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Este libro presenta una rica y valiosa antología de

casos clínicos de psicoanálisis infantil. Es una cuidada


selécción de estudios de casos que brinda una üsión de
los progresos producidos en esta especialidad y un pa-
norama de los distintos enfoques y técnicas que impe-
ran en el tratamiento de los problemas psíquicos de la
infancia. Así se proporciona al lector registros de tra-
tamientos desde Freud y sus discípulos hasta Ios de
Melanie Klein y Erik Erikson. Este libro permite apre-
ciar y aprender la agudeza y habilidad psicológicas con
las cuales los grandes exploradores de Ia mente infantil
lograron develar sus ñisterios y penetrar hondamente
en su comprensión hasta revolucionar las áreas de la
la puericultura, la sociologla, Ia biología. Po-
educación,
cos libros permiten, como éste, hacerse una clara idea
de cómo y con qué cura el psicoanalista de niños. Su
valor didáctico es, pues, excepcional. El lector intere-
sado puede consultar sobre el tema las siguientes obras
conexas de nuestro fondo editorial: M. Klein, El-"pslco-
an¡ílisis de niños; M. Klein, Relato de un aruilisis in-
fantil; A, Fretd, Psicoaruildsis d,e niños; A. Freud, fn-
troducción al psicoandlisis para educadores; A. Aberas-
hxy, Teoría E técnica ilel psicoanálisis de niños; M.
Langer, Maternidad A sexq N. Ackerman, Diagnóstico
g tratamiento de las relaciones familiares; E. H. Erikson,
Infancia g sociedad; Stone y Church, Niñez a ad,oles-
cencda; D. Anzieu, Psicodrama analítico en el niño; R,
Spitz, No E Sí; D. W. Winnicott, El niño E el m.tud,o
erternq D. W. Winnicolt, Conozca a su niñoi S. Isaacs,
Años ile dnfancia; T, Reca, Psicoterapia en la infarwia,
HORME, Buenos Aires.

GRANDES CASOS,
DEL PSICOANATISIS
;,
DE NINOS
KLEIN . ABRAHAM . FERENCZI - SPITZ .
A. FREUD . ACKERMAN . WINNICOTT - ERIKSON
BIBLIOTECAT PSICOLOGIA DE HoY
l. Mqxlma Dóvl3: lo taxúolldad añ 27. Thcodor Relk: ?rlctoñt¡lhlr d.t KLEIN . ABRAHAM . FERENCZI . A. FREUD
lo odol¡cc.ncl¡.
2. Korl R. Boutn.r y N. G. Hole:
crlmen.
28. J, Schovolzon, J. Blcg.r, L. ACKERMAN . WINNICOTT
Csf¡ paro la famlllq dol enf¡¡mo Blcgcr, l. Luchino y M. Long.r: SPITZ. ERIKSON
ñartol. Pslcologlo y cóncc¿
3. Moryso Choiry: Prlcoonáll¡i¡ d¡ 29. T, M. Frénch, F. Al.xondcr:
h oro¡tltucl6n. Ps¡cologfo y o¡mo bro¡qulol.
a. i. A. M, M¡erloo: Pdcolo¡fo d.l 30. R. §terbo: Toorlo p¡lcoomlftL
9ánlco. co de ¡o llbldo. M. Longer: Agct
5, Robert Llndnar: R.loto3 P3lco- t. kle¡nlono.
rnolftlso¡ d¡ lo vldo r¡ol. 3I. R. E, Holl: Gufo poro lo nulor
ó. Ludwig Eidelberg: Prlcolo¡lo dr embarolado,
l¡ vlolqcl6a. 32. H. R. Litchfield y L. H. Drm-
7. R. Spitzl No-Sf. Sob¡¡ lo géno-
¡is d¡ lo comun¡coc¡ón humono.
bo: Gufo poro .l culdodo d. tu
hllo.
t, Robert Strcet' Tócnlco¡ ¡cxuo- 33. podr..
Mortin Freud: Slgmuñd Fr.ud,
GRANDES CASOS
ler nodrrno¡. Mi
9. H. F. To¡hmon: P.lcoP.to¡ogf,¡
¡cruol del ñairlmonlo.
I0. Asocioción Nortoomaricono da
Estudios ¡obro lo lnfonclo: Gufo
34. Theodor Relk El orno? vLio
Dor un D¡lcólolo.
35. J. R. Gollosher y H. I' Ho-
rris: Problema¡ cmoclonolc¡ d¡ l,c¡
DEt PSICOAI\ALISIS
mro la ¡ducoclón satuol. odo¡é3conler.
i l. Edmund Bargler: tnfortunlo 3ó. Morie Lonoer: Fontotlot .taF
matrlmonla!
12, Anno Freud
y
l¡nghom: Lo ¡uerro
dlvorclo.
y Dorothy Bur-
y lo¡ nlñor.
no¡ o lo luz iio! p¡lcoonáll¡b.
37. J. L. Sc¡ulmon, J. C. Kotpor,
Boroer: El oprsndlrol.
P. M. Borger: d¡ l!
oprendlzol¡ da lc
DE NINOS
l3: R. LoewenstGln: Ertudlo D!!co- D¡icolcloDlo.
an.¡ftlco d.l ontlr.mltl.mo. 38, John'Morlono: Prlcot r.Plc d.l
14. Anno Frcud: P¡lcosnólltl. d.l divorclo. Prólogo A co¡nentarios
nlño. 39. W. Mccord y J, Mccord: El
15, Thaodor Raik fr.lnto oñor Di¡cóDota.
por
con trard. io. ó. l. Pittmon: Aloohothmc.
tó. Fr.ud, Abrohom, Frronczi, 41. M, D. Vcrnon: P¡lcolorl¡ i¡
KLin, R.¡k, Erlkcon, Llndncr: Oron- lo oerce¡cl6n. Lic. Evu¡N¡. VrNcmow DE DuBcovsxy
d¡o á¡¡o¡ drl p¡lcocntfll¡l¡. 42.'Theodor Re¡k: Dlf€t.ncl.!.mo-
17. Th.odor R.lk: Cóño r. l!.to clonole¡ ontra toa rCrot. v
o r., Dtlcólo¡o. 43. Alcx Comfort: Lo t.8úrl¡d6a
18. Dorothy Woltcr Boruch: Nu¡" en l¡ soclcdod octr¡ol. Dr. S¡,Nrr¿.co DuBcovsxy
v¡¡ ¡¡ótodo¡ an Jo oduocalón ¡¡- 41. J. L, Moreno: Lor bs¡¡¡ d¡ lo
ruol. Drlcoteroplo.
19. Fronccs L, Ilg y Loulsa 8ot€l ¿s, tr,t. N. Robinson: Lo mulü ftf.
Amás: Gómo prsplrot uno fla¡to ¡ldo, Estudio psicoonolftico.
lnfontll. íá. ¡cuol¡ón fdntá¡t¡co. t3 cucn-
20. J. L. Moreno: Frlcomúrlco y tos de cl€ncio ficclón por 9 P¡l-
¡oclodronc. coonol¡stos.
2l, Suson l¡oocs: Año¡ de lnfonclo. 17. C, A, Moce: Gul¡ Ptlcol6¡l.o
22. Thcodor Reik: Confc¡lone¡ de po¡s el e¡tudlo Y oP!§ndlrol..
un prlcoanollrtc. 48. R. H. Thooless: PoroDtlco¡ogls.
23. Anthony Storr: Lcr d¡¡vloclo- Método experimentol,
;¡¡ ¡ctuol,s¡. 49. K. Abrohom. S. Ferenczi, 4,.
21. lheodor Rcik: Lc¡ ovGñturor Freud, M. Klein, D. W. Winnlcott,
¡n lc lnvostlgoción p¡ico,oñolftlco. R. Soitz. E, Erikson, N. W. Acker-
2t. Erwin St€ngel: PslcologL d.l moni Gionde¡ oocoi del psicosn€.
¡ulcldlo y lo¡ intcnto¡ ¡ulcldo¡. li¡i¡ de niño¡.
2ó. Thcodor Rolk: Prlcootrállrlt sO. M, Bonoportc: Lc ¡cxuolldoti
opllcodo. de lo mulcr.
EDICIONES HORME S. A. E.
Volrumen
Diaúbacióa exclusirya
4e . EDITORIAT PAIDÓS
BUENO§ AI8,E§
INDICE

Prólogo
K¿nr. Anne¡reu:
L1 {ña que tenía posadillas 15
El chico gue no querla pescff 2L
La 'hovia" de papá 2r4:

S¡N»on Frnrxczr:
El pequeño gallo . 3l
ANN¿ Fnruo:
El demonio 43
Mu¿Nrn Kr,¡rN:
Erna no puede dormir 63
D. W. lVrN¡¡rcorr:
Tres casos de adopción
RrNÉ Sprrz:
"Mónica" 135
En¡r H. Enrxsol.l:
Samylamuerte ......155
Ner¡¡¿.¡u W. Acxrnu¿.N:
'Una familia neurótica . . L76
Copyright de tod¿s las dicioner en castellrno por
EDICIONES HORME, S. A.E'
lancal 1*649 Buenos Aires
que previene la ley 1L.721
Queda hecho el depósito
Il'lP§E§O SN tA AB§BNTINA
PRÓLOGO

El Psicoanálisis de niños es una especiaüdad que


cada vez se va difundiendo más y adquiriendo una
importancia trascendental por sus implicaciones
práventivas y curativas y por su influencia en -la
áducación, lá puericultuia,la pediatría y la medi-
cina en general.
Constit-uye dentro del Psicoanálisis un campo fér-
til tanto en la investigación como en la práctica
cllnica.
Es este último aspecto el que despierta el mayor
interés del público general.
¡Oué hacé un psicoanalista de niños? ¿.Cómo lo
hr:Ji;ñ;6t á;;-pá""ti" en la intiiridad de
los conflictos infantiles?
Creemos que estos casos clínicos que aquí pre-
sentamos, re-copilados de las obras de los grandes
maestros' del Fsicoanálisis, responderán con más
elocuencia que todo un tratado a estas pregultas.
Aunque tlo hemot incluido en esta selección: el
"caso Juanito", de Sigmund Freud, es- iusto men-
cionarl,o como el ori[en del psicoanálisis infantil
y' fuente aun hoy día de numerosos estudios.
'Inieiamos la selección con casos de Karl Abra-
ham y Sandor Ferenczi,-dos afamados d-isclpulos
de Fieud y precursores del psicoanálisis de niños,
en los que'utilizan la misma técnica que Freud em-
pleó eri el caso Juanito, es decir, un análisis efec-
tuado a través de un familiar o amigo del niño, con
un mínimo contacto con el paciente. Ya en estos
casos puede apreciarse la utilizaeión de los recur-
pnó¡oco Ga^NDrg clso¡ ¡EL rs¡co^NÁr¡e¡g or NrÑo¡ 1¡

sos técnicos sobre los cualcs se brsará el enllisis aprendizaie, y estos casos clínicos siempre actualcs
infandl: interpreta-ción do dibujos, sueños, juogos, presentan sin duda algo vivido y por consiguiente
expresiones prcverbales y verbales, y manifestaóio- ion fuente inagotable de enseñanzas y descubri-
nes transferenciales. mientos renovados. Esa ha sido nuestra experien-
Pero es tan sólo con Ana Freud y Melanie KIéin cia con ellos y esperamos que sea compartida por
que nace el verdadero Psicoanálisis de niños. el lector.
Estas dos grandes psicoanalistas, llderes de dos
distintas escuelas, han llenado toda una etapa, aún Lrc. Evr¡.ine Vnr.¡crnow DE DuBciivsKr
muy reciente, del Psicoanálisis. Si bien ambas des- Dn. S¿.Nueco DuBcovsKY
arrollaron técnicas de gran valor, corresponde a
Melanie Klein el mérito de substituir lf técnica
asociativa del adulto por una técnica de iuego. ?o-
niendo disposición del niño juguetes para que a
-a
través de la actividad que realiza con los miimos,
poder comprender el inconsciente del niño. Esto
permitió el análisis de niños de muy corta edad,
enriqueciendo el acervo teórico y técnico del psico-
análisis.
Los_casos aquí presentados de Ana Freud y Mela-
nie Klein constituyen un claro ejemplo de 3us téc-
nicas y sus divergerrcias.
Erik H. Erikson agrega a esta selección la bri-
llantez de su enfoque que integra lo psicológico con
lo biológico, lo social y lo antropológico cultural,
de manera ejemplar e inimitable.
Hemos incluido, además, casos clínicos presen-
!3_do_1_por René Spitz, Nathan W. Ackermañ y D.
W. Winnicott, que ilustran respectivamente la apli.
cación de conceptos psicoanalíticos a áreas táles
como el desarrollo de las pautas verbales, la inter-
acción familiar y el problema de la adopción, tra-
tando de completar así un amplio panórama del
PsicoanáIisis de Niños y sus aplicaciones.
Nuestra actividad profesional nos prueba cada
día como el ejemplo práctico, la vivenóia actual, es
fundamental en la aclaración de los conflictos y el
.LA NIÑA
QUE TENIA PESADILLAS"
.EL CHICO
QUE NO QUERIA PASEAR"
'LA .NOVIA, DE PAPA"

K.rn¿ Anneir.r»r

Extract¿ilo da Pstcoanólü¡("¡ CH¡úco


Traducido por el Prof. R. W.tex¡n
&licio¡res HORME, 1959
KARL ABRAHAM LA NIÑA QUE TENIA PESADILLA§
( 1877-1925)

Me han solicitado informacionos sobre sueños in-


Uao dc lo¡ má¡ qucridos y di¡tinguidos disclpulor do fantiles cuya interpretación pueda iustificar la con-
Frcud fu¡ d primrr psicoen¡liste elomán y rqc contribu-
-bÁ¡iors -para clusión de que eI sujeto del sueño presenció el
eione¡ fueron la comprenrión del dc¡arrollo comercio sexual a una edad temprana. La presonte
do la libido ylas relaciones ob¡etales tempran¿s.
Sue trabajos sobre los primeros estadios del desarrollo in- contribución sólo satisface en parte este requisito,
fantil son de fundamental importancia. en cuanto en este caso la observación del acto se-
Su analizada y discípula Melanie Klein dijo de él "que xuel entre los padres no tuvo lugar en los primeros
comprendla totalmente Ias grandes posibilidades teóricas y años de la infancia, sino, con toda probabilidad,
prácticas del análisís de niños" y qüe su obra es un des-
arrollo natural de los descubrimientos de su maestro. inmediatamente antes de la ocurrencia del sueño
De este precursor del psicoanálisis de- niños presentamos que voy'a relatar, y de la concomitante ansiedad
tres casos en los cuales con maesb:la y fácil redacción (ora neurótiea. No obstante, considero útil su publi-
un consumado lingiiiste y filólogo) pone de manifiesto l¡ ca.ción, porque el hecho muestra con mayor clari-
oxistencia o importancia de Ia sexualidad inf&ntil, -la lnfluen-
cia de la esceña primaria y de la represión del complcio clad que la usual, de qué modo reacciona ante ese
dr Edipo cn el origen de la¡ neurosis infantiles y en la for- hecho un niño predispuesto a la neurosis.
*Tlutu*,i"tf,ffiaa Hace algún tiempo, fui llamado para ver a una
¡o bssa primorüatment" *l-
"r,la"tinfo'- niña de nueve años y nueve meses, quien habla
lisis de les exprorione¡ vorbelc¡ do las rueños, y- on
mación obtenids a travó¡ do los padros, no incluyendo arla comenzado a sufrir recientemente estados de an-
la ob¡srvación del iuego. siedad.
Diez días antes de la consulta, la niña habla sido
acostada por la noche, como era acostumbrado.
f,uego de dormir durante una hora, llamó a su
madre con gritos aterrorizados. Su madre, que es-
taba en la pieza próxima, acudió, y la niña le con-
tó un sueño, dando muestras de espanto. Dijo:
"Un hombre te querla matar en la cama, pero yo
te salvá'. Mientras relataba esto todavía no podía
distinguir entre el sueño y la realidad. Cuando
su medre intentó calmarla, dijo con expresión de
horror: "¡Oh, tú no eres dc ningún modo mi ma:
drel" I,uego manifestó temor a los objetos del
,,. J.t tr
r,i
la raRL aBRArraM "í Il ¡.r Nñl gvt tnNíe PEsADTLTAs 17

currto, confundiéndolos con animalos. Pasó un 1,il


+"x Al responder a mis preguntas, la paciente me
tiempo hasta que pudo ser apaciguada, pero en- dijo que-últimamente había tenido a menudo sue'
toncás durmió hasia la mañana. AI despertarse M ños angustiosos. Cuando le pedí que me contara
declaró que habla dormido bien y sin molestias ;ff uno dJ esos sueños, relató inmediatamente el que
durante lá noche, y que se sentía mu[ bien. Cuan' va ha sido mencionado, aunque sus padres no la
-
cautelosamente ( y
lfii irablan hecho recordarlo con anterioridad. Por lo
do sus padres la interrogaron "i!¡',
por lo tanto, de un modo superficial), se evidenció ' :)ii tanto, su amnesia respecto a Ia noche en que había
(ue ella no recordaba el episodio. comenzado su enfermedad, era sólo parcial.
;'iit'
De modo que en este caso se habla registrado un Como fui llamado solamente para una consulta
sueño angustioso seguido por un estado crepuscu-
t?;

1il
con la paciente, tuve que contentarme con hacer
lar. No ñabía casoJ de epilepsia en la familia, ni un diagñóstico del estado en que la encontré, y corn
exhibla la niña ningún sintoma que apuntara di- ,fl aplicai algunas medidas terapéuticas para cal-
rcctamente hacia la éxistencia de un trastorno men- marla.
tal en el sentido más estricto de la palabra. Cómo Con la ayuda del padre de,la niña, intenté obte-
resultado del examen que hice de ella, y del ulte- ner un mayor conocimiento de la etiologla de- su
malestar. Su sueño angustioso me hizo sospechar
rior desarrollo de su estado, pude diagnosticar un
estado crepuscular histérico.
f,[ de inmediato que había presenciado el acto sexual
Durante los dlas siguientes, la paciente mostró entre sus padres, y que había remodelado la im-
varios síntomas de malestar. Estaba muy nerviosa, presión dá una manera tlpicamente infantil, de
e inclinada a sobresaltarse. Al hablar con su má- icuerdo con una teoría sádica del coito, y que
dre solla hacerlo de un modo que se asemeiaba e luego representó la escena en su sueño. ( Hay que
la 'paralalia' de Ganser. Al anochecer, tenía una señáhr que ella dormía en el dormitorio de sus
proriunciada ansiedad. Una o dos veces tuvo vi- padres.) En consecuencia, Ie transmití a su padre
iiones de animales. En ocasión de mi visita, por ilis sospechas, y le expuse brevemente los motivos
ejemplo, me dijo que habla sido aterrorizada qor que la-inspiraÉan. De inmediato comprendió el
alsunto v diio que estaba muv de acuerdo con mi
una ierpiente que ieptó hasta sl' lecho y la mordió
en una pierna; y tenía miedo de ir al w.e.- porqxe opinión, afádie^ndo que la niña podría también ha-
alll había hombies negros que la amenazaban cAn bér escuchado recientemente ocasionales disputas
sus dedos. También exhibla una marcada astasia, entre sus padres, una vez acostados éstos. Asl que
abasia. v temor a caerse como fenómeno conco- esos incidéntes podrían haber proporcionado otro
mitante.'Esta perturbación respondió a la influen- determinante, además del sexual, para su idea de
cia de la sugestión, hasta el punto que pude- con- que su madre estaba siendo asesinada.
ducirla a través de la habitación sosteniéndola só- El caso precedente muestra con claridad una ac'
lo levemente de la manga. Finalmente pudo volver titud en li niña que es análoga al compleio de
e la cama sola sin caerse, aunque se tambaleaba. Edipo en el varón.-La niña sueña con un atentado
No había síntomas de una parálisis orgánica. contlra la vida de su madre. El significado de la
I8 KARL ABRAIIAM r.r ¡v¡ñ¿ qur rrrvie P!§lDrLLAs l0

fantasí¡ no cs alterad.o por el 1 La conversación con el padre traio a luz


incierta
-hecho de que en el
sueño Ia niña "salva" a iu madre. elementos adicionales. Resultó que la niña esta,ba
Si ello-no fuera
revelado p_or el bien conocido significado de-ias acostumbrada a asociarse con la hija de un vecino,
fantasías de salvación, sólo ,1""rário señalar de quien se decla que practicaba la masturbación
", irr*udi"tr*err_
que,la paciente repudió a su madre mutua con otras niñas. Por lo tanto, es probable
re despues del sueño; se deshizo de ella de una que, excitada por actos sexuales y conversaciones
manera que nos es familiar en las .Tantasías de pa_ con su amiga, hubiera reaccionado ante el inciden-
¡entesco". te en la habitación de sus padres de un modo mu-
_ En una alucinación que tuvo en estado de viei- cho más violento que como lo hubiera hecho en
Iia,. además, ella vio a una serpiu"t", ,i*Éolo
*ir_ otras circunstancias. Su temor a figuras que haclan
culino que repre-sentaba eviderr't"*eit"-a su padre, gestos amenazadores, sugiere de inmediato un sen-
que se Ie acercaba. Su declaración de q.r" ..ü
i"r.] timiento de culpa; y en cuanto abarca nuestra ex'
pjente- quería morderle Ia piema,, fue
iecha con periencia, podemos decir con toda probabilidad
clara hesitación, y con el sémblante alterado. pa- [ue esto p,rede atribuirse a la práctica-de actos ie-
recÍa estar ocultando algo. probablemente nombró xuales prohibidos. Es de algún interés el hecho cle
a su pierna en lugar de sus genitales, del mismo que viera a esas figuras en el w.c., pues este lugar
modo como se dice que la cigüeña muerde la pier_ es eI escenario úás frecuente de los actos infanti-
na de la mujer. Ies secretos y prohibidos.
Cuando, como es el caso aquí, el, complejo pa- Este análisis fragmentario es particularmente de-
terno aparece en una forma tan aguda e iirtens{ y. cepcionante en un aspecto. Las asociaciones del
bajo un d-isfraz tan transp-arente fara el.psicoaáí_ paciente dirigen por lo común nuestra atención
lista, justifica nuestra_conólusión d'e que ,ig"";;;- hacia deseos e impresiones de la primera infancia,
periencia afectiva relacionada co, io, pidres ha a partir de los cuales se desarrolla el síntoma. En
ejercido influencia sobre Ia niña. Tantb ir; este caso, sin embargo, no fue posible invesügar
cunstancias externas como el informe de su padre "i. las capas más profundas del incidente de la pacien-
tendían a mostrar.que inmediatamente antes d.e la te. Me siento inclinado a pensar que tal investi-
apaflcton de sus sÍntomas la niña había observado gación hubiera demostrado que la experiencia re-
el comercio- sexual entre sus_padres. por supuesto, óiente, por la que estaba padeciendo, había recibi-
no fue posible interrogarla di-rectament" i" piii do su refuerzo más importante del inconsciente, es-
mera y única consulta. "" to es, de recuerdos reprimidos de una naturaleza
Este episodio no pudo ser, sin embargo, una similar, pertenecientes al primer perlodo de su in-
causa pa1á un estado patológYcá tan faneia. Pero como ya he dicho, no fue posible ob-
scrio. -suficiente-
Más aún, la relación entre ci6itos síntomas y tener una prueba saüsfactoria de esto.
ese trauma psíquico particular era, cuando menos,
r Hc omitido intencionalmente una interpretación de cier-
tos slntomas porque no se presentó una ovidencie suficiente.
!0 r nL a¡naHArr

Crco quo debemos llegar a Ia conclusión de que


on cstc caso la obsen¡ación por el niño del coito
cntro los padres fue la causi excitante de su aü-
que psiconeurótico, cuyo primer síntoma notable EL CHICO QUE NO QUERIA PASEAR
lue un serio sueño angústioso seguido por un esta-
do crepuscular.
Los neuróticos que tienen miedo de caminar por
Ia calle sin estar acompañados por una persona
determinada, sufren también habitualmente una
segunda fobia: el temor de quedarse solos en casa.
El inconsciente de esos pacientes no les permite
apartarse de aquéllos en quienes está fijada zu li-
bido Todo intento de desafiar las prohibiciones
estabecidas por el inconsciente provoca un estado
de ansiedad.
Un niño de cinco años afectado por ambas fobias
produio hace poco y muy espontáneamente, es de-
cir, sin ser interrogado por el médico, una confir-
mación de esta obsen¡ación psicoanalltica. Lo que
dijo es tarr.^ sorprendentemente apropiado y sucinto
que me agradarla citarlo aquf, añadiendo unas po-
cas palabras de comentario.
Tan grave era su ansiedad que no se podla in-
ducir al niño a abandonar el hogar patemo para
ir solo a visitar unos parientes que vivían en la
puerta de al lado, aunque para hacer tal cosa ñi
siquiera tenla que cruzar la calle. También se
asustaba si salla su madre, aunque la nodriza se
quedara con é1. Recientemente llegó hasta el pun-
to de negarse a salir con su niñora.
Cierte vez que su madre le diio que fuera a pa-
seer con la niñerq él protestó, declarando firme-
mente:
Ich uil kein Spazierkind sein, ich will, ein Mú-
22 (á.RL á¡nA¡rl¡¡ EL cHrco ¡euE No qumÍe pAsEAn ill
terkind sein, (No quiero ser un niño-para-pasear, gido contra su padre, exponiendo al mismo tiempo
quiero ser un niño-de-mamá.)t su pretensión de'dormir el lado de la madre.
, _Esta observación es notable'por muchas razones. Ambas observaciones muestran la lngenua con-
El niño expresa su anhelo dd un vínculo con su fesión de los deseos infantiles. Al mijmo tiempo
madre lo más estrecfuo que sea posible: quiere ser muestran claramente el sello de la represión, y ie
un Multerkinil. Se nie_gá_a per*iti, a una persona puede demostrar que subyacente u- los áá"os
a quien no,quiere lo lleve de Ia mano: n-o quie- abiertamente expresados, existe una capa de de-
-que
re ser un Spazierkind. Más notable, sin embárgo, seos más profunda, que queda reprimlda. Esta
e.s el
_hecho de que el niño no habla de su mieáó capa más profunda corresponde al- complejo de
sino de su deseo. Sy fijación en la madre no pue- Edipo.
de ser pasada por alto.- Se suscita el problemá de Estas observaciones, q_ue provienen de las pri-
cómo se desarrolló Ia fobia, en üsta dlel hecho de meras fases del desarrollo dé la neurosis, ofre-cen
que su deseo de ser un niño de su madre estaba una confirmación particularmente valiosa de las
tan próximo a su conciencia. teorías basadas en material obtenido con la ayuda
-§e puede responder fácilmente a la obieción im- del psicoanálisis, con grandes dificultades, en ca-
plÍcita en esta cuestión. Según la teoría -freudiana sos de neurosis plenamente desarrolladas.
de la n_eurosis, no es el deseó del niño de estar con
su madre Io que sufre represión, sino s,, deseo iru
cestuoso. de poseerla seiualmente. Una segunda
observación que se hizo m_á_s tarde, en el mismá dla,
confirma esta opinión. Muestra al pequeño enl
vuelto en la lucha c_ontra el compleib áe Edipo,
y dominado por el deseo de ser ál único posesor
de su madre.
* Su padre se-habla ausentado por algunos dlas.
Durante ese tiempo se le permiti¿ dorñrir al Iado
de la madre, en Ia cama del padre. Cuando cierta
mañana, su madre le dijo que el padre volvería
ese dla, el niño declaró:.i'¡Ci,ánto nie¡or ,"¡" q"i
papá no volyie¡a nunca!"' En estas 'palabras áié
expresión inequívoca a su deseo de ^muerte diri_

I Nota de Ia edición inglese: el sabor epigramÁtico do


esta observación diflcilmen-rc p"o¿"-ü"d""ñ.'"; L
"JrBi
expresada por medio de ella á, qoo ¿i;-d;¿rf. AL-¡"*;
nunca de su madre.
¡.r "Nov¡r- o¡ urÁ 85

blemente se había ido a dar un paseo volvió a


resplandecer su cara.-
"Cierta vez E[sita hablaba del día en que serla
una novia. Le pregunté: -¿Quién será el novioP-.
LA *NOVrA" DE P+PA Su respuesta fue precisa: -Bueno, mi querido
papá, por supuesto-. Algunas semanas después se
-deipidió
de su padre con las palabras: -Adiós,
Una madre, al hablarme de su hiia de cuatro querido esposo-."
años, a quien llamaremos Elisita, dijo que ésta Esta es sólo una selección de una gran canüdad
manifestaba un afecto y cariño particulañs hacia de declaraciones similares de la misma niña. To'
su padre. Recientementé había eñcontrado un pla- das ellas muestran claramente cómo la niña de
cer especial en_ iugar a ser la esposa del paáre. cuatro años otorga su amor principalmente al pa'
Cuando Ia madre le preguntó poi qué quer?a ser dre, y cómo, en cierto modo, so lo quita a la madre,
Ia- esposa del padre, ella contesló que '1é gustaría
saber cómo era-eso", y añadió que éntonceJpodúa
y lo-llama su esposo. Por otro lado, se desemba-
raza prestamente de su madre o la convierte en
averiguar por fin 'qué gusto tiene el café'1 'Le la hija, cambiando papeles con ella. En estos
pregunté -continuó la madre- qué iba a pasarune eiemplos la eliminación de la madre es indirecta;
a mí, y ella me respondió preitamente: --Serás no es la misma niña, sino los enanitos o los chan'
simplemente nuestra hija." chitos quienes no tienen madre, sino solamente
"En cierta ocasión
-siguió diciendo la madre- padre.
Elisita le contó a su hermana mayor una historia El caso de otra pequeña manifiesta las mismas
que ella misma había inventado. Esta comenzaba: tendencias, pero aquí el deseo de muerte diligido
-Habla una vez un enano que tenla siete enani- contra la mádre y los sentimientos eróticos hacia
tos. La madre había muerto hacía mucho tiem- el padre estaban'aún menos disimulados.
po-. Cuando le pregunté por qué había muerto Elena, de cuatro años, dio expresión cietta vez
Ia madre, la niña dijo: -Oh, ella ya tenía más de a sus sentimientos, mientras cenaba con su padre,
cien años y era muy enfermiza-. Hace algunos estando ausenté la madre, con estas palabras:
meses, en él zoológióo, Elisita se paró delanie de "¡.No es ündo que mamá no esté en casa hoyP"
una iaula donde había una cerda salvaie con su Cuando su padre le preguntó por qué eso le agra'
cría. Elisita exclamó con gran deleite;- - ¡Mirá, daba tanto,1a pequeña respondió: "Porque ella no
hay un qapá cerdo con sus hijosl-. Le expliqué puede entremeterse cuando nosotros hablamos". AI-
que era Ia madre, pero ella insistió: ál pa- gunas semanas después, estos deseos de muerte se
dre-. Cuando le aseguré nuevamente-No,que se tra- ñicieron aún más claros, cuando Elena le preguntó
taba de la madre, ella preguntó: -¡.Péro dónde a su madre: "Mamá, ¿cuándo te vas a morir?"
está el padreP-. Sólo cuando le dije que proba- Aparentemente no se sintió satisfecha con la res-
puesta que recibió, pues pocos días después in'
26 KARL lBnarraM ¡,¡. "r.¡olr,t" »¡ pep.Á 27

guirió: "N4qrná, dentro de diez añog grande, te comiiraré ese sombrero (o lo que fue-
tarás vivap" Durante .i ,ii"lJ"tá' ¡.todavía es-
muchas veces estas preguntas.
fir", reiteró re)". Para un niño, los regalos son partícularmente
- Siempre se refo- importantes en cuanto prueba de afecto. Elena ya
rían a_ta madre, y i""2"
Ia había vencido a sus deseos d.e muerte, y ahora
"i'p;á;:"t"ando
3"{r9 Ie dijo, en cierta olasióni.¡Si yo muero, no hacía llover las demostraeiones de amor sobre su
tendf¡ -rpát_,, ella.r"pticO-á; *..**
iñ#"to: .?ero
seguiré teniendo a mi p'apitol - madre. Evidentemente, sólo podía ofrecer sus pro-
Por_esta época, Ia mishá niña mesas para el futuro. Aqul reside, empero, una
. dijo en cierta oca-
sión, duranté u á"nu, ..p"pit,-iü'iir"ü notable formación de compromisos. Elena ya no
clesnudo atguna u"r',. iáio-ár,á1i"'L.,u pueda ver pide que su madre esté muerta cuando ella haya
forma ,r", crecido. Se eontenta con trocar los papeles con
-tan d-irecta. Apare-ntemente Ie resultaba
fácil abandonar et ",
más ella, como ya se ha descrito al hablar de la pequeña
"ü-pti*i""to;;;;:"r"o
dejar de Iado su ,"tit"á que Elisita. Su comportamiento expresaba esta idea:
r,ort]i ñráü iu"*raru. "Cuando yo sea grande, tendré dinero, pues seré
A-partir del comportamiento de los-niños la mujer de mi padre. Entonces, tú serás nuestra
crecidos y de Ios áaultoi, F;;"d más
conclusióá de que
hi" extraído la hija, y tendrás que deiarme comprarte cosas".
reprimidos, ;ulfiril,t¡l' rHüJJ,'r,##ffi
muy frecuentemente. i*ñi;
-;rgi;;l ; ;::
se con_
"I proceso denominado
vierte en su contrario,_ .Tor_
mación reactiva,,. por'ldt""ü, f;'i;#sante
ver,
oPerado e" l;
ffi'o| H::::" "'í "iniá- "áLo p;-
Durante un tiempo, sus deseos
. de muerte diri-
gidos contra ., *rd'.u se expresaron sin
f,uego inhibición.
-siguió un períodá H-;ü;;r"."#"rm a,r_
rante et cual no lé na¡lá ; il;;;;
cial ho-stitidad ni con cariño. ii'"o,
-iñ;;;;r; "rp"-
estando
cierto día fuera de su casa la
queña Elena comenzí a pedirle -con *rá1", h pe_
clase de cosas en las viáriera,
q"" il"iom toau
a=J"fár'"egocios.
Luego pr_9g!,ntaba, acerca de las
]e
que veían: 'iCuál sombrero- diversas cosas
q" g"rir?árp,,,
vestido-te gustaría *ári,, áJrii*_'#rao iq,r¿
como
Ios adultos- hacen habit""ir*"t"""á""fo, "rri¡or.
Ie indicaba t" q* l; si
;-u ladre ;ü;i"üi _¿r,
te aseguraba en cada opórtunidi'd, ;.C,ráodo "il"
,"a
EL PEQUEÑO GALLO

