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El combate al racismo y el Estado mexicano

Fernando I. Salmerón Castro

29 de junio de 2020

Durante las últimas semanas, las manifestaciones que tuvieron lugar en muchas ciudades de
Estados Unidos para protestar por la brutalidad policiaca contra la población de color revivieron el
debate público sobre el racismo en el mundo. En México se presentaron algunas protestas
manifestaciones como reflejo u onda expansiva de este movimiento. Algunas de estas
manifestaciones llamaron la atención por su carácter violento debido a la participación de los
llamados grupos “anarquistas”. Manifestaciones Expresiones contra la discriminación y el racismo
que promueven un discurso de odio y destrucción de los que consideran símbolos de riqueza y
acumulación capitalista.

Estas manifestaciones, sin embargo, poco voltearon a ver las evidencias de la discriminación y el
racismo que es tiene una presencia nacional muy importante. En otros números de esta Revista
hemos señalado los resultados de las encuestas sobre discriminación que inicialmente realizó el
Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (ENADIS 2010) y que en 2017 fue realizada por el
INEGI (ENADIS 2017). El pasado 19 de marzo, en conmemoración del Día Internacional de la
Eliminación de la Discriminación Racial, el INEGI difundió indicadores sobre este problema, de
discriminación y destacó que en ese año, 20.2% de la población de 18 años y más declaró haber
sido discriminada en el último año; que de la población indígena de 12 y más años, 24% declaró
haber experimentado al menos una situación de discriminación en los últimos cinco años y que, de
las población indígena de 12 y más años, 75.6% consideran que las personas indígenas son poco
valoradas por la mayoría de la gente. Estos son sólo botones de muestra de prácticas
discriminatorias que existen en México y que afectan particularmente a grupos sociales que
históricamente han sufrido esta privación de sus derechos y han visto vulneradas su dignidad,
libertad, autonomía y autodeterminación.

Debido al carácter general del problema de la discriminación y a las dificultades para erradicarlo
de manera permanente, la Organización de las Naciones Unidas ha establecido diversos
mecanismos para combatirla. Uno de ellos es el Comité para la Eliminación de la Discriminación
Racial (CERD, por sus siglas en inglés), que es un órgano de expertos independientes que supervisa
la aplicación de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial por los Estados que han firmado y de la forman parte. Como parte de las
responsabilidades de los Estados miembroparte, se entregan informes periódicos que presentan
los avances y las medidas adoptadas para avanzar en la eliminación de las prácticas
discriminatorias. A la fecha, México ha entregadopresentado 21 informes.

El Estado mexicano presentó los informes periódicos 18º a 21º combinados en agosto de 2019
ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD). El Comité expresó su
beneplácito por la presentación de los informes, el alto nivel de la representación y la información
adicional ofrecida en el dialogo. Reconoció cinco aspectos positivos: a) El reconocimiento
constitucional de los pueblos y comunidades afromexicanas en 2019; b) las reformas realizadas a
la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación de junio de 2018; c) la creación del
Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas en 2018; d) la aprobación del Programa Nacional de los
Pueblos Indígenas 2018-20124 y e) la realización de la primera Encuesta Nacional sobre
Discriminación realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (ENADIS 2017 por el
INEGI). Asimismo, el Comité se mostró satisfecho de la recepción que habían tenido sus
integrantes para venirisitar eal país y por la visita realizada por la Relatora Especial sobre los
derechos de los pueblos indígenas en noviembre de 2017. Como otro punto a favor, celebró la
participación de las organizaciones de la sociedad civil mexicanas y, de la Comisión Nacional de
Derechos Humanos, y animó al Estado mexicano a continuar favoreciendo espacios de
participación social de la sociedad civil y a fortalecer su cooperación con la CNDH.

