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INTRODUCCION: Amados, cuando las dificultades nos acechan debemos aferrarnos con más y
más fuerza a las promesas y las profecías que están en las escrituras y que pertenecen a
nosotros los hijos de Dios.
Si bien, hay acontecimientos que no quisiéramos vivir, también debemos comprender que son
situaciones que escapan de nuestro control; pues no depende de nosotros las malas decisiones
y malas acciones que las personas puedan tomar.
Dios nos ha dado libre albedrío, libertad para escoger. Puedes multiplicar para mal y tener tu
abundancia de males o puedes multiplicar para bien y tener tu abundancia de bendiciones.
Todos los conocedores de la palabra, seremos juzgados por la palabra, así que dejemos que sea
la verdad de las escrituras las que hagan justicia en la vida de las personas y en el cuerpo de
Cristo.
El texto base nos anima a permanecer confiadamente en el Señor, sujetos a la palabra y
aferrados a las promesas que Dios nos da, Veamos cómo nos lo enseña este pasaje.
Permaneciendo confiados:
El versículo 35, nos dice “No perdáis vuestra confianza”. Quiere significarnos por su contexto,
que en momentos de persecución, tribulación, o cuando enfrentamos circunstancias dolorosas y
desagradables, podemos permitir en nuestra vida espiritual, el desánimo, el enfriamiento de
nuestra pasión y permitir que caigamos agobiados, abatidos y hasta resentidos con el Señor.
En síntesis, perder la confianza en las promesas de Dios. El cristiano que se deja influenciar por
la adversidad, corre el riesgo de perder la confianza en el Señor, en el todopoderoso quien es
Señor de la iglesia y quien la sujeta hasta cumplirse por completo su palabra.
La confianza tiene una gran recompensa. Es la gran recompensa de los que perseveran (Mateo
10:22). La vida eterna, el premio de estar eternamente en su presencia.
Amados, es necesario resistir todo lo que puede sobrevenirnos en este caminar con Cristo.
Siempre habrá ataques, persecuciones, odios, siempre habrá que remendar nuestras redes;
pero siempre será necesario continuar confiando en el Señor con nuestra tarea de ser
pescadores de hombres.
Aunque nuestra armadura resulte golpeada por los ataques del enemigo, siempre estará fuerte y
brillante por nuestra confianza en el Señor.
EL, no deja de ser Dios porque dos o tres deshonren su nombre y su cuerpo. EL no deja de ser
Señor de su pueblo porque dos o tres resuelvan no tenerlo más por Señor y Rey, El no deja de
hacer su voluntad en el cielo y en la tierra solo porque dos o tres resolvieron no hacer su
voluntad, Él ha sido, es y será, REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES para siempre.
El Versículo 36 dice “nos es necesaria la paciencia”. Si hermanos, la palabra nos enseña que es
necesario enfrentar y resistir todas estas dificultades, con la confianza puesta en el Señor, a fin
de desarrollar la paciencia.
Sabemos que la paciencia viene a nosotros como parte del fruto del Espíritu Santo. (Galatas
5:22). Pero esta palabra nos complementa que con lo que nos ha dado el Espíritu Santo (que
son como arras), debemos desarrollar esa paciencia a través de todas estas circunstancias
adversas que enfrentamos.
La paciencia la desarrollamos a través de enfrentar diversas pruebas. (Santiago 1:2-4)
Este pasaje nos anima a GOZARNOS en estar pruebas, porque estamos aprendiendo, estamos
madurando, estamos hallando experiencia cristiana y sabiduría.
Los Versículos 37 y 38 nos recuerdan la palabra profética, lo que está escrito para la iglesia de
Jesucristo.
Pero los que retroceden desagradan al Rey de Gloria, su señor y quien dará el justo pago a
todos nosotros. Una vez más hermanos, tenemos esa misma libertad para escoger: Puedes
retroceder o escoges sabiamente permanecer en la fe.
Sin embargo el apóstol dice lleno de fe que nosotros, y se incluye él; es decir, los que tenemos
una clara determinación de permanecer a los pies de Cristo y no a los pies de un cualquiera sin
doctrina y embriagado de soberbia y rebelión, NO RETROCEDEMOS PARA PERDICION. SINO,
QUE PERMANECEMOS EN LA FE, PARA PRESERVAR NUESTRA ALMA EN CRISTO
JESUS.
Amado hermano, es tiempo de demostrar quién eres en Jesucristo. Levántate y permanece firme
en la fe en el hijo de Dios. No le des a nadie la potestad de llevarte al tropiezo y a la perdición de
tu Alma. Uno es el señor y uno es el que te ha ofrecido vida eterna, cualquier otro no se que te
ha ofrecido, pero su seducción o persuasión, por cuanto no tiene fruto de piedad, será el
comienzo de tu perdición.
Cree a Cristo y su palabra. Tú tienes la unción del santo, Discierne la verdad, discierne el espíritu
que te habla, discierne la maldad de los corazones y huye del malvado, para refugiarte bajo las
alas del Señor Jesucristo, tu única verdad.
NOTA PARA EL LIDER DE CASA DE FE: No olviden orar y ministrar confianza y fe en el Señor
Jesucristo, para desarrollar paciencia y alcanzar las promesas eternas.