SeN»ga FsnsNczr

Extractado de Se*o u Pstcoanállch


Traducido por el Dr. Sr,Nrrr,eo Du¡covcr
&liclones HORME, 1959
EL PEQUEÑO GALLO
SANDOR FERENCZI
( 1878-1988)
Una dama ex paciente mía que retuvo su in-
terés en el psicoanálisis, llamó mi atención hacia
Pionero del período heroico del psicoanálisis, fue un pilar el caso de un niñito, que supuso sería de interés
del moümientó psicoanalítico y sus e{'ntribuciones han en- general.
riquecido todas las áreas de la disciplina. _ Sus variados in-
tereses hicieron que también el psicoanálisis de niños lo
Se trataba de un niño de cinco años de edad lla-
cuente enbe sus precursores; son numerosos §us trabaios mado Arpad, que, de acuerdo con el informe uná-
sobre el desarrollo psicológico infantil y su relación con el nime de sus parientes, se habla desarrollado hasta
análisis de adultos. El caso que hemos extractado de su Ia edad de tres años y medio regularmente, tanto
libro Se¡o y Pslcoaruilisis sigue Ia técnica desarrollada por física como mentalmeñte había Jdo ,, niño per-
Freud en el famoso caso "Juanito", observando las con-
ductas verbales, Ios dibujos y los juegos. Además, es un fectamente normal, hablaba fluidamente y derios-
eiemplo del encantador esüIo y La sutileza psicológica de traba considerable inteligencia.
eite hombre que fue llamado el "romántico" entre los psl- De pronto cambió visiblemente; en el verano de
coanalistas, el discípulo más querido por Freud, y es un¡
fuente continua de inspiración para todos los psicoanaliotas t910la familia fue a un balneario de Austria donde
actuale¡. también habían estado el verano anterior y tomó
habitaciones en la misma casa del año anterior.
Inmediatamente luego de arribar la conducta del
niño cambió de modo curioso. Hasta entonces se
había interesado por todo Io que sucedla dentro
y fuera que puede atraer la atención de una cria-
tura, pero a partir de ese momento sólo se interesó
en una sola cosa: el gallinero en el patio de Ia
casa. A Ia mañana temprano se apreiuraba a ir
al corral, observaba las- aves con lncansable in-
terés, imitaba sus sonidos y movimientos, y llora-
ba cuando era sacado por la fterza del gá[inero.
Pero aun cuando no esiaba allí no hacía -más que
cacarear y cloquear. Lo hacía ininterrumpidamen_
te por horas, y contestaba a las preguntas^sólo con
esos gritos animales, de modo qui su madre estaba
32 taNDon rErtNczl ar. rngurño cAr.Lo gll

seriamente preocupada porque el niño perdiese la do temerosamente y se enteró por Ia sirvienta de


facultad de hablar. que estaba asustadó u1 g"ldq"" l"-irÉf;-aül
Esta peculiar conducta del pequeño A-rpad duró rido morder_el pene. *Desdelue Iiona ya rro
toda la estada del verano. Cuando la familia re' al seryicio de la familia no je pudo tLner certeza
"rába
tornó a Budapest volvió a hablar normalmente, de si en la ocasión Arpad había iido lurii*ado ,eal-
pero su charll era casi exclusivamente de gallos,'
-callinas Ineltg,.o bien, como creía recordar lu *adre, Jio
y pollos, y cuando más agregaba patos y lo había vendado para calmarlo.
[a.rsos. Sü ¡,rego'habitual repetido interminable- . La parte curiosa era que los efectos posteriores
áente todos iosáías era eI siguiente: arrugaba todo de este acontecimiento Je habían *á"flrt"á"
periódico en la forma de gallos y galünas y los el niño luego de un período latente d" todo .rn "l
ófrecla a la venta; entonces tomaba algún obieto añq en su segu¡d-a visita a la residencia d" v".uoo,
(qeneralmente un pequeño cepillo plano), llamé-
-"gallo-"--a sin.que nada lubiese ocurrido en el ínterio qrré
misle cuchillo, lleiaÉa a su la pileta pudiese ser atribuido por los parientes
ldonde la cocinera realmente acostumbraba a ma' de esta repentina reculrrencia tel miedo"á*o
ür a las aves) y le cortaba el pescuezo a su gallina * lu,"urrru
qe.:oral,y su-interés por ellas. Sin embargo,"r", no
de papel. Mos[raba cómo el gallo sangraba y con creJe que Ia naturaleza negativa de esta evidencia
ru io, y gestos hacía una imitación excelente de me impidiera _hacerle-s ,ñu p."g,rrta, suficiente-
la aeonía á" tu muerte. Siempre que se ofrecían mente justificada por la e*perienóia piicoanalítica:
en v:enta aves de corral en el patio, eI pequeño si durante eI curso del período latente, el niño no
Aroad estaba inquieto v no deiaba tranquila a su había sido amenazado óon la sección-'dá su pene
*ár" hasta quá ésta'comprata alguna. Quería a causa de su jugueteo voluptuoso cori sus geniüles.
oresenciar cuando la mataban; sin embargo tenia La respuesta, dada de mala gana, fue án efecto
inucho miedo de los gallos vivos. que al presente el niño era afáto u
¡,rgu con su
Los padres muchísimas veces- le preguntaban por miembro, qor que frecuentemente á castiga-
qué le's tenía tanto miedo a los gallos, y Arpad Jg,
do, y-qle _también "era posible que alguien, bfo-
r-i"r.rnte les relataba la misma historia: una vez meando", lo hubiese arñenazadd con %ortárselo;
¿l-i"'t*¡i" metido en el gallinero y habla orinado más. aún, que Arpad tenía ese mat t¿bito d"rdé
en un nido, luego de lo cual el gallo de plumas hacÍa "mucho tiempo", pero que no sabían si en
amarillas (a vecés decía marrones) vino y le mor- eI año latente ya lo tenía.
dió el pene; entonces Ilona, la-sirvienta, le vendó ReTltó ser que en realidad Arpad no se había
la heriáa. í.r"go le cortaron el pescuezo al gallo sarvado cle esta amenaza ni aun posteriormente,
y' murió. podemos considerar pi"b;úl" la p;;:
Ahora bien, los padres recordaban este inciden- $-"_T?do,n"e
suncíón de-que fue la amenaza experimentada'en
ter que habla'o"rrtiido el primer verano en el bal- el-lnterin, la que había excitado tanto ál nifo al
,,á"io, cuando Arpad tenlá dos años y medio'.-Un volver a la escena de la terrible primera Lxperien-
día la'madre había escuchado al pequeño chillan- cia, en la que el bienestar de sü miembrd había
84 raNDon trEnENczr

estado en peligro de modo similar. Por supuesto,


úr. eugutño cer,r-o 85

no puede excluirse una segunda posibilidad: la de


que su primer temor ya habla sido exagerado por mente la canción que dice: Debo cortet a Da'
amenazas de castración previas, y que la excita- breczen / a comparal un pauo y también las can-
ción al volver al gallinero debe sér atribuida a un ciones: Pollo, pollo, Den, üen, oen y Baio ln oenta'
aumento del "hambre sexual" que habla experi. rta hau dos pollos / dos gallitos !:l unn gallina.
mentado mientras tanto. Podia dibuiar, como ya fue dicho, ,pero se li-
Desafortunadamente, ya no era posible recons- mitaba exclusivamente a pájaros de largo pico,
truir estas relaciones temporales y debemos con- haciéndolo con considerable 'habilidad. De este
tentarnos con las probabilidades de su conexión modo podemos ver la dirección en -que buscaba
sexual. sublimár su interés patológicamente fuerte en esas
criaturas. Finalmente, los padres tuvieron que
!a investigación personal del niño no produjo aceptar sus hobbies viendo que sus prohibiciones
nada notable o anormal. Inmediatamente -de en-
trar en mi habitación Ie llamó la atención un pe- no iervían de nada, y le compraron varios páiaros
queño bronce de un gallo de montaña que se cle juguete hechos de un mate,rial iuompible con
hallaba entre mis numerosos objetos; lo traio y los qüe [evaba a cabo toda clase de juegos fari-
me preguntó: "¿Me lo vas a dar?" Le di un lápiz tasiosos.
y un papel y en seguida dibujó un gallo (con En general Arpad era un muchachito agradable,
cierta habilidad). Entonces le hice contar la his- pero muy desafiante cuando era amonestado o cas-
toria del gallo. Pero ya estaba aburrido y quiso ligado. Difícilmente lloraba y nunca pedía per'
volver a sus juguetes. Dado que la investigaci$n dén. Sin embargo, aparte de'estos rasgos de ca-
psicoanalítica directa era imposible, tuve que limi- rácter, no había rastros de rasgos verdaderamente
tarme a lograr que Ia dama interesada en el caso, neuróticos que pudieran reconocerse. Se asustaba
que era vecina y amiga de la familia y que lo po- fácilmente, soñaba mucho (con aves, por supues-
día observar muchas horas seguidas, anotase sus to) y frecuentemente dormía mal (paoor noc-
gestos y comentarios curiosos. Sin embargo, pude turnus).
establecer que Arpad era mentalmente alerta y Las acciones y dichos curiosos de Arpad q-ue
no sin talento, si bien era cierto que su interés fueron anotados por la dama observadora, desple-
mental y su talento estaban centrados de modo gaban mayormente un inusitado plac-er en fanta-
peculiar alrededor del género plumífero de las iías sobre ia cruel tortura de las aves de corral. Su
aves de corral. Cloqueaba de un modo magistral jrrego típico imitando la matanza de las aves ya
y a la mañana temprano deqpertaba a toda la fa- ha-sido-mencionado, a esto debe agregar§e que
milia como un verdadero gallito de vigoroso ca- hasta en sus sueños sobre pájaros lo que más vela
careo. Arpad era afecto a la musica pero sólo can- eran gallos y gallinas muertas. Daré aqul una tra-
taba canciones populares en las que aparecían ga- duccién literal de sus dichos característicos:
Ilos, gallinas o aves similares, le gustaba especial- "Me gustaría tener un gallo vivo desplumado
*diio uña yez espontáneamente-. No debe tene¡
86 sANDoR r¡srNCu u. rrgurño cer-ro 87

plu_mas ni alas, ni sólo Ia erósta, y tierie liiie niente a las aves de corral eomo una transferéncia
poder caminar asl."-cola, de afectos inconscientes que en réalidad se refie-
Una vez estaba jugando en Ia eocina con un ren a seres humanos, probablemente parientes cer-
ave-recién sacrificada por Ia cocinera. De pronto canos, pero que fueron reprimidos y s6lo pueden
fue a Ia habitación vecina, récogió unas pináas de ser manifestados de este modo desplegado y dis-
rizar de un cajón y grit6 'Ahora voy a clavar esto torsionado. Más aún, interpretará el deseo de des-
en Ios ojos ciegoi del ave muerta'. La maianza plumar y cegar a los animales como simbolizando
de aves era un festival para é1. Podfa bailar por intenciones de castración, y considerará el slndro-
horas alrededor de los cuerpos de los animales, en rne total como una reacción del paciente a la idea
un estado de intensa excitación. de su propia castración. La actitud ambivalente
_ Otra vez alguien, señalando un ave sacrificad.a, despertará entonces en el analista la sospecha de
Ie p-_reguntó: 'iTe gustarla que volviese a desper- que en Ia mente del paciente se balancean senti-
tar?" "Me gustaría un cuerno. La volverla a mientos mutuamente contradictorios, y sobre la
matar yo mismo." base de numerosos hechos de experiencia tendrá
Frecuentemente iugaba con papas y zañahorias que suponer clue esta ambivalencia probablemen-
(que deeía eran aves), eortándolas án pequeños te se refiere al padre, quien aunque honrado y rei-
trozos con un crichillo. Difícilmente sé Ie -podlfa lretado, al mismo tiempo es también odiado a causa
impedír que tirase al suelo un vaso Que tenla avés de las restricciones sexuales que impone severa-
pintadas. mente. En una palabra, la interpretación analítica
Los afectos desplegados én relacióri cbn las aiés, serfa: el gallo representaba en el slndrome al padre.
sin e_mbargo, de ninguna manéra eran simplerñEnte En el caso de Arpad podemos ahorrarnos la mcl-
el odio y Ia crueldad, sino claramente ambivalen- Iestia de hacer una interpretación. El trabaio de
tes. Muy a menudo besaba y acariciaba aI animal lepresión todavla no era eapaz de ocultar totalmen-
muerto o bien alimentaba a su ganso de inaders te el siqnificado de sus peculiaridades; Ia cosa ori-
con malz, como habla visto hacer a Ia eocineral ginal, Ias tendencias reprimidas, todavía podían
al hacerlo cloquéaba y piaba eontinuaménte. Ed discernirse en su charla y, más aún, se haclan a
una oportunidad arrojó su muñeco de maddra, veces evidentes con sorprendente y abierta crudeza.
irrompible, er el horno porque no lo podla romper, Su crueldad también se evidenciaba con fre-
pero luego Io sacó de inmediato, Io limpió y lo cuencia respecto de los seres humanos, y estaba
acarició. Sin embargo Ias figuras de animaleá de dirigida notablemente a menudo contra la región
sus libros de figuras tenlan peor suerte: Ias rasgó genital de los adultos: "Ie daré una en las heces,
en pedazos y luego, naturalmente, no pudo vohár en tu trasero-, gustaba decirle a un muchachito
a reeonstruirlas y se disgust6. algo mayor que é1. Más claramente diio una vez:
Si tales síntomas fuesen obsérúados én ün ñá- 'Te corto por Ia mitad". La idea de cegar lo ocu-
ciente insano adulto, eI psicoanalista no dudalda paba a menudo; una vez le preguntó a su vecino:
en interpretar el éXgpsiva, temOf y odio concer- 'iPuede uno cegar a una persona con agua o con
¡r. rrquuño c¡'r.r"o ge
8E saNDoR FEnENczr
brindada ninguna información en su casa; los .rlti-
fuego?" (También estaba muy interesado en los les animales" le mostraban abiertamenté todo lo
genitales de las aves. En cada ave que era sacri- que quería ver, especialmente la continua activi-
ficada tenlan que aclararle el sexo, si es que era dad sexual entre el gallo y la gallina, la puesta de
gallo, gallina o pollo.) huevos y la salida de los pollitos. Las colndiciones
Una vez corrió a la cama de una muchacha adul- de_ üvienda de Arpad eran tales que sin duda él
ta y diio: 'Te cortaré la cabeza, la pondré en tu había sido testigo auditivo de prócediimentos si-
milares _entre los
panza y la comeré". Otra vez diio repentinamente: -padres. Entontes tenla que sa-
tisfacer la curiosidad
"Me gustaría comer una madre a la cacerola (por de ese modo despertada, ob-
analogía con ave a la cacerola): tienen que poner servando insaciablemente a los animaGs.
a mi mamá en la cacerola y cocinarla; entonces También le debemos a Arpad la confirmación
sería una madre a la cacerola y yo la podría co- final de mi presunción de que el terror morboso a
mer (mientras gruñía y bailaba). Le cortaría la los gallos debía ser traceádo últimamente a la
cabeza y me Ia comería de este modo" (haciendo amenaza de castración por su onanismo.
movimientos como si comiese algo con un cuchillo Una mañana le preguntó a su vecina: "Dime,
y un tenedor). ¿por qué muere la genteP" (Respuesta: porque
Luego de deseos canibalísticos de esta índole, envejecen y se cansan.) "¡Hml ¿Así que ml abüe-
inmediatamente tenía un ataque de remordimien- la, también era vieja?- i\-o! Elia no era vieja y
to en el que masoquísticamente anhelaba crueles siñ. embargo
-se
murió. Oh, si hay un Dios jpor
castigosr "Quiero ser quemado", decía; o 'T'om- qué siempre deja que me caiga y por qué la géirte
perme un pie y ponerlo en el fuego" o "Me voy á tiene que morir?"
cortar la cabezi'. "Me gustaría cortarme la boca Entonces enrpezó a interesarse por ángeles v al-
así no la tengo." mas; se le explicó que sólo eran c]¡entos-de hádas.
No cabe ninguna duda que por aves, gallo, pollo, Ante.esta respuesta se puso rígido de miedo y dijo:
él significaba su propia familia; una vez dijo es- "¡Nol ¡Eso no es ciertol Hay ángeles. Uá viito
pontáneamente: "Mi papá es el gallo". En otra uno que lleva los niños muertos al cielo". Enton-
ocasión: 'Ahora soy pequeño, ahora soy un pollito, ces preguntó horrorizado: "¿Por qué mueren los
cuando crezca seré un pollo, cuandr: sea más gran- {LorP-" -¿Cuánto puede vivii uno?'t Sólo con gran
de aún seré un gallo, y cuando sea el más grande dificultad se calmó.
de todos seré cochero". (El cochero que guiaba Resultó que ese mismo día temprano, la mucarna
el carruaje le impresionaba aún más que su padre.) había levantado sus sábanas ,repentinamente y lo
Lyego de esta admisión independiente y no in- había encontrado manipulando su pene, anté lo
fluida del niño, podemos comprender mejor la cual lo amenazí con cortárselo. Lá vecina trattl
enorme excitación con la que nurlca se cansaba de calmarlo y le dijo que no le harían ningún daño,
de observar lo que pasaba en el gallinero. Atlí que todos Ios niños hacían eso, ante lo cüal Arpa_á
podía observar convenientemente todos los secre-
tos de su propiq familia sobre los cuales no le era
40 saNDoR rmE¡.rczl

gritó indignado: "¡No es ciertot ¡No todos los


niñosl Mi papá nunca hizo nada igual".
Ahora comprendemos mejor esa rabia inextin-
guible hacia el gallo que había querido hacer con EL DEMONIO
su miembro lo que los adultos habían amenazado
hacerle, y ese temor por ese animal sexual que s¿
atrevía a hacer todo lo que le aterrorüaba; tam- A¡sN¡. FnsrrD
bién comprendemos los crueles castigos que se apü-
caba a sí mismo (a causa del onanismo y las fan-
taslas sadistas).
Para completar el cuadro, por así decir, más Extraetedo de Pslcoanállsis d.el Ntño
tarde comenzí a ocuparse grandemente con pen- Tnducido por Lrmovrco RosuNrr¡.t¡-
samientos religiosos. Vieios judíos barbudos lo lle- Ediciones HORME, 1964
naban de una mezcla de respeto y temor. Rogaba
a su madre que invitase a esos mendigos a su casa.
Sin embargo, cuando realmente uno fue, se es-
condió y lo miraba a una distancia respetable;
cuando ino de ellos se iba, el niño deiaba que su
cabeza colgase hacia abaio y decla: 'lhora soy un
ave mendiga". Los judíos üeios le interesaban,
decía, porque vienen "de Dios" (del templo).
Para concluir, daré otra erpresión de Arpad que
demuestra que no había obsewado a las aves tanto
tiempo en vano. Un dla le diio con toda seriedad
a la-vecina: "Me casaré con usted y su hermana
y mis tres primas y la cocinera; no, en lugar de la
cocinera más bien con mi mamá".
Evidentemente, querla ser un verdadero "gallo
en el gallinero".
BL DEMÓNIO
ANNA FREUD

Anna Freud fue, iunto con Melonie Klein,la. prt-


Anna Freud es una de las pioneras del psicoanálisis de mera en desarrollar una técnica de onó.lisis infan-
niños y llder de una de las coñientes en qüe está diviáida
Ia técnica del mismo, Nac!ó en t8g5, se formó junto a su til. En'primer lugar postula un períod.o de "prepa-
padre y 1 pq¡tir de 1939 desarrotló su actividad'enlngia- racióri' en el cual busca establecer conciencia d¿
terra en la famosa Hampstead Clinic. enfermedad, confianza en el and.lisis g en el arn-
Sus contribuciones teóricas y técnicas al psicoanálisis son lista g conertir en interior la decisión exterior d'e
muchas.
Uo g los mecanlsmos de dalensa y psicoaruíllsk d,e cmalizarse. Esto es ilustrado en este ceso de lfr
.Fl
ndños son sus obras más representantivas. De esta última siguiente manera:
hemos tomado un caso a trávés de Ios fragme"tás q"é d"1
mismo a-parFfen en el libro y mediante loi cuales se- ejem"
plificqn los distintos recursos-técnicos utilizados p;r;-"i';;l_ Recuerdo aquí a una niña de seis años que me
coanálisis según su técnica. Anna Freud, fig"ra iespetadá-y fue confiada el año pasado, para que la observara
querida, es,uxa sagaz observadora y exóeláte durante tres semanas. Debia aclarar si su natu-
que. una teórica del psicoanális_is. Ei caso aquí "li.ica,-*¿'s
reproducido raleza difícil, ensimismada y tacitur:ra era una con-
ilustra con claridad sus cualidades.
secuencia de defectos congénitos y del insuficien-
te desarrollo intelectual, o si se trataba de una niña
particularmente inhibida y soñadora. Observándo'
Ia con detenimiento, comprobé que sufría una neu-
rosis obsesiva extraordinariamente grave y definida
para su edad, conservando, sin embargo, una gran
inteligencia y la lógica más aguda. En este caso
la iniciación del análisis fue muy simple. La pe-
queña ya conocía a dos niños que se analizaban
conmigo y acudió a la primera sesión acompañada
por una amiga algo mayor. No le dije nada de par-
ficular, deiándola famlliarizarse un poco con el
ambiente extraño. En nuestra entrevista siguiente
emprendí el prirner ataque, diciéndole que sin duda
ya sabría por qué venían á verme sus dos amiqui
ios: el unó, porque nunca podía decir la verdad y
quería librarse de esa costumbre; la otra, porque
44 aNNA mEuD \ EL DEMo¡{¡o 15
!

lloraba tanto que ya estaba harta de sí misma. Le Ld expliqué el gran número de horas necesarias
pregunté si también me la habían mandado por mqstrándole los múltiples pequeños medallones que
un motivo semejante, a lo cual rne respondió sin co4tenía la alfombra. Así pudo comprenderlo per-
vacilar: . "Te1B_o_ un demonio dentro de ml. ¿Pue- fec[amente, y al llegar . el momento de decidirse
des sacármeloP" Al pronto me quedé atónita-ante logró convencer a los padres de la necesidad de
una respuesta tan inesperada, pero luego le con- seguir trabajando conmigo durante largo tiempo.
testé que era posible, aunque difícil; y si deseaba Podríase aducir que en este caso fue la gravedad
que lo intentase, debía hacer muchas cosas que de la neurosis lo que facilitó tanto la labor anaü-
no le resultarían nada agradables. (Naturalmente, tica, pero creo que con ello se cometería un error.
me refería a la obligación de decírmelo todo.) Agregaré otra breve anécdota que demostrará
Después de un instante de seria reflexión, me con- hasta qué punto esta niña es capaz de captar el
testó: "Si me dices que es la única manera de sentido de los esfuerzos analíticos y sus objetivos
conseguirlo, y de conseguirlo rápidamente, estoy terapéuticos.
conforme". Cierto día me contó una lucha con su demonio
Con esto se había resuelto espontáneamente a en la que había logrado un extraordínario triunfo,
respetar la regla fundamental analltica, condición y de pronto exigió que le concediese mi aproba-
que aun en el adulto basta para iniciar el análisis. ción: "Anna Freud -me dijo, ¿no soy mucho más
Pero la niña también comprendía plenamente el fuerte que mi demonio? ¿Acaso yo sola no puedo
problema del tiempo necesario para el tratamiento. dominarlo muy bien? En realidad no te necesito
Transcurridas las tres semanas de prueba, los pa- para eso". A lo que no vacilé en asentir plena-
dres vacilaron entre confiármela para su análisis mente, diciéndole que, en efecto, ella era mucho
o buscar otros caminos; pero la pequeña se inquietó más fuerte, aun sin mi ayuda. "Pero es claro que
mucho, no quiso abandonar las esperanzas d.e me- te necesito -agregó luego, después de reflexionar
joría que cifrara en mí, y no cesó en sus insistentes un momento-, pues tienes que ayudarme a uo
pedidos de que, si efectivamente debía deiarme, ser tan infeliz cuando debo ser más fuerte que é1."
por lo menos la librara de su demonio en los tres Creo que ni a un neurótico adulto podría pedírsele
o cuatro días que aún nos quedaban. Le aseguré que comprendiese mejor la transformación que es-
que eso era imposible, que para ello debíamos pera del tratamiento analíüco.
seguir viéndonos durante largo tiempo. Era impo- A continuación eiempkfica los medios para reali-
sible hacérselo comprender con números, pues a zar el anú.lisis infantil propiamente dicho. En pri-
pesar de tener ya edad escolar, aún no poseía cono- mer lugar el anólisis de los sueños, los ensueños
cimientos aritméticos, debido a sus numerosas inhi- diurnos, los übuios g lns asociaciones espontdneas
biciones. Entonces se sentó en el suelo y, seña- g Las solicitad,as:
lando el dibujo de la alfombra, me preguntó: "¿Se No todos los sueños que aparecen en el curso de
necesitan tantos días como los puntos roios que los análisis infantiles pueden ser interpretados con
hay aqul, o además tantos como los puntos verdes?" facilidad. Por lo general, empero, podemos darle
d8 tñNl sÉErrr I \,
I
! ii
EL DEMONIO 47
la razón a la pequeña neurótica obsesiva, qu" s,rLl" i
anunciarme con las siguientes palabras su iueño,/de qrib su pequeña amiga se niega a compartir ol dor'
la noche última: "Hoy tuve un sueño muy cómico; ^coir ella, lo- que la-deia müy enfadada.
Áilorio
p.ero...tú y yo, muy pronto averiguaremós lo qué Peio en el análisis me cuenta que la niñera ha pre-
sígnifica todo eso". mitdo su buena conducta regalándole un conejito
lunto a la interpretación de los sueños, también de' juguete y al'mismo tiempo me, asegura qug a
la de los ensueñoi diurnos tiene gran importancia los.-otlos niios les gusta mucho dormir con ella.
en el análisis del niño. Luego me cuenta un ensueño diurno que se Ie
El tipo más simple es el ensueño diurno como ccrrriió de pronto mientras estaba descansando.
reacción a una vivencia del día. Así, por ejemplo, *Había una t)ez un coneii,to, al quo su
familia
la pequeña soñante que acabamos dé mencio--nar no trataba nada bien. Querían mandaúo al carni:"
reacciona con el siguiente ensueño diurno después ceto, para que lo matara; mas él se enteró a tiem-
de experimentar un supuesto menosprecio cuándo po, ienía un automóoil oieiísimo, pero que aún
la competencia con sus hermanos teniá gran impor-
tancia en el análisis. "euisiera no hlber nai¡do funcionaba. Fue a buscaúo por La. noche g mont6
en él g escapó. Asl llegó a una encantadora casita
nunca; quisiera morirm,e. A oeces me imagino que en la que aioía u,na niña (dice su propio nombre).
astog muerta A que aueltso a nacer comó animal Ésta lo ogó llorar ante su puerta, baió a abriúe E
o como muñeca, Pero si ¡suehso a nacer conto mu- lo deió entrar. Desde entonces se quedó a oioir
ñeca, ya sé a quién quisiera pertenecer: a una ni- con elln." Aquí aparece, pues, con toda claridad,
ñita muy buena, con l.a que antes estaba mi niñera. el sentimiento de no ser querida que trata de elu-
Yo sería su muñeca A no me importaría que qle dir en su análisis conmigo y, a todas luces, también
tratqse como se trata a l¡ts muñecas. yo sería un ante sí misma. EIla se encuentra representada a
bebé encantador; me podría laoar y haría conmigo veces en el ensueño diurno: una vez, eomo el co-
cuanto_ quisiera, La niña me querría por solre rrejito malquerido, y otra, como la niña que trata al
todas lns cosos; A si en Natsidad le regalnsen otr& conejo tan bien como ella misma quisiera ser
mueñca, go seguiría siend.o su faoorita. Nunca tratada.
querría a otra mt"tñeca más que a su pequeño bebé.,,
Casi no es necesario agregü que dos-de sus her-
El ensueño diurno "en episodios" representa un
segundo tipo más compleio. Aun al comienzo del
manos, objetg de sus celos más violentos, son me- análisis suele ser muy fácil ganar la confianza de
nores que ella. Ninguna información ni ocurrencia Ios niños que urdeá tales fantasías, verdaderas
podría reflejar con mayor claridad su situación continued stories, al punto que nos cuentan cada
actual que esta pequeña fantasla.
día un nuevo episodio. Estas continuaciones coti-
Al comienzo del análisis, la neurótica obsesiva tlianas permiten reconstruir, entonces, la corres-
de seis años vive en casa de una familia amiga. pondiente situación interior en que se encuentra
Tiene allí uno de sus arrebatos de mala conduéta el niño.
gue es muy criticado por los demás niños, al punto La narración de sus fantasías anales, que insumió
la primera parte del análisis, fue acompañada oca-
..:l
48 ANNA rREuD r, EL DEMoNro 49
I )
sionalmente- por dibujos. Así, representó una vpr- sLcedla lo contrario, pues el conejo la imitaba a
sión anal de Jauja en la que lós personaies del ella, y no ella al conejo. La niña misma representa
cuento, en Iugar de tener que atravésar comiendo en este sueño a la madre y trata al coneio como
Ios enormes montones de arroz con leche y tortas, ésta la trató a ella. Por fin había hallado, en esta
debían hacerlo por una montaña de materías feca- asociación onírica, el reproche que jamás pudo
Ies. Pero esta niña también me deió una serie de enrostrarle conscientemente a la madre: el haberla
Ias más delicadas imágenes en colores d; fú;;rJ abandonado siempre, precisamente cuando más la
jardines, que pintaba óon gran cuidado, primor y
necésitaba.
gracia, mientras me exponía sus ensueñor dir*o',
anales, colmados de inmundicias. _ Unos días después repite ese proceso por segun-
d,a vez. Habiéndose ensombrécido nüevamente
_ En el punto culminante de su análisis tratábase todo su estado de ánimo, después de una libera-
de demostrarle su odio a la madre, contra el que se
ción momentánea, insisto en que debe darme más
había 'deáonio,,, represen-
-protegido_ creand_o su datos sobre el mismo tema. No atina a decirme
tante impersonal de todas sus tendencias liostiles.
nada, pero de pronto exclama, én profundo ensi-
.lynque hasta eI momento me había seguido dó- mismamiento: "¡Es tan hermoso G.! ¡Cómo me
cilmente, cuando llegamos a este punto comenzó gustaría volver otra vez allíl" fnterrogándola, ave-
a resistirse,_pero al mismo tiempo eometía en su riguo_que en ese lugar de veraneo campestre pasó
casa toda clase de actos con uná perversa terque- una de las épocas más desgraciadas de su üda.
dad, permitiéndome demostrarle a-diario qrru tólo Los padres se habían llevado a la ciudad eI her-
es posible ser-tan malvada con personas a^quienes mano mayor, enfermo de tos ferina, y ella se quedó
se odia. ?or fin pareció doblegaise bajo el peso de sola en eI campo con Ia niñera y con dos herrianos
Ias pruebas renovadas sin cesar, pero entonces menores. 'La niñera siempre !e enfadaba mucho
quiso que también le explicase los riotivos de ese c_uando Ie quitaba los iuguetes a los chicof, me
odio eontra Ia madre, á quien pretendía quercir dice espontáneamente. De tal modo, a la aparente
mucho.. Tuve que negarle -más i-nformacionés, ya preferencia de los padres por eI hermano mayor,
que habla llegado al término de mis conocimieL se agregó entonces la predilección real de la'ni-
tos, pero-_después de un minuto de silencio, Ia niña ñera por los hermanos menores, de modo que la
agreg& "Siempre crel que Ia culpa es de un sueño pequeña se sintió abandonada de todos v reaccionó
que tuve vez (varias semanas atrás) y que con su manera peeuliar. Así pude enteraime nueva-
-una
nunca pudimos comprender". (Le pedí qúe me to mente de uno de los reproches más graves contra
repitiese, y Io hizo a continuaciínlt ,,Alli estaban Ia madre, pero esta vez por medio áel recuerdo
todas mis.muñecas y también mi boneiito. Luego de las bellezas naturales de aquel lugar.
llo _me fui, g el coneiito rompid a llorár desconío_ llustra ahora el quié consüera el punto md.s im-
ladamente, A Ao-le tenla mucha ldstima. Creo que ytortante como recutso técnico auxilinr en el aná-
.siempre hago-.-como el coneiito, A por eso
ahora lisis d.el niño: l.a funciún de la transferencia:
lloro tanto como éT'. Naturalmente, en iealidad A continuación expondré detalladamente una
fframá). El bebé era dulce y adorable, E así pen-
fantasía transferencial de índole cariñosa, produci- sflrnos que a nosotuqs tqmbién nos gustaría ser
{a por la pequeña neurótica obsesiva que estoy tan adorables, de modo que nos tranlformdramos
describiendo, Evidentemente, yo misma la dei- uolo.iéndonos chiquitas. Yo era así dé gtande g,
perté en ella, pues la había visitado en su casa, g tú así de grande T. (Creo que eso se me ocurre
presenciando su baño nocturno. Al día siguiente porque en el análisis vimos que yo quisiera ser tan
comenzó la sesión con estas palabras: "Me has vi- pequeña como Walter y Annie.) Y como no te-
sitado mientras me bañaba, pero la próxima vez \ío*o! nada, nos pusimos a construir una casa, toda
vendré yo y te veré cuando te bañes". Poco des- d9 ngtalos rosas,-con c&nlas de pétalos rosas A
pués me contó el ensueño diurno que había tejido almohad,as y colchones, todos de pétalos rosas co-
en la cama, antes de dormirse, una vez que yo la sidos entre sí. Los pequeños aguieritos los tapd-
hube deiado. Agrego, entre paréntesis, aclaracio- bamos con una cosa blancg. Enlu'gar del empayib-
nes de la propia paciente: l,ado tení,antos oidrios de los más flnos, y tas'páre-
"Los ricos no te querían. Tu pad,re, que era rnuy rles estaban talladas con muchos adornoi, Tamb¡én
rico, tampoco te quería. (Eso quiere decir que los sillones eran de aidrio, de los mós finos, y las
estoy enojada con tu padre, ¿no es cierto?) Y tit, paredes estaban talladas con muchos adornosi. iam-
no querías a nadie; sólo me analizabas a mí. y bién los sillones erqn de aidrio, pero nosotras éra-
mis padres me odi,aban, g Hans y Walter g Annie m.os tan lioianas que no los rompíamos al sentarnos.
también me odiaban, g toda la gente del mundo (Creo que mamá no aparece en todo esto porque
nos odiaba, hosta la gente que no nos conoclq, ayer me enojé con ella.)". Sigue luego uná deta-
hasta los nxuertos. Así, tú sólo me amabas a tní, llada descripción de los muebles y de muchas
p¡ yo sólo a ti,, g siempre está.bamos iuntas, Todos otras cosas imaginadas para instalar la casa. A
los demás eran muu ricos, g nosotras, mug pobres, todas luces, había seguido tejiendo el ensueño
No teníamos nada, ni siquiera oestidos, pues nos diurno en este sentido, hasta que terminó por dor-
lo habían quitado todo. Sólo nos qued6 el sofá, g mirse. La niña destacaba particularmente que, al
en éI dormíamos las dos iuntas, Éramos rnuA fek- final, nuestra primitiva miieria quedaba compen-
ces. Entonces pensamos que debíamos tener un sada por completo, acabando por tener cosas mu-
bebé, Asl mezclamos lo gtande A lo chico para cho más bonitas que todos loi ricos mencionados
hacer el bebé, pero después pensamos que no es- al principio.
taba bien hacer un bebé con eso, A entonces nos En otrds ocasiones, en cambio, la misma pacien-
pusi.mos a mezclnr pétalos de flores U otras cosas, te me cuenta que oye una voz dentro de ella que
U eso me dio un bebé a mí. Pues go lo tenla deri- la previene conüa mí: "No le creas nada a ésa
tro de mL Lo lleaé durante mucho tiempo (mamá Anna Freud, pues te miente. No te ayudará, v
me contó que los bebés se quedan mucho tiempo sglo te pondrás peor. También te cambiaíá la cará,
dentro de sus madres), g después Dino un doctor dé modo que serás más fea. Nada de lo que te dice
y me lo sacó. Pero Eo no estaba nad,a enferma es cierto. Ahora debes sentirte cansada; quédate
(las madres casi siempre están enfernias, me dijo
tranquilamente en la cama y no vayas a verla hoy". sitaba algnna comparación "sucia" o una broma
Pe¡o-ella siempre condena 'esta vo2 al silencio, ái- poco apetitosa, dirigida a los otros niños. Ante tal
ciéndose que sólo deberá expresar todas esas cosas conducta, la persona que a la sazón desempeñaba
en la sesión. las funciones de madre vino a consultarme para
..-Eiemplifjca
"de Qe l,a, siguiente nlanera su opinión que la aconsejara sobre la actitud a adoptar. En
qyg el analista reúne en &t, persona d.os'misi,o- esa época aun no poseía toda la experiencia que
nes difíciles g en realidad, iliametralrnente opues- más tarde me suministró el análisis infantil, de mo-
tas¡.la de analizar_y educar a la oez, es ilecir, per- do que no atribuí gran importancia a la situación
mitir g prohibir al mismo tiempo,li.brar u uoiubr a y aconsejé no aprobar ni reprender esos pequeños
c oartar simultdneamente" . deslices, sino dejarlos pasar como si no hubiesen
.,Una vez-que logré inducirla a que hiciera ha- ocurrido. Mis consejos tuvieron un efecto impre-
blar a su "demonio" en el análisis, -comenzó a co- visto, pues ante esta falta de toda crítica exterior,
municarme un sinnúmero de fantasías anales, al la niña perdió completamente los estribos, no vaci-
principio vacilando, y
_luego cada vez más práfu- lando en expresar en la familia cuanto manifestaba
samente y decidida, al advertir la falta dj toda en la sesión analítica y, tal como lo hacía conmigo,
censura por mi parte. Poco a poco las sesiones em- se regodeaba en sus fantasías, comparaciones y
pezaron a transcurrir- bajo el signo de lo anal y se expresiones anales. Al poco tiempo esta actitud la
convirtiero,n, para ellq en depósitos de todoi los hizo insoportable para sus familiares y, particular-
ensueños diurnos que la oprimian. Además, duran- mente en las comidas, les quitaba todo apetito con
te estas conversaciones conmigo se sentía libre de su conducta, de modo que niños y adultos se le-
la opresión que la dominaba óonstantemente. Ella vantaban, unos tras otros, abandonándola con
misma calificaba la sesión analítica de .hora de muestras de. silenciosa reprobación. Mi pequeña
descan_so", "la hora que paso contigo Anna Freud paciente se había conducido como una perversa o
-me dijo ciettavez-, es-mi hora dJrecreo durante como un adulto demente, colocándose fuera de la
la cual no necesito dominar a mi demonio. pero comunidad humana. Habíamos evitado castigarla
no - agregó inmediatamente-, todavía tengo otro aislándola de los demás, con el único resultado de
descanso: euando duermo". Así, durante él aná- que éstos se aislaban ahora de ella. Pero la niña
lisis y al dormir se sentía libre, evidentemente, del había perdido en esos momentos todas sus otras
esfuerzo,que en el adulto correspondería al óons- inhibiciones, convirtiéndose en pocos días en una
tante afán de mantener la repreiión. Esta libeia- diablilla alegre, retozona, mal educada y en modo
ción se manifestaba, ante todi, en su nueva ma- alguno descontenta de sí misma.
rrera de ser, despierta y vivaz.
Entonces su niñera vino a quejarse por segunda
Pasado un tiempo dio un paso más. Comenzó a vez. La situación se había tornado intolerable, me
expresar también en su casa parte de las fantasíás diio, y la vida del hogar estaba completamente
y ocurrencias anales, hasta entonces celosamente convulsionada. ¿Qué podrla hacer? ¿Convendría
ocultadas; así, al traerse una comida a la mesa, mu- decirle a la niña que nada tendría de malo contar
54 ANña rnEUD
EL DEMoNro 55
esas cosas, pero que nolo hiciera en la casaP Re-
chacé esta sugestión, y hube de confesarme que convenio, pues yo había pensado que deseaba cón-
había cometido un veidadero error atribuyendd al tarme esas cosas sucias para librarse de ellas, pero
superyó de la niña una capacidad autónoma de in- ahora vela que no era así, En efecto, le gustaba
hibición para la que no tenía la Ír¡erza necesaria. contárselas a todos para divertirse. Por mi parte,
Apenas las personas importantes del mundo exte- nada tendría que objetar, pero no veía para qué
rior atenuaron sus exigencias, también se tornó con- me necesitaba entonces. Siendo asl, bien podíamob
descendiente, de pronto, el ideal del yo, antes tan interrumpir el análisis, dejándola que se divirtiese
severo y enérgico, que había producído toda una a su manera. Pero si seguía manteniendo su pro-
serie de síntomas obsesivos. yó había confiado en pósito original, en adelante sólo debía contarme
esta severidad obsesiva, abandonando toda pru- esas cosas a m| y a nadie más; cuanto más las ca-
dencia, sin lograr con ello nada provechoso paá el llara en su casa, tanto más se le ocurrirlan en la
análisis. I)e una niña inhibida ! neurótica ibsesi- sesión, tanto más averiguarla sobre ella, y tanto
va, había hecho transitoriamenie un ser malo y, mejor podría liberarla. Ahora le tocaba a ella de-
en cierto modo, perverso. Al mismo tiempo, me há- cidirse. Al oír estas palabras se puso muy pálída
bía malogrado las condiciones pa.a pioseguir el y pensativa, me miró y me dijo, con la misma com-
trabajo. En efecto, esta niña liberada habífexten- prensión seria que había mostrado en nuestro pri-
dido ahora su "recreo" al día entero y desvalorizó mer acuerdo analítico: "Si me dices que es asl,
así el trabajo conmigo. Ya no traía material útil, nunca volveré a contar esas cosas". Con ello había
puesto que podía descargarlo durante todo el día, entronizado nuevamente su escrupulosidad neuró-
en lugar de conservarlo para la sesión analíticp, tica obsesiva, y desde ese día sus labios iamás
y también perdió momentáneamente la conciencia volvieron a pironunciar en su casa una sola palabra
de enfermedad, tan necesaria para el análisis, ya al respecto. Había enmendado su mala conducta,
que la_regla de que la labor analítica sólo puede pero al misino tiempo se había convertido, de mala
ser realizada en estado de insatisfacción es mucho y perversa, en una niña inhibida e indiferente.
más valedera en el análisis infantil que en el del En el curso de su tratamiento tuve que apefar
¿dulto. a varias de estas transformaciones. Cada vez que
Pero, afortunadamente, el peligro de esta situa- después de haberla liberado analíticamente de su
ción sólo tenía importancia teórica, pues en la neurosis obsesiva extraordinariamente grave, caia
práctica fue fácil resolverla. Le rogué a la niñer¿ en el extremo opuesto de la maldad o la pewer-
de la pequeña que no adoptara nuevas medidas, sión, no me quedaba otro remedio sino provocar de
que tuviera un poco de paciencia, que ya volvería nuevo la neurosis y volver a instaurar su "demo-
a encaminarla, aunque no podía asegurarle cuándo nio" ya desaparecido. Pero, naturalmente, este pro-
rendirían fruto mis esfuerzos. En la siguiente se- ceso se repetía cada vez con menor intensidad, con
sión de análisis adopté una actitud muy enérgica, más cuidado y delicadeza que la primitiva educa-
declarándole a mi piciente que habla ráto nuestro ción infanüI, hasta que por fin logré que la niña
EL DEMONIO 57
56 aNNA FREUn