El CERD encontró, sin embargo, varios motivos de alertapreocupación y, para cada uno de ellos,
emitió algunas recomendaciones. Los 15 motivos de preocupación se refieren a la recopilación de
datos de autoidentificación; la definición de discriminación racial; la incitación a la discriminación
racial; la institucionalidad; la lucha contra la discriminación racial; la discriminación contra
afromexicanos; la situación de los pueblos indígenas; el consentimiento libre, previo e informado;
las tierras, territorios y recursos de los pueblos indígenas; las múltiples formas de discriminación;
la discriminación en el sistema de justicia; la libertad de expresión; los ataques contra personas
defensoras de derechos humanos; las condiciones de trabajo de personas indígenas mexicanas y
migrantes indígenas; las personas migrantes, solicitantes de asilo y refugiadas. Incluyen también
otras recomendaciones relacionadas, con la ratificación de otros tratados, el seguimiento a la
Declaración y el Programa de Acción de Durban, el Decenio Internacional de los
Afrodescendientes, las consultas con la sociedad civil y la difusión de las observaciones y las
recomendaciones emitidas.

Todas las observaciones y recomendaciones son importantes en la medida en que señalan


aquellos puntos en los que el CERD considera que el Estado mexicano debe empeñarse para lograr
la eliminación de la discriminación racial. No obstante, el propio Comité considera que hay cinco
recomendaciones que tienen una importancia particular. Sobre ellas En estos casos se solicita
información detallada sobre su cumplimiento y las medidas concretas adoptadas para hacerles
frente en el próximo informe, que debe rendirse antes del 22 de marzo de 2022. En este texto,
únicamente voy a referirme a tres de estas recomendaciones que me parecen particularmente
importantes en este momento.

La primera, contenida en el párrafo 7 del Informe, se refiere al fortalecimiento de la recopilación


de datos sobre la composición étnica de la población. A pesar de que reconoce que se ha hecho un
gran esfuerzo, aún detecta graves discrepancias en los datos estadísticos generados sobre la
población afrodescendiente. Por lo tanto, recomienda continuar con los esfuerzos para fortalecer
la recopilación sistemática de datos. En particular, recomienda plantea llevar a cabo una revisión
de las categorías y las metodologías utilizadas para la auto-identificación de la población en la
recopilación sistemática de datos, con el propósito de “generar información fiable, actualizada,
desagregada y completa sobre la composición étnica de la población”, así como sobre su situación
socioeconómica. Esto debe hacerse de manera tal que permita dar cuenta del acceso al trabajo, la
educación, los servicios de salud y justicia. Sugiere que, con la participación activa de los pueblos
indígenas y la población afromexicana, otros grupos étnicos y las organizaciones de la sociedad
civil, se logre adoptar una metodología apropiada para el Censo de Población y Vivienda de 2020,
de tal forma que se incorporen criterios adecuados que permitan la auto-adscripción.
No sabemos cómo va a resultar el censo de este año, cuya aplicación se vio seriamente afectada
por las medidas de distanciamiento adoptadas para hacer frente a la pandemia del COVID-19. Sin
embargo, uno de los temas que se habían trabajado mucho era justamente éste. Por primera vez
en un censo de población en México, se adoptó la pregunta siguiente: “Por sus costumbres y
tradiciones, ¿se considera usted afromexicano, negro o afrodescendiente?”. Esta es una medición
que permitiría recuperar el número de personas que se autoadscriben como afromexicanas y, con
ello, establecer sus características sociodemográficas, de ocupación, movilidad, educación, entre
otras. Esta información permitirá cumplir con una parte significativa de la recomendación del
párrafo 7. Tendrá que venir después una medición más cuidadosa sobre la autoadscripción a otros
grupos étnicos que existen en México.

La segunda recomendación del CERD que destaco aquí se refiere a la lucha contra la discriminación
racial en México (párrafo 15). El Comité insta al Estado mexicano a “elaborar una política nacional
integral de lucha contra la discriminación racial”. Esta debe incluir “un plan nacional contra el
racismo y la discriminación”. Y, para asegurar su efectividad, debe garantizar que la
instrumentación se lleve a cabo “con la participación efectiva de los pueblos indígenas, la
población afromexicana, así como de otros grupos minoritarios”, debe contar con los “recursos
técnicos y financieros necesarios” y debe establecer mecanismos de coordinación entre las
instancias locales, estatales y federales.

