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La célula es la unidad fundamental de los seres vivos que contiene todo el material
necesario para mantener los procesos vitales como crecimiento, nutrición y
reproducción. Se encuentra en variedad de formas, tamaños y funciones.
Las células se clasifican en células procariotas y eucariotas. Las células procariotas se
caracterizan por no tener un núcleo definido en su interior, mientras que las células
eucariotas poseen su contenido nuclear dentro de una membrana.
Célula Procariota
Las células procariotas o procariontes son organismos vivientes unicelulares,
pertenecientes al imperio Procariota o reino Monera, dependiendo de la clasificación
biológica que se prefiera. Estas células se caracterizan por no tener núcleo celular, sino
tener su material genético disperso en el citoplasma, apenas reunido en una zona
llamada nucleoide.
Los organismos procariotas son evolutivamente anteriores a los eucariotas, es decir,
los provistos de núcleo. Las formas de vida más simple eran y son todavía procariotas,
como las bacterias y las arqueas.
Dicha simpleza ha permitido su gran diversificación, lo que se traduce en metabolismos
sumamente diversos (no ocurre lo mismo con las eucariotas) y una enorme diversidad
en cuestión de ambiente, nutrición o incluso estructura.
Así, las células procariotas pueden ser autótrofas (elaboran su propio alimento) o
heterótrofas (se alimentan de materia orgánica ajena), tanto aerobias (requieren de
oxígeno) como anaerobias (no requieren de oxígeno), lo cual se traduce en varios
mecanismos de nutrición:
Fotosíntesis. Tal y como las plantas, algunos procariontes pueden sintetizar energía
química a partir de la luz solar, tanto en presencia como en ausencia de oxígeno.
Quimiosíntesis. Semejante a la fotosíntesis, las células emprenden la oxidación de
materia inorgánica como mecanismo para obtener su energía y obtener su propia
materia orgánica para crecer.
Nutrición saprófita. Basada en la descomposición de la materia orgánica dejada por
otros seres vivos, ya sea al morir o como restos de su propia alimentación.
Nutrición simbiótica. Algunos procariontes obtienen su materia orgánica para existir
a partir de otros seres vivos, generándoles un beneficio y por ende colaborando para
existir.
Nutrición parásita. La contraria a la simbiótica: el organismo se nutre a partir de la
materia orgánica de otro mayor, al que perjudica en el proceso, aunque no llegue a
matarlo directamente.
Célula eucariota
Las células eucariotas se distinguen de las procariotas en que poseen un núcleo
definido en su citoplasma, en donde se halla contenido todo el ADN de la célula. Esta
diferencia parece sutil pero fundamenta un cambio gigantesco en la reproducción y en
otros procesos vitales que condujeron a un mayor nivel de complejidad celular, sin el
cual no se habría podido gestar seres pluricelulares.
Estructura de las células
Núcleo celular
El núcleo celular está rodeado por una envoltura nuclear, contiene el material genético
de las células eucariotas. Es el centro de comando de las células eucarióticas. En las
células procariotas no existe núcleo, por lo que el material genético está disperso.
Membrana plasmática
La membrana plasmática es una barrera con permeabilidad selectiva, o sea, regula la
entrada y salida de material de la célula y además recibe la información proveniente del
exterior celular. Por la membrana plasmática entran nutrientes, agua y oxígeno, y salen
dióxido de carbono y otras sustancias
Citoplasma
El citoplasma es el interior de la célula entre el núcleo y la membrana plasmática. Aquí
se encuentra la maquinaria de producción y mantenimiento de la célula. Está constituido
por un material gelatinoso llamado hialoplasma.
Los bioelementos son los diferentes elementos químicos que necesita una especie para
poder desarrollarse con normalidad. Los elementos químicos, por su parte, son tipos de
materia que están formados por átomos de una misma clase.
También conocidos como elementos biogénicos, los bioelementos se encuentran en
todos los organismos vivos. En cada ser vivo es posible encontrar cerca de setenta
elementos, aunque una gran parte de la masa de las células está formada por apenas
cuatro elementos químicos: el nitrógeno, el hidrógeno, el carbono y el oxígeno.