hallara el sendero medio entre los dos extremos gue


fin de salvar este amor y, más aún, a fin de seguir
siendo amada por ella, amor, sin el cual no podía
estaban a su alcance.
Por último señaln. la dinómica del caso, los orl- vivir, realizó entonces un tremendo esfuerzo para
ser "buena", rechazando de pronto, como si se lo
genes de los conflictos, A l,a resoluciún de los mis-
hubiese amputado, todo ese odio y, con é1, toda su
mos.
vida sexual formada por actos y fantasías anales y
- Veamos, en cambio, un nuevo eiemplo tomado sádicas. Luego apartó todo eso de su propia per'-
del análisis de una niña de seis años yá citada en sona, como si fuese algo extraño y ajeno a ella, algo
otra _ oportuni4ad, aunque con distinto propósito. en cierto modo "diabólico". Lo que subsistió de
Tambiép aquí se trata, como siempre, dé las ten- ella no fue mucho, un pobre ser, inhibido e infeliz,
dencias del complejo de Edipo, y también aquí se que ya no disponía de su vida emocional y cuya
desempeña cierto papel de relación con la muerte.
gran inteligencia y energía estaban dedicadas ¿
El análisis reveló que la niña había pasado por una
precoz epp? gq amor apasionado por el padre, y mantener reprimido al "demonio". Después de to-
que éste la había defraudado, como suele suceder, do eso, ya sólo podía dedicarle al mundo exterior
una completa indiferencia, y a su madre, sólo ti-
cuando nació el hermanito menor. Ante tal suce-
so tuvo una reacción extraordinariamente violentq
bios sentimientos de cariño y afección, insuficien-
pues abandonó la fase genital apenas alcanzada,
tes para sobrellevar airn el más pequeño contra-
para refugiarse en la regresión completa hacia el tiempo. Además, no pudo mantener constante-
sadismo anal. Dirigió toda'su hostilidad contra los
mente apartado a su "demonio", aun a costa de
grandes ésfuerzós. En ocasiones aquél la domina-
hermanos menores e intentó retener, por lo menos
La, de moclo que era presa de breves arrebatos,
mediante la incorporación, al padre del que se ha- arrojándose al suelo y gritando sin motivo exterior
bía apartado casi por completo su amor. Pero sus plausible, en forma tal que en otros tiempos- sin
tentativas de sentirse varón fracasaron ante la com-
petencia de un hermano mayor, al que se vio obli- áuda hubiera sido calificada de posesa. También
gada a reconocer mejores atributos corporales para tenía momentos en que se abandonaba de pronto
a.su otra personalidad y se deleitaba con fantasías
esta función. Como resultado, produjo entonces
sádicas, iriraginándose, por ejemplo, que recorría
rrna intensa hostilidad contra la madre: la odiaba
por haberle quitado al padre, la odiaba por no ha- la casa paterna desde la buhardilla hasta el sótano,
haciendo pedazos y arroiando por la ventana cuan-
berla hecho varón, y la odiaba por fin, porque ha- tos obietos y muebles encontraba a su paso, y de-
bía dado a luz a los hermanitos, que !a pequeña capitando sin piedad a cuantas personas se-le po-
hubiese querido tener a su vez. Pero a esta altura
nlán por delante. Cada uno de estos triunfos del
-hacia el cuarto año de su vida- sucedió un hecho demonio era seguido por arranques de angustia y
decisivo. Reconoció vagamente que estaba a punto arrepentimiento; Pero la maldad que había aislado
de perder, por estas reacciones hostiles, la Euena de sl también solía imponerse de manera más peli-
relación con su madre, a la que después de todo, grosa¡ al "demonio" le gustaban los excrementos y
emaba intensamente desde la primera infancia. A
58 .{,NNA FnEuD

la inmundicia; así, su esclava comenzó a aferrarse


!::o con^particular
oe ra i,rrnlpreza.
B:"L temor a los preceptos te iriterés amistoso, ;;;" n"","r,ru
I)ecapitar
tiempo favorito del_ démonio; .a la gente era el pisa_ a explayar ante ml todos sus lados malos, con"o-"r]l
toda
poi eso, L" autár-i_ calma y naturalidad. Se me dirá que esto nad¿r
nados momentos ella ," ,"rríír' dñi_
zarse de mañana junto a las camas ^d" lo, "h".*"-
"o*páliau tiene de notable y, en efecto, bien sé que muchas
veces nos encontramos coh adultos que, torturados
-para ver si aún estaban üvos. El demonio
nos_,
violaba todo precepto de hr-ariáad con gran por su mala conciencia, mantienen sus slntomas ce-
energía y placer; ellá, en cambio, era áominadí Iosamente ocultos ante todo el mundo, descargán-
de dolos únicamente en la atmósfera analítica, segura
noche, antes de dormirse, por el iirti"so ái"¿o
a los
-qüu
terremoto.s, pues alguien-le habla v libre de toda censura, al punto que sólo llegan
estas catástrofes son los castigos a conocer su contenido manifiesto en esta situa-
Dios tiene reseryados a las criáturm -a""nrufaáá {""
"ru"l"s Ásí, ción. Pero todo ello sólo lleva a la descripción de
ir.r-rr*s. los síntomas, pues el interés amistoso y la falta de
su vida cotidiana estaba a punto de quedar
total- la crítica temida jamás alcanzan a modificarlos.
i:1]: dominada, por cuantbs actos dt arrepenti_
y expiación podían compensar las maláades Sin embargo, en aquel caso sucedió precisamente
Ti,""jo
ael demonio que había separado de sí. puede afir_ esto último. Cuando a mi interés y a Ia falta de
marse, pues, que esta niña fracasó lamentablemen- toda censura por.parte mla, se agregí aun la ate-
te en _su gracioso intento de conservar el amor de nuación de las severas exigencias familiares, suce-
la dió en el análisis que un temor se convirtió de pron-
-madre, de tornarse socialmente ,aupt"a" y "l*_
na", pues sus esfuerzos sólo Ia había^n pr"áipitrdo to en el deseo oculto tras él; una formación reac-
en una neurosis obsesiva. tiva, en el instinto rechazado; una medida de pro-
Sin e-mbargo, el interés de esta neurosis infantil tección, en el impulso homicida que ocultaba. En
no reside en su estructura tan perfecta ni en la cla- cambio, no se acusó en lo más mínimo el miedo a
ridad de la expresión sintoniática, la pérdida del amor que, según era de esperar, de-
ptll Íu" temprana edad. Lo que me exiraordiraria
indujo a des- bía oponerse violentamente a semeiante transfor-
crrbrrla es una circunstancia particular qrré desper_ mación. Las resistencias emanadas de esta fuente
tó mi atención durante el trátamiento. ' eran las más leves de todas. Sucedía como si la
trlequeña quisiera decirme: "Si tú no lo ves tan mal,
l? .,"r.r""rión,o,
nalidacl
más bien, la escisión de la perso-
infantil, se había llevado a .cabo baio la a mí tampoco me parece mal". Y con este atenuan-
presión del miedo a te de sus exigencias ante sí misma volvió a incor-
!a pérdida del amorj ae porar paulatinamente, con el progreso del análisis,
imaginar que este miedo debió ser muy fuerte, ", pa_
ra tener_ semejante efecto perturbador íobre Ia'üda todas aquellas tendencias que antes habla expulsa-
entera de la niña. pero justamente ese temor no do con tanta energla de su personalidad: el amor
-iá incestuoso por el padre, el deseo de masculinidad,
se hizo sentir con intensid"ad en el análisfr, i-iir
forma de resistencia. Impresionad^ los deseos de muerte contra los hermanos, Ia acep-
ú; ;i constan_ tación de su sexualidad infantil, y sólo titubeó al-
gún tiemp¡r¡ Fraduciendo la únice ¡eslsteneia seria,
60 ANNA rnEuD

ante lo que a su parecer era lo peor de todo: la


aceptación de los deseos homicidas directos contra
la madre.
Pero no es ésta la conducta que esperamos en- ERNA NO PUBDE DORMIR
contrar en un superyó bien establecido. En efecto,
el neurótico adulto nos ha enseñado cuán inacce-
sible a la raz6n es el superyó, cómo se resiste con- Mpr.¿,¡rrr Kr,sN
tra todo intento de influir sobre él desde fuera, y
cómo se niega a atenuar sus exigencias mientras no
haya sido históricamente desintégrado en el anáü-
sis y mientras todos sus preceptos y prohibiciones Extractado de Pstcoanálisi,s ile Niños
no se hayan reducido a Ia idéntifióación con una Traducido por AnrvrrNoe Assn,{stunv
persona importante y amada de su infancia. Ediciones HORMÉ, l90g
Si no hubiese llegado al tratamiento analítico a
Ios seis años, su neurosis infantil habría terminado
en Ia curación espontánea, como sucede en tantos
casos; pero como herencia de aquella neurosis habrla
quedado un superyó muy severo, que hubiese plan-
teado estrictas exigencias al yo y opuesto una re-
sistencia difícilmente superable á todo análisis ul-
terior. Creo, sin embargo, que este severo superyó
es la consecuencia, y no el motivo de Ia neuroiis
infantil.
ERNA NO PUBDE DORMIR
MELANIE KLEIN
( 1882-1960) Este historial nos permitirá describir los métodos
empleados en el análisis de neurosis obsesivas en
los niños. Puedo decir que esta técnica nació du-
Melanie Reizes Klein nació en Viena el B0 de marzo de
1882. Estudió Arte e flistoria en Ia Universidad de Viena lante el tratamiento de este difícil e interesante
pero-nunca se graduó. Fue analizada por Ferenczi y por caso.
Abraham. Desde 19tg comenzó a trabájar en psicoaíálisis Erna, niña de 6 años, presentaba síntomas gra-
de niños. En 1926 se trasladó a Inglaterra y
-elsá constituyó ves. Sufría de insomnio, provocado en parte por
en líder de uno de los grupos que órientan psicoanáliiis
infantil. su ansiedad (tenía especial miedo a los ladrones y
Introdujo el análisis de- Ios juegos como medio para com- asaltantes) y en parte por una serie de actividades
prende_r _el inconsciente del-niño, Su técnica, al igual que obsesiva.s. Estas eran acostarse boca abajo y gol-
con- 1dultos, se centra en el análisis de la tránsferéncia 'sin pear su cabeza contra la almohada, hacer un mo-
Iredidas de preparación ni educativas, eomo postula Anna
vimiento de balanceo durante el cual se acostaba
Freud.
- Son numerosas e importantes sus contribuciones teóricas de espaldas o, se sentaba, chuparse obsesivamente
al de doctrina del psicoanálisis_ prec,isamente a par-
c_utrrpo el pulgar y masturbarse en exceso. Estas activida-
tir dc srrs descub¡imientos én psicoanálisis de niños. Dá su des obsesivas, que le impedían dormir en la noche,
libro clósico Pslcoandllsl.s ile ¡úños hemos extractado un se mantenían también durante el día, especialmeúte
caso en el que vemos cómo, mediante el material lúdico,
va sncando conclusiones teóricas, comprendiendo e inter- en lo que se refiere a la masturbación, que realiza-
pretando emociones básicas, fantasías y defensas en la re- ba aun en presencia de extraños, por ejemplo, casi
Iación transferencial. También pueden observarse la in- continuamente, en el iardín de infantes. Sufría de
tensidad de las fantasías s¿hdicas de Ios niños y su influen- una fuerte depresión que describía así: "Hay algo
cia en Ia formación de síntomas y cómo el análisis de estas
primitivas fantasías es lo que permite la resolución de la que no me gusta de la vida". Su relación con la
neurosis. madre era exageradamente afectuosa, pel'o se tor-
Por ultimo _este caso, tal como dice Melanie Klein, ..ilus- naba a veces muy hostil. La dominaba completa-
tra que qna de las más importantes y prometedoras tareas mente, impidiéndole nrovcrse e importunándola
en el análisis de niños es poner al destubierto y aclarar ras.
gos psicóticos en la primera infancia". continuamente con su amor y odio. Su madre se
Es de interés señalar que la tra_nscrlFción más completa expresó así acerca de ella: "Me chupa". La niña
d,e un análisis infantil sef quizás el Relito del pstcoa¡;iltsis deberla ser descrita como ineducable. Tenía me-
de un niño, uno de los últimos übros de M. fl'ein.
ditaciones mórbidas obsesivas y una naturaleza muy
poco infantil, que se reflejaba en su aspecto de
sufrimiento. , Junto a esto llamaba la atención su
A4 ME¡.atNrE xr.t¡N ERNA No pUEDE DoRMn gg

desarrollo sexual precoz poco común. Un síntoma pico directo, de desembarazarse de la madre v con-
que apareció inmediatamente durante el análisis quistar al padre. Así hizo que un muñeco fuese el
fue su grave inhibición para aprender. Había en- rnaestro de violín que daba lecciones a una niña
trado a la escuela unds meses después de comen- golpeándole la cabezal contra el violín o parándo-
zado eI análisis, manifestándose en seguida su in- la sobre la cabeza mientras leía un libro. ^Le hizo
capacidad para aprender así como zu imposibilidad arrojar el libro o el violín para que pudiese bailar
de adaptarse ni a la escuela ni a las compañeras. con su alumna. En seguida se beiaroñ y se abraza-
El hecho de que ella se sintiera enferma y que des- r9n, I entonces Erna me preguntó si y-o permitirla
de el comienzo del tratamiento pidiese mi ayuda, al maestro casarse con su áiscipula. Otras veces un
l:aeilitó su análisis. maestro y una maestra
-representados por un mu-
Ema comenzó su juego tomando un carrito que ñeco y una muñeca- daban lecciones dé cortesla a
estaba sobre la mesa entre otros juguetes y empu- los niños enseñándoles cómo hacer reverencias, sa-
iándolo hacia ml. Diio que había venido a buscar- hrdar, etc..Al principio los chicos eran obedierri", y
me, pero puso una muñeca en el carrito y agre_gó educados (lo mismo que Erna, que siemore tratabá
un muñeco. Los dos se querían y se besaban, y ella de comportarse lo mejor posiblel, pero s^úbitamente
los arrastraba de un lado para otro. En seguida prr- atacaban al maestro y a la maestrá atropellándolos,
so un muñeco en otro carro que chocaba con ellos, pisándolos, matándolós y asándolos. Se iransforma-
les pasaba por encima y los mataba, los asaba-y los ron luego en demonios, deleitándose en el tormento
.orüíu. Otris veces la Íucha tenía otro fin y el-mu- de sus víctimas, pero repentinamente el maestro y
ñeeo agresor era arrojado aI suelo, perg la muier Ia maestra estaban en el cielo y los demonios ante-
lo ayudaba y consolaba. Se divorciaba del primero riores se habían transformado'en ángeles, los cua-
v se casaba con el recién venido. La tercera perso- les, de acuerdo con lo que decla Eñra, ignoraban
i" la que representaba más papeles en el jue- haber sido demonios, realmente "no lo fuerun nun-
go "ra
de Erna. Por ejemplo, el primer hombre y su go". Dios padre, el maestro anterior, comenzó a
mujer estaban en su caia y la defendían 4el ataque besar y a abrazar_apasionadamente a la mujer, los
de'un ladrón; la tercera'persona era el ladrón y ángeles los adoraban y todo se arregló de nuevo,
entraba. aunque no- mucho después las cosas se estropearlan
La casa se quemaba y el hombre y la mujer se de un modo u otro
quemaban y la tercera persona era la única que se Erna jugaba a menudo a que ella era madre. yo
íalvaba. Oiras veces la tercera persona era un her-
mano que llegaba de visita, pero al abrazat a 7a _ I Compárese con su síntoma obsesivo de colpear Ia ca-
beza contra Ia almohada, He aqul otro i"egJ-óe muestra
mujer lé sacaba la nafiz a mordiscos. Este hombre- clarame^nte _qug en el inconscientt de Enia i; übeza ti;;;
citó, la tercera persona, era la misma Erna. En una el signiticado del pene: un hombre de juguete quiere entrsi
serie de juegos similares mostró el deseo de des- en un alrtomóvil e introduce--sg cabezÁ én la vontana, por
aloiar al padt" de su posición frente a la madre. § euu_"I automóvil le dice: "Me¡oi qui lrl ,:"di{"1
El coche repres-enta a la madre i"rit="naá"rt.* a tonor
Poi otra plarte otros iuelos mostraban su deseo edl- un coito con ella, "t-piáie
60 MTLAN¡¡ IGEIN
ERNA No PUrDE DoRMTR A7

era el niño y una de mis faltas más graves era ehu-


parme el púlgar. Lo primero que esperaba que me cera persona, el muñeco que había invadido Í qrr"-
pusiese en la boca era Ia locomotora. Ella ya habla mado la casa y mordido la nariz de la mujer. En su
ádmirado sus lámparas doradas diciendo: "qué ün' caso, como en el de otros niños, el cortar papel
das son, todas rojas y ardientes", y al mismo liempo tenla diversas finalidades. Liberaba impulsos sá-
se las ponla en la b-oca y las chupaba. Las lámpa- dicos y canibalísticos y representaba la destrucción
ras de-la locomotora representaban para ella el pe- de Ios genitales de sus padres o de todo el cuerpo
cho de la madre y el pene del padre. Todos estos de su madre. Al mismo tiempo, sin embargo, se
expresaban sus impulsos reactivos; por eiemplo, cor-
iuegos eran seguidos, invariablemente, por crisis de tando una linda alfombrita, recreaba lo destruido.
iabia, envidia y agresión contra la madre, a las
cuales se agregaban remordimientos e intentos de Después de cortar papel, Erna pasó a jugar con
reparación y reconciliación. ]ugando -con cubos, agua. Un pedacito de papel flotando en el lavato-
por ejemplo, los repartía entre nosotras de modo de rio era un capitán cuyo bote se había hundido. EI
[ener siempre más que yo; lo hacía poniendo pri- pudo salvarse -según diio Ema- porque tenía
mero más para ella que para mí, pero luego reP,a- algo "largo y dorado" que lo ayudó a salir del agua.
laba tomando menos para ella, pero se las arregla- Luego le arrancó la cabeza y anunció: "su cabeza
ba siempre para quedarse con más cantidad al fi- desapareció, ahora se ahogó-. Estos juegos con
nal; si cónstrula algo con los cubos quería probarme agua llevaron al análisis profundo de sus fantasías
cuánto más linda era su construcción que la mía orales, uretrales y analsádicas.
o me la tiraba, simulando un accidente. Solía ele- Así, por ejemplo, jugaba a que era lavandera, y
gir un muñeco como iuez pafa que decidie,s-e que los papeles pintados representaban ropa blanca su-
iu casa era mejor que la mía. Por los detalles de cia de un niño. Yo era el chico que ensuciaba la
este juego, en el tema de las casas, se hizo evidente ropa interior una y otra yez (incidentalmente Ema
una antigua rivalidad con su madre. En la rlltima manifestó sus impulsos canibalísticos y coprofíli-
parte del análisis esta rivalidad apareció en forma cos mascando pedacitos de papel que representa-
directa. ban excrementos y niños a la vez que ropa sucia).
Además de estos juegos cortaba papel haciendo Como lavandera, Erna tuvo oportunidad de casti-
moldes. N{e diio que eso era "picadillo" y que es- gar y humillar a un niño, representando el papel
taba saliendo sangre del papel, después de lo cual de la madre cruel. Pero como ella se identificaba
se estremeció y dijo sentirse mal. En una ocasión con el niño, gratificaba asl también sus deseos m¿l-
habló de una "ensalada de oios" y otra vez diio que soquísticos.
había cortado "flecos" de mi nariz. Expresó otra A veces hacía que la madre ordenara al paclre
vez el deseo de morder mi nariz, deseo que había castigar al niño y pegarle en el trasero. EI castigo
ya expresado en su primer hora de análisis (9r¡ ."1- era recomendado por Erna en su papel de lavan-
iidad-hiro cuanto pudo para realizar este deseo). clera como medio de curar al niño de su amor pclr
De este modo expresó su identificación con la ter' la suciedad. Una vez, en lugar del padre llegó un
ntago. Pegó al niñq en el ano y luego en la ca-
68 MELA¡rrrE EErN i: . ERNA NO PUEDE DORMIR 89

beza con un palo, y al hacerlo, un flúido amarillo lo llamaba, Kakelfische a. Mientras los cortaba tu-
saüó de la varita mágica. En otra ocasión el niñ«¡ vo deseos repentinos de defecar, y esto me demos-
-esta vez uno muy pequeño- recibió para tomar tró que los pescados eran equivalentes a las heces,
una mezcla de polvos roiiza y blancuzca. Este tra- puesto que el cortarlos equivalía al acto de defecar.
ta-miento lo limpió, y repentinamente fue capaz de Como vendedora de pescado, Erna me trampeó en
hablar y resultó tan inteligente como su madre 2. varias formas. Tomaba grandes cantidades de mi
El mago representaba el pene, y el golpe con Ia dinero sin darme en cambio pescado. No podía
vara, el coito. El flúido y los polvos representaban hacer nada contra ella porque la ayudaba un poli-
la orina, heces, semen y sangre, los cuales, según cla, y juntos "batíad'5 el dinero, y también el pes-
las fantasías de Erna, su madre se ponía dentro cado, que me había sacado. El policía represen-
a través de la boca, ano y genitales al copular. En taba a su padre, con quien ella copulaba y era su
otra ocasión Erna repentinamente se convirtió de aliado en contra de su madre. Yo tenía que mirar
lavandera en vendedora de pescado que pregonaba mientras ella 'batía" las monedas o el pescado con
su mercadería. Durante el curso del juego abrió el policía y luego tenía que tratar de conseguir am-
el grifo del agua (al que solía llamar el grifo de bas cosas trampeándolos. En realidad tenía que
crema batida) después «ie haber envuelto papel fingir que hacía lo que ella misma había deseado
alrededor. Cuando el papel estaba empapado v hacer con su madre cuando presenció la relacil¡n
caía «lentro de la pileta, ella lo rompía y lo ofrecía sexual entre ella y su padre. Estos impulsos y fan-
a la venta como pescado. La glotoneúa compulsiva taslas sádicas eran el fondo de su fuerte ansiedad
cc)n que Erna bebía del grifo durante este juego frente a la madre. Repetidamente manifestó te-
y mascaba pescado imaginario, señalaba claramen- mor a una "ladrona que le sacaría todo de su inte-
te la envidia oral que ella había sentido durante la ¡ior".
escena primaria y durante sus fantaslas primalias. El significado simbólico del teatro y sus repre-
Esta envidia habla afectado profundamente el des- sentaciones significando el coito entre sus padres,
arrollo de su carácter y era también un rasgo cen- surgieron muy claramente en el análisis de Erna 6.
tral de su neurosis 3. Las equivalencias del pescado Las numerosas representaciones en que ella era una
con el pene del padre como también con las heces artista o una bailarina admirada por todos los es'
v con niños se hicieron obvias en sus asociaciones. pectadores demostraban la gran admiración - ad-
-ella vender, y entre
iirna tenía variados pescados para miración mezclada con envidia- que sentía por su
ellos un Kokelfische- o, como repentinamente
a Kaki: heces en nutseru alemana.
'5 Una palabra inventada que se parece a Ia palabra ale-
mana que significa batir crema.
2 Estas f'antasías coneiernen al pene en su aspecto "bue- 6 En mi trabajo Infant Analgsis, 1928, he coruiderado en
no" y curativo. mayor detalle el significado simbólico universal del teatro,
8 Discutiremos luego Ia conexión ontre las observaeiones representaciones, producciones literarias, camo representan-
de Ema sobre lag rel+ciones sexuales de sus padret y su tes de relaciones entre Ios padres. También puedo citar e
propiq neurosi§, Ran*r Dsd §ohqu.§ptel lm "Hornlot", 19L9,
70 MEr.aNrE xLEIN
No PUEDE DoRMTR ll
con infinitas variaciones para representar el inter-
madre. A menudo también al identificarse con su cambio de sustancias duránte el -coito. En las fan-
madre fingía ser una reina ante la cual todos se tasías de copulación de Erna la madre incorporaba
inclinaban. En todas estas representaciones era el pene y el semen del padre y su padre iricomo-
siempre la niña que tenía la peor parte. Todo lo raba el pecho de la maáre y Íeche -siendo esto'la
que hizo Erna en el papel de madre -la ternura base de su envidia y odio frónte a ambos.
que mostraba a su esposo, el modo como se vestla En uno de los juegos de Erna un cura ofrecla
y permitía ser admirada- tenía cbmo propósito una "representación". Abría la canilla y su com-
fundamental hacer surgir la envidia cle la niña y pañera, una bailarina, bebía de ella. Á la niña,
herir sus sentimientos. Asl, por eiemplo, cuando llamada C_enicienta, se le permitía sólo mirar, y
ella, en el papel de reina, celebró su casamientr: debía quedar completamenté inmóvil. En este mo-
con el rey, se acostó en el sofá y me pidió, como mento Erna tuvo una fuerte y súbita crisis de enojo
rey, que me acostase a su lado. Como me negase qu_e mostró los sentimientos de odio que acompa-
a hacerlo, a cambio de ello tuve que sentarme en ñaban a sus fantasías y qué mal había logrfoo
rina sillita cerca de ella y golpear el sofá con mi dominar esos sentimientós. Su relación con li ma-
puño. Llamaba a esto "hacer manteca', y signifi- dre estaba totalmente deformada por los mismos.
caba copular. Inmediatamente me dijo que un Cada medida educativa, cada actó de disciplina,
niño salíá de ella, y representó la escena con bas- cada inevitable frustración, era sentida poi ellá
tante realismo, retorciéndose y gritando. Este niño como una agresión sádica por parte de su madre,
imaginario compartía el dormitorio de sus padre.s hecha únicamente para humillárla y maltratarla.
v eá testigo dá las relaciones sexuales entre elloi. §in embargo, en sus ficciones, cuando ella era
Si las interrumpía era castigado y la madre se que- madre, se mostraba afectuosa con su hijo imagi-
iaba de él al padre. Si ella como madre ponfa al nario mientras éste era sólo un bebé. Lo'cuidaña,
niño en la cama, era solamente para desembara- lo limpiaba y a veces lo perdonaba si estaba sucio.
zarse de él y volver más pronto con el padre. EI Esto se debía a que pensaba que había sido tra-
niño era maltratado v atormentado incesantemente. tada con amor sólo cuando era pequeñita. Con los
Para comer le daban avena, y era tan horrible que niños mayores era muy cruel y los dejaba torturar
Io enfermaba. Mientras tanto el padre y la madre por-los demonios de. diversas manerai, hasta que
gozúan y comlan manjares maravillosos hechos finalmente los mataban 7. Se hizo claro que- la
con una crema batida y con una leche especial
preparada por el doctor Whippo o Whippour*. 7
nombre compuesto por uhipping y pouring, out - Cuando, como en este caso, Ia furia del niño contra su
ob¡eto- 'es realmente excesiva, lá situación fundamentai á¡
(batir y llenar). Bsta comida especial, ingerida que el superyó_se ha
-vue-lto contra el ello. El yo se escapa
solamente por el padre y la madre, fue utilizada de esta situación intolerable por medio de unj p.oy"ó"i¿-".
T*:"qt" al objeto como_ enemigo para que el ello É pueda
destruir de un modo sádico con el consentimiento dil su_
I En el originel alemán dice: Doktar Schanka o Sahlan' peryó. Si el yo puede realizar una alianza entre ei ,"p"ry¿
ka, Schlagen, Einsahánken. (N, dol T.)
MELANIE XLEIN ERNA NO PI'EDE DORMM

niña era también la madre transformada en niño agua, produciendo fantaslas en que- las heces -pe'
en las siguientes fantasías. Erna simulaba ser un eáaut u la ropa sucia eran cocinadas y comidas'
niño que"se había ensuciado, y yo, co,mo madre, la besprrés simuiaba estar sentada junto al inodoro
,'"p."ridí", después de lo cuál se volvía insolente comiendo lo que ella producía, Y gu9 nos lo dába-
l,'se errsúciabá más v más como acto de desafío, mos una a la otra. Estas fantasías de ensuciarnos
tara molestar a la inádre, v aun más, vomitaba la continuamente una a la otra con orina y heces se
inala comida que yo le Éabía dado. La madre hicieron cada vez más claras durante el análisis'
llamaba entoncis aÍ padre, pero éste. se ponla de En un juego mostró que la madre se había ensu-
narte de la niña. Luego la madre erd atacada por ciado una*y otra vei y que todas las cosas del
i,ra enfermedad llamáda "Dios le ha hablado"; cuarto se hábían transfórrnado en heces por culpa
luegio, a su vez, la niña se enfermaba de una en- y por esto fue encarcelada, y-moría
de la madre,'Éllá
ferñredad llamada "agitación de madre" y morla, de hambre. tenía la tarea de limpiar lo que
v la madre era muerta por el padre como castigo' había dejado su madre, )r €D conexión- con ello se
La niña resucitaba y se óasaba con su padre, quien llamaba á sí misma Mrs.'Dirt ?a.rade (señora Des-
continuamente la elogiaba a costa de la madre. La file de Suciedad). Calificaba con ello a una per-
madre a su vez revivía, pero como castigo era sona que exhibe su suciedad. Lograba Ia admi-
transformada por su padre en una niña, cosa que ración v agradecimiento de su padre a través de
se lograba poi medió de una varita mágica'- Y ,r, ,rnoí a"la limpieza, él la apreciaba más que.a
entonles la inadre tenía que sufrir todos los des- su madre y se ca-saba con ella. Cocinaba para él'
precios y maltratos a los que estuvo anteriormente Las bebidás y comidas que se daban mutuamente
.'eran
iometidá la niña. En numerosas fantaslas de estn una veí más orina y heces, pero en cambio
clase, en lo referente a la madre y la-hija, Erna eran de buena clase en vez de dañinas. Esto sirve
r"peiía lo que ella crela que habían sido sus pro- de eiemplo de las numerosas y extravagantes fan-
piás experiencias, mientras que por otra parte ex- tasías aial-sádicas que se hiciéron conscientes du-
iresaba las cosas sádicas que desearla hacer a su rante el análisis.
^madre
si la relación. niño-madre pudiera ser in- Erna, que era hiia única, pensaba continuamente
vertida. en la posiUe legáda de ñermanos y hermanas'
La vida mental de Erna estaba domi¡rada' por Sus fantaslas en conexión con este temor merecen
En una etapa posterior del
fantasías anal-sádicas. atención especial, porque hasta donde he observa-
análisis empezaron lla vez más los juegos con do tienen una aplicación general. A juzgar por
ésta v otros niñol en situación similar, parecería
y el ello. Dor este medio, puede por el momento arrojar-el qrr"'él hiio único sufre mucho más-que-otro por
sadismo dé su superyó que estaba dirigido conua el ello Ia ansiedád sentida frente a los posibles hermanos
l""ir"-a"t mundo'exietnó. De este moilo los impulsos--sá- o hermanas que está siempre esperando y por los
ái"o.-pritn"tios que están dirigidos contra el objeto se hallan
;;;"i;á;;- p"r-el odio origlnariamente dirigido contra el sentimientos áe culpa que tiene debido -a sus im-
ello. pulsos inconscienteJ de agresión hacia ellos en 3ir
74 MELANIE TLEIN tnNA ñci pÜüoe ¡ioñ¡¡rn 18

e-xistencia imaginaria dentÍo del cuerpo de Ia ma- a los terroríficos padres. Ellos y ella juntos hubie'
dre; porque no tiene oportunidad de desarrollar ran matado a la madre y capturado el pene del
padre e.
una relación positiva con ellos en la realidad. Este
hecho dificulta a menudo la adaptación social de ' Pero a estas fantasías de Erna segulan rápida-
un hiio único. Por mucho tiempó Erna tuvo ata- mente sentimientos de odio contra sus hermanos y
ques de rabia y- de ansiedad al comenzar y finali- hermanas imaginarios -porque ellos eran en defi-
zar su hora analítica eonmigo, 1r €n parte'estaban nitiva sólo susütutos de su madre y su padre- y
ocasionados por el encuentro cón otios niños que por sentimientos de culpa muy fuertes debido a
venían para ser tratados inmediatamente antes o ios actos destruetivos qire elós y y ella hablan
de_spués que ella y que representaban los hermanos cometido en contra de sus padres en sus fantaslas.
o hermanas cuya llegada estaba siempre esperan- Usualmente terminaba por tener crisis deprrisivas.
do 8. Por otra parte, aunque se llevfua *ál con Estas fantasías contribuían también a hacer im-
otros niños, sentía a veces una gran necesidad de posible la buena amistad de Erna con otros niños.
estay con ellos. Encontré que su deseo ocasional Huía de ellos porque los identificaba con sus her-
de un hermano o hermana éstaba determinado por manos y hermanas imaginarios, de modo que, por
v_gios_ motivos: a) los hermanos y hermanas que un lado, los consideraba cómplices de sus ataques
ella deseaba significaban un hiio-de ella misma; contra sus padres, y, Por otra partg los temía como
este des€o, sin embargo, era prontamente deforma- enemigos á causa de sus propios impulsos agresi-
do por eI fuerte sentimiento de culpa, ya que esto vos frente a sus hermanos y hermanas.
hubiera significado que ella había robado la cria- EI caso de Erna arroia luz sobre otro factor que
tura a su madre; b) la existencia del niño Ie hü- parece ser de importancia general.
biera reasegurado que los ataques que ella había He llamado la atención sobre la particular
hecho en su fantasía contra loJ niños que suponla relación que los niños tienen con la realidad.
dentro de Ia madre, no habían dañado ni a elios ni Señalé que el fracaso de sus intentos de adap-
a su madre, 1r €n consecuencia el interior de su tarse coffectamente a la realidad puede reco-
propio cuerpo estaba ileso; c) Ie hubieran pro- nócerse en eI análisis del juego de niños bas-
porcion-ado Ia, gratificación sexual que su padre y tante pegueños y que en eI análisis era necesario
madre-le habíañ negado, y aún lo más imp-ortantg llevar gradualmente al niño, aun al más pequeño,
d) hubieran sido aliados--no solamente en los he- a un contacto con la realidad. En el caso de Erna,
chos sexuales sino también en sus empresas frente aun después de haber transcurrido una buena par-

8 C-omo Ema no tenla hermanos ni hermanas en la e En mi trabajo Estad.los Tempranos del Confltcto Ed.f-
vida real, su miedo inconsciente y zus crclos de ellos. que pico, L928, he señalado que los nlños en sus relaciones se-
desempeñab_an un papel tan impoitante en su vida mlnial, xuales entre ellos, especialmente si son hermanos y herma-
fueron.revelados y üüdos durante el análisis. Esto es, una nas, tienen tantasías de estar asociados contra sus padres y
vez más, un ejemplo de Ia importancia de Ia situación de a menudo experimentan una disminución de su ansiedad y
trensfercncia en el análisis de niños, sentimientos de culpa por esta creencia.
t.