Esta recomendación cae perfectamente dentro de las atribuciones del Consejo Nacional para
Prevenirla Discriminación. El Conapred ONAPRED es el organismo del estado Estado mexicano que
tiene como fin eliminar la discriminación en todo el país. Como muchos de estos organismos
especializados, desafortunadamente, recibe hoy poca atención del gobierno federal, lo que limita
los recursos técnicos que debe destinar a la elaboración e instrumentación de políticas nacionales
integrales. La presentación de los informes al CERD y la preparación de los avances para el
cumplimiento de las recomendaciones ha sido encabezada por este organismo, y si no se logra
fortalecerlo y dotarlo de mayores recursos, no será posible cumplir con estas recomendaciones.
De hecho, una de las preocupaciones del CERD fue justamente que el Conapred CONAPRED no
contaba con los recursos suficientes para desempeñar adecuadamente sus funciones. El Comité,
en el párrafo 13, recomienda al Estado mexicano que “intensifique sus esfuerzos para dotar de los
recursos humanos, financieros y técnicos adecuados al ConapredCONAPRED”. Claramente, el jefe
del Estado mexicano no fue oportunamente informado de esta recomendación y menos aún del
importante papel que ha desempeñado el Conapred CONAPRED desde su creación.

Finalmente, la recomendación que el CERD establece en el párrafo 35 se refiere a las personas


migrantes, solicitantes de asilo y refugiadas en México. El Comité reconoce que la posición del
Estado mexicano como “corredor migratorio” es complicada, pero le preocupa que las políticas
adoptadas no garanticen, de manera adecuada, los derechos de las personas migrantes y los
solicitantes de asilo, en particular de niñas y niños migrantes. Puntualmente, señala su
preocupación por la aplicación de la detención automática de solicitantes de asilo y personas
migrantes en situación irregular en las denominadas Estaciones Migratorias, que no brindan las
condiciones de vida adecuadas. También subraya que la labor de la Guardia Nacional en el control
migratorio puede tener efectos negativos, que el uso de prácticas de perfilamiento racial por parte
de las autoridades migratorias ha llevado a detenciones arbitrarias y devoluciones sistemáticas sin
la asesoría legal adecuada; que se han documentado actos de discriminación y uso excesivo de la
fuerza contra personas migrantes; y que se ha crecido el discurso de discriminación, odio racial y
xenofobia contra las personas migrantes.

Con base en el señalamiento puntual de estas preocupaciones, el Comité solicita al Estado


mexicano que a) cumpla con el compromiso expresado de que la política migratoria del actual
gobierno estará basada en el respeto y la protección de los derechos humanos de las personas
migrantes, garantizando el respeto al principio de no devolución, con la debida consideración del
Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular; b) defina alternativas a la
detención de los solicitantes de asilo y de los migrantes en situación irregular;: c) vele por que
ningún niño o niña migrante sea objeto de detención por su condición migratoria; d) adopte
medidas necesarias para que las Estaciones Migratorias cuenten con condiciones de vida
adecuadas en conformidad con las normas internacionales; e) evalúe los efectos que tiene el
despliegue de la Guardia Nacional para el control migratorio con miras a su retiro de esta actividad
l control migratorio e intensifique sus esfuerzos para eliminar la práctica de perfilamiento racial en
la gestión y operación migratoria; f) lleve a cabo investigaciones exhaustivas de todos los actos de
discriminación, uso excesivo de la fuerza y abuso de autoridad cometidos en contra de personas
migrantes, asegurando que las víctimas tengan acceso a recursos judiciales efectivos y que los
responsables sean enjuiciados y debidamente castigados; y g) adopte medidas efectivas para
prevenir y combatir el discurso de incitación a la discriminación racial y las manifestaciones de
racismo en los medios de comunicación en contra de las personas migrantes.

El racismo y la discriminación son problemas presentes en las sociedades del mundo, y México no
es la excepción. Es importante avanzar en la eliminación de todas las formas de discriminación. y
pPara ello es fundamental consolidar fortalecer las instituciones que pueden ayudar a trazar las
rutas para lograrlo. Estas instituciones son tanto globales como nacionales y locales. Procuremos
fortalecerlas.

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