡Booml ¡Exploral ¡Boom!
un tiempo acá! ¿Te das cuenra que renemos que
¡Lo saben!
decir la verdad? ¡Por profilaxis familiar...l ALMA: ¡Boom! ;Nos fallal
ALMA: (lnterrumpiéndolo.) iNo estoy dispuesta a rermi- seÚl: ¡Sirve la cena. procura memorizar gesro por ges-
narlo! No, no podría hacerme a la idea de que to, palabra por palabral ¡E.strr noche tienes que
ya no los tendremos más. ¡Sería horriblel record,rrl,r siemprel ¡Es la vicrori:rl ¡(iuarda bicn
sAÚL: Ya no los tenemos. Los "matamos" hace diez años, las piezas del rompecabezasl ¡Hay que recons-
¿te acuerdas? truirlo todo! ¡Hay que h:rcer las figuras perféc-
ALMA: ¡No es cierto! ¡No tuvimos r.rada qr-ré verl tas, imborrablesl
SAÚL: Yo r-ro estoy tan seguro. ALMA: (Reuisa e/ cníneo de/ padre.)
¡Miral ¡Se le cerró la
ALMA: Lo que te dije la nochebuena pasada eta menri- heridal
ra. Nunca he pensado asesinar a nadie. sAúL: ¿No te lo dije? No iba a pasar más. Lo que pasa es
sAúL: ¿Segura? que le encanta el reatro. Ya pasó, anda. Tómare
ALMA: Era algo parecido a lo que haces cuando esrás la copa y vamos a cenar. ¡Diviértansel
aburrido. ¡El tedio ha sido nuesrro peor enemigol ALMA: (Va al comedor.) Después de todo es la fiesra
sAúL: ;No te pongas lírical ¡Confiesa! más importante en nuestra casa. Ven, papá.
ALMA: ¡Fue ur.r sueñol ¡Tenía que decirlo a algr-rien! * Aquí está tu lugar. Mamá allá... y nosorros
¡Créelol clos... aquí. Todo esrá riquísimo. Ya verás, papá.
sAúL: Pero deseabas que se cumpliera, ¿no? Te er-rcantará.
ALMA: ¿Es rnalo desear? sAÚL: ¿Quieres que abra las venr¿rnas, mami?
snÚl: Talvez... como son otros caminos, orras proba- ALMA: Como gLrsres. Bueno, brindemos. ¡Porque todas
bilidades que no podemos controlar... las rravidades sean como ésta! ¡Saludl (Bebe.) No
ALMA: ¿Qué es lo que quieres? No renemos otra alter- tomes más, Venturina. Te pr-rede hacer daño.
nativa. Al menos yo, no creo rener el más pe- Con lo difícil que es enconrrar médicos esra
queño escondite. El mundo somos nosotros noche...
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.f ucgos pro.ftnos
17
Carlos Olmos l:r:s":!4"':
palabras por algunos segundos. Alma I Saúl se uen ALMA: Sonríe un poco, papi. ¡Ahora úna con los dos!
continuamente a los ojos. ¿No?
seúl: Espera. Tiene que verse la mesa. ¡Listo!
A esta hora todas las iglesias del mundo deben ALMA: ¡Ay no, SaúI, voy a salir con los ojos cerrados,
estar llenas de fieles... iluminadas... como la vez pasada!
seúl: Al rato iremos. sAúL: ¡Mamá saldrá perfecta! ¡Retrata muy bien!
ALMA: Las flores, el olor a cirio y la música sacra hacen ALMA: Es la más fotogénica de la casa. ¡A ver, dame
que me sienta como... como señalada por la eso! Colócate. Anda.
gracia, sAúL: Mamá de perfil y tú, papá, aquí...
seÚr: ¿No quieres acompañarnos, papá?
ALMA: (Absorta.) Es la única ocasión en que percibo el EI esqueleto del padre es echado bacia adelante por
retorno de los días añorados, el mismo camino, Saú1.
las mismas personas... yJesús.
seúr: Te pregunté si quieres acompañarnos. ALMA: Papá... ¿qué rienes? ¿Pasa algo, Saúl, pasa algo?