MELANIE TLEIN ¡ ENNA NO PUEDT DONMln 77

te del análisis no pude obtener ninguna informa- hurgarse las narices. Por medio de estas satisfac-
ción dotallada sobre su vida real. Obtuve bastante ciones flsicas y de las fantasías ligadas a ellas, in-
material de sus extravagantes impulsos sádicos con- tentaba enérgicamente continuar la situación de
tra su madre, pero no escuché nunca la más mínima ensueño que habíamos encontrado en sus ,uegos.
queia o crltica a su madre r'eal y a lo que ella La depresión, enoio y ansiedad que la poseían du-
realmente hacía. Aunque Erna llegó a reconocer rante el juego, se debían al hecho de verse pertu_r-
que sus fantasías estaban dirigidas coritra su pro- bada en' sus fantasías por alguna intromisión de
pia madre real -hecho que ella negó en la primera la realidad.
etapa de su análisis- y aunque resultó bien claro Recordaba también cuánto la molestaba si al-
que copiaba cada vez más a su madre de un modo guien se acercaba a su cama por la mañana cuan-
exagerado y envidioso, fue difícil establecer una do se chupaba el pulgar o se masturbaba. La
conexión entre sus fantaslas y la realidad. Todos raz6r, de esto era no sólo el temor de ser sorpren-
mis esfuerzos para traer su vida real dentro del dida sino también que necesitaba defenderse,de la
análisis fueron infructuosos, hasta que hice pro- realidad. Durante el análisis apareció una fabula-
gresos definidos analizando las profundas razones ción que adquirió fantásticas proporciones y nació
para querer separarse ella misma de la realidad. de su intento de transformar, de acuerdo con sus
Las relaciones dé Erna con la realidad mostraron deseos, una realidad que para ella era intolerable.
claramente ser una fachada, y esto en mayor grado Encontré que esta extraordinaria ruptura con la
que lo que se hubiera podido prever a través de realidad -para cuyo fin empleaba también fanta-
su conducta. Bn realidad había ensayado por todos sías megalomaníacas- tenía su origen en el exce-
los medios de mantener un mundo de ficción qug sivo temor a los padres, especialmente a la madre.
la protegiese contra la realidad 10. Por eiemplo, Con el fin de disminuir ese miedo Erna imagirraba
acostumbraba imaginar que los coches de juguete ser una poderosa y severa señora en contra de su
y cocheros estaban a su servicio, obedecían sus madre, y esto intensificaba su sadismo.
órdengs y le daban cuanto pedla; Ias muñecas eran Las fantasías de Erna en las que era cruelmente
sus sirvientas, etc. Aun cuando ella estaba en estas perseguida por su madre comenzaron a mostrar
fantaslas, la dominaba la rabia y la depresión: iba ólaramente iu carácter paranoide. Como ya he
entonces al baño y fantaseaba en voz alta cuando dicho, cada paso en su educación o crianza, el
defecaba. Cuando salía del baño se echaba en el más mlnimo detalle de su indumentaria era visto
sofá chupándose el pulgar apasionadamente, mas- por ella como un acto de persecución por parte de
turbándose y hurgándose las narices. Conseguí iu madre. No sólo esto, sino todo lo que su madre
llegar a que me contara las fantasías que acompa- lncia, su conducta frente al padre, las cosas que
ñaban esta defecación, chupeteo, masturbación y hacía para su propia diversión, todo era sentido
10 Muchos niños hacen sólo una vuelia aparente a la por Ema como persecución. Además se sentía con'
realidad cuando sus juegos son intemrmpidos. En realidad [inuamente espiada. Una de las causas de su exce'
están todavía ocupados con sus fanta¡las, siva fiiación en la madre era su compulsión a vigl-
78 MTLAN¡j' ILEII{ ¡nNA NO PUME DOAMIN 1o

larla coatinuamente. El análisis mostró que Ema compradora v me amaba, representandoella de este
se sentía res[ronsable de cada enfermedad de su, ;;áf;-;"ú"iZ" anal dá añror entre v 13
madre y esperaba un castigo por sus propias fan- *"ai". Estas fantasías anales fueron interrumpi
tasías agresivas. La acción de un superyó dema- A;;;t "titit d" depresión- y odio contra
siado severo y cruel se veía en cada uno de los
{rl ngoEn
detalles de sus juegos y fantasías, alternando siem-
;; ;" reaüdad "tun- ditigidás contra su madre'de
pre entre una madre severa que castiga y un niño
la
;;;i¿;-;; esto, Erna froduio "negro amarillo
fantasía itrue
una pulga que era de- coloi .y
que odia. Era necesario un análisis profundo para
explicar estas fantasías, idénticas a lo que en los -"r"táo"t", y q,r" ella misma reconocía inmedia-
tamente como un pedazo de hez que resultó ser
adultos paranoides conocemos como delirios. La neliqrosa v envenenada, salió de mi ano y se abrió
experiencia que he adquirido desde que expuse é*-It o hásta el de ella Y la dañó
11'
este caso me ha permitido ver el carácter peculiar En el caso de Erna pude observar la presencia
de la ansiedad de Erna, de sus fantasías y de sus de fenómenos que not io., familiares como.subya-
relaciones con la realidad, como tlpico de aquellos ;;"d; a las iáeas delirantes de pers,ecución, es
casos en que se manifiestan activamente fuertes áá"ii-r" t"*sformación de amor eñ odio hacia el
rasgos paranoides. oroqenitor del mismo sexo y un aumento extraor-
En este purito quiero llamar la atención sobre las áffid" á;t mecanismo de proyección' Sin embar-
tendencias homosexuales de Erna, que fueron fuer- tro. un análisis posterior réveió el hecho de que
temente acentuadas desde su primera infancia en áutaio de la ac[itud homosexual de Erna, en un
adelante. Después que se analiza una gran can- profundo, existía un intenso sentimiento
tidad de odio por su padre, surgido de la situación "i""I'*ás
áe odio coir.tra Ia madre, derivado de -su primera
edípica, estas tendencias, aunque indudablemente situación edípica y de su sadismo oral'
disminuidas, eran aún muy fuertes y parecía im- Este odio [rrvo óomo resultado una excesiva an-
posible resolverlas más. Fue sólo después de ven- siedad, que a su vez fue eI factor determinante de
cer largas y obstinadas resistencias que surgió a
la luz el verdadero carácter de sus fantaslas de 11 En su "Short Stuily of the Develo-pment of tl¡e Li§do"'
persecución y su relación con la homosexualidad. R;;.á; í'iáíiitÑ-í-rl q" 2, A!r1$mdice: 'Tanto
Los deseos de amor anales surgieron más claramen-
te en forma positioa, alternando con sus fantaslas ií;,xyxn*.f#i*Ht"'gi:u"8*::",,*:l;íiz'T;:
".L;;i ;í ";i,;"'stri. 1í, I ál^to* of i ersecutt on, le ) des-
LQ

de persecución. Ema jugó una vez m6s a ser ven- ;ffi;tá áí""t?-"i "*go de su práctica psico.analltica
-huella
quc
dedora de tienda (vendía heces, y el significado h;ll"ñ h t-'i"'"'u
H"ilffiJ#;';;;i; inconsciente d9l perse-
?el paciente.de heces en
inconsciente se hizo obvio porque al comienzo del íiiiáitlü"'ill*1rgu"
il;-dÑ'i";;,-qG-¿t identifica con oI pene {gl.nersesui;
juego tuvo que intemrmpirlo para ir a defecar). dor. es decü, la persona del mismo sexo que él ha amaoo
Yo era Ia compradora y tenla que preferirla entre ;-;;;"ipt"" Asl, en la paranoia, elcuerpo
paciente repre§-enpr1
las demás vendedoras y pensar que sus mercan- .o üerseduidor por una parte de su y cree que er ro
qe
está' Ilevándo dóntro de sl. El qÚsiera desembarazarse
cfas eran especialmente buenas. Luego ella era la extraño, pero no Puedo.
áiJ
cada uno de los detalles de sus fantasías de per. fijación homosexual de Erna en su madre y se
s-ecución. Llegamos entonces a un nuevo grupo acrecentaron sus impulsos heterosexuales.
-
de fantasías sádicas que excedían en Ia ¡nteñidád Hasta ahora el factor esencial de sus fantasías
de su sadismo a todo lo que vi en el análisis de había sido su actitud de odio y amor hacia su m'a-
Erna. Esa f_ue la parte más difícil del trabajo y dre. Su padre representaba sólo un medio'para
puso a prueba la voluntad de Erna de cooperar, el coito y sólo de ahí provenía su importancia en
ya que estaban acompañadas de una extrema an- la relación madre-hija. En su imaginación, cada
siedad. Su envidia oral de las gratificaciones ge- prueba de afecto de su madre a si padre, 1z €n
nitales y _orales, que ella suponía que sus padies realidad su total relación hacia é1, no tenía otro
gozaban durante las relaciones sexuales, resültaron fin que defraudarla, ponerla celosa y enemistarla
ser los fundamentos más profundos de su odio. con su padre. Del mismo modo, en todas las fan-
Expresó estos sentimientos de odio una v otra vez tasías e¡r que ella privaba a su madre del padre y
por medio de innumerables fantasías diiigidas di. sb casaba con é1, el énfasis estaba siempré en él
rectamente contra sus padres unidos en copulación. odio hacia su madre y en su deseo de mortificarla.
En estas fantasías los atacaba, y especialmente a Si en juegos de este tipo Erna era afectuosa con
su madre, por medio de excrementos, entre otras su esposo, pronto se veía que esta ternura era sólo
cosas; y lo que subyacía más profundamente en su aparente, con el objeto de herir los sentimientos
temor a mis heces (la pulga), que ella creía que de su rival. Al mismo tiempo que progresaba en su
era empuiada dentro de ella, eran sus propias fan- análisis, también meioraron sus relaciones con el
tasías, en las que destruía el interior de su madre padre, y así comenzí a tener verdaderos sentimien-
con sus propias heces envenenadas y peligrosas 12. tos de naturaleza positiva. Ahora que la situación
Después que estas fantaslas sádicas e impulsos no estaba dominada tan completamente por el odio
pertenecientes a los más tempranos estadios de des- y el temor, se pudo establecer la relación edípica
arrollo fueron analizados aún más, disminuyó la directa. Al mismo tiempo, la fijación de Erna en
su madre disminuyó y mejoró su relación con ella,
que había sido hasta entonces ambivalente.
1z Según he encontrado en el curso de mi trabajo ana- Esta modificación en la aotitud de la niña frente
Iíüco, los miedos del niño a excrementos venenosos y pe- a sus padres se debió a los grandes cambios en su
ligrosos aumentan su fijación en niveles pregenitales, por vida de ficción e instintiva. Su sadismo disminuyó
ser un incentivo constante para convencerse a sí mismo de y sus fantasías de persecución fueron menores
que esos excrementos, tanto los suyos como los de sus ob-
ietos, no son cosas peligrosas, sino buenas. Pof esto es que
en número e intensidad.
Erna fingía que nos dábamos una a la otra buenos regalos Se produjeron importantes cambios en su rela-
anales y que nos amábamos. Pero los estados de depresión ción con la realidad, que se evidenciaron entre otras
que seguían a estos juegos de amor fingido, demostraba¡ilén
cosas en und mayor infiltración de la realidad den-
el fondo que ella estaba aterrada y creia que nosohos -es
decir, su madre y ella- nos persegulamos y envenenábamos tro de sus fantasías.
la una a la oEa. En este período del análisis, después de haber
la misma expresión neurótica que se observaba en
Iepresentado en el juego sus ideas de persecución, su rostro preocupado de los 6 años.
Erna decía a menudo con sorpresa: "Pero mamá Querrla dar al lector la impresión de lo excep-
realmente no pudo haber querido hacer esto. Real- cionalmente grave de este caso. Los síntomas ob-
m,ente ella me quiere". Pero como su contacto con sesivos, que entre otras cosas privaban a la niña
la realidad era mayor y su odio inconsciente a la casi completamente del sueño, la depresión y otros
madre se hizo consciente, comenzó a criticarla como signos de enfermedad, el anormal desarrollo de su
persona real, con creciente líbertad. Mejoraron al carácter, eran sólo un débil reflejo de la anormal,
mismo tiempo sus relaciones con ella y aparecieron incontrolable y extravagante vida instintiva sub-
al mismo tiempo sentimientos maternos genuinos yacente. El pronóstico de una neurosis obsesiva
y tiernos frente a su hijo imaginario. Üna vez, como ésta, que desde años había tenido un carácter
iuego de haber sido cruel con é1, me preguntó con progresivo, era necesariamente grave. Puedo afir-
voz profundamente emocionada: "¿Verdaderamen- mar con seguridad absoluta que en un caso seme-
te hábré tratado a mis hijos así?" El análisis de jante la única posibilidad de curación está en un
sus ideas de persecución y la disminución de su tratamiento psicoanalítico hecho a tiempo.
ansiedad no sólo lograron afirmar su posición he- Entraré ahora a estudiar la estructura del caso
terosexual sino que hicieron que las relaciones con con todo detalle. Los hábitos de limpieza de Ema
su madre meioraran, aumentando sus propios sen- no presentaron dificultad y se lograron temprana-
timientos matemales. mente, cuando tenía un año. La severidad no fue
Me gustaría decir aquí que, en mi opinión, la uecesaria; la ambición de esa niña precoz habla
normalización de estas actitudes fundamentales, que sido un fuerte incentivo para la adquisición rápida
son las que permitirán más tarde al niño elegir su de los hábitos de limpieza 13. Pero este éxito ex-
obieto amoroso v determinarán el curso total de terno füd acompañado de un completo fracaso in-
su'vida, es uno de los principios fundamentales del temo. Las tremendas fantasías anal-sádicas de Er-
éxito del análisis de un niño. rra mostraron hasta qué punto estaba fijada en este
La neurosis de Erna apareció muy temprano. estadio y cuánto odio y ambivalencia surgla de é1.
Antes del año evidenció acentuados síntomas de Un factor de este fracaso era la fuerte predisposi-
enfermedad (debe hacerse notar que era mental- ción constitucional anal-sádica; pero otro factor que
mente muy precoz). Desde entonces aumentaron jugó un papel importante, ya señalado por Freud la
las dificul[ades y entre los 2 y 3 años su crianzo
13 Alguoas de las fuentes de la temprana ambición de
se transformó án un probleóa sin solución; su
Erna en este sentido pueden inferirse de las fantaslas en
carácter ya era anormal y padecía -de u-na franca las que*ella sobrepasaba a su madre en limpieza y era
neurosis óbsesiva. Sin embargo, recién a los 4 años llamada "Sra. Desfile de Suciedad" por su padre, y se ca-
se percibió de sus hábitos
-chupeteola naturaleza anormal cómprenlerá, saba con el por esta razón, mientras que la madre tenia
de y masturbación. Se que morirse de hambre en una prisión.
t+ La disposi¿ión a la neurosls obseslaa (tomo XIII, ed.
pues, qüe a loi 6 años su neurosis obsesiva fuera castellana'.
ya crónica. En fotografías de sus 3 años ya §e ve
como uno de los factores de la predisposición a ver de qué modo la experiencia de la escena pri-
h neurosis obsesiva, fue el precoz desarrollo de su maria cuando tenía 2 años y medio, combinada
yo en comparación con el desarrollo de la libido. con esos factores constitucionales, desencadenó el
Además el análisis mostró otra faz crítica en el desarrollo de la neurosis. A los 2 años y medio, y
desarrollo de Ema que también se había cumplido otra vez a los 3 años y medio 16, compartió el dor-
con un aparente éxito externo. No había aceptado
todavía eI destete. Padeció también una tercera ütucionales de la neurosis de Erna a los que nos hemos refe-
privación cuando tenía entre 6 y I meses: la madre rido anteriormente, su exagerado sadismó, el desarrollo de-
advirtió el placer experimentado por la niña cuan- masiado rápido de su yo y la acüüdad prematura de sus
do limpiaban su cue{po, especialmente los geni- impulsos genitales se hallan asl interconectados. Desde que
he tratado este caso he podido descubrir otro factor cons-
tales y el ano. La hiperexcitabilidad de esta zona tifucional en la producción de la neurosis. Consiste en una
era evidente. La madre cuidó de ella con mayor incapacidad relativa por parte del yó para tolerar la ansie-
discreción al lavar esas partes, siendo fácil de reali dad. En muchos casos -y el de Erna era uno de ellos-
zar crarrto mayor y más limpia se volvía la niña. el sadismo del niño muy tempranamente hace surgir un
grado de ansiedad que el yo no puede dominar adeóuada-
Pero ésta, que había sentido la minuciosidad pri- mente. Debe decirse, en general, que la capacidad del yo
rnera como una forma de seducción, sintió la re- para dominar aun cantidades ordinarias de ansiedad varfa
serva de su madre como una frustración. Los sen- con-el individuo, y este hecho es de importancia etiológica
timientos de ser seducida, tras lo cual estaba el en las neurosis.
16 Tenemos aquí una analogía interesante con el caso
deseo de ser seducida, se repitieron constantemente descrito por Freud en Historia. de una neurosis infantil
en su üda. En cada relación, por ejemplo, con la (tomo XVI, Obras Completas, traducción castellana). Cuan-
niñera o con cualquier otra persona que se ocu- do Erna |.ter.Jia 5 años, es decir, 18 meses después de la
paba de su educación, como también en el análisis, última ocasión en la cual había observado a sus padres co-
p-ulando, estaba con ellos de üsita en lo de la-abuela, y
trataba de reproducir la situación de ser seducida durante un corto tiempo, durante su estada, compartió él
o bien acusar de haber sido seducida. Anaüzando dormitorio de ellos, pero sin tener oportunidad de -obs"rvar
esta específica situación de transferencia fue po- el coito. Sin embargo, una mañana Erna asombró a su
sible seguir las huellas de su actitud hasta las si- abuela diciéndole: "Mamita se acostó con papito y se re-
moüer-on juntos". El relato de la niña permaneció inexpli-
tuaciones más tempranas, es decir, hasta la expe- cable hasta que su análisis demostró que habla conservádo
riencia de ser cuidada cuando era pequeña. lo que había visto cuando tenla dos años y medio, y aun-
Así, en cada uno de los tres acontecimientos que que lo había olvidado, permaneció almacenado en su men-
llevaron a la producción de la neurosis de Ema, te. Cuando tenla tres años y medio estas impresiones se
reavivaron, pero fueron olvidadas una vez más, Finalmente,
podemos discernir el papel desempeñado por los 18 meses más tarde, una situación similar (dormir en la
factores constitucionales 16. Ahora nos queda por habitación de sus padres) habla excitado en ella la espe-
ranza inconsciente de ver los mismos acontecimientos y
16 Después he llegado al punto de vista, que más ade- había reaüvado sus primeras experiencias. En el caso dó
Iante justificaré con mayor amplitud, de que un sadismo Erna, asl como en el del "Hombre de los lobos", la escena
oral excesivo conduce a un desarrollo del yo demasiado rÁ- primaria_ estaba completamente reprimida, pero luego fue
pido y también precipita el de la libido. Los factores cons- reactivada y traída por un momento a la conciencia.
80 ELalfrE xLrIñ ERNA No pqEDE DoRMm gz

mitorio de sus padres durante un veraneo. Duránte su El pene representaba a todo su padre
_madre 1n.
ese tiempo pudo observar eI coito entre ellos. Los y los pechos a toda su madre. Y además, como
efectos de esto no sólo se observaron en el análi- hemos visto, Ia cabeza, para su inconsciente, sim-
sis, sino que se habían evidenciado externamente. bolizaba el pene. La acción de golpear la cabeza
f)urante eI veraneo en que hizo sus primeras ob- sobre la almohada tenla por obieto iepresentar los
servaciones se produjo en ella un cambio absoluta- movimientos_del padre en el coito. Ella me diio
mente desfavorable. El análisis mostró que el ver que durant_e la noche tenía miedo a ladrones y asal-
a sus padres copulando desencadenó la neurosis tantes no bien cesaba de golpear su cabezá. De
con toda su fuerza. Se intensificó un sentimiento este modo se liberaba de este temor identificándose
de frustración y envidia en relación con sus padres ella misma con el obieto temido.
y elevó a un punto agudo sus fantasías e impulsos La estructura de iu masturbación obsesiva fue
sádicos frente a la gratificación sexual que ellos muy complicada. Erna diferenciaba varias formas
estaban obteniendo 17. de masturbación: una presión de sus piernas ella
Los síntomas obsesivos de Erna fueron explica- llamaba rankingo; un movimiento de bálanceo, ya
dos como sigue 18. El carácter obsesivo de su chu- mencionado, que llamaba sculqtingoo, y un tirón
peteo fue causado por fantasías de chupar, mor- en el ólítoris, llamado "iuego del armario", del que
áer y devorar el pene de su padre y el pecho de ella "quería sacar algo muy largo". Más aún, solla
provocar una presión en la vagina tirando la punta
tt Et lnhdbición, Síntoma g Angustüt (tomo XI, Obras de la sábana entre sus piernas. Varias idenfifica-
Completas, ed. castellana), Freud sostiene que es la can- ciones actuaban en estas diferentes formas de mas-
üdad de ansiedad presente la que determina la irrupcién turbación, de acuerdo con las cuales, en las fanta-
de Ia neurosis, En mi opinión, la ansiedad es liberada por
las tendencias destructivas, de modo que la irmpción de Ia sías que las acompañaban, ella representaba el pa-
neurosis sería en realidad consecuencia de un aumento exce- pel activo del padre o el pasivo de Ia madre, o am-
sivo de esas tendencias destructivas. En el caso de Erna bos a la vez. Estas fantasías de masturbación de
fue su odio exagerado, provocando ansiedad, el que la llevó Erna, que eran muy fuertemente sado-masoquistas,
a la enfermedad.
ra El análisis también puso al descubierto los fuertes ras- mostraban una clara conexión con la escena prima-
gos melancólicos que presentaba su enfermedad, En su ria y con las fantaslas primarias. Su sadismo éstaba
ánátisis repetidameñte icostumbraba a quejarse de una ex- dirigido contra sus padres en el acto del coito, y
traña sensación que la embargaba a menudo. A veces se como reacción a esto tenla fantasías correspondien-
preguntaba -elÉ decla así- sii era un animal o no. Esta
seniación resultó estar determinada por sus sentimientos tes de carácter masoquista.
de culpa a causa de sus impulsos canibalísücos. El auálisis . Durante una serie de horas analíticas
Erna se
demostró que su depresión, que ella acostumbraba a ex-
presar con-las palabras: "Hay algo que no me gusta de la le Comparar Abraham: B¡eoe estudio ilel desarrollo d,e
iida", era un §enuino taeiliam oitae y estaba acompañada l.a libido a la luz de los t¡a.stomos mentales, Psicoanálisis y
de ideas suicidas, Tenía sus ralces en sus sentimientos de Psiquiatría, Ed. Hormé, 1959.
ansiedad y culpa resultantes de su inüoyección oral-sádica
de sus objetos de amor.
" El original alemén: Rankern. (N. del T.)
** En"Iel original alemán: Bililhauern. (N. del f .)
88 MELANIE KI.EIN ERNA No PUEDE DoRMrn 89

masturbó de estas diferentes maneras. Debido a la Ya hemos hablado del favorable cambio que se
tlansferencia bien establecida fue posible inducir- efectuó en la relación de Erna con sus padres y
la a describir estas fantasías de masturbación en en la posición general de su libido como resultado
los períodos de intervalo. De este modo pude des- del análisis, y hemos visto cómo sólo gracias á1
cubrir las causas de su masturbación obsesiva y análisis fue capaz de dar los primeros pasos hacia
así librarla de ella. Los movimientos de balanceo, una adaptación social. Sus síntomas obsesivos des-
que comenzaron en la segunda mitad de su primer aparecieron (masturbación obsesiva, chupeteo, ba-
año de vida, surgieron de su deseo de ser mastur- lanceo, etc.), no obstante haber sido tal su grave-
bada y se originaron en las manipulaciones rela- dad, que ocasionaron en parte su insomnio. Con
cionadas con su toilette cuando era muy pequeñi[a. su cura y la disminución de su ansiedad, su sueño
Hubo un período del análisis durante'el cual des- se hizo normal. Las crisis de depresión también
20.
cribía a sus padres copulando por medio de distin- desaparecieron
tas formas de juego, y luego desahogaba su furia A pesar de todos estos resultados favorables no
contra la frustración que esto involucraba. Durante consideré que el análisis estuviera completo cuando
estas escenas no dejó nunca de producir una situa- fue interrumpida por rAzones externas después de
ción en la que ella misma se balanceaba adoptando 575 horas de tratamiento, habiendo durado 2 años
una postura entre acostada y sentada, exhibién- y medio. La extraordinaria gravedad del caso, que
dose y eventualmente pidiéndome abiertamente que no sólo se manifestaba en los síntomas presentados
tocara sus genitales y a veces que los oliera. En por la niña sino en la deformación de su carácter
esa época asombró una vez a su madre pidiéndole, y en su personalidad completamente anormal, hu-
después del baño, que levantara una de sus pier- biera exigido un análisis adicional con el obieto
nas y la palmeara o tocara debaio, tomando al de eliminar las dificultades que aún tenía. Se in-
mismo tiempo la posición de un niño al que em- terrumpió en un estadio insuficientemente estabfe,
polvan sus genitales, posición que ella no había lo que se veía cuando frente a situaciones difíciles
adoptado durante muchos años. La explicación de tenía una marcada tendencia a recaer en a-lgunos
sus movimientos de balanceo Ilevaron a Ia completa de sus antiguos trastornos, aunque estas recaldas
cesación del síntoma obsesivo. eran siempre más leves que en Ia situación pri-
El síntoma más rebelde de Erna fue su inhibi- mera. En estas circunstancias podía temerse siem-
ción para aprender. Era tan intensa, que a pesar pre que en situaciones difíciles, o a la entrada de
de todos sus esfuerzos tardó 2 años en aprender la pubertad, pudiese enfermar otra vez o mani-
lo que habitualmente los niños aprenden en pocos festar otros trastornos.
meses. Llegamos con esto a un problema de importan-
Esta dificultad se vio francamente disminuida en
la última parte del análisis, y cuando concluí el 20 La última vez que fuve noticias de ella, dos años y
tratamiento había sido reducida, aunque no com- medio después de finalizar el análisis, estas mejorías se
pletamente dominada. habían conservado.
90 MELANTE rr ErN
rnña No PSEDE DoRMTR 9t
cia capital,,-y es el de saber cuándo puede decirse
que el análisis de un niño ha terminado. En el Erna, eI trato extenso de temas sexuales I la li'
período latencia, por buenos que sean los resul- bertad concedida en los juegos y fantaslas 2r con-
-de duieron a una disminución y no a un aumentb dd
tados obtenidos y _por más qué saüsfagan a la -excitación
gente que rodea al niño, no podemos c-onsiderar la y preocupaciones en materia sexual.
esto como evidencia suficiente de qo" el análísis Erna era una niña cuya excesiva precocidad sexual
está terminado. He Ilegado a chocaba a todo el mundo. No solamente su üpo
_la conólusión de que
aunqu-e un análisis haya tenido un desarrollo Éas_ de fantasías sino su conducta y modales eran los
tante favorable durante el período de latencia, cosa de una niña púber muy sensual. Esto se mostró
ésta muy_ importante, no ei una garantia sufióiente en su conducta provocativa frente a hombres y
de que el desarrollo futuro del pa-ciente sea exitoso. muchachos. En este aspecto también mejoró su
La transición a Ia pubertad y di ésta a la madurez conducta durante el análisis, y al finalizar éste
Ia prueba de si el análisis de
parecería ser mostraba una naturaleza más infantil en todo sen-
un niño ha sido suficiente o no. euiero de- tido. Aun más, con el análisis de sus fantaslas de
jar sentadoel hecho empírico de que el análisis masturbación desapareció su masturbación obse-
asegura la futura estabilidad del niño en propor- srva'-.
ción directa con la cantidad de ansiedad i"" t,
podido resolver en la-s más profundas capas men_ 21 He señalado que eI análisis del niño, asl como el del
tales. En esto, y en el carácter de sus faritasías in- adulto, debe transcurrir en abstinencia; pero como el niño
consciente-s, o más bien en los cambios que éstas es diferente del adulto, hay que usar un c¡iterio distinto.
Por ejemplo, el analilsta, al tomir parte en los iueg-os-y fan-
han sufrido por el análisis, debemos err"olrtra, ,rrr' tasfas-de[ niño, Ie proporciona uná mayor cantidad de gra-
criterio que nos ayude a juzgar si un análisis ha üficación que la que recibe el pacíente adulto; pero esta
sido suficiente. cantidad de gratifícación es menor que Io quq parece ser
Volvamos al caso de Erna. Como ya he dicho, al prineipio. -Porque el juego es una forma de-expresión
natiral en eI niñó, de modo que Ia parte que desempeña
al finalizar el análisis sus fantasías de persecución el analista no difiere en carácter de la atención con la cual
habían disminuido tanto en cantidad c^omo en in- sigue Ias expresiones verbales de los pacientes adultos cuan-
tensidad. _El *i opinión, sin embargo, el sadismo áá a"r"rit"i, sus fantaslas. Además, debe recordarse quó
Ia gratificación que los niños obtienen en su análisis es en
y la ansiedad pudieron y deberían háber disminui- su mayor parte imaginativa. Es verdad qle Ema se mas-
{o mqch_o más, con el ób¡eto de prevenir una en- turbó regularmente dttrante la hora analltica, durante un
cierto pérlodo de tlempo. Pero ella era rrna excepc-ión.
fermedad en la pubertad o al entñr en la adultez.
Ya que no fue posible en ese momento continuar No deblemos olviclar qué en su caso la masturbación obse-
siva estaba presente en tal formn qrre acostumbraba a mas-
el anáIisis, el completarlo se deió para el futuro. turbarse la mayor parte del dla, a veces aun en- presenc-ia
-Cuando
Tr_ataré ahora algunos problemas relacionados de otras personas. su compulsión hubo disminuido
con la historia de Er.na y qre son de importancia considerat{emente, la situación analítica conduio al cese
general; algunos de ellos surgieron del análisis de de la masturbación durante las horas analíticas en favor de
una simple representación de las fantasías de masturbación
este caso. He encontrado que, en el análisis de involucradas.
21 Con esto quiero signifícar gue su ?xcesiva masturba'
92 MELANIE KI,EIN ' ERNA No puEDE DonMrR 0g
a
Otro principio
_analítico que quiero subrayar aqul
los adultos. Muy al comienzo del tratamiento hice
es Ia necesidad de hacer conscientes, tanto cuanto comprender a Erna que no debla atacarme física-
sea posible, las dudas y críticas albergadas por el mente, pero que tenía libertad de descargar sus
niño en su inconscienté en lo que se iefiere a sus ¿rfectos de otro modo; acostumbraba así a romper
padres y especialmente a su vidá sexual. Su actitud sus juguetes o despedazarlos, a derribar Ias sillas,
frente al ambiente también se beneficia con esto, desparramar los almohadones, patear el sofá, vol-
haciendo emerger a Ia conciencia las queias incons- car el agua, ensuciar papel, ensuciar los muñecos
cie_ntes y los juicios adversos, qr" ai sei confron- o el lavatorio, injuriarme, etc., sin el menor impedi-
tados con Ia realidad pierden su virulencia origina_ rnento de mi parte 24. Pero al mismo tiempo yo
ria, permitiendo así una mejoría en su relacióricon solía analizar su ira y lograba así disminuirla, es-
la realidad. Además, Ia capácidad de criticar cons- elareciéndosela a veces por completo. En la técnica
cientemente a sus padres ya es, como Io mostró el analítica hay tres maneras de maneiar estos esta-
caso de Erna, el resultado de una meioría en su llidos emocionales durante el tratamiento: 1) El
relación con la realidad 2s. niño tiene que dominar parte de sus afectos, pero
_ Llugr_*gr ahora a un problema técnico especial. se le debería exigir esto únicamente cuando la
Se ha dicho más de uná vez que Erna teníi fre- realidad lo exige; 2) puede liberar estos afectos
cuentes ataques de rabia duranie la hora de análi- iniuriando, o por los otros modos ya mencionados;
sis. Bstas crisis de furia e impulsos sádicos no po- 3) estos afectos disminuyen y se aclaran por con-
cas veces asumían formas convergentes hacia iiní. tinuas interpretaciones, rehaciendo el camino desde
En los neuróticos obsesivos corñún el hecho áo la situación presente a la originaria. Claro que el
que el análisis libere fuertes "s
afectos, v en los niños tiempo empleado en estos métodos varía mucho.
Ia liberación es más directa e inconiíolabl" q"á-"n Por ejemplq con Erna, desde el principio yo habla
tenido que idear el siguiente plan:
ción y la masturbación realizada en presencia de otras per- En una época acostumbraba a tener crisis de ra-
sonas, que tenla sus raíces en una -compulsión, habla-ü_ bia cuando le decía que su hora había terminado,
sado. No.quiero decír que hubiera."""ir"iááo'<I"l t"d;; y entonces abría yo las dobles puertas de mi cuar-
masfurbarse. to para que se refrenara, sabiendo que le era muy
Mientras Erna estuvo tan alejada de Ia realidad, pude
-23
solamente analizar el materiál con"ectado penoso que la persona que Ia venla a buscar viese
péro- estuve continuamente a Ia espera de
,r. i""tirir.- cualquiera de estas explosiones. En este período,
"or,cualquiei- hiü
conductor, pol débil que fuese, que f,udiera cuando Erna se iba, mi cuarto parecía un campo
fantasía con la realidad.- De esta manera, "or""tá,,q"Ai;
y disminuliendo de batalla. Cuando el análisis estuvo más adelan-
constantemente su ansiedad, pude gradualmente fortálecer
-áe_
su relación con Ia realidad. Más i'delante trataré de
moskar más claramente que en el período de latencia el 2a Considero como de absoluta necesidad en eI análisis
analista tiene que ocuparie muy a inenudo. en su mavor de niños que la habitación en que se realiza el tratamiento
parte, con ese material de fantasía durante iargos períáos esté amueblada en tal forma que el niño pueda abreaccio-
de tiempo, antes de poder ga44¡ acccso a la vldá nar con absoluta libertad. Los perjuicios aI moblaje, pi-
niño y a fo6 inlereses del yo, ;q;l ¡ij §o§, etc., de4[rg fle ciertos límites, deben peumitirse.
rRN/\ NO PUDE DORMm no
94 MELANIE rF.r¡iI *
que el analista traduzca el mínimum de emoción
tado se satisfacle despartamando rápidamente todos posible frente a la crisis emocionales del niño.
los almohadones antes de irse, y algún tiempo des-
pués dejaba mi cuarto perfectamente tranqrtila. Utilizaré ahora los datos obtenidos en este caso
He aqul otro ejemplo, tomado del caso de Pedro para ilustrar los puntos de vista teóricos obtenidos
(3 años y 9 meses), que en una época tuvo tam- desde entonces 26. Las doradas lámparas de la lo-
bién fuertes crisis de rabia. En el último período comotora, que eran para Erna "tan lindas, rojas
de su análisis diio espontáneamente señalañdo un y ardientes' y que ella chupaba, representaban el
juguete: "Me basta con pensar que he roto eso"2l. pene de su padre (así como el "algo largo y dora-
Conviene señalar acá que la insistencia con que do" que ayudaba al capitán a salir del agua) tanto
el analista debe subrayar el eiercicio del control como el pecho de su madre. El sentimiento de
parcial de las emociones por parte del niño, regla culpa que acompañaba al acto de chupar se hizo
que naturalmente el niño no siempre puede respe- evidente porque cuando yo representaba el papel
tar, de ningún modo debe ser considerada como de niño, el chupar esa lámpara era, según ella, mi
medida pedagógica. Tal exigencia se funda en las falta más grave. El sentimiento de culpa puede
necesidades de las situaciones reales que puede ser explicado porque para ella chupar era también
comprender el niño más pequeño. morder y devorar el pecho de la madre y el pene
Del mismo modo, hay ocasiones en las que yo del padre. Quiero referirme aquí a mi creencia de
no ejecuto en su totalidad todas las acciones que que el proceso del destete, iunto con los deseos
me han sido atribuidas en el iuego, sobre Ia base del niño de incorporar el pene del padre y sus
de qye- _su realizac!ón serla muy difícil o muy des- " sentimientos de envidia y odio frente a la madre,
agradable para ml. son los que ponen en movimiento el compleio de
Sin embargo, en tales casos, sigo las ideas del Edipo. En la base de esta envidia está la primera
niño hasta donde sea posible. Es muy importante teoría sexual infantil de que la madre, al copular
con el padre, incorpora el pene de éste y lo re-
tiene dentro de sl.
25 Las observaciones en niños, aun muy pequeños, prue-
ban que ellos han comprendido por completo ia natur-alezr
En el caso de Erna comprobé que esta envidia
de Ia sifuación de transferencia y se dan cuenta de que era el punto central de su neurosis. Las agresiones
Ia disminución de sus afectos en el análisis resulta de- Ia que al comenzar el análisis ella realizaba en su
interpretación de Ia situación originaria y de los afectos papel de'tercera persona" contra la casa ocupada
correspondientes, En tales casos, por ejemplo, Pedro acos- sólo por un hombre y una mujer, resultaron ser la
tumbraba a menudo a distinguirme a mí, "que era cofno
su mar,nita", de su "mamita real". Por ejemplo, al hacer descripción de sus impulsos destructivos contra el
mover su motor de un lado a otro me escupfa y quería pe-
garme y me llamaba "bestia máIa". Contradecía mi inter-
pretación violentamente pero, poco a poco, se ealmaba y, - 26 Comparar con mi trabajo Estadios Ternpranos del
efectuosamente, me preguntaba: "..así que cuando .la cosa' Confltcto Edípico. Contribuciones al Psicoanálisis. Ed.
de papito penetró en Ia de mamita quise yo decir .bestia, Hormé, 1964.
a mi mamitc r¡¿¡?"
g0 MELANTE rLErN ERNA No PUEDE DonMrR S7

cuerpo de la madre y el pene del padre, que ella d.espués de haber observado cómo ella y el policla
imaginaba en el interior de la primera. Estos im- batian iuntos monedas y pescado, trataría de tomar
pulsos, estimulados por la envidia oral de la niña, el pescádo por cualquier medio. El ver a- sus pa-
se expresaban en el iuego de hundir un barco (su drás en el icto sexnál despertó en ella el deseo de
madre) y separar del capitán (su padre) la "cosa robar el pene de su padre-o c]'alguier otra cosa del
larga y dorada" y su cabeza, que lo hacía flotar, interior áe su madré. Recordarán que la reacción
es decir, lo castraba cuando copulaba con la ma- de Erna frente a su deseo de robar y
'sedestrozar
com-
dre. Los detalles de sus fantasías de agresión pletamente el cuerpo de su, m1d1e expresó en el
^*i"do que tuvo, después de luchar con la vende-
mostraban lo intenso de su ingenio sádico para
atacar el cuerpo de su madre. Ella queúa, por dora dá pescado, dá que una ladrona le robaso
ejemplo, transformar los excrementos en combus- todo cuau:to tenía dentio de sí. Es este miedo el
tibles y explosivos para destrozarla. Esto se repre- que he descr{to como pertenecienG a las primeras
sentaba en el incendio y destrucción de la casa y situaciones de peligro én la niña " y qr" equivale
en la "explosión' de los que estaban dentro. El a la ansiedad de castración del varón. Quiero men-
cortar papel (haciendo "picadillo" y "ensalada de cionar aquí la relación entre esta temprana situa-
ojos") representaba la completa destrucción de su ción de ánsiedad de Erna y su exttaordinaria inhi-
padre en el acto sexual. El deseo de Erna de bición para aprender, cooe*ión que he encontrado
morder mi nariz y reducirla a flecos, era no sólo despuéi
"E.t
en otros análisis 20. Ya he señalado que
un ataque directo contra mí, sino también simbo- u se produjo un cambio en esta inhibicióu
lizaba una agresión contra el pene incorporado ",
sólo después-del análisis de las capas más-profundas
de su padre, como se pudo ver en el material pro-" de su sádismo y de su temprana situación edípica.
ducido en conexión con esto 27. Su instinto epistemofílico, fuertemente desarrolla-
Que Erna atacó el cuerpo de su madre no sólo do, estaba tan intensamente enlazado con su in-
con el fin de tomar y destrozar el pene del padre, teáso sadismo, que la defensa frente a este último
sino también las hecós y niños, se &idenció en lai la llevó a una óompleta inhibición de un número
luchas que cada variedad de pescado, sucesiva- de actividades basatas en su deseo de aprender.
mente, despertaba entre la vendedora de pescado La aritmética y la escritura representaban en su
(su madre) y yo como la niña, en las que empleaba inconsciente viólentos ataques contra el cuerpo de
todos los recursos. la madre y el pene del padre 80. Ello significaba
Imaginaba además, como hemos visto, que yo, 28 Ver tembién mi Estad.los Tempranos del Conflicto
Edíoico. Contrib. al Psie. Ed. Hormé, 1964.
27 En otros análisis también he encontrado que los ata- z6 loc. cit., donde se discute la conexión entre le inhl'
ques dirigidos a mi nariz, pies, cabeza, etc,, nunca se re- bición del suieto en el trabajo y su identificación ¡ádica
ferían simplemente a aquellas partes de mi cuerpo como con zu madre.
tales; también estaban dirigidas contra ellas como repre- áo Sob.e este punto ver también mi trabajo pl-papcl d!
sentaciones simbólicas del pene del padre, ligadas o incor- la Escuéln en el'Desarrollo del niño. Contr' al Psico. Ed.
poradas por mí, es decir, la madre. Hormé, 1964.
98 MELANTE xLErN

destrozar, cortar y quemar eI cuerpo de su madre


junto con los niños que contenla y castrar al padro.
La lectura, también, como consecuencia de la ecua-
ción simbólica entre eI cuerpo de su madre y los TRES CASOS DE ADOPCIÓN
libros, llegó a significar una violenta extirpación
de sustancias, niños, etc., del interior de su madreEl.
Finalmente, haré uso de este caso para tratar otro D. W. WrNÑcórr
punto al que, a través de mis experiencias poste-
riores, le atribuyo validez general. Creo que no
sólo el carácter de las fantaslas de Erna y sus re-
laciones con la realidad, tlpicas de los cas'os en los Traducido por NoxrraÍ Ros¡Nsr"ltr
que actúan fuertes rasgos paranoides, sino también Extractado de El nlño y el mund'o er'tcrno
las causas subyacentes de estos rasgos paranoides Edicionos HORMÉ, 1964
v la homosexualidad a ellos asociada, son factores
lundamentales en la etiologla de la paranoia en
geqeral.