Los bioelementos permiten formar biomoléculas: las moléculas que constituyen a los
organismos vivientes. De acuerdo a la función que realizan en la formación de las
biomoléculas, los bioelementos pueden clasificarse como primarios o secundarios.
Los bioelementos primarios son: nitrógeno, hidrógeno, carbono y oxígeno más el azufre
y el fósforo. Estos bioelementos son imprescindibles para el desarrollo de las proteínas,
los glúcidos, los ácidos nucleicos y los lípidos.
* nitrógeno: aparece especialmente como grupo amino (un grupo funcional que deriva
del amoníaco o de uno de sus derivados) en las proteínas, dado que se encuentra en
todos los aminoácidos. Asimismo, lo podemos encontrar en los ácidos nucleicos,
específicamente en sus bases nitrogenadas. Las plantas se encargan de incorporar a la
naturaleza casi la totalidad del nitrógeno en forma de ion nitrato;
* hidrógeno: es uno de los componentes esenciales de las moléculas orgánicas (en sus
esqueletos de carbono), además de su ya conocida presencia en la molécula del agua,
sin la cual no sería posible la vida tal como la conocemos. El hidrógeno tiene la
capacidad de formar enlaces con cualquier bioelemento;
* carbono: puede formar cadenas carbono-carbono extensas (las denominadas
macromoléculas) por medio de enlaces de tipo simple o doble, además de estructuras
cíclicas. La inmensa variedad de moléculas de las que participa se debe a su capacidad
de incorporar muchos radicales diversos. Otra de sus características es la estabilidad
de sus enlaces, algo que lo diferencia del silicio;
* azufre: principalmente se halla en forma de radical sulfhidrilo (un compuesto cuyo
grupo funcional lo forman dos átomos, uno de azufre y otro de hidrógeno), como parte
de varias proteínas, en las cuales crea enlaces disulfuro necesarios para que las
estructuras terciaria y cuaternaria sean estables. Por otro lado, podemos encontrar este
bioelemento primario en la coenzima A, fundamental para muchas rutas metabólicas
universales, entre las que destaca el ciclo de Krebs
Potencial de Nernst
El potencial de reposo de una célula es producido por diferencias en la concentración
de iones dentro y fuera de la célula y por diferencias en la permeabilidad de la membrana
celular a los diferentes iones. El potencial de equilibrio de Nernst, relaciona la diferencia
de potencial a ambos lados de una membrana biológica en el equilibrio con las
características relacionadas con los iones del medio externo e interno y de la propia
membrana.
PRESIÓN OSMÓTICA
Otra función importante de los bioelementos es el mantenimiento de la presión
osmótica, que puede definirse como la presión que se debe aplicar a una solución
para detener el flujo neto de disolvente a través de una membrana semipermeable. La
presión osmótica es una de las cuatro propiedades coligativas de las soluciones
(dependen del número de partículas en disolución, sin importar su naturaleza). Se trata
de una de las características principales a tener en cuenta en las relaciones de los
líquidos que constituyen el medio interno de los seres vivos, ya que la membrana
plasmática regula la entrada y salida de soluto al medio extracelular que la rodea,
ejerciendo como barrera de control.
Cuando se colocan soluciones de distinta concentración, separadas por una membrana
semipermeable (membrana que deja pasar las moléculas de disolvente pero no las de
los solutos), las moléculas de disolvente, pasan habitualmente desde la solución con
menor concentración de solutos a la de mayor concentración. Este fenómeno recibe el
nombre de ósmosis, palabra que deriva del griego osmos, que significa "impulso". Al
suceder la ósmosis, se crea una diferencia de presión en ambos lados de la membrana
semipermeable: la presión osmótica.
Y entendemos por presión osmótica, a aquella que sería necesaria para detener el flujo
de agua a través de la membrana semipermeable. Al considerar como semipermeable
a la membrana plasmática, las células de los organismos pluricelulares deben
permanecer en equilibrio osmótico con los líquidos tisulares que los bañan.