ALMA: No. Mañana iré con tu madre. (Tiansición.) ¿Me s,a.ÚL: No sé. Creo que se siente mal.
prestas tu mantilla, mami? ALMA: Papá...
sAÚL: Tómala. seúl: Se le subieron las copas, hijo. ¡Nicolás, compór-
ALMA: Gracias. (Le besa la mejilla.) t¿rtel
sAúL: No hay por qué. (Tiansición.) El bacalao está ALMA: Sería mejor llevarlo a su cuarto.
delicioso.
ALMA: (Le toma una mtnl a Saú|.) ¿Por qué no nos to- Ahortt Sati/ ue tt Alna fijamente. Abora le dice
mamos unas fotos? cttsi ct¿chicbe¿ndo:
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Carlos Olmos .lyegos Profanos
sAúL: ¡Ya verás cómo vamos a divertirnos cuando re- Por una parte es mejor que papá no esré con no-
velemos las fotosl sotros. Se trata de lo que hace tanro tiempo
ALMA: Revela primero lo otro y no te preocupes por... queríamos decirte.
sAúL: ¿Revelar? ¿De qué habla Alma, Saúl? ALMA: Ya viste cómo nos ha costado. Y la espera de
hoy no significa nada. ¿Sabes lo que son rrece
Alma sonríe I desaparece. Saúl queda solo. Reuistt años?
la sala con infnita tristeza. Aduertimos en su ros' SAUL: Diez.
tro el uértigo del recuerdo. Se sienta. Se prtsa aru- ALMA: Trece.
bas manos por el rostro. Alma regresa. SAUL: ¡La mala suerte, Saulitol ¡Dame otra copa!
ALMA: ¡Ni una másl ¡Esta vez hasra el final, hasta el de-
ALMA: ¿Lo hiciste? rrumbe!
seúl: Es preferible que tomes todo... a sangre fría.
Satil niega con la cttbeza. Alma se acerctt a él pa' ALMA: ¿Por qué me miras así? Ni que fuera la primera
ra decirle en tono maternal: a quien le pasara esto.
SAUL: Mucho menos la última.
Hijo, ¿qué tienes? ¿QLré es lo que ibas a decir- ALMA: Así que tranquila. ¡Nada de exaltarsel
me? ¿T'e sucede algo... que r-ro quieres qtre sepa? SAUL: ¡Ay niñosl Si van a volver con lo mismo...
ALMA: ¡No, empezaremos con la verdadl
seúr: (Desesperado.) ¡No estoy jugando, Alma! SAUL: Como siempre tuviste a tu hijo por un ángel...
ALMA: Como esa noche hiciste lo mismo... ALMA: Nada de malo tiene que le hayan crecido las
snúl: A veces no resisto. Creo volverme loco cot-t toclrr alas...
esto. seÚl: Y me echara a volar sin tu consentimienro...
ALMA: SaúI... amor... suspenderemos la fiesta. Iremos rt ALMA: ¿Te acuerdas que desde que éramos niños re
descansar y... diste cuenta?
sAÚL: ¡Ahora menos que nur-rcal ¡Ahora es cuand<r snÚl: ¡Pero tal parece que me fueran a mararl
debe ser! ¡Todo es propicio! ALMA: En cierto modo.
ALMA: ¿A qué? ¿A[ entierro de lo nuestro? Hoy ni si- sAúL: Empezó un día, hace diez años...
quiera un poco de cariño ha podido respirarsc. ALMA: Trece.
El año pasado decíamos las claves convenida.s, sAúL: O veinte... o cincuenta... ¡O mill
nos mirábamos, nos acariciábamos por cual- ALMA: Papá y tú habían salido a hacer una visira.
quier pretexto, pero ahora... sAÚL: Y nosotros nos quedamos en casa. A mi herma-
sAúL: ¡Ahora hay qr-re agregar la parte que nos faltrr! na le gustaba tanto la lluvia...