31 En su trabajo Some uneonsciaus in Re6d,lngs, LggO,


James Süachey ha señalado este significado lnconsciente
de la lectura.
D. W. WINNICOTT TNBS CASOS DE ADOPCIÓN

El doctor D. W. Winnicott, actual presidente de la Asocia- El tema de la adopción es muy amplio y resulta
ción Psicoanalítica Inglesa, es un famoso psicoanalista y pe-
diatra que ha desarrollado una prolongada activiilad en ar¡i- imposible agotarlo en un breve artículo. !" p."-
bas especialidades. Su Iabor de enseñanza y divulgación paiación para actuar en el campo de las adopcio-
es muy conocida y fruto de la misma son su§ Iibros Co- nes requiere un conocimiento de la ley,- compren-
nozca a su niño (pstcología de las prlmeras relaclones fa- sión dél desartollo emocional del ser humano a
mlltares) y El niño g el mundo etctemo, del eual hemos ex-
tractado estos casos que ilustran la utilización de conoci- partir de una edad muy temprana y también ex-
mientos psicoanallticos a problemas sociales y de educaci6n periencia en el estudio social de un caso. Qui-enes
de tanta trascendencia como la adopeión. Es muy claro Ia se preparan para capacitarse en esta tarea rcalizan
importancia que el doctor Winnicott atribuye a las primeras
relaciones de obieto y por consiguiente la conveniencia de estudiós sociopsicológicos baio supervisión, y se
laadopción pÍecoz, en contraste a lo que establecen la familiarfzan con la técnica necesaria para seguir
mayoría de Ias leyes de adopción de numerosos palses. eI caso paso a paso.
En realidad, sólo alrededor del treinta por cien-
to de las adopciones se efectúa a través de enti-
dades especializadas. El resto se realiza, en eI pre-
sente, a través de una terceta persona o mediante
la ubicación directa que hace la madre, aparte de
algunos casos más o menos azarosos. A menudó
ocurre que un ginecólogo o un cllnico encuentra en
el curso de la misma semana a una madre que no
puede conseñ/ar a su bebé y a un-a familia
Qoe pot-
un motivo u otro,- desea adoptar un
niño; ¿.qué serla más natural que arreglar una
adopciéñ? El niño se traslada al nuevo -hoglt
y hiego se siguo con el pro-cedimiento legal. No
p,redJnegarsJqre este tipo de adopción a menudo
liene éxitó y que sin duda, continuará .existiendo.
Es necesario señalar que una proporción de estos
casos fortuitos fracasa, y las sociedades de adop-
ción, frente it €sos fracaios, a menudo pueden afir-
rnar, y aar¡ variados motivos¡ que podían haber pre'
TRES casos ox .roopc¡óN 108
L02 D' ¡tr. wrNmcorr

decidido a adoptar un bebé están iustamente en


dicho el fracaso; un estudio sociopsicológigo a§e- ese momento maduros para la adopción, y una de-
realizado por las personas ap-ropiadas, hrr'
cuado,-permitido mora incluso de unos pocos meses puede ser mal-
biera frever ciertas complicaciones in- sana. Varias postergaciones y una demora, quiZÁs
-y, es posible-
evitabl-es. Por eiemplo, -todo,
detectar un
las sociedades de meses e incluso años, pueden hacer que la
*otiuo distorsionádo sobre
adopción ya no sea buena, puesto que los padres,
de adopción pueden impedir que- el niño sea en-
si bien siguen dispuestos a hacer lo que planeaban,
treeado* a una- muier neurótica en la errónea creen- han perdido esa orientación especial hacia el cuida-
cia"por parte del médico o de alguna otra persona do de un bebé pequeño, una orientación especial
de {ue,^si esa mujer tuviera 9n hijo que cuidar, que habían adquirido en el momento adecuado, en
rá Un estüdio social bien hecho, no sólo forma algo similar, aunque mucho menos intensa, a
"ü."ii*.
pr*i".r" desastres, sino- que también permite efec-
[uar adopciones que de otro modo no hubierau
la que los padres auténticos adquieren natural-
mente hacia su propio bebé nacido luego de nueve
siáo potibl"s; de6e recordarse que u-na . a{-opción meses de espera.
ir*"rüd" ,,ré1" t", desastrosa para eI niñó, a tal Una consideración de estas pocas observaciones
punto que habría sido mejor para él que el intento pone en evidencia que no es posible seguir ninguna
ni siquiera se hiciera.
iegla simple. Los estudiosos de este tema necesitan
Cabe preguntar: ¿existe algún argumento contra leér mucho material, y los médicos deben saber que
el métod; ,ñás profeiional? La objec-ión que puede el arreglo irresponsable de una adopción implica
hacerse contra una adopción cuidadosamente -pla- la falta de una verdadera comprensión de los facto'
,ruada v efectuada a tiavés de una sociedad se res involucrados. Sobre todo, no debe permitirse
aáopció'n, es la de que, por el hecho mismo del que las adopciones se efectúan para curar una neu-
cuidado qr" t" pone, a menudo se producen de- rosis adulta.
moras, que a veces son muy s-erias y pueden amri- El principio subyacente básico es el de que si el
,u. ,í"'brrena tarea. A fiil de asegurarse de que
bebé no puede ser criado por sus verdaderos pa-
un bebé es sano, se efectúan observaciones e inves- clres, entonces lo mejor es que ese bebé ingrese a
tieaciones. todo lo cual lleva semanas o meses, de una familia y sea criado como miembro de ella.
m"odo q.,e cuando los padres adoptivos-tienen por Además, una-adopción legal proporciona al niño la
ii" ul "ino con ellos va Ls mucho lo que ha ocurrido sensación de ser miembro de la familia. La idea
en la vida de éste. De hecho, por lo general se co- de que es posible criar a una criatura en una ins-
meten errores en el cuidado infántil antes de que el titución, aunque sea buena, y de que el mero cre-
niño se instale en su nuevo hogar, con el resultado cimiento permitirá convertirla automáticamente en
de que los padres adoptivos se encuentran con un un ser humano maduro, está desacreditada desde
p.oÉI"*" pslcológicam6nte -complejo además de con hace mucho tiempo. La tendencia interna al des-
Ll ,ño. Pir otra parte la adaptáción emocional a la arrollo y el muy compleio crecimiento emocional
idea de adoptar ün bebé tocá fuentes muy profun- de cada bebé requieren determinadas condiciones,
da¡ dcl §pr-It!.'plcpfa, Padres que por fin se han
104 D. w. trl¡{Nrcorr lBEs CASOs o¡:roOPc¡óN 105

v éstas no deben expresarse en términos de un efi- grupo. Pronto se puso en evidencia que los padros
óaz cuidado corporáI. Un niño necesita amor, -y deseaban una revisión general de todo el asunto.
;n; ;;; moüvoJ bien concretos. No se otrata de
incluso
La entrevista tuvo muchos tropiezos. Al princi-
Ñ; A medio o unade buena alimentación,
los padres, pueda formar a
pio, charlé con los tres iuntos. El primer intento
Ji cuidado amoroso de hablar a solas con el niño fracasó, y fra quedé
un ser humano, sino de que el cuidado amoroso e§ con el padre aunque aquél entraba y salía constan-
necesario para los procesos innatos del crecimiento temente de la habitación. Luego la madre reem-
--ni
emocional.
de tratar de describir las alegría-s y los
plazó al padre y,,'por último, el niño se quedó solo
i"" conmigo. Eventualmente tuve una larga charla
p"lig.ot inherentes a la adopción- de niños, he pr9- con la madre.
fe,rifr; presentar una historia- corriente. Como cual' El cuadro que se presentaba era el de un niño
ouier ótra. esta historia ilustra ciertos puntos, en deprivado", y al principio resultaba difícil com-
tlárti"rrtat d* qru el cuidado corporal no basta' prender cómo había llegado a producirse esa situa-
"l
bfi"r"o el caso á" .rr, niño adoptado por buenos ción, ya que había sido adoptado cuando tenía un
;;ú;; que llegó a presentar dificultades de las mes de edad (y legalmente a los cuatro meses), a
q""-"totá está áHendo. La adopción no fue ideal, través de una organización oficial de adopción.
i;" ;; es útil niíioaspirar siempre ál id93t EI hecho
It q*", si este resuelvá sus problemas, estará
; ir;; situación mucho mejor qui si hubiera (Los sido Historia familiar
en una institución desde el eomienzo'
"ri*áo
á"t"ll"t han sido alterados en aspectos de poca irn- Es un matrimonio sin hijos propios. Ya bien
portancia para que resulte imposible reconocer el avanzada la entrevista descubrí que antes de la bo-
caso.) da había habido un aborto. Las relaciones sexua-
les son satísfactorias, pero debido a una obstruc-
ción en las trompas de Falopio es difícil que se
WILLIAM, 4 AÑOS DE EDAD produzca un nuevo embarazo. Ello ha dado lugar
a considerables sentimientos de culpa, pero los pa-
Los progenitores traieron a este niño,adoptado dres están ahora en camino de recuperarse del
*i-"é"tíltorio debidb a la presencia de un sln- efecto producido por esos hechos. La madre no
"io*"' -ü gotpeaUa
"a
la cabeza. El nño había estado lamenta haber renunciado a su vida profesional.
sometido fratamiento en una clínica de orienta- A fin de crear una atmósfera familiar, estos proge-
ci6n infantil. La madre ha logrado una considera- nitores han aceptado varios niños sobre una base
ble comprensión a través del contacto con un temporaria, de modo que casi siempre hay otros
miembto^del personal de la clínica. El niño asiste
t-t"tiot semianales como miembro de un pequeño ' Seo utiliza aqul y en todo el texfo: el adielivo deprt-
"t oa.d.o privado como en medicina, con el significado de
ca¡encia de afecto y contacto materno. (N, del T.)
TRE§ CAsOs Pr ,roOPC¡óN 107
106 ó. w. wrNxrcorr

chicos en la casa aparte de William, lo cual ha


de animales a la madre, y parecía tener una rela-
constituido para él rina ayuda considerable. Ahóra
ción satisfactoria con ambos progenitores. Sin em-
los padres h'an presentadó una solicitud para adop- bargo, una cierta inquietud en él resultaba eviden-
tar á una niña, y ello puede concretarse, pero qui te. Dije a los padres: "Eso de golpearse la cabeza
representa una privación de alguna clase, y no veo
zás sólo luego áe una larga espera, como de cos-
tumbre.
como sobrevino".

Notas adicional.es
Historia pasada

No se conocen detalles del parto. La lactancia William nunca se chupó los dedos, sin que ello
se debiera a una imposición de los padres. Desde
natural duró tres 'semanas. La mamadera substitu-
yó rápidamente al pecho como una preparación los dos años o aún más temprano, ha adoptado ob-
jetos que acaricia con afecto en la manera habitual,
para el cambio que habría de producirse al mes de
pero una variación sobre el tema de los golpes en
edad. E., el momento de la adopción William era
pequeño pero sano. No hubo dificultades físicas
Ía cabeza se ha convertido en una técnica para dor-
áuiante lá infancia y no ha sufrido muchas enfer- nrirse. Se acuesta y se golpea la cabeza con el bra-
-años zo. Por lo común, la nota predominante es el deseo
medades. A los dos se le extirparon las arnig-
de hacerlo, pero el elemento compulsivo se puso de
dalas. AI principio pareció que no había trastor-
manifiesto cuando, padeciendo una seria diarrea, se
nos en el desarrollo emocional, pero poco a poco se
quedó despierto y comenzó a golpearse fuertemen-
tornó evidente durante la entrevista que ninguno
de los progenitores recordaba bien los detalles de te y hubo que sujetarlo. El niño repetía una y
Ir infañcia. A los dos años el niño comenzí a gol' otrá vez: "No puedo deiar de golpear", y se sentía
pearse la cabeza, síntoma que llegó a tornarse mu-y
muy mal. Otro rasgo consistía en_ q¡re nunca inten-
ierio. Solía sentarse contra la pared y golpear la tó salir de la cuna. En general hay una apatla
cabeza contra ella. Luego adoptó una silla especial
en su relación con el mundo. Incluso ahora nunca
para hacerlo. Hay una secuencia que se observa a se levanta a la mañana por su propia cuenta. Asi-
mismo, en el curso del juego libre se dirige a ve-
inenudo: primero, los golpes, luego una terrible ces por propia decisión a una silla predilecta y se
tensión, y luego flojedad, después de lo cual el niño
hamáca hacia adelante y hacia atrás. Con todo, si
se sienté cansado y tiene marcadas ojeras. Esta
conducta compulsiva se ha ido tornando menos evi-
le interesa alguna actividad, cosa que puede oeu-
dente, v en la actualidad está representada por rrirle durante breves perlodos, su concentración- y
persistencia son normales y agudas, pero ante Ia
sacudidás de abajo hacia arriba. A los dos o tres
años apareció un elemento sensual en su manera irerror frustración o herida irierde el elemento cons
de besar. tructivo, el juego se interrumpe y la desolación re'
Durante la entrevista, el niño mostraba figuras emplaza a la felicidad. En todas sus necesidades
hay un elemento compulsivo. No ha habido robos, ño y ahora hacen todo lo posible por compensar
excepto, quizás, el hecho de tomar subrepticiamen- su temprana falta, de amor; ereo que son verdade-
te un terrón de azircar o un trozo de torta. Su ramente afectuosoi y fácilmente aócesibles para el
imaginación es buena, pero resulta difícil separar niño. William es inteligente y cariñoso, aunqlue
esta observación de la actitud de Ia madre, puesto rnuestra una cierta labilidad del afecto. Tiene sen-
que en los últimos tiempos ha jugado con él más de tido común. Su dependencia con respecto a la ma-
lo que una madre suele hacerlo con un niño, en un dre es muy profunda en la acti¡alidád. Nunca ex-
intento de compensarlo por la privaeión anterior, presa ningún sentimiento con respecto a la madro y
y ha alentado el juego imaginativo ambos progenitores sienten qué ello se debe al
hecho de que la madre se ha mostrado incapaz do
manifestar sus propios sentimientos hacia eI bebé
Un indicio para el problema hasta hace muy poco.
Estando solo conmigo, el niño dibujó con gesto¡
Ya bien avanzada la entrevista, los padres se de- amplios e impulsivos. Pudo decirme qué esta6a di-
cidieron a hablarme de su incapacidad para esta- bujando y captar el lado cómico del ñsultado. Ca-
blecer una buena relación con el bebé cuando lo da vez que terminaba un dibujo se lo mostraba a
¡ecibieron. La madre había sentido culpa por el la madre. _Sus dibujos mostraban su capacidad pa-
aborto, y también resentimiento por el hecho de ra la acción impulsiva que ahora comienza a co-
que el niño no fuera su verdadero hijo. El padre laborar en el proceso de autoexpresión. Demostró
experimentó inesperadamente un profundo rechazo i_rnagirtación y-sentido del humor, y cierta capaci-
al conocer al bebé. Como consecuencia de todo ello dad para burlarse de sus propiaé idiosincricirs.
el bebé recibió cuidados físicos apropiados pero, Disfrutó del contacto conmigo y también se mostró
durante un cierto tiempo, quizás un año, no fue dispuesto a partir. En estos áspectos reveló quo
realmente amado; y, sin duda al comienzo no hub<¡ pam su edad, tiene mucho de normal en el d?c.
ninguna orientación especializada por parte de la arrollo de su personalidad.
madre con respecto a Ias necesidades del bebé, co-
rrespondiente a la que surge naturalmente cuando
una madre tiene un hijo propio. Estos padres no
pudieron amar al niño al principio, y sólo gradual- Comentaúo
rnente llegaron a asumir un sentimiento de respon-
sabilidad y una actitud de amor. Los padres nada La,adopción de este bebé se realizí en una épo-
podían hacer frente a esto en las primeras etapas, ca adecuadamente temprana. El estudio socio$si-
y tenían esperanzas de que las consecuencias no cológico resultó deficiente en el sentido de que no
serían definitivas, pero los golpes en la eabeza les se predijeron la_s dificultades que podrían expe-
hicieron ver que habían causado un daño. Por for- rimentar los p,adres. Uno puede dCcir que si-se
tuna, poco a poco fueron encariñándose con el ni- hubiera contado con mejorés padres adoltivos, el
niño no hubiera enfermado; no o/stante, no es de su propia incapicidad para tener un hiio es hasta
uinguna manera seguro que se e¡contraran mejores cierto punto, una vtedida de su propia salud.
padres, y el niño todavía puedé considerarse afor- En este trabajo lo que se busca iro es el ideal.
tunado de no haber quedado en manos de un cui- Cualq_uier método que proporcione a un niño de-
dado impersonal. Existieron factores inherentes a prlv_ad,o un hogar real y permanente debe ser bien
la vida personal de los padres que les impidieron reeibido. No obstante, a ia larga es el experto en
sentir amor por el niño al principio. Confiaron en estudios sociopsicológicos el que puede eiitar los,
que ello no tuviera un efecto negativo y trataron peligros, y el que hace los arieglol pára las adop-
de compensar esa situación proporcionando un cui- ciorles que resultan exitosas.
dado físico particularmente bueno; además en
aquella época no tenían Ia comprensión suficiente Muchos de mis lectores 1 estarán sin duda fami-
para comprender lo que hacían, ni bastante liber- liarizad-os con los problemas prácticos involucra-
tad con respecto al sentimiento de fracaso personal dos en las adopcionás, y probadlemente en una for-
como para estudiar los problemas vineulados con ryq e¡n que yo mismo nunca lo estaré. Por otro lado,
la adopción de un niño. Cuando el niño comenzó debido a la naturaleza de mi trabajo, que abar-
a desarrollar síntomas, ya se habían encariñado con ca dos décadas de práctica pediátricá-y psicoana-
él y, pudieron finalmente, con cierta ayuda, de- lítica, poseo una colnprensió-n del aspéctó teórico
dicarse a la tarea que hablan emprendido. Ahora que me es particularmente propia. No intgntaré
tienen un "caso" entre manos y se ven obligados a
-una visión amplia de loi problemas reiativos
d-ar
exagerar éste y aquel aspecto del cuidado del nlíro, al desarrollo emocional, que iicluye cosas tales
a fin de satisfacer sus necesidades, es decir, haeen como el descubrimiento del yo, la maduración gra-
psicoterapia al tiempo que disfrutan con la crianza dual de cada individuo, y loi cambios en la folna
de un niño. Ocurre que están contentos de contar gn que el factor externo reviste importancia, y que
con una oportunidad para corregir los efectos de su llevan a la socialización y abarcan él vasto aorniirio
propia deficiencia anterior. Tienen éxito en su do- de Ia naturaleza humana misma. Tampoco inten-
ble tarea, y aunque en la actualidad todavla cabe taré enseñar detalles teóricos.
decir que este niño tiene más probabilidades que A veces resulta difícil, quizás por motivos lega-
una criatura normal de desarrollar un carácter an- I-es, hacer estudios referentes al
-destino
posteñor
tisocial, no obstante, si los padres perseveran, como de Ios casos de adopción, pero en este seitido mi
parece probable, tienen buenas posibilidades de condición médicol en Ia lrráctica privada y en lo
criar un hijo que contribuirá eventualmente a su que solía_ -de
llamar_se un hospilal gratuito, *e ha pro-
felicidad. En mi opinión, serla conveniente quo porcionado muchas oportunidades para ser conlsul-
se les permitiera ahora adoptar una niña. tado durante largos párlodos por pforer que üenen
Un hecho importante en este caso es la estabi- r_ Estg artículo está basado
lidad del matrimonio, y retrospectivamente se pue- en una conferencie pronun_
c-¡g{a el 5 de diciembre de lg58, ente Ia- Assác¡iiloi:of
de afirm¿r que la medida de su perturbación ante Child, Care Officen (Aree Sudestj).
hijos adoptivos. Me propon go ,/iliru esta clase padres que los cbncibieron son desconocidos e inal-
de experiencia y hacer algo r4ás que describir a canzables, y su relación real con sus progenitores
dos niños, Peter y Margaret, adoptados por una fa- adoptivos no puede llegar a los límites más irrimi-
milia. No obstante, quisiera señalar que la teoría tivos de su capacidad para las relaciones. En al-
está siempre en el trasfondo y me permite evaluat gunos casos en que existen dificultades, este rasgo
lo que los padres o yo hemos hecho intuitivamente, adquiere tal importancia que, cuando crecen, los
y mantener un sentido de la proporción, asl como hijos adoptivos se dedican a investigar su propio
utilizar esa maravillosa terapéutica sobre la que se origen, y no se dan por satisfechos hasta que even-
llama la atención en el dicho de que "el tiempo to- tualmente encuentran a uno de sus verdaderos pa-
do lo cura". Quiero mencionar que ambos proge- dres o a ambos, Esto no sucede en el caso de los
nitores habían estudiado psicología y se hablan so- dos niños que voy a describir, pero también es
tido a tratamiento psicoanalítico. cierto que sólo puedo darles datos sobre los fenó-
Antes de comenzar a relatar esta humana histo- menos superficiales. Ambos son ahora adultos y les
ria, quisiera darles unos pocos datos y concluir con va bien, pero si tuviéramos un conocimiento aca-
un breve resumen teórico. bado de ellos seguramente encontraríamos que que-
En primer lugar, si todo anda bien con Ia adop- dan algunos problemas. EI siguiente fragmento de
ción, entonces la historia es una historia humana una carta enviada a la madre adoptiva de Marga-
corriente, y debemos estar familiarizados con ret por una de sus amigas más lntimas, es de interés
trastornos y contrariedades de la historia humana en este sentido:
corriente en sus infinitas variaciones, si aspiramós "No puedo recordar una sola ocasión en que Mar-
a comprender los problemas inherentes a la adop- garet hablara con pena, amargura o desconcierto
ción. sobre el hecho de ser hija adoptiva, . . No creo
La segunda indicación es la de que aunque una que Margaret se haya'preocupado' por serlo, pero
adopción resulte exitosa, siempre implica algo dis- durante los últimos seis años se ha preocupado por
tinto de lo habitual, tanto para los padres como pa- las cosas y se ha sentido triste con respecto a algu;
ra el niño. Por eiemplo, en los niños se altera el nas, como ocurre con todas las adolescentes, y el
sentimiento de obligación, y ello puede provocar hecho de haber sido adoptada parece haberla tor-
dificultades incluso en una época posterior. Los nado más sensible... pertenece a ti y a Frank tan
tienen que agradecer a sus propros
niños no trenen
nrnos propios pacres
padres irrevocablemente que, segrlrn creo, carece de toda
por su concepción, aunque sin duda pueden acu- curiosidad con respecto a Ia adopción en sf. De
sarlos. Pueden considerar que sus padres experi- todas las personas adoptadas que conozco, Marga-
mentaron algo muy valioso para sl mismos en tódo ret,es la que da la impresión más fuerte de no
lo que llevó al momento en que se produio la con- serlo, es decir, de no tener conciencia de ello. Sé
gepción. Bn el caso de los niños adoptados las co- que ambas somos a veces muy insoportables. . .
sas no son así. Cualesquiera que sean los términos ¡ambas meditamos sobre las iniquidades de nues-
con que se 1o exprese, el hecho sigue siendo que los
tL4 D. W. \TINNICOTT \ fnÉg cL80s or ¡,oopcréN 115

tros padres!, pero fund.amentat*o¡4" no nos pre- complicaciones producidas por el malejo defec-
ocupan realmente." ,/ tuosó del niño antes de la adopción. Sobre los pri-
El tercer punto surge con bastante claridad; mu- meros podemos hablar en general y aplicar a todos
cho depende de la historia del bebé antes de la los casós principios amplios. Con respecto a los se-
adopción. La enorme importancia de este elemen- gundos, existe sin duda una gran variedad seg{rn
to me lleva a criticar la legislación y los hábitos los casos. Mediante un estudio de la historia tem-
de adopción que implican demoras; además, creo prana, si disponemos de ella, es posible predecir
que cuando ha habido un mal manejo durante los a los padres adoptivos cuánta dificultad encontra-
primeros días y semanas de vida, un bebé resulta rán ytescribir la naturaleza de los problemas de
necesariamente una carga y se debe informar ple- mané¡o que pueden surgir. Si en el momento de
namente a los padres adoptivos. Ello explica por decidir una adopción conocemos la historia tem-
qué las adopciones arregladas por personas no es- prana del niño y el grado de falla ambiental que
peeializadas (médicos, por ejemplo) a menudo re- áebe haber complicado esencialmente las etapas
sultan exitosas. Yo mismo he tenido alguna -expe- más tempranas de su desarrollo emocional, estamos
riencia en este sentido. Lo importante es que, si en condiciones de precisar por adelantado hast¿
bien los padres aceptan naturalmente las cargas donde los padres adoptivos tendrán que proporcio-
que resultan de su propio fracaso parcial en el tem- narle un tratamiento en lugar de un cuidado comrln
prano manejo de sus hijos (y el fracaso parcial a y'gran
corriente. Aquí Ios problemas se relacionán en
menudo es inevitable), ¿aceptan con igual facili- medida con la psicología del niño deprivado,
dad los fracasos ajenos, y toleran las cargas que ! cuando la historia temprana no ha ambiental,
sido bastante
corresponden a fallas ambientales previas a la buena con respecto a la simplicidad la
adopción y por las que ellos no pueden sentirse madre adoptiva no recibe un niño sino un caso, y
responsables? al transformarse en madre se convierte en terapeuta
En el caso de los dos niños que voy a describir, de un niño deprivado. Puede tener éxito, porque la
se verá que el primero, Peter, tuvo un buen co- terapia que realiza es exactamente'la que el niño
mienzo, y que la mayoría de las dificultaclls surgi- necesita, pero en todo momento lo que traga- como
-lo
das en su manejo constituían problemas humanos madre y que el padre haga como tal, y lo que
corrientes. El segundo, Margaret, tuvo un mal co- ambos iealicen iuntos, tendrá que hacerse con ma-
mienzo, y las dificultades que aparecieron corres- vor reflexión, con conocimiento de lo que se está
pondían, en su mayor parte, al tipo que se hubiera lraciendo, y muchas veces en lugar de -una sola de-
podido predecir en el momento de la adopción. bido a qué la terapia se ha introducido como una
Por lo tanto, divido los problemas de adopción complicación del buen manejo corriente.
en dos amplias categorías; en una incluyo los pro- También se debe señalar que, debido a que la
blemas que coriesponden simplemente al hecho adopción puede convertirse tan fácilmente en una
de la adopción y que son presentes, aunque pue- terapia eñ el sentido descrito, resulta aún más
dan no provocar ansiedad; en la otra incluyo las impórtante que los padres adoptivos, más que los
ll0 D. w. l,IlrNNrcorr
i''
rnEs easos os ADopqóN ll7
c'otrlontos, conozcan muy bien a sus hijos. Quiero En la insütución de adopción eligió de inmedia-
docir c¡uo, mientras qué el niño. corriente resulta to un bebé particularmente sano y simpáüco; pero
muy onriquecido por la experiericia de alcanzar el ese bebé, aunque ilegítimo, no podía adoptarse ya
oú¿úuc adulto con la ayuda permanente de su pro- que pertenecía a una persona empleada en esa ins-
plo hogar, en el caso del niño adoptivo cabe decir titución que se ocupaba personalmente de él y
guo si el hogar se desintegra por algún motivq lo amamantaba. Decepcionada, la mujer partió sin
ollo constituye un fracaso no tanto, del enriqueci- haberse decidido por ningún otro, pero después
miento como de la terapia, y es probable que el de breve tiempo la madre del bebé elegido se dio
resultado sea la enfermedad del niñs, sobre todo cuenta de su incapacidad para proporcionarle un
una organización de üpo antisocial. buen hogar, y se hicieron los arreglos necesarios pa-
El propósito principal de lo que me propongo ra que fuera adoptado. Se decía que el niño era ex-
decirles ahora es el de recordales, aunque no lo cepcionalmente fuerte, y su supuesto padre, un via-
necesitan, que cuando se entrega un niño a una jante de comercio, era un hombre de excelente fí-
tracción para ellos, sino de una alteración total de sico. El niño tenía 10 meses cuando lo adoptaron;
su vida. Si todo sale bier¡ pasarán los próximos se acomodó de inmediato a la nueva situación, y
veinticinco años resolviendo el enigma que uno se desarrolló con toda naturalidad, salvo que era
les ha planteado. Desde luego, si las cosas no salen desusadamente fuerte.
bien, y muy a menudo eso es lo que ocurre, enton- Su progreso se vio interrumpido poco después
ces uno los compromete en Ia difícil tarea de la de cumplir 2 años cuando su padre enfermó de neu-
desilusión y la tolerancia del fracaso. monía y su madre de influenza. El médico que los
En el caso de Peter y Margaret, todo salió bion atendla afirmó que el niño debía ser alejado debido
al final, es decir, hasta ahora. al riesgo de contagio, y al comienzo lo trasladaron
a la casa de unos amigos. Ello resultó saüsfactorio,
pero'hubo que llevarlo a casa de una tía, donde
PETER pronto se cansaron de é1, de modo que pasó a ma-
nos de una cuidadora rentada a la que conocla. El
En L927, en los primeros dlas de la adopción le- niño se sentfa feliz con ella, pero a veces, en el
gal, una mujer acudió a una sociedad de adopción transcurso de una comida, dejaba de comer, las
para elegir un niño. Esa mujer, que en su infancia lágrimas corrlan por sus meiillas y decla: "¿Dónde
habla tenido siempre una gran familia de muñecas, fue?" ( Obsérvose que la palabra mamá habla des-
era ahora una profesora culta e inteligente. A los aparecido.) Cuando su madre eventualmente vol-
cuarenta años se casó con un abogado, un hombre vió a buscarlo él la vio pero no se le acercó, de
de excepcional capacidad, muy culto, algunos años modo que ella lo alz6 y no le hizo ninguna exigen-
menor que ella, y de constitución algo débil. A los cia; el niño simplemente puso la cabeza sobre su
4[i años, y al no haber tenido hijos propios, decidió hombro y comenzí a sollozar. Ya de vuelta en su
adoptar uno o d65 niñqs. casa, mostró en formas indirectas que había pasado
119 D. \r. wrNNlcc|trr
TRES casos »¡ ¿oopcró¡r l1g
muy malos momentos. Oía balar a un cordero, y
Ia madre decla: "El cordero en Ia escuela y a su pésima Ietra. A esa edad. es-
lf p"¿ia,
pero de.-pronto la encontrará',. -El ,, ..yo
" **Á4 t1b," url plena posesión de su fuerza física, y los
cántestaba:
no lloré". nad.lqs tuvieron que aceptar el hecho de que no era
Les digo posible encauzar a ese muchacho altamente inteli-
. _todo esto para mostrar cuán sano era el gente llacia el trabajo- académico. pude ver que
niño y también su ambiente adoptivo. el
deseo de Peter de tiabajar como maquinista no pá_
- Confue
Peter
el correr del .tiempo,_
enviado a la esárráh,",rirrdo
tenía g años,
Iejos a"ifrog"..-
día canalvarse hacia la- ingeniería, ffi-significa'ba
estaba convirtiendo en un *ráh"áhito
-mu/frerte,lá trabajar en una oficina y ñacer aibü¡os. Era fácil
reservado, y_ bastante parco en sus demostraciones que llegara a temer su propia fuerza.
de atecto. Le resultaba difícil volver a la escuela Cuando dejó Ia habiendo conseguido a
,,
cturas "sc-uela, los padres,
penas su certificado,
después- de las vacaciones y no q""ri" q"" si[uiendo
lo visi- mi consejo, le permitieron estudiár meáánica. En_
taran allí.
No disfrutaba con los juegos, y pasaba gran par_ tró a- t¡abajar en los-talleres del ferrocar¡il y, al
en et tailei rñecáíü ;; i" ;á;,; pringipi.o, se sintió aburrido haciendo cosas que
T 1,"] ,r?,"po
escolar. t
Los padres se preguntaron durante *ucho ya había aprendido en Ia escuela. Me preocripé
üempo cuál de las dos inclinaciones se impondría, especialmente de que trabaiara bajo Ia sulervisiSn
si su pasión por las cosas mecánicas t su interés p-ersonal de un hombre qrá fuera" más fuerte que
por. los animales y por todo aquello que crece. é1. Después de una cartá que yo envié, peter fue
No trasladado al taller de má{uinás_ antes'd; ü q;;
tenfa amigos y Ie molestaban las visitás durante las
vacaciones. En Ia escuela se lo consideraba comó él mismo había esperado, -y realizí progresos in_
problema. Su letra era uniformeme"t" á";p;;: mediatos. Xn esa.época vivía ..ri cipataz ju-
¡p
lija, aunque el trabajo escolar ,"riirááó-"" h óasa btilado; ambos hacían el trabajo "o.,
de la casa^y ,u
era-pas_able. EI resultado de un test de inteligen¿ii c¿rgaban de cocinar, y se t"enían mucho'afecto. "rr_
realizado en la escuela fue de I15, peio otro, to_ Cre-o que e_sto resultó muy importa"té á"1sa
etapa.
mado más cuidadosamente en et t"átii"io Nacíonal Todos estábamos de acúerdd q,ru
de PslcoJogía Industrial llegó a l3g. f" fo, irrfo.- cho nece.sitaba organirar su propia"on vida, "f;;;ñ;-
incluso
mes de la escuela apareceri ocasionales referencias en. Ios_más pequeños detalles, pero necesitaba tam-
a un cierto exceso de confianza en sí mismo, y tam_ bÍén el a.qoyo que sólo pueden proporcionar aque_
bié¡ a su manerá satisfactoria d" Uos que_tienen un conocimientohái amplio de las
cautela cosas. Pronto se compró una motocicfeta y co_
y deci_sió_n; se afirmaba,_ asimismo, "o*¡i"or
qrr" ur" sensato, -
rnenzó pasar los finés de
controlado y con sentido del humo-r. Demostrabá ! semana ,r, tíog"r.
Más,tarde.regresaba todas_ Ias_noches y"r,en esa é"po_
tremendo interés y gran energía en lo relativo a
sus hobbies, y ningún interés por las niñas en ca_el jardín era su gran hobbg
esta
escuela mixta. _-P":p"ér .de.alggnos. años ingresó en una empresa
A los 16 años acudió a mí debido a dificultades ,T1, lTpgrtante. del interior, donde trabajabá en
los talleres de investigación. Allí conoció á t,
¡o-
I2O D, w' W:INMCOIT - TRES cAsos DE eoopcróu lLl
ven con la que luego se casó. Nada de esto dijo cado, bastante independiente en el manejo de sus
en su casa, pero su madre sospechó que algo pá- propios asuntos.
s3.ba po_r-que regresaba menos seguido al hogar. - Se habrán preguntado en qué momento se Ie
dijo
Cierto 4l^, y a,este niño que era adoptado. Creo que eso
-siendo lombre de locas palabias,
preguntó en forma ocurrió cuando tenía B años. ya habla pregun-
indirecta si podía tráer a su
amiga a la casa. La joven habíá tenido una in_ !"4o y obtenido respuesta sobre cómo ,raieri los
fancia desdichada al cuidado de una tía a la que bebés. La madre le dijo: 'En realidad, tú saliste
no qriéría, y por lo tanto la boda debía realizalle de adentro de otra mujel no de mí. Ío te tráie
en eJ ]¡69¿, de P-eter. No quería iglesia, alboroto, c-onmigo porque tu verdadera mamá no podía cü_
un dlt c.gm_g cu.alquier otro o me sántiré'muy des- darte". Pareció aceptarlo fácilmente, y ,irro, po"o,
graciado". Y_así, con el mínimo de ceremoniá, este dras ctespués, al ver una reproducción de Mona
hijo 9e un abogado conocido y respetado se casó Lisa,en Ja pared, dijo:__"¿FtL ésa la señora que
en el registro civil, sin otra cbmpafía que la de me llevaba dentro de ella?" (Su expresión verLal
los testigos. Los recién casados eicribier-on: .Cra- siempre fue buena.) Al cabo'de unós pocos días,
cias por un se estorzó por.-conseguir
{ruy agradalle fin de semana,,, y co- _q_ue su madre adoptiva
menzaron su luna de miel una semana después. Ie dijera que él había salido de su interior,'per<r
Ahora viven en un remolque, que peter compró aparte de esto nunca,se refirió a su adopción. Am_
con que Ie p_restaron sus padres,-aituaüdad
pero que
bos progenitores estan seguros en cuanto a este
-dinero- punto.
él devolvió escrupulosamente. Én la
dirige Ia construcción de su casa propia. Tieno Entre las dos adopciones, la madre realizó al-
una hija de 2 años, y la actitud de pétei hacia ella gun1 tareas p-ara la Sociedad de Adopción, en_
'siempre_ trevistando padres y controlando dos ,.r6i"a"íoner.
es bastante curiosa. dice: 'La voy a criar
dura, a ml me cuidaron demasiado cuando era Lle-gó a_la conclusión de que los padres que de_
chico". No se sabe de dónde sacó esa idea, a me- seaban dos o más niños eian más'profund'arrr"rri"
nos que se refiera a que su madre era demasiado aptos para Ia adopción que quienes-sólo pensaban
ansiosa y- a veces frustradora. Cuando niño, él se adoptar uno. En esa ép_oca se trataba de óonseguir
mostró afectuoso hasta que comenzó a ir a la es- niños de clase adecuada para Ios padres adolpti_
cuela, La madre dejó dé besarlo en ese momento vos. No obstante, Ia discrepancia en-cuanto u
porque era evidente que él lo prefería así. Nunca social gn el caso de Petef no ilevó a un desastre
"üs"
decía "gracias", cosa que hubó que tolerar, pero porque el niño era sano en términos del desarrollo
emocional, y
clesde que se casó todo eso cambió e inclusó se _debido a la tolerancia de los padres,
muestra abiertamente agradable y escribe largas ePenes no sólo lo aceptaron a é1, sirro tam6ién su
. cartas a sus padres. elección de una espósa entre Ías operarias del
De modo que tenemos aquí un hombre fuerte taller.
y sano de 26 años, esposo, pádre, y téenico califi-
122 D. w, \¡aNNrcoir
. rREs casos DE e»opc¡ó¡v Dg
ma gqe, de otra manera, podría haber constituido
MARGARET un defecto permanente de-la perso"atiaaü basaáo
Cinco años en el descuido de Ias etapas -*á, t"*prárr;-T;
de_spués de adoptar a peter, estos madre curó el defecto de-la personalidad en tér_
mismos padres adoptaron a Margaret, un bebé cle
once meses. Los celos de peter fueron sólo muy minos del defecto ocular. En -el tratamiento de la
superficiales y en cambio se mostró abiertamente desv-iación, como se sabe, hay en que
complacido. Cuando se le diio que la niña era el niñ_o mira y ve una jaula con "" "pá.uto
,r, oio, v ,r, oáiár.,
delicada, contestó: "Doble motirro pa.a conser- con el otro. Cuando Margaret intentáÉí h;¿";;;i;
varla". en presencia de su madre, d_ecía,que el pájaro es_
taba en Ia jaula para complacerla'. Al liader ésie
Margaret era muy distinta de peter. No sé has-
-ejercicio en el coniultorio, el especialisia
mismo
ta d_ónde se aceptá en general que una crietura podía descubrir cuándo la niña méntía.
-ia
pueda ser una persona muy pertuibada a los oirce madre
sintió que Margaret había descubierto la ,*d";
meses de edad, pero Margaret presentaba trastor-
nos moderados. Pesaba dos kiloiramos v medio en
en esta situación con el especialista, v hubo un
rnomento de cambio que resültó signiiidativo cuan_
el momento de nacer, y quizás hava habido-inten- do vio. al_pájaro en Iá jaula po, i.iá"r, vez. La
tos de eliminarla con drogas. Su padre legal y su
curación.de Io-s ojos significó óurai_algo i" p"r_
padre supuesto eran ambos oficiáles sublalternos
sonalidad de la niña, y un período "de""
de la Marina. La madre carecía de dinero. El mentiras,
engaños y _timidez en el tratamiento precedió a Iá
bebé había padecido hambre y había enfermado
curación. Como señaló la madre: .Li niña ,pr"r.
de neumonia. Cuando la ado¡rtaron, era delicada'
y tímida y altamente sensibli al ruido. Nunca dió la verdad con el especialista,,. La posibilidad
quiso gatear. Necesitaba mucha atención y, sin $e ve¡ con Ios dos ojos áI mismo tiemÉbionstituvó
duda, siempre ha estado un año o dos atrasadá con
Ia primera victoria. La lucha de la hadr"
respecto a su edad en el desarrollo flsico y emo- terapeuta de esta niña asumió esa forrrta particular.
"oáo
cional. Así Ia_ madre y la niña tuvieron una relJción mu.,
estrecha en torno de una tarea. EI cuidado espJ-
, Burena parte de lo relativo al temprano manejo
de Margaret debe da_rse por sentadai pero me pa- gial,de, los ojos comenzó a los diecio"há-*"r"r, y
desde los 5 a los 7 años Margaret se sometió a'uí
rece importante que los primeros añol de su vida
intenso adiestramiento oculai dos veces por día.
frayan estado dominados por un tratamiento ocu- EI cuidado especial. de- la vista se prolonfió hasta
lar. A los 18 meses presentaba una evidente des- que Ia niña cumpJió lS años, momeinto en que se
viación hacia afuera y llevaba anteojos. Los pa-
dres encontraron un excelente especialista y ta ria-
Ia consideró curada y se le permitió que ab'ando_
dre se dedicó a corregir esa diwiación como si nara los anteojos. Cuando lngresó cimo pupila
fuera lo único importante. Creo que eso posibilitó en una escuela estaba en la mitad del tratamien-
Ia recuperación posterior de la niña de uñ proble- to, y ello ao[§tituyó una fuente de dificuha¡e;-;
lZ4 D. \r. ¡IaNNrcorr
aREs casos up eoopcróu l4l¡
lf:"ffiHmr1_recha-zara a ra diréctora, Iaba tener üna amiga del alma, ead.a
traramiento. euien vez qué en_
ei- iri"iirráJor,no", contraba una, descúbría también -rt!o 'ira"."rble
en ella.
3# ilI;}ü;i 1Y:ti:1l+,t&;l of 6:'" 3"uP-":
.raroo
l,"Pf, que era adoptiva. En Ia escuela no
^hija
en convertirse en una fuénte de disturbios,
incluso durante las primeras ,;;;;;,
Sus amigas eran menores que
i"" ,r, estada.
"llr. f"l, casa de-
furálur;i**n'$*g*';#iffi bía,tener. siempre Ia últimá pri;b;",";;;zaba
madre y trataba siempre de ponerla de a su
mal hr*or.
,. En su casa com( No obstante, er^ vluar, u*'"it"ble
gd? qlq ;"-r;*Éí y muy afectuosa con todo el murdt]f lrr"antádora,
ñemost.ó su
f:F'""lHrr","H"#ffi ""-,"; comprensión de Ios problemas relativos
ráá'"üá a su mane_
-qi3J"'"'3;i",:1,"f'^J '"n" il," Io, ot.o. io, exctamando ciertó _día, con l;; i;;;;; Ilenos de
muñecasr "Toda esta familia
-irr""u ááier-. Tenla
tSi**#"',,*::"'*"$ffi*::':;l;.?:1",ll: una rica imaginación. Durante una- de sus
vistas conmigo dibuió rápidamenie';;i"ú entre_
fieuras, desnuáos, pr.t"r-á" ü;_
¡i1a, ;;rü diversos
¿i;i,g[*****r-i*,tü+l# obletos; y en un. caso hizo un aguieró
de una muier. Antes de eso había hecho
de_dibuios"de niñas aár""a1,
en el vientni
jr'"r""ar.una serie
arffit ;ijff"ii-cuando
En ásá ;p;;;":^:"t 9"
Margaret tenía 10
entreviltas personates. estable -caráerei débil
"" unürácter
SL{ maestras opinaban qué tenía
in_
que encontré p"'",loiaá,
- peir".kra"j'dominan-
f
Irll-tt'damente i'jü sus- compañeras sue, según
;ffil,H ff
once meses.
"r"
"'"?"#iJ'üilt,'",t*:rn
s" .orrill^,caracterizado "u"náoiJrrii
* ;i f5,^-11,1-poder,sobre
ras quejas de éstas, utilizaba para obligarlaí
porta-rse mal incluso

}i?P: las , ,escondía


-contra su-propia viluntad.
atimentos-á rffi;: rvrrrgriut
a

xx.r :lntt1qr$;,¡:"',ru,,*,rnl* senüa.que


lo
_pocas reglas y disciplinas existántes
r". te aplieaban. Era una mentíiosa eonsumada.
-
uon tocto, intervenla en defensa de srrs compañe_
ras. cuando éstas se encontraban
:t',rr$x':li'#:*f; e:ti:,'H,:7,lH,,trj::ff; aili"ritra"r.
""
Aconseié que p_asala ,rn p"rlodo-i;;ü;"
en su
casa
-a pe,sar de los bombaideos, y fue entonces
cuando Margaret aprendió a to"ár'"i v,.nlír.
ru;t*i*i+t¿iq":-*¡':, menzó a tener muchas dificultades con Ia comida
y a sentir temor de quedarse_ encerrada
Co_

t, a o".i'íniü i"ü""i ri"::,ffi


",' :TÍX{I,"J ;#t Parte' Ahora ya podia ir a la e¡puelu pn ", ,l"l!"",
Eaunl
nA D. $/. \rrNmcoTr . TRE¡ casos »¡ ¡.porc¡óiv lr7
primer_ período escolar Ie resultó muy encontraron, como es natural, que algunas de sus
!,o¿ 1l,"ro.,ol
drtÍcil., quejas eran, justificadas. N,Iargarét esta--ba siempre a
Si,emprg estaba a_ punto de escaparse, para
punto de abandonar sus estudios, y sus padrei de_
lc' c-u-al planeaba robar dinero _ siempri neceiita_
ba 30 chelines-. En esas circunstan'cias, Marga- blan estar constantemente dedicad"os al inaneio dt
ret desarrolló una marcada dependeneia con res- situaciones difíciles y de su ansiedad. A la edád de
pecto a una asistente social psiqliátrica que se en_ 19 años p{regi3, Ia opinión de su madre, una
contraba p_or casualidad en -el i,rgar, i1"i"" ü_ jovencita de 17. ¡egún
Durante el curso de estos estudios .
maba con frecuencia por teléfono "y por" 6 que fue repitió las dificultades que ya habla tenido en el
visitada todas las rroches durante álglrr", semanas. internado. Por ejemplo, tuvó que regresar durante
un tiempo a su casa para trátarse porque sufrla
.d.u y"
Se trató período crítico, pu.o l* niña pudo
así adquirir le confianza necesaiia como para per- serios dolores de espalda, y mienhás eituvo allí
manecer en Ia escuela, y su madre desairolló'sus se mostró sumamente difícii de maneiar. Era ne-
muchas cualidades positívas. A los IB años, la se- gligente, perdía el tiempo y se mostíaba descon_
cuela de su_ fobia previa con respecto a Ios ómnibus tenta. Las.cosas siguieron ásí durante seis meses,
se convirtió en un deseo de trabajar como guarda con dolencias constantes. Se enfermaba cada veá
de ómnibus. Tocó el violín ,ri concierto. v se Ílr" ,t1t, pad'es se iban de vacaciones, pero no se
comentab_a que tenía gran", sensibilidad p"á l" ros oeJaba saber hasta que regresaban.
pglle3a. Jugala muy -una bien ál tenis. Además, i" En la escuela donde estudiaba se mostraba bon-
lidad paranoide de su personalidad pareció haber ",r"_ dadosa c_on los niños, pero muy celosa v abrumado_
desaparecido_ en la épota en que sufrió de ne,¡- ra eI personal. Désarrolló'una téciica median-
-con
monía estando en la eicuela, y s-, madre, que siem- te la cual conseguía que sus padres gastaran en élla
-de
pre había tenido qrre promáterle que po-dl" -siempre un poco mái, a fin aHüar una tensión
tar con ella si se enfermaba, sintió errt^or"", "orr- bastante molesta. Siempre_ n_ec_esitaba lo mejor, sin
que
podía d-ejar _a Ia _niña en la escuela para que óoi_ tener en cuenta Ias posibilidades de los paárás- ,,
daran de ella alll. Margaret pudo'aceptar esos se negaba a llevar rópas no frleran
Incluso se daba cuenta de _que il.f""t"í.
que convertlá h vida
cuidados y recuperó Ia salud. S^u último áño en el
interna_do fue muy feliz y se rodeó de numerosas familiar en un infierno". ño obstant", ,,
amistades. Gracias a la-constante ayuda de sus impuljo fin-al siempre lograba aprobar lós "or,
exáme_
padres en el hogar pudo concluir sus estudios. nes. Deió de robar y.de ingeniaise para ser objeto
de dejar la escuela, Margaret decidió de robos, y- las mentiras fueron reemplazadas por
-Después una compulsión a despertar piedad los de¡¡iás.
Bdiestrarse para el trabajo con niños. Las primeras
ejapas de su carrera fueron precarias; era- el tipo I.o mejor en su vida era la música. "ñ
Le decía mu_
de qu€ se ingenia pará que le quiten cosas, chas veces a la madre que era mala, y se
-persona ¡actaúa
se la trate mal y se la descuide án todai las formaí de la &rrma en que srs a*igas más ricas la malcria_
posibles. Sus padres consideraron todas esas cues- ban. Como ya había ocurrido antes, el cambio en
tiernes y lap naneiaren eon uq triterlo realista, y
su acütud se produjo cuando contrajo una enfer-
casos »¡ e¡orc¡éN L29
128 D. w. w:INucorr TRES

medad v fue tratada y atendida en la escuela y no día Margaret se sinüó íncapaz de tolerar la con-
ptáurtte que esa enfermedad hava ducta grosera y desagradable de una mucama pera
;;;*"át;: rt con Iá madre, y la reprendió severamente. La mu-
sido de origen neurótico'
y cama le respondió: "Pero usted misma es muchas
Ya por ese entonces su madre tenia 7-2 años veces grosera con ella'. Y Margaret le dijo: "Eso es
t""ti, los efectos de la tensión'
-"?"
";;#;ilu Margaret comenzó a interesarse rnás distinto; es mi madre".
nrofundamente en su trabajo con niños' y.llegó
"*"¿a, a
promisoria' aun-
í;r";;;iJ;;;d" como una alumna dificultades previa-s' RESUMEN TEÓRICO
;"-;;;t;;ó algunas de sus a madre: "Quizás te
É;ffiñ;"]i;d; decir su
escuela por El primer niño, Peter, adoptado a los diez meses
üri;$ saber'qire ahora -''o dejaría.la sintió entonces re- de edad, tiene ahora 2,6 años. Ha tenido una expe-
,ráá" á"t murrdá'. La madre se
lo que había pasado' va que riencia infantil normalmente buena. Su propia ma-
ffiñ;ilpár todo
dre lo amamantó y lo destetó y durante casi todo
i^-rirlabra cónsuelo demóstraba que-N'largaret -te-
;i#ñ;";;;;i" á" tu' dificultades que había ose perlodo no tuvo ninguna intención de separarse
ffit:ril- É;-;;;;p"ca l\Iargaret con.renzó a leer del niño. Tuvo que hacer frente a los trastornos
d.e todos los provocados por el cambio de ambiente y a la pér-
iii"r"rt"t" seria. Poiúltimo, y-después siem- dida de su verdadera madre a los diez meses, pero
trt";a;; d" ,úundo'o y de Írabef necesitado
i; sus exámenes con ya para ese entonces había sido destetado y se ha-
;;';;;; alentará, aprobó
dos exámenes bla establecido como individuo por derecho pro-
";;"T;;;''i*liri"""i""ei v Tndió pio. En el caso de Peter, por lo tanto, los proble-
'"áiÜr.ñái"t," pretextó $e lue .su hermano
ffiil;;,ár" "ü-el
q"" debía hacerlo' Consig,ió un em- mas que surgieron tenían más que ver con todo lo
cuidado- relacionado con el cuidado infantil corriente que
;ffi;;;;tdá, l""e;á" haber.lo elegido más
con la adopción en particular. Es mi opinión per-
:';;;;; ñ;tt" "i"o'T'"' elt"i" cria[ura gana ade-
que le pareció
bas- sonal que lo mejor para un niño es que su verda-
ffiü;';h*, á" v
tante dinero
""iál
[át" aarse pequeñoi gustos' Es dera madre lo ayude a pasar por las primeras eta-
,naltia"tiva "o*o
¡oven^de 22 añio{'
a quien le interesa pas del cuidado infantil, como en este caso, o bien
preparada para su que los padres adoptivos se hagan cargo de él lo
vestir bien, responsable y bien- que cuida antes posible, incluso quizás en los primeros dlas
tarea. Aquí, en su ;;ñ"; "mpl"g' én elencontrado de vida. Pero probablemente es diflcil que un niño
d:1;';H¿ 'p"tf"IiJ;, p"t"ie haber
tenga una historia tan buena como la de Peter,
:klmmxffi ti:'.i¿*,ilu1xx"?$la,l"l'ffi
genitores adoptivos, con los medios. de que
-
dispo-
previa a su adopción a los diez meses de edad.
En el segundo caso, el de Margaret, adoptada a
ffi.;;;Já; esa imag""' Io cual los once meses y que ahora tiene 22 afros, se trata
q"irit ha],a sido "J-pJli""""
afortunado'
Ciefto
de una criatura que ya presentaba trastornos en el
momento de la adopción. En otras palabras, el ma-
Una anécdota reciente ilustra su actitud'
TREs casos »¡ looPcróN lSI
neio de la temprana infancia había sido relativa-
mente inexperto (aunque no tanto como podría dificultades, y hay un largo camino entre el
haberlo sido). Por lo tanto, Margaret se inició en estado actual de cosas y la capacidad de Mar'
la adopción con una desventaja: garet para asumir responsabilidades por una
familia propia. Pero los padres siguen estan-
a) El fracaso ambiental relativo privó a la niña do en condiciones de intervenir en el desaro-
de ese buen comienzo en el desarrollo perso- llo de esta niña; además, cuenta con el herma-
nal que la existencia de un ambiente bastan- no adoptivo que posee un profundo senti-
te bueno hace posible. miento de responsabilidad con respecto a ella
b) Con todo, a los once meses ya había alguna y que constituye una fuente de seguridad
organización de un patrón de enfermedad, á medida que los padres envejer:en cada vez
que indicaba una cierta fortaleza del yo. EI más.
patrón de enfermedad tenía una base para-
noide, es decir, que había una reacomoda- En este caso, el éxito en la adopción de dos hijos
ción artificial de los objetos en el sentido de es tanto más notable cuanto que la madre tenía 48
que los que la niña experimentaba como ma- años cuando adoptó a Peter y 53 cuando lo hizo
los eran colocados afuera, en el mundo, y los con Margaret, y cl padré sólo unos pocos años me-
que sentía como buenos permanecían en su nos.
interior. Por lo tanto, los padres adoptivos Ofrezco la descripción de este caso como und
tuvieron que manejar a una criatura enfer- prueba de mi respeto hacia ellos por ese logro.
ma. Al proporcionar un medio estable y sim-
plificado los padres pudieron corregir gra-
dualmente esa falla previa, por lo menos en
medida considerable. El patrón de enferme-
dad de la niña le permitla expresar su descon-
fianza con respecto al amor en términos de
sustitutos, como dinero, cuidados durante las
enfermedades, una exigencia con respecto a la
tolerancia de su madre, o la expectativa de
malos tratos. Su capacidad para el amor, y
para ser amada, se manifestó en diversas cua-
lidades positivas, así como en la música y en
su gusto por la buena ropa. Ahora tiene 22
años y se dedica a una acüvidad que involu-
cra la identificación con una madre que se
ocupa de su hijo. Surgirán sin duda ciertas
*MONICA"

RrNÉ Sprrz

Extractado de No y Sí
Traducido por eI Dr. S¡.Nr¡eco Duscovsxv
Ediciones HORME, 1960
MÓNICA
RBNÉ Sprrz

Caso clínico
EI doctor René Spitz es un distinguido psicoanalista suizo
que ha desarrollado su acüvidad de investigador en Francia
y los Estados Unidos. Son muy conocidos sus trabajos Mónica W. nació con una atresia esofágica. Al
sobre la temprana infancia basados en cuidadosas observa- tercer día se formó una fístula esofágica en el cue-
ciones en las que ha investigado los procesos tempranos en llo y al cuarto día se le estableció una fístula gás-
que se basan el pensamiento conceptual, las relaciones so-
ciales y las relaciones objetales, desde el punto de üsta trica en el abdomen. Se alimentó al bebé a través
psicoanalítico. Su propósito es el de combinar sus explora- de la fístula gástrica los primeros veintiún meses de
ciones con un cuadro panorámico que describa el des- su vida; a los quince meses fue reinternada. Se en-
arrollo del Yo, el despliegue de las relaciones objetales y el contraba en marasmo por lo cual se la trató, al mis-
establecimiento de Ia estructura de Ia personalidad.
De su libro No E Sí extractamos el excepcional caso mo tiempo se efectuó un completo estudio fisioló-
de Mónica en el cual pudo deducir por sus observaciones gico y psiquiátrico durante muchos meses, por los
sobre primitivos patrones biológicos la adquisición de pau- doctores Engel y Reichsman. Además se tomó pro-
tas de comunicación verbales. tocolos exactos, exámenes de laboratorio de la se-
He 1qu! un interesante caso de aplicación del psicoaná-
lisis a la biologla. creción gástrica, etc., y se filmó muchos metros de
películas .en colores de las 'transacciones" 1 entre
Mónica y el doctor Reichsman.
Cuando yo visité al doctor Engel, estas investi-
1 Los términos "transacción" y "transaccional", han sido
muy usados en años recientes en las publicaciones psiquiá-
tricas. Fueron introducidos originariamente por Dewey, son
útiles al describir procesos que ocurren entre dos o más in-
dividuos. En publicaciones psicoanallticas, tienen la des-
ventaja de no hacer diferencia entre los procesos que ocu-
rren dentro del individuo y los que ocurren entre él y Ios
otros. Por Io tanto continuaremos utillzando el término "in-
trapersonal" para los procesos que suceden dentro del indi-
viduo. Para los que ocurren entre el lndividuo y los otros,
uülizaremos el término "Interpersonal", conscientes de las
objeeiones de Kubie (f958) a ese término. Compartimos
sus o§ecíones al mal uso, ein embargo si es aplicado co-
rreetamente, es útil para los propósitos descriptivos y no
disponemos de úno mejor para reemplazarlo.
186 ENÉ sprrz
"rvróNrc.l" 187

gaciones ya llevaban ocho meses de duración. El


doctor Reichsman jugaba el rol del "objeto bueno", tificial que conectó la boca con el estómago (1nas-
alimentando a Mónica mediante un tubo a través tomosistolónica subesternal) y se cerró la fístula
de su fístula gástrica y al mismo tiempo estable-
de modo que desde entonces se pudo alimentar a
ciendo una buena relación y jugando con ella. Se la criatura por la boca. En respuesta,a mis pregun-
me permitió ver las películas tomadas de la cria- tas sobre lá conducta preoperatoria de Mónica con
tura durante su estada en el hospital. Mostraban los extraños, el cloctor Engel respondió que, tanto
su conducta durante la alimentación y sus relacio- él como su personal no recordaban haber observa-
nes con varias personas. Más aún, se me permitió do sacudidai de cabeza. Después que se comenzó
examinar a Mónica personalmente el 5 de junio de a alimentarla por boca, luego de la operación des-
crita, la enfeirnera afirmó que las sacudidas de
I954, cuando cumplió veintitrés meses.
cabeza aparecieron como señal de rehusar
2. Más
La niña se parecía mucho a los niños desposel- aún, en Iás semanas inmediatamente después de la
dos que he observado y descrito previamente; ooeración. se observó sacudidas de cabeza en res-
Cuando me acerqué, manifestó desagrado clara- pi¡esta al personal que habla estado asociado con
mente; sin embargo, no se produjo sacudidas de la
éxperiencias desagradables para la niña.
cabeza. Cuando permanecí a su lado tratando de
inducirla a establecer contacto conmigo dándole Ia
espalda (Spitz, 1950), me alejó con Ia mano. Esta
es una conducta que nunca observé en niños des- Considerctciones psicoanulíticas que sugiere
poseídos. Cuando no tuvo éxito en alejar mi pre- el material del caso
sencia con su agitar de manos, dio vuelta la cabü4
excluyéndorne de su percepción visual. Insistl en Los rasgos especiales del caso de Mónica son
pelmanecer cerca de su cama inmóvil, de modo que evidentes por sl mismo, ofrece¡ una _validación
pudiese alcanzarme si así lo quería. A los cinco cuasi gxperimental del planteo de Freud- sobre la
minutos, durante los cuales mantuvo su cabeza da- fase oraf, así como también una notable ilustración
da vuelta, pero de tiempo en tiempo mirando en mi del punto de vista genética. Más aún, el caso ilu-
dirección como para saber si me habla ido, cerr6 miná el rol que juega la boca en la ontogénesis de
los ojos y se durmió. la comunicación,'entste caso por exclusión, pue's en
Mónica el placer de la función de la boca estaba
La posterior observación de Mónica, asl como divorciado áe la función de supervivencia de la nu-
también un cuidadoso escrutinio de las pellculas
que se le tomó, mostraron algunas otras peculiari- trición, y por lo tanto también de las relaciones ob-
jetales.
dades que distinguían su conducta de la de otros .Anteriormente hemos adelantado dos planteos:
niños; estas peculiaridades también fueron útiles
para interpretar la conducta que ya he descrito. I) que los comienzos de la comunicación humana es'
Tiempo despuéb de mi visita se ie hizo otra ope- tán-basados en el hecho de que la boca es el órgano
ración mediante la cual se implantó un esófago ar-
2 Qarta del doctor Engel, iulio 20 de 1954.
"uóurcr" 189
lBB nENÉ sprrz .

de hacer lo mismo con el obsen¡ador no bien reci'


que se utiliza tanto para tomar alimentos como pa- bido. Por úItimo, cuando esos métodos eran infruc-
ra hablar. 2) que las sacudidas de cabeza del in- tuosos, Mónica cerraba los oios y se retiraba a dor-
fante desposeído, como una señal de rehusamiento, mir. No sabemos si en su dormir, producía o no un
son una regresión a pautas de conducta conectadas sueño.
Quizás sea útil señalar, que cuando yo la vi a
a amamantarse por la boca.
En el caso de Mónica no hubo amamantamiento los veintitrés meses, Mónica aún no había adquiri-
o alimentación por la boca durante los primeros do el habla en ninguna forma. Esto está de acuer-
veinte meses de vida. Durante este período, la ali. do con nuestro planteo sobre el papel decisivo de
mentación se hizo a través de la fístula gástrica ab- la zona oral y de las relaciones objetales anaclíti-
dominal; como puede obseryarse en las películas, cas en el logio de la comunicación semántica hu-
se comportaba en relación con la sonda como una mana. Dado que en el caso de Mónica, la nutrición
criatura normal lo haría respecto al pecho maternó, se desplazó de la boca a la fístula abdominal, ni la
explorando, acariciándola con las manos durante la boca ni la cabeza participaron específicamente
¿limentación, y empujándola cuando se rehusaba. de esta relación de gratificación de una necesidad.
Cuando me rechazó, utilizó un movimiento similar .
Por lo tanto, ni siquiera adquirió los gestos de la
de la mano. cabeza con el propósito de la comunicación semán-
Parecería que el uso de la cabeza para lo semán- tica, ni el uso de la boca para verbalizar. Es nota-
tico, no fue adquirido por esta criatura de dos años, ble hallar que una vez que se hizo posible la ali-
porque la experiencia oral estuvo divorciada de la mentación por boca ( gracias a la operación de
ingestión de-alimentos; es decir, de la situación anastomosis-colónica subesternal), pronto comenzó
anaclítica, y por lo tanto de las relaciones de obieto. a usar la cabeza para negarse. Podemos asumir
En relación con esto, las pautas de conducta que que también con esto quedó abierto el camino pa-
utilizaba en sus relaciones de objeto eran de natura- ra la gradual adquisición de las habilidades ver-
leza totalmente distintas. Rehusaba establecer con- bales.
tacto volviéndole Ia espalda al observador inopor-
tuno, excluyéndolo así de su percepción visual.
Cuando esto no lograba un resultado, utilizaba la _ Aplicación de lns teorías de Lewln
conducta aprendida durante su experiencia alimen- al caso de Mónica
taria a través de la pared abdomina[ lo alejaba
con su mano, lo empujaba. Esto es algo que por Hemos visto que como último recurso, cuando se
lo general la eriatura normal no hace, se la haya la confronta con un estímulo displacentero, Mónica
a]imentado con pecho o con mamadera, porque la se retira a dormir. Nos podemos preguntar si este
cabeza y la boca, por consiguiente, pueden retirarse retiro en eI sueño puede ser comprendido en tér-
del pezón. Mónica tendría que retirar en cambio minos de la tríada oral de Bertram Lewin: comer,
la pared abdominal de la sonda. No podía hacer ser comido, dormir (morir) (1946). En la tesis de
eso, pero sí empuiar la sonda con la mano; trafaba
140 nENÉ sPrrz "lró¡qrc,r" 14f

Lewin, ir a dormir significa dormir en el pecho, to más amplio de barrera de los estímulos. Es el
Para Mónica el pecho no existe. Sólo está acos- retiro de catexis del sensorio. El sensorio decate-
tumbrada a la reducción de la tensión que su- xi.r,ado, actúa como la barrera más eficaz contra los
cede cuando se llena su estómago mediante la estímulos aferentes indeseables.
.sonda colocada por el doctor Reichsman 3. Para AI dormirse para evitar al extraño, Mónica sitúa
Mónica, la percepción de la sonda que entra en una conducta que es normal, al servicio de la de-
la fístula gástrica y la percepción del rostro del fensa. Es tm exitoso evitar el displacer mediante la
doctor Reichsman cuando le da el alimento y Ie regresión; los movimientos céfalogiros negativos en
habla y juega con ella, se conecta con el alivió do los niños desposeídos, son también un intento con
tensión a través de la sonda. Cuando rehúsa el el mismo propósito, pero ineficaz. Et realidad és-
alimento, todavía es el rostro del doctor Reichsman tos se detienen a mitad de camino. La regresión
el que se conecta con la situación. En otras pala- de Mónica es más profunda, ha recorrido todo el
bras, como siempre, la relación de objeto que se ha camino hasta llegar a la quietud.
formado con eI doctor Reichsman, comprende los La regresión como defensa contra los estímulos
aspectos positivos y negativos. displacenteros, emplea una reürada a un nivel de la
Por lo tanto, las siguientes hipótesis son permisi- organización psíquica del suieto, en el cual ese es-
bles: el establecimiento del rostro del doctor Reichs- tímulo particular no podla o no causaba displacer,
man como representante del objeto bueno y malo, y en el cual la falta de displacer equivalía,a placer.
lleva a que Mónica dé vuelta la cabeza cuando, yo, Esto es lo que hacemos diariamente cuando vamos
el extraño indeseable, me acerco. Cuando esto a dormir, durante el sueño se lleva a cabo una re-
prueba ser ineficaz, cierra los ojos y excluye toda gresión temporal y topográfica (Freud, l9%).
percepción üsual. Cuando estos métodos arin son Dormir es el recurso que emplea Mónica. Podemos
insuficientes para abolir la intrusión indeseable, asumir como Lewin, que ir a dormir en el pecho
Mónica da un paso más en su retiro y se duerme. es el equivalente de saciarse, que es la ausencia
Creemos que ésta es una regresión al arcaico sueñc¡ del displacer causado por el hambre. Esta inter-
de satisfacción, después de haberse alimentado. pretación también es aplicable a Mónica. Sólo que
Podemos entonces hablar del dormir como el en su caso, no es dormirse al pecho, sino dormirse
prototipo de toda defensa. En el sentido que le da "con el estómaso lleno", que corresponde a la au-
Freud en sus Tres Ensayos sobre l,a Teoría de l,a. sencia del estímulo displacentero. La regresión, le
Sexualidad, podemos denominarlo defensa anaclí- permite lograr la gratificación alucinatoria del es-
tica, porque se inclina hacia la función fisiológica tómago lleno. Esta es una experiencia coenestési-
del dormir. En el recién nacido el dormir es una ca; y no la experiencia externa, táctil y visual de
función protectora normal, que entra en el concep- que habla Lewin. Al dormirse, Mónica reemplaza
3 Ver también Tilney y Casamajor (1924) sobre los,.. exitosamente la desagradable experiencia percepti-
efectos específicos que tiene sobre la pauta de conducta va del rostro del extraño, con el placer alucinatorio
del recién nacido cuando se llena el estómago. de estar saciada.
142 nENÉ sPrrz "¡n¡ó¡¡¡c¡" 14f)