¡Seremos purosl ¡Viviremos! Ven, ayúdame. Es- ALMA: Sí, llovía. Me puse aquel vestido verde, el que
to dcbemos hacerlo entre los dos. guardabas como recuerdo de tus viejos tiempos.
Saúl sintió unos deseos irresistibles de ponerse
Satil toma a la madre y la lleua al sofí. el smoking de papá...
sAÚL: Uno parecido al que trae ahora.
to ir
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Carlos Olmos Juegos profanos
ALMA: El nrismo. ¡Estaba guapísimol ¡Se parecían tanto! que podemos y llamándonos Vénturina y Ni-
sAúL: Alma comenzó a bailar. colás...
sAúL: ¡Lo pagarán mlry caro, par de...l
Sube rnúsica de clauicordio. Las luces reproclucen ALMA: ¡Ya lo estamos pagandol
/a imagen de Alma bailrtndo como sombras an las
pnredes. Saúl toma al esqueleto. Le ntueue un brazo bacien'
do un ademtin enérgico.
AT,MA: Me sentíir colltenta.
SAUL: Y me acerqué a ella diciéndole tu nombre. Sí, tu sAúL: ¡Fuera de mi casa! ¡Vete, Saúrl, vete!
no mbre. Ver-rturi r.ra... r-n i ador¿rda Ven tu ri n¿r- -- ALMA: ¿Qué?
AT,MA: Me cletuve sorprer-rdida. De pronto :rdvertí que snúl: ¡Es lo que merece este... perverso! ¡Fuera de
Saúl me cor.rfirnclía. aquíl ¡Ton-ra tus cosas y lárgate!
SAÚL: (-ou nli propiu nlrrdrc. ALMA: ¿De modo que eso era? ¿Querías confesar para
AI-MA: Algo hizo que me sintiera r.r-ruy extrafrir al ver llegar a esto?
cónro me sonreírr. ¡Era papál ¡E,xactarnente p:r- SAUL: ¡Pero, mamá, yo sólo qr.riero...!
pál No sé si por primer:r vez conocí el miedo... ALMA: ¡lrte, es clarol
cl horror cle se ntir c¡r-re lleeaba a r.ní ese denronio SAUL: ¡Está bienl Si así lo quieres... rne iré.
visto c'n sueños... Saúl me sonreía y vo... reco- ALMA: (Gritando y saliendo uil momanto de ascena.) iPa'
nocí el clesecl... y lo accptó. pá, papá, ha pasado algo horrible! ¡Tienes que
sAúL: Bebinrcls. [,a lluvia continuaba. ¡-l'úr no sabesl saberlol
L,rrr utr soniclo seco, conrp¿lcto. Unrr tarde de
¿rgosto... cotr Alnra entre mis lrr¿rzos y llorando Satil deja a la mac/re e intenta salir pero Alma re'
aquí, en la sala, con tr.l vestido verde y el traje de greslt con el padre para enfrentarlo.
pap:í cubriénclonos...
ALMA: (Rctadora, n la rnadrc.) ¿Qué dices a esto?
¿Es cierto 1o que dice tu hermana?
I)ausa. Los clos, por primera ucz. se quedan inmó- Saúl no cede en su intento de escapar y ahora A/ma,
uiles. Miran al esque/eto y no saben quó hacer. Se so/tando nl padre, se arroja al cuello del hermano,
tnirrtn repetidas Lteces uno ¿l otro. Saúl se sienta al gr ita ndo Jur i os amente.
lodo de/ csqueleto .y le dicc a Alrn,t:
ALMA: ¡Antes muerta que dejarte salir de aquíl
sAúL: ¿T'ú firiste ca¡r:rz de hacerle eso a tu herrn¿rno? sAúL: ¡Suéltanrel ¡Me estás asfixiando, Alma! ¡Suélta-
ALMA: ¡Eso fuc sólo el ¡rrincipio! Si te conrara lo de- me!
más...
sAúL: ;Sucedió algo m:ís? Loga retirarla I corre al esqueleto del padre.
ALMA: Ils¿r tarde... hemos scguiclo repiriéndola cad¿r vez
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Juegos profanos
Carlos Olmos
Aprieta el cuello del padre. ALMA: Será fiícil... con la almohada...'ral como lo an-
ticipó el sueño.
(Lleuándose las manos a su cuello.) ¡Eso es lo q s¡úl: ¿No tienes algo más rápido?
hice de ti! ¡Un monstruo! ¡No me matarás! ALMA: La asfixia no duele.
ma, no dejes que me mate! ¡Alma, hija! s¡úr: ¡Tenemos una pistola!
ALMA: ¡Le tengo pánico a las armas de fuego!
Saúl suelta al esqueleto Jt se aPola en la pared, seúl: Si tuviéramos vigas...
jadeante. ALMA: Ahorcada sería peor. Además... es muy cruel.
No, no. La almohada es lo conveniente.
¡Asesino! ¡Asesino! ¡Te denunciaré! ¡Diré que lo
seúr: Me siento... arrepentido.
mataste! ALMA: ¡Pero yo no! ¿No querías esto? ¡Aquí lo tienes!
Espérame un momento. Iré por la almohada
sAúL: grande.
¡No grites!
Alma toma ahora al esqueletl de la madre. Alma sale. Al quedar solo, Saúl corre hacia la ma-
dre. Besa los huesos pero re?entinamente grita.
ALMA: ¡Ya no ordenarás más! ¡Desde hoy no ordenará¡ i
más! (Entrando con la almohada.) ¿Q"é te pasó? ¿Qué
tienes?
SAUL: ¿Qué vas a hacer?
ALMA: jCr..r que me quedaré con los brazos cruzadogl s¡úl: No sé... pero no fui yo. Es ella. De pronto dio I
SAUL: haces algo en contra de ella te mato! un grito. (La sacude.) ¡Mamá, mamá, contésta-
¡Si
me! i1
ALMA: ¡Entonces queda anulado lo que hiciste! ¡Si ma'
má no muere, papá tampoco! ¿Entiendes? ¡O ALMA: ¿Qué es lo que tiene, por Dios?
van los dos o aquí no pasó nada! s¡úr: Alma... ¡No respira!
s¡úr: ALMA: (Le pone üna mano en la boca.) ¡No es posible!
¡No estoy dispuesto a revivir al viejo!
s¡úr: ¡Le falló el corazón! i
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ALMA: ¡Me asquea oírte hablar así! s¡úl: ¿De qué lado disparo?
seúr: bi y sentirás el mismo asco. Ábrete la piel ALMA: Del derecho.
"-otdá butcat lo que has amado' No halla-
y trata s¡úl: ¿No será mejor en el corazón?
tát nad". Sólo cadáveres perdidos entre los re- ALMA: Quedaría manchada. Y con lo verde del vestido,
cuerdos. voy a parecer bandera.
ALMA: ¿Adónde quieres llegar, Saúl?
s¡úl: ¿Y tu último deseo?
SAUL: ¿No has pensado en el suicidio?
ALMA: ¡A mí nunca se me cumplió ninguno! Ahora
ALMA: No... quiero decir... a veces... ¡No! pasaría lo mismo.
SAUL: ¿No es la muerte la que siempre
no9 h1 ronda- s¡.úr: Bien... llegó el momento.
áo? ¿No queríamos sentirnos vivos olvidándola? ALMA: Dispara varias veces.
ALMA: Thl vez... snúr: Feliz Navidad...
SAUL: Si es el principio y no el fin' como creíamos, ALMA: Igualmente.
posiblemente es lo único denso, pesado, consis-
tente. Se escuchan uarias detonaciones mientras Alma
ALMA: Es un riesgo muy grande' reacciona a cada disparo. Un silencio. Saúl ue el
seúl: ¡Pero el último! ¡El verdadero!
arma y Alma se palpa el cuerpo buscando heridas.
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Carlos Olmos Juegos profanos
po, este recuerdo de su polvo, la evidencia de seúr: ¡Nicolás! Desde este momenrd, seremos Ventu-
nuestra opacidad, de nuestro brillo mentiroso. rina y Nicolás. ¿Entendido?
ALMA: ¡Pero nosotros debemos morir! ¡Tú me dijiste
que había que dignificar la existencial Saúl se pone el fac del padre y toma el bastón.
Saúl se acerca abora a los esqueletos. Ahora seremos p^pá y mamá. ¡Un matrimonio
modelo!
sAúL: Hemos sido más fugaces que ellos. ¡Nos han
vencido! ¿No es cierto que se han quedado con ALMA: ¡En eso yo no había pensado!
la eternidad que nos correspondía? ¿No es cierto
que eran ellos los que gritaban que los deiára' Rápidamente, Alma se uiste con las ropas de la
mos vivir, los que a cada momento tropezaban madre.
con nuestra existencia?
ALMA: Sí, pero... no entiendo... ¿Qué tramas ahora? seúl: ¡Ahora sí amaremos como ellos! ¡Seremos ellos!
seúl: Algo muy simple. ¡Desnúdalos! ALMA: ¡Y encontraremos ese instante en que se amaron
verdaderamente!
Alma lo ue con PerPlejidad. seúl: Eso es lo que vamos a averiguar cuando estemos
a solas... señora Venturina.
¡No me repliques! ¡Desnúdalos yal ALMA: ¡Nuestros hijos se sentirán orgullosos de no-
sotrosl
Alma, desconcertada, procede a desuestir los es'
queletos. Alma incorpora a los esqueletos uestidos 1a con la
ropa de los jóuenes.
s¡.úl: ¡Ya verán, señores, ya verán! ¡Seremos libres y
felices! Al fin podremos dar órdenes, disponer, snúl: Saúl es ún muchacho apuesro. ¡Mi vivo rerraro,
regañar... ¡Nadie sabrá nada! ¡Ahora nadie cono' como quien dice!
cerá el nuevo secreto! ¡Lo compartiremos entre ALMA: Alma era más bella. Tenía muchos pretendien-
Alma y yo! ¡Solamente entre nosotros dos! tes. La seguían a todas parres. La asediaban. La
¡Nadie más! llenaban de atenciones, de regalos... ¡Alma era
ALMA: ¿Entonces seguiremos vivos tú y yo? más bella!
sAÚL: No como supones. ¡Vístete con las ropas de ma' sAúL: Coloca a tu hija junto al árbol. Con esas luces
má! la veremos mejor.
ALMA: ¿Qué?
ALMA: Alma era feliz cuando arreglaba el árbol. La lle-
sAúL: (Quitándose sy ropQ Será mejo_r eue nos va/á. naba de nostalgia y melancolía. Jamás entendió
mos acostumbrando... señora Venturina. por qué.
ALMA: SaúI, no le veo ningún sentido... sAúL: A Saúl lo pondremos allá... en la ventana.
ALMA: ¡Nol Es mejor que estén siempre juntos. ¡Así ni
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ALMA: Alma y Saúl fueron dos niños sanos. Saúl lleua la silla lentamente.
Nacieron como todos nosotros.
Hijos de padre y madre. ¡Qué sueño! No cabe duda que estamos viejos,
Sus padres se llamaron Venturina y Nicolás.
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Venturina... ¡Todo nos cansa tanto...l ¡Ah, si es' Irrutos profan¿s se estrenó en 1985 en el Foro Sor Juana'Inés de la Cruz
tuviéramos jóvenes... ! .lc lrr uNnM, con el siguiente reparto:
ALMA: Otro gallo nos cantaría... Nicolás.
ALMA: Bárbara Guillén
Las campanas suben de intensidad. Los uiejos han snúl: Sergio Cataño
salido en completo silencio. Cerramos telón sobre
la imagen de los dos esqueletos uestidzs como AIma DIRECCIóN: Eduardo Ruiz Saviñón
y Saú\, junto al árbol de Nauidad EscENocRAFíR v vnsruento: Fernando Llerandi
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