La teoría de Lewin (1946, 1950) invita a otras


siones; cuando se hace conscientb en el sueño del
especlulaciones en una línea de ideas como las ex-
pñsadas. En su planteo, la percepción visual del
;á;16. va ha pasado a través de varios niveles del
desariollo psíquico. Es un intento de re-
pecho es el orígen de la pantalla (sueen)_ del sue- "á"iárlá
presentación con la áyuda. del material p.síquico es-
ño; he ampliado esta asunción y sugerido que la -oecífico.
que es carácterístico para cada uno de
experiencia oral mediante la cavidad primaria áror Su apariencia últirna como pantalla, es
(Spitz, 1955a), antecede a la percepción visual del "iult"t. del funcionamiento del proceso secun-
el resultado
peóho. Ambos planteos implican un aprendizaie, dario.
la acumulación de experiencias, se trate de expe- La consideración de la representabilidad es una
riencias visuales siguiendo el planteo de Lewin, o de Ias tareas del proceso secundario.
táctiles de acuerdo con lo que postulo. Los hallazgos Suplirá por lo t-anto de las imágenes memoria dis'
en el caso de Mónica sugieren que aún antes de poniÉles ail adulto, aquellas.que están más cerca-
las percepciones táctiles de la boca y más funda- ias (es decir, tono afectivo) a la experiencia ori-
mental por no ser aprendida, el alivio de la tensión ni"ui a" redúcción de la tensión, tanto cronológi-
de displacer puede haber funcionado como la ma- E"*""i" como en términos de experiencia' Desde
triz más arcaica para la pantalla del sueño. el punto de vista de la percepción visual, ésta es
La secuencia que llevaría al fenómeno de la pan- la ímagen del Pecho.
talla del sueño en el adulto sería entonces la si- Sin ámbargo ia pantalla del sueño no se percibe
guiente: experiencia de la reducción de tensión en
vizualmente én tod-o sueño. En el fenómeno de Isa-
un nivel cóenestésico, seguida por la expériencia k;;;.; la percepción es más táctil que visual' Por
de la sensación de la cavidad en un nivel no dife- ;itt*q "oirro ¡ti"" Lewin en "la sg trabajo. sobre El
renciado, y culminando en Ia percepción del pecho sueños (1953), emoción pura",
ito¡do' d,e los
al nivel de la percepción visual diacritica. Por lo ser la forma en que se experimenta la panta-
tanto, la pantalla del sueño en el adulto, parece ser """á"
íf"-J"l sueño, sin las tépresentaciones de una ela-
,rna r"pt:es"ntación de la experiencia placentela boración secundaria en términos de imágenes sen-
humana más arcaica. Utiliza para esta representa-
sorias.
ción los materiales arcaicos aún disponibles para el
adulto, como ser, las sensaciones coenestésicas, y Si asl fuese, entonces se hace evidente que la
oantalla del sueño es demostrable en todo sueño en
luego la posterior transición de éstas a la percepción
irna de esas tres formas. Porque en todo sueño se
de las imágenes visuales en la pantalla del sueño t" por lo menos un tono afectivo, sea de
La utilización de este arcaico material de pre- "*o"ri*"t
i"fi"i¿"á, trisieza, de total indiferencia o de pánico'
imaginería, es impuesta por la necesidad de repre'
sentár una experiencia al nivel del principio del
Ú tot o afectivo de nuestros sueños sería el camino
-Láir"t" el cual el adulto sería capaz de describir
Nirvana, es decir, la reducción de tensión. de reducción de tensión y los grados
La pantalla del sueño en su temprano ori-gen es
i*
de"*p"ri"""ia
aumento de tensión.
una eiperiencia incipiente de variaciones de ten' Más aún, la extraordinaria vividez gue esos tonos
LM nrr¡É sp¡rz "uóNrc¡," f45

afectivos pueden asumir en el sueño, hace quo muy paradigmático publicado por Lewin, en ol que la
probablemente se origine en un perlodo, en el quc pantalla del sueño se envuelve en sí misma_y se
representaban el alfa y omega de toda experiencia. ále¡a llevándose consigoel sueño, representando asl
El planteo original de Lewin define a la pantalla una exitosa descarga de tensión o una represión
del sueño, como el componente del sueño sobre el del sueño, eótá más allá de mi capacidad el deci-
cual, el soñador proyecta sus imágenes. Esto es dirlo.
nápidamente comprensible como resultado de lo Otra sugestión, es si uno debe asumir que el ter-
que acabamos de sugerir. Expresado a grandes ras- cer elemento en la triada oral de Lewin, es decir,
gos, un sueño ocurriría como sigue: residuos del la muerte, está representada en la retirada de Mó-
día, de la naturaleza de lo que me gusta denominar nica en el dormir. Su retiro aniquila al intruso in-
"asuntos no resueltos", es decir experiencias de la deseable excluyéndolo primero de su percepción
vigilia que no han sido resueltas y dejan tras sl visual, y luego de su conciencia. ¿Podemos asumir
tensión, perturban el sueño del durmiente. Allí el que está exclusión es una proyección del deseo de
tono afectivo de estas tensiones halla su resonancia Mónica en el intruso de comer, de ser comida, dé
al nivel de la más profunda regresión, la del prin- morir La muerte por cierto es la compañera cons-
cipio del Nirvana. Se establece en un primer paso tante de esta criatura, y uno podrla especular sobre
cierto grado de tensión que trata de lograr su re- si al quedar dormida, con la ayuda de esta proyec-
ducción. La consideración de la representabilidad ción, se le hace posible gratificar simultáneamente
trae con la ayuda del proceso secundario la imagen el impulso libidinal hacia la fantasía alucinatoria
primitiva del pecho, es decir la pantalla del sueñq. de saóiarse, y el impulso agresivo mediante la ani-
Sin embargo, los elementos perceptuales de los quilación del intruso.
residuos del día han acompañado a las tensiones en
su retrogresión a través de los sistemas mnémicos
y han activado los trazos de memoria similares o La experiencia ile gratificación E régreslón
ásociados. En el proceso progresivo hacia el siste-
ma perceptivo, el proceso secundario combina esos Hay una diferencia fundamental entre el recurso
elementos, en una historia más o menos plausible que útilizó Mónica para lograr la reducción de la
que se desenvuelve en el fondo de la pantalla del t-ensión (retirarse a dormir), y el intento de reti-
sueño. Este paso representa el esfuerzo hacia la re- rada en los niños céfalogiros. Como Mónica no tu-
ducción de É tensióir. Las vicisitudes de la historia, vo una experiencia de ingestión oral alimentaria'
se gobiernan por los intentos más o menos e*itosos tuvo que regresar a Ia gratificación directa de su
de descargar la tensión. El éxito de estos intentos impulso, al equivalente de un estómago lleno, es
sucesivos de descarga depende y es asegurado por decir el sueño.
la medida de sintonicidad del Yo (superyó) con Los niños desposeldos tuvieron erperiencias gra-
esos intentos. tificantes orales hasta los tres meses de edad, cuan-
Respecto a la determinación de que si el sueño do se forma el precursor del objeto. Por lb tento
MONICA t41
L46 RENÉ sPrrz

sus experiencias orales fueron establecidas en el Las implicaciones etológicas en el caso d,e Mónica
marco de los precursores de las relaciones obietales,
es decir alimentarse al pecho. Detuvieron su re- Al plantear las implicaciones etológicas que nos
gresión en la conducta que lleva a lo que hemos sugiere el caso de Mónica, referiremos al lector a
denominado la matriz de l.as relaciones obietal,es, nuestros comentarios sobre el mecanismo innato de
es decir la ingestión oral al pecho. liberación (IRM).
La diferencia entre el nivel al que regresó Mó- El caso de Mónica nos brinda una importante
nica, oersus el nivel al que regresan los niños des- contribución al planteo etológico sobre el mecanis-
poseídos, ilumina la importancia experiencial de las mo innato de liberación en el hombre. Como re-
relaciones objetales. Ya a tan temprana edad, la sultado de una condición patológica, en el caso de
experiencia de la relación con el objeto, aunque en Mónica no se materializí wa paúa fllogenética es-
este estadio sólo se trata del obieto que satisface pecífica preformada, la conducta de implantación.
necesidades, más que del objeto amoroso, toma una La reemplazó luna conducta desarrollada ontogené-
valencia emocional extraordinaria. En el caso de ticamente que se improvisó en respuesta a las pár-
los niños desposeídos, esta experiencia se ha con- ticulares circunstancias de su alimentación.
vertido en un punto de fijación al cual pueden re- La implantación, filogenéticamente es sin duda
gresar. Regresaban al acontecimiento exacto que una de las pautas de conducta más firmemente es-
precedía a la feliz gratificación de su necesidad. tablecidas. Sin embargo, el caso de Mónica de-
1'ambién esa conducta es la que señalaba que su muestra que aún esta pauta filogenéticamente bieu
necesidad todaoía no había sido satisfecha. Móni- establecida y hereditaria, sólo es efectiva cuando se
ca, por el contrario, sólo podía regresar a la expe- produce el estímulo que la libera, es decir, la esti-
riencia más arcaica, la experiencia funcional coenes- mulación perioral, y que la pauta no responderá u
tésica. cualquier otro estímulo. En otros términos, que es-
Otro aspecto interesante de esta especulación es tamos frente a las partes complementarias de un fe-
que la segunda parte de la tríada oral, es decir, nómeno total. A todo mecanismo innato de libe-
ser comida, no aparece en ningún lado en la con- ración, corresponde un estímulo de liberación. Pue-
ducta de Mónica; y más aún, ¿cómo podría hacer- de pasar como en el caso de Mónica, que esté
lo? Eso presupondría la experiencia de la sensación lntente por dos años. Pero cuando por último se
de cavidad en la boca, concomitantemente con ver- proveyó el estímulo liberador, cuando como resul-
se envuelta en un abrazo (Spitz; 1955a). La com- tado de la conexión boca-estómago que se estable-
binación de estas dos experiencias nunca existie- ció quirúrgicamente, Mónica comenzó a ingerir
ron en el mundo de Mónica. La experiencia qüe alimentos por la boca, se introdujo el elemento que
existió fue la reducción de tensión mediante el sa- faltaba en la pauta original del mecanismo de
ciarse. Iiberación innato. Cuando mediante la ayuda de
dicha operación, se introduio ese factor que fal-
148 nr¡vÉ sr¡rz oMó¡¡rca" 149

taba en el marco de las relaciones de objeto que con ol desarrollo posterior; pues éste seguirá un
Mónica ya. había _establecido, la arcaica pauta -de curso desviado cuando se inhibe una pauta de con-
ímplantación se überó y se activó; y entónces los ducta preformada filogenéticamente e importante
movimientos céfalogiros pudieron téner significa- para el desarrollo. Mónica probablemente es ,un
do. A partir de entonce{ los movimientoi de la buen ejemplo de esto. Si podemos sustanciar este
cab_eza, dotados del significado de rehusar, fueron planteo con más observaciones, tendría implicacio-
utilizados por la criatura en sus relaciones de nes de largo alcance para nuestras asunciones so-
objeto. bre la formación de ciertas formas de fijación y,
Ún desarrollo más e)rtenso de los principios del consecuentemente, podrían también ofrecer ciertas
mecanisrro innato de liberación de las pautas de sugerencias en el campo de la terapéutica psiquiá-
c-onducta y d_e sus componentes subyacéntes, nos trica.
llevaría müy lejos de nrñstro tema píincipal; pero
queremos manifestar nuestra opinión de que no
sólo la pauta de implantación s6ría la que -p".*"- flesumen
necería latente si no se produjese eI estíniulo li-
berador. Creemos que ló mismo es aplicable a El caso de Engel-Reichsman es una bienvenids
muchas otra_s pautas filogenéticamente ^preforma- confirmación de mis asunciones respecto al origen
das, y probablemente hasta a las leyes dJ madura- e importancia de los movimientos céfalogiros ne-
ción. Creo que los etólogos animalei no rechazarán gativos en los niños que sufren de hospitalismo,
este planteo. Presumo que sí podrían calific¿rla, una confirmación, por así decir, e contrario, Peró
limitando el período de tiempo durante el cual urla más importante es el hecho de que contribuye con
pauta de conducta filogenética se mantendría la- datos de observación adicionales a la teoría psico-
tentg por lo que Scott y Marston (1950) denomi- analítica de las fases libidinales y de las zonas eró-
nan "estadios críticos". Como psicoanalista me in- genas. Más aún, provee una notable ilustración de
clino a esta¡ de acuerdo. He postulado la exis- la elección de objeto de acuerdo con el modo anaclí-
tencia de tales estadios de desárrollo basado en tico. La elección anaclítica de obieto es determi-
mis observaciones y los he calificado como "los nada por la dependencia original del infante de
organizadores del desarrollo psicológico" ( Spitz, la persona que lo alimenta, lo protege y lo cuida.
1e54). Freud afirma que, en un comienzo, el impulso se
_ Tenemos pues dos planteos: 1) que las pautas desenvuelve anacllticamente, es decir tendiendo a
de- conducta filogenéticamente preformadas y he- la gratificación de la necesidad esencial de super-
reditarias pueden permanecer en latencia hastí que vivencia. La necesidad gratificada, es Ia necesidad
se dilpone del estlmulo liberador; 2) que dióho de alimentos. Por lo tanto la primera zona erógena
período de,tiempo queda limitado al período crí- es la zona oral, y todo el perlodo fue denominado
tico, marcado por el surgimiento del "organizador". la fase oral.
Los dos planteos son interdependientes én relación En el caso de Mónica Ia zona oral no pudo fun-
150 ,nENÉ
sp*z
"n¡óNrc¿" 151
cionar. Por lo tanto,_.el impulso demostrado feha_
cientemente en Ia película, iendió tá"ir'1, Mónica desarrolló su sistema individual y origi-
que provisoriamente denominaré ingestión fñió"
d; ;ii_ nal de señales en términos de su particular situa-
ye2tos..par-a-oral; se llevó a cabo üna erotización ción de alimentación. Esto sustenta nuestro plan-
oe ra rlstula gástrica (Margolin, I9SS). Más teo de que las técnicas y modalidades de comuni-
aún
§ puede observar una'libidlnizíc¡ónáL- h cación se desarrollan a partir de la situación anaclí-
funcián
de ser alimentada a-través d" ;;;-;la; ta cria- tica, normalmente a partir de la primera relación
tura trata a la sonda como origea a"i átiÁ""iá; del infante con el pecho.
forma su relaeión de objeto áiá"ail de alimen_ Bajo circunstancias normales la pauta de con-
tos y-cuidados, el doctor Reichsman.
"orr fo, fo ir"to, ducta de implantación filogenéücamente preforma-
para Mónica el doctor Reichsman se da se convierte en la matriz del gesto semántico
'ob¡eto bueno". pero tambi¿" i"i". en el
"onvierte
ii";ü;;t" negaüvo de la cabeza. Ya hemos recalcado que
el, "objeto- malo,,,
:1. E: de Ia ár-lo, pri*"ro, la adquisición de este gesto es un importante logro
estadios formación"orno
de todas lás'relacio_ intelectual conectado con la función del juicio.
nes objetales en general. Esto se *ilf";ió -;; La extraordinaria firmeza del lazo entre los co-
ras caracteristicas ¡eacciones de Mónica
a los oea. mienzos de la comunicación semántica y los proce-
sionales altibajos
_del cüma docio, sos del pensamiento, por una parte, y las primeras
nercnsman; cuando por algún "*o"iorrd--ael
motivo exterior el relaciones madre-niño, por otra, debe ser una ad-
doctor Reichsman se iusentiba, M¿;i¿; d"emostraba vertencia para los pensadores. Podemos pensar
en la. próxima ocasión en cuán extensamente puede haber influido al des-
.que "." uU*á"i;á; p";
é1, que_ re,sentía su desercidn. T"d;;; está de-.
mostrado hermosamente por su corrd,r"ia
arrollo de la mente occidental en los últimos cin-
""lai;com_
p;- cuenta u ochenta años, el alimentar a los niños
lícula y al mismo tiempo por ul uná fórmula mediante una mamadera. La demos-
posición.de su jugo gáitrióo, ""*Uio "n se hacía
,"áúri, tración de dicha influencia en el desarrollo indi-
concomitantemente. ""yo vidual es sólo cuestión-de estudio y registro. Pero
Po¡ otra parte, todo lo que no estaba relacionado los interrogantes más importantes son los que !e
con Ia situación de alimentación y protección plantean sobre cómo esto puede habe_r influido
era
extrañq y ella reaccionaba en cániecuencia. yo sus relaciones con el ambiente, sus símbolos ver-
gT un extraño, y rechazaba el contacto conmigo. bales y no verbalesr y guizás también sus procesos
t,ero no rehusaba produciendo una reacción de pensamiento.
rar a Ia de los niños criados en la situación siñi
oral
anaclítica. Ella ueaba un conjunto_ J" pá,i-
tas de conducta,-que incluían 'rrnotii-qá
"""ro no esta-
!11Jeterid3s a la pauta de nutrición oral, de in_
gesuón oral, sino referidas a la pauta de nutrición
a t¡avés de Ia fístula gástrica.
SAM Y LA MUERTE

Emr H. Emrsox

Extractado de Infancia lJ Socted.a¿l


Traducido por NoruÍ Rosm¡¡r..lTT
Ediciones HORME, .1965
ERIK H. ERIKSON
SAM Y LA MUERTE
_ E. H. Erikson ha influido profundamente en los últimos
*::l=del e1-91
reona
nqpami.e"to
"-"áurtiü*áá";;"d;;
desa¡rollo osicosocial
tiempo, su
culminó con un tibr;-a;; Una mañana muy temprano,-en un -pueblo del
h.or- dil es un crásicó d"i p;i;";;áij;;;, i;ir;;;" nord de California, la madre de un niño de tres
dad,, del_ cual extractamos este_ h";;;";;;'-d; s socte_
anrilisis de un niño donde püede-;;;;;";';""é ;;i;;_ uáot ." despertó debido a los extraños ruidos pro-
maesrrla verrientes dá ta habitación de aquéI. Corrió
junto
;;;;" y 1o encontró en meáio de un terrible
5::ft '#i:f"Hit*f¿:,'ffi f '"i:i:L":,;{i,i*lru"i*Ti1; át"q"á. r"ío la impresión de Q{e -s9 trataba de
rlrr&son, nacido en Austria en 1g02, se formó
pero,ha_desarrollado la mayor partá'de en Viena,
,l-liUo. un lo,
;;i;q"; cardíacc' frmilar al 99é había provocado
Estados Unidos. Son de
.gran imiportar¿i, ;rl;b"j.; ;;: ü-;;;ld de su paáre cinco días antes' Llamó Sam
al
era
bre identidad,. configuración", g;i l."A;' r";;, L, sueños, *¿ái"o, quien afirmó que ataque .de
y en un sentido amplio sus trabajoi -el
gradora y de síntesii d"i io -;;-'r; sj¡." Ia ]"""ión inte_ á" l"¿ót"'epiléptica. Lé administró algún sedante
más que individuales,
iiñpir"*r"i:, sociales qu'e tásladaran al niño a un hoT¡ital en
"-i"ái"O
una ciudfo cercana. El personal hospitalario no
r* *óttr¿ dispuesto a com-pto--"terse con un diag-
nóstico debidó a la corta edad del p-aciente- y a
que
U"lo la acción de drogas. Dado de-alta pocos
"rt"U"--il
áias d"sp"és, el niño parecía estar perfectamente
bñr ."ÍI"¡ot neuiológicos -eran no-rmales'
Cán todo, ,r, *"t más ta¡de el pe-queño Sam en'
contró un topo muerto en el patio de su casa y se
;;i¿ á"t,tüd"*"nte agitadó al respccto' §u ma'
á;;t"tÑ¿látpónau, a lus astutas pieguntas sobro
ü"*;;;;. b"'*"t" gana' se fue a hormill3lpués
de haber manifestado que, evidentemente, I8 me'
á;""i;;do out" nadá. -Po-r la ngch3 sttl9t !*Y!
;iliü§;;r,tt""áion"t alrededor de lorolor y dc
t" bo"".' Ert" u", el médico llegó a tlcñ¡lo, Drra
oürl**, los síntomas que culminaron t[.llül tc'
vera convulsión en todo el lado derocho
EI personal del hospital compailió o¡tr 'lp.#l?rfo'
156 ERrx H. En¡rsoN sAM Y LA MuE'nrE t'"-- 15"1

nóstico de iipilepsia, debida posiblemente a üna no era demasiado fuerté. EI proinetió no moles-
lesión cerebral en el hemisferió izquierdo. tarla v. al principio, todo anduvo bien. No obstan-
Dos meses más tarde se produjo un tercer ata- te, la'madie ,^Á v"z deiaba solos al niño y a la
que, cuando el niño aplastó accidentalmente una abuela, sobre todo porque aquél parecía no sopor-
ma4posa con la mano, y en el hospital se hizo una tar muy bien el conlrol forzoso. La madre pensaba
modificación al diagnóstico: "fac[or precipitante: que el'niño estaba cada vez más pálido y tenso.
estlmulo psíquico". En otras palabrai, dábido a Óietto dla, cuando la madre decidió salir y dejar
una patología cerebral es probable que el niño al niño al cuidado de su suegra, al regresar encon-
tuviera un umbral más bajo para la explosión del tró a la anciana en el piso, presa de un ataque car-
ataque c-onvulsivo; pero era un estímulo pslquico, dlaco. Según informó más tarde la abuela, Sam
Ia idea de la muerte, lo que lo precipitaba por so, habla tropézado con una silla y había caído. Exis-
bre dicho umbral. Por otra párte, ni la ñistoria tían múliiples motivos para sóspech?r- que la ha-
de s,u nacimiento, ni el desarrillo de su infantia, bía molestádo y que había hecho deliberadamente
ni el estado neurológico entre los ataques mostra- algo que ella Ie rogó que no hiciera. La abuela
ban una patología especlfica. Gozaba áe excelente enferma durante largos meses, no logró re-
salud general. Estaba bien alimentado y sus ondas "stuvo
cuperarse, y, finalmente,_ murió unos pocos días
cerebrales en esa época sólo indicaban'que la epi- anles del primer ataque del niño.
lepsia 'ho podía excluirse". Se imponla llegar a Ia conclusión de que ]o qr-"
¿Cuál era el "estímulo psíquico? Evidentemen. los médicos habfan denomlnado el "estímulo psí-
te, tenía que ver con la muerte: un topo muertoi quico' tenla que ver en este caso con la muerte de
una mariposa muerta, y entonces recordamos el la abuela. En realidad, la madre recordó luego
comentario de la madre en el sentido de que du- algo que en su momento no Ie parelió pertinente,
rante su primer ataque habla tenido el mismo as- a iabér, que Sam, en el momento de acostarse la
pecto que su abuela moribunda. noche anfes del ataque, había acomodado su al-
He aquí los hechos que rodean la muerte de la mohada en la misma forma en que lo hacla Ia
abuela: abuela para evitar Ia congestión, y q-ue se habla
Algunos meses antes, la abuela paterna habla dormido casi sentado, igual que su abuela.
visitado por primera vez el nuevo hogar de la fa- Por extraño que parezca, la madre insistió én
milia en X. Se produio una excitacién que per- que el niño nadá sabía sobre la muerte de Ia abue-
turbó a la"rnadre más profundamente de lo que la. A la mañana del dla siguiente le diio que la
ella suponía. La visita implicaba someterse a un abuela se habla ido de viaie a Seattle. Sam lloró
examen: ¿habría cumplido con su deber para con y exclamó: "¿.Por qué no se despidió de ml?" Se
su esposo y su hijo? También había cierta ansie- le respondió no habla tenido üempo. f,uego, c-uan-
dad con respecto a la salud de la abuela. Se ad- do saiaron de la casa rrna caia larga, grande y
virtió al niño, que por aqrrella época disfruta!6 misteriosq Ia madre Ie diio que contenfa los libros
molegtando a la gente, qqa el eerauón dt le f,h"g!A de la abqela, Fero Sam Dünsq |ahí? y!s!o !q: I
: saM Y LA MUERTE 159
158 ERrK H, EnrKsoN
los brazos, empezó a dar golpes, tendencia que
abuela traer o usar tantos übros, y no podía com- no resultaba absurda en el vecindario en que nació
qrender por qué tantos parientes, que }iabían acu- y se crió, un barrio de población mixta, donde
dido presurosamente, dérramaban tantas lágrimas debe haber aprendido desde muy temprano que
j-".rtq , un cajón lleno de libros. Desde luego, du- convenía golpear primero, por si acaso. Pero ahora
dé de que el niño realmente hubiera crJído Ia vivían en una ciudad pequeña y próspera, en la
historia; de hecho, la madre había quedado des- que eran la única familia judía. Tuvieron que
concertada ante una cantidad de comentarios he- enseñarle a no pegar a los otros chicos, a no hacer
chos por el pequeño. Cierta vez, cuando deseaba demasiadas preguntas a las mujeres y, por amor
que encontrara algo que él se negaba a buscar, de Dios así como en beneficio de los negocios, a
Sam le-{ijo_en tono burlón: "Se ha ido de viaje, tratar bien a los gentiles. En su medio anterior, la
a Seattle". En el grupo de juego al que ingresó imagen ideal presentada a Sam había sido la de
más tarde como parte del plan terapéutico, este un muchachito "duro" en la calle y un chico des-
niño, habitualmente vigoroso, solía perterse en en- pierto en el hogar. Ahora el problema consistía
soñaciones y construir innumerables variaciones de án convertirse rápidamente en lo que los gentiles
c,ajas rectangulares, cuya abertura cerraba cuida- de clase' media llamarían "un muchachito encan-
dosamente. S-us preguntas en esa época justifica- tador, a pesar de ser judío". Sam había realizado
ban la sospecha de que experimentaEa con la idea una tarea de notable inteligencia al adaptar su
de estar encerrado en una caja rectangular. pero agresividad y convertirse en un ingenioso bromista.
s-e neg-ó a escuchar la tardía explicación de la ma- Aqul el "estímulo psíquico" cobra mayores di-
dre, ofrecida casi en tono de sriplica, en el sentidb mensiones. En primer lugar, siempre había sido
de que en realidad la abuela había muerto. "Estás un niño irritable y agresivo. Los intentos de res-
mintiendo", Ie -respondía. "Está en Seattle. Voy a trlcción por parte de los otros siempre provocaban
volver a verla." su cólera; sus propios intentos por controlarse traían
A partir de Ios pocos datos ofrecidos hasta ese apareada una intolerable tensión. Podríamos hablar*
momento acerca del niño, debe resultar evidente aquí de sa iñol.erancia constitucional, entendiendo
que era un muchacho obstinado, vigoroso y pre- por "constitucional" únicamente la imposibilidacl
cozmente inteligente, que no se dejaba engáRar áe atribuirla a nada previo; siempre habla sido
ccn facilidad. Sus ambiciosos progenitores tánlan asl. Debo agregar, sin embargo, que su cólera
grandes planes para su único hi¡o: con su inteli- nunca duraba demasiado y que no sólo era muy
gen_cia podría ingresar a un college y luego estudiar afectuoso, sino también notablemente expresivo y
medicina en el Este, o quizás abogácía. -Alentaban exuberante, rasgos que Io ayudaban a adoptar el
en él la expresión vigorosa de su precocidad y cu- papel de quien hace travesuras sin mala intención.
riosidad intelectuales. Siempre había sido óbsü- Po¡ la época en que se produjo la llegada de la
rrado y ya a los pocos días de su nacimiento se abuela, sin embargo, algo lo habla privado de su
había mostrado incapaz de aceptar como respuesta senüdo del humor¡ habla golpeado duramente a
un 'ho" o un *quizás", En cuanto pudo extender
8a¡c Y ta MUEñI¡ 161
100 Earx H. ERrxsoN

un compañero, había corrido un poquito do san- de qoma v me la arroió con fuerza a la cara. Luego
su iriradá se volvió inexpresiva y adquirió fiiezt,
Ere, y a él lo habían amenazado con el ostracismo. tuvo arcedas como si fuerá a vomitar y un desmayo
Sam,. el vigoroso extrovertido, se había visto obli-
pasaiero. Al volver en sí, dijo con voz ronca y apro'
gado a permanecer en su casa junto a la abuela,
a quien no podía molestar. iriunte, "Sigamos", y acomodó mis piezas, que -se
habían caídó. Los riiños tienden a exPresar en las
¿Su agresividad formaba parte de una constitu- configuraciones espaciales lo que no pueden o no
ción epiléptica? No lo sé. No habla nada febril o se atieven a decir. Al reacomodar las piezas apre-
agitado en su vigor. Es cierto que sus tres ataques
suradamente, hizo una configuración rectangular:
principales estuvieron relacionados con ideas sobre
una copia en miniatura de las grandes cajas-qrre
la muerte, y que los dos últimos tuvieron que ver soüa cónstruir previamente en la nursery sghoglt
con el alejamiento de su primero y su segundo Todas las piezás miraban hacia adentro. Ya del
terapeuta, respectivamente. También es verdad que todo consclente, observó lo que habla hecho y
sus mucho más frecuentes ataques menores, que sonrió débilmente.
consistían en quedarse con la mirada fija, hacer
Sentí que estaba en condiciones de escuchar 1o
arcadas, y breves desmayos de los que se recu- que yo crela entender. Le diie: "Si quisieras ver
peraba diciendo, preocupado, 'tQné ocurrió?", _a lós pintos de tus piezas, tendrlas que estar dontro
menudo se produieron inmediatamente después de de esta pequeña caia, como una persona muerta
actos o palabras agresivos de su parte. Podía arro-
jar una piedra a un desconocido, o bien decir: en un ata{rd".
t'Dios "SL', murmuró.
es un zorrino", o "Iodo el mundo está lleno "Eso debe significar que tienes miedo de tenér
de zorrinos'i, o (a su madre): "Eres una madras- que morir porque me golPeaste."
tra". ¿Eran éstos estallidos de agresión priryitrYa - Casi sin aliento, preguntó: "¿Tengo que mo'
qre sé vela luego obligado a expiar a través de rirme?"
un ataque? ¿O bien constitulan intentos desespe- 'rClaro que no. Pero cuando se llevaron a tu
rados de desCargar a través de una acción üolenta
el presagio de un ataque inminente? abuela eu el ataúd probablemente pensaste que
Ia hablas hecho ñorir y, por eso, tenlas quo morir
Tales fueron las impresiones que reuní leyendo la
también. Por eso cons[rulas esas cajas grandos en
historia clínica del médico y los informes de la tu escuela, asl como hoy hiciste esta pequeñ4. De'
madre cuando me hice cargó del tratamiento del bes haber pensado qué te ibas a morir cada vez
niño, unos dos años después del comienzo de su que tenlas uno de osos ataques."
enfermedad. Y pronto habrla de presenciar uno "Sl', respondió avergonzado, porque en realidad
de sus accesos menores. Hablamos éstado lugando
nunca hab-la admitido ante ml haber visto el ca'
al dominó, y a fin de poner a prueba- su umbral dáver de su abuela, lo cual significaba que sabla
lo hice perder persistentemente, lo -cual ¡o me re- que ella había muerto.
sultó fácil. Paliáeció y fue perdiendo toda su viva-
cidad. De pronto se fuso de pie, tomó una muñeca
A esta altura se podría pensar que hemos acla'
162 ERrr H. Brrsox SAM Y LA MUEIRTE 168

rado el caso. Mientras tanto, sin embargo, también mente violentos Esta familia habla desafiado eI
habla trabajado con la madre y me habla enterado á;-;it"" iudío al aislarse en'una ciudad gentil;-p-ero
del papel, sin duda importante, que ella habla iil;;t;-;;- dástino en ellos como una realidad
desempeñado en esta historia. Pues podemos estar i"tuÁt, en medio de toclos esos gentiles que no
seguros de que cualquiera que sea el "estlmülo ilr-""g"fr" activamente en su nueva aunque in'
psíquico" presente en la vida de un niño, es idén- cierta seguridad.
tico al conflicto más neurótico de su madre. En Aoul es importante agregar que nuestro pacimte
realidad, la rnadre logró luego recordar, a pesar se hábla üstdenvuelto en el conflieto de sus
p-adres
de una severa resistencia emocional, un incidente ;; ;; antepasados y con los-vecinos, en el mo-
durante el cual Sam le había arrojado una muñeca p"ta pues pasaba por
a la cara mientras ella se encontraba muy atareada
;;t" más inoportuio é1,
por- un3
una etapa de la macluración caiácterizada
haciendo los preparativos para la llegada de su l"i"f"t"i"f" a toda restricción. Me refiero al rá'
suegra. Lo haya hecho 'deliberadamente" o no, de la energla locomotora' la curio-
tuvo muy buena puntería: le aflojó uno de los IiJá ""*""to
"iáo ,n""t"1, y el tipo sádico de masculiniclad in-
dientes de adelante. Un diente es una posesión i;;itl a; p¿r'lo "oi,,l' aparece dlgdedor de los
muy valiosa en más de un sentido. La madre le ir"t o áuatio años, y se mánifiesta de acuerdo con
devolvió el golpe, con mayor fuerza y mayor rabia en lai costumbres y el temperamento
Ias diferencias
que nunca. No había exigido que se le devolviera
diente por diente, pero había desplegado una có-
ilai"ia"A. No cabe duda de que nuestro Paciente
precoz en este y en otros sentidos' En
ii;li;-tild" ^cualquler
lera que ni ella ni él sablan que podía experimentar. niño es a mostrsr
esta etapa -proqenso
¿O lo supo el niño antes que ella? Éste es un' ,n" ."yot intolerancia a la ré*ricción con respecto
puirto crucial, pues creo que la escasa tolerancia
á! Iibr"'rnouimiento y a las preguntas pérsistentes'
de este niño para la agresión se vela acentuada por en la
la connotación general de violencia en su familia. ür-Jgoioto aumentá de Ia iniciativa, tantoq-ue
á""ió"""o-o en la fantasía, vuelve al niño se
Más allá del conflicto individual, todo el medio particularmente vulnera'
de estos hiios de quienes huyeron de los ghetto§ encuentra en esta etapa
y los pogroms está invadido por el problema del ti" J'ptr".p¡o aa Éltq", v él habla -ll-egaclo. a
áitirn"iJ desagradablemánte corta del castigo
destino especial de los judlos frente a la cólera y la ;dtu"t;;;;'dienidi
"* En esa etapa, 1 tm niño le
violencia. Todo había comenzado significativamen- un gigante n*qt'" tiene miedo
te con un Dios que era poderoso, colérico y ven- drt, iiti¿it que es,que irU" *"y bien que sus pies
gativo, pero también estaba tristemente atribulado, te los gi[antes, ya
to"- ¿uññsi"do' óeqúeaos para las bota-s que calza
actitudes que había legado a los sucesivos patriar- ide*ái, la precocidad implica
cas, desde Moisés hasta los abuelos de este niño.
;- t*- i*l;slas.
-"t
-
;i;-;;" i"latirn aislamiento^ y un perturba{or
Y todo había concluido con la inerme impotencia á"t"á"ili¡tio. Asl, pues' su tolerancia frente a las
del pueblo judlo, elegido pero disperso, frente al de sus'padres era específicarnente baia
mundo circundante de gentiles siempre potencial'
;;;i"á;á;t
*n ql momento on que la llegada de la ahuela sumÓ
lU m¡r rr. EnrrsoN sAM Y LA MuEn?E tC6

conflictos ancéstreles latentes a los problsmas io.


cialos y económlcos del momento.
por qué arroio cosas. El arruina todo". Y agregó
rápidamente: "Esta noche no habrá ninguna es-
Este es, pues, nuertro primer "esp6cimen' dti cena, mamita".
una crisis humana. Pero antes de seguir disecÁu- Asl, el niño aprendió a compartir su autoobser-
dolo permltaseme decir unas pahbás sobre ol vaeión con la misma madre contrá la que solían
procedimiento terapéutico. Se hizo un lntento por
apuntar sus rabietas, y a convertirla en una aliada
sincronizar Ia tarea pediátrica con Ia psicoanalltlca.
de su ínsight Era de máxima importancia estable-
Las dosis de sedantes fueron dismiñuyendo gra- cer esa posibilidad, pues le permitía al niño adver-
dualmente a medida que la observaciói psicoana-
lltica comenzaba a discornir, y el i,nsighi a forta- tir a su madre y a sí misriro toda vez que sentía la
proximidad de esa peculiar cólera cósmica o cuan:
Iecer los puntos débiles en el umbral emocional áo percibía indicaciones somáticas (a menudo muy
del niño. Los estlmulos especlficos para esas áréas leves) de un ataque. Ella se ponla inmediatamen-
débiles se consideraron no sólo coñ eI niño sino te en contacto con el pediatra, quien estaba plena-
también con sus padres, a fin de que éstos pudie-
mente informado y se mostraba sumamente coope-
van- examinar su papel en eI desarrollo de la per-
rador, y aconseiaba alguna medida preventiva. En
turbación y llegaran a algún instght antes de que esta fórma, los ataques menores se redujeron a
su precoz hijo los superara en cuanto a la com- acontecimientos raros y fugaces que el niño apren-
prensión de ellos y de sl mismo.
dió gradualmente a maneiar con un mínimo de
Cierta tarde, poco después del épisodio en que conmoción. No se produieron ataques serios.
me arroió una muñeca a Ia cara, nuestro pequeño Al llegar a este punto el lector tendría derecho a
paciente se acercó, a la madre, que descansaba en protestar en ,el sentido de que tales ataques en
g1-_iliván. I-e puso la mano sobre el pecho, y dijo:-su un niño pequeño podrían haber desaparecido sin
"Sólo un chico muy malo querría sáltar sobre
necesidad de recurrir a procedimientos tan com-
mamita y pisarla; sólo un chico muy malo querría plicados. Es posible que asl sea. No se pretende
hacer eso. ¿No es asf, mamita?" La madre se rió
áfirmar aquí que se ha logrado una cura de la
y dljo: *Estoy segura de que a ti te gustarfa hacerlo opilepsia mediante eI p_sicoanálisis. Reclamamos
ahora. Creo que un chieo bueno puede pensar rñenós y, en cierto sentido, aspiramos a más.
que tiene ganas de hacerlo, pero sabrla que en
Hemós investigado el 'estlmulo psfquico" que
realidad no Io desea", o algo por el estilo: es difí-
en un perlodo particular del ciclo de vida del pá-
cil decir esas cosas y los términos exactos no son ciente óontribuyó a poner de manifiesto una po-
demasiado importantds. Lo que importa es su es-
píritu, y Ia implicación de qué hay dos maneras tencialidad latente para los ataques epilépticos.
Nuestra forma de investigación permite alcanzar
distintas de desear una cose, que pueden separarsc
conocimien\os en la medida en que proporciona
mediante Ia autoobservación y comunicarse a los
insight al paciente, y lo corrige en la medida en
otros. "Sí -respondió Sam-, pero no lo haré." que"se corivierte ett'ur* partá de su üda. Cual-
Lue$o asregói t'El ¡eflot E. siemprs me pregunta quiera gue sea su edad, Tepurrimo§ a §u caPacidad
166 f,nrr rr. Ennrsolt EAM y LA ¡¡u&T¡ 167

para autoexaminarse, para comprender y pbra pla- zado, y tal reparación impregnada de culpa a rñe-
near. Al hacerlo, podemos efectuar una cura o nudo trae apareado más daño. Lo que cábrfe e¡-
acelerar una curación espontánea, lo cual constitu- perar que el paciente y su famiüa obtuvieran de
ve una contribución considerable si se tiene en nuestro estudio sobre su historia es una más pro.
áuenta el daño hecho por el mero carácter habitual funda humildad frente a los procesos que nos go-
y repetitivo de tales tormentas neurológicas seve- bieman, y la capacidad para pasar por ellos con
ias. Pero si bien no pretendemos haber logrado mayor simplicidad y honesüdad. ¿Cuáles son eso¡
curar la epilepsia, nos'gustaría creer en priñcipio procesos?
que con estas investigaciones terapéuticas sobre un
fragmento de la historia de un niño, ayudamos a La naturale za de nuestro caso sugiere que co-
toda úna familia a aceptar una crisis en su seno mencemos eon los procesos inherentes al organls-
como una crisis en la historia familiar, pues un& rno. Et estas páginas nos ,referiremos al organismo
crisis psicosomática es emocional en la medida en como un proceso antes que como una cosa, pues
que el individuo enfermo responde espeeíficamente nos interesa la cualidad homeostática del organismo
a las órisis latentes en las personas significativas üviente y no los ltems patológicos que la sección
que lo rodean. o la disección permitirlan demostrar. Nuestro pa-
Sin duda, esto no tiene nada que ver con hacer , ciente padecía u¡ trastorno somático de un tipo
o aceptar reproches por el trastorno. Bn realidad, 'y una intensidad que sugieren la posibilidad lle
los autorreproches de la madre en el sentido de una irritación cerebral somáüca de origen anató-
que ella podía haber dañado el cerebro de su hiio mico, tóxico, u otro. No fue posible demostrar ese
al darle aquella fuerte bofetada, constitulan gran daño, pero debemos preguntarnos qué carga sig-
parte del "estíinulo psíquico" que buscábamos, ya nifica su presencia en la vida de este niño. Aun-
que aumentaban y reforzaban ese temor general a que fuera posible demostrar la existencia del daño,
la violencia que caracterizaba la historia de la fa- ello sólo constituirla una condición potencial, aun-
milia. Sobre todo, el teinor de la madre a haberlo que neeesaria, para la cbnvulsión. No podrla con-
dañado era la contraparte y, por ende, un refterzo siderarse como su causa, pues debembs suponer
emocional, de lo qué finaiménte entendemos que que son numerosos los individuos que üven con
constitula el "estímulo psíquico" patógeno realmen. una patologla cerebral similar sin tener iamás una
te dominante'Que Ios médicos de Sam querían que convulsión. El daño cerebral, entonces, se limitala
encontráramos, a saber, el temor del niño a que a facilitar la descarga de tensión, cualquiera que
también eu mad,re puüera morir, debido-al golpe , fuera la fuente, a través de tormentas convulsivas.
que le diera en el dlenté y a sus acciones y deseos i AI' mismo üempo, serviría para recordar penna-
sádicos más generales. nentemente la presencia de un punto interno de
No,' Ia culpa no constituye una ayuda. MIeú, i peligro, de una espasa tolerancia para la tensión.
tras exista un sentimiento de culpa, tambtén hay il Puede decirse que tal peligro interior vuelve aún
intgntgs irracionalsc por co¡nppncar el'dáño real: más bajo el umbral del niño para los peligros ex-
')
108 ERIr ¡¡. En¡r§oN saM Y.LA MITEBTE 169

teriores, sobre todo cuando se los percibe en las inilit:iiluat, Como so verá con mayores dotalle-s'
;;;-;ñ;to-"""ltrr protege la -coherencia y .la
irritabilidades y ansiedades -de los padres, euya
protección
-eisamente es
tán fundamentalmerlte necesaria, p1o' ilá1"iil"-lidra-áá t" eiperiáncia al preparar al re-
in-
debido al peligro interior. Así, resulta ;ffiá;p",; los choqües su.9 pue$e1 ser el
imposible establecer, como en tantos otros casos, ;h-d; di discontinuiáades irtbi[as tanto en el or-
en el medio, al permitirle anticipar
si ia lesión cerebral determina la mayor impacien- á"rit*o "o-o
cia,e irritabilidad del niño o si su irritabilidad (que irrs peligros internos y y al int-egrar. lo
compartla con otros familiares y a. l1 que estaba
"xi"*oi
;;;tffi;t"""i ;;; las'oportunidades de individua-
sociales' Así'
expuisto en su contacto con ellos) hace que su ;Iü;; ;i individuo un'sentimiento§er uno mismo'
les]ión cerebral resulte más significativa que en un identidad coherentes: de
niño de otro tipo y entre personas distintas. á;';";" -"ápi"üt" y de encontrarsecon
"i¿ñ en camino de
ru e-nfoqu-e
Por lo tanto sólo podemos afirmar que en la époea ll;g;; *:;;i ú qrá lr, otra gente,
ionsidera q,Ie sofnos'- Resulta ovl-
de la crisis la "constitución" de Sam, así como su má"s bondadoso,
temperamento y su etapa del desarrollo, tenlan ten- áente que ,rrrurtro muchacÑto trató de convertirso
deniias especlficas en óomún; todos c-o¡rvergla-n en en un iravieso y un preguntón inteligente, papel
la intolerañcia a las restricciones a la libertad loco- q;"; ,r, "omiát ro t a¡tá encontrado eficaz fren-
motora y la expresión agresiva. t'e al oeliero v que ahora, según compro\aba' lo
Pero las necesidades de Sam con respecto a su piovoórba] Hámós descrito en qué {orma s-u p-apel
agresividad muscular y mental no eran tan sólo de í;;;-**i"-oát* ,t"p"rarlo pa?a el papel adulto
temporaria-
nituraleza fisiológica,'sino que constitulan tm fac- üá-i"t"f""i"át ¡"ato¡^ se deiv-alorizó
tor importante dál dósarrollo de su personalida$ I *u".^tá debido ,' ,,r""ro, ocurridos en- eI vecindario
i á" "fi"gar. Tal devaluación deia fuera de com-
forma6an parte, por lo tanto, de su equipo defen-
sivo. En És situáciones de peügro, Sam utiüzaba io
il;;i ;il"ona á"i""tiuo, cuando "contrafóbico"
-de ,1á"ar, el niño se siente expuesto al ata-
lo que llamamos mecanismo defensa "contrafé'
bico-": cuando se sentla atemorizado, atacaba, y ""-i"á¿"
b ;t*r" L it "lrrso lo provoca' E-n
;;J 'Sr-, el caso
cuando enfrentaba un conocimiento que otros qui' .i" Jl "ataque" proveníá de una fuente so-
zás preferirían evitar por perturbador, hacla pre- máüca.
suntás con ansiosa peisistencia. Tales defensas, a Con todo, los papeles surgen de-l tercer p-rinciPio
ír, r"r, d""r"das a las sanciones de su medio ¿, ors""irátión:'el'sácial. Él ser humano de todas
-¿;ñ;,
temoráno."rrtque lo consideraba más encantador cuan- ü; desde el primer puntapi,é in utero
to riás rudó y despierto se mostraba.. Por lo tanto, hasta-el últimp suspiro, está organizado en agru-
el desplazar ál foóo, mucho de los ltems que on''i ;;;";irt á;-""oh"i"róit seográfic.a , e histórica:
ginalmlente figuraban como partes de su constifu-'I i"*ili", clase, comunidad, ñacién' Así, un ser. hu-
ción fisiológica y mental, terminan por pertenecor, mano es siempre un organismo, 9n Yol y un mtem-
los tres
i;;;'á" ;; toli"d"d, y"está involucrado enexpuesto
a un reg,rtáo pioceso de organización, que llama',
remos lá orgaiizacíón ile la, experiencia en el pio""tot de organización. St cue{po está
170 rur rr, ERrrsoN lraM Y L^ Mürñrt l1L

al dolor y_la tensión; su )¡o, a la ansiedad, y como tenecido a tres disciplinas científicas distintas -bio'
miembro de una sociedad, es susceptible al-pánico logía, psicología y ciencias sociales-, cada una
que eman& de su grupo. de las cuales estuüó lo que pudo aislar, contar y
Llegamos aquí a nuestros primeros postulados disecar: organismos individuales, mentes individua-
-
clínicos. Parece inmediatamente evidente que no les v coniuntos sociales. El eonocimiento asl ob-
Iay ansiedad sin tensión somática; pero támbién teniáo se'refiere a hechos y cifras, a localización
debemos aprender que no hay ansiedad individual y causa; y ha traído como resultado una contro-
que no refleje una preocupación latente común al íersia sobre la asignación de eada ltem a irno u
grupo inmeüato y al más amplio. Un individuo otro proceso. Nuestro pensamiento está dominado
se siente aislado v excluido de las fuentes de for- por 6sta tricotomía poique sólo ,a través de las
taleza colecüva óuando (aunque sólo en formá metodologías invenüvas de estas disciplinas es'po'
secreta) asume un papel que se considera parti- sible alcanzar algún conocimiento. Por desgracia,
cularmente malo, sea el de borracho o asésino, sin embargo, este conocimiento está sujeto a las
'mariquita" o tonto, cualquiera que sea la designa- condiciones baio las cuales se obtuvo: el organis-
ción habitual de la inferioridad que se utilice en mo que sufre una disección o un examen; la mente
su grupo. En el caso de Sam, la muerte de la entreglada al experimento o al cuestionario; Ios
abuela sóIo sirvió para confirmar lo que los niños coniuntos sociales desplegados sobre tablas est¿-
gentiles (o más bien sus padres) hablan señalado, dísticas. En todos estós casos, pues, una discipli-
esto es, que era un muchachito te¡riblemente malo. na cientlfica distorsiona la cuestión estudiada al
Por detrás de todo esto, desde luego, existe el hecho disolver activamente su situaeión de vida total a
de que era distinto, de que era un judío, proble- fin de poder hacer un corte aislado -que sea sus'
ma que ocupaba su atención no sólo y ni siquiera ceptible a la apücación de-una serie de instrumen-
primariamente a causa de sus vecinos, ya que sus tos o conceptos.
propios padres le señalaban permanentemente que Nuestro problema clínico, y nuestro preiuicio,
un niño judío debe ser particularmente bueno a son distintoi. Estudiamos crisis humanas individua-
fin de no ser partieularmente malo. Aqul sería les comprometiéndonos teralÉuticamente con ellas.
necesario que nuestra investigación, a fin de ha- Al hacerlo, comprobamos que los tres procesos
cer justicia a todos los hechos pertinentes, nos mencionados son tres aspectos de un mismo pro-
Ilevara otra vez a la historia en general; tendr{a ceso, esto es, la vida humana, acentuando de igual
que-reconstruir el destino de esta familia partiendo
manera ambos -términos. La tensión somática, la
desde esa ciudad norteamericana hasta un ghetto ansiedad individual y el pánico grupal son, cnton-
en una remota provincia oriental de Rusia y a toñs ces, sólo distintas máneras en que la ansiedad hu-
Ios hechos brutales de la gran Diáspoia.' mana se presenta a los distintos métodos de inves-
Nos referimos a tres procesos: el proceso somá- -La formación cünica deberla incluir los
tigación.
tico, el proceso yoico y el proceso social. En la trés métodos, ideal que los trabaios incluidos en
historia de la ciencia estos tres procesos han per- este libro persiguen tentativamente. Cuando exa-
172 , ERrr .u. Ín¡rsox

minamos cada ltem pertinente en un easo dado,


no podemos- eludir la convicción de que el signifi-
cado de w ítem que puede ser localizado en uno
de los tres procesos está codeterminado por su UNA FAMILIA NEURÓTICA
significado en los otros dos. Un ítem en uno do
los p:ocesos gana en importancia al dar y recibir
significación de ltems en los otros procesos. Con- Ner¡rex W. Acxpnuru'¡
fiamos er) que gradualmente podremos encontrai
palabras más adecuadas para tal relatioidad, en la
existencia humana.
Asl, de la catástrofe descrita en nuestro primcr Traduoido por Hnnr trh¡¡o¡¡¡rr¡u
ejemplo, no conocemos ninguna "causa". En cam- Extrectedo dc Dlagnó$bo g Tratamlento
bio, encontramos en los tres procesos una conver- de lm ¡ohalonos famllbrco
gencia de intolerancias específicas que vuelven Ia Edicionos HORMÉ, 196I
catástrofe retrospectivamente inteligible y proba-
ble. La plausibilidad así obtenida no nos permito
retroceder y anular las causas. Só1o nos hace com-
prender un continuo, en el que la catástrofe señaló
un acontecimiento decisivo, acontecimiento que aho-
ra arroja su sombra sobre los mismos ítems que
parecen haberla causado. La catástrofe se ha pro-
ducido, y ahora debemos introducirnos como agen-
te curativo en la situación postcatastrófica. Nunca
sabremos cómo fue su vida antes de verse asl
afectada, y de hecho nunca sabremos cómo fuc
su vida antes de que nosotros interviniéramos en
ella. Éstas son las condiciones bajo las que reali-
zamos la investigación terapéutica.
NATHAN W. ACKERMAN UNA FAMILTA NEURÓTICA

NatLmn W, Acke¡man no es un psicoanallsta de niñoc, Quizá la forma más satisfactoria de hacer más
sin embargo figura en esta selección de grandes c¿so§, pues explícitas algunas de mis, ideas generalizadas, es
el enfooue out ha desarrollado en estos ultimos treinta ver una familia específica que ejemplifica pertur.
años, el- de ia'Psicoterapio ilel g¡upo famllb¡, brinda un
nuevo ángulo desde el cual pueden enriquecerso las técui- baciones y problemas comunes a gran número de
cas de traámiento. El doctor-Ackerman, trisicoanalista didác- famiüas norteamericanas contemporáneas. Asl pue-
tico, profesor de Psiquiatrla de la Columbia Univers§, di- den ser vistos en su uso real los conceptos de diag-
rectoidel Instituto de la Familia en Nueva York, ha desarro-
Ilado todo un cuerpo de doctrina del tratamiento familiar, nóstico y terapia familiar.
desde la dinámica hasta el diagnóstico y la técnica. Do su El que concurrió primero a la consulta para ser'
libro Diagnóstico A tratemiento d,e las daclanes tamllla- tratado psiquiátricamente en esta familia fue el
res hemos extractado un caso que muestra do qué modo hiio mayor, Bill Brown, de ocho años. Bill tenía
utiliza este método que implica entrevistas variadas con
distintos miembros de la familia y una acüva participación temores de ser lesionado físicamente. Su padre,
del terapeuta. Alejado del PsicoanáIisis, su enfoque q$Iiza que era hipocondríaco confirmado, se resistla a
conceptós sociales y culturales que enmarcan los conllictos creer que su hijo fuera "anormal". Vino contra su
internos dentro de un contexto áparentemeqte con posibili-
dades de ser rranipulado y modificado externamente, afl
voluntad a ver al psiquiatra a causa de su hiio, pues
no desdeña el conséjo, la prohibición, ni el apoyo clirecto. Ia madre del muchacho lo presionaba.
Muestra también cómo la enfermedad neuróüca de un La señora Brown deseaba ansiosamente que su
miembro de la famüa, y de un niñb en especial, puedo ser hijo recibiera ayuda psiquiátrica. El señor Brown,
Ia cristalización de los confictos dol grupo familiar. aunque admitla que el niño tenía temores de ser
dañado físicamente y de desangrarse, afirmaba sin
embargo que tales temores eran 'hormales", y que
el niño 'tos superarla". Decla que el niño era
exactamente como é1, parecla preocupado tanto
por sl mismo como por su hiio. Al referirse a sus
ánsiedades hipocondríacas, el señor Brown decla
que no estaba seguro si las había heredado o ad-
quirido "por ósmosis". Al principio sus modales
eran suaves y volubles, pero pronto se volvió agu'
damente ansioso. Lanzaba miradas furtivas por la
habitación, se quejaba de la corriente de aire, te-
mía tomar frlo, y se arropaba en su abrigo. Era
176 NArHAN rr. uNA rAMlLra Nrunó¡rcrr 117

,,^gá**
y quisgufiloso. Expuso claremente
suspicez, alerta unión familiar era superficial y más simulada que
su temor de que la p,siquiatría dañara a su hijo, y real.
buscó asegurarse de que el psiquiatra era de lo El señor Brown presenté un cuadro romántico e
meior. irreal de su familii. Describla sus relaciónes con
Pero Bill tenía otros síntomas: ansiedad aguda su esposa e hijos como idílicas. En realidad, estala
al separarse de sus padres, rituales al acostarse y latentl un grave conflicto sexual y una profunda
pesadillas. Tenla temores de ser atacado flsica- división entre los padres. El señor Brown tenla
mente de noche y apuñalado. Si se caía y se ras- una ligazón dependiente, culpable, con su madre;
guñaba, se asustaba terriblemente. En su primer su padre había muerto en un accidente. La se-
año de vida, los padres se alarnaron por el co- ñorá Brown tenía también un apego dependiente
mentario de un médico de que el niño tenla el cora- con su madre, pero _hostil y culpable. Guardaba
zón agrandado. Llevaron a Bill a ver un médico rencor tanto a su madre como a su suegra y ridicu-
tras otro y, finalmente, quedaron convencidos de Iizaba al señor Brown por ser un'hene de mamf'.
que no tenía ninguna enfermedad al corazón. Sin La actitud de la señora Brown hacia sus hijos,
embargo, persistieron sus temores por la salud del aunque escrupulosa, era desapegada, frla y nada
niño. En sus primeros años, una niñera cuidaba a demostrativa. Era dominadora y los mantenía ata-
Bill casi todo el tiempo. Cfuando sus padres se dos a un horario estricto. El señor Brown los pro-
sentlan exhaustos por el cuidado de la casa y los tegía ansiosamente y con excesivo cuidado. Com-
niños, se iban de vacaciones, dejándolos con una petla con ellos en zu exigencia de atención exclu-
niñera. A los cuatro años, a continuación del na- iiva de la madre. Participaba en sus actividades
cimiento de su hermana, Bill empezó a tartamu- en forma intensa, impetuosa. Vivía experiencias a
dear, pero esta perturbación desapareció rápida- través de ellos. Su actitud hacia ellos parecía inse-
rrrente. gura y f.orzada, Cuando el señor Brown se unla o
El señor Brow no había sentido grandes deseos los niños, la señora Brown se mantenla silenciosa
de tener hijos. Pero la señora Brown logró rápi- a cierta distancia, o desaparecla del escenario. Se
damente un chico tras otro, no por un anhelo de retiraba enoiada y malhumorada, dejándole que
maternidad, sino para escapar a la dependencia fuera el único progenitor.
adhesiva de su esposo, a sus exigentes pedidos de Las actividades de la familia eran rutinarias y
atención, y a su miedo pánico, contagioso, de la excesivamente organizadas. Habla poca alegrla o
erfermedad. vitalidad. La vida de Ia familia estaba apagada
Esta es una familia de recursos. Está constituida por la férrea mano de la madre. Bill y su hermana
por los padres y dos hijos, Bill y su hermana me- óompetían entre sf.
nor. En su aspecto externo la familia parecía muy Alrededor de tres meses después de la iniciación
unida, pero las relaciones familiares eran tensas, del tratamiento de Bill, la madre de la soñora Brown
forzadas y antinaturales. Los padres estaban uni- murió en forma repentina, accidentalmente. La
dos por su excesiva ansiedad por los hiios, pero Ia soñora Brown fue entrevistada en el misrno dla.
178 NAmAN w. ,rürEnMAN uNA FAMILTA Ncr¡rró¡rcá,, Llg

Estaba conmovida, agitada, y hablaba en forme Brown era eI hombre que su madre hab{a ebgido
mlsteriosa, impulsiva, exaltada. Parecla atormen- para ella, wr self-mad,e mon y un miembro pro-
tada. Tenla una sonrisa inadecuada, de soslayo. rrrinente del club. Fabricaba visiones de sí misma
Hlla sabla que su madre tenía que morir, se sentla como una matrona rica, confortable, en una casa
profundamente afligida y, sin embargo, se sentfa lujosa, envidiada por las otras mujeres. Dos sema-
Iiberada de una carga enorrne. Estaba "riendo por nas antes de su casamiento se enteró de los temo
fuera, llorando por dentro". res hipocondríacos de su novio, de su retraimiento
Durante este mismo período estaba surgiendo aterrorizada en la cama y su invalidez temporaria.
una tensién en aumento entre el señor y la señora Lo identificó con su madre, que se comportaba en
Brown por la frialdad sexual de ella. El señor forma similar. Al descubrir esta debilidad en su
Brown insistla a su mujer para que se procurara novio se éndureció emocionalmente, pero sin em-
ayuda psiquiátrica. EIla se resistía. Tenía Ia con- bargo llevó a cabo la boda. Era sexualmente fú-
vicción de que si alguna vez re confiaba a un psi- gida, pero representaba el papel de esposa que
quiatra explotarfa y estallaría un infierno en sus goza. Se mantenla muy ocupada con los niños
relaciones con su esposo. Se mantuvo fiel a su pa- para evitar la intimidad con el marido. Admiraba
labra. Una noche tuvo un gran estallido contra su capacidad de ganar dinero, pero en lo demás lo
su esposo. Gritó que Io odiaba a él y a su madre, desdeñaba. En el hogar tomaba todas las decisiones
que las relaciones sexuales eran un suplicio, que por é1. Su sensación de dominarlo le daba un se-
sólo habla simulado responderle. Declaró que nun- creto iribilo.
ca más querría dormir con é1. Esta erupción apa- Déspués de la conmoción de la crisis matrimo'
reció a pesar de su resolución conseiente de ocultar nial qire siguió al estallido de la señora Brown,
su rabia. EI señor Brown reaccionó con un shoek .ambos cónyuges mostraban aflicción. Sentlan eomo
transitorio y depresión. si la casa entera estuviera por caérseles encima.
Después de este e¡Disodio, confesó su estallido Se apresuraban a apaciguarse mutuament€. Se es-
al psiquiatra, comportándose como si hubiera sido tableció una tregua. Los padres conünuaban com-
una niña traviesa. Expresó zu creencia profunda, partiendo su hogar, vida social e hijos, mantenlan
de tinte mágico, de que tenía el poder de demoler h apariencia externa de una familia fntegra, pero
a su marido. Admitió haber sido cruel pero diio las ielaciones sexuales disminuyeron casi a punto
que era un gran alivio. Tenía una expresión im- de desaparecer.
ponente, expresaba fantasías de destrucción de su Esta famiüa es producto de la relación reclpro-
esposo tal coryro hizo después de la muerte repon- ca entre las neceiidades afectivas enfermizas do
tina de su madre. Habló de su gran irritacíón por dos personas. He aqul una mujer que se casa con
los requerimientos sexuales de su marido, su agi- una promesa de seguridad económica y engrande-
tación en la casa y sus temores recuffentes y ca- cimiento social y un hombre que se casa con el
tastróficos de enfermedad. bonito cuadro dé una muier que lo hará lucirse y
"Sé gue me casé con mi padre", diio. El señor, que será une madre muy cariñosa. El objeüvo
f80 NATH N w. acf,rRxtN rrNA ñArtrIJA rtgr¡nór¡Cr, 181

principal es éxito social, dinero y poder. La rela- rechazaba el papel de esposa y compañera matri-
ción entre estas personas era emócionalmente irreal monial. Reducía a su esposo a la posición de un
e impersonal. niño débil. Mantenía un control omnipotente sobre
-
La unión superficial de esta pareja descansa prin- su esposo e hijos. Desplazaba a su hijo el rechazo
cipalmente en la participación mutua en amb]cio- hosül que no expresaba abiertamente hacia su es-
nes sociales comr¡nes. Complementaban mutua- poso. Sofocaba a Bill con su rígida rutina. Se
mente sus necesidades de dependencia y poder, y aliaba emocionalmente con su hija contra su hijo.
cooperaban para mantener una apariencia-de con- En contraste con esto, el señor Brown era seduc-
formidad social. La aguda barrera emocional y tor con Bill y se identificaba demasiado con é1. Pe-
sexual que había entre ellos los impulsaba a diri- dla a Biü la ternura y el afecto que no obtenía de
girse hacia los niños. Vivían sus necesidades sui- su espo_sa. Pero también competía con él y lo
titutivamente, a través de los niños. Utilizaban a efeminaba. En este cuadro es fácil ver el papél de
su hijo para sus confüctos. El equiübrio entré hs Bill en los éonflictos no resueltos de sus pádres.
relaciones paternales era precario. Estaba aguda- La psicoterapia de Bill planteaba problemas es-
mente perturbado por dos acontecimientos inter- peciales. Requerla intervención terapéutica en dos
conectados: la muerte repentina de la madre de niveles principales: terapia diretca para los con-
Ia señora Brown y la violenta explosión de ésta flictoS internos de Bill, y terapia pará los focos de
y su rechazo sexual del marido. Cuando reconoció per,turbación en ,las relaciones famiüares, espe-
ante sl misma la similitud entre su esposo y su cialmente el núcleo del trastorno en la relación
madre, no pudo tolerarlo más eomo hoinbre.' ' matrimonial. Pronto se hicieron evidentes las se-
La orientación principal de esta relación es esen- ñales de los múltiples focos de conflicto en este
cialmente coercitiva y dominadora. Contiene en grupo familiar. Bstos indicios indicaban la nece-
sl una profunda traza de hipocresfa. Es una rela- sidad de psicoterapia para ambos padres, tanto
ción en la que el oquilibrio en las relaciones de como para el niño. En este caso, sin embargo, el
papeles entre marido/ y muier no puede ser esta- padre estaba ya en tratamiento con otro psiqulatra.
ble. Hay dificultad para mantenef una idenüdad Por consiguiente, se concertó terapia individual
e_stable y unida a través del tiempo. La capacidad para Bill y su madre con el mismo psiquiatra; ade-
de controlar el conflicto es muy pobre en ésta re- más de eso so combinaron sesiones terapéuticas en
lación. Es mlnima la capacidad potencial para momentos adecuados para los padres como pareja,
adaptarse al cambio, para aprendei de la expe- pa? las perturbaciones en la relación madie-hiio,
riencia nueva y lograr mayor desarrollo. padro-hiio, hijo y ambos padres y, finalmente, ie-
Los temores de Bill do ser dañado flsicamente siones ocasionales que incluían al niño, su herma-
eran síntomas de una neurosis profunda ligada al !a y su_ mgqle. Primero se emprendió la terapia
desaiustc matrimonial de sus padres. Ambos tra- directa de BilL Tres meses más tarde la madro fue
taban a sus hijos como prolongaciones de sl mi*, tomada en tratamiento.
mo§,'poro competlan por ellos. La soñora Brown Se resumirán primero las caracterlsticas signifi-
182 NATrraN w. acxEBMAN UNA r MrLrA rvsr¡nórrce 1gg

cativas en la personalidad de la señora Brown, por promi¡os_ vaclos, cautog Fingla una
su relación con los conflictos de Bill. La señora "orr"iliito¡os.
actitud de resignación ante la nada que era lu vida.
Brown no admiüó en seguida ante sl misma la pre- La psic-oterapia moülizó su conflicto latente, sus
sencia de aflicciones neuróücas importantes. Cons- temore-s de muerte y destrucción, y su actituá sa-
cientemente pensaba que era una mujer exitosa y crificada ante la vida. Se consolaba principalmen-
satisfecha. Manejaba sus problemas principalment-e te con su sensación de g¡andiosidad, de poáer má-
por evitación y negación mágicas. Se ponla una gico sobre su esposo e hijos. Su papei de niña
barrera contra la angustia consciente. Con su preo- herida y solitaria se ocultaba ba¡o éstá apariencia
cupación compulsiva por las obligaciones ¡utiriarias de omnipotencia. A medida qrré progresió su te-
podía reprimir el reconocimiento del conflicto re- rapia, se alejó más y más de su esposo, luchó can-
lacionado con sus impulsos destructivos. Oculta tla su incapacidad de amar a un ñombre y su ac-
tras su rutina diaria estaba la necesidad de cum- titud cínica, explotadora. Estaba aliviadá de h
plir penitencia por su odio y deseos de muerte ha- necesidad de desplazar hacia su hijo su ataque om-
eia su madre. Su actitud hacia su padre y los nip-otente, castrador, a su esposo. A pesai de su
otros hombres era ambivalente. En cierto sentido rechazo total de su esposo, quería coñservar todo
desdeñaba a los hombres por su debilidad -y porque Io -preservar
que- t_enía. Quería Ia apariencia de
fácilmente caían víctimas de las mujeres. En otro seguridad y unidad de la familia, consen ar su casa,
sentido envidiaba a los hombres y competía con preservar su lugar como madre de sus hiios, pero
ellos, la impulsaba el deseo de póder. Se aliaba no consegula ser sincera con su esposo.
con sus hermanas en una especie de ejército femo-
nino militante contra los hombres débiles, a los ,,! medida_que_p-Iogresó_el tratamiento de Bill y
el de su madre, Bill se volvió menos ansioso y em-
que explotaban. Bajo las defensas superficiales, pez6 a manifestar actitudes emocionales más'sanas
había un núcleo de depresión crónica, un renun- y. Iibres. Sin embargo, al. mismo tiempo, el pro-
ciamiento hostil a los padres y la familia, y culpa blema matrimonial se tornó más crítico.tÉr,
y ansiedad ante muülagión y muerte. En un sueño "fáto,
se deshizo el desplazamiento del conflicto familiaí
que siwe de ejemplo típico, reducía a momias con- al_niño, y el foco de perturbación volvió de Bíll
t¡'aldas a todos los miembros de su grupo familiar. a Ias relaciones entre los padres.
Vivía como si estuviera medio muerta; estaba El tratamiento de Bill habla empezado con se-
desapegada. Tenía poco gusto por la vida e in- siones que implicaban a Bill y a su padre. para
tereses estrechos; su rutina diaria era vacía y des- conseguir acceso a Bill, se nécesitaba- neutralizar
provista de significado. Se coloeaba a sí misma y primero los temores de perjuicio del señor Brown.
a su familia en una envoltura estrecha, en una AI pri¡sipio Pill verbaliiaba poco. Tenía una ex-
prisión emocional, pero se engañaba a sí misma pr9{ó1 facial triste, lngustiada. Mostraba poca
pretendietrdo que üvía una vida confortable, có- iniciativa o espontaneidad. Vi$laba a su pad.e y
moda. No tomaba verdaderas decisiones, sólo com- al terapeuta. En estas sesion-es iniciales i*
"or-
ducta.del padre se earacterizaba por dos actitudes
uNA FAM¡Lra ¡¡¡unór¡c,r, 185
184 NATIIAÑ W. ACESNMAN

ras cada vez más grandes, pero nunca consegula


principales: la necesidad de lograr- roasegurarnien' destruir completamente al muñeco. El tPr-apeu-ta
ios dá que el psiquiatra no dañarla a su-querido interpretó q.ri gill se sentía demasiado débÍl y de-
hiio. v Iá neceiidad de exhibir al niño. Hizo ro- masiido asüstado como para destruir al superhom-
f"i'"ráirt vehementes y vanidosas de la hermosa bre. En efecto, BiIl era demasiado pequeño para
cara de Bill, su atractivo, y su mente brillante. pelear con sus padres o con el terapeuta.
Gradualmente, a medida qué disminuyeron las an-
siedades del señor Brown, también se tranquiüzé
BilI mostró entonces sus temores de ser atacado
con un cuchillo en la oscuridad por un extraño.
el niño. Después de unas pocas sesiones asl, el Erylresó su excitación en aumento al prender ho-
señor Brown fu tranquilizó lo suficiente y se retiró.
eo6ras en las que trataba una y otra vez de ani-
Entonces Bill vino solo a zus sesiones. o el superhómbre de una vez
La actitud del terapeuta era de tranquila acepta- á,ril"r la aparióión
-Pero
for todas. contra este enemigo el muchacho
ción de Bill. Demostraba interés, pero no se en' se sentla impotente.
trometía. Al principio Bill actuó con considerable
-poco, Durante esta actividad, Bill reveló espontánea-
inhibición. Poico a a medida que aumentaba
exploió la habitación y se volvió un mente una experiencia que había tenido en casa
su seguridad,
con su madre.-Pidió a la madre que avivara el fue-
partictípante máJ activo. Se ocupó qn un !u9So. d9 go en la chimenea para hacer una llama más bri-
iu"og"i la pelota. En este juego dramatizó- rápi- i=lante. Su madre aócedió, pero en cambio, mien-
daménte sri tet or al daño físico. Cuando la pe- tras simulaba atizar el fuego-, en realidad lo apagó.
lota era arroiada hacia é1, se agachaba o mostiaba La discusión de este episodio induio a BilI a ela'
una respuesta de sorpresa. Frecuentemente, cuan' borar con más detalle ius sospechas de su madr,e,
do reco-gía la pelota, mantenía alto la punta de su 'su"desconfianza de ella, su ternor y convicción de
dedo como si se hubiera lastimado dolorosamente. que lo traicionaba. Entonces per-sonificó la- apa-
Lloriqueaba, gritaba, hacía pucheros y se rehusaba iición como su madre y trató de quemarla en
a jugár. El'térapeuta miraba el dedo y señalaba fuego.
que no veía nada. Esto era seguido por un inter-
Mientras tanto, el niño reveló sus propios temo-
ámbio de comentarios sobre la creencia de Bill res de ser quemado. Mostró un interés excitado
de que el terapeuta se estaba dedicando a dañarlo'
Dorque el teiapeuta fumaba y por su talento para
Las^queias lloiosas y la irritabilidad de Bill se tor- iracár anillos áe humo. Indicó su deseo de en-
""rrri "áa"
,", ^ít exhibicionistas. Acusó abier- cender él mismo un cigarrillo, pero temía quemar-
tamente al terapeuta de conspirar para hacerle da-
ño. Sin embargó, se abocó a una participación cfrla se. I-Jna vez más Bill trataba al terapeuta como
oersesuidor. La discusión de la desconfianza de
vez mayor con el teraPeuta. 'gitt ñacia el terapeuta tranquilizó sus temores de
Bill personificó al terapeuta en un muñeco, e ataque y daño. se hizo más osado- para experimen-
identifióó a este muñeco con una aparieión o un tar,-tan[o para encender sus propios fó-sforos como
fantasma, luego con un superhomb¡e . D-espués paia fomal cigarrillos. Moslraba cada vez más
trató de destruirlo en una hoguera. Hacla hogue-
186 NAT¡¡AN w, acTERMAN UNA FAMrLra ¡rsunóficá, 187

satisfacción en esta masculinidad de fumador re- tlmida, óaütelosá, sü iniedo de Ia ira rld sri madr6.
cién hallada. Esta identificación con la masculi- Gradualmente se hizo más osado y expresó más
nidad del terapeuta fue en aumento. Bill habló abiertamente su crltica hostil de ella. Finalmente,
más de su padre, describiendo el temor de éste a llegó a un punto en que podla pretendér qu-e le
Ios estallidos de ira de la madre. También descri- pegaba. Su madre ricibla estos reproches eon ün
bió cuánto más afectuoso era su padre que su ma- silencio tenso, sombrío, pero no reaccionaba. Pa-
dre. Disfrutaba jugando con su padre. - Pero este recla inrnovilizada. Bill sentla que podla éstar
juego_ era intensamente competitivo. Su padre le más seguro en éstas sesiones con la madre porque
insistfa para que boxeara, pulseara o hiciera esgrima ella no se atreverla a ataearlo en el consultorio
con é1. En medio de estas actividades el fadre del psiquiatra. Pero aún temla su venganza en
agitaba a menudo al niño cosquilleándolo intensa- casa. A medida que disminuyó la ansiedad y acü-
mente._ Esto producía en Bill una mezcla de placer tud defensiva de la madre, esté témor también
y mreqg ggudo. El terapeuta aconsejó al ^padre cedió. Durante un perlodo de tiempo, Ias sesiones
que Bill abandonara este tipo de juego. con Bill y su madre Ie permitieron no sólo aliviar
Aunque al principio Bill se cuidaba de tener con- su angustiada hostilidad hacia ella, sino también
tactos físicos con el terapeuta, se tranquilizí gra- su deseo subyacenté de reconquistar su afecto. En-
dualmente y empezó a tomar placer en ello. Tráns- tre eI niño y Ia madre-se désarrolló üna nueva
formó sus temores a ser lastimado físicamente en clase de inümidad, Que procuró placer a ambos.
un tipo de iue-go parodiando un drama que le pro- Se llevaron a cabo sesiones terapéuticas también
vocaba estallidos de alegres risotadas. De esta lor-, con Bill y su padre, y durante bllas sé hizo claro
ma chistosa dramatizó fantasías de morderse la sue eI niño se aliaba con eI padré contra Ia ma-
punta del dedo de la mano o del pie, o iubilosas dre. Habla una manifestación inás franca de afec-
expresiones de placer al lamer depósitos secos de to entre el niño y el padre. Pero BiIl censüraba
transpiración de sus pies. Con ánimo similar dra- a zu padre por estar tan asustado clé Ia madre y
matizaba su sensación de que era como un pollo por su fracaso en protegérlo del control hostil de
con la cabeza cortada. No le estaba permitido usar ella.
su propia cabeza. Su madre siempre combinaba Finalm6nte, hubo sesiones con Bill ii ambos pa-
sus entrevistas para é1. No tenla memoria. Al mis- dres, en las qrre eI niño expresó uná vez más sü
mo tiempo, se sintió cada vez más libre para acep- clesilusión por la timidez de su padre. Usurpó Ia
tar golosinas del terapeuta: caramelos, masitas, eti. posición de hombre de la familia f empezó a co-
Gradualmente se volvió mucho más seguro y se rregir a Ia madre como si fuera el padre. Inténtó
portaba como un hombre. Iuchar con la madre la batalla de su padre. La
Bill se tornó cada vez más libre de la domina- seguridad masculina de Bill dio coraje aI padre
ción de su madre en la casa. En ese marco, las para expresar más dlrectamente su lnsatisfacción
sesiones terapétuicas se llevában a cabo con Bill con su esposa.
y su madre. Al principio Bill expresaba en forma Duranto esto pérlotlo BiU hablqh,q Qon gnayor ¡e'
suddad v libertad do su curiosidad sobre las rola-
iiorr"r dxuales entre sus padres y su fantasla de
que su madre podría dañar los genitales de su
óadre. Esto llevó a una discusión de su interés
ior la masturbación y su temor a lastimar sus ge'
ñitales. v esta ansiedad se alivió,
Otros'niveles de intervención terapéutica en las
pautas del conflicto -implicaron sesiones con Bill,
iu hermana y su madre, y también visitas al hogar
para maneiaí tensiones agudas en el grupo familiar
entero.
El resultado del tratamiento de Bill fue exce-
lente. Sus temores se disolvieron. Era impresio-
nante su desarrollo positivo como muchacho con
creciente ffumeza y'seguridad. El tratamiento del
trastorno residual en las relaciones conyugales're-
sultó un arduo problema. Los esfuerzos para ela-
borar el ssnflicto matrimonial básico consiguieron
sólo un éxito limitado. La madre acariciaba secre-
tamente la perspectiva de un divorcio eventual, perp
ontó por obstergar toda acción ep interés de sus
^ 'padre, aunque expresaba cada vez
hiios. El más
abiertamenlt¿ su insatisfacción, continuaba temien-
do a la madre. Persistla una tregua inquieta, con
cl acuerdo tácito de evitar Ia discusión de la sepa-
ración sexual. Pero este problema familiar ya no
oe proyectaba en Bill, cuya meiorfa continu6